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Instinto natural: tocar y gozar

"¿El sentimiento gozoso se encuentra precisamente en la insatisfacción o sea que


nuestra voluntad nunca está satisfecha si no tiene enfrente un adversario y una
resistencia."
F. Nietzsche.

Cuando un hombre y una mujer se "encuentran" por primera vez, puede surgir
entre ellos un magnetismo especial, una química distinta. Nace la atracción
sexual, que va más allá de lo pensado, del condicionamiento social psicológico o
cultural. Un instinto puramente animal y natural.

La pregunta es: ¿Quién no sintió, aunque sea por una vez, una atracción
instintiva?.

Una sensación extraña y difícil de explicar con palabras. Pero luego de esta
experiencia, súbitamente, nace una resistencia mental, que anula ese instinto
incontrolable y sin lógica, que no puede registrar una mente racional.

Pero otra vez emerge ese instinto: ¿quién no percibió que su cuerpo se excitaba,
ante el simple roce de la piel de un desconocido? ¿Has deseado, alguna vez
hacer el amor en un sitio, sin importar lo que ocurre a tu alrededor?

Seguramente estas respuestas son afirmativas, pero los seres humanos gastamos
mucha energía en reprimir, resistir y controlar estos impulsos naturales.

El instinto de atracción sexual es una sensación totalmente normal, a la que no


hay que temer. El conflicto es no poder respetarlo, porque puede conducir a
situaciones dolorosas.

Atracción mental: fascinar y atrapar

Una atracción instintiva hacia otra persona puede bloquear nuestra mente. Pero
también existe otra atracción que no es conocida, y quizás, es más poderosa que
el instinto sexual, la mental.

Muchas veces, un individuo por motivos inconscientes o no, se siente feo


físicamente o piensa que no es atractivo para el otro. Esta persona, entonces,
sustituye esta carencia física y desarrolla en forma inconsciente o no, un poder
mental particular. Acentúa el control de su mente y aprende a realizar una forma
de hipnosis o fascinación atrapando a la persona deseada.

El otro sujeto, sin una razón aparente, comienza a sentir, casi en forma telepática,
una atracción mental hacia ese individuo. Como la serpiente que con su mirada
paraliza a un pájaro para luego devorarlo. Estas personas pueden lograr que el
otro sujeto realice el acto sexual, en forma casi compulsiva.
Esta atracción mental es fatal porque quiebra la voluntad de la persona que ha
sido capturada. Y la persona conquistada no siente resistencia, hasta que logre
romper este especie de hechizo mental. El principio del verdadero placer existe
más allá de lo que se exprese o piense.

Por ello, la teoría del placer o de la atracción instintiva, fue investigada por
filósofos y psicólogos, pero solo se conoce cuando se experimenta en forma
espontánea y con libertad, sin ninguna especulación mental.

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