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PROPÓSITOS PSICOLÓGICOS
XXXV
El chamanismo
El Chamanismo
EL CHAMANISMO
y que a su vez fueron dominados por los Arios hacia el 2000 antes de nuestra
Era; pero en cuanto al establecimiento de las concepciones de la India Antigua
se sabe muy poco. Se da apenas el año 3.102 antes de J.C. como fecha
tradicional del Kaliyuga; el Rig–Veda, que dataría del 2000, no nos enseña nada
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sobre una época anterior a esa fecha; en cuanto a los Upanishads y los
principales Sutra védicos, datan solamente del 800 al 1.000 antes de J.C. El
código de Manú (con sus 2685 versículos) es penosamente empujado por
algunos hacia el siglo V antes de nuestra Era.
Sea como sea, para regresar a nuestra idea digamos que las reglas del viejo 5
de unos 240 millones en el mundo, lo cual hace del imperio islámico el quinto
estado más grande del mundo…En tanto nación islámica Pakistán es
actualmente la primera en el mundo, mientras que Turquía es la segunda.
Pakistán quiere decir País de los Puros (Pak=puro; Stan=país), pero ese
término fue escogido también por simbolismo, ya que por sus iniciales viene a
ser un emblema de las regiones que optaron por adherirse a esa “federación”
islámica fundada en el antiguo territorio de la India: P= Penjab; A= Afganistán;
K=Kashmir; TAN=Balutchistan.
2 El Mahatma Gandhi era Vaissya (de la casta de los mercaderes). Casado a la edad de 13
años; cuando contaba 19 años partió hacia Inglaterra para proseguir sus estudios de
Jurisprudencia. Enseguida habitó durante 20 años en África del Sur. El pandit Nehru era
Brahman (de la casta de los Nobles) de Cachemira.
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El Chamanismo
Pakistaníes e hindúes, he ahí una frontera bien definida; pero desde hace 9
“saman” por los rusos que exploraron Siberia en el siglo XVII. El término
parece autóctono; aunque se le encuentra también entre los Buriates y los
Yakutes, pero ahí tal vez en calidad de préstamo. Otros nombres del chaman
son bon (böe) entre los buriates y mongoles; Ojun (oyum) entre los Yakutes; es el
senin de los Ostiak, el tadebei de los Samoyedo, el Kam entre los tatar del Altái.
Hemos visto que el tipo del chaman es muy corriente en Polinesia, en la 14
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aquello que toca a los ritos sagrados, símbolos y mitos, es un rasgo más o
menos general del Chamanismo. Comparadas con los hombres, ellas son
menos aptas para sobrepasar las influencias peligrosas, las cuales pueden ser
tanto nocivas como favorables y pueden matar lo mismo que sanar.
Según algunos etnógrafos, en Siberia no se habría conocido al principio 16
que la vocación chamánica, al igual que no importa qué otra vocación religiosa,
se manifiesta por una crisis o ruptura provisoria del equilibrio espiritual del
futuro chamán.
Mircea Eliade4 en su obra “El Chamanismo” (Ed. Payot, París, 1951), 18
escribe: “Todas las observaciones y los análisis que se han podido reunir a ese
respecto son particularmente preciosos y nos muestran en cierta manera en
vivo, las repercusiones en el interior de la psiquis de aquello que hemos
llamado la dialéctica de las hierofanías: la separación radical entre lo profano y
lo sagrado, y la ruptura de lo real que resulta de ello. Todo lo cual muestra la
importancia que le reconocemos a las investigaciones de la psicología
religiosa.”
En su sentido estricto, el chamanismo es por excelencia un fenómeno 19
3 En los mitos mongoles las diosas eran chamanes y eran ellas las que comunicaban su don a
los hombres. La mayoría de las tribus no-siberianas tiene un nombre común para la mujer
chamán, mientras que cada tribu tiene un nombre particular para el chamán. Ese es el caso
de los Yakutes, de los Buriates, de los Tonguses, de los Mongoles, de los Tártaros del Altái,
de los Kirguizes y de los Samoyedos.
4 Antiguo profesor en la Universidad de Bucarest (Doctor en Filosofía).
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mágica particular; así pues, si bien el chamán puede tener otras cualidades
mágicas, no cualquier mágico puede ser considerado chamán. En cuanto a las
técnicas chamánicas del éxtasis, estas no agotan todas las variedades de la
experiencia extática de que se ha dado testimonio en la historia de las
religiones y en la etnología religiosa. Así pues, no se puede considerar a no
importa qué extático como un chaman; éste es especialista de un trance
durante el cual su alma esta reputada de dejar el cuerpo para emprender
ascensiones celestes o descensos infernales.
“Contentémonos con decir- escribe Mircea Eliade- que los chamanes son 21
interior, toda religión que llega a constituirse como una estructura autónoma,
presenta una “forma” propia que pasa como tal a la historia ulterior de la
humanidad; pero ninguna religión es enteramente “nueva”, ningún mensaje
religioso suprime enteramente el pasado: se trata más bien de refundición, de
renovación, de revalorización y reintegración de los mismos elementos –los
más esenciales- de una tradición religiosa inmemorial.
Las principales vías de reclutamiento de los chamanes son: 1) la 23
reconocido como tal sino después de haber recibido una doble instrucción: 1)
de orden extático, 2) de orden tradicional (técnicas, funciones de los espíritus,
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indios de América del Sur tropical”, pág. 339) la muerte simbólica del chamán está
sugerida por los desmayos prolongados y por el sueño letárgico del candidato.
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Los neófitos Yamana de Tierra del Fuego, se frotan la cara hasta que aparezca
una segunda y una tercera piel, la “piel nueva”, visible solamente a los
iniciados. Entre los Bakairi, los Tupi-Imba y los Caribes, la muerte (por el jugo
del tabaco) y la resurrección del candidato, están formalmente testimoniadas.
Entre numerosos sabios citemos a I. Lublinski (en “Der Medizinmann bei den
Naturvolken Sudamerikas”, pág. 248) que confirma la cuestión. Durante la fiesta
de consagración del chamán araucano, los maestros y los neófitos marchan
descalzos sobre el fuego sin quemarse y sin que sus vestidos ardan. Es inútil
agregar que un poco en toda la América del Norte los ritos de iniciación a las
sociedades secretas (chamánicas o no) comportan un ritual de muerte y
resurrección del candidato, tal como lo recuerda Loeb (en “Tribal initiation and
secret societies”, p. 266) Digamos todavía que ese ritual ha sido preservado
simbólicamente por los Maestros de la Franc-masonería.
Ese mismo símbolo de la muerte y la resurrección mística se encuentra un 29
poco en todas partes, tanto entre los sudaneses de los Montes Nouba como
entre los Dayaks de Borneo y los Esquimales Ammasilik, donde no es el
discípulo quien se presenta delante del viejo Angakkok (plural angakut) para ser
iniciado, sino el mismo chamán quien lo escoge y a veces desde la más tierna
edad. Thalbitzer, en “The heathen Priests”, pág. 454, relata que el chamán escoge
a veces entre los muchachos de 8 años a quienes juzga que están mejor dotados
para la iniciación “con el fin de que el conocimiento de los más altos poderes
existentes puedan ser conservados para las generaciones futuras.”7
Kund Rasmussen (en “Intellectual Culture of the Iglulik Eskimos”, pg. 112) 30
explica que la iniciación propiamente dicha, comienza por una operación sobre
la cual nosotros no estamos muy bien informados. De los ojos, del cerebro y de
las entrañas del discípulo, el viejo angakkok extrae su “alma”, con el fin de que
los espíritus conozcan aquello que hay de mejor en el futuro chamán. A
continuación de esa “extracción del alma”, el candidato es capaz de retirar, por
sí mismo, el espíritu de su cuerpo y emprender los grandes viajes místicos a
través del espacio y de las profundidades del mar. Puede ser que esa
misteriosa operación se asemeje en cierta forma a las técnicas del chamanismo
australiano. Más tarde, el maestro le procura el angakkok, es decir su
“relámpago” o su “iluminación” (llamado también gaumaneq), ya que en
angakkok consiste en una luz misteriosa que el chamán siente de pronto en su
cuerpo, al interior de su cabeza, en el corazón mismo de su cerebro un faro
inexplicable, un fuego luminoso que lo hace capaz de ver en la oscuridad, tanto
en el sentido propio como en el figurado, ya que ahora logra, aun con los ojos
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8 Ver Max Pulver: “Die Lichterfabrung im Johannes - Evangelium, im Corpus Hermeticum, in der
Ostkirche” Eranos-Jharbuch 1943, Zurich, 1944, pp. 253-296); “Abba Antoine, enteramente
aclarado por el surgimiento de la luz del espíritu, se convierte en clarividente pudiendo ver,
a una distancia de diez estadios, el alma del bienaventurado Amón llevada al cielo. Abba
José declara que no es posible convertirse en monje sin ser enteramente inflamado como por
un fuego.” (C.M. Desmán “El Bautismo del Fuego”, Uppsala 1940, p. 156 donde cita de
Budge “The Book of Oaradise”, London, 1904, p.950).
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que deberá utilizar durante las sesiones para comunicar con los espíritus-
animales. Es de un maestro que él aprende esa lengua secreta, pero también
por sus propios medios. Se ha podido constatar la existencia de un lenguaje
secreto específico entre los lapones (relatado por Eliewl Lagercrantz “Die
Geheimsprachen der Lappen”), los Ostyak, los Tchuktches, los Yakutes y los
Tonguses (Confirmado por T. Lahtislao en el “Diario de la Sociedad Fino-
Ugriena”,XLVIII, 1936, p.34). Se supone que durante su trance el chamán
tongus comprende enteramente el lenguaje de la Naturaleza.9
Ese fenómeno no es exclusivamente nor-asiático y ártico, pues se le 34
encuentra un poco en todas partes: el hala de los Pigmeos-Semang habla con los
Chenoï (espítitus celestes) en su lengua; pero en cuanto sale de la choza
ceremonial pretende haber olvidado todo. El chamán batak de Sumatra utiliza
durante las sesiones la “lengua de los espíritus”; entre los Dasun (Borneo
septentrional) los cantos chamánicos están compuestos en lenguaje secreto.
Metraux relata igualmente que “según la tradición Caribe, el primer piai (o
chamán) fue un hombre que habiendo escuchado elevarse un canto en el río, se
zambulló audazmente y no salió hasta después de haber aprendido de
memoria el canto de las mujeres-espíritus y de haber recibido de éstas los
accesorios de su profesión”.
Muy a menudo esa lengua secreta es en verdad el “lenguaje de los 35
9 Una documentación sobre esas cuestiones puede encontrarse en: “Historia Natural de la
Palabra o gramática universal” de Court de Gebelin. “Las religiones de la Antigüedad” (A.II) de
Gignault. “La escritura de los pájaros” (representaciones “astrológicas” de los Poderes de
Dios) de Abenefi. Ver también “De antro nympharum” de Porfirio y “De mysteriis” de
Jamblico. Fr. Lenormand ha compuesto igualmente un tratado de filología (“Clasificación de
las lenguas”).
10Hemos expuesto ya esa teoría según la cual la lengua original habría sido compuesta con
la ayuda de los primeros 9 gritos de animales (AG-AD-AM-AF-AW-AR-AB-AS). Por otro
lado, cada uno de los gritos es el emblema de un clan, lo que da nacimiento a las tribus
totémicas. De esa hipótesis resulta que la alianza del clan “AD” con el clan “AM” habría
dado la primera cultura humana “civilizada”: ADAM. El Edén (AD-AN…ED-EN) sería
entonces la tierra de Occidente de donde los primeros iniciados habrían partido hacia el
Oriente para fundar una Colonia cuyo nombre se encuentra por la inversión de ese vocablo:
EN-DE…. AN-DA…INDIA. De esos 9 Totems (o animales-símbolo) emblemas de los
primeros 9 “clanes” que tienen en sus gritos una de las 9 sílabas unidas a Al o El o Hel (que
significa divinidad) se habría formado el primer lenguaje. (Ver Libro Negro de la
Francmasoneria).
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como receptáculos de las almas de los muertos o de las epifanías de los dioses.
Aprender su lenguaje o imitar su voz, equivale a poder comunicarse con el más
allá y con los Cielos. Al examinar la cuestión del traje de los chamanes y el
vuelo mágico, encontramos esa misma identificación con un animal,
especialmente con el pájaro. Los pájaros son psicopompos y convertirse a sí
mismo en un pájaro indica la capacidad de emprender, aun en vida, el viaje
extático hacia el Cielo y más allá.
Ahora bien, la mayoría de los mitos sobre el origen de los chamanes hace 39
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creador del primer chamán. Pero el Águila lleva también el nombre del Ser
Supremo: Ajy (el “Creador”) o Ajy Tojen ( el “Creador de la luz”) Los hijos de
Ajy Tojen están representados como espíritus pájaros posados sobre las ramas
del Árbol del Mundo y en la cima de éste se encuentra el Águila de dos cabezas
Tojon Kötör (el “Señor de los Pájaros”) y que personifica probablemente al mismo
Ajy Tojen.11
Los Yakutes, como por otro lado muchas otras poblaciones siberianas, 41
con los herreros; ahora bien, se sabe que estos pasan por tener el mismo origen
que los chamanes. (Hemos visto precedentemente esa cuestión de los herreros
en la magia primitiva e inclusive en la brujería del campo en Europa.)
Según los Ostyak del Iennissei, los Teleutes, los Orotches e incluso en otras 44
11Leo Seternberg, “De Adlekult bei den Veolkern Sibiriens Vergieychende Folklore-Studie”
Concepciones análogas se encuentran entre los Ket y los Ostyak de Iennissei.
12Sternberg, “Adkekult…” p.134, sobre las relaciones entre el árbol, el alma y el nacimiento
en las creencias de los Mongoles y los Siberianos. U. Pestalozzi “Il Manicheismo presso i
Turchi occidentali’ ed orientali” (Reale Instituto Lombardo di Scienze e Lettere, Bendiconti,
vol. 67, 1934).
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también Ahíja (lapon Aijo, Aije), nombre que Sternberg aproxima a Ajy. Como
el yakute Ajy, el finlandés Ahíja es el ancestro de los chamanes. El “Chamán
blanco” es llamado Ajy Ojona por los Yakutes y se acerca mucho, pues, al
finlandés Ahíja Ukko.)
El águila está representada a menudo en los emblemas totémicos. Hemos 46
pájaros de ese nombre que se posaron sobre el lago Superior antes de ser
transformados en seres humanos por el Gran Espíritu. Pero el relato del origen
entre los indios Chotaws es ya más complejo: “El clan de los cangrejos entre los
indios Chotaws se formó -escribe Maurice Besson - porque un día algunos
Chotaws lograron hacer salir del limo algunos cangrejos que, lejos de hacerles
mal, les enseñaron a caminar sobre las piernas, a cortarse las uñas de los pies y
a arrancarse los vellos. Así, poco a poco esos crustáceos se fueron
transformando en hombres, de ahí el origen del clan en cuestión.”
Sea como sea, cualquiera sea la naturaleza del tótem y de cualquier manera 49
que se establezca la filiación entre éste y los miembros del clan, se celebran
ritos curiosos para honrarlo. Los ritos difieren en ciertos detalles según los
países y las poblaciones, pero el principio es siempre el mismo: se trata de
atraerse los buenos oficios del tótem. Con ese fin los miembros del clan se
esfuerzan por tomar en lo posible el aspecto de su tótem. Casi no hay
ceremonia ritual en la que no se imiten los movimientos del animal tótem del
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clan o su grito. Asimismo, los tatuajes, las cicatrices, las mutilaciones que se
hacen sufrir al joven o a la muchacha en el momento de la iniciación, tienen a
menudo por meta hacerlos semejantes al animal tótem. Estas marcas sirven al
mismo tiempo como signos de reconocimiento de los miembros del clan. Así
pues, la idea del tótem domina y dirige todas las ceremonias.
Algunos autores han pretendido que “los fenómenos religiosos 50
(originalmente totémicos) son el germen del que han derivado los otros o al
menos casi todos los demás”. Últimamente, un sabio, retomando los términos
de Jean Rosel en su artículo “El Origen misterioso de los totems” en el periódico
“Ciencias y Porvenir”, había confrontado agresivamente los resultados de las
investigaciones sobre el origen de la fabulación de las religiones, y pone en
evidencia aproximaciones sorprendentes para la época entre aquellas fábulas y
las instituciones totémicas: por ejemplo, la maldición que cae sobre el primer
hombre, Adán, por tocar el Árbol portador del fruto prohibido, recuerda
extrañamente aquella que alcanza al violador de un tabú; y para no citar más
que un solo ejemplo, digamos que entre los sacramentos cristianos la
comunión se identifica con las ceremonias rituales totémicas en las que el
tótem es consumido …
Es inconcebible considerar al catolicismo, como una religión nacida por 51
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iniciación del chamá buriate podría ser una creación independiente, ya que
como lo ha observado Uno Harva hace ya más de un cuarto de siglo, la
iniciación buriate recuerda extrañamente algunas ceremonias de los misterios
mitríacos. El candidato, con el torso desnudo, es purificado por la sangre de un
macho cabrío que se inmola a veces sobre su cabeza; incluso en algunos lugares
él debe beber la sangre del animal sacrificado, ceremonia que recuerda el
taurobolion, es decir el rito principal de los misterios de Mithra.13
Y en los mismos misterios se utilizaba una escalera (climax) de siete 55
del lago (o del mar) Vourokasha y cerca del cual se encuentra un lagarto
monstruoso creado por Ahriman (Vidêvdât, XX, 4; Bundahishm, XVIII, 2, XXVII.
13En el siglo II de nuestra Era, Prudencio (Peristeph. X. p.11) describe ese ritual en unión con
los misterios de la Magna Mater, pero hay razones para creer que el taurobolion frigio ha sido
tomado de los Persas (Fr. Cumont “La Religiones orientales en el paganismo romano”).
14 Sobre la ascensión al Cielo por medio de peldaños, escaleras, montañas, etc… A Dieterich,
“Eine Mithrasliturgie”, p.183 y p.254. Recordemos igualmente que el número siete juega un
papel importante entre los Altaicos y los Samoyedos: el “pilar del mundo” tiene siete pisos,
el Árbol Cósmico siete ramas, etc… También en el simbolismo mitríaco domina el número 7:
siete esferas celestes, siete estrellas, siete cuchillos, siete árboles o siete altares, etc… que
figuran en los monumentos. Este simbolismo se debe a la influencia babilónicas a la que
estuvieron expuestos desde el comienzo los misterios iranios. Hemos hablado ya largamente
en ocasiones anteriores sobre el simbolismo de esos números que reaparecen cada vez.
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4, etc…). Ese mito se encuentra también entre los Calmucks (un dragón se
encuentra en el océano, cerca del Árbol milagroso Zamba) así como entre los
Buriates (la serpiente Abyrga está cerca del Árbol en el “lago de leche”)
(Himberg-Harva, “Fiuno ugrio and Siberian Mythology”, p. 356). Pero, es preciso
encarar también, por otro lado, la posibilidad de una influencia india. ¿No
sería también un poco esa la idea de aquel “Árbol de los Ancestros” que sirve
de tótem en las poblaciones del Camerún? se trata, pues, de una verdadera
Escalera de Jacobo, hecha de una decena de pisos de cabezas esculpidas en un
tronco de árbol. En las tribus de África se encuentra también frecuentemente
un pilar sobre la cima del cual está esculpida una cabeza de madera que
representa a un ancestro, pero se trata entonces de un culto de familia.
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ven como un puente que religa la Tierra con el Cielo y especialmente como el
Puente de los Dioses. Es por ello que entre los Pigmeos, por ejemplo, su
aparición después de la tempestad es considerada como un signo del
apaciguamiento de Dios. Es siempre por medio del arco-iris que los héroes
míticos alcanzan el cielo. Así, por ejemplo, en Polinesia, el héroe maorí
Tawhaki y su familia y el héroe hawaiano Aukelenuiaiku, visitan regularmente
las regiones superiores escalando el arco-iris, o utiliza un cometa con el fin de
liberar a las almas de los muertos o encontrar sus mujeres-espíritus.
Por lo general las tradiciones polinesias hacen estado de diez cielos 60
mítica del arco-iris. Ese mito del arco-iris se encuentra, en efecto, en las
tradiciones japonesas como camino de los dioses y puente entre la tierra y el
cielo, y sin duda el simbolismo de los siete cielos existía también en las
concepciones religiosas de Mesopotamia, así como en la India y aun en el
Judaísmo. Los frescos de Bâmiyân muestran al Buda sentado sobre un arco-iris
de 7 rayos15, lo que quiere decir que él trasciende el Cosmos, exactamente
como en el mito de su Natividad en que trasciende los siete cielos dando siete
saltos en la dirección Norte para alcanzar el “Centro del Mundo”, el punto
culminante del Universo.
15Benjamín Rowland Jr. “Studies in the Buddhist Art of Bâmiyâm”; “The Boddhisattwa of Group.
(London, 1947). Mircea Eliade, “Los siete pasos del Buda”, pp. 169-175.
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señala B. Rowland Jr., en “Art and Thought” (p. 40-50), el mismo simbolismo
persiste incluso en el arte cristiano del Renacimiento. El zigurat babilónico
estaba representado a veces con siete colores para simbolizar las siete regiones
celestes, de manera que escalando los pisos se alcanzaba la cima del mundo
cósmico (Tratado de Mircea Eliade, pág. 99). Ideas similares se encuentran en
la India (Rowland, p.48) y, lo que es más importante aún, en la mitología
australiana. El dios supremo de los Kamilaroi, de los Wirad-juri y de los
Euahlay, que habita el cielo superior, está sentado en un trono de cristal;
Bundjil, el Ser Supremo de los Kulin, se mantiene por encima de las nubes. Los
héroes míticos y los hombres-medicina suben hacia esos Seres celestes
utilizando, entre otros medios, al arco-iris.
Las cintas utilizadas en las iniciaciones buriates, llevan el mismo nombre 63
religiosas, puesto que revela no solamente una presencia sagrada sino también
símbolos cósmicos e itinerarios metapsíquicos. En efecto, examinando
atentamente el traje chamánico se hace patente el sistema del chamanismo con
la misma claridad que en los mitos y técnicas chamánicas.16
16Estudios generales sobre el traje del chamán: V.N. Vasiljev. “Shamanaskij Hostjum i
bunsen ujakutov” (San Petersburgo, 19109. Kai Donner, Ornements de la tête et de la
chevelure, en el diario de la Sociedad Fino-Ugriena. XXXVII, 3, 1920. pp. 1-23. Georg
Nioradze, “Der Schamanismus dei ben Sibirischen Volken” p.60-78. K.F. Karjalainen, Die
Religion der Jugra-Volker, t. II, 1927, pp. 255-259. Hans Findeisen, Der Mensch und seine.
Teile in der Kunst der Jennissejer. E. J.L Lindgren, The Shaman Dress of the Dagurs, Solons
and Numinchens in N W, Manchuria, Jorma Portanen, A description of Buriat Shamanism,
p. 18 ; ver también L. Stieda, Das Schamanenthum unter der Burjaten, pág. 286-V.
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otro vestido que un cinturón. Esa casi total desnudez comporta muy
probablemente una significación religiosa, por más que el calor reinante en las
habitaciones árticas parezca suficiente para explicar esa costumbre. De todas
maneras, ya sea que se trate de desnudez o de un traje específico para la
experiencia chamánica, lo importante es que esta última no tenga lugar con el
traje cotidiano o profano del chamán. En los casos en que no existe un traje, son
otros objetos mágicos, como el bonete, el cinturón o el tamborcillo, los que,
suplantando el vestido propiamente dicho, forman parte del guardarropa
sagrado del chamán.
El traje representa en sí mismo un microcosmo espiritual cualitativamente 68
diferente del espacio profano vecinal. Por una parte conforma un sistema
simbólico casi completo, por otra, está impregnado por la consagración de
múltiples fuerzas espirituales y en primer lugar por los “espíritus”. Con el sólo
hecho de vestirlo -o de manipular los objetos que lo reemplazan- el chamán
trasciende el espacio profano y se prepara así para entrar en contacto con el
mundo espiritual. Por lo general esa preparación es prácticamente una
introducción concreta en ese mundo; y es justamente en vísperas del trance
chamánico, después de muchas preparaciones, que él se viste con ese traje.
Según Shahkov, quien escribía hace casi un siglo, todo chamán siberiano 69
debía poseer; 1) un kaftan del que penden círculos de hierro y figuras que
representan animales míticos; 2) una máscara (entre los Samoyedos, el Tadebei
se cubre los ojos con un pañuelo) para que el chaman pueda penetrar el mundo
de los espíritus con su propia luz interior; 3) un pectoral de hierro o de cobre;
4) y un bonete, que Shahkov considera como uno de los principales atributos
del chamán.
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Entre los yakutes, la espalda del kaftan lleva en el medio, entre los círculos 70
suspendidos que representan “el sol”, un círculo que está perforado y que se
llama, según Shieroshewski, el “orificio del sol”, “öibonkungatä” (“El
Chamanismo entre los Yakutes”, p. 320), pero generalmente se supone que
representa la tierra con su abertura central por donde el chamán penetra en los
Infiernos. La espada lleva asimismo una creciente lunar y también una cadena
de hierro como símbolo del poder y la resistencia del chamán. Pero, en esta
pequeña exposición no es posible examinar todos los detalles de los trajes
chamánicos, así como sería demasiado largo analizar los diversos atributos de
los chamanes buriates, altáicos, etc…
Todo el mundo tiene más o menos conocimiento de esos atavíos de los 71
jefes de las tribus negras y de los brujos. Se sabrá desde entonces que cada cosa
tiene su importancia: máscaras, plumas, collares, brazaletes, sombreros y
adornos de toda clase. Por ejemplo, entre los Bakubas (60.000 de ellos viven
aun bajo la autoridad de “Lukengo”, uno de los últimos “reyes” que todavía
reina en el Congo belga) los bailadores llevan la “madiba” = prenda de unos
ocho metros de largo, ricamente adornada de conchas, que se enrolla varias
veces alrededor del talle.
En muchas poblaciones el traje comporta una cantidad de cintas o de 72
chamanismo. Entre los Tátaros Negros, los chamanes utilizan a veces una
máscara hecha de una corteza de abedul cuyos bigotes y cejas están hechos de
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cola de ardilla. Ese mismo uso se encuentra entre los Tátaros de Tomsk. En el
Altai y entre los Goldes, cuando el chaman conduce al alma del difunto por el
reino de las sombras, se unta la cara de cera para no ser reconocido por los
espíritus. El mismo uso se encuentra en otros lados, y con el mismo fin, en el
sacrificio del oso.
A propósito de ello, es preciso recordar que la costumbre de untarse la 74
figura con cera estaba bastante extendida entre los “primitivos” y que su
significación no es siempre tan simple como daría la impresión. No se trata
siempre de un disfraz ante los espíritus o de un medio de defensa contra estos
últimos, sino también de una técnica elemental que busca la integración mágica
en el mundo de los espíritus. En efecto, en muchas regiones del globo, las
máscaras representan a los ancestros y se supone que los portadores de
máscaras encarnan a esos mismos ancestros. Embadurnarse la cara con la cera,
es una de las maneras más simples de enmascararse, es decir de incorporarse a
las almas de los difuntos. Por otro lado, las máscaras se relacionan con las
sociedades secretas de hombres y el culto a los ancestros. Se está de acuerdo
generalmente para considerar el complejo máscaras –culto de los ancestros-
sociedaes secretas de iniciación, como pertenecientes al ciclo cultural del
matriarcado donde las sociedades secretas implican una reacción contra la
dominación de las mujeres.17
En algunos lugares, como por ejemplo entre los Samoyedos, (Castrén 75
17P. ex. Georges Montandon, “Tratado de la Etnología Cultural” (París, 1934, p.723). Ver
“Las reservas para América” de A.L. Kroeber y C. Holt, “ Masks and Moieties as a Cultura
Complex”, p. 452. y la respuesta de W. Schmidt en “Die Kuklturhistorische Methode und die
nord-amerikanische Ethnologie”, p.553.
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máscaras, desde las más simples hasta las más elaboradas, así como las pieles y
pellejos de animales y especialmente las plumas de los pájaros, cuyo
simbolismo ascensional no necesita ser subrayado. Se encuentran también los
bastones mágicos, las campanillas y los tambores de múltiples formas. Por
ejemplo, cuando el brujo Dusun emprende una cura, se reviste de algunos
adornos y plumas sagradas (Evans, “Studies”, p.21). También el chamán
Mentawei utiliza un traje ceremonial que comporta plumas de pájaro y
campanillas (Loeb, Shaman and Seer, p. 69). Los brujos y curanderos africanos se
cubren de pieles, dientes y huesos de animales, etc… (Webster, “Magic”, p.
253). A pesar de que el traje ritual sea más raro en América del Sur tropical,
algunos accesorios del chamán hacen las veces de éste, como por ejemplo la
maraca o sonajero “hecha de una calabaza provista de un mango que contiene
en su interior granos o piedrillas”. Ese instrumento se considera sagrado y los
Tupinamba le levan inclusive ofrendas de alimento (Metraux “La religión de los
Tupinamba”, p. 72).
Los chamanes norteamericanos tienen un traje ceremonial más bien 81
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profeta irlandés (ver Nora Chadwick. Poetry and Prophesy, p. 58) etc. Se
encuentra el simbolismo microcósmico en las ropas de los sacerdotes y de los
soberanos del Oriente antiguo. Ese conjunto de hechos se enmarca en una
“ley” bien conocida de la historia de las religiones: uno se convierte en aquello que
muestra…Los portadores de máscaras SON en realidad los ancestros míticos
figurados por esas máscaras.
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El Chamanismo
“chamanes blancos” (sagani bö) y “chamanes negros” (karain bö), los primeros
tienen relaciones con los dioses y los segundos con los espíritus. Ya la misma
mitología de los Buriates presenta un dualismo muy marcado, pues la
innumerable clase de los semi-dioses se subdivide en Khanes negros y Khanes
blancos, separados por una violenta enemistad. Los Khanes negros son
servidos por los “chamanes negros”. Estos últimos no son amados, pero no
dejan sin embargo de ser útiles a los humanos, ya que sólo ellos pueden jugar
el papel de intermediarios con los khanes negros (Sandschejew, p. 952).
Naturalmente, la principal función del chaman en Asia central y 87
septentrional, es la cura mágica. El conjunto de esa área presenta varias
concepciones sobre la causa de la enfermedad, pero aquella del “rapto del
alma” es con mucho la función predominante. La enfermedad se atribuye
entonces a la pérdida o robo del alma y el tratamiento se reduce a la búsqueda
de ésta, su captura y reintegración al cuerpo del enfermo.
En ciertas regiones de Asia, la causa del mal puede ser la intrusión de un 88
objeto mágico en el cuerpo del enfermo (teoría existente entre los aborígenes de
Australia) así como la “posesión” por malos espíritus (tesis generalizada un
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El Chamanismo
poco en todo el mundo); en ese caso la cura consiste en extraer el objeto nocivo
o expulsar al demonio. A veces, la enfermedad tiene una doble causa, el vuelo
del alma agravado por una “posesión” por malos espíritus; la cura chamánica
comporta, aquí también, la búsqueda del alma así como la expulsión de los
demonios.
Evidentemente, las técnicas son diferentes, pero en términos generales las 89
- 30 -
El Chamanismo
Indispensable a la cura, sea que busque el alma del enfermo o que exorcice a
los demonios, él es por otra parte psicopompo. Es él quien lleva los sacrificios
al Cielo o a los Infiernos y es particularmente a él a quien le incumbe
garantizar y mantener el equilibrio espiritual del conjunto de la sociedad. Hay
diferentes motivos por los cuales pueden llevarse a cabo las sesiones que
comportan un descenso a los infiernos: 1) para llevar los sacrificios y las
ofrendas a los ancestros o a los muertos a las regiones inferiores; 2) para ir en
búsqueda del alma en el infierno y restituírsela al enfermo; 3) para acompañar
a los finados que no quieren dejar este mundo y reintroducirlos en el país de
las sombras. (Shirokorogov, “Psychomental Complex”, pág. 307). Pero, a pesar de
las múltiples oportunidades, la ceremonia es bastante rara, ya que es
reconocida como peligrosa siendo muy pocos los chamanes que se atreven a
afrontarla. Su nombre técnico es örgiski, que significa literalmente “en la
dirección de örgi” (la región inferior “occidental”). Nadie se decide a emprender
el örgiski más que después de una sesión preliminar de “pequeño
chamanismo”. Por ejemplo, cuando se constata una serie de problemas,
enfermedades u otras desgracias en el seno de la tribu, se le suplica al chamán
para que encuentre la causa; éste incorpora un espíritu y aprende el motivo por
el cual los espíritus de las regiones inferiores o los muertos y almas de los
ancestros, provocan ese desequilibrio, así como el sacrificio que podría
apaciguarlos. Es entonces que el chamán decide proceder al sacrificio y al
descenso infernal.
92
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El Chamanismo
yukaghir. Según estos, cuando un hombre muere sus tres almas se separan: la
primera se queda junto al cadáver, mientras que la segunda se dirige hacia el
País de la Sombras y la tercera sube al Cielo. Parece que esta última se dirige
hacia la unión con el Dios Supremo que lleva precisamente el nombre de
“Pon”, literalmente = “alguna cosa”.
95
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El Chamanismo
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El Chamanismo
más evolucionadas como: Egipto, India (por ejemplo en el Rig Veda, X, 80, 4,
etc…), China, Grecia, Mesopotamia. Entre los Babilonios, el lazo entre el Cielo
y la Tierra estaba simbolizado por una montaña Cósmica o sus distintas
réplicas: zigurat, templo, ciudad real, palacio, y, a veces, era imaginado
precisamente como una Columna celeste. Se verá de inmediato que la misma
idea se encuentra expresada igualmente por medio de otras imágenes, como el
Árbol, el Puente, la Escalera, la Escala, etc…todo un conjunto que forma parte
de aquello que se ha llamado el simbolismo del “Centro” y que parece ser por
otra parte bastante arcaico, ya que se lo encuentra incluso en las culturas más
“primitivas”.
En las culturas arcaicas, la comunicación entre la Tierra y el Cielo se utiliza 99
para enviar las ofrendas a los dioses celestes y no tanto para emprender una
ascensión concreta y personal, ya que ésta permanece como el gaje de los
chamanes. Sólo ellos saben practicar la ascensión por la “abertura central”, sólo
ellos pueden transformar una concepción cosmo-teológica en una experiencia
mística concreta. Ese punto es importante, pues da cuenta de la diferencia que
existe, por ejemplo, entre la vida religiosa de un pueblo nor-asiático y la
experiencia religiosa de los chamanes, siendo esta última una experiencia
personal y extática. En otros términos, aquello que para el resto de la comunidad
permanece como un ideograma cosmológico, los chamanes lo convierten en un
itinerario místico. Para los primeros, el “Centro del Mundo” es el que les
permite encaminar sus plegarias y sus ofrendas hacia los dioses celestes,
mientras que para los segundos es el lugar de un “vuelo” en el sentido estricto
del término. Así pues, la comunicación real entre las tres regiones cósmicas no es
posible más que a los chamanes, a los Héroes, etc…
Para traer a la luz el carácter universal de la ideología que está implicada 100
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El Chamanismo
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El Chamanismo
como los Pigmeos Semang, encontramos el símbolo del Eje del Mundo: una
enorme roca, Batu-Ribn, se levanta en el centro del mundo y bajo ella se
encuentra el Infierno. Antiguamente sobre Batu-Ribn se elevaba hacia el Cielo
Citado por A. J. Wensinck, “The idea of de Western Semites concerning the Navel of de
21
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El Chamanismo
un tronco de árbol (Schebesta, “Los Pigmeos” pp. 156). Según las informaciones
recogidas por Evans, la columna de piedra Batu Herem soporta al Cielo y su
cima atraviesa la bóveda sobrepasando el cielo de Taperu en la región llamada
Ligon donde vivían y se divertían los Chinoï. (Los Chinoï son a la vez almas y
espíritus de la Naturaleza que sirven de intermediarios entre Dios, Tata Ta
Pedn y los humanos.)
El Infierno, el Centro de la Tierra y la “puerta” del Cielo, se encuentran en 109
el mismo eje por el que se hacía a veces el pasaje de una región cósmica a otra.
Se dudaría en creer en la autenticidad de ese esquema cosmológico entre los
Pigmeos Semang si no se tuviesen razones para creer que una teoría semejante
había sido ya esbozada en los tiempos prehistóricos.23
La mitología los Ngadju Kayak, por ejemplo, es bastante compleja pero se 110
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El Chamanismo
está presente en todo poblado y aún en toda casa o kayak. Que ese Árbol,
figurado con 7 ramas, simboliza el Eje del Mundo y por consiguiente el
Camino del Cielo, lo prueba el hecho de que un “Árbol del Mundo” semejante
se encontraba en los “barcos de los difuntos” indonesios que se supone
transportaban a los muertos hacia el más allá celeste. (También en Japón, el
mástil y el árbol son considerados, aún hoy día, como el “camino de los
dioses”). El dibujo de ese árbol, con sus seis ramas (siete con la mecha de la
cima) el cual tiene a sus lados al Sol y a la Luna, presenta a veces la forma de
una lanza adornada con los mismos símbolos que sirven para designar la
“Escala del Chamán” por la que éste trepa a los cielos con el fin de traer el alma
fugitiva del enfermo. El Árbol-Lanza-Escala, figurado en las “barcas de los
finados” no es más que una réplica del árbol milagroso que se encuentra en el
más allá y que las almas encuentran en su viaje hacia el dios Devata Sangiang.
Los Dayaks “cortadores de cabezas” así como los inasibles Punans, 114
los Punans vienen a buscar tabaco y ofrecen a cambio sus servicios. Cinco o
seis grupos de Punans subsisten aún a través de las selvas de Borneo sumando
como máximo unos 200 individuos, pues se trata de una raza que está de veras
en vía de extinción. Cada mañana dos o tres hombres se dividen las pistas de
los jabalíes, y es frecuente que al menos uno de ellos regrese de noche al
campamento con una bestia de unos 100 kilos, atada a la espalda con dos
largos tirantes hechos de corteza. Lo que utilizan para cazar es una cerbatana
con flechas envenenadas, instrumento que fabrican taladrando un canal en un
cilindro de madera dura. La pequeña flecha mide de 10 o 12 centímetros y pesa
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El Chamanismo
apenas 3 gramos; basta que la flecha toque a su presa para que esté condenada,
ya que la punta del proyectil ha sido untada con una pasta a base de estricnina.
Si bien los Dayaks eran antes cortadores de cabeza, actualmente ese 116
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El Chamanismo
En los días de fiesta, los hombres se cubren con el “payong”, que es un 117
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El Chamanismo
o robada por un espíritu o un aparecido, parece más bien rara en África del Sur
tropical, pero está muy extendida en las zonas de la Amazonía y de los Andes.
Se la ha observado por tanto en un cierto número de tribus de esta última
región (entre los Caingang, los Apinayé, Cocama, Tucuna, Coto, Coheno,
Taulipang, Itonama y Uitoto) y se ha constatado inclusive entre los Yahgan de
Tierra del Fuego. Por lo general esa concepción coexiste con la teoría de la
introducción de un objeto mágico en el cuerpo del enfermo, teoría que parece
tener una mayor difusión; según Métraux, (p. 331) se la encuentra, por ejemplo,
entre los Araucanos.
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El Chamanismo
En cuanto al problema del “origen” del chamanismo en las dos Américas, 127
está aún muy lejos de ser resuelto. Según M. Eliade, en particular, es posible
que con el tiempo un cierto número de prácticas mágico-religiosas hayan
venido a incorporarse a las creencias y a las prácticas de los primeros
habitantes de las dos Américas. Si se considera cierto que los Fueguinos
descienden de una de las primeras olas de inmigrantes que penetraron en
América, uno está en el derecho de suponer que su religión representa la
persistencia de una ideología arcaica que implica, desde el punto de vista que
nos interesa, la creencia en un Dios celeste como, por ejemplo, la iniciación
chamánica por vocación o búsqueda voluntaria, las relaciones con las almas de
los chamanes incluyendo la “posesión”, la concepción de la enfermedad por la
intrusión de un objeto mágico o por pérdida del alma, la insensibilidad al
fuego por parte del chamán.
Ahora bien, parece ser que la mayor parte de esos rasgos se encuentran 128
25 Sobre ese problema existe una bibliografía considerable. Ver Berthold Laufer, “Clumbus
and Cathay, and the meaning of América to the orientyalist”; B. Frhr von Richthofen, “Zur Frage
der archäeologischen Beziehungen zwischen Nordamerika und Nordasiens”. Diamond Jennes,
“Prehistorie culture waves from Asia to America”. R. von Heine-Geldern, “Culturals connections
between Asia and pre-Columbian America”, (“Anthropos”, Vol. 45, 1950, pp. 350-352).
En ocasión del último Congreso Internacional de Americanistas realizado en New York,
en 1949, Helgen Larsen presentó una comunicación sobre las influencias siberianas y chinas
observables en la cultura “prehistórica” de Ipiutak (Alaska Occidental), fechada provisio-
nalmente en el primer siglo de nuestra Era; Marius Barbeau , escribió un estudio de los
“Cantos mongoles y Tátaros en América pre-histórica”; Carl Schuster, Gordon Erholm, Heine
Gerdern y H. Martin-Delfour han hecho un recuento de los paralelos entre los dibujos,
estilos decorativos y concepciones cosmológicas de América y Asia. En cuanto a Heine
Geldern, escribió un tratado sobre las tribus americanas de la Costa del Noroeste a la luz del
origen asiático del arte; él piensa haber identificado el mismo principio estilístico en las
tribus costeras de la Columbia Británica y las de la Alaska Meridional, así como al norte de
Nueva Irlanda, en Melanesia, en ciertos monumentos y objetos rituales de Borneo, Sumatra
y Nueva Guinea, y, finalmente, en el arte chino de la época Chang. El autor supone que ese
estilo artístico es de origen chino y que se ha propagado por una parte hacia la Indonesia y
la Melanesia, y, por otra, en dirección oriental hacia América a donde no llegó sino a
comienzos del primer milenio antes de J.C.
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El Chamanismo
Se podrá hablar entonces de los Negritos, los más antiguos de la península 129
Nicobar y, sobre todo, aquello que se llama el chamanismo malayo que tiene
por notas distintivas la evocación de los espíritus del tigre y la obtención de los
estados de lupa: es el estado de inconsciencia en que cae el chaman y en el
curso del cual los espíritus que se amparan de él, lo “poseen” y responden a las
preguntas planteadas por la asistencia.
La religión de los Batak de Sumatra, fuertemente influida por las ideas 131
escondiendo por precaución las alas para perseguirla después hasta el Cielo
escalando un árbol, una liana o una “cadena de flechas”; o sea incluso que él
mismo sea un originario del Cielo, los mitos de Qat corresponden a los mitos
polinesios de Tagarao y Maui, cuyas relaciones con el Cielo y los seres celestes
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El Chamanismo
son bien conocidas. Es posible que el tema mítico del “viaje celeste” haya sido
aplicado por los aborígenes Papúes a los recién llegados de piel blanca, pero
sería vano explicar el “origen” de un tal mito (por otra parte universalmente
expandido) por medio de un acontecimiento histórico como la llegada o
partida de inmigrantes.
En Polinesia, las cosas se complican aún más por el hecho de que existen 134
sus extáticos. Como en todas partes, esos mágicos y extáticos cumplieron una
función bien definida en el conjunto de la vida mágico-religiosa de la sociedad.
Mircea Eliade plantea la siguiente pregunta: ¿Pero se puede hablar de un
chamanismo indoeuropeo, en el sentido en que se habla de un chamanismo
altaico o siberiano? La respuesta a esa pregunta depende en parte del
significado que se le de al término “chamanismo”. Si se entiende por eso
vocablo no importa qué fenómeno extático y no importa qué técnica mágica, va
de suyo que se encontrarán numerosos rasgos “chamánicos” entre los
indoeuropeos como, por otro lado, para repetirlo, entre todo otro grupo étnico
o cultural
136
De todas maneras, dos señalaciones se imponen previamente, para repetir
una vez más aquello que ya se ha dicho a propósito de otros pueblos y también
de otras religiones, a saber, que la presencia de uno o varios elementos
chamánicos en una religión indoeuropea, no es un indicio suficiente para
considerar a esa religión como si estuviera dominada por el chamanismo, o
como si tuviera una estructura chamánica. En segundo lugar, es preciso
recordar también que si se tiene el cuidado de distinguir el chamanismo de las
otras magias o técnicas de éxtasis “primitivos”, las supervivencias chamánicas
que se pueden observar aquí o allá en una religión “evolucionada” no implican
de ninguna manera un juicio de valor negativo con respecto a éstas en el
conjunto de la religión en la que se han integrado. Es muy útil insistir sobre ese
punto porque la literatura etnográfica moderna tiene la tendencia a tratar al
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El Chamanismo
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El Chamanismo
(Hilda Hellis ha hecho interesantes notas sobre esa cuestión. Además de 140
los dos lobos, Alois Cross cuenta entre los atributos chamánicos de Odhin, al
“Padre”, nombre que se le daba a Odhin (galars fadir = el padre de la magia),
“Baldrs draumar”, (III, 3) “el motivo de la embriaguez”, y las Valkirias; ver “Die
Religión des Semnonenstammes”, pág. 665. Chadwick había visto en las Valkirias,
desde hace mucho tiempo, criaturas míticas más próximas de los “duendes”
que de las hadas celestes. Pero, todos esos motivos no son necesariamente
chamánicos. Las Valkirias son psicopompos y, a veces, juegan el papel de
“esposas celestes” o de “mujeres-espíritus” de los chamanes siberianos.).
La mitología y el folklore germánico conservan numerosos relatos de los 141
Erwin Rodhe, Psíquis. “El culto del alma entre los Griegos y su creencia en la inmortalidad.”.
26
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El Chamanismo
lado con la leyenda de Alceste. Pero Orfeo presenta igualmente otros rasgos de
“Gran Chamán”, ya que su arte de curandero, su amor por la música y los
animales, sus “encantos”, su poder adivinatorio e incluso su carácter de “héroe
civilizador”, no contradicen la mejor de las tradiciones chamánicas. Acaso el
“primer chamán” ¿no era el mensajero enviado por Dios para defender la
humanidad contra las enfermedades y civilizarla? En fin, nítidamente
chamánico es este último detalle del mito de Orfeo: cortada por las bacantes y
echada en el Hebrón, la cabeza de Orfeo flota cantando hasta Lesbos. Ella sirve
de inmediato de oráculo como la cabeza de Mimar. Ahora bien, los cráneos de
los chamanes siberianos tienen igualmente un papel en la adivinación.
En lo concerniente a los Scytas, Heródoto (IV, 71) nos ha dejado una buena 147
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El Chamanismo
Georges Dumezil, en “Leyendas sobre los Nartes” (París, 1930) hace notar 148
cósmicas religadas por un eje central (Pilar, Árbol, Puente, etc…) Los chamanes
circulan libremente entre las tres zonas; los finados deben atravesar un puente
en el curso de su viaje hacia el más allá. Hemos encontrado muchas veces ese
motivo funerario y no se ha terminado aún. Lo importante en la tradición
irania (al menos bajo la forma en que ella ha subsistido después de la reforma
de Zarathustra) es que en el paso del puente se inicia una especie de lucha
entre los demonios que ese esfuerzan en precipitar el alma en el Infierno, y los
espíritus protectores (por otra parte invocados para ese efecto por los parientes
del muerto) que lo sostienen. Aristât es “el conductor de los seres terrestres y
celestes” y el buen Vayu sostiene en el paso por el puente a las almas de los
hombres piadosos; las almas de los muertos los ayudan igualmente a pasar el
puente (Soederblom. “La Vida futura según el Mazdeísmo”, p.94). Ahora bien, esa
27 “No es dudoso que el “puente al más allá” venga del mazdeísmo, como el “puente
estrecho” de los Armenios, el “puente cabello” de los Georgianos. Todas esas vigas, cabellos,
etc… tienen la propiedad de alargarse magníficamente delante del alma del justo y de
adelgazarse para el alma culpable con la espesura de un filo de espada” (Dumezil, ibid.p.
202).
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El Chamanismo
dios psicopompo. A veces, es Rudra-Shiva quien juega ese papel, pero se trata
ahí de una concepción tardía y probablemente influida por las creencias de los
aborígenes prearios. En todo caso, nada en la India recuerda a los guías altáicos
y nor-siberianos de los finados; se indicaba simplemente al muerto el itinerario
a seguir un poco en el sentido de las lamentaciones funerarias indonesias y
polinesias y también del Bardo-Thodol (Libro de los Muertos tibetano).
En fin, se mencionará también la ascensión extática, por Arjuna (el 154
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El Chamanismo
desde los Upanishads, la “luz interior” (antar Jyoti) definía la esencia misma del
Atman. Las epifanías luminosas juegan un papel capital en la mitología de
Krishna. En las técnicas yoghicas ligadas a ciertas escuelas budistas, la luz
mística y los diversos colores indican el triunfo de ciertas meditaciones.
Asimismo, el “libro tibetano de la muerte” acuerda una gran importancia a la
luz en la que al parecer se baña el alma del moribundo durante la agonía e
inmediatamente después de la muerte.
Sería quimérico querer hacer un recuento, en tan pocas páginas, de todos 155
los motivos chamánicos presentes en los mitos y rituales Bon-pö, que persisten
en el lamaísmo y en el tantrismo indo-tibetano. Los sacerdotes Bon-pö no se
distinguen en nada de los verdaderos chamanes: ellos estaban divididos
inclusive entre Bon-pö “blancos” y Bon-pö “negros”, a pesar de que todos ellos
utilizaran el tambor para sus ritos. Algunos pretendían estar “poseídos por los
dioses” y la mayoría practicaba el exorcismo. Una de las categorías Bon pö
recibía el nombre de “los poseedores de la cuerda celeste”. El lamaísmo ha
conservado casi íntegramente la tradición chamánica de los Bon. Aún los más
famosos maestros del budismo tibetano pasan por haber operado curas y
hecho milagros en la más pura tradición chamánica. Algunos elementos que
han contribuido a la elaboración del lamaísmo son posiblemente de origen
tántrico y quizás indiano; pero eso no siempre se puede establecer: cuando
según una tradición tibetana, Vairochana, discípulo y colaborador de
Padmasambhava, expulsa del cuerpo de la reina Ts’epongts’a al espíritu de la
enfermedad bajo la forma de un alfiler negro, cabe preguntarse si se trata aquí
de una tradición indiana o tibetana. Padmasambhava no solamente da prueba
de esa capacidad, muy conocida, del vuelo mágico de los Boddhisattvas y de
los Hartas, sino que también atraviesa los aires, se eleva al cielo y se convierte
en Boddhisattva. Igualmente su leyenda acusa rasgos del más puro
chamanismo, ya que él baila sobre el techo de su casa una danza mística
vestido únicamente con los “siete atavíos en hueso”, lo cual nos reconduce al
traje del chamán siberiano.
Se conoce el papel que han jugado los cráneos humanos en las ceremonias 156
tantricas y lamaístas. B. Laufer (“Use of human skulls and bones in Tíbet”) hace
notar que los Tibetanos utilizan los cráneos de sus padres tanto como los
Issedonos (notado por Heródoto, IV, 26), pero hoy día, el culto familiar ha
desparecido, así como el papel mágico-religioso y adivinatorio de los cráneos
de los chamanes entre los Yukaghir (Ver Jochelson, p. 1659). Ver Carl Entze,
sobre las “Relaciones proto-históricas entre el culto de los cráneos y la idea de
renovación de la vida cósmica en China y en Indonesia”.
La danza llamada “del esqueleto” goza de una importancia especial en los 157
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El Chamanismo
esquema iniciciático “de la puesta en muerte” por los demonios. He ahí que
algunas meditaciones tántricas tienen por objeto el despojo del cuerpo de sus
carnes y la contemplación de su propio esqueleto. “El Yoghi es invitado a
representar su cuerpo como un cadáver y su propia inteligencia como una
Diosa con cara irritada y sosteniendo en sus manos un cuchillo y un cráneo.
Piensa que ella corta el cuerpo en pedazos y los echa en el cráneo en ofrenda a
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El Chamanismo
28Lama Kasi Dawa Samdup, “El Yoga tibetano y las doctrinas secretas”, p. 315 y ss, 332 y ss. Es
posiblemente a meditaciones de ese género que se daban ciertos yoghis indianos en los
cementerios.
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El Chamanismo
de las tres zonas cósmicas y el mito del Árbol del Mundo que, plantado en el
Centro del Universo, lo sostiene con sus mil ramas.
En China existe la costumbre de subirse al techo de la casa y suplicarle al 163
alma del que acaba de morir que regrese a su cuerpo mostrándole, por
ejemplo, un traje nuevo. Ese ritual, ampliamente testimoniado en los textos
clásicos, se ha perpetuado hasta nuestros días. La enfermedad implica también
la huída del alma y entonces, el brujo la persigue en éxtasis, la captura y la
reintegra al cuerpo del paciente. (Ese tipo de cura se practica aún en nuestros
días, como lo confirma De Groot en sus trabajos sobre la cuestión).
El origen chamánico del vuelo mágico está nítidamente testimoniado 164
numerosas técnicas arcaicas del éxtasis, sobre todo con referencia al taoísmo
tardío, tan alterado por elementos mágicos. Se ha pensado inclusive identificar
al taoísmo con el Bon-pö chamanizante. Sin embargo, la importancia del
simbolismo ascensional y, en general, la estructura equilibrada y sana del
taoísmo lo diferencia del éxtasis-posesión, tan característico de los brujos. El
“chamanismo” chino (el “Wouismo”, como lo llama de Groot) ha dominado al
parecer la vida religiosa anterior a la preeminencia del Confucianismo como
religión del Estado. En los primeros siglos antes de nuestra Era, los sacerdotes
wou eran los verdaderos sacerdotes de China (según de Groot, Vol. II, p. 1205).
Es inútil citar ejemplos de los brujos, de los wou y de los “poseídos” chinos, 167
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El Chamanismo
Enero de 1959.
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