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laico
aplicado
al
Estado
es
cuanto
menos
equvoco.
Parece
preferible
usar
otra
expresin.
Y desde luego, a la luz de las fuentes citadas, no parece legtimo usar el carcter de laico del Estado -es decir, la
independencia del Estado- para prohibir las manifestaciones religiosas. La nica excepcin son las manifestaciones
religiosas contrarias al orden pblico, pero el orden pblico no se puede interpretar en sentido de restringir la libertad
de
los
ciudadanos
de
manifestar
su
propia
religin.
Igualmente, quien defiende posturas laicistas, por el respeto que todos los ciudadanos debemos a la Declaracin de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ha de respetar las manifestaciones religiosas de los ciudadanos que s
profesen creencias religiosas. Sera contrario a la Declaracin de Derechos Humanos prohibir tales manifestaciones, y
demostrara ser un intolerante quien se extraara de la creencia religiosa de otros. Peores actitudes demostrara quien
insultara a un creyente por serlo, o ironizara sobre una doctrina religiosa. Entre estas actitudes tan innobles estara
quien manifestara incomodo porque otra persona llevara un signo religioso o una vestidura religiosa, o acudiera a
convocatorias de contenido religioso. Los ciudadanos con creencias religiosas tienen el derecho a que se les garantice
el ejercicio de su creencia.
Fuente: Libertad religiosa en la web