Sunteți pe pagina 1din 35

Sur Le Chemin De L’Octave

De L’Homme
SUR LE CHEMIN DE L’OCTAVE
DE L’HOMME
Sobre el camino de la Octava DEL
HOMBRE
Michel Congé

Mi vida y mi muerte, mi liberación o mi


pérdida no son cosas aisladas, son procesos
constantes, son las resultantes. Todos son
combinaciones o estados. Es en un organismo
en continuo cambio y que va hacia su
desaparición que debe nacer el Yo eterno.
El único modo de llegar a mi propósito es seguir una línea
extremadamente estricta. Si la marea descendiente me
lleva, yo me alejo, si me desvío, me aparto siguiendo una
espiral que me llevará más abajo.

Es mi vieja ilusión de ser un hombre realizado y libre la que


me impide ver que, de hecho, yo no soy sino un punto de
intersección moviendo sin cesar líneas de fuerzas.

Esta manera de ver es la única que puede realmente darme


luz sobre la manera justa de trabajar. Pero es tan difícil
actualmente para nosotros que no podemos sino intentar
buscar una mínima comprensión que pueda llevarnos poco
a poco a ella.
Para no desviarme, necesito aprender a reconocer las ideas
susceptibles de hacerme abarcar de una mirada un
número creciente de problemas y de clones.

Así descubriré que la desviación comienza cuando tomo


una idea o un evento (fenómeno) por el todo. ahora bien,
mi propia constitución me hace actuar de este modo y
cuando me vuelvo hacia la verdad a la que aspiro con una
de mis funciones, me desvío inmediatamente.

La búsqueda, que se apoya únicamente en la cabeza, no


lleva sino al error. La que se funda sólo en el sentimiento,
conduce igualmente a conceptos insensatos.

Únicamente si yo pudiera acceder a un centro de gravedad


en mi mismo, capaz de conciliar mis diferentes aspectos,
conseguiría mantenerme sobre una línea justa sin
desviarme.

De la misma manera que en mi mismo me pierdo porque


me abandono a la función que domina, igualmente, si creo
que mi visión de las cosas es la única justa, me pierdo.

Mis centros deben concurrir a mi búsqueda sin que uno de


ellos pretenda ser el único capaz de comprender.

Cada uno de nosotros debe aproximarse a los otros sin


pretender ser el único que comprende. De la misma manera
que un centro vigilará a otro centro, cada uno de nosotros
vigilará (estará en guardia) al otro.

Pero esto no podría bastar. Para no desviarse, es necesario


que reconozca en mí, una jerarquía de niveles.

Así debemos nosotros reconocer entre nosotros una


jerarquía de comprensión. De esta manera se establecerá
poco a poco una relación.

LA IDEA DE EVOLUCIÓN
No voy a intentar reunir todo el material que hemos
recibido, sino solamente de despejar algunos puntos
esenciales, siendo mi intención haceros compartir mi
profundo interés por este problema. Y por eso, quisiera que
hiciéramos el esfuerzo de abordar juntos esta idea como
desde dentro de nosotros mismos.

Estoy convencido de que en un momento dado se le hace


imposible a todo hombre sobrepasar ciertos niveles en su
tentativa interior si no deja penetrar en su ser un saber tan
psicológico como cósmico.

Pero este saber no nos ha sido transmitido como un todo


organizado, sino de una manera fragmentada, y una de las
grandes labores que nos puede incumbir sería la
reconstrucción del corpus de ideas sobre el cual está
fundamentada esta enseñanza.

He entresacado dos frases de M. Gurdjieff dichas por


Ouspensky:

“Para una comprensión exacta, es necesario un lenguaje


exacto”.

“La propiedad fundamental de este nuevo lenguaje es que


todas las ideas se concentran alrededor de una sola idea;
en otros términos, todas se contemplan en su relación
mutua, desde el punto de vista de una idea única. Esta es la
idea de la Evolución”.

Esta conclusión subraya con fuerza el lugar esencial de la


idea de la evolución. Y si nos quedaba una duda, la
siguiente definición extraída igualmente de “Fragmentos”,
terminaría de convencernos: “La evolución del hombre, es
la evolución de su conciencia (...), la evolución de su
voluntad (...), la evolución de su poder de “hacer”.

Pero cuidémonos, en este punto, de no dejar que nuestro


esfuerzo de comprensión se deslice hacia una forma
limitativa. No llevemos la idea de la evolución a la noción
mucho más estrecha de la evolución del hombre, -incluso
dando a la palabra “hombre”, el sentido más amplio posible
-, porque la evolución del hombre no es sino un aspecto del
problema. Esta limitación nos impediría toda comprensión.
Si bien nuestra propia evolución puede devenir un
problema lacerante para nosotros, lo tenemos que situar,
integrarlo sin cesar en su verdadero marco.

La evolución es ante todo un problema universal. Sin este


carácter universal, nuestra propia pregunta pierde todo
significado y ninguna esperanza podrá aparecer.

Para permitirnos pensar de forma más audaz, he situado


ante nosotros los diagramas paralelos de la gran octava
cósmica, de la octava lateral y de los cuatro cuerpos del
hombre.

El problema de la evolución me aparece indisociable del


problema de la Vida, de la Creación y del Ser – debo
abrirme más profundamente a esta idea del Ser y a pesar
de que sea incapaz de vivirla, me debo preparar, aunque
hoy solo sea de forma teórica. No hay sino un Ser. Él es lo
impensable y lo incognoscible. Sin embargo, es de Él que yo
debo partir y a Él que yo debo volver.
DIAGRAMAS PARALELOS DEL RAYO DE
CREACIÓN DE LA OCTAVA LATERAL Y DEL
HOMBRE COMPLETO.

DO

EL ABSOLUTO

SI
TODOS LOS MUNDOS

LA
4º Cuerpo

Divino -6 leyes

TODOS LOS SOLES

SOL
Cuerpo Mental

Espiritual -12 leyes

DO

EL SOL

Vida orgánica

Sobre la Tierra

SI
FA
Cuerpo Astral

Natural -24 leyes

TODOS LOS PLANETAS


La Sol Fa

MI

MI
Cuerpo Físico

Carnal -48 Leyes

LA TIERRA
RE
LA LUNA
RE

De el TODO... a el TODO vuelve.

Cuando yo olvido, cuando no hay, incluso aunque no fuera


más que una representación mental, toda idea y toda
tentativa se gasta y degenera.

No hay sino Un Ser – pero hay tres mundos – como


podemos encontrar en muchas tradiciones:

DIOS

EL MUNDO

EL HOMBRE

Este atajo no puede sorprender, a menos que


no hayamos echado un vistazo superficial a la
vida de los Cosmos, porque la terminología de
la escalera de los siete mundos tal y como
nosotros la encontramos en la enseñanza la
hace aparecer muy claramente:
PROTOCOSMOS
AYOCOSMOS
MEGALOCOSMOS
DEUTEROCOSMOS
MESOCOSMOS
TRITOCOSMOS
MICROCOSMOS

Tres Mundos se desgajan del seno de estos


siete mundos:
El PROTOCOSMOS o primer cosmos. Es el Absoluto.

Después, saltando dos escalones: El DEUTEROCOSMOS,


es decir, el segundo Cosmos a pesar de su cuarta posición,
es el Sol. En fin: El TRITOCOSMOS, es decir, el tercer
cosmos a pesar de su sexta posición, es el hombre.

Este atajo aclara un punto capital: El primer Cosmos o


Absoluto, evoca enseguida lo que el Sr. Gurdjieff llama
“El Muy Santo Sol Absoluto”. El segundo Cosmos es
para nosotros El Mundo, porque el Sol es a la vez, el origen
relativo, el centro y el Todo de nuestro mundo humano. Y si
nos acordamos de la frecuencia con que figura en buen
número de religiones, se puede, confrontándolo al “Muy
Santo Sol Absoluto”, comprender que es el representante
de un Sol más grande del que procede y del que extrae su
fuerza.

En cuanto al tercer Cosmos, el Hombre o Adán –alma


única- , del que se dice en el Antiguo Testamento: “Dios,
creó al hombre a su imagen”, es frecuentemente llamado –
en la tradición islámica por ejemplo – “El Representante”,
“porque ha recibido la naturaleza sintética”.

Esta jerarquía de los mundos solares, incluidos los unos en


los otros, da un carácter intensamente real a la noción de
“Representante”, que no extrae su fuerza sino de una
relación a un mundo más grande que él, el cual le transmite
todo lo que necesitan los que (quienes) están bajo su
custodia y deja entreve el carácter único escondido bajo la
multiplicidad.

Sin el reconocimiento de esta jerarquía cósmica, la idea de


la evolución no sabría despertar las partes secretas de
nosotros mismos.
El esfuerzo de la visión de estos mundos – en su relación
(insaisissable) inalcanzable de Tres en Uno -, permite al
menos entrever el Ser y la Creación en este “movimiento
inmóvil”, es decir, en esta vibración eterna, insostenible a
nuestros ojos y a la que no podemos aproximarnos en el
momento actual, que por el rodeo (más o menos
perceptible) de un doble movimiento continuo, de
nacimiento y de re-nacimiento, cuyo carácter contradictorio
y vivo debe entrar directamente en nosotros y finalmente
conciliarse por un auto único cuya inteligencia se nos
escapa en el momento mismo en el que creemos
conseguirlo.

Puesto que aún no podemos aproximarnos a la verdad sino


por tomas de conciencia parciales que no nos dan de lo
Real más que un aspecto generador de ilusión, tenemos
que tener en cuenta una situación de hecho y, para
preparar una posible comprensión unitiva, movernos por un
momento hacia la idea de la Involución, mientras
atesoramos la dolorosa impresión de que, por la falta de
una verdadera capacidad de pensar, nosotros separamos
artificialmente lo que ciertamente no está separado. Y a
pesar de que yo sea incapaz de acceder a esta
comprensión unitiva, quiero subrayar el hecho de que algo
en mí se niega a separar la Involución y la Evolución. No
hay, no puede haber dos movimientos opuestos que
debiéramos conciliar artificialmente. Estos movimientos
están en armonía todo el tiempo, pero es mi mental quien
divide un proceso único y me sume en los abismos de
contradicciones de las que sufro repercusiones cíclicas.

La idea de la involución, me obliga a mirar rápidamente uno


de los aspectos remarcables de la Ley de Siete – la
noción de los intervalos. Nosotros debemos intentar
comprender que la involución, tanto como la evolución, tal
como ellas se nos parecen actualmente, serían imposibles
sin estas aparentes “prohibiciones”.

Sin los intervalos, o bien la manifestación divina inicial


sería seguida de un retorno inmediato de las energías, no
habría por decirlo propiamente Creación, no se pedirían
ningún esfuerzo voluntario y por este hecho no habría
evolución, puesto que este retorno mecánico de las
energías no tendría en ningún caso un carácter consciente
y voluntario este carácter de “don” que nosotros veremos a
continuación que es el elemento fundamental de la
evolución tal como la debemos comprender... o bien todo
iría hacia la disgregación, hacia la progresiva disminución
del “Muy Santo Sol Absoluto”, lo que en términos
científicos podría traducirse por una entropía creciente.

Es probablemente esta segunda hipótesis, la que se debe


recordar si yo entreveo un poco lo que el Sr. Gurdjieff dice
en “Relatos de Belcebú a su nieto”.

Por consiguiente, para oponerse a este inexorable


acrecentamiento de la entropía, la evolución es
necesariamente deseada desde lo Alto y estos caracteres
particulares de la Ley del Siete, son un medio eficaz
enfocado a impedir la degradación progresiva y total de la
energía.

A la luz de este gran problema, tras el cual hay una


insondable Conciencia, aparece – sin ninguna duda posible
-, que la evolución es una necesidad y un deber de el Ser
cuyo eco puede ser percibido en nosotros. (6)

(6). Habría que estudiar la relación... entropía – tiempo –


eternidad

Así, la pulsación querida por el Protocosmos pasa por los


puntos críticos igualmente queridos. Uno de estos puntos
críticos se encuentra entre los planetas y la tierra. Allí, la
corriente de las influencias se interrumpe. Lo que vuelve a
decir que en este organismo universal, vasto cuerpo dotado
de conciencia y de voluntad, movido por un pensamiento,
regado por un corazón, la circulación es parada en un punto
preciso. Todo el conjunto de órganos situado por debajo de
este punto será (ischérnié –7-) corre el riesgo de gangrena
si una vía de circulación colateral no se abre. El conjunto de
los órganos así amenazado es el sistema terminal Tierra-
Luna (8).

Nosotros entrevemos la importancia de este fenómeno que


el Sol, actuando como “Representante” del Absoluto, carga
sobre él dar nacimiento a un fenómeno capaz de colmar el
intervalo que se oponía al crecimiento de la Tierra y de la
Luna. El intervalo, por las condiciones que él ha creado,
apela a un acto y da un lugar consciente al Sol Este punto
es para recordar porque nos ayudará a comprender
analógicamente la llamada que resuena en nosotros y que,
invitándonos a nuestro turno a un acto consciente, nos
propone un lugar ya no únicamente mecánico y pasivo, sino
aún consciente y voluntario, todavía será necesario que
nosotros comprendamos todas las correspondencias
analógicas que nos permitirán ser lo que nosotros
deberíamos (¿?) ser: El Tercer Mundo – o el
“Representante”. Dicho esto de pasada, para hacernos
entender - (porque nosotros nos esforzamos en
comprender las cosas de lo Alto) – la ausencia de
fundamento de nuestra inquietud sobre el tema de la
expresión “lucha contra Dios”. Todo muestra que esta lucha
es querida por el Absoluto y que el deber a todo nivel de
conciencia es comprender la razón y por tanto de responder
(10).

El error proviene del hecho de que yo miro el problema


desde fuera y no desde dentro, que la iniciativa que
proviene de mi persona apunta a una lucha que no es una
comprensión sino una violación o una escalada. Luchar,
“¿no es ser activamente inmóvil para permitir la libre
circulación de las energías en su doble movimiento
armonioso de descenso y ascenso?”.

Favoreciendo la lucha contra-corriente de las formas de el


Ser del cual tiene la custodia, el Sol deviene más próximo
del Absoluto, más parecido a Él: sirve sus designios. Esto
nos indica el acto que se espera de nosotros y precisa el
significado de la evolución. El esfuerzo consciente del Sol
que va a sostener la evolución en lo que tiene de universal,
es la creación de lo que hemos llamado una nueva octava
descendiente – que emana de él -, lateral de el Rayo de la
Creación, generadora de la vida orgánica, enfocada a
colmar el intervalo querido planetas-Tierra y a
restablecer el paso de la corriente descendente de las
influencias superiores. Pero esto no es sino uno de sus
significados, porque esta octava, es una de las
manifestaciones cósmicas más ricas de contenido, tanto
desde el punto de vista universal como desde el punto de
vista humano.

Ella nos puede hacer entrever la fuente de la impulsión


evolutiva que nosotros retenemos con tanta dificultad. Y se
puede decir que la razón de nuestra existencia, el sentido
secreto de nuestros movimientos tanto interiores como
exteriores, de nuestras contradicciones, así como de
nuestro destino, que todo eso está inscrito y que nada
podría ser más importante para nosotros que el intento de
descifrarlo.

Ella pone de manifiesto que el lugar del hombre no está


en el Rayo de Creación y que, si sus pies llevan bien
sobre la tierra las funciones superiores de El Ser – a las
que puede pretender por derecho de nacimiento –
pertenece a una alineación que no es el eje planetas-
tierra. Ella descubre que el hombre no apareció sino
secundariamente en el gran proceso de Creación. Por esto,
nosotros no podíamos abordar la idea de la Evolución bajo
el ángulo limitado de la evolución del hombre. Ella da un
vuelco a nuestros conceptos subjetivos en cuanto a la
relación de autoridad y de prerrelación en el tema de el
Mundo y de el Hombre. El Mundo no ha sido creado para el
hombre, sino el hombre para el Mundo. El hombre
corresponde a una necesidad cósmica. Nace para servir. Y
si nosotros pensamos que esta idea está en contradicción
con el relato bíblico del Génesis, es que no sabemos pensar
relativamente. Si, en la vida orgánica, muchas de las cosas
están ahí aparentemente para servir al hombre, no están
(entre otras razones), más que para permitir que el hombre
cumpla la función para la cual fue creado (12). Lo mismo
dice el Talmud: “La Thora no ha sido creada para el
hombre sino el hombre para la Thora”.
A lo que hace eco la afirmación del Trabajo que nos ha
podido confundir: “El Trabajo no es para nosotros”.

La dificultad que se presenta ahora es que conviene leer la


octava lateral alternativamente en su sentido descendente
y en su sentido ascendente, a falta de poder aprehender el
movimiento único, Tres en Uno, el único que podría dar
cuenta de la verdad.

En su sentido ascendente ella no habla de evolución salvo


en ciertas condiciones. Sólo una parte de la vida orgánica
puede evolucionar: la humanidad. Sólo una parte de la
humanidad puede evolucionar: ciertos hombres. El
significado de la evolución-hombre, en esta octava, es la de
el Hombre Total, no la de la humanidad; la finalidad de la
“humanidad” es totalmente diferente. Para mejor
aprehender su sentido ascendente volvamos a su sentido
descendente, pero de otra manera.

Por lo tanto, el hombre ha sido sembrado de arriba para


responder a una necesidad inherente de El Rayo de la
Creación. Pero que se trate de la Creación de los mundos
por el Absoluto o de la creación de la vida orgánica, se
descubre por analogía que lo que es verdad para la primera
lo es, de toda evidencia, para la segunda. Esta octava
orgánica no debe perderse más o disgregarse más que en
el mismo Rayo de Creación. El esfuerzo de Creación lleva
en sí la necesidad, la exigencia de un retorno. Y estos
ejemplos que vienen de niveles de vida muy elevados nos
invitan a buscar la correspondencia en nosotros mismos.

Notemos, sin embargo, un hecho capital. En el nivel Sol, la


Ley del Siete no está para crear, ella domina con todo su
poder organizador el acto consciente del Sol y precisa muy
exactamente su lugar sobre la escala de la conciencia. Por
debajo del Absoluto, puede haber esfuerzos conscientes,
pero no pueden hacerse de ninguna otra manera que en
función de condiciones precisas, ineluctables.

Esto pone de manifiesto que si el Absoluto no interviene


directamente en los mundos resultantes de su Presencia,
las leyes primordiales son los agentes que ordenan su
Gloria velada. Llevan su voluntad, testimonian de su
conciencia y le manifiestan en todos los puntos del
Universo.

A medida que intentamos aproximarnos a estos problemas,


una doble exigencia aparece.

El hombre está sembrado para transmitir mecánicamente


las influencias para ser “relación” en este pasaje de las
energías. Pero el hombre debe evolucionar porque si por su
creación la corriente descendente está asegurada, solo su
esfuerzo consciente puede permitir que una corriente
ascendente aparezca. Sin el esfuerzo voluntario del
hombre, no habría cambios. El hombre tiene por tanto
dos roles a desempeñar, un rol mecánico y un rol
consciente.

Conciliar estas dos exigencias opuestas nos obliga a parar


un instante sobre la noción de la octava. Una octava es una
sucesión ordenada de notas que se encuentran las unas
con relación a las otras en una relación definida.

Creado según el principio de la octava, el hombre, para no


ser una simple continuación caótica de notas, debe ser
“ordenado”, de tal manera que las correspondencias o
relaciones sean respetadas.

Cada una de las notas está representada en él, pero las


correspondencias aparentemente no son respetadas (si se
le considera bajo su aspecto habitual). La única realidad
constante es que, sea cual fuere el punto de caída del
centro de gravedad de su presencia, todos los niveles
permanecen materializados en él, pero el orden – en el
sentido cósmico de mundos jerárquicos -, no se ha
establecido. Esto desvela un poco más la noción de
evolución.

A cada vez, parece evidente (aunque yo lo olvide o lo


ignore), que a pesar de mis extravíos y de mi perversidad
(en la acepción etimológica de “movimiento en todos los
sentidos”), una propiedad invisible se mantiene previniendo
la interrupción y permitiendo el pasaje de las influencias
descendentes. Sin ésta, yo no podría ni tan siquiera
completar el primer rol mecánico para el cual he sido
concebido.

Conseguir comprenderlo sería, me parece, descubrir una de


las llaves de la vida. Y si nuestro intento no nos llevase hoy
más lejos que a esta pregunta y permitiese que se
enraizase en nosotros, no hubiese sido en vano.

¿Cuál es el hilo que – en mi sueño e incluso en mis


desórdenes (desajustes) más destructores -, me guarda (al
menos durante un tiempo), de una disgregación total y sin
retorno?... ¿No me está pidiendo volver, por otro camino
esta vez, en mí mismo, a esta noción de leyes primordiales
que testimonian (a pesar de mi aberración y estado de
inconsciencia), de una Conciencia latente, de una
Conciencia que vela en mi sueño (13) y de una Voluntad
detrás de mis sueños infantiles de poder?. Evolucionar, ¿no
es reconocerme en esta propiedad misteriosa?.

Vista así, la bajada implica ya un regreso. Testimoniando la


existencia de un continuum sub-yacente a la desarmonía,
ella impone buscar la huella y así aparece que la idea de un
Ser constituido según el principio de una escala significa:
SER que lleva en él todas las marcas de un camino que va
desde su origen secreto a su manifestación sensible. Este
camino que une el Cielo y la Tierra, el hombre puede re-
descubrirlo en él. De tal suerte, que no tiene jamás el
derecho de decir que ha sido abandonado por su Creador.

Es más, aunque el hombre esté en estado de sueño y que


su pretendida autonomía sólo sea reactiva, las substancias
que están en él no están inertes. Ellas viven, vibran y esto
concreta lo que se intenta definir por la expresión “llamada
interior”. En fin, ahí descubrimos el secreto de la impulsión
que nos invita a evolucionar, la razón de la nostalgia que
nos atormenta y que debemos traducir en actos y no en
lamentos.

Cuando nosotros nos preguntamos lo que significa “sueño y


despertar”, descubrimos el sentido en la toma de
conciencia – la incapacidad de vivir – de este estado
constitucional, el descubrimiento de estas substancias, de
sus relaciones, de sus conexiones y de sus desconexiones.
De golpe, se me aparece por qué estoy cortado de mí
mismo. Los pedazos buscan juntarse, su unión no dará por
sí misma, por añadidura, este Yo al que aspiro, pero sin su
reunificación faltaría la condición esencial para la
manifestación de este Yo.

¿Es necesario que diga que el verdadero descifrado de esta


octava debe ser interior, estrechamente ligado a este
esfuerzo del que nosotros aprendemos cada día a
aproximarnos más y que su estudio intelectual no es más
que una etapa preparatoria?

Cada aproximación de una substancia más fina, cada


percepción de un nivel diferente, mientras me confirma la
realidad de esta constitución, necesita en el punto de
partida un esfuerzo cada vez más consciente. Mi centro de
gravedad puede así desplazarse. Pero finalmente, la octava
entera deberá ser vivida. Las tentativas que me hacen
abandonar un nivel por otro, una nota por otra, todavía no
son sino refinados vagabundeo. Vivir una octava en su
totalidad, sería descubrir que estos dos movimientos que
llamamos “primer nacimiento” y “segundo nacimiento”...
lejos de ser antagónicos, se reúnen y se completan. El
primero fue la promesa del segundo. El segundo va
justificar al primero.

Volvamos ahora al sentido ascendente de esta octava. Más


allá de la evolución posible dl hombre que soy actualmente
(punto de vista aún muy subjetivo), significa igualmente la
cadena ininterrumpida de todos los niveles de hombres en
vías de evolución.

Desde el hombre ordinario hasta el hombre íntegramente


evolucionado y, por un retorno a la noción única de
Hombre, pero sin medida común con el concepto que yo
había tenido a través de mi visión subjetiva, significa la
Evolución del Hombre, considerado como Hombre Único:
Adán.
Hombre único que pertenece al sistema solar y a la vez
emerge de ese mismo sistema – si tenemos en cuenta el
lugar atribuido al cuarto cuerpo -, con relación a los
diferentes mundos del Rayo de Creación. Esto aparece aún
más claramente cuando se intenta representar los
diferentes niveles del hombre, ya no en términos de
sistema lineal, sino en función del eneagrama. El hombre
nº 7 está a la vez en relación con este mundo solar y
escapa por el hecho de haberse convertido en un
eneagrama completo, es un universo completo análogo al
Gran Universo propiamente dicho.

¿Qué es él entonces en relación a los mundos superiores?,


¿Hacia qué forma desconocida por nosotros puede él
evolucionar?, ¿Se transforma él como una célula del
Megalocosmos?... Evidentemente lo ignoro y todas las
hipótesis son fantasiosas ante un hecho tan simple: más
allá de este punto hay ciertamente otro concepto de la
evolución, pero por debajo de este punto, la evolución se
llama “devenir un hombre” y solo esto debe ser recordado.

Sin querer ir más allá que citarlos, pienso que no es inútil


decir, para invitarnos a reflexionar, que esta octava de la
vida orgánica pone de manifiesto otros problemas... porque
ella evoca:

El Círculo consciente de la humanidad y los círc8ulos


exteriores. El pasaje de las influencias C.

 La doble constitución del hombre en naturaleza ordinaria


y naturaleza superior: lo visible y lo invisible, la noción de
centros superiores y la de el vínculo con ellos. Ella hace que
deseemos encontrar la correspondencia entre la máquina
de tres pisos y esta estructura humana según la Ley del
Siete.

 Ella sugiera, en fin, el problema de los alimentos y de los


intercambios, el problema de la apertura a los diferentes
niveles del Universo.
Pero es más importante intentar ajustarse cada vez más a
la idea propuesta. Después de entrever la razón de la
necesidad de evolución que lleva el hombre, es necesario
girarse hacia su posibilidad de evolución. A decir verdad, es
el mismo problema, porque su responsabilidad reside en su
necesidad y su necesidad en su posibilidad y las dos en su
constitución.

Es remarcable descubrir que el hombre está


potencialmente ligado e incluso que él está ligado de
verdad. A pesar de que parezca como separado y se
manifiesta como privado de vínculo. Es exactamente el
problema que evocábamos hace un instante.

No es sino otra manera de hablar de evolución. Pero


siempre se tratará de Conciencia, de Voluntad y de Hacer.

Vinculado, de hecho, atravesado igualmente de hecho por


todas las categorías de influencias... el hombre puede serlo
activamente o pasivamente. O mejor, activa y pasivamente
a la vez. Lo que implica detrás de la dualidad a un Trinidad
y en el seno de la trinidad una unidad englobante. (17)

¿Soy libre de ser aquello o no?. ¿Soy libre de evolucionar o


es el suplicio de Tántalo?... La pregunta es importante a
medida que descubrimos más profundamente nuestra
esclavitud y las razones cósmicas de este estado.

Pero yo estoy seguro no de tener la libertad, sino de llevar


en mí el principio de libertad. Y la respuesta,
paradójicamente se me muestra brillante en lo que yo creía
no podía ser jamás otra cosa que sujeto de amargura: yo
estoy sometido a dos corrientes implacables y opuestas y
es el hecho de que sean irresistiblemente opuestas lo que
hace posible la liberación.

Pero entonces la evolución no se muestra ya simplemente


como una subida y siento que el opresivo contrapunto de
los antagonismos puedo dejar sitio a otra visión.

Sobre cada punto de intersección de estas corrientes, yo


soy libre si la percepción simultánea de estas corrientes se
mantiene igual. Y digo bien en cada punto de intersección.
Porque no hay para nosotros una liberación de una vez y
par siempre, sino una escalera de liberaciones sucesivas.
Hasta este impensable donde las leyes primordiales se
recomponen en “Un todo sin segundo”. Pero no
especialmente en un punto designado por mi mental. A la
vez ARRIBA, ABAJO y en MEDIO.

Si el hombre estuviera sometido a la corriente descendente


estaría perdido para siempre. Si sólo estuviera sometido a
la impulsión ascendente, no habría esfuerzo consciente,
luego no habría evolución. Y soy “contradicción”. Pero lo
que sólo era una constatación deprimente deviene fuente
de esperanza porque estas corrientes no cesan. En el
silencio que vuelve, las puedo “oír” actuando en mí,
descubrir que esta noción de octava después de no haber
sido más que una clase de visión espiritual, abstracta y fría,
se materializa, se anima y bate en extrañas arterias nuevas
- más allá de mi pulso sanguíneo -, una clase de flujo a un
ritmo muy diferente. Este flujo me habla de una vida aún
desconocida pero cuya certera entrevista me da al fin el
ardiente deseo de ser yo mismo.

Esta escala existe. Si solo hubiera oído hablar... no habría


despertado ningún eco... pero veo que para que sea
(devenga) real, ella quiere que yo la espose. Ella (¿?) me
ha dado vida y yo debo a mi vez recrearla descubriéndola.
Ella (¿?) es mi substancia y por tanto me esperaba para
devenir concreta (18).

El hombre es potencialmente una unidad pero lo debe


descubrir para llegar a ser un Mundo, el Tritocosmos (19).

La comprensión de esta unidad potencial hace que


aparezca por analogía cómo hay que mirar el Rayo de
Creación, que no es de ninguna manera una sucesión de
Cosmos más o menos aislados o más o menos vinculados
(20).

El Rayo de Creación es un todo en potencia. Quizás (21)


el todo que no se pierde más que para reencontrarse. Cada
mundo lleva en él la misma impulsión inextinguible de
retornar porque cada uno lleva en él la huella de los
mundos que le son superiores, lo cual está claramente
enunciado por la manera de contar el número de órdenes
de leyes para cada mundo.

Pero en esto como para el hombre, la toma de conciencia


se debe hacer tanto hacia abajo como hacia arriba. El acto
consciente del sol es un excelente ejemplo. Girado hacia el
Absoluto para comprender la necesidad se gira al mismo
tiempo hacia los mundos perdidos en lo más lejano y actúa
para que la zona crítica sea colmada.

Esto confirma que la noción de la evolución no es un simple


movimiento de oposición. Si no fuera así, - y esto solo se
puede ver sobre el eneagrama – todos los esfuerzos
conscientes estarían condenados a recaer en la ronda sin
fin de las partes de un Todo que se buscan y no se
encuentran sino ara perderse. Si puedo mantener un
instante esta visión, ella conmoverá todos mis conceptos y
comenzaría a liberarme.

Volviendo a mi cuestión del hombre preocupado de


evolucionar, me debo convencer de que en el instante en
que yo percibo la doble corriente que me atraviesa y me
imprime su movimiento contradictorio, algo debe aparecer
en el distanciamiento y en el seno de la falta en que me
encuentro. Esto es posible porque no estoy solo y sin querer
entrar en mucha profundidad al respecto, recordaré que
esta octava es a la vez la octava de un hombre que lucha
por encontrarse y la octava de los hombres que han
evolucionado. Con ellos existe una comunicación secreta en
el centro de mi ser y, como una transfusión en el coma, yo
recibo una parte de las cualidades del transmisor. La vida
¿vuelve ante mis ojos?. Yo sé que me despierto. ¿Voy a
levantarme y a probar que he comprendido que puedo
renacer?

Así visto, el problema de la evolución une todos los niveles


del Ser y recuerda que no hay sino Uno y que el Hombre es
su representante.

Una pregunta se mantiene que hay que abordar para


concluir y que es la única que interesa a la ciencia oficial:
¿cómo se debe comprender la evolución de la humanidad?
Si es verdad que, por definición evolución significa la
evolución de la conciencia y que la conciencia es a nuestro
nivel un fenómeno individual esta cuestión que lleva sobre
la “masa humana celular” y no sobre el “individuo” no
tiene sentido. Sin embargo se le podría encontrar uno por
una clase de rodeo.

Esto merece que nos detengamos un momento.

Función de la vida orgánica, la humanidad está ligada a la


Tierra. Por tanto sufrirá por contragolpe el destino de este.
Si la tierra involuciona, la humanidad se ensuciará; si ella
evoluciona, sufrirá mecánicamente la repercusión. Pero
nada dice que esta repercusión sea obligatoriamente
favorable, pudiera ser incluso que la via orgánica dejase de
ser necesaria. Incluso si la humanidad debiera beneficiarse,
hay que recordar que la evolución de la tierra debe
probablemente calcularse en millones, ¡en millones de
años!. Esta duración, sin medida común con lo que dura
una vida humana, resta finalmente todo interés a esta
eventualidad, por otro lado problemática. Aún más, si la
cadena de hombres evolucionando conscientemente fuere
interrumpida, esta posibilidad no garantizada de evolución
indirecta de la humanidad sería destruida porque
interrumpida la octava de la vida orgánica, las influencias
superiores no llegarían más a la tierra. De modo que vida
orgánica, humanidad, tierra y Luna desparecerían.

Cuando nos preguntamos si no es injusto que la


humanidad no pueda evolucionar, nos estamos desviando
sentimentalmente del verdadero problema de solidaridad.
La posibilidad de evolución existe en un sentido para todos
los hombres, pero es potencial y debe ser considerada por
cada célula-hombre.

Depende del esfuerzo de algunos hombres que han


escuchado la llamada desde el fondo de su ser. La
verdadera injusticia sería que, oyéndolo, yo no respondiera
porque disminuiría la esperanza para los que esperan en el
sueño. Si ninguno de los “escogidos” se levantase, la
esperanza quedaría rota, la raza humana desaparecería, el
empuje terminal del Rayo de Creación en peligro de
muerte. Porque en la esfera de este sol que es el nuestro,
los mundos necesitan tanto de hombres dormidos como de
hombres conscientes. Y esto probablemente en una
proporción bien definida. Cada esfuerzo real que nosotros
hacemos dirigido a la conciencia siempre aporta sus frutos
y mientras que un resplandor crece en nosotros, el filtro en
esta masa indiferenciada de la que poco a poco los
hombres se elevarán a fin de que los niveles superiores de
evolución estén siempre representados, poara que jamás se
interrumpa la transmisión de las corrientes de la vida”
(22).

En definitiva, memorizaremos que no se puede hablar de


evolución... antes de que aparezca un primer soplo de
conciencia, después una sed de comprender y un esfuerzo
para ponerse en camino hacia una finalidad por mucho
tiempo misteriosa.

Estría tentado de pararme aquí porque más allá comienza


lo que no se puede revelar... y a pesar de que no ignoro que
ahí reside el meollo de esta cuestión ¿qué hacer?

Me he esforzado de reunir los elementos de base.

He intentado liberarme tanto como se podía de los aspectos


más formadores de mi mental y de confrontar las ideas.
Significados que estaban escondido tras estas ideas han
aparecido. No quiero perder estos descubrimientos. Por mi
parte sé que sin este esfuerzo no me puedo aproximar a la
idea de la evolución... y por lo tanto este mismo esfuerzo
puede impedirme evolucionar.

Debo por tanto, librarme poco a poco de toda formulación,


de toda imagen y por tanto, no perderme nada de lo que
me empieza a aparecer. Sería necesario que no consiguiera
una cualidad de esfuerzo tal, que no quedase más en mí
que la trama invisible de lo que ha sido revelado. Entonces,
sobre esta clase de líneas de fuerza, podrían inscribirse y
ordenarse todas las experiencias, todos los esfuerzos sobre
sí, permitiendo redescubrir el balanceo de la energía a
través de las funciones en un doble sentido; redescubrir mi
propia vida orgánica con sus reinos escalonados, análogos
a los grandes reinos que constituyen la vida orgánica sobre
la tierra. Hasta este germen en mí – análogo a la
situación del hombre en el seno de la humanidad -, germen
por el cual esta compleja organización fue creada.

Deviniendo ATENCIÓN-CONCIENCIA-VOLUNTA-ACCIÓN,
percibiendo la substancia de todos los mundos que me
constituyen y las leyes que los ordenan, descubriendo la
Inmovilidad en lo móvil y lo Único en lo múltiple, entonces
podría yo, hablar de evolución.

Pero, como de todo eso estoy muy lejos, no he podido sino


preparar el terreno.

LA OCTAVA LATERAL Y LAS INFLUENCIAS


Representa ante ti esta gran gama universal: El Rayo de
Creación y al mismo tiempo, la gama que parte del sol;
esta gama donde la vida orgánica encuentra su sitio.

Pero tu pensamiento y tu información no te permiten, hoy,


ver que las gamas son un número indeterminado y que lo
que ves en este proceso se refiere a una gama que se
enlaza a otra, que está cortada por otra con un juego de
intervalos.

¿Podemos hablar de involución y de evolución?. Antes, hay


que comprender estos términos de una manera más global
con respecto a nosotros. Yo me siento llevado por una
corriente; hay algo sorprendente: si el proceso de creación
se parase, puedo presentir que todo se pararía. Luego, esta
corriente que me arrastras, aparentemente hacia mi
pérdida en tanto que individualidad, yo, no podría de todos
modos desear que parase. Esto puede ya reconciliarme con
una corriente descendente.

Después, yo veo que esta corriente es “mecánica”. Primera


visión de la involución como sucesión de causas y efectos.
¿Qué es la evolución con respecto a esto?. Tengo que
captar el punto donde un proceso de involución deviene
evolutivo. Es la “conversión” en algunas enseñanzas. Es la
vuelta (el giro) de los signos. Es muy importante para
nosotros comprender que es en este mismo momento en
que se produce el giro que la evolución comienza; después
se puede parar de nuevo y yo recaigo en una corriente.
Finalmente veo que la evolución no podrá ser sino
“consciente” incluso si las gamas de carácter mecánico se
desencadenan entonces... porque puede haber en mi
tentativa consciente resortes automáticos – por eso decía
antes, que hay todo un conjunto de gamas -; pero yo sé,
por el sabor de mi tentativa, que hay un giro, que el signo
se mantiene; es una tentativa de evolución.

Si yo mantengo la tentativa, tengo, por momentos, el


reflejo de una visión totalmente diferente, como si mi
pensamiento – en lo que se va a traducir – se encontrase
influenciado por otra capacidad de pensar que se me
escapa. Quizás solo porque estos esfuerzos de más en más
rigurosos y por tanto, aparentemente destinados a fracasar
si yo permito que se acelere mi nivel de pensamiento actual
y esta aceleración permitiese el contacto con mis centros
superiores. Ellos no están lejos y para mi cabeza, bastaría
que consintiera a ponerse en marcha para que yo tuviera
algunas veces la sorpresa de un reflejo, si o de un contacto,
porque para eso, me faltan los organismos intermedios que
son los cuerpos superiores.

El mundo más próximo a nosotros es el mundo terrestre e


incluso más preciso, la vida orgánica, de la cual somos,
cada uno de nosotros, una célula.

En la octava lateral, hay siete notas del Sol a la Luna, de las


que tres – LA, SOL, FA – para la vida orgánica, que, cosa
curiosa, está como “tumbada” entre los mundos superiores
y los mundos inferiores, representados cada uno de ellos
por dos notas – respectivamente DO-SI y MI-RE – dos notas,
dispuestas cada una verticalmente, por encima y por
debajo (ver diagrama). Con relación a los centros, nos
sorprende la disposición que se ofrece; y ciertas ideas del
Trabajo corresponden a este hecho de una manera
chocante. La octava lateral abre para nosotros una gran
esperanza. Es la posición del hombre- que, en el estado
actual de las cosas, pertenece mucho más al mundo Tierra
y al mundo Luna – no es miserable sino porque dejamos
que las cosas vayan como van. La escala está ahí. El
Camino está trazado. El hombre con sus niveles de uno a
siete puede ir y venir sobre una parte muy vasta del Rayo
de Creación. ¿Cómo puede el hombre estar tan limitado,
cuando recibe el alimento correspondiente a una tan vasta
escala? Solo por dejación y por ignorancia. Pero son
enormes las posibilidades concedidas. Estas ideas no son
aún suficientemente claras para ti. No comprendes el doble
sentido de subida y bajada de la octava lateral.

Yo estoy constituido como “un ser de tres pisos, capaz de


desarrollarse a sí mismo”, pero llevo una vida que no se
corresponde, en absoluto, a las posibilidades latentes en
mí.

Este esquema de una escala lateral, con esta forma


curiosa... Ahí también tenemos la impresión de un reflejo en
el agua. Es simétrica en relación a LA-SOL-FA como algo
que se refleja del revés (ver diagrama).

El Rayo de Creación tiene un intervalo que colmar entre FA-


MI de la gran gama, el Sol emite una octava lateral. Pero a
medida que avanzamos, más vemos que en el Universo
nada se hace por una sola razón (era también la manera de
proceder del Sr.G.) El Sol no habría hecho tanto esfuerzo si
no hubiera habido otros problemas a resolver, otras
correspondencias. Por un lado, ciertas energías deben (y lo
hacen) descender hasta el extremo del Rayo: La Luna. El
Sol, él mismo, necesita recibir (la octava es ascendente y
descendente). En “Fragmentos” se dice, que la vida
orgánica debe salir de las emanaciones que irán a su vez, a
alimentar la Tierra, la Luna y el Sol. Ya vemos que eso va
en los dos sentidos, que este proceso de creación
suplementario no ha sido hecho por una sola razón.
Además, cosa curiosa, la escala propia de los hombres, está
alimentada por la nota sol, que es el Sol. Pero la esencia
que nos constituye, viene, se nos dice, de muy alto.
Imagen de la Caída, donde el hombre, que desciende de
muy arriba, se ha hundido hasta materializare en un grado
tal, que ha olvidado su origen.

Finalmente, vemos que esta octava lateral corresponde a


las necesidades dl Sol, así como a las de la Tierra y de La
Luna, pero también sin duda a las necesidades de la
esencia que desciende a lo largo de esta gama (este rayo?)
y podría ser capaz de remontarlo igualmente.

Cuando se evoca la idea de alimento, hay que tener


enseguida, la idea de apetito, de necesidad de alimentarse.

¿Por qué descendería esta esencia? Para una


experiencia. La idea de –El hombre, experiencia del Sol –
tiene más de un sentido. Es difícil, hoy, de precisar cómo
pasan las cosas, pero parece que en el ser del hombre, que
comporta diversos elementos – entre ellos, la esencia, la
personalidad, la falsa personalidad -, se ven jerarquizados
los principios que no están sometidos a mismo número de
Leyes que encuentran su correspondencia en la gran octava
del Rayo de Creación: nivel Luna, nivel Tierra, nivel
planetas, nivel Sol.

Visto bajo este ángulo, la idea de nutrición,


nos lleva a nuevos descubrimientos y
podemos entrever la finalidad del problema de
la identificación. Si la esencia no tuviera la
necesidad de alimentarse, quizás no existiría
este proceso, este malentendido que estaría
bien aclarar. No es bueno en una escala de
este género descender demasiado abajo,
hasta la sumisión a 96 órdenes o leyes, lo
cual, quizás no sea necesario. Despertar es
urgente.
También se ha dicho: “Cada uno de los niveles de la
escala lateral se corresponde con un tipo de hombre del 1
al 7”. Y siendo continua la Creación, no podemos considerar
estos tipos de hombre como independientes los unos de los
otros.

En toda escala hay semitonos y si el Sol está obligado a


colmar un intervalo con relación a un proceso muy grande
cósmico... ¿por qué no se produciría lo mismo con relación
a un proceso menor?

Entre el hombre número 7 y los hombres 1-2-3


puede haber también intervalos a colmar.
Se nos ha dicho que por una parte hay influencias creadas
por el medio en el que vivimos. Influencias A, mecánicas y
en abundancia. Por otra parte las Influencias B: de origen
consciente, pero cayendo –Idea de caída – en la corriente
de la vida. Y, las Influencias C, que son y permanecen
conscientes. Las Influencias B y C deben seguir un camino
diferente. Recibo las Influencias B a través de los textos
sagrados y de ciertos monumentos, por ejemplo; en suma,
las recibo del exterior. Pero yo recibo las Influencias C
desde dentro. Las que vienen de dentro, no “caen”, no se
pueden pervertir porque para ser verdaderamente
percibidas, ellas, exigen un esfuerzo en retorno. Las dos
tienen una fuente consciente. Las Influencias B son un don
que se le hace al hombre; esparcidas en el círculo de la vida
general de la humanidad, el hombre hace lo que quiere. Si
los hombres las cogen con lo que hay de más superficial en
ellos, las despedazan. Los que las cogen con lo que hay de
más valor en ellos... ellas, refuerzan su necesidad.

La característica de las Influencias C, es que no puedes


desperdiciarlas tan fácilmente.

Pero ¿Quizás no hayas recibido nunca Influencias C? Quizás,


lo mejor que hayas recibido han sido Influencias B bien
asimiladas?

He aquí un problema muy claro que expongo: 48-3=24

Me explico un poco; ,Las 48 órdenes de leyes de la Tierra


están formadas de: 24+12+6+3+3 (de la Tierra) Hay, por
tanto, tres leyes de orden terrestre. Se dice que, si un
hombre pasa de un nivel a otro nivel, solo está sometido a
la mitad de las Leyes (nivel planetario)... ¿cómo quitando 3
de 48 se puede pasar a 24? Si se mira el problema con
seriedad, puede aclarar muchas otras cosas. Esto puede
hacer comprender por qué hay Influencias que caen y otras
que pasan y no caen.

Finalmente, el hombre recibe un buen número de


Influencias de muy Arriba, pero que degeneran. Aquí
aparece la idea de un centro magnético porque las
Influencias B servirán a la creación de un centro magnético
que permite un retorno y la entrada en contacto con las
Influencias C, “escuelas”.

Mirar este juego de fuerzas con las subidas, las bajadas, los
elementos que se completan, que permiten el pasar de un
nivel a otro.

Se decía antes. “La vida orgánica evoluciona”... entre la


misma, los hombres, entre ellos, ciertos hombres de los que
solo unos pocos lo conseguirán de verdad. Ahí también hay
una jerarquía y también una continuidad, los niveles están
ligados los unos a los o tros, ellos están “penetrados” los
unos en los otros.

Se ve que es necesario un puente. La esencia que


desciende de muy arriba, las Influencias que descienden de
un conocimiento y después, el empuje ascendente :muchos
hombres, después, de menos en menos y todo ello
relacionado de diferentes maneras...

Una idea interesante – para aquellos que consideran una


injusticia que solo algunos puedan trabajar: Los hombres
que trabajan de verdad, conscientemente, sirven de hilo
que une las mayores alturas al conjunto de la humanidad y
si ellos dejasen de trabajar – ellos son “la sal” de la Tierra -,
todo el resto de la humanidad moriría. Correspondencia con
el intervalo colmado por la vida orgánica, que permite la
Vida de la Tierra y de la Luna.
Así, la esencia aparece desnuda – sin personalidad en el
nacimiento -, viniendo de otro mundo para vivir una
experiencia y alimentarse, ella se viste de algo: forma física
y personalidad. Los intercambios nutricionales se harán ahí.
La esencia sola, no puede (“Fragmentos”: hombre de
esencia débil y fuerte personalidad o viceversa). Es
necesario un equilibrio entre estos dos organismos.

Como el mundo está hecho para estos intercambios,


encontramos ahí el mismo juego. Entre el número infinito
de esencias que se visten así de personalidad, solo algunas,
encuentran un equilibrio justo. Imagina semillas
innombrables (incontables?) de las cuales algunas
solamente dan nacimiento a un organismo.

La idea del puente nos muestra por qué trabajar sobre sí es


tan difícil, por qué todas mis tentativas aparentemente
fracasan –pero cristalizan de todos modos-.

Si me represento las dos octavas y que el Mundo ha sido


creado por necesidades implacables, razones por el
Absoluto, razones por el sol, si yo puedo aproximar eso a mi
necesidad, entreveo esta inmensa escala, que responde a
una necesidad que yo no puedo transgredir. Veo que eso
responde a la necesidad de una organización mucho más
inteligente. Siento que hay en el Universo seres que
piensan, que viven; un sentimiento puede elevarse y yo
siento que no estoy sólo, no estoy abandonado y que todo
eso va hacia una finalidad.

La idea de que el hombre no está terminado, de que la


Creación es permanente, que ella recomienza, que
continúa, que yo participo de todo eso.

El hombre es un ser caído, desposeído, presa de tormentos;


Yo comprendería que no es en vano. La desgracia de los
hombres, es que es en vano – pero ¡quizás sea totalmente
falso!. Lo que es inútil, es mi manera de mirar.

Se puede considerar que los hombres de los niveles


conscientes han cogido como tarea enviar las Influencias,
luchan por ello, pero también por nosotros. Sin ellos ¿cómo
encontrar el camino?
Mirar la identificación con relación a esto: La esencia tiene
hambre – sentimos, a veces, que lecturas, espectáculos,
etc. no nos alimentan -, pero ella se pierde. Tiene hambre
de impresiones. “El hombre no puede vivir un segundo sin
impresiones”. Luego, eso toca en él par parte más esencial
de su complejo organismo.

Por otro lado, se habla de Influencias y de impresiones.


Hay un origen y una acción que no son lo mismo. Podemos
recibir excelentes impresiones sin evolucionar, pero
dispuestos a recibir ciertas Influencias, podemos
evolucionar.

El hecho de que no acerquemos esta idea del hambre a la


idea de alimento prueba que no estamos en contacto con la
esencia. No la escuchamos. Mientras no estemos
convencidos, no hacemos el esfuerzo de tomar
conscientemente las impresiones recibidas.

Intenten resolver estos problemas. 48-3=24

Hambre – alimento = identificación.

Esto permitirá quizás mirar la máquina – la constitución del


hombre – de una manera nueva, sin perder de vista la
octava lateral.

LA ESCALA DEL HOMBRE


Hombre, yo vengo del mundo 6. Yo vengo del mundo de las
estrellas (ver diagrama). Volvamos a ese curioso cálculo
que ya ha sido propuesto. 48-3=24.

Si tu te liberas de la mitad de las leyes: 24, si tu te liberas


aún de la mitad: 12; si tu te liberas de nuevo de la mitad:
6; No se dice más. Es mi punto de origen, mi punto de
Retorno. Por esto las religiones hablan de una caída o de un
descenso. No es un castigo, es una caída, ¡sí!... ¡Pero es
una suerte inesperada!.

No olvides nunca lo que está dicho en otros textos de las


Escrituras, de las tradiciones: Los ángeles, ellos mismos, si
quieren evolucionar, deben tomar la forma del hombre. No
hay otra posibilidad. Entonces, a primera vista, es una
bajada, es una encarnación en la materia pesada, para
transmutar y al mismo tiempo, servimos un designio,
realizamos nuestro rol. Es necesario que lo que está abajo
entre en combinación con lo que está arriba, esto no puede
quedar aislado, es una ley de justicia. Son intercambios
recíprocos, si lo preferís, relaciones de ayuda mutua.

Entonces, será una alegría si yo comienzo a comprender el


verdadero sentido de esta frase: “Yo vengo del Mundo de
las estrellas y soy llamado para regresar”

Porque yo he consentido este descenso, y es necesario que


lo consienta todo el tiempo, que esto sea verdaderamente
mi trabajo, quizás incluso yo haya servido a la Tríada
primordial, es decir, al Único y tentado de aproximarme al
Absoluto, de formar parte de ese Mundo Único.

Pero no podré – en el punto de partida del Mundo 6 – formar


parte de la Tríada primordial si no hubiera sufrido esta
transformación. Es solo en el Retorno donde existe
esta posibilidad. Comprendemos un poco el sentido d elo
que se dice en “Belcebú”, este retorno al planeta Karataz,
tras una larga lucha, todos estos errores, estas faltas, esta
transformación y el Retorno, al fin, hacia la verdadera
Patria. Porque mi Patria, está Arriba. Aquí, está el terreno
para ser trabajado y es necesario que yo concurra a ese
Trabajo, no puedo permanecer pasivo.

Tranquilízate, no puedes transgredir ninguna ley divina, es


rigurosamente imposible. Si aparece la remontada a contra
corriente, es porque esto es deseado.

No puede ser de otro modo. En los momentos en que me


sobreviene una duda, no tengo más que mirar cómo me
comporto habitualmente, mecánicamente, entonces, tengo
miedo de esta actitud. Es, dejándome llevar de la suerte
cuando yo me sitúo realmente en contra, que soy rebelde,
mientras que remontando, yo no soy rebelde, yo soy el que
se recuerda.
Intenta comprender esto: Para las formas “êtriques” (sin
ser?) que han sido creadas completas – el Cosmos, por
ejemplo -, la mecanicidad es la obediencia a lo ordenado y
para los seres que han sido creados inacabados, a fin de
llevar ellos mismos la mecanicidad, la mecanicidad es la
desobediencia a la orden. Esto cambia el problema.

Se dice, en numerosas tradiciones – en el cristianismo no se


dice el Absoluto, sino Dios -, que Dios sufre. ¿Cuál es el
principio que ha querido y permitido al mundo que dios
sufra a través de mí y en mí?. Estas condiciones terribles,
son necesarias, ineluctables, inevitables. Es necesario que
todo el conjunto funcione porque es una máquina, es una
condición por un gesto que hasta el presente se nos
escapa, pero del cual tenemos un vago presentimiento. Hay
al mismo tiempo este rastro de consciencia que hoy se
encuentra en condiciones difíciles, pero posibles. Quizás no
esté claro para todos lo que digo, pero para cada uno de
nosotros este rastro de consciencia... ¿qué es lo que yo
hago?, ¿cómo respondo?. Me inquieto un poco porque se
habla, se me avisa que quizás me vaya a encontrar en
condiciones dramáticas después de mi muerte... y después
en el momento en el que hago un ejercicio que traería, por
fín, una posibilidad, yo sueño, estoy en la Luna... ¡y eso no
me hace crujir los dientes! Si no respondo, si este rastro de
consciencia que es lo esencial para mí, no se agita y no
lucha, entonces... entonces... sirve a otra cosa.

Ella sirve, pero yo me encuentro encadenado en una


secuencia que es cada vez más difícil.

Responder Reenviar

Responder

liv kolb mostrar detalles 12:55 (0 minutos antes)

para go
No se muestran las imágenes.
Mostrar las imágenes a continuación - Mostrar siempre imágenes de
sven1@hotmail.com
fantastico!!

millon de gracias!

To: gurdjieff_ouspensky@yahoogroups.com
From: oisumo100@hotmail.com
Date: Sat, 24 Oct 2009 17:40:44 +0200
Subject: [Gurdjieff_Ouspensky] RE: [NUEVO INTENTO

A ver ahora...

Un abrazo.

Maite

TRADUCCIÓN – Sobre el camino de la octava en el hombre (Michel


Congé) – Maite G.

- Extrait d’un échange sur le thème “L’homme est une machine”


Reims, 7 décembre 1959 Extraído do livro “Sur Le Chemin De
L’Octave De L’Homme” – Testemunho de um aluno de G.I.Gurdjieff,
escrito por Michel Conge. Este nasceu em Pau, sudoeste da França
em 1912.
Sur Le Chemin De L’Octave
De L’Homme
SUR LE CHEMIN DE L’OCTAVE
DE L’HOMME
Sobre el camino de la Octava DEL
HOMBRE
Michel Congé

Mi vida y mi muerte, mi liberación o mi


pérdida no son cosas aisladas, son procesos
constantes, son las resultantes. Todos son
combinaciones o estados. Es en un organismo
en continuo cambio y que va hacia su
desaparición que debe nacer el Yo eterno.

S-ar putea să vă placă și