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PROMOVIENDO

EL VALOR DE
LA JUSTICIA

Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a


cada uno lo que le corresponde o le pertenece.
BUSCAR EL EQUILIBRIO
Una figura famosa representa a la justicia. Se trata de una
mujer que lleva los ojos vendados y porta una balanza con
sus dos platos en equilibrio. Los ojos vendados significan
que, sin importar de quién se trate (sin tomar en cuenta su
raza, su religión o su lugar en la sociedad), todos deben
recibir lo que les corresponde.
 
La balanza indica que la decisión no debe inclinarse a
favor de una persona y en contra de otra. La injusticia
ocurre cuando un plato se inclina más que el otro. Por
ejemplo: es injusto que una persona trabaje mucho y le
paguen poco, pero también lo es que trabaje poco y le
paguen mucho. La injusticia aparece en la vida diaria
cuando le negamos a alguien lo que consiguió con su
esfuerzo. También aparece en la sociedad cuando hay
personas que no tienen casa ni ropa, mientras otras
cuentan con más de lo necesario para vivir.
VIVIENDO EL VALOR
 
El valor de la justicia se refiere a la concepción que
cada época o cultura han tenido de lo que es bueno
para todos. Su fin práctico es reconocer lo que le
corresponde y pertenece a cada cual hacer que se
respete ese derecho, recompensar su esfuerzo y
garantizar su seguridad. No se limita a los casos que
se tratan en los tribunales, aparece en la vida diaria
como un factor del que se derivan relaciones más
equilibradas y respetuosas, así como el bienestar de la
sociedad en su conjunto.
A CADA QUIEN, LO QUE
MERECE
Estamos rodeados de personas, y nosotros formamos parte del
mundo de ellas. Por el hecho de existir a cada una le corresponde
vivir en buenas condiciones. Es justo que tenga alimentos, un
hogar y la oportunidad de hacer lo mejor de su vida, según su
inclinación. Para lograrlo tiene que esforzarse. La justicia consiste
en garantizar que el resultado del esfuerzo se respete.
Por ejemplo, si ganamos la competencia de natación, es justo
que nos den la medalla. Para que haya justicia nosotros debemos
reconocer las ilusiones, el esfuerzo y los resultados de los otros. Si
otra persona llegó a la meta antes que nosotros es justo que ella,
y no nosotros, reciba la medalla. Cuando existen dudas sobre lo
que corresponde a cada quien, hay reglas y leyes para decidirlo.
Debemos procurar que se apliquen..
PARA LA VIDA DIARIA
Todos queremos tener acceso a lo mejor, por ejemplo, ganar un
concurso u obtener un buen empleo. La justicia permite que las
personas que se han esforzado en lograrlo lo consigan.
 
• En situaciones comunes (como cualquier juego o la conducción de
un vehículo) seguir las reglas garantiza el orden y la seguridad.
 
• Si dos personas juntan su dinero para comprar un objeto, es
recomendable procurar que cada una reciba la parte que le
corresponde.
 
• Aunque tengamos prisa para realizar nuestras actividades
cotidianas debemos respetar el turno de cada quien.
POR EL CAMINO DE LA
 
JUSTICIA
Mira a tu alrededor. Los miembros de tu familia, tus
compañeros de clase y las personas que pasan por la
calle tienen planes e ilusiones como tú. Si tú aprendes
a reconocerlos, ellos reconocerán los tuyos.

• La justicia no siempre es automática. Si quieres


conseguirla mantente firme en tu lucha. Con
seguridad podrás alcanzarla.
 
• La justicia nos protege a nosotros y protege a los
demás. Seguir el reglamento de tránsito, por ejemplo,
garantiza que todos los conductores (y sus
acompañantes) lleguen bien a su destino.
CONOCE A…Abraham
Lincoln: defensor de la
justicia
(1809-1865)La esclavitud, cuando una persona está sometida a
los propósitos de otra que la explota para conseguir un
beneficio económico, es la forma más aguda de la injusticia.

El estadounidense Abraham Lincoln dedicó su vida a acabar con


ella. Hijo de un carpintero, huérfano de madre desde muy
pequeño, estudió derecho por su cuenta, pues pensaba que la
ley es la clave del bien común. Como diputado en su país
destacó por criticar la esclavitud de las personas negras en los
estados del sur. En 1860 fue electo presidente y esos estados
se separaron de la unión americana. Entonces comenzó una
guerra entre éstos y los estados del norte, que apoyaban a
Lincoln. El presidente declaró la libertad de todos los esclavos
en 1863. Al término de la guerra, en 1865, los ciudadanos
reconocieron que era el principio de una nación más justa.
CUENTO: LA CAMPANA DE
LA JUSTICIA
En una remota población de Italia el rey Juan había ordenado que se
instalara una campana en el centro del jardín principal. Podía jalar su
cordón cualquier persona que hubiera sufrido alguna acción injusta, o
se le negara un derecho que le correspondía.

Cuando el rey la escuchaba, de inmediato llamaba a sus consejeros


para que resolvieran lo que correspondía hacer. Su sonido era
frecuente. La usaban las personas que no recibían pago por su trabajo,
o los clientes de algún vendedor de fruta que elevaba demasiado los
precios de las naranjas y las manzanas.

La campana se hallaba en una pequeña torre y, con el paso del tiempo,


las ramas de una enredadera que crecía en el jardín fueron subiendo
poco a poco hasta que el cordón se enredó con ellas.
 
Había en el pueblo un comerciante que tenía un caballo de carga. Éste
había sido un animal fuerte y hermoso que lo ayudó mucho en su
negocio. Sin embargo, después de años de trabajo, el animal estaba
viejo y cansado. Cuando dejó de resultarle útil el caballero simplemente
se desentendió de él. Le soltó las riendas y lo abandonó a su suerte.
Triste, el caballo vagaba por el pueblo en busca
de refugio y comida. Una tarde llegó al jardín
donde estaba la campana. Se acercó a la
enredadera y empezó a morder sus hojas, pues
no aguantaba el hambre. Al jalar una de las
ramas, tiró sin querer el cordón y la campana
empezó a sonar.

El rey pensó que el caballo estaba pidiendo


ayuda y llamó a los jueces. Éstos averiguaron
que, cuando tenía fuerza y vigor, el animal
había servido a su dueño. Por eso resolvieron
que él debía cuidarlo ahora, cuando ya no podía
trabajar, y se le ordenó que así lo hiciera.

El caballo pasó el resto de su vida en un establo


confortable. Cuando tenía hambre salía al patio,
tomaba el sol, comía toda la paja que se le
antojaba y bebía agua fresca del estanque. A
veces el caballero iba a saludarlo. Juntos,
recordaban sus aventuras de otros tiempos.
ACTIVIDAD
• Sentencia 1:

Gandhi es culpable porque con sus ideas y sus acciones basadas en el amor y la
amabilidad ha ido en contra del gobierno que controla la India. Ha influenciado a
muchas personas y ha causado que los hindúes busquen su libertad. Ha desarrollado
movimientos pacifistas, aceptando estar en la cárcel, ayunado y se ha comprometido
con sus ideales de justicia, verdad y paz aún cuando el gobierno le ha pedido en
numerosas
• ocasiones que deje su lucha y se someta a las leyes que ellos han dictado.

• Sentencia 2:
Gandhi es inocente porque con su lucha, sus postulados de la no violencia y la
amabilidad con la que trataba a todos obtuvo la libertad de la India. Su lucha fue
pacifica y justa. Se dedico a su pueblo lo que por justicia le correspondía. Dejo a un
lado la envidia, el odio, el rencor y la indiferencia para luchar por las necesidades de
los demás. Logró que los derechos, el trabajo ye l esfuerzo de los hindúes fueran
reconocidos. Siempre trató con amabilidad, bondad y alegría a quienes lo seguían.
Gandhi demostró con su vida y su ejemplo que el mal y la injusticia nunca podrán
vencer el bien y la justicia. Demostró que el odio no podrá jamás vencer el amor.

• ¿Cual es la sentencia que consideras justa y merece Gandhi?


Sentencia 1                Sentencia 2
¿Por qué consideras que la sentencia que elegiste es la correcta.
Escríbelo aquí:________________________
PRÁCTICA LA JUSTICIA
Sin justicia, las personas que perjudican a otros o sacan provecho de ellos
no reciben castigo y continúan haciéndolo. Sin justicia el mundo puede ser
un lugar peligroso y cruel. Se juzga o se trata a una persona según el sexo,
la raza o la religión. Hay personas inocentes, como los niños pequeños, que
sufren sin motivo.

Los que tienen poder y dinero hacen impunemente cosas que los pobres no
pueden hacer. Necesitamos justicia para proteger los derechos de todos.

Cuando se practica la justicia, cada uno sabe que recibirá lo que merece.
El que trabaja para ganar dinero lo recibe. El que hace algo bien recibe su
recompensa.
Si eres acusado de algo tienes la oportunidad de explicar lo que ha
sucedido y de ser escuchado.

Las personas justas no se apartan de otros seres humanos sólo porque su


aspecto es diferente o porque provienen de una cultura distinta. Todo el
mundo tiene la posibilidad de ser apreciado tal como es.

Cuando hay justicia cada uno recibe la parte que le corresponde.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
DE LA JUSTICIA

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