Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
SÉ UNA
PERSONA
POSITIVA
Cómo dejar de verlo todo
negro
DEPRESIÓN
De boca de alguien que
salió a flote
LA MEDIDA DE FE
Obtenerla es más fácil de
lo que piensas
Rescatada del
abismo de la depresión
CADA DÍA DESEABA que fuera el una cosa: mis hijos eran una luz en
último. Tenía 20 años, llevaba uno de medio de mi oscuridad.
casada y había dado a luz a nuestro Entonces los síntomas de mi depre-
primer hijo, un varón. Los médicos sión se intensificaron. Empecé a mos-
me dijeron que estaba atravesando trar indicios de esquizofrenia: tenía
la típica depresión posparto y que ya miedo y claustrofobia, veía visiones
se me pasaría. Sin embargo, cada vez infernales y oía mentalmente voces
estaba peor. No tenía ganas de cuidar malignas. La depresión me producía
el bebé. No podía pensar en nada que tales sentimientos de culpa que fácil-
no fuera muerte, sangre y dolor. Le mente me dejaba llevar por cualquier
tomé fobia a la luz del sol, a la noche pensamiento negativo. Desde mi
y hasta a la lluvia. Me torné agresiva, punto de vista, cuanto más negativo
criticona y desequilibrada emocional- fuera un pensamiento, mejor. Era
mente. Mis relaciones con los demás como una esponja lista para absorber
se hicieron tensas. Me aislé de toda las tinieblas. Bajé muchísimo de peso,
expresión de amor. y estaba continuamente en un peli-
En realidad todo eso había tomado groso estado de ánimo. Ya no podía Cuanta más
raíz años antes, cuando era una chica ocultarme. Tenía que hacer algo.
tímida y temerosa, preocupada de no Busqué asistencia psicológica y atención
gozar de aceptación. Una vez que con- psiquiátrica. Los médicos me receta-
seguí todo lo que solían anhelar las ron unos medicamentos muy fuertes, médica
chicas de mi edad —un marido que pero cuanta más atención médica
me quisiera, un hermoso bebé, casa, recibía, peor me ponía. Probé grupos recibía,
auto y una vida cómoda—, me sentí de autoayuda, la hipnoterapia y todo peor me
terriblemente desdichada. Los hábitos lo que el dinero me pudo proporcio-
y modos de pensar que cultivamos en nar. Pero nada me daba paz. ponía.
nuestra niñez pueden conducirnos a Agradezco a Dios que mi esposo
situaciones muy peligrosas. estuviera siempre a mi lado y nunca
Poco a poco mi estado empezó dejara de amarme. Nuestros familia-
a mejorar, al menos en apariencia. res le decían que debía internarme en
Al cabo de casi tres años di a luz a un psiquiátrico, pero no les hizo caso.
mi segundo hijo. Esa vez me resultó En cambio, oraba todos los días para
más fácil. Pasaron cinco años más, que me pusiera mejor. Sabía que si me
durante los cuales siempre tuve clara internaba, nunca saldría de allí.
Es martes.
Es martes.
El profesional
por casualidad
Te lo encuentras por casualidad.
¿Qué le dirías?
CAE UNA FINA LLOVIZNA mientras dos los sueños han degenerado en alcoho-
misioneros de La Familia —Jan y Kristina— lismo.
A los veinte abordan el bus. Tienen que hacer un viaje Mientras el bus sale del pueblo, Jan
años ya había de dos horas para llegar a la estación de trata de iniciar una conversación.
ferrocarril más cercana, donde podrán —Tómate una cerveza. ¡Pahzhalsta!
estado cinco tomar un tren rumbo a casa. —responde Misha sacando dos botellines
Kristina se sienta junto a la ventanilla, de su bolso.
preso por pero descubre rápidamente que el meca- Tomando uno en cada mano, los frota y
nismo de reclinación del asiento ofrece los hace sonar el uno contra el otro. Luego
homicidio.
una sola posición: totalmente reclinado. golpea la chapa de uno con el extremo
A Jan le va peor todavía. Se sienta junto a inferior del otro. El de abajo se abre y deja
un muchacho que viste camisa y pantalón salir un chorro de espuma. Se lo pasa a Jan.
vaquero y que, por lo visto, está bastante La cerveza le afloja la lengua a Misha.
ebrio. En 1998 eso es normal en Rusia. A A los veinte años ya había estado cinco
casi 10 años de la caída del comunismo, preso por homicidio. Recientemente
Considera el
gorrión…
Mi mirada no se aparta del gorrión
mientras revolotea buscando
alimento y un sitio donde anidar.
Yo lo conduzco a un lugar de
reposo, y él confía en Mí. No se
preocupa por lo que no tiene. Se
dedica a sus quehaceres y confía
en que Yo proveeré para sus
necesidades. Aunque los gorriones
son numerosos y muy pequeños,
Yo los conozco a todos y velo por
ellos. Me acuerdo de cada uno y le
prodigo Mis cuidados.
Tú para Mí tienes mucho más valor que todos los gorriones juntos. Si me preocupo tanto
de esos pajaritos que parecen insignificantes, ¿no me preocuparé también de ti?
Conozco tus pesares y entiendo tus temores. Estoy para infundirte fe y responder a tus
oraciones. Pero necesito que confíes en Mí como lo hace el gorrioncito. A él no lo ves
aleteando frenéticamente, sumido en el pánico; está tranquilo y en paz, sabiendo que no le
quito los ojos de encima y que lo cuidaré como cuido de todos los Míos.
Tengo también la mirada puesta en ti. Estoy presto a asistirte. Así que, confía en Mí, ¿de
acuerdo? Deja que sea Yo quien se preocupe.