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Histerismo en el Ministerio

El Ministro del Interior volvió a entrar en estado de preocupación,


como la ocurría hace seis o más meses atrás, cuando lo veíamos a
través de la televisión enloquecido de un lado para otro dándole
órdenes y haciendo ofertas a senadores y representantes sobre
procedimientos legales o ilegales a utilizar para alcanzar la
aprobación de la señalada y dudosa ley del referendo reeleccionista.
La meta era logarla por las buenas o las malas. Como ya se está
haciendo costumbre en este personaje, parcializado, fanático
partidista y parcializado hasta los tuétanos, busca interferir en las
labores de otros funcionarios que actúan con rectitud. Ahora su
objetivo es el Registrador del Estado Civil, a quien trata de subyugar y
darle instrucciones sobre qué debe hacer para garantizarle Uribe su
continuidad en la presidencia. Vuelve y “falla sobre la legalidad y
alcances de una determinación oficial”, tratando de suplantar a los
altos tribunales. En un boletín de prensa busca señalarle dónde, cómo
y cuándo tienen validez sus acciones, que deben ser autónomas y sin
interferencias de otras dependencias oficiales, según la ley y la
Constitución. Se muestra derrotado en sus intensiones politiqueras,
mientras otros sectores diferentes al Uribismo recalcitrante del
ministro, aceptan el nuevo censo electoral una acción democrática
válida.

El desespero del ministro se fundamenta en que ellos “jodieron”


hasta donde les fue posible para que se revisara el Censo Electoral.
Esgrimieron algunas teorías entre ellas que debía dar de baja algunos
muertos, personas sin derechos civiles, militares, etc. pero a la hora
de la verdad el respaldo económico para hacer, por parte del
gobierno, fue negativo. El censo electoral en cambio de bajar, por el
ingreso de nuevos ciudadanos, subió. Al gobierno Uribe, no le interesó
la revisión del censo electoral y no giró los recursos necesarios para
que esa labor fuera altamente minuciosa. Solo entregaron una parte,
algo insuficiente. El tope para que resulte aprobado el referendo, en
la eventualidad que la Corte la pase, no es de cinco millones de
sufragantes como querían los uribistas, es de siete y medio millones
de votos válidos. El Partido Liberal y Polo Democrático dijeron a
través de sus voceros que no les preocupa el incremento del censo
electoral porque no los afecta en nada. Los uribistas están que se
orinan en la ropa que tienen puesta. El Ministro del Interior así lo
demuestra con sus boletines de prensa. El Registrador señaló que,
“Desde marzo le advertimos al Gobierno sobre la grave carencia del
censo electoral, pero sólo hasta el próximo año habrá presupuesto
para poder retirar las cédulas que sobran. No he contado con la
partida suficiente para realizar la depuración. Hubo total
despreocupación del gobierno”.

El Registrador que “es autónomo”, no lo ha dicho, pero el Ministro del


Interior, pasó por encima de esa autonomía y ordenó
perentoriamente que, “tras las elecciones del Congreso, la
Registraduría realizará nuevos censos electorales depurados para los
comicios presidenciales y para los referendos, si surten el trámite en
la Corte”. El aturdido Ministro del Interior dispuso que, “a partir del 1
de enero del 2010 la Registraduría podrá hacer uso de la Ley de
Presupuesto, que lo habilita para utilizar los nuevos recursos”. Ese
concepto lo debería haber emitió el Registrador en uso de su
autonomía, pero no ha hecho. ¿Acaso el dos de enero ya le llegan los
recursos al registrador y no tendrá que hacer esos tramites
burocráticos, largos y engorrosos como todos los colombianos
sabemos que ocurre en el gobierno? El Ministro del Interior dogmatizó
que, “el censo electoral publicado por la Registraduría del Estado Civil
el pasado 24 de diciembre, no puede ser el mismo que se utilice en
las elecciones presidenciales de mayo ni en la eventualidad de
aprobarse los dos referendos que estudia la Corte Constitucional”.
Otro fallo que no le corresponde dar a él sino a los tribunales de
justicia. ¿El ceso depende del ministro o del registrador? El peor
acontecimiento de desespero uribista lo vimos en televisión cuando
un atontando senador propuso, sacar del censo dos millones de
ciudadanos que no han tramitado la cédula nueva para lo cual les
dieron un semestre como nuevo plazo. Propuso otra puñalada trapera
a los derechos ciudadanos y el respeto a la constitución. ¿Se le
pueden quitar los derechos ciudadanos a 2 millones de colombianos
porque un grupo de politiqueros quieren bajarle a Uribe el costo
electoral de su reelección?

La verdad es que el censo electoral colombiano incluye a un total de


29.882.147 personas con derecho a ejercer el voto en las elecciones
generales de 2010. “El censo se debe depurar, eso es verídico, lo
repugnante es que en otros tiempos no muy lejanos eso le hubiera
importado poco al uribismo, antes por el contrario lo utilizaron y en la
costa hicieron votar a millones de muertos por Uribe, senadores y
representantes. Como ahora han quedado en evidencia sus
corruptelas, monstruosidades jurídicas de marca mayor les urge
cuanto antes rebajar el umbral para seguir en el uso indebido del
poder, pelechando en una orgía de la indecencia e inmoralidad. La
posibilidad de que entre un nuevo gobierno y los juzgue, los aterroriza
inmensamente por lo que tienen que apresurarse a tratar de
implantar una dictadura a bajo costo electoral. El uribismo no está
convencido de las supuestas cifras de popularidad, 86%, de su
“Masquedios”. Están encalambrados del miedo porque saben que las
verdaderas mayorías están hastiadas del elevadísimo nivel de
corrupción, politiquería sucia, agros robo seguro, de las zonas francas
para los hijitos de Uribe, de asesinatos de civiles indefensos en falsos
positivos, de los desastrosos ministerios de desprotección social y de
transporte, del desempleo creciente e imparable, del hambre
generalizada 79% entre pobreza y miserables, desatino en el manejo
de la economía en barrena, entre otros logros y régimen
antidemocrático y pervertido. Los uribistas desde ya se sienten
derrotados para siempre, de ahí el histerismo en el Ministerio del
Interior.

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