Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
me de Paterson-Kelly3. El tratamiento de
la deficiencia férrica resuelve la enfer-
DEL ESÓFAGO medad en la mayoría de los casos. La
identificación de estos pacientes es cla-
ve para identificar un subgrupo de pa-
X. Bessa Caserras, V. Piñol Sánchez y J.I. Elizalde Frez
cientes con elevado riesgo de desarrollar
Servicio de Gastroenterología. Institut Clinic de Malalties Digestives. Hospital. Clínico. Barcelona.
un carcinoma esofágico de la faringe o el
esófago4.
55
© DOYMA 2001
ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO (II)
56
© DOYMA 2001
ENFERMEDADES ESTRUCTURALES DEL ESÓFAGO
TABLA 1 TABLA 2
Prevalencia de pirosis en diferentes estudios sobre población general Mecanismos responsables de la barrera
antirreflujo a nivel de la unión gastroesofágica
Autor (país) Diaria Semanal/mensual Anual
Presión intrínseca del esfínter esofágico inferior
Jones (RU) 46%-57%
Compresión extrínseca diafragmática
Ruth (Suecia) 21%
Localización intraabdominal del esfínter esofágico
Kay (Dinamarca) 5% 38% inferior
Agreus (Suecia) 17% Mantenimiento del ángulo de His
Isolauri (Finlandia) 9% 24% 45% Integridad del ligamento frenoesofágico
Penston (RU) 23%
Locke (EE.UU.) 17% 42%
postpandrial el tono es inferior y durante
la noche éste se incrementa11. El reflujo
de realizar una prueba invasiva para de- es un punto clave en la patogenia de la en presencia de un EEI hipotenso se pro-
tectar su presencia. De una forma apro- ERGE. En condiciones normales, existe duce por dos mecanismos, un incremen-
ximada se ha estimado una prevalencia una barrera antirreflujo localizada a nivel to súbito de la presión intraabdominal, o
en la población general del 3%-4% y de de la unión gastroesofágica. Esta barrera en las situaciones donde el EEI por sí mis-
alrededor del 10% en individuos mayores antirreflujo está formada por varios me- mo es incompetente. El reflujo libre se pro-
de 50 años10. canismos (tabla 2). La perfecta coordina- duce cuando la presión del EEI se sitúa en-
ción de estos mecanismos evita el reflujo, tre 0 y 4 mmHg respecto a la presión
y además, la importancia del reflujo ven- intragástrica.
Anatomía patológica drá condicionada por la progresiva afec- La presencia de una hernia hiatal por des-
de la esofagitis por reflujo tación de estos mecanismos. Existen tres lizamiento puede incrementar el reflujo
hipótesis sobre la causa de la incompe- ácido por dos mecanismos, el primero por
La esofagitis por reflujo produce un daño tencia del esfínter esofágico inferior (EEI): la pérdida de la participación del diafrag-
severo en el epitelio esofágico que puede a) las relajaciones transitorias del EEI sin ma en el incremento de la presión del EEI
conllevar a la destrucción completa de este anormalidades anatómicas acompañantes, durante la respiración, y en segundo lugar
último. Usualmente el daño epitelial se b) la secundaria a un EEI hipotenso sin por la capacidad de la hernia de hiato de
acompaña de infiltración eosinofílica y de ninguna alteración anatómica subyacente retener el ácido refluido y evitar el acla-
polimorfonucleares. Las erosiones epite- (fig. 6), o c) la alteración anatómica del ramiento esofágico.
liales, ulceraciones y la infiltración infla- EEI asociada probablemente a la presen-
matoria se circunscriben a nivel de la mu- cia de una hernia de hiato.
cosa, lámina propia y la muscularis Las relajaciones transitorias del EEI son la Aclaramiento esofágico
mucosae. La esofagitis de bajo grado vie- causa primordial de los episodios de re-
ne caracterizada más por cambios epite- flujo en los individuos sanos y en los pa- La fuerza de la gravedad es un factor pri-
liales reactivos que por el cúmulo de cé- cientes con una presión del EEI normal mordial para el aclaramiento esofágico
lulas inflamatorias. durante los episodios de reflujo. Actual- diurno (posición erecta). Uno de los ele-
mente se acepta que estas relajaciones mentos clave en el aclaramiento esofági-
transitorias del EEI son una respuesta fi- co es la participación del flujo y el bicar-
Fisiopatología de la enfermedad siológica a la distensión gástrica por co- bonato salivar. La participación del flujo
por reflujo gastroesofágico mida o gas. salivar se considera mucho más relevan-
En condiciones basales, el tono del EEI es te que la peristalsis secundaria. Una dis-
La aparición de daño esofágico en los pa- de unos 10-30 mmHg superior en relación minución de la salivación, como se pro-
cientes con ERGE viene condicionada fun- con la presión intragástrica, en el período duce durante el sueño 12 se asocia a un
damentalmente por la persistencia del re-
flujo ácido a nivel esofágico, la mayor o
menor capacidad del esófago para aclarar
el material refluido, y por la capacidad de
resistencia de la mucosa esofágica a la agre-
sión. La persistencia o intensidad de los sín-
tomas, además de por todos estos factores,
viene también condicionada por la sensi-
bilidad esofágica a la exposición al ácido.
57
© DOYMA 2001
ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO (II)
incremento del tiempo de aclaramiento nivel laríngeo y que mejoraba los sínto-
ácido esofágico. mas del asma en algunos pacientes.
Existen determinadas situaciones predis-
ponentes a producir reflujo gastroesofá-
Resistencia de la mucosa gico, entre ellas la más típica es el em-
esofágica barazo. Las gestantes suelen presentar
reflujo sintomático, la mayoría de las ve-
La presencia de moco o bicarbonato a ni- ces sin esofagitis. La presión intraabdo-
vel de la superficie epitelial que determi- minal producida por el útero y el efecto
ne una barrera o un gradiente de pH en- relajante de la progesterona sobre el EEI Fig. 7. Visión endoscópica de una erosión lineal secundaria a
reflujo gastroesofágico.
tre la luz esofágica y la superficie celular se consideran los responsables de esta
no se halla muy desarrollada a nivel eso- patología en las gestantes. Otras situa-
fágico, por lo tanto la principal defensa ciones donde se halla una incidencia
ción gradual endoscópica de las lesiones
se sustenta en la integridad del epitelio aumentada de ERGE son los estados hi-
(tabla 3).
esofágico. La integridad de las uniones y persecretores como el síndrome de Zo-
En ocasiones, cuando los síntomas de re-
membranas celulares, junto con la gran llinger-Ellison o determinadas enferme-
flujo son atípicos (dolor torácico, tos,
capacidad de intercambio iónico de la mu- dades del tejido conectivo como la
asma, disfonía), o bien no existe una res-
cosa esofágica, son elementos clave en la esclerodermia (incompetencia del EEI y
puesta al tratamiento, es necesario prac-
resistencia tisular. aperistalsis del cuerpo esofágico).
ticar otras exploraciones complementarias.
La prueba de provocación de Bernstein se
ha utilizado para estimular el esófago me-
Manifestaciones clínicas Exploraciones complementarias diante la instilación directa de una sus-
tancia ácida para intentar reproducir el do-
Los síntomas clínicos típicos de la ERGE La evaluación diagnóstica en los pacien-
lor torácico inexplicable. Se ha demostrado
son la pirosis y la regurgitación. Habitual- tes con ERGE se halla indicada cuando los
que es positiva en un 35% de los pacien-
mente la mayoría de los pacientes pre- síntomas de pirosis retroesternal o regur-
tes con dolor torácico, pero se ha visto
sentan estos síntomas en los dos o tres gitación son persistentes en el tiempo,
desplazada por la pH-metría ambulatoria
años previos antes de motivar su consul- cuando no responden satisfactoriamente
de 24 horas.
ta médica. o recidivan precozmente tras un trata-
La monitorización ambulatoria prolon-
La pirosis se debe a la estimulación ácida miento sintomático de algunas semanas,
gada del pH permite la valoración cuan-
de los nervios sensitivos de las capas pro- o cuando existen síntomas de alarma ta-
titativa real del reflujo, su patrón y su
fundas del epitelio esofágico. Pacientes les como disfagia, odinofagia o hemorra-
relación con los síntomas. Así pues, la mo-
con esofagitis severa y estenosis secun- gia digestiva.
nitorización del pH es una de las pruebas
darias, o pacientes con esófago de Barrett Los estudios con contraste baritado son de
fundamentales para el diagnóstico de la
pueden no haber presentado nunca epi- escasa utilidad en la ERGE, ya que, aun-
ERGE, aunque en un porcentaje pequeño
sodios de pirosis13, por tanto no existe co- que los signos radiográficos consistentes
de pacientes con síntomas típicos de re-
rrelación entre la severidad de los sínto- en defectos de la mucosa esofágica ob-
mas, la severidad del reflujo o la presencia servados en los estudios radiográficos de
de esofagitis. doble contraste son sumamente específi- TABLA 3
La presencia de disfagia en los pacientes cos, raramente están presentes y, por tan- Clasificación endoscópica de la severidad de la
esofagitis
con ERGE se ha establecido alrededor del to, no son signos muy sensibles. La ob-
30%. Esta disfagia en la mayoría de los servación de reflujo de contraste baritado Grado 0
casos se debe a la aparición de estenosis durante un estudio en decúbito no es sen- Ausencia de alteraciones mucosas
péptica, la presencia de un anillo de sible ni específico. Grado 1
Schatzki o a alteraciones de la motilidad La evaluación inicial de la ERGE se reali-
Ausencia de lesiones macroscópicas, pero
esofágica. Otros síntomas menos fre- za a través del examen endoscópico con presencia de eritema, hiperemia o mucosa
cuentes son el dolor torácico, la sensación o sin obtención de biopsias, ya que per- friable
de globo esofágico o la odinofagia. mite la detección de esofagitis, eventual- Grado 2
En los últimos años han aparecido una mente el tratamiento de las complicacio- Erosiones superficiales ocupando < 10% de la
gran cantidad de artículos relacionando el nes asociadas como estenosis, y permite superficie de los últimos 5 cm de la mucosa
escamosa esofágica
reflujo gastroesofágico con la presencia de descartar otras patologías subyacentes
síntomas crónicos a nivel del territorio oro- como carcinoma o epitelio de Barrett. Los Grado 3
faríngeo (laringitis crónica, nódulos en las signos visuales (erosiones mucosas) (fig.7) Erosiones superficiales ocupando entre el 10%
y el 50% de la superficie de los últimos 5 cm
cuerdas vocales) o pulmonar (tos persis- de esofagitis permiten establecer un diag- de la mucosa escamosa esofágica
tente, asma)14. Uno de los factores que ha nóstico preciso, pero aproximadamente el Grado 4
llevado a establecer esta asociación se 50% de los pacientes con reflujo no pre-
Ulceraciones pépticas profundas en cualquier
ha basado en la observación de que el tra- sentan esofagitis definida. Para establecer zona esofágica o erosiones confluentes
tamiento del reflujo gastroesofágico re- comparaciones sobre la severidad de la ocupando > 50% de la superficie de los últimos
5 cm de la mucosa escamosa esofágica
solvía los problemas de causa no filiada a esofagitis, se ha propuesto una clasifica-
58
© DOYMA 2001
ENFERMEDADES ESTRUCTURALES DEL ESÓFAGO
flujo no es posible objetivar alteraciones cidades absortivas intestinales, lo que de- El esófago de Barrett se ha asociado a la
significativas en la pH-metría. La principal termina que se trate de una metaplasia in- presencia de neoplasia colónica maligna
indicación para la monitorización ambu- testinal incompleta. Una gran variedad de (15%)20, a neoplasias malignas de cabeza
latoria del pH es la documentación de la tipos celulares se han hallado en la mu- y cuello (13%), probablemente secunda-
presencia de ERGE en los pacientes con cosa de Barrett, incluyendo elementos de rias al consumo de alcohol y tabaco, y a
manifestaciones atípicas, la detección de mucosa gástrica, intestino delgado, pán- la esclerodermia (2%-37%)21.
la persistencia de excesivo reflujo ácido a creas o tejido colónico. Otros patrones Entre las complicaciones asociadas al esó-
pesar del tratamiento médico y en los pa- menos típicos de mucosa de Barrett son fago de Barrett se han descrito la este-
cientes que van a ser sometidos a una in- una mucosa de tipo fúndico sin vellosida- nosis esofágica (15%-40%), la úlcera
tervención quirúrgica. des ni células caliciformes, pero con la pre- (10%) y la hemorragia digestiva (44%).
La manometría esofágica tiene una esca- sencia de células parietales y principales, No obstante, la complicación más letal es
sa utilidad en la evaluación de la ERGE, y una mucosa de la unión de estructura la aparición de adenocarcinoma de esó-
con la posible excepción del estudio de la similar al cardias gástrico pero sólo se- fago. A partir de la década de los 70, se
función peristáltica antes de someter al cretora de moco. Aunque puede hallarse ha constatado un marcado incremento de
paciente a un tratamiento quirúrgico an- Helicobacter pylori en el esófago de Barrett, los casos de adenocarcinoma sin prácti-
tirreflujo15. no hay datos que avalen que la infección camente cambios en la incidencia de car-
incida en la evolución de la enfermedad17. cinoma escamoso esofágico, lo que ha
conllevado a prestar una gran atención a
Esófago de Barrett la enfermedad de Barrett. El riesgo de
Manifestaciones clínicas adenocarcinoma en pacientes con esófa-
La consecuencia histológica más severa
go de Barrett es aproximadamente del
del reflujo gastroesofágico crónico es el
La edad media de presentación del esófa- 0,5 al 1% por año22. Se considera que en
esófago de Barrett (fig.8). El esófago de
go de Barrett es a los 55 años, pero con las situaciones de reepitelización de la
Barrett viene caracterizado por una susti-
una distribución bimodal entre los 0-15 mucosa esofágica en ambientes ácidos,
tución del epitelio escamoso esofágico si-
años y entre los 40-80 años. Es más fre- el epitelio de Barrett puede sufrir cam-
tuado a tres o más centímetros del EEI por
cuente en varones 4:1 y en la raza blan- bios displásicos23.
un epitelio columnar con presencia de me-
ca 10-20:1. El tabaquismo y enolismo es
taplasia intestinal. La prevalencia de esó-
frecuente en estos pacientes. Los síntomas
fago de Barrett se estima alrededor del
clínicos en estos pacientes son la presen- Exploraciones complementarias
0,3% al 2% en pacientes asintomáticos y
cia de una historia prolongada de reflujo
del 8% al 20% en pacientes con ERGE sin-
gastroesofágico (RGE), y en un 40%-50% El diagnóstico de la enfermedad se esta-
tomática, pero se ha comunicado una pre-
de los casos disfagia, la mayoría secun- blece en la mayoría de los casos a través
valencia superior en series autópsicas16.
daria a estenosis. El desarrollo de meta- del examen endoscópico de la zona al ob-
plasia intestinal es tan frecuente en pa- jetivar una mucosa de aspecto rojizo y
cientes con estenosis esofágica como en aterciopelado, imperceptiblemente entre-
Anatomía patológica pacientes sin estenosis18. La prevalencia verada con la mucosa gástrica. El uso de
El patrón histopatológico típico del esófa- de trastornos de la motilidad esofágica y colorantes vitales, como el azul de tolui-
go de Barrett muestra un epitelio colum- un elevado grado de reflujo no es más fre- dina que tiñe el epitelio columnar y me-
nar con estructura vellositaria y con una cuente en pacientes con Barrett que en pa- taplásico, ayuda a confirmar la lesión24. La
mucosa revestida de células caliciformes. cientes sin esta lesión pero con esofagitis confirmación se obtiene a través del exa-
El epitelio columnar adolece de las capa- severa19. men histológico de las lesiones.
59
© DOYMA 2001
ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO (II)
La edad media de presentación de esta en- tencia entre la flora comensal. Cualquier
tidad se sitúa alrededor de los 57-61 años, alteración en dicho equilibrio defensivo,
y es más frecuente en mujeres. como la utilización de manera prolonga-
Las diferencias fisiopatologicas entre el da de antibióticos de amplio espectro, fa-
EBSC y el Barrett clásico son las siguien- vorece el sobrecrecimiento y la invasión
tes: a) duración de la exposición al ácido del epitelio esofágico por C. albicans, siem-
inferior en el EBSC; b) presión del EEI sig- pre que exista un trastorno inmunitario
nificativamente superior en el EBSC, y c) subyacente.
ausencia de diferencias significativas en- La infección por otros hongos, como As-
tre la amplitud peristáltica esofágica y el pergillus, Histoplasma o Cryptococcus, se
grado de motilidad esofágica anormal. produce a través de la adquisición de la
Las estrategias de tratamiento de la ERGE colonización por vía exógena proveniente
y las pautas de seguimiento y tratamien- del ambiente. La infección primaria por
to del esófago de Barrett serán detalladas estos hongos requiere un trastorno seve- Fig. 9. Aspecto endoscópico típico de un paciente afecto de
en la siguiente unidad temática. ro de la inmunidad. esofagitis candidiásica.
60
© DOYMA 2001
ENFERMEDADES ESTRUCTURALES DEL ESÓFAGO
La infección por el VIH puede conducir a mo en el cayado aórtico. Rara vez se pro- 14. Richter JE, Hicks DM. Unresolved issues in gastroesop-
hageal reflux-related ear, nose and throat problems. Am J
la presencia de ulceraciones esofágicas en ducen complicaciones por estenosis, he-
Gastroenterol 1997; 92(12): 2.143-2.144.
ausencia de patógenos identificables, lla- morragia o perforación. El tratamiento en 15. Kahrilas PJ, Clouse RE, Hogan WJ. American
mándose ulceras esofágicas idiopáticas estos pacientes es fundamentalmente pre- Gastroenterological Association technical review on the cli-
asociadas al VIH. La aparición de estas úl- ventivo, a través de una correcta infor- nical use of esophageal manometry. Gastroenterology
1994; 107: 1.865-1.884.
ceras aftoides son típicas de la primoin- mación higiénico-dietética.
16. Holloway RH, Penagini R, Ireland AC. Criteria for obje-
fección por VIH, mientras que en fases tive definition of transient lower esophageal sphincter rela-
avanzadas estas ulceras aumentan nota- xation. Am J Physiol 1995; 268: G128-G133.
blemente de tamaño y se hacen profun- 17. Henihan RD, Stuart RC, Nolan N, Gorey TF, Henne-
ssy TP, O’Morain CA. Barret’s esophagus and the presence
das, pudiéndose complicar en forma de BIBLIOGRAFÍA
of Helicobacter pylori. Am J Gastroenterol 1998; 93: 542-
perforación o fístula. 1. Wu W. Esophageal rings and webs. En: Castell DO, ed. 546.
The esophagus. Boston: Little, Brown & Co., 1992; 343. 18. Kim SL, Hunter JG, Davis LP, Waring JP. The prevalen-
2. Schatzki R, Gary J. Dysphagia due to a diaphragm-like ce of intestinal metaplasia in patients with and without
localizednarrowing in the lower esophagus (“lower esopha- peptic estrictures. Am J Gastroenterol 1998; 93: 53-55.
Úlceras esofágicas geal ring”). AJR 1953; 70: 911. 19. Coenrrad M, Masclee AA, Straathof JW, Ganesh S,
por píldoras 3. Okamura H, Tsustsumi S, Inaki S. Esophageal web in Griffioen G, Lamers CB. Is Barret’s esophagus characterized
Plummer Vinson syndrome. Laringoscope 1988; 98: 994- by more pronounced acid reflux than severe esophagitis?
Múltiples fármacos han mostrado capaci- 998. Am J Gastroenterol 1998; 93: 1.068-1.072.
4. Pope C. 2nd. Rings, web, diverticula. En: Slesinger MH, 20. Howden CW, Hornung CA. A systematic review of the
dad para producir daño esofágico, entre
Fordtram JS, eds. Gastrointestinal Diseas, 5th ed. Philadel- association between Barret’s esophageus and colonic neo-
ellos se encuentran los antibióticos, los an- phia: W.B. Saunders, 1993; 419. plasms. Am J Gastroenterol 1995; 90(10): 1.814-1.819.
tiinflamatorios no esteroideos, el cloruro 5. Wright R, Hurwitz A. Relationship of hiatal hernia to en- 21. Kaztka DA, Reynolds JC, Saul SH, Plotkin A, Lang CA,
potásico, el sulfato de hierro, la quinina, doscopically proved reflux esophagitis. Dig Dis Sci 1979; Ouyang A. Barret’s metaplasia and adenocarcinoma of
los corticoides y otros29. 24: 311-313. the esophafus in escleroderma. Am J Med 1987; 82(1):
6. Fulp S. Esophageal rings and webs. En: Castell DO, ed. 46-52.
Los factores predisponentes a la lesión vie- The esophagus. Boston: Little, Brown & Co., 1992; 351. 22. Sampliner RE. Adenocarcinoma of the esophgus and
nen determinados por las características 7. Evander A, Little A, Ferguson M. Diverticula of the gastriac cardia: is there progress in the face of increasing
intrínsecas de los comprimidos (naturale- middle and lower esophagus: Pathogenesis and surgical cancer incidence ? Ann Intern Med 1999;130: 67-69.
za química, presentación galénica), y por management. World J Surg 1986; 10: 820-828. 23. Cohen S, Parkman H. Heartburn- A serious symptom.
8. Nebel OT, Fornes MF, Castell DO. Symptomatic gastroe- N Engl J Med 1999; 340(11): 878-879.
factores propios del paciente (la ingesta sophageal reflux: incidence and precipitation factors. Am J 24. Chobanian SJ, Cattau EL, Winters C. In vivo staining
del medicamento con escaso líquido, la Dig Dis 1976; 21(11): 953-956. with toluidine blue as an adjuvant to the endoscopic detec-
posición en decúbito, o la existencia de al- 9. Minguez M, Benages A. ¿Es tan frecuente la ERGE como tion of Barret’s esophagus. Gastrointest Endosc 1987; 33:
teraciones motoras asociadas como la aca- se dice? En: Mearin F, Piqué JM, Ponce J, eds. Preguntas 99-101.
clave en la enfermedad por reflujo gastroesofágico. 25. Kapadia C. Short-segment Barret’s esophagus: preva-
lasia). Barcelona: Doyma, 1999, 1-18. lence, diagnosis and associations. Gastroenterology 1998;
El síntoma más común es la odinofagia, 10. Tibbling L. Epidemiology of gastroesophageal-reflux 114(2): 409-410.
acompañada con frecuencia de dolor re- disease. Scand J Gastroenterol 1984; 19 (Suppl 106): 14- 26. Schnell TG, Sontag SJ, Chejfec G. Adenocarcinoma ari-
troesternal y disfagia. El diagnóstico de 18. sing in tongues of short segments of Barrets’s esopahagus.
11. Dent J, Dodds WJ, Friedman RH, Sekiguehi T, Hogan Dig Dis Sci 1992; 37(1): 137-143.
esta entidad requiere una anamnesis me- WJ, Arndorfer RC, Petrie DJ. Mechanisms of gastroesopha- 27. Baehr PH, Mc Donald GB. Esophageal infections: risk
ticulosa para hallar la relación temporal geal reflux in recurrent asymptomatic human subjects. J factors, presentation diagnosis and treatment.
con la ingesta de las pastillas. El método Clin Invest 1980; 65: 256-267. Gastroenterology 1994; 106: 509-532.
diagnóstico por excelencia es la endosco- 12. Schneyer LH, Pigman W, Hanahan L, Gilmore RW. 28. Decker CF, Tiernan R, Paparello SF. Esophageal candi-
Rate of flow of human parotid, sublingual, and submaxi- diasis associated with acute infection due to human immu-
pia, que permite objetivar en la mayoría
lary secretions during sleep. J Dent Res 1956; 35: 109-115. nodeficiency virus. Clin Infect Dis 1992; 14: 791-799.
de los casos úlceras de tamaño variable 13. Cooper BT, Barbezat GO. Barret’s Esophagus: A clini- 29. Kikendall JW. Pill induced esophageal injury.
en las zonas de estenosis fisiológicas co- cal study of 52 patients. Q J Med 1987; 238: 97-108. Gastroenterol Clin North Am 1991; 20: 835-846.
61
© DOYMA 2001