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Este documento analiza las epifanías de James Joyce, momentos de revelación espiritual que registró en pequeños textos. Explica que surgieron de su teoría estética formulada en su novela inconclusa Stephen el Héroe, donde define las epifanías como capturas de imágenes o momentos delicados. Aunque enigmáticas, las epifanías muestran un encanto poético y una detención que implica elevación estética. Lacan se refiere a ellas como una conjunción de lo simbólico y lo real que genera perple
Descriere originală:
Alicia Calderón de La Barca - Enigma de Las Epifanías
Este documento analiza las epifanías de James Joyce, momentos de revelación espiritual que registró en pequeños textos. Explica que surgieron de su teoría estética formulada en su novela inconclusa Stephen el Héroe, donde define las epifanías como capturas de imágenes o momentos delicados. Aunque enigmáticas, las epifanías muestran un encanto poético y una detención que implica elevación estética. Lacan se refiere a ellas como una conjunción de lo simbólico y lo real que genera perple
Este documento analiza las epifanías de James Joyce, momentos de revelación espiritual que registró en pequeños textos. Explica que surgieron de su teoría estética formulada en su novela inconclusa Stephen el Héroe, donde define las epifanías como capturas de imágenes o momentos delicados. Aunque enigmáticas, las epifanías muestran un encanto poético y una detención que implica elevación estética. Lacan se refiere a ellas como una conjunción de lo simbólico y lo real que genera perple
Lacan se ha referido a Joyce como el hombre del enigma y no slo por sus epifanas; tal vez por eso me interes saber qu dira un escritor sobre el enigma. Encontr el texto de una de las conferencias que dio Borges en la Universidad de Harvard, en el curso 1967/68, y que justamente titul El enigma de la poesai. Comenta Borges que haba cometido un error con el ttulo de su exposicin porque tal vez el pblico podra llegar a entender que haba descubierto el verdadero sentido del enigma. Toda su vida l la haba pasado leyendo, escribiendo o intentndolo, disfrutando con eso y que, embebido en la poesa, haba llegado a una conclusin final: sobre el enigma slo puede ofrecer sus perplejidades. El poeta sabe que un enigma seguir sindolo a pesar de que la interpretacin, suya o de otros, pueda hacer creer que tiene una respuesta; podemos decir incluso que sabe tambin que la poesa es a la vez efecto de sentido y efecto de agujero. Esto sirve tambin de aclaracin con respecto a mi ttulo ya que tampoco las epifanas de Joyce entregarn su sentido ltimo, ni para el psicoanlisis ni para la crtica literaria, incluso a pesar de haber sido objeto, en ambos campos, de trabajos de desciframiento. Cmo surge el estudio de las epifanas? Harry Levin, cuya crtica de Finnegans Wake fue la favorita de Joyce, segn comenta Richard Ellman en su cannica biografa, fue el iniciador de los estudios sobre Joyce; se hizo cargo de parte del material -notas y cuadernos manuscritos- en el mismo ao de su muerte. As encuentra el borrador de una novela biogrfica, Stephen el Hroe, que Joyce nunca termin y en la que haba retomado el tema de un pequeo ensayo Un retrato del artista, que escribi a los 20
aos. Stephen el Hroe (1944)
fue publicada como novela
inconclusa y es all donde habla de las epifanas. Para Jacques
Aubert esta novela forma parte de la serie de textos escritos entre 1
Dublineses y antes del Retrato del artista adolescente que ha
denominado textos de deshechoii, porque algunos no slo no los termin sino que posiblemente no dese o no pudo publicar. En esta novela fragmentaria que Ellman define como el retrato del artista catlico renegado como hroe, el joven Joyce por intermedio de su doble imaginario, Stephen Daedalus, formula su teora esttica. Una teora segn la cual el arte es causa de vida. Como afirma Ellman, haba descubierto a los 21 aos que poda convertirse en artista escribiendo acerca de la creacin artstica, legitimando con su vida un retrato en el que predomina la presuncin.iiiEn los tres retratos lo que aparece es una profunda conviccin en su mrito y la elevacin de la figura del artista. Luego, ya en el definitivo Retrato del artista adolescente, su primera novela publicada, se ver surgir la figura del artista como funcin y la promocin de su nombre mediante su saber-hacer, un verdadero nombre de autor. En diferentes pasajes de Stephen Hroe ir explicando lo que para l son las epifanas; en su primera mencin dice: la captacin de una imagen inmovilizada, es decir epifanizada, que implica algo del orden de una revelacin producida por el mgico sonido de algunas palabras. De su relacin con las palabras nos habla el personaje, Stephen, quien se describe a s mismo caminando por las calles de la ciudad con
sus
ojos
orejas
prontos
para
recibir
impresiones.
Encontraba, dice, palabras para su granero, se las repeta para s
hasta que perdan para l todo significado momentneo y se convertan en vocablos maravillosos. Y contina: poda reconocerse en el artista que se aleccionaba para el silencio. Estando en clase, o en la biblioteca con otros estudiantes, de repente oa un mandato de marcharse, de estar solo, una voz que agitaba el tmpano de su odoobedeca al mandato y erraba por las calles hasta que decida volver a casa reuniendo palabras y frases sin significado, con seriedad inflexible.iv 2
Resulta interesante su deambular recogiendo palabras, a las que
exprime para vaciar de significado hasta terminar logrando slo resonancia porque permite constatar cmo mucho antes de la produccin final y en un momento en que todava tena que hacer la parte ms importante de su camino de escritor, aunque con los retratos lo encuentra- permite suponer lo que en la ltima etapa con Finnegans Wake aparece con nitidez: la relacin traumtica a la lengua, que el ncleo de lo traumtico es la propia relacin con la lengua. Como si ya en los pasos de juventud estuviera en relacin con lo ms real de la lengua, esos ecos y resonancias del lenguaje. Tambin como si buscara la raz misma de la relacin a la lengua en esos aos en que el artista se presenta como poeta. Desde el psicoanlisis se ha planteado una duda acerca de si Joyce fue realmente un poeta, sobre todo en relacin a su ltima produccin, Finnegans Wake. Es all donde dar un paso ms adelante, paso que Miller siguiendo al Lacan de la segunda conferencia, Joyce el sntoma, comenta diciendo que el verdadero sueo de Joyce fue buscar el fin del sueo literario, terminar con la literatura, al ir en direccin a lo real de la literatura, la pura relacin con las palabras y la lengua. All s, con la creacin de su tcnica ms radical, da un paso ms all de los semblantes aristotlicos de la potica, ya sean imaginarios o simblicos.v En Stephen el hroevi encontramos la ms precisa definicin: por epifana entenda una sbita manifestacin espiritual, ya fuere en la vulgaridad de la alocucin o del gesto, ya fuere en una fase memorable del espritule tocaba al hombre de letras registrar esas epifanas con cuidado porque son los momentos ms delicados y evanescentes. Momentos de goce del escritor que intenta teorizar con el nombre de epifanas y que se plantean como fases de captacin esttica, hay all una connotacin temporal. En cuanto al nombre de epifanas el antecedente es su admirado DAnnunzio, que 3
justamente publica en el ao 1900 su novela El fuego, cuya primera
parte lleva por ttulo Epifana del fuego donde afirma realizar en s mismo el ntimo connubio del arte con la vida.vii Fue entre 1900 y 1904 cuando recogi Joyce en pequeos papeles esas de vietas que alguna vez pens publicar. En realidad no lo hizo nunca, aunque su hermano se ocup de pasarlas en limpio con todo cuidado y sus exegetas han podido encontrar varias incluidas, ya sea en la novela que comento como en el posterior y definitivo Retrato del artista adolescente. En el Ulises hay una irnica evocacin mencionada por Stephen: recuerdas tus epifanas escritas en hojas verdes, ovaladas, profundamente profundas, copias para enviar si moras, a todas las bibliotecas del mundo, incluida la de Alejandra? Qu se encuentra en las epifanas? Joyce utiliza las epifanas como un modo de plantear su propia idea de una potica. Parte de la anotacin de escenas de la vida cotidiana, tambin sueos o viejos recuerdos en forma de prosa potica que Ellman pone en relacin con los ejercicios en prosa que se haban puesto en boga a partir de Baudelaire. Al leer la lista de las cuarenta epifanas editadas por David Hayman -lo aconseja Lacan en el Seminario XXIII-, se nos escapa su significacin en unas, o aparece un sin sentido en otras Cada una de las epifanas de esa lista lleva un largo -siempre ms largo que las epifanas mismas- comentario de Hayman intentando explicar de dnde ha sacado Joyce lo que all formula, tratando as de descifrar su enigma. En un ya clsico artculo de Catherine Millot
se ha planteado a las
epifanas como una experiencia espiritual inaugural en la que
descansa su vocacin de escritor viii ; yo dira que su vocacin de escritor ya exista, lo que s encontr en los retratos, como dije antes, fue su camino. Qu tienen en comn? En primer lugar su carcter enigmtico aunque no ilegible. Siguiendo a Miller definimos el enigma como un enunciado del que no se sabe lo 4
que quiere decir, una conjuncin de lo Simblico con lo Real que en lo
Imaginario se traduce por la perplejidad. Podemos suponer que a esto se refiere Lacan en el ltimo captulo del Seminario XXIII, cuando dice que en todas se encuentra lo mismo por un defecto del nudo, un desanudamiento. En segundo lugar un cierto encanto potico que tambin implica algo de la perplejidad aunque eso no significa que sean todas frases interrumpidas. Es verdad que en todas hay una detencin enigmtica, eso es lo epifanizado, que Stephen relaciona con el tercer concepto de la belleza de Santo Toms, la claritas, y que explica largamente en la conversacin con su amigo Cranly; es el momento de elevacin del objeto estticoix. En el primer captulo del Seminario Le sinthome Lacan se refiere exactamente a esa conversacinx al comentar las dos vertientes en el arte de Joyce, las epifanas corresponden a lo que l denomina sinthomadaquin. Sin duda es cierto que, a nivel de la palabra, alguna cosa se le impona a Joyce pero no es un sntoma exclusivo de l. Segn nos ensea el mismo Lacan, la imposicin en relacin a la palabra es un desdoblamiento de la dimensin parasitaria propia de la palabra que afecta a todo ser humano. Como en Stephen el hroe se encuentra el ejemplo que el mismo personaje presenta como un momento inaugural de la posterior coleccin de epifanas esto dio lugar a toda una serie de estudios, llamados genticos, en los que hay que incluir la gigantesca biografa de Ellman y tambin los trabajos de Aubert. El ejemplo, del captulo XXV
xi
, se ha convertido en el ms analizado tanto por sus
comentaristas como tambin por el psicoanlisis.
Del lado del psicoanlisis ha habido dos aproximaciones diferentes con respecto a las epifanas: plantearlas del lado de lo inefable, o como
un
fenmeno
elemental
en
el
artculo
que
mencion
anteriormente, en el que, a partir de una homologacin entre Joyce y
5
Schreber, se plantea que las epifanas son un fenmeno elemental
mientras que la produccin de Finnegans Wake se plantea en similitud con la lengua fundamental shreberiana, mientras que la otra lnea que las consideran slo como un elemento literario. Podramos luego, si interesa, discutir estas dos posiciones aunque no me parece, en la actualidad, que sea lo ms interesante luego de las ltimas elaboraciones de Millerxii. Creo que hoy se puede concluir que no importa demasiado plantear si se trata de las frases interrumpidas de un psictico y tratarlas como un fenmeno elemental o, si es posible encontrar su sentido, ya sea relacionndola con la madre y la religin, como hace Jacques Aubert o relacionndola con el lugar desde donde vena Stephen, como dice algn otro trabajo, sino que lo que interesa para nosotros es el uso que Joyce hace del enigma. Lo que realmente nos interesa, a nosotros analistas, no es demostrar si Joyce estaba loco, sino el uso que hizo de su dispositivo de escritura sostenindose en su propio artificio, en su saber-hacer, evitando as el desencadenamientoxiii. En este sentido hay una muy interesante anotacin en la biografaxiv. Dice Ellman, que durante una de las peores crisis de su hija Luca, la telpata, Joyce tuvo alucinaciones auditivas y que stas slo cedieron luego de acatar la recomendacin del mdico que le aconsej que retomara su trabajo con Finnegans Wake. Mdico intuitivo! Aludir como conclusin a unas palabras de Lacan que han sido remarcadas por Miller en el ttulo del primer captulo del Seminario XXIII; y es que Joyce muestra cmo, una vez elegido su camino y reconocido la naturaleza del sinthome no se priva de usarlo lgicamente, es decir, de usarlo hasta alcanzar su real, al cabo de lo cual l apaga su sedxv. Es decir, pasa de sinthomemadaquine en las epifanas, verdaderas piezas sueltas, a goce opaco en el sinthome, que con Finnegans Wake, conforma el cuarto nudo.
NOTAS i
Jorge L.Borges- Arte Potica- Seis Conferencias- Ed.Crtica
Jacques Aubert- De un Joyce al otro- Ed. Letra Viva iii Richard Ellman- James Joyce- Ed.Anagrama pag.167 iv James Joyce Stephen el Hroe- Editorial Lumen- pg. 23 v Encuentro en Barcelona con Jacques- Alain Miller- Lacan con Joyce-Uno por Uno N 45- pag.19 vi James Joyce - Ed.citada- pag. 216 vii Gabrielle D Annunzio- El fuego- Ed.Maucci- pag. 18. viii Catherine Millot- Epiphanies- en Joyce avec Lacan- Ed.Navarin- pag. 87 ix James Joyce- Ed. Citada. Pag. 218-Santo Toms una palabra Claritas es quidittas.Primero reconocemos el objeto como una sola cosa, luego reconocemos que es una estructura compuesta organizada, de hecho, una cosa: finalmente reconocemos qu es esa cosa. Su alma, su quiddidad, salta hacia nosotros desde la vestidura de su apariencia. El alma del objeto ms comn, nos parece radiante. El objeto logra su epifana. x Jacques Lacan- Seminario Le sinthome- Ed. Paids- pg. 15- El esplendor del Ser no me impresiona, es el punto dbil de la cuestin. Y es precisamente con lo que Joyce priva al sinthome de su madaquinismo. xi James Joyce . Id.- en pag.216. es el ejemplo clsico que Stephen llama Villancico de la Tentadora y que plantea como un ejemplo de las frases interrumpidas. xii Jacques-Alain Miller- Piezas sueltas en Freudiana N 49 y 50. xiii Alicia Caldern de la Barca- Artificio de artista El caldero de la escuela N38 xiv Richard Ellman- James Joyce- Ed. Citada- pag.685xv Jacques Lacan- Id.cit.- pag. 15 ii