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Este documento resume la historia de la agricultura en América Latina desde la conquista española. Se enfoca en el azúcar como un cultivo clave que impulsó la economía pero también la esclavitud. Aunque la esclavitud ya no existe, la explotación de los recursos y la pobreza continúan siendo problemas en la región debido al poder de los mercados internacionales.
Descriere originală:
Titlu original
ENSAYO EL REY AZUCAR Y OTROS MONARCAS AGRICOLAS.docx
Este documento resume la historia de la agricultura en América Latina desde la conquista española. Se enfoca en el azúcar como un cultivo clave que impulsó la economía pero también la esclavitud. Aunque la esclavitud ya no existe, la explotación de los recursos y la pobreza continúan siendo problemas en la región debido al poder de los mercados internacionales.
Este documento resume la historia de la agricultura en América Latina desde la conquista española. Se enfoca en el azúcar como un cultivo clave que impulsó la economía pero también la esclavitud. Aunque la esclavitud ya no existe, la explotación de los recursos y la pobreza continúan siendo problemas en la región debido al poder de los mercados internacionales.
Universidad Nacional Experimental Politcnica de la Fuerza Armada Nacional Ncleo -Lara
El rey azcar y otros monarcas agrcolas.
INTEGRANTES: Avila Eva N C.I. 23.813.016 Alvarado Milangel C.I. 24.711.705 Herrera Diagnis C.I. 23.890.382 Martnez Jennifer C.I. 23.537.466 Suarez Herlis C.I. 17.992770
Seccin: 1M3EF.
EL REY AZUCAR Y OTROS MONARCAS AGRICOLAS
En este captulo notamos claramente la aparicin de varios pases latinos, pases que cuando hablamos de la conquista de los espaoles jams figuran de manera notable, adems de que se deja un poco de lado el tema de los metales preciosos para adentrarnos en esta lucha por los recursos ms preciados de pases Latinos. La bsqueda de oro y plata fue, sin duda, el motor central de la conquista. Pero en su segundo viaje, Cristbal Coln trajo las primeras races de caa de azcar, desde las islas Canarias, y las plant en las tierras que hoy ocupa la Repblica Dominicana. El azcar era un artculo tan codiciado por los europeos que hasta en los ajuares de las reinas lleg a figurar como parte de la dote. Se alzaron los caaverales en el litoral hmedo y caliente del nordeste de Brasil y, posteriormente, tambin las islas del Caribe Barbados, Jamaica, Hait y la Dominicana, Guadalupe, Cuba, Puerto Rico- y Veracruz y la costa peruana resultaron sucesivos escenarios para la explotacin, en gran escala, del "oro blanco". Inmensas legiones de esclavos vinieron de frica para proporcionar, al rey azcar, la fuerza de trabajo numerosa y gratuita que exiga: combustible humano para quemar. El largo ciclo del azcar dio origen, en Amrica Latina, a prosperidades como las que engendraron en Potos, Zacatecas y Guanajuato, los furores de la plata y el oro; al mismo tiempo, impuls con fuerza decisiva, directa e indirectamente, el desarrollo industrial de Holanda, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Por su estructura interna, sin embargo, tomando en cuenta que se bastaba a s misma en buena medida, resultaban feudales algunos de sus rasgos predominantes. Utilizaba, por otra parte, mano de obra esclava. Tres edades histricas distintas: mercantilismo, feudalismo y esclavitud, combinaban as en una sola unidad econmica y social, pero era el mercado internacional quien estaba en el centro de la constelacin de poder que el sistema de plantaciones integr desde temprano. El latifundio actual, mecanizado en medida suficiente para multiplicar los excedentes de mano de obra, dispone de abundantes reservas de brazos baratos. Ya no depende de la importacin de esclavos africanos ni de la "encomienda indgena. Al latifundio le basta con el pago de jornales irrisorios, la retribucin de servicios en especies o el trabajo gratuito a cambio del usufructo de un pedacito de tierra; se nutre de la proliferacin de los minifundios, resultado de su propia expansin, y de la continua migracin interna de legiones de trabajadores que se desplazan, empujados por el hambre, al ritmo de las zafras azucareras. La cultura de la pobreza, la economa de subsistencia y el letargo son los precios que cobra, con el transcurso de los aos, el impulso productivo original. Cuando ms codiciado por el mercado mundial, mayor es la desgracia que un producto trae consigo al pueblo latinoamericano que, con su sacrificio, lo crea. La zona menos castigada por esta ley de acero, el ro de la Plata, que arrojaba cueros y luego carne y lana a las corrientes del mercado internacional, no ha podido, sin embargo, escapar de la jaula del subdesarrollo. Podemos constatar sin lugar a dudas que Amrica Latina ha sufrido un sinnmero de calamidades durante la historia, empezando por el saqueo realizado por sas culturas que dejaron a pueblos sin la mayora de las riquezas de sus suelos, arrasaron con la plata y el oro, posteriormente con nuestros productos vegetales. Los Espaoles y Portugueses no traan otra intencin diferente a la de robar y enriquecerse. Mientras que Norteamrica, junto con la llegada de los irlandeses e ingleses, se preocup ms de colonizar que de otra cosa. Hoy en da este tipo de actividades ilegales son cada vez ms constantes y la sociedad poco a poco se va a acostumbrando ms a estas prcticas, con una actitud de apata. La humanidad poco a poco esta acabando con ciclos naturales de la tierra, y en su defecto acelerndolos, provocando al mismo tiempo un cambio radical e irreversible en la naturaleza. Actualmente las economas mundiales siguen en este esquema de totalitarismo. En el cual de una u otra forma utilizan a los pases en vas de desarrollo, aprovechndose cada vez mas de los recursos que estos poseen para producir sus bienes y mantener una calidad de vida alta, cosa que por el contario no representa ningn beneficio para dichos pases, sino un lento consumo que a la larga no les permitir de ninguna manera alcanzar su pleno desarrollo. Es por ello que cada uno de nosotros como sociedad tenemos la obligacin de tomar consciencia de nuestros actos, y darnos cuenta de que sigue existiendo este tipo de explotacin; quizs no al grado de la esclavitud como tal, pero si al grado de destruir el entorno donde nos desenvolvemos.