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TALLER PELÍCULA “REPULSIÓN”

Por: Nancy Acosta Orrego 43558508

1. ¿Qué mantuvo estabilizada a la protagonista hasta el desencadenamiento?

Al parecer a Carol la mantiene sostenida la relación con la hermana, que viene a ocupar el
lugar de lo que Maleval llama Un-padre, que puede ser encarnado en una figura paterna,
que no es el padre simbólico, sino un elemento aislado, desconectado que surge fuera de lo
simbólico, y que puede servir de sostén al sujeto, hasta que se dé una situación que lo
confronte con esa ausencia del nombre del padre. La hermana era quién llevaba las riendas,
pareciera que había en Carol una identificación a ella y es ésta la que le permite la relación
con el mundo externo, con la realidad.

La suplencia es una construcción significante adecuada para producir un encuadramiento


del goce mediante la restauración de un anudamiento. Sin embargo, no todo psicótico
construye una suplencia: algunos sólo disponen para estabilizarse de identificaciones
imaginarias, a menudo sostenidas por los ideales maternos, estas le dan al sujeto ideales
que le permiten organizar su existencia, tal vez, este sea el caso de la relación de Carol con
su hermana, esta última le proporcionaba todas las posibilidades (como los cuidados
maternos) que le permitieron tener una vida ordinaria. Tan fuerte es esta identificación que
incluso se interpone en la relación con los otros, especialmente con los hombres, así Carol
rechaza una invitación de su pretendiente por volver donde su hermana.

2. ¿Qué puede uno suponer que produjo el desencadenamiento?

“Las identificaciones imaginarias son más frágiles que las suplencias. Alguien que se va
puede bastar para conmover las primeras, mientras que las segundas no dependen de una
presencia.” Para Carol la noticia del viaje de su hermana empieza a desencadenar en ella
una cantidad de síntomas, (grietas en las paredes, mutismo en el trabajo) que van
anunciando su resquebrajamiento psíquico. La ausencia de su hermana la dejó sin recursos
para continuar una vida que hasta entonces parecía normal. Pero además aparecen otras
circunstancias como la presencia del novio de la hermana, que lo siente como un invasor,
como un rival también empieza a generar síntomas (visión del hombre en el espejo,
repulsión por los objetos masculinos que hay en el baño).

Lacan, plantea que el desencadenamiento se da en un momento crucial en que en el campo


del Otro surge la llamada a un significante esencial que no llega. Maleval, refiere como
algunos sujetos psicóticos muestran gran tristeza cuando una situación les exige sostener su
opinión o asumir responsabilidades. Es lo que Lacan describe como “tomar la palabra,
quiero decir la suya, justo lo contrario de decir sí, sí, sí a la del vecino…a veces, se trata de
un pequeño trabajo de toma de palabra, mientras que hasta entonces el sujeto vivía, en su
capullo, como una polilla” (1956). Cuando Carol se ve enfrentada a asumir la
responsabilidad de la casa y de ella misma, que hasta entonces había estado en manos de su
hermana, su vida se derrumba, pues era su hermana la que la mantenía su relación con el
mundo y ella se encuentra con ese vacío enigmático que no le permite responder.
Maleval afirma que El S.N.P es el que le permite dar una respuesta fálica a la incompletud
del Otro. Cuando el desencadenamiento de la psicosis revela el fallo de esta respuesta, no
es infrecuente que se manifieste una figura persecutoria. Un-padre real, cuyo goce
maligno parece buscar ejercerse sobre el sujeto.

El encuentro con el deseo del Otro puede ser desestabilizador para el psicótico. Lacan
concebía el desencadenamiento de la psicosis a partir de una coyuntura que “reproduce” el
momento culminante del complejo de Edipo y que revela su fracaso. Consideraba que en
estas circunstancias el objeto paterno de la identificación edípica no conseguía superar al
objeto de deseo. La protagonista presenta alucinaciones con un hombre que la violaba, sin
embargo, vive en las alucinaciones lo que no admite en la realidad, no sabe cómo
responder cuando el joven la corteja, se queda perpleja frente al beso del hombre, como sí
no entendiera que significaba o como debía responder.

Como refiere Wachsberger “En la experiencia de goce en tanto experiencia enigmática


“la plenitud de la invasión de goce acentúa aún más el vacio de la significación”

Finalmente se podría resumir con las palabras de Maleval: “Se requiere de la conjunción
entre el desfallecimiento de la suplencia y la confrontación con la incompletud del Otro
para que se dé el desencadenamiento.”
La caída de ese sostén imaginario pone a Carol frente a su vacio, a esa forclusión del
nombre del padre, a esa falta de significante que la conecte con el discurso del otro, la lleva
al desencadenamiento hasta llegar al estado catatónico.

3. ¿Cuáles son las manifestaciones de ese desencadenamiento?

El sujeto demuestra que se desestabiliza en una situación en la que se ve compelido a


afirmar su deseo. Es entonces cuando se revela que dicho deseo carece de un punto de
apoyo fundamental: ningún fantasma lo enmarca y la significación fálica está ausente.
Cuando tiene que responder como sujeto, solo puede hacerlo con el rechazo del significante
que retorna desde lo real. Ese retorno de lo real lo agobia de diferentes formas, por eso el
sujeto se ve obligado a buscar un apoyo precario en otros terrenos.

Alucinaciones: Carol tiene alucinaciones visuales y auditivas, el resquebrajamiento de las


paredes, de la acera en la calle, manos que tratan de atraparla, un hombre en el espejo, un
abusador. Todas ellas asociadas a esos asuntos importantes que la enfrentaran con su vacío,
es decir, los hombres que significan algo trascendental en la vida de Carol, y no por su
presencia, sino precisamente por su ausencia, y que en el momento que llegan se ven como
invasores y rivales en la relación con la hermana.

Delirios de persecución, cuando veía que las luces se prendían y sentía ruidos, para que
luego llegara su abusador. Aquí es interesante observar como en lo real aparece un asunto
que en la realidad Carol no sabe como asumir o que le produce repulsión.

Movimientos estereotipados, rascarse la nariz y el abdomen.


Perplejidad sin motivo en varias ocasiones en el trabajo. Son quizás los primeros sintomas
que aparecen en Carol y son el anuncio de que algo está sucediendo con su ser.

Automatismos como cepillarse, maquillarse o coser.

Paso al acto cuando asesina a su pretendiente y al dueño del apartamento. Tal vez es la
forma de querer buscar una tranquilidad con ese goce que se hace insoportable.

Fijar el goce en la letra cuando comienza a escribir sobre el espejo.

Estado catatónico al final.

4. ¿Qué lugar juegan las alucinaciones para este caso?

De acuerdo a la teoría la alucinación es una respuesta con la que se topa el sujeto en el


lugar del otro, respuesta que se anticipa a una pregunta que no se logra formular. Las
alucinaciones parecen tener un mensaje para el sujeto, y es un mensaje de lo real y tal vez
por ello, los sujetos lo toman como una cosa de la certeza.

En el caso de Carol, las alucinaciones son ese advenimiento de lo real, cuando ella se
confronta con una realidad a la que no puede responder, porque los recursos que tenía para
sostenerse han caído. Las alucinaciones son la forma en que lo real invade, se fija en
imágenes o voces, Las paredes resquebrajadas como derrumbamiento de su ser y su mundo,
el hombre invasor y abusador, todo ello como muestra de lo que significa la forclusión del
nombre del padre. De la forma como el sujeto psicótico establece su relación con el
mundo, o mejor como se vuelve objeto pasivo de la invasión de lo real.

BIBLIOGRAFÍA

Alvarez, José María. Las alucinaciones: fenómenos y estructura. Uno por Uno. Revista
Mundial de Psicoanálisis. No 45, 1997.

Maleval, Jean Cluade. “Los desencadenamientos de la psicosis”

Waschsberger, Herbert. “El fenómeno elemental en la experiencia enigmática”

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