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DESARROLLO DE LA
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BIOENERGÍA
Efectos e impactos sobre la pobreza y
la gestión de los recursos naturales
ediciones gondo
DESARROLLO DE LA
BIOENERGÍA
AGRICULTURA Y DESARROLLO RURAL
El setenta y cinco por ciento de la población pobre del mundo vive en áreas rurales, y la
mayoría de ella trabaja en la agricultura. En el siglo XXI, la agricultura sigue siendo un
sector fundamental para el crecimiento económico, para el alivio w económico, de desa-
rrollo rural y de servicios ambientales. Se pretende que esta serie sea de aplicación prácti-
ca, y esperamos que sirva para informar la discusión pública, la formulación de políticas
y la planificación del desarrollo.
BIOENERGÍA
Efectos e impactos sobre la pobreza y
la gestión de los recursos naturales
Elizabeth Cushion, Adrian Whiterman y Gerhard Dieterle
Título original:
Bioenergy Development. Issues and Impacts for Poverty and Natural Resource Management. Co-
pyright© 2010 by The International Bank for Reconstruction and Development/The World Bank.
Desarrollo de la bioenergía. Efectos e impactos sobre la probreza y la gestión de los recursos naturales.
Copyright para la edición española © 2013 The International Bank for Reconstruction and Develop-
ment/The World Bank.
World Bank, 1818 H Street NW, Washington, DC 20433, USA ; fax: 202-522-2444; e-mail:pubrights@
worldbank.org.
This work was originally published by The World Bank in English as Bioenergy Development. Issues
and Impacts for Poverty and Natural Resource Management in 2010. This Spanish translation was
arranged by Ediciones Gondo, S.A. Ediciones Gondo, S.A. is responsible for the quality of the transla-
tion. In case of any discrepancies, the original language will govern.
Esta obra ha sido publicada originalmente por el Banco Mundial en inglés con el título Bioenergy De-
velopment. Issues and Impacts for Poverty and Natural Resource Management en 2010. La traducción
de la obra ha sido desarrollada bajo la supervisión Ediciones Gondo, S.A, que es la responsable de la
calidad de la misma. En caso de discrepancias, la lengua original será la determinante.
The findings, interpretations, and conclusions expressed herein are those of the author(s) and do not
necessarily reflect the views of the Executive Directors of The World Bank or the governments they
represent.
The World Bank does not guarantee the accuracy of the data included in this work. The boundaries,
colors, denominations, and other information shown on any map in this work do not imply any judg-
ment on the part of The World Bank concerning the legal status of any territory or the endorsement or
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Los resultados, interpretaciones y conclusiones expresados en la obra corresponden a los autores y no
reflejan necesariamente las opiniones de los Directores Ejecutivos del Banco Mundial o de los Gobier-
nos por ellos representados.
El Banco Mundial no garantiza la actualidad de los datos incluidos en la obra. Las fronteras, colores,
denominaciones y cualquier otra información mostrada en cualquiera de los mapas incluidos en esta
obra, no implica ningún juicio por parte del Banco Mundial respecto a la situación jurídica de ningún
territorio o el respaldo o aceptación de dichas fronteras.
Traductora: Ana María Robles González, Técnico Comercial y Economista del Estado.
Miembros del Consejo Asesor de Ediciones Gondo, S.A. para la selección de la obra: Elisa Carbonell.
Luis Moreno y Alberto Sanz, Técnicos Comerciales y Economistas del Estado de España.
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por las leyes, que establecen
penas de prisión y multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios,
para quienes reprodujeran total o parcialmente el contenido de este libro por cualquier procedimiento
electrónico o mecánico, incluso fotocopia, grabación magnética, óptica o informática, o cualquier sis-
tema de almacenamiento de información o sistema de recuperación, sin permiso escrito de los titulares
del copyright.
ÍNDICE
Agradecimientos XIII
Sobre los autores XV
Siglas XVII
Resumen Ejecutivo 1
Conclusiones generales 2
Conclusiones regionales 3
Implicaciones políticas 5
1. Panorama general 9
Principales tipos de bioenergía 10
Este informe 13
Oferta bioenergética total y contribución a la TPES 14
Perspectivas del consumo de bioenergía 16
Factores que afectan al desarrollo de la bioenergía 20
Preocupaciones con respecto al uso de la bioenergía 23
Políticas, objetivos e instrumentos 29
Notas 42
2. Biomasa sólida 45
Tendencia a largo plazo y perspectivas para la biomasa
sólida primaria 48
Producción de bioenergía a partir de biomasa sólida 50
Usos tradicionales de la biomasa sólida para generar
energía 69
Usos modernos e industriales de la biomasa sólida para
generar energía 74
Sistemas energéticos basados en pellets de biomasa 80
Notas 90
ÍNDICE V
3. Biocombustibles líquidos 93
El bioetanol como combustible 94
El biodiesel como combustible 97
Viabilidad económica de la producción de biocombustibles
líquidos 100
Impactos sociales y medioambientales 103
Notas 125
5. Conclusiones 155
Conclusiones generales 155
Conclusiones regionales 160
Implicaciones políticas 161
Nota 163
VI ÍNDICE
Apéndice C: Producción de bioenergía de segunda generación 213
Rentabilidad de la producción de bioenergía de segunda
generación 217
Impacto económico de la producción de bioenergía de
segunda generación 217
Impacto de la producción de bioenergía de segunda
generación sobre el uso de la tierra y
otros recursos 217
Impacto medioambiental de la producción de bioenergía
de segunda generación 219
Notas 219
Índice 243
ÍNDICE VII
RECUADROS, GRÁFICOS Y TABLAS
Recuadros
Gráficos
Tablas
Los autores quieren agradecer las aportaciones y comentarios realizados por las siguientes personas:
Maxim Lobovikov (FAO); Michel Francoeur y Teresa Malyshev (Agencia Internacional de la
Energía); LMC International; Bob Perlack (Oak Ridge National Laboratory); Augusta Molnar
y Andy White (Rights and Resources Initiative); David Cleary y Joseph Fargione (The Natural
Conservancy); Kenneth Skog (USDA Forest Service); Cerese Muratore (consultor); y los colegas
del Banco Mundial Garo Batmanian (LCSEN), Marjory-Anne Bromhead (ARD), Derek Byerlee
(DECRG), Mark Cackler (ARD), Diji Chandrasekharan Behr (ARD), Anne Davis Gillet (ARD),
Barbara Farinelli (LCSEG), Erick Fernandes (ARD), Gabriel Goodliffe (ARD), Todd Johnson
(LCSEG), Kieran Kelleher (ARD), Masami Kojima (COPCO), Renate Kloeppinger-Todd (ARD),
Mark Lundell (LCSSD), Sonia Madhvani (ARD), Grant Milne (SASDA), Donald Mitchell (AFTAR),
Adriana Moreira (LCSEN), Elizabeth Petheo (ARD), Klas Sander (ENV), Jimmy Smith (ARD) y
Juergen Voegele (ARD).
AGRADECIMIENTOS XIII
SOBRE LOS AUTORES
Elizabeth Cushion es miembro del equipo de bosques del Banco Mundial. Es Licenciada en
Ciencias por la Universidad Estatal de Pensilvania tanto en gestión de recursos medioambientales
como en ecología, y posee el Máster de Gestión Medioambiental de la Universidad de Duke. Su
trabajo en el Banco Mundial se ha centrado en los campos de la bioenergía, la creación de alianzas
en materia forestal y el papel de los bosques en la adaptación al cambio climático.
Gerhard Dieterle es el asesor forestal del Banco Mundial. De nacionalidad alemana, tiene 24
años de experiencia en políticas ambientales y forestales en el nivel nacional e internacional, así
como en proyectos relacionados con la gestión sostenible de los bosques para su conservación.
Ha sido también miembro del Grupo Asesor de Certificación Forestal de la Comisión Europea,
Coordinador de Haze Emergency para la GTZ de Indonesia, profesor de gestión sostenible de los
bosques en la Facultad Forestal de Friburgo, y funcionario del Ministerio alemán de Alimentación,
Agricultura y Bosques.
GJ gigajulio
l litro
m3 metro cúbico
MJ megajulio
MW megawatio
SIGLAS XVII
ONG organización no gubernamental
t tonelada métrica
XVIII SIGLAS
Resumen Ejecutivo
E
ste informe ofrece una visión general de los avances recientes en la producción
y consumo de la bioenergía. Se examinan los temas principales y las posibles
implicaciones económicas de estos avances, evaluando su impacto potencial
en el uso de la tierra y el medioambiente, especialmente con respecto a los bosques. El
informe examina tanto la biomasa sólida como los biocombustibles líquidos, identifi-
cando oportunidades y retos en el nivel regional y nacional. El informe no pretende ser
definitivo, especialmente con respecto a la interacción de asuntos controvertidos como
el impacto de la bioenergía sobre el precio de los alimentos. En cambio, sí identifica las
ventajas e inconvenientes que es necesario analizar al considerar las políticas bioener-
géticas.
En los últimos 5-10 años se ha asistido a un fuerte renacimiento del interés por la
bioenergía, al tiempo que se producía un desarrollo gradual de métodos de producción
bioenergética más modernos y eficientes. Este renacimiento se ha producido por diver-
sos motivos, entre ellos los mayores precios del petróleo, la inestabilidad de las regiones
productoras de petróleo, el cambio de inversiones financieras a inversiones en materias
primas y petróleo en los años 2007-2008, los episodios atmosféricos extremos, y la de-
manda creciente de energía por parte de los países en desarrollo. Otros factores que se
encuentran detrás de la producción de biocombustibles son los programas nacionales
de apoyo a la agricultura, la demanda de autoabastecimiento de materias primas ener-
géticas, la lucha contra el cambio climático y la creencia de que los biocombustibles son
más baratos que los combustibles fósiles.
La bioenergía supone una oportunidad para que aquellos países con tierras apro-
piadas para los cultivos energéticos desarrollen una fuente propia de energía renovable
(y posiblemente conseguir así mayores ingresos por exportaciones). La mayoría de los
países que están potenciando el desarrollo de la bioenergía persiguen, al menos, uno
de los siguientes objetivos: aumentar la seguridad energética, estimular el desarrollo
RESUMEN EJECUTIVO 1
rural, reducir el impacto del consumo de energía sobre el cambio climático, o mejorar el
medioambiente en sentido amplio.
El desarrollo de la bioenergía ofrece tanto desafíos como oportunidades para el de-
sarrollo económico y el medioambiente. Es probable que se produzcan impactos sig-
nificativos en el sector forestal, bien de modo directo por el uso de la madera para la
producción de energía, bien de modo indirecto como consecuencia de los cambios en el
uso de la tierra. El impacto de la bioenergía sobre el alivio de la pobreza en los países en
desarrollo dependerá de las oportunidades que genere para el desarrollo de la agricul-
tura, incluyendo la generación de renta y empleo, la capacidad para aumentar el acceso
de la población más pobre a mejores tipos de bioenergía y los efectos en los precios de
la energía y de los alimentos.
La bioenergía puede crear oportunidades para la generación de renta y empleo y
puede incrementar el acceso de la población más pobre a mejores tipos de energía. No
obstante, existen todavía serias dudas sobre su efecto sobre la lucha contra el cambio
climático y el medioambiente; sobre la agricultura, la seguridad alimentaria y la gestión
sostenible de los bosques; y sobre la población, especialmente sobre la población pobre
de los países en desarrollo, que se verá afectada por los cambios que producirá sobre el
uso de la tierra, en el régimen de propiedad de las tierras y en los derechos del suelo.
CONCLUSIONES GENERALES
2 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
medioambiente. Los legisladores deberían identificar el resultado esperado de un siste-
ma determinado, elegir el sistema con base en los objetivos programáticos establecidos
para una ubicación concreta, e intentar reducir los impactos negativos. Probablemente
las consideraciones económicas serán importantes a la hora de tomar la decisión.
Existe un potencial considerable para hacer mayor uso de los residuos de la explota-
ción forestal y maderera como materias primas bioenergéticas. Se pueden construir plan-
tas de procesamiento que sirvan para más de un propósito. Algunas plantas de madera
y biocombustible ya son energéticamente autosuficientes como resultado de la combus-
tión conjunta. Los residuos de la tala y el aserrado de las plantas madereras tradicionales
ofrecen oportunidades adicionales para la generación de calor y electricidad, especial-
mente en países en desarrollo, donde los residuos no son completamente utilizados.
■ Los efectos beneficiosos del desarrollo de la bioenergía sobre el clima son inciertos y
dependen mucho de su ubicación y de la materia prima empleada. La reducción de gases
de efecto invernadero aparejada a los biocombustibles líquidos y a la biomasa sólida
frente a la aparejada a los combustibles fósiles es muy variable, dependiendo del cultivo
utilizado y de dónde se plante. La mayoría de las estimaciones no tienen en cuenta ni las
emisiones de la conversión de las tierras, ni las emisiones de dióxido nitroso proceden-
tes de la degradación de los residuos durante la fijación biológica del nitrógeno, ni las
emisiones de fertilizantes nitrogenados. Cuando estas emisiones se tienen en cuenta, el
valor real de la reducción de emisiones es con frecuencia bastante menor para muchas
materias primas –e incluso pueden generar mayores emisiones que los combustibles
fósiles–.
CONCLUSIONES REGIONALES
África
Dados los elevados niveles de interés e inversiones por adquirir tierras en las que
cultivar biocombustibles líquidos y biomasa sólida, es importante que los países de Áfri-
ca evalúen con detalle los impactos potenciales que puedan generar, y que planifiquen
respuestas adecuadas. Una vez realizadas las inversiones, es preciso que sean gestiona-
das de forma que se reduzcan tanto el potencial de conflictos sobre la tierra como los
efectos negativos sobre la población pobre.
Otra consideración importante a tener en cuenta en África es la persistente depen-
dencia de los dendrocombustibles tradicionales como fuente de energía. Se ha trabajado
PANORAMA GENERAL 3
mucho sobre el acceso a la energía en parte de esta región, a través del uso de cocinas
mejoradas y plantaciones de madera para combustible (incluso en las regiones forestales
pobres del Sahel). Existen oportunidades para hacer el seguimiento de algunos de estos
programas.
Dado que el agua es un recurso escaso en África, se debería actuar con cautela y
seleccionar sistemas bioenergéticos que no creen conflictos sobre su uso.
4 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
escala, como parte de planes más amplios de desarrollo rural que fomenten los cultivos
adaptados a tierras áridas (algo que podrá también ayudar en la lucha contra la deser-
tificación).
Asia Meridional
La expansión de la bioenergía en Asia Meridional se centra a menudo en tierras de-
gradadas, que ya están siendo utilizadas, algo que puede llevar a conflictos sobre el uso
de esas tierras. Es fundamental realizar evaluaciones del uso de la tierra para determinar
cuál es la mejor ubicación del cultivo bioenergético.
La producción de bioenergía en esta región debería mantener el equilibrio en el uso
del agua. Los cultivos plantados en tierras áridas no deberían regarse para incrementar
su rendimiento, pues esa irrigación mermaría los recursos y tiene el riesgo de crear con-
flictos con otros usuarios del agua.
IMPLICACIONES POLÍTICAS
Las implicaciones de los biocombustibles son enormes a todos los niveles: local,
nacional, regional y mundial. Por este motivo, los legisladores de países tanto produc-
tores como consumidores deben sopesar con mucha cautela las decisiones que vayan a
adoptar.
PANORAMA GENERAL 5
Se espera que el uso de pellets de madera y de biocombustibles líquidos crezca en
los países desarrollados y en algunos países en desarrollo. Este aumento de la demanda
no será satisfecho sin recurrir a las importaciones, incluyendo las procedentes de países
tropicales. Si no se adoptan esquemas de producción sostenibles, la producción de bio-
energía podría incrementar la presión sobre la tierra y las poblaciones locales.
El desarrollo de la bioenergía convencional (tanto a pequeña como a gran escala)
puede proporcionar oportunidades de empleo y de ingresos a la población pobre. Se de-
berían estudiar también otras opciones, como la producción de biocarbón. Una mayor
producción de licor negro (un subproducto industrial del pulpeo) y una mayor implan-
tación de cocinas modernas pueden contribuir a mejorar las condiciones de vida de la
población pobre.
Las economías de escala podrían llevar a la bioenergía hacia grandes esquemas de
producción. Con el fin de maximizar los beneficios sociales, es necesario investigar las
oportunidades existentes para incorporar a los pequeños productores en los sistemas de
producción bioenergética.
Un futuro incierto
El futuro de la bioenergía todavía no está claro. Puede que en el futuro los cultivos
destinados a usos alimenticios continúen siendo la primera fuente de materia prima de
la bioenergía. También puede ocurrir que las nuevas tecnologías permitan que gramí-
neas, árboles y residuos (lignocelulosas) se conviertan en la materia prima principal,
silenciando así los miedos de que el mayor uso de biocombustibles aumente el precio de
los alimentos. Se está avanzando a paso rápido, con inversiones importantes tanto por
parte de gobiernos como del sector privado. Sin embargo, aun a pesar de tales inversio-
nes no se espera que la producción de biocombustibles a partir de cultivos no destinados
a usos alimenticios sea comercialmente viable hasta dentro de 5-10 años.
Estudios recientes sugieren que el hollín emitido por la quema de dendrocombusti-
bles, por la industria, la agricultura y el transporte puede contribuir a que el cambio cli-
mático sea mayor que el previsto. Es preciso que se realicen más estudios para conocer
más esta fuente de calentamiento global potencialmente importante.
Como resultado de diversas iniciativas que se están desarrollando para reducir las
emisiones de carbono y la degradación del medio ambiente –entre ellas los pagos por
servicios medioambientales, los mercados de carbono y los desarrollos de la bioener-
gía–, se están produciendo nuevas demandas sobre los bienes y servicios medioambien-
tales, y se está asignando un valor monetario a la tierra (incluidos los bosques). Estas
iniciativas pueden proporcionar oportunidades adicionales para la generación de renta
y empleo, y también es posible que atraigan inversores. Pero para evitar que las inver-
siones en estas iniciativas acaben socavando los derechos de los pobres –reduciendo su
acceso a la tierra y su capacidad para conseguir recursos, por ejemplo– deberían poner-
se en marcha nuevas iniciativas para asegurar la participación de la población que está
viviendo en las áreas seleccionadas y proteger sus derechos sobre las tierras.
6 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
renovable. Por este motivo, y por la importancia que sigue teniendo la bioenergía tra-
dicional en los países en desarrollo, la gestión y el uso sostenible a largo plazo de los
recursos bioenergéticos deberían recibir la atención apropiada en un futuro régimen de
cambio climático.
Dados los posibles cambios en el uso de las tierras identificados en este informe, así
como el impacto que la bioenergía pueda generar en tierras cultivadas y no cultivadas,
es fundamental que los países que estén pensando poner en marcha producciones bio-
energéticas a gran escala lleven a cabo análisis sobre el uso de las tierras. También sería
útil identificar qué países tienen mayores oportunidades para utilizar residuos madere-
ros como fuente de energía, así como analizar todo el potencial de los residuos madere-
ros para la generación de energía.
PANORAMA GENERAL 7
8 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
CAPÍTULO UNO
Panorama general
E
n los 5-10 últimos años se ha visto renacer un fuerte interés por la bioenergía, así
como el desarrollo gradual de sistemas de producción bioenergética más moder-
nos y eficientes. Esta evolución ha sido impulsada por varios factores, entre ellos los
mandatos sobre biocombustibles, los mayores precios del petróleo y la inestabilidad en las
regiones productoras de crudo, el desplazamiento de las inversiones hacia los productos bá-
sicos y el petróleo en los años 2007-08, los episodios meteorológicos extremos y la creciente
demanda de energía por parte de los países en desarrollo. Otros factores que se encuentran
detrás de la producción de biocombustibles incluyen los programas nacionales de apoyo a la
agricultura, la demanda de autoabastecimiento de materias primas energéticas y la creencia
de que estos combustibles son menos costosos que los combustibles fósiles. En respuesta a
estos factores, muchos países han comenzado a explorar alternativas bioenergéticas. Aunque
los combustibles tradicionales siguen siendo importantes en la mayoría de los países en de-
sarrollo, algunos de estos países tienen también la ambición de aumentar la producción de
energía renovable, incluida la bioenergía.
La mayoría de los países que promueven el desarrollo de la bioenergía persiguen, al me-
nos, uno de los siguientes objetivos políticos: aumentar la seguridad energética, estimular el
desarrollo rural, reducir el impacto del uso de la energía sobre el cambio climático y mejorar
el medioambiente en sentido amplio. Recientemente, se ha puesto especial atención en la
producción de biocombustibles líquidos que sustituyan a los combustibles para transporte
derivados del petróleo, pero también ha habido un creciente interés en modernizar los sis-
temas de producción de calor y de energía mediante el uso de biomasa sólida en regiones
como Europa. Algunos de los mayores países en desarrollo también están interesados en
emplear biocombustibles para reducir las importaciones de combustibles derivados del pe-
tróleo o para exportarlos a países desarrollados.
Los desarrollos de la bioenergía presentan tanto oportunidades como retos para el de-
sarrollo económico y el medioambiente. También suponen un impacto potencial sobre los
PANORAMA GENERAL 9
bosques y la población rural que depende de ellos para su subsistencia. La bioenergía puede
crear oportunidades de renta y generar empleo, y puede incrementar el acceso de la pobla-
ción pobre a mejores tipos de energía. Sin embargo, el consumo creciente de bioenergía pue-
de llevar a una mayor competencia por las tierras, lo que podría reducir la calidad general del
medioambiente y restringir el acceso a los recursos de la población pobre.
La tecnología de los combustibles de primera generación (cultivos de cereales y oleagi-
nosas) está bien establecida; no es probable que surjan avances significativos en este ámbito.
Por el contrario, el desarrollo de la tecnología de los biocombustibles de segunda generación
está avanzando a paso rápido, financiada tanto por gobiernos como por empresas privadas.
Si bien esta tecnología no se espera que sea comercialmente viable hasta dentro de 5-10
años, ya están operando fábricas a escala piloto (principalmente en países desarrollados). Si
se produjesen avances importantes en esta tecnología, estos combustibles podrían llegar a
ser económicamente viables mucho antes de lo esperado. Una vez desarrollada, esta tecno-
logía podría desplazar el foco desde los cultivos alimenticios (fuente de los combustibles de
primera generación) hacia fuentes celulósicas, como gramíneas y madera (que podrían ser
producidas a escala industrial en tierras agrícolas o a partir de los residuos del procesado fo-
restal). Tal desplazamiento supondría implicaciones muy importantes para el sector forestal.
Este capítulo está organizado de la siguiente forma. La primera sección describe los prin-
cipales tipos de bioenergía. Las secciones siguientes examinan la contribución de la bio-
energía a la oferta energética primaria total; las perspectivas del consumo de bioenergía; los
factores que afectan al desarrollo de la bioenergía; las preocupaciones sobre el desarrollo de
la bioenergía; y las políticas, objetivos e instrumentos. La última sección describe la organi-
zación, las fuentes de datos, y la metodología y enfoque del resto del informe.
10 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Gráfico 1.1 Los biocombustibles en las estadísticas internacionales de energía
Componentes de la Oferta Energética Primaria Total (TPES) en las estadísticas internacionales de energía
Combustibles Calor
Petróleo Productos Geotermal,
Carbón Gas Nuclear Hidro renovables y (de bombas Electricidad
crudo del petróleo solar, otras de calor)
residuos
PANORAMA GENERAL
Fuente: elaboración propia, basada en las definiciones de la FAO y de la AIE.
11
gía primaria, la TPES se calcula como la producción más las importaciones y variación de
existencias menos las exportaciones y transferencias al transporte marítimo internacional
(UN 1987). En el nivel de país también incluye el comercio neto de electricidad entre países.
La TPES incluye los cuatro tipos principales de combustibles fósiles (carbón, petróleo
crudo, productos derivados del petróleo y gas); los combustibles nucleares; las renovables
y los residuos; la electricidad generada por bombas de calor; y el comercio neto de electri-
cidad (si procede). Los biocombustibles son una subcategoría del epígrafe «Renovables y
residuos».
Las renovables y los residuos se dividen en 11 subcategorías, que incluyen 6 tipos de
energía procedente de fuerzas naturales (geotermal, termosolar, hidroeléctrica, solar foto-
voltaica, mareas/olas/océanos y viento) y 5 tipos principales de combustibles denominados
combustibles renovables y residuos. La AIE define los combustibles renovables y los residuos
como residuos urbanos, residuos industriales, biomasa sólida primaria, biogás y biocombus-
tibles líquidos2.
Residuos urbanos: Residuos producidos por los hogares, industrias, hospitales y sector
terciario que son recogidos por las autoridades locales e incinerados en instalaciones
específicas. Los residuos urbanos se subdividen en residuos renovables y no renova-
bles, dependiendo de si el material es o no biodegradable3. La cantidad de combustible
utilizada debería ser declarada con base en la potencia calorífica neta.
Biomasa sólida primaria: material orgánico no fósil de origen biológico que puede
ser empleado como combustible para la producción de calor o para la generación de
electricidad. Se incluyen en esta categoría el carbón vegetal y la madera, los residuos
madereros y otros residuos sólidos. El carbón vegetal incluye los residuos sólidos de la
destilación destructiva y pirolisis de la madera y de otros materiales de origen vegetal.
La madera, los residuos de la madera y otros residuos sólidos incluyen los cultivos utili-
zados específicamente para la producción de energía (chopos, sauces y otros cultivos);
multitud de materiales leñosos generados en los procesos industriales (especialmente
en la industria maderera o de la producción de papel) o procedentes directamente de
la silvicultura y la agricultura (leña, astillas de madera, corteza, serrín, virutas, astillas,
licor negro, etc.); y deshechos como el bagazo, la paja, la cáscara de arroz, las cáscaras
de frutos secos, los desperdicios de aves de corral o los hollejos de uva. La combustión
es la tecnología preferida para estos residuos sólidos. La cantidad de combustible utili-
zada debería ser declarada con base en la potencia calorífica neta.
12 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
de sedimentos de las aguas residuales y otros biogases. Los gases de vertedero se for-
man por la digestión de la basura en los vertederos. Los gases de sedimentos de aguas
residuales se producen por la fermentación anaeróbica de los sedimentos de aguas re-
siduales. Otros biogases incluyen los gases producidos por la fermentación anaeróbica
de estiércol líquido y de los deshechos de los mataderos, fábricas de cerveza y otras
industrias agroalimentarias. La cantidad utilizada de estos combustibles debería ser
declarada a partir de la potencia calorífica neta.
Los residuos de origen biológico están excluidos de los residuos industriales (los residuos
de los procesos de transformación de la silvicultura y la agricultura se consideran biomasa
sólida primaria). Por ello, los biocombustibles en las estadísticas sobre energía comprenden
(parte de) los residuos urbanos, la biomasa sólida primaria, el biogás y los biocombustibles
líquidos.
ESTE INFORME
Este informe se centra en los impactos directos e indirectos de la biomasa sólida prima-
ria (esto es, el potencial de madera) y en los impactos indirectos de los biocombustibles
líquidos sobre el sector forestal. Puesto que los componentes de la biomasa de residuos
urbanos y del biogás se producen principalmente a partir de basura, no tienen un impacto
significativo sobre el sector forestal (y las estadísticas de residuos urbanos no presentan en
general el detalle suficiente para poder identificar el componente de biomasa).
En la parte inferior del gráfico 1.1 figura el listado de los tipos principales de biomasa
sólida primaria y de biocombustibles líquidos analizados en este informe. Algunos de los
esos conceptos no se pueden definir de forma precisa, ya que cubren un amplio rango de
PANORAMA GENERAL 13
opciones tecnológicas para la producción de energía que están actualmente en considera-
ción o en desarrollo.
Organización
El resto del informe está organizado de la siguiente forma. El capítulo 2 examina la bioma-
sa sólida, el capítulo 3 se centra en los biocombustibles, y el capítulo 4 identifica los retos y
oportunidades existentes en el nivel regional y nacional. Los Apéndices A-B proporcionan
información adicional sobre los efectos e impactos asociados a la producción de varias
materias primas. El Apéndice C repasa brevemente futuras generaciones de bioenergía.
Fuentes de datos
Las estadísticas utilizadas en este informe han sido obtenidas de varias fuentes naciona-
les e internacionales. Para la biomasa sólida primaria y el biogás, las principales bases de
datos utilizadas han sido la Base de Datos FAOSTAT (para estadísticas de dendrocom-
bustibles y de carbón vegetal) y la Base de Datos de Estadísticas de Energía de la AIE
(para biomasa sólida primaria total y biogás). Se puede acceder a estas bases de datos a
través de las páginas web de la FAO y de la AIE (www.fao.org> y <www.iea.org).
Para los biocombustibles líquidos, se utilizó la Base de Datos de Estadísticas de
Energía de la AIE como punto de partida. Se utilizaron también otras fuentes, entre
ellas las siguientes:
Cuando ha sido posible, las cifras han sido contrastadas y actualizadas con datos recien-
tes de la industria proporcionados por LMC International Ltd. (http://www.lmc.co.uk).
14 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
uno, y el biodiésel supuso únicamente el 1 por ciento. En el nivel regional, el biogás y los
biocombustibles líquidos representan el 15 por ciento de la TPES en Norteamérica, el 10
por ciento en la Unión Europea, y el 5 por ciento en América Latina y Caribe. En otras
regiones representan un porcentaje insignificante de la bioenergía.
La bioenergía supuso únicamente alrededor del 10 por ciento de la TPES global en
2005, con un descenso desde el 15 por ciento alcanzado en 1970. La bioenergía todavía
supone una contribución destacable a la TPES en África (casi el 65 por ciento), si bien
esta contribución ha descendido ligeramente entre 1970 y 2005 (Gráfico 1.2). La contri-
bución de la bioenergía a la TPES cayó mucho más bruscamente en Asia: en 2005 la bio-
energía contribuyó únicamente al 15 por ciento de la TPES en Asia Oriental y Pacífico, y
algo más del 30 por ciento en Asia Meridional. En América Latina y Caribe la bioenergía
supuso algo más del 15 por ciento en 2005. En todas las otras regiones (incluyendo las
tres regiones desarrolladas), la bioenergía supone menos del 5 por ciento de la TPES.
90
80
contribución a la TPES (porcentaje)
70
60
50
40
30
20
10
0
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
África Asia Meridional
Asia Oriental y Pacífico América Latina y Caribe
Fuente: Elaboración propia, basada en Broadhead, Bahdon y Whiteman, 2001; AIE, 2006b; y FAO, 2008.
PANORAMA GENERAL 15
PERSPECTIVAS DEL CONSUMO DE BIOENERGÍA
La perspectiva que se presenta está basada en el escenario de referencia del World Ener-
gy Outlook 2006 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE, 2006b), actualizado
para reflejar las proyecciones de la FAO sobre dendrocombustibles y las iniciativas polí-
ticas recientes (tales como mandatos más exigentes de mezcla de biocombustibles líqui-
dos) que no habían sido tenidos en cuenta en ese estudio. La base para las proyecciones
para cada tipo de bioenergía fue la siguiente:
Biomasa para calor y electricidad: datos de 2005 tomados de la base de datos de la AIE
y proyectados utilizando las tasas de crecimiento proyectadas por la AIE para combus-
tibles renovables y residuos (AIE 2006b), y después ajustados para reflejar los objetivos
de energías renovables (ver tabla 1.1), la contribución estimada de la biomasa a la
energía renovable en el futuro, y las proyecciones para los otros tres componentes de
la biomasa sólida primaria.
La producción total de bioenergía está previsto que se incremente desde los 1.171
Mtep en 2005 hasta los 1.633 Mtep en 2030 (Gráfico 1.3). El uso tradicional de la
biomasa (madera y residuos agrícolas) se estima que disminuirá ligeramente, si bien
los usos modernos de la biomasa sólida primaria (combustión conjunta 5, instalacio-
nes de calor y electricidad, o pellets) se espera que aumenten de forma significativa,
principalmente como consecuencia de los incrementos esperados en los países de-
sarrollados, en especial en países miembros de la Unión Europea. En consecuencia,
la contribución de la biomasa sólida primaria a la producción bioenergética total es
16 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
probable que siga siendo alta, a pesar de los significativos incrementos esperados del
consumo de biocombustibles líquidos.
La energía de la biomasa tradicional es la que principalmente utiliza la población
pobre para obtener calor y cocinar. La biomasa de la madera también se utiliza para la
generación de calor y electricidad a mayor escala, si bien existen también aplicaciones
para su uso a pequeña escala. El cambio desde productores tradicionales hacia mayores
1,800
1,600
oferta de energía primaria (Mtep)
1,400
1,200
1,000
800
600
400
200
0
2005 2010 2015 2020 2025 2030
biomasa sólida primaria (tradicional) biogás
biomasa sólida primaria etanol
(calor, electricidad y uso propio)
biodiésel
Fuente: elaboración propia, basada en Broadhead, Bahdon y Whiteman, 2001; AIE, 2006b; y FAO, 2008.
productores es probable que requiera mayores superficies de tierra para poder produ-
cir la cantidad necesaria de materia prima.
Se prevén incrementos considerables de la producción de etanol en Norte América,
así como incrementos enormes en el uso de la biomasa para producir calor y electrici-
dad en Europa (gráfico 1.4). En Asia Oriental y Pacífico, Asia Meridional, y América
Latina y Caribe es probable que se vayan abandonando las formas tradicionales de
bioenergía en favor de formas más avanzadas, como la producción de energía a partir
de sistemas modernos de biomasa sólida y biocombustibles líquidos.
En el nivel global, la contribución estimada de la bioenergía a la TPES se espera que
permanezca alrededor del 10 por ciento (Gráfico 1.5). Se espera que la contribución de
PANORAMA GENERAL 17
Gráfico 1.4. Contribución de los biocombustibles sólidos, gaseosos y líquidos a
la bioenergía, por regiones, 2005 y 2030
2005
América del Norte 2030
Unión Europea (27) + Islandia,
Noruega y Suiza
Asia Meridional
África
0 50 100 150 200 250 300 350 400
oferta de energía primaria (Mtep)
Fuente: elaboración propia, basada en Broadhead, Bahdon y Whiteman, 2001; AIE, 2006b; y FAO, 2008.
18 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Gráfico 1.5. Contribución estimada de la bioenergía a la TPES, por regiones,
2005-30
70
60
contribución a la TPES (porcentaje)
50
40
30
20
10
0
2005 2010 2015 2020 2025 2030
África Asia Meridional
Asia Oriental y Pacífico América Latina y Caribe
Fuente: elaboración propia, basada en Broadhead, Bahdon y Whiteman, 2001; AIE, 2006b; y FAO, 2008.
PANORAMA GENERAL 19
que afectará de forma negativa a la población pobre por sus efectos sobre la agricultura
y la silvicultura, por los cambios en el acceso a los recursos, y por los efectos sobre la
calidad general del medioambiente.
Muchos países que están promoviendo la bioenergía están dando preferencia a la
producción nacional. No obstante, es probable que muchos de los impactos potenciales
tengan efecto sobre otros países, a través de los mercados globales de productos ali-
menticios y forestales. Adicionalmente, el potencial para el comercio internacional de
biocombustibles y biomasa tendrá un impacto significativo en el desarrollo económico
rural y en la selección de las mejores opciones para cumplir los objetivos políticos esta-
blecidos. Este informe no trata en gran detalle el comercio internacional de los biocom-
bustibles, pero sí examina la ventaja comparativa de diferentes regiones con respecto a
la producción bioenergética.
Varias son las fuerzas impulsoras que están estimulando la producción y el consumo de
bioenergía. Cada una de ellas se describe someramente a continuación.
Factores económicos
La inmensa mayoría de la bioenergía mundial se produce hoy en día a partir de los usos
tradicionales de la biomasa sólida primaria en los países en desarrollo. El consumo de
biomasa está impulsado por varios factores: la falta de ingresos para adquirir combusti-
bles más atractivos, el exceso de mano de obra, el cumplimento poco riguroso de la reco-
lección de leña, y las preferencias de los usuarios, todo lo cual hace que el uso tradicional
de la biomasa sólida primaria sea un fuente de energía atractiva.
Durante décadas, alguna producción industrial de bioenergía a partir de biomasa
sólida primaria ha sido económicamente viable. Es el caso de la producción de calor y
electricidad a partir de los residuos de la industria de la pasta papelera (licor negro), que
es viable económicamente debido al elevado valor de los productos químicos del pulpeo
recuperados durante el proceso, y a la elevada demanda de calor y electricidad en las
industrias procesadoras de la pulpa y el papel (recuadro 1.1). La producción de calor a
partir de la combustión de residuos de los aserraderos, de la industria del contrachapado
y del refino del azúcar lleva siendo también económicamente viable desde hace tiempo
en muchos lugares, debido a la demanda de calor de estas instalaciones. Es probable que
el uso de la biomasa sólida primaria para la producción de energía se vea afectado por
variables económicas y demográficas subyacentes, como por ejemplo el nivel de renta y
el grado de urbanización de los países, algo que influye de forma importante en los usos
tradicionales; el tamaño de las industrias agroalimentarias y de la silvicultura; y los pre-
cios de la energía.
La viabilidad económica del biogás, de los biocombustibles líquidos y de la generación
eléctrica a partir de la biomasa depende de los costes de producción, de los precios locales
de la energía y, lo más importante, de las políticas regulatorias y fiscales de la bioenergía.
El avance de la tecnología permitirá alcanzar economías de escala de la oferta tecnológica.
20 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Recuadro 1.1. Licor negro: una fuente de bioenergía importante y
económicamente viable
El licor negro es un subproducto del kraft (o sulfato) de la industria del pulpeo utilizado
para fabricar papel. En este proceso, la madera se descompone en fibras de celulosa
(a partir de las que se fabrica el papel), hemicelulosa y fragmentos de lignina. El licor
negro es una solución acuosa de residuos de lignina, hemicelulosa y los productos quí-
micos inorgánicos empleados en el proceso.
Las primeras fábricas de pasta de papel kraft vertían el licor negro a los desagües.
La invención de la caldera de recuperación por G.H. Tomlinson a principios de los
años 30 permitió a las fábricas de kraft recuperar y quemar gran parte del licor negro,
generando vapor y recuperando los productos químicos (hidróxido de sodio y sulfuro
de sodio) empleados para la necesaria separación de la lignina y las fibras de celulosa
para fabricar papel. Hoy en día, la mayor parte de las fábricas de pasta de papel kraft re-
cuperan casi todo el licor negro (generalmente alrededor del 97-98 por ciento, e incluso
hasta el 99,5 por ciento), si bien algunas fábricas muy pequeñas siguen vertiéndolo.
Por cada t de pasta de papel kraft producida, se producen alrededor de 1,35-1,45 t
de licor negro (contenido de sólido seco). Este material posee un contenido energético
de 14-16 gigajulios (GJ)/t, o alrededor de 0,33-0,38 t de equivalente de petróleo por t
de licor seco.
En la mayoría de los países el licor negro se utiliza para producir calor y electricidad
en calderas de recuperación, proporcionando a la fábrica de celulosa la energía que ne-
cesita; el licor negro puede también suministrar electricidad a la red eléctrica nacional.
La industria de la celulosa en Norteamérica, por ejemplo, obtiene casi la mitad de sus
necesidades de energía a partir de la combustión del licor negro y de otros materiales.
Muchos países están considerando ahora la introducción de la tecnología de gasifica-
ción, bien para mejorar la eficiencia de la energía producida a partir del licor negro, bien
para producir otros tipos de bioenergía, como el biogás o los biocombustibles líquidos.
En la década de los 90, Raval Paper Mills, una fábrica en la India con una capacidad
operativa de 25 t/día, utilizó el licor negro en un proyecto piloto patrocinado por la
Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (UNIDO). Utilizando
el licor negro, la fábrica redujo sus necesidades de vapor (ahorrando unos 35 dólares
diarios) y la necesidad de eliminación de residuos (ahorrando unos 20 dólares diarios),
consiguiendo un ahorro total de cerca de 20.000 dólares anuales.
Si los precios de los combustibles fósiles siguen aumentando, es posible que en el futuro
algunos de estos tipos de bioenergía lleguen a ser económicamente viables sin tener que
ser subvencionados.
PANORAMA GENERAL 21
Seguridad energética
La rápida industrialización de algunos de los grandes países en desarrollo ha supuesto
un aumento muy importante de la demanda energética global. Adicionalmente, en julio
de 2008 los precios del petróleo alcanzaron niveles récord, antes de descender como
consecuencia de la crisis financiera internacional. La elevada demanda y los altos
precios llevaron a muchos países a reconsiderar sus fuentes de energía futuras, au-
mentando también su preocupación sobre la seguridad energética. La mayoría de los
escenarios indican que, a menos que se produzca un giro global hacia los combustibles
alternativos, los elevados precios de la energía probablemente seguirán preocupando
en el futuro.
El impacto de las variaciones de precios se ha sentido principalmente en el sector
de los combustibles líquidos. Si bien son casi 100 los países productores de petróleo, 20
de ellos suponen alrededor del 85 por ciento de la producción mundial. Esos mismos
20 países representan casi el 90 por ciento de las exportaciones mundiales de petróleo
(OPEC, 2009). Aparte de la preocupación sobre esta concentración de la oferta mun-
dial de petróleo en un número tan reducido de países, preocupa también la estabilidad
política de muchos de los principales exportadores de petróleo y los riesgos de futuras
interrupciones de suministro.
Estas preocupaciones constituyen uno de los principales factores que están detrás
del repentino y rápido aumento del interés por los biocombustibles líquidos.
La preocupación sobre la seguridad de abastecimiento de otros tipos de energía es
menor, pero algunos países han visto la bioenergía como una oportunidad para reducir
su dependencia del combustible importado.
22 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
ductores netos de carbón o petróleo). La generación de ingresos por fuentes de energía
producida en el nivel nacional contribuye de forma positiva a la fiscalidad de los países
y regiones pobres. Dada la importancia de la producción de dendrocombustibles en
muchos países en desarrollo, existe margen para incorporarlos mejor en sus estrategias
nacionales de energía, especialmente en aquellas regiones que continúan confiando de
forma importante en la biomasa sólida como energía. La mayoría de los biocombus-
tibles líquidos se están produciendo a escala comercial, si bien como en el caso de los
combustibles sólidos existen también oportunidades para los pequeños productores.
Los responsables políticos han estado centrándose en tecnologías de biomasa avan-
zadas, especialmente allá donde ven la ocasión de adoptar tecnologías que están todavía
en desarrollo en ese momento. Estas nuevas oportunidades es posible que permitan
incorporar a los pequeños productores en los esquemas de producción bioenergética,
complementando así sus ingresos.
Beneficios medioambientales
El siglo pasado las temperaturas globales aumentaron 0,7 °C (IPCC, 2007). Se cree que
el calentamiento continuo de la atmósfera tendrá consecuencias graves, como inun-
daciones y sequías, tormentas fuertes, e impactos en los ecosistemas, en los recursos
hídricos, en la agricultura y en la salud de la población.
En la mayoría de los países, el uso de combustibles fósiles es la principal fuente de
emisiones de gases de efecto invernadero. La bioenergía producida a partir de los resi-
duos de biomasa o las fuentes de biomasa gestionadas de forma sostenible pueden ser un
sustituto de los combustibles fósiles, liberando así menos gases de efecto invernadero.
En muchos países, el tratamiento de residuos es la opción principal para la produc-
ción de biogás. El crecimiento de la urbanización y de la industrialización probable-
mente continuará incrementando la necesidad de construir plantas de tratamiento de
residuos, que pueden ser utilizadas también para producir bioenergía.
Entre los factores que han impulsado el desarrollo de la bioenergía, los países en de-
sarrollo mencionan los beneficios para la protección del suelo, la reducción de la degra-
dación del suelo, y mayores beneficios en la gestión de recursos naturales por la gestión
y el desarrollo sostenible de los recursos de biomasa. Muchas iniciativas nacionales e
internacionales (como las de la Convención de Naciones Unidas contra la Desertifica-
ción) citan como prioridad el desarrollo de la bioenergía (si bien tienen pocos recursos
para apoyarla). Dada la extrema pobreza energética de muchos países en desarrollo,
parece que el apoyo a los desarrollos bioenergéticos seguirá siendo importante a la hora
de conseguir objetivos de reducción de la pobreza.
PANORAMA GENERAL 23
La eficiencia de las diferentes opciones de bioenergía para luchar contra el cambio
climático.
El impacto del desarrollo de la bioenergía sobre la agricultura, la seguridad alimenta-
ria y la gestión sostenible de los bosques.
El impacto social del desarrollo de la bioenergía, en particular con respecto a los cam-
bios en el uso de las tierras, la tenencia de tierras y los derechos sobre estas.
24 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Recuadro 1.2. (Continuación)
citó tales preocupaciones como del mayor interés). Los precios de la energía y el
suministro fueron las principales prioridades políticas en esa época, dando menor
prioridad a la protección del medioambiente y a la lucha contra el cambio climáti-
co. Estos datos se recogieron en un momento de rápido incremento de los precios
del petróleo, y muestran gran preocupación por los precios de la energía cuando
dichos precios están aumentando.
Sin embargo, la misma encuesta también muestra que se continúa apoyando el
desarrollo de la energía renovable. De las nueve fuentes de energía alternativas
que se les ofrecieron, los ciudadanos de la Unión Europea se mostraron más a
favor de las cinco opciones renovables, seguidas por los tres combustibles fósiles
(gas, carbón, petróleo) y finalmente la energía nuclear. De las cinco opciones de
energías renovables, la bioenergía obtuvo el quinto lugar, con el 55 por cien a favor
(solo ligeramente por encima del gas natural). También se espera que las renova-
bles se conviertan en una fuente de energía mucho más importante en el futuro
(no tanto en el caso de los biocombustibles).
Una encuesta del año 2008 sobre las actitudes hacia el cambio climático (Euroba-
rómetro 2008) informa que los europeos consideran el cambio climático y la po-
breza como los dos problemas globales más importantes, considerando el cambio
climático ligeramente más importante. Esta encuesta muestra que existe un gran
apoyo al uso de combustibles alternativos para reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero, así como un apoyo grande a la reducción de emisiones en
Europa en un 20 por ciento y al aumento del uso de energía renovable al 20 por
ciento.
Varias encuestas recientes en Norte América también muestran el apoyo de la
opinión pública al desarrollo y uso de los biocombustibles. La Encuesta Harris
de 2006 (Pavillion Technologies 2007) muestra que el 70 por ciento de los con-
ductores de Estados Unidos creen que los biocombustibles son mejores para el
medioambiente que los combustibles fósiles. Del 5 por ciento de la muestra que
eran consumidores de biocombustibles, el 53 por ciento señaló que su razón para
consumir biocombustibles era reducir la dependencia del petróleo; el 40 por cien
citó preocupaciones sobre el medioambiente. Esta encuesta también destaca los
precios del combustible y la facilidad de uso como factores importantes que afec-
tan al uso de los biocombustibles.
Algunas otras encuestas de opinión pública (revisadas en Public Agenda 2008)
muestran un amplio apoyo público al desarrollo de combustibles alternativos en
Norteamérica; también muestran un nivel alto de preocupación sobre los precios
de los combustibles. Una encuesta financiada por la Asociación de Combustibles
Renovables de Canadá (Canadian Renewable Fuels Association, 2008) informa
del gran apoyo público a los mandatos de mezcla de biocombustibles en Canadá,
así como del alto nivel de preocupación por el medioambiente.
PANORAMA GENERAL 25
Recuadro 1.2. (Continuación)
Fuente: Eurobarómetro, 1997, 2002, 2007, 2008; Pavillion Technologies, 2007; GlobeScan,
2008; Canadian Renewable Fuels Association, 2008; y Public Agenda, 2008.
26 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
La mayoría de las preocupaciones (que se examinan en mayor detalle a lo largo de
este informe) se centran en la producción de biocombustibles líquidos, un campo en
el que estas preocupaciones podrían en un futuro restringir las oportunidades para el
desarrollo de la bioenergía. Para responder a estas inquietudes se han creado iniciati-
vas para hacer frente a algunas de estas cuestiones y retos. Estas incluyen iniciativas
multilaterales para desarrollar normas comunes (principios y criterios) e iniciativas
gubernamentales y multilaterales para proporcionar apoyo político general y análisis.
Algunas de las iniciativas más destacadas para desarrollar normas de producción
son las siguientes:
Mesa redonda sobre Aceite de Palma Sostenible. Asociación creada por organizaciones
que desarrollan su actividad en torno a la cadena de suministro de aceite de palma
con el fin de promover su crecimiento y uso sostenible mediante la cooperación con
la cadena de suministradores y el diálogo abierto con las diferentes partes interesa-
das. En octubre de 2007, la Mesa redonda sobre Aceite de Palma Sostenible publicó
sus principios y criterios para la producción sostenible de aceite de palma (http://
www.rspo.org), que cubren tanto la gestión de plantaciones existentes como el desa-
rrollo de otras nuevas.
Mesa redonda sobre Soja Sostenible. Asociación de múltiples partes interesadas cen-
trada en la producción de soja en Sudamérica, con participación de la industria y
de organizaciones de la sociedad civil de diferentes partes del mundo. El objetivo
de la organización es establecer un proceso multiparticipativo que promueva una
producción, proceso y comercio de la soja que sea económicamente viable, social-
mente equitativo y medioambientalmente sostenible. La Mesa redonda sobre la Soja
Sostenible está desarrollando principios y criterios responsables para la producción
de soja, su procesamiento y su comercio (http://www.responsiblesoy.org).
Iniciativa para una Mejor Caña de Azúcar (Better Sugarcane Initiative). Colaboración
de múltiples partes interesadas en promover mejoras cuantificables en los principa-
les impactos medioambientales y sociales de la producción de caña de azúcar y su
procesamiento primario. Involucra a las diferentes partes en un diálogo para definir,
desarrollar y fomentar la adopción y puesta en marcha de medidas y bases de refe-
rencia para la producción y procesamiento primario de la caña de azúcar a escala
global, basadas en el rendimiento, y que sean prácticas y verificables (http://www.
bettersugarcane.org). Estas directrices intentarán minimizar los efectos del cultivo y
PANORAMA GENERAL 27
procesamiento de la caña de azúcar sobre el medioambiente; mantener el valor y la
calidad de los recursos empleados en la producción, tales como el suelo, la salud y el
agua; y asegurar que la producción sea rentable y tenga lugar en un ambiente social-
mente equitativo.
28 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
de bosques gestionados de forma sostenible. Todavía está por ver el impacto que estas
iniciativas supondrán en términos de coste y eficacia. Aunque el panorama no está
claro, parece probable que algún tipo de certificación de sostenibilidad será requeri-
do en algunos de los principales mercados potenciales de exportación de bioenergía,
tales como Europa.
PANORAMA GENERAL 29
can solamente a los combustibles de transporte (en Australia, la Unión Europea y Nue-
va Zelanda se formulan como porcentaje de todos los combustibles de transporte más
que como mandatos de mezcla). Si no se dice lo contrario, en este informe se asume que
los objetivos aplican tanto al etanol como al biodiésel.
Consumo de etanol
La mayoría de los países desarrollados han establecido objetivos para el consumo de
etanol (Tabla 1.2). Todos los países desarrollados excepto Japón aplican políticas que
favorecen claramente la producción doméstica del bioetanol. Muchos de estos países
son sin embargo importadores de etanol, y parece probable que en el futuro continúen
importándolo de países en desarrollo. Las exportaciones brasileñas de etanol crecieron
un 46 por ciento en 2009, y este país planea triplicar sus exportaciones en los próximos
cinco años. En África las empresas están invirtiendo para suministrar etanol al mer-
cado europeo.
En las regiones en desarrollo, 18 países tienen (o están proponiendo) proyectos, polí-
ticas u objetivos para la producción o consumo de etanol. Esto tendrá mayor impacto
en Brasil, China e India.
La caña de azúcar y las melazas constituyen en la actualidad la principal materia prima
para la producción de etanol en la mayoría de los países (la principal excepción es Chi-
na, que está considerando un abanico amplio de materias primas). En algunos países
las autoridades están reconsiderando los mandatos debido a problemas de suministro,
a preocupaciones medioambientales, o al aumento del valor de los usos no energéticos
de las materias primas. Puede que por ello cambien los mandatos presentados para
etanol y biodiésel.
Si bien en África no existe un consumo notable de etanol como combustible, varios paí-
ses han estado mezclando etanol con gasolina. Más que utilizar mandatos de mezcla,
varios de estos países han adoptado incentivos desde el lado de la oferta para fomentar
la mezcla, que han resultado en cambios de año en año en el uso de etanol. Estos pro-
yectos han tenido resultados desiguales, y algunos han sido interrumpidos o suspendi-
dos (Batidzirai, 2007).
La expansión prevista de la producción de etanol en China, combinada con la actua-
lización propuesta de los mandatos de mezcla y el crecimiento esperado de su uso
como combustible, sugieren que la producción doméstica probablemente no cubrirá
más que la mitad de las necesidades futuras; el resto de la demanda posiblemente se
tendrá que cubrir con importaciones (Liu, 2005). Algunos otros países, como Filipinas
y la República Bolivariana de Venezuela, también dependerán en gran medida de las
importaciones hasta que desarrollen capacidad de producción doméstica.
La mayoría de los países en desarrollo esperan producir su propio etanol; algunos –
como Brasil, Indonesia, Malasia y Perú– tienen planes para llegar a ser exportadores
importantes. Si continúa la tendencia actual y los países importadores están dispuestos
a pagar precios elevados por el bioetanol (a menudo mayores que los precios de los
combustibles fósiles), los principales flujos comerciales de etanol probablemente se di-
rigirán desde América Latina hacia Asia, Norteamérica y Europa, y desde África y Asia
Oriental y Pacífico hacia la Unión Europea.
30 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Tabla 1.1. Objetivos de producción de energía renovable, por regiones, 2008
Objetivo de renovables Cuota de renovables
Comentarios
Región/país Cantidad Año en 2005
África
Mali 15,0% 2020 n.a. Objetivo y contribución actual a la TPES
Nigeria 7,0% 2025 33,6% Objetivo y contribución actual sólo para electricidad
Senegal 15,05% 2025 40,0% Objetivo y contribución actual a la TPES
Sudáfrica 10TWh 2010 n.a. Objetivo para producción adicional de electricidad a
partir de renovables
Uganda 61.0% 2017 n.a. Objetivo y contribución actual a la TPES
Australia, Japón y Nueva Zelanda
Australia 9,5TWh 2010 18.8TWh Objetivo y contribución actual sólo para electricidad
Japón 1,6% 2014 0,4% Objetivo y contribución actual para electricidad
excluida hidroeléctrica
Nueva Zelanda 90,0% 2025 65,0% Objetivo y contribución actual sólo para electricidad
Asia Oriental y Pacífico
China 15,0% 2020 2,1% Objetivo y contribución actual a la TPES excluida
biomasa tradicional (el objetivo incluye un plan para
30 GW de calor y electricidad a partir de la biomasa
en 2020)
Indonesia 15,0% 2025 32,1% Objetivo y contribución actual a la TPES
Malasia 5,0% 2005 6,5% Objetivo y contribución actual sólo para electricidad
Filipinas 4,7GW 2013 <1 MW Objetivo y contribución actual sólo para electricidad
República de Corea 5,0% 2011 0,5% Objetivo y contribución actual a la TPES
Tailandia 8,0% 2011 0,5% Objetivo y contribución actual a la TPES excluida
biomasa tradicional
(continúa)
PANORAMA GENERAL
31
32
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Tabla 1.1. (Continuación)
Objetivo de renovables Cuota de renovables
Comentarios
Región/país Cantidad Año en 2005
Europa y Asia Central
Armenia 35,0% 2020 6,0% Objetivo y contribución actual a la TPES
Croacia 400MW 2010 <1 MW Objetivo y contribución actual para electricidad
excluida la hidroeléctrica grande
Unión Europea (27), Noruega y Suiza
Unión Europea 20,0% 2020 1,4-28,4% Objetivo para consumo final, contribución actual a la
TPES
Noruega 7TWh 2010 0,8TWh Objetivo y contribución actual para biomasa y eólica
Suiza 3,5TWh 2010 0,05TWh Objetivo y contribución actual para electricidad y
calefacción
América Latina y Caribe
Argentina 8,0% 2016 1,2% Objetivo y contribución actual para electricidad
excluida la hidroeléctrica
Brasil 3,3GW 2006 n.a. Objetivo para producción adicional de electricidad a
partir de eólica, biomasa y pequeñas hidroeléctricas
México 4GW 2014 n.a. Objetivo y contribución actual para capacidad eléctri-
ca nueva
Oriente Medio y Norte de África
Egipto 14,0% 2020 4,2% Objetivo y contribución actual a la TPES
Irán 500MW 2010 <1MW Objetivo y contribución actual sólo para electricidad
Israel 5,0% 2016 0,1% Objetivo y contribución actual sólo para electricidad
Jordania 10,0% 2020 1,0% Objetivo y contribución actual a la TPES
Marruecos 10,0% 2010 1,0% Objetivo y capacidad actual a la TPES excluida bioma-
sa tradicional, provendrá principalmente de la eólica
y solar
América del Norte
Canadá No hay objetivo n.a. n.a. Existen objetivos y políticas de renovables en 9 pro-
nacional vincias
Estados Unidos No hay objetivo n.a. n.a. Existen objetivos y políticas de renovables en 44
nacional estados (donde suponen el 5-30% de la producción
eléctrica)
Asia Meriodinal
India n.a. n.a. n.a. Varios objetivos, la mayoría centrados en eólica
Pakistán 10,0% 2015 32,8% Objetivo y contribución actual solo para electricidad
PANORAMA GENERAL
33
34
Tabla 1.2. Objetivos de consumo de etanol combustible, por regiones, 2008
Objetivo de Materias primas
Comentarios
Región/país consumo Remolacha Caña Cereal Celulosa Otros
África
Etiopía E5 desde 2008 M El programa de mezcla se introducirá de for-
ma gradual, comenzando por Addis Abeba
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Kenia Propuesto 10% A Mezcla implementada 1983-93
Malawi 15-22% en 2008 A En marcha desde 1982
Nigeria Propuesto P Iniciativa lanzada para etanol de mandioca
en colaboración con Brasil
Sudáfrica Propuesto E10 P, M A Se apoyará en un programa para producir
155 millones l/año
Sudán 250 millones Propuesto a partir de 2007, para incluir una
litros propuestos producción de 250 millones de litros
Zimbaue 13-18% en 2017 A P Mezcla implementada 1980-92; previsto
comenzar de nuevo utilizando principal-
mente jatrofa
Australia, Japón y Nueva Zelanda
Australia Varios objetivos M A Las mezclas de etanol ya son obligatorias en
existentes y pro- Queensland y Nueva Gales del Sur. El obje-
puestos tivo nacional es de 350 millones de litros de
biocombustibles líquidos en 2010 (alrededor
del 1% del consumo)
Japón 500.000 kilolitros M A P C El gobierno japonés tiene previsto remplazar
en 2010 combustibles fósiles con 500.000 kilolitros
de etanol en el sector del transporte en 2010.
Japón empezó a probar E3 y ETBE (etil-
tercio-butil-éter) en 2007
Nueva Zelanda 2,5% en 2012 P Se espera un objetivo del 3,4% de todos los
combustibles líquidos y del 3% de mezcla de
etanol con gasolina. Las importaciones son
probables.
Asia Oriental y Pacífico
China E15 en 2020 A A A P E10 es actualmente obligatorio en 10 pro-
vincias; está previsto E15 en todo el país. Se
espera que las importaciones cubran el 50%
del consumo
Filipinas E10 en 2011 A A E5 desde 2009; se necesitarán importaciones
hasta que se establezca la capacidad.
Tailandia E10 en 2011 A, M A Se prevé la mezcla de etanol en diferentes
grados de gasolina (para sustituir al MTBE)
en 2007-11, pero se ha retrasado la puesta en
marcha de esta política
Unión Europea (27), Islandia, Noruega y Suiza
10% de todos A, M A P A Algunos estados miembros tienen objetivos
los combustibles menores. Parece probable que continúen las
de transporte en importaciones
2020
América Latina y Caribe
Argentina E5 en 2010 A, M P Las exportaciones son probables
Brasil Mercado de A Brasil es el mayor exportador mundial y es
E25+E85 (vehícu- probable que lo siga siendo
los flexi-fuel)
Colombia E10 en 2008 A A, M P
República Dominicana E15 en 2015 P
Perú E7, 8 en 2010 Perú espera llegar a ser un importante
exportador de etanol
Uruguay E5 en 2014 P A P P
(continúa)
PANORAMA GENERAL
35
36
Tabla 1.2. (Continuación)
Objetivo de Materias primas
Comentarios
Región/país consumo Remolacha Caña Cereal Celulosa Otros
R. B. Venezuela Previsto E7 P Ya se usa algo de etanol (importado de
Brasil). Se propone incrementar su uso al
7% y emplear caña de azúcar producida
localmente
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
América del Norte
Canadá E5-E7, 5 en A P A Cuatro provincias ya tienen mandatos de
2007-12 en cuatro mezcla de etanol, y otras los están conside-
provincias rando. Objetivo federal de E5 apoyado por
incentivos fiscales en 2010
Estados Unidos 35 billones de A P P El objetivo actual es de 35 billones de galo-
galones en 2022 nes en 2022: 15 billones de galones del maíz
(recortado a partir de 2015), 16 billones de
galones de la celulosa y 4 billones de galones
de otros biocombustibles avanzados. Parece
probable que continúen las importaciones
Asia Meriodinal
PANORAMA GENERAL 37
38
Tabla 1.3. Objetivos de producción y consumo de biodiésel, por regiones, 2008
Políticas y objetivos Materias primas
Región/país Comentarios
Consumo Producción Soja Colza Residuos Palma Jatrofa
África
Kenia Finalmente Inversión extranjera directa en plantaciones de
P
B20 jatrofa en Kenia y Mozambique, con planes de
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Mozambique P exportación a Asia
Nigeria Finalmente
P P
B20
Sudáfrica Propuesto
A
B2-B5
Australia y Nueva Zelanda
Australia 1% en 2020 El objetivo nacional es de 350 millones de litros
A A de biocombustibles líquidos en 2010 (alrededor
del 1% del consumo)
Nueva Zelanda 4,5% en 2012 El objetivo de Nueva Zelanda es del 3,4% de todos
P A los combustibles líquidos. Se espera un uso del
biodiésel del 4,5%
Asia Oriental y Pacífico
China B10 en 2020 2 millones t en 2010 Se espera que las importaciones cubran el 50% del
A A P
consumo
Indonesia 5% en 2025 6 millones t en 2008 A P Está prevista la producción para exportación
Malasia 5% en 2008 6 millones t en 2008 A P Está prevista la producción para exportación
República de B3 en 2012 Principalmente importaciones
Corea
Tailandia B5 en 2011 A A
Filipinas B2 en 2011 Nivel bajo de producción a partir del aceite de
A
coco
Europa y Asia Central
Bielorrusia Fomentada A Todos estos países de la región excepto Croacia
tienen planes de exportar biodiésel a la Unión
Europea
Croacia B5,75 en 2010
Kazajistán Prevista P
Macedonia, Fomentada
A
FYR
Ucrania 600Kt en 2010 A
Serbia Fomentada A
Unión Europea (27) + Islandia, Noruega y Suiza
10% en 2020 + man- A A A A Parece probable que continúen las importaciones,
datos específicos de incluidas las de soja y aceite de palma
biodiésel en algunos
países
América Latina y Caribe
Argentina B5 en 2020 A Argentina exporta biodiésel
Bolivia B20 en 2015 A
Brasil B5 en 2012 A A P P Brasil tiene planes de exportar biodiésel
Chile Se espera que
B5
Colombia B5 en 2008 A P
Rep. Domini- B2 en 2015
cana
Ecuador A Ecuador exporta biodiésel
Guatemala A Pequeño proyecto de la USDA para consumo local
Paraguay B5 en 2009 A A A
Perú B5 en 2011 El mandato de B2 se introdujo en 2009 (amplián-
A A P
dose a B5 en 2011)
(continúa)
PANORAMA GENERAL
39
40
Tabla 1.3. (Continuación)
Políticas y objetivos Materias primas
Región/país Comentarios
Consumo Producción Soja Colza Residuos Palma Jatrofa
Uruguay B5 en 2012 A A
América del Norte
Canadá B2 en 2012 A A
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Estados Unidos 1 billón de A A
galones en
2012
Asia Meridional
Bangladesh Bangladesh está planeando producir para
P
exportar
India B10 A A P
Nepal Se espera que
P
B10
Pakistán Fomentado
PANORAMA GENERAL 41
Otro indicador del volumen de apoyo a la bioenergía es el nivel de gasto gubernamental
en investigación y desarrollo de la bioenergía, que ascendió a 4,4 billones de dólares en-
tre 1974 y 2003 (equivalente a alrededor de 1,20 dólares/tep de producción de bioener-
gía, o alrededor de 0,30 dólares/t de biomasa) (AIE, 2006a). Esto es solo una mínima
fracción de todo el apoyo otorgado a la bioenergía.
Un análisis de la Iniciativa de Subvenciones Mundiales (Global Subsidies Initiative)
muestra que el coste de sustituir los combustibles fósiles por etanol y biodiésel en paí-
ses de la OCDE va desde 0,38 dólares/l hasta 4,98 dólares/l (Tabla 1.5) (Doornbosch y
Steenblik, 2007). Tomando estas cifras como referencia, el nivel de producción en 2005
sugeriría unas subvenciones totales a la producción de biocombustibles líquidos de al-
rededor de 11.500 millones de dólares. La mayoría de las subvenciones tienen como
objetivo la producción doméstica de combustibles, pero algunas de ellas se han dirigido
a la importación (por ejemplo del aceite de palma indonesio).
42 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
NOTAS
PANORAMA GENERAL 43
CAPÍTULO DOS
Biomasa sólida
Mensajes principales
En el nivel mundial se espera que los usos de la biomasa tradicional se reduzcan,
en parte debido al cambio hacia otras fuentes de combustible en Asia Oriental y
Pacífico. Al mismo tiempo, se espera que los usos modernos de la biomasa sólida
primaria aumenten de forma significativa, en parte debido al crecimiento en Asia
Oriental y Pacífico. En conjunto, el uso global de la biomasa para energía se espera
que permanezca prácticamente constante.
Se espera que los desarrollos de la bioenergía tengan impactos en general positivos
sobre la generación de renta y empleo.
El incremento de la demanda de biomasa podría llevar a la conversión de los bos-
ques, deforestación y degradación forestal, especialmente allí donde los residuos de
biomasa no son una opción disponible y existe poca tierra degradada disponible
para cultivo (como sucede donde la densidad de población es elevada).
Se necesitan incentivos para fomentar el uso generalizado de la biomasa moderna
porque, salvo en circunstancias muy concretas, hoy en día no es económicamente
atractiva para que los productores de energía la remplacen por el carbón.
L
a biomasa sólida incluye materia orgánica no fósil de origen biológico que pueda ser
utilizada como combustible para producir calor o generar electricidad. A diferencia de
la mayoría de las otras opciones de combustibles renovables, que suponen gastos para
los gobiernos (a través de subvenciones), la biomasa sólida puede generar ingresos (a través
de tasas y licencias). También proporciona empleo (para el cultivo o recolección de leña y su
conversión en combustible). Los combustibles de biomasa pueden tener un efecto directo so-
BIOMASA SÓLIDA 45
bre los bosques naturales, como resultado de su conversión en plantaciones, de la recolección
de recursos existentes y de la recogida de residuos.
Los usos tradicionales, que incluyen leña/carbón vegetal, estiércol y residuos de cultivos.
Estos usos representan la inmensa mayoría de la producción de bioenergía en los países
en desarrollo. Están directamente relacionados con la pobreza y la gestión de los recursos
naturales. Existe una gran cantidad de bibliografía y de experiencia sobre este sector.
Los usos modernos e industriales, que incluyen la combustión conjunta (combustión de la
biomasa mezclándola con carbón en centrales eléctricas ya existentes), las plantas de cale-
facción y electricidad instaladas en plantas de producción en la silvicultura y agricultura, e
instalaciones independientes de biomasa para calefacción y electricidad. Este informe pres-
ta especial atención al potencial de desarrollo de instalaciones modernas a pequeña escala
en áreas rurales y en determinadas áreas de países en desarrollo.
Los pellets de biomasa, que son una forma concentrada de biocombustible sólido, que pue-
de ser rentable para transportar a larga distancia. Los sistemas energéticos basados en pellets
de biomasa tienen claras ventajas en operaciones a pequeña escala (por ejemplo en sistemas
de calefacción domésticos y comerciales).
46 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Generación de calor y electricidad a partir de la biomasa.
Uso interno de la energía de la biomasa en las industrias transformadoras de la agricultura
y de la silvicultura.
Gráfico 2.1. TPES de biomasa sólida primaria, por regiones y tipos, 2005
Asia Meridional
África
BIOMASA SÓLIDA 47
estiércol y por los residuos de las cosechas. Mucha de esta producción está destinada
a la propia subsistencia o al comercio informal; no existen estadísticas fiables sobre la
importancia de las diferentes fuentes de abastecimiento. La biomasa para calefacción,
electricidad y uso interno es posible que sea suministrada principalmente por los re-
siduos de la industria transformadora, si bien estos usos de la biomasa tienen menos
importancia en estos países en términos de su contribución a la TPES total de biomasa
sólida primaria.
48 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Gráfico 2.2. TPES de biomasa sólida primaria, por regiones, 1970-2005
1,200
1,000
suministro de energía primaria (Mtep)
800
600
400
200
0
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
BIOMASA SÓLIDA 49
Gráfico 2.3. TPES estimada de biomasa sólida primaria, por regiones, 2005-30
1,600
1,400
suministro de energía primaria (Mtep)
1,200
1,000
800
600
400
200
0
2005 (actual) 2010 2015 2020 2025 2030
Fuente: elaboración propia, basada en Broadhead, Bahdon y Whiteman, 2001, y AIE, 2006b.
Existen diferentes tipos de biomasa sólida que se pueden utilizar en los distintos sis-
temas de producción de bioenergía. Con el fin de examinar los impactos y cuestiones
de cada sistema de producción de bioenergía, esta sección repasa las características
principales de las diferentes fuentes de biomasa. Las secciones siguientes examinan los
usos tradicionales y modernos de la biomasa sólida para energía.
Viabilidad económica
La viabilidad económica de la producción de biomasa es muy variable, dependiendo del
coste de los insumos básicos (tierra, trabajo y capital); de las fuentes de abastecimiento y
50 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Gráfico 2.4. TPES estimada de biomasa sólida primaria, por regiones y tipos,
2005 y 2030
2005
América del Norte
2030
Unión Europea (27) + Islandia,
Noruega y Suiza
Australia, Japón y Nueva Zelanda
Asia Meridional
África
Fuente: elaboración propia, basada en datos de Broadhead, Bahdon y Whiteman, 2001, y AIE, 2006b.
BIOMASA SÓLIDA 51
biomasa puede ser muy inferior. Adicionalmente, la eliminación de los residuos de biomasa
supone un problema en algunos casos (cuando la eliminación en vertederos es costosa, por
ejemplo), y los productores pueden estar dispuestos a pagar por la retirada de este material.
Se han llevado a cabo numerosos estudios de investigación y desarrollo en países desa-
rrollados sobre técnicas de bajo coste para recolectar y procesar la biomasa; estos esfuerzos
continúan reduciendo el coste de recolección y transformación. Los sistemas de recolección
empleados en la producción de biomasa generalmente son mecanizados, y con frecuencia
se basan en modificaciones a las labores habituales de los recolectores agrícolas y foresta-
les. A menudo es necesario transformar la biomasa (incluso en el caso de algunos tipos de
residuos) para producir biomasa que pueda ser transportada más fácilmente, con el fin de
conseguir un producto homogéneo y de propiedades deseables (por ejemplo con bajo con-
tenido de humedad).
El coste de transporte puede suponer la mitad o más del coste total de la biomasa. La
distancia desde el lugar de producción hasta el consumidor final es por tanto una variable
económica crucial para la producción de biomasa. Dependiendo del nivel de demanda, suele
ser económicamente rentable transportar biomasa hasta una distancia de 50 kilómetros, si
bien distancias mayores también pueden ser viables (y con frecuencia son necesarias) si la
capacidad de producción del usuario final es muy alta.
El coste de entrega de la biomasa varía en función de los países, dependiendo de las
condiciones del mercado local y de la distancia media de transporte (tabla 2.1). A pesar de
estas diferencias, las fuentes de biomasa menos costosas son la madera recuperada (residuos
postconsumo) y los residuos del procesado forestal (residuos de aserraderos o de carpinte-
rías4), seguidos por los residuos agrícolas y forestales (residuos de las operaciones de tala).
Los cultivos específicamente destinados a la producción de biomasa (por ejemplo cultivos
energéticos como el switchgrass, el miscanto y los árboles forestales de cultivo corto) son
por lo general más costosos que estos residuos, como lo son también los rastrojos forestales
obtenidos a partir de sistemas tradicionales de explotación forestal5.
Estos datos sugieren que existen oportunidades para que el sector privado (y los organis-
mos que invierten en el desarrollo del sector privado) desarrolle instalaciones de procesado
que sirvan para más de un fin. Algunas explotaciones madereras y de biocombustibles son
ya energéticamente autosuficientes como resultado de la combustión conjunta (utilizando
residuos forestales y bagazo); la disponibilidad de residuos de la tala y de aserraderos (espe-
cialmente en países en desarrollo, donde los productos de desecho no son utilizados comple-
tamente) de explotaciones madereras tradicionales proporciona oportunidades adicionales
de generación de calor y electricidad.
Los costes de entrega de la biomasa en países desarrollados se sitúan entre los 20 dólares/t
y los 90 dólares/t (Gráfico 2.5). El empleo de la biomasa como alternativa al carbón no supo-
ne costes adicionales significativos más allá del menor contenido energético de la biomasa
comparado con el del carbón. El contenido energético de la biomasa con bajo contenido de
humedad es aproximadamente dos tercios del contenido energético del carbón (por t), de
modo que con unos costes típicos de entrega del carbón de 35-50 dólares/t, el precio que los
consumidores pueden pagar por la biomasa es de unos 21-30 dólares/t.
Al precio actual de entrega de la biomasa, a los productores de energía no les resulta
económicamente atractivo utilizar biomasa como sustituto del carbón, excepto en circuns-
52 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Gráfico 2.5. Costes de entrega del carbón y de varias formas de biomasa en
países desarrollados
Madera recuperada
Residuos de procesado
Residuos agrícolas
Residuos forestales
Cultivos energéticos
Rastrojos forestales
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Precio de entrega (dólares/t)
tancias específicas (por ejemplo, si la fuente de biomasa es barata y cercana, si existen costes
de eliminación, si no se utiliza, o si puede ser integrada en un proceso de transformación ya
existente en la agricultura o la silvicultura). El programa de biomasa del Departamento de
Energía de EEUU pretende mejorar los sistemas de suministro y logística para reducir los
costes de entrega de la biomasa a 35 dólares/t (DOE, 2005).
El uso generalizado de la biomasa requiere de subvenciones a la producción de biomasa
o de bioenergía o, alternativamente, gravámenes o restricciones al uso del carbón que refle-
jen sus externalidades medioambientales negativas e incrementen su coste. Muchos países
desarrollados ya han puesto en práctica tales medidas (en diversos grados), lo que explica
que ya se esté utilizando una cantidad significativa de biomasa para la producción bioener-
gética.
La viabilidad económica del uso de la biomasa para sustituir a combustibles diferen-
tes del carbón es más prometedora, especialmente para aplicaciones a pequeña escala. En
aplicaciones de calefacción a pequeña escala, por ejemplo donde la biomasa (incluyendo
los pellets de madera) se usa para remplazar al gasóleo, los costes de entrega de la madera
son económicamente viables en muchos casos. En países en desarrollo a menudo resulta
económicamente factible utilizar plantas de producción bioenergética a pequeña escala como
alternativa a los generadores diésel empleados para suministrar electricidad a las zonas ru-
rales (Kartha, Leach y Rajan, 2005), especialmente si los costes de entrega de la madera son
menores que los indicados más arriba [como en Uganda, por ejemplo (ver Buchhollz y Volk,
2007)].
BIOMASA SÓLIDA 53
54
Tabla 2.1. Coste de entrega estimado de diversas formas de biomasa
Coste/t
Recolección
y
Tipo de biomasa Referencia Ubicación En origen procesado Transporte Total
Residuos agrícolas Zhang, Habibi y MacLean (2007) Ontario 9-23 13-16 17 41-53
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
PPRP (2006) Estados Unidos - - - 40
Scion (2007) Nueva Zelanda - 15-16 - -
Residuos agrícolas y Sokhansanj y Fenton (2006) Canadá 11 44-59 7-26 51-87
DOE (2005) Estados Unidos 10 26-40 14-15 50-55
EPA (2007) Estados Unidos 9-19 6-8 8-11 22-35
Corteza Bios Bioenergysysteme (2004) Austria - - - 19-30
Desbroce (quema controlada) Nichols y otros (2006) Alaska 7 13 15 35
Residuos forestales Wegner (2007) Estados Unidos - - - 44
PPRP (2006) Estados Unidos - - - 35
Scion (2007) Nueva Zelanda - - - 18-68
Residuos de molienda Wegner (2007) Estados Unidos - - - 34
PPRP (2006) Estados Unidos - - - 27
Residuos avícolas DOE (2003) Estados Unidos - - - 12
Madera recuperada Scion (2007) Nueva Zelanda - - - 38
DOE (2004) Estados Unidos - 10 - 30
PPRP (2006) Estados Unidos - - - 17
Residuos (quema controlada) Loeffler, Calltin y Silverstein Estados Unidos 18 - - 3-19
(2006)
Serrín Bios Bioenergysysteme (2004) Austria - - - 30-43
Switchgrass Kumar y Sokhansanj (2007) Canadá 30-36 - 37-48 67-84
PPRP (2006) Estados Unidos - - - 47
Kszos, McLaughlin y Walsh (2001) Estados Unidos 23-26 - - -
Árboles forestales de cultivo Scion (2007) Nueva Zelya - - - 53-68
corto
Luger (2002) Europa - - - 50-110
Buchholz y Volk (2007) Ugya - - - 22
Rastrojos forestales Wegner (2007) Oeste de EEUU - - - 90
Wegner (2007) Sur de EEUU 40 - - -
Leña (variada) Bios Bioenergysysteme (2004) Dinamarca - - - 45
Virutas de madera Bios Bioenergysysteme (2004) Austria - - - 58-73
Pellets de madera Bios Bioenergysysteme (2004) Austria - - - 95-153
BIOMASA SÓLIDA
55
Impacto económico
Es difícil medir el impacto económico de la producción de biomasa. Sin embargo, como la
producción de biomasa sólida generalmente no entra en competencia en grado significa-
tivo con la agricultura, la expansión de su producción es probable que tenga pocos efectos
negativos en términos de desvío o reducción de la producción agrícola y de aumento de
los precios de los alimentos. Por ello, el principal impacto económico medible de la pro-
ducción de biomasa es probable que sea la generación de renta y empleo que suponga. Los
combustibles modernos proporcionan oportunidades de empleo formal; los combustibles
tradicionales proporcionan empleo informal para los miembros más pobres de la comu-
nidad.
No existen datos de empleo de la producción de biomasa; conseguir esos datos es com-
plicado, dado que una gran parte de la biomasa que se utiliza para energía es producida
por el sector informal. Los datos totales de empleo formal del sector forestal ofrecen algu-
na indicación sobre las oportunidades de empleo potencial en el sector (Tabla 2.2).
En países desarrollados, alrededor de uno a cinco trabajadores a tiempo completo
(full-time equivalent, FTE) son empleados por Ktep de madera en rollo producida (en
sistemas de producción de biomasa energética modernos, el empleo por unidad de pro-
ducción probablemente se situaría cerca de la parte baja de este rango). En países en de-
sarrollo, el empleo FTE es bastante más alto, de alrededor de 20-40 trabajadores por Ktep
(probablemente esta cifra de empleo se multiplique por mucho en la recolección informal
de la biomasa).
El empleo por hectárea es mucho menor en la producción de biomasa que en la agri-
cultura. En términos de energía producida, sin embargo, la producción de biomasa con-
lleva mucho más empleo que otros tipos de combustible, incluso con la introducción de
sistemas de producción de biomasa modernos y altamente mecanizados. Bonskowski
(1999) informa de que una producción de carbón en EEUU de 1.100 millones de toneladas
cortas en 1997 (equivalente a alrededor de 700 millones de toneladas métricas de petróleo
equivalente) emplea a 81.500 trabajadores, equivalente solamente a 0,12 trabajadores por
Ktep, un orden de magnitud inferior al empleo probable generado en la producción de
biomasa. De forma similar, se esperan bajos niveles de empleo por unidad de producción
de combustible en casi todos los países y probablemente para la mayoría de los otros tipos
de combustible y energía. Por consiguiente, la producción de biomasa parecería funcionar
bien en relación con otras fuentes de energía en términos de desarrollo de oportunidades
de subsistencia6.
Impacto social
El coste monetario de la producción informal de biomasa tradicional es insignificante,
pero puede tener costes sociales importantes. La recogida de biomasa puede ser peligro-
sa, por ejemplo, y puede reducir el tiempo disponible para realizar otras actividades con
beneficios a largo plazo, como la educación de los niños. La recogida tradicional de la
biomasa también puede tener un impacto de género negativo, pues quien habitualmente
se encarga de recoger la biomasa son las mujeres y los niños.
El impacto de la producción de biomasa sobre el acceso a los recursos y sobre el poten-
cial para la participación de los pequeños agricultores depende de la escala de producción.
56 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Tabla 2.2. Empleo estimado en la producción de madera en rollo,
2000
Producción (millones m3) Empleo
Región Industrial Total Por Ktep Total
África 67 568 10,26 179.363
Australia, Japón y Nueva Zelanda 61 68 5,06 90.090
Asia Oriental y Pacífico 171 607 38,35 1.722.820
Europa y Asia Central 135 204 18,41 654.051
Unión Europea (27), Islandia, No-
ruega y Suiza 357 404 5,26 557.839
América Latina y Caribe 164 433 11,44 493.825
Oriente Medio y Norte de África 3 30 32,89 22.180
América del Norte 604 678 1,05 186.983
Asia Meridional 26 386 38,95 265.928
Países desarrollados 1.023 1.150 2,76 834.912
Países en desarrollo 566 2.227 22,46 3.338.166
Mundo 1.588 3.377 9,26 4.173.078
BIOMASA SÓLIDA 57
58
Tabla 2.3. Productividad de los cultivos energéticos y de los bosques plantados, por regiones
Rendimiento medio anual
(t/hectárea cultivo energético; Rendimiento medio anual
m3/hectárea bosques) (convertido a TOE/hectárea)
Región/cultivo Subregión Bajo Alto Bajo Alto
África
Acacia Sur y Este de África 10,0 12,0 2,6 3,2
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Eucalipto Sur y Este de África 18,0 28,0 4,7 7,4
Pino Sur y Este de África 12,0 18,0 3,2 4,7
Australia, Japón y Nueva Zelanda
Eucalipto Oceanía 15,6 25,0 4,1 6,6
Pino Oceanía 15,7 21,0 4,1 5,5
Asia Oriental y Pacífico
Acacia Sudeste asiático 19,0 40,0 5,0 10,5
Cedro chino Asia Oriental 2,5 13,5 0,7 3,5
Eucalipto Asia Oriental 1,6 8,7 0,4 2,3
Eucalipto Sudeste asiático 7,0 12,0 1,8 3,2
Álamo Asia Oriental 3,7 18,5 1,0 4,9
Teca Sudeste asiático 4,0 17,3 1,1 4,5
Europa y Asia Central
Eucalipto Asia Occidental y Central 4,0 10,0 1,1 2,6
Álamo Asia Occidental y Central 5,0 12,0 1,3 3,2
Unión Europea (27), Islandia, Noruega
y Suiza
Miscanthus 15,0 30,0 6,1 12,2
Árboles forestales de cultivo corto 10,0 15,0 4,1 6,1
Coníferas (diversas) 3,5 22,0 0,9 5,8
Roble 3,0 9,0 0,8 2,4
América Latina y Caribe
Eucalipto 15,0 70,0 3,9 18,4
Pino 14,0 34,0 3,7 8,9
Oriente Medio y Norte de África
Acacia África del Norte 15,0 20,0 3,9 5,3
Eucalipto África del Norte 12,0 14,0 3,2 3,7
América del Norte
Pino Sur de EEUU 7,0 10,0 1,8 2,6
Switchgrass Sur de EEUU 16,0 36,0 6,5 14,6
Switchgrass Oeste de EEUU 11,0 14,0 4,5 5,7
Switchgrass Norte de EEUU/ Canadá 2,0 11,0 0,8 4,5
Árboles forestales de cultivo corto Sur de EEUU 10,0 16,0 4,1 6,5
Asia Meridional
Eucalipto 7,0 12,0 1,8 3,2
Teca 4,0 17,3 1,1 4,5
Fuente: las cifras para bosques plantados (acacia, cedro chino, coníferas, eucalipto, roble, pino, chopo y teca) proceden de Del Lungo, Ball
y Carle, 2006; las cifras de cultivos energéticos (miscanthus, switchgrass y árboles forestales de cultivo corto) son de Kszos, McLaughlin,y
Walsh, 2001; Pimental y Patzek, 2005; Bucholz y Volk, 2007; y Kumar y Sokhansanj, 2007.
Nota: los rendimientos de bosques plantados son rendimientos de madera en bruto, más que rendimientos de biomasa total; los factores de
conversión utilizados son 1 t de biomasa (seca) (cultivos energéticos) = 0,4060 tep, 1 m3 de madera (bosques plantados) = 0,2627 tep.
BIOMASA SÓLIDA
59
Recuadro 2.1. La involucración de los pequeños agricultores en la
producción de bioenergía a través de esquemas de
producción por contrata
Asia Meridional). Las plantaciones forestales con mejores rendimientos se dan en zonas
tropicales húmedas, como el Sudeste asiático y América Latina, donde es normal con-
seguir rendimientos de 2-10 tep/hectárea (los rendimientos en partes de Brasil llegan a
alcanzar las 18 tep/hectárea). Estos rendimientos de plantaciones forestales es probable
que supongan el límite inferior para los rendimientos de biomasa que se podrían conse-
guir a partir de cultivos gestionados específicamente para la producción de biomasa en
zonas tropicales y subtropicales.
El rendimiento teórico de los residuos primarios o in situ está relacionado con el
índice de cosecha de los cultivos (es decir, la proporción de biomasa total que se usa nor-
malmente). Sin embargo, el potencial realista de la recuperación de residuos será menor,
debido a factores técnicos (por ejemplo la destrucción y daño de los residuos durante la
cosecha) y económicos (por ejemplo la viabilidad económica de la recolección, los be-
neficios como nutriente de dejar los residuos in situ, y la competencia por los recursos).
Se pueden producir, y posiblemente recuperar, residuos secundarios (los obtenidos
después de transformar el producto principal). Los rendimientos de residuos primarios
y secundarios de una serie de cultivos agrícolas en Europa, América del Norte y Asia
60 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Recuadro 2.2. Uso de tierras degradadas y marginales para la
producción de bioenergía
Fuente: El-Beltagy, 2000; Schroers, 2006; UNEP, 2007; Wiegmann, Hennenberg y Fritsche,
2008.
BIOMASA SÓLIDA 61
Tabla 2.4. Producción de residuos por unidad producida
Residuos/unidad de Residuos
producción(a) (convertidos a tep)(b)
Cultivo, ubicación, fuente Primaria Secundaria Primaria Secundaria
Producción agrícola
Unión Europea (Perry y Rosillo-
Calle, 2006)
Colza 1,00 0,60 0,41 0,24
Trigo 0,60 --- 0,24 ---
Sudeste Asiático (Koopmans y Koppejan, 2007)
Mandioca 0,05 0,02 ---
Coco --- 0,49 --- 0,20
Café --- 1,79 --- 0,72
Maíz 1,70 0,43 0,69 0,17
Algodón 2,42 --- 0,98 ---
Cacahuete 1,96 0,44 0,79 0,18
Yute 1,70 --- 0,69 ---
Mijo 1,49 --- 0,60 ---
Aceite de palma 0,90 0,26 0,37 0,11
Arroz 1,53 0,24 0,62 0,10
Soja 2,98 --- 1,21 ---
Caña de azúcar 0,27 0,15 0,11 0,06
Tabaco 2,00 --- 0,81 ---
Trigo 1,49 --- 0,60 ---
Estados Unidos (PPRP, 2006)
Cebada 1,00 --- 0,41 ---
Maíz 0,71 --- 0,29 ---
Sorgo 0,71 --- 0,29 ---
Trigo 1,20 --- 0,49 ---
Producción de madera
Brasil (Enters, 2001) 0,22 0,22 0,06 0,06
China (Enters, 2001) 0,79 0,28 0,21 0,07
Finlandia (Hakkila, 2004) 0,27 0,19 0,07 0,05
Indonesia (Enters, 2001) 1,10 0,43 0,29 0,11
Malasia (Enters 2001) 0,81 0,50 0,21 0,13
Nueva Zelanda (Scion, 2007) 0,17 0,34 0,04 0,09
Estados Unidos (McKeever, 2004) 0,28 0,35 0,07 0,09
62 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Tabla 2.5. Producción estimada de residuos agrícolas, 2006
(TOE/hectárea)
Fruto de
la palma Caña de
Región Maíz aceitera Colza Soja azúcar Trigo
África 1,4 0,3 0,7 1,4 8,2 3,1
Australia, Japón y 1,7 n.a. 0,3 2,1 15,3 1,1
Nueva Zelanda
Asia Oriental y 4,2 1,9 1,2 2,0 11,3 6,6
Pacífico
Europa y Asia 3,7 n.a. 1,3 1,5 n.a. 3,1
Central
Unión Europea 1,9 n.a. 1,9 3,0 10,2 3,1
(27), Islandia,
Noruega y Suiza
América Latina y 2,9 1,5 1,2 2,9 12,3 3,8
Caribe
Oriente Medio y 4,5 n.a. 1,1 3,3 18,5 3,3
Norte de África
América del Norte 2,7 n.a. 1,1 3,6 12,5 3,3
Asia Meridional 1,9 n.a. 0,7 1,3 10,7 3,7
Países desarrollados 2,5 n.a. 1,4 3,6 14,0 2,8
Países en desarrollo 3,0 1,3 1,0 2,5 11,5 3,9
Mundo 2,9 1,3 1,2 2,9 11,6 3,6
puede producir tres veces esta cantidad). En algunos casos, el potencial de los residuos
en países en desarrollo es mayor que en países desarrollados, no porque los rendimien-
tos de los cultivos sean mayores, sino porque los índices de cosecha son generalmente
más bajos, como consecuencia de la menor calidad de las variedades de cultivos emplea-
dos en muchos países y con una gestión menos intensiva. Estos datos deberían inter-
pretarse con cierta cautela; la cantidad real que sería factible cosechar es solamente una
parte de las cantidades mostradas aquí.
Es probable que la demanda de biomasa sólida para bioenergía tenga un impacto
pequeño en la agricultura, excepto quizás en países desarrollados, donde puede estar
incentivada con apoyo financiero al desarrollo de cultivos energéticos. Es posible que
los incrementos en la oferta de biomasa sean satisfechos con la expansión de áreas para
cultivo energético en bosques, tierras degradadas o tierras no utilizadas. De manera
alternativa, la oferta podría provenir del aumento de la recolección de recursos de los
bosques existentes o de una mayor recuperación de residuos.
El uso de residuos es la opción más atractiva para asegurar una oferta creciente de
biomasa para energía (ver el Gráfico 2.5). Sin embargo, el desarrollo de cultivos energé-
ticos puede ser viable en algunos países en desarrollo. Dado que los cultivos energéticos
pueden crecer en tierras degradadas, existe potencial de aumentar la oferta de biomasa
BIOMASA SÓLIDA 63
sin afectar a los suelos agrícolas. Factores clave que determinan la idoneidad de las tie-
rras degradadas para producir cultivos energéticos son su proximidad a instalaciones de
producción bioenergética y si tienen o no usos adicionales (ver Recuadro 2.2).
Si los residuos de biomasa no están disponibles y existen pocas tierras degradadas,
es posible que se produzca el remplazo de bosques por cultivos energéticos o que se
aumente la recolección de recursos forestales (la «extracción» de los recursos). Dado el
aumento esperado de la demanda para usos modernos de la biomasa en países desarro-
llados [especialmente en la Unión Europea, donde la demanda se espera que alcance las
185 t/año en 2030 (ver gráfico 2.3)], podría aumentar enormemente la importación de
países productores de madera, incluidos los países tropicales, afectando potencialmente
a millones de hectáreas de tierras. Dado que aumentan el valor de los recursos madere-
ros, también es posible que los desarrollos bioenergéticos puedan hacer que individuos
o comunidades decidan espontáneamente plantar árboles para así obtener ingresos adi-
cionales.
El impacto del incremento de la demanda de bioenergía en competencia con otros
usos de los recursos de biomasa dependerá muchísimo de las coyunturas locales. En
Europa, por ejemplo, el crecimiento de la bioenergía ya ha llevado a desviaciones con-
siderables de residuos madereros (tanto de los consumidores como de la industria) ha-
cia la producción de bioenergía. En países en desarrollo, donde el uso de los residuos
madereros es habitualmente mucho menor, el desarrollo de la bioenergía puede que
tenga menores efectos negativos. Sin embargo, si la recolección de residuos incluye la
recolección de residuos in situ, debería prestarse atención tanto a los nutrientes propor-
cionados por la biomasa que se dejan in situ como al nivel de recolección de residuos
coherente con el mantenimiento de la productividad del suelo (ver EEA 2007 para más
información sobre este asunto).
Impacto medioambiental
Los impactos potenciales sobre el medio ambiente relacionados con la producción de
biomasa sólida para energía incluyen los impactos sobre el clima (emisiones de carbono
del proceso de producción, y posiblemente de la conversión de tierras); sobre el agua y
los recursos edáficos; y sobre la biodiversidad. Es probable que la cosecha a gran escala
de recursos de biomasa tenga más implicaciones medioambientales que las operaciones
a pequeña escala (debido a la construcción de carreteras, a la compactación del suelo y
al elevado uso de agua). Los impactos son difíciles de cuantificar y dependen del lugar
en el que se produzca la biomasa, no obstante a continuación se describen algunas in-
dicaciones generales.
64 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Coste/tCO2e evitado (basado en la intensidad de carbono y en la viabilidad económica de
cada opción).
Las primeras dos variables han sido ampliamente utilizadas en las evaluaciones del
ciclo de vida de los biocombustibles y otros materiales; la tercera variable se examina en
CEC (2006b) y en otros estudios. Todavía se están desarrollando métodos para cuan-
tificar los impactos en los cambios en el uso de las tierras. También se puede examinar
el impacto de los biocombustibles sobre las emisiones de otros contaminantes nocivos
(generalmente se comportan mejor que los combustibles fósiles convencionales). Las
tres variables se evalúan normalmente para el conjunto del sistema de producción de
bioenergía (es decir, incluyendo tanto la producción de la materia prima como la con-
versión en el producto energético final). Son por tanto abordadas en la sección de este
capítulo sobre los usos modernos de la biomasa.
Estudios recientes sugieren que el hollín (también conocido como carbono negro)
liberado en la combustión de dendrocombustibles, en la industria, en la agricultura y en
el transporte puede contribuir más al cambio climático de lo que inicialmente se creía.
El hollín es aparentemente el segundo mayor contribuyente al cambio climático (des-
pués del carbono) y puede ser responsable de hasta el 18 por ciento del calentamiento
del planeta (el CO2 aparentemente representa el 40 por ciento) (Rosenthal, 2009). El
hollín se desplaza largas distancias; cuando se deposita en zonas nevadas (en la Antárti-
da o en el Himalaya, por ejemplo) baja el albedo (reflectividad), lo que puede elevar las
temperaturas hasta 1 °C. Se podría reducir este efecto minimizando la agricultura de
tala y quema o remplazando las cocinas ineficientes por otras que capten el hollín (este
cambio también reduciría las enfermedades respiratorias). La sustitución de cientos de
millones de cocinas ineficientes en todo el mundo es una tarea inmensa y encara mu-
chas dificultades, entre ellas los altos costes iniciales y las preferencias de los usuarios.
Varios estudios comparan las emisiones de gases de efecto invernadero de la pro-
ducción de bioenergía, con las de carbón o gas7. Asumiendo que la biomasa es pro-
ducida de forma sostenible (es decir, las reservas de carbono de la biomasa cultivada
se remplazan con nuevos cultivos después de la cosecha), las principales emisiones de
gases de efecto invernadero de la producción energética de la biomasa están asociadas
al uso de insumos derivados de los combustibles fósiles, como los fertilizantes, y a las
emisiones de la maquinaria empleada en la cosecha, transporte y procesado de la bio-
masa. Si la recolección de la biomasa no es sostenible y lleva a la degradación forestal
(como es a veces el caso) habrá emisiones netas, y pueden ser más altas que las de los
combustibles fósiles alternativos. Para los combustibles fósiles, la mayor fuente de emi-
siones es la combustión del propio combustible.
En general, el uso de la biomasa sólida para energía reduce las emisiones de gases
de efecto invernadero en al menos un 50-60 por ciento, y a menudo llega incluso al
80-90 por ciento (según los insumos empleados para la producción de la biomasa y
las distancias de transporte8). Varios estudios señalan reducciones de gases de efecto
invernadero de más del 100 por cien. Esto puede ocurrir cuando se emplean residuos
de biomasa que podrían haberse enviado a vertederos, causando finalmente emisiones
de metano.
BIOMASA SÓLIDA 65
Recuadro 2.3. Reducción del carbono atmosférico a la vez que se
mejora la fertilidad del suelo a través de la producción de biocarbón
Los suelos contienen cerca de tres veces más de carbono que la vegetación, y dos veces
más que la atmósfera. La mayor parte del carbono encontrado en los suelos está en
la materia orgánica del suelo (57 por ciento por peso). Sin embargo, las actividades
agrícolas (labranza, quemado, etc.), la reconversión de la tierra de los bosques y la ero-
sión del viento y el agua exponen la materia orgánica del suelo a la acción microbiana,
causando pérdida de materia orgánica a través de la descomposición. La pérdida del
carbono del suelo incrementa la cantidad de carbono en la atmósfera (causando calen-
tamiento global) y reduce la productividad del suelo. La mayoría de los suelos agrícolas
han perdido 30-40 t de carbono/hectárea; las reservas actuales de carbono orgánico
en el suelo son mucho menores que su capacidad potencial. Se ha sugerido reponer
las reservas de carbono del suelo (secuestro) como un paso para ayudar a reducir el
carbono atmosférico.
66 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Recuadro 2.3. (Continuación)
Fuente: Sundermeier, Reedeer y Lal, 2005; Flanagan y Joseph, 2007; International Biochar
Initiative, 2009; Lal, 2009.
Es probable que las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del uso de
pellets de biomasa sean algo más elevadas que las emisiones del uso de otros tipos de
biomasa sólida primaria para la producción de calor y electricidad, pues el uso de los
pellets añade otra etapa de procesado (la producción del pellet). Los pellets pueden ser
transportados largas distancias, lo que podría resultar en mayores emisiones a causa
del transporte. El efecto de estos factores depende de los modos de transporte utiliza-
dos; podría ser mitigado por la mayor densidad energética de los pellets. Es probable
que las importaciones de países productores de madera, incluidos los países tropicales,
aumenten drásticamente. Si no se adoptan esquemas de producción sostenibles, esto
podría suponer presiones sobre la tierra y las poblaciones locales.
BIOMASA SÓLIDA 67
Gráfico 2.6. Rango típico de transpiración anual de bosques, agricultura y
cultivos energéticos
Coníferas
plantaciones de bosques
Pinos
de clima templado
Caducifolios
Árboles forestales de cultivo corto cultivos energéticos
Cultivos energéticos de gramíneas de clima templado
Pastos agricultura
Cereales (sin riego) de clima templado
Eucaliptos
plantaciones de bosques
Acacias
tropicales
Pinos
0 200 400 600 800 1,000 1,200 1,400 1,600
transpiración (mm/año)
68 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
La recolección de residuos agroforestales como norma general no debería intentar
eliminar completamente toda la biomasa residual; debería dejarse una cantidad ade-
cuada para mantener la función productiva del suelo.
Con una gestión adecuada, normalmente los cultivos de biomasa tienen el potencial
de mejorar las condiciones del suelo en áreas degradadas y pueden utilizarse para
mejorar las tierras contaminadas. La fijación del nitrógeno, el aumento de materia
orgánica (por la hojarasca), y la mejora de la estructura del suelo son algunos de los
beneficios asociados a la plantación de cultivos de biomasa (Kartha y otros, 2005).
BIOMASA SÓLIDA 69
ren al uso de la biomasa para cocinar y generar calor y electricidad, principalmente en am-
bientes domésticos, mediante fuegos al aire libre o tecnologías simples y de bajo coste como
los hornillos y chimeneas cerradas. Los tipos de biomasa sólida utilizados para producir
energía son residuos agrícolas (estiércol y residuos de cosechas); leña (incluyendo madera
seca, raíces y ramas); carbón vegetal; y en algunos casos residuos industriales de madera. Los
usos tradicionales normalmente no emplean formas más transformadas de biomasa sólida,
como los pellets de madera o las virutas.
Viabilidad económica
Los usos tradicionales se caracterizan por una inversión muy baja en costes de producción,
transformación y utilización del combustible. Una parte importante de la producción en
países en desarrollo tiene lugar en el sector informal o es producida para uso de subsisten-
cia, empleando pocas herramientas y a menudo con poco o nada de gestión del recurso.
Como resultado de la creciente demanda urbana, mucha de la leña producida en países
en desarrollo se convierte en carbón vegetal utilizando generalmente una tecnología muy
sencilla, como los hornos de tierra, con bajas tasas de conversión (ver recuadro 2.4).
En el momento del uso final, a menudo se emplean niveles muy bajos de tecnología
para producir el calor finalmente usado para cocinar o calentar.
En países desarrollados, las tecnologías empleadas en este sector son algo más
avanzadas, pero todavía relativamente sencillas comparadas con otros tipos de produc-
ción de biomasa y de consumo de energía. Los productores de leña son generalmente
empresas muy pequeñas, que operan en los mercados locales con la mínima inversión
en tecnología de recolección.
Los principales factores económicos que impulsan los usos tradicionales de la bio-
masa para energía son los bajos costes de producción (o los bajos precios de compra) y
los bajos niveles de renta de la mayoría de sus consumidores. En el caso de la produc-
ción de subsistencia en países en desarrollo, el coste de producción es el coste de opor-
tunidad del tiempo empleado en recoger la leña. Dado que la oportunidad de percibir
ingresos es muy limitada en muchos lugares, el coste es despreciable.
En aquellos lugares de países en desarrollo donde tienen que comprarse los bio-
combustibles (por ejemplo en zonas urbanas), la mayoría de los consumidores tienen
muy poca renta, y se eligen los biocombustibles porque son la única fuente de energía
asequible. Incluso en países desarrollados, en zonas rurales con grandes bosques la leña
es con frecuencia más barata que otras alternativas, como el fuelóleo doméstico o el gas
licuado de petróleo (GLP)9.
El uso tradicional de la biomasa sólida para energía es en gran medida un asunto del
sector privado, impulsado por la competitividad precio/coste de esta fuente de energía
en comparación con las alternativas existentes. Sin embargo, muchos gobiernos han in-
tentado intervenir en este sector, por motivos variados y con diversos grados de éxito.
Algunos países en desarrollo intentan recaudar tasas forestales (para permisos de leña,
por ejemplo) como una vía para financiar al gobierno. Otros han intentado restringir
la producción (para proteger los bosques) a través de normas legales o, más a menudo,
han intentado introducir regímenes de gestión local de los bosques para asegurar la
sostenibilidad de los suministros de leña. Quizás las intervenciones gubernamentales
70 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Recuadro 2.4. Producción de carbón vegetal en Tanzania
BIOMASA SÓLIDA 71
más importantes en las décadas pasadas hayan sido proyectos (con frecuencia financia-
dos con el apoyo de donantes internacionales) que han introducido nuevas tecnologías
(como por ejemplo la producción de carbón vegetal o las cocinas mejoradas) o que han
fomentado la creación de plantaciones de madera para combustible.
Los resultados de estas intervenciones han sido contrapuestos (Arnold y otros,
2003). Se han adoptado y mantenido mejores tecnologías únicamente donde la mejora
de la eficiencia estaba económicamente justificada. Por ejemplo, las cocinas mejoradas
se introdujeron y todavía se utilizan en áreas urbanas donde se compra dendrocombus-
tible, pero no han sido en general adoptadas en zonas rurales. Las plantaciones de made-
ra para combustible también han dado resultados desiguales. Aunque muchas de estas
plantaciones hayan alcanzado su madurez, en la mayoría de los casos se ha recogido la
madera y se ha vendido a mercados de mayor valor añadido.
Los gobiernos no han sido capaces en general de supervisar la producción y de recau-
dar ingresos más que en una pequeña parte de toda la producción de biocombustibles
(FAO, 2001; Whiteman, 2001). Por tanto, las intervenciones gubernamentales han te-
nido en general poco efecto en la dimensión económica de los usos tradicionales de
la biomasa para energía, y un éxito limitado a la hora de promover la sostenibilidad
de este sector.
72 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Impacto sobre la tierra y otros recursos
La biomasa tradicional tiene menos impacto sobre los bosques naturales que el inicial-
mente pensado. Aunque la recolección de leña puede contribuir a una deforestación
severa (especialmente alrededor de áreas urbanas), tanto como dos tercios de la leña
para cocinar proviene de los árboles que bordean las carreteras y de árboles en terrenos
de uso agropecuario, más que de bosques naturales. Al contrario, el carbón vegetal se
produce generalmente de forma no sostenible a partir de recursos forestales, en res-
puesta a la demanda urbana (especialmente en África), ejerciendo presión sobre los
recursos forestales (AIE, 2006b).
Existen pruebas fehacientes de que el suministro de leña en países en desarrollo
puede ser sostenible incluso en áreas densamente pobladas, siempre que se gestionen
de forma adecuada programas de plantación gubernamentales, arboledas comunitarias
y plantaciones. Existe también evidencia de que la escasez de leña o los precios eleva-
dos pueden llevar a la reforestación para conseguir así una fuente de energía (Matthews
y otros, 2000).
La mayoría del impacto sobre la tierra y otros recursos del uso energético de la
biomasa tradicional se genera en la producción de la biomasa. El transporte y uso de la
biomasa produce poco o ningún impacto adicional.
BIOMASA SÓLIDA 73
empleada en el transporte del carbón vegetal sería de aproximadamente 0,3 MJ, o de
alrededor del 2 por ciento del contenido energético del combustible fósil del litro de
keroseno original12. Si el carbón vegetal se transportase en cargas pequeñas a distancias
menores (por ejemplo 200 kg en distancias de ida y vuelta de 60 km), la intensidad
energética aumentaría hasta alrededor del 10 por ciento de la cifra para el keroseno.
Es posible que estos ejemplos representen el rango de situaciones más comunes en el
transporte de carbón vegetal.
Si la biomasa usada para energía se produjese de forma sostenible, las emisiones de
gases de efecto invernadero del uso energético de la biomasa tradicional serían de hasta el
10 por ciento de las emisiones de una cantidad comparable de queroseno (las emisiones de
CO2/MJ de queroseno, gasolina y gasóleo son aproximadamente las mismas). Sin embar-
go, si la biomasa no es remplazada por nuevos cultivos, las emisiones del uso de la biomasa
tradicional son potencialmente mucho más elevadas. Por ejemplo, las emisiones de CO2
de un litro de queroseno son de unos 2,9 kg, pero las emisiones de los 2,7 kg del carbón
vegetal requerido para producir la misma cantidad de energía son de aproximadamente
11 kg de CO2. Por ello, comparado con el queroseno, el uso de carbón vegetal solamente
supone menos emisiones de CO2 si al menos el 75 por cien de la biomasa utilizada para
producir el carbón vegetal se ha producido de forma sostenible.
Por las razones recién expuestas, el coste de las reducciones de emisiones del uso tra-
dicional de la energía de biomasa también está relacionado con la sostenibilidad de la
producción de biomasa. Por ejemplo, cuando la biomasa es la fuente de combustible más
barata y se produce de forma sostenible, el uso energético de la biomasa tradicional supo-
ne muchas menos emisiones que los combustibles fósiles alternativos y sin coste alguno.
Por el contrario, si la biomasa no se produce de forma sostenible y hay emisiones netas de
la combustión de biomasa, el coste de las reducciones de emisiones depende de cómo
se afronte este problema. Se podrían considerar varias opciones, como apoyar la pro-
ducción sostenible de la biomasa que se vaya a usar como combustible (por ejemplo
con plantaciones de dendrocombustible); introducir mejores tecnologías para reducir
emisiones por ejemplo en cocinas y equipamiento para producir carbón vegetal; e
incentivar la adopción de otras tecnologías de energía renovable, como las cocinas so-
lares o la producción y uso de biocombustibles líquidos. El coste y la viabilidad de las
diferentes opciones de reducción de emisiones serán muy diferentes en los distintos
lugares, de modo que no es posible estimar cuál sería el coste de tales intervenciones.
Sin embargo, dada la magnitud del uso energético de la biomasa tradicional, sería útil
seguir investigando este problema.
Los usos modernos e industriales de la biomasa sólida para generar energía incluyen la com-
bustión conjunta en centrales eléctricas (generalmente con carbón); las centrales eléctricas
que utilizan solo biomasa; las instalaciones de pequeña y mediana escala que proporcionan
74 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
electricidad o calor a las industrias transformadoras agroforestales; y las instalaciones de
pequeña y mediana escala que proporcionan electricidad o calor a otras actividades indus-
triales y comerciales.
No se dispone de estadísticas sobre el número de instalaciones que producen calor o
electricidad a partir de la biomasa. Sin embargo, sí se conoce el número aproximado de cen-
trales eléctricas de gran escala que actualmente utilizan biomasa (Tabla 2.6)13.
Los problemas y repercusiones relacionados con los usos modernos e industriales de la
biomasa sólida para energía varían mucho caso a caso. A continuación se presentan algunas
líneas generales.
Viabilidad económica
El coste de producir calor y electricidad se puede dividir en tres componentes principales:
el coste de capital de las instalaciones y equipos, el coste de operaciones y mantenimiento
y el coste del combustible utilizado. El coste de capital de la producción de electricidad por
biomasa ha caído en los últimos años, por las economías de escala en la producción debidas
a la nueva tecnología introducida y a la mayor demanda de esos equipos.
No obstante, el coste de la producción de electricidad a gran escala sigue siendo un 10-20
por ciento superior que el coste de capital de una central eléctrica de carbón.
A escalas más pequeñas (por ejemplo para instalaciones de calefacción industriales o
comerciales), el coste de capital puede ser hasta dos veces el coste de alternativas como ca-
lefacciones de gasóleo. El coste de capital de la producción de electricidad por biomasa por
unidad de capacidad es posible que permanezca algo por encima del coste de otras alterna-
tivas debido al menor contenido energético de la biomasa, lo que requiere emplear mayor
volumen de material para producir cada unidad de electricidad. Además, se suele necesitar
mayor espacio para almacenar los suministros de biocombustibles, y el equipamiento nece-
sario para preparar el biocombustible para su combustión es generalmente más caro.
Los costes de operación y mantenimiento son también más elevados para los biocom-
bustibles que para los combustibles convencionales, en parte por los mayores volúmenes
de biocombustible requeridos para producir cada unidad de electricidad. Otros factores
–como el porcentaje de humedad y la variabilidad del biocombustible (densidad, tamaño
de las partículas, contaminantes)– también incrementan estos costes.
El coste de la biomasa es posiblemente el factor más importante para la rentabilidad de
la producción de calor y electricidad a partir de biomasa en comparación con las otras al-
ternativas. El elevado coste de producción (en la mayoría de los casos) y el bajo contenido
energético de la biomasa hacen que sea más cara que el carbón. Sin embargo, el coste por
unidad de contenido energético puede ser comparable al del petróleo o el del gas.
Otro factor que afecta al coste del combustible es la eficiencia de la producción ener-
gética. La eficiencia de conversión de la biomasa es ligeramente menor que la de los com-
bustibles fósiles, pero ha mejorado durante los últimos años y ahora se acerca bastante a
los niveles alcanzados en las centrales eléctricas de carbón y en las instalaciones de cale-
facción de gasóleo.
Para la producción de electricidad, la combustión conjunta con carbón es unos 0,02
dólares-0,03dólares más cara por kWh que la producción de electricidad a partir sola-
BIOMASA SÓLIDA 75
Tabla 2.6. Número de centrales eléctricas a gran escala que emplean
biomasa, 2008
Número de centrales
eléctricas que utilizan
biomasa Tipo de biomasa utilizada
Combustión
conjunta con Biomasa Cultivos No
Región carbón pura Residuos energéticos Otros especificado
África 0 0 0 0 0 0
Australia, Japón y 8 4 11 0 2 0
Nueva Zelanda
Asia Oriental y 4 2 6 0 4 0
Pacífico
Europa y Asia Central 0 0 0 0 0 0
Unión Europea (27), 97 35 83 1 67 15
Islandia, Noruega y
Suiza
América Latina y 0 2 1 0 1 0
Caribe
Oriente Medio y 0 0 0 0 0 0
Norte de África
Norteamérica 40 33 51 4 18 7
Asia Meridional 0 4 4 0 0 0
Países desarrollados 145 72 145 5 87 22
Países en desarrollo 4 8 11 0 5 0
Mundo 149 80 156 5 92 22
76 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Tabla 2.7. Estimaciones del coste de la producción de energía a partir
de biomasa
Coste de producción de la energía
(céntimos/kWh)
País/ referencia Carbón Gas Petróleo Biomasa Tipo de producción
Austria
Bios Bioenergysys-teme -- -- -- 13,2-17,3 Electricidad a partir de
(2004) producción combinada
de calor y electricidad
Bios Bioenergysys-teme -- -- -- 3,2-6,2 Calor a partir de produc-
(2004) ción combinada de calor
y electricidad
Canadá
Kumar, Flynn y Sokhasanj -- -- -- 6,8-7,4 Electricidad (coste
(2006) estimado)
Layzell, Stephen, y Wood -- -- -- 7,7-9,5 Electricidad al 15% com-
(2006) bustión conjunta o 100%
biomasa (coste estimado)
Zhang, Habibi y MacLean 2,7 -- -- +2,0-3,5(a) Electricidad al 10-15%
(2007) combustión conjunta
(coste estimado)
Colombia
Kartha, Leach y Rajan -- -- 13,0 7,5 Electricidad a pequeña
(2005) escala (comparada con
diésel subvencionado)
Dinamarca
Bios Bioenergysys-teme -- -- -- 13,1 Electricidad a partir de
(2004) producción combinada
de calor y electricidad
Bios Bioenergysys-teme -- -- -- 3,2 Calor a partir de produc-
(2004) ción combinada de calor
y electricidad
Uganda
Buchholz y Volk (2007) -- -- 25,0-33,0 22,0 Electricidad a pequeña
escala (comparada con
diésel con/sin subven-
ción)
Reino Unido
Biomass Task Force (2005) -- 3,3-4,9 3,6-4,0 3,1-3,8 Calefacción
Estados Unidos
Spath y Mann (2004) 2,0-3,0 4,0-5,0 -- 8,0-9,0 Electricidad, alimenta-
5,0-6,0 ción directa
Electricidad, gasificación
Forest Products -- -- -- 6,0-11,0 Electricidad
Laboratory (2004)
(continúa)
BIOMASA SÓLIDA 77
Tabla 2.7. (Continuación)
Coste de producción de la energía
(céntimos/kWh)
País/ referencia Carbón Gas Petróleo Biomasa Tipo de producción
Forest Products -- -- -- +2,0(a) Electricidad al 10-15%
Laboratory (2004) combustión conjunta
Johnson (2006) -- -- -- +2,6-3,0(a) Electricidad al 1-10%
combustión conjunta
(excluida subvención)
El otro único caso en el que la energía de la biomasa es competitiva con respecto a las
alternativas de combustibles fósiles es la producción de calor. La producción pura de calor
o la producción de calor derivada de sistemas combinados de calor y electricidad es com-
parable al coste de utilizar petróleo o gas (alrededor de 0,03-0,06 dólares (kWh).
Impacto económico
La producción de biomasa para uso como combustible genera más renta y empleo que la
mayoría de los otros tipos de combustible. La producción de calor y electricidad a partir
de la biomasa puede también suponer mayor renta y empleo que los generados por com-
bustibles fósiles.
Anuncios recientes de nuevas instalaciones eléctricas de biomasa han permitido crear
empleo a una tasa de un empleado por 0,8-1,6 MW de capacidad de generación. Esto es
unas tres o cuatro veces el empleo creado en la producción eléctrica a base de carbón
(Wright, 1999, da una cifra de un empleado por 3,7-5,3 MW de capacidad instalada de
generación por carbón en Estados Unidos). El mayor empleo generado por la producción
de calor y electricidad de la biomasa es consecuencia del tamaño relativamente pequeño
de las instalaciones de producción y de los mayores volúmenes de material empleado para
producir cada unidad de energía. Otros tipos de producción de energía renovable como
eólica, geotermal e hidroeléctrica ofrecen niveles similares de empleo.
Impacto medioambiental
La biomasa afecta a los recursos edáficos, hídricos y a la biodiversidad. El impacto
medioambiental de la producción de calor y electricidad a partir de la biomasa tam-
bién se puede medir en términos de intensidad energética de los combustibles fósiles,
intensidad de carbono y coste de emisiones evitadas.
78 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Tabla 2.8. Estimaciones del impacto medioambiental de la producción
de energía a partir de biomasa
Indicador Porcentaje de
Estudio Ubicación medioambiental reducción
Mann y Spath (2001) Estados Unidos Reducción de gas de efecto 108-121
invernadero (carbón)
Spath y Mann (2004) Estados Unidos Reducción de gas de efecto 94-126
invernadero (carbón)
Spath y Mann (2004) Estados Unidos Reducción de combustible 80-98
fósil (carbón)
Woods y otros (2006) Reino Unido Reducción de gas de efecto 75-217
invernadero (carbón)
WEC (2004) Estimación global Reducción de gas de efecto 73-98
invernadero (carbón)
Mann y Spath Estados Unidos Reducción de combustible 70-83
fósil (carbón)
Zhang, Habibi, y MacLean Canadá Reducción de gas de efecto 70
(2007) invernadero (carbón)
Spath y Mann (2004) Estados Unidos Reducción de combustible 54-66
fósil (gas)
Spath y Mann (2004) Estados Unidos Reducción de gas de efecto 53-76
invernadero (gas)
Khokhotva (2004) Estimación global Reducción de gas de efecto 50-60
invernadero (carbón)
Zhang, Habibi, y MacLean Canadá $/tCO2e 22-40
(2007)
Spath y Mann (2004) Estados Unidos $/tCO2e 16-19
Katers y Kaurich (2007) Estados Unidos Intensidad de combustible 9-13
fósil (pellets de madera)
Khokhotva (2004) Estimación global Intensidad de combustible 7-13
fósil (madera)
Kumar y Sokhansanj (2007) Canadá Intensidad de combustible 6-8
fósil (switchgrass)
Nilsson (2007) Suecia Intensidad de combustible 3-17
fósil (varios)
BIOMASA SÓLIDA 79
Para los combustibles fósiles, se incluyen emisiones similares (por ejemplo para
la producción y transporte del combustible), pero la mayor fuente de emisiones es la
combustión del propio combustible.
80 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
madera, aunque es posible manufacturarlos a partir de otros tipos de biomasa. China, por
ejemplo, tiene planes para aumentar de forma importante la producción de pellets, desde
prácticamente cero hasta 50 millones de t en 2020, utilizando principalmente residuos
agrícolas (Peksa-Blanchard y otros, 2007).
La calidad de los pellets producidos no se ve afectada por el tipo de biomasa empleada.
El serrín es un insumo preferente, porque el material ya está troceado en partículas de
tamaño pequeño y normalmente tiene bajo contenido de humedad. No obstante, para
cumplir con las normas de la industria del pellet, en general no se puede utilizar madera
reciclada o tratada para la fabricación de pellets debido a la preocupación por la emisión
de sustancias nocivas y de cambios incontrolados de las características de combustión de
los pellets.
Los pellets de biomasa son extremadamente densos. Normalmente se producen con
bajo contenido de humedad (inferior al 10 por ciento), lo que les permite ser quemados
con una eficiencia de combustión muy elevada. Su densidad reduce los requisitos de al-
macenaje y hace que el transporte a larga distancia sea económicamente viable. Su forma
regular y su pequeño tamaño también reduce los costes de manipulación y transporte, y
permite la alimentación automática en el equipo de combustión.
Los pellets se pueden utilizar en instalaciones a gran escala como las centrales eléctri-
cas, pero en lo que más se están utilizando es en cocinas de pellets, en calderas de calefac-
ción y en otros aparatos de calefacción de tamaño pequeño y mediano. La eficiencia de
combustión de estos electrodomésticos ha aumentado en la pasada década a un nivel ahora
comparable al de los electrodomésticos de fuelóleo16.
La mayoría de los pellets de madera se consumen en calderas de tamaño pequeño y me-
diano para suministrar calor a viviendas, barrios, edificios comerciales y a la industria ligera.
Algunos países (por ejemplo, Bélgica y Holanda) usan pellets de madera para la producción
eléctrica a gran escala, probablemente por su necesidad de cumplir con los objetivos de ener-
gías renovables y de importar casi toda la biomasa necesaria para cubrir esta demanda.
El hecho de que sea económicamente viable transportar pellets a larga distancia abre
oportunidades para el comercio internacional de biomasa. Canadá exportó más de 1 millón
de t de pellets en 2006 (aproximadamente la mitad a Europa y la otra mitad a Estados Uni-
dos). En conjunto, Brasil, Chile y Argentina exportan alrededor de 50.000 t de pellets de ma-
dera al año. Varios países europeos también informan de niveles importantes de exportacio-
nes de pellets de madera (alrededor de 1 millón t en total de la Federación Rusa, Polonia y los
países Bálticos) (Peksa-Blanchard y otros, 2007). Dados los aumentos proyectados de pellets
de madera en la Unión Europea hasta 2030 (estimados en alrededor de 185 t/año, ver gráfico
2.4), es probable que se tengan que importar. Como resultado, es probable que aumenten
drásticamente las importaciones de países productores de madera, con el potencial aumento
subsiguiente de las presiones sobre las tierras y sobre las poblaciones locales si no se adoptan
esquemas sostenibles de producción.
Entre 1997 y 2006, los pellets de madera supusieron una parte creciente del suministro
de calor y electricidad a partir de la biomasa sólida primaria (Tabla 2.9). Como resultado del
incremento de los precios de los combustibles fósiles y de las subvenciones, aumentaron de
forma significativa la capacidad de producción de pellets y la instalación de calefacciones por
BIOMASA SÓLIDA 81
82
Tabla 2.9. Consumo anual de pellets de madera en algunos países, 1997-2006
País 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
Suecia 500 525 625 700 900 900 1125 1250 1475 1670
Holanda n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. 1400
Dinamarca 175 190 230 300 410 450 560 730 820 870
Alemania n.a. n.a. 8 30 80 130 190 270 440 700
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Bélgica n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. 400 675
Italia n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. 500
Austria 10 25 50 75 105 150 185 240 320 400
Finlandia n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. 59 100
Francia n.a n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. 5 5 30 90
Polonia n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. 6 25 35
Noruega n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. n.a. 17 21 26
Canadá n.a. 72 79 71 76 92 88 87 85 120
Estados Unidos n.a. 618 602 569 654 727 761 816 945 1024
Total 685 1430 1594 1745 2225 2449 2914 3421 4620 7610
Total (Mtep) 0,28 0,59 0,66 0,72 0,92 1,01 1,20 1,41 1,91 3,14
% del total de calor y
electricidad de biomasa 1 2 3 3 3 4 5 5 7 ---
Fuente: elaboración propia, basada en datos de Peksa-Blanchard y otros 2007 y de la base de datos de la AIE.
Nota: la mayoría de las cifras no disponibles para países europeos es probable que sean cero o muy pequeñas.
--- = no disponible.
pellets, especialmente en Europa y Norte América, teniendo entre ambas regiones 308 fábri-
cas de pellets de madera en 2006 (Gráficos 2.7 y 2.8).
Viabilidad económica
Los principales factores económicos que afectan a la viabilidad económica de la producción
de calor y electricidad a partir de pellets de biomasa son los mismos que los que afectan a
otros tipos de biomasa sólida.
El coste de capital de los equipos e instalaciones, y los costes de mantenimiento y ope-
ración, son ligeramente superiores que los costes en instalaciones que empleen fuelóleo, gas
natural y propano (las principales alternativas de combustible empleadas en instalaciones que
podrían utilizar pellets). Las instalaciones más grandes necesitan gestionar los volúmenes de
pellets requeridos para producir una cantidad determinada de calor o electricidad.
Sin embargo, como resultado del mayor contenido energético de los pellets (comparado
con otros tipos de biomasa sólida) y la posibilidad del manejo mecanizado del material, es
probable que los costes adicionales sean pequeños. El principal factor que afecta a la viabi-
lidad económica de la producción de calor y electricidad es por tanto el coste de los pellets.
Puesto que ahora es comparable la eficiencia de combustión de los aparatos que usan pe-
llets con la de los que usan fuelóleo, gas natural o propano, el coste comparativo de producir
calor y electricidad a partir de pellets se reduce al coste de la energía potencial contenida
en los pellets comparada con la de otros tipos de combustible. 1 t de pellets de madera
contiene aproximadamente 19 GJ de energía, equivalente a 510 litros (135 galones) de
fuelóleo o 760 litros (200 galones) de propano. Dividiendo el coste de los pellets entre
estas cifras obtenemos el precio al que las diferentes alternativas cuestan la misma can-
tidad por unidad de contenido energético.
Este cálculo se presenta en el Gráfico 2.9, donde las líneas rectas muestran el coste
energético equivalente de los pellets de madera frente al propano y combustible de ca-
lefacción a varios precios. Con un precio de combustible de calefacción de 1,50 dólares/
galón, por ejemplo, el precio del pellet de madera equivalente sería de 200 dólares/t.
Si los precios de los pellets cayeran por debajo de esta cantidad, los pellets serían una
fuente de energía más barata que el combustible de calefacción.
El Gráfico 2.9 también ofrece algunas estadísticas sobre los costes comparados de
los tres combustibles en el periodo 2000-07. Estos se señalan en el gráfico con líneas
finas, con los años más recientes hacia la parte derecha del gráfico. El gráfico muestra
que los pellets de madera han sido una fuente de energía más barata que el propano y el
combustible para calefacción en el conjunto del periodo, aunque las diferencias entre los
pellets de madera y el combustible para calefacción eran pequeñas en los primeros años.
En el conjunto del periodo, el coste de emplear pellets de madera no cambió mucho. Por el
contrario, el precio del combustible para calefacción se multiplicó por 2,5, y el precio del
propano se duplicó. Como resultado de estos incrementos de precios, en 2007 el coste de
producir calor y electricidad a partir de pellets de madera era menos que la mitad del coste
del combustible para calefacción y el propano.
El aumento de los precios también supuso un cambio en los costes comparados de
los pellets y del gas natural. En 2002-03 los precios domésticos de gas natural en Estados
Unidos estaban en algo más de 8 dólares/miles de pies cúbicos (AIE, 2008c). A ese precio,
BIOMASA SÓLIDA 83
Gráfico 2.7. Número y ubicación de plantas productoras de pellets de madera
en Europa, 2006
0 500 1.000 kilómetros
16
8
0 200 400 600 millas
28
5
25
8
Mar
del Norte
8 5
2
3 19
1
15
OCÉANO 2
ATLÁNTICO 2
7
15 1
10 4
3 Mar
Negro
Ma
rA
1
36 dr
iát
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M
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M
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rrán
eo
Este mapa fue elaborado por la Unidad de Diseño de Mapas del Banco
Mundial. Las fronteras, colores, denominaciones y cualquier otra
información mostrada en el mapa no implica, por parte del Grupo del
Banco Mundial, ningún juicio sobre la situación legal de cualquier territorio,
ni la aprobación o aceptación de tales fronteras.
el coste de los pellets de madera era marginalmente superior que el del gas (por unidad de
contenido energético).
En 2007-08 los precios del gas llegaron a unos 13 dólares/miles de pies cúbicos. En
consecuencia, el coste de utilizar pellets de madera cayó hasta alrededor de un tercio me-
nos que el coste de utilizar una cantidad equivalente de gas.
Todavía no se dispone de estadísticas para el coste de los pellets y de combustibles al-
ternativos en Europa, pero es probable que la tendencia sea similar. El fuerte crecimiento
del uso de pellets de madera en Europa ha sido estimulado con subvenciones. Sin em-
bargo, estas subvenciones se han dirigido principalmente a la sustitución de aparatos
existentes por otros que utilizasen pellets de madera.
El uso de los pellets de madera ya parece ser económicamente viable para algunos
usos en muchos países en desarrollo. Es probable que el crecimiento en este sector
continúe si los precios de los combustibles fósiles siguen elevados.
84 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Gráfico 2.8. Ubicación de plantas productoras de pellets de madera en Norte
América, 2006
Bahía de
Hudson
CANADÁ
OCÉANO
PACÍFICO
ESTADOS OCÉANO
UNIDOS ATLÁNTICO
Existentes
En construcción
0 500 1000 kilómetros
Previstas
0 200 400 600 millas
Este mapa fue elaborado por la Unidad de Diseño de Mapas del Banco Mundial. Golfo de
Las fronteras, colores, denominaciones y cualquier otra información mostrada
en el mapa no implica, por parte del Grupo del Banco Mundial, ningún juicio sobre la
México
situación legal de cualquier territorio, ni la aprobación o aceptación de tales fronteras.
Impacto económico
Como sucede con otros tipos de biomasa sólida usada para energía, el principal im-
pacto sobre el empleo del uso de pellets se encuentra en el cultivo de la materia prima
de biomasa. Existe empleo adicional en la producción de pellets. Los pellets se pueden
producir a una escala modesta, por lo que habría oportunidades para empresas peque-
ñas y medianas (con la producción de pellets cerca o ligada a instalaciones de proce-
sado de madera o de la agricultura). No parece que haya más impactos económicos en
la producción de pellets que aquellos asociados a la producción de la materia prima de
la biomasa.
Impacto medioambiental
Es probable que las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del uso de
pellets de madera sean ligeramente superiores que las emisiones de la biomasa sólida
primaria para la producción de calor y electricidad, debido a que el uso de pellets intro-
duce otra etapa en el proceso de transformación (la producción de los pellets) entre el
cultivo de la biomasa y su conversión final en calor y electricidad. Los pellets también
se pueden transportar largas distancias, lo que podría conllevar más emisiones deriva-
BIOMASA SÓLIDA 85
Gráfico 2.9. Costes de pellets de madera, propano y combustible para
calefacción en Estados Unidos, 2000-07
precio de los pellets de madera (dólares/t)
500
400
300
200
100
0
0.5 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00 3.50
precio de los combustibles alternativos (dólares/galón)
Fuente: elaboración propia basada en los precios del propano y del combustible para calefacción de la AIE,
2008b, y precios de los pellets de madera de Peksa-Blanchard y otros, 2007.
Nota: los precios de los combustibles fósiles son los precios residenciales del combustible de calefacción
núm. 2 de EEUU y propano (excluidos impuestos). Los precios de los pellets de madera están basados en
un precio de reparto de 150 dólares por tonelada de EEUU en 2007 (según se recoge en Peksa-Blanchard y
otros 2007); los precios se han estimado utilizando los cambios anuales de los precios de comercio de chips
de madera de EEUU (según se recoge en FAOSTAT).
das del transporte. El efecto dependerá de los modos de transporte utilizados. Por las
mismas razones, es probable que la intensidad de combustible fósil del uso de pellets sea
ligeramente superior a la de otros tipos de biomasa sólida primaria (Tabla 2.10).
La única área en la que el uso de los pellets de madera para producir calor y elec-
tricidad es claramente superior es el coste de la reducción de emisiones. Como los
pellets son económicamente atractivos (es decir, tienen menores costes energéticos
que la mayoría de las posibles alternativas de combustibles fósiles), se pueden con-
seguir reducciones de emisiones sin coste instalando aparatos de quema de pellets.
Incluso allí donde se dispone ya de subvenciones para fomentar la sustitución de apa-
ratos existentes por nuevos equipos que usen pellets, es probable que estos costes (las
subvenciones) sean despreciables por t de emisiones de CO2 reducidas a lo largo de la
vida del aparato.
86 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Tabla 2.10. Resumen de las cuestiones e impactos relacionados con la producción de energía a partir de
biomasa sólida
Sistemas modernos e industriales Sistemas de pellets de
Combustión conjunta con Producción de calor y madera (para calefacción
Biomasa tradicional biomasa electricidad doméstica)
Económico
Coste de producción Generalmente más barato que Biomasa: 3,50-4,50 $/mBTU Biomasa: 0,05-0,12 $/kWh Biomasa: 15-25 $/mBTU
la mayoría de las alternativas Carbón: 1,50-3,50 $/mBTU Carbón: 0,02-0,04 $/kWh Carbón: 8-12 $/mBTU
posibles (queroseno, GLP, etc.) (coste del combustible/unidad Gas: 0,04-0,07 $/kWh Gas: 25-35 $/mBTU
neta de insumo) Petróleo: 0,05-0,10 $/kWh Petróleo: 20-25 $/mBTU
(coste variable/unidad pro- (coste variable/unidad pro-
ducida) ducida)
Socioeconómico
Empleo/unidad de 0,30-0,50 años/tep. Mucho 0,02-0,04 años FTE/tep. 0,02-0,04 años FTE/tep. 0,02-0,04 años FTE/tep.
energía mayor que el de los combus- Mucho mayor que el de los Mucho mayor que el de los Mucho mayor que el de los
tibles fósiles (FTE/unidad de combustibles fósiles (FTE/uni- combustibles fósiles (FTE/uni- combustibles fósiles (FTE/uni-
insumo) dad de insumo) dad de insumo) dad de insumo)
Potencial para los pe- Alto: lo habitual es la produc- Bajo: generalmente requiere Medio: la producción a peque- Medio: la producción de pellet
queños productores ción a pequeña escala volúmenes muy grandes de ña escala es viable en ciertas a pequeña escala es viable
madera circunstancias
Tierra y otros recursos
Eficiencia del uso de la No aplica –la producción de Plantaciones forestales en climas templados: 2,6-5,2 tep/ha/año (10-20 m3).
tierra biomasa tradicional no es Cultivos energéticos en climas templados: 5,2-7,8 tep/ha/año (20-30 m3)
generalmente un uso exclusivo Plantaciones de bosques tropicales: 5,2-7,8 tep/ha/año (20-30 m3)
de la tierra–. Campo/bosque/procesado de residuos también posible
Potencial para mejorar Alto: las plantaciones a pe- Bajo: los enormes volúmenes Medio: los rendimientos en tierras degradadas es probable que
la tierra degradada queña escala y agroforestales de madera requeridos es im- sean menores que los dados más arriba, y se requieren grandes
tienen potencial para producir probable que lo hagan factible volúmenes. La producción bioenergética solo será viable en
biomasa tradicional lugares donde existan áreas importantes de tierras degradadas
disponibles para la producción.
(continúa)
BIOMASA SÓLIDA
87
88
Tabla 2.10. (Continuación)
Sistemas modernos e industriales Sistemas de pellets de
Combustión conjunta con Producción de calor y madera (para calefacción
Biomasa tradicional biomasa electricidad doméstica)
Impacto en bosques Variable: la recolección de
naturales biomasa tradicional puede
llevar a degradación del suelo
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
y a deforestación en ciertas cir-
cunstancias. También se ha de- Alto: los enormes volúme- Bajo: si se emplea el procesado de residuos (probablemente una
mostrado que ocasionalmente nes de madera requeridos de las fuentes de biomasa más atractiva en muchos lugares).
puede llevar a la reforestación es probable que precisen el Alto: si se requiere plantación forestal o desarrollo de cultivo
(plantación de árboles para desarrollo de plantaciones a energético, y si se planea la generación de calor y electricidad a
recolección de biomasa). gran escala. gran escala.
Impacto en la Variable: la recolección de Es probable que una escala de producción de biomasa para energía media-baja a grande resulte
agricultura leña suele integrarse en ciclos en la conversión de bosques en cultivos energéticos, más que en la conversión de tierras agríco-
de rotación de cultivos. Sin las.
embargo, la recolección de
residuos puede tener impacto
negativo en la fertilidad del
suelo.
Competencia por los No aplica –la producción de Variable: la producción de biomasa para energía de media a gran escala sí incrementa la com-
recursos biomasa tradicional emplea petencia para la industria y los usos de madera de tamaño pequeño. Su impacto depende de si
poco o ningún insumo de dichos recursos ya están utilizándose por la industria transformadora forestal. Actualmente,
combustibles fósiles–. estos impactos se sienten en países desarrollados; no obstante, si la producción se desplaza hacia
países en desarrollo podría haber competencia por los recursos.
Medioambiental
Intensidad energética No aplica –la producción de 6,25 por cien (Mann, 1997) 8,83-12,76 por cien (Katers)
(insumo de combustible biomasa tradicional emplea
fósil/unidad de energía poco o ningún insumo de
producida) combustibles fósiles–.
Intensidad de carbono Variable: depende de si la 46 g/kWh (Mann, 1997) 120-210 kg/mBTU (Katers)
(emisiones de dióxido biomasa es cosechada de forma Carbón: 910g/kWh
de carbono/unidad de sostenible. (DoE, 2000)
energía producida) Actualizado con el informe de
emisiones de la AIE
Coste/tCO2e evitadas No aplica 34-92 $ (sustituyendo carbón)
Impacto sobre los No aplica Los cultivos energéticos y arbóreos con demanda de agua media/alta generalmente tienen una
recursos hídricos demanda mucho mayor de agua que los pastos y los cultivos agrícolas, con pocas excepciones
(p. ej. el arroz o la caña de azúcar). Esto es especialmente cierto para algunos de los cultivos de
mayor rendimiento, como eucalipto, sauce y chopo. es probable que La disponibilidad de agua y
la demanda sean un factor limitativo en la expansión de los cultivos de biomasa.
Impacto variable en la calidad del agua: las plantaciones forestales y otros cultivos energéticos de
biomasa pueden tener impactos positivos en la calidad del agua allí donde remplazan a cultivos
agrícolas, pero el impacto global varía considerablemente de un sitio a otro.
Impacto sobre los Medio: la recolección de bio- Variable: las plantaciones forestales y otros cultivos energéticos de biomasa pueden tener impac-
recursos edáficos masa tradicional generalmente tos positivos sobre la erosión del suelo e incrementar sus nutrientes. Sin embargo, la producción
degrada algo la tierra, a menos intensiva de cultivos de biomasa para energía posiblemente degrade los suelos y requiera insu-
que esté dentro de los límites mos artificiales en muchos casos.
de productividad de la tierra y
del bosque.
Impacto sobre la biodi- Medio: es probable que la reco- Variable: es probable que las plantaciones forestales y otros cultivos energéticos de biomasa ten-
versidad lección de biomasa tradicional gan algún impacto negativo sobre la biodiversidad, a no ser que sustituyan a cultivos agrícolas.
produzca algunos efectos nega- Adicionalmente, es posible que los cultivos energéticos de biomasa más productivos en muchos
tivos sobre la biodiversidad. lugares sean especies introducidas.
La magnitud de estos efectos
dependerá del grado de degra-
dación forestal al que lleve.
BIOMASA SÓLIDA
89
NOTAS
1. Según la AIE (2007, p. 5), «la biomasa sólida primaria se define como toda materia ve-
getal utilizada directamente como combustible o convertida en otras formas antes de la
combustión. Incluye multitud de materias leñosas generadas por procesos industriales
o derivadas directamente de la silvicultura y la agricultura (leña, astillas de madera,
corteza, serrín, virutas, astillas, lejías de sulfito conocidas también como licor negro,
materias y residuos animales y otra biomasa sólida). Se incluye también el carbón ve-
getal».
2. La definición de la FAO de dendrocombustible (esto es, el uso de la madera para la
producción de energía) incluye la madera empleada para producir carbón.
3. Las regiones desarrolladas utilizadas en este estudio son América del Norte (Canadá
y Estados Unidos); los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE) más Islandia,
Noruega y Suiza; y Australia, Japón y Nueva Zelanda. Las regiones en desarrollo son las
definidas por el Banco Mundial en http://go.worldbank.org/9FV1KFE8P0. La región
de Europa y Asia Central excluye a los países de la UE.
4. El precio de estos materiales está incrementándose en algunas regiones (por ejem-
plo en Europa), como resultado de la competencia entre los sectores energético y de
transformación forestal. En el futuro próximo, el coste de estos materiales podría ser
parecido al coste de los residuos agrícolas y forestales.
5. Cuando existe el coste de oportunidad de utilizar los rastrojos forestales como fuente
de energía (por ejemplo en las industrias de pasta de papel y tableros de madera), ese
coste, más que el coste de producción, es el más apropiado para medir el coste real.
Cuando la demanda es elevada, los costes de oportunidad pueden ser mayores que
los costes de producción mostrados aquí (para más información ver la sección sobre
viabilidad económica de la producción de biocombustibles líquidos en el capítulo 3).
6. Es probable que el uso de residuos de procesado cree mucho menos empleo que los
cultivos energéticos o que la recolección de residuos in situ, pero en la mayoría de los
casos el empleo generado probablemente sea todavía mayor que en otras formas de
energía.
7. La mayoría de estos estudios examinan situaciones en las que la biomasa es quema-
da de forma combinada con combustibles fósiles. Las reducciones de gases de efecto
invernadero citadas aquí son convertidas para comparar solamente las emisiones de
los componentes de la biomasa frente a los combustibles fósiles a los que remplazan.
Las emisiones de otros gases de efecto invernadero en estos estudios también se han
convertido a equivalentes de CO2.
8. En general las mayores reducciones se consiguen cuando se compara la biomasa con
el carbón, más que con el gas natural.
9. Puede que la leña no sea siempre la opción menos costosa. Un estudio en Tanza-
nia, por ejemplo, muestra que, además del coste inicial de las cocinas, el coste total
mensual para los consumidores es de unos 18 dólares de un recambio de GLP, o de
20,80 dólares de la compra de carbón vegetal. La ventaja del carbón vegetal es que una
familia puede comprarlo de pequeñas en pequeñas cantidades, mientras que el coste
del GLP deben pagarlo por adelantado. Las opciones de consumo a veces dependen
de la disponibilidad de efectivo, de la fiabilidad del suministro y de la capacidad del
suministrador para dividir el suministro (Banco Mundial, 2009).
90 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
10. Existen pruebas anecdóticas que sugieren que la combustión de dendrocombustibles
pueden tener algunos efectos positivos sobre la salud, como la capacidad del humo
para actuar como repelente de mosquitos, y con ello reducir la incidencia de malaria.
Una revisión sobre el asunto del año 2007 sugiere que no existe suficiente evidencia
científica para apoyar esta teoría (Biran y otros, 2007).
11. Aunque el estudio incluye tanto el uso del carbón como el de la biomasa sólida para
energía, el uso del carbón es relativamente pequeño, sugiriendo que casi todo este im-
pacto es producido por los usos tradicionales de la biomasa sólida para energía.
12. Nótese que esto es una sobre-estimación, ya que no incluye la energía requerida para
producir y transportar el queroseno.
13. Probablemente existan muchas centrales eléctricas de pequeña escala produciendo ca-
lor y electricidad en áreas rurales de algunos países en desarrollo. Las estadísticas de
2004 para la India, por ejemplo, muestran más de 1.900 centrales eléctricas que utilizan
biomasa, con una capacidad de generación media de 0,4 MW (Ministerio de Fuentes
de Energía No Convencionales de la India, citado en Abe, 2005). Además, casi todas
las instalaciones de transformación forestal a gran escala en países desarrollados (y en
países en desarrollo como Brasil) producen calor (y a veces electricidad) para su propio
funcionamiento, y la producción de calor y electricidad es frecuente en algunas ins-
talaciones de transformación agrícola en todo el mundo (por ejemplo en los ingenios
azucareros).
14. La mayoría de estos estudios analiza las situaciones en las que la biomasa es quemada
conjuntamente con combustibles fósiles. Las reducciones de gases de efecto inverna-
dero expuestas aquí se han convertido para comparar las emisiones únicamente de
los componentes de la biomasa frente a las de los combustibles fósiles a los que han
remplazado. Las emisiones de otros gases de efecto invernadero analizadas en estos
estudios también se han convertido a CO2 equivalente.
15. La eficiencia de transformación (rendimiento energético como proporción del conte-
nido energético) no es muy diferente para el carbón y la biomasa en las instalaciones
modernas; ambos tipos de combustible son menos eficientes que la producción de
calor y electricidad realizada utilizando gas natural.
16. La eficiencia de combustión es la proporción del contenido energético del combustible
que se convierte en calor útil, y esta es ahora de alrededor del 80-85 por ciento en los
nuevos electrodomésticos.
BIOMASA SÓLIDA 91
92 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
CAPÍTULO TRES
Biocombustibles líquidos
Mensajes principales
Se espera que los efectos de los biocombustibles líquidos sobre los bosques sean prin-
cipalmente indirectos, derivados del desplazamiento de las actividades agrícolas y
ganaderas.
Tomando como base los objetivos existentes actualmente, se espera que el consumo
de biocombustibles líquidos aumente de forma significativa; los mayores incrementos
tendrán lugar en Estados Unidos (bioetanol) y en la Unión Europea (biodiésel), se-
guidos de América Latina y Caribe (bioetanol) e India y China (biodiésel).
La producción de bioenergía a partir de biocombustibles líquidos puede tener efectos
tanto positivos como negativos sobre la población pobre. La producción puede crear
empleo y aumentar las rentas, pero puede aumentar la inseguridad alimentaria si se
emplean cultivos básicos para la producción de energía.
Los impactos sobre el cambio climático son bastante inciertos y pueden ser tanto
positivos como negativos, en función del cultivo empleado para producir los biocom-
bustibles y del tipo de uso de la tierra existente antes de desarrollar la producción.
BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS 93
Producción de alcohol a partir de cultivos de almidón. Este es en la actualidad el tipo principal
de producción de biocombustible líquido en países desarrollados. Consiste esencialmente
en la producción de alcohol a partir del maíz. Este sistema podría ser considerado en países
en desarrollo. Dado que tiene implicaciones sobre la pobreza (con respecto a los precios
de los alimentos) y sobre la gestión de los recursos naturales, debería examinarse de forma
separada.
Producción de biodiésel a partir de aceites comestibles. Este es hoy en día el tipo principal de
producción de biodiésel. Tiene implicaciones importantes sobre la pobreza (en términos
de impacto sobre los precios de los alimentos y sobre la seguridad alimentaria). La fuente
principal de biodiésel de esta categoría proviene del aceite de palma.
Producción de biodiésel a partir de aceites no comestibles. La producción actual de aceites no
comestibles es insignificante, pero se está desarrollando rápidamente el interés por la jatrofa.
Puesto que se basa en materias primas no comestibles, tiene diferentes implicaciones sobre
la pobreza y la gestión de recursos naturales que el resto de opciones agrícolas para la pro-
ducción de biocombustibles.
Producción de alcohol a partir de celulosa (madera y gramíneas). Se está trabajando en el
desarrollo de mayores rendimientos energéticos por unidad de superficie, para incrementar
la eficiencia energética y para abordar las preocupaciones sobre la desviación de cultivos ali-
menticios hacia bioenergía. A la producción de alcohol a partir de celulosa se le denomina
a menudo tecnología de biocombustibles de segunda generación.
Alcoholes superiores, biodiésel y otros aceites derivados de la celulosa. Se están examinando di-
ferentes tecnologías termo-mecánicas [procesos de biomasa-a-líquido (BTL)]. Estas fuentes
se denominan tecnología de biocombustibles de segunda generación.
Biocombustibles de tercera generación. Existen tecnologías más eficientes y avanzadas para
la producción de biocombustibles que se encuentran también en un estado incipiente de
desarrollo. Se describen brevemente en el apéndice D.
Hoy en día la mayoría de los países produce todo el bioetanol que necesita para cubrir sus
necesidades. Las principales excepciones son los Estados Unidos (que importa un 5-10 por
ciento de sus necesidades de consumo) y Japón y la República de Corea (que se basan princi-
palmente en las importaciones).
La producción de los Estados Unidos se basa en su mayoría en el maíz, y la de la Unión
Europea en una mezcla de cereales y, a menor escala, en la remolacha azucarera. Ya se está
probando a pequeña escala la producción de bioetanol a partir de cultivos no alimenticios, y
está comenzando a desarrollarse a gran escala. Se está construyendo una planta de produc-
ción (Range Fuels en el estado de Georgia, en Estados Unidos) con una primera fase de unas
60.000 t/año de capacidad, y una capacidad final de 300.000 t/año. La planta, que utilizará
madera como materia prima, está actualmente en construcción. Existen algunas otras plantas
que están operando de manera experimental. Otras plantas en construcción emplean mate-
rias primas diversas como paja, residuos de cítricos y madera de chopo (ver en la tabla C.2 del
apéndice un listado de las instalaciones de biocombustible en Estados Unidos).
94 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Brasil es con mucha diferencia el mayor exportador de bioetanol para uso como combus-
tible. Su producción se basa en la caña de azúcar. La producción en otros países en desarrollo
se basa en una mezcla de caña de azúcar, melazas, tubérculos y cereales como el maíz, el sorgo
dulce y el trigo.
Argentina y algunos países en desarrollo (por ejemplo Indonesia, Pakistán y Sudáfrica)
también son importantes exportadores de etanol. No es posible identificar cuántas de estas
exportaciones son utilizadas como combustible porque las estadísticas de comercio interna-
cional no desglosan las exportaciones de etanol según su uso.
Gráfico 3.1. Consumo anual de bioetanol como combustible, por regiones, 1975-2008
40
35
30
consumo (millones de t)
25
20
15
10
0
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS 95
Tabla 3.1. Consumo de bioetanol como combustible, por regiones,
2005-08
Región 2005 2006 2007 2008
Norte América 12,2 16,8 21,1 29,7
Unión Europea (27) + 3 0,9 1,5 2,2 3,1
Australia, Japón y Nueva Zelanda 0,0 0,1 0,0 0,2
Asia Oriental y Pacífico 1,0 1,4 1,6 1,8
Europa y Asia Central 0,0 0,1 0,2 0,3
América Latina y Caribe 10,6 9,4 12,6 16,0
Oriente Medio y Norte de África 0,0 0,0 0,0 0,0
Asia Meridional 0,1 0,1 0,1 0,2
África Subsahariana 0,0 0,0 0,0 0,1
Países desarrollados 13,2 18,3 23,4 33,0
Países en desarrollo 11,6 11,0 14,5 18,4
Total mundial 24,8 29,3 37,9 51,4
Brasil aumentó rápidamente en la década de los 80, hasta alcanzar cerca de 10 millones de t
al año; se mantuvo a este nivel entre mediados de los 80 y 2006. En 2007 y 2008, el aumento
de las ventas de vehículos híbridos (flex-fuel) incrementó su consumo, que sobrepasó los 15
millones de t en 2008 y se espera que continúe creciendo vigorosamente en el futuro si los ve-
hículos híbridos remplazan a los vehículos convencionales. El consumo en Estados Unidos
aumentó de forma gradual hasta el año 2000. A partir de entonces casi se ha quintuplicado,
hasta alcanzar unos 28 millones de t en 2008, convirtiendo a Estados Unidos en el mayor
consumidor mundial.
Canadá consumió alrededor de 1,3 millones de t de bioetanol en 2008. En la Unión
Europea, los principales consumidores son Francia, Alemania, España y Suecia. Australia,
Japón y Nueva Zelanda consumen cantidades muy pequeñas de bioetanol (Tabla 3.1). En
regiones en desarrollo, los principales consumidores de bioetanol como combustible son
Brasil, China, India, Colombia y Tailandia. Actualmente no se conoce que exista consumo
importante de bioetanol como combustible en ningún otro país en desarrollo.
Perspectivas
Se espera que el consumo de bioetanol se multiplique por siete, desde los 25 millones de t
en 2005 hasta 170 millones de t en 2030 (Gráfico 3.2). Estados Unidos representa la mayor
parte del consumo previsto y la mayoría de este crecimiento. El impacto del Estándar de
Combustible Renovable de EEUU (U.S. Renewable Fuel Standard) (EPA, 2008) se ha previs-
to oficialmente solo hasta 2012; estas previsiones asumen que no se producirán incrementos
después de 2022.
América Latina y Caribe representa la siguiente mayor cuota del consumo previsto de
bioetanol, liderada por Brasil pero incluyendo consumos en algunos otros países. Su cuota
del consumo global no se incrementa notablemente comparada con las previsiones para la
Unión Europea y Asia Oriental y Pacífico, donde se espera un crecimiento importante como
consecuencia de la entrada en vigor de los mandatos de mezcla. Otras regiones representan
96 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Gráfico 3.2. Consumo anual estimado de bioetanol como combustible, por regiones,
2010-30
180
160
140
consumo (millones de t)
120
100
80
60
40
20
0
2010 2015 2020 2025 2030
África Asia Oriental y Pacífico
Asia Meridional Australia, Japón y Nueva Zelanda
Oriente Medio y Norte de África Unión Europea (27) + Islandia,
América Latina y Caribe Noruega y Suiza
Europa y Asia Central América del Norte
solo una pequeña parte del consumo previsto, si bien podría darse un crecimiento importan-
te del consumo en Japón si se introdujese un mandato de mezcla en ese país.
La previsión oficial de la producción de bioetanol en Estados Unidos incluye un límite
a la producción a partir de maíz de 15 billones de galones en 2015 (equivalente aproxi-
madamente a 45 millones de t). Se espera que los incrementos de producción adicional
provengan de la celulosa y de otras fuentes (que son todavía especulativas).
Como ocurre con el bioetanol, la mayor parte de los países produce su propio biodiésel
para cubrir la demanda doméstica. La producción de biodiésel en Brasil y Estados Unidos
está basada en gran medida en la soja. La producción en China y Japón se basa principal-
mente en residuos de aceites vegetales (aunque China está considerando la colza y la jatro-
fa para su futuro desarrollo). La materia prima principal en Canadá es la colza. La colza es
BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS 97
también la materia prima principal en Europa, junto con aceite o semillas importados (por
ejemplo aceite de palma); deshechos de grasas animales; y aceites vegetales. La producción
en Indonesia y Malasia se basa en el aceite de palma (si bien Indonesia está considerando
también la jatrofa1).
15.00
14.00
13.00
12.00
11.00
consumo (millones de t)
10.00
9.00
8.00
7.00
6.00
5.00
4.00
3.00
2.00
1.00
0.00
1995 2000 2005
África Asia Oriental y Pacífico
Asia Meridional Australia, Japón y Nueva Zelanda
Oriente Medio y Norte de África Unión Europea (27) + Islandia,
América Latina y Caribe Noruega y Suiza
Europa y Asia Central América del Norte
Fuente: elaboración propia, basada en las estadísticas de biodiésel de agencias gubernamentales, asocia-
ciones empresariales y empresas consultoras.
Nota: una t de biodiésel es igual a unas 0,90 t de petróleo equivalente.
98 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Tabla 3.2. Consumo anual de biodiésel, por regiones, 2005-08
Región 2005 2006 2007 2008
África 0 0 0 0
Australia, Japón y Nueva Zelanda 0 84 172 330
Asia Oriental y Pacífico 126 210 404 1.655
Europa y Asia Central 0 0 0 0
Unión Europea (27), Islandia,
Noruega y Suiza 2.702 4.705 6.267 8.107
América Latina y Caribe 22 84 534 1.724
Oriente Medio y Norte de África 0 0 0 0
Norteamérica 268 791 1.568 1.331
Asia Meridional 0 100 200 500
Países desarrollados 2.970 5.579 8.007 9.768
Países en desarrollo 148 394 1.138 3.879
Total mundial 3.118 5.974 9.145 13.647
Fuente: elaboración propia, basada en AIE, 2006b, y objetivos políticos nacionales.
dedor del 80 por ciento del consumo total de la Unión Europea. El consumo en Estados
Unidos alcanzó cerca de 1,5 millones de t en 2007, con un fuerte incremento desde las
800.000 t consumidas en 2006. El consumo en Canadá es insignificante, pero la capacidad
de producción asciende a cerca de 1,3 millones de t.
El fuerte aumento del precio de los aceites vegetales en el primer semestre de 2008
tuvo como consecuencia una caída de la demanda en la Unión Europea y Estados Unidos,
pues incluso con incentivos de precios el biodiésel no era competitivo frente al gasóleo. La
demanda se ha recuperado a raíz de que los precios de los aceites vegetales y del biodiésel
han vuelto a niveles competitivos, si bien todavía son poco rentables. Sobre la base de las
normativas gubernamentales, se espera que en 2009 el consumo en estos grandes merca-
dos supere los niveles de 2007.
El consumo de biodiésel en países en desarrollo es relativamente bajo: en 2007 sola-
mente se registró un consumo significativo en Argentina, Brasil, Colombia, China, India,
Indonesia y Malasia. Brasil incrementó su consumo en 2006 (hasta 45.000 t) y en 2007
(hasta 430.000 t). La India consumió alrededor de 200.000 t de biodiésel en 2007, e Indo-
nesia y Malasia juntas consumieron alrededor de 220.000 t.
Perspectivas
Se prevé que el consumo de biodiésel aumente, desde menos de 5 millones de t en 2005
hasta casi 65 millones de t en 2030 (Gráfico 3.4). Inicialmente, se espera que la mayoría
del incremento previsto se produzca en la Unión Europea, si bien es probable que el creci-
miento en países en desarrollo (especialmente en India y China) represente la mayor parte
del crecimiento esperado del consumo después de 2020. Las previsiones asumen que los
mandatos de mezcla de biodiésel propuestos en India y China entrarán en vigor en 2020;
después se espera un crecimiento elevado y continuo como resultado del elevado y con-
BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS 99
Gráfico 3.4. Consumo anual estimado de biodiésel, por regiones, 2010-30
70
60
50
consumo (millones de t)
40
30
20
10
0
2010 2015 2020 2025 2030
África Asia Oriental y Pacífico
Asia Meridional Australia, Japón y Nueva Zelanda
Oriente Medio y Norte de África Unión Europea (27) + Islandia,
América Latina y Caribe Noruega y Suiza
Europa y Asia Central América del Norte
tinuo crecimiento del consumo de diésel en estos países. Se espera que en 2020 los países
en desarrollo adelanten a los desarrollados en lo que respecta al consumo de biodiésel.
1.80
1.60
1.40
1.20
1.00
$/litro
0.80
0.60
0.40
0.20
0
Ene-05 Ago-05 Feb-06 Sep-06 Abr-07 Oct-07 May-08 Nov-08 Jun-09
En respuesta a los crecientes costes de la energía y a las protestas sobre los recortes
de las subvenciones al gasóleo, en el año 2005 el gobierno de Myanmar creó un pro-
yecto para producir biodiésel a partir de jatrofa. Varios informes estiman que el área
plantada abarca entre 200.000-400.000 hectáreas, con planes para expandirse hasta 3
millones de hectáreas.
La producción se ha realizado en grandes plantaciones planificadas de manera cen-
tralizada, en instalaciones militares y en pueblos rurales. Los agricultores con más de
1 acre de tierra han recibido instrucciones para plantar Jatrofa en sus parcelas y con
frecuencia han tenido que pagar las semillas. Los grupos en defensa de los derechos
humanos han declarado que los agricultores que se nieguen a plantar Jatrofa pueden
ser encarcelados. Otros informes sugieren que los gobernantes militares confiscaron
las tierras y obligaron a realizar trabajos forzados en algunos lugares. Otra preocu-
pación es que la plantación obligada de Jatrofa está desplazando la producción de
alimentos en áreas rurales muy pobres de Myanmar.
La directiva no ha sido acompañada de la infraestructura adecuada (mecanismos
de recolección, plantas transformadoras, sistemas de distribución) para procesar la
cosecha. Como resultado, la producción de semillas de jatrofa no se ha traducido en
mayor producción de combustible. Una empresa japonesa, BioEnergy Development
Corp (JBEDC), anunció el 27 de febrero de 2009 la creación de una empresa con-
junta con una empresa privada de Myanmar para desarrollar biocombustibles. La
nueva empresa, Japan-Myanmar Green Energy, tiene como objetivo exportar 5.000
t de semillas en 2009 y empezar a operar su primera almazara en 2010. Además de
las semillas, también prevé distribuir y exportar combustible derivado de la jatrofa.
en estas tierras podría crear dificultades, pues estas plantaciones podrían hacer dismi-
nuir el forraje para el ganado y otros productos (Rajagopal, 2007).
Retos de adaptación
Los agricultores se adaptarán mejor a materias primas bioenergéticas que les sean familiares o
a aquellas que se haya confirmado que son rentables. La fase de varios años de maduración de
las especies arbóreas o las incertidumbres sobre el cultivo y sobre el retorno de las inversiones
suponen barreras importantes, especialmente para pequeños agricultores (Rajagopal, 2007).
Existen otros retos adicionales que pueden limitar también la capacidad de los agricultores
para adaptarse a los nuevos cultivos de biocombustibles, tanto dentro como fuera de las activi-
dades agrícolas (Recuadro 3.2).
Existen distintos retos que pueden hacer que la adaptación de los agricultores a los
nuevos cultivos de biocombustibles sea difícil. Los retos dentro de la actividad agrí-
cola son los siguientes:
Las previsiones sobre el uso de la tierra varían enormemente en función de los supues-
tos y metodologías empleados. Los datos presentados aquí son por tanto indicativos, y
solo pretenden mostrar las tendencias generales. El análisis realizado por LMC Internatio-
nal, consultora británica en materia económica y empresarial para el sector agroalimenta-
rio, sugiere posibles cambios en el uso de la tierra como consecuencia de los desarrollos de
los combustibles fósiles. Los números presentados aquí son indicativos de lo que podría
ocurrir, no reflejan un estudio sobre el terreno de tendencias nacionales. Su análisis se
basa en las tendencias de la producción actual de biocombustibles y en el supuesto de que
los objetivos gubernamentales actuales se mantengan hasta 2020. Conforme los países
comiencen a evaluar los recursos y la rentabilidad necesarios para cumplir estos objetivos,
estas cifras pueden cambiar.
El Banco Mundial está llevando a cabo actualmente un análisis sobre el uso de la tierra
que evaluará las adquisiciones a gran escala de tierras en los países consecuencia de in-
versiones agrícolas y forestales (incluyendo las de bioenergía); este análisis proporcionará
unos datos mucho más completos y precisos que los presentados aquí.
La posible demanda potencial de tierra se proyecta hasta 2020 bajo tres escenarios de
demanda de biocombustible líquido y de comercio internacional (Tabla 3.5)6. El análi-
sis asume que los rendimientos de las cosechas continuarán incrementándose a las tasas
anuales registradas desde 1990 -2,3 por cien para cultivos de hidratos de carbono (pon-
derados por su contenido de almidón/azúcares) y 1,5 por cien para cultivos oleaginosos
(ponderados por su contenido de aceite)–.
Seguir igual. Este escenario está diseñado para reflejar el ambiente económico y polí-
tico que prevalece hoy –es decir, los gobiernos continúan fijando objetivos ambiciosos
para los biocombustibles y mantienen las barreras comerciales diseñadas para asegurar
que la gran mayoría de esta demanda sea abastecida con biocombustibles producidos
utilizando materias primas cultivadas localmente–. Este escenario no incentiva necesa-
Mejora del comercio. Este escenario pretende reflejar una situación en la que los gobier-
nos incentiven activamente el comercio de biocombustibles por la vía de reducir las
barreras comerciales, con vistas a que aumente la producción de las materias primas
más eficientes en términos de uso de la tierra. Bajo este escenario, el 75 por ciento de la
demanda de biocombustibles se cubre por las materias primas más eficientes (caña de
Crecimiento lento: este escenario está diseñado para ilustrar qué ocurriría si un periodo
sostenido de precios bajos de la energía resultase en un crecimiento más lento de la
producción de biocombustibles que la prevista en los objetivos gubernamentales. Tal
escenario sucedería no porque los gobiernos rebajasen sus objetivos de uso de biocom-
bustibles, sino porque los precios a los que los biocombustibles fueran suministrados
fuesen demasiado elevados para ser aceptables para la mayoría de los usuarios sensi-
bles al precio de tales combustibles. Esta situación puede surgir porque muchas polí-
ticas gubernamentales emplean incentivos fiscales y buy-out penalties para incentivar
el uso de biocombustibles. En algunos países (especialmente en Brasil) la demanda
está basada en los vehículos híbridos, que permiten a los consumidores elegir si usan
gasolina o etanol. En tales casos, los gobiernos han creado un conjunto de demandas de
biocombustibles a precios ligados a los de la gasolina o el diésel. El precio que estimula
la demanda de biocombustible es el precio de la gasolina o del diésel más el incentivo
fiscal/buy-out fee. Si el precio del biocombustible aumenta en el país por encima de este
nivel, la demanda de biocombustible cesará7. En este escenario, los gobiernos conti-
núan empleando políticas comerciales autárquicas diseñadas para promocionar el uso
de biocombustibles producidos a partir de materias primas locales. En este caso, bajos
precios de los biocombustibles junto con elevadas barreras comerciales limitan los pre-
cios de los cultivos y ralentizan la conversión de tierras para la producción de cultivos.
Bajo estos escenarios, una demanda creciente de los principales cultivos de carbohidratos
y oleaginosas para usos alimenticios/piensos podría potencialmente aumentar la super-
ficie global destinada a estos cultivos a más de 800 millones de hectáreas en 2020, un
incremento de 80 millones de hectáreas desde 2008 (Gráfico 3.6). Bajo este escenario, la
superficie de cultivos de oleaginosas se estima que se expandiría a unos 65 millones de
hectáreas; la superficie de cultivos de carbohidratos se espera que caiga unos 25 millones
de hectáreas. Esta diferencia refleja la comparativamente elevada elasticidad renta de los
aceites y alimentos vegetales (para pienso) si se comparan con los carbohidratos, y el
relativamente bajo rendimiento de estos cultivos en relación con los cultivos de carbo-
hidratos.
Una de las mayores preocupaciones medioambientales relacionada con la expansión
de los biocombustibles es la deforestación y el desbroce de tierras asociados a una capa-
cidad y expansión crecientes. Además de la conversión directa de tierras, existen posibles
impactos indirectos si las tierras son desviadas de otras actividades agrícolas y los agri-
cultores y ganaderos desplazados desbrozan nuevas tierras para compensar la pérdida
de cultivos. Existe también el potencial de que tierras agrícolas que hayan sido apartadas
como áreas de conservación vuelvan a convertirse en productivas si a los agricultores les
resulta rentable.
En este análisis, si los objetivos gubernamentales deben cumplirse para 2020, se es-
tima que el uso de la tierra para cultivos para producir biocombustibles se incrementará
900
850
800
millones de hectáreas
750
700
650
600
550
500
80
82
84
86
88
90
92
94
96
98
00
02
04
06
08
10
12
14
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
20
20
20
20
7
6
5
4
3
2
1
0
Caña de Maíz Sorgo Mandioca Aceite Soja olza Jatrofa
azúcar (EEUU) dulce (Tailandia) de palma (EEUU) (UE) (Tailandia)
(Brasil) (India) (Indonesia y
Malasia)
Fuente: elaboración propia, basada en Gunstone, 2004; Nguyen y otros, 2006; Childs y Bradley, 2007;
ICRISAT, 2008; Prueksakorn y Ghewala, 2008; y Shapouri, Duffield y Wang, 2009.
Nota: las estimaciones no incluyen los cambios en el uso de la tierra; las estimaciones de Jatrofa incluyen
el uso de subproductos.
BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS
115
116
Tabla 3.6. (Continuación)
Efecto Mandioca Maíz Nipa Caña de azúcar Sorgo dulce
Tierra y otros recursos
Potencial para mejo- Alto; puede cultivarse Bajo; no apropiado para Alto; puede ayudar a Bajo; no apropiado para Alto; puede cultivarse
rar tierra degradada en tierras marginales el cultivo en tierras recuperar manglares el cultivo en tierras en tierras marginales
y degradadas con poca degradadas. costeros degradados. degradadas. y degradadas con poca
precipitación. precipitación.
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Impacto sobre los Bajo; su plantación está Variable; en tierras Bajo; cultivada en zonas Variable; aunque la Bajo; su plantación está
bosques naturales destinada a tierras mar- reasignadas de áreas de de mareas. expansión actual está destinada a tierras mar-
ginales y previamente conservación puede pro- dirigida a tierras ya ginales y previamente
deforestadas. vocar deforestación; una aclaradas, existe el riesgo deforestadas.
producción creciente en de que pueda inducir a
Estados Unidos puede otros agricultores a des-
desplazar la producción brozar nuevas tierras.
de soja a países tropica-
les, llevando indirecta-
mente a la deforestación
(cambio de cultivo).
Impacto en la agri- Bajo; su plantación está Alto; es posible que Bajo; cultivada en zonas Bajo; es posible que Bajo; su plantación está
cultura destinada a regiones el incremento de la de mareas. el incremento de la destinada a regiones
áridas en las que no se producción lleve a la producción lleve a la áridas en las que no se
plantan otros cultivos. conversión de tierras conversión de pastizales plantan otros cultivos.
agrícolas. más que a la de tierras
agrícolas.
Competencia de Alta; los incrementos de Alta; los incrementos de Baja; cultivada en zonas Baja; tradicionalmente Baja; el cultivo puede
recursos precios pueden tener un precios pueden elevar los de mareas. no compite con cultivos proporcionar tanto com-
efecto negativo sobre los precios de los cereales a alimenticios. bustible como alimento.
alimentos básicos de la nivel mundial, afectando
población rural pobre, a la población pobre.
especialmente en África.
Medioambiental
Intensidad ener- 9-10 (Tailandia) 1,34 (Estados Unidos) -- 8 (Brasil) 8 (12-16 en zonas tem-
gética (insumo de pladas)
combustible fósil por
unidad de energía
producida)
Impacto sobre los Bajo; requiere poca agua Alto; alta necesidad de Bajo; cultivada en regio- Medio; irrigación prin- Medio; requiere poca
recursos hídricos y pocos fertilizantes agua; la escorrentía de nes de mareas cipal por lluvia; alguna agua; algo de conta-
los fertilizantes contribu- contaminación del agua minación del agua por
ye a la eutrofización de por la escorrentía de la escorrentía de los
las masas de agua. los fertilizantes y la fertilizantes
descarga de efluentes del
procesado
Impacto sobre los Bajo; puede ayudar Alto; pérdida de las ca- Bajo; cultivada en regio- Alto; la quema expone Bajo; puede ayudar
recursos edáficos a mejorar los suelos pas superiores del suelo nes de mareas el suelo a la erosión y a mejorar los suelos
degradados por la erosión del agua y elimina los nutrientes; se degradados
del viento; el elevado uso elimina el bagazo para el
de pesticidas y fertilizan- procesado de nutrientes
tes degrada los suelos (este impacto se evita
con la recolección meca-
nizada)
Impacto sobre la Variable; depende de Variable; los posibles Bajo; puede mejorar los Variable; depende de Variable; depende de
biodiversidad dónde tenga lugar la efectos del cambio de ecosistemas costeros donde tenga lugar dónde tenga lugar la
producción; puede cultivos pueden tener la expansión y del producción; puede
tener impacto bajo si se impacto en la biodiver- desplazamiento de la tener impacto bajo si se
restringe a tierras degra- sidad agricultura y ganadería, restringe a tierras degra-
dadas y marginales que pueden llevar a la dadas y marginales
tala de bosques
(continúa)
BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS
117
118
Tabla 3.6. (Continuación)
Coste Mandioca Maíz Nipa Caña de azúcar Sorgo dulce
Potencial para llegar Bajo; no es propensa a la Bajo; no es propenso a la Alto; especie invasora Bajo; no es propensa a la Alto; se sabe que es
a ser invasor fuera invasión invasión bien establecida en invasión invasivo en Fiyi, las islas
del hábitat natural Nigeria; se sabe que es Marshall, los Estados
invasora en las islas del Federados de Micronesia
Caribe y en Nueva Zelanda.
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Fuente: elaboración propia, basada en datos de O´Hair, 1995; Pimentel y Patzek, 2005; Eneas, 2006; Institute of Pacific Islands Forestry,
2006; ICRISAT, 2007; IITA, 2007; Low y Booth, 2007; Nguyen y otros, 2007; Reddy, Kumar y Ramesh, 2007; FAO, 2008; Shapouri, 2009;
Global Invasive Species Program, 2008; Grassi n.d.; Reporter Brasil, 2008; WWF n.d.
Nota: -- = no disponible.
a. Asume condiciones ideales de cultivo y las mayores eficiencias de conversión.
b. A menos que la tierra sea apropiada únicamente para este cultivo de biocombustible, el cambio del uso de la tierra tendrá siempre un
impacto indirecto.
Tabla 3.7. Efectos e impactos relacionados con la producción de biodiésel a partir de soja, aceite de palma,
colza, jatrofa, jojoba y pongamia
Efecto Jatrofa Jojoba Aceite de palma Pongamia Colza Soja
Coste
Rendimiento de 300 l/hectárea en 1.950 l/hectárea 3.000-4.500 2.000-4.000 l/hectá- 800-1.200 l/hectárea 600-700 l/hectárea
biodiésel India; media global (estimado) l/hectárea (Malasia e rea (India)
de 530 l/hectárea, Indonesia)
el mejor escenario
estimado rinde 1.800
l/hectárea
Impacto económico
Empleo potencial Alto; la recolección Alto; la recolección Alto; ya emplea a Alto; la extracción Bajo; proceso alta- Bajo; proceso alta-
de la semilla es muy de la semilla es muy muchos trabajadores es muy intensiva en mente mecanizado mente mecanizado y
intensiva en trabajo, intensiva en trabajo en Indonesia y Mala- trabajo que requiere pocos con pocos trabaja-
requiriendo 105 sia; es probable que trabajadores dores
días/hombre durante el incremento del
todo el estado de mercado aumente el
maduración empleo
Potencial para Alto; potencial de Variable; los precios Medio; las subven- Alto; las empresas Bajo; debe produ- Bajo; las economías
pequeños agri- ser empleada los dos del aceite son actual- ciones a pequeños operadas por peque- cirse en monocul- de escala implican
cultores primeros años como mente muy altos y se agricultores en ños agricultores (ge- tivos grandes; la que la soja sea gene-
seto; múltiples usos; usan en una amplia los principales neralmente gestiona- producción requiere ralmente producida
los precios son bajos variedad de produc- países producto- das por mujeres) han grandes inversiones en grandes monocul-
dado el esfuerzo tos; la producción res proporcionan tenido mucho éxito iniciales de capital tivos y la producción
necesario para requiere elevados oportunidades, pero en la India; elevados requiere grandes
cultivarla costes iniciales y de los préstamos para costes iniciales y inversiones iniciales
operación costes de capital de operación; usos de capital
suponen riesgo de múltiples
endeudamiento
(continúa)
BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS
119
120
Tabla 3.7. (Continuación)
Efecto Jatrofa Jojoba Aceite de palma Pongamia Colza Soja
Impacto sobre el uso de la tierra y otros usos de recursos
Potencial de me- Alto; puede cul- Alto; puede cul- Bajo; no apropiado Alto; puede cul- Bajo; no apropiado Bajo; no apropia-
jora de la tierra tivarse en tierras tivarse en tierras para cultivo en tie- tivarse en tierras para cultivo en tie- do para cultivo en
degradada marginales y degra- marginales y degra- rras degradadas marginales y degra- rras degradadas tierras degradadas
dadas con escasa dadas con escasa dadas con escasa
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
precipitación precipitación precipitación
Impacto sobre los Bajo; la plantación Bajo; la plantación Alto; ligado a altos Bajo; la plantación Medio; el uso de Alto; ligado a
bosques naturales está prevista para está prevista para niveles de defores- está prevista para tierras retiradas para elevados niveles de
tierras marginales o tierras marginales o tación tierras marginales o áreas de conserva- deforestación
previamente defo- previamente defo- previamente defo- ción puede provocar
restadas restadas restadas deforestación di-
recta; la sustitución
puede provocar defo-
restación indirecta
Impacto sobre la Bajo; en los primeros Bajo; su cultivo pue- Bajo; la mayoría de Bajo; su cultivo pue- Alto; es probable Alto; es probable
agricultura dos años su cultivo de ser intercalado las tierras destinadas de ser intercalado que la producción que la producción
puede ser intercalado con otras materias a la expansión del con otras materias a media o gran a media o gran
con otras materias primas agrícolas; cultivo de palma en primas agrícolas escala conlleve la escala conlleve la
primas agrícolas; su plantación está Indonesia son bos- conversión de tierras conversión de tierras
su plantación está dirigida a regiones ques improductivos agrícolas agrícolas si la expan-
dirigida a regiones áridas donde no se sión no se produce
áridas donde no se cultivan otras plantas en zonas forestales
cultivan otras plantas
Competencia de Bajo; no se utiliza Bajo; no se utiliza Alto; también se Bajo; no se utiliza Alto; también se Alto; también se
recursos para producir aceite para producir aceite utiliza como aceite para producir aceite usa como aceite utiliza como aceite
alimenticio alimenticio alimenticio alimenticio alimenticio alimenticio
Impacto medioambiental
Intensidad ener- 6 (Tailandia; incluye -- 9 (Indonesia; excluye -- 2,3 (Unión Europea) 3,4 (Estados Unidos)
gética (insumo subproductos) cambios en el uso de
de combustible la tierra)
fósil por unidad
de producción de
energía)
Impacto sobre los Bajo; requiere poca Bajo; requiere poca Alto; los humedales Bajo; requiere poca Alto; puede requerir
Medio; es una planta
recursos hídricos agua; apropiado agua; apropiado pueden secarse para agua; apropiado irrigación y se fijadora de nitrógeno
para climas secos para climas secos realizar la plantación para climas secos emplean muchos fer-y principalmente ali-
(sin embargo, si se (sin embargo, si se y los residuos del (sin embargo, si se tilizantes químicos y
mentada por la lluvia
riega puede utilizar riega puede utilizar procesado pueden riega puede utilizar pesticidas (tiene menos necesi-
los escasos recursos los escasos recursos contaminar las aguas los escasos recursos dad de fertilizantes);
hídricos) hídricos) hídricos) la escorrentía de los
campos contamina
Impacto sobre los Bajo; potencial para Bajo; potencial para Alto; a menudo se Bajo; potencial para Alto; el uso de pesti- Medio; la baja nece-
recursos edáficos mejorar la fertilidad mejorar la fertilidad cultiva en suelos mejorar la fertilidad cidas y fertilizantes sidad de fertilizantes
del suelo y ralentizar del suelo y ralentizar pobres; puede elimi- del suelo y ralentizar puede degradar los y la capacidad de
la desertificación la desertificación nar más todavía los la desertificación suelos fijación de nitrógeno
nutrientes; a menudo pueden proporcionar
requiere fertilizantes nutrientes adiciona-
les a los suelos, pero
el uso de pesticidas
puede degradarlos
Impacto sobre la Medio; las tierras Medio; las tierras Alto; la deforestación Medio; las tierras Variable; puede Alto; la deforesta-
biodiversidad degradadas son el degradadas son el para las plantaciones degradadas son el provocar el desbroce ción para plantar
hábitat de algunas hábitat de algunas de aceite de palma hábitat de algunas de tierras retiradas; soja puede poner en
especies especies ha afectado negati- especies los incrementos de peligro a una gran
vamente a especies precios pueden llevar variedad de especies
amenazadas a cambiar a aceite de
palma, que ha afecta-
do a especies raras
(continúa)
BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS
121
122
Tabla 3.7. (Continuación)
Efecto Jatrofa Jojoba Aceite de palma Pongamia Colza Soja
Potencial para Alto; se sabe que es Bajo; no identificada Alto; se sabe que es Medio; ha demostra- Alto; se sabe que es Bajo; no es propensa
convertirse en invasora en Australa- como invasora en invasora en Brasil, do capacidad para invasora en Australa- a la invasión
invasora fuera de sia, Sudáfrica, Norte ninguna de las re- Micronesia y Estados expandirse fuera del sia
su hábitat natural y Sudamérica giones en las que ha Unidos área de cultivo
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
sido introducida
Fuente: elaboración propia, basada en datos de Undersander y otros, 1990; Dalibard, 1999; FAO, 2002a, 2008b; Corley y Tinker, 2003;
Gaya, Aparicio y Patel, 2003; Boland, 2004; Gunstone, 2004; Denham y Rowe, 2005; Pimentel y Patzek, 2005; Colchester y otros, 2006; Dal-
gaard y otros, 2007; Joshi, Kanagaratnam y Adhuri, 2006; Low y Booth, 2007; Pahariya y Mukherjee, 2007; American Soybean Association,
2008; Fargione y otros, 2008; GEXSI, 2008; Global Invasive Species Program, 2008; Greenergy, 2008b, 2008c; Henning, 2008; Raswant,
Hart y Romano, 2008; Selim, n.d.; Koivisto, n.d.; Lord y Clay, n.d.; y Wani y Sreedevi, n.d.
Nota: --= no disponible.
a. Asume condiciones de cultivo ideales y las mayores eficiencias de conversión.
A diferencia de los estudios previos, este estudio analiza el ciclo de vida de las emisiones
de los biocombustibles, incluyendo los cambios en el uso de la tierra. El estudio estima
que la conversión de bosques tropicales de turberas para plantaciones de aceite de palma
podría suponer una «deuda de carbono» de 423 años en Indonesia y Malasia; compensar
las emisiones producidas por la tala del bosque amazónico para plantar soja supondría
319 años de producción renovable de biodiésel a partir de soja. Aunque puede que estas
estimaciones no sean exactas el mensaje es claro: los cambios en el uso de la tierra pueden
superar con mucho cualquier beneficio en términos de carbono que pueda resultar de la
plantación de biocombustibles.
Impactos y efectos en el
nivel de país y de región
Mensajes principales
ÁFRICA
La biomasa sólida primaria es de crucial importancia para África, donde se estima que el
76 por ciento de la población depende de ella como fuente primaria de combustible. La
elevada dependencia de la biomasa se concentra en las áreas rurales, pero no está restrin-
gida a ellas. Bastante más de la mitad de los hogares urbanos utiliza leña, carbón vegetal
o residuos de la madera para cocinar (AIE, 2006b). Se prevé que esta tendencia continúe.
Escenario de base
Se prevé que en África aumenten todos los tipos de producción y consumo de bioenergía
(Tabla 4.1). Sin embargo, a diferencia de otras regiones, casi todo el incremento se estima
que ocurra en el sector de la biomasa sólida primaria.
En 2005, la producción tradicional de leña supuso alrededor de 154 Mtep de la bio-
masa sólida primaria utilizada para bioenergía (equivalente a unos 585 millones de m3), y
otros 127 Mtep se produjeron a partir de residuos agrícolas. Los 14 Mtep restantes se pro-
dujeron a partir de los residuos del procesado agrícola y forestal (principalmente para uso
propio). En 2030 se prevé que la producción tradicional de leña se incremente hasta 207
Mtep (790 millones de m3), el uso de los residuos agrícolas puede aumentar a 152 Mtep, y
los usos modernos pueden incrementarse ligeramente, hasta 18 Mtep.
Las estimaciones de crecimiento relativamente elevado de la producción de bioenergía
tradicional en África reflejan varias tendencias económicas. En primer lugar, el crecimien-
Impacto
La producción de bioenergía en África es probable que genere múltiples impactos, para
los que es fundamental planificar una respuesta adecuada. La siguiente sección se centra
en los impactos potenciales.
Impacto económico
El escenario mencionado probablemente afectará a la generación de renta y empleo
derivada de la mayor producción de bioenergía, del uso de la tierra, de los mercados
agrícolas y precios de los alimentos, y de la dependencia de los biocombustibles tradi-
cionales. Se espera que la producción de biodiésel a partir de la jatrofa dé empleo aproxi-
madamente a unas 800.000 personas en 2030. La producción de etanol podría emplear
a 300.000 (asumiendo una tasa de productividad del trabajo similar a la de la India),
y la producción de biodiésel a partir del aceite de palma podría emplear a un número
similar. Esta proyección total de 1,4 millones de empleos es posiblemente una estima-
ción mínima, porque se basa en la asunción de que los factores económicos promoverán
la producción a gran escala; una mayor participación de pequeños agricultores en la
producción tendría como resultado una generación de empleo mucho mayor. Adicio-
nalmente, el empleo en la producción de carbón vegetal es probable que se incremente
de forma importante. La generación de renta a partir del desarrollo de la bioenergía en
África es muy difícil de estimar, pero es posible que sea también significativa.
Con respecto a los precios de los alimentos, es improbable que los desarrollos de la
bioenergía en África supongan impactos negativos importantes como resultado de los
cambios en los mercados agrícolas y en el precio de los alimentos, ya que la producción
de materias primas se estima que sea relativamente pequeña. Los impactos en el precio
de los alimentos como resultado del desarrollo de la bioenergía en cualquier otra parte
del mundo posiblemente sean mucho más importantes y potencialmente dañinos para
los muchos países de África con déficit de alimentos. Los impactos dañinos sobre la
Impacto medioambiental
Los impactos medioambientales de los desarrollos de la bioenergía en África serán tanto
positivos como negativos, siendo el balance final negativo. El principal impacto medio-
ambiental negativo será probablemente la degradación del suelo, de los bosques y las
pérdidas de biodiversidad derivadas del crecimiento continuado del uso de la biomasa
tradicional. Se esperan impactos similares como consecuencia de la expansión del aceite
de palma para la producción de biodiésel. La producción de jatrofa puede mejorar el
suelo y reducir la degradación de la tierra, pero eso dependerá de los tipos de tierra utili-
zados para su cultivo y de si se deciden irrigar para aumentar los rendimientos, algo que
es probable que suceda. La expansión de la producción de caña de azúcar puede tener
las implicaciones medioambientales negativas asociadas con este cultivo (ampliamente
descritas), así como un impacto negativo sobre los recursos hídricos, dependiendo de
dónde sea cultivada.
Los impactos sobre el cambio climático serán tanto positivos como negativos, pero
probablemente en conjunto sean negativos. Allá donde la recolección de la biomasa tra-
dicional lleva a la deforestación y a la degradación de los bosques (algo que sucederá
siempre que la biomasa no se remplace por regeneración forestal), las emisiones netas de
gases de efecto invernadero serán elevadas. La conversión de los bosques en plantaciones
de aceite de palma también conllevará probablemente un crecimiento de las emisiones
netas. La producción de jatrofa y caña de azúcar para producir biocombustibles líquidos
tiene baja intensidad energética y elevado potencial de reducción de emisiones, pero es-
tos impactos positivos probablemente sean sobrepasados por los desarrollos negativos
que se acaban de describir.
Discusión
Se prevé que la contribución de la bioenergía a la TPES disminuya ligeramente (como
resultado de los incrementos previstos en la TPES total) y que su contribución a los
combustibles de transporte aumente ligeramente. Estos desarrollos pueden realizar una
modesta contribución al desarrollo rural, pero también pueden tener algunos impactos
negativos sobre el medioambiente.
La perspectiva para el desarrollo de la bioenergía en África es distinta de la de otras
regiones, puesto que el uso de la biomasa tradicional es probable que aumente en esta re-
gión y las perspectivas para los desarrollos de biocombustibles líquidos son todavía muy
inciertas. Se deberían abordar varios frentes: el potencial de mejora de la sostenibilidad
del uso de la biomasa tradicional (o incluso su sustitución por otras formas apropiadas
de suministro energético a zonas rurales); el nivel y escala apropiados de desarrollo de la
bioenergía (especialmente con respecto a la tenencia de tierras y oportunidades econó-
Asia Oriental y Pacífico probablemente será una región exportadora e importadora neta
de biodiésel. China es quien tiene la mayor parte de los desarrollos en la región, pero
Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam es probable que desempeñen también
papel importante.
Escenario de base
El escenario de base para la producción y consumo de bioenergía en Asia Oriental y
Pacífico prevé un descenso de la producción de bioenergía total y de su consumo, re-
sultado de la disminución de los usos tradicionales de la biomasa sólida primaria para
energía derivada del incremento de la renta (Tabla 4.3). Sin embargo, la producción y
consumo de biocombustibles líquidos se estima que aumente de forma significativa en
las dos próximas décadas. Adicionalmente, se estima que la región se convertirá en el
mayor importador mundial neto de biocombustibles líquidos.
En el sector de la biomasa sólida primaria se espera que la producción de bioenergía
en los procesos de transformación agroforestal se incremente desde los 43 Mtep de 2005
hasta 60 Mtep en 2030; la producción de calor y electricidad se estima que aumente
desde los 2 Mtep hasta 33 Mtep. Por el contrario, los usos tradicionales de la biomasa
forestal y agrícola se estima que desciendan desde los 300 Mtep hasta 190 Mtep en el
mismo periodo. A China le corresponde la mayor parte del incremento en la producción
de calor y electricidad (18 Mtep), como resultado de los planes para instalar 30 GW de
producción de calor y electricidad a partir de la biomasa en 2020 (REN21 2008). La
principal materia prima en este caso se espera que sean los pellets de residuos agrícolas,
con una producción final de 50 millones de t de pellets al año. Indonesia también se
estima que incrementará la producción de calor y electricidad a partir de la biomasa en
una cantidad significativa.
En el sector de los biocombustibles líquidos, a China le corresponde la mayoría del cre-
cimiento en la producción y consumo, si bien Filipinas y Tailandia también tienen objetivos
para etanol y biodiésel, y Malasia los tiene para biodiésel. China espera importar en el futuro
alrededor de la mitad de sus necesidades de etanol. La producción en la región probable-
mente se centre en la caña de azúcar, y posiblemente en cantidades pequeñas de mandioca y
sorgo dulce (Preechajarn, Prasertsri y Kunasirirat, 2007; Corpuz, 2009).
La producción de biodiésel en China está actualmente limitada, y basada fundamen-
talmente en el uso de residuos de aceites de cocina. La producción futura probablemente
se basará en el aceite de palma, anacardo, jatrofa y colza, y se espera que los biocombusti-
bles importados abastezcan la mitad del consumo total.
El aceite de palma posiblemente será la materia prima principal empleada en el resto
de la región, quizás con alguna cantidad pequeña de jatrofa. Indonesia y Malasia han
acordado dedicar cada una 6 millones de t de la producción de aceite de palma crudo
a la producción de biodiésel (Associated Press, 2008). Se espera que este nivel de pro-
ducción de biodiésel exceda las necesidades domésticas y como consecuencia exporten
biodiésel a otros países.
Impacto
Los impactos sobre el medioambiente en esta región son potencialmente importantes,
dado lo grande de su superficie forestal. Esto será especialmente cierto si la bioenergía
se produce de forma no sostenible.
Impacto económico
Dada la escala de los desarrollos de bioenergía proyectados en esta región, su impacto
económico podría ser significativo. Entre los aspectos positivos probablemente se en-
cuentren la generación de renta y empleo derivada de la mayor producción de biocom-
bustibles líquidos, y los beneficios sobre la salud del descenso del uso de la bioenergía
tradicional.
El nivel de creación de empleo dependerá del conjunto de materias primas utilizadas
y de la escala de producción. No se dispone de estudios detallados sobre los efectos de
los desarrollos de la bioenergía sobre el empleo y la generación de renta en esta región.
Producciones a pequeña escala de cultivos muy intensivos en trabajo como la jatrofa, la
caña de azúcar y la mandioca pueden dar empleo a una gran cantidad de trabajadores por
unidad producida; las plantaciones de aceite de palma a gran escala y la producción de
Impacto medioambiental
Los impactos sobre el medioambiente de los desarrollos de la bioenergía en Asia Orien-
tal y Pacífico probablemente sean significativos. Dependerán en gran medida del con-
junto de materias primas empleado, así como de dónde y cómo sean producidas. En
el nivel regional, las previsiones para la producción de bioenergía a partir de biomasa
sólida primaria posiblemente tengan impactos importantes y positivos sobre el medio-
ambiente, como resultado de los efectos sobre los suelos y los recursos forestales de una
menor recolección de biomasa tradicional. Esto no es probable que ocurra en los pocos
países en los que se espera un aumento de los usos tradicionales en el futuro. La produc-
ción de biomasa para la generación de calor y electricidad posiblemente se centrará en
el uso de residuos, de modo que probablemente tenga un impacto medioambiental mí-
nimo (o un impacto positivo en algunos casos), dado que se dejan suficientes residuos
de biomasa en los bosques y campos para mantener la fertilidad del suelo.
En el sector de los biocombustibles líquidos, el impacto medioambiental de una ma-
yor producción de bioenergía es posible que sea más complicado e incierto. Varios de los
Discusión
Es posible que la contribución de la bioenergía a la TPES en Asia Oriental y Pacífico des-
cienda a más de la mitad en 2030, si bien su contribución a los carburantes de transporte
se prevé que aumente de forma significativa. Este declive general es resultado del des-
censo previsto de los usos tradicionales para bioenergía de la biomasa sólida primaria
combinado con la duplicación de la TPES por el desarrollo de la región. En el sector de
la biomasa sólida primaria se espera un incremento importante de los usos modernos
de la biomasa para energía (consumo propio y calor y electricidad).
En conjunto, estos desarrollos probablemente contribuirán de forma importante al
desarrollo rural y posiblemente tengan un impacto positivo sobre el cambio climático.
Con respecto al cambio climático, el efecto negativo potencialmente más importante
posiblemente sea el incremento del uso del aceite de palma y la conversión de los bos-
Muy pocos países en la región de Europa y Asia Central tienen objetivos de biocombus-
tibles líquidos, de modo que su consumo no se espera que se incremente mucho. Sin
embargo, como resultado de la elevada demanda en otros lugares (especialmente en Eu-
ropa Occidental), se espera que la región se convierta en exportadora neta de biodiésel
y pellets de madera a otras regiones6.
Escenario de base
Se espera que el consumo de bioenergía en Europa y Asia Central disminuya a lo largo
del periodo como consecuencia de las reducciones en el uso de la biomasa sólida pri-
maria (Tabla 4.5).
El uso total de la biomasa sólida primaria en esta región es actualmente de unos
115 millones de m3, con 95 millones de m3 utilizados como leña tradicional y el resto
empleado en la producción moderna de bioenergía y una pequeña cantidad de exporta-
ciones de pellets de madera (alrededor de 500.000 t de pellets). En 2030, se espera que
el consumo de leña tradicional descienda a 65 millones de m3, y se espera que los usos
modernos aumenten ligeramente hasta 30 millones de m3. Adicionalmente, como re-
sultado de la elevada demanda en Europa Occidental, se espera que las exportaciones de
pellets de madera se incrementen hasta unos 20-25 millones de t, siendo necesarios 40
millones de m3 adicionales de biomasa. Se espera que la cantidad de biomasa requerida
para estos usos aumente a 135 millones de m3 en 2030.
En 2005, Croacia era el único país de la región con objetivo de biocombustibles
líquidos. El escenario de base por tanto asume que el consumo de biocombustibles lí-
quidos permanece despreciable. Sin embargo, como consecuencia del incremento de
la demanda en Europa Occidental, se espera que la región se convierta en exportadora
neta (se asume aquí que todas estas exportaciones serán de biodiésel, aunque en vez de
biodiésel podrían ser exportaciones de materias primas para biodiésel). Lo más pro-
bable es que estas exportaciones se produzcan a partir de la colza y que requieran una
producción anual de unos 4,2 millones de t en 2030.
Impacto económico
Dado el nivel relativamente modesto de los desarrollos de bioenergía proyectados, los
impactos económicos de estos posiblemente serán pequeños y limitados a la generación
de algo de renta y empleo en la producción de pellets de madera y de biodiésel (o mate-
rias primas para biodiésel) para la exportación.
Se espera que la producción de colza en la región tenga un impacto mínimo sobre la
generación de renta y empleo. Puede que estos desarrollos tengan algún impacto sobre
los precios de los alimentos, dado que el aumento previsto de la producción de colza es
significativo. El impacto final es incierto, sin embargo, pues si los precios de la colza au-
mentan, la industria alimentaria podría crear demanda para aceites sustitutivos menos
caros, entre ellos el aceite de palma.
Impacto medioambiental
Los impactos medioambientales de los desarrollos de la bioenergía en Europa y Asia
Central probablemente sean modestos y estarán relacionados con la expansión o inten-
sificación de la producción de materias primas para biodiésel. La producción de bioma-
sa sólida primaria podría tener cierto impacto medioambiental, pero habrá oportunida-
des de incrementar el uso de residuos para cubrir la demanda futura con bajos impactos.
Se prevé que estos desarrollos supongan un impacto positivo modesto sobre el cam-
bio climático. La reducción de los usos tradicionales de la madera, combinada con la
Discusión
El escenario para Europa y Asia Central sugiere que la contribución de la bioenergía
a la TPES disminuirá, y que su contribución a los combustibles de transporte segui-
rá siendo despreciable. Estos desarrollos pueden entonces suponer únicamente una
contribución muy modesta al desarrollo rural y tener un impacto positivo pequeño
sobre el cambio climático. El principal foco de los futuros desarrollos de la bioenergía
en esta región debería centrarse en examinar el alcance de los aumentos de los rendi-
mientos de las materias primas para bioenergía, y en el potencial para utilizar residuos
como fuente de biomasa sólida primaria. Puede también valer la pena avanzar en el
desarrollo del etanol celulósico (no considerado aquí).
América Latina y Caribe es la mayor región productora del mundo, la segunda mayor
consumidora (después de América del Norte), y la única exportadora neta de eta-
nol. Brasil es quien tiene la mayor parte de la producción; otros países tienen planes
para producir o están comenzando a incrementar su producción. En la actualidad la
producción y el consumo de biodiésel en esta región son muy limitados, pero nueve
países tienen o están planeando introducir objetivos de biodiésel. Adicionalmente,
algunos países están viendo la producción de biodiésel como una oportunidad para
la exportación.
Escenario de base
Se estima que en el futuro aumenten todos los tipos de consumo de bioenergía en
América Latina y Caribe, resultado tanto de las políticas y objetivos de energías reno-
vables y biocombustibles líquidos como de la tendencia económica general (tabla 4.6).
Esta región ya es una importante exportadora neta de etanol, y dada la competitividad
de la producción en esta región se estima que en el futuro habrá mayores exportacio-
nes netas de etanol y biodiésel.
La biomasa sólida primaria supone la mayor parte de la producción de bioenergía
y se estima que aumentará casi en un tercio en 2030. El uso tradicional de la bioma-
sa (principalmente de la leña) supone casi tres cuartas partes de la producción, y se
estima que se incremente desde los 75 Mtep (285 millones de m3) de 2005 hasta 89
Mtep (340 millones de m3) en 2030 (AIE, 2006b). Aunque el crecimiento de la renta
puede que reduzca ligeramente el consumo per cápita de leña –ya que la población va
cambiando a combustibles alternativos–, podría no ser suficiente para compensar la
mayor demanda general resultante del crecimiento de la población en la región.
Se espera que los usos modernos de la biomasa para energía (calor y electricidad,
y autoconsumo) crezcan alrededor de un 50 por ciento, desde 30 Mtep hasta 45 Mtep.
Gran parte de esta cantidad está registrada en las estadísticas de la AIE como pro-
ducción comercial de calor y electricidad más que como autoconsumo; dado que se
produce a partir de residuos generados en los sectores transformadores agroforestales
(Barros, 2007), es improbable que tenga un impacto grande en términos de demanda
de madera y fibra de los bosques y la agricultura. El principal impacto sobre los bos-
ques probablemente provendrá del aumento del uso de la biomasa tradicional.
La caña de azúcar constituye casi la totalidad de la producción de etanol en la re-
gión (alrededor de la mitad de la producción brasileña de caña de azúcar se destina a
la producción de etanol) y es posible que siga siendo la principal materia prima en el
futuro. La producción de etanol en 2005 empleó cerca de 205 millones de t de la caña
de azúcar producida en la región (aproximadamente un tercio del total); se prevé que
en 2030 la cantidad requerida para la producción de etanol se incremente hasta los
510 millones de t.
Las materias primas empleadas para producir biodiésel son principalmente el acei-
te de palma y la soja. La combinación futura de estas dos materias primas es incierta,
pero, asumiendo que cerca de la mitad se produzca a partir de la soja y la otra mitad
Impacto
América Latina está planeando incrementar de forma importante la producción de
bioenergía, de modo que es probable que los impactos sean sustanciales.
Impacto económico
La gran expansión de la producción de bioenergía prevista en esta región en el futuro
probablemente genere impactos económicos significativos en varias áreas. La produc-
ción de caña de azúcar ofrece oportunidades para la creación de empleo. En Brasil, más
de 980.000 personas estuvieron empleadas en el sector ampliado azúcar-alcohol (tanto
en las regiones productoras como en todo el país) en el periodo 2000-05. La producción
de soja también es intensiva en trabajo: se estima que emplea entre 1-4 personas por
200 hectáreas de producción de soja (Repórter Brasil, 2008), lo que implicaría 150.000-
500.000 personas en la producción de soja para su conversión en biodiésel en 2030 (ade-
más de los empleos adicionales en los servicios de transformación y apoyo). Las cifras de
empleo en la producción de aceite de palma no están disponibles, pero con base en las
cifras del Sudeste asiático, este componente del sector del biodiésel podría dar trabajo a
otras 150.000 personas en 2030.
Con base en lo anteriormente expuesto, una estimación de mínimos del empleo total
en la producción de biocombustibles líquidos en 2030 sería de 2 millones de empleos (la
mayor parte en la caña de azúcar y en la producción de etanol). Esta estimación asume
que la mayoría de la producción tiene lugar en instalaciones mecanizadas a gran escala
(este es actualmente el caso de la producción de soja y caña de azúcar en esta región, y
es bastante común en la producción de aceite de palma en muchas partes del mundo).
El empleo podría ser mayor si la producción fuese más trabajo-intensiva. La renta gene-
rada por los desarrollos mencionados probablemente sea significativa, dependiendo su
nivel de la intensidad de la producción.
Impacto medioambiental
Antes de la moratoria de 2006 (puesta en marcha para frenar la deforestación de la
Amazonia brasileña), se sabía que la producción de soja era una fuente de deforestación
en la región; asimismo, la expansión del aceite de palma se ha ligado a la deforestación
en otras regiones. Parece por tanto probable que los 8 millones de hectáreas adicionales
requeridos para la producción de biodiésel tengan el potencial de situar a algunas zonas
forestales en riesgo de tala. La expansión de la producción de la caña de azúcar ha sido
fuente de deforestación en el pasado (a través del desplazamiento de la ganadería), pero
generalmente la tierra forestal no soporta la producción intensiva de caña de azúcar, y
las políticas gubernamentales en países como Brasil están empezando a identificar tie-
Discusión
Las perspectivas para América Latina y Caribe sugieren que la contribución de la bioener-
gía a la TPES disminuirá ligeramente y su contribución a los combustibles de transporte
se incrementará ligeramente. Estos desarrollos probablemente contribuirán al desarrollo
rural y tendrán un cierto impacto positivo sobre la seguridad energética. Se cree que los
cambios en el uso de la tierra serán un elemento importante que afectará al medioambien-
te y a los impactos macroeconómicos de estos desarrollos.
Escenario de base
Hoy en día no hay producción ni consumo de biocombustibles líquidos en Oriente Medio
y Norte de África, y no existen objetivos para el futuro. El escenario de base por tanto
asume que el consumo y la producción permanecerán a cero (Tabla 4.8). Se espera que
aumente la producción y el consumo de la biomasa sólida primaria.
Impacto
La expansión de la producción de bioenergía en Oriente Medio y Norte de África pro-
bablemente tenga un impacto económico insignificante y un impacto pequeño o nulo
sobre el uso de la tierra. Dado que es posible que el desarrollo de la bioenergía se centre
en el uso de residuos, puede tener un impacto positivo modesto sobre el cambio climá-
tico y el medioambiente de la región.
Discusión
En la actualidad la bioenergía supone una contribución insignificante a la TPES y a los
combustibles de transporte en esta región, una situación que se espera que continúe.
Dados los usos de la tierra existentes y las condiciones climáticas en gran parte de la
región, el desarrollo de la bioenergía más allá del aquí proyectado parece improbable.
Sin embargo, como parte de iniciativas de desarrollo rural más amplias, puede valer la
pena considerar el desarrollo a pequeña escala de materias primas bioenergéticas que
soporten bien la sequía (para uso local) en tierras áridas o degradadas.
ASIA MERIDIONAL
Escenario de base
El papel de la biomasa tradicional es ya importante en esta región (en India proporcionó
energía a más de 700 millones de personas en 2004), y se espera que crezca como conse-
cuencia del aumento de la población.
En 2005, la recolección tradicional de leña ascendió a unos 101 Mtep de biomasa
sólida primaria empleada para bioenergía (equivalente a aproximadamente 380 millo-
nes de m3), y otros 91 Mtep se produjeron a partir de residuos agrícolas. Los 18 Mtep
restantes se produjeron a partir de los residuos del procesado agroforestal (por ejemplo
la quema de bagazo para calor y electricidad en los molinos de refinado de azúcar), la
mayoría producida para consumo propio. En 2030 se espera que los usos tradicionales
de la bioenergía caigan unos 10 Mtep hasta 180 Mtep, y los usos modernos aumenten
marginalmente a 21 Mtep. Se espera que caiga la producción per cápita de bioenergía
tradicional, consecuencia del aumento de la renta, pero el efecto sobre el consumo total
será anulado por el crecimiento de la población en la región. India representa alrededor
de tres cuartas partes de la producción de bioenergía a partir de biomasa sólida primaria
en esta región, con Pakistán segundo a gran distancia.
India tiene un objetivo de consumo de etanol, y tres países de la región (India, Pa-
kistán y Nepal) tienen o están planeando tener objetivos de biodiésel. La pequeña can-
tidad de etanol actualmente producida en la región proviene de la caña de azúcar, que
Impacto
Muchos de los desarrollos de la bioenergía en esta región tendrán lugar en áreas muy
pobladas y de tierras frágiles. Será por tanto crítico determinar qué tierras son las mejores
para cumplir los objetivos.
Impacto económico
Los impactos económicos del escenario descrito posiblemente sean similares a los de cual-
quier otro lugar de Asia. Los aspectos positivos pueden incluir la generación de renta y
empleo derivados de la mayor producción de biocombustibles líquidos, y beneficios sani-
tarios derivados del menor uso de la bioenergía tradicional. Los cambios en el uso de la
tierra y los impactos sobre los mercados agrícolas y los precios de los alimentos podrían
tener ciertos impactos negativos menores.
La producción de caña de azúcar es menos intensiva que en Brasil, y se cree que em-
plea a más gente por unidad de producción: según Genomeindia (2008), en India se em-
plea a casi una persona por cada 300 t de caña de azúcar producida, dos tercios más de
empleo que en Brasil. Esta cifra incluye a los empleados en el refino del azúcar. Asumiendo
que la conversión de la caña de azúcar a etanol resultara en un multiplicador de empleo
similar, la producción de etanol podría dar empleo a cerca de 100.000 personas en 2030.
El empleo futuro derivado de la producción de biodiésel a partir de jatrofa es muy
difícil de estimar, y dependerá de la escala de producción. Con una producción intensiva a
gran escala, la producción de biodiésel en 2030 podría dar empleo a tan solo 400.000 per-
sonas, si bien este escenario parece improbable. Con base en los supuestos de la Comisión
de Planificación de la India (2003) de 32 días de empleo por t de producción de biodiésel,
el empleo en 2030 podría ascender a 1,5 millones.
El empleo en la producción de bioenergía a partir de biomasa sólida primaria es muy
difícil de estimar (ya que se produce una cantidad enorme para necesidades de subsis-
tencia o en el sector informal), pero se esperan pocos cambios. Por ello, la creación de
empleo como consecuencia del desarrollo de la bioenergía podría ascender a un total de
1,3 millones de puestos de trabajo.
La generación de renta a partir del desarrollo de la bioenergía también es difícil de
estimar. Con base en los supuestos de la Comisión de Planificación, el nivel de producción
de biodiésel estimado para 2030 crearía alrededor de 1,5 miles de millones de dólares de
renta bruta anual para los agricultores (a los precios y tipo de cambio actuales), más una
renta adicional en la conversión de semillas a biodiésel. Sin embargo, la renta derivada de
la producción de etanol probablemente represente una fracción de esta cantidad.
Impacto medioambiental
Es probable que la mayor parte de los impactos medioambientales en esta región sean
positivos. La degradación del suelo y de los bosques puede disminuir ligeramente y la
biodiversidad puede mejorar gracias al mayor uso de residuos de biomasa y la menor
recolección tradicional de esta.
En algunas zonas la producción de jatrofa podría mejorar también los suelos y
tener un pequeño impacto positivo sobre la biodiversidad. Sin embargo algunas de
las tierras previstas para la producción de jatrofa son bosques degradados, donde el
impacto medioambiental es menos cierto7. La expansión de la producción de caña
de azúcar puede ser pequeña, pero existen algunas implicaciones medioambientales
negativas asociadas a este cultivo.
El impacto de estos desarrollos sobre el uso del agua y los recursos hidrológicos
constituirá posiblemente una de las grandes preocupaciones medioambientales en la
región. India es el otro gran país (junto con China) en el que los desarrollos de la bio-
energía pueden suponer una presión sobre los recursos hidrológicos (CGIAR, 2008).
Los impactos globales sobre el cambio climático podrían ser positivos. Siempre
que no se produzca una conversión forestal importante, la producción de biocombus-
tibles líquidos tendrá una intensidad energética baja y un elevado potencial de reducir
las emisiones netas de gases de efecto invernadero. Los desarrollos previstos para el
uso de la biomasa sólida primaria como bioenergía posiblemente tengan impactos
positivos similares.
Discusión
La perspectiva para Asia Meridional sugiere que la contribución de la bioenergía a la
TPES caerá casi a la mitad, al 17 por ciento, en 2030 (principalmente como resultado
del incremento previsto en la TPES), pero que su contribución a los combustibles de
transporte aumentará de forma importante, hasta alrededor del 11 por ciento. Estos
desarrollos probablemente contribuirán al desarrollo rural, mejorarán algo la seguri-
dad energética y tendrán pocos impactos medioambientales negativos.
La sostenibilidad del uso del suelo y del agua para la producción de materias pri-
mas bioenergéticas parece ser el área principal a examen cuando estos desarrollos
vayan teniendo lugar. Si bien los planes actuales parecen enfocarse de forma impor-
NOTAS
1. Aunque las proyecciones presentadas aquí llegan hasta 2020 o 2030, las estimaciones
están basadas en los mandatos y objetivos existentes en 2005. Dado que la bioener-
gía continúa siendo no rentable en la mayoría de los casos, y que los impactos están
comenzando a dar la cara, algunos de estos mandatos podrían variar, afectando a las
proyecciones.
2. Tomando como base el empleo actual en la producción de aceite de palma en Mala-
sia, por ejemplo, 1 tep de producción de biodiésel de plantaciones de aceite de palma
gestionadas de forma intensiva crearía 0,03 puestos de trabajo a tiempo completo en
la producción de aceite, más una pequeña cantidad adicional de empleo en la pro-
ducción de biodiésel. En el otro extremo, la producción de biodiésel a pequeña escala
en África a partir de jatrofa emplea a 0,85 personas por tep de producción (Henning,
2008).
3. Un estudio que está llevando a cabo el Banco Mundial está evaluando el impacto de
proyectos agrícolas y forestales a gran escala (incluyendo los de bioenergía) sobre
los recursos de la tierra en distintos países. El análisis presentado aquí está basado
en tendencias, incluyendo los rendimientos de producción pasados y futuros y los
objetivos por países actuales; no es un análisis en profundidad de lo que está ocu-
rriendo sobre el terreno en estas regiones. Las cifras presentadas aquí son por tanto
meramente indicativas.
4. Una parte del consumo de aceite de palma en China podría ser desplazada por el uso
de anacardos, pero esto no se incluye aquí por estar todavía en un estado experimen-
tal.
5. Es especialmente probable que China importe biocombustibles para alcanzar la de-
manda de carburantes. Antes de que los precios llegaran a ser demasiado elevados en
2008, habían empezado las negociaciones con Indonesia y Malasia para el comercio
de biodiésel (APEC, 2008).
6. Este análisis se refiere solamente al cultivo de la colza en los países principales. Puede
por tanto subestimar el impacto total en la región.
7. En India la plantación de jatrofa en estas tierras se ve como una «mejora» de la tierra
deforestada.
Conclusiones
E
ste capítulo muestra las conclusiones tanto generales como regionales con respec-
to al uso de la bioenergía. También ofrece algunas breves recomendaciones sobre
políticas.
CONCLUSIONES GENERALES
CONCLUSIONES 155
La biomasa sólida tiene varios usos. La energía de biomasa tradicional (leña, carbón
vegetal, estiércol y residuos de cosechas) se emplea principalmente por la población
pobre para calefacción, cocina y procesos artesanales. Los usos modernos de la biomasa
de madera (combustión conjunta, instalaciones de calor y electricidad y pellets) se dan
generalmente a escala industrial para la generación de calor y electricidad, aunque tam-
bién hay aplicaciones para su uso a pequeña escala.
En el nivel global, se estima que los usos tradicionales de la biomasa disminuirán
ligeramente como consecuencia de grandes cambios en el patrón de consumo de energía
en Asia Oriental y Pacífico hacia otras fuentes de combustible, incluyendo la electrici-
dad. En otras regiones, especialmente en África y América Latina, es probable que el uso
de la biomasa tradicional aumente.
Se espera que los usos modernos de la biomasa sólida primaria para la producción
de calor y electricidad aumenten de forma significativa. Por ello, la proporción de la
biomasa sólida primaria en la producción total de bioenergía seguirá siendo elevada.
CONCLUSIONES 157
158
Tabla 5.1. Matriz de ventajas y desventajas para los biocombustibles líquidos
Palma Aceite de Caña de Sorgo
Asunto Mandioca Maíz Jatrofa Jojoba Nypa palma Pongamia Colza Soja azúcar dulce
Empleo potencial Medio Bajo Alto Alto Alto Alto Alto Bajo Bajo Medio Medio
Potencial para pequeños
agricultores Alto Bajo Alto Variable Medio Medio Alto Bajo Bajo Medio Alto
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Mejora de tierras degra-
dadas Alto Bajo Alto Alto Alto Bajo Alto Bajo Bajo Bajo Alto
Impacto sobre los bosques
naturales Bajo Variable Bajo Bajo Bajo Alto Bajo Medio Alto Variable Bajo
Impacto sobre la agricul-
tura Bajo Alto Bajo Bajo Bajo Bajo Bajo Alto Alto Bajo Bajo
Impacto en la competencia
sobre los recursos Alto Alto Bajo Bajo Bajo Alto Bajo Alto Alto Bajo Bajo
Impacto sobre los recursos
hídricos Bajo Alto Bajo Bajo Bajo Alto Bajo Alto Medio Medio Medio
Impacto sobre los recursos
edáficos Bajo Alto Bajo Bajo Bajo Alto Bajo Alto Bajo Alto Bajo
Impacto sobre la biodi-
versidad Variable Variable Medio Medio Bajo Alto Medio Variable Alto Variable Variable
Invasividad Bajo Bajo Alto Bajo Alto Alto Medio Alto Bajo Bajo Alto
CONCLUSIONES 159
CONCLUSIONES REGIONALES
África
Dado el elevado nivel de interés y de inversión en adquirir tierras en las que desarrollar
combustibles tanto líquidos como biomasa sólida, es importante que los países africanos
evalúen con detalle los impactos potenciales y que planifiquen de forma apropiada sus
respuestas. Allá donde se realicen las inversiones, deben ser gestionadas de forma que
minimicen los conflictos sobre la tierra y los impactos negativos sobre la población pobre.
El uso del agua es un asunto crucial en África. Se debería tener especial cuidado en la
selección de sistemas bioenergéticos que no creen conflictos sobre el uso del agua.
Otra consideración importante para esta región es la necesidad de reducir su depen-
dencia de la leña como fuente de energía. Se ha avanzado mucho al respecto por la vía
de utilizar cocinas mejoradas y plantaciones para leña (incluyendo las regiones forestales
pobres del Sahel). Existen oportunidades para hacer el seguimiento de algunos de estos
programas.
Asia Meridional
Es absolutamente necesario realizar una evaluación sobre el uso de la tierra para deter-
minar si el desarrollo de la bioenergía es bueno para Asia Meridional. La expansión de
la bioenergía en esta región se dirige con frecuencia a tierras degradadas que ya están
siendo utilizadas, lo que puede llevar a conflictos sobre el uso de la tierra.
La producción de bioenergía en Asia Meridional debería ser equilibrada en cuanto
al uso de recursos hídricos. Los cultivos plantados en tierras áridas no deberían ser
irrigados para incrementar su rendimiento, pues podrían agotar los recursos y crear
conflictos con otros usuarios del agua.
IMPLICACIONES POLÍTICAS
Es importante que los países consumidores consideren los impactos de sus mandatos y
objetivos en materia de bioenergía, incluyendo los efectos sociales y medioambientales.
La Unión Europea ya ha comenzado a discutir las potenciales implicaciones medio-
ambientales que sus normas tendrán en los países productores, y qué supondrán estas
implicaciones para sus objetivos. Los países consumidores pueden ayudar a orientar el
desarrollo de las normas de producción de biocombustibles (tales como las desarrolla-
das por la Mesa Redonda sobre Biocombustibles Sostenibles). Los países consumidores
también pueden decidir comprar biodiésel únicamente a aquellos productores que ya
cumplan las normas previamente establecidas (como las establecidas en las Mesas Re-
dondas sobre Soja y Palma Sostenible).
Se espera que el uso de los pellets de madera aumente en los países desarrollados y
en algunos países en desarrollo. Para cubrir esta demanda serán necesarias las impor-
CONCLUSIONES 161
taciones, incluyendo las de países tropicales. Tal producción podría suponer una presión
adicional sobre las tierras y las poblaciones locales, a no ser que se lleve adelante emplean-
do esquemas de producción sostenible.
En los países productores, es importante alcanzar un equilibrio entre los objetivos de
producción y las cuestiones medioambientales y sociales, incluyendo las preocupaciones
acerca de la seguridad alimentaria. Deberían considerarse con cuidado las ventajas e in-
convenientes asociados a la producción de bioenergía, con el fin de determinar la materia
prima adecuada para un lugar determinado, teniendo en cuenta los costes de producción y
el desarrollo rural. Necesitarían también aplicarse algunos criterios regionales entre países
que hayan establecido políticas nacionales de promoción de biocombustibles, dado que
la expansión de los biocombustibles puede tener riesgos medioambientales muy bajos en
algunas áreas, y muy elevados en otras. Los inversores y las organizaciones de desarrollo
pueden jugar un papel fundamental impulsando las inversiones hacia aquellas materias
primas que cumplan las mejores prácticas en cuanto a las consideraciones medioambien-
tales, sociales y las relacionadas con el cambio climático.
Como consecuencia de las diversas iniciativas para reducir las emisiones de carbono y
el deterioro del medio ambiente (incluyendo el pago por servicios medioambientales, los
mercados de carbono y los desarrollos de la bioenergía), están surgiendo nuevas deman-
das sobre los bienes y servicios medioambientales, y a las tierras (incluidos los bosques)
se les está asignando un valor monetario. Estas iniciativas pueden suponer nuevas opor-
tunidades para la generación de renta y la creación de empleo, pero también es posible
que atraigan inversores. Esto puede llegar a perjudicar los derechos de la población pobre,
por un menor acceso a la tierra o una menor capacidad para asegurar los productos. Las
nuevas oportunidades deberían asegurar la participación y los derechos sobre la tierra de
la población que vive en las áreas elegidas para desarrollar estas nuevas iniciativas.
Las soluciones bioenergéticas deberían aspirar a ser medioambientalmente sensibles y
a tener un impacto social positivo. Las oportunidades para actuar en este sentido parecen
mayores para la biomasa sólida que para los biocombustibles líquidos (con base en las ma-
terias primas y métodos de producción actuales), que tienden a generar mayores riesgos
medioambientales y beneficios mixtos para los pobres.
La producción de desarrollos bioenergéticos convencionales (tanto a pequeña como a
gran escala) puede suponer oportunidades para la población pobre. Deberían estudiarse
también otras opciones. Por ejemplo, producido a pequeña escala, el biocarbón puede
ayudar a mitigar el cambio climático y puede incrementar la producción rural (lo que
daría beneficios nutricionales y financieros)1. Otras oportunidades mencionadas en este
informe incluyen el licor negro y el uso de cocinas modernas.
Estudios recientes sugieren que el hollín (conocido también como carbón negro) emi-
tido al quemarse la leña, por la industria, la ganadería y el transporte, puede contribuir
más al cambio climático de lo pensado en un principio. Es preciso realizar más análisis
para conocer mejor esta fuente potencialmente importante de calentamiento global.
Sería útil identificar qué países tienen el mayor potencial para utilizar residuos de la
madera y rastrojos, dado su potencial como fuente de energía. También es importante rea-
lizar más análisis sobre el potencial total de los residuos de la madera para la generación
de energía.
NOTA
CONCLUSIONES 163
164 DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
APÉNDICE A
Producción de alcoholes
para bioenergía a partir
de azúcares y almidones
L
as tecnologías de conversión de azúcar y almidón en combustible son las más
maduras hoy en día desde el punto de vista tecnológico y comercial; la caña de
azúcar y el maíz abastecen casi todo el bioetanol producido. Los países en desa-
rrollo están utilizando cada vez más estos cultivos, junto con otras alternativas al azú-
car y al almidón para combustible, como el sorgo dulce, la mandioca y la palma nipa.
El inconveniente principal de los cultivos de azúcar y almidón es que son culti-
vos alimentarios: su uso como combustible puede tener impactos adversos sobre la
disponibilidad de alimentos y sus precios. Otro inconveniente es que estos cultivos
suelen ser intensivos en el uso de insumos (tierra, agua, fertilizantes y pesticidas), con
las implicaciones medioambientales que esto supone (Rajagopal y Zillberman, 2007).
CAÑA DE AZÚCAR
El cultivo de la caña es intensivo en agua, y casi todos los campos de caña en Brasil
son de secano.
30,000 400,000
350,000
25,000
(millones de m3
300,000
20,000 250,000
15,000 200,000
150,000
10,000
100,000
5,000 50,000
(
0 0
1990/91
1991/92
1992/93
1993/94
1994/95
1995/96
1996/97
1997/98
1998/99
1999/00
2000/01
2001/02
2002/03
2003/04
2004/05
2005/06
2006/07
año
Alcohol (1,000 m3) Azúcar (1,000 tonnes) Caña de azúcar (1,000 toneladas)
Todos estos factores han proporcionado a Brasil una importante ventaja competi-
tiva en costes. Como consecuencia, el coste de producir etanol en Brasil fue de alrede-
dor de 0,29-0,35 dólares/l en 2008, correspondiendo a 0,44-0,53 dólares/l de gasolina-
equivalente4. Estas cifras dependen del tipo de cambio; los costes fueron mayores en 2008
en comparación con años anteriores.
Un desarrollo importante del mercado de caña de azúcar-etanol brasileño sucedió en
2002, cuando salieron a la venta los primeros vehículos híbridos. Estos vehículos, dise-
100
90
% de ventas de automóviles
80
70
60
50
40
30
20
10
0
2004 2005 2006 2007 2008
Gasolina Híbridos Etanol Diésel
Zea mays, comúnmente conocido como maíz, es una de las variedades de cereal que propor-
ciona más energía en forma de alimento para los seres humanos que cualquier otro cultivo.
Conjuntamente el maíz, el trigo, el arroz y la cebada representan más del 84 por ciento de
toda la producción mundial de cereales; solo el maíz representa cerca del 11 por ciento de
los cultivos mundiales, el tercero solamente por detrás del trigo y del arroz (FAO, 2008a).
Estudios genéticos recientes sugieren que el comienzo del cultivo del maíz sucedió
hace unos 9.000 años, en el centro de México. Una vez cultivado, el maíz se extendió rá-
pida y ampliamente, convirtiéndose en un cultivo alimenticio básico en muchos países.
400 30
porcentaje de etanol del total de maíz
millones de toneladas métricas
350
25
300
20
250
producido
200 15
150
10
100
5
50
0 0
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
año
300
precio medio mensual CBOT(*) dólares/t
250
200
150
100
50
0
03
04
05
06
07
08
8
l-0
l-0
l-0
l-0
l-0
l-0
o-
o-
o-
o-
o-
o-
ju
ju
ju
ju
ju
ju
er
er
er
er
er
er
en
en
en
en
en
en
El sorgo es menos intensivo en agua que otros cultivos comunes de gramíneas y azú-
cares, utilizando alrededor de 300 kg de agua/kg de materia seca (frente a los 350 kg del
maíz y los 1.250 kg de la caña de azúcar) (DESA, 2007). Además de los tallos, el cultivo de
sorgo dulce puede tener un rendimiento de cereal de 2,0-2,5 t por hectárea, que puede ser
utilizado como alimento o como pienso (Reddy y otros, 2007).
Estudios piloto muestran que la producción de etanol a partir del sorgo dulce puede
ser coste-eficiente. Los resultados en Zambia muestran que algunas variedades del sorgo
dulce son competitivas con respecto a la caña de azúcar, ya que en 18 meses se pueden
conseguir tres cosechas (en contraste con una única cosecha de caña de azúcar en ese mis-
Manihot sculenta, conocida como mandioca, yuca o tapioca, es un arbusto leñoso perenne
con raíz comestible que crece en regiones tropicales y subtropicales. Originaria de Brasil
y México, los exploradores portugueses comenzaron a cultivarla y la introdujeron en todo
el mundo. La mandioca puede crecer en tierras marginales. Su cosecha se puede retrasar
hasta dos años, lo que significa que los productores pueden esperar a unas condiciones del
mercado más favorables, o emplear el cultivo como un seguro en momentos de escasez de
alimentos (ITTA, 2007). Como consecuencia de estas ventajas, la mandioca ha remplaza-
do al maíz como alimento básico en partes de África.
Las raíces frescas de la mandioca tienen muchos usos. Pueden secarse y molerse para
hacer harina, o pelarse, rallarse y lavarse con agua para extraer el almidón, que puede
utilizarse para hacer pan, galletas, pasta y perlas de tapioca. Las raíces sin pelar se pueden
rallar y secar para ser empleadas como pienso para animales. La mandioca se usa en pro-
cesos de transformación industrial y en la fabricación de productos como papel, tejidos,
adhesivos, jarabes ricos en fructosa y alcohol (O´Hair, 1995).
Como consecuencia de la volatilidad de los precios del petróleo, algunos países han co-
menzado a considerar emplear la mandioca como fuente de etanol combustible (Eneas,
2006). China ya está produciendo biocombustible empleando la mandioca como materia
prima. La provincia de Guanxi, en el suroeste del país, ha remplazado la gasolina y el gasó-
leo por etanol de mandioca producido de forma comercial. Sin embargo, los productores
de etanol dicen que necesitan más subsidios del gobierno para que siga siendo rentable
(Bezlova, 2008). Una de las principales refinerías de petróleo de Tailandia está terminando
de construir una planta de biocombustible basada en la mandioca. Otros países que están
considerando biocombustibles de mandioca son Indonesia, Nigeria, Papúa Nueva Guinea,
Filipinas, Suazilandia y Tailandia (FAO, 2007).
Nypa fruticans es una palmera originaria del sur y sureste de Asia. Es común en las cos-
tas y ríos que desembocan en los océanos Índico y Pacífico, desde India y Bangladesh
hasta las islas del Pacífico y el norte de Australia. Se le conoce por muchos nombres
diferentes, como nypa, nipah, nipa, attap chee, palmera de manglar, gol pata y dani.
La savia de la nipa es rica en azúcares y puede ser fermentada para producir etanol para
biocombustible. Malasia y Nigeria están actualmente buscando la forma de producir
bioetanol a partir de la Nypa fruticans.
1. Un cultivo de retoño es aquel que madura en una cosecha rentable al año siguiente
al que las partes bajas de la caña y la raíz se dejen sin cortar al realizar la cosecha.
2. Los productores de caña de azúcar de Brasil utilizan más de 500 variedades comer-
ciales de caña que son resistentes a muchas de las más de 40 plagas encontradas en
el país.
3. Esta capacidad permite a los dueños de las plantas beneficiarse de las fluctuaciones
en los precios relativos del azúcar y el etanol, y del mayor precio que se puede con-
seguir al convertir las melazas en etanol (Kojima y Johnson, 2005).
4. Los conductores de vehículos híbridos cambian a etanol a precios equivalentes a 65-
70 por ciento de gasohol, que representa el valor energético bajo del etanol cuando
se usa como mezcla (la gasolina pura no se vende en las gasolineras en Brasil, pues
todas las gasolinas están mezcladas con al menos un 20 por ciento de alcohol).
5. El Programa de Reservas de Conservación ofrece incentivos a los agricultores para
mantener tierra agrícola con cubierta vegetal, como por ejemplo pastos naturales,
plantaciones silvestres, árboles y zonas ribereñas.
Producción de
bioenergía a partir de
cultivos oleaginosos
E
l biodiésel se produce generalmente a partir de cultivos oleaginosos como el acei-
te de palma, la soja y la colza. Las fuentes principales de aceites comestibles re-
quieren grandes cantidades de insumos. Por el contrario, los arbustos y árboles
como la jatrofa, la pongamia y la jojoba son fuentes de aceites no comestibles bajas en
insumos y apropiados para tierras marginales; podrían convertirse en las principales
fuentes de biodiésel, especialmente en las regiones áridas y semiáridas de Asia y África.
La viabilidad económica de estos cultivos en condiciones de bajos insumos y de tierras
de poca calidad es baja (Rajagopal, 2007).
ACEITE DE PALMA
20,000
15,000
10,000
5,000
0
1
9
99
99
99
00
00
00
00
/1
/1
/1
/2
/2
/2
/2
90
93
96
99
02
05
08
19
19
19
19
20
20
20
Indonesia Malasia
Fuente: USDA, 2009.
medio fluctuó mucho en 2007 y 2008, aumentando en un 68 por ciento en 2007 y cayendo
en picado en la segunda mitad de 2008, desde más de 1.000 dólares/t hasta 425 dólares/t
(Gráfico B.3) (MPOB, 2009).
Debido en parte al aumento del uso del aceite de palma como biocombustible, es po-
sible que su producción más que se duplique en los próximos 20 años, de modo que se
destinarán al menos otros 5-10 millones de hectáreas a nuevas plantaciones de palma de
aceite (Vermeulen y Goad, 2006). Estas previsiones son especulativas, y están basadas más
en estimaciones de mandatos de biocombustibles (la mayoría de ellos flexibles) que en la
rentabilidad del biodiésel de palma. El valor del biodiésel (representado por el valor del
diésel) casi nunca ha estado por encima del coste de producción de biodiésel a partir del
aceite de palma (representado por el coste de oportunidad del aceite de palma). Algunas
estimaciones han sugerido que la capacidad de producción del biodiésel podría llegar a los
3-4 millones de t en Malasia y 2 millones de t en Indonesia (Kline y otros, 2008).
Estas estimaciones asumen que habrá una demanda elevada por parte de la Unión
Europea, algo que podría cambiar debido a las incertidumbres sobre la sostenibilidad y la
rentabilidad del biodiésel de aceite de palma.
39%
15%
15%
3%
3%
8%
China India UE 27 Pakistán
Fuente: USDA, 2009. Bangladesh Estados Unidos Otros
Gráfico B.3. Precio mensual del aceite crudo de palma, 2002-09 (dólares/t)
4000
3500
3000
(RM/tonelada)
2500
2000
1500
1000
500
0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sept Oct Nov Dic
Para dar solución a este problema, durante la década pasada el gobierno in-
donesio ha subvencionado a agricultores no comerciales mediante la concesión
de préstamos a interés preferente y mediante programas de mejores semillas y
fertilizantes. Como resultado del programa, el 44 por ciento de las plantaciones
de palma productivas de Indonesia están gestionadas por pequeños agricultores.
En una plantación típica, el gobierno o el propietario privado sufragarán todo
el coste de establecimiento de la plantación, con la tierra preparada y la siembra
realizada. Los pequeños agricultores, que viven en una parte de la plantación,
esencialmente reciben un préstamo subvencionado y tienen la obligación de pa-
gar al propietario una parte de los costes de establecimiento durante un periodo
de 15 años. La Comisión Indonesia de Aceite de Palma (IPOC) señala que casi
el 98 por ciento de estos pequeños agricultores ya han devuelto sus préstamos
en los últimos diez años.
SOJA
La soja (Glycine max) es una legumbre originaria de Asia, donde se sabe que ha sido
cultivada desde hace más de 4.000 años. Se introdujo en Europa y Norteamérica como
cultivo forrajero a comienzos del siglo XIX.
De la soja se obtienen dos productos principales: el aceite de soja y la harina de soja.
El aceite de soja, que supone el 20 por ciento de la producción física, se emplea para con-
sumo humano (aceite de cocina, margarina) o como insumo de productos industriales
como plásticos y biodiésel. Después de retirar el aceite de soja, la parte sobrante se puede
transformar en varios productos comestibles de proteína de soja o se puede utilizar para
producir harina de soja para pienso de animales.
30,000 $500
$450
25,000
$400
kilómetros cuadrados/año
$350
$ tonelada métrica
20,000
$300
15,000 $250
$200
10,000
$150
$100
5,000
$50
0 $0
00
01
02
03
04
05
06
07
08
20
20
20
20
20
20
20
20
20
COLZA
La colza (Brassica napus y Brassica rapa), también llamada canola (en el caso de un gru-
po concreto de variedades), es un miembro de la familia de la mostaza y la col, de flor de
color amarillo intenso, adaptada a climas de templados a fríos. Los cultivos de Brassica
son uno de los cultivos más antiguos, que se remonta al año 5000 a.C.
La colza tiene dos variedades, de invierno y de primavera, y dos tipos principales:
variedades doble cero (00, como la canola) y colza con contenido alto erúcico. La canola
es el cultivo de aceite comestible que contiene considerablemente menos del 2 por ciento
de ácido erúcico y cuya harina no contiene glucosinolato. La colza (industrial) alto-
erúcica tiene un contenido de ácido erúcico en el aceite de al menos el 45 por ciento. La
canola es la variedad generalmente empleada para la producción de aceite comestible y
de biodiésel; la colza alto erúcica se emplea en procesos industriales (lubricantes, fluidos
hidráulicos y plásticos) (Boland, 2004).
JATROFA
Existen unas 175 variedades dentro del género Jatropha. El cultivo de la Jatropha cur-
cas (piñoncillo), una planta no comestible (y ligeramente tóxica), se está promoviendo
mucho para la producción bioenergética. Se cree que la jatrofa es originaria de América
Latina; hoy en día está presente en casi todo el mundo. Puede crecer en zonas con suelos
pobres o marginales, y sobrevive con poca lluvia. Por este motivo se utiliza como seto en
casas, jardines y campos, y hay interés en utilizarla como biocombustible (DESA, 2007).
Más de 41 países han llevado a cabo ensayos sobre la jatrofa y su cultivo con el fin
de fabricar biodiésel. Los países con los sistemas de cultivo más grandes y desarrolla-
dos son Brasil, China, Ghana, India, Kenia, Mali, Mozambique, Myanmar, Nicaragua y
Filipinas.
14,000
12,800
12,000
10,000
8,000
6,000
4,720
4,000
2,000
936
0
2008 2010 2015
Fuente: GEXSI, 2008
23%
62%
JOJOBA
PONGAMIA
Producción de bioenergía
de segunda generación
L
os biocombustibles de segunda generación (también llamados biocombustibles
«avanzados» o «celulósicos») se producen a partir de materias primas lignocelulósi-
cas1. Existen tres fuentes principales de biomasa empleadas para producir biocom-
bustibles de segunda generación: residuos forestales, residuos agrícolas y cultivos energé-
ticos (Tabla C.1). Dada la cantidad de energía disponible en el nivel mundial a partir de
estas tres fuentes, una vez que se perfeccione la tecnología existe un gran potencial para
los biocombustibles de segunda generación.
El etanol celulósico se consigue fragmentando la celulosa a través de su conversión
biológica en azúcares, que pueden a su vez ser fermentados para producir biocombusti-
bles2. También se puede producir a partir de procesos termoquímicos (Gráfico C.1) (Ro-
yal Society, 2008)3.
Se está trabajando en el desarrollo y optimización de las tecnologías de los biocom-
bustibles celulósicos. En mayo de 2008, el Congreso de EEUU aprobó una ley agrícola
que concede subvenciones de hasta el 30 por ciento del coste de desarrollar y construir
refinerías a escala piloto de biocombustibles de segunda generación. Se espera que la ley,
que también concede avales de hasta 250 millones de dólares para construir refinerías a
escala comercial, empuje la comercialización de estos combustibles. El Departamento de
Energía de EEUU ha invertido 385 millones de dólares en seis proyectos de plantas de
etanol celulósico (DOE, 2008).
En 2008, la Comisión Europea elaboró una directiva sobre bioenergía que esboza un
objetivo obligatorio más elevado: que el 10 por ciento de los combustibles de transporte
sean remplazados por biocombustibles en 2020. La directiva incluye a los biocombustibles
de segunda generación como uno de sus componentes. Bajo el Séptimo Programa Marco
de la UE, la Comisión también convocó licitaciones de proyectos de combustibles de se-
gunda generación (OCDE, 2008).
Almidones y plantas
azúcares oleaginosas
lignocelulosa
residuos residuos
conversión conversión
esterificación
biológica térmica
(continúa)
DESARROLLO DE LA BIONERGÍA
Verenium Louisiana 5 Bagazo de caña de azúcar, caña energética especial, caña de azúcar alta
en fibra
Florida 136
ZeaChem Oregón 6 Chopos, azúcar, virutas de madera
Se ha estimado que los costes de capital de las fábricas de etanol celulósico son de 250-375
millones de dólares para una capacidad de 50 millones de galones al año (frente a 67 mi-
llones de dólares para una fábrica a partir de maíz de tamaño similar) (EIA, 2007). Se cree
que el precio del etanol celulósico en 2030 estará entre 0,25-0,65 dólares/l, asumiendo que
se consiguen avances tecnológicos importantes (Royal Society, 2008).
Las algas son ricas en aceite: su contenido de aceite puede sobrepasar el 80 por
ciento, y entre el 20-50 por ciento de su peso es biomasa seca. A diferencia de otros
cultivos, las microalgas crecen rápido, duplicándose generalmente cada 24 horas. Es-
tas propiedades hacen que sean una opción interesante para la producción futura de
biocombustibles. Las microalgas también pueden procesarse para conseguir metano,
biodiésel y biohidrógeno. En la actualidad, el único método de producción de mi-
croalgas a gran escala se realiza empleando estanques de rodadura (estanques ovala-
dos y poco profundos) y fotobiorreactores tubulares (tubos transparentes que maxi-
mizan la exposición a la luz del sol), si bien se están investigando otras alternativas.
Las microalgas crecen por fotosíntesis. Necesitan luz, CO2, agua, sales inorgánicas
y temperaturas constantes de entre 20-30 °C. 100 millones de t de biomasa de algas
fijan unas 183 t de CO2 (que se deben proporcionar al sistema, pues no se fija de la
atmósfera). Una fuente de insumos de CO2 pueden ser las plantas eléctricas, que a
menudo proporcionan CO2 a los productores de algas a un coste mínimo o incluso
sin coste.
La producción de biocombustibles a partir de microalgas es más cara que su
producción a partir de la mayoría de las otras materias primas. El coste estimado de
producir un kilogramo de biomasa de algas es de 2,95 dólares en los biorreactores
y de 3,80 dólares en los estanques de rodadura (estas estimaciones presuponen que
disponen de CO2 a coste cero). Si la capacidad de producción anual de biomasa au-
menta a 10.000 t, el coste de producción por kilogramo se reduce a unos 0,47 dólares
en biorreactores y a 0,60 dólares en estanques de rodadura. Esto se traduce a un coste
estimado de 2,80 dólares por litro para el aceite recuperado de los fotobiorreactores de
biomasa de menor coste.
Si las microalgas se usan para producir biodiésel, se estima que el 3 por ciento
del área total de cultivo de Estados Unidos sería suficiente para producir biomasa de
algas que satisfaga el 50 por ciento de las necesidades de combustible de transporte en
Estados Unidos (tabla). Este terreno es mucho menor que el requerido por cualquiera
de las otras materias primas de biocombustibles.
Se estima que las reducciones de gases de efecto invernadero derivadas de las tecnologías
de segunda generación son entre el 60-120 por ciento de las de los combustibles tradicio-
nales (OCDE, 2008)4. Es probable que los combustibles Fischer-Tropsch (FT) que utilizan
residuos forestales y de cosechas consigan las mayores reducciones de emisiones. Si en
lugar de residuos se utilizan como materia prima los cultivos energéticos, las reducciones
de emisiones son menores porque se pierde el beneficio de la retirada de residuos. El po-
tencial de reducción de gases de efecto invernadero de los combustibles celulósicos puede
crecer todavía más conforme avance la tecnología (Mabee, 2006).
NOTAS
Producción de bioenergía
de tercera generación
L
a tercera generación de biocombustibles se centra en unos cultivos energéticos
nuevos, diseñados especialmente para conseguir una mayor variedad de materias
primas para biomasa que las generaciones anteriores de biocombustibles (Biopact,
2007a). CGIAR (2008) define a los biocombustibles de tercera generación como aque-
llos conseguidos a partir de cultivos energéticos y de biomasa diseñados de modo que
su propia estructura o propiedades cumplan los requisitos de un proceso concreto de
bioconversión. Los agentes bioconversores (bacterias, microrganismos) son creados por
ingeniería genética para que el proceso de bioconversión sea más eficiente. El propósito
que se encuentra detrás del desarrollo de una tercera generación de biocombustibles
es aumentar la productividad global de los cultivos energéticos para la producción de
biocombustibles, al tiempo que mantener las características físicas y químicas deseables.
Gran parte de las discusiones con respecto a los cultivos de biocombustibles de ter-
cera generación es parecida a las discusiones que existen con respecto a los cultivos de
primera y segunda generación, con la preocupación añadida que rodea a los organis-
mos genéticamente modificados. Este apéndice trata algunos de los asuntos principales
de este debate relevantes a los efectos de las materias primas para biocombustible.
Las investigaciones están identificando las limitaciones fundamentales de la produc-
tividad de las materias primas para biocombustible, y empleando herramientas genó-
micas para atajar esas limitaciones. Se han identificado varios tipos de manipulaciones
genéticas que podrían ayudar a incrementar el rendimiento de biomasa o reducir el
coste de convertir la biomasa en combustible (Ragauskas y otros, 2006; Biopact, 2007d,
2007f). Incluyen las siguientes:
Algunas plantas que están siendo objeto de manipulaciones genéticas con el fin de pro-
ducir biocombustibles son el eucalipto y el chopo, el sorgo dulce y el maíz. Los científicos
están trabajando para secuenciar el genoma de la palma de aceite y de la mandioca para de-
sarrollar cultivos más apropiados para la industria de los biocombustibles (Biopact, 2007d).
Puede ser difícil llevar estos nuevos sistemas a regiones como África, como se ha demos-
trado con las dificultades para establecer variedades mejoradas de alimentos básicos. Con-
sideraciones como el coste de la tecnología deben ser tenidas en cuenta si se quiere que se
beneficie el mundo en desarrollo (Banco Mundial, 2008b).
Dado que los combustibles de tercera generación tienen mayores rendimientos y pro-
cesos de bioconversión más sencillos, se necesitará menos tierra y menos insumos para
Preocupa el hecho de que cultivos transgénicos puedan transmitir los genes insertados
a otras especies. La evidencia científica y la experiencia de diez años de uso comercial
no apoyan el desarrollo de resistencia en las plagas objetivo o daño medioambiental
derivado del cultivo comercial de transgénicos, tales como el flujo de genes a especies
silvestres emparentadas, siempre que se tomen las salvaguardas adecuadas. A pesar de
este historial, es necesario evaluar caso a caso los riesgos y beneficios medioambientales,
comparando los riesgos potenciales de tecnologías alternativas y tomando en conside-
ración la característica específica y el contexto agroecológico en el que será utilizada
(Banco Mundial, 2008b).
NOTA
1. Esta técnica se ha empleado para hacer que los cultivos crezcan más rápido bajo
estrés por sequía y altas y bajas temperaturas, y para aumentar su capacidad para
sobrevivir a ataques de agentes patógenos.
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$ SROtWLFDV\REMHWLYRVGHFRQVXPR
aceite de palma Agencia Europea del Medioambiente
9pDVH SURGXFFLyQGHELRHQHUJtD
GHODFHLWHGHSDOPD Agencia Federal de Medioambiente de
acuerdos de agricultura por contrato Alemania (UBA)
Agencia Internacional de la Energía
acuerdos de agricultura por contrato o (AIE)
de cooperativas agricultura
9pDVHWDPELpQ SHTXHxRVDJUL 9pDVH FXOWLYRVFRQFUHWRV
FXOWRUHV biocombustibles de segunda gene-
adaptación dentro de las actividades ración ±
agrícolas biocombustibles frente a la produc-
adaptación fuera de la actividades agrí- ción de alimentos ±
colas como fuente de biocombustibles
África ±
9pDVH SDtVHVFRQFUHWRV producción de biomasa ±
biomasa como fuente primaria de recursos del suelo y
combustible recursos hídricos utilizados por
componentes de la TPES ± la,
conflictos sobre el uso de la tierra rendimiento de los residuos prima-
rios y secundarios ±
escenario de base ± residuos de las cosechas
impactos bioenergéticos ±
± riesgos para la salud de la, ±
producción y consumo de etanol tala y quema
± agricultura de subsistencia
SROtWLFDV\REMHWLYRVGHFRQVXPR agricultura de tala y quema
aguas virtuales
SURGXFFLyQGHPDQGLRFD AIE
± 9pDVH $JHQFLD,QWHUQDFLRQDOGH
producción y consumo del biodié- OD(QHUJtD
sel ± Alemania
ÍNDICE 243
producción y consumo de biodiésel árboles forestales de cultivo corto
±
producción y consumo de etanol Argentina
producción de energía a partir de
América del Norte pellets de biomasa ±
9pDVH SDtVHVFRQFUHWRV producción y consumo de biodiésel
componentes de las TPES
± REMHWLYRVGHFRQVXPR±
objetivos de renovables SURGXFFLyQGHVRMD±
opinión pública sobre el desarrollo producción y consumo de etanol
de la bioenergía ±
perspectivas del consumo de bio- SURGXFFLyQGHFDxDGHD]~FDU
energía en,
producción de energía a partir de SURGXFFLyQGHPDt]
pellets de biomasa Asia
producción y consumo de biodiésel 9pDVH $VLD0HULRGLQDO$VLD
± 2ULHQWDO\3DFt¿FR(XURSD\
REMHWLYRVGHFRQVXPR± $VLD&HQWUDO
producción y consumo de etanol Asia Central
± 9pDVH (XURSD\$VLD&HQWUDO
REMHWLYRVGHFRQVXPR± Asia Meridional
rendimientos de residuos primarios 9pDVH SDtVHVFRQFUHWRV
y secundarios ± componentes de la TPES ±
residuos del pulpeo y de la indus- deuda de carbono de los combusti-
tria del papel bles
América Latina y Caribe escenario de base ±
9pDVH SDtVHVFRQFUHWRV impactos bioenergéticos
componentes de las TPES ±
± objetivo de renovables
escenario de base ± perspectivas para el consumo de
impactos bioenergéticos biodiésel en,
±± plantaciones forestales
objetivos de renovables producción y consumo de biodiésel
perspectivas del consumo de bio- ±
energía en, REMHWLYRVGHFRQVXPR
plantaciones forestales producción y consumo de etanol
producción y consumo de biodiésel ±
± REMHWLYRVGHFRQVXPR
REMHWLYRVGHFRQVXPR± rendimientos de residuos primarios
producción y consumo de etanol y secundarios ±
± Asia Oriental y Pacífico ±
REMHWLYRVGHFRQVXPR± componentes de la TPES ±
apoyo público al desarrollo de la bio- escenario de base ±
energía ±
ÍNDICE 245
preocupaciones con respecto al usos modernos e industriales,
género ±
retos de adaptación ± LPSDFWRHFRQyPLFR
TPES y, LPSDFWRPHGLRDPELHQWDO±
viabilidad económica ± LPSDFWRVREUHODWLHUUD\RWURV
biodimetiléter UHFXUVRV
bioenergía YLDELOLGDGHFRQyPLFD±
contribución a la TPES de la, usos tradicionales para generar
± energía ±
objetivos, políticas e instrumentos, LPSDFWRPHGLRDPELHQWDO±
± LPSDFWRVREUHODVDOXG±
perspectivas del consumo ± LPSDFWRVREUHODWLHUUD\RWURV
producción de biomasa sólida UHFXUVRV
YLDELOLGDGHFRQyPLFD±
producción de cultivos oleaginosos biomasa sólida primaria
9pDVHWDPELpQ ELRPDVDVyOLGD
tipos, ± definición
BioEnergy Development Corp (JBEDC) biometanol
bioMTBE
bioetanol bionenergía
9pDVH HWDQRO producción de segunda generación
bioETBE ±
biogás ± producción de tercera generación
biogasolina ±
biomasa de la madera Bonskowski, R.
9pDVHWDPELpQ ELRPDVDVyOLGD bosques
biomasa sólida ± 9pDVH IRUHVWDO\ERVTXHV
perspectivas de la, ±± Brasil
producción de bioenergía a partir datos de biocombustibles líquidos
de la, ±
LPSDFWRHFRQyPLFR± deuda de carbono del biocombusti-
LPSDFWRPHGLRDPELHQWDO± ble y,
LPSDFWRVREUHODWLHUUD\RWURV producción de energía a partir de
UHFXUVRV± pellets de biomasa
LPSDFWRVRFLDO producción y consumo de biodiésel
YLDELOLGDGHFRQyPLFD± ±
sistemas energéticos a partir de SURGXFFLyQGHMDWURID
pellets de biomasa ± SURGXFFLyQGHVRMD±
LPSDFWRHFRQyPLFR producción y consumo de etanol
LPSDFWRPHGLRDPELHQWDO ±±
LPSDFWRVREUHODWLHUUD\RWURV ±
UHFXUVRV SURGXFFLyQGHFDxDGHD]~FDU
YLDELOLGDGHFRQyPLFD± ±
SURGXFFLyQGHPDt]
ÍNDICE 247
uso tradicional de la biomasa sólida Costa Rica, producción de aceite de
primaria y, ± palma en,
cocinas solares coste de oportunidad
Colombia rastrojos forestales
conflictos sobre el uso de la tierra recolección de leña
Croacia, objetivo de biocombustibles
producción y consumo de biodiésel líquidos en,
cultivos
SURGXFFLyQ\FRQVXPRGHDFHLWH 9pDVH DJULFXOWXUD
GHSDOPD± cultivos concretos
producción y consumo de etanol 9pDVH DJULFXOWXUD
cultivos de carbohidratos
SURGXFFLyQGHFDxDGHD]~FDU 9pDVH FXOWLYRVFRQFUHWRV
combustibles fósiles '
9pDVHWDPELpQ FRPEXVWLEOHV
FRQFUHWRV Database of State and Federal Incentives
producción de biocombustibles y, for Renewable Energy (DSIRE)
ratio de energía deforestación
TPES y, dendrocombustibles
combustibles nucleares 9pDVH OHxD
combustión conjunta Departamento de Energía de EEUU
centrales eléctricas ±
emisión de gases de efecto inverna- desarrollo rural
dero y, desarrollo de la bioenergía y, ±
en explotaciones madereras y de en Asia Oriental y Pacífico ±
combustibles
comercio neto de electricidad generadores diésel para suministro
Comisión Indonesia de Aceite de Palma de electricidad
(IPOC) producción de electricidad a partir
conflictos sobre el uso de la tierra de biomasa sólida
Congo
9pDVH 5HS~EOLFD'HPRFUiWLFD (
GHO&RQJR
Consejo Europeo del Biodiésel Ecodiésel Colombia
contaminación del aire ecosistema de manglar
contaminación del aire en interiores Ecuador, producción de aceite de palma
Convención de Naciones Unidas contra en,
la Desertificación eficiencia de conversión de la biomasa
conversión directa de tierras frente a los combustibles fósiles
Corea
9pDVH 5HS~EOLFDGH&RUHD empleo
en América Latina y Caribe
ÍNDICE 249
producción de sorgo dulce ± incentivos a los biocombustibles
líquidos y,
recursos hídricos producción de biocombustibles
subvenciones
tendencia a largo plazo ± producción de energía a partir de
TPES y, biomasa sólida ±
Europa y Asia Central recursos hídricos empleados en la
9pDVHWDPELpQ SDtVHVFRQFUHWRV transformación de los biocom-
componentes de la TPES ± bustibles
datos de biocombustibles líquidos residuos
Federación Nacional de Cultivadores de
escenario de base Palma
impactos bioenergéticos Federación Rusa, perspectivas del con-
sumo de bioenergía en la,
objetivos de renovables fertilizantes
opinión pública sobre el desarrollo fijación del nitrógeno
de la bioenergía Filipinas
perspectivas para el consumo de producción y consumo de biocom-
bioenergía bustibles
producción de energía a partir de producción y consumo de biodiésel
pellets de biomasa ± SURGXFFLyQGHDFHLWHGHSDOPD
producción y consumo de biodiésel
± SURGXFFLyQGHMDWURID
REMHWLYRVGHFRQVXPR producción y consumo de etanol
producción y consumo de etanol SROtWLFDVGHFRQVXPR
± SURGXFFLyQGHPDQGLRFD
REMHWLYRVGHFRQVXPR Fischer-Tropsch, definida,
rendimientos de residuos primarios FO Licht
y secundarios Food and Agriculture Organization
Evaluación del Impacto del Ciclo de (FAO)
Vida 9pDVHWDPELpQ 2UJDQL]DFLyQ
SDUDOD$OLPHQWDFLyQ\OD$JUL
) FXOWXUD
forestal y bosques
FAO biocombustibles de segunda gene-
9pDVH 2UJDQL]DFLyQSDUDOD$OL ración ±
PHQWDFLyQ\OD$JULFXOWXUD como fuente de biomasa ±
fase de distribución e incentivos de los empleo ±
biocombustibles ± plantaciones ±
fase de procesado procesados de residuos
9pDVH IDVHGHWUDQVIRUPDFLyQ rastrojos forestales
fase de recolección ± recursos edáficos y, ±
fase de transformación uso tradicional de la biomasa sólida
primaria y,
ÍNDICE 251
biodiésel de colza producción de bioenergía del sorgo
biodiésel de jatrofa dulce
biodiésel de pongamia ± producción de bioenergía de segun-
biodiésel de soja ± da generación
biomasa sólida ± producción de bioenergía de tercera
etanol de caña de azúcar ± generación
etanol de mandioca ± sistemas energéticos basados en
etanol de palma nipa ± pellets de biomasa ±
etanol de sorgo dulce usos modernos e industriales de
impacto medioambiental de la produc- la biomasa sólida para energía
ción de la bioenergía ±
biocombustibles líquidos ± usos tradicionales de la biomasa
sólida para energía ±
desarrollo de la bioenergía impacto medioambiental del tratamien-
en África to de residuos
en América Latina y Caribe impacto sobre el uso de la tierra y otros
± recursos de la prroducción de
en Asia Meridional bioenergía
en Asia Oriental y Pacífico ± biocombustibles líquidos ±
±±
en Europa y Asia Central en África ±
producción de bioenergía de la en América Latina y Caribe
biomasa sólida ± en Asia Meridional ±
producción de bioenergía de la en Asia Oriental y Pacífico,
caña de azúcar ±
producción de bioenergía del aceite en Europa y Asia Central, ±
de palma ± producción de bioenergía de bio-
producción de bioenergía de la masa sólida, ±
colza ± producción de bioenergía de la
producción de bioenergía de la caña de azúcar ±
jatrofa ± producción de bioenergía del aceite
producción de bioenergía de la de palma ±
jojoba ± producción de bioenergía de la
producción de bioenergía de la colza ±
mandioca producción de bioenergía de la
producción de bioenergía de la jatrofa ±
palma nipa producción de bioenergía de la
producción de bioenergía de la jojoba
pongamia ± producción de bioenergía de la
producción de bioenergía de la soja mandioca
± producción de bioenergía de la
producción de bioenergía del maíz palma nipa
± producción de bioenergía de la
pongamia
ÍNDICE 253
REMHWLYRVGHFRQVXPR iniciativas multilaterales ±
SURGXFFLyQGHDFHLWHGHSDOPD Instituto Central de Investigación Quí-
mica sobre Productos Químicos
SURGXFFLyQGHFRO]D± Marinos y Sales (Bhavnagar,
SURGXFFLyQGHMDWURID± India)
SURGXFFLyQGHSRQJDPLD Instituto del Servicio Forestal de las Islas
± del Pacífico de EEUU
producción y consumo de etanol Instituto Nacional de Investigación
Agrícola de la India
SROtWLFDVGHFRQVXPR\REMHWLYRV intensidad de carbono
intensidad de energía
SURGXFFLyQGHFDxDGHD]~FDU pellets de biomasa
producción de energía de la bioma-
SURGXFFLyQGHVRUJRGXOFH sa sólida
recursos hídricos y desarrollo de los usos tradicionales de la biomasa
biocombustibles sólida
uso de la biomasa como fuente pri- Italia, producción y consumo de biodié-
maria de combustible en, sel en,
Indonesia
biomasa como fuente primaria de -
combustible
conflictos sobre el uso de la tierra Japan-Myanmar Green Energy
Japón
deuda de carbono de los biocom- componentes de la TPES, ±
bustibles e, objetivo de renovables
producción de calor y electricidad produccíon y consumo de biodiésel
±
producción y consumo de biocom- SURGXFFLyQGHFRO]D
bustibles ± producción y consumo de etanol
producción y consumo de biodiésel ±
REMHWLYRVGHFRQVXPR
REMHWLYRVGHFRQVXPR± Junta Nacional del Biodiésel
SURGXFFLyQGHDFHLWHGHSDOPD
±± .
producción y consumo de etanol
SROtWLFDVGHFRQVXPR Kenia, producción de jatrofa en,
SURGXFFLyQGHPDQGLRFD
ingeniería genética ± /
Iniciativa de Biocombustibles de la
UNCTAD leña
Iniciativa de Subvenciones Mundiales como fuente de biomasa
como opción energética que se
Iniciativa para una Mejor Caña de pueden permitir
Azúcar coste de oportunidad de recoger
ÍNDICE 255
Norteamérica óxido nitroso
9pDVH $PpULFDGHO1RUWH
Norte de África 3
9pDVH 2ULHQWH0HGLR\1RUWHGH
ÈIULFD Pacífico
Nueva Zelanda 9pDVH $VLD2ULHQWDO\3DFt¿FR
componentes de la TPES, ± Países Bajos
objetivos de renovables producción y consumo de biodiésel
producción y consumo de biodiésel, ±
± producción y electricidad a partir
REMHWLYRVGHFRQVXPR de pellets de biomasa
producción y consumo de etanol programa Netherlands´ Climate
±± Neutral Gaseous y Liquid Energy
REMHWLYRVGHFRQVXPR Carriers (GAVE)
Pakistán
2 consumo de aceite de palma
objetivos de consumo objetivos de consumo de biodiésel
biodiésel ±
etanol ± producción de caña de azúcar
oferta mundial de energía primaria, Papúa Nueva Guinea, producción de
total primary energy supply aceite de palma en,
(TPES) pequeños agricultores
contribución de la bioenergía asociaciones empresariales de,
±
definición ± conflictos sobre el uso de la tierra
Organización de Naciones Unidas para y,
el Desarrollo Industrial (UNI- en África
DO) en América Latina
Organizaciones No Gubernamentales en Asia Meriodinal
(ONGs) en Asia Oriental y Pacífico
Organización Mundial de la Salud producción de de aceite de palma
Organización para la Alimentación y la ±
Agricultura ± producción de pongamia
Oriente Medio y Norte de África Perú, políticas de consumo de etanol
componentes de las TPES ± pesticidas
escenario de base ± petróleo
impactos bioenergéticos producción de electricidad
± seguridad energética
objetivos de renovables TPES y,
producción y consumo de biodiésel Pioneer Bio Industries Corp. de Malasia
±
producción y consumo de etanol plantaciones de acacias
± plantaciones de biomasa
ÍNDICE 257
biodiversidad y, impacto sobre el uso de la tierra y
en África ± otros recursos
en Asia Meridional problemas e imapctos relacionados
en Asia Oriental y Pacífico ± con la, ±
rentabilidad de la,
en tierras marginales y degradadas producción de bioenergía de la ponga-
mia
impacto económico y social biodiversidad y,
impacto medioambiental en Asia Meridional
impacto sobre el uso de la tierra y impacto económico y social
otros recursos ± ±
obligando a los agricultores a plan- impacto medioambiental ±
tar en Myanmar impacto sobre la tierra y otros
problemas e impactos relacionados recursos
con la, ± problemas e impactos relacionados
producción de biodiésel con la, ±
rentabilidad de la, ± rentabilidad de la,
producción de bioenergía de la jojoba producción de bioenergía de la soja
impacto medioambiental ± en América Latina y Caribe
impacto sobre el uso de la tierra y
otros recursos impacto económico y social
problemas e impactos relacionados ±
con la, ± impacto medioambiental ±
rentabilidad de la, ± impacto sobre el uso de la tierra y
producción de bioenergía de la man- otros recursos
dioca problemas e impactos relacionados
en África con la, ±
en Asia Oriental y Pacífico ± producción y consumo de biodiésel
impacto económico y social rentabilidad de la,
± producción de bioenergía del maíz
impacto medioambiental costes de la, ±
impacto sobre el uso de la tierra y en Asia Oriental y Pacífico
otros recursos impacto económico ±
problemas e impactos relacionados impacto medioambiental ±
con la, ± impacto sobre el uso de la tierra y
rentabilidad de la, ± otros recursos
seguridad alimentaria y, problemas e impactos relacionados
producción de bioenergía de la palma con la, ±
nipa rentabilidad de la, ±
biodiversidad y, seguridad alimentaria y,
impacto económico y social producción de bioenergía del sorgo
impacto medioambiental dulce
biodiversidad y,
ÍNDICE 259
residuos sistemas integrados de gestión de pesti-
industriales cidas (IPM)
postconsumo sostenibilidad
producción de biodiésel a partir de la producción de carbón vegetal
de residuos de aceites vegetales
± del desarrollo de la bioenergía
producción de bioenergía a partir ±
de ± subvenciones
urbanos biocombustibles líquidos
residuos de aceites vegetales ± ±
residuos del pulpeo (licor negro) ± biomasa sólida
residuos industriales producción de aceite de palma
residuos in situ sistemas de energía a partir de
residuos postconsumo pellets de biomasa
residuos primarios ± Sudáfrica, producción de etanol en,
residuos secundarios ±
residuos urbanos Sudamérica y la Mesa redonda sobre la
retos de adaptación Soja Sostenible
revista Science sobre el impacto medio- 9pDVHWDPELpQ $PpULFD/DWLQD\
ambinental del etanol de maíz &DULEH
Suecia, producción y consumo de eta-
nol,
6 Suiza, subvenciones al biodiésel en,
suministro de electricidad
salinización de las aguas subterráneas 9pDVH JHQHUDFLyQGHHOHFWULFLGDG
switchgrass
secuestro de carbono
seguridad alimentaria ± 7
seguridad energética
serrín para pellets de biomasa Tailandia
Servicio Agrícola Exterior del USDA producción y consumo de biocom-
Servicio Forestal de EEUU bustibles
sistemas energéticos basados en pellets producción y consumo de biodiésel
de biomasa SURGXFFLyQGHDFHLWHGHSDOPD
emisiones de gases de efecto inver-
nadero producción y consumo de etanol
impacto económico SURGXFFLyQGHFDxDGHD]~FDU
impacto medioambiental ±
impacto sobre la tierra y otros SURGXFFLyQGHPDQGLRFD
recursos ±
producción de calor y electricidad Tanzania
± cocinas mejoradas en,
viabilidad económica ± producción de carbón vegetal en,
ÍNDICE 261
9 World Energy Outlook (AIE)
World Wildlife Fund (WWF) ±
vehículos híbridos ±
=
Venezuela
9pDVH 5HS~EOLFD%ROLYDULDQDGH Zambia, producción de etanol de sorgo
9HQH]XHOD dulce en,
viabilidad económica
biocombustibles líquidos ±
producción de bioenergía de la
biomasa sólida ±
producción de bioenergía de la
caña de azúcar ±
producción de bioenergía del aceite
de palma ±
producción de bioenergía de la
jatrofa ±
producción de bioenergía de la
jojoba ±
producción de bioenergía de la
mandioca ±
producción de bioenergía de la
pongamia ±
producción de bioenergía de la soja
±
producción de bioenergía del sorgo
dulce ±
producción de bioenergía de maíz
±
producción de bioenergía de segun-
da generación
producción de bioenergía de tercera
generación ±
produccón de bioenergía de la colza
±
sistemas de energía de pellets de
biomasa ±
usos modernos e industriales de
la biomasa sólida para energía
±
usos tradicionales de la biomasa
sólida para energía ±
Este libro proporciona una perspectiva general sobre los desarrollos de la bioenergía.
Examina los efectos principales y las posibles implicaciones socioeconómicas de
estos, así como sus potenciales impactos sobre el uso de la tierra y el medioambiente,
en especial con respecto a los bosques. Los autores ofrecen una introducción a la
bioenergía, proporcionan los antecedentes y el panorama general de la biomasa sólida
y de los biocombustibles líquidos, y examinan los retos y oportunidades a niveles
regionales y de país. También analizan los impactos potenciales de los tipos concretos
de bioenergía.
ISBN 978-84-15506-60-7