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Tema:
Ponente: Madre Benedicta , Piadosa Hermanas benedictinas de la redencin T.
23.05.14
Iniciamos una serie de textos sobre algunas figuras del Antiguo y Nuevo testamento que, con su vida,
han mostrado la cercana de Dios con los hombres. "Si queremos entender lo que es la fe -ha dicho Papa
Francisco-, tenemos que narrar su recorrido, el camino de los hombres creyentes".
vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura; las experiencias del mal y del
sufrimiento, de las injusticias y de la muerte parecen contradecir la buena nueva, pueden estremecer la fe
y llegar a ser para ella una tentacin.
165 en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y
corramos con fortaleza la Entonces es cuando debemos volvernos hacia los testigos de la fe: Abraham,
que crey, esperando contra toda esperanza (Rm 4,18); la Virgen Mara que, en la peregrinacin de la
fe (LG 58), lleg hasta la noche de la fe (Juan Pablo II, Redemptoris Mater, 17) participando en el
sufrimiento de su Hijo y en la noche de su sepulcro; y tantos otros testigos de la fe: Tambin nosotros,
teniendo prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jess, el que inicia y consuma la fe (Hb 12,1-2)
Pedro nos dice: que somos una raza elegida, y sacerdote real
Eleccin y consagracin son realidades que sustentan nuestro ser cristiano. Dios nos ha elegido. No
somos cristianos por una simple decisin personal. A toda decisin personal la precede la eleccin divina
procedente del amor. Y puesto que somos elegidos por ser amados, somos tambin consagrados, es
decir, dedicados exclusivamente al Seor.