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Las dos posiciones más importantes que se han manifestado en torno a esta discusión
de pertenecen a dos autores contemporáneos: Valter Bracht (Brasil) y Pierre Parlebas
(Francia).
La posición, muy clara con respecto a esta temática, de Pierre Parlebas (s/f)
representante del estructuralismo francés, sostiene que es imposible que la Educación
Física (tal como la conocemos en la actualidad) sea una ciencia ya que para él, es una
práctica pedagógica, que necesita sustentarse en conocimientos científicos. El problema,
para este autor, es que estos aportes científicos provienen de una yuxtaposición de otras
disciplinas (medicina, psicología, sociología, etc) que miran a la educación física desde el
exterior, desde su propio punto de vista y no guardan relación con lo que concretamente
ocurre dentro de la práctica pedagógica concreta. Para superar este obstáculo, él propone
crear una nueva disciplina científica que denomina como Praxiología Motriz (o Ciencia de
la Acción Motriz) cuyo objeto es el gran conjunto de actividades físicas, para de esta
forma consolidar un punto de vista propio de la Educación Física. Según sus propias
palabras, “la acción motriz es lo que le da la identidad a la educación física, también le da
su unidad y finalmente, su especificidad”1, con lo cual esta indicando que el “tronco
común” de toda la educación física debe ser el análisis de las acciones (conductas y
comunicaciones) motrices dentro de las prácticas pedagógicas.
Si bien, el intento que realiza Parlebas es progresista con respecto a los
posicionamientos más tradicionales (aquellos que ven a la EF como un conglomerado de
disciplinas científicas externas), podríamos decir que queda inmerso en un “realismo
ingenuo”2 (Bracht, 1996) al reducir la educación física desde el abordaje particular de la
1
Pierre Parlebas – “Educación Física y Ciencia. Problemas teóricos y crisis actual en la Educación Física” - Pág. 3
2
Bracht utiliza esta denominación para referirse a los posicionamientos epistemológicos reduccionistas clásicos en educación física.
praxiología motriz y realizar un recorte muy limitado de la realidad (tan compleja) que la
educación física es como práctica pedagógica. Además, otra crítica que merece el
posicionamiento de Parlebas es que busca fundamentar su teoría a partir de un análisis
semiótico de las interacciones y conductas en el plano motor, con lo cual propone “un
modelo corporal basado en la teoría informacional aplicada a los cuerpos de los alumnos”
(Pereira, 2003)3, a modo de superar la vieja concepción del paradigma físico-deportivo
(cuerpo – máquina) y reemplazarla con la visión de los cuerpos informáticos (cuyas
cualidades principales son el tratamiento de los signos y la información). Al respecto,
Zenón Pereira (2003) aporta aún más: “la praxeología motriz al fraccionar los roles para
codificar acciones específicas, está reafirmando el status quo de formas típicas
estandarizadas en el plano del hacer que el paradigma físico - deportivo estandariza
técnicamente”4.
3
Zenón Pereira – “Culturas hegemónicas en las prácticas corporales: el funcionalismo, la crítica social y los cuerpos” – s/n
4
Zenón Pereira – Op. cit. – s/n
5
Valter Bracht (1996) – “Educación Física / Ciencias del Deporte ¿qué ciencia es esa?”
6
Laplantine es citado por Valter Bracht (1996) – Op. cit. – Pág. 131
Pese a su autoproclamado espíritu crítico (y marxista) Bracht es criticado como
“revisionista” por F. Mauri de Carvalho (s/f) al considerar que su posicionamiento dista de
lo que realmente es el pensamiento de Marx y Engels ya que intenta esconder la cuestión
de la relación escuela (educación física) – sociedad, con una crítica extendida hacia el
sistema socio – económico y político que genera un determinado tipo de conocimiento a
partir de las relaciones sociales capitalistas de dominación.
Pues bien, como vemos las posturas de Bracht y Parlebas son antagónicas, me
gustaría aportar a este debate, con la postura de un autor cubano, A. López Rodríguez,
quien clasifica los trabajos más recientes en el campo de la epistemología de la educación
física, en dos objetos de estudio: por un lado la motricidad humana y por el otro la
relación físico - educativa. A su vez, este autor diferencia el campo de investigación de
la motricidad humana en tres enfoques (o abordajes) diferentes: el analítico o
pluridisciplinar (el tradicional en EF), el sintético (interdisciplinar) y el estructural (por
ejemplo el modelo que impulsa Parlebas). Mientras señala que la relación físico-educativa
tiene un enfoque integral (al igual que Valter Bracht, ubica a la educación física dentro de
las ciencias de la educación). “La educación física como actividad, integra en su campo
de conocimientos aspectos técnicos, científicos y tecnológicos asociados a las
actividades físicas y deportivas” (López Rodríguez, s/f)7. Los aspectos técnico - prácticos
de la educación física (estructuración de ejercicios, movimientos, métodos de enseñanza,
equipamiento tecnológico, etc) conforman una parte del soporte objetivo de la actividad,
que unidos a los elementos teórico - científicos (teorías, modelos, metodologías,
procesos, etc.) integran una cultura específica: la cultura física (Pedraz, s/f). López
Rodríguez reconoce que “en la Educación Física, podemos identificar tres modelos (o
paradigmas) pedagógicos: el modelo "científico" o médico; el modelo psicoeducativo y el
modelo sociocultural”8.
El modelo “científico” o médico tiene sus bases en las ciencias “duras”, más
precisamente en las biomédicas (anatomía, fisiología, bioquímica) y las ciencias físicas
(por ejemplo la biomecánica), centrando de esta manera su atención en el funcionamiento
estructural y orgánico del cuerpo humano y en los efectos que ejerce el ejercicio físico
sobre el mismo. “Es un modelo marcado por la pedagogía tradicional y la psicología
conductista” dice López Rodríguez (s/f: s/n). Desde el punto epistemológico, este modelo
estaría claramente ubicado dentro de lo que denominamos el paradigma positivista o
“empírico - analítico” (Popkewitz, 1984).
7
Alejandro López Rodríguez (s/f) – “Es la Educación Física, ¿Ciencia?” – s/n
8
Alejandro López Rodríguez (s/f) – Op. cit – s/n
Los posicionamientos que se inscriben dentro del modelo “psicoeducativo” se
caracterizan por poseer un rasgo esencial que es que en él se enfatiza sobre el
aprendizaje del alumno más que en la enseñanza del profesor. Se trata, de facilitar al
alumno las condiciones para que pueda elegir y tomar decisiones, descubrir y redescubrir
a través del movimiento, con lo cual se eleva el carácter activo y consciente del alumno
como sujeto de su propio aprendizaje y se incrementan las potencialidades educativas del
ejercicio físico. Este modelo tiene una base psicopedagógica cognitivista y se inscribe en
el paradigma cualitativo de la ciencia. Si bien López Rodríguez no lo aclara, se podría
pensar que este modelo pedagógico guarda una estrecha relación con el paradigma del
interaccionismo simbólico (Popkewitz, 1984) y en algún punto con el construccionismo
(Guba y Lincoln, 1994). La psicomotricidad, la psicocinética, la expresión corporal y la
teoría de aprendizaje constructivista (especialmente la línea piagetiana) son algunos
ejemplos contemporáneos de la educación física que conforman este modelo.
Por último, se encuentra el modelo “sociocultural” o también denominado “socio-
crítico” que postula de acuerdo a López Rodríguez, básicamente que la educación física y
la práctica del deporte es un derecho de todos. Desde una perspectiva socio crítica y una
pedagogía de construcción sociocultural (derivada de la teoría del aprendizaje de Vigotsky
y sus continuadores), se defiende el acceso a la práctica de la educación física en todos
los sectores de la sociedad con un fuerte sentido ecológico y en función de mejorar la
calidad de vida de los todos los ciudadanos. “El modelo sociocultural representa otra
dimensión de la actividad física que se asocia al sistema de valores creados por la
sociedad y la estructuración social en cada contexto específico”9 (López Rodríguez, s/f).
Dado que se involucra en aspectos más vinculados con los valores sociales, es factible de
inferir que este modelo se ubicaría dentro del paradigma crítico de las ciencias sociales
(Popkewitz 1984; Guba y Lincoln 1994).
9
Alejandro López Rodríguez – Op. cit. – s/n
dialéctico que la ciencia, en cuanto ésta nunca es un espacio neutro ni apolítico, está al
servicio de los intereses de las clases dominantes pero a su vez, genera un cúmulo de
conocimientos y valores que permiten la transformación de las relaciones sociales y el
desarrollo de la humanidad. Como bien señala Popkewitz, “necesitamos centrarnos en el
contexto histórico particular pues los paradigmas son respuestas a distintos momentos de
las condiciones sociales”10.
Si nos remontamos al surgimiento de la Educación Física como materia pedagógica
dentro de la institución escolar, podemos comprobar que desde sus orígenes, estuvo
fuertemente vinculada al positivismo. “El cuerpo es blanco de estudios en los siglos XVIII
y XIX, fundamentalmente de las ciencias biológicas. El cuerpo es igualado a una
estructura mecánica (la visión mecanicista del mundo es aplicado al cuerpo y su
funcionamiento)”11 (Bracht, s/f). La “Ciencia” (en el sentido limitado de los positivistas) es
igual al control de la naturaleza, por ende, en caso de la educación física sería el control
de la naturaleza corporal. La ciencia moderna (basada en este paradigma) es el producto
de un complejo de factores sociales y políticos vinculados al ascenso y consolidación del
capitalismo como sistema dominante, englobados bajo una filosofía idealista de “orden y
progreso”. El paradigma empírico – analítico, constituido como el marco explicativo por
excelencia, no sólo orientó las investigaciones realizadas sino también la esencia de las
mismas prácticas pedagógicas. La hegemonía de este marco epistemológico resulta de la
fuerte matriz legitimante ejercida por las instituciones eclesiásticas, militares y de las
ciencias naturales impregnadas por la cosmovisión positivista en la génesis de la
educación física como dispositivo de control y regulación de los cuerpos dentro de la
institución escolar. Las investigaciones desarrolladas en el campo del movimiento humano
al servicio de esta función social de disciplinamiento, se centraron por encontrar datos
”objetivos” para lograr un conocimiento del cuerpo funcional a las exigencias del sistema
capitalista en ascenso, exigiendo una total neutralidad del observador para inhibir
cualquier aspecto subjetivo que pudiera “interferir” en la investigación. Por otra parte, este
mismo tipo de ciencia centrada en la predicción de regularidades universales, eternas y
ahistóricas dio sustento al tipo de intelectuales tradicionales, que Gramsci (s/f) definió
como “aquellos representantes de una continuidad histórica no interrumpida aún por los
más complicados y radicales cambios de las formas políticas y sociales” 12. Para Henry
Giroux (1987), estos intelectuales se manifiestan dentro de la educación bajo dos formas;
como intelectuales “hegemónicos” al servicio del poder dominante o como intelectuales
10
Thomas Popkewitz - “Los paradigmas en la ciencia de la educación: sus significados y la finalidad de la teoría” - Pág. 82
11
Valter Bracht – “La constitución teórica de las teorías pedagógicas de la educación física” – s/n
12
Antonio Gramsci – “La formación de los intelectuales” – Págs. 10 y 11
“acomodaticios” (aquellos que reproducen las relaciones de poder sin ni siquiera ser
consciente de ello).
No obstante, a lo largo del siglo XX, van a surgir otros posicionamientos
epistemológicos en investigación educativa que intentarán superar a los más
tradicionales. El paradigma simbólico, cobrará importancia a partir de mediados de siglo
como reacción al excesivo énfasis puesto en la experimentación y manipulación de
variables. El interaccionismo simbólico traslada el foco de atención hacia el discurso,
interesándose por los procesos de comunicación, interacción y la creación de normas que
regulan la vida social. Su enfoque esta basado en la hermeneútica (interpretación) de los
fenómenos sociales y permite la contemplación “neutral” ya que están separadas de las
situaciones sociales. Las teorías simbólicas se involucran simplemente a objetivar la
realidad mediante la reflexión lo que distinto a la práctica transformadora (para los
simbólicos la objetividad deviene del consenso grupal). Este paradigma, pese a sus
sensibles diferencias con el positivista, comparte la división tajante en teoría y práctica, y
aunque la teoría no es tecnológica, se preocupa por aclarar las condiciones de la
comunicación y la intersubjetividad.
Por último, a partir de las décadas de los 60’, 70’ y 80’ surge el paradigma crítico en la
investigación educativa, producto de las contradicciones del sistema capitalista que
revelaron la existencia de profundas desigualdades sociales reproducidas dentro del
sistema educativo. Como menciona Popkewitz (1984), “la ciencia crítica intenta desvelar
las pautas de conocimiento y las condiciones sociales restrictivas de nuestras actividades
prácticas”13. Para el paradigma crítico, como actividad social que es, “la ciencia forma
parte de la historia y es expresión de su lucha y sus conflictos”14. Los supuestos básicos
de la ciencia crítica indican que la investigación se centra en el mantenimiento y
renovación en la sociedad de las formas de dominación y el surgimiento de formas de
resistencia. La corriente crítica dista bastante de ser homogénea, y está conformada por
posicionamientos que van desde el funcional estructuralismo hasta el materialismo
dialéctico.
En mi opinión particular, un verdadero posicionamiento crítico es aquel que sitúa a la
educación física dentro del contexto social e históricamente condicionado por la lucha
entre los sectores dominantes y los sectores dominados y no solamente a partir de la
visión de que encarga un conjunto de dispositivos de control social y que en su conjunto
reproduce funcionalmente al sistema capitalista (esto corresponde a una visión
13
Thomas Popkewitz – Op. cit. – Pág. 75
14
Thomas Popkewitz – Op. cit. -Pág. 83
posestructuralista de la EF). La verdadera cualidad de la corriente crítica es que
trasciende la mera descripción e interpretación de la dinámica social considerando la
forma para que a partir de la denuncia de las desigualdades o injusticias se pueda
modificar. “La ciencia crítica concibe al mundo social como algo en movimiento, complejo,
contradictorio y caracterizado por el papel activo del ser humano”15.
15
Thomas Popkewitz – Op. cit – Pág. 80
para que todos los actores sociales involucrados (estudiantes, profesores, profesionales,
etc.) nos comprometamos con la construcción de una educación física acorde a las
necesidades reales de la sociedad, trascendiendo el funcionalismo acrítico a las
demandas de los grupos dominantes. Como explica Antonio Gramsci (2004),
“comprender y valorar con realismo posiciones y razones significa precisamente librarse
de la prisión de las ideologías (en sentido peyorativo, de ciego fanatismo ideológico), o
sea, situarse en un punto de vista “crítico” que es el único fecundo en la investigación
científica”16. La investigación crítica de las prácticas pedagógicas en educación física
resulta entonces, fundamental a la hora de repensar que se hace cuando se hace
educación física, y de repensarnos (me refiero a los estudiantes y profesores) en que
hacemos cuando hacemos educación física, al servicio de que intereses estamos y
especialmente a que clase de sociedad aspiramos. Todas estas cuestiones nunca pueden
estar exentas en los investigadores a la hora de encarar su estudio. Por medio de la
investigación crítica, tenemos que ser capaces de poder cuestionarnos, tal como se lo
pregunta F. Mauri de Carvalho (s/f) si “nuestro accionar pedagógico ¿sirve a la
reproducción o transformación revolucionaria? ¿Hemos sido/somos a favor de una
sociedad competitiva, predatoria, individualista y capitalista? o ¿hemos sido a favor de
una sociedad justa, colectivista, igualitaria y comunista?”17.
16
Antonio Gramsci – “La discusión científica” – Pág. 436
17
Mauri de Carvalho Freitas – “Comprensión crítica de la educación física” – Pág. 5
hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de
transformarlo”18.
Bibliografía consultada
1. Gramsci, Antonio (2004) - “La discusión científica” en M. Sacristán (compilador) Antología Antonio
Gramsci – Ed. Siglo XXI – Buenos Aires, Argentina
2. Gramsci, Antonio (s/f) – “La formación de los intelectuales” en Los intelectuales y la organización
de la cultura – Ed. Nueva Visión – Buenos Aires, Argentina
3. López Rodríguez, Alejandro (2003) – “Educación Física ¿es ciencia?” en Revista Digital EF
Deportes N° 62 - http://www.efdeportes.com - Buenos Aires, Argentina
Guba y Lincoln (1994) – “Competencia de paradigmas en la investigación cualitativa” en Handbook of
Qualitive Research – Sage Publications – California, Estados Unidos
4. Giroux, Henry (1985) – “Reproducción, Resistencia y acomodo en el proceso de escolarización”
en Teoría y resistencia en Educación: una pedagogía para la oposición – Ed. Siglo XXI
5. Giroux, Henry y Aronowitz, Stanley (1987) - Cap. 2: “La enseñanza y el rol del intelectual
transformador” en Education under siege –– Routledge & Kegan Paul – Londres, Gran Bretaña
6. Parlebas, Pierre (1990) - http://www.efdeportes.com
7. Popkewitz, Thomas (1984) – Cap 2: “Los paradigmas en la ciencia de la educación: sus
significados y la finalidad de su teoría” en Paradigma e ideología en investigación educativa – Ed.
Mondadori
8. Bracht, Valter (s/f) – “La constitución teórica de las teorías de la Educación Física” - Material
obligatorio del curso “Perspectiva crítica y recolonización en el contexto de la educación física”
Módulo 3 (Año 2004)
9. Bracht, Valter (1996) – Cap. 5: “Educación Física / Ciencias del Deporte ¿es ciencia?” en
Educación Física y aprendizaje social – Ed. Vélez Sarsfield – Córdoba, Argentina
10. Carr, Wilfred (1990) – Hacia una ciencia crítica de la educación – Ed. Laertes – Barcelona, España
11. Mauri de Carvalho, F. (s/f) – “Comprensión crítica de la educación física” – Material obligatorio del
curso “Perspectiva crítica y Recolonización en el contexto de la educación física” Módulo 3 (Año
2004).
12. Marx, Carlos (1980)– “Tesis sobre Feuerbach” en Engels, Federico – Ludwing Feuerbach y el fin
de la filosofía clásica alemana – Ed. Progreso – Moscú, Rusia
13. Pedraz, Vicente (s/f) – “La disposición regulada de los cuerpos” – Material obligatorio del curso de
“Perspectiva crítica y Recolonización en el contexto de la educación física” Módulo 2 (Año 2004)
14. Zenón Daniel Pereira (2003) – “Culturas hegemónicas en las prácticas corporales: el
funcionalismo, la crítica social y los cuerpos” en Revista Digital EFdeportes –
http://www.efdeportes.com - Buenos Aires, Argentina
18
Karl Marx - “Tesis sobre Feuerbach” – Pág. 57