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Ediciones MATHESIS

Los Propósitos Psicológicos,


Serge Raynaud de la Ferrière

Propósito Psicológico XXI: Brujería


Traducción: Hugo Vidal Obregón

Edición Internet Numerada.


Todos los derechos reservados. ©
21 de marzo, 2006

www.sergeraynaud.net
PROPÓSITOS PSICOLÓGICOS

Serge Raynaud de la Ferrière

Libro XXI

Brujería
Brujería

BRUJERÍA

Hemos visto ya la significación de brujería, brujos, etc…1 en nuestro 1

Propósito Psicológico Nº VIII, de manera que nos contentaremos con


proseguir el capítulo precedente (Ocultismo) para entrar directamente en lo
vivo del tema.

En el Propósito Psicológico Nº XX, que acabamos de terminar, vimos que 2

la Tradición Iniciática de Israel se había deformado poco a poco, y habíamos


visto, pues, cómo la Santa Qabbalah se fue transformando en Cábbala, para
convertirse finalmente en la vulgar Kabala. Ahora bien, el estudio de la
verdadera Tradición Esotérica no protege de los peligros, sino al contrario, ya
que los Qabbalistas se encuentran mucho más expuestos que los demás. En el
tratado de Haghigha (14 b) se dice que solamente Rabbi Akiba murió en paz
después de haber contemplado la Verdad Celeste, mientras que los otros tres
que “subieron al Pardés” tuvieron un final menos agradable: Ben Zoma, se
volvió loco al ocuparse de esas búsquedas esotéricas; el teólogo Elisha Ben
Abuya se volvió herético; en cuanto al ardiente investigador Ben Azai, murió
de repente. Así pues, uno no se ocupa en vano de especulaciones teosóficas, o
de saquear las plantas del Vergel, como se dice en lenguaje ocultista.

La Teosofía Judía2 es el esoterismo de la Teología Hebraica, es la 3

verdadera filosofía de la Tradición, cuyas bases se encuentran en la Torah, el


Talmud, el Zohar…. Sin dogma ni artículo de fe, ella es LA Religión en el
auténtico sentido de la palabra. Por otra parte, como ya lo hemos dicho
suficientemente, el principio fundamental de la Qabbalah es la Nomocracia, es
decir, el Régimen de la Ley Pura, el cual es el único aceptado por Israel.

1 Por una parte, no se debe confundir a los “brujos”, echadores de suerte, agoreros,
curanderos, etc… con los “magistas”, es decir, con los practicantes del ceremonial y de los
ritos ocultos, los cuales no tienen, por otra parte, nada que ver con los “mágicos”
escamoteadores, prestidigitadores, ilusionistas, etc… o con los actores de teatro o de circo.
Existen los “Magos”, los Maestros, es decir los Iniciados en la Magia (de Magisterio), así
como también existen: la brujería o baja magia, la Magia propiamente tal y la Teurgia. Por
su parte, los Ocultistas o Adeptos de la Filosofía Hermética, tienen diferentes grados y
trabajan en varios planos, en una palabra, se encuentran en distintos niveles de evolución.
Todo esto, sin hablar todavía de todos los que quedan clasificados bajo el concepto general
de “religión de la Magia” con sus miembros, y cuyo número asciende a más de 200.000.000
en todo el mundo. Este gran número abarca a todos los fetichistas y brujos de tribu: desde
los indios de América, pasando por los negros de África, hasta las tribus de Asia Central,
los Aborígenes de Oceanía y los miembros de todas las sectas existentes.
2 Cosmosofía sería un término más exacto para significar esa Sabiduría Antigua.

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Brujería

La Torah es la Ley de Moisés encerrada en el Pentateuco; es la Doctrina 4

Racional cuyo conocimiento ilumina al Hombre y lo arranca de la


servidumbre.

El Talmud, no existía más que en la memoria de los Doctores-Iniciados y 5

en algunos fragmentos que se encuentran en los escritos secretos confiados a


los Colegios Esotéricos; ese nombre significa “estudio”, enseñanza, disciplina,
y antecede en más de un siglo al nacimiento de Jesús el Gran Nazareno.
Además de la interpretación de la Torah, de los rituales, de las recetas
mágicas, exorcismos, medicamentos… etc., el Talmud expone también las
condiciones que debe satisfacer el discípulo para recibir los secretos de la Luz
en la Torah.

En el Zohar, que es una compilación de escritos místicos, se dice que el 6

“sentido literal de la Escritura es la envoltura (III, 152.a)…y ¡ay! de aquel que


tome la envoltura por la Escritura en sí…” Esa advertencia basta para
hacernos comprender que existe todo un sentido oculto en esa obra, y es
valedera también, como ya lo hemos visto, para las Escrituras de las diversas
culturas: Biblia, Corán, Popol-Vuh, Bardo Todol, etc.

La Escritura tiene un cuerpo que son los Mandamientos; un vestido que 7

son los cuentos y, finalmente, un Alma que fue revelada a los que se
encontraban en el Sinaí… He aquí lo que dice el Zohar: “El Alma es la que
constituye la parte esencial y fundamental de la Escritura. Más ¡Ay! de
aquellos que se vuelven culpables al pretender que la Escritura no es más que
una simple narración.” El Zohar proclama además (II.130) que toda palabra de
la escritura es susceptible de 49 interpretaciones que corresponden a las 49
puertas de la Misericordia; y se ha dicho, incluso, que la Escritura presenta 70
sentidos (1.25b). Por otro lado, existen en la Ley 248 “preceptos positivos”
(obligatorios) y 365 “preceptos negativos” (que comportan una prohibición).
Los preceptos positivos se relacionan con la Clemencia que corresponde al
lado derecho del Árbol Sefirótico, mientras que los preceptos negativos se
asocian con el Rigor, el lado izquierdo del Árbol. Esto ya lo hemos visto al
inicio de los “Propósitos Psicológicos” y hemos mencionado también cierta
semejanza relacionada con en el Budismo en el capítulo “Punto de vista sobre
el Budismo” (Mensaje V: “Misticismo en el siglo XX”).

En fin, como los Sephiroth del Árbol Cabalístico, el Zohar viene a 8

significar también el “Esplendor”, y es justamente esa la Luz que es preciso


ver en medio de las oscuridades acumuladas voluntariamente alrededor de lo
Esencial. Es preciso, pues, desentrañar la Verdad (esotérica) de la densidad de
la Enseñanza (exotérica) de la Tradición Iniciática.

-4-
Brujería

En esa idea sobre la deformación de la Santa Tradición: Qabbalah - 9


Cabbala - Kabala, encontramos bajo el mismo aspecto la relación: Israel -
Hebraísmo – Judaísmo, respectivamente.

Demasiado a menudo se clasifica dentro de la colectividad Israelita y sin 10


excepción, incluso a los que no se relacionan sino indirectamente con ese
pueblo del cual no llevan sino su nombre profano. El israelita es el
“verdaderamente justo”, pero en su sentido estricto de IS-RA-EL que debe ser
comprendido propiamente como “el Hombre Libre-el Rey-el Dios”; así, el
nombre Israel designa lo que ha escapado a la cautividad de la materia. Sin
embargo, eso no es inherente únicamente a esa raza, ya que TODOS los
Hombres habrán de convertirse algún día en Israelitas, lo cual, sin embargo,
no sería posible sino en el sentido que acabamos de exponer, puesto que una
raza no es algo que se pueda adquirir y los pueblos tienden, por el contrario, a
mezclarse.

Como prueba de apoyo a la idea de que la Humanidad entera será un día 11

ISRAEL, es decir una Fraternidad de Hombres Libres, de Seres Perfectos, de


Reyes, de “ÉL”, del Yo-Universal, de Sabios-Prudentes que gobiernan su
Destino, y el pasaje del Zohar (II-69, b.) anuncia: “Es por medio de la
reencarnación que TODOS los hombres, convertidos en Israelitas, realizarán la
promesa del Zohar y los pueblos entrarán bajo las alas de la Shekina”, lo que
quiere decir que todos los pueblos conocerán la Torah y se unirán.

El Hebraísmo es la tradición que se ha formado algunos milenios antes de 12

la Era Cristiana (3.760 años y 3 meses antes, si se juzga según el calendario


hebreo). La verdadera tradición hebraica reconoce la inmanencia de la
trascendencia de Dios y une el Panteísmo, en lo que tiene de razonable, al
Monoteísmo. Es pues la teoría de la emanación de la Shekina manifestándose
en los Sephiroth. El término “hebraico” se utiliza incluso para todo aquello
que concierne a la cultura, a la raza y a la religión de los hebreos.

En cuanto al Judaísmo, es el movimiento general de una parte de la raza 13

semítica que se ha dispersado, nombre bajo el cual se inscriben, por otra parte,
diversas sectas como aquellas de los Saduceos, los Fariseos, los Alejandrinos,
los Alegoristas, los Karmitas, llamados también Escriptuarios, etc.

En fin, una vez más, existe una gran diferencia entre los primeros seres 14

puros u hombres-dioses, es decir, entre Is-Ra-El en tanto que creación perfecta


en el reino divino y Hebreos que son los Sabios del Origen es decir, los
Iniciados de la primera Cultura Humana, la raza que se ha formado por
selección. El origen de los Hebreos se remonta, pues, al Patriarca Héber, cuyo
nombre quiere decir situado atrás, más allá, apartado. Finalmente se
encuentran los Judíos, el pueblo huyendo a través de la tierra. Ya hemos visto

-5-
Brujería

en nuestro capítulo precedente esas grandes ramas de los Judíos y los


Bohemios.

Por lo tanto, es muy correcto decir que Israel es el primer chorro del 15

Manantial de Dios, ya que en la Biblia el término “Isch” designa al primer


hombre, al Hombre perfecto, y se emplea el término “Ischa” para la primera
mujer (Génesis II-22 y 23), lo cual indica que es una creación humana cuyo
origen se sitúa miles de años atrás. Enseguida vienen los hebreos, que se
originan sin duda a partir de un epónimo: para decir “hebreo” se dice “habri”,
así como se dice “harbi” por “árabe”, lo que significa que hebreos y árabes
derivan del mismo origen, es decir, del Patriarca Héber ya mencionado. En
este caso el origen no se remontaría sino a unos cuantos miles de años atrás.
De manera que si se acepta su descendencia de la Atlántida3, encontramos que
su origen no se remonta sino hasta unos 12.000 años atrás, el cual está ya muy
lejos de la época de la creación de los primeros humanos. Finalmente, están los
judíos que no tienen lengua propia y que mezclándose con los otros pueblos
han adoptado otras costumbres y otras reglas… no tienen, en otras palabras,
ya nada de Raza Elegida...
16
Se ve que nuestro paralelismo entre Qabbalah-Cábbala-Kabala4 e Israel-
Hebraísmo-Judaísmo, es plausible, no solamente por esta analogía que denota

3 Ese continente sumergido bajo los mares y que durante un largo tiempo ha servido de
inspiración a los novelistas, no parece dejar dudas en la actualidad en lo que concierne a su
existencia, la cual ha sido acreditada ya por varios investigadores serios. Existen, en efecto,
sociedades especializadas que disponen de archivos importantes sobre todo lo que se
relaciona con la Atlántida. De manera que, actualmente, la existencia de ese continente ha
dejado de ser un mito y se cuenta ya con unos 2 000 libros sobre la cuestión, escritos por
autores serios que hacen referencia incluso al mapa de ese continente perdido, además de
otras pruebas aún más tangibles. Hace algunos años, (texto escrito en 1957) la prensa
europea hizo mucho ruido en torno a un cierto Spanuth que creyó haber encontrado por
fin ese continente desaparecido. Jurgen Spanuth, Pastor de la Iglesia Reformada en las Islas
de Frisa, se jactaba de haber leído todo lo que existía sobre la cuestión de los Atlantes. Así,
después de 25 años de búsqueda señaló que parte de Atlántida estaba sumergida en el
Mar del Norte, y esto, después de que el buzo Belte, tras repetidas inmersiones, en 1953,
trajera, como prueba de la ciudad sumergida, numerosas piedras del enlosado de las calles
de Basileia. Se cree que esa ciudad fortificada habría sido la capital del Norte de la
Atlántida. Las palabras del buzo fueron grabadas y ahora se conocen muchos detalles
sobre ese continente reencontrado en el lecho del Océano Atlántico.
4 La Qabbalah era la Santa Tradición oral que una vez escrita se convirtió en la “Cabala”,
un sistema ya deformado que al ser llevado a la práctica por los profanos, no terminó
siendo otra cosa que una doctrina vulgar: la Kabala. La Tradición Iniciática perdió, pues,
su valor al ser expuesta en los textos, y más aún por la insistencia en editar obras cada vez
más fáciles para el gran público. Así, Knorr, Barón de Rosenroth, escribió “Cabbala-
Denudata”, una obra puesta al alcance de los no puedan leer directamente en el texto de
los Rabinos. Pero esa obra tiene de todas maneras varios defectos: 1) los dos volúmenes del
texto hebreo están fuertemente desfigurados y con faltas tipográficas; 2) la versión latina
resulta a menudo inexacta; 3) los reenvíos al Zohar están mal indicados; 4) los textos están
interrumpidos demasiado a menudo por los puntos aparte.

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Brujería

las deformaciones que se han producido en cada caso, sino incluso por otras
razones mucho más profundas, como lo veremos. No es raro que los
“cabalistas”, es decir, los iniciados en los pequeños grados del conocimiento
derivado de la Santa Qabbalah, empleen a los “kabalistas” para practicar bajas
operaciones. Es así que en política, los judíos estarán al servicio de la
Nomocracia hebraica.

Karl Marx redactó el manifiesto del partido comunista, pero al desconocer 17

la Tradición Esotérica de los Ancianos, ha basado su acción política en las


aspiraciones materiales de la humanidad; mientras que otro judío célebre, su
ilustre predecesor, Jesús el Nazareno, siguió la lección que había enseñado
Moisés en el Deuteronomio VIII-3, según la cual “El hombre no vive
solamente de pan…” y fue así que, convertido en Hebreo, Él se elevó hacia el
grado de IS-RA-EL.

Sería bueno recordar ahora el Directorio que se hizo con el poder del 18

Estado en Rusia. Trotsky, judío comunista, cuyo verdadero nombre era


Braunstein; Zinovief, judío, cuyo verdadero nombre era Apfelbaum; Radek,
judío, cuyo verdadero nombre era Sobelsohn; Kamenoff, judío, cuyo
verdadero nombre era Rosenfeld… Siendo el comunismo la manifestación
política más adecuada al alma-grupo colectiva del Judaísmo, es por
intermedio de los Judíos que el genio de la universalidad hebrea ha
perseguido sus fines.

Pero, nos hemos alejado un poco al haber tocado un tema relacionado con 19

algo que especialmente nosotros jamás abordamos: la política, y aún mucho


menos en la forma en que la entiende el hombre moderno. En efecto, es de otra
manera que hemos proseguido nuestra idea, aludiendo más bien a un
problema esotérico que, por otro lado, es fácil de discernir. En todo caso,
debemos regresar a la cuestión del “Sabbath” ya planteada al finalizar nuestro
capítulo precedente.
20
La palabra “Sabbath” significa “siete” o “séptimo”, como ya lo hemos
visto; éste sería “el día del reposo” en aquella enseñanza de la Biblia que dice
que después de Seis períodos de trabajo Dios reposó (schith = seis). Sin
embargo, en cuanto a entenderse sobre qué día de la semana pueda ser ese
“Sabbath”, la cuestión resulta contradictoria, tanto entre los judíos como entre
los cristianos. Los Judíos respetan el “Sabbath”, es decir el Sábado, día de
Saturno; pero para ellos el sábado no es en verdad el “séptimo” día, pues el
calendario hebreo está basado en el movimiento de la Luna, de manera que el
primer día es el Lunes (día de la Luna) mientras que el Domingo sería el
séptimo...

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Brujería

Eso nos haría pensar enseguida que los cristianos se hallan en lo correcto, 21
por cuanto respetan el Domingo y no el Sábado… Sí pero, por el contrario,
toda la cristiandad está de acuerdo en fijar su marcha del tiempo según el
calendario solar, de manera que el primer día de la semana es el Domingo,
(día del Sol). Por consiguiente, el “Séptimo día”, el “día del descanso”, el “día
del Señor”, el “Sabbath”, debería ser el “Sábado”, pero éste no es respetado por
las Iglesia cristiana en general. Y si, por respeto al Sabbath, ciertas sectas
protestantes que han reconocido ese error, han santificado el Sábado, no por
ello están menos en un error en cuanto a la marcha lógica de su propio
tiempo…! Curioso dilema.

Pero el Sabbath, en el sentido en que lo queremos analizar aquí, era una 22

ceremonia sabbática en la idea exagerada de “festejar” el reposo. Se trata


entonces del Sabbath de los brujos; es por ello que para definirlo mejor,
podemos modificar su ortografía escribiendo “sabbat”, es decir, sin la “h”
final para significar mejor las orgías nocturnas. Esa ceremonia de brujos se
resumía muy a menudo en la reunión de algunas grandes Damas en busca de
prácticas sexuales, como la Princesa de Conti, que hacía esas reuniones con los
pastores en la campiña. También hay que volver a mencionar a la marquesa de
Montespan, la amante de Luis XIV, que se hacía decir misas negras en el
vientre a fin de conservar la amistad del Rey y obtener así la desgracia de sus
rivales. En cierto modo, ella fue en esa época la Reina efectiva de Francia; sin
embargo su nombre se mezcla con el de los más viles brujos.

Evidentemente, había algunas que no se contentaban con entregarse 23

lúbricamente a los bajos instintos de sus felices beneficiarios, sino que incluso
practicaban una verdadera brujería, es decir que buscaban realmente hacer el
mal de una manera directa. Tal es el caso de Madame Fanchon, esa “maga”
del Gran Siglo que, de cuya historia se cuenta que hacía morir a la gente por
medio de los signos de la cruz. Otro caso del siglo XVII es el de una bruja que
tenía el apodo de “La Bosse” (la Jorobada), y que fue conocida sobre todo
como envenenadora. Pero, evidentemente también están todas aquellas que
practicaban la baja brujería para una clientela especial que venía en plan de
consulta, como el caso de la partera Le Père, que se encargaba de
desembarazar a las mujeres culpables de infidelidad; o el de Madame Bonnet,
que curaba sobre todo las enfermedades venéreas.

Pero uno no se alzaría contra las condenas hechas a semejantes culpables. 24

Hubo desgraciadamente abusos innobles y siempre en nombre de la religión,


como, por ejemplo, el célebre caso de Salem. En efecto, el Pastor Cotton
Mather, ministro presbiteriano, había escrito en 1690 un libro en que contaba
las experiencias que había tenido con jóvenes embrujadas; pero esa obra tuvo
sobre todo el efecto de moverles la cabeza a muchas mujeres y jovencitas. Es
así que se pudo ver en Salem, en 1692, a numerosas personas que fueron

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Brujería

presas de convulsiones y, naturalmente, se pensó de inmediato que estaban


“poseídas”. Las ejecuciones numerosas prosiguieron… hasta 1696 en que los
jueces reconocieron sus errores.

Sin embargo, debió ser considerable el número de gente que pereció en 25

esas condiciones, y no se sabrá jamás exactamente cuántos fueron condenados


así por tener “relaciones” o estar “en contacto” con el Diablo. De ahí que
Gabriel Naudé, director de la Biblioteca Mazarino, haya escrito una hermosa
obra: “Apología de todos los grandes hombres que han sido acusados de
magia” (1669). Pero siempre hubo seres que fueron perseguidos, condenados y
ejecutados solamente porque se habían adherido a la búsqueda de la Verdad,
o a lo sumo, porque habían cometido el error de ser curiosos de
conocimientos, todo lo cual no merecía ciertamente la suerte que se les tenía
reservada, pero así sucede desde los tiempos más lejanos. Así, por ejemplo
Parnasius, el Prefecto de Egipto que era reconocido como un hombre de
costumbres honestas, fue sin embargo torturado en Seythopolis y más tarde
enviado al exilio; todo ello por el simple hecho de haber consultado el
Oráculo. Esa ciudad de Seythopolis situada en Palestina, entre Antioquía y
Alejandría, fue teatro de numerosos suplicios en el momento de los trastornos
suscitados por la lucha contra los “adivinos”. Es así que en esa ciudad
desfilaron al suplicio los más célebres ocultistas de la época, como Simplicius
(hijo de Filipo) que fue la primera víctima; él escapó de la muerte después de
múltiples torturas, pero fue desterrado.

Esos Códigos criminales han existido siempre y cada vez con métodos 26

poco confesables. En cuanto a la persecución de los “brujos”, es preciso decir


que fue sobre todo una lucha contra quienes podían molestar. Mencionemos
al pasar aquello que fue llamado “la Carolina”, el código criminal que hizo
reconocer Carlos V, en 1532, en la Dieta de Ratisbona. Numerosos artículos de
ese Código hablan, por supuesto, de brujería. Por ejemplo, prohíben condenar
a muerte al culpable sin su confesión, y sin embargo permiten torturar al
acusado para obtener… esa confesión! De todas maneras estaba estipulado
que la tortura no se podía practicar sino cuando el Juez tuviera suficientes
indicios de culpabilidad. La “Carolina” no pronunciaba la pena de fuego, sino
solamente en los casos en que los maleficios habían causado graves daños o la
muerte de alguien.

Muchas personas suponen que la creencia en los brujos es cosa de 27

supersticiones del pasado. Pues bien, entonces permítasenos decir que el


tribunal de Londres pronunció juicio contra una mujer acusada de brujería en
1950, y que en la actual jurisprudencia se emplea el término “Witchcraft” en la
misma forma que en el Medioevo. Pero ese caso no es el único y seguramente
nos sorprendería ver en los archivos de la justicia, cómo, hombres llamados de
espíritu fuerte, han podido considerar la intervención del Diablo. Se trata de

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Brujería

hombres de nuestra época considerados civilizados en el espíritu científico y


que viven en las grandes capitales de nuestros países. Personalmente, nos
colocamos junto al escritor Köster para no ver en el Diablo sino una
abstracción o la personificación del mal en general. No obstante, autores
célebres de lo más serios, admiten la realidad de los maleficios como, por
ejemplo, Diderot, quien escribió sobre cuestiones de magia y en particular
sobre la operación de las “agujetas” (y no es una opinión de Montaigne).

Pero la que aporta más evidencias de brujería y da testimonio de la 28

existencia del Diablo, de Lucifer, de los malos Espíritus, de los brujos, de las
brujas, etc. es sobre todo la Iglesia Católica, y son en particular los Jesuitas los
que hicieron una cacería terrible contra todo aquel que, según ellos, practicara
magia negra y no se uniera directamente y con el más grande fervor a su
punto de vista.

La Orden de los Jesuitas es la “Compañía de Jesús”, fundada en 1539 por 29

Ignacio de Loyola. Casi iletrado, apasionado, impetuoso y lleno de ambición,


él amaba los hechos de armas. Herido en el sitio de Pamplona, fue obligado a
tomar reposo; y fue entonces que, leyendo sobre las vidas de los Santos, sintió
la vocación de servir a la Iglesia. Como a partir de ese momento no podía
continuar formando parte de una Compañía militar, decidió fundar una
Compañía religiosa a la que impuso unas leyes estrictas y una disciplina
severa. Pero luchó sobre todo contra la ignorancia del Clero, pues pensaba que
los sacerdotes debían ser duros y obedecidos por el pueblo que además debía
reconocerlos como seres superiores. Es así que impuso sanciones muy
rigurosas contra todo lo que era llamado “herejía”, es decir, contra todo
aquello que no se relacionara directamente con el dogma de la religión católica
romana. Suprimida por Clemente XIV, la Orden fue prohibida en cierta época
en varios países, pero el Jesuitismo fue restablecido por Pío VII en 1814. Fue
durante la época de su destierro por parte del mismo Vaticano, que los
Jesuitas, lejos de abdicar y disolverse, fundaron Ritos Francmasónicos, como el
Arco-Real (Rito de York o Inglés) organizado en Escocia en l777.

Entablada en esos términos, la lucha sin piedad que emprendieron contra 30

la brujería hombres suficientemente versados en esas cuestiones, prueba de


una vez por todas, que la brujería existe verdaderamente. Claro, es probable
que San Ignacio, hombre simple y poco cultivado, haya visto demonios por
todas partes y que la superstición lo haya arrastrado a una imaginación fértil,
pero al final, con el estudio y el tiempo la verdad ha tenido que aparecer.
Ahora bien, precisamente en nuestros días, como en los tiempos pasados, los
sacerdotes estudian el exorcismo y es sobre todo entre los jesuitas que se dan
cursos especiales sobre ocultismo, magia y ciencias ocultas en general. Así
que el mundo está en el derecho de unirse a la causa de los representantes de
la religión y admitir entonces los dones, los poderes, las cosas sobrenaturales,

- 10 -
Brujería

y por eso mismo la brujería, la magia, etc. Las obras de eminentes


investigadores eclesiásticos dan, por otra parte, detalles y pruebas flagrantes
de la realidad de las fuerzas supranormales.

Antonio Martín Río (1551-1608), nacido en Amberes, Bélgica, fue un 31

autor-magista que causó tal perturbación con la edición de su obra “Seis libros
de discusiones mágicas”, que es considerado como uno de los jesuitas a quien
se debe sin duda el mayor número de víctimas. Con el Padre Río y Sprenger,
autor del famoso libro “Martillo de los Brujos”, tenemos en cierta forma la
historia de la brujería.

Pero también hubo muchos que, por el contrario, se levantaban contra 32

semejantes juicios como lo hizo, por ejemplo, Cornelius Loos, Profesor


Católico de la Universidad de Treveris, en su obra “De la verdadera y falsa
magia” donde, si bien reconocía la magia, se alzaba contra la injusticia de los
procesos. Empero no llegó a ver impreso su libro sino hasta la mitad, ya que
las autoridades eclesiásticas se opusieron a la publicación. Se conoce
igualmente el caso de Paul Layman, el autor del libro “Teología moral“, quien,
no obstante haber sido jesuita, escribió en 1629 un folleto titulado “Del proceso
contra los brujos” en el que recomienda la prudencia y les recuerda a los Jueces
la regla eclesiástica de no someter a tortura. Existe igualmente aquella obra
que causó una gran impresión y que hemos mencionado ya en nuestros
fascículos precedentes: “Precaución criminal”. Ese libro fue escrito por el Jesuita
Federico Spee, que sin embargo no se atrevió a publicarlo en vida, tal era su
insistencia en la injusticia de los procesos. De ahí que su libro tuvo que esperar
hasta 1633 para ser editado, aunque en forma anónima. Spee tuvo que
acompañar a muchos brujos a la muerte con la certidumbre de que la mayoría
eran inocentes. Fue cuando su alumno Juan Felipe de Shoenborne, se
convirtió en el Lector* de Magenta, que recordando y siguiendo los consejos
de su maestro, se sirvió de su poder para detener los procesos contra la
brujería.

No podemos considerar todas las obras, y menos las que han desparecido 33

por completo, pero debemos citar una obra mayor titulada “Oz l’Elohim-U’Beth
Kadesch ha-Kadoschim” (“La fuerza de Dios en el Santo de los Santos”) de
Néhémie Haya-Hayon, impreso en Berlín (1713 ?). Es una obra, de una
erudición sorprendente, que regresa a la confesión de Fe de la iglesia judaica;
pero tras haber sido condenada a la hoguera por los eclesiásticos de Roma, no
quedaron sino muy pocos ejemplares. El autor pudo regresar a casa, aunque,
naturalmente, excomulgado.

Pero regresemos ahora a nuestra explicación sobre el “sabbat”, es decir, no 34

el Sabbath, según su etimología original, sino sobre la reunión de los seres


diabólicos, que entonces sería el “sabbat”, sin la “h” final, aquello que los

- 11 -
Brujería

vascos llaman “Aquelarre”. El Aquelarre designaba tanto al festín de las


reuniones presididas por el Diablo, como al producto de ese “sabbat” en lo
concerniente a la carne de los cadáveres consumida por las brujas… Se dice
que para preparar la comida se empleaba la “belarrona”, una planta que tenía
la virtud de ablandar la carne y los huesos que debían ser saboreados por los
asistentes! Era, naturalmente, durante esas reuniones que se emprendían esas
operaciones mágicas en las que varios brujos5 trabajaban conjuntamente sobre
el caso que se presentaba. Se hacían también preparaciones especiales para ser
enviadas después a los protegidos o clientes de los brujos asistentes al sabbat.
Es así que Madame de Beauce, por ejemplo, que pasó a la ”Capilla Ardiente”
procesada por brujería, había comprado a una bruja que regresaba del sabbat,
unos sapos especialmente preparados para hacer encantamientos y una “mano
de gloria”, nombre de una especie de talismán que permitía encontrar tesoros.
Se trataba, más precisamente, de una mano de ahorcado, pero a veces los
brujos iban al cementerio a cortar la mano de un cadáver; luego le trazaban
signos mágicos en la palma y le ponían entre los dedos una vela encendida
que alumbraba el camino y guiaba directamente hacia los lugares secretos que
se quería descubrir.

La gran diversidad de prácticas y la variedad de los elementos empleados 35

en las operaciones constituyen un dominio demasiado vasto como para citarlo


todo en este espacio. Los métodos varían también según los lugares y
naturalmente no podemos pasar revista de todo cuanto se nos viene a la
memoria y más bien podemos considerar, por otra parte, algunas
disposiciones especiales. Citemos, por ejemplo, que “Fady” es un término
malgache (Madagascar) para significar las “prohibiciones”. Es un poco como
un ”tabú” desnaturalizado todavía en uso en Madagascar, donde, por
ejemplo, el hecho comer una pata de buey, hace a la persona mala para
caminar, según la regla de los brujos de esa isla. Hemos analizado ya en
nuestros textos precedentes las cuestiones referentes al “Tótem” y todo el
significado que deducen de ello los sabios modernos. Por ejemplo, los Ojibwas
serían los antiguos pájaros de América que habrían venido a posarse sobre el
Lago Superior, y que transformados en humanos serían los ancestros de los
pieles rojas llamados Ojibwas o Chippewas. Esas tribus esculpen el Tótem en
troncos de árboles gigantes y tienen la creencia, como en otros muchos

5 Se les dice habitualmente “brujos”, pero los términos para designarlos son numerosos;
así, por ejemplo, hacia el siglo VI se les llamaba “Carage” en el sur de Francia y en España.
Pero ese término, de origen sajón, quiere decir exactamente “augurio” y uno está en el
derecho de preguntar si no se trata de una deformación de la palabra “caraque” empleada
para los Bohemios, que ya hemos citado. En el siglo XV la brujería era llamada también
“Voduasia” (“Vaudoisie”), pero se trata de un calificativo introducido por la Iglesia
católica que estaba en contra de los Voduases a los que hacía pasar por brujos. En la
Saboya francesa del siglo XVI, se empleaba el término “Eryge” por referirse a los brujos.

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Brujería

pueblos indígenas, de que el clan ha nacido de la unión de un animal con una


mujer, o bien de un hombre con una hembra de animal tótem.

Los indios Haida de la Columbia Británica (Canadá), tienen leyendas 36

ancestrales pintorescas y su historia se encuentra también representada en


mástiles esculpidos llamados tótems. Tal como los Pieles-Rojas de América del
Norte o los Aborígenes de Australia, los Haida tienen una tradición totémica
cuyo arte es, por otro lado, superior a veces a las esculturas de los indios de
México, pero cuyo esoterismo quizás no es tan puro como el que está
representado en Alaska, en los confines del Canadá, o en la Polinesia.

El Murulura es un Hombre-Tortuga representado por el Tótem favorito de 37

los Polinesios. Es una escultura tallada en madera y pintado con dibujos


característicos de olas y arrecifes; igualmente se cuelgan granos de piedra en el
pecho y ayudándose de esos atributos los Murulura imitan el ruido del trueno.
No insistiremos en los diferentes lugares en que se encuentran esos tótemes
que son comunes a una misma cultura, y que son justamente indicios de la
pervivencia de una vieja civilización. Nos mantendremos, pues, en el terreno
que nos interesa más particularmente aquí.

Regresemos ahora sobre lo que está en uso sobre todo en la brujería 38

occidental, si se puede decir así. Ya hemos visto en qué consiste el hecho de


“ligar”, “anudar las agujetas”, “asistir al sabbat”, tener una “mano de gloria”,
etc. Se acostumbra incluso lo que se llama “quemar un haz de leña”, operación
que consiste en hacer brazas de una pila de madera, en el cual se ponen a
calentar piedras que una vez incandescentes son utilizadas en una ceremonia
mágica especialmente apropiada, para quemar sobre ellas incienso, alumbre y
sal. Luego se pronuncian las fórmulas para simular con esos productos el
cuerpo, el corazón, los huesos, la médula, etc., de tal o cual persona, puesto
que ahí se trata obviamente, como siempre, del trabajo más corriente de la
brujería: el encantamiento.

La más empleada en esos hechizos es naturalmente la “efigie”. El 39

operador prepara una estatuilla de cebo sobre la que pronunciará después las
fórmulas necesarias para transformar esa figurilla, generalmente de grasa
animal, y a veces incluso de grasa humana, en una efigie que viene a
representar “mentalmente” a la persona que va a ser hechizada. Esa figura,
llamada a veces “Volt”, no es sino la imagen de la persona que será bautizada,
enseguida trabajada y finalmente llamada cada vez por su nombre completo.
Se opera entonces una transposición astral, hasta cuando la efigie se convierte
en la misma persona en cuestión; entonces se lo atraviesa con agujas en los

- 13 -
Brujería

lugares correspondientes para torturar al hechizado, o en el corazón del sujeto


si el brujo quiere hacerlo morir.

Evidentemente, existen protecciones contra esos hechizos, pero siempre 40

sería mejor que el afectado recurra a un mago para ser “deshechizado” y así
salvarse de unas consecuencias a veces horribles, o inclusive de morir con
dolores espantosos. Se cita con frecuencia el caso de hacer la “higa” para
protegerse de la influencia mágica, pero la verdad es que ahí no se trata sino
de cortar un mal efecto en el instante mismo en que la “suerte” es echada,
como en el caso de una protección contra el “mal ojo”, por ejemplo. Así, “hacer
la higa” es un gesto que se hace con la mano para neutralizar el maleficio
apenas se lo percibe: se pasa el pulgar entre el dedo índice y el dedo medio, al
mismo tiempo que se empuña la mano para contrarrestar el hechizo…Pero la
protección eficaz pide mucho más conocimientos y trabajo. Hay también, por
supuesto, la protección corriente que se guarda en todo instante a fin de
protegerse por anticipado de una posible acción mágica, o, además, para
preservarse de los malos espíritus o de los genios malvados. Se trata del
“talismán” de cuya confección veremos más adelante los detalles, las razones
y el método. Entre estos se pueden citar evidentemente los tipos más variados:
desde la pata de conejo de los negros, pasando por las medallas protectoras de
los cristianos, hasta pántaclos mágicos muy trabajosamente elaborados.

Evidentemente, aparte de la religión de los fetichistas, es la Iglesia 41

Católica la que ha vulgarizado con mayor ahínco la idea de los amuletos. Pero
el origen talismánico es sin duda muy difícil de establecer. De todas maneras,
el escapulario, esa especie de talismán que llevan los laicos católicos, viene a
se en cierto modo un vestigio del origen judaico de la religión, pues ya existían
entre los judíos los “tefilim”, que son también una especie de talismán del
género escapulario. Los tefilinos, que son empleados como protección por los
judíos, llevan inscritos caracteres sagrados, y al ponérselos hay que recitar el
encantamiento: “En nombre de la Unidad del Santo Bendito-sea-él- y Su
Shekina, con miedo y misericordia, para unir el nombre de Yod-Hé con Vau-
Hé en la Unidad Perfecta.”

El Papa Sixto IV condenó el empleo de los talismanes en 1478, mientras 42

que el culto a las imágenes y a las reliquias había sido ya aceptado


oficialmente por la Iglesia católica en 788. Sin embargo, en su Bula Pontificia
se entiende que son aconsejables los talismanes que fueron instituidos por el
Papa, puesto que agrega: “el contacto con esos medallones puede servir para
la remisión de los pecados”; lo cual es también muy raro pues la confesión
oral era ya obligatoria desde 1215.

Pero los hechos curiosos son numerosos en la historia de la religión. Así, 43

el Papa Honorius III es el autor de un compendio reservado solamente a los

- 14 -
Brujería

sacerdotes. Sin embargo, el texto fue posteriormente vulgarizado y numerosos


brujos se sirvieron de ese libro. Necromántico célebre, él confirma la Orden de
Santo Domingo y predica las Cruzadas. Se sabe que la orden monástica de los
Dominicanos fue fundada en España por Domingo de Guzmán, al mismo
tiempo que en Italia Francisco de Asís organizaba la Orden de los
Franciscanos. Los miembros de esa Cofradía, muy estricta, se llamaron a si
mismos “Domini-cani” (los perros de Dios) y se volvieron los guardianes de la
Fe. Fueron también ellos los que guiaron la áspera lucha contra los Albigenses
6…. y de inmediato viene al espíritu la cuestión de la Inquisición7 , ese órgano

eclesiástico de Justicia instituido en el siglo XIII, y que tomó su forma


definitiva en 1230, cuando Gregorio IX confió su Dirección a los religiosos de
la Orden de Santo Domingo.

La Inquisición tenía en realidad muchas irregularidades como para ser 44

llamada un Tribunal, como ocultarle al acusado los testigos que habían hecho
los cargos, rehusarle ser asistido por un abogado y carecer de Cortes
superiores de apelación. De manera que cualquiera podía ser víctima de una
denuncia por celos y ser encarcelado, para ser entregado enseguida a la tortura
sin recurso posible a un defensor. De esta forma hasta los más resistentes
“confesaban” lo que se les obligara y preferían reconocerse culpables del
crimen que fuera, con tal de terminar rápidamente con los espantosos
sufrimientos.

Naturalmente, las venganzas personales se podían satisfacer a voluntad. 45

Uno de los ejemplos más típicos de los que se ha amparado la historia, es


aquel del dominico Tomás de Torquemada quien, bajo su título de Gran
Inquisidor, fue uno de los más altos responsables de la Santa Inquisición.
Instalado en el Palacio de Triana, cerca de Sevilla, en 1485, Torquemada, en su
calidad de Gran Inquisidor General de España, se había enamorado de una
bella andaluza, la señorita Concepción de Saavedra, la única hija del Conde de
Saavedra. Rechazado por ella, éste le infringió los tratos más innobles además
del calabozo, violaciones, suplicios, y la hizo morir finalmente en la hoguera.
¿Cuántos crímenes han podido ser cometidos así por sádicos maniáticos con
perversiones sexuales? Fuera de todos esos casos particulares, las más

6 La palabra “Cátaro” significa Purificado, pero a veces los Iniciados Cátaros eran llamados
“Albigenses” por haberse agrupado en los alrededores de Albi, en el sudoeste de Francia.
Los Cátaros estuvieron en su mayoría atados al MANANTIAL y su doctrina reposa en un
poderoso esoterismo. Pero el catarismo era sobre todo anti-sacerdotal, ya que consideraba
inútil el mecanismo clerical; además rehusaban toda forma de fanatismo y rechazaban
también todos los atributos de la iglesia católica: los sacramentos, la intervención de la
Virgen, de los santos, etc… para no reconocer a nadie más que al CRISTO y a la Tradición
Crística en su forma Iniciática.
7 Inquisición, del Latin “inquisitio”, nombre que proviene de la manera de comenzar la
encuesta criminal.

- 15 -
Brujería

hermosas organizaciones por el Ideal de la Verdad y de sentimientos nobles


fueron igualmente aniquiladas como, por ejemplo, los Cátaros, o también los
Templarios, la célebre Caballería de Cristo, aunque no vamos a detenernos
ahora en su historia, por haberla analizado ya suficientemente en nuestras
obras precedentes y en un artículo especial dedicado a ese respecto.

En todo caso, la Santa Inquisición le costó la vida a un número 46

impresionante de desgraciadas víctimas. Nada más en España 35.000 personas


fueron quemadas vivas, 19.000 fueron “quemadas” simbólicamente, ya que
murieron en los calabozos a causa de las torturas. En fin, 290.000 hombres
fueron condenados a las galeras y más de 200.000 fueron penalizados de
diversas maneras, arruinados o llevados a la proscripción social por varias
generaciones; en una palabra, “asesinados” civilmente. Hubo también
5.000.000 de exiliados, en su mayoría moros y judíos.

Y la misma cosa continúa, los unos tomando la defensa de los brujos, los 47

otros condenándolos sin piedad. Teodoro Mummius, profesor de teología en


Tubingia escribió en 1621 un libro titulado “De la impiedad de los brujos”. El gran
escritor Malebranche publicó también, en 1674, la primera parte de una obra
titulada “La Búsqueda de la Verdad” en la que reflexiona en términos de
disminuir la creencia en la brujería. En fin, el eminente Montesquieu en “El
Espíritu de las Leyes” recomienda la prudencia en materia de persecución
contra la magia y la herejía, y quizás hubo algo que lo hizo manifestarse por la
supresión de las persecuciones. Otros, tal vez menos célebres, pero cuya
competencia cuenta mucho en la materia, levantaron su protesta sobre todo
contra la injusticia de las condenaciones demasiado rápidas y, muy a menudo
injustificadas. Así, el Padre Gaul, cura de Great Stanghton, en Inglaterra,
escribió contra la tortura. El pertenece a la clase de Jean Clevius, ese antiguo
pastor protestante de Arnheim, Holanda, autor de “Tribunal reformado” escrito
en 1621, en el cual toma partido igualmente contra la tortura. El teólogo
Mayfait, profesor protestante en Erfurt, escribió también, en 1642, en contra de
las torturas y los suplicios que creía injustos aún para los culpables.

Se puede saltar en el tiempo y encontrar que los mismos hechos se han 48

dado en épocas muy alejadas las unas de las otras, y encontrar también entre
hombres cercanos de una misma época oposiciones flagrantes sobre los
mismos hechos. Lo que prueba al fin que aquí no se trataba de una psicosis, y
tampoco se puede decir que era un problema de la concepción general de la
época debido a la Era en que se estaba. Por otra parte, el investigador serio
quiere mantener su imparcialidad, pero no sabe muy bien a qué lado
ponerse, pues encuentra las más eminentes personalidades a cada lado de la
barrera, como ya se ha podido notar. Por otra parte, cuántas contradicciones,
al menos aparentes, en la defensa de esas teorías!

- 16 -
Brujería

Pero el tiempo presenta también hechos completamente intervertidos, si se 49


puede decir así. Mientras que en una cierta época un maníaco religioso es
aceptado a primera vista, nos sorprenderíamos si la misma cosa pudiera tener
éxito en los tiempos modernos. Que pasara inadvertido un místico puro, es
decir, un Sabio en el sentido de Prudente, e incluso un sabio erudito, científico
además de filósofo, sería muy natural en nuestra época. Mientras que en un
pasado relativamente lejano, semejante personaje se habría hecho, por el
contrario, un renombre. Veremos justamente cómo los dos hechos se
encuentran precisamente en lo opuesto de nuestra primera deducción. Para
ello no es necesario recurrir a los casos célebres y tomaremos simplemente dos
nombres entre tantos otros: Pedro, Abad de Cluny, y Drevet, Abad de San
Juan.

Pedro el Venerable, como se le llama, nació en 1092. Abad de Cluny, él se 50

ilustró apenas lo necesario para que su nombre quedara en ciertos anales y nos
sea posible citarlo. Excepto para los investigadores especializados, sus obras
son poco conocidas, a pesar haberse destacado por una rara erudición en
cuestiones de brujería y magia. Escribió en particular una obra sobre los
milagros, donde cuenta principalmente los hechos que consideraba ejemplares
para fortificar la Fe. Uno siente al sabio Prudente, al Iniciado, al Ocultista. El
hizo un viaje a Roma del cual regresó desgraciadamente enfermo, hasta que
una fiebre ardiente lo hizo morir en 1156. Nos situamos en una época en que
su celebridad hubiera debido alcanzar una resonancia mucho mayor que
simplemente un renombre en la Orden a la que perteneció.

No estaba lejano el tiempo en que Roma acabaría por estatuir que en lo 51

sucesivo los sacerdotes debían ser solteros. En efecto, el decreto oficial data
solamente de 1050. En cuanto a la infalibilidad de la Iglesia, fue decretada
recién en 1076; pero muchos han podido creer que eso era así desde la misma
Fundación… (?), de ninguna manera. Lo mismo ocurre con los Siete
Sacramentos de la Iglesia Católica Romana, ya que no fueron reconocidos sino
a partir de 1140. Por otra parte, la Iglesia de Roma admitió por fin la rotación
de la Tierra recién en 18218 . Los Papas, que habían estudiado durante siglos

8 Recordemos de memoria que Copérnico nació en 1473, sus textos más importantes están
en un libro que se publicó en el mismo día de su muerte el 24 de mayo de 1543, “De
revolutionibus orbium caelestium” (Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes), que
había terminado de escribir en 1530. Esa obra no es, por otro lado, sino un nuevo expuesto
del descubrimiento de Aristarco de Samos, mientras que el sistema en sí pertenece a
Filolao.
Por otro lado es a Galileo (1564-1642) a quien se le atribuía, erróneamente, ser el primero
en haber anunciado la rotación de la tierra. Pero él fue inspirado en realidad por teorías
más antiguas y uno se sorprende que hombres de ciencia o de religión hayan podido
combatirlo en una época en la cual debió haber estado reconocida desde hacía largo
tiempo. Incluso en el “Zohar” se habla largamente de ello, en el Libro II, folio 235 b y III a.

- 17 -
Brujería

la cuestión de la “Virgen”, no se decidieron a reconocer oficialmente la


Inmaculada Concepción sino en 1854. Asimismo, el decreto la Infalibilidad
Pontificia, data solamente de 1870.

Veamos ahora el segundo caso, que tuvo lugar en el siglo XIX, en un 52

ambiente religioso de lo más evolucionado. Un mendigo en el colmo de la


miseria, llamado Digonnet, visita un cierto día a los fieles catequistas del
Abate Drevet. Este lo acepta y termina por reconocerlo como el Profeta Elías
reencarnado. A partir de ese momento, una nueva secta se fundaba. Uno no se
sorprende cuando se entera que el pobre harapiento murió en 1857 en un asilo
de alienados, pero por lo menos sí es curioso que el gran sacerdote de
Digonnet haya sido el Padre Drevet, Abad de San Juan de Bonnefort, en la
Forez, y, además, que él mismo se haya encargado de agrupar a los
montañeses y de organizar así un movimiento religioso que, todavía hoy,
cuenta con algunos adeptos. Se les decía “Beguinos”, y sus profetas y
profetizas eran de una verbosidad tan abundante que, en plena época
moderna han podido construir toda una organización duradera, y sin
embargo basada únicamente en el hecho de un maniático religioso que los
animaba. Mientras que otros eruditos y verdaderos sabios ni siquiera han
podido tener la simpatía de algunos discípulos. Cómica humanidad en
verdad !!!

Ahora, debemos decir algunas palabras sobre una secta que tuvo también 53

mucha importancia. Se trata del Palladismo, una organización diabólica, con


afiliados por todas partes y dispuestos a cometer los peores crímenes
conocidos contra la religión, sin importar cuan atroces fueran. Se había dicho
al respecto que se trataba de una rama de la Francmasonería, pero en el fondo,
lejos de ser una logia masónica, la secta en cuestión no era sino simplemente
un movimiento anticlerical. Hay así muchas asociaciones de ese género que
son enemigas de la religión católica, pero no por eso se encuentran
relacionadas con esa célebre Sociedad Secreta. El Palladismo fue vulgarizado
sobre todo por Taxil, seudónimo de Jogand, un escritor que publicó una serie
de libros sobre ciencias ocultas y filosofía hermética. Fue también Leo Taxil
quien lanzó esa revista titulada: “El Diablo en el Siglo XIX”, que tuvo un gran
éxito con su publicación y sus ejemplares se vendieron por millares. Publicó
también otras obras, en colaboración con uno de sus amigos, bajo el nombre de
Dr. Bataille.

Dos nombres se hicieron célebres en el Palladismo: el de Digna Vaughan, 54


que formaba parte de una rama más esotérica en que se practicaba el culto a

Finalmente Kepler, que nació en 1571 y falleció en 1630, adoptó también la teoría
heliocéntrica y escribió mucho sobre el planeta Marte, pero, sobre todo enunció sus
famosas leyes. En resumen, en todo el mundo la rotación de la Tierra estaba aceptada
desde hacía varios siglos.

- 18 -
Brujería

Satán y quien por cierto tuvo que recurrir a toda su astucia para escapar de las
venganzas. El otro es el de Sofía Water, quien no solamente formaba parte del
clan ultra secreto del Palladismo, sino que incluso estaba destinada a ser la
Abuela del Anticristo (!) y pretendía conocer al Diablo bajo todas las formas.

Pero eso sobrepasa un poco el marco de la simple brujería. Es preciso 55

regresar a nuestra idea original y volver sobre el tema del “sabbat”del que ya
hemos hablado. En Lorena, éste fue llamado también “Alta Caza”, pero ese
término se refiere más bien al viaje de las brujas rumbo al “sabbat”. Se dice
que ellas cabalgan sobre una escoba, untada con un producto especial que les
permitía volar y transportarse a distancias considerables para asistir a las
ceremonias, y eran éstas las que recibían los nombres de “Galería de Caza”,
“Macabeo”, “Proserpina”, etc… según los lugares.

Al parecer, en la noche del Sabbat se ha escuchado en muchos sitios del 56

campo, el ruido de brujas que pasan a toda velocidad. Pero los más propicios
para susodichas manifestaciones son naturalmente los pequeños poblados,
alejados de las grandes ciudades. En esos lugares también se habla mucho
acerca de las “Lavanderas” o “Las Lavadoras de la Noche”, como se decía en
las antiguas provincias francesas (Berry). Son madres desnaturalizadas, a
menudo las que habiendo suprimido las huellas de un futuro niño y quedaron
obligadas a lavar sin fin el cadáver de sus víctimas… Además, las historias
son innumerables en lo que se refiere a los famosos “Lobos-Feroces”. Esa
“licantropía” es más bien una forma de brujería que consiste en que los brujos
se transforman en animales en general, aunque más frecuentemente en un
lobo.

Hay otra historia, muy conocida en Italia, de la que dieron testimonio 57

personas cuya seriedad nadie ponía en duda, habiéndose publicado el caso,


por otro lado, en casi todos los diarios. Un hombre rico, al regresar de un viaje
por un sendero que conducía al castillo de su propiedad, se encontró con su
guardabosque. Sorprendido al ver a su fiel servidor fuera de casa a una hora
tan tardía, se detuvo unos instantes para conversar con él. El guardia le contó
a su patrón que, al caer la noche, cuando hacía una pequeña ronda, había sido
atacado por una loba. Como su patrón no se convenciera, el guardia echó
mano a su cacerina para sacar la pata que había alcanzado a cortarle al animal
cuando éste se le lanzó a la garganta. Pero cuál no sería la estupefacción de los
dos hombres cuando reconocieron, ya no una pata de loba, sino una mano
humana!… Cuánto más se sorprendió el castellano al ver que la mano tenía la
sortija de su propia mujer. Entonces fue corriendo al castillo para ver a su
señora, la que naturalmente intentó esconderse, pero ya descubierta, se
debatía para ocultar uno de sus brazos bajo su mantón… Había que rendirse a
la evidencia, la castellana no tenía la mano derecha, ya que cuando estuvo
transformada en loba había atacado al guardabosque, y fue al defenderse con

- 19 -
Brujería

su cuchillo que éste le había cortado la mano, pero que en ese momento era
todavía una pata.

La señoril Dama era una bruja como tantas otras, que a la caída de la tarde 58

se transforman en lobas. Los brujos, en cambio, lo hacen en lobos y van por los
bosques para atacar a los transeúntes rezagados y nutrirse de su sangre. Otros
toman al parecer la forma de un gato, o de una lechuza, pero sobre todo de
murciélagos, lo cual evoca inmediatamente a los vampiros de los cuales se
dice que son brujos y brujas fenecidos, que vienen a nutrirse por la noche con
la sangre de los seres vivientes. Se habrían abierto las tumbas de quienes se
presumía que podían tener esos poderes y en lugar de cadáveres se habrían
encontrado cuerpos aún calientes…Todas las noches salían así del cementerio
seres que se creía muertos y que venían a vengarse de sus enemigos…

Hacia 1730 una verdadera epidemia de vampirismo se extendió sobre 59

Hungría, Serbia, Polonia y Transilvania. Inclusive al inicio del siglo XX se han


dado numerosos casos de vampirismo y la prensa europea no ha escondido
las historias más atroces. Se cita, por ejemplo, que en Sujos (1910), el cadáver
de una vieja acababa de ser desenterrado y luego despedazado a punta de
horquilla; la pobre pasaba por ser una bruja y el pueblo temía que ella viniese
por las noches bajo la forma de un vampiro. Se citan numerosos casos también
en América, donde se desenterraron cadáveres de pretendidos brujos para
traspasarlos con una pica y asegurarse así de que su corazón ya no pueda
funcionar.

Pero, henos aquí, en el presente, frente a otras manifestaciones de brujería 60

que, por otra parte, tocan ya el dominio de la baja magia. Se trata de esas
entidades astrales que se materializan por transmisión directa bajo la voluntad
de brujos practicantes de hechizos. A veces se trata incluso de creaciones
hechas por magistas. Y hemos visto ya la diferencia entre Magos, magistas,
mágicos, brujos, etc.

Así, por ejemplo, los íncubos se incorporan en una forma masculina para 61

seducir a las mujeres, mientras que las manifestaciones hembras se llaman


súcubas. Se cuenta que un joven alemán, locamente enamorado de una
estudiante que vivía con sus padres en la misma casa, recibió la promesa de
tener su visita en secreto durante la noche. Es así que todas las noches el joven
podía amar apasionadamente a su amante que se le reunía a escondidas, pero
que lo abandonaba, naturalmente, antes de la salida del sol. Una mañana, sin
embargo, el amante insaciable quiso beneficiarse todavía de las caricias de su
amiga llena de pasión, e intentó, pues, retenerla hasta el punto que ella se
incomodó. Como ya despuntaba el día, él fue preso de una duda al percibir los
cabellos de su amante. El amaba justamente sus grandes cabellos negros, tan
raros en ese país, pero que ahora los veía grises; más aún, le parecía que el

- 20 -
Brujería

rostro estaba arrugado. Y de golpe fue tomado por el pánico al ver que se
trataba, no de su joven y hermosa amante, sino de una vieja y espantosa mujer
que se debatía… Cuando contó la historia, que nadie quiso creer, él tenía
todavía en su mano un puñado de cabellos grises, y tan sucios que realmente
no podían pertenecer más que a una vieja bruja y no a la bella y joven
pensionada que ciertamente él jamás poseyó.

No nos extenderemos en otras historias sobre los “duendes”, esos 62

pequeños y maliciosos genios, a veces llamados también “rebatos”, que son


esos “espíritus ruidosos’ que corren por las casas. Hay también los
“Korrigan”, como se les llamaba en Bretaña, pero todos esos pequeños
demonios, como también los llamados farfadet, son temidos un poco por todas
partes donde son conocidos bajo diferentes formas o nombres, como los
llamados Labartu en asirio.

Todo eso no tiene evidentemente nada que ver con lo que se llama un 63

“fantasma”, ese doble vaporoso que posee todo viviente y que incluso puede
exteriorizarse mientras la envoltura carnal permanece en un segundo estado,
entre el sueño y la vigilia. Ese cuerpo ágil, fluídico y etérico, es el que hace
posible el fenómeno de bi-corporeidad, es decir, estar en dos lugares a la vez;
los cuentos hagiográficos están llenos de ejemplos de ese género. Se le llama
“aparecido” al “doble” de un muerto; son las apariciones del fluido astral que
se condensa mientras que el cadáver queda, naturalmente, en el mismo sitio.
En fin, hay también la “casa frecuentada”, cosa muy corriente en la creencia
popular. “Frecuentado” es precisamente la palabra empleada para designar un
lugar en que aparecen espectros o manifestaciones de espíritus malignos.

Hace algunos años, cuando tener una vivienda era un tanto difícil en 64

Francia, un leñador, que no encontraba donde ubicarse, tuvo que aceptar una
casa “frecuentada”, pero que fue una bendición para él que no creía ni en Dios
ni en el Diablo, ya que si bien el alojamiento no era muy cómodo, tenía al
menos la ventaja de encontrarse a la orilla del bosque, cerca de su lugar de
trabajo. Llegada la noche, él se sorprendió al oír una serie de ruidos, pero se
calmó enseguida diciéndose que era seguramente una broma de sus amigos
que intentaban amedrentarlo con las supersticiones que invadían al pueblo,
pero que un espíritu-fuerte como él, no podía dejarse influenciar. Sin embargo,
no encontró nada, pero como los ruidos se repitieran todas las noches llegó a
perder el sueño preguntándose qué había de sospechoso. Así fue que,
decidido a castigar a los malos bromistas, se armó de su fusil de caza y esperó
la medianoche tradicional. Estaba ya un poco adormecido en su lecho, cuando
fue transportado a la cocina donde recibió tal volada de platos y cacerolas, que
a la mañana siguiente decidió abandonar la morada que, por otra parte,
consolidó definitivamente su reputación de “casa frecuentada”.

- 21 -
Brujería

Bruja

Pintura al óleo por S. Raynaud de la Ferrière

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Brujería

Súcuba

Pintura al óleo por S. Raynaud de la Ferrière

Ese género de cosas no pasa solamente en las lejanas campiñas, como se 65

estaría tentado a creer. Personalmente se nos ha solicitado ayuda en grandes


ciudades donde ocurrían fenómenos semejantes. En Nueva York, una persona
vino a pedirnos que examináramos su alojamiento donde hacía varios meses
una gotera de sangre caía regularmente entre la medianoche y la una de la
mañana sin dejar huella en el suelo sino por un instante. En Guatemala, todas
las noches resonaban pasos en el piso superior de una casa, como si alguien
marchara con zuecos. Ahora bien, la casa no tenía piso superior y se pudo
constatar, naturalmente, que nadie caminaba ni hacía ruido en el techo. En
Sydney, se nos pidió para verificar cómo en un edificio muy respetable, los
muebles se trasladaban solos. Hemos tenido la ocasión de ver así los efectos
más variados y todo ello en grandes capitales del mundo.
66
Pero hay que reconocerlo, frecuentemente se trataba también de seres
débiles sugestionados o de gran imaginación, o aún de personas enfermas con
el espíritu perturbado. Citemos de paso el “mal de Laira”, por ejemplo. Esa

- 23 -
Brujería

palabra, del dialecto de las landas francesas, quiere decir “ladrido”; se refiere a
una enfermedad particularmente convulsiva en que la persona alcanzada
emite ruidos semejantes a los de un perro. Se trata, como se habrá notado, de
convulsiones histérico-epileptiformes.

Como el sistema nervioso cerebro-espinal es prácticamente el órgano 67

intermediario entre las facultades psíquicas y los movimientos musculares, y


como, por otra parte, las afecciones materiales del cerebro y de los nervios
parecen reaccionar sobre la mentalidad humana, es difícil en muchos casos
precisar si la enfermedad psíquica tiene su sede en el sistema nervioso
(neurosis) o en el espíritu (“psicosis”). Toda enfermedad mental se denomina
generalmente “psicosis”, aunque ese término se limita a ciertas afecciones de
las facultades. Pero ya hemos visto la cuestión sobre los diversos casos
psicasténicos o enfermedades nerviosas al hablar de la histeria. Al principio se
pensaba que era una enfermedad debida al estado patológico del útero, pero
después de muchas discusiones se estuvo de acuerdo en que se trataba sobre
todo de un trastorno psíquico. Braid hizo interesantes revelaciones en ese
orden de ideas, pero sobre todo hizo experimentos en los que manipulando
determinadas partes del cuello y de la nuca excitaba ciertas manifestaciones
corporales o mentales, estimulando así los órganos que localizados en el
cerebro, corresponden a las pasiones, a la euforia, al ideal religioso, etc. Se
trata del fenómeno llamado de “freno-hipnotismo”.

En el caso de hipnosis o sugestión colectiva, tenemos un ejemplo típico 68

con el “Vodu”, ese culto de magia histérica que se practica en las Antillas.
Esos fenómenos, son llamados erróneamente de “iniciación mágica”, por
tratarse de ceremonias tribales en las cuales a menudo el blanco tiene
dificultad de ser admitido. Pero, deben clasificarse sobre todo en el
“vigilambulismo”, que es una crisis de alteración de la personalidad, pero que
también pueden llamarse simplemente “brotes histéricos”. Ese género de
“Vodu” se practica un poco en todas las partes del mundo en las cuales se
conservan efectivamente “iniciaciones” a la tribu, o “adopciones” al clan. Sea
que se trate de las ceremonias de los grupos negros de Africa, o de los
“Kooborées” de los aborígenes de Australia, los rituales son siempre más o
menos idénticos: danzas interminables de autosugestión, música lancinante
escandida a menudo por el tam-tam de los tambores, para terminar finalmente
en orgías o en dar más o menos libre curso a los apetitos sexuales.

La cuestión sexual parece hallarse, por otro lado, en la base de todas las 69

prácticas de brujería y, más bien, lo que se llama “magia operatoria” no es sino


una estrategia amorosa… La idea de llamar fuerzas supranormales,
especialmente para secundar o contrariar los empeños de un amante, hombre
o mujer, es seguramente tan vieja como el mundo (el mundo habitado se

- 24 -
Brujería

comprende), o al menos existe desde el momento mismo en que los humanos


se han agrupado en comunidades.

El Profesor Lexa, de Praga, ha hecho investigaciones importantes sobre 70

esa cuestión, y su obra “La Magia en el Egipto Antiguo”, tiene una gran
autoridad. Ese Arte Superior ha existido, en efecto, en todos los tiempos y en
todos los lugares, pero es de todas maneras en Egipto que se pueden hallar las
informaciones más precisas. Uno de los más viejos “encantamientos” egipcios,
que data de unos 2.000 años antes de la Era cristiana, es el que tiene por objeto
producir la armonía conyugal entre dos personas enamoradas. Los libros
mágicos sobre ese tema son numerosos, como hemos tenido la ocasión de
citarlo en diferentes pasajes.

Debe señalarse que de la mayoría de esas obras se refieren casi siempre de 71

recetas mágicas relacionadas con lo que acabamos de mencionar, como se


puede ver por los títulos que encabezan esos textos, a saber: “Cómo forzar a una
mujer a amar y cohabitar” o “Cómo obligar a una mujer a amar a su esposo“y otras
cuestiones. Naturalmente, hay que insistir en que las fórmulas no son más que
símbolos y sería erróneo seguir a la letra las prescripciones como, por ejemplo,
la que dice que para hacerse amar hay que untarse una pomada compuesta de
excrementos de cocodrilo, pedazos de placenta de burra, briznas de berro,
siete medidas de estiércol de antílope, un poco de bilis y aceite fresco. De ese
carácter son los textos de magia que se encuentran en Londres o en la
Biblioteca de Leyden en Holanda.

La Señora Desroches-Noblecourt, conservadora del Museo de Louvre en 72

París, ha renovado la interpretación al afirmar que las estatuillas de mujeres


en las cuevas subterráneas de Egipto y Mesopotamia, y que se encuentran un
poco por todas partes en las orillas del mediterráneo, tenían su razón de ser en
lo mismo que representaban. Es efecto, en la mayoría de esas figurillas el
rostro había sido voluntariamente descuidado en beneficio de las partes del
cuerpo relacionadas con la vida sexual que, en cambio, aparecen exageradas:
pubis muy gruesos o senos prominentes en punta. Al hacerlas tan excitantes
como fuese posible, se proponían un doble objetivo que alcanzar: poner a
disposición del muerto “substitutas” dispuestas a satisfacer todos sus deseos;
y provocar esos mismos deseos en el muerto y facilitar así su regreso a la
actividad normal.

Ese arte mágico está pues generalmente al servicio de los amantes. Un 73

cuento egipcio del Imperio Medio, que asciende por lo menos a 2.000 años
antes de la Era Cristiana, transmitido por el papiro Westcar, enseña que la
mujer de un sacerdote de Menfis engañaba a su marido con un ‘extranjero’. El
Sacerdote hizo entonces un cocodrilo de cera y lo colocó en el bacín donde el

- 25 -
Brujería

amante tomaba un baño. Se adivina fácilmente el resto, la efigie de cera se


transformó en un animal de verdad…, etc…

Las laminillas de plomo, llamadas “tabletas de execración”, eran muy 74

usadas en el mundo grecolatino y están llenas de conjuraciones espantosas


pronunciadas por amantes vengativos, como nos lo ha relatado Harapollon en
“Magia Operatoria”. Por otra parte, en el número 68 del catálogo “Defixionum
tabellae” del eminente erudito M. Audollet, se encuentra la historia de la
siguiente “suerte”: una joven mujer a quien su amante había abandonado por
otra, llamada Teodora, con la que tenía un hijo, suplicó a los dioses infernales
destruir el amor que unía a Teodora con su compañero llamado Callias, e
incitar a éste a abandonar a la mujer y al niño. Más aún, ella pidió
expresamente que Teodora no tuviera éxito de ahí en adelante, junto a ningún
otro hombre, cualquiera que fuese. En fin, se encuentra siempre el mismo
procedimiento un poco en todas partes.

Esa “magia” se opera de diferentes modos, como “anudar las agujetas”, 75

“ligar sobre figurillas”, etc. y, ciertamente, la mayoría de los casos obedecen


precisamente a esa clase de hechizo. A veces pasa mucho tiempo antes de que
la persona se de cuenta de que una “suerte” le ha sido echada. Personalmente
hemos constatado en nuestra consulta, que la mayoría de las mujeres parecían
ser víctimas de sus rivales. Ellas confesaban no tener suerte en el amor, haber
perdido buen número de amigos, haber roto inmediatamente un noviazgo, no
poder mantener jamás relaciones duraderas con un hombre, no encontrar con
quien casarse o, inclusive, estar impedidas de tener un “lazo amoroso”, etc.

El hechizo ha nacido ciertamente con el hombre de las cavernas y en 76

nuestros días se practica todavía en París, así como en Los Ángeles, Río de
Janeiro, Melbourne, etc… Sería erróneo creer que hay brujos solamente en las
tribus negras, pues existen tanto en las grandes capitales como en las selvas
lejanas. Las brujas no cabalgan sobre una escoba en los campos alejados de los
centros importantes, sino que están plenamente activas en las ciudades donde
una numerosa clientela les asegura una vida muy cómoda.

La actividad del hombre reposa sobre dos instintos: el de la conservación 77

del individuo y el de la conservación de la especie. El hombre parece no


buscar otra cosa que luchar o contra la muerte o por aquello que él ama, y así,
lo que no sea capaz de lograr o asegurar por sus propias fuerzas, se lo pedirá a
las fuerzas ocultas”. Así lo deduce Pierre Dominique, quien continúa: “…el
ser humano buscará pues, por una parte, destruir a sus competidores y
enemigos, o al menos defenderse de ellos; por otra parte, ser amado o impedir
a sus adversarios de serlo. Que después de ello el Diablo exista o no, que esté
por algún motivo en el asunto, que la cosa triunfe o fracase, que los misterios
cristianos sean evocados o contradichos, que la operación utilice más o menos

- 26 -
Brujería

la magia que forma el fondo de una u otra religión, todo ello no pertenece más
que a la técnica, la cual con frecuencia no tiende sino a reforzar la voluntad del
hechicero, debilitando la del hechizado”.

M. des Alunoyes, apoyado por un viejo autor español, el monje Francisco 78

Calcian, nos dice: “Los motivos que empujan al empleo de los métodos de la
hechicería son casi siempre los mismos: el amor está en la primera fila, el
interés en la segunda y el odio, ese amor negro que tiene por resultado hacer
morir al hechizado, en tercera fila.” Pierre Dominique dice todavía: “…brujos,
magistas o, si se prefiere, médiums, se trata siempre de personas que
pretenden cercar o envolver la voluntad del otro por medio de su propia
voluntad; después de lo cual la persona será esclavizada y obligada a obedecer
la voluntad del vencedor; ese es el hechizo clásico.”

Jules Blois, gran especialista en esas cuestiones, concluye con una fórmula 79

curiosa: “En suma –dice- el hechizamiento sería un magnetismo ritualizado.”


Entonces, ¿telepatía o sugestión?, porque es claro que los rituales son
diferentes. También es muy claro que a veces el solo miedo al brujo, sobre
todo en el campo, basta para quebrantar de antemano la voluntad de la
víctima. Ante eso los creyentes objetan: “He! pero entonces ¿Qué hay de
Satán?” Se les podría responder que entre muchos pueblos y hordas la acción
de hechizar se mantiene desde hace miles de años y sin embargo no
conocieron a Satán y sobre todo al Satán de los cristianos. El creyente replicará
que él tiene precisamente a ese pueblo por manada y que el hechizo de odio
está siempre necesariamente acompañado de una intervención demoníaca.” El
espíritu científico hablaría, más simplemente, de una explosión de maldad,
porque después de todo no sería inexacto decir que Satán no es sino la suma
considerable de la maldad humana.

El hechizo se practica tanto en los países de Oriente como en los de 80

Occidente, tal como la misma Iglesia de Roma lo reconoce. Por otra parte, los
brujos desencadenan el miedo hasta en el trono de San Pedro, ya que el mismo
Papa fue hechizado, tal como lo declaró Juan XXII en su breve exposición a los
Cardenales en 1317: “Ellos han preparado hechizos contra nosotros,
fabricando imágenes de cera bajo nuestro nombre, picándolas con
encantamientos mágicos y evocando a los demonios para atentar contra
nuestra vida; pero Dios nos ha preservado y ya tres de esas imágenes han
caído en nuestras manos.”

Dufas, Rey de Escocia, murió todo resecado. Se dice que fue maleficiado 81

por una bruja que hacía fundir cada día en el fuego una estatuilla de cera que
simulaba la figura del monarca. Más célebre aún es la historia clásica de
Roberto III de Artois, quien quería hechizar a Juan de Francia, hijo de Felipe
de Valois, en 1333. Fue así que amasó una imagen de cera a semejanza del

- 27 -
Brujería

Príncipe y le suplicó a un monje, el Hermano Enrique, que la bautizara. Pero,


el sacerdote se negó y liberado del secreto de la confesión, lo reveló todo. Otro,
el Padre Pepin, un sacerdote de la diócesis de Clermont, hechizó al Obispo de
Mende, en 1347, con una muñeca de cera fabricada un viernes, sobre cuyo
pecho había escrito los nombres de las Dominaciones. En cuanto a la Duquesa
de Glocester, tenía de las orejas al Rey de Inglaterra Enrique VI; pero el
Cardenal de Winchester denunció a la duquesa, quien, ayudada por una bruja
y un sacerdote, había utilizado una estatuilla de cera para atentar así contra la
vida del rey. La bruja fue quemada, el sacerdote colgado y la duquesa echada
en prisión.

Pero el “gran siglo” de los hechizos fue el siglo XVI. Entonces se contaban 82

en Francia alrededor de 30.000 brujos y cada semana se quemaban algunas


centenas. Bajo Enrique III, los sacerdotes “ligadores” consagraban en la Misa
unas muñequitas que representaban al Rey y que después ponían al pie del
altar para atravesarles el corazón al mismo tiempo que decían: “Tirano
Herodes”. Pero todavía el siglo XVII se encontraba henchido de brujos, de
nigromantes, de malos sacerdotes, de decidores de misas negras. Ya hemos
visto los casos de Urbano Grandier, de quien se presume que habría
hechizado a las monjas de Loudun; y de Gaufridi, quien practicaba la magia
sexual. También hubo otros casos muy populares, como el de las
envenenadoras conocidas como “la Voisin” y “la Brinvilliers”, de las cuales ya
hemos visto sus procesos y los de todos aquellos que estuvieron mezclados en
esas sombrías historias. Otro ejemplo es el Duque de Vendóme y aún el del
glorioso Mariscal de Luxemburgo, que también se encontraba comprometido,
hasta el punto que se le acusó de relaciones con el Diablo. En todo caso, él
había tenido efectivamente contacto con los brujos, por más que el asunto
jamás se haya aclarado del todo. Mencionemos todavía, por supuesto, a Mme.
De Montespan, quien se hacía decir misas en el vientre y en particular por al
Abad Guibourg quien degollaba niños y que sirviéndose como altar del
cuerpo desnudo de la gran cortesana, vertía la sangre de las víctimas en un
cáliz colocado entre los senos de la Dama.

En su libro sobre “El Satanismo y la Magia”, Jules Blois escribe: “El famoso 83

canónico Docre criaba ratones blancos en cajas y los alimentaba con hostias
consagradas y venenos dosificados con técnica… En el día escogido, pinchaba
hábilmente con un cuchillo a las pequeñas bestias, saturadas ya de maleficios,
y escurría su sangre en un cáliz… A veces se trataba del llamado “picadillo”:
un compuesto de harina, carne, Pan Eucarístico, mercurio, semen de animal,
sangre humana, acetato de morfina y aceite de áspid.” Otra receta es ésta: “Al
pez, que según el simbolismo cristiano es una de las formas figuradas de
Cristo, se le harta de tóxicos y de Especies Santas y cuando está
suficientemente empapado se lo retira del agua ya podrida, y de ésta, una vez
destilada, se extrae un aceite que vuelve loco”.

- 28 -
Brujería

En 1829, en Chalon sur le Maine, un grupo demoníaco se servía de sangre 84

de ratones para sus prácticas de hechicería; y, en 1833, en Saboya, un círculo


de sacerdotes preparó el “aceite horrible”. Otras veces Docre utilizaba una
fórmula más simple: un veneno mezclado con ácido sulfúrico en la punta de
una lanceta, de manera que al hundirla se incendiará dentro de la herida. Pero
¿cómo llegaba la lanceta envenenada a ensartarse en el cuerpo de la víctima?
Empleaba, pues, a una mujer haciéndole sujetar con sus manos la lanceta
envenenada; después, él “separaba a la mujer de su cuerpo” y era entonces el
“espíritu” de la mujer, armado de esa lanceta “voladora”, el que hacía lo
necesario.

El gran Paracelso escribía: “Si se pinta sobre un muro la imagen de un 85

hombre, es seguro que todos los golpes dirigidos contra su imagen, serán
recibidos por este hombre, pues el espíritu del modelo pasa a la figura pintada
y el hombre soportará, pues, todo aquello que os gustará de inflingirle, porque
es vuestro espíritu quien ha fijado en el muro el espíritu de ese hombre.”

Hoy día se suele emplear la fotografía, pero a menudo se usa todavía el 86

viejo procedimiento de la “Dagyde”, o muñeca de cera virgen modelada a


imagen del sujeto a hechizar; pero muchos brujos prefieren algo más vivo para
identificarlo con el sujeto, sea un sapo, una serpiente, una lechuza o un ratón.
El animal es picado, quemado… etc. siguiendo, en fin, el mismo
procedimiento que con una estatuilla de cera, sólo que esta vez correrá
verdadera sangre.

Existe igualmente el método que consiste en hechizar mediante hundir un 87

clavo en la huella dejada por el pie de la víctima. Pero, ciertos brujos se


contentan incluso con picar a puñal la sombra del sujeto sobre quien desean
actuar. Se llama “clavijera” el método que consiste en hechizar hundiendo una
clavija en el lugar donde la víctima acaba de orinar. Hay todavía lo que se
llama la “Carga”, que es efectivamente una especie de condensador. Para tal
efecto se emplea un topo, un lagarto o una serpiente, o un huevo no-
fecundado, la piel de un tejón, el corazón de un carnero o el de un ternero,
etc… El animal, o una de sus partes, se pone en contacto con un objeto que
haya pertenecido a la víctima y “la carga” va acumulando los esfuerzos
voluntarios emprendidos; es ahí que reside su peligro, porque hasta una
persona dotada de escasa fuerza psíquica puede, adicionando esos esfuerzos,
llevar la carga a un temible potencial.
88
Recurramos, una vez más, a Pierre Dominique en “El hechizo de odio y de
amor”, donde escribe: “Hay procedimientos colectivos de hechizo, como la
cadena mágica. A veces, entre los americanos, se ve reunirse al final de los
banquetes a los participantes de manera que cada uno tome en su mano
derecha la mano izquierda de su vecino de la izquierda, y con su mano

- 29 -
Brujería

izquierda la mano derecha de su vecino de la derecha. Éste es, entre ellos, un


signo de amistad indefectible. Postdam, Truman y Churchill arrastraron a
Stalin al mismo juego. Se dirá que hay algo de masonería en todo eso. Sí, pero
la Francmasonería tiene las ventanas abiertas hacia la magia. Ciertos
hechiceros forman esa cadena en cuestión, de modo que los dos últimos
pongan la mano libre sobre él, que realiza el hechizo, con el fin de reforzar su
poder. Desembarazada de su pintoresquismo satánico, la Misa-Negra no hace
otra cosa que simplemente utilizar el poder del oficio cristiano, que se dice a
toda hora y en cierto modo en todo lugar, ya que así se hunde perpetuamente
en un océano espiritual sin límites. El carácter satánico presupone de partida
la presencia del sacrilegio en el indigno sacerdote y el horror de ese atentado
de lesa-divinidad deliberadamente provocado… Hay que admitir que todo
ello no puede menos que crear un clima particularmente favorable a las
operaciones psíquicas.

Otro procedimiento es el acoplamiento de un hombre con una mujer ante 89

una muñeca de cera que representa al adversario. Durante todo el tiempo que
realiza el acto sexual, el operador formula repetidamente su deseo o su
voluntad, esforzándose por mantener bajo su mirada la imagen fuertemente
plasmada de la víctima. Se parte del principio según el cual el acto del amor
libera una energía poderosa y, en cierto modo, es en esa energía que se apoya
el operador viendo así multiplicada su capacidad psíquica. Es pues evidente
que si el operador se encontrara al centro de una formidable fornicación
pública, análoga a la que se desarrolla en ciertas ceremonias nocturnas de
África o de América, como el Vodú por ejemplo, su poder se haría todavía más
intenso.

También existe, por supuesto, el hechizo de amor con el procedimiento 90

corriente llamado del “filtro”, del cual se encuentran recetas entre los diversos
pueblos de todas las épocas. Así, Virgilio, por ejemplo, escribía en su Octava
Egloga: “Necte tribus nodis ternos, Amarilli colores Necte Amarilli, modi; e
Veneris, die, vincula necto.”(“En tres hilos de color amarillo, hacer tres nudos
exclamando: “Yo anudo los lazos de Venus”). Obviamente, se utilizan
afrodisíacos y una variedad de pócimas que se preparan a veces de una
manera innombrable. Existe por ejemplo el “Carme”, el sistema empleado por,
un adorador del Diablo llamado Ricordi, quien fabricaba “manías” a
semejanza de las más hermosas mujeres de Caracasona y de Tolosa; luego las
rociaba con sangre de sapos, flujo de sus narices, saliva de su boca, y las
dedicaba a Satán. Llevado por el viento, según cuenta un viejo historiador, el
Diablo entraba en esas efigies tremulantes y se dirigía de noche ante las casas
de sus amores y las mujeres descendían de inmediato como llamadas y
atraídas por el Carme colocado en el umbral de sus puertas.

- 30 -
Brujería

También existe desde muy antiguo, un método cuyos detalles daremos en 91

el próximo texto: se trata de los talismanes y de otras representaciones


gráficas. Dicho brevemente, se trata de ciertos signos escritos sobre cuadrados
de pergamino, lo cual se comprende que requiere un cierto conocimiento.

Naturalmente, la mayor parte del tiempo se trata de aquello que podemos 92

llamar baja brujería, aún en los casos de envenenamiento con la famosa “pasta
conjuratoria” hecha de los ingredientes más diversos; y no es raro ver mujeres
que confiesan haber hecho comer al hombre sus menstruaciones, excrementos,
etc… Madame de Montespan, quien ofrecía su cuerpo enteramente desnudo
como altar para celebrar misas negras, llevaba una pasta conjuratoria hecha de
una horrible mezcla de sangre de un niño degollado, con esperma del
sacerdote que oficiaba y sus propios menstruos, que ella hacía poner de
inmediato en los alimentos del Rey. Así, podemos imaginar que si la Gran
Dama de Francia actuaba de esa forma, bien podía hacerlo y de la misma
manera, cualquiera de las demás mujeres de la Corte, aunque sus amores
fueran menos conocidos y sus prácticas de brujería hayan quedado en el
secreto.

Espantosas descripciones de brujería son dadas en el libro de Grotius 93

(1656) “Mágica de spectris”, de la Biblioteca de Leyden, Holanda. Ya el


frontispicio de la obra es evocador, ya que se trata de un caldero de bruja que
hace pensar en lo que escribiera Delancre sobre los ritos del Sabbat: “Se ven
grandes calderos, llenos de sapos, víboras, corazones de niños no bautizados,
carne de ahorcados y otras carroñas.”

El origen de la palabra “Sabbat” es desconocido, y como en principio no 94

parece tener nada en común con aquel que bajo el mismo vocablo designa el
“día del Reposo de Dios” según la tradición hebraica, nada impide realizar
una comparación. El Sabbat de las brujas es una fiesta, tanto como el Sabbath
de los judíos. Michelet dice que el Sabbat es la orgía de los siervos en rebelión,
y en las descripciones recogidas por inquisidores y exorcistas se comprende
muy bien la importancia acordada a los festines en esa época de miseria y de
hambre. El Sabbat es el mundo al revés y tiene lugar durante la noche, a las
doce, la hora en que los contrarios se completan y todo se vuelve posible
puesto que se alzan los tabúes y las prohibiciones. Es el momento de la
satisfacción de los instintos agazapados, es aún la licencia completa para esa
fiesta del sexo, principio de vida que es preciso renovar periódicamente.
95
En su “Diccionario Infernal” (1818) Collin de Plancy escribe: “El sabbat es la
asamblea de los demonios, de los brujos y las brujas en sus orgías nocturnas.
En el sabbat, dicen ellos, uno se ocupa de hacer el mal, de meditarlo, de dar
miedos y pavores, de preparar maleficios, de realizar misterios abominables.
El sabbat se hace en un cruce de caminos, o en algún lugar desierto o salvaje, o

- 31 -
Brujería

cerca de un lago, un pantano o un estanque. Las noches ordinarias para la


convocatoria al sabbat son: la del miércoles al jueves y la del viernes al sábado.
En ciertas ocasiones se hace en pleno mediodía, pero eso muy
raramente…”Según Delancre, las principales actividades de los participantes
en la ceremonia son las siguientes: “Danzar indecentemente, festejar
ordenadamente, acoplarse diabólicamente, sodomizar execrablemente,
blasfemar de manera escandalosa, vengarse insidiosamente, amar
ardientemente a un macho cabrío apestoso, acariciarlo amorosamente,
compadrarse y acoplarse con él, horrible e impúdicamente.

Robert Amadou, en “Las Posesiones Diabólicas”, explica: “Si los 96

banquetes clandestinos, la subsistencia de algunas prácticas en honor a Diana,


el sacrilegio de algunos sacerdotes enloquecidos, el libertinaje colectivo de
algunos campesinos, han podido dotar de una base objetiva a las narraciones
sobre el sabbat de los brujos, esas mismas narraciones, con toda su espantosa
riqueza y su sorprendente complejidad, no serían comprensibles sino
aceptando su carácter místico, ya que es éste el que les confiere su fuerza y su
realidad, si se puede decir así, puesto que ella misma sale de las más vivas
realidades psíquicas y sociales”. Bajo su forma determinada, el mito del sabbat
aparece por primera vez en el Canon Episcopal. La fecha de ese texto,
reproducido en los Capitulares de Carlos el Calvo en 872, es incierta, pero uno
está de acuerdo en considerarlo anterior al siglo IX.

Regresemos ahora a la cuestión del succubato, que ya hemos mencionado 97

más arriba. El Rabino Elías pretende que Adán, el primer hombre, fue visitado
por diablillas que dieron a luz espíritus malos, demonios, lamias, espectros,
lémures y fantasmas. En efecto, como lo señala Robert Amadou, el ejemplo
más antiguo que se ha sacado de las relaciones sexuales entre el mundo
infernal y el género humano, es, bastante curiosamente, un ejemplo del
succubato: “Según una tradición hebraica muy antigua, es efectivamente Adán
quien, fatigado de la envejecida Eva, se entregó a los encantos de un demonio
hembra llamada Lilith. Pero hay otro relato que inaugura la leyenda del
inccubato, pues según el libro de Enoch, las hijas de los hombres fueron
seducidas y raptadas por los hijos del cielo, y fue por el favor de esas
relaciones diabólicas que la magia y la brujería fueron enseñadas por primera
vez a los habitantes de la Tierra”.
98
“En esos días, cuando los hijos de los hombres se fueron multiplicando,
les nacieron hijas de una gran belleza, y cuando los ángeles, esos hijos del
cielo, las vieron, cayeron presas del amor por ellas y se dijeron unos a otros:
“Andemos, escojamos esposas de la raza de los hombres y engendrémosles
niños” (Enoch IV, 3). San Agustín confirma la cosa diciendo que “sería audaz

- 32 -
Brujería

negar el hecho, ya que los relatos son numerosos y debidos a gentes muy
dignas de fe.” Es Juan Bodin quien recuerda que “el acoplamiento de los
hombres con súccubas es real, pero más raro que aquel de las mujeres con
ínccubos” y Pico della Mirandola (1463-1494), cuenta que conoció a un
sacerdote que durante cuarenta años había mantenido relaciones íntimas con
una diabla llamada Hermilina.

Graves sospechas han pesado siempre sobre las mujeres cuyas madres 99

eran reputadas como brujas. Santo Tomás de Aquino no está muy seguro de
esos nacimientos híbridos, pero examina la forma en que serían posibles: “Es
preciso decir -escribe San Agustín- que muchos afirman saber, por su propia
experiencia o por el decir de otros, que los Faunos y los Silvanos llamados
íncubos por los vulgares, son a menudo malvados con las mujeres y obtienen
de ellas los goces sexuales. Sería pues imprudente negarlo”. Y Santo Tomás
expresa cierta duda cuando agrega aún: “Si, por lo tanto, algunos nacieran de
ese coito demoníaco, no sería por la esperma de los demonios ni por el cuerpo
que revisten, sino por la esperma del hombre que ha servido de súcubo al
demonio y que juega en seguida el papel de íncubo para la mujer.” (Suma
Teológica Iq., q. 51, art. 3, ad. 6).

Robert Amadou sostiene que la idea de posesión demoníaca es una idea 100

típicamente cristiana y escribe aún: “La actitud de la Iglesia respecto a la


brujería se confunde con su actitud respecto a la posesión, ya que la mayor
parte del tiempo la posesión es obra de un brujo“. El Abad Ribet en “La
Mística Divina distinguida de las deformaciones diabólicas”, escribe: “La
posesión es la invasión por el demonio del cuerpo vivo del hombre, cuyos
órganos él mueve en su nombre y a su gusto, como si ese cuerpo se hubiese
convertido en el suyo. Así, en la posesión, el demonio se introduce y reside en
el interior del cuerpo al que atormenta; es así que actúa y habla como amo de
ese cuerpo al que trata como si fuera de su propiedad”.( Tomo III, pág. 91).

Xenofonte describe muy bien el aspecto de los poseídos, e Hipócrates 101

otorga los detalles. Si bien este último, como también Galeno, defiende una
tesis naturalista, tampoco Platón resuelve tan fácilmente el problema. Pero los
fenómenos de posesión pueden ser relacionados con la gran histeria definida
por el Profesor Charcot, pues en la Antigüedad todas las enfermedades
mentales o nerviosas se resumían como “posesión”. “Se dice que son poseídos
(entheoi), aquellos que, privados de su razón por una visión, caen bajo el
imperio del dios.”

El Dr. Albert Schweitzer escribe: “Es frecuente, en efecto, que algunos 102

fieles negros, y a veces inclusive los blancos del Gabón, presenten todos los
síntomas característicos de las crisis histéricas convulsivas, acompañadas de
glosolalia y profetismo, muy corrientes en los primeros siglos de la Iglesia

- 33 -
Brujería

cristiana. Esas manifestaciones se expanden como verdaderas epidemias, pero


que no alcanzan más que a los cristianos!... Éstas dan a los indígenas el
sentimiento de la superioridad de los blancos sobre los otros fieles y el orgullo
de conducir a la Iglesia gracias a privilegios de los cuales ellos son
evidentemente los beneficiarios.”(La Metapsíquica del Gabón, p. 167).

La realidad de la posesión no ha sido jamás puesta en duda por la Iglesia 103

cristiana, y acabamos de ver su actitud al respecto; en cuanto a nosotros,


personalmente, hacemos una diferencia entre brujería y posesión y nos
adherimos en ese sentido a las definiciones de Miss Margaret Murray en “The
God of the Witches” (Londres, 1952) cuando dice: “Yo establezco una distinción
entre la brujería operacional y la brujería ritual. Coloco en la primera a todos
los encantos y sortilegios, ya sean utilizados por una bruja declarada o por un
cristiano, sea que estos tengan en vista el bien o el mal, la muerte de alguien o
una curación. Los encantos y sortilegios de ese género son comunes a todas las
naciones y a todos los países, y son practicados por los sacerdotes y las gentes
de todas las religiones. La brujería ritual, o incluso el culto a Diana, abrazan
las creencias rituales y religiosas de una gente, a la cual se le conocía al final
de la época medieval bajo el nombre de brujos. Los testimonios que han
quedado prueban que, subyaciendo a la religión cristiana, había un culto
practicado por las clases populares de la población, pero principalmente por
los más ignorantes o por la gente de las partes del país donde la población era
menos densa.”

Aclaraciones semejantes había hecho Giovanni-Batista della Porta en su 104

“Magia Natural”, donde escribe: “la magia se divide en dos partes, a saber: una
infame, compuesta de encantamientos y de espíritus inmundos, nacida de una
curiosidad malsana que los Griegos más sabios llamaban Goëtia y que suscita
esas ilusiones y encantamientos que desaparecen de repente sin dejar la menor
huella. La otra parte es la Magia Natural, reverenciada y honrada por todos,
pues no hay nada más elevado ni más agradable para los aficionados a las
buenas letras, quienes estiman que ella no es otra cosa que la filosofía natural,
o incluso la Suprema Ciencia”.

La brujería fue considerada primeramente como superstición, pero la 105

Iglesia de Roma mantenía tan bien la creencia en el Diablo y en todas las


prácticas satánicas, que se vio, en consecuencia, obligada a condenar
igualmente a los que le creían!… Hemos visto ya, desde los inicios de esta
serie de “Propósitos”, las diversas condenaciones hechas a los brujos y el
anatema pronunciado contra ellos en diferentes épocas. Así como la Iglesia fue
la primera en divulgar la idea de brujería, en la cual ella misma creía, fue
también muy rápida en castigar con la excomunión a quienes la siguieron en
esa creencia… Una ley del año 319, prohíbe la entrada en las casas de

- 34 -
Brujería

particulares a los Sacerdotes9, y a todo aquel que se ocupe de la adivinación.


En el 424, la ley sálica atribuida a Faramond, decreta contra las estigias. En el
Concilio de Arlés, en 443, se estipula sobre aquello por lo cual “un Obispo no
debe permitir a los fieles encender antorchas, ni venerar a los árboles, ni a las
fuentes, ni a las rocas, etc…” En 470, los obispos de Bretaña se reunieron en
Vannes para prohibir la adivinación y castigar a los culpables echándolos de la
Iglesia. En 506, se hacen las mismas condenaciones en el Concilio de Auge…;
así, una larga lista continúa a través de los siglos.

Sin embargo, los Papas se han mostrado indecisos a la hora de considerar 106

la brujería. Para unos, existe, para otros, no hay nada más falso, auque creen
necesario perseguir a los presuntos creyentes. Así, en el Concilio de Braga, en
565, los Dignatarios de la Iglesia estuvieron de acuerdo en no mirar a los
acusados sino, más bien, como supuestos brujos. Pero poco después, en el
Concilio de Turena, en 567, los puntos de vista fueron ya completamente
diferentes y el Concilio se vuelve en contra de los sacrificios paganos y de los
ritos que hicieran los cristianos cerca de las piedras, fuentes y árboles, y que la
opinión de la Iglesia de Roma suponía consagrados a los demonios.

Por otra parte, el Canon XXII, cita también el viejo error de festejar las 107

calendas de Enero, agregando que Janus10, a pesar de haber sido un rey gentil,
no podía ser un Dios. Es así que el Papado cambiaría todavía muchas veces de
opinión hasta llegar a Alejandro IV, en 1258, quien parece haber admitido los
hechizos y otras diablearías, ya que en una decreto dirigido a los Inquisidores,
insta a los Jueces eclesiásticos a dejar que tales asuntos sean juzgados por las
autoridades civiles, salvo en los casos en que hubiera evidencia de herejía.

9 La adivinación era practicada entonces “oficialmente”, pero en los Templos solamente.


10 Enero, después de haber sido el undécimo mes (pues el 21 de Marzo era el verdadero
comienzo del año), fue consagrado a Janus, dios de la paz, de las puertas y de los caminos.
Janus tenía dos caras: una que miraba al pasado, lo cual le entristecía, y otra que miraba
hacia el porvenir, lo cual no lo contentaba; de ahí su expresión reflexiva. Su mano
izquierda sostenía una llave para abrir el año, su mano derecha una vara, insignia de los
conserjes romanos. Su fiesta, llamadas “janualia”, se celebraba el 1 de Enero y se le ofrecía
incienso, frutos y un pastel llamado “janual”, mientras que los parientes y amigos se
hacían regalos. Pero no siempre ni en todos los lugares fue reconocido el 1 de Enero como
siendo el primer día del año. En Francia, el 21 de Marzo no se festejó como comienzo del
año sino hasta el 1564. Pero el día de San Enero, Obispo de Benevento, martirizado bajo
Dioclesiano, no se festejaba el mes de enero sino el 19 de Septiembre. Si la opinión de la
Iglesia es que Janus fue un rey y no un Dios, nosotros no podemos ignorar que Janus es el
Genio de la Iniciación a los Misterios, y que se le rendía un culto especial en todos los
países ocupados por los romanos. Janus es el Janitor que abre y forma el ciclo anual,
mientras que las dos llaves que ostenta constituyen: la llave de oro, el emblema de los
Grandes Misterios y la llave de plata, los pequeños misterios. En cuanto a las dos puertas
solsticiales que dan acceso a las dos vías, se denominan: “Janua Coeli” y “Janua Inferni”,
las cuales en la tradición hindú son Devayana, la “Vía de los Dioses”, y Pritriyana, la “Vía
de los Ancestros” y que los cristianos han simbolizado como el Cielo y el Infierno.

- 35 -
Brujería

Es al inicio del siglo XIII que aparecen los primeros libros de magia, los 108
“grimoires” en francés. Esos textos de brujería son a menudo obra de prelados
de la Iglesia, como el célebre libro de Alberto el Grande del cual todos los
brujos del campo poseen ejemplares aún hoy día. Obispo de Ratisbona,
Alberto el Grande, que bien hubiera podido ser condenado por la Iglesia de
Roma por sus prácticas de brujería, no solamente fue el maestro de Santo
Tomás de Aquino, sino que incluso fue canonizado. Otro libro popular de
brujería es el libro mágico del Papa Honorio III. Enseguida vendrá el triste
proceso de los Templarios a quienes Nogaret, ministro plenipotenciario del
Rey Felipe el Hermoso, hizo arrestar bajo la inculpación de brujería en 1305.

En fin, la Iglesia cambió siempre de posición. Fue ella la que primero 109

creyó en el diablo, en la brujería y en todo lo que sin embargo tratará más


tarde como supersticiones. En ciertas épocas, ella perseguirá a todos aquellos
que se interesan en la cuestión mágica, pero en otras, serán sus propios
dignatarios los autores más celebres de aquello que ella acababa justamente de
condenar. Los Papas Calixto III, Pío II, Sixto IV, etc… emitieron bulas contra
los brujos, los fabricantes de talismanes, los astrólogos, etc.; pero, es el mismo
Sixto IV quien, en 1478, condena el empleo de todos los talismanes, excepto los
suyos!… Se diría que era una verdadera competencia con los brujos para
arrancarles la exclusividad de la clientela!

Viene después el Papa Inocencio VIII, quien marca una fecha importante 110

en la historia de la brujería, a causa de un documento fundamental publicado


en 1484: la bula “Summis Desiderantis “. Hacía apenas un año, el 2 de Agosto de
1483, que el demasiado célebre Torquemada, nombrado Gran Inquisidor,
había comenzado con sus innobles torturas. Ahora, el Papa nombraba a dos
Inquisidores extra: Jacques Sprenger y Henri Institor, dos eclesiásticos a
quienes se les dio plenos poderes para torturar, condenar, encarcelar, etc…
Nada más que en Ravensburgo, quemaron a 48 personas. Esos dos sacerdotes,
de la Orden de los Hermanos Predicadores, fueron quienes escribieron ese
libro ya mencionado llamado “Maleus Maleficarum” y que ha permanecido tan
célebre como “El Martillo de los brujos”.

Siguiendo a Inocencio VIII y confirmando las decisiones precedentes, el 111

Papa Borgia Alejandro VI, en su Bula “Cum acceperimus”, extiende el efecto


de los decretos precedentes. Ese “Papa Negro”, que estuvo él mismo mezclado
con las más bajas prácticas de brujería, no dudaba en ordenar la persecución a
los llamados brujos. Él, cuya vida disoluta no era más que perversión, no tuvo
temor, en 1501, de ordenar castigos contra las personas que se ocupaban de
encantamientos y de supersticiones diabólicas. Por otra parte, esa “brujería”,

- 36 -
Brujería

se une extrañamente a esa mística sexual que recibe el nombre de “sadismo”


en memoria del Marqués de Sade, quien se distinguió por su perversión.11
Charles Blanchard, en un artículo sobre el sadismo, escribe: “De Tiberio y 112

Nerón Heliogábalo, que hacían degollar niños para excitar sus sentidos, a
Gilles de Rais, del que una leyenda gazmoña ha hecho Barba-Azul… En fin,
de las grandes damas de la corte de Luis XV, quienes inclinadas contemplaban
desde sus ventanas el suplicio de Damiens, al mismo tiempo que se hacían
arremangar de sus amantes, hasta Jack el Destripador, cuyas hazañas menos
aristocráticas llenan una crónica todavía reciente, la historia muestra que el
sadismo en su forma más cruel, ha sido cosa de todos los tiempos.”
Ese autor dice aún: “El ‘haz aquello que quieras’ jovial y bonachón de los 113

monjes panzudos y relajados de la Abadía de Thélème, es una forma


demasiado vaga y sobre todo demasiado gratuita para los héroes sadistas. El
‘todo está permitido’ desesperado de Calígula de Camus, que masacraba a sus
súbditos para quitares sus ilusiones, convendría mejor al carácter metafísico
de su furor sexual. El héroe sadista no tiene nada del ‘buen vividor’, ni aún del
inquieto libertino que, apurado por gozar, tiene la obsesión de la vejez y de la
muerte. El es una especie de sacerdote, de misionado de la naturaleza delante
de los otros y junto a sus futuras víctimas a quienes, como Calígula, él se
encargará de mostrar el absurdo de la condición que al crearlos, la naturaleza
les ha dado”.

“Yo levanto los ojos sobre el universo…-dice (en “Julieta”) el Ministro 114

Saint-Fond- …y veo al mal, al desorden y al crimen reinar como déspotas”.


Ese extraño teólogo concluye en la existencia de un principio malo, que el
marqués de Sade llama la “Naturaleza”, especie de Anti-Dios todopoderoso
para el mal, que ha creado al Hombre a su imagen poniendo en su cuerpo un
alma inmortal destinada, después de su muerte, a ser precipitada en un
infierno, el cual es, por otra parte, bastante semejante al Infierno cristiano.

El enseña aún: “El placer no es más que el choque de los átomos 115

emanados de los objetos voluptuosos que abrazan a las partículas eléctricas


que circulan en la cavidad de nuestros nervios”. Se entiende muy bien
entonces, que no hay ningún Paraíso en la religión de Saint-Fond, pues el
hombre no es libre de escoger su salvación o su condenación, aunque de
todas maneras debe ser condenado. Sin embargo - y este es el punto más
curioso de esa monstruosa doctrina-, mediante aplicarse en hacer el mal, le
será posible adquirir los “méritos” con los que podrá atenuar los sufrimientos
eternos. Y Saint-Fond agrega: “Persuadido de que el suplicio de la reunión de

11 “El sadismo es un estallido cerebral que permite al instinto sexual ser excitado o
satisfecho por el espectáculo de los sufrimientos causados a otro, por agentes destructores
de todos los ordenes”, así se expresa el Doctor Eugenio Durhen.

- 37 -
Brujería

las moléculas malhechoras sería muy mediocre para ser tan malvado como
ellas, yo me cubro de crímenes en este mundo para no tener que sufrir más en
el otro.”

Pero, nos hemos alejado de nuestro tema… Hablábamos sobre Papa 116

Borgia quien, como consecuencia de la vida licenciosa que ese pontífice creyó
que tenía permitido llevar, se convertiría después en sinónimo de baja magia.
Recordemos, por otra parte, que sus sacerdotes tenían derecho a casarse, aún
cuando un sínodo del siglo IV había insistido en la necesidad de la castidad
para los eclesiásticos de rango superior. El celibato completo no fue decretado
sino bajo Gregorio VII en el siglo XI, pero como muchos países se negaron a
aceptarlo, su completa aplicación no quedo establecida sino desde el siglo XIII.

Es interesante analizar al respecto el verdadero sentido del matrimonio, 117

que en la Antigüedad se había instituido como rito iniciático. Para un Adepto


de cierto grado se trataba, en realidad, de comunicar la Enseñanza a una
profana a la que él tomaba como “discípula” inmediata. Además de
“iniciarla” sexualmente, él debía iniciarla sobre todo en las Artes Sagradas y
particularmente en la Tradición Esotérica. Etimológicamente, la palabra
“matrimonio” proviene del latín “maritus”, el cual, lejos de estar relacionado
con el nombre de la Virgen María, como algunos han creído comprenderlo
(pues en realidad la Santa Virgen se llamaba Myriam), el término vendría más
bien del Sánscrito “maris” = el macho. Esa palabra existía, en realidad, mucho
antes del advenimiento del cristianismo y, sin duda, no tiene relación alguna
con la Madre del Cristo Jesús. Por otra parte, la palabra sánscrita “Marya”
significa “hombre joven”, mientras que el término “mâri” significa “desierto”,
o incluso “muerte”, lo cual es muy interesante, ya que nos hace pensar de
inmediato en el sentido profundo del matrimonio: la muerte a un estado para
nacer a otro. También hemos estudiado el significado esotérico del “desierto”
en nuestro Propósito Psicológico Nº XIV: “El Misterio de Israel”.

Se dice “esposa” por ser la mujer quien debe justamente “esposar” todas 118

las formas de su nuevo estado, ella va a fundirse con el hombre escogido, para
no ser ambos más que uno. Ella va a unirse físicamente lo mismo que a
esposar psíquicamente la materia plástica de aquel que, en verdad, debe ser su
“Alma gemela”, su “doble”, etc. Matrimonio se dice en alemán “Ehe”, la
misma raíz que “Echt” que quiere decir “puro”, “auténtico”. Otra palabra para
matrimonio es “Hochzeit”= el alto momento, al igual que en ruso, donde la
palabra matrimonio toma igualmente el sentido de “coronamiento”. En latín,
el término “casarse” se dice “núbere” = cubrirse de nube, cuando se aplica a
una mujer. En griego, se encuentra el término “gamos”, el cual se relaciona con
el sánscrito “Jamih” que significa: hermano o hermana. El matrimonio, es útil
decirlo, conservó durante largo tiempo en la historia un carácter sagrado del
que actualmente carece.

- 38 -
Brujería

Pero, la ley entra incluso en la intimidad de los esposos. Ya una de las 119
leyes de Solón ordenaba al marido cumplir su deber conyugal por lo menos
tres veces al mes. Por su parte, el Talmud da más precisiones: una vez todos
los días si el hombre es joven; para el obrero de las ciudades, dos veces por
semana; para el marino, más raramente. El mismo Lutero preconizaba al
menos dos relaciones por semana. También la Iglesia emitió, hasta el siglo XII,
ordenanzas a los esposos. Pero no fue sino en el siglo XVI, durante el Concilio
de Trento, que la Iglesia proclamó la indisolubilidad y la santidad del
matrimonio. Hay que notar que el catolicismo no tuvo que luchar contra la
poligamia12 siendo la monogamia una regla casi universal en todos los lugares
en que fue proclamada la nueva religión. La poliandria, que existía entre los
ancianos, subsistió en Europa bajo la forma acostumbrada del segisbeismo que
inspiró la poesía cortesana, cuya existencia constataba aún Lady Montagu,
cuando visitó la Corte de Viena en 1716: “cada dama tiene dos maridos, uno
que lleva el nombre y el otro que ejerce los deberes.”

George Allary, en su libro “El amor y el matrimonio”, escribe: “Los 120

autores cristianos consideran que el Cristo ha condenado la poligamia. A la


poligamia de los patriarcas ellos dan como razón que era preciso que el Pueblo
de Dios fuese muy prolífico. Por otro lado, la poliandria les parecía mucho
más condenable que la poligamia porque estaba contra la naturaleza: “Varias
mujeres”, escribe San Agustín, “pueden ser fecundadas por un solo hombre,
mientras que una sola mujer no puede ser fecundada por varios hombres”. Ese
autor aclara todavía lo siguiente: “En la Antigüedad, la impotencia no era
causal de disolución del matrimonio; por el contrario, la esterilidad de la
mujer podía arrastrarla al repudio, como puede verse en la Biblia. Pero, en 428,
Justiniano ordena que el marido sea repudiado, sin que la mujer pierda su
dote, si durante dos años él no ha podido consumar el matrimonio. En el siglo
XII, los médicos reconocían varias causas de impotencia, y por el lado de la
mujer una causa era la “inaccesibilitas”. Pero, esa causa era difícilmente
admitida por la Iglesia, y objetaba que el marido no había tenido la constancia
necesaria para vencer el obstáculo anatómico o su repulsión. Para los hombres,
los médicos distinguían entre los que padecían “frigidez general“y los
“maleficiados” que podían estar con otras mujeres, excepto con la suya. Pero,
todavía hoy los teólogos católicos distinguen entre “impotencia perpetua y
provisoria”, y entre “impotencia relativa o absoluta…” Una prueba más de
que la Iglesia sigue admitiendo la semejanza de todo ello con la brujería, los
maleficios, los anudamientos de las agujetas, las suertes, etc.

Pero, una vez más aún, hemos dejado el tema principal con el que 121

habíamos llegado al Papa Borgia Alejandro VI, con una serie de bulas papales

12Entre los hebreos un hombre podía siempre esposar varias mujeres. El mismo
Carlomagno ten dos reinas y una concubina.

- 39 -
Brujería

profiriendo el anatema contra todo aquello que la Iglesia católica califica bajo
el nombre de brujería. De todos modos, no podemos citar aquí los cientos de
decretos que han aparecido sobre la cuestión, pues en el siglo XVII se veía al
Diablo por todos partes… En cuanto al Sínodo de Langres, en 1404, el cardenal
Luis de Borbón ensayó reaccionar contra esa ola de opresión que tomó
nacimiento en el curso del siglo XIV y que él veía incrementarse sin cesar. El
recuerda los viejos dogmas sobre la irrealidad de la brujería, más ay, no se le
escuchaba.

El triunfo de la inquisición estaba próximo y duraría hasta el siglo XIII. 122

Por todas partes se detiene a los “brujos” y se los tortura para buscar en su
cuerpo esas marcas características llamadas “stigmata daboli” que, más
fácilmente, la medicina moderna ha identificado con los puntos anestésicos de
los neurópatas. Son puntos en que la sangre ya no circula y donde los
pinchazos no provocan dolor. Pero, si el acusado era un hombre sano, era
siempre posible fingir el pinchazo en esas marcas y afirmar en seguida que era
insensible.

El gran médico Cornelio Agrippa, mientras ejercía como abogado en Metz, 123

tomó la defensa de una pobre muchacha que había sido condenada porque,
según se decía, era hija de una bruja. Fue así que él emprendió la protesta
contra los estupidez de la Inquisición y sus criminales abusos, dando a
conocer los hechos en su obra “De incertitudine et vanitate scientiarum” (“De la
incertidumbre y la vanidad de las ciencias”). Ese filósofo, que dominaba ocho
lenguas, dejó todavía otras obras importantes, como “Declamatio de nobilitade et
procllentia feminei sexus”, “De Occulta Filosophia”, etc. y especialmente una muy
bella colección de libros de medicina y estudios sobre las plantas.

Es sobre todo Pomponazzi, en 1520, con su libro “Las causas maravillosas de 124

la naturaleza o los encantamientos” quien dio un golpe a la demonomanía de la


época. La primera edición, que data de 1566, fue puesta en el Index solamente
en 1596, pero numerosas de esas copias manuscritas que circularon un poco
por todas partes, fueron el origen de grandes discusiones sobre la creencia o
no en la brujería. En la obra que acabamos remencionar, el autor ataca con
violencia la creencia en la realidad de los actos de brujería, de las posesiones y
aún de los milagros del cristianismo.

Pero es que, a diferencia de Juan Wier que era un médico cristiano y 125

discípulo de Cornelio Agrippa, el italiano Pomponazzi era un ateo y un


incrédulo de la metafísica. En fin, como concluye Roberto Amadou, en su
capítulo “posesiones diabólicas”, que el golpe de gracia que terminó con las
concepciones medievales sobre brujería y posesión, fue dado por Becker, autor
del libro “Mundo encantado” quien, al comenzar el siglo XVIII, escribió en su

- 40 -
Brujería

prefacio: “Yo quiero relegar a Satán, el rey del mal, a los infiernos para volver
a dar la soberanía del mundo a mi querido Maestro Jesús-Cristo.”

La creencia en las frecuentes manifestaciones extraordinarias del diablo, 126

vive aún en el espíritu de las gentes del siglo XX. Así, el Abad Dénéchau, ha
publicado en l952, en Neuil-sur-Layon, una colección de plegarias “contra los
malos espíritus y los maleficios”. Sin embargo, nuestra época no está más
avanzada en ese género de ideas que el medioevo o la Antigüedad, o incluso
de lo que algunos llaman la Era primitiva… Por otra parte, el Occidente no
tiene nada de superior a Oriente, ya que los países llamados civilizados no
son, en ese sentido, superiores a las regiones llamadas salvajes.

¿Debemos repetirlo? La brujería castiga tanto en las grandes ciudades 127

como en las selvas más alejadas. En cuanto al hecho de que la sexualidad se


encuentre siempre mezclada con la brujería, es muy simple de comprender, ya
que la finalidad misma del sexo es dar la vida, mientras que la brujería no es
sino una parodia de la vida, meramente su reflejo. En efecto, en ambos casos
se trata de un dinamismo especial a desplegar. La explicación de la orgía se
vuelve entonces muy simple, ya que las energías que emanan de la
sexualidad son la fuente misma de la vida y los ritos no vienen sino a
orientarla en el sentido deseado.

Esa influencia de la sexualidad no siempre es utilizada para fines eróticos, 128

como podría creerse, ya que sus aplicaciones “mágicas” se realizan en


diferentes dominios y se conoce la razón de los ritos de fecundidad y de los
ritos orgiásticos en particular. Mircea Eliade, escribe: “Los excesos cumplen un
papel preciso: romper las barreras entre el hombre, la sociedad, la naturaleza y
los dioses. La orgía reanima a la Tierra y excita al Cielo para que su unión,
simbolizada por la lluvia y el calor, se cumpla en las mejores condiciones
posibles”. En su “Tratado de la Historia de las religiones” ese autor escribe aún:
“Los indios Kana del Brasil estimulan las fuerzas de la reproducción de la
tierra, de los animales y de los hombres, por medio de una danza fálica que
anima el acto generador, y entonces la danza es seguida por una orgía
colectiva.”

R. Thurnwald en “El Espíritu Humano”, cuenta que entre los 129

Marindanimos de Nueva Guinea tienen lugar orgías que duran varias noches
y días, de las cuales son excluidos los aspirantes a la iniciación, hasta que una
noche se les lleva una joven cubierta de adornos de colores y aceite, y los
novicios son admitidos a celebrar la orgía con ella. Cuando el último de los
jóvenes, designado como víctima, se une a la muchacha, se dejan caer sobre
ellos unos pesados troncos de árboles. La pareja aplastada es enseguida asada
y comida. La idea es que la fuerza vital de las víctimas, llevada a su más alto
punto en el momento de la cópula, pase a los otros participantes.

- 41 -
Brujería

En numerosas civilizaciones se reconocía que fuerzas mágicas rodean al 130


ser humano, pudiendo penetrarlo y que su evolución espiritual dependía
justamente de las posibilidades que tuvieran de impregnarse, hasta
identificarse con esa Voluntad Celeste.

Noviembre 1957

- 42 -
Brujería

Obras, autores y personajes mencionados:


Propósito Psicológico No XXI:
Brujería.

Autores Citados

Agrippa, Cornelio, “Declamatio de nobilitade et procllentia feminei sexus”; De


Occulta Filosophia”. (Filósofo, que hablaba 8 lenguas, dejaba también otras obras
importantes: etc. y especialmente una muy bella colección de libros de medicina y de
estudios sobre las plantas).
Allary, George, “El amor y el matrimonio”,
Amadou, Roberto, “Posesiones diabólicas,
Anónimo: “El papiro Westcar”
Audollet, M. “Defixionum Tabellae”.
Becker, “Mundo encantado”.
Blanchard, Charles, “artículo sobre el Sadismo”.
Blois, Jules, “El Satanismo y la Magia”.
De la Ferriere, Serge Raynaud: “Misticismo en el siglo XX”; de la serie de los
7 Grandes Mensajes.
De lla Porta, Giovanni-Batista, “Magia Natural” .
Dénéchau, Abad, en Neuil-sur-Layn, “Colección de plegarias contra los malos
espíritus y los maleficios”, (1952).
Des Alunoyes; M. Autor de varios libros sobre temas de Brujería.
Dominique, Pierre, “El hechizamiento de odio y de amor”.
Eliade, Mircea, “Tratado de la Historia de las religiones”
Grotius, “Mágica de spectris”, (1656)- Biblioteca de Leyden, Holanda
Harapollon, “Magia Operatoria”.
Haya-Hayon, Néhémie, “Oz l’Elohim-U’Beth Kadesch ha-Kadoschim” (“La fuerza
de Dios en el Santo de los Santos”), impreso en Berlín (1713).
Jaime VI, Rey de Escocia (1567-1625), “Demonología” (libro que sirviera de
punto de partida de la persecución a los brujos o a los llamados tales).
Knorr, Baron de Rosenroth, “Cabbala-Denudata”.
Layman, Paul: “Teología moral “, “Del proceso contra los brujos”.
Lexa, “La Magia en el Egipto Antiguo” (Praga).

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Brujería

Loos, Cornelius, “De la verdadera y falsa magia”, Profesor Católico de la


Universidad de Tréveris.
Malebranche, “Búsqueda de la Verdad”, (1674)
Montesquieu, “El Espíritu de las Leyes”.
Mummius, Teodoro, “De la impiedad de los brujos” (1621). Profesor de
teología en Tubingia.
Murray, Margaret, “The God of the Witches” (Londres, 1952).
Naudé, Gabriel, “Apología de todos los grandes hombres que han sido acusados de
magia”, (1669).
Plancy, Collin de, “Diccionario Infernal” (1818).
Pomponazzi, “Las causas maravillosas de la naturaleza o los encantamientos”. Con
ese libro dio un golpe a la demonomanía de la época, en 1520.
Ribet, Abad, “Mística Divina distinguida de las deformas diabólicas”.
Río, Antonio Martín, “Seis libros de discusiones mágicas”. (1551-1608). Nacido
en Amberes, Bélgica, fue un autor-magista. Creó mucha perturbación después
de la edición de su obra.
Santo Tomás de Aquino, “Suma Teológica” Iq., q. 51, art. 3, ad. 6).
Schweitzer, Albert Dr. “La Metapsíquica del Gabón”.
Spee, Federico, (Sacerdote Jesuita) “Precaución criminal”.
Sprenger, “Martillo de los Brujos”.
Thurnwald, R. “El Espíritu Humano”.
Virgilio, “Octava Egloga”.
Sin autor, “El Tratado de Haghigha”, (14 b).

Textos Sagrados citados:

El Bardo Todol, Libro Tibetano de los muertos.


El Corán. El textyo sagrado de los musulmanes.
El Popol-Vuh. El libro sagrado de los Mayas.
El Talmud. El libro de la interpretación de la Torah, de los rituales, de las recetas
mágicas, exorcismos, medicamentos, etc. En el Talmud se expone también las condiciones
que debe satisfacer el discípulo para recibir los secretos de la Luz, la Torah.
El Zohar. Denominado el libro del esplendor. Es la compilación hebraica de escritos
místicos y comentarios de los textos sagrados.

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Brujería

La Biblia. Génesis: II-22 y 23 ; Deuteronomio: VIII-3;

Personajes Mencionados:

Alberto el Grande, Obispo de Ratisbona, que habría podido ser condenado por
la iglesia de Roma por sus prácticas de brujería, fue no solamente el maestro de Santo
Tomás de Aquino, sino que fue aun canonizado. Otro libro popular de brujería es el
libro mágico del Papa Honorio III.
Carlomagno. (742-814), en latín, Carolus Magnus, ‘Carlos el Grande’, rey de los
francos (768-814) y emperador de los romanos (800-814), condujo a sus ejércitos
francos a la victoria sobre otros numerosos pueblos, y estableció su dominio en la mayor
parte de Europa central y occidental. Fue el rey más influyente en Europa durante la
edad media.
Carlos V. Rey de Francia. Fue un generoso mecenas de la literatura y de las artes, y
fundó en 1367 la primera biblioteca Carlos fue un generoso mecenas de la literatura y de
las artes, y fundó en 1367 la primera biblioteca real de Francia.
Copérnico. Defensor del sistema heliocéntrico, nació en 1473 y sus textos más
importantes están en un libro aparecido en el mismo día de su muerte, en 1543. Esa
obra es, por otro lado, un nuevo expuesto del descubrimiento de Aristarco de Samos,
mientras el sistema pertenece a Filolao.
Charcot. Profesor, quien sostenía que en la Antigüedad todas las enfermedades
mentales o nerviosas se resumían como “posesión” los fenómenos de posesión pueden ser
relacionados con la gran histeria por el así, definida.
Diderot. Escritor de cuestiones de magia y sobre las “agujetas” en particular.
Digna Vaughan, que formaba parte de una rama más esotérica del palladismo en la
cual se practicaba el culto de Satán.
Digonne. Quien fuera él que agrupó a los montañeses, organizando así un
movimiento religioso que aún hoy cuenta con algunos adeptos. Se les llamaba los
“Beguinos”, que son profetas y profetizas cuya verbosidad es muy abundante.
Digonnet, Fue un mendigo cubierto de miseria hace una visita un cierto día a los
fieles catequizados del Abate Drevet. Este lo reconoce como siendo el Profeta Elías
reencar-nado, de esta forma que, una nueva secta fue fundaba.
El Padre Gaul, cura de Great Stanghton en Inglaterra, que escribió contra la
tortura. El pertenece a la clase de Jean Clevius, ese antiguo pastor protestante de
Arnheim, Holanda, autor de “Tribunal reformado” escrito en 1621, en el cual tomaba
partido igualmente contra la tortura.

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Brujería

El Papa Borgia Alejandro VI, que en su Bula “Cum acceperimus” castiga a los
practicantes de las llamadas herejías, sin embargo, ese fue un Papa Negro que, estuvo
mezclado, el mismo, a las más bajas prácticas de brujería ,y no dudaba en hacer
perseguir a los llamados brujos.
El Papa Clemente XIV, prohive a la Orden de los Jesuitas.
El Papa Gregorio IX, confió la Dirección a los religiosos de la Orden de Santo
Domingo en 1230.
El Papa Gregorio VII, fue quien en el siglo XI decretó el celibato entero.
El Papa Honorius III, es el autor de un compendio reservado solamente a los
sacerdotes. Sin embargo, el texto fue posteriormente vulgarizado y numerosos brujos se
sirvieron de ese libro. Necromanciero célebre, es él quien confirm El Papa, Juan
XXII.
a la Orden de Santo Domingo y predica las Cruzadas.
El Papa Inocencio VIII, quien marca una fecha importante en la historia de la
brujería por un documento fundamental publicado en 1484: la bula “Summis
Desiderantis”
El Papa Inocente VIII.
El Papa Juan XXII.
El Papa Pío VII, en 1814. quien restableció el Jesuitismo.
El Papa Sixto IV, condenó el empleo de los talismanes en 1478,
El teólogo Mayfait, profesor protestante en Erfurt, escribió también, en 1642, en
contra de las torturas y los suplicios, injustos aún con los culpables.
Felipe el Hermoso (Rey de Francia), en 1305, hizo arrestar bajo la inculpación
de brujería a los Templarios.
Galeno. Médico griego.
Galileo (1564-1642) a quien se le atribuía, erróneamente por otro lado, ser el
primero en haber anunciado la rotación de la tierra, fue inspirado por las teorías
ancianas y uno se sorprende que hombres de ciencia o de religión hayan podido
combatirlo en una época en la cual la cosa debía haber sido reconocida desde hacía largo
tiempo.
Gilles de Rais, del que una leyenda gazmoña ha hecho Barba-Azul; de las grandes
damas de la corte de Luis XV, quienes inclinadas a sus ventanas contemplaban el
suplicio de Damiens al mismo tiempo que se hacían arremangar por sus amantes, a Jack
el Destripador
Hipócrates, Médico griego.

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Brujería

Ignacio de Loyola, Creador de la Orden de los Jesuitas, la Compañía


de Jesús, y fundada en 1539.
Jacques Sprenguer y Henri Institor (Inquisidores).
Jesús el Nazareno, Hijo de Dios, para el cristianismo.
Juan Bodin,
Juan Felipe de Shoenborne, Quien se convirtió en lector de Magnesia,
recordando y siguiendo los consejos de su maestro, se sirvió de su poder para detener los
procesos contra la magia.
Karl Marx, quien entre otras cosas redactó el Manifiesto del Partido Comunista, pero
desconociendo la Tradición Esotérica de los Ancianos, ha basado su acción política en las
aspiraciones materiales de la humanidad.
Kepler, nacido en 1571 (muerto en 1630), adoptó la teoría heliocéntrica. Escribió
mucho también sobre el planeta Marte y sobre todo enunció sus famosas leyes. En
resumen, en todo el mundo la rotación de la Tierra estaba aceptada desde hace varios
siglos.
La Princesa de Conti, quien tenía esas asambleas con los pastores en la campiña,
y, es preciso decirlo de todos maneras, la marquesa de Montespan, la amante de Luis
XIV que fue en cierta manera la Reina efectiva de Francia,
La Señora Desroches-Noblecourt, conservadora del Museo de Louvre en París,
ha renovado la interpretación según la cual las estatuillas de mujeres en las cuevas
subterráneas de Egipto y Mesopotamia, y un poco por todas partes en las orillas del
mediterráneo, tenían lugar en razón de aquello que representaban.
Leo Taxil, vulgadizador del Palladismo que bajo el seudónimo “jogand” publicó una
serie de libros sobre ciencias ocultas y filosofías herméticas. Editó igualmente una
revista: “El Diablo en el Siglo XIX”, publicación que tuvo un gran éxito y los ejemplares
se vendieron por millares. También publicó otras obras en colaboración con uno de sus
amigos bajo el nombre de Dr. Bataille.
Madame de Montespan, Sofía Water, Digna Vaughan, que formaban
parte de una rama más esotérica en la cual se practicaba el culto de Satán.
Madame Fanchon; de La Bosse; Le Père (la partera); Madame
Bonnet; Madame de Beauce, (conocidas por sus actos de brujería).
Mathe, Cotton, Pastor y ministro presbiteriano.
Padre Drevet, Abad de San Juan de Bonnefort en la Forez, haya sido el gran
sacerdote de Digonnet y que fuera él quien agrupó a los montañeses, organizando así un
movimiento religioso que aún hoy cuenta con algunos adeptos. Se les llamaba los
“Beguinos”, que son profetas y profetizas cuya verbosidad es muy abundante
Parnasius, Prefecto de Egipto.

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Brujería

Pedro el Venerable, como se le llama, nació en 1092. Fue Abad de Cluny, él se


ilustró apenas para que su nombre haya quedado en ciertos anales y podamos citarlo.
Sus obras son poco conocidas, excepto para los investigadores especializados, sin
embargo, él se destaca por una rara erudición en las cuestiones de brujería y magia. El
escribió en particular una obra sobre los milagros, contando principalmente hechos
ejemplares para fortificar la Fe.
Pico de la Mirandola. Escritor de varios libros sobre ocultismo.
Platón. Filósofo griego.
Saint-Fond. Autor de la doctrina del anti-dios =naturaleza
San Francisco de Asís, quien organizó la Orden de los Franciscanos. La Cofradía
es muy estricta y los miembros, que se llaman a si mismos “Domini-cani”, los perros de
Dios, se hicieron guardianes de la Fe.
Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los dominicos, que sirvió
para perseguir a los herejes y brujos.
Sofía Water, quien no solamente formó parte del clan ultra-secreto del Palladismo,
sino que estaba destinada supuestamente a ser aún la Abuelo del Anticristo.
Torquemada, Tomás de, (sacerdote dominico). Gran Inquisidor y uno de los más
altos responsables de la Santa Inquisición. En su calidad de Gran Inquisidor General de
España, estaba instalado en 1.485 en el Palacio de Triana cerca de Sevilla.
Trotsky, judío comunista, cuyo verdadero nombre era Braunstein; Zinovief, judío,
cuyo verdadero nombre era Apfelbaum; Radek, judío, cuyo verdadero nombre era
Sobelsohn; Kamenoff, judío, cuyo verdadero nombre era Rosenfeld.
Xenofonte (o Jenofonte). Historiador, militar y filósofo griego, sus trabajos
contribuyen en gran medida al conocimiento de los avatares de Grecia y Persia durante
siglo IV a.C.

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