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DE J. B. ALBERDI: LA GUERRA(∗)
INTRODUCCIÓN
(∗
) Este trabajo de investigación ha sido subsidiado por la Asociación Cooperadora de la
Facultad de Ciencias Económicas de la UNC.
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Pero si bien es cierto que " La fuerza material rompió las cadenas que nos
tenían estacionarios, y nos dio movimiento: que la filosofía nos designe ahora la
ruta en que deba operarse este movimiento." (9). Nuestros pueblos no han
comprendido que es necesaria una armonía entre su desarrollo particular y el
desarrollo general del espíritu humano. Y esa armonía proviene del pensamiento, de la
Filosofía y no de la fuerza material que nos dio el primer movimiento.
ninguna de ellas, en tanto y en cuanto están en pugna con los principios mismos de la
Asociación (11).
Es en esta obra de Filosofía del Derecho donde el joven romántico dejará que
su pluma escriba loas a Don Juan Manuel de Rosas, en quien cree ver encarnado el
espíritu absoluto: "...cuántas veces se ha dicho que el poder del Sr. Rosas no tiene
límites, se ha despojado aunque de buena fe, a este ilustre personaje del título
glorioso de Restaurador de las Leyes: porque las leyes, no siendo otra cosa que
la razón o el derecho, restaurar las leyes es restaurar la razón o el derecho, es
decir, un límite que había sido derrocado por los gobiernos despóticos, ..." (13).
Este estallido de entusiasmo se derrumba, tanto en el pensamiento de Alberdi como en
el de sus compañeros del Salón Literario y de la Asociación de Mayo, que pronto se
convertirán perseguidos por Rosas en los llamados "proscritos".
temor a ella; c) nefasta influencia de Francia -que con su Revolución propició todas las
libertades, pero, persiguió la de comercio-, y de Estados Unidos que, por tener otra
situación distinta a la nuestra, aplica una política proteccionista.
Las características de la segunda son: prensa que pide la paz; que debe
aprender a construir; debe conocer las instituciones, leyes orgánicas, reglamentos de
administración política y económica, código civil, de comercio, penal, etc.; favorecer la
organización sin excluir a nadie, ni a los unitarios ni a los caudillos; debe buscar la
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¿Qué es la guerra?
La definición de guerra y sus fundamentos antropológicos, éticos y jurídicos,
aparecen en una obra escrita en 1870, poco después de la guerra franco-prusiana. Se
trata de El crimen de la guerra. Avanzando en el desarrollo de esta temática nos
dice:"La guerra es la pérdida temporal del juicio. Es la enajenación mental,
especie de locura o monomanía, más o menos crítica o transitoria. Al menos, es
un hecho que en el estado de guerra nada hacen los hombres que no sean una
locura, nada que no sea malo, feo, indigno del hombre bueno" (27).
Esta definición encierra una concepción del hombre, el cual, depende de la Ley
natural que proviene de Dios. Él ha hecho al hombre un ser racional, libre, que anhela
el progreso y la civilización. Pero he aquí que el hombre no siempre actúa de un modo
racional, sino que, a veces, permite que lo dominen los sentimientos egoístas y las
pasiones y vanidades compatibles con todos los grados de la civilización, en detrimento
de las virtudes que responden a la naturaleza humana, y que han sido puestas en
nuestra naturaleza: "Toda violación del orden natural, lleva consigo su castigo;
todo violador o infractor es delincuente, y su delito podrá escapar al castigo del
hombre, pero no al de Dios, aquí en la tierra, sin ir más lejos" (28).
Ahora bien, a la Moral está subordinado el Derecho, a tal punto que es una
rama de aquélla, y ambos están en íntima relación y sujetos a la Religión Cristiana,
desprovista de sus dogmas y reducida a aquellas verdades comunes a toda religión. El
Cristianismo es, para Alberdi, la religión propia de los pueblos civilizados.
Existe una idea central que se expresa en esta obra y que, aunque aquí con
influencia filosófica distinta (Jouffroy, Cousin, Kant, etc.), en cuanto a la subordinación
del Derecho a la Moral, se mantendrá enriqueciéndose con otras corrientes filosóficas
hasta madurar en sus obras póstumas.
c) En su: Historia de la guerra del Paraguay (37), sostiene que Buenos Aires y
Brasil se arman militarmente para proteger las aguas de los ríos interiores. Con esto se
impide el comercio de los pueblos civilizados de Europa que pretenden comerciar.
f) Ambición de algunos estados como Brasil, cuyos suelos de clima tórrido, está
poblado por africanos o esclavos, razas abyectas y degeneradas, sobre territorios del
Río de la Plata; por ser estos últimos aptos para otras razas superiores: "Para el Brasil
es cuestión de vida ó muerte la extension de su suelo hasta el Rio de la Plata. El
suelo que hoy posee no puede ser poblado sino por africanos ó esclavos. La
Europa liberal lo resiste, y peor sería para el Brasil si lo permitiese" (38).
que no pierde sus orígenes en la naturaleza del hombre es heredada por Alberdi del ya
mencionado Hugo Grocio.
4) Apoyar los intereses de uno o varios países que injustamente obtienen, por la fuerza
y la violencia, ventajas sobre otros (48).
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1º) La guerra de Independencia se justifica porque con ella nace la libertad para estos
pueblos sudamericanos. La espada realiza la libertad que la idea engendra (52).
4º) A Europa le interesa que reine la paz en América para no tener que enviar ejércitos
de pacificación (57).
5º) La paz hace falta para la planificación y el desarrollo de las instituciones. La guerra
siempre supone terminada la misión de la palabra (58).
6º) La "prensa antigua" destinada a solventar la guerra debe ser sustituida por la
"nueva prensa" que favorece la paz (59).
1º) Fortalecer el espíritu pacífico puesto que la paz existe en la constitución moral de
cada hombre. Su propia naturaleza y la ley natural que la rige lo encamina hacia la
búsqueda de la armonía y el orden: "...porque es contra la naturaleza humana que
el hombre pueda ser a la vez parte interesada y juez imparcial de su enemigo"
(60).
3º) Convocar a un Congreso General Americano que establezca las fronteras o límites
entre las diversas Repúblicas; fomente la industria, el comercio, etc.; que evite que en
América hayan soldados, pactando un desarme general; que nos promueva a pasar de
una paz y neutralidad armadas a una paz y neutralidad productivas y mercantiles, y,
por último, que estableciese una judicatura de paz internacional para la conciliación de
los países beligerantes. Es importante tener en cuenta que después de la Revolución
de la Independencia no existió un pacto común entre los Estados, y cuando hubo
cuestiones de límites se invocó el "uti posidetis" que ha dificultado la paz (62).
4º) Permitir que Europa aplique una política de protección y defensa de la paz en
Sudamérica, puesto que con ello protegería sus propios intereses (63).
6º) Reformar las instituciones de la Argentina y del Brasil, por su política económica de
carácter monopolista, heredada del Mercantilismo de España y Portugal, que atenta
directamente contra la paz (65).
7º) Preocuparse por la ilustración de los pueblos, a través de lo que Alberdi ha llamado,
en varias de sus obras, "la educación por medio de las cosas"; es decir, la instrucción
en las actividades comerciales e industriales, aprendidas por imitación del extranjero:
"...la paz tiene al fin que salir victoriosa y tomar el gobierno del mundo, a medida
que los pueblos, ilustrándose y mejorándose , se apoderen de sus destinos y se
gobiernen a sí mismos; es decir, a medida que se hagan más y más libres, como
tiene que suceder por la ley natural de su ser progresista y perfectible." (66). En
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8º) Aplicar sanciones a quien perturba la paz, porque quien violenta el orden natural, va
a encontrar en sí mismo el castigo que se merece; ni siquiera es necesario que la
sociedad aplique el castigo: "La sociedad no necesita infligirlo; le basta declarar el
crimen y el criminal y darlos a conocer a todos" (67). Estamos en presencia de la
denominada Moral del consenso, de la opinión general, fundada en su concepción
optimista de la naturaleza humana: . "En moral como en economía, hacer el bien
del prójimo, es hacer el propio bien." (68).
11º) De lo anterior deduce la necesidad de establecer la "Paz a todo trance": "El Plata
tiene otra cosa que hacer antes que comprar con su sangre territorios solitarios y
salvajes: es dar seguridad á los que ya ocupa y posee, por la creación de un
gobierno eficaz y sólido y por la paz á todo trance, que es equivalente á progreso
á todo trance, á civilizacion á todo trance." (71).
12º) Educar para la paz la que requiere de una constitución natural de los hombres
sobre la cual se asienta. La paz depende de la voluntad: "El criminal ordinario no
delinque por un error de su espíritu en el modo de evitar el derecho criminal: las
más veces sabe que es criminal; el ladrón sabe siempre que el robo es crimen, y
jamás roba porque piense que el robar es honesto" (72). La voluntad es un
fenómeno moral y físico, por ese motivo para que sea "buena", no bastará la educación
moral mediante el orden, la mansedumbre, el respeto a los demás, la generosidad; ni
siquiera bastará el cumplimiento riguroso de las leyes jurídicas. Quien no es más que
justo es casi un hombre malo, puesto que puede hacer toda clase de maldades sin
violar las leyes. De allí que exista una instancia superior que determina lo que es
bueno: la religión cristiana despojada de sus dogmas.
cambiar. Mejor aún, no siendo lo mismo el soldado que el guerrero, éste último, en las
sociedades civilizadas deberá dejar paso al soldado. Este será el auxiliar del juez y el
brazo de la ley sancionada por los tribunales internacionales. Su destino no será
destruir, sino ser el guardián de su patria y de toda la humanidad. Su carácter será
pacífico.
14º) Reconocer los derechos internacionales del hombre. Los hombres tienden a vivir
en sociedad por su misma naturaleza y cumpliendo con la ley natural, que es la ley de
las leyes. La sociedad y los distintos Estados o Repúblicas se forman por el Contrato
Social.
En los pleitos entre los particulares, y puesto que: " Toda defensa de sí mismo
es presumida crimen en tanto que no se prueba lo contrario, porque es contra la
naturaleza humana que el hombre pueda ser a la vez parte interesada y juez
imparcial de su enemigo" (74). En estos casos, el Estado es el juez que en las
contiendas dirime los casos y hace cumplir el derecho, constituyéndose en un tercero
imparcial y neutral.
Así como el derecho afecta a las relaciones entre los hombres, individualmente
considerados, así también, afectará a los Estados y las Naciones, en cuanto están
formados por hombres individuales. También los pueblos viven en el "estado de
naturaleza", cuando no hay un derecho internacional, una tercera voluntad neutral que
impida las guerras y aplique las sanciones. Nacen así las categorías de: "Estado -
Mundo", en las que el género humano es juez, abogado, soldado, etc.
Para lograr la unión de las naciones, sostiene nuestro autor, se deberán dar
ciertos pasos: a) formación de grandes unidades continentales, por ej.: "Estados
Unidos de Europa", "Unión del Mundo Americano", etc.; b) celebración de Congresos
Continentales, previa formación de cuerpos diplomáticos que representen al mundo,
reunido en cada país; c) fomentar el comercio y la unión de los pueblos a través de la
libre navegación de los ríos que conducen al mar.
Alberdi nos ha ofrecido, así, una propuesta en la cual mantiene resabios del
Romanticismo, del Constitucionalismo y adopta, en no muy prolija síntesis el
pensamiento de Hugo Grocio, y, como lo sostiene F. Leocata (76), el de Carlos Krause
(77) y los krausistas: Enrique Ahrens y Guillermo Tieberghen. Tampoco abandona la
influencia del pragmatismo y utilitarismo propios de la Ideología que recibió en sus
años de Universidad con el Dr. Alcorta.
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CONCLUSIONES
III)- Pacifismo Liberal del siglo XIX: En esta etapa critica a la política Argentina y
Sudamericana, por su incapacidad en superar la etapa bélica, retomando y ahondando
una idea que ya había surgido en sus primeros años, acerca del internacionalismo
jurídico. Propone medios de pacificación concretos, llegando a sostener la paz a todo
trance. Son decisivas las influencias de Hugo Grocio, A. Smith y hay en él un eco de
Krause y los krausistas Harens y Thiebergen.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
(1) YERGA DE YSAGUIRRE, M. DEL C.: "Los fundamentos filosóficos del pensamiento
económico de J. B. Alberdi: El Trabajo". UNC, Facultad de Ciencias Económicas,
Jornadas de Ciencias Económicas 1998. Págs. 169-190.
(2) ALBERDI, JUAN BAUTISTA: "Autobiografía. La evolución de su pensamiento".
Buenos Aires, El Ateneo, 1927. Pág. 40.
(3) La Ideología es un movimiento filosófico que sucede a la Ilustración y vive en plena
Revolución Francesa. Su actividad filosófica se centra en torno al problema del origen
de las ideas (ideología) continuando o corrigiendo a Locke y Condillac, y preparando la
transición del sensismo al positivismo. Se destacaron P. Cabanis, C. Destutt de Tracy,
José de Degerando, etc.
(4)YERGA DE YSAGUIRRE, M. DEL C.: "Los fundamentos...El Trabajo".
(5) El romanticismo historicista es un movimiento filosófico, histórico, literario, que tuvo
su origen en Alemania con figuras como Herder, Goethe, Schiller, Fichte, Schellingy
Hegel. De Alemania pasa a Francia donde tiene un carácter práctico y político. Sus
representantes fueron: José de Maitre, Luis de Bonald, Roberto Lamennais, el conde
de Saint Simon, Lerminier, Savigny y otros.
(6) ALBERDI, JUAN BAUTISTA : "Fragmento preliminar al estudio del Derecho ".
Buenos Aires, Hachette, 1955. Pág. 73.
(7) ALBERDI, JUAN BAUTISTA: Discurso pronunciado el día de la apertura del Salón
Literario. "Doble armonía entre el objeto de esta institución, con una exigencia de
nuestro desarrollo social; y de esta exigencia con otra general del espíritu humano".
Publicado con su Autobiografía. Bs.As., El Ateneo,1927. Pág. 105.
(8) Idem. Pág. 106.
(9) Idem. Pág. 110.
(10) ECHEVERRÍA, ESTEBAN: "Dogma Socialista y otras páginas políticas". 2ª Ed.,
Bs. As., Estrada, 1956. Pág. 137.
(11) ALBERDI, JUAN BAUTISTA: "Xª Palabra Simbólica del Dogma Socialista de
Esteban Echeverría". Bs. As., Estrada, 1956. Pág. 181.
(12)YERGA DE YSAGUIRRE, M. DEL C.: "Los fundamentos filosóficos de las doctrinas
económicas de Mariano Moreno". UNC, Facultad de Ciencias Económicas, Jornadas
de Ciencias Económicas 1993, 1993. Págs. 742-762.
(13) ALBERDI, JUAN BAUTISTA: "Fragmento ...". Pág. 169, nota de pie de página.
(14) Idem. Págs. 55-56
(15) ALBERDI, JUAN BAUTISTA: "Memoria sobre la conveniencia y objetos de un
Congreso Jeneral Americano". En: Obras Selectas. Nueva Edición ordenada, revisada
y precedida de una introducción por el Dr. Joaquín V. González. Tomo VI. Diplomacia
Argentina y Americana (Vol. 1º). Bs. As., La Facultad, 1920.
(16) ALBERDI, JUAN BAUTISTA: "Bases y puntos de partida para la organización
política de la República Argentina". 1ª Ed., Bs. As., Sopena, 1957. Pág. 19.
(17) Para ver el pensamiento de estos filósofos y su influencia en Belgrano, Moreno y
Alberdi se pueden consultar: YERGA DE YSAGUIRRE, MARIA DEL CARMEN: "Los
fundamentos filosóficos de las ideas económicas de Manuel Belgrano". UNC, Facultad
de Ciencias Económicas, Jornadas de Ciencias Económicas 1993, 1993. Págs. 720-
740. "Los fundamentos filosóficos de las doctrinas económicas de Mariano Moreno".
UNC, Facultad de Ciencias Económicas, Jornadas de Ciencias Económicas 1993,
1993. Págs. 742-762. "Los fundamentos filosóficos del pensamiento económico de J.
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(77) Carlos Cristian Federico Krause (1781-1832). Autor alemán que trabajó en la idea
de lo que él llamó: "Liga o Unión de la Humanidad". Entre sus obras se destacan: "Ideal
de la Humanidad", "Sistema de moral", "Discursos a la Humanidad para edificar el reino
de la humanidad religiosa en la tierra", "Compendio del sistema de filosofía del
derecho", etc. Perteneció a una de las tantas sectas masónicas de su tiempo. Su
filosofía se la puede caracterizar como idealista, panteísta y partícipe del denominado
armonismo universal.
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BIBLIOGRAFÍA
ECHEVERRÍA, ESTEBAN:
Dogma Socialista y otras páginas políticas. 2ª Ed., Bs. As.,
Estrada, 1956.
Ojeada retrospectiva sobre el movimiento intelectual en el Plata
desde el año 37. Publicado junto con el Dogma Socialista. Bs. As.,
Estrada, 1956.
GANDIA, Enrique de: Alberdi y su Filosofía del Derecho. En: “CUYO. Anuario de
Historia del pensamiento argentino”. Tomo VIII, 1972. Págs. 113 - 134.
ROSA, José María: Historia Argentina. Tomo VI. Buenos Aires, Oriente, 1974.
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ECHEVERRÍA, ESTEBAN:
Dogma Socialista y otras páginas políticas. 2ª Ed., Bs. As.,
Estrada, 1956.
GANDIA, Enrique de: Alberdi y su Filosofía del Derecho. En: “CUYO. Anuario de
Historia del pensamiento argentino”. Tomo VIII, 1972. Pág. 113 - 134.
ROSA, José María: Historia Argentina. Tomo VI. Buenos Aires, Oriente, 1974.
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