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10 de Marzo de 2008
1. LA VISIÓN
1
El Proyecto VALUE es cofinanciado por la Comisión Europea en el marco del PROGRAMA
ERASMUS MUNDUS- Acción 4
Especial atención merece el caso de América Latina. Este inmenso continente está
conectado con Europa a través de fuertes lazos históricos y poderosos puentes
culturales. Particularmente, en lo que a la tradición educativa superior se refiere,
América Latina ha sido receptora directa de los sistemas europeos, que fueron a su vez
resignificados, de acuerdo con las ricas y diversas prácticas sociales latinoamericanas y
con el aporte de diversos modelos provenientes de otras regiones y/o culturas.
2. EL DIAGNOSTICO
Los puntos en los cuales VALUE desea atraer la atención de los políticos y de los
involucrados en la Educación Superior son los siguientes:
1. El escaso nivel del conocimiento, participación y confianza hacia el logro del
objetivo político “Espacio Común ALCUE” entre la comunidad académica de
Europa, de América Latina y del Caribe. Muchos actores que podrían aportar a la
concreción del espacio por estar involucrados activamente en la cooperación
académica - no están al tanto de los objetivos de la política definida ni de los
mecanismos de actuación. Esto constituye una gran barrera a la puesta en práctica
del Espacio Común.
2. La existencia de grandes prejuicio en ambos lados del Atlántico en diversas
prácticas de colaboración como, por ejemplo, la producción científica de América
latina (de hecho, el área de crecimiento más rápida del mundo en esta dimensión),
o la suspicacia que el único interés de países europeos es de atraer a estudiantes y
a investigadores jóvenes de América Latina para hacer frente a la "crisis
demográfica" de Europa. Los muchos y convincentes ejemplos de las buenas
prácticas de cooperación con ventajas mutuas no lo suficientemente conocidas y
promocionadas para superar el prejuicio. De hecho, la actividad científica de las
universidades latinoamericanas ha crecido por encima de la media mundial como
consecuencia de la puesta en marcha de políticas públicas de ciencia y tecnología
conducentes a la internacionalización del conocimiento científico. Como muestran
los datos del Apéndice que acompaña a este ”Green Paper”, la colaboración
internacional en América Latina presenta un crecimiento sostenido a lo largo de
los años. Este crecimiento redunda tanto en una mejora de la calidad a nivel
académico como en la visibilidad internacional de sus actividades de
investigación. A medida que aumenta su presencia en el contexto mundial
aumenta la posibilidad de su reconocimiento. A esto está contribuyendo el interés
- desde la esfera de la política científica - de incluir en sus agendas la promoción
de asociaciones duraderas entre unidades de educación e investigación. Las
medidas destinadas a favorecer la movilidad y la colaboración son un motor
importante para la generación de conocimiento de calidad y el intercambio de
ideas para beneficio de los participantes.
3. Están faltando drásticamente las sinergias entre las redes existentes. Las diversas
redes existentes que promueven y ayudan a la cooperación entre Europa, América
Latina y el Caribe no son coordinadas eficientemente. Compiten a menudo en
captación de miembros, subsidios y estatus institucionales; más bien que
converger en el objetivo principal definido en el nivel político (el Espacio Común)
– definido quizás sin su participación directa pero ciertamente no extraño a sus
actividades.
4. Las estrategias formuladas por el Comité de Seguimiento son relevantes, pero se
nota cierta falta de atención a las capacidades como se puede trabajar y estudiar en
el siglo XXI ya que es observable lo qué el uso de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación permiten en términos de crecimiento ascendente
de participación. En particular, para reducir el carácter "elitista" de la cooperación
académica existente no es tratado adecuadamente, ni el potencial de las
universidades de ser agentes importantes del desarrollo social y económico - no
solamente localmente, sino también desde una perspectiva internacional. Para
poder otorgar a las IESs (instituciones de educación superior) un papel activo en
la internacionalización (diseñada estratégicamente) de manera que la
globalización no sea percibida solo como una "amenaza".
5. La falta de claridad sobre la relación de reciprocidad y sobre las posibles ventajas
mutuas en la cooperación que se propone hoy día, alimenta sospechas y
escepticismo sobre las intenciones verdaderas de los países que participan.
3. LA PROPUESTA
A pesar de las debilidades descriptas y de cierto nivel de escepticismo entre redes
consolidadas, la creación del espacio común ALCUE de educación superior es un
objetivo deseable y alcanzable: la gran mayoría de más de 300 expertos consultados a
través de la encuesta “DELPHI policy” de VALUE expresan su apoyo al objetivo y
confían en su viabilidad para el 2015.
Hay una cantidad enorme de colaboración existente que no es financiada por los
programas de la UE y que no es muy visible a los políticos y profesionales, que
podrían dar ejemplos benéficos sobre colaboración e inspirar nuevos proyectos.
Por ejemplo, la Universidad de Bolonia en Buenos Aires ha constituido con la
Unión Industrial Argentina (UIA) y la Organización Techint la Fundación
Observatorio Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes). Dicho observatorio
recolecta, analiza y difunde datos de carácter continuo sobre el desempeño de las
Pymes, promoviendo también la constitución de Observatorios regionales que se
basan a su vez sobre alianzas estratégicas entre universidades, gobiernos y
empresariado local a través de pactos formales llamados Pactos Territoriales de
Desarrollo Productivo. Esta experiencia muestra como una institución europea
puede convertirse en un foco de articulación regional entre las distintas
instituciones para promover, por un lado, el desarrollo local, y por el otro,
favorecer a través de datos empíricos comparables con datos europeos, puentes
con contrapartes institucionales y empresariales europeas.
Deberían ser apoyadas otras formas de colaboración (por ejemplo doble titulación,
líneas de investigación conjunta, internacionalización de currícula) que involucran
directamente Instituciones de Educación Superior, y no solamente individuos.
Paralelamente se deberían apoyar estas iniciativas en lo que ya existe, en
particular en las extensas redes de colaboración en investigación que involucran
universidades/ grupos de investigadores latinoamericanos y europeos. En forma
especifica, la internacionalización de la currícula y la profesionalización del área
internacional de las universidades pueden constituir un puente estratégico entre la
movilidad clásica y la cooperación institucional a nivel científico. Todo esto, con
el fin de construir auténticas experiencias de aprendizaje internacional, donde
profesores y estudiantes provenientes de distintos países interactúen
frecuentemente utilizando las TICs sin ser desconectados de su original (y
elegida) institución de educación superior y grupo local de compañeros.
Simplemente, agregando "compañeros internacionales" a su experiencia de
aprendizaje y de enseñanza y una auténtica dimensión internacional a su
experiencia académica. La internacionalización de la currícula por medio de la
movilidad virtual, cuando está diseñada e implementada correctamente, puede dar
una nueva perspectiva a la posibilidad de ofrecer una experiencia internacional de
estudios a cada estudiante de educación superior, mientras que consolida
convenios institucionales entre universidades, y hace la práctica de títulos
conjuntos una realidad accesible. Entre otros efectos, puede ser desdramatizado el
tema de la fuga de jóvenes cerebros que concierne profundamente a los políticos
de los países latinoamericanos, abriendo una perspectiva de trabajo internacional a
muchos jóvenes latinoamericanos, sin necesariamente migrar permanentemente de
su país, y sin dejar de contribuir a su desarrollo. En este contexto, otra forma de
colaboración podría ser la de promover y establecer Centros de Estudio o de
Sedes de Universidades Latinoamericanas en Europa y de instituciones de
educación superior Europeas en América Latina que - bajo un transparente
principio de reciprocidad - puedan convertirse en nodos de desarrollo regional
local y al mismo tiempo puentes científicos-culturales con fuerte impacto en
proyectos conjuntos de desarrollo económico y social.
4. CONCLUSIÓN
En resumen, para alcanzar el objetivo “Espacio Común ALCUE” se necesita aumentar
el nivel de participación y transparencia para transformar un proceso "frío", como ha
sido hasta ahora, en un proceso "cálido" que atraiga la simpatía y los recursos de toda la
comunidad académica.
El proyecto VALUE, con sus encuestas y su entorno de red, se propone actuar como un
facilitador y catalizador de un proceso de convergencia que involucre agentes
institucionales y redes consolidadas activas en este campo, para convencerlos que se
pueden crear sinergias. Y que un esfuerzo "federativo" puede llevar a una cooperación
académica mucho más lejos del horizonte limitado de un proceso cerrado de
coordinación entre algunos Representantes de Gobiernos. Jóvenes investigadores y
estudiantes podrían conducir los sistemas de Educación Superior en un proceso
espontáneo de mutuo descubrimiento, así que ¿porqué no estructurar el proceso entero
de una manera abierta?
Todos los que han contribuido en la preparación de este documento de trabajo recibirán
la versión consolidada a mediados marzo del 2008 y serán informados de los progresos
subsecuentes.
Desde finales de los 50 existen evidencias empíricas del aumento registrado en los
trabajos con autoría múltiple. Este fenómeno muestra por un lado la creciente importancia
de la multilateralidad y la internacionalización en la producción científica. Por otro, su
análisis refleja que el verdadero potencial de la colaboración científica reside en la
capacidad para solucionar problemas complejos y promover las agendas políticas,
económicas y sociales. Este fenómeno se constata para los principales países de América
Latina especialmente a partir del año 1997 (Gráfico 1).
De hecho en el año 1990, la media de documentos sin colaboración era del 53,87%
reduciéndose al 30% en el año 2005. (Gráfico 2). El porcentaje de documentos sin
colaboración es muy variable entre los países oscilando desde el 40% de Colombia hasta
el 64% de Argentina en 1990 y el 16,85% de Perú y el 41,70% de Brasil.
Sin embargo, cuando se confrontan estos datos con los de colaboración científica
existen diferencias en los ritmos de crecimiento (Gráfico 6). Brasil y México son los
que presentan las menores tasas de colaboración internacional (30% y 34%
respectivamente) frente a países como Perú y Colombia que superan el 60%. El caso de
Cuba es llamativo porque a partir de 1995 su internacionalización crece por encima de
los demás países.
2
Fuente de datos: WoS - Thomson Scientific. Período: 1990-2005
3
Fernández, M.T.; Gómez, I.; Sebastián, J. La cooperación científica de los países de América Latina a través de
indicadores bibliométricos. Interciencia, 1998. 23 (6). P.328-337.
Estos datos confirman la hipótesis de que los pequeños productores son los que más
colaboran. La relación entre el tamaño científico de los países y su proporción de
artículos firmados con otros países, es inversamente proporcional. Este fenómeno se
debe a la necesidad de establecer contactos externos en los países pequeños con pocos
recursos y a la capacidad de los países grandes de explotar internamente los suyos. De
manera que para los dominios más pequeños resulta especialmente útil contar con la
participación de los más grandes que tienen desarrollos más importantes y sistemas
más consolidados.
Su evolución temporal muestra que la cooperación más frecuente en todos los países es
la bilateral con un promedio del 34% del total, seguida de la trilateral (8% del total).
(Gráfico 7). Colombia y Perú alcanzan los mayores porcentajes especialmente en las
grandes redes (más de 5 países)
A ello está contribuyendo el interés desde la esfera de la política científica por incluir en
sus agendas la promoción de asociaciones duraderas entre unidades de educación e
investigación. Las medidas destinadas a favorecer la movilidad y la colaboración son
un motor importante para la generación de conocimiento de calidad y el intercambio de
ideas o información para beneficio de los participantes.
6. BIBLIOGRAFÍA
Sancho, R., Morillo, F., Filippo, D., Gómez, I., Fernández, M. T. Indicadores de
colaboración científica en los países de América Latina. VI Taller de Indicadores
de Ciencia y Tecnología – Iberoamericano e Interamericano, Buenos Aires, 15-17
septiembre 2004
Moya-Anegón, F., Chinchilla-Rodríguez, Z., Corera-Álvarez, E., Gómez-
Crisóstomo, R., González-Molina, A., Muñoz-Fernández, F., Vargas-Quesada, B.
(2007). Indicadores Bibliométricos de la Actividad Científica Española: 1990-
2004. Madrid: Fecyt
Fernández, M.T.; Gómez, I.; Sebastián, J. La cooperación científica de los países
de América Latina a través de indicadores bibliométricos. Interciencia, 1998. 23
(6). P.328-337.