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filo
La sonrisa es contagiosa en todas las culturas y en todos los idiomas.
Segn la teora de la retroalimentacin facial de Darwin (1872), la sonrisa no es slo la
respuesta a un estmulo placentero, sino tambin una fuente de bienestar en s misma. Es
decir, sonrer en s es suficiente para elevar nuestro estado de nimo.
Sonrer puede interferir positivamente en algunos desrdenes del estado anmico y
fortalecer la habilidad natural del cerebro para mantener una visin optimista de la vida.
Andrew Newberg, en sus experimentos sobre las emociones, estableci que la sonrisa es el
indicador con el mayor contenido emocional positivo en el ser humano. Tan slo mirando
la imagen de un rostro sonriente, uno se siente ms feliz y seguro de s mismo, asevera.
Ver una sonrisa genera en los dems un sentimiento de gentileza y generosidad.
Las investigaciones de Amy Gutmann, presidente de la Universidad de Pensilvania,
concluyeron recientemente que, al sonrer no slo se nos percibe como ms agradables y
educados, sino tambin como personas ms competentes.
La corteza
premotora,
la corteza
somatosensorial y la
corteza insular tambin
se iluminan. La corteza
premotora activa los
msculos faciales que
nos hacen sonrer,
mientras que las
cortezas
somatosensorial e
insular se encargan de
generar las sensaciones
que transmiten al
cuerpo lo que
realmente se siente,
tanto fsica como
emocionalmente, al
sonrer. Cuando vemos
sonrer a alguien, las
neuronas espejo simulan nuestra propia sonrisa.
Guillaume Duchenne (1806-1875), neurlogo francs, determin que cada vez que
sonremos se activan dos msculos especficos. El primero, el cigomtico mayor, controla
los extremos de la boca, mientras que el segundo, el msculo orbicular de los ojos,
determina la autenticidad de la sonrisa al involucrar la parte superior del rostro en
esa expresin.
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