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Ana Fernández McCusker

GIDDENS, A. (2007): Sociología.


Capitulo 1 “¿Qué es la sociología?”, pp. 30-51.

Teorías y enfoques teóricos. La sociología, además de intentar conocer cómo


ocurren las cosas, consiste en determinar el por qué de ellas. Para ello,
debemos desarrollar unas teorías explicativas que tienen una gran importancia
en sociología. Además, debemos elaborar unas interpretaciones abstractas que
puedan aplicarse globalmente a todas las situaciones empíricas. Sin un
enfoque teórico probado mediante la investigación de los hechos no sabríamos
por donde empezar un estudio.
Primeros teóricos. La Revolución Francesa (1789) y el nacimiento de la
Revolución industrial fueron los principales acontecimientos que dieron origen a
la sociología, que utilizó la ciencia en lugar de la religión para entender el
mundo.
Auguste Comte (1798 – 1857) fue quien creó el término “sociología”. Quiso
crear una ciencia social que explicase el mundo del mismo modo que lo hacían
las ciencias naturales. Su teoría, el positivismo, basada en que la sociología
era una ciencia positiva, defiende que solo deben estudiarse aquellos
elementos que se verifican empíricamente. Partiendo del conocimiento de los
acontecimientos, los científicos podrán predecir como van a ocurrir el resto de
los fenómenos. Señala tres fases por las que han pasado los esfuerzos
humanos por comprender la realidad: la teológica, guiada por ideas religiosas;
la metafísica, donde la sociedad pasó a considerarse como algo natural; y la
positiva que proponía la aplicación de las técnicas científicas a la sociedad.
Emile Durkheim (1858–1917) creía que debíamos estudiar la vida
objetivamente. Según él, la principal preocupación de la sociología es el
estudio de los hechos sociales puesto que condicionan nuestras acciones.
Mostró interés en la solidaridad, que se mantiene cuando los individuos se
integran en grupos y se rigen por unos ideales comunes. Con la división de
trabajo, aparecía la solidaridad mecánica, donde no se divide el trabajo y una
solidaridad orgánica, basada en la especialización de tareas. Además, analizó
el suicidio que según el se ve influido por la anomia, la desesperación que
provoca la vida social moderna.
Karl Marx (1818-1883). El capitalismo y la lucha de clases. El capitalismo
consiste en la producción de bienes y servicios con el fin de venderlos a una
amplia gama de consumidores. Tiene 2 elementos principales: el capital y el
trabajo asalariado. Considera que el capitalismo es un sistema clasista que
distingue entre los capitalistas y el proletariado, basado en las relaciones de
clase y la explotación. El cambio social : la concepción materialista de la
historia. El cambio social esta inducido por influencias económicas. Marx
señaló que los capitalistas serian sustituidos por el comunismo, que consistía
en una sociedad sin clases, más humana y con una economía comunal.
Max Weber (1864-1920) trató la economía, el derecho, la filosofía, la historia y
el desarrollo del capitalismo. Da mas importancia al impacto de las ideas y los
valores sobre el cambio social y defendía que la sociología debía centrarse en
la acción social. Comparó religiones y llegó a la conclusión de que ciertos
aspectos cristianos habían tenido un papel fundamental en la aparición del
capitalismo. Su idea del tipo ideal consistía en que cualquier situación puede
interpretarse mediante la comparación con un tipo ideal. La racionalización es
la organización de la vida social y económica en función de principios de
eficiencia y apoyándose en conocimientos técnicos. Weber utilizaba el termino
desencanto para describir como el pensamiento científico había barrido del
pasado a las fuerzas del sentimentalismo.
Enfoques teóricos modernos. El funcionalismo sostiene que la sociedad es
un sistema complejo cuyas diversas partes funcionan conjuntamente para
generar estabilidad y solidaridad. Estudiar la función de una institución es
analizar la contribución que una u otra hace a la continuidad del conjunto y para
ello recurren a una analogía orgánica, comparando la sociedad con un
organismo vivo donde todas sus partes funcionan en beneficio del conjunto.
Robert K Merton distinguía entre funciones manifiestas, las que pretenden los
participantes en una actividad social y las latentes, cuyas consecuencias no
son deliberadas y diferenciaba entre funciones y disfunciones, aquellas que
podían suponer enfrentamientos o guerras en una sociedad. Las perspectivas
que se basan en el conflicto. Las teorías de conflicto rechazan la importancia
que atribuye el funcionalismo al consenso y hacen hincapié en la importancia
social de las divisiones. El marxismo, basado en los conflictos de clase, tiene
una gran influencia sobre la teoría del conflicto. Ralf Dahrendorf señala que los
funcionalistas solo tienen en cuenta una vertiente de la sociedad relacionada
con los aspectos de la vida social en los que existe armonía acuerdo. Según
él, el conflicto surge de los diferentes intereses de las personas. El
interaccionismo simbólico surge de la preocupación por el lenguaje y el
significado. La clave es el símbolo, algo que representa otra cosa, palabras,
gestos.. Casi todas nuestras interacciones se basan en un intercambio de
símbolos.
El pensamiento teórico en sociología. Podemos distinguir entre enfoques
teóricos y teorías en sí. Las teorías se centran en un campo más concreto y
suponen intentos por explicar condiciones o acontecimientos. La diversidad de
pensamiento teórico proporciona una gran fuente de ideas que ayuden a
avanzar en el trabajo sociológico.
Niveles de análisis: microsociología y macrosociología. La microsociología
consiste en analizar el comportamiento cotidiano en situaciones vividas en
primera persona y es necesaria para definir las pautas institucionales
generales. La macrosociología analiza los grandes grupos sociales y es
esencial para comprender la base institucional de la vida cotidiana.
¿Cómo puede la sociología ayudarnos en nuestra vida? La sociología tiene
varias funciones que contribuyen a nuestra vida. En primer lugar, nos da a
conocer las diferencias culturales, permitiéndonos observar el mundo desde
distintos puntos de vista. En segundo lugar, proporciona una ayuda práctica a
la hora de evaluar los resultados de las iniciativas políticas. Y por último, la
sociología nos ayuda al autoesclarecimiento, a aumentar nuestro conocimiento
personal. Cuanto más sabemos sobre por qué actuamos como lo hacemos y
sobre el funcionamiento general de nuestra sociedad, más posibilidades
tenemos de influir sobre nuestro futuro.

Ana Fernández McCusker

Giddens, A. Capítulo 4
“El pensamiento teórico en sociología”, pp.119-141
Puesto que nuestro comportamiento es muy complicado, es difícil fijar una
única teoría. La diversidad de pensamiento proporciona una rica fuente de
ideas que puede utilizarse en las investigaciones y estimula la imaginación.
Robert K Merton defiende las teorías de alcance medio, aquellas que pueden
ser comparadas mediante la investigación empírica y a la vez pueden abarcar
fenómenos diversos. Para entender por qué el pensamiento sociológico se
limita al “alcance medio” tomamos como ejemplo la teoría que planteó Weber
en La ética protestante, donde intentó explicar por qué el capitalismo se
desarrolló solo en Occidente. Quiso conocer lo que diferencia a la industria
moderna de los anteriores tipos de actividad económica y encontró que el
deseo de acumular riqueza es muy variado. En Occidente, identificamos un
espíritu capitalista, es decir, los ricos no pretendían gastar sus riquezas, sino
que las invertían para favorecer a sus empresas. Según Weber, esta espíritu se
ve influido por las ideas del protestantismo, en especial: el puritanismo y
sostenía que las doctrinas calvinistas fueron la fuente directa del espíritu
capitalista. La teoría de Weber plantea una interpretación que rompe con lo que
nos dicta el sentido común; explica por qué, haciendo un gran esfuerzo por
acumular riqueza, los individuos no la aprovechaban; arroja luz sobre unas
circunstancias que van más allá de las que se pretendían explicar; y es una
teoría capaz de generar ideas nuevas.

Identificamos cuatro dilemas relacionados con distintos puntos de controversia.


El primer dilema relaciona la acción humana y la estructura social: nos hace
preguntarnos si somos nosotros quienes controlamos nuestras vidas o si
mucho de lo que hacemos es el resultado de fuerzas sociales. El segundo
dilema se refiere al consenso y al conflicto en la sociedad. Aunque no se
produzcan confrontaciones, existen tensiones que pueden estallar en cualquier
momento. El tercero plantea como podemos incorporar el género al análisis
sociológico. El cuarto dilema se pregunta hasta qué punto el mundo moderno
es producto de los factores económicos que señaló Marx y en qué medida
otros factores han configurado el desarrollo social en la modernidad.
Consenso y conflicto. La perspectiva del consenso dentro de una sociedad
consiste en que cada parte de ella debe actuar de tal forma que trabaje en
armonía con los demás y mantenga la vida de las instituciones. La perspectiva
del conflicto es muy distinta y la explicamos basándonos en la explicación
marxista del conflicto de clase, donde la división de intereses es “inherente” y
supone un cambio radical.
El problema del género lo explicamos contrastando un escrito de Durkheim
con uno de Marx. Durkheim, en su escrito, dice que el hombre es “casi
totalmente producto de la sociedad” y que la mujer es “en mucho mayor grado
producto de la naturaleza”. Llegamos a la conclusión de que lo que Durkheim
quiere expresar es que las mujeres y hombres son distintos porque ellas están
menos socializadas y se encuentran más “próximas a la naturaleza”. La
perspectiva de Marx es totalmente contraria ya que para él, las diferencias
entre hombres y mujeres son el resultado de las divisiones de clase. Desde que
aparecen estas divisiones, la mujer está “sometida” al hombre a través del
matrimonio. Los movimientos feministas que han surgido a lo largo de la
historia han supuesto grandes cambios en la sociología puesto que ha
propiciado un ataque al género masculino y subrayan la importancia que tiene
el género para el análisis del mundo social.
La configuración del mundo moderno. Las ideas marxistas. Marx defiende
que la dinámica del desarrollo es la expansión del capitalismo y las sociedades
modernas presentan fuertes desigualdades de clase. Las divisiones en cuanto
al poder proceden de las desigualdades económicas. Dice que las sociedades
modernas (capitalistas) tienen un carácter transitorio y que se reorganizarán en
un futuro. Por último, piensa que la influencia occidental en el mundo es el
resultado de las tendencias expansionistas del capitalismo. El punto de vista de
Weber. Defiende que la dinámica principal es la racionalización de la
producción y que la clase es uno de los muchos factores de desigualdad que
existen. En el sistema económico, piensa que el poder puede separarse de
otros elementos. Cree que la racionalización se incrementará en el futuro y que
el impacto de Occidente proviene de su control de los recursos industriales y de
su mayor poder militar.
Últimas teorías sociológicas. La postmodernidad. Sus defensores sostienen
que los pensadores sociales clásicos se inspiraban en la idea de que la historia
tiene forma y que ya no hay concepciones totales de la historia que tengan
sentido. Michael Foucault es un postmoderno que analizó, en sus escritos, la
aparición de instituciones modernas como cárceles u hospitales y cómo han
contribuido al control social de la población.
Sociólogos contemporáneos. Habermas, alemán, busca en Weber nuevas
alternativas. Piensa que debemos controlar nuestros procesos económicos
mediante la recuperación de la “esfera pública” y volviendo al marco de la
democracia. No obstante, ha recibido críticas por tratar la ciudadanía como un
concepto neutral desde el punto de vista del género. Beck señala que nos
adentramos en una realidad en la que las instituciones modernas se están
haciendo más globales, mientras que la vida cotidiana se libera del control de
las tradiciones y de las costumbres. Esto quiere decir que cambian los riesgos
que debemos afrontar puesto que nos enfrentamos a incertidumbres creadas
por nuestro propio desarrollo social y por el de la ciencia y la tecnología.
Castells era marxista pero tras unos años se alejó de sus ideas y pasó a
centrarse en el impacto de los medios de comunicación y de las tecnologías de
la información. Se preocupa de las consecuencias que tienen para la identidad
y la vida cotidiana, que afecta a la familia y al género y piensa que ya no
controlamos el mundo que hemos creado. Por último, Giddens opina que vivir
en una era de la información conlleva una relfexividad social: pensar y
reflexionar sobre las circunstancias en las que desarrollamos nuestra vida.
Debido al desarrollo y a la pérdida de las costumbres, hoy en día nos
encontramos ante cuestiones sobre las que hemos de decidir, que en
generaciones anteriores ya se daban por hechas, por ejemplo, el control del
tamaño de una familia ahora supone reflexionar puesto que existen métodos
anticonceptivos y otras tecnologías que afectan a la reproducción.

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