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Publicado en: Alonso Díez AJ, González Montaña JR, Rejas López J. Congreso de la
Sociedad Española de Medicina Interna Veterinaria [cd-rom] . León: Universidad de
León, 2002; pp. 30-34. ISBN 84-7719-810-1.
RESUMEN
La Fiebre de leche o paresia puerperal hipocalcémica es una enfermedad metabólica
que afecta a las vacas con insuficiente movilización de calcio, por lo que no pueden
compensar las pérdidas de este mineral a través del calostro. Clínicamente se
caracteriza por parálisis fláccida, hipotermia, poca respuesta a los estímulos
externos, meteorización, retención de orina y fecas, decúbito, coma y muerte.
DEFINICIÓN
La fiebre de leche o paresia puerperal hipocalcémica es una enfermedad metabólica
que en su forma clásica afecta a la vaca, entre las 24 horas previas al parto hasta
las 72 horas después del parto; bioquímicamente se produce un descenso brusco
de las concentraciones de calcio y fósforo en la sangre y clínicamente se caracteriza
por una disminución de las funciones orgánicas, dificultad para caminar, descenso
de la temperatura, decúbito y muerte (Contreras, 1998).
PRESENTACIÓN
Su forma clásica se presenta con mayor frecuencia en las vacas de más de un parto
y raramente en vaquillas. En comparación con las vacas que nunca han presentado
la enfermedad las vacas que la han sufrido tienen mayores posibilidades de repetir
el cuadro en los partos siguientes (Andrews y col. 1992).
CAUSA
La causa de la enfermedad es el descenso brusco e intenso de las concentraciones
de calcio y fósforo en la sangre, debido a la salida de estos minerales en el calostro,
pérdida que la vaca no es capaz de compensar debido a una insuficiente
movilización de estos minerales, desde los huesos y del aparato digestivo (Hibbs,
1950; Contreras y col. 1998).
DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD
Las concentraciones sanguíneas de calcio y fósforo en el bovino son 2.0-2.6 mmol/l
(8-10.6 mg/100ml) y 1.1-2.3 mmol/l (3.2-7.1 mg/100ml) respectivamente. En el
animal sano al momento del parto las concentraciones de calcio y fósforo
disminuyen levemente y luego se recuperan, es lo que se llama hipocalcemia
fisiológica, pero cuando el descenso es intenso, por insuficiente capacidad de
movilización de calcio, se produce la enfermedad. Las causas de una movilización
insuficiente de calcio son :
MANIFESTACIONES DE LA ENFERMEDAD
En la presentación de la enfermedad se puede reconocer dos fases, la primera es
de tipo excitatorio en que la vaca no come, hace crujir los molares, se presenta
nerviosa, camina con dificultad y se pueden observar temblores musculares. Esta
etapa puede durar desde algunos minutos hasta horas, para pasar bruscamente a
la segunda que es la fase de parálisis, en la cual la vaca está en decúbito, con la
piel fría, generalmente hipotérmica, no responde a los estímulos, pupilas dilatadas
sin respuesta a los estímulos luminosos, en las mucosas el rellene de los capilares
es lento, manifestándose por la persistencia más prolongada de la superficie
anémica, el rumen se presenta meteorizado, se observa retención de orina y fecas,
parálisis de tipo fláccida, relajación del esfínter anal, respiración intensa y
generalmente con un quejido espiratorio. Si no se realiza un tratamiento adecuado
el animal puede morir en cualquier momento (Rings y col, 1997; Contreras, 1998).
DIAGNÓSTICO
Esta patología puede presentar dificultad de diagnóstico por la existencia de
algunos signos clínicos comunes con cuadros de endotoxemias, mastitis
estafilocócicas, rupturas uterinas, metritis tóxicas, etc. (Contreras, 1997; Rings y
col. 1997). Generalmente las confusiones de diagnóstico, son producto de un
insuficiente examen clínico, por ello el médico veterinario deberá considerar para el
diagnóstico:
• La anamnesis, que permitirá establecer que se trata de una vaca con buenos
niveles productivos en las lactancias y/o la presentación de la enfermedad
en partos anteriores.
• Los signos clínicos de utilidad diagnóstica, para lo cual se requiere de un
buen examen clínico y descartar la presencia de otras patologías que
provoquen un diagnóstico errado. Algunos de los signos clínicos que ayudan
a identificar la enfermedad son la presencia de parálisis flácida, la falta de
respuesta a los estímulos externos, la hipotermia y la relación con el parto.
• Los exámenes de sangre, que permiten medir las concentraciones de calcio
y fósforo. Para lo cual se puede enviar muestras al laboratorio para
confirmar el diagnóstico. En casos de hipocalcemia patológica las
concentraciones de calcio son inferiores a 1.5 mmol/l. En la práctica rural
para obtener una información más inmediata se puede hacer la estimación
del calcio, mediante el test semicuantitativo de calcio sérico, usando ácido
etilendiaminotetracético (EDTA). El test se realiza utilizando un tubo de
ensayo con 0.8 ml de una solución de EDTA al 1 por mil, cantidad de EDTA
suficiente para quelar todo el calcio presente en 2 ml de sangre con una
concentración inferior a 1.5 mmol/l. Cuando en este tubo se colocan 2 ml de
sangre de una vaca en estudio, es necesario asegurar la adecuada
homogenización del reactivo con la sangre y después de 30 min., a
temperatura ambiente, se observa si se ha producido coagulación. Si no hay
coagulación en la muestra se considera que las concentraciones de calcio
son inferiores a 1.5 mmol/l y se debe realizar tratamiento con calcio
(Contreras, 1998).
TRATAMIENTO
Este debe incluir un tratamiento con soluciones cálcicas, el manejo y los cuidados
de enfermería.
PREVENCIÓN
La enfermedad es de muy difícil prevención pero la literatura muestra dos caminos
posibles para intentarlo. El primero es utilizando productos que favorecen la
movilización del calcio, que son derivados naturales o sintéticos de la vitamina D,
los que deben ser inyectados en un período muy preciso antes del parto.
Lamentablemente la predicción de la fecha de parto es muy poco eficiente, los
productos a inyectar son caros o son de difícil disponibilidad en los mercados. La
segunda alternativa es mediante la manipulación de la dietas, es decir, tratar en lo
posible que en el período sin lactancia, previo al parto, las vacas consuman la
menor cantidad de calcio posible, evitando las sales minerales que contengan calcio
(Green y col. 1981). De esta manera se exige al organismo que todo su sistema
hormonal este trabajando activamente, de tal manera que al momento del parto,
en donde se requiere movilizar una gran cantidad de calcio, este sistema hormonal
responda rápida y eficientemente (Wang y col. 1996).
Generalmente las raciones para vaca contienen muchos cationes, lo que dificulta la
absorción y movilización de calcio. Por ello se ha estimado, en determinadas
circunstancias, incorporar a la alimentación sales minerales aniónicas en el período
previo al parto, para provocar un DCAD negativo. Los cationes más determinantes
en la ración son el Sodio (Na) y el Potasio (K) y los aniones son el Cloro (Cl) y el
Azufre (S). Por ello para calcular el DCAD de la ración se utiliza la siguiente
formula:
Las sales aniónicas que se usan para provocar el diferencial negativo son: Sulfato
de Calcio, Sulfato de Magnesio, Sulfato de Amonio, Cloruro de Amonio y Cloruro de
Calcio. Las sales se usan mezcladas con el objeto de obtener una dosis de 2,8 a 3.0
equivalentes aniones. Las mezclas y dosis recomendadas son:
La mezcla A aporta 3.0 equivalentes de aniones y la B, 2.8 equivalentes de aniones.
Para utilizar las sales aniónicas es indispensable conocer el DCAD que están
recibiendo las vacas y durante el período de uso se requiere medir el DCAD, para
adecuarse al diferencial recomendado.
En todo caso los investigadores son categóricos en señalar que para usar sales
aniónicas se requiere:
Según Oetzel (1993), para usar sales aniónicas, además, es necesario tener
presente las siguientes consideraciones practicas:
Por ello para decidir su utilización debemos analizar cuidadosamente si los costos y
riesgos de la prevención con sales aniónicas, son menores o mayores a los que
involucra el tratamiento de los animales que presenten la enfermedad.
BIBLIOGRAFÍA
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