0 evaluări0% au considerat acest document util (0 voturi)
90 vizualizări4 pagini
Este documento resume la teoría del tiempo y la historia según Martin Heidegger. Explica que para Heidegger, la determinación fundamental del tiempo es el futuro, ya que la existencia está orientada hacia el futuro a través de la proyección y la anticipación. Distingue entre el tiempo auténtico e inauténtico, y analiza cómo se manifiestan el pasado, presente y futuro en cada uno. Finalmente, argumenta que aunque la existencia auténtica se centra en la angustia, esto no elimina el mundo ni la posibilidad de la historia,
Este documento resume la teoría del tiempo y la historia según Martin Heidegger. Explica que para Heidegger, la determinación fundamental del tiempo es el futuro, ya que la existencia está orientada hacia el futuro a través de la proyección y la anticipación. Distingue entre el tiempo auténtico e inauténtico, y analiza cómo se manifiestan el pasado, presente y futuro en cada uno. Finalmente, argumenta que aunque la existencia auténtica se centra en la angustia, esto no elimina el mundo ni la posibilidad de la historia,
Este documento resume la teoría del tiempo y la historia según Martin Heidegger. Explica que para Heidegger, la determinación fundamental del tiempo es el futuro, ya que la existencia está orientada hacia el futuro a través de la proyección y la anticipación. Distingue entre el tiempo auténtico e inauténtico, y analiza cómo se manifiestan el pasado, presente y futuro en cada uno. Finalmente, argumenta que aunque la existencia auténtica se centra en la angustia, esto no elimina el mundo ni la posibilidad de la historia,
53) es la situacin afectiva capaz de mantener abierta la continua y
radical amenaza que sale del ser ms propio y aislado del hombre." En la angustia, el hombre "se siente en presencia de la nada, de la imposibilidad posible de su existencia". Ella coloca al hombre fundamentalmente ante la nada. Y con esto le hace verdaderamente comprenderse a s mismo en su finitud, ya que sta no es comprensible, si el hombre no se instala y mantiene en la nada. En la angustia, la totalidad de la existencia se convierte en algo lbil, accidental y huidizo, en lo cual la nada misma se presenta en su poder de aniquilacin. Pero as la angustia revela tambin el significado autntico de la presencia del hombre en el mundo: esta presencia significa mantenerse firme en el interior de la, nada (Was ist Met., trad, it., p. 92). La revelacin de la nada es, por esto, originaria: la nada no es la negacin del mundo; antes bien, toda posible negacin se funda en la presencia y en la revelacin de la nada. La nada est, ciertamente, escondida o velada en la existencia trivial cotidiana, pero incluso en sta acta a travs de la negacin, la renuncia, la limitacin, la prohibicin; y acta, sobre todo, como condicin oculta, pero meliminable, del mismo revelarse de la realidad existente como tal. Este revelarse tiene lugar, en efecto, en el acto de la trascendencia, y la trascendencia es la superacin del ser en su totalidad, es un salto sobre el ser, que de la nada va a la nada. La existencia autntica es as, segn Heidegger, la nica que comprende claramente y realiza emotivamente la radical nihilidad de la existencia. La existencia es trascendencia: va continuamente ms all de la realidad existente, anticipando y proyectando, y slo en este proceder, en este anticipar y proyectar, la realidad existente se presenta como tal y se hace comprensible. Pero trascender, anticipar y proyectar no hacen ms que hacer caer al hombre en la realidad fctica, que querra trascender, y atarlo a ella. Por esto, el trascender, y todo lo que en el trascender se revela (incluyendo la realidad fctica), es una imposibilidad radical, es una nada aniquiladora. No sabe, pues, hacer ms que anticipar y proyectar esta nada aniquiladora. Tal es la existencia autntica segn Heidegger. 846 HEIDEGGER: EL TIEMPO Y LA HISTORIA Los anlisis de la estructura del tiempo y de la historia son los ms profundos y significativos de los que lleva a cabo Heidegger. Abandona completamente las habituales cuestiones sobre la subjetividad, la trascendencia o la inmanencia del tiempo. Su tesis fundamental es que entre las tres determinaciones del tiempo, pasado, presente y futuro, la originaria y fundamental es el futuro (Sein und Zeit, 65). Esta teora se relaciona, evidentemente, con todo el anlisis existencial de Heidegger. Si la existencia es posibilidad, trascendencia, proyeccin, anticipacin, est constitutivamente orientada y dirigida hacia el futuro. Pero el futuro supone necesariamente el pasado, y el presente est necesariamente envuelto en la relacin entre futuro y pasado. Cada una de estas determinaciones del tiempo no tiene significado si no es respecto a la otra, esto es, respecto a un "fuera de si" , que, sin embargo, la constituye 740 LA FILOSOFIA ENTRE LOS SIGLOS XIX Y XX propiamente. Por esto, Heidegger dice que la temporalidad es "el originario fuera de sj en s mismo y por si mismo" y la designa con el nombre griego de ekstatikn (Sein una Zeit, 65). Supuesto lo cual, los caracteres de los tres momentos del tiempo van'an segn se trate del tiempo autntico o del tiempo inautntico, o sea, segn se trate del tiempo como estructura de la existencia annima cotidiana o de la angustiada. De este modo, el futuro adquiere, ante todo y por lo general, la forma de una tensin hacia delante llena de cuidado para con todo lo que nos preocupa, hacia lo que se hace, se manipula y se nos promete. En tal caso, el futuro significa la consecucin o no de lo que absorbe o preocupa al hombre, en una palabra, de lo que constituye su atencin comprometida. El futuro inautentico tiene, en consecuencia, el carcter de la atencin. Por otro lado, en la existencia autntica, constituida esencialmente por la asuncin de la nica posibilidad propia y cierta, la muerte, el futuro adquiere la forma de la decisin anticipadora, del vivir E ara la muerte, y el hombre permanece extrao a todas las seducciones de LS posibilidades mundanas (Ib., 66). Por lo que se refiere al pasado, que est estrechamente vinculado a la situacin afectiva (esto es, con los estados emocionales), ya que sta precisamente pone al hombre en presencia de lo que l ha sido de hecho, se presenta en la existencia inautntica como miedo. Es, desde luego, verdad que el miedo parece estar dirigido hacia un mal futuro-, pero se trata siempre de un mal que est vinculado a la situacin fctica del hombre, a su relacin con el mundo, a lo que l ha sido. El miedo es una angustia desnaturalizada y precipitada en el mundo: lleva al hombre ante su ser arrojado al mundo y lo mantiene enclavado en l, hacindole olvidar su posibilidad propia y autntica. El pasado de la existencia autntica es, en cambio, evidentemente, la angustia, que rompe toda relacin del hombre con el mundo y precipita el mundo en el sin sentido (Ib., 68 b). Finalmente, el presente es, en la existencia inautntica, la presentacin misma de las cosas del mundo: es la unidad de olvido y de esperanza, en la cual se funda la existencia cotidiana como rutina insignificante de das que se suceden el uno al otro hasta el infinito. Al presente inautntico del ahora se contrapone el presente autntico del instante. Heidegger saca la nocin del instante de Kierkegaard, quien se haba valido de ella para designar la irrupcin paradjica de la eternidad en el tiempo ( 603). Para Heidegger, el instante es la aniquilacin del ahora, el repudio de aquella presencialidad de las cosas, que constituye el presente inautntico. Es el retorno de la existencia sobre el propio poder ser y, por ello, la repeticin de su ms propio y privilegiado pasado (Ib., 68 a). Es evidente que, con este anlisis, quedan confinados en lo inautntico todos aquellos significados del tiempo de que se sirven habitualmente el pensamiento comn y la ciencia. La medida comn del tiempo o, como dice Heidegger, la fechabilidad, la medida cientfica' del tiempo, el concepto mismo de la eternidad, se refieren todos al tiempo inautentico, esto es, son determinaciones esencialmente vinculadas a la existencia, que es arrojada e inmersa en las cosas del mundo (Sein und Zeit, 82). Pero de este modo el tiempo no se aade a la existencia, es decir, al ser del hombre, aunque sea como una determinacin fundamental. El ser es el EL EXISTENCIALISMO 741 tiempo. El ttulo de la obra principal de Heidegger pretende sugerir que el tiempo es el sentido del ser, o sea, aquel significado ltimo que la pregunta sobre el ser tiende a descubrir. Parecera muy difcil, desde este punto de vista, entender el horizonte y la estructura de la historia. Esta, ciertamente, no puede tener lugar en la exi st enci a inautntica: la trivialidad cotidiana, por su misma insignificancia, no tiene historia. Por otro lado, la existencia autntica se resume en el momento tcito y pasional de la angustia, y en este momento el hombre est absolutamente solo frente a la nica certeza insuperable de su destino: la muerte. No obstante, Heidegger intenta fundar precisamente sobre la angustia la historicidad de la existencia humana. El fundamento de este intento es que la existencia autntica, aun proyectndose como nihilidad radical dei mundo y de s misma, no elimina el mundo; ms an, lo presupone en su realidad fctica. La comprensin de la imposibilidad radical de la existencia, de su nihilidad esencial, no impide existir como imposibilidad y nihilidad; es ms, nos hace libres de aceptar la existencia tal como ella es. La angustia no proporciona al hombre un fin distinto de los que le son propuestos por su existencia cotidiana-, le hace ver solamente el sin sentido y la nihilidad de estos fines y le ofrece, por tanto, la posibilidad de permanecer fiel a los fines inherentes a la- situacin en que se encuentra. Puesto que esta situacin es un coexistir con los dems hombres entre las cosas del mundo, la existencia autntica confiere al hombre la posibilidad de permanecer fiel al destino de la comunidad o pueblo al que pertenece. En otras palabras, la libertad del hombre, en que se funda su historicidad, consiste en hacer de la necesidad virtud; en escoger y aceptar como propia la situacin del hecho en que estamos ya arrojados y en permanecer fieles a ella. Pero esto es posible slo por la conviccin de que todas las situaciones, de hecho, son equivalentes; que es imposible sustraerse a ellas y que es imposible que ellas sean ms de lo que son: imposibilidad y nada. Por esto, Heidegger dice (Ib., 73) que "solo un ente que en su ser es esencialmente futuro, esto es, que se deja arrojar en la presencia que realiza ,de hecho, podr transmitirse a s mismo la posibilidad que hereda, asumir su propia deyeccin y, en el instante, ser para su tiempo '. El destino en que consiste la historicidad del hombre es precisamente este heredar las propias posibilidades, querer ser aquello que uno ya ha sido,-repetir la situacin a la que uno se na atado. Heidegger acepta de Nietzsche el concepto del amor fati como voluntad de lo que ya ha sucedido e inevitablemente suceder ( 667). El destino es. la herencia de la tradicin, el retorno a las posibilidades por las cuales la existencia est ya de hecho constituida, un querer ser que sea en el futuro lo que ya ha sido en el pasado. La decisin, en que consiste el destino, es la eleccin de la eleccin, pero no una eleccin entre posibilidades diversas entre las cuales alguna pueda constituir una ruptura con el pasado o una nueva conquista. Solamente se puede elegir el querer o no querer lo que ha sido y, en todo caso, ser. Esto ocurre tambin porque el destino de cada uno es, en su historia, tambin siempre un destino comn (Gescbick). El destino comn, dice Heidegger, no es la suma de cada uno de los destinos del mismo modo que el ser juntamente 742 LA FILOSOFIA ENTRE LOS SIGLOS XIX Y XX no es la simple adicin de los sujetos singulares. En el ser juntamente de un mismo mundo y en la decisin para determinadas posibilidades, los destinos estn ya trazados" (Ib., 74). El hecho de que el hombre se escoja sus hroes expresa el hecho de que su fidelidad histrica consiste en volver a tomar y hacer propias las posibilidades que se heredan del pasado. La repeticin de las posibilidades no es, empero, una restitucin del pasado, sino ms bien una rplica a la posibilidad de la existencia, que ya ha sido un hecho. Tampoco tiende a un progreso. "Para la existencia autntica dice Heidegger (Sein und Zeit, 74), el pasado y el progreso son, en el instante, indiferentes." La historicidad de la existencia humana implica la historicidad del mundo y, por tanto, una historia universal como historia csmica. Las cosas del mundo, en su poder ser utilizadas y en su instrumentalidad forman parte de esta historia. Utensilios y trabajos, los libros, por ejemplo, tienen su destino; edificios e instituciones tienen su historia. La naturaleza misma es histrica, no en el sentido en que se habla de una "historia natural", sino ms bien como paisaje, como dominio de colonizacin o de disfrute, como campo de batalla o como lugar de culto. La historicidad de las cosas del mundo no se aade a ellas como un atributo exterior: forma parte de su ser. Y en la fundamental historicidad de la existencia humana y del. mundo est fundada la ciencia de la historia, la historiografa. El tema de la historiografa no es el acontecimiento nico de su singularidad ni un universal (una ley o un tipo) suspendido sobre este acontecimiento: es la posibilidad que fue electivamente existente en el pasado. Mientras sta no es repetida como tal, es decir, aprisionada por una comprensin histrica autntica, queda como un tipo supratemporal y abstracto, sin nada de histrico. Por esto, slo la actitud existencial autntica, decidida a repetir las posibilidades que ya fueron suyas de hecho, puede revelar el sentido del pasado en su autenticidad historiogrfica. Heidegger acepta la distincin propuesta por Nietzsche entre historia monumental, arqueolgica y crtica. En efecto, con la repeticin la existencia autntica se abre a las posibilidades representadas por los monumentos de su pasado; y la misma repeticin delinea la posibilidad de una conservacin respetuosa de la existencia pasada y abre, por tanto, el camino a una historia arqueolgica. Finalmente, puesto que el presente autntico es un futuro que repite el pasado, la historia implica una desactualizacin del hoy, una separacin dolorosa de su publicidad decadente, y por esto es necesariamente una "crtica del presente". Sobre este punto, realmente Hiedegger no admite plenamente la enseanza de Nietzsche: ste, con poca coherencia, pero con mayor verdad, haba reconocido a la historia crtica la misin de romper no ya con el presente sino con el pasado y dar al hombre la posibilidad de rehacerse y renovarse por completo ( 667). 847 HEIDEGGER: EL SER Los anlisis existenciales de que se ha Hecho mencin en las pginas anteriores, constituyen la mayor contribucin que Heidegger ha dado a la