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Soy limeña y he vivido casi toda mi vida en el distrito de Surco, mi familia también vive allí. Allí
nacieron mis hijos y mis nietas. Vengo de una familia muy unida y alegre. Mi padre es un
amante de la música, toca piano y guitarra, mi madre canta muy bonito, creo que eso modeló
en mí el amor por el arte y las letras.
Estudié en el colegio Inmaculada Concepción en Surco y alternaba las actuaciones con los
estudios, felizmente en ambos me fue bien. Gané un concurso literario y siempre tocaba
guitarra en las misas y fiestas del colegio. Luego ingresé a la UNIFE en el año 1971 y me
encaminé por la sociología que era una carrera nueva en ese tiempo, era la época del General
Alvarado. La universidad era de mujeres únicamente y decidí que no cubría todas las
expectativas que yo tenía de la vida y me cambié a la Universidad Garcilaso de la Vega en
1993. Mis padres estuvieron totalmente de acuerdo porque la UNIFE, en esa época, era una de
las más caras del país.
Siempre viví en Lima, mi esposo trabajaba para Petromar, la ex Belco en ese tiempo. Años
después cuando se cambio de trabajo, y lo contrataron en Venezuela, nos trasladamos a vivir
allá. El se fue primero y yo 10 meses después.
Mi travesía en Venezuela
Viví en el Tigre un año y empecé a colaborar con la biblioteca que un grupo de damas formó
para la comunidad del Tigre. Era un proyecto pequeño, una biblioteca escolar pero se
necesitaba en ese momento, hoy el Tigre creció mucho. Me pareció una buena oportunidad
para dejar un rastro sobre la cultura peruana, entonces doné el libro de María Rostworoski
Historia del Tahuantinsuyo y otro, de la Universidad Católica, sobre la Iconografía Mochica.
Cuando nos trasladaron a Caracas, mis actividades cambiaron, no podía ejercer la carrera de
sociología, pero sí el arte.
Yo soy ceramista y hago escultura en cerámica. En el Perú hice diferentes cursos en los
Institutos que ofrece el país, Estudié en el Centro Ocupacional Piloto de Miraflores y luego seguí
asistiendo a los cursos de Actualización en Magdalena. Estudié Cerámica de Alta Temperatura
en la Fundación Mokichi Okada del Perú, pero como yo quería abarcar todo el espectro del
oficio del ceramista, desde hacer la propia mezcla de arcilla, hasta el manejo del horno, hice
cursos de moldes de yeso en el instituto de la Candelaria que funcionaba en Miraflores.
Sin embargo, siempre me apasionaron los estudios sociales y las letras, así poco a poco de la
cerámica fui derivando exclusivamente a una actividad: la escultura en cerámica. Un
instrumento que me sirviera de expresión para los sentimientos de congoja que me producía los
conflictos que se vivía en el Perú. Hice cursos de tecnología Alfarera, Tradicional y Actual en el
Museo Nacional de Arqueología y Antropología. Fue apasionante, descubrí a mi país a través de
su cerámica y también descubrí una historia de incapacidad económica para la conservación de
sus piezas arqueológicas, una administración incapaz de conseguir fondos para la restauración
de sus hallazgos e incorporarlos a la educación de las nuevas generaciones. Eran los años 1992,
1993. Las cajas de cartón con restos cerámicos se amontonaban sin remedio; había cosas de
muchos años en espera casi permanente para su restauración. Entonces hice un curso de
Conservación y restauración de Cerámica Pre-hispánica, que consiguió unir mi vínculo entre la
sociología y el arte.
En el museo de Bellas Artes estudié cerámica con un profesor egresado de bellas Artes y eso
definitivamente cerró el círculo hacia donde volcar mis energías y cultivar el arte. Participé en la
exposición del Salón Anual del Museo de Arte de Lima. En la exposición de la Asociación
Peruano Japonesa (Colaboración del MOA en el aniversario de la Colonia Peruano Japonesa). Y
en una exposición en la Alianza Francesa del “Taller de Carmen Ruidou”.
Cuando estuve instalada en Caracas, asistí al Museo de Arte Contemporáneo a los cursos de
pintura. Los cursos de cerámica eran muy elementales, el Perú tiene más desarrollada la
actividad del hacer y enseñar en ese campo. Mi interés por la pintura al óleo recién apareció y
continué otras técnicas con una amiga muy querida la pintora peruana, fallecida hace menos de
dos años, Gertie Pate. Con su impulso y enseñanza no solamente en pintura, si no en el amor a
la naturaleza y a sus semejantes, porque Gertie fue una impulsora fabulosa de actividades a
favor de la niñez huérfana y el cuidado de las playas de Venezuela, mi inquietud por trabajar
para la comunidad creció.
Mi raíz en la sociología me volcó al proyecto de usar mis conocimientos a favor de las mujeres
víctimas de malos tratos. Entré en contacto con el trabajo que hacía la periodista española
Montserrat Boix en la web de Mujeres en Red. Llegué a la conclusión que era muy importante la
comunicación en la red para que las mujeres se integraran al conocimiento de las nuevas
tecnologías y que debía romperse la hegemonía de la perspectiva masculina de la sociedad.
Actualmente HUELLAS tiene una sección para Latinoamérica, que se abrió inicialmente con la
conmemoración del DIA DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER, el 25 de Noviembre. De
esto hace un par de años y luego ese espacio quedó permanente y sigue en construcción. A
HUELLAS acceden las mujeres españolas, pero también las mujeres inmigrantes en España de
nacionalidades hispanohablantes, a ellas se les proporciona noticias de sus países y noticias
sobre los derechos de la mujer. Una biblioteca con temas específicos sobre que es la violencia
contra la mujer, cómo crece la espiral de la violencia doméstica y cómo puede encontrarse la
víctima atrapada en una codependencia emocional. Pero sobre todo, se le hace hincapié de que
la terapia sicológica es indispensable para curar las huellas de los malos tratos.
A mí me pareció un reto que por internet alguien con tantos problemas se involucre en el arte y
pueda crear un nexo. No se trata de personas que asisten a un taller, es todo a través de un
monitor requiere de mucha inventiva y de escoger muy bien los temas que puedan ser
atractivos. Procuro que mi producción llegue a esa mujer detrás del monitor, no con un fin de
recreación intelectual erudito sino con el fin de que desarrolle un lazo con el exterior, con la
pieza que ve y tenga fe en su propia capacidad de repetirlo en sus habilidades. Es una forma de
regenerar la sensibilidad y el deseo de vivir cosas hermosas.
Actualmente, me dedico a buscar hospedaje para HUELLAS en webs que pertenezcan a grupos
que vean la problemática de la mujer en Perú, Argentina, México, Chile, Bolivia y otros países
de Latinoamérica.
También estudié un curso de traducción como parte de mi pasión por las letras. Es una forma
de trabajar comercialmente sin depender de un horario de oficina o de vivir en un lugar
geográfico determinado, todo es por internet.