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La Sala de lo Constitucional”
Nota Introductoria:
El presente trabajo2 surge de la reflexión del autor a lo largo de los últimos años en torno al
incremento de la esfera resolutiva del Tribunal Constitucional en Costa Rica (Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia) y su papel de órgano de poder que
sustancia, conduce, reconduce, interpreta, ordena hacer o no hacer, define políticas públicas
y palia los conflictos generados en la sociedad y en las Instituciones (Arias: sf, 1).
En este momento para unos el Judicial es vértice, pilar de la democracia, órgano neutro y
arbitro que, por intermedio de los amparos, los conflictos de competencia, las acciones de
inconstitucionalidad y las consultas legislativas, adquiere capacidades centrales en la toma
de decisión en medio de:
b) Desgaste del Poder Legislativo por inoperancia, falta de respuesta normativa oportuna,
disputas innecesarias de pequeña escala, descrédito de los partidos, reglas de organización
interna acordadas para un modelo de bipartidismo plural que no calza con la actual
composición de embrionario congreso pluripartidista y, por supuesto, pérdida de imagen y
credibilidad de los políticos, por ende, de los diputados, que abraza a la Institución como
órgano colegiado. (Arias: sf, 1).
Hoy en día se reconoce por unos y se critica por otros que el Poder Judicial está
cumpliendo un papel fundamental en el diseño, intermediación y orientación de políticas
públicas. A falta de resolución y responsabilidad de cumplimiento de las atribuciones de la
Administración (Poder Ejecutivo y Gobiernos Locales), de la Asamblea Legislativa y del
Tribunal Supremo de Elecciones; la judicatura inició un cambio sustantivo en sus roles –
judicialización de la política-, de manera que, es un elemento susceptible de ser objeto de
estudio de la Ciencia Política. Los Votos de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de
Justicia y demás Salas de Casación; así como de Tribunales administrativos y laborales
están cargados de puntos de vista discursivo-ideológicos y por ende generan reacciones a
favor o en contra de grupos de interés y de presión y del ciudadano común. El sistema
judicial y las consecuencias que de él se derivan, pueden estar trastocando el sistema
político y la asignación de las acciones y las políticas (Arias: sf, 2).”
Bajo la óptica de la Ciencia Política hay Interés y polémica para emprender el estudio de un
nuevo actor en el espacio democrático, fenómeno impensable en Costa Rica hasta antes de
la década de los años noventa, actor que está presente en los principales cambios, statu quo
y retrocesos de esta democracia centroamericana (Arias: sf,2).
Aún cuando el concepto “Ciencia Política” siempre sea controvertido, hay líneas generales
que aproximan su enfoque, como el estudio del poder, las estructuras, incluidos los
elementos constitutivos e institucionales, los procesos tanto en contexto como en actores y
la política como resultado3. En atención a este planteo, es posible determinar que los jueces
y el órgano que representan está en cada uno de esos niveles. Los casos sub judice obligan
al órgano judicial a conocer la materialidad, la historia, observar la necesidad de la
convivencia social, intimar el conflicto, buscar la solución confrontando la pretensión con
lo que el magistrado cree es acorde con el marco conceptual supremo (Arias: sf, 2).
La reforma colocó al nuevo órgano por encima y como árbitro de los conflictos de
competencia entre los poderes del Estado, incluido el Tribunal Supremo de Elecciones
(TSE) y demás entidades u órganos creados por ley, cuestión que no es extraña para ese
tipo de Tribunales si hacemos revista al Derecho Comparado, de ahí el enconado debate
sobre su papel (Arias: sf, 3).
La fuerza normativa con que fue creado el Tribunal Constitucional le dotó, paralelamente,
de fuerza política intrínseca, al apropiarse de roles de control o fiscalización institucional;
en palabras de SAGÜÉS6 en una suerte de antídoto o garantía que prepara el propio
sistema constitucional para conservar su salud jurídico-política como impulso de la
actividad de los órganos y poderes del Estado, papel positivo de medidas y
pronunciamientos que vinculan directamente al aparato o engranaje administrativo,
acotamos, bajo algunos vértices, por ejemplo:
El poder que emanó por carta de origen, o bien, que se ha atribuido sobre la marcha el
órgano judicial, tiene múltiples contornos, es evidente que en él se depositó autoridad con
el objeto de superar antinomias interviniendo con sus “sentencias” todos los campos que la
causa patrocine ubicados en cualquier sector político de la administración. Nace con poder
de esencialidad y sobre la base de precedentes agrega atributos, cualidades de especificidad,
mismos que brotan de la interpretación constitucional (creación de la razón de sus
miembros) extendiendo su frontera con nuevas ecuaciones de realidad, descubriendo y
articulando orillas, algunas con una cierta relatividad y especulación de impronta y prueba,
que van galvanizando su ejercicio (Arias: sf, 4).
En otras palabras, aún cuando exista en un Estado Democrático autoridades con toda
legitimidad, consecuencia del ejercicio de procedimientos que desencadenan el derecho al
sufragio activo y pasivo; en el Estado de Democracia Constitucional, la esencia
democrática se supedita a las decisiones del Tribunal Constitucional órgano que da vida a la
democracia por vía de interpretar los preceptos de la Carta Fundamental, en una especie de
construcción de teoría política y constitucional reedificada, a partir de 1991 con los
primeros “votos”. Obviamente, se trata de contribuciones democráticas, en adhesión a una
visión de práctica política centenaria en la que se ha desenvuelto la vida institucional de
nuestro país. La Sala ha ido corporizando lo que ha considerado los mejores ideales de
democracia en cuyo caso se ha convertido en centro de toda acción política significativa.
Así lo manifestó en el Voto No. 980-91:
“...el régimen costarricense se fundamenta en el sistema del Estado de Derecho y en los
principios que lo informan de democracia representativa, participativa y pluralista, así
como en la concepción occidental y cristiana de la atribución de la dignidad, libertad y, en
consecuencia, derechos fundamentales a todo ser humano por su sola condición de tal. (En
sentido similar: 3062-96, 2253-96 y 1267-96). (Arias: sf, 4).
En la interpretación está en juego la suerte del proyecto político que prefija la Carta
Fundamental para un país, para una sociedad dada. Ese marco es un límite inquebrantable
frente al cual colisionan los proyectos políticos de los partidos y de los grupos de interés y
de presión (Arias: sf, 6).
Ciertamente, cuando se gobierna se vela por los grandes intereses nacionales proyectando y
solucionando los asuntos. Lo interesante es anotar que la función de gobierno, lo que se
solía llamar “visión de Estado” hoy se sostiene y deriva directamente de la ejecución de la
Constitución (Arias: sf, 6).
Ahora, eso no quiere decir que el Ejecutivo y el Legislativo en uso de sus capacidades
esenciales intransferibles no ejerciten lo propio en materia de actos de Gobierno Sin
embargo, hasta en esos casos se ve revisada la decisión, sólo observar los Votos relativos a
las Comisiones Especiales de Investigación13que restringieron su capacidad de control
político ó, recientemente, en política exterior, materia típica de un acto de gobierno del
Poder Ejecutivo, la Sala está participando y pronto verterá opinión, nos referimos a la
decisión del señor Presidente de la República y su Ministro de Exteriores de incluir al país
en una lista de aliados en el ataque de los Estados Unidos de América y sus socios contra
Irak.14 En este caso no solo estaba de por medio la política exterior sino aspectos ligados a
la concepción de neutralidad y civilismo contrario a ejércitos y guerra que ha adoptado
nuestro país desde hace varias décadas. Este es un fiel reflejo de que la integración de
normas constitucionales siempre va a afectar cualquier decisión de Estado o de Gobierno a
cargo del Poder Ejecutivo, por ende, del gobernante de turno. Claro, un viraje o un desliz en
una errónea interpretación puede trastocar un sector del sistema político como ocurrió con
la aplicación del Convenio 102 de la OIT, homologando el concepto “residencia” al de
pertenencia a un régimen de pensión, en este caso de educadores.15 (Arias:sf 7).
Esto quiere decir que la posición de último contralor del poder es un estadio que se mueve
en áreas poco seguras, casi siempre bajo agitadas perturbaciones por los intereses en juego,
de suyo, subyacen fines políticos, en ocasiones como última ratio que puede seguir
modelos económicos y sociales, según sea que s.e enfatice un Estado Liberal de Derecho o
un Estado Social y Democrático de Derecho17 (Arias: sf, 7).
En este punto es pertinente citar a SAGÜÉS cuando señala que “La interpretación
funcional de la Constitución es y debe ser “política”, primero en el sentido de “política
arquitectónica”, al definir y redefinir a la Constitución-instrumento de gobierno, al
efectivizarla, al graduar y delimitar las competencias del Estado y armonizarlas con las de
los particulares (jurisdicción constitucional “de libertad”), y además, al tener el juez
constitucional que dirimir los conflictos entre los poderes del Estado (jurisdicción
constitucional “orgánica”). (Arias: sf,7). 18
El “shock” que se da en ese momento en Costa Rica con la Sala Constitucional de la Corte
Suprema, como garante del equilibrio y la estabilización de la Democracia es una corriente
que no es franquicia de nuestro medio, otros Estados viven esta misma lógica: el llamado
Gobierno de los Jueces19 y la reivindicación de la participación ciudadana son dos objetos
a examinar detenidamente en los últimos tiempos. (Arias: sf, 7).
Aún cuando los mismos políticos y, por supuesto, los ciudadanos utilicen la jurisdicción
constitucional para resolver disputas individuales y colectivas, en otro extremo, hay cierta
adversidad para el empleo alternativo de ese tipo de salida. La judicialización de la política
está cerrando deliberaciones y ciclos políticos, lamentablemente bajo el alero de una
sentencia sin recurso ulterior, salvo autorreflexión del mismo órgano por giro de sus
antecedentes jurisprudenciales. Así, una discusión en el sector salud como la citada
“fertilización in vitro” o la “inseminación artificial” quedó sellada en nuestro medio, tema
de agrias disputas por estar vinculado a posiciones morales o deontológicas de sentido
humano lejanas a un parámetro constitucional, mismo que no existía en 1949 cuando se
promulgó la Carta Magna que rige a la Nación. (Arias: sf, 8).
A nuestro juicio el modelo que se perfila, o plan básico de Gobierno del Tribunal
constitucional va en cuatro sentidos rectores:
a. Consolidación de la propiedad privada, las libertades públicas y los derechos
fundamentales inherentes a todo ser humano (derechos naturales).
b. Carácter prestacional, si se quiere social, en los sectores trabajo, salud, ambiente y
educación. Ha emitido votos en favor de los más débiles y ha evitado diferencias y
desigualdades sociales.
c. Lucha contra el abuso del poder y de autoridad, árbitro finalista de los principales
contratos del Estado y medio para imponer obligaciones a los sujetos privados y a los
funcionarios públicos.
d. Intermediario de las principales decisiones ejecutivas y legislativas, en uso de facultades
que en ocasiones sobredimensiona el Judicial. (Arias: sf, 8).
SOLIS20 establece que las sentencias de la Sala propician consenso inicial y acuerdos
fundamentales que a lo dicho por FERNÁNDEZ SEGADO se reactualizan
permanentemente:
Sería interesante hurgar un poco más acerca de la crítica recibida por las últimas
administraciones sobre la deficiente puesta en marcha de los compromisos de gobierno y el
programa ofrecido en campaña. Este es un planteamiento que requiere una investigación
mayor, solamente lanzar la idea que hay limitación al libre ejercicio de la voluntad de un
grupo humano –partidario- para romper el esquema preestablecido, mismo que está
prediseñado y que tiene como fuente primaria la Constitución y la interpretación que de los
distintos contenidos que de ella se haya hecho. (Arias: sf, 9).
La doctrina reconoce que los contenidos constitucionales tienen una significación más
política que jurídica21 Así pues, cuando un gobierno pretende socavar la seguridad social,
encuentra que hay un sinnúmero de sentencias que protegen el acceso universal a la salud
pública y su sostenimiento, resumidamente acepta que la seguridad social tiene tres
particularidades: a) sistema de contribución forzosa tripartita del Estado, los patronos y los
trabajadores, b) se le concede en forma exclusiva a la Caja de Seguro Social la
administración y gobierno de los seguros sociales; c) los fondos, los inmuebles y las
reservas de los seguros sociales no pueden ser transferidos ni empleados en finalidades
distintas a su cometido.22 Igual sucede sobre la declaración de la Sala sobre la obligación
del Estado en la protección de la belleza natural y el medio ambiente por ser de evidente
interés particular y social.23 (Arias: sf,9).
- el realismo jurídico (C. Comte) que afirma que el derecho es derecho judicial y la función
de la jurisprudencia en todas las sociedades es colocar, tanto como sea posible, a las más
audaces de sus innovaciones, así no se obstaculiza la adaptación social de las viejas
fórmulas a las necesidades presentes de la evolución social;
Hay una feroz transitividad del ejercicio del poder hacia una esfera que en ocasiones ejerce
discrecionalidad, misma que surge de la interpretación. Esas concesiones o supremacías,
muchas veces irrevocables están moldeando un contrato social en este país de depósito
decisional no en el pueblo a través de un referendo o plebiscito, no en los miembros
pasajeros de turno del Ejecutivo o Legislativo o el drama operativo de éstos, sino en un
elenco de jueces de carrera que duran en sus cargos en promedio doce o dieciséis años,
órgano concentrado y colegiado, relativamente pequeño con decisiones expeditas y eficaces
según la exigencia de lo planteado y los actores que se imbrican a su derredor. (Arias: sf,
11).
Además de fiero defensor de los derechos individuales y las conquistas sociales por
imperativo del capítulo correspondiente a las Garantías Sociales en la Constitución de la
República; en determinado momento, como especulación, el órgano jurisdiccional, por
división de votos, podría abrir su exégesis forzando sus interpretaciones, y asintiendo la
apertura de mercados en sectores históricamente de reserva constitucional, avalando la libre
concurrencia y aceptando las privatizaciones dirigidas a desmontar un tipo de Estado
creado y surgido a la luz de la Constituyente de 1949, todo ello por falta de acuerdo de
quienes son los encargados de ejercer la voluntad general (legislativo). No obstante,
cuidado con voluntad general que se gesta artificialmente, la aparente, que no es
precisamente la genuina, sino la exteriorizada por los medios de comunicación,
intermediarios interesados del ciudadano, ni tampoco de una corriente de pensamiento, un
grupo social, un grupo empresarial o un partido político en particular que, igualmente, son
intermediarios (Arias:sf,11).
La presión social y de grupos que se ejerce en el sistema político, se canaliza como factor
co-determinante29 y con mucha tensión hacia los profesionales de la justicia, en buena
medida hacia los miembros de la Sala Constitucional, quienes en aras de no perder su poder
de influencia, tienen filtros de admisibilidad que, a nuestro juicio, debe ajustar el órgano
judicial con una metodología transparente y rigurosa (Arias: sf, 11).
CARRETERO SÁNCHEZ30, entre otros factores, reconoce elementos presionantes
internos y algunos correlativos externos, veamos:
Internos:
- La interpretación del caso analógico
- La metodología de los resultados: la eficacia del Sistema
Externos:
- La actuación de grupos de interés ante el caso presente y su repercusión informativa
- La opinión y propuesta de las organizaciones políticas sobre las soluciones
- El establecimiento de unas verdades ideológicas mínimas de las que se debe partir en la
interpretación de normas
- La consecuencia de la generalización masificada de un caso jurídico por una decisión
judicial
- La utilización ideológica de los instrumentos jurídicos
- Consideración de la ideología política de la mayoría parlamentaria o del Gobierno de
turno
- La falacia ideológica de la independencia cuando la sentencia en un sentido o en otro, ya
está predeterminada ideológicamente (Arias: sf, 12).
Incorpora en su agenda los problemas que devienen de un “caso”, igual como sucede con la
política como resultado, selecciona y formula las alternativas aplicables. A simple vista es
un proceso de racionalidad al que se le añade compromiso, la composición de ese
compromiso, a nuestro juicio, viene precedida de una ubicación ideológica no abstracta,
según sea una política regulativa, distributiva, redistributiva o institucional. El juez
categoriza y adopta posición. Su discurso ideológico lo plasma según la corriente de
pensamiento en la que se sienta cómodo, misma que ha surgido de su vivencia personal o
bien por compartir el ideario de las fuerzas que lo impulsaron y lo llevaron a ese alto
reducto (Arias: sf, 12).
Perfectamente el juez se puede identificar con una determinada clase social, puede ser
defensor de las clases económicamente fuertes, de la clase trabajadora o de los estratos
medios. Así se puede alejar o acercar a convenciones colectivas, abrazar la libre
contratación, restituir derechos adquiridos por pensiones o salarios, obligar la
indemnización inmediata por expropiación de inmuebles, sobrevalorar la libertad de
empresa y subir o bajar el tono del interés público colectivo o común (Arias:sf,12).
Incluso puede ser proclive al Estado como productor de Servicios o enfatizar el mercado y
el libre intercambio como fórmula o modelo a seguir. Puede ser conservador o progresista,
aquí entra el elemento de conciencia social de los jueces. (Arias: sf, 13).
Cuando hay problemas estrictamente políticos trasladados a la esfera judicial, como aquel
de transferencia de competencias de Gobierno Central a los Ayuntamientos, hay aspectos
personales de la justicia, elementos subjetivos del sistema (jueces), que abrazan o no un
esquema o tendencia de descentralización de los servicios públicos. En la decisión, además
de lo racional-axiológico contribuye la parte de formación personal, de suyo, las
resoluciones contribuyen a la validación del sistema “sentencia social.” (Arias: sf, 13). 33
Cuando el juez se identifica con una causa, como la sensibilización de género, adopta una
concepción, en este caso, elaboró amplios alcances interpretativos sobre las cuotas de
participación política de la mujer, más allá de la realidad participativa –su número- y los
resultados reales. El último Voto34 en esta materia, obliga al Presidente de la Asamblea
Legislativa a reflejar proporcionalidad de hombres y mujeres en la integración de las
Comisiones Permanentes, exigiendo que distribuya a las féminas en los distintos paneles de
formación de la ley. La sentencia que se comparte por el fondo creó tácitamente, sin
reforma reglamentaria un inciso nuevo en el artículo 27 del Reglamento Legislativo como
deber del Presidente, ya no como atribución (Arias: sf, 13).
ciertos papeles (roles) sociales mediante los cuales se presentan como imbuidos de una
capacidad para comandar o delinear el comportamiento social de los ciudadanos”.31
Cuando hay una posición ideológica compartida se da una suerte de encorsetamiento de los
razonamientos, en un modelo repetitivo de obtención equivalente de conclusiones. Esa
coherencia de valores vinculados y creados por el juez se concibe como “armonía
ideológica”, la que, en síntesis es relativa. Así como hay discusiones sobre el valor de un
poema, la honradez de una conducta, el valor de un bien y la discrepancia sobre elegancia,
belleza o justicia; el subjetivismo ideológico de valor interpretativo entraña el mismo
ejercicio (Arias: sf,13).
Los tribunales norteamericanos primero, y luego por apropiación, nuestro Poder Judicial
adoptaron la regla de razonabilidad y proporcionalidad como límite al ejercicio del poder
arbitrario, proporción entre el medio empleado y el fin perseguido. Ambos principios, de
discrecionalidad absoluta, según el caso concreto, han sido utilizados en docenas de
expedientes, facilitando las salidas jurisdiccionales y políticas como remedios menos
gravosos, restringiendo poder a las oficinas administrativas y obligando cambiar procesos a
lo interno. Sobre el principio de razonabilidad DROMI refiriéndose al caso argentino ha
dicho que “En esta política judicial, y fundamentalmente en los criterios de razonabilidad,
encontramos la brújula de la Corte sobre la reducción y la ampliación de sus
competencias por razón de las materias que debe entender. La razonabilidad, como
formulación lógica de su propia política, le ha permitido controlar la oportunidad y
conveniencia de leyes o actos estatales (Arias: sf, 14). 36
La justicia al servicio ciudadano se ha visto fortalecida por un lado; empero, por otro, el
poder sobre la administración es tal que es difícil definir con precisión hasta donde llega,
motivo de una exhaustiva investigación (Arias: sf, 14).
Tal y como se planteó en la sección I de este trabajo, es claro que en nuestro sistema formal
de pesos y contrapesos, el poder judicial está desempeñando funciones políticas esenciales,
como poder autónomo capaz de sujetar a los otros poderes bajo el imperio de la
Constitución y la ley, a diferencia de otros países (Vg. México) donde implícita o
explícitamente es subordinado del Poder Ejecutivo (Arias: sf, 15).
La existencia efectiva de un gobierno de la Constitución y las leyes, pero sobre todo, de las
interpretaciones, asegura un ejercicio del poder. Erradica antinomias y modifica la realidad
política, como sucedió con el voto reciente sobre la anulación de la Reforma Constitucional
de 1969 que prohibió la reelección presidencial (Arias: sf, 15). 37
El caso de la discusión acaecida el año anterior y este año sobre si eran 174 o 200 días
lectivos es una clara razón para informar que el tema pudo quedar salvado en sede
ministerial sin necesidad de un espacio judicial. Empero como todos los asuntos de
conflicto político se dirimió nuevamente en sede judicial. En este caso la Sala finalmente
ratificó el Convenio Centroamericano sobre Unificación Básica de la Educación de 1962,
ratificado mediante Ley No. 3726 del 16 de agosto de 1966 indicándole a la señora
Ministra:
37 Hasta la fecha tenemos únicamente el “por tanto” del Voto No. 4320-03, que declaró
con lugar la acción que declaró inconstitucional la reforma al artículo 132.1 de la
Constitución Política. Se está a la espera de la redacción del cuerpo de la sentencia. (Arias:
sf, 15).
Sobre el tema de la obligación de una política pública desacertada en sanidad, que mereció
aclaración, fue la del uso del “latex”39 en los centros hospitalarios del país, cuyo
fundamento no fue propio de una análisis mesurado con audiencia oral, sino, se desprende
del Voto, de una búsqueda en Internet de artículos relacionados con alergias por polvo de
látex. Indudablemente a falta de mayor peritaje y personal idóneo en cuestiones médico-
quirúrgicas, la resolución resultó deficiente, por considerarse ese material importante en un
sinnúmero de trabajos. Obviamente, en pacientes de espina bífida y personal sujeto a
alergias crónicas el tema tiene dimensiones restringidas. Una prohibición insuficientemente
meditada pudo afectar la atención y el desenvolvimiento organizacional de un ente estatal.
Las políticas públicas comprenden diferentes niveles escalonados de intervención que van
desde lo más genérico que afecte al común, hasta lo más específico que afecte un ciudadano
en particular. Para tener claro el esquema se propone:
Decíamos que hay varias escalas, así se habla de política económica en términos amplios;
no obstante, al bajarse de nivel, se puede hablar de política monetaria, fiscal, de empleo,
industrial, de producción, etc. Si a la vez tomamos una categoría de las mencionadas, por
ejemplo, empleo, se razona sobre políticas de empleo juvenil, política de contratación
laboral, política de riesgos de trabajo, entre otros. Es natural que en el proceso político
administrativo se sucedan y entrecrucen una multitud de intervenciones (actos políticos y
administrativos) que derivan en una decisión. Gráficamente lo podemos observar así:
INICIACIÓN
Conflictos y
Demandas Ciudadanas y tensión social
Construcción del problema e incorporación en la agenda
Una “issue” insatisfecha (Arias: sf, 17).
ELABORACION
Formulación de alternativas y selección de respuestas
Gobierno Negocia y procesa.
Otorga atención rutinaria o política
modifica, define
Participación de un actor o pluralidad de ellos (Arias: sf, 17).
IMPLANTACIÓN U OMISIÓN
Implica actuación, decisión e intervención o bien desatención
Combinación de decisiones: Por discrecionalidad político-administrativa, por potestad de
imperio, por coerción, por exigencia de la ley
(No son transacciones o acuerdos voluntarios) (Arias: sf, 17).
RESULTADO
¿En cual ventana del proceso típicamente administrativo de políticas públicas ingresa la
Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia? A nuestro juicio, la Sala IV ingresa a
partir de la segunda ventana, ya que la primera es el resultado del conflicto o demanda
ciudadana, insatisfecha por los órganos político-administrativos. (Arias: sf, 17).
El órgano judicial a manera de “caja negra” procede a procesar las alternativas dependiendo
de la pretensión, selecciona la respuesta en un conjunto de decisiones “considerandos”,
donde está perfectamente implícita o explícita una política pública, la que conlleva en fase
de resultado el acatamiento de reglas por parte de las instituciones. En otras palabras, la
interpretación vaciada en el fallo, puede contener planos políticos, elementos de reglas de
actuación, definición de modelos de hacer las cosas, así como relación con valores. (Arias:
sf, 17).
En atención al cuadro anterior, hay que añadir que se reconocen dos concepciones, la
primera, la de los intereses individuales que son las aspiraciones y demandas de los
individuos de una sociedad dada, son intereses subjetivos protegidos jurídicamente. Sin
embargo, los deseos o intereses individuales pueden estar en conflicto unos de otros, de ahí
la reconciliación y armonía de tales intereses en conflicto a cargo de las instancias político-
administrativas y judiciales. Por otro lado, están los intereses sociales que están latentes en
un contexto y que sirven de límite a las pretensiones individualistas, éstos son intereses
colectivos que pueden ser promovidos o acogidos por la legislación, el gobierno (Poder
Ejecutivo) o bien por el Poder Judicial en sus resoluciones; representan, si no la totalidad,
una extensa gama de valoraciones vigentes que están en conflicto en una sociedad dada.
DAVID siguiendo a POUND40, señala que las demandas individuales, a fines del
juzgamiento de su viabilidad axiológica, deben ser subsumidas en una de las categorías de
intereses sociales. ¿Qué modelo racional de intereses sociales puede resultar factible para
nuestro medio en virtud de las sentencias de la Sala de lo Constitucional? A continuación
tenemos algunos compartimentos que pueden funcionar para tal ejercicio:
Los intereses deben ser inferidos de la situación fáctica, la Constitución y, en general, del
derecho positivo, no solo racionalizados y legitimados por un órgano colegiado de siete
magistrados sino por una gran proporción de los miembros de la sociedad. Implica
entonces, una axiología finalista, teleológica, según sugiere Patterson (Arias: sf, 18). 41
CIUDADANIA
JUEZ
1. Lobby de cara a los tomadores de decisión
2. Campañas de movilización social
3. Formación de alianzas para la promoción de agendas específicas
4. Participación en Comisiones, Consejos, mesas, procesos de concertación, etc.
5. Influencia en candidatos y partidos políticos
6. Provocación del desarrollo de casos judiciales para establecer jurisprudencia en torno a
un tema específico.
7. Desarrollo y difusión de investigaciones en temas sociales.
8. Mostrar el impacto de innovaciones alcanzadas en proyectos de pequeña escala.
9. Influenciar medios y periodistas
1. El juez en democracia antes de tomar decisión “sentencia” pide informes y consulta
expertos.
2. Tiene como referencia la norma suprema que es una Carta Política (Vgr. Art. 73 CCSS ó
art. 45 Propiedad Privada)
3. Controla procesos de otros órganos (Actos de la Administración central y
descentralizada, Asamblea Legislativa)
4. Evalúa beneficios sociales colectivos y derechos subjetivos, así como posibles
afectaciones
Para finalizar, más específicamente ¿Cómo se manifiesta la intervención del juez?
a. Transformando condiciones de vida (Vg. Votos sobre medicamentos, paisaje, medio
ambiente)
b. Respetando el statu quo (Vg. Votos sobre pensiones, derechos adquiridos)
c. Variando las reglas de juego (V.gr. Derecho a la Autodeterminación Informativa)
d. Allanando el camino a temas controversiales (V.gr. el Informe FMI sobre Costa Rica en
poder de BCCR) (Arias: sf, 19).
Conclusión:
1. Conviene enfatizar que en ocasiones hay un falso apoliticismo que siempre se ha
atribuido como característica principal de esa Administración de Justicia. Bajo ese prurito
se han ocultado algunas veces los verdaderos intereses en juego que han influido en las
actitudes de la magistratura, por supuesto, en menor medida en nuestro país que en otras
latitudes. (Arias: sf, 19).
3. Asimismo, nuestro Estado Democrático se ha adjetivado y hoy por hoy Costa Rica tiene
un Estado Constitucional de Derecho que ideológicamente se ha acomodado
mayoritariamente a la tesis del Estado Social y de Derecho ello como consecuencia del
marco de la Carta Fundamental, ésta producto de la Constitución de 1871 revisada en la
Constituyente de 1949. Asamblea que aceptó las garantías sociales de 1946 e impulsó una
nueva fisonomía de Estado, sólido y robusto surgido en buena media por los cambios
propuestos por la Junta Fundadora de la Segunda República y los escasos diputados
socialdemócratas. (Arias: sf, 19).
4. En otro orden, en la Sala ha habido una franca minoría para hacer de este país un Estado
Gendarme Liberal de Derecho, tesis no aceptadas por la mayoría del pueblo, resistencia que
pervive en el ciudadano de la que es respetuosa el órgano constitucional. (Arias: sf, 19).
5. Finalizar este pequeño ensayo de forma optimista, apuntando que es criterio del autor,
que la gran mayoría de votos de incidencia individual y aún aquellos que tuvieron un
impacto extensivo o masivo, han sido, generalmente, acertados salvaguardando el sistema
político y democrático. No obstante, el autocontrol es un referente obligado, cada vez que
se quiera admitir un asunto que arrastra conflicto social (Arias: sf, 19).
Notas
40 POUND, Roscoe: “Contemporary Juristic Theories”, 1940, citado por DAVID, Pedro
R.: “Sociología Jurídica”, Editorial Astrea, Buenos Aires, Argentina, 1980, p.104 ss.
41 PATTERSON, Edwin: “Pund´s Theory of Social Interest”, Nueva York, Macmillan,
1922. 24