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INSTITUTO LATINOAMERICANO DE INVESTIGACIONES SOCIALES (ILDIS)


MINISTERIO DE LA FAMILIA
REPUBLICA DE VENEZUELA

LA POLITICA SOCIAL

DE APOYO A LA

ECONOMIA POPULAR

EN VENEZUELA.


UNA PROPUESTA EN MARCHA


CESAR A. BARRANTES A.

CARACAS, NOVIEMBRE DE 1989.

ÍNDICE


Editado por el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales con un tiraje de 600 ejemplares.

Consultor del ILDIS, exprofesor investigador asociado de la Universidad de Costa Rica.
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PRESENTACION
INTRODUCCION

I. MARCO DE REFERENCIA
l) Concepciones Acerca de Lo-Social y La Pobreza
2) Consideraciones Acerca del Sector Informal Urbano
3) Aproximación Conceptual a la Economía Popular

II. LOS PLANES Y PROGRAMAS DE APOYO A LAS MICROEMPRESAS


1) En Latinoamérica
2) En Venezuela
3) Recapitulación

III. BASES PARA LA FORMULACION DE LA POLITICA SOCIAL DE APOYO A


LA ECONONIA POPULAR
l) Papel del Ministerio de Desarrollo Social dentro del Marco del Desarrollo Nacional
2) La Política Social de Apoyo a la Economía Popular
3) Caracterización General de la Economía Popular y las Microempresas

IV. PROPUESTA OPERATIVA DE LA POLITICA SOCIAL DE APOYO A LA


MICROEMPRESA POPULAR
1) Fundamentación
A) Lineamientos
B) Objetivos
C) El Sistema de Apoyo a la Microempresa Popular
2) El Plan Nacional de Apoyo a la Microempresa Popular
A) Lineamientos
B) Objetivos
3) Los Programas
A) Programa de Apoyo Financiero
B) Programa de Apoyo a la Comercialización
C) Programa de Capacitación y Organización
D) Programa de Investigación
4) La Estructura Organizacional

BIBLIOGRAFIA

PRESENTACION
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El presente documento se elabora dentro del Convenio de Cooperación entre el Instituto

Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS) y el Ministerio de la Familia y de

Desarrollo Social (en adelante Ministerio de Desarrollo Social) de la República de Venezuela.

Los términos de referencia destacan la necesidad de contar con una propuesta de desarrollo

de las capacidades productivas de las iniciativas populares de producción y comercio de

servicios y bienes a pequeña escala, contentiva de una gama de definiciones y un perfil de la

Política Social de Apoyo a la Economía Popular que adelanta dicho Ministerio.

Por lo tanto, no nos referiremos a la estrategia de Apoyo al Consumo Familiar ni a la

Política de Desarrollo Social más que en sus líneas generales. Su formulación será objeto de

otro trabajo. No obstante, en aras de la integralidad y la coherencia aportamos insumos en esta

dirección: intentamos una aproximación conceptual al objeto y a los sujetos de la Política y

reforzamos la base contextual de nuestra propuesta. Sin ello los instrumentos y criterios

propuestos perderían eficacia procesal.

Se consideró conveniente enriquecer nuestro trabajo con la discusión colectiva. Para ello se

previeron dos Talleres de Trabajo, el primero de los cuales se realizó el 30 de noviembre de

l989, en la Sede del ILDIS en Caracas y su relatoría se anexa al final del presente documento.

En dichos eventos participan funcionarios de organismos gubernamentales (en adelante

OG) y no gubernamentales (en adelante ONG), institutos de investigación y profesionales con

experiencia en programas de apoyo a las unidades populares de producción y

comercialización de bienes y servicios, así como asociaciones de microempresarios y

artesanos en tanto sujetos de la Política.

El objetivo fijado para dichas actividades, es la obtención de un producto final procesado

colectivamente que sea de utilidad práctica inmediata para las Autoridades del Ministerio.

INTRODUCCION
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El propósito del presente documento es formular las líneas generales de la Política Social

de carácter nacional de Apoyo y Promoción de la Economía Popular en Venezuela, en la

perspectiva del corto, mediano y largo plazo.

La propuesta adopta una concepción de desarrollo integral que aquí llamamos socialmente

centrado. Con ello señalamos el carácter no economicista y no reduccionista de un

macroproceso, incipiente en la sociedad venezolana, de construcción colectiva de imágenes de

sociedad deseable y posible. Asimismo, de propuestas de satisfacción de necesidades que

apunten, por un lado, a la democratización, desconcentración y descentralización del mercado

y, por otro, al desarrollo autogestor de las potencialidades social y económicamente

productivas de los agrupamientos populares, en especial de aquellos que se articulan como

agentes individuales y colectivos, de producción y comercio de bienes y servicios a pequeña

escala.

Producidas y encarnadas por unos y otros, dichas imágenes pueden ser sistematizadas y

asumidas como propias por sujetos sociales complejos que luchan por la sobrevivencia, la

búsqueda de espacios de hegemonía y la construcción de una democracia activa,

descentralizada y socialmente rentable.

Con el término rentabilidad social queremos decir que la inversión de recursos económicos,

institucionales, humanos, materiales, culturales y políticos, obedezcan no sólo a los criterios

de productividad económica, tasa de retorno ni a la relación capital-producto, sino, además,

que su aplicación tenga efectos multiplicadores en las siguientes dimensiones:

a) La creación y consolidación de infraestructura física, jurídica, cultural, social e

institucional;

b) La generación de mayores y mejores niveles de organización político-económica y socio-

cultural;
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c) El desarrollo de las capacidades productivas e inventivas de los agrupamientos populares;

d) El redespliegue de las relaciones de solidaridad social.

Bajo el término economía popular, incluímos el fenómeno denominado, más por

persistencia que por pertinencia, Sector Informal Urbano de la Economía (en adelante SIU).

Este forma parte orgánica del complejo e inagotable mundo de los agrupamientos

populares y del conjunto de relaciones político -culturales que media la direccionalidad y los

sentidos que adquieren, desde el punto de vista individual y colectivo, tanto sus estrategias

cotidianas de subsistencia y autodefensa de la vida, como aquellas propositivas e innovativas,

económica y socialmente productivas.

Para la elaboración de nuestra propuesta, estudiamos una amplia documentación

latinoamericana que conforma un abanico de estudios y reflexiones sobre la denominada

economía informal, la pobreza y la economía popular. Entre ella, la existente en el ILDIS nos

permitió conocer los planes, programas y proyectos que se realizan en el Subcontinente y

relacionarlos con los que se realizan en Venezuela a la luz de las características que aquí

adquiere la economía popular.

De aquélla retomamos, recontextualizamos, complementamos o reinterpretamos aspectos

relevantes a la luz de nuestro enfoque. Por este medio, en el primer capítulo, construimos un

marco referencial con diversos espesores, el cual nos permitió precisar la forma, el contenido

y el sentido de nuestra propuesta.

A los efectos de ofrecer una panorámica de la terminología utilizada por cientistas y

organismos internacionales, hacemos un esbozo de las concepciones de Lo-Social y la

Pobreza. De seguido, presentamos algunas consideraciones sobre el SIU.

Cerramos el capítulo intentado conceptualizar operativa pero inclusivamente, la economía

popular como dimensión orgánica de la sociedad venezolana y latinoamericana.


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En el capítulo segundo, condensamos dieciseis planes y programas de apoyo a las

microempresas populares nacionales y latinoamericanos, relevando sus características

esenciales. Finalmente, puntualizamos los rasgos generales de un proyecto investigativo en

ciernes sobre las redes populares de producción y distribución de bienes y servicios, mediante

las cuales se expresa una dimensión específica de la cultura popular y el modo de vivir y hacer

economía de los agrupamientos populares.

En el capítulo tercero hacemos una caracterización general, cuantitativa y cualitativa, de la

economía popular y los sujetos microempresariales. Asimismo, formulamos las bases de la

Política de Apoyo a la Economía Popular, dentro del marco de la Política del Ministerio de

Desarrollo Social.

En el capítulo cuarto, fijamos los lineamientos y objetivos de la Política, el Plan y sus

Programas. Cerramos la propuesta con un esbozo de la estructura organizacional

correspondiente.

Muchas son las referencias que habría que hacer a lo largo del documento pero, en aras de

facilitar su lectura, optamos por reducirlas a las estrictamente necesarias. Al final aportamos

una bibliografía, no exhaustiva pero sí sustantiva; a ella remitimos al lector.

Mi reconocimiento al Equipo ILDIS-MINISTERIO, en especial a los gestores de la Política

de Apoyo a la Economía Popular.

A Marisela Padrón, Ministra de Desarrollo Social, por la confianza depositada en mi

persona. Sólo espero haber sabido recoger e interpretar correctamente el contenido de sus

planteamientos y preocupaciones, expresados en las reuniones sostenidas con diversos

propósitos, en especial los concernientes al papel rectoral del Ministerio en el ámbito de la

satisfacción de necesidades sociales.


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A Vanessa Cartaya, Coordinadora de Proyectos del ILDIS, por el desprendimiento con que

comparte su biblioteca, conocimientos y, especialmente, su amistad. Sin su empeño

difícilmente este documento hubiera podido ver la luz de la crítica.

A Mauricio Iranzo, Director General Sectorial de Apoyo y Promoción de la Economía

Popular y a sus dos colaboradores, Gabriela Troconis y Pedro Sassone, por las estimulantes

discusiones sostenidas a propósito de nuestro trabajo conjunto y mutuamente alimentador.

A todos mi agradecimiento.
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I.- MARCO DE REFERENCIA

1) Concepciones Acerca de Lo-Social y la Pobreza

Varios términos han sido acuñados marcando hitos en la evolución del tratamiento dado al

inagotable campo de Lo-Social y, dentro de éste, al SIU. Construídos desde diversos enfoques,

disciplinas y referentes empíricos unos se encuadran en la esfera de la oferta y, otros, en la de

la demanda. Los menos, en la intersección de ambas.

Veamos primero los referidos a Lo-Social. Ello nos permitirá contextualizar las

consideraciones que sobre el SIU hacemos en el apartado siguiente.

La Cuestión Social: Desde los desarrollos primigenios de la ciencia social, esta denominación

genérica tiene un indiscutido referente empírico: las condiciones materiales de reproducción

de las clases bajas (pobreza, desempleo) y sus secuelas morales (prostitución, delincuencia,

mendicidad) y sociales (contaminación de la parte sana de la sociedad, violencia, revueltas y

eventuales revoluciones) las cuales están al acecho de la seguridad y estabilidad de las clases

gobernantes.

La Situación Social: Término no menos genérico que el anterior, fue acuñado en los años '40

por la ONU para referirse a las medidas más directamente relacionadas con el bienestar

humano cuyos problemas acumulativos son vistos como fuentes de gastos económicos no

recuperables, una carga onerosa que sólo permite mitigar las condiciones de pobreza a las

cuales se ven sometidos los agrupamientos populares.


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Los Sectores Sociales: Con este término se intentó superar las imprecisiones anteriores. El

amplio campo del bienestar humano fue segmentado como derivación de las persistentes

necesidades acumulativas de salud, nutrición, educación y vivienda.

Si bien el criterio de sectorización demostró su eficiencia instrumental, no fue así el trato

analítico dado a cada sector. Por un lado, se exageró su autonomía, se descontextualizaron y

constituyeron en objetos empíricos sin sujetos, apropiados por ciencias especializadas pero

cautivas de la planificación global. Por otro, las soluciones dadas fueron exclusivamente

económicas.

En los años '60 se diseñó una nueva estrategia mediante la creación de equipos

interdisciplinarios. Estos se abocaron a la superación de los vacíos teóricos anteriores,

acudiendo al uso de modelos de interacción intersectorial.

Inversiones Sociales: Esta noción surgió en los años '40 pero no fue sino hasta los '60 que

ganó legitimidad internacional. El capital transformó las acciones de mejoramiento social,

ligadas a una visión más estática y diluída de Lo-Social, en inversiones productivas al servicio

del mejoramiento de la situación económica. De allí que las acuñaciones `inversión en

recursos humanos', `inversión social', `inversión en infraestructura social' y otras, legitimaron

al capital como gestor universal del bienestar humano y el desarrollo social económicamente

rentable.

Sus objetivos privilegiaron planes sectoriales consolidados que contaran con legislación

propia, administración eficiente y programas de capacitación de personal eficaces.

Lo Social como Globalidad: Con este término se pretendió en el decenio de los '60, superar

las concepciones de lo-social que van desde el vacío ignoto del economismo (neo)clásico
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hasta la entidad interdependiente con lo-económico, pasando por la de un algo más o menos

pasivo y reflejo el cual, en virtud de su progresivo aumento de peso, volúmen y perfil propios,

fue perdiendo su carácter apendicular de lo-económico, para constituirse en un órgano

pletórico de resitencias que sólo obstaculizaban el Desarrollo Económico y Social Integral.

Lo-Social ya no se intenta definir por lo que no es económico, por lo que no es público, por

lo que no es privado, sino, como todo lo que pertenece a la sociedad, lo colectivo, lo societal.

La economía es una ciencia social y todos los aspectos del cambio, desarrollo y crecimiento de

las sociedades son parte de un solo proceso global integrado. Todas las instalaciones de uso

colectivo, desde las escuelas hasta las alcantarillas, desde los ferrocarriles a los hipódromos

son sociales.

Baste el esbozo anterior para distinguir varios niveles de conceptualización de lo-Social:

a) Estrechos (Asistencia, Bienestar, Promoción, Seguridad Social con referencia a los sectores

educación, empleo, vivienda, salud, alimentación).

b) Ampliados (agregando a los anteriores la familia, la infancia, la delincuencia, la reforma

agraria, el desarrollo comunal, el cooperativismo).

c) Extensos (la sumatoria de los anteriores con el urbanismo, las comunicaciones sociales, la

ciencia y la tecnología, la cultura y la recreación tal y como fue establecido en el VI Plan de la

Nación de Venezuela; el control de precios de la cesta básica, la promoción y defensa del

consumo colectivo, según se definió en el Plan Nacional de Desarrollo, l974-78, de Costa

Rica.

En una concepción extensa de Lo-Social, nos preguntamos si políticas que son

conceptuadas como económicas en algunos planes de desarrollo nacional, son tan sociales

como el complejo ámbito de los Derechos Humanos: las relaciones obrero-patronales, el


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desarrollo ecosistémico, urbano, agrario y territorial; la informatización de las relaciones

sociales y del Estado mismo, la cogestión obrera y la democratización de la economía y la

propiedad.

La Pobreza: Esta nominación ligada a la problemática del bienestar humano, fue tomando

cuerpo a raíz del proceso recesivo mundial de fines del decenio de los '60 y su consecuente

segundo redespliegue industrial, en el transcurso del cual las sociedades latinoamericanas

quedaron reincorporadas al orden económico transnacionalizado.

El decenio de los '70 y, fundamentalmente, el de los '80, son testigos del agotamiento de las

políticas y modelos de desarrollo económico y social que intentaron servir de plataforma a los

proyectos de integración económica sobre la base de la sustitución de importaciones en

América Latina.

Ante el brutal embate de la crisis iniciada en l977-78, la persistencia de la agudización del

deterioro de las condiciones de vida de los agrupamientos populares y la recesión política

impuesta por los regímenes autoritarios del Cono Sur, obligaron la búsqueda de respuestas

inéditas a los fenómenos que no pudieron ser explicados por los enfoques de la marginalidad,

la dependencia, el estructuralismo, el funcionalismo y la ortodoxia marxista.

El fenómeno de la pobreza como objeto de estudio deriva, por lo tanto, de trabajos

auspiciados por ONU, CEPAL, BM, BID, PNUD, OIT y, más recientemente, OG y ONG

interesados en morigerar los impactos destructivos de la pobreza y la recesión económica en el

modo de vida de los agrupamientos sociales más pobres.

Dichos estudios han dado cuerpo a un enfoque no sectorial de Lo-Social, interesado en

darle un rostro humano al desarrollo capitalista (Cornia, Jolly, Stewart l987) y, justo es

reconocer, algunos han llamado la atención sobre la necesidad de contar con soportes
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prácticos, teóricos e institucionales más integrados y totalizantes que los utilizados por el

enfoque sectorialista.

No obstante su preocupación genérica por la promoción social y el énfasis dado al empleo e

ingresos, en tanto recursos de sobrevivencia y satisfacción de necesidades asociadas a las

condiciones mínimas de vida de los distintos estratos de la pobreza, las limitaciones teóricas y

metodológicas determinaron que dichos estudios se realizaran, al menos inicialmente, con una

visión geoespacial de economía cerrada centrada en comunidades rurales y, más

recientemente, en áreas urbanas en las que las condiciones de existencia son muy restrictivas.

Su sesgo tecnocratista y neoasistencialista como contracara del desarrollismo economicista,

los llevó a atribuirle virtudes sociales a las unidades territoriales y a ocultar las relaciones de

poder, mediante las cuales se articulan diferencialmente los sujetos colectivos que dinamizan

los procesos sociales, políticos y económicos en una determinada formación territorial.

Los numerosos estudios sobre la pobreza en América Latina, han conformado un

heterogéneo espectro de investigaciones que han intentado desde medir los grados de pobreza

(CEPAL l983; Altimir l979) hasta describir movimientos sociales de muy diversa índole

(Jelin, comp. l985), pasando por el estudio de la segmentación de los mercados, el

denominado sector informal (ver los trabajos de PREALC y los publicados en "Nueva

Sociedad" l987), las redes de la economía solidaria (Hardy l987; Razeto l985), la informalidad

y el cambio social (Palma l987) y el modo de vida de los pobres (Jelin l984; Lomnitz l977)

entre otros.

Como alternativa de esta línea investigativa y ensayando la construcción de un nuevo

paradigma teórico-metodológico, tenemos los estudios sobre las denominadas estrategias de

sobrevivencia (ver "Demografía y Economía" l98l), que enfocan la problemática de la pobreza


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desde el punto de vista de la reproducción social de la fuerza de trabajo, tomando como unidad

de análisis la familia o Unidad Doméstica (CENDES l989).

2) Consideraciones Sobre el SIU.

En tanto objeto de estudio de las diversas disciplinas de la ciencia social, el SIU ha venido

sufriendo un trato parecido al de Lo-Social. Muchos son los nombres y explicaciones que,

tanto en los países centrales como periféricos, se le han asignado.

Sus sentidos e implicaciones adquieren muy divesos sentidos, a la luz de concepciones de

mundo y proyectos políticos de muy diverso signo y nivel de actuación.

Adentrarnos en estas profundidades no está dentro de los propósitos del presente trabajo.

Sólo nos interesa señalar que su tratamiento ha estado regularmente, dominado por una

concepción dualista y economicista que tiene varias vertientes de expresión. Entre ellas, las

siguientes divisiones:

- lo-económico(racional) y lo-no-económico(no-racional).

- lo-urbano(moderno) y lo-rural(atrasado).

- lo-público(estatal) y lo-privado(civil).

En relación a la dicotomía racional-no-racional, podemos señalar cinco variantes de secular

gravitación en el pensamiento latinoamericano, mediante las cuales se le ha venido

reconociendo, al igual que a Lo-Social, diversos estatutos al SIU, en sus relaciones con el

Sector Moderno (SM) de la economía.

l) Como fenómeno absolutamente residual cuya desaparición se produciría gracias a su

absorción funcional por parte del desarrollo económico latinoamericano.


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2) Como fenómeno no residual que, habiendo adquirido cierta permanencia, sólo es capaz de

establecer relaciones de subordinación con el SM, en virtud de lo cual el desarrollo de éste

correlaciona con la explotación de aquél.

3) Como fenómeno que habiendo ganado peso, tamaño, permanencia y, por lo tanto,

resistencia a la absorción productiva de los frutos del desarrollo tecnológico-industrial, se

constituyó en uno de los obstáculos que sólo distorsiones produce al redespliegue industrial

latinoamericano.

4) Como sector capaz de establecer relaciones de interdependencia en virtud de lo cual

intercambia ventajas comparativas ideales con el SM.

5) Como forma absoluta que contiene de una vez y para siempre, el espíritu libre-empresarial

secularmente constreñido por los excesos del aparato jurídico-burocrático del Estado, otrora

mercantilista y actualmente intervencionista. Una vez redimida, la iniciativa privada

temporalmente informalizada encontrará, supuestamente bajo el acicate de la libre

competencia, los cauces naturales para el desarrollo de quienes hoy son sus nuevos portadores:

los empresarios informales que mañana serán libres en la legalidad. Se cumplirá así la utopía

liberal.

En relación con lo rural-urbano, que concitó prolíferos estudios sobre la modernización,

dicha dicotomía se reactivó a inicios de los `70, al asimilarse la noción de informalidad al

polémico concepto de marginalidad. Esta equívoca sinonimia generó intensas discusiones las

cuales, entreveradas a la polémica sobre el campesinado, provocaron la división del fenómeno

en dos grandes sectores informales: el urbano y el rural.

Estos adolecieron de ambigüedades tales, que la superación teórica de sus relaciones

intersectoriales encontró, finalmente, una salida pragmática en favor de la centralidad urbana.


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No obstante, en el transcurso del decenio de los '70, tomó cuerpo una nueva dimensión de

la informalidad en tanto sector social.

Con esta nueva nominación, no menos ambigüa y residual que las acuñadas en la década

anterior para referirse a Lo-Social, se intentó hacer encajar las múltiples entidades,

agrupamientos y prácticas sociales que escapaban a las concepciones tradicionales que aún

persisten en la división artificial entre lo "público" y lo "privado".

Es decir, lo informal, igual que Lo-Social al que pertenece, fue definido no por lo que es,

sino, por lo que no es. Es lo no estructurado, lo no privado, lo no formal, lo no rentable, lo no

público. En términos sistémicos, una gran "caja negra" de la cual lo único que se sabe es que

tiene un gran boquete de entrada, un pequeño orificio de salida y una plétora de carencias de

capital, educación y, antes de "El Otro Sendero" (De Soto l987), de espíritu empresarial.

Se entiende, por lo tanto, el sentido negativo de adjetivos tales como marginales,

informales, no asalariados o ilegales para referirse a los sujetos individuales y colectivos que

constituyen relaciones sociales diferentes y relativamente autónomas del modo de producción

hegemónico.

Asimismo, se entiende la connotación peyorativa dada a una economía a la que no se le

reconoce carta de ciudadanía porque no es pública ni privada. Es clandestina, subterránea,

informal.

Finalmente, se comprende el orígen de algunas propuestas que, si bien constituyen una

promisoria alternativa para América Latina, en modo alguno abandonan los enfoques

convencionales sobre la realidad social vista desde la economía. Asumiendo que ésta es una

totalidad mixta compuesta por los sectores público y privado, han propuesto la creación de un

tercer sector economíco, como estrategia de democratización del capital, la propiedad y la

gestión del desarrollo económico.


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Tal es la lógica de la cogestión, cuyo desiderátum es la triada de la democracia social,

económica y política y de la autogestión, que ve en dicho sector los gérmenes de una sociedad

comunitaria. Asimismo, de las propuestas homónimas siguientes:

- El fracasado Proyecto de Ley que, entre l977 y l986, bajo la consigna de hacer de Costa Rica

un país de propietarios y no de proletarios, propuso crear el tercer sector de la economía: el

Sector de Economía Laboral (SEL), propiedad de los trabajadores mediante la capitalización

de sus prestaciones sociales.

- El Programa Nacional de Microempresas Urbanas (SIMME) de Guatemala, para el cual el

SIU es el Tercer Sector de la Economía guatemalteca.

- El constitucional Sector Social de la Economía de Mexico.

- La Economía Social, tesis del liberalismo constructivo y el aprismo, ambos consagrados

respectivamente en Colombia y Perú.

A estos sectores, por lo general, se les asignan rasgos organizacionales autogestionarios,

cooperativos y modalidades de producción similares; dentro de éstas, unas veces se excluye y,

otras, se diluye la noción de SIU.

Con ello se agrega a la ambigüedad existente, una gama de nombres con rasgos teóricos

específicos. Entre éstos, economía asociativa o cooperativa, economía popular de solidaridad,

organizaciones económicas populares o de base.

Veamos rápidamente algunas de estas nominaciones que, en Venezuela, intentan construir

su propio espacio de validación intitucional.

Las Organizaciones Económicas Populares (OEP). Es el nombre dado en Chile a las

empresas comunitarias (Colombia), organizaciones sociales de barrio (Perú) y solidarias de


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desempleados (Brasil), nuevas sociedades de fomento (Argentina), y empresas asociativas y

organizaciones económicas de base (Venezuela).

Desde hace varios años vienen siendo estudiadas por la Conferencia Episcopal y el

Programa de Economía del Trabajo (PET) de la Academia de Humanismo Cristiano, en

especial de Luis Razetto, Clarisa Hardy y otros.

Son unidades económicas colectivas productoras de servicios e ingresos para garantizar la

sobrevivencia de las familias más depauperadas.

Entre sus variadas actividades se encuentran las denominadas ollas comunes y cooperativas

autogestionarias de muy diverso tipo a saber: producción y comercio de comestibles,

construcción de infraestructura y vivienda, bolsas comunales de trabajo, talleres de primeros

auxilios y educación popular.

Según Razeto, las OEP forman parte del movimiento laboral y popular. Son un momento

en la historia de la organización de las clases subalternas. Nacieron como respuesta de

subsistencia ante el deterioro socioeconómico estructural de Chile, expresado en índices sin

precedentes de desempleo, subempleo, marginalidad urbana y depresión generalizada de la

calidad de vida.

Podrían contribuir junto a otras organizaciones de carácter solidario, cooperativo y

autogestionario, a la construcción de un mercado democrático, desconcentrado y

descentralizado y un nuevo estilo de desarrollo. Así la empresarialidad popular potenciaría la

democracia económica, la democracia política, el incemento de la calidad de vida y la difusión

del conocimiento práctico.

En este sentido, las OEP son parte de los sujetos populares irredentos y, por lo tanto,

portadoras creativas de valores comunitarios y solidarios y de capacidades organizativas y de

gestión tales, que constituyen un potencial indiscutible, hasta hoy desaprovechado por un
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estilo de desarrollo que sólo ha dado privilegios a los actores formales empresarios,

profesionales y asalariados.

La Economía Asociativa: Este término adolece de un tratamiento que acentúa su

ambigüedad. Por un lado, se asimila a economía cooperativa; por otro, se esencializa el

carácter supuestamente comunitario, solidario, autogestionario y hasta cogestionario, de las

prácticas populares.

Para Pereira (l988) es la variable explicativa de un subconjunto de una indiferenciada

Economía Social venezolana. Esta se refiere al desarrollo planificado de la producción masiva

de bienes y servicios ligados a la canasta básica de consumo popular, con tecnologías

apropiadas y comercializados a precios accesibles, mediante la construcción de cadenas

económicas de producción, distribución y consumo barato para los más pobres (Michelena

l988).

La unidad de análisis es la empresa asociativa o cooperativa cogestora, accionaria o

autogestora comunitaria. Define una racionalidad específica diferente a la capitalista y

estatista, es decir, ajena a los criterios del beneficio económico en la organización de la

producción, del proceso de trabajo, en la asignación de recursos y la acumulación de capital.

La economía asociativa es muy heterogénea y desarticulada, pero con una política de apoyo

decidida y sostenida, es posible que adquiera un perfil auténtico. Vinculada a otras formas de

organización civil, podría redimensionar el actual modelo en vigencia, mediante la creación

del Tercer Sector de la Economía: la Economía Social.

Inspirado en Razeto y en la nomenclatura utilizada por el Fondo de Cooperación y

Financiamiento para Empresas Asociativas (FONCOFIN) de Venezuela, Pereira (l988) define


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empresa asociativa como la unidad económica de base integrada por personas cuyo objetivo es

la producción como estrategia colectiva de solución de problemas o necesidades comunes.

Presenta las siguientes características:

- El capital social es de sus integrantes.

- Su gestión administrativa es democrática, participativa, solidaria y de responsabilidad

social.

- Su eficiencia se basa en la cooperación e integración interempresarial y en la

capacitación técnico-social entre ellas y las comunidades.

- Su proceso productivo genera alto empleo de fuerza de trabajo.

- Presenta una alta relación capital-trabajo.

- Optimiza el uso de los recursos de sus zonas de influencia y autonomiza la estructura

productiva.

- Potencia la satisfacción de necesidades básicas de los grupos sociales entrelazados a la

red de sus economías externas.

- Su estilo de gerencia promueve la participación de los trabajadores en las decisiones y su

capacitación integral en aras de la cultura productiva solidaria, la calidad de la producción y la

función social del esfuerzo empresarial.

- Genera ahorros que financian proyectos social y económicamen-te rentables, con

criterios de desarrollo regional y nacional.

- Genera servicios mediante comités de seguridad social, crédito, administración,

incremento tecnológico y educación activa.

3) Aproximación Conceptual a la Economía Popular.


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Este término presenta mayor potencial de desarrollo conceptual y operativo, analítico y

relacional desde una perspectiva sociopolítica integral.

Los intentos de su caracterización son muy recientes en Venezuela. Se dieron en el marco

del Proyecto "Superación de la Pobreza" (ONU-PNUD) y bajo la consigna de la Deuda Social

que el Estado transfirió a los pobres a propósito del endeudamiento externo (Pereira l986;

Michelena l988; Iranzo l989).

Inicialmente, se procuró dar cuenta de la capacidad de los pobres para autogenerar empleo

e ingreso mediante una gama de estrategias de sobrevivencia y de vida. Estas asumen diversas

formas organizativas pero básicamente operan mediante unidades económicas de pequeña

escala o microempresas las cuales, no obstante que adolecen de serias dificultades para

mantenerse y expandirse, representan una alternativa al desempleo abierto y permiten

satisfacer, al menos, las necesidades esenciales de las familias de más bajo ingreso.

Entreverada al enfoque de la pobreza pero ensayando una crítica al asistencialismo

paternalista, la economía popular comenzó a ser pensada como ampliación tanto de la

ambigua noción del SIU, como del carácter asociativo de algunas estrategias populares. Al

mismo tiempo, se puso de relieve la necesidad de desarrollar las capacidades productivas de

los pobres.

En consecuencia, se propuso la construcción de comunidades urbanas de producción de

bienes y servicios. Su objetivo sería no ya el abaratamiento de los costos de la reproducción de

la fuerza de trabajo organizada o no, sino, la circulación ampliada de las ganancias con costos

competitivos.

Las comunidades y barrios quedarían ensamblados a un proceso productivo, social y

cotidiano, desconcentrado pero altamente integrado y motorizado, posiblemente por las

grandes industrias, mediante avanzadas tecnologías de procesos y de organización.


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Más recientemente, desde una base que supera el enfoque de la pobreza en sus versiones

asistencial y productivista, se llamó la atención sobre la necesidad de redimensionar la idea de

las comunidades urbanas de producción, hacia el estudio de circuitos económicos o cadenas de

producción populares de carácter local y regional (Iranzo l989; Cartaya, Rodríguez y Bernardo

l989). No obstante que no se abandona la óptica dada por la economía, con ello se ha

insinuado la posibilidad de inscribir nuevas matrices teórico-metodológicas en la

investigación, aún por iniciarse, de la economía popular en Venezuela.

Para cerrar este apartado, diremos que apuntamos hacia un enfoque transdisciplinario con

perspectiva sociopolítica que nos permita pensar la economía popular y lo-popular mismo,

desde las prácticas heterogéneas de los sujetos constitutivos de la categoría pueblo, a partir de

las cuales sea posible encarnar un proyecto de organización que guíe las tareas de la

transformación deseable y posible para la sociedad venezolana en su conjunto.

En este sentido, la economía popular y lo-popular definen una región específica del conjunto

de relaciones sociales. Por su medio adquiere significado y direccionalidad la construcción de

la realidad, la constitución de los sujetos individuales y colectivos, la producción, circulación y

consumo de valores (físicos e intangibles de cambio y de uso) y el modo de vida mismo de los

agrupamientos populares.

Una dimensión de la sociedad venezolana múltiplemente determinada, cuyo carácter

alternativo podría llegar a ser definido por lo-popular aunque no necesariamente. Esto por

cuanto su movimiento interno no está prescrito. No se agota en la esfera de la solidaridad, la

autogestión o la subsistencia, sino, que se expresa en inagotables prácticas constitutivas de una

matriz ideológico-cultural (folclor, instituciones, relaciones, conocimientos, tradiciones, mitos

etc.).
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Esta, de alguna manera siempre inédita ordena, potencia y da sentido a las luchas por

superar los problemas de la reproducción en sociedad, por ponerle coto al deterioro de la

calidad de vida, por la defensa del consumo familiar, por la apropiación colectiva del derecho

a la infraestructura política, económica y social. En fin, a las luchas de las clases subalternas

por el usufructo del progreso científico-tecnológico y por el control del futuro de su modo de

vida y de hacer economía.

Nuestra perspectiva intenta superar los seculares abordajes de lo-Social y la denominada

economía informal, mediante enfoques correspondientes a disciplinas particulares, en especial,

la economía. Estos, con un carácter básicamente economicista y productivista, han

distorsionado su especificidad. Asimismo, han conducido a la implementación de políticas

unidireccionales que, en el largo plazo, se agotaron dentro de sus propios límites.

II.- LOS PLANES Y PROGRAMAS DE APOYO A LAS MICROEMPRESAS.

Quince años de práctica en la instrumentación de programas de apoyo a las microempresas

populares en América Latina, significan una rica lección que ilumina, necesariamente, el

camino que aquí proponemos. En las páginas siguientes condensamos las lecciones que el

camino recorrido por otros nos enseña para emprender el que aquí proponemos. En el primer

acápite exponemos la heterogénea experiencia latinoamericana. En el segundo, damos cuenta

de la experiencia venezolana.

1) En Latinoamérica.

Los programas de apoyo al SIU tienen una larga data en la Región y no es posible dar

cuenta exhaustiva de las miriadas que han proliferado en los dos últimos decenios. En este
23

acápite condensamos el estudio que, sobre la base de dieciseis programas en nueve países

latinoamericanos(*), adelanta el ILDIS(l989).

Dicho estudio ubica tres modalidades de programas: los gubernamentales, no gubernamentales

y mixtos.

A) Los Gubernamentales: Se caracterizan por ser tendencialmente integrales y masivos en

tanto, por lo general, están incorporados a la planificación nacional y utilizan instrumentos

regulatorios (v.gr. tasas de interés, legislación, regulaciones de diverso tipo: en transferencia

de tecnología, en las inserciones en los mercados de insumos y productos, en las

organizaciones gremiales informales...) que permiten dar respuestas de eficacia relativa, a los

problemas contextuales de tipo económico y político

del SIU y afectar, en consecuencia, agrupamientos completos de informales

________________________

(*) Unión Nororiental de Asistencia a Pequeñas Empresas (UNO. Recife). Asociación


para el Desarrollo (APEDI) y Asociación para el Desarrollo de Microempresas (ADEMI)
de Rep. Dominicana. Fundac. Carvajal y el Plan Nacional para el Desarrollo de la
Microempresa de Colombia. Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO),
Programa DesarrolLo Social y Empleo en Comunidades Urbanas y Rurales (PRODESE).
Instituto de Desarrollo del Sector Informal (IDESI) y Acción Comunitaria del Perú.
Programa de Desarrollo de la Microempresa (PRODEM.Quito). Univ. Católica de
Guayaquil, Programa de Asistencia Integral a Microempresas (PAIM) y Programa Nal.
de Apoyo a las Unidades Populares Económicas del Ecuador. Promoción del Desarrollo
Popular, Programa de Apoyo a la Ec. Informal de Mexico. Centro Cooperativista
Uruguayo. Servicios Múltiples de Tecnologías Apropiadas (SEMTA. Bolivia). Sist.
Multiplicador de Microemp. (SIMME. Guatemala).

B) Los No-Gubernamentales: Administrados por organizaciones denominadas privadas, se

caracterizan por su trabajo independiente, por su falta de coordinación nacional (excepto los

colombianos que están integrados al Plan Nacional de Microempresas), por su focalización

regional o urbana y por su especial interés en los servicios personalizados de crédito de


24

pequeño monto y de capacitación a los grupos de microempresarios, en atención a la

superación de los limitantes internos de sus unidades de producción.

Asimismo, se caracterizan por su sensibilidad hacia la búsqueda de complementariedad

gubernamental bajo el esquema de ejecución descentralizada de bajo costo de operación.

C) Los Mixtos: Integran coordinadamente los esfuerzos regionales y sectoriales

gubernamentales y no gubernamentales, en torno a un plan nacional de desarrollo

microempresarial informal. De esta forma, se constituye un organismo central con capacidad

de ejercer las funciones rectorales necesarias para asegurar el éxito sostenido de la

implementación de dicho plan(v.gr. el Plan Nacional para el Desarrollo de Microempresas de

Colombia está coordinado por el Departamento Nacional de Planeación y es ejecutado en

veinticinco ciudades a través de fundaciones privadas y organismos gubernamentales

sectoriales y regionales).

Los planes nacionales de desarrollo microempresarial, marcan un hito en la evolución de

los programas dirigidos al SIU. Algo así como la etapa superior del contínuo que va desde una

visión centrada en los limitantes internos de las microempresas en atención a sus

características y, por lo tanto, en la ubicación de obstáculos y potencialides en este nivel, hasta

aquella que llama la atención sobre las formas de articularse tanto las microunidades

productivas entre sí como el SIU con el SM.

Con ello se han puesto en la palestra de la discusión politico-académica, restricciones y

posibilidades de otro tipo y calidad, tales como los contextuales políticos, económicos,

culturales y sicosociales.

Como rasgos comunes a estas tres modalidades, se destacan los siguientes:


25

a) Los objetivos: Tienen diverso énfasis según los programas y las fuentes de financiamiento.

No obstante,existe preeminencia de los económicos sobre los sociales y promocionales.

a.l) En el plano económico, plantean incrementar la eficiencia gerencial, la productividad

microempresarial y viabilizar el acceso al crédito comercial.

a.2) En la esfera social, crear nuevos empleos y mejorar el bienestar social general del

trabajador informal mediante el incremento de su ingreso.

a.3) En el aspecto promocional, las metas son la organización microempresarial como actora

social, las redes de apoyo mutuo y de solidaridad con las comunidades en las que están

insertas las unidades productivas, y la capacitación e incremento sostenido del conocimiento

de la realidad del trabajo y la producción informales, como contribución al diseño de nuevas y

más eficaces estrategias organizativas.

Si bien los objetivos institucionales y tecnológico-científicos se mencionan a menudo, no

están, por lo general, claramente definidos, lo cual expresa una incompletud de los esquemas

organizacionales de los programas analizados.

b) Los grupos-objetivo: Su definición expresa un sesgo economicista y ambigüedad

generalizada de los objetivos de los programas estudiados.

A excepción de DESCO del Perú y SEMTA de Bolivia, el resto no especifica dichos

grupos ni por rama ni por tipo de actividad económica. Otros, como el Programa de

Promoción del Desarrollo Popular de Mexico y el del Centro Cooperativista Uruguayo,

muestran menos exigencia en el rendimiento económico de las actividades informales y más

en la rentabilidad educativa y organizacional de las actividades fiananciadas.

Es la razón por la que se muestra un amplio abanico de grupos-objetivo, separados por

brechas de rentabilidad económica y social tales, que hacen casi imposible encontrar
26

parámetros de certidumbre para realizar mediciones precisas de los impactos logrados por los

programas estudiados.

Dichos grupos incluyen, en la esfera de la pobreza,

b.l) los agrupamientos que apenas tienen tiempo para luchar por su sobrevivencia y no pueden

darse el lujo de estar desempleados. En consecuencia, realizan actividades de ínfima

productividad y excesiva inestabilidad, las cuales pueden adquirir permanencia y constituirse

en alternativas al desempleo abierto o coyuntural.

b.2) Las unidades de producción que no registran significativa eficiencia económica, pero

suponen avances en la educación y organización de los más pobres de la población.

En la esfera de la reproducción,

b.3) las actividades informales que operan en segmentos del mercado no controlados por el

SM y presentan algún potencial de desarrollo en el mediano plazo. No pueden fijar precios,

carecen de acceso al crédito institucional, a tecnologías productivas y organizacionales, e

insumos. Operan con altos costos de producción y laborales y no pueden acumular ni capital

ni almacenar. Acuden al alargamiento de las jornadas de trabajo, para mantenerse en el

mercado. Es un grupo muy heterogéneo en su capacidad real o potencial para ampliar su

escala y eficiencia, aun si se eliminaran las restricciones que lo constriñen.

b.4) Microempresas informales productoras de bienes y servicios, con experiencia y cierta

capacidad de expansión en determinadas ramas y tipos de actividad económica, que aseguren

el retorno de los préstamos y la maximización de la relación crédito-empleo. Muchas de ellas

están insertas en relaciones de subordinación por subcontrato y, por lo tanto, ocultan

relaciones salariales tal es el caso de los cuentapropistas. No controlan precios, volúme-

nes de producción, comercialización, insumos y, a veces, no son dueños ni de la maquinaria.


27

Un alto riesgo que asumen los programas, es la inadecuada selección de los grupo-meta.

Esto por cuanto se coloca a éstos en situación de utilizar sus recursos escasos con ineficiencia,

al ofrecer subsidios sin que ello se traduzca en incrementos de productividad social y

económica, en mejoramientos sustantivos en la calidad de los productos y servicios, ni en la

activación de las capacidades innovativas de los beneficiarios.

c) Las coberturas. Estas siempre están a la zaga del volúmen creciente y la dinámica del SIU.

Su carácter focalizado o masivo adquiere sentido positivo o negativo más en relación con la

calidad de la capacitación y asistencia técnica ofrecida a la población-objetivo, que en relación

con el otorgamiento espectacular del crédito (v.gr.el asesor microempresarial del SIMME de

Guatemala atiende las necesidades de producción, distribución, mercadeo, gestión y

evaluación del crédito de sesenta unidades al año).

Lo anterior, por cuanto el problema de la masificación es enfrentado bajo dos criterios: uno,

minimalista, que define una política de créditos cada vez más pequeños y asistencia técnica

mínima a grupos cada vez más numerosos, argumentando que la capacitación masiva tiene

altos costos y efímeros impactos en la eficacia conductual de los beneficiarios. Otro,

maximalista, mediante el cual se amplía la cobertura geográfica y se multiplica y profundiza la

prestación de servicios, aprovechando la especialidad de cada entidad involucrada para

optimizar el potencial organizativo de los informales.

d) El financiamiento. Puede provenir indistintamente de una o varias fuentes, las cuales

condicionan la preeminencia diferencial de unos objetivos sobre otros.

d.l) Internacionales: Gobiernos de países centrales, fundaciones públicas y privadas; banca

internacional y organismos crediticios multilaterales (BM, BID, AID, PREALC-OIT). Estos

últimos, desde hace algunos años, vienen financiando montos individuales cada vez más altos

con exigencias de rentabilidad económica creciente. Asimismo, otorgan créditos no


28

reembolsables para cubrir gastos de operación, administración y capacitación para el

incremento de la productividad de los programas y sus beneficiarios. Estos fondos son

canalizados, por lo general pero no necesariamente, mediante entidades públicas nacionales

que fungen como rectores de los programas.

d.2) Nacionales: Fundaciones ligadas a grupos económicos, banca privada, entes

gubernamentales mediante presupuesto nacional o recursos públicos canalizados a través de la

banca estatal e instituciones de fomento industrial. Estos últimos complementan e incorporan

instituciones mixtas con objetivos precisos.

e) Las funciones crediticias, capacitadoras, promocionales y organizacionales pueden

realizarse de manera concentrada por la misma institución o programa ( v.gr. el IDESI del

Perú aunque es una asociación civil con presencia del Estado altamente descentralizada, sus

"idesis" regionales están capacitados para prestar de manera concentrada, una batería de

servicios de crédito, capacitación técnica, gerencial y seguimiento permanentes), o

descentralizada (el Plan Nacional de Colombia, los programas nacionales del Ecuador y

Guatemala) en cuyo caso se da una integración de diversas entidades que se especializan en

una o varias funciones solamente. Se conforman así áreas de competencia y complementación

cuyos efectos multiplicadores se traducen en la expansión de la cobertura geográfica y

poblacional atendida. De esta forma se minimizan los costos de operación y administración de

los agentes involucrados.

En lo concerniente a los programas mixtos, esta división del trabajo se ejemplifica como

sigue: una instancia pública asume el aval subsidiario, una organización no gubernamental

asume el proceso de confección de las carteras y la promoción del programa, un ente

financiero otorga los créditos, otro imparte capacitación y asesoramiento técnico, y las
29

organizaciones microempresariales realizan el control y seguimiento de la recuperación de los

préstamos y del uso racional de los mismos por parte de los usuarios.

f) El crédito, la capacitación y la asesoría técnica son las funciones que más se destacan en

el conjunto de programas estudiados. Sin embargo, la importancia relativa de cada una varía

de acuerdo al financiamiento, la dinámica y orientación del programa de que se trate.

f.l) Es notorio el sobredimensionamiento del papel asignado al crédito, en detrimento de otros

componentes de los programas. Esto por cuanto, por lo general, las presiones económicas

y políticas los obligan a ostentar éxitos espectaculares en el corto plazo, a los efectos de

crearse viabilidad.

El crédito, no obstante, es un instrumento transitorio y subsidiario, un componente

importante dentro de la cadena de servicios complementarios de apoyo al desarrollo

productivo del SIU; si bien es una condición necesaria para superar las agudas restricciones de

acceso al capital, no es suficiente para resolver, por sí solo, los problemas estructurales y

funcionales de las microempresas.

Por lo general, se considera que el crédito orientado al capital de trabajo no contribuye a la

transformación de las unidades productivas informales. Esto por cuanto, si bien contribuyen a

mejorar la eficiencia microempresarial, no por ello permiten superar la etapa en que se

encontraban al recibir el préstamo. Sin embargo, se encuentra que los plazos de los créditos

oscilan entre ocho meses para microcomerciantes, a dos años para productores.

Pero si es para invertir en capital fijo, se considera que es un "crédito de desarrollo" porque

posibilita la innovación tecnológica y el cambio organizacional por la via de la incorporación

de nuevos equipos; por lo tanto, se supone que contribuye efectivamente, al fortalecimiento

del ingreso medio de los ocupados y al incremento del empleo total de la microunidad de

producción. En consecuencia, su plazo va hasta tres años con montos hasta de $5.000.oo.
30

El estudio menciona brevemente tres estrategias, seguidas sólo por algunos programas, para

la superación de los problemas ligados a la carencia de garantías fiduiciarias y a los altos

costos operativos entre los grupos mencionados en el punto anterior. Ellas son las siguientes:

Los Grupos de Solidaridad: Son asociaciones reconocidas por el programa e integradas por un

número ideal de cinco extendible, aunque no recomendable, a ocho pequeños solicitantes de

crédito pertenecientes o no a la misma rama o tipo de actividad. Estos pueden ser también

cuentapropistas que se desempeñan en actividades sin capacidad de acumulación y que por sí

solos no califican para ningún tipo de operación financiera. Reciben un crédito grupal y se

avalan recíprocamente.

El Crédito Escalonado: Es la cadena de créditos inicialmente pequeños, expeditos y de corto

plazo cuyo pago oportuno va abriendo las puertas a nuevos y crecientes préstamos cuyo

encadenamiento finaliza cuando el beneficiario se "gradúa" como solicitante de crédito

"formal".

El Fondo de Garantía: Son por lo general estatales, depositados en una entidad bancaria y

administrados por una OG o una ONG, a los efectos de avalar subsidiaria y transitoriamente el

otorgamiento de préstamos a clientes sin garantías reales.

Las Asociaciones de Microempresarios: Están respaldadas por un fondo de garantía y

asesoradas por la entidad promotora del programa.

En países con larga tradición organizativa, son altamente eficientes en la administración y

seguimiento de los créditos generan adscripción al programa y permiten minimizar, por un

lado, sus costos de operación y, por otro, la morocidad y la incobrabilidad lo cual,

contrariamente a lo sucedido por lo regular en el SM, demuestra que los créditos bien

administrados y racionalmente utilizados pueden ser eficaces y rentables(*). Asimismo,

potencian la ampliación de la cobertura geográfica y poblacional, al posibilitar afectar a


31

conjuntos organizativos más amplios mediante esfuerzos promocionales menores (dotación de

infraestructura social y de redes de comercialización de insumos y productos).

f.2) La capacitación, si bien es una condición del crédito, por lo general se pretende que ésta se

cumpla voluntariamente por parte de los interesados.

Regularmente, la ausencia de habilidades gerenciales se reduce a la carencia de

__________________

(*) Actualmente existen Bs.2.000.000.000.oo de avales morosos y vencidos dados por el


Estado venezolano a través de la Corporación de Turismo. Noticiero "El Informador", Canal
5. l3 de setiembre de l989, 23:00 horas. Asimismo, de un total aparente de Bs.750.000.000.oo
de créditos morosos, CORPOINDUSTRIA recuperó el 80% quedando
Bs.150.000.000.oo.Periódico "El Nacional". 28 de noviembre de l988, p.D8. Caracas.

conocimientos de contabilidad. Aunque en algunos casos se incluye en la capacitación,

nociones de formulación de proyectos para la preparación de solicitudes de crédito, es menos

frecuente la inclusión de aspectos organizativos intramicroempresariales y de mercadeo. No

obstante el sesgo instrumental aparente, la experiencia latinoamericana ha demostrado que,

lejos de ser inefectiva, la capacitación es esencial para el éxito de los programas de apoyo al

SIU.

Los tópicos más comunes encontrados son los siguientes: contabilidad, análisis de costos,

mercadeo, principios de administración general, bancaria y de personal, formulación de

proyectos de inversión, motivación hacia la organización y fortalecimiento gremial, control de

calidad, adaptación e innovación de tecnología.

En los programas que enfatizan las metas organizacionales, la metodología utilizada es una

que va "desde dentro y desde abajo", sustentada en el conocimiento político-cultural y sicoso-

cial del mundo informal. En ella adquiere preeminencia la autogestión, la autocapacitación

presencial y a distancia, el autofinanciamiento y la autoadministración progresiva del subpro-


32

grama por parte de las organizaciones microempresariales. En cuanto al tiempo de duración,

se preven cursos cortos de 30 a 90 horas a cargo de instructores de nivel adecuado a las

necesidades cambiantes y pragmáticas de los informales y a la estructura participatoria y

adscriptiva de los programas.

f.3) La asistencia técnica o tecnológica por lo general contribuye a la mejor atención de las

unidades respectivas, especialmente, cuando está vinculada a la concesión del crédito, se

proporciona previamente y se orienta a la resolución de problemas grupales concretos y a la

elaboración de estrategias de reducción de costos.

De allí la preocupación generalizada por la asesoría permanente en la formulación

individual y grupal de proyectos de inversión rentables y capaces de captar no sólo

financiamiento, sino, también, capacitación por parte de entidades especializadas en el

mejoramiento técnico-productivo de los microempresarios informales.

No obstante su insistente mención, la asistencia tecnológica por lo general se reduce al

apoyo productivo, y la capacitación en desarrollo de la organización microempresarial al

apoyo gerencial. En realidad, es casi nula en los programas a causa de sus altos

costos de operación y sus resultados no se logran, sino, en el mediano y largo plazo.

g) Tanto programas como informales se enfrentan a determinaciones diversas: el grado de

integración del aparato productivo nacional; el estado recesivo, inflacionario o

estangflacionario de la economía; el sistema de canales e instrumentos de acceso diferencial a

los mercados de factores y productos, la forma de Estado, el tipo de régimen, la problemática

institucional, la dinamicidad y porosidad de la sociedad civil, el estado actual del conoci-

miento mismo sobre el SIU y la sociedad misma en su conjunto; el cambio científico, cultural

y en las concepciones sobre el desarrollo, el bienestar y la seguridad social.


33

Es en las formas de articulación con la compleja variable contextual, que cada programa

adquiere un carácter compensador o propulsor, tanto en contextos de crisis como de

expansión.

A este respecto, el ILDIS señala cuatro lineamientos que, en determinadas circunstancias,

podrían cristalizar en un mismo programa a saber:

g.l) En contextos recesivos el apoyo crediticio puede ser más efectivo si es selectivo, tanto

para actividades que continúan creciendo a pesar de la crisis, como para aquellas a las que ésta

les crea mercados.

g.2) En condiciones inflacionarias, el manejo versátil de las tasas de interés es crucial, a los

efectos de evitar la descapitalización de los fondos asignados al programa.

g.3) En situación de integración insuficiente del aparato productivo, la selección de

actividades altamente encadenadas hacia adelante y/o hacia atrás, puede asegurar la

generación de empleo no focalizado, sino, generalizado.

g.4) En condiciones institucionales de franco sesgo por actividades e inversiones de gran

escala, parece crucial actuar sobre la formulación misma de las políticas, para viabilizar el

éxito de los programas de apoyo a las actividades de pequeña escala informal.

h) Los programas se enfentan, finalmente, a sus propios límites y posibilidades que

determinan la potencia con que impactan los ámbitos que les conciernen.

La evaluación realizada evidencia que los resultados en cuanto a la generación de empleos,

la mejora sustantiva de los ingresos y las condiciones de trabajo de los informales y al

apuntalamiento de las capacidades de reproducción ampliada de las unidades productivas

informales, han sido modestos.

Los programas no han logrado, por lo general, introducir tendencias de modificación en la

lógica de operación del sistema productivo, ni afectar el volúmen creciente del SIU mediante
34

la creación de un sector dinámico de microempresas, ni mediante la conversión de los

prestatarios informales en sujetos de crédito para el sistema financiero formal.

Si bien el balance general es positivo, la relación cobertura-número de empresas atendidas

es limitada en relación a la estructuralidad del objeto de intervención.

Es muy posible que fallas en la selección de la clientela, las actividades y en la

administración de los programas estén determinando una baja relación crédito otorgado-

empleo generado (la relación más alta la ostenta el APEDI de República Dominicana: 2.6l

empleos por crédito en relación a 75 empresas atendidas durante el periodo considerado por el

ILDIS en su estudio).

Asimismo, pueden estar provocando un incremento de los índices de morocidad y

vencimiento de los créditos, en especial cuando la relación de los prestatarios se da a través de

una entidad financiera privada y el programa funciona sin la presencia activa de grupos de

solidaridad y organizaciones microempresariales.

Esto hace suponer al ILDIS que dichos programas han abordado con mayor énfasis la

problemática intramicroempresarial, en detrimento de acciones estructurales relacionados con

el contexto sociopolítico, económico y cultural del SIU y de los programas mismos.

Esta apreciación, creemos, debe ser matizada no sólo por el lente de los analistas, sino, por

quienes están bregando entre fuerzas e intereses que se expresan diferencialmente, en el

terreno concreto que le concierne a cada programa en cada país. La realidad es inagotable y su

conocimiento está siempre limitado por las capacidades de los sujetos sociales. Es la razón por

la que, sin darnos cuenta y no obstante las intensiones de su transformación, desborda en todo

momento los métodos que intentan captar la dinámica de su movimiento, en especial, cuando

el objeto del ensayo y el error es el modo de vida y de hacer economía de los agrupamientos

populares.
35

Hecha esta acotación, nuestra propia lectura de los planes y programas nos indica que,

aunque el problema de la construcción de viabilidad está presente en su concepción e

instrumentación, en la mayoría de la heterogénea muestra analizada no están fácilmente

desarrollados en los planos macroeconómico, espacial y temporal los siguientes aspectos:

a) los elementos constitutivos de un plan estratégico que ordene, de pesos específicos y

relacione diferencialmente a todos y cada uno de los elementos, componentes, responsables,

operadores y sujetos de cada programa.

b) Un pensamiento que permita condensar dentro del plano de lo posible, el cálculo

probabilístico para la implementación de proyectos alternativos de acción y la búsqueda de

bases sociales de apoyo con tendencia a la ampliación cualitativa de los programas.

2) En Venezuela.

Los programas de apoyo a las microempresas populares urbanas, se vienen realizando en

Venezuela desde hace unos quince años (Ver cuadro 4). No obstante, aún no existe el

ordenamiento jurídico-político que los enmarque, dentro de una estrategia global, hacia el

logro de metas de carácter nacional.

Como en el resto del Subcontinente, existen programas ONG y OG, pero mixtos sólo hay

uno: el Convenio FUDECO-CAPMIL-BANCO CARACAS-GOBERNACION DEL

ESTADO LARA el cual veremos más adelante.

Como característica general, podemos decir que los esfuerzos de fomento y desarrollo

microempresarial se realizan de manera aislada y con niveles de actuación, concepción,

cobertura, orientación, operación y productividad muy diversa.

Esta situación constituye una seria, aunque no insalvable, dificultad para la coordinación e

incremento de la productividad social de los programas, en la dirección del desarrollo

nacional. Algunos son muy incipientes y no fue posible obtener información actualizada.
36

Si bien los programas realizados por ONG muestran mayor sistematicidad, coherencia e

impactos de mayor significación en el reducido ámbito de su influencia, no se puede decir lo

mismo de los realizados por OG. Estos, a pesar de contar con los recursos propios del Estado y

estar capacitados para tener una cobertura nacional, muestran alta ineficiencia e ineficacia y se

concentran básicamente en la Región Central del País.

2.1) Las Organizaciones Gubernamentales (OG).

En el ámbito gubernamental, nos encontramos con que los programas realizados por

CORPOINDUSTRIA (Iranzo l989b), no fueron concebidos para el desarrollo de

microempresas. Es la razón por la que dicha entidad ha prestado a esta problemática un trato

muy diluído dado su objetivo central: el desarrollo económico de pequeñas y medianas

industrias mediante su financiamiento y asistencia técnica.

Este objetivo ha venido siendo cumplido con poca eficiencia y, a partir de l984, ha tenido

un importante desplazamiento hacia profesiones liberales y empresas de más de 5l empleados

en detrimento del crédito artesanal.

No obstante, entre l974-89 se crearon 84.470 puestos de trabajo, se ejecutaron

Bs.l7.762.000.000.oo en créditos a la industria tradicional, intermedia, mecánica, grupos

residuales y otros de los cuales Bs.2.l78.523.766.oo financiaron proyectos que generaron poco

empleo en empresas de l a 5 empleados, pero razonable en empresas de 6 a 50 empleados.

Asimismo, el 62% de un subtotal de Bs.5.375.908.087.oo se destinaron a beneficio social,

sea, a empresas familiares de baja rentabilidad (en el superiodo l984-88 se incrementó del

0.24% al l.9l%), artesanías, talleres de producción y cooperativas.

Durante l989 su presupuesto fue de Bs.633.000.000.oo de los cuales casi el 50%, sean,

Bs,300.000.000.oo se consumieron en gastos de operación y Bs.333.000.000.oo se dedicaron a


37

préstamos. A noviembre de este año se habían recuprerado Bs.600.000.000.oo de créditos

morosos, quedando no menos de un 20% equivalente a unos Bs.150.000.000.oo pendientes

para l990 (Vera l989).

Otros, como FUNDACOMUN (Iranzo 1989b), partieron de una clara concepción de las

potencialidades productivas de la economía popular, al tomar como sujetos colectivos a las

llamadas Organizaciones Económicas de Base (OEB). No obstante, determinantes político-

electorales, técnico-administrativos y macropolíticos que tienen que ver más con la

racionalidad clientelista y asistencialista del Estado venezolano, provocaron la siguiente

situación:

- Un desfase entre los objetivos iniciales de promoción, formulación, evaluación,

financiamiento y seguimiento de proyectos de creación y ampliación de empresas y lo

realmente logrado: recibir, tramitar y resolver las solicitudes de crédito al márgen de casi toda

supervisión, asistencia técnica y control de la recuperación de las inversiones realizada.

- Un desplazamiento del grupo-objetivo desde las microempresas a cargo de grupos que

habitaran en las áreas de influencia de los Centros de Servicios Comunales, hacia empresas

unipersonales (el 70% de los préstamos de alrededor de Bs.40.000.oo se ocuparon en comprar

máquinas de coser, con lo cual se consideró que cada préstamo creaba un puesto de trabajo) de

las cuales el 80% se encontraba fuera de dichas áreas.

- Un desnivel cualitativo y cuantitativo entre el equipo humano que inicialmente se requería y

el actualmente limitado a la tarea de tramitar solicitudes de crédito.

- Un proceso de otorgamiento de créditos negligente que ha provocado el fracaso de muchas

posibilidades de hacer del financiamiento, una alternativa promisoria para el desarrollo

microempresarial.
38

En el caso de Fondos de Financiamiento, encontramos dos experiencias relativamente

recientes que contrastan entre sí: la Fundación "Fondo para la Cooperación y Financiamiento

de Empresas Asociativas" (FONCOFIN), adscrita al Ministerio de la Familia y con sede en

Caracas, y el "Fondo de Financiamiento para Artesanos y Pequeños Talleres de Producción",

creado por la Gobernación del Estado Lara mediante convenio con la Cámara de Artesanos

Pequeños y Medianos del Estado Lara (CAPMIL) y el Banco Caracas.

Veamos primero el caso de FONCOFIN (Iranzo 1989b). Este, no obstante que su objetivo

es la promoción, fomento, asistencia técnico-financiera y legal para la formación y desarrollo

de pequeñas unidades familiares de producción, también han reducido su funcionamiento a

la simple atención y resolución de solicitudes de crédito con garantías individuales, en especial

para la compra de maquinaria y equipos, al márgen de mecanismos de control, asesoría,

promoción, capacitación y cobranza.

La situación de esta Fundación para agosto de l989 era particularmente dramática. Creada

el 6 de mayo de l987 mediante Decreto Ejecutivo, dos años y tres meses después presentaba el

siguiente balance (Diaz, 1989):

- desfinanciamiento, descoordinación interna, ineficiencia administrativa, ausencia de criterios

adecuados para el otorgamiento de créditos, altos costos de operación, problemas de

capacitación del personal e incapacidad para hacer cumplir los convenios firmados con

CORPOINDUSTRIA y el ICAP.

- Para agosto de l988 se ordenó el paro de las recepciones de solicitud de crédito, por cuanto

habían 779 solicitudes de cerca de Bs.35.000.oo cada una sin resolver y el presupuesto del

Fondo (Bs.7.097.95l.oo) se había agotado totalmente con el otorgamiento de 95 préstamos

mediante los cuales se constituyeron igual número de empresas familiares, posiblemente

unipersonales, de un total de l50 créditos programados para ese año.


39

- A partir de agosto de l989, el Fondo viene siendo objeto de un proceso de reestructuración

mediante el cual sus estrategias se han sintonizado con la Política de Apoyo a la Economía

Popular.

La Situación del Fondo Gobernación del Estado Lara-CAPMIL muestra rasgos mucho más

alentadores. Creado en l986, inició actividades en junio de l987 con el propósito de estimular

la creación de fuentes de empleo, mediante el financiamiento a pequeños negocios ubicados

básicamente en la Ciudad de Barquisimeto.

Si bien no fue el propósito inicial, se constituyó en un Fondo de Garantía al abrir la

Gobernación del Estado Lara una cuenta corriente por la suma de Bs.2.000.000.oo en el Banco

de Caracas, a los fines de financiar actividades productivas de pequeña escala.

Dicho Banco consideró el monto como garantía para su propia línea de créditos, por

montos máximos de Bs.25.000.oo con un promedio de Bs.6.685.oo por crédito y

amortizaciones trimestrales a un año plazo al 6% de interés anual (3% para el Banco y 3%

para el Fondo).

Catorce meses después, a solicitud de la Gobernación del Estado, la Fundación para el

Desarrollo de la Región Centro-Occidental de Venezuela (FUDECO) realizó una evaluación

del Programa. De ésta se produjeron dos informes; uno preliminar (FUDECO l988) a fines de

l988 y otro final, rendido a comienzos del presente año (FUDECO l989).

Actualmente carecemos de documentación que nos informe sobre nuevas y necesarias

evaluaciones y sobre el uso dado a las recomendaciones emanadas de aquélla.

Veamos el balance tenido a mano:

- En primer lugar, los recursos monetarios depositados en cuenta corriente no devengan

intereses. La consecuencia es la devaluación y consecuente descapitalización del Fondo.


40

- El total de solicitudes tramitadas fue de 87, de las cuales se liquidaron 73 de los 75 créditos

aprobados por un monto de Bs.l.825.000.oo.

- La relación crédito-empleo generado es de 3.64 (más alta que las encontradas en otros

programas de América Latina, en términos relativos) en relación a 33 beneficiarios

entrevistados. No obstante, la conclusión de que "se han consolidado fuentes de trabajo

para 273 personas, en las categorías de trabajadores por cuenta propia, obreros, ayudantes

familiares y empleados ocasionales" no está fundamentada.

- El impacto de los créditos resultó, a todas luces, positiva. La situación de la actividad

productiva poscrédito pasó del 28.l2% al 55.88%a ser valorada como "buena", del 59.37%

bajó al 4l.l8% en la valoración de "regular", y del 9.38% bajó al 2.94% en la valoración de

"mala".

- La distribución de préstamos por área productiva no obedeció a una estrategia previa, sino, a

la dinámica de los solicitantes como sígue: fabricación de vestimenta (40%). Elaboración y

venta de alimentos (15%). Fabricación y reparación de muebles y similares (12%). Confección

de juguetes (10). Se otorgó sólo un crédito para la consolidación de una lavandería automática.

- En relación a los sujetos del crédito, la mayoría de los prestatarios eran residentes y

desarrollaban sus actividades en barrios de ingresos medios y bajos de Barquisimeto y la

minoría en otras partes del Estado.

El 75% tenía la actividad financiada como dedicación principal y el 25% como

complemento. El 62% tenía más de 5 años de experiencia en ella. El 2l% tenía de 2 a 4 años, y

el l4% menos de dos años.

- En relación a la puntualidad en los pagos, ésta alcanzó al 75% de los prestatarios contra un

l3% de morosos con posibilidades ciertas de lograr su recuperación por medio del fiador, y un

l2% incobrable el cual había sido cargado a cuenta perdida del Fondo.
41

Entre los primeros se encuentran, mayoritariamente, quienes tenían su negocio instalado

al momento de solicitar el crédito y, entre los segundos, aquellos que iniciaron su actividad

productiva con el préstamo recibido.

Este problema podría ser mucho mayor, si consideramos los costos de oportunidad que

ocasiona la larga espera que media, entre el momento de la presentación de la solicitud y la

fecha en que el crédito es recibido por el interesado: el 88% tuvo que esperar más de noventa

días para recibir el crédito y el l2% entre treinta y noventa días.

Es la razón por la que, en contraste con la opinión de CAPMIL de que el monto de los

préstamos es adecuada, la queja expresada por el 63.6% de los beneficiarios es haber recibido

un crédito devaluado por el incremento sostenido de los precios de las maquinarias,

equipos e instrumentos de trabajo.

- La evolución realizada por FUDECO señala con respecto al papel desempeñado por las

entidades que suscriben el Programa, algunos problemas a resolver:

Si bien la Fundación para el Desarrollo del Estado Lara (FUNDALARA) es la

Institución a través de la cual la Gobernación asignó los recursos monetarios para el Fondo, no

cuenta con los mecanismos vinculantes que le permitan asegurar el uso productivo de los

recursos, ejercer la gerencia y el control de gestión de las entidades adscritas al Programa. Al

parecer, se limita a recibir de la Junta Directiva de CAPMIL los recaudos de los solicitantes y,

luego de su estudio, remitirlos a la Junta de Crédito del Banco para su aprobación definitiva.

EL BANCO CARACAS aplica sin excepción, la normativa que rige sus operaciones mas no

las que debiera emanar del Programa: no obstante la existencia del Fondo de Garantía, exige

de los solicitantes balances personales, fianzas, referencias bancarias y comerciales y no

contempla plazos diferenciales de amortización adecuados a suss posibilidades. Con ello se

estrangula el acceso al crédito de quienes, careciendo de garantías directas, podrían necesitarlo


42

con mayor urgencia, garantías que deberían ser suplidas por el mismo Fondo que es

administrado por la Entidad bancaria.

El Banco realiza seguimientos sólo para recuperar el crédito moroso, mas no para consolidar

la actividad económica de los prestatarios.

En cuanto a CAPMIL, no obstante ser la patrocinadora del Programa, no cuenta con una

estructura organizacional adecuada ni con personal capacitado que le permita controlar el uso

y los impactos de los créditos, los problemas enfrentados por los prestatarios en la

recuperación de sus inversiones, ni realizar un seguimiento mínimo en producción,

comercialización o administración de las actividades financiadas.

Sus funciones se reducen a informar a los interesados sobre las condiciones del crédito,

aplicar un formulario y formar criterio "in situ" sobre la actividad económica del solicitante y

sus características, analizar las solicitudes y elaborar el informe para FUNDALARA para lo

de su cargo.

En realidad, el Programa no cuenta con criterios para orientar sus potencialidades más allá de

una política meramente crediticia, en aras de la instalación, consolidación, expansión, y

reactivación de microempresas mediante las cuales se desarrolle el potencial organizativo de

las comunidades del Estado Lara.

La eficiencia financiera nos dice que un Fondo como el que nos ocupa y cuyo monto

pareciera que fue duplicado para l989, da pie para mantener una cartera permanente de no

menos de docientas operaciones crediticias. Esta podría complementarse con una batería de

proyectos con efectos multiplicadores en las diversas áreas de la producción, la

comercialización, la organización social y la innovación tecnológica. Asimismo, ampliar el

encaje de créditos que podrían ser promovidos sobre la base e incluso por encima del valor
43

real de las amortizaciones, los depósitos, yvalores rentables no especulativos e inmuebles del

Fondo.

Pero esto conduciría a la redefinición del papel del Programa mediante la constitución de un

Fondo Rotatorio y de Garantías Subsidiarias, dentro de una política integral de financiamiento,

capacitación, desarrollo tecnológico y organización político-económica de los sujetos sociales

en nombre de los cuales se creó el Programa y, por ende, a la redefinición de los términos del

Convenio con el Banco Caracas.

Es posible pensar que tan promisoria experiencia estadal podrá diversificar, incrementar y

difundir en el corto plazo, la eficacia de sus impactos socioeconómicos. Asimismo, ampliar su

cobertura geográfica y poblacional, mediante la incorporación organizada de los grupos-

objetivo en la gestión misma del Programa.

2.2) Las Organizaciones No-Gubernamentales (ONG).

En el ámbito de las ONG el espectro muestra resultados generales más alentadores. Veamos

el "PROGRAMA DE APOYO A LA MICROEMPRESA EN VENEZUELA" que desarrolla

desde l986 la Fundación "Eugenio Mendoza" (Llovera y Espinoza 1988; Iranzo l989b).

- Se nutre de experiencias que realizan organismos empresariales tales como el IDESI del

Perú, la Fundación Carvajal de Colombia y ADMIC de Mexico.

- Su finalidad es el mejoramiento de las condiciones de vida de los desempleados y

subempleados urbano-marginales mediante la creación de empleo.

No obstante, la información tenida a mano indica mayor preocupación por el

fortalecimiento y aprovechamiento de la capacidad de trabajo del pequeño empresario

informal potencial y en acción.


44

- A tal efecto implementa, en varios barrios de Caracas y muy recientemente Barcelona, líneas

de financiamiento de corto, mediano y largo plazo para capital de trabajo e inversiones por

montos de hasta Bs.20.000.oo a una tasa de interés inicialmente del l3.5%, pero actualmente

variante.

- Asimismo desarrolla, líneas de capacitación, asesoría y entrenamiento en contabilidad,

costos, mercadeo y ventas, proyectos de inversión, principios de administración de la

producción, administración de personal, y control de calidad.

- Como estrategia de inserción selecciona barrios con experiencia organizativa, busca el apoyo

de las organizaciones de base y entidades que prestan servicio comunal e incorpora a su

trabajo encuestadores y promotores de las mismas comunidades.

- Como fuente de financiamiento, la documentación consultada alude sólo a un préstamo de

$500.000.oo más $70.000.oo no reembolsables para gastos de asesoría y asistencia técnica,

dado por el BID en junio de l988. No obstante, el Programa cuenta con donaciones

empresariales privadas para su operación.

- Cuenta con un equipo de once personas: un coordinador general, un responsable de

seguimiento y evaluación, un responsable de administracción, tres facilitadores-asesores,

cuatro asesores permanentes y una secretaria. No se menciona forma ni fuente de pago.

- Entre sus logros encontramos los siguientes:

* 400 encuestas en un barrio de Caracas.

* l80 encuestas en el Barrio "El Tronconal" en Barcelona;

* A diciembre de l988, se habían impartido 63 cursos de seis meses cada uno a l50

microempresarios y se habían recuperado cuotas por cerca de Bs.45.000.oo incluyendo un

préstamo en su totalidad.
45

* 6 créditos concedidos a egresados de los cursos, después de haber sido asesorados y

satisfecho el diagnóstico de las microempresas.

* A julio de l988 se habían cubierto 240 horas de asesorías y a mayo de l989, 770 horas.

- Sus restricciones aparentemente son propias de la distancia irreductible que existe entre los

momentos de concepción y ejecución.

Entre las más importantes restricciones informadas por la documentación analizada, está el

incremento de los costos de capacitación, discontinuidad en los contenidos y deserción en

algunos cursos, falta de difusión en las condiciones de los créditos y fallas en los criterios de

su otorgamiento, falta de coordinación en los momentos de las asesorías, énfasis de promoción

en unas áreas y déficit en otras por el optimismo que generaron los éxitos iniciales.

Dado lo reciente del Programa, la información obtenida no permite:

l) adecuar los resultados cualitativos con los cuantitativos;

2) diferenciar los componentes internos y externos del Programa, ni detectar la forma en que

se relacionan y jerarquizan.

3) valorar los límites y posibilidades de su estrategia de inserción, centrada en la unidad barrial

geográficamente delimitada;

4) calibrar el peso de cada componente y su influencia positiva o negativa en el desiderátum

de todo programa social: la obtención de impactos sustantivos en la satisfacción de las

necesidades reales de las poblaciones-objetivo.

En consecuencia, no permite evaluar:

a) hacia afuera, la eficacia de los impactos socioeconómicos logrados;

b) hacia adentro, la eficiencia y coherenciade los procesos y organización interna del

Programa, a la luz de la teoría que lo sustenta;

c) hacia arriba, las determinaciones de la política de la Fundación a la que está adscrito.


46

En relación con el "PROGRAMA DE APOYO A LAS UNIDADES DE GESTION

ECONOMICA" (AUGE) del Centro al Servicio de la Acción Popular (CESAP), tenemos el

siguiente perfil (Colmenares y Villamediana 1988; El Achauch y otros 1989; Iranzo l989b).

- Es un programa de cierta complejidad, creado en l976 y diseñado con visión de

integralidad y carácter nacional, cuya unidad geoespacial de acción es el barrio. Cuenta con

una coordinación Central que es el módulo de enlace de los subprogramas entre sí y con el

CESAP.

Su equipo humano, descentralizado por subprogramas y proyectos, está constituido por

socios y empleados no necesariamente graduados universitarios, sino, estudiantes

de años superiores, técnicos y conocedores de su oficio identificados con la dinámica de los

grupos populares y con capacidad de adaptación a los cambios en función de éstos.

- Los sujetos de su acción son los grupos y organizaciones populares social y económicamente

productivas, entre las cuales se encuentran las denominadas Organizaciones Populares

Económicas de Bases (OPEB), los Círculos Femeninos Populares (CFP), las microempresas y

los Talleres de Producción y Servicios, focalizados básicamente en Catia de Caracas,

Barquisimeto y Amazonas.

- Se desagrega en cinco subprogramas cuyos objetivos y acciones son complementarios entre

sí y con la política del CESAP a saber: Servicios a las (OPEB), "Tinajas" (comercialización),

Sistematización de Experiencias básicamente para capacitación del personal,

Escuela de Gerencia Alternativa (EGA) creada en l985, y Servicios de Apoyo a la

Microempresa (PAM) creado en l987 pero con antecedentes desde l976.

Este cuenta desde l984 con un Fondo Rotativo coordinado por un Comité de Crédito

integrado por representantes del Comité Central del CESAP, el Coordinador de AUGE y el

asesor de la experiencia. Los préstamos tenían una tasa de interés del 6% pero recientemente
47

fue elevada al l0%, a los efectos de poder continuar financiando el capital de trabajo, el

incremento de los activos fijos y la compra de herramientas de trabajo de los

microempresarios.

Las condiciones de su otorgamiento contemplan una asesoría en la elaboración y

presentación de proyectos de inversión, estudio individual y gestión de éstos para ante el

Comité de Crédito, y seguimiento y evaluación de su utilización.

Cada Subprograma cuenta con sus propios recursos de cuyo monto y fuente no se da cuenta

en los documentos analizados, aunque sí se menciona la suma de $200.000.oo de capital del

Programa AUGE.

Asimismo, cuentan con sus respectivos equipos humanos que desarrollan su propio estilo

de trabajo, pero utilizando metodologías participativas y autogestionarias.

- Mediante éstos se cubren las siguientes áreas: Financiamiento; Capacitación social, técnica e

ideológica; Asesoría especializada, Gestión Gerencial Alternativa, Promoción y Educación

Popular, Comunicación Masiva, Investigación Social y Sistematización de Experiencias.

- A diferencia del Programa de la Fundación Mendoza, éste sí explicita su pertenencia a un

proyecto político de transformación societal. Trasciende la esfera económica, se ubica en una

perspectiva cultural-popular de largo aliento y se materializa, como aquél, mediante una

estrategia de inserción barrial-comunal geográficamente delimitada.

- Entre sus objetivos generales encontramos los siguientes:

l) El desarrollo de valores democráticos, autogestionarios, cooperativos, de solidaridad y de

justicia en el ámbito económico, que se expresen en experiencias de organización popular

social y económicamente productivas.

2) La conformación de una conciencia política que nazca de la realidad misma del movimiento

popular, mediante la práctica económica que apunte al fortalecimiento organizativo y


48

formativo de sus bases sociales, en conjunto con otros sujetos sociales que buscan objetivos

afines.

3) El desarrollo de una conciencia autogestionaria que se traduzca en una práctica de una

gerencia horizontal en la dirección del trabajo, a los efectos de facilitar la apropiación de la

técnica y el conocimiento.

4) La complementariedad con otros programas, en función de fortalecer las propuestas

generales y armonizar el trabajo.

Entre sus objetivos específicos, encontramos los siguientes:

A) Promover la actividad social y económicamente productiva de los microempresarios

populares y vincular orgánicamente sus organizaciones específicas, al desarrollo global de la

comunidad y del movimiento popular.

B) Favorecer el crecimiento de la productividad y rentabilidad de las microempresas.

C) Organizar mecanismos de comercialización a precios módicos.

D) Facilitar espacios de encuentro y reflexión entre grupos y organizaciones de consumidores,

distribuidores, comerciantes y productores a fin de intercambiar inquietudes y experiencias a

los efectos siguientes:

* Buscar soluciones y alternativas de acción.

* Discutir las formas posibles de recodificación estructural de la economía venezolana, a partir

de las condiciones materiales en que se desarrolla la actividad productiva de los

microempresarios populares.

* Formar una conciencia crítica en los microempresarios, acerca del papel que juegan en la

realidad del País.

* Estimular la integración orgánica de las actividades económicas populares al movimiento

popular.
49

La información tenida a mano da cuenta parcial y muy poco cuantificada de sus logros.

Veamos los siguientes:

- Hasta l987 se impartieron cursos sobre elaboración de proyectos y contabilidad, pero a partir

de l988 se agregan tres unidadaes más que conforman el actual curso de capacitación

gerencial: costos de producción, mercadeo, y administración de recursos humanos. Hasta

octubre de l988 se habían impartido dos cursos de una semana de duración cada uno con un

costo de Bs.750.oo, beneficiando a 67 microempresarios.

- Durante los primeros meses de l989 se habían otorgado cuatro créditos por un total de

Bs.ll0.000.oo, de los cuales se había recuperado uno de Bs.27.000.oo y el resto estaba en

proceso favorable. Asimismo, se había dado asesoría legal en l6 casos y un número no

establecido de otras sobre proyectos de inversión, estudios de factibilidad, mercadeo y otros.

- El PAM ha logrado un buen nivel de conocimientos y arraigo en las diversas zonas, mediante

el efecto multiplicador de los microempresarios capacitados.

- La sistematización de experiencias se realiza en varias regiones del País, pero no se

especifica cuáles.

- La documentación no aporta evaluaciones de los objetivos ni de los impactos logrados por

las asesorías y la capacitación, en cuanto a si se incorporan sus contenidos al trabajo cotidiano

de vinculación de los microempresarios a sus comunidades y al movimiento popular.

Tampoco se menciona el seguimiento para detectar necesidades y posibilitar su adecuada

canalización.

3.) Recapitulación.

El breve repaso que hemos realizado sobre los programas de apoyo a las microempresas

populares, nos muestra que estamos ante una realidad estructuralmente heterogénea pero

insuficientemente conocida.
50

Frente a ella, la incidencia transformadora de los programas resulta ser muy moderada. La

economía popular continúa, al menos en Venezuela, desgajada jurídicamente y ostentando

brechas abismales de productividad y rentabilidad económica y social; situación que, en modo

alguno, es ajena a la lógica concentradora de la economía de mercado.

Por esta razón, nos parece que sería importante activar, los mecanismos de intercambio y

evaluación entre las OG y las ONG, a los fines de obtener más información cualitativa, en

especial, sobre los siguientes aspectos:

- Las relaciones existentes entre la naturaleza de su acción y las formas de capacitación y

liderazgo que promueven en las organizaciones y en las comunidades en donde trabajan.

- El tratamiento dado a las relaciones existentes entre las organizaciones económicas, la

localidad, la regionalidad, la nacionalidad y el carácter discontínuo y no territorial de la

acumulación del capital y sus impactos en el modo de vida de las clases populares.

- La productividad y rentabilidad sociales de los programas, vistas no sólo en términos de la

viabilidad técnica, eficiencia y coherencia interna de éstos, sino, en términos de la adecuación

entre los impactos reales obtenidos, los objetivos establecidos y los lineamientos direccionales

que los justifican.

- El plazo de permanencia de los microempresarios como sujetos de la Política. Cuánto

tiempo se considera adecuado y bajo cuáles criterios?. Son o deben ser los programas canales

de paso hacia la denominada formalización del SIU?. Deben fabricar buenos clientes

para la banca estatal y comercial o de lo que se trata es de crear mecanismos financieros

propios para microempresas populares?. La expansión de éstas busca efectos multiplicadores

en la economía popular o en la industria hegemónica?. Estas preguntas señalan una

encrucijada o esconden un falso dilema?.


51

Finalmente, nos parece pertinente señalar una línea de trabajo que desde hace algun tiempo,

está empujando por adquirir su propio cuerpo teórico y metodológico.

A la luz de la crítica al excesivo peso dado a la producción en gran escala y a la dotación de

bienes de capital como factores determinantes del desarrollo económico y al influjo del avance

de la planificación regional en Venezuela (CENDES l986), en algunos círculos académicos,

entre ellos el ILDIS (Cartaya, Rodríguez y Bernardo l989), se ha planteado la necesidad de

estudiar los subsistemas, cadenas o circuitos de producción y circulación de bienes y servicios

locales y regionales.

Aunque no desarrollada metodológicamente ni alimentada por la investigación, esta vía de

entrada al problema del desarrollo de las capacidades productivas de la economía popular

podría, por un lado, minimizar los altos costos de los siguientes aspectos:

a) la inserción de los programas en la realidad objeto de su intervención;

b) la dispersión ocasionada por la atención de la multiplicidad de problemas y patologías

que se encontran en cada localidad geográfica.

c) la identificación, selección y capacitación de los grupos-objetivo y las unidades

económicas con potencial de expansión;

d) el acceso microempresarial al capital de la banca comercial.

Por otro lado, nos parece, permitiría optimizar, en cada área de influencia del programa de

que se trate la capacitación, la cooperación, la organización social y la productividad

colectiva, mediante dos estrategias:

a) la detección y apuntalamiento de los eslabones potencialmente más fuertes de la

economía popular;

b) la activación de mecanismos eficaces de enfrentamiento colectivo de las necesidades

sociales.
52

Los programas de apoyo a la economía popular podrían colocarse en situación real de

complementar y potenciar con eficacia:

- el trabajo de las microempresas entre sí y con los esfuerzos colectivos de base.

- el enfrentamiento y solución de los problemas de acceso al mercado de insumos y

productos, de innovación tecnológica en producción, organización y calidad de los bienes y

servicios producidos en pequeña escala;

- favorecer mecanismos de comunicación e intercambio entre productores, comerciantes y

consumidores por ramas de producción; - utilizar microempresas modelo con fines

demostrativos de nuevas tecnologías y adaptaciones;

- crear empresas de proveedores para microempresas.

Finalmente, el enfoque centrado en las cadenas de producción y comercialización sería el

hilo conductor que podría permitir, además, lo siguiente:

- descodificar la lógica que ordena el conjunto de actividades político-económicas populares

- generar efectos multiplicadores mediante dos vías posibles de acceso al desarrollo

productivo de la economía popular:

a) la tecnificación y desarrollo organizativo de la oferta;

b) la creación y ampliación de la demanda potencial de bienes y servicios microempresariales;

Estas dos últimas estrategias de acción plantean varios problemas que, si bien son teóricos,

no por ello dejan de ser eminentemente prácticos. Dos de ellos parecen ser los siguientes:

- la tensión dinámica y los impactos de las articulaciones entre los espacios territorial y

económico;
53

- el papel del Estado en la constitución, concertada con el capital industrial, de segmentos

del mercado para la economía popular y en la integración selectiva de ésta con el resto de la

economía nacional.

III.- BASES PARA LA FORMULACION DE LA POLITICA SOCIAL DE APOYO A

LA ECONOMIA POPULAR.

1) El Papel del Ministerio de Desarrollo Social en el Marco del Desarrollo Nacional.

Hoy más que nunca cuando el País atraviesa la mayor crisis estructural del siglo XX y el

estilo de desarrollo industrial, basado en la sustitución de importaciones, no produjo los frutos

esperados, se nos hace imperativa la aceptación de las siguientes cuestiones:

a) La democracia no es producto del desarrollo industrial.

b) Lo-Social no es la periferia de Lo-Económico.

c) La economía no preexiste al margen de la sociedad.

d) EL DESARROLLO ECONOMICO NO ES TAL SI NO ES SOCIALMENTE

RENTABLE, DEMOCRATICAMENTE GERENCIADO Y EQUITATIVAMENTE

DISTRIBUIDO.

La aceptación de esta realidad, nos permite ubicarnos en una posición de búsqueda e intento

de construcción colectiva del papel protagónico que debe asumir el Estado venezolano, para

enfrentar los desafíos de la transición hacia un nuevo estilo de desarrollo que supere al que ya

se encuentra agotado.

Este papel pasa necesariamente, por lo siguiente:

1) La defensa y profundización de los logros democráticos de los últimos treinta años, en

todos los ámbitos de la vida nacional.


54

2) La creación de instancias de intermediación que estimulen, canalicen y enriquezcan las

propuestas de satisfacción de necesidades sociales y de participación civil autosostenida.

3) La constitución de una nueva forma de relacionamiento de la sociedad venezolana con

sus propias instituciones.

La búsqueda de un nuevo estilo de desarrollo, PLURAL Y SOCIALMENTE CENTRADO,

nos permite alimentar recíprocamente dos vías de esfuerzo colectivo:

a) La constitución de Lo-Social en categoría analítico-relacional con especificidad propia.

b) La definición del DesarrolLo Social Integral como meta de mediano y largo plazo.

Este esfuerzo bidireccional nos parece adecuado para los siguientes propósitos:

A) Enfrentar los problemas acumulativos generados por la acción del Estado en el ámbito

social. Esta se ha caracterizado por ser omisa e incoherente en su referencia a las necesidade

reales de la población, en especial, de la de más bajos ingresos.

B) Reformar el marco jurídico-intitucional dentro del cual se le ha impreso a los programas

sociales, un carácter marginalista, asistencialista, paternalista y clientelista.

C) Producir una política estatal de regulación, responsabilidad y rentabilidad sociales y

perfilar el contenido humano-concreto de la política de Desarrollo Social.

D) Captar la dinámica de las nuevas formas de articularse la localidad, la regionalidad y la

nacionalidad entre sí y con el escenario internacional en el actual periodo histórico.

E) Inducir en el esfuerzo gubernamental y no gubernamental, una racionalidad que

privilegie la iniciativa de responsabilidad, interés y rentabilidad sociales.

F) Sintonizar los esfuerzos individuales y colectivos de la sociedad civil con metas de

desarrollo nacional, mediante el diseño de una estrategia global de acceso a los recursos del

Estado, a cambio de un legítimo incremento sostenido de su productividad social.


55

G) Derivado de lo anterior, introducir los principios de eficiencia y eficacia de la política

social; asimismo, dotarla de un catálogo de prioridades y tecnologías apropiadas a los fines de

una producción de servicios diversificados para la economía popular.

H) Introducir un nuevo paradigma de gerencia social que pueda ser caracterizado por lo

siguiente:

H.l) Por su compromiso con la democratización del Estado, la economía y la gestión misma

del desarrollo socialmente rentable.

H.2) Por su dotación de capacidades para el manejo estratégico y multidimensional del cambio

y la incertidumbre que marcan, especialmente en el actual periodo de ajuste estructural, la

organización social y el proceso político en sus diferentes formas.

Es en esta nueva perspectiva de pensar y hacer Política Social con un enfoque integral,

concatenada a la estrategia macropolítica trazada por el Gobierno del Presidente Pérez, que

tomó cuerpo la necesidad de constituir al Ministerio de la Familia en el rector y gestor de la

política del Estado, en todos los ámbitos concernientes al DesarrolLo Social del País.

La creación de una instancia rectoral del más alto nivel gubernamental y la asunción de las

funciones correspondientes al Desarrollo Social, no es una tarea fácil.

Como es de todos conocido,

a) Secularmente a Lo-Social se le vienen asignando funciones meramente apendiculares de

lo-económico.

b) El Estado ha venido definiendo su política en dicho ámbito, más por omisión que por su

capacidad de satisfacer necesidades sociales.

Por otro lado, también es de todos conocido, la normativa por sí sola no es suficiente para

hacer cumplir las funciones asignadas a las OG. El decreto de su creación es el espaldarazo de

la Autoridad política, con el que se inicia, apenas, el diseño de una estrategia por parte de la
56

entidad para dotarse de los recursos, instrumentos y capacidades que le permitan producir con

eficiencia y eficacia, los servicios que se le demandan.

A este respecto, el Ministerio de Desarrollo Social tiene una clara conciencia de su deber de

asegurarse los recursos financieros e instrumentos jurídicos, administrativos, técnicos y otros

de muy diverso tipo y nivel que le son imprescindibles, a los efectos de estar en capacidad de

cumplir con las siguientes funciones generales:

A) Política, de garantizar la realización del Plan Nacional correspondiente a la Política de

DesarrolLo Social y coordinar la compleja constelación de programas OG y ONG que le

conciernen.

B) Técnica y Administrativa, para planificar y evaluar las estrategias de inserción y

creación de nuevos espacios organizacionales, que requieren ser desarrollados mediante

nuevos estilos de conducción. Asimismo, para sistematizar experiencias y retroalimentar la

eficacia de sus programas.

C) Jurídica, para inducir reformas en la estructura jurídico-política y decisiones en otras

esferas oficiales y civiles, a los efectos de vincularlas a la política del Ministerio.

D) Etico-institucional, para convocar la concertación, potenciar la vocación de servicio,

aunar esfuerzos y optimizar la productividad y rentabilidad sociales de las OG y ONG.

E) Formativa, para capacitar al personal responsable de gestar y operar programas y

proyectos socioeconómicos, a los fines de optimizar los impactos de los programas y generar

adscripción a la política de Desarrollo Social.

2) La Política de Apoyo a la Economía Popular.


Después de treinta años de un estilo de desarrollo que giró en torno a la sustitución de

importaciones, el ciclo depresivo de los `80 puso en escena el carácter estructural y


57

heterogéneo de la economía popular, dentro de un contexto de transformaciones profundas del

mercado y la sociedad venezolana en su conjunto.

Desde hace algún tiempo su tamaño, profundidad, resistencia, dinamismo y capacidad de

expansión está causando preocupación en diversos círculos académicos, políticos y

empresariales, algunos de los cuales vienen dedicando esfuerzos investigativos para su mejor

comprensión y tratamiento.

No obstante, lo anterior no significa que se haya dejado de prestar atención a otras cuestiones

consideradas de trascendencia nacional y relevancia macroeconómica, tales como la

realización de grandes inversiones de desarrollo económicamente centrado y la búsqueda de

nuevas reinserciones funcionales en el mercado mundial, en especial, mediante la colocación

de productos no tradicionales a precios competitivos.

Dentro de este contexto gravitan con peso relevante tres hechos: l) La prioridad dada la

definición de la política macroeconómica.

2) El deterioro de las estructuras sindicales. El sindicalismo ha perdido organicidad.

Electoralmente cautivo, no ha elaborado estrategias de captación de las nuevas formas de

expresión política de los agentes económicos y vecinales populares.

3) El Estado venezolano está en formal proceso de reforma en un contexto de crisis

estructural. Esta, ciertamente, se traduce en pérdida de capacidad para atender y elevar el

salario social pero, fundamentalmente, en pérdida de credibilidad dada su inadecuación

institucional para responder con eficacia, al síndrome de necesidades básicas que se dejaron de

cubrir en el largo plazo de treinta años.

Dado el cuadro anterior, cuyos rasgos más relevantes son el deterioro sin precedentes de la

calidad de vida, la descomposición social, la incertidumbre generalizada y la contracción de

las expectativas de amplios grupos sociales, no parece vislumbrarse en el corto y mediano


58

plazo, alteraciones sustantivas que hagan pensar en un cambio de orientación en la política

macroeconómica ni en la composición de las estructuras sindicales.

Los trabajadores de las unidades de producción a pequeña escala, los microproductores,

artesanos y demás agentes económicos y vecinales urbanos y rurales que integran la economía

popular, no ostentan una centralidad en la macropolítica del Estado venezolano, hasta ahora

definida. Es la razón por la que la Política de Apoyo a la Economía Popular desde el Estado

enfrenta un reto histórico.

En primer lugar, incidir en la red de centros de poder, a los efectos de modificar en lo que

concierne, la estructura jurídico-institucional y las prácticas que se expresan en la gestión del

Gobierno nacional, estadal, municipal y vecinal.

En segundo lugar, crear y desarrollar nuevos espacios de organización y convergencia,

sociales e institucionales, mediante los cuales se diversifique la acción del Estado, en atención

a las características de sus múltiples objetos de intervención y regulación creadora, dentro de

los cuales está la promisoria producción y distribución de bienes y servicios a pequeña escala.

En tercer lugar, crear sus propias bases sociales de apoyo a los fines de optimizar y

maximizar la satisfacción de las necesidades básicas, la transferencia de subsidios familiares,

el fortalecimiento del poder adquisitivo del ingreso y el rendimiento de los bienes y servicios,

la generación de empleo, la compensación salarial, el apuntalamiento de la producción a

pequeña escala y el desarrollo de las capacidades social y económicamente productivas de una

creciente población-meta que ha adquirido una presencia social, económica y política de

mayores implicaciones que en el pasado reciente.

Pero, si bien la política que adelanta el Ministerio de Desarrollo Social enfrenta el reto de la

construcción de su propia viabilidad, asimismo presenta un planteamiento inicial concreto y

coherente que cuenta con una ventaja objetiva.


59

Esta es, que los espacios que se intenta organizar aún no están totalmente acotados ni

articulados plenamente y no se vislumbran propuestas interesadas en competir con plataformas

diferentes o intentando cambios tácticos que pudieran desvirtuar el significado de aquélla o

desviar sus impactos hacia objetivos diferentes a los establecidos.

Esta circunstancia es alentadora y augura, al menos en el corto y mediano plazo, avances

sustantivos en la concertación y realimentación de los esfuerzos; asimismo, en la

implementación y consolidación de la Política de Desarrollo Social y de Apoyo a la Economía

Popular.

3) Caracterización General de la Economía Popular

Tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, los límites teórico-metodológicos

de la investigación social plantean más interrogantes que respuestas. Es la razón por la que en

este apartado realizamos una caracterización, necesariamente general, de la economía popular

y los sujetos microempresariales, buscando complementar de manera operativa, ambas

dimensiones.

A) Desde el punto de vista cuantitativo, presentamos unos datos parciales que, aunque

referidos al denominado SIU, son los únicos oficiales con que se cuenta. Ellos nos permiten

perfilar el carácter estructural y heterogéneo que la población-meta de la política del

Ministerio de Desarrollo Social ha adquirido en el ámbito económico-laboral.

- Según la OCEI(l989), el SIU está conformado por uno de cada tres trabajadores urbanos, sea,

no menos de DOS MILLONES TRECIENTOS VEINTIOCHO MIL SETESIENTOS

SETENTA Y SEIS ciudadanos dedicados a los servicios domésticos (7.87%), cuentapropia

(55.44%), empleados de microempresas menores de cinco personas (36.68%). Este último


60

porcentaje se desagrega en empleados y obreros (51.79%), patronos (32.42%) y familiares no

remunerados (15.79%).

- Para Márquez y Portela (l989), representa no menos del 60% del empleo en el transporte, no

menos de un tercio del empleo total en los servicios personales y domiciliarios, comercio al

por menor, transporte, construcción (en estas cuatro se concentra el 7l% del total de empleados

urbanos), textiles, restaurantes, hoteles, industrias de la madera y otras manufacturas.

- Su evolución en el transcurso de los últimos veinte años muestra la siguiente curva (OCEI

l989): descendió desde el 48.1% de la PEA nacional en abril de l969 al 44.8% en abril de l970

y al 31.7% en abril de l980. A partir de esta fecha ascendió al 42.1% en abril de l986 y se

ubicó en el 38.3% en abril de l989.

- Según proyecciones de CORDIPLAN (l989), para l993 sumará el 36.2% de la PEA sólo en

las ocupaciones microempresariales, cuentapropistas y los servicios domésticos.

Estos datos cobran mayor relevancia a la luz de los estimados mínimos, tanto del Ministerio

de Trabajo (Padrón l989) que ubica al 43.7% de la población en situación de pobreza, como de

IVEPLAN (l989) que señala al 30% de los hogares actuales, sea, un total de 300.000 hogares

(Cartaya l989) que representan a no menos de UN MILLON QUINIENTOS MIL venezolanos

que viven en pobreza crítica.

Esto quiere decir que, sin considerar la población que vive en la pobreza extrema, nos

encontramos ante una región de la sociedad venezolana compuesta, conservadoramente, por

no menos de CUATRO MILLONES NUEVE MIL CUATROCIENTOS DOS venezolanos

que viven en situación de pobreza crítica. Situación que no es ajena, en modo alguno, a la

dinámica concentradora del sistema productivo (a este respecto, Cartaya en su estudio citado,

informa que para l987 el 46% de los trabajadores en situación de pobreza extrema y el 60% en

pobreza crítica, se empleaban en actividades del SM).


61

Veamos el siguiente perfil ocupacional por sectores de los denominados informales, según

Márquez y Portela (l989):

- En servicios personales las mujeres ocupan el 59% de los puestos de trabajo y el 6l% de

los trabajadores son empleadas domésticas, cocineras y planchadoras. El 30% son

cuentapropias tales como zapateros ambulantes y jardineros. El ll% se ocupa en microtalleres

de reparación de electrodomésticos, muebles, equipos de hogar y autos, y otros.

- En comercio minorista el 64% son buhoneros, el 23% empleados de abastos y existe una

alta concentración de mujeres.

- En transporte el 75% son dueños de su propio vehículo y sólo el 2% son mujeres.

- En la construcción predominan los cuentapropias y empleados representando los

albañiles, carpinteros, electricistas, pintores y plomeros y algunos contratistas el mayor

porcentaje.

- En textiles un 75% del empleo es femenino y otro 75% se clasifica como cuentapropia.

No obstante, esta cifra oculta un alto porcentaje de salarización encubierta.

- En el sector de restaurantes y hoteles, cuya figura informal típica es el expendio callejero

de comida, representa el 42% del empleo y obtiene ingresos mucho más bajos que los

formales.

Basten los datos anteriores para dar cuenta de una realidad que golpea nuestros sentidos: la

existencia de una categoría de venezolanos que viven acicateados por umbrales estructurales

de incertidumbre y complejidad crecientes.

Amplios segmentos populares que se ven compelidos a crear sus propias fuentes de ingreso

permanente, intermitente, principal o complementario y a optimizar y maximizar sus muy

escasos recursos. Todo ello con la finalidad de asegurarse, al menos, las condiciones mínimas

para su reproducción biológica.


62

En otras palabras, nos encontramos ante un mundo social, política, económica y

culturalmente orgánico que encarna su propio MODO DE VIDA, su propio MODO DE

HACER ECONOMIA.

B) Desde el punto de vista cualitativo, aportamos una caracterización que tiene como

insumos trabajos realizados con la óptica del SIU, entre otros Cartaya (1987); Cartaya,

Rodríguez y Bernardo (l989); Rodríguez (l989).

Los principales componentes de la economía popular son los siguientes:

1) Un fértil y complejo sistema de relaciones sociales, económicas, políticas y culturales

heterogéneas que tiene especificidad, movimiento interno y formas de articulación propias.

2) Formas temporales y espaciales de articulación e intercambio diferencial con el resto de la

sociedad, en especial con el SM, mediante múltiples, dinámicos y complejos mecanismos de

complementación, diferenciación, competencia, explotación, subordinación o exclusión. A

través de éstos la economía popular realiza las siguientes funciones:

* transfiere una considerable masa de ahorro productivo al SM.

* Intercambia, mediante mecanismos de rotación de corto y largo plazo, grandes cantidades de

fuerza de trabajo:

- En la perspectiva del largo plazo referida al ciclo de vida del trabajador, transfiere fuerza

joven la cual, luego de ser consumida productivamente y expulsada por el SM, es reabsorbida

por la economía popular. Los que regresan al final de su vida económicamente útil lo hacen,

por lo general, como cuentapropistas o microempresarios.

- En el corto plazo, tanto en la crisis como en el auge, activa dispositivos procíclicos y

anticíclicos de carácter defensivo. En la depresión, al mismo tiempo que abre sus barreras de

entrada para absorber considerables cantidades de desempleados y subempleados del SM, aún

a costas de su muy baja productividad, cierra sus válvulas para expulsar trabajadores hacia el
63

desempleo abierto. En la expansión, reabsorbe su propia fuerza de trabajo y devuelve la que

anteriormente había sido expulsada por el SM.

* Genera dispositivos de ajuste a las asincronías del juego de la oferta y la demanda:

- Al contrario del SM que se ajusta por la vía del desempleo, la economía popular lo hace por

la del ingreso.

- En virtud de su capacidad anticíclica de absorber empleo, su oferta de bienes y servicios

crece, en términos absolutos, tendencialmente más en las crisis que en la expansión, aunque

puede mostrar oscilaciones más cortas que las del ciclo económico.

- La demanda de sus bienes y servicios aumenta con la bonanza y decrece con la depresión.

Esto por cuanto la economía popular está dinamizada por el monto general de los

ingresos generados por el SM, en especial, por la masa asalariada del denominado sector

público.

- Si bien la productividad de la fuerza de trabajo es menor que en el SM, la productividad del

capital en la economía popular es, en términos generales, sensiblemente mayor.

* Provee y compra cantidades importantes de insumos nacionales.

* Construye, reconstruye y repara activos fijos y maquinaria;

* Distribuye y consume productos modernos.

* Produce bienes y presta servicios que responden a necesidades básicas y a un tipo de

demanda que a las empresas modernas no les interesa satisfacer o porque su escala de

producción les resultaría onerosa.

* Realiza partes específicas (v.gr.textiles) de procesos productivos desconcentrados, por lo

general, mediante relaciones de subcontratación.


64

3) Una compleja constelación de actividades que obedecen a lógicas socialmente tan distantes

entre sí, como son las que se realizan en las esferas de la pobreza y la reproducción. En la

esfera de la pobreza se distinguen las siguientes:

Las Estrategias de Sobrevivencia o actividades cotidianas, económicas y no

económicas, desplegadas por agrupamientos que viven acicateados por la urgencia y la

contingencia y no pueden darse el lujo de estar desocupados (CENDES 1988). Son muy

heterogéneas, originales y dinámicas en la iniciativa de responder con provecho a las

situaciones imprevistas, por lo general, bajo formas de ayuda mutua, asociativas, autogestoras

y solidarias, vinculadas o no a prácticas de promoción comunal, sindical, cooperativista o

partidista. Pueden adquirir permanencia y constituirse en alternativa al desempleo abierto o

coyuntural. No obstante, son confundidas con el desempleo encubierto y el subempleo pues

apenas permiten cubrir las necesidades primarias de las unidades domésticas, son muy

inestables, tienen ínfima rentabilidad y no generan excedente alguno, dada la pequeñez del

volumen de operación con que trabajan.

Las Microunidades de Producción que registran apenas una mínima rentabilidad

económica y magros ingresos que hacen posible no sólo la subsistencia, sino, ciertos niveles

de autoocupación del excedente laboral. Ubicadas, como las anteriores, en la contracara de las

leyes que rigen el modo de operación de las empresas modernas, son socialmente productivas,

al permitir avances colectivos en la educación no formal y la organización de agrupamientos

que viven en algunos segmentos de la pobreza.

En el ámbito de la reproducción están las siguientes:

Las Microempresas Subordinadas, que operan en segmentos del mercado controlados

por el SM. Presentan algún potencial de desarrollo en el mediano plazo pero no controlan

precios, volúmenes de producción, comercialización, insumos y, a veces, no son dueños de sus


65

herramientas o maquinaria. Carecen de acceso al crédito comercial y a tecnologías productivas

y organizacionales modernas. Trabajan con altos costos de producción y laborales y no pueden

acumular ni almacenar. Acuden al alargamiento de las jornadas de trabajo para mantenerse en

el mercado. Es un segmento muy heterogéneo en su capacidad real o potencial para ampliar su

escala y eficiencia, aun si se eliminaran las restricciones que las constriñen. Muchas de ellas

están insertas en relaciones de subordinación por subcontrato y, por lo tanto, de salarización

encubierta.

Las Microempresas Autónomas, productoras de bienes y servicios que presentan

mayor estabilidad temporal y espacial. Ostentan cierta potencialidad de expansión y

reinversión. Se ubican en ramas y actividades que aseguran el retorno del financiamiento y la

maximización de la relación crédito-empleo.

4) Como rasgo promisorio, el movimiento interno de la economía popular perfila la necesidad

de asociación y cooperación, como eventual estrategia para enfrentar con mayor éxito las

restriciones, tanto de corte institucional y organizacional como político, cultural, financiero,

tecnológico y sicosocial que constriñen su desarrollo.

5) una capacidad dinámica que le permite absorber a una parte considerable del crecimiento

vegetativo de la fuerza de trabajo, del sobrante estructural y de los subempleados del SM, así

como de los voluntariamente excluidos de éste.

La anterior caracterización significa que no obstante el desapoyo, la insuficiencia,

ineficiencia e inadecuación de los servicios estatales recibidos y de los mecanismos

estructurales de dependencia, subordinación y explotación mediante los cuales se encuentra

entreverada al resto de la sociedad, la economía popular en Venezuela genera lo siguiente:

a) Una inagotable constelación de actividades económicas de pequeña escala que

comercializan y producen bienes y servicios de consumo popular, en muchos casos con altos
66

costos los cuales, por lo general, no pueden ser cargados al consumidor. Muchas de éstas

contienen un potencial productivo e innovativo susceptible de desarrollo.

b) Mecanismos de capacitación de fuerza de trabajo especialmente joven. Esta es absorbida

con relativa rapidez por el SM y, luego de haber cumplido un ciclo que puede ser más o menos

largo de vida productiva, se reincorpora a la producción en pequeña escala, por lo general,

como cuentapropista o titular de su microempresa.

c) Empleo e ingreso mínimo que asegura la reproducción de amplios contingentes humanos.

En términos absolutos el empleo y, por lo tanto, la oferta de los bienes y servicios que

produce, crece tendencialmente más en las crisis que en la expansión, aunque con oscilaciones

más cortas que las del ciclo económico. No obstante, existe un desface con la dinímica de la

demanda la cual, dependiendo de la masa salarial generada por el SM, aumenta en el auge y se

comprime con la crisis.

d) Un ahorro que no se filtra hacia los grupos sociales de pobreza crítica y extrema, sino,

paradógicamente, se tansfiere al SM.

C) Las características de las microempresas populares. De acuerdo con diversos estudios

(v.gr. Rodríguez l989) el perfil socioeconómico de las unidades de producción y

comercialización de bienes y servicios a pequeña escala, puede ser caracterizado desde varios

ángulos complementarios.

En la perspectiva de la economía popular en Venezuela, hemos elaborado el perfil que a

continuación presentamos, el cual no puede asumirse como típico, sino, como rasgos generales

que pueden acentuarse diferencialmente dependiendo, en especial, del sector y del tipo de

actividad realizada.

La Forma que Adquieren las Relaciones de Producción.


67

- Por lo general existe autonomía en la organización del trabajo propio. No hay

dependencia directa de una instancia externa con posibilidad de decidir sobre este punto,

aunque ésta pueda, indirectamente, determinar niveles de intensidad y duración de la jornada

pero siempre mediada por la decisión de la unidad productiva, predominantemente

unipersonal o cuentapropia.

- Los implementos disponibles muchas veces móviles tales como herramientas y una que otra

máquina de segunda mano y obsoleta, son de propiedad familiar o del (o la) titular de la

unidad doméstica. Exceptuando la vivienda, sólo en pocas ocasiones se puede hablar de

alquiler de los medios de producción.

- Existe, por lo general, una asimilación entre unidad doméstica, unidad productiva y

propietario. Se conforma así una acentuada tendencia al establecimiento de permeables

relaciones laboral-familísticas, imbricadas a la localidad, la vecindad, el barrio mediante lazos

solidarios, asociativos y de compadrazgo, dentro de las cuales juega un papel muy importante

el otorgamiento del crédito ágil (fiado) para consumidores de bajos ingresos.

- El tipo de relación propietario-trabajador es, por lo general, diferente al contractual de

compra-venta de fuerza de trabajo al estilo del SM.

* Se sustenta en un "convenimiento", es decir, un acuerdo de palabra parcialmente implícito

mediante el cual los integrantes intercambian ventajas comparativas.

* Estas están dadas por la pericia del conductor de la unidad, la socialización de sus

conocimientos y medios de producción, la eficiencia y capacidad del ocupado, por lo general

joven, y el valor que, tanto el titular como los ocupados, agregan al producto.

- Se carece casi por completo de la capacidad de contratar fuerza de trabajo al estilo salarial

del SM.
68

* Este tipo de relación es sustituído, por lo general, por el trabajo de familiares no

remunerados y por el trabajo a destajo de los allegados, adultos y menores de edad.

- Cuando se tiene alguna capacidad empresarial, la remuneración de la fuerza de trabajo es

precaria. Esto por cuanto para mantenerse en el mercado, muchos titulares se ven compelidos

a lo siguiente:

* comprimir salarios, utilidades y costos de producción y operación (v.gr. eliminando del

precio del producto el uso del local y los gastos de agua, luz o teléfono cuando la unidad

productiva se encuentra dentro de la vivienda o viceversa);

* ampliar la jornada de trabajo;

* desatender el mantenimiento y la reposición de equipos o maquinaria;

* evadir la normativa sobre tributación, salud ocupacional, calidad de los productos, derechos

laborales y de seguridad social.

- La división técnica permite una relación personal con el producto.

* Tanto el titular como el ocupado operan con la totalidad del objeto de trabajo;

* el tiempo de trabajo necesario y excedente no es factor de cálculo de la remuneración;

* por lo general, el diferencial salarial entre trabajador y microempresario no es siginificativo,

a diferencia de las empresas modernas en las cuales el patrono no labora en el proceso de

trabajo;

* el valor agregado por el trabajador al producto es mayor que la remuneración reconocida.

Las Características Materiales y Técnicas de la Actividad Económica.

- Su inserción mercantil la realizan de manera marginal, dependiente o autónoma en

segmentos de fácil acceso y bajo poder adquisitivo y estratos competitivos o débilmente

oligopolizados del
69

mercado, así como en áreas geográficas periféricas y tecnológicamente inferiores al SM a

las que venden bienes y servicios diferenciados.

- Adolecen de una lenta rotación del capital dado que se ven compelidos, por lo general, a dar

crédito a plazos más largos que exceden el promedio en cada rama.El ofrecimiento de

facilidades de pago es casi el único recurso al que pueden recurrir para competir en

condiciones oligopólicas.

- Ostentan una mínima relación capital-trabajo. Esta, medida a través de los activos totales por

hombre ocupado, expresa:

* una baja o muy baja productividad marginal de la fuerza de trabajo ocupada;

* una brecha entre productividad física y monetaria dada la subremuneración de los factores;

* la adopción de procedimientos muchas veces rudimentarios e intensivos en mano de obra;

* el empleo de herramientas de fácil manejo, maquinarias y equipos por lo general obsoletos y

de segunda mano;

* la precareidad de la infraestructura física;

* la escasa inversión inicial de capital.

- Presentan vías de entrada y salida muy laxas. Para su ingreso se requiere, lo general, sólo de

lo siguiente:

* la inversión de los ahorros propios o familiares;

* un conjunto de conocimientos suficientes para el tipo de actividad que desarrollan. Estos

tienen las siguientes características:

* son rudimentarios y eminentemente prácticos;

* por lo general se adquieren fuera de los canales formales de la educación, en especial,

mediante el ejercicio mismo de la actividad de que se trate;


70

* son absolutamente insuficientes para gerenciar la expansión del negocio y conocer la

dinámica del mercado y la política.

- Como contracara de la situación de las empresas del SM, las microempresas populares

adolecen de un restrictivo y casi nulo acceso al mercado formal de insumos y productos y al

crédito tanto de los proveedores como al bancario, cooperativo y promocional. Esto por las

siguientes razones:

* El sistema financiero tiene una estructura, condiciones y modalidades de operación

adecuadas a la atención de medianas y grandes empresas y, más recientemente, de pequeñas

industrias con

capacidad de responder a sus exigencias.

* Su insolvencia no les permite presentar garantías prendarias ni proyectos al estilo bancario.

En todo caso, la formalización exigida por los entes financieros para decidir sobre las solici-

tudes de pequeño crédito, resultan mucho más caras que el monto solicitado.

* La precariedad del modelo de gestión microempresarial atenta contra las posibilidades de

acceso a los mercados financieros y de capital. Carecen de registros contables, balances,

personería jurídica, normas de administración y regulación. Esta situación se expresa en el

bajo perfil de sus calificaciones, en especial gerencial, y en la dificultad para evaluar la

relación costo-beneficio de sus operaciones para incrementar sus recursos de capital.

* Imposibilidad para manejar pasivos, almacenar, ofrecer estabilidad ocupacional (reforzada

por la alta rotación de la fuerza de trabajo), mejorar sus condiciones de trabajo, incrementar la

productividad laboral y la capacidad de reproducción de la fuerza de trabajo, y cubrir los

costos de la legalización.
71

* Incapacidad para obtener e incorporar combinaciones técnicas para mejorar la calidad de sus

productos, ampliar los estrechos volúmenes de producción, incrementar su baja o muy baja

productividad y, aún, darle continuidad al proceso productivo.

* Incapacidad para la compra de insumos al por mayor. Los altos costos de la compra al

detalle no siempre pueden ser cargados al consumidor.

* Incapacidad para contratar asesorías y publicidad, a fin de crear, conocer y ampliar la

demanda y competir con el SM, en especial, en periodos de aumentos salariales.

* Imposibilidad para influir sobre el mercado, a excepción de su elasticidad para cambiar de

actividad y jugar con el ingreso medio como variable de ajuste ante la variación de los precios

establecida por las empresas modernas de mayor productividad y suficiencia financiera.

* Ausencia de un estatuto jurídico-institucional que las proteja y promueva.

- Sometidas por lo general a relaciones de subordinación y explotación, la producción de

bienes y servicios a pequeña escala se traduce en ingresos de poca o nula relevancia para la

generación de excedentes. En consecuencia, las microempresas populares están obligadas a lo

siguiente:

* recurrir al usurero informal o no y a parientes o amigos, con lo cual el crédito adquiere

costos más altos que los vigentes en el mercado formal y sus condiciones cortoplacistas no

permiten la ampliación de su capacidad productiva.

* Pagar altos intereses por el crédito, muchas veces restrictivo, de algunos proveedores.

* Pagar precios de monopolio a los proveedores que exigen exclusividad en la compra de

productos e insumos y en el alquiler de equipos.

* Conceder crédito a plazos más largos que el promedio de la rama de actividad de que se

trate, dado que es uno de los pocos mecanismos con que cuentan para mantenerse en el

mercado.
72

* Privilegiar el trabajo sobre otros insumos y medios de producción.

* Adoptar combinaciones técnicas que suplan al capital, entre ellas la contracción de la

remuneración al trabajo y el consumo del trabajo propio del microempresario.

* Incrementar el costo medio de la reproducción de la fuerza de trabajo, al verse obligadas a

trasladar sus altos costos de producción al consumidor para poder mantenerse en el mercado.

El Tipo de Actividades Desplegadas.

Es este aspecto el que más dificulta visualizar criterios clasificatorios. No obstante, esto no es

una limitante, sino, una expresión del potencial de creación, crecimiento, diversificación y

expansión de las operaciones autogeneradas por la economía y la cultura popular.

La casi inimaginable diversidad de actividades desplegadas en los ámbitos urbanos y rurales

de la producción y comercio de bienes y servicios, la versatilidad para satisfacer necesidades,

la originalidad de las iniciativas para atender situaciones no previstas, la lógica económica

desplegada, las habilidades y el ingenio demostrado en la adaptación de bienes de capital, en el

uso de tecnologías alternativas y apropiadas y en la distribución del escaso excedente

económico, dan cuenta de la inadecuación de la clasificación oficial que agrupa las

microempresas por rama de actividad.

No obstante, el propósito de nuestro trabajo, que no incluye la elaboración de una tipología

específica, nos obliga, primero, a utilizar los tres sectores clásicos en el entendido de que la

dinámica del abanico y la combinatoria de la inagotable economía popular, rompe los

parámetros de la ciencia oficial y, segundo, a ofrecer una lista, necesariamente indicativa y

general, de actividades que pueden servir tanto al SM como a los consumidores de bajos

ingresos.
73

PRODUCCION: Creación, construcción, cultivo y extracción de bienes físicos mediante un

proceso de transformación o aplicación de insumos (productos intermedios o materia prima a

los que el trabajo agrega un valor) en productos intermedios o finales.

- alimentos, bebidas y tabacos.

- confección de textiles y artículos de cuero (calzado, carteras, vestimenta).

- confección de artículos de madera y muebles.

- productos de papel e imprenta (tarjetería, membretes).

- productos químicos, cauchos, plásticos o derivados.

- productos metálicos, maquinaria y equipos (metalmecánica, microtalleres).

- artesanías (producción tradicional básicamente manual, indígena, campesina o urbano-

popular).

- construcción local.

- agricultura y pesca (pequeños huertos, conucos, pesca artesanal).

SERVICIOS: Producción de bienes intangibles mediante el uso de ciertos medios

(herramientas, equipos, conocimientos prácticos).

- Transporte local de personas (excluye el servicio urbano formal).

- Servicios a las empresas del SM (transporte y almacenamiento de carga, reparación y

mantenimiento de activos fijos, recolección y reciclaje de desechos de papel, vidrio y metales).

- Servicios personales y de los hogares (barbería, peluquería, limpieza, cuido de niños,

jardinería, plomería, electricidad, pintura, albañilería, limpieza, fumigación, tintorería, y

reparaciones de calzado, electrodomésticos, vehículos, refrigeradoras y vestimenta).

- Servicios de diversión y esparcimiento (música, organización y animación de fiestas).


74

COMERCIO: Actividades mediante las cuales se hacen circular las mercancías producidas

por las empresas medianas y grandes del SM, es decir, se compran para ser vendidas y

revendidas. Se distingue el microcomercio con local y el ambulante con puesto fijo o sin éste.

- alimentos, fruterías, quincallas, pescadería, carnicerías, bodegas, zapaterías, mueblerías,

ferreterías y concreteras.

- hospedaje y comedores populares.

- buhonería por cuenta propia.

El Tamaño de las Unidades de Producción.

Este indicador, como el anterior, ha sido muy controvertido, en especial, cuando se pregunta

qué es pequeño y respecto de qué. Los parámetros varían si se piensan para Estados Unidos,

Europa y algunos países de la Región.

No obstante, en América Latina desde hace algún tiempo existe una aceptación generalizada

de que la microempresa se ubica entre los rangos siguientes:

a) uno o dos ocupados y activos menores a cien salarios mínimos vitales, según el Plan

Nacional de Microempresas del Ecuador. En Perú éstos pueden oscilar entre $450.oo en el

comercio y los servicios no profesionales y $600.oo en el sector industrial.

b) No menos de cinco empleados, según las cámaras empresariales del Ecuador y,

c) menos de diez empleados, según CEPAL/ONUDI(1988), y ventas menores a 55 salarios

mínimos por mes y activos menores de 220 salarios mínimos, de acuerdo con el Plan de

Microempresas de Colombia.

En Venezuela, el proceso de formulación e implementación en marcha de la Política de

Apoyo a la Economía Popular, ha fijado la atención en un conjunto más amplio y dinámico de


75

aspectos, a los fines de lograr una adecuada y flexible conceptualización cuantitativa y

cualitativa de la microempresa popular.

Esta es la unidad económica urbana y rural que produce y comercia bienes y servicios a

pequeña escala, si bien para el SM, en especial aquellos que son prioritarios para la

satisfacción de las necesidades sociales de la economía popular y el consumo de las unidades

domésticas de más bajo ingreso.

Como ya se mencionó, en virtud de su pequeñez, reducido volúmen de ventas, baja

productividad física y mínima relación capital-producto, obtiene exigüas utilidades y sus

posibilidades de expansión son muy limitadas.

Dado el cúmulo de sus restricciones, entre las cuales se cuenta la carencia de un marco

jurídico-institucional que la proteja y promueva y el nulo o marginal acceso al mercado de

bienes y servicios, la microempresa popular se ve obligada a privilegiar el uso intensivo de la

fuerza de trabajo. Esto por cuanto enfrenta una relación de precios de los factores en la que, en

contraste con la situación de las empresas del SM, le resulta más barata la mano de obra pero

más caro el capital y los insumos, aun siendo estos últimos nacionales.

La microempresa puede ser unipersonal, contractual, familiar, asociativa, cooperativa o

comunitaria y, por lo general, el valor de sus activos es menor o alrededor de Bs.500.000.oo

($11.500.oo) y el número de sus ocupados es menor o alrededor de diez.

Su proceso productivo está entreverado a relaciones de compadrazgo, familísticas y vecinales

solidarias y se nutre con materias primas locales y tecnologías tradicionales consistentes en

herramientas, métodos y equipos manuales; asimismo, de una relación personal de los

trabajadores y el o la titular, que es uno de éstos, con la totalidad del objeto de trabajo y, por

ende, con el producto final.


76

Algunas microempresas como las específicamente productoras de artesanía indígena,

campesina y popular-tradicional (Erdt 1988), expresan y conservan los componentes

ideológico-culturales autóctonos que definen la identidad del ser venezolano.

En coherencia con la caracterización anterior, es necesario conocer no sólo el número de

ocupados y el valor del capital fijo, sino, además en lo posible, el monto de las operaciones y

ventas, el costo del capital por trabajador, la localización geográfica (zonas deprimidas,

periféricas, urbanas y rurales, fronterizas ), sus redes de comercialización, la distancia y

potencialidad de los mercados (locales, restringuidos, más o menos amplios, etc.), el uso de

insumos nacionales y tecnologías intensivas en fuerza de trabajo y apropiadas a la pequeña

escala, el porcentaje del valor agregado, y el sistema de relaciones sociales en la que se

encuentra inserta.

IV) PROPUESTA OPERATIVA DE LA POLITICA SOCIAL DE APOYO A LA

ECONOMIA POPULAR

1) Fundamentación.

Desde hace varios lustros se viene produciendo en América Latina una enriquecedora

experiencia investigativa, un abundante conocimiento y valiosas sistematizaciones de planes y

programas de apoyo, en especial financiero, al denominado SIU.

En Venezuela la situación es contrastante. Existen numerosos estudios, dentro de los cuales

los dieciseis volúmenes realizados por CORDIPLAN en l98l-84, los del ILDIS y el CENDES

son aportes significativos, pero el conocimiento del SIU es aún exigüo. No obstante, aunque
77

tardíamente respecto de la Región, una propuesta promisoria ha marcado ya dos momentos a

saber:

1) La investigación evaluativa del camino recorrido por los programas existentes, la

valoración de sus potencialidades y la sistematización del conocimiento producido en relación

con las prácticas económicas populares y el contexto de la crisis estructural del sistema.

2) Articular un concepto transdisciplinario de investigación para la intervención social de

mayor cobertura analítica, espacial y temporal que el usado en los estudios sobre el SIU.

Dicha propuesta ha permitido redimensionar la evidencia empírica, poner de relieve la

problemática relacional de la economía popular, el modo de vida de los sujetos que la

encarnan y la reconstitución democrática y descentralizada del sistema político-económico

venezolano.

Un tercer momento, que cristaliza en el presente trabajo, es el programa de

investigación cuyo perfil delineamos más adelante.

Recapitulando, en Venezuela el conocimiento de la economía popular es muy incipiente

e insuficiente. En consecuencia, no es posible aún, como sería deseable, lo siguiente:

a) Medir su capacidad de absorción productiva más allá de la cual la inversión

socioeconómica requerida produciría ineficiencia e ineficacia en el uso y producción de los

recursos propios.

b) Precisar la magnitud de los potenciales grupos-objetivo de la Política deapoyo a la

Economía Popular, tanto hogares con diversa capacidad de consumo como microempresas

populares.

c) Comprender y valorar la heterogeneidad de las actividades que se desarrollan al interior de

la economía popular, las cuales van desde estrategias de subsistencia hasta microunidades

económicas estables y con ciertos niveles de rentabilidad.


78

d) Medir y valorar los problemas cambiantes que enfrentan los miembros de las unidades

domésticas, los conductores y ocupados de las microempresas populares.

e) Calibrar la magnitud de la oferta y demanda real y potencial de bienes y servicios de la

economía popular.

f) Cuantificar el ahorro productivo que la economía popular le transfiere al SM a través de sus

articulaciones diferenciales.

Ciertamente, la carencia de técnicas de medición apropiadas dificulta precisar diferencias en

la heterogénea economía popular y entre ésta y las prácticas económicas, culturales y políticas

de las clases sociales en los ámbitos local, regional y nacional.

Por otro lado, las estadísticas existentes no dan cuenta de las formas de articularse los

diversos segmentos de la denominada informalidad, la pobreza, la economía popular, la

sociedad civil, el Estado y el resto del sistema productivo. Pero, además del tratamiento

económico y cuantitativo, la economía popular y el desarrollo social asumido como meta,

necesitan ser valorados cualitativamente mediante un enfoque transdisciplinario y socio-

político integral aún no totalmente construído.

No obstante, esta limitante no debe magnificarse ni usarse como pretexto para seguir

omitiendo una política social de apoyo a la economía popular, a riesgo de agudizar los

problemas en nombre de los cuales se instrumentan las macropolíticas de desarrollo.

El mejor conocimiento y tratamiento de la dinámica interna y las articulaciones diferenciales

de la economía popular con el resto de la sociedad venezolana, será una tarea permanente de la

Política de Desarrollo Social y de Apoyo a la Economía Popular. El seguimiento cuidadoso de

su implementación y ajuste, evitará las rigideces conceptuales y operativas que sólo atentarán

contra su eficacia direccional y procesal.


79

Sumándose a las limitaciones anteriores, la actual política macroeconómica y de reajuste

estructural, fuertemente orientada a la apertura del sistema productivo a la inversión

extranjera, la competencia internacional y la exportación, aun en detrimento de la ampliación

del mercado interno, no contempla un marco jurídico que proteja, promueva y regule la

existencia y desarrollo de la producción a pequeña escala.

Asimismo, tenemos que en Venezuela las OG y ONG realizan sus programas de apoyo a las

microempresas sin una normativa que racionalice el qué, cómo y cuánto hacer para que,

efectivamente, la producción mancomunada de servicios responda a la necesidad de

desarrollar el potencial productivo de los grupos sociales que integran la economía popular, en

especial los de más bajo ingreso.

Tal situación, enmarcada dentro de la lógica productivista de la economía de mercado y del

desarrollismo industrialista con hondas raíces en la sociedad venezolana, exige por sí sola y

sin duda alguna, una política del Estado reguladora, subsidiaria, integral y de corto, mediano y

largo plazo de apoyo a la economía popular.

Esta política está siendo implementada por el Ministerio de Desarrollo Social y contempla dos

estrategias, a saber:

1) El Apoyo al Consumo Familiar, que tiende al fortalecimiento de la capacidad de consumo y

elevar el rendimiento de los bienes y servicios que adquiera la población de escasos recursos.

2) El Apoyo a la Microempresa, que promueve la creación y desarrollo de unidades de

producción y comercio de bienes y servicios a pequeña escala.

La propuesta que a continuación desarrollamos está referida a esta segunda estrategia.

A) Lineamientos:

En el VII Plan de la Nación se estableció el antecedente inmediato de la Política de Apoyo a

la Economía Popular.
80

Aunque referido al denominado SIU, específicamente a las empresas asociativas, en él se

recomendó la creación de una OG que planifique, oriente y apoye su desarrollo y les faciliteel

acceso a la tecnología, al mejoramiento de la comercialización, a la capacitación técnica y

gerencial y al crédito mediante la creación de fondos de garantía.

En el VIII Plan de la Nación no se le da continuidad a dicho lineamiento. Por lo tanto, es

necesario implementar a este nivel, una política integral que tenga como desiderátum lo

siguiente:

a) Superar las desestructuraciones y contraproductividades de la crisis estructural, mediante

una recomposición de la capacidad productiva del actualmente agotado estilo de desarrollo.

b) Implementar programas de mantenimiento y creación de empleo estable y adecuadamente

remunerado; asimismo, de reciclaje diferencial de fuerza de trabajo y unidades de producción,

en áreas de alta y baja productividad y modernización tecnológica.

c) Atacar los aspectos cuantitativos y cualitativos, coyunturales y estructurales dentro de cada

segmento del mercado, tomando en consideración las brechas de productividad y la alta

rotación de fuerza de trabajo. Asimismo, asumiendo la necesidad urgente, por un lado, de

poner en contacto los recursos del Estado con el potencial productivo de los grupos populares

y, por otro, de propiciar la democratización de las relaciones de intercambio de la economía

popular con el SM y el resto de la sociedad venezolana.

d) Apoyar y dinamizar el desarrollo de actividades individuales y colectivas económica y

socialmente rentables, mediante las cuales sea posible optimizar y maximizar el comercio y la

producción de bienes y servicios a pequeña escala y generar ocupaciones estables

adecuadamente remuneradas.

e) Desarrollar programas agresivos de transferencias directas y de construcción de

infraestructura física y social, tal como servicios urbanos básicos, promoción cultural,
81

previsión, asistencia y seguridad social, en especial, a los agrupamientos que se encuentran en

situación de pobreza crítica y extrema.

En esta dirección, se requiere una estrategia a los efectos siguientes:

a) Ordenar dentro de un enfoque macropolítico, la diversidad de programas y proyectos de las

OG, ONG y mixtos.

b) Definir los criterios mediante los cuales los programas se alimenten recíprocamente,

optimicen sus ventajas comparativas y se redimensionen hacia alcances globales de carácter

nacional.

c) Diseñar metodologías para la identificación de la diversidad de áreas prioritarias y sujetos

individuales y colectivos con quienes se necesita trabajar con decisión.

d) Establecer los instrumentos de distinto nivel y alcance que permitan operativizar el Plan

Nacional de Apoyo a la Economía Popular.

e) Elaborar un catálogo de prioridades y recursos que orienten la implementación de la Política

en la perspectiva del corto, mediano y largo plazo.

B) El Sistema Nacional de Apoyo a la Microempresa Popular.

La Política de Apoyo a la Economía Popular se concreta en parte en el Sistema Nacional de

Apoyo a la Microempresa Popular.

Este Sistema dinámico, integral, tendencialmente autónomo y planificado estratégicamente,

engloba y armoniza las distintas instancias de intermediación, individuales y colectivas. Estas

van desde la Autoridad ministerial hasta los grupos-meta pasando por las OG y ONG y los

diferentes instrumentos, métodos, recursos y todo componente necesario para la consecusión

de los objetivos propuestos.

Está diseñado para operar bajo los siguientes criterios:


82

- Privilegiar la economía popular y los agrupamientos populares que la conforman, como la

unidad indisoluble del objeto y los sujetos de la Política.

- Priorizar aquellas áreas y ramas de actividad económica que permitan efectos

multiplicadores en los siguientes aspectos básicos:

* la generación y consolidación de empleo.

* La satisfacción de necesidades básicas.

* El fomento y desarrollo de prácticas solidarias, asociativas y cooperativas.

* La construcción y mantenimiento de infraestructura física, urbana y social.

* La creación y fortalecimiento de redes populares de producción y comercialización de

bienes y servicios.

- Focalizar sus acciones para asegurar que los servicios beneficien a los grupos-objetivo

previamente seleccionados.

- Generar adscripción sostenida de parte de los funcionarios, usuarios y demás agentes de la

Política.

- Generar participación ciudadana tendencialmente cogestionaria y autogestora en todas las

esferas del proceso que va, desde la identificación de necesidades hasta la evaluación de los

impactos de los programas y proyectos.

- Generar transformaciones permanentes hacia formas más acabadas de operación no

burocratizada y ejercicio democrático.

- Producir servicios eficientes y eficaces mediante la maximización y optimización del uso de

los recursos humanos, financieros, materiales, tecnológicos y ecosistémicos.

- Multisectorializar los Programas y la producción de servicios como superación de la

fragmentación sectorial.
83

- Generar un proceso unitario de planificación que alimente recíprocamente, la conducción

central mas no centralista y la programación local pero no localista.

- Descentralizar y desconcentrar la gestión hacia la autonomía decisional del buen gobierno

estadal y municipal.

- Asegurar la suficiencia y permanencia del financiamiento de os Programas y Proyectos.

El Sistema Nacional de Apoyo a la Microempresa Popular descansa en cuatro pilares

fundamentales que son, precisamente, las áreas de estrangulamiento del desarrollo productivo

de la economía popular en Venezuela. Ellos son el financiamiento, la comercialización, la

capacitación y organización, y la investigación.

Dichos pilares son apreciados como cuatro subsistemas, diferenciados sólo analíticamente

porque en la realidad se encuentran orgánicamente articulados. Cada uno tiene su dinámica,

recursos propios y autonomía relativa.

Por tal razón, se hace necesario construir estrategias operativas de diverso nivel y alcance, a

los efectos de viabilizar la Política y retroalimentar sus impactos en el desarrollo de las

capacidades productivas de los agrupamientos populares.

Las estrategias operativas, cuya desagregación da orígen a diversas áreas programáticas, se

expresan en cuatro Programas a saber: Apoyo Financiero, Apoyo a la Comercialización,

Capacitación y Organización, e Investigación, todos ellos atravesados e interconectados por un

conducto de doble vía:

1) La asistencia oportuna y expedita, como apoyo efectivo del Sistema a cada una de las

problemáticas situacionales que enfrentan los grupos-meta.

2) La participación activa y organizada, tanto de los grupos-objetivo como de los componentes

del Sistema, como condición de realización de un nuevo estilo de gestión y organización.


84

C) Objetivos.

1) Generales:

- Contribuir efectivamente al mejoramiento de la calidad de vida de los agrupamientos

populares mediante el incremento del empleo y el ingreso, organizando un Sistema integral,

participatorio, eficiente, eficaz, ágil y potencialmente autofinanciable de atención prioritaria a

microempresas populares que operan con posibilidades de consolidación y expansión en el

corto y mediano plazo.

- Desarrollar en el mediano plazo programas de reactivación de microunidades económicas en

estado de paralización.

- Estimular en el mediano plazo la constitución y desarrollo de nuevas microempresas.

- Generar en todos los niveles del Sistema un nuevo estilo de conducción caracterizado por el

ejercicio democrático, estratégico, eficiente y honesto de la gestión.

- Contribuir efectivamente al fortalecimiento de los procesos de descentralización,

desconcentración y desarrollo local y regional.

2) Específicos:

- Procurar la creación de instrumentos y espacios institucionales y sociales, mediante los

cuales se canalicen y estimulen las iniciativas gubernamentales y no gubernamentales de

desarrollo de la economía popular.

- Crear las condiciones necesarias y suficientes para el desarrollo de los subsistemas eficientes

y eficaces de financiamiento, comercialización, y capacitación y organización, e investigación.

- Fijar una estrategia permanente de captación de cooperación internacional técnica y

financiera, para asegurar el funcionamiento adecuado del Sistema.


85

- Fijar una estrategia permanente de captación de recursos humanos y materiales, requeridos

para optimizar la eficiencia y eficacia de la Política.

- Fijar una estrategia permanente de información y difusión eficiente y eficaz, a los fines de

viabilizar la progresividad, los intercambios y la cooperación y asistencia requeridos por la

Política.

- Inducir un tipo de gestión gubernamental y no gubernamental que privilegie la iniciativa de

responsabilidad, interés y rentabilidad sociales.

- Incorporar como sujetos activos de la gestión, a los grupos-objetivo y promover su

organización.

- Inducir la adecuación y creación de la infraestructura jurídico-institucional necesaria a los

efectos de viabilizar la Política de Apoyo a la Economía Popular.

- Estimular el fortalecimiento de las actividades de pequeña escala en los ámbitos locales y

regionales.

2) El Plan Nacional de Apoyo a la Microempresa Popular.

A) Lineamientos.

En consonancia con la Política del Ministerio de DesarrolLo Social, el Plan Nacional de

Apoyo a la Microempresa Popular apunta con decisión al desarrollo de las capacidades

económica y socialmente productivas de los agrupamientos populares.

El análisis realizado a propósito de su formulación, da cuenta de que dicho Plan es producto

de un proceso políticamente sensible, de traducción de necesidades sociales y aspiraciones

colectivas. En consecuencia, el Sistema, los Subsistemas, los Programas y sus Areas mediante

los cuales se operacionaliza la Política, constituyen una propuesta consistente cuyo

desiderátum es la superación de las condiciones materiales que determinan dichas necesidades


86

y el desarrollo de aquellas condiciones favorables a la cristalización de las aspiraciones

colectivas.

En este sentido, el Plan propone aunar los esfuerzos de las OG y ONG, individuales y

colectivos a los efectos de transformar en el mediano y largo plazo, la dispersión que

caracteriza el panorama institucional en posibilidades reales deespecializar, diversificar y

masificar coordinadamente las iniciativas en la perspectiva del desarrollo nacional integral.

Con este enfoque, los múltiples componentes del Sistema de Apoyo Nacional a la

Microempresa Popular adquieren relevancia diferencial, sólo en relación al cumplimiento

cabal de los objetivos establecidos.

B) Objetivos.

1) General:

Crear y operativizar el Sistema de Apoyo a la Microempresa Popular que corresponde a

los lineamientos de la Política respectiva.

2) Específicos:

- Diseñar los programas y proyectos mediante los cuales se instrumentan los subsistemas de

financiamiento, capacitación y organización, comercialización, e investigación.

- Dotar al Sistema de un presupuesto por programas y proyectos que optimice el cumplimiento

de los objetivos establecidos para cada Subsistema y establecer los mecanismos de evaluación

de la inversión de sus recursos humanos, financieros y materiales.

- Establecer el ámbito de su acción y determinar los grupos- objetivo de la Política.

- Establecer un sistema organizacional dinámico, mediante el cual se vinculen orgánicamente

las instancias del Sistema, en especial las microempresarias, financieras, gubernamentales y

gremiales.
87

- Diseñar una metodología que permita la retroalimentación entre los diversos actores que

intervienen en el Sistema. Asimismo, formular los mecanismos de control de gestión,

evaluación de impactos y sistematización de experiencias del proceso.

- Establecer los mecanismos necesarios para el apoyo a la economía popular en las diferentes

regiones del País.

- Dotar al Sistema de un sistema de información adecuado a sus requerimientos.

- Establecer una estrategia sistemática de difusión de los Programas y acciones del Plan.

- Elaborar censos de microempresas para conocer adecuadamente sus características,

ubicación, número, actividades realizadas, posición en el mercado y otras informaciones que

permitan programaciones más eficaces.

- Contar con un registro nacional de microempresas actualizado, a los fines de expeditar la

prestación de servicios y facilitar el seguimiento de sus actividades.

- Mantener actualizado un catálogo de prioridades y recursos institucionales para orientar los

términos del intercambio entre los diversos agentes de la Política.

3) Los Programas.

Son los ámbitos de convergencia de intereses y acciones multilaterales. Mediante éstos la

Política garantiza la eficiencia y eficacia del proceso, integral y abierto a la participación

popular activa y responsable, de financiamiento, capacitación y organización, investigación, y

comercialización. Asimismo, de asistencia y promoción en las áreas siguientes: administrativa,

gerencial, tecnológica, jurídica, crediticia, organizacional, productiva y comercializadora,

dirigido a la resolución de los nudos críticos detectados y al desarrollo del potencial producti-

vo de la economía popular.
88

A) Programa de Apoyo Financiero.

Es el ámbito mediante el cual los sujetos de la Política acceden a los recursos monetarios y

técnicos de que dispone el Sistema. En este sentido, el papel asignado al crédito se ve

necesarimente complementado por los servicios que brindan los otros Programas en las

diferentes áreas, los cuales tienen tanta importancia como el financiamiento mismo.

Un criterio importante del Programa es la recuperación de los créditos otorgados, como forma

de mantener la solvencia del mismo y el espíritu de la Política, cual es la práctica de valores

solidarios, cooperativos y democráticos y el desarrollo de las potencialidades productivas de

los grupos-objetivo.

1) Objetivos Generales:

- Contribuir a la formación de capital de las microempresas populares, mediante la

organización de servicios financieros y técnicos eficientes y eficaces para el ahorro y la

inversión.

- Promover la incorporación activa y solidaria de los grupos-objetivo, tanto en la gestión del

Programa como en la capitalización a través del ahorro individual y colectivo, con miras al

autofinanciamiento de las microempresas populares.

- Promover la adopción de medidas en beneficio del Subsistema Financiero.

2) Objetivos Específicos:

- Otorgar en el corto plazo, financiamiento a las actividades desarrolladas por las

microempresas populares individuales o asociadas.

- Otorgar en el mediano plazo, financiamiento para la reactivación de microempresas

paralizadas o con problemas de operación, susceptibles de recuperación.


89

- Otorgar en el mediano y largo plazo, financiamiento a las nuevas microempresas que se

constituyan con potencialidades de desarrollo.

- Otorgar en el mediano y largo plazo, financiamiento a los grupos-objetivo para la innovación

y adaptación creativa de tecnologías apropiadas a las necesidades de equipos y herramientas

de la producción en pequeña escala.

- Desarrollar mecanismos de garantías bancarias subsidiarias y fondos rotatorios de apoyo y

promoción financiera de microempresas.

- Desarrollar mecanismos de ahorro individual y colectivo, que sirvan como garantía

individual y asociativa para las distintas operaciones de los usuarios.

- Asegurar los fondos del Programa para el financiamiento de las actividades productivas de

pequeña escala, a través de una estrategia creativa de captación y capitalización de recursos

monetarios.

- Desarrollar sistemas eficientes y eficaces de control y seguimiento del crédito, el ahorro y el

aval que aseguren la rentabilidad real de las actividades productivas que se financien.

- Desarrollar mecanismos de control de gestión abiertos a la participación organizada de los

grupos-meta.

- Elaborar criterios de identificación de ramas de producción, comercio y servicios prioritarias

para orientar la estrategia crediticia.

- Realizar estudios socioeconómicos a las microunidades económicas populares, para asegurar

su viabilidad y optimizar el sistema crediticio.

- Promover cambios ante los organismos correspondientes, a fin de adecuar en lo que

corresponda el sistema financiero a los requerimientos de la economía popular.

B) Programa de Apoyo a la Comercialización.


90

Es el ámbito por cuyo medio se pretende resolver la limitación fundamental de la

economía popular. Abarca desde la ampliación de la demanda agregada y la búsqueda e

implementación de formas alternativas de compra de insumos, bienes de capital y de coloca-

ción de los bienes y servicios producidos por las unidades económicas populares, hasta la

consolidación de segmentos del mercado tradicional y la creación de nuevos espacios, pasando

por la generación de reformas jurídico-institucionales y la creación de la legislación

correpondiente.

1) Objetivos Generales.

- Contribuir al desarrollo de sistemas de comercialización eficientes y a la construcción y

mejoramiento de las infraestructuras de abastecimiento de la economía popular.

- Estimular la concertación mediante el auspicio de ámbitos de encuentro entre productores,

comerciantes y consumidores populares, tendientes a la construcción de redes de

comercialización y abastecimiento adecuados a las exigencias de la economía popular.

- Promover la adopción de medidas en beneficio del desarrollo del Susbsistema de

Comercialización

2) Objetivos Específicos.

- Promover la creación y desarrollo de nuevos mecanismos de comercialización adaptados a

las necesidades de la economía popular, tales como mercados urbanos, ferias populares de

consumo, ferias de productos artesanales y microempresariales, y otras formas asociativas o

cooperativas.

- Promover y desarrollar entre las OG y ONG del Sistema, mecanismos de contratación y

compras de bienes y servicios microempresariales que tengan ventajas comparativas.


91

- Promover la creación y desarrollo de redes de abastecimiento eficaces de insumos y bienes

de capital.

- Reforzar la capacidad competitiva de la economía popular, mediante la promoción ante los

organismos correspondientes, de medidas arancelarias e impositivas.

- Estimular la creación y desarrollo de asociaciones y federaciones de comerciantes,

consumidores y productores a los efectos de posibilitar la satisfacción colectiva de sus

necesidades.

- Realizar estudios de mercadeo y comercialización para establecer ramas, tipos de productos

y sectores de consumo y estrategias de colocación de productos, así como las formas más

eficientes y eficaces de encadenamiento de las esferas de producción, distribución y consumo.

- Promover campañas informativas y publicitarias de las microempresas y sus productos, a fin

de institucionalizar la imágen del microempresario y desarrollar la demanda de sus productos.

- Asegurar los recursos financieros, humanos y materiales necesarios para el adecuado

cumplimiento de los objetivos y establecer los mecanismos de evaluación de los impactos de

su inversión.

C) Programa de Capacitación y Organización.

Por medio de este ámbito, se pretende promover, fortalecer y desarrollar las capacidades

organizativas, productivas, innovativas, e inventivas de los sujetos individuales y colectivos

que integran la economía popular.

Instrumentos esenciales del Programa son la asistencia especializada en los aspectos legales,

financieros, y técnicos para impulsar el desarrollo tecnológico y la competitividad de la

producción a pequeña escala.


92

Conforma una dimensión sustantiva de la educación social integral, presencial o a distancia.

En este sentido adopta la modalidad de un proceso permanente, general y especializado, y

tiene un alto contenido promocional y formativo. Por éste entendemos la práctica del apoyo,

orientada a la construcción de los medios de comunicación apropiada a los fines siguientes de

los sujetos de la Política:

- Recuperar como experiencia educativo-formativa, solidaria y democrática, la superación

colectiva de los problemas de la reproducción en sociedad.

- Ejercitarse en la planificación, conducción y evaluación de las acciones locales, regionales y

nacionales mediante las cuales se aseguren el control de la construcción del futuro.

- Apropiarse de valores materiales, tangibles e intangibles, que les son necesarios para

potenciar su desarrollo productivo.

1) Objetivos Generales:

- Fortalecer y desarrollar el Sistema Nacional de Apoyo a la Microempresa Popular mediante

la difusión, la capacitación y la asistencia administrativa, financiera, tecnológica, gerencial,

organizacional y jurídica tanto a los grupos-objetivo como al personal involucrado en la

Política.

- Fortalecer la productividad de los grupos-objetivo a través de la asistencia tecnológica,

jurídica y administrativa, organizacional y gerencial.

- Promover la organización de la población-objetivo, con fundamento en sus propias

necesidades y capacidades de respuesta a fin de multiplicar sus logros.

- Promover la adopción de medidas en beneficio del desarrollo del Subsistema de

Capacitación y Organización.
93

2) Objetivos Específicos:

- Ofrecer asistencia tecnológica, jurídica, administrativa, organizacional y gerencial a los

microempresarios en las áreas del financiamiento, la producción y la comercialización.

- Desarrollar proyectos de capacitación adaptada a las necesidades de la economía popular,

para los funcionarios involucrados en el Sistema.

- Desarrollar proyectos de capacitación en las diversas áreas, dirigidos al apuntalamiento de

las capacidades productivas y organizativas de los grupos-objetivo.

- Propiciar a través de diversos mecanismos, la organización de los grupos-objetivo en los

distintos niveles del proceso de producción y distribución.

- Sensibilizar y apoyar a los grupos-objetivo en sus iniciativas de organización, a fin de lograr

mayor eficacia en sus acciones por eliminar las rigideces de acceso al mercado de insumos y

productos.

- Asegurar los recursos que le son necesarios para el óptimo cumplimiento de sus objetivos y

establecer los mecanismos de evaluación de los impactos de su inversión.

D) Programa de Investigación.

Mediante este ámbito se realiza y promueve metódica y sistemáticamente, la producción,

innovación, intercambio y difusión del conocimiento de los procesos y relaciones que los

sujetos sociales integrantes de la economía popular, establecen entre sí y con el resto de la

sociedad venezolana.

Una definición importante que está en la base de este Programa es que la producción,

circulación, intercambio y apropiación de valores económicos, científico-tecnológicos, físicos,

ideológico-culturales, religiosos, morales, éticos, políticos y jurídicos es un proceso de

carácter societal muy complejo y dinámico.


94

Vinculado orgánicamente a la construcción de la sociedad misma, genera sus propias

necesidades de cambio, conocimiento y mejoramiento.

La Política de Apoyo a la Economía Popular, como producto social que es, necesita producir,

sistematizar e intercambiar el conocimiento abstracto y empírico que le permita tomar

previsiones y decisiones acertivas en la lucha permanente por construirle viabilidad al Sistema.

Asimismo, para realizar en el corto, mediano y largo plazo cambios de forma y contenido en

sus Programas, a los fines de adecuar éstos a las cambiantes necesidades sociales de la

población-objetivo.

1) Objetivo General:

- Generar el desarrollo de investigaciones en los diversos Subsistemas, a fin de conocer más

adecuadamente el Sistema Nacional de Apoyo a la Microempresa Popular, optimizar el uso de

los recursos y la toma de decisiones, y promover su desarrollo productivo en términos de

rentabilidad social.

2) Objetivos Específicos:

- Desarrollar investigaciones que permitan conocer el modo y las condiciones de vida de los

agrupamientos populares.

- Posibilitar estudios que contribuyan al diseño de metodologías de capacitación y

organización, adecuadas a las necesidades del Sistema.

- Desarrollar métodos de planificación y control de gestión.

- Desarrollar métodos de evaluación, y sistematización de experiencias.

- Impulsar la innovación y adaptación creativa de bienes de capital y de tecnologías de

producción y comercialización, apropiadas a las necesidades de la economía popular.


95

- Implementar estudios para nutrir la adaptación progresiva del Sistema y sus Programas, a las

necesidades sociales de los agrupamientos populares.

- Impulsar la construcción de una base de datos que retroalimente al Sistema de Información.

- Asegurar los recursos que le son necesarios para optimizar el logro de los objetivos y

establecer los mecanismos de evaluación de los impactos de su inversión.

4) La Estructura Organizacional.

El Sistema de Apoyo a la Microempresa Popular cuenta con una estructura organizativa

flexible, para dar respuestas expeditas a las necesidades cambiantes que caracterizan la

economía popular.

Compuesto por instancias individuales y grupales integradas vertical y horizontalmente,

comprende desde el ente Rector hasta los grupos-objetivo e involucra a todos las OG y ONG,

directa e indirectamente involucradas en la Política de Apoyo a la Economía Popular.

La conducción político-técnica del Plan, los Subsistemas, Programas y Areas está a cargo del

Ministerio de DesarrolLo Social, a través de la Dirección General Sectorial de Apoyo y

Promoción de la Economía Popular. Esta, creada por Decreto No.540 de la Presidencia de la

República del 28 de setiembre de l989, publicado en la Gaceta Oficial, Alcance No.34.328 del

l8 de octubre de l989, tiene las siguientes funciones:

1.- Diseñar políticas de promoción y apoyo a la Economía Popular, procurando su

aplicación de manera integral y coordinada.

2.- Coordinar el apoyo que el Estado preste a la Economía Popular, propiciando las

acciones conjuntas de los organismos oficiales en las áreas que presenten mayores índices de

pobreza.
96

3.- Desarrollar programas de apoyo a las iniciativas populares de organización económica,

tanto en las áreas de capacitación y asistencia técnica como en las de asistencia financiera y

legal.

4.- Fomentar las alternativas de organización popular que viabilicen el funcionamiento y

desarrollo de las unidades económicas de pequeña escala, sean éstas cooperativas y ortras

modalidades organizativas.

5.- Promover la creación de empresas asociativas que contribuyan a resolver los problemas

de adquisición de insumos y comercialización de productos por parte de las unidades

económicas populares.

6.- Promover la participación concertada de las organizaciones no gubernamentales en las

políticas de promoción y apoyo a la Economía Popular.

7.- Establecer los mecanismos necesarios para canalizar la cooperación y la asistencia

técnica internacional a la Economía Popular, procurando su aplicación en aspectos claves para

su desarrollo.

8.- Planificar y operar sistemas de información, evaluación y seguimiento en relación a los

procesos de ejecución de los programas que incidan en la Economía Popular.

9.- Analizar las experiencias desarrolladas por los organismos del Estado en relación a la

Economía Popular y realizar los estudios necesarios para la identificación de los grupos

objetivo y de los instrumentos más idóneos para adelantar nuevos procesos de intervención."

(GACETA 1989).

La Dirección General Sectorial, cuenta una Unidad de Planificación y Control y con tres

Direcciones de Línea y nueve Areas de Acción que responden a las necesidades de

implementación del Plan, a saber:


97

- Coordinación y Promoción: Coordinación de Proyectos Interinstitucionales, Evaluación

y Selección de Proyectos, y Promoción.

- Estrategias de Desarrollo: Investigación y Estudios, Desarrollo de Programas Especiales,

y Desarrollo Cooperativo.

- Supervisión y Capacitación: Capacitación, Area de Asistencia Técnica y Seguimiento, y

Asesoría Jurídica.

Los Programas serán realizados por una o varias de las unidades administrativas, cada una de

las cuales estará integrada por un equipo de trabajo encargado de coordinar con los niveles que

sean necesarios, a los efectos de asegurar el cumplimiento de los objetivos que le conciernen.

En aras de la coherencia interna del Plan con sus objetivos de generar adscripción y

participación en todas las instancias organizacionales y contribuir efectivamente a la

democratización de la gestión del desarrollo nacional, se estima necesario que la Dirección

General Sectorial de Apoyo y Promoción de la Economía Popular cuente con la figura de un

cuerpo colegiado que desempeñe funciones asesoras o consultivas.

Este Consejo estará integrado por representantes de ONG, OG, institutos de investigación y

organizaciones de microempresarios y artesanos.

Finalmente, se considera necesario que el Programa de Apoyo Financiero cuente con un

Fondo Rotatorio y de Garantías Subsidiarias descentralizado y desconcentrado. Este será un

instrumento de apoyo y promoción del ahorro individual y asociativo de las microempresas

populares y podrá dar avales individuales y grupales. Asimismo, podrá delegar en los sujetos

de la Política funciones y tareas de acuerdo con el nivel de organización lograda, y

desconcentrar porcentajes fijos de su cartera bajo criterios geográficos o regionales, pero

también por áreas y ramas de producción prioritarias.


98

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