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Poesa Visual
de Francis Snchez
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De cmo y por qu
convienen las cicatrices
Por: Rafael Almanza
LA POESA VISUAL CONTEMPORNEA, quiero decir
la que arranca con Mallarm, fue desde l
mismo una consecuencia de la necesidad de
libertad. Esa necesidad estall con la Revolucin Francesa y triunf, en la poesa, con
el movimiento romntico: pero es al final de
esta etapa cuando el poema se vuelve verdaderamente libre, no con el verso librrimo
de Whitman, que an tributaba a la tradicin, sino con el golpe de dados con el que
Mallarm abra la expresin potica a tres
dimensiones inimaginables hasta entonces:
la visualidad como sentido, la ruptura del
orden del discurso, y la semantizacin de los
sintagmas en s mismos, fuera de ese orden.
Pero parece que la libertad es difcil, porque
muy pocos poetas siguieron de inmediato
esa pauta genial, Apollinaire entre ellos. Hay
que esperar a las dcadas centrales del siglo
XX para que entonces ocurra la explosin de
la poesa concreta en Brasil, Francia, Alemania, Estados Unidos. La poesa se extiende a
la variedad de lo visual, a lo puramente sonoro, a las tres dimensiones del objeto o del
holograma, haciendo uso de una libertad
que est en el centro mismo de su estatus,
de su naturaleza como una de las manifestaciones supremas del espritu. Esa misma
pasin de libertad se revela en el hecho de
que la mayora de estas audacias tienen una
vocacin de comunicacin pblica, una intencin de acercarse a la gente en la calle,
en la valla, en la pantalla, en el performance, en el evento poltico mismo, como si la
poesa debiera convertirse en la consigna del
espritu que combate y destruye las consignas de la mala poltica y de la basura mercantil. La libertad bajo palabra se atrevi a
la palabra en completa libertad, incluso en
don Octavio, incluso ms all de su condicin sgnica. Tal vez sea este el mayor triunfo de las posibilidades de la poesa en siglos,
y estamos apenas entrando en esta poca.