4
TEMA DE PORTADA NACIONAL EL DIARIO DE HOY
Algunos ingresan por falta de opciones
Menores de edad amenazados
para que ingresen a pandillas
» La delincuencia
infantil aumentó por
el reclutamiento que
hacen los pandilleros
SEGURIDAD
EN LA
MIRA
Belén Quintana
Las extorsiones y los chantajes a
menores para que formen parte de
las maras es cada vez más común,
según datos policiales. Son amena-
zados en las calles y a la salida de
escuelas o colegios, les advierten
de que si no lo hacen les harán da-
ño a ellos y a su familia.
En otras situaciones son suges-
tionados, se les intenta comprar,
con regalos de aquellos bienes
materiales que de otra forma no
podrían tener.
A consecuencia de esto, el nú-
mero de menores involucrados en
delitos de pandillas está en ascen-
so, según datos de la Policía Nacio-
nal Civil. Existen 250 menores pri-
vados de libertad por extorsión,
252 por hurto y 164 por homicidio,
la mayoría pertenece a alguna pan-
dilla. Esos delitos, junto al de tráfi-
co de droga y posesión ilícita de ar-
mas, son los que más se dan en ni-
ños que ingresan al Instituto Salva-
doreño para el Desarrollo Integral
de la Niñez y la Adolescencia, Isna.
La mayoría de niñas ingresa a
los centros de inserción social
por amenazas, y gran parte de los
varones por homicidios.
Hay 7 mil 500 pandilleros dete-
nidos en centros penales que para
mantener las actividades de las cli-
cas necesitan crecer, para ello usan
niños que viven en una situación
de pobreza y marginalidad. A eso
se suma la débil protección de és-
tos, lo que les hace estar mucho
más expuestos, tal y como asegura
el Subdirector de Seguridad Públi-
ca, Hugo Armando Ramírez Mejía.
Las maras reclutan a los niños
de edades entre los 10 y los 17
años, los que tienen 10, 11 y 12 años
son ahora los más codiciados, ya
RESULTADO A LA VISTA MENOR ACUSADO DE HACER DETONAR GRANADA EN EL CENTRO DE LA CAPITAL PÁG. 6
Lunes 18 de enero de 2010 nacional@elsalvador.com
que al estar en una edad más vul-
nerables, son más accesibles para
ellos, según Mejía.
“Los que llaman por teléfono y
piden el dinero de las extorsiones
son aquellos que están en cárce-
les, sólo se necesita un teléfono
para contactar con sus víctimas,
pero los que ejecutan la acción,
los que van a cobrar ese dinero,
son los niños y jóvenes”, aseguró.
Otras de las razones por las
que seleccionan a menores para
ILUSTRACIÓ
ampliar el grupo delictivo, para
no ser juzgados como adultos.
A los menores cuyas edades
están comprendidas entre los 13 y
los 17 años, les ponen una pena
máxima de siete años, y a los me-
nores de 13 no se les puede juzgar,
por ello, los miembros adultos de
las pandillas los obligan a ellos a
cometer la mayoría de sus actos
delictivos.
Los niños de 10 a 12 años son un
claro objetivo para ellos, ya que a
HERNÁNDEZ
N EDH / OTTO
esaedadsonmásfácilesdeconven-
cerles para delinquir a cambio de
bienes materiales que de otra for-
ma no podrían tener, según miem-
bros del Isna. Los menores tienen
la necesidad de dinero y ven la ma-
nera más fácil de obtenerlo con las
pandillas.
PROTECCIÓN POR FAVORES
Además, la pandilla les da seguri-
dad, por lo que formando parte de
INFLUENCIA FAMILIAR
Hay niños que han nacido
dentro de una familia que es
parte de una pandilla, lo que
hace que el niño vea eso como
algo normal. El ambiente que se
vive en el hogar será algo que
afecte en sus decisiones.
Los niños a menudo deciden
unirse a las pandillas si sus
amigos o miembros de la familia
pertenecen a ella.
ella, se les ofrece una protección
considerable a posibles ataques
de bandas rivales. También atien-
de carencias a nivel familiar, la ac-
tividad en pandillas ofrece esa
cercanía, ese sentido de familia
que a menudo falta en el hogar
por la desintegración familiar.
Es una combinación entre se-
ducción y presión. Y cuando ellos
toman la decisión de “brincar”,
dar el paso y realizar el ritual pa-
ra entrar, ya no hay marcha atrás,
afirmó el oficial.
Al entrar a las maras ellos están
aceptando al 100% los códigos de
las pandillas, es una aceptación que
no tiene espacio para poder discu-
tir. En todas las pandillas, una regla
fundamental es que los que ingre-
san deben cumplir lo que se pide.
Una vez reclutado, el menor ad-
quiere un compromiso, por lo que
ya no se pueden echar para atrás.
La etapa de la niñez y juventud
es la de las fantasías, momento en
el que los menores buscan un mo-
delo a seguir. En eso casos, el líder
de la pandilla se convierte en su
ejemplo a imitar, según el Isna.
Un factor que afecta a estos
infantes es el entorno en el que
viven. El 90 por ciento de niños
que han cometido algún delito
pertenecen a familias desinte-
gradas según el Isna.
Esta institución cree que es
necesario involucrar a los fami-
liares, que respondan a las nece-
sidades de estos menores para
que ellos no se metan en las ma-
ras. Además, afirman que los ni-
ños se involucran en el mundo
de las pandillas por la falta de
opciones.
Una medida que se tomará este
año con el fin de proteger al menor
es un plan de protección escolar
que acaba de iniciar conjuntamen-
te la Policía y el Ministerio de Edu-
cación, que incluye a estudiantes,
maestros y padres de familia.
Ya se ha implementado en 80
centros educativos, ubicados en
el departamento de San Salvador,
que son considerados por la Poli-
cía como en riesgo social, según
Mejía. Este plan se aplicará en el
territorio nacional en todas las
zonas marginales.