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Juntar fuerzas: experiencia de encuentro desde la Psicología

Comunitaria.*

El presente trabajo continúa una serie de reflexiones en torno a


pensar aportes desde la Psicología Comunitaria al trabajo con sectores en
condiciones de pobreza en contextos cambiantes. En particular se
reflexionará sobre la idea de “juntar fuerzas” articulando con otros
conceptos como “lo construido en común”, “atravesar lo comunitario”, y en
relación a las condiciones actuales. Es una manera de compartir
experiencias y saberes aprendidos, reflexionados gracias a las personas
que transitan y comparten generosamente sus vivencias, experiencias y
maneras de entender la vida en sus comunidades. Pretende presentar unas
ideas como “exposición”, “apertura a”.

En el trabajo comunitario, más de una vez me reconocí diciendo que


nos encontrábamos con la gente para “juntar fuerzas”. Una expresión que
en el contexto de interacción cotidiana medía cuidadosamente la distancia
de experiencias anteriores o conocidas, de cargas teóricas anquilosadas, de
lugares “visionarios” o mesiánicos. Y a la vez pone en el centro la idea de lo
construido en común.

Para esto se precisará algunas ideas:

1) Sobre los contextos cambiantes

De las distintas características que tiene la vida cotidiana y las comunidades


hoy en día, solo mencionaremos algunas: la incerteza y ambigüedad,
impotencia, dispersión y lógica del sometimiento.

La ambigüedad se la puede definir como un estado de confusión, de


indefinición de la cual no podemos especificar claramente sus características.

*
Omar A. Barrault. omar_barrault@yahoo.com.ar . Presentado en el IV Foro de Trabajo
Comunitario (2009). Organizado por la Cátedra Estrategias de Intervenciòn Comunitaria Facultad
de Psicología U.N.C. Arg.

1
En el tránsito por las comunidades hoy en día, somos atravesados por
situaciones ambivalentes (estados contrapuestos) donde por momento es difícil
especificar sus características. Políticas de estado que poco se preocupan por
la situación de los ciudadanos más empobrecidos e instituciones desbordadas
en sus capacidades de respuesta ante los requerimientos sociales. Ante
avatares de proyectos comunitarios y movimientos de articulación y
organizativos de los vecinos aparecen innumerables dificultades que minan las
certezas de la posibilidad de llegar a buen puerto. Abonando así el terreno del
sentido hegemónico de la impotencia1 (Scribano 2007b, Barrault 2008)

“la lógica de la impotencia adquiere una relevancia especial dada


su particular capacidad de afectar a los cuerpos y construir
escenarios donde la licuación y coagulación de la acción se
reproducen fácilmente.” (Pag 6 Scribano 2007b)

Son contextos cambiantes, no estables, donde ya no se puede recurrir a la


lógica de la gran Unidad, de los “grandes proyectos” de transformación social.
Aparece así más que la fragmentación de una unidad mítica, la dispersión de
experiencias comunitarias que resisten embates tan vigentes coma la lógica del
sometimiento.

“…la principal amenaza para cualquier proyecto de autonomía


contemporáneo no es el peso aplastante de lo instituido sino las
capacidades disipativas de la dispersión. Y recién estamos pudiendo
pensar hasta que punto esto trastoca la forma en que
considerábamos los procesos de subjetivación y de resistencia”
(Ingrassia 2007:207)

1
“Una de las características fundamentales de la impotencia es la permanencia de un estado de
minusvalía frente a las condiciones materiales de existencia. Los sujetos al ver claramente su in-
capacidad para modificar las referidas constricciones de las condiciones materiales de vida
devienen objetos de esas mismas constricciones en contexto de reflexividad sobre el significado
de esa imposibilidad.” Pag. 9 Scribano 2007b

2
Lógica cruel de sostenimiento de subjetividades adormecidas,
domesticadas en sus posibilidades de afectación, de desanclaje de los
mecanismos de soportabilidad social2. (Scribano 2007a).

La lógica del sometimiento tiene la cruda actualidad del sostenimiento


subjetivo. Modo de relación que subsume una parte de la relación a la otra
restringiendo a límites cada vez mas insospechado los espacios de libertad.

En cambio, la lógica colectiva de la igualdad tiene en su eje el


reconocimiento de cada uno de nosotros/as. Algo que años de capitalismo no
se ha corrido ni un ápice es su maquinaria de negación del otro. La lógica de
hacerle lugar a otro, es hacerlo lugar al otro en toda sus potencias, sin
posibilidad de, en principio poder poner un límite. Nos sorprendemos en
encuentros, asambleas, acciones colectivas barriles que exponen al máximo la
imprevisibilidad de sus potencias. Una manera de decirlo sería: no sabemos
“todo lo que puede” estos encuentros.

Nos referirnos aquí a contextos cambiantes como condiciones sociales


adversas a proyectos colectivos y autónomos, a participaciones comunitarias
horizontales y con eje en un proyecto político de igualdad, de trabajo por la
emancipación de condiciones de sometimiento.

2) Lo construido en común

Desde la Psicología comunitaria hacemos hincapié en el trabajo con los


Proceso Comunitarios3 que se basan en la posibilidad de encuentro, de
construcción de relaciones. En este sentido decimos que: “lo construido en
común alude a un proceso, a un transitar, una experiencia, a un encuentro a
partir de un vacio, al reconocimiento de la diferencia y a una afirmación de

2
“…entenderemos que los mecanismos de soportabilidad social se estructuran alrededor de un
conjunto de prácticas hechas cuerpo que se orientan a la evitación sistemática del conflicto
social. Los procesos de desplazamiento de las consecuencias de los antagonismos se presentan
como escenarios especulares y desanclados de un espacio-tiempo. La vida social “se hace” como
un-siempre-así” Pag. 124 Scribano 2007a
3
Para profundizar este concepto ver Plaza (2007)

3
igualdad, al tránsito por lo colectivo, lo entre-muchos (Fernandez 2007). Un
trabajo de tramitación de diferencias y construcción de nuevas espacios y
territorios” (Plaza, Diaz, Barrault 2008:6). Hablamos mas del cómo se llega a lo
común, no tanto lo que está. De las energías, disposiciones, acciones y
condiciones que se ponen en juego. No es de cualquier manera. “Construir en
común” en estos tiempos suena disonante, “no hay tiempo” sigue siendo la
reina del show y la lógica del sometimiento refuerza los mecanismos
verticalistas y autoritarios de definición de los modos posibles de organización.
Lo que se construye es en el mismo movimiento de reconocimiento de la
diversidad en un horizonte de emancipación, de autonomía e igualdad. No es
cualquier construcción. Esta construcción, en este contexto, es disonante

3) Atravesar lo comunitario

Siguiendo esta línea de pensamiento nos estaríamos refiriendo a la


necesariedad de atravesar lo comunitario (Barrault 2008), como exposición a
lo comunitario. Apertura a lo distinto, que alude hoy en día, a un desafío, a una
experimentación. En particular, como el modo de expresar la distancia
construida entre lo personal y lo comunitario. Distancia sustentada por
prácticas, discursos y acciones que al modo de socialización y habitus demarca
prácticas y sentimientos cotidianos. Distancia en cuanto referencia a un hacer
en común Este atravesar, exponerse, requiere en contextos cambiantes,
tiempos de indiferencia y desafectación, una exigencia , o más bien sobre-
exigencia, y porque no un militancia que se sostenga colectivamente.

Es decir podemos pensarlo como: 1) vivencia y sus implicaciones:


energías, disposiciones y acciones necesarias, 2) afectaciones de lo
comunitario: por los territorios, las personas y las situaciones. A modo de
contribuir a romper con la naturalización y homogenización de la idea, concepto
e imaginarios sobre las comunidades y lo comunitario.

4
4) Juntar fuerzas: como experiencia de encuentro

La palabra juntar tiene distintos sentidos asignados. La etimología de


junto (del latin Junctus) refiere a que es usado a veces como: “unidos”,
“ambos”, “entornado”. El diccionario de la Real Academia Española también
alude a: “reunión”, “poner en el mismo lugar”, arrimarse, cercano, al “mismo
tiempo que”. Algunos de estos directamente vinculados a la idea de “lo mismo”
(unión), al modo de fusión indiferenciada total o parcialmente (junta). Y otros al
de paralelismo, distancia, diríamos “diferentes”.

En particular nos interesa resaltar la idea de existencia diferenciada, de


cercanía, de estar arrimado sin ser lo mismo, como cierto paralelismo4.

Teniendo en cuenta esto es importante preguntarnos: en contextos tan


desanimantes, tan adversos ¿cómo encontrarnos?, ¿Cómo pensar acciones
transformadoras emancipadoras cuando las condiciones vigentes producen
distancia, indiferencia?.

Aquí es donde el “estar cerca”, arrimados, es decir “junto”, puede


pensarse como condiciones posibles de encuentro. Aquí la idea de Juntar
fuerzas refiere por un lado a

a la condición, posibilidad en un encuentro aleatorio,

por otro a como pensar las potencias colecticas, sin la idea de unir
fuerzas, pero tampoco en la dispersión.

Solo se puede rozar la previsión. Lo que podemos anticipar es la


exposición a caminos sinuosos, espinosos y poco definidos. Pareciera que
tener apertura a lo diferente, a lo que no tiene cabida es una tarea sencilla. Sin
embargo nunca estamos preparados lo suficiente a que a “la vuelta de la
esquina” puede estar una posibilidad de encuentro.

4
Como diría Althusser: “Que sean paralelos, que todo sea efecto del paralelismo, hace pensar en la
lluvia epicúrea. Los atributos caen al espacio vacío de su determinación como gotas de lluvia que
no se pueden encontrar más que este paralelismo excepcional, este paralelismo sin encuentro, sin
unión (del alma y cuerpo) que es el hombre…” (2002:42)

5
“Juntar fuerza” es una manera de expresar la imprevisibilidad de un
movimiento expansivo, difuso. Que a la lectura atenta puede pensarse como
dimensión, multiplicación de lo ya existente, como el modo de hacer logar
desde lo que, en parte, ya está (no en el sentido de un sustancia
trascendental). Arrimarse a la afectación de pasiones, demasiado tiempo,
adormecidas, domesticadas a novedades ligeras, poco movilizadoras, y casi
siempre entre pocos.

“Juntar fuerzas” en tiempos desanimantes es animarse a seguir


aprendiendo con otras/os, exponerse a no saber, a tener que partirse a y armar
de nuevo. A que mi tiempo ya no es solo mío. “Mi tiempo” sería inapropiado.
Juntar fuerzas: nos expone, nos impone una exigencia.

“Juntar fuerzas” es hablar de lo que podemos, de los que si podemos. Es


apostar a lo recóndito de las pasiones adormecidas, de las potencias
invisibilizadas. Sabiendo que a la vez, no se puede prever –con certeza- de
donde viene la fuerza, la motivación.

“Juntar fuerzas” es pensar nuevas maneras de ser entre-muchos sin una


unidad prefijada, predestinada. No es la unidad de la lucha de una vanguardia
iluminada. Es abrirse en un mismo movimiento (mismo-en construcción) de
expansión, del cual no se puede decir su “final”, su “horizonte”.

Juntar fuerzas no depende de solo una parte, un lado, un borde. Se


puede producir o no. Es una posibilidad no una determinación. No garantiza
una unión (aunque puede darse), ni tampoco unión duradera. Hace alusión al
momento de confluencia de caminos diferentes que en un punto se exponen a
un encuentro.

El juntar tiene que ver con la diversidad de aspectos y dimensiones de lo


comunitario que pueden encontrarse (o no). Tiene que ver con un respeto
absoluto a la propia voz de cada una de los vecinos, personas con las cuales
uno trabaja. Es reconocerse en una implicación que nos transforma a todas/os
en esta relación.

6
El juntar Fuerza no se subsume a una sola manera de entender lo que
nos da fuerza. Es descubrirnos colectivamente en aquello que no da fuerza. No
de una única manera, pero a la vez toma consistencia.

El modelo de juntar fuerza, tal vez, residía únicamente en el número, la


cantidad de personas que nos “juntábamos”. Pero no es solo la masa de
cuerpos congregados, sino las diversas afectaciones que se producen. A veces
es un abrazo lo que dispara potencias desconocidas, a veces es una historia, o
una vivencia compartida, una tragedia por todas sentida. A veces una palabra
escuchada, un frase leída.

Juntar, requiere de un esfuerzo, un transitar un invertir tiempo y


disposición para que los encuentros se produzcan.

Juntar fuerzas: más cercano a una pregunta que a una respuesta

Así se hacen necesario preguntarnos: ¿que nos da fuerza? ¿Cómo


aprovechar cada milímetro de la existencia en pos de facilitar procesos
colectivos, creadores? ¿Cómo sostener un existencia al límite? ¿sobreexigida a
cada momento? ¿cómo reconocer lo que nos da fuerza? ¿cómo poder
exponerse a eso? Exposición que no tiene garantías, que el único reaseguro es
que la afectación producirá una movilización, sin saber bien en qué sentido irá.
Exponernos al desconcierto, la no certeza (acaso inseguridad) de estar
transitando la experiencia correcta.

Una serie de conceptos de la psicología comunitaria nos ayudan en la


manera de aportar como psicólogos al despliegue de las potencialidades que
las personas y comunidades tienen, por ejemplo: necesidad, participación,
lugar, comunidad, redes y procesos comunitarios. Conceptos de larga
trayectoria y construcción que toman un matiz, una dimensión nueva a la luz de
considerar las subjetividades5 actuales. Cómo psicólogos comunitarios

5
El concepto de subjetividad es esquivo. Hay innumerables escritos sobre sus características,
definiciones y construcciones teóricas, y muchas veces se alude a ella refiriéndose a aspectos muy
diversos. En particular me parece que, si algo se tiene en cuenta es la relación entre aspectos

7
trabajamos en contextos cambiantes en las múltiples dimensiones (Quintal de
Freitas 2008) que se juegan en los procesos comunitarios, en facilitar tanto
estos procesos como las condiciones que pueden llevar a esto procesos
comunitarios, como también contribuir a subjetividades poco ajustadas a las
lógicas imperantes y que hacen pie en los procesos creativos y
transformadores-emancipadores.

El mayor desafío es poner en juego estos conceptos con contextos


cambiantes, ambiguos y sobre todo “desanimantes”(Fernandez 2007). Un
contexto que, cada vez más, separa las acciones de las experiencias. Encubre
así la potencia de la experiencia, y más aún la experiencia de lo construido en
común. La invisibilidad que se produce refiere a estas potencias colectivas.

“Juntar fuerzas” nos acerca más a la idea de pregunta como motor del
pensamiento y acciones, al vacio de un horizonte estático y al vacio de una
relación o existencia predefinida. A la necesariedad de encontrarnos,
afectarnos, exponernos, desandar caminos de domesticación de las pasiones.
Al imperativo que ya Pablo Freire nos animaba: “ser mas”, no conformarnos. A
la irrenunciable consideración ética del otro/a y de su lugar reconocible,
necesario, indispensable para un proyecto colectivo emancipador. Cómo
psicólogos implica el trabajo en las múltiples dimensiones que se juegan en el
tener, sostener y dar-nos fuerza en contextos de desmotivación vital, de vidas
precarizadas.

Bibliografía

Althusser, L. (2002) La corriente subterránea del materialismo del


encuentro. En Para un materialismo aleatorio. Pag. 31-71.
Arena Libros. Madrid
Barrault, O. (2008) Atravesar lo comunitario: una experiencia desde la
Psicología Comunitaria. Presentado en el III Foro de trabajo

afectivos, simbólicos-representacionales y prácticas. Es una mirada que juega en la relación de estos


términos, y que permite pensar-se en condiciones de producción “desanimantes”

8
Comunitario. Organizado por la Cátedra Estrategias de
Intervención Comunitaria. Facultad de Psicología. UNC.
Corominas (1954) Junto. Diccionario crítico etimológico de la lengua
castellana. Vol II. Pag. 1076-1077. Ed Gredos. Madrid
Diccionario de la Real Academia Española. En: http://www.rae.es/rae.html
Fernandez Ana (2007) Las lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y
multiplicidades. Ed. Biblos. Bs As.

Ingrassia, F. (2007) Autonomía y dispersión. En Insignificancia y


autonomía. Debates a partir de Cornelius Castoriadis.
Coord. Franco, Freire, Loreti. Ed. Biblos. Pag. 205-209
Plaza, Silvia (2007). Campo de la Psicología Comunitaria. Ficha de
Cátedra. Estrategias de Intervención Comunitaria. Facultad
de Psicología. UNC.
Plaza, Diaz, Barrault (2008) Discusiones en torno a las categorías
exclusión y de lo construido en común desde la Psicología
Comunitaria. Presentado en el II Congreso de la Facultad
de Psicología. U.N.C.
Quintal de Freitas, M (2008) Red de tensiones en la vida cotidiana:
análisis desde la perspectiva de la psicología social
comunitaria. En Subjetividad, participación e intervención
comunitaria. Una visión crítica desde América latina.
Jimenez-Dominguez (comp). Paidos. Bs As.pag. 165-183
Scribano A. (2007a) La Sociedad hecha callo: conflictividad, dolor social
y regulación de las sensaciones. En Mapeando Interiores.
Cuerpo, Conflicto y Sensaciones. Adrián Scribano (Comp.)
CEA-UNC – Jorge Sarmiento Editor. P.P 119-143. Marzo
2007
(2007b) ¡Vete tristeza... viene con pereza y no me deja
pensar!... Hacia una sociología del sentimiento de
impotencia. “Contigo Aprendí...Estudios Sociales de las
Emociones” Luna, R. y Scribano, A. (Compiladores) CEA-
UNC –CUSCH-UdeG.
http://www.accioncolectiva.com.ar/revista/www/sitio/docum
entos/ascribano2007c.pdf Recuperado el 30/10/2009

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