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COMPENDIO DE UN TRATADO DE LA NATURALEZA HUMANA

( 1 ) Este libro parece haber sido concebido con el mismo plan que
muchos otros trabajos que han tenido gran boga durante los últimos
años en Inglaterra. El espíritu filosófico, el cual ha tomado gran
impulso en Europa en los últimos 80 años, ha sido llevado a su
máximo esplendor en este reino ( Reino Unido) más que en cualquier
otro. Parece incluso que nuestros escritores han iniciado un nuevo
tipo de filosofía, el cual promete mayor entretenimiento y ventajas
para la humanidad, que cualquier otro que el mundo haya alcanzado
ya. La mayoría de los filósofos de la antigüedad , que trataron de la
naturaleza humana, han mostrado más una delicadeza de
sentimiento que un sentido justo de la moral, o una grandeza del
alma más que una profundidad del razonamiento y la reflexión.

Ellos se contentaron con la representación del sentido común de la


humanidad con la mayor claridad , y con la mejor forma de
pensamiento y expresión, sin mostrar una cadena de proposiciones, o
reunir varias verdades dentro de una ciencia regular. Pero al menos
intentaron ver si la ciencia del hombre no admitiría la misma
precisión ( accuracy) que han alcanzado ciertas partes de las ciencias
naturales. Parece haber toda la razón del mundo en imaginar que
pueden llevarse al más alto grado de exactitud. Si, examinando varios
fenómenos, encontramos que se resuelven. dentro de un principio
común, y que pueden retrotraerse dentro de otro principio,
llegaremos finalmente a los principios más simples, de los que todos
los demás dependen. Y aunque no podamos llegar nunca a los
principios últimos, nos contentaremos con llegar tan lejos
como nuestras facultades nos puedan permitir.

(2) Este parece haber sido el propósito de nuestros filósofos


recientes, y, por encima de ellos, de este autor ( DAVID
HUME). Él se propone hacer la anatomía de la naturaleza humana de
un modo regular, y promete no emitir ninguna conclusión
excepto donde esté autorizado por la experiencia. Él habla con
desdén de hipótesis; e insinúa que aquellos de nuestros compatriotas
que las han desterrado de la filosofía moral, han hecho una
contribución mayor al mundo que el propio Milord Bacon, considerado
el padre de los experimentos físicos. Él menciona en esta ocasión a

1 PROBLEMA: ¿ QUÉ ENTENDEMOS POR FILOSOFÍA MORAL? Esto es la ciencia del


hombre y vemos que busca usar el mismo método que la física y la misma
exactitud, pero que no es lo mismo. ¿ Qué es?
Mr Locke, milord Shaftesbury, Dr Mandeville, Mr Hutchinson, Dr.
Butler2, los cuales, pese a sus diferencias en muchos puntos de vista ,
parecen coincidir en fundamentar sus acertadas disquisiciones sobre
la naturaleza humana enteramente en la experiencia.

( 3 ) Junto a la satisfacción de haber trabado conocimiento de lo que


nos concierne más de cerca, puede afirmarse con seguridad, que casi
la totalidad de las ciencias se reúnen en la ciencia de la naturaleza
humana , y dependen de ella. La única meta de la lógica es explicar
los principios y operaciones de nuestra facultad de razonar, y la
naturaleza de nuestras ideas; la moral y la crítica consideran
nuestros gustos y sentimientos; y la política considera a los
hombres como unidos en sociedad, y dependiendo unos de otros.
Además este tratado de la naturaleza humana parece haber sido
concebido con vistas a un sistema de las ciencias. El autor ha
llegado a término en lo que concierne a la lógica, y ha puesto los
cimientos de las otras partes en su tratamiento de las pasiones.3

( 4) El celebrado seños Leibniz ha observado que hay un defecto


en los sistemas comunes de lógica, que son muy prolijos cuando
explican las operaciones del entendimiento bajo la forma de la
demostración, pero demasiado breves cuando tratan de las
probabilidades, y otras medidas de la evidencia de las que la vida y
la acción dependen totalmente , y que son nuestra guía incluso en
nuestras especulaciones filosóficas. Bajo esta censura él incluye el
ensayo sobre el entendimiento humano, la búsqueda de la verdad y
el arte de pensar. El autor del Tratado de la naturaleza humana
( Hume) parece haber tomado conciencia de este defecto en estos
filósofos , y se h esforzado, tanto como a podido, en superarlo. Como
este libro contiene un gran número de especulaciones muy
novedosas y significativas , parece ser imposible dar al lector una
noción precisa del conjunto. Nos conformaremos por tanto con
centrar nuestras explicaciones en los razonamientos por
causa y efecto. Si podemos hacer esto comprensible para el
lector , habrá servido como muestra de todo el conjunto de la obra.

2 Pertenecen algunos de ellos a la Escuela del Sentimiento moral ( “ El corazón


tiene razones que la razón no comprende”).

3 Sobre las pasiones trata la Investigación sobre los principios de la moral en su


apéndice “sobre el sentimiento moral”. Esto no aparece propiamente en este
fragmento traducido aquí, pero ya se nos adelanta que es una parte importante. Por
eso primero vemos los problemas sobre la “ciencia del hombre” ( que se
fundamentan en el principio de causalidad o RAZONAMIENTO MORAL y en el
sentimiento de la creencia) y después su tratamiento de las pasiones.
(5) Nuestro autor comienza con algunas definiciones. Él llama
percepción a cualquier cosa que pueda presentarse a
nuestra mente, provenga de nuestros sentidos, que esté
impulsada por la pasión , o por el ejercicio de nuestro pensamiento
y reflexión.Él divide nuestras percepciones en dos tipos, impresiones
e ideas. Cuando nosotros sentimos una pasión o una emoción de
cualquier tipo, o tenemos imágenes de objetos externos
proporcionadas por nuestros sentidos; la percepción de la mente es lo
que llamamos una impresión, una palabra que empleamos en un
nuevo sentido. Cuando reflejamos una pasión o un objeto que no
está presente , esta percepción es una idea. Las impresiones, en
cambio, son nuestras percepciones fuertes y vívidas; las ideas son
más débiles y pálidas. Esta distinción es evidente; tan evidente como
La que hay entre sentir y pensar.

( 6 ) La primera proposición que presenta es que todas nuestras


ideas , o nuestras percepciones débiles, se derivan de nuestras
impresiones , o percepciones fuertes, y que no podemos nunca
concebir ( pensar) nada que no hayamos visto fuera de nosotros
mismos, o sentido dentro de nuestras mentes. Esta proposición
parece ser equivalente a la que Mr Locke tomó para establecer que
no hay ideas innatas. Sólo debemos señalar, como una imprecisión
de este famoso filósofo, que él reúne todas nuestras percepciones
bajo el concepto de idea, en cuyo sentido es falso que no tengamos
ideas innatas. Por ello es evidente que nuestras percepciones fuertes
o impresiones son innatas, y que el afecto natural, el amor a la virtud,
el resentimiento, y todas las demás pasiones, surgen directamente de
la naturaleza. Estoy persuadido , que cualquiera que tome en
consideración la cuestión de esta manera, podría ser capaz
fácilmente de reconciliar todas sus partes. El Padre Malebranche no
podría por sí mismo señalar un pensamiento de su mente, que no
representara ningún sentimiento previo, ni interno, ni por medio de
los sentidos externos , y debería admitir que aunque se pudieran
componer , mezclar, aumentar, y disminuir nuestras ideas, todas ellas
se derivarían de estas fuentes.

(7) Nuestro autor piensa que ningún descubrimiento puede haberse


hecho más felizmente para decidir todas las controversias sobre las
ideas que este, que las impresiones siempre tienen precedencia
sobre ellas ( las ideas), y que toda idea con la que la
imaginación es equipada, aparece primero en su
correspondiente impresión. Estas últimas percepciones son todas
muy claras y evidentes , y no admiten controversia; aunque muchas
de nuestras ideas son muy oscuras, por lo que es casi imposible
incluso para la mente , que las forma, decir exactamente su
naturaleza y composición. De acuerdo con ello, donde una idea es
ambigua, siempre existe el recurso de la impresión, que debe
mostrarla clara y precisa. Y cuando él ( Hume) sospecha que un
término filosófico no tiene una idea que le corresponde ( lo que es
muy común) siempre se pregunta de qué impresión se deriva esa
idea. Y si ninguna impresión puede producir esa idea, concluye que el
término es del todo irrelevante ( carece de sentido). Es de este modo
como examina nuestra idea de SUSTANCIA y ESENCIA; y sería
deseable que este riguroso método fuera más practicado en todos los
debates filosóficos.

( 8) Es evidente que todos los razonamientos acerca de cuestiones


de hecho se basan en la relación de causa y efecto , y que nunca
podemos inferir la existencia de un objeto a partir de otro, si no
aparecen ambos conectados, de modo mediato o inmediato. Pese a
que para entender estos razonamientos necesitamos estar
perfectamente familiarizados con la idea de causa; y para esto,
debemos buscar en torno a nosotros para encontrar algo que sea la
causa de otra cosa.

( 9) Aquí hay una bola de billar que permanece sobre la mesa, y otra
bola que se mueve hacia ella con rapidez. Se golpean; y la bola que
estaba anteriormente en reposo, ahora adquiere movimiento. Esto es
tan perfecto como ejemplo de la relación de causa y efecto como
cualquier otra que conozcamos, ya sea por sensación o por reflexión.
Examinémoslo por tanto. “ Es evidente que las dos bolas entrarían en
contacto entre sí antes de que el movimiento fuera comunicado, y
que no hay un intervalo entre el choque y el movimiento. La
CONTIGÜIDAD en tiempo y lugar es por tanto una circunstancia
requerida para la operación de todas las causas. Es evidente también
que el movimiento que fue la causa es previo al movimiento, que fue
el efecto. La PRIORIDAD en el tiempo es otra circunstancia requerida
en cualquier causa. Pero esto no es todo. Probemos con cualquiera
otras bolas del mismo tipo en una situación similar, y nos
encontraremos siempre con que el impulso de una produce el
movimiento de la otra. Aquí por lo tanto aparece una tercera
circunstancia, la CONJUNCIÓN CONSTANTE entre la causa y el
efecto. Todo objeto similar a la causa produce un objeto similar al
efecto. Más allá de estas tres circunstancias de contigüidad, prioridad
y conjunción constante, no puedo descubrir nada en esta causa. La
primera bola entra en movimiento; toca a la segunda;
inmediatamente la segunda está en movimiento; y cuando intento
hacer el experimento con el mismo tipo de bolas y bajo las mismas o
similares circunstancias, encuentro que tras el movimiento y el
contacto de una bola, siempre se sigue el movimiento de la otra. De
cualquier modo en el que considere este asunto , no puedo encontrar
nada más en ello.

( 10) Este es el caso cuando tanto la causa como el efecto están


ambos presentes a los sentidos. Vamos a ver ahora cuál es la
fundamentación de la inferencia, cuando concluimos a partir de uno
que el otro ha existido o existirá. Supongamos que veo una bola que
se mueve en línea recta hacia otra, inmediatamente concluyo que se
golpearán, y que la segunda se pondrá en movimiento. Esta es la
inferencia de la causa al efecto; y de esta naturaleza son todos
los razonamientos en la conducta de la vida; sobre esto están
fundadas todas nuestras creencias en historia : y desde aquí se deriva
toda la filosofía, excepto únicamente la geometría y la aritmética. Si
podemos explicar la inferencia del golpe de las dos bolas, entonces
podremos ser capaces de dar cuenta de esta operación de la
mente en todos los casos.

( 11) Si un hombre, como Adán, hubiera sido creado con toda la


plenitud de su entendimiento, sin experiencia, nunca habría podido
ser capaz de inferir movimiento en la segunda bola a partir del
movimiento y del impulso de la primera. No hay nada que la razón
pueda ver en la causa que nos haga inferir el efecto. Una
inferencia tal, si fuera posible, equivaldría a una demostración , al
estar fundada solamente en la comparación de ideas. Pero ninguna
inferencia de la causa al efecto equivale a una demostración.
De lo cuál esto es una prueba evidente. La mente puede concebir
siempre cualquier efecto seguido de cualquier causa, y de hecho
cualquier suceso seguido de cualquier otro; cualquier cosa que
podamos concebir es posible, al menos en un sentido metafísico; pero
donde tiene lugar una demostración, lo contrario es imposible, e
implica una contradicción. Por consiguiente, no hay ninguna
demostración para cualquier conjunción de causa y efecto. Y
este es un principio generalmente admitido por los filósofos.4

( 12) Hubiera sido necesario, por lo tanto, para Adán ( a no ser que
estuviera inspirado), haber tenido experiencia del efecto , que
siguió tras el impulso de esas dos bolas. Él debería haber visto, en
varios casos, que cuando una bola golpea a otra, la segunda siempre

4 LO CONTRARIO SIEMPRE SE PUEDE SUPONER EN UNA CUESTIÓN DE HECHO. Sólo


hay conocimiento empírico y por tanto probable. No hay conexión necesaria, sino
contingente. La costumbre nos enseña que a unas causas seguirán unos efectos,
pero es perfectamente pensable que pueda suceder algo distinto.
adquiere movimiento. Si él hubiera tenido el suficiente número de
casos de este tipo, cuando él hubiera visto a una bola moviéndose
hacia otra , él podría haber concluido sin duda que la segunda
adquiriría movimiento. Su entendimiento se anticiparía a su
visión, y formaría una conclusión adecuada a su experiencia
pasada.5

( 13) De esto se sigue, entonces, que todos los razonamientos


relativos a causa y efecto, se fundan en la experiencia, y que todos
los razonamientos que parten de la experiencia están
fundados en la suposición de que el curso de la naturaleza
seguirá siendo uniformemente el mismo. Concluimos que
causas similares en circunstancias similares siempre producirán
efectos similares. Puede ser adecuado ahora considerar qué es lo
que nos determina a formar una conclusión de tales consecuencias
infinitas.

( 14) Es evidente que Adán con toda su ciencia nunca podría ser
capaz de demostrar que el curso de la naturaleza debe ser
uniformemente el mismo, y que el futuro debe estar conformado con
respecto al pasado.6 Lo que es posible nunca puede demostrarse que
es falso; y es posible que el curso de la naturaleza pueda cambiar,
puesto que podemos concebir un cambio de este tipo.

Más aún, iré más lejos, y afirmaré que él ( Adán) tampoco podría
probar por medio de argumentos probables que el futuro
debe ser conforme al pasado. Todos los argumentos probables
están construidos sobre la suposición de que hay conformidad entre
el futuro y el pasado, y por lo tanto nunca la pueden probar. Esta
conformidad es una cuestión de hecho, y si esto debe ser probado, no
admitirá ninguna prueba excepto la que provenga de la experiencia.
Pero nuestra experiencia pasada no puede ser prueba de nada futuro,
sino bajo la suposición de que hay semejanza entre ellos. Este es por
tanto un punto que no puede admitir prueba de ningún tipo, y que
damos por hecho ( take for granted) sin ninguna prueba.

( 15) Estamos determinados sólo por la costumbre a suponer que el


futuro es conforme al pasado. Cuando veo una bola de billar
moviéndose hacia otra, mi mente es inmediatamente empujada por el
hábito hacia el efecto usual, y anticipa mi visión al concebir a la

5 Como el perro de Pavlov. Anticipa que le van a alimentar al oír la campana y


empieza a salivar.

6 Evidentemente no se puede demostrar porque es un REQUISITO necesario para


que podamos producir conocimiento y demostraciones.
segunda bola en movimiento. No hay nada en los objetos,
considerados abstractamente, e independientes de la experiencia,
que me lleve a formar una conclusión de cualquier tipo: e incluso
después de haber tenido experiencia de muchos efectos repetidos de
este tipo, no hay ningún argumento que me lleve a suponer que el
efecto será conforme la experiencia pasada. Las fuerzas, por medio
de las que operan los cuerpos, nos son totalmente desconocidas.7
Percibimos sólo sus cualidades sensibles; ¿ y qué razón tenemos para
pensar que las mismas fuerzas estarán siempre conectadas con las
mismas cualidades sensibles?

No es, por tanto, la razón la guía de la


( 16)
vida, sino la costumbre. Es ésta solamente la que lleva a
la mente a suponer , en todos los casos, que el futuro es conforme al
pasado. Por fácil que parezca este paso , la razón nunca habría
podido darlo ni en toda la eternidad,

( 17) Este es un curioso descubrimiento, pero nos conduce a otros


que son aún más curiosos. Cuando veo una bola de billar moviéndose
hacia otra, mi mente es inmediatamente llevada por el hábito hacia
los efectos usuales, y se anticipa a mi visión al concebir la segunda
bola en movimiento. ¿ Pero es esto todo? ¿ No hago nada excepto
concebir el movimiento de la segunda bola? Seguramente no.
También CREO que se moverá. ¿ Qué es entonces la
creencia? ¿ Y en qué se diferencia de la simple concepción de
cualquier cosa? Aquí hay una nueva cuestión aún no pensada por los
filósofos.

( 18) Cuando una demostración me convence de cualquier


proposición , no sólo me hace concebir esa proposición, sino que
también me hace SENTIR ( sensible)8 que es imposible concebir lo
contrario. Lo que es demostrativamente falso implica contradicción; y
lo que implica contradicción no puede ser concebido. Pero al
considerar una cuestión de hecho, sin embargo la prueba más fuerte
debe provenir de la experiencia. Puedo concebir siempre lo
contrario, aunque no siempre pueda creerlo. La creencia, por
7 Energía, masa, fuerza, son conceptos que nosotros ponemos para explicar esto.
Pero no son propiedades de las cosas, sino herramientas que usamos para explicar
los fenómenos.

8 Sensible significa sensato en inglés actual. Su raíz indica que afirmamos algo que
creemos cierto, viene de sens, sentir. También puede indicar sensible como aquello
que viene de los sentidos, como percibir. Aparece traducido por “hace ver” o
“sensibiliza a”.
lo tanto, diferencia entre la concepción a que asentimos y la
concepción a que no asentimos.

(19) Para dar cuenta de esto hay sólo dos hipótesis. Se dice que la
creencia conecta alguna idea nueva a aquellas que podemos concebir
sin darles nuestro asentimiento. Pero esta hipótesis es falsa. En
primer lugar, ninguna idea de este tipo puede ser producida. Cuando
concebimos simplemente un objeto, lo concebimos en su totalidad. Lo
concebimos como si pudiera existir, aunque no creamos en su
existencia. Podemos dibujar un objeto entero en nuestra imaginación
aún cuando no creamos en su existencia. Nuestra creencia en él no
descubre nuevas cualidades. Podemos ponerlo, de algún modo, ante
nuestros ojos , en cualquier circunstancia de tiempo y lugar. Este es
el verdadero objeto tal y como podría existir; y cuando creemos en
él, no podemos hacer nada más.

(20) En segundo lugar , la mente tiene la facultad de conectar todas


las ideas juntas, lo que no supone una contradicción; y por tanto si la
creencia fuera alguna idea, que añadiríamos a la simple concepción,
el hombre tendría el poder, al añadir esta idea a aquello, de creer
cualquier cosa que pudiera concebir.

( 21) Puesto que, por lo tanto, la creencia implica una concepción, y


además hay algo más; y teniendo en cuenta que ( la creencia) no
añade una nueva idea a la concepción; de esto se sigue que hay un
diferente MODO ( o manera) de concebir un objeto; algo que es
distinto del sentimiento y que no depende de nuestra
voluntad , como dependen todas nuestras ideas. Mi mente
discurre por el hábito desde el objeto visible de una bola moviéndose
hacia otra, hasta el efecto habitual de movimiento de la otra bola. No
sólo concibe el movimiento, sino que SIENTE algo diferente en la
concepción de esto de un mero ensueño de la imaginación.9 La
presencia de este objeto visible, y la conjunción constante de este
particular efecto, hacen que esta idea sea diferente para el
sentimiento de aquellas ideas vagas que llegan a la mente sin
ninguna introducción. Esta conclusión parece un poco sorprendente;
pero llegamos a ella por medio de una cadena de proposiciones que
no admite ninguna duda.

Para ayudar a la memoria del lector lo


resumiré brevemente. Ninguna cuestión de hecho puede
9 Contra el escepticismo y frente al argumento del sueño de Descartes ( aunque
Descartes critica esto también).
ser probada excepto a partir de su causa o de su efecto. No se puede
conocer la causa de algo excepto por medio de la experiencia. No
podemos dar razones para extender al futuro nuestras experiencias
en el pasado; pero estamos totalmente determinados por la
costumbre, cuando concebimos un efecto seguido de su causa
habitual. Pero también creemos que se sigue un efecto, del mismo
modo que lo concebimos. Esta creencia no conecta ninguna idea
nueva a la concepción. Sólo cambia el MODO de concebirla,
imponiendo una diferencia al sentimiento. Por lo tanto la creencia
en todas las cuestiones de hecho surge sólo a partir de la
costumbre, y es una idea concebida de un MODO peculiar.

(22) Nuestro autor procede a explicar el modo o sentimiento, el cuál


diferencia la creencia de las concepciones vagas. Parece darse cuenta
de que es imposible describir por medio de palabras este sentimiento,
del cual cada uno debe ser consciente en su propio corazón. 10
Él lo denomina a veces una concepción más fuerte, a veces
más vívida, más vivaz, más firme o más intensa. Y de hecho,
cualquiera que sea el nombre que le pongamos a ese sentimiento,
que constituye la creencia, nuestro autor piensa que es evidente que
tiene un efecto más fuerte en la mente que la ficción o la mera
concepción. Esto está probado por su influencia en las pasiones y en
la imaginación; que son sólo movidas por la verdad o por lo que es
tomado como tal.11 La poesía, con todo su arte, nunca puede causar
una pasión como la vida real. Falla en la concepción original de sus
objetos, que nunca se sienten del mismo modo que todos aquellos
que dirigen nuestra creencia y opinión.

( 23) Nuestro autor, presumiendo que ha sido suficientemente


probado que las ideas a las que nosotros asentimos son diferentes de
los sentimientos de las otras ideas, y que este sentimiento es más
firme y vivaz que nuestra concepción común, se esfuerza a
continuación en explicar la causa de este sentimiento vivaz por medio
de una analogía con otros actos de la mente. Su razonamiento resulta
curioso; pero difícilmente podría resultar inteligible, sin una larga
digresión, que excedería los límites que me he prescrito a mí mismo.

(24)

10 Cada persona o individuo es el privilegiado receptor del conocimiento particular


y también de las sensaciones y sentimientos que acompañan su vivencia.

11 La razón es “esclava de las pasiones” según Hume. Es necesario el impulso de


las pasiones para que se produzcan efectos, acciones, decisiones... la razón por sí
misma no puede llevar a cabo esto.
Similarmente, he omitido muchos argumentos , los cuales he aducido
para probar que la creencia consiste meramente en un peculiar
sentimiento. Mencionaré sólo uno; nuestra experiencia pasada no
siempre es uniforme. Unas veces un efecto se sigue de una causa,
otras veces de otra; En cuyo caso creemos siempre que existirá
aquello que es lo más común. Veo una bola de billar moviéndose
hacia otra. No puedo distinguir si se mueve sobre su eje, o fue
golpeada hasta pasar deslizándose sobre la mesa. En el primer caso ,
sé que no se parará después del golpe. En el segundo caso puede que
se pare. El primero es más común, y por lo tanto me dispongo a
contar con ese efecto. Pero también puedo concebir el otro efecto , y
concebirlo como posible, y conectarlo con la causa. Si no hubiera
diferencia en el sentimiento de una concepción o de otra, no habría
diferencia entre ellas.

(25)

En la totalidad de este razonamiento nos hemos confinado a la


relación de causa y efecto, tal y como se descubre en los
movimientos y operaciones de la materia. Pero el mismo
razonamiento se puede extender a las operaciones de la mente. Si
consideramos la influencia de la voluntad en el movimiento de
nuestro cuerpo, o en el gobierno de nuestro pensamiento, puede
afirmarse con seguridad que nunca podríamos predecir el efecto,
meramente a partir de la consideración de la causa, sin experiencia. E
incluso después de haber experimentado los efectos, es sólo la
costumbre, no la razón, la que determina el patrón de nuestros
futuros juicios. Cuando la causa se presenta, la mente , desde el
hábito, inmediatamente pasa a la concepción y la creencia del usual
efecto. Esta creencia es algo diferente de la concepción. No hace , sin
embargo, conectar una idea diferente a esto. Sólo hace que sea
sentida de modo diferente , más fuerte y más vívida.

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