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La lengua es la parte más destructiva de nuestro cuerpo según Santiago 3. Aunque las manos y el cerebro pueden causar daño, la lengua es capaz de dividir naciones e incluso matar el corazón de las personas. La lengua es pequeña pero puede encender grandes fuegos y contaminar todo el cuerpo con maldad. Debemos someter nuestra lengua al Señor para dominarla y evitar ofender con palabras.
Descriere originală:
Mensaje espiritual para Padres
Titlu original
2 mensajes cristianos para padres escritos por el Ps.docx
La lengua es la parte más destructiva de nuestro cuerpo según Santiago 3. Aunque las manos y el cerebro pueden causar daño, la lengua es capaz de dividir naciones e incluso matar el corazón de las personas. La lengua es pequeña pero puede encender grandes fuegos y contaminar todo el cuerpo con maldad. Debemos someter nuestra lengua al Señor para dominarla y evitar ofender con palabras.
La lengua es la parte más destructiva de nuestro cuerpo según Santiago 3. Aunque las manos y el cerebro pueden causar daño, la lengua es capaz de dividir naciones e incluso matar el corazón de las personas. La lengua es pequeña pero puede encender grandes fuegos y contaminar todo el cuerpo con maldad. Debemos someter nuestra lengua al Señor para dominarla y evitar ofender con palabras.
1. Sabe usted qu parte de nuestro cuerpo llega a ser la ms destructiva? Casi todos nos podemos imaginar que son las manos, y recordamos la diversidad de consecuencias que muchos causaron con sus manos por agredir y meterse en grandes pleitos dentro y fuera de la familia. Con las manos podemos hasta construir grandes armas para la destruccin del ser humano..., pero no son las ms destructivas. Tal vez decimos que es el cerebro, donde almacenamos una infinidad de pensamientos. Nos llenamos de maquinaciones y formas de cmo hundir al prjimo y tambin analizamos las vidas de los dems para hacerlas caer..., pero tampoco es la parte ms destructiva de nuestro cuerpo. En el libro de Santiago, captulo 3, encontramos la respuesta a nuestra inquietud. Los caballos, para ser dominados, no se necesita de la ayuda de 30 hombres para moverlo; y peor sera si nos referimos a un barco, pero Santiago nos explica la suficiencia de una pieza pequea para gobernarlos: He aqu nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos as todo su cuerpo. Mirad tambin las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeo timn por donde el que las gobierna quiere. (v.3-4). Siendo que un miembro pequeo puede dominar todo lo dems, nosotros tambin somos dominados por una parte pequea de nuestro cuerpo? Santiago dice: As tambin la lengua es un miembro pequeo, pero se jacta de grandes cosas. He aqu, cun grande bosque enciende un pequeo fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua est puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo... (v.5-6). Es verdad, las palabras malignas que salen de nuestra boca son ms dolorosas que un golpe con la mano, y penetran con ms veneno y causan ms destruccin que un mal pensamiento. Es interesante que Santiago muestre el poder del hombre sobre la naturaleza, pero a la vez es una lamentacin reconocer que la lengua pisotea al mismo hombre dominante:Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningn hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con
ella maldecimos a los hombres, que estn hechos a la semejanza
de Dios. De una misma boca proceden bendicin y maldicin. Hermanos mos, esto no debe ser as. (v.7-10). Ahora se da cuenta del peligro que hay entre sus labios? Es para usted sorprendente que este pequeo miembro puede dividir hasta grandes naciones, y provocar que imperios luchen entre s? Admite que su lengua hasta puede matar el corazn de las personas, incluyendo a sus seres ms queridos? Y cuntas veces su propia pareja y sus hijos fueron presa de sus hirientes palabras? Arregle cuentas con Dios y con los suyos. Reconozca el poder destructor de su lengua, y somtase al Seor para dominarla con Su poder....todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, ste es varn perfecto, capaz tambin de refrenar todo el cuerpo. (v.2) Jos Luis Velarde Hinojosa Escobar Pastor PIEBC-Per
2. Uno de los causantes de la mayora de los conflictos dentro del
hogar es el factor econmico. Problemas emocionales como la tensin, el estrs, la presin alta, la ansiedad, la preocupacin, el miedo, las discusiones entre cnyuges, el descuido de la familia, el trabajo excesivo, el descuido de muchas prioridades, etc. giran alrededor del dinero. En varias oportunidades convers con personas que por causa del dinero llegaron a enfermarse, y la mayora desconoce las razones. Se estima que presiones emocionales como el temor, la pena, la envidia, el resentimiento, el odio, la culpa, etc. son las que causan un 60% de nuestras enfermedades, y stas nos traen a la vez ms temor, ms resentimiento y ms culpa en el corazn. El apstol Pablo afirm las consecuencias dolorosas que sufren aquellos que confan en sus razonamientos por amor al dinero:Porque los que quieren enriquecerse caen en tentacin y lazo, y en muchas codicias necias y daosas, que hunden a los hombres en destruccin y perdicin; porque raz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.(1Timoteo 6:9-10). Cuando confiamos en nosotros mismos, y hacemos todo lo que nos dice nuestro corazn, ante el mundo somos sabios porque hacemos caso a la opinin filosfica de amigos y muchos psiclogos, pero a la vez ante Dios estamos errados porque quebrantamos Su Palabra que nos afirma lo siguiente: Engaoso
es el corazn ms que todas las cosas, y perverso; quin lo
conocer? (Jeremas 17:9). Nuestra mayor tendencia ante asuntos econmicos o de otra ndole, es acudir a nuestra propia opinin, y confiar en ella para tomar las decisiones ms sabias ante nuestros ojos. Pero, por qu confiar en uno mismo, sabiendo que somos dbiles ante problemas emocionales que nos arrastran a mltiples dolores y enfermedades, y siendo que Dios revela lo conflictivos que podemos ser? Cuntas decisiones incorrectas hemos cometido por aferrarnos a nuestra propia opinin? Cuntos errores propios daaron a nuestra familia y a nuestro prjimo por amar nuestra sabidura ms que la sabidura de Dios? No puede existir ningn problema emocional dominante en el corazn de aqul que confa plenamente en la sabidura de Dios, y en lo personal creo que la enseanza y la prctica de este principio ante nuestros hijos alimentar, no slo sus mentes y corazones, sino tambin sus propios cuerpos: No seas sabio en tu propia opinin; teme a Jehov, y aprtate del mal; porque ser medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos. (Proverbios 3:7-8). El contentamiento ante el trabajo y el hogar, la prudencia ante circunstancias peligrosas, la alegra de vivir con lo suficiente, la seguridad en sus pasos y decisiones, la esperanza de buenos resultados, el trabajo suficiente, la atencin a la familia, el cuidado de las prioridades, etc. son los resultados de un corazn que teme a Dios y que a su vez confa en Sus preceptos para apartarse del mal. El mundo cree que lo que Dios dice es tonto, simplemente porque el mundo es tonto. Mas aquellos que confan en el Seor son claro testimonio de la vida saludable que uno puede disfrutar. Jos Luis Velarde Hinojosa Escobar Pastor PIEBC-Per
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