16 NACIONAL EL DIARIO DE HOY

Lunes 22 de febrero de 2010 nacional@elsalvador.com

Agreden
a una mujer
cada hora y media en El Salvador
3,203
Jaime López

La violencia intrafamiliar está dejando de ser un pro-

EMERGENCIAS por este tipo blema exclusivo de la pareja o de su entorno. Cada
de violencia atendió el Sistema vez, más mujeres rompen las barreras sociales y del
911 en 2009. Según el jefe del silencio y deciden trasladar su problema a las auto-
sistema, las zonas más pobladas ridades competentes. Según el Instituto Salvadore-
es de donde más provienen ño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu) una mu-
estas llamadas: Soyapango, jer denuncia ser maltratada por su pareja cada hora
Apopa e Ilopango. y media en el país.
Durante 2009, el Isdemu registró 6 mil 546 casos
de violencia familiar a escala nacional, según Madaly
Sánchez, coordinadora del área de la violencia de Po-
lítica Nacional de la Mujer. La cifra del año pasado,
comparada con los últimos años, refleja alzas consi-
derables. En 2008 se denunciaron 200 casos más que
en 2007 y en 2009; ocurrieron 644 denuncias más
que en 2008.
Berta Alicia Rebollo, de 47 años, fue una de esas
mujeres agredidas, quien confiesa haber cargado con
esa cruz durante 15 años. Hace poco más de nueve
meses decidió sepa-
rarse de su marido MAGNITUD DE LA
después de sufrir de
VIOLENCIA FAMILIAR
amenazas, golpiza,
destrozos de los en- En el marco de la violencia
intrafamiliar se pueden dar
seres del hogar y la
actos delictivos gravísimos
infidelidad en más como golpes, violaciones
de seis ocasiones. sexuales, maltratos,
De acuerdo con el quemaduras, quebraduras,
Isdemu, estos casos mutilaciones y torturas,
ya no son simple llegando hasta los feminicidios
violencia intrafami- y la muerte de las mujeres o de
liar, porque han de- los niños dentro su entorno
sencadenado en gol- familiar, según Madaly
pes, lesiones e inclu- Sánchez, del Isdemu.
so hasta en homici-
dios. El Instituto de Medicina Legal registró 589 ase-
sinatos en mujeres a escala nacional, durante 2009,
lo que representa el 13 por ciento de la totalidad de
crímenes en El Salvador. Según Medicina Legal la ta-
sa de muertes violentas en mujeres en 2009 aumen-
tó en un 83 por ciento con respecto a años anterio-
res, lo que evidencia la gravedad de la situación.
Pero para las autoridades, son sólo algunos casos
que se conocen, porque en la realidad hay un subre-

» NO HAY ESTUDIOS RECIENTES QUE REVELEN EL
PORCENTAJE DE MUJERES MALTRATADAS. LA
ENCUESTA NACIONAL DE SALUD FAMILIAR 2008
CONCLUYÓ QUE EL 44% DE LAS MUJERES HA SIDO
AGREDIDA POR SU PAREJA EN EL SALVADOR
gistro incalculable, pues la mayoría de las víctimas
no denuncian hasta que hay golpes o lesiones. Según
la Encuesta Nacional de Salud Familiar, (Fesal) el
44% de las mujeres acompañadas o casadas recibió
maltrato verbal o psicológico, el 24% violencia física
y el 12 % violencia sexual.
Según la comisionada Nery Sayes, jefa de la Divi-
sión Juvenil y Familiar de la Policía, la violencia in-
trafamiliar es un problema que se da en el hogar: en-
tre parejas de acompañados o matrimonios. “Es una
agresión del hombre hacia la mujer y se generaliza
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Lunes 22 de febrero de 2010 nacional@elsalvador.com

“
Una persona de posición económica
18,666
POR DIVORCIO SE REPARTEN
VALOR DE LA VIVIENDA
Berta Alicia Rebollo afirmó que
junto al divorcio que se tramitó
alta difícilmente pone una denuncia
CASOS de violencia
hace nueve meses por la mala vida
que su compañero le daba,
por estos casos, por el qué dirán” intrafamiliar en los últimos tres
acordaron que la vivienda que años; en el 98% de ellos, hay un
habían compraron entre ambos se NERY SAYES, Jefa de la División Juvenil y Familia de la PNC pariente cercano involucrado.
le debía retribuir, lo aportado por
él, más la ganancia o plusvalía. De la totalidad, en 3 mil 256 hay

“
Esta casa fue valorada en 18 mil
dólares, de los cuales el ex esposo
La impunidad hace que los abusos sexuales.
pidió la mitad, pero la víctima
ofreció ocho mil dólares; dos mil
agresores se sientan en libertad de
los dio de contado y por el resto
firmó un contrato que lo pagaría
seguir agrediendo a las mujeres”
en cuotas de cien dólares por
mes, por espacio de cinco años. MADALY SÁNCHEZ, Coordinadora de Política Nacional de la Mujer

en todo el hogar. Lo peor es que los niños crecen y

reproducen esa conducta”, destacó la comisionada
Sayes. En el caso la señora Rebollo, ella conoció a su
esposo en los Estados Unidos, donde convivieron
tres años, periodo en que no hubo ningún proble-
ma de comportamiento, “tal vez por temor a ser
sancionado por las autoridades o de ser llevado a
la cárcel, ya que, en ese país, las autoridades no
perdonan ese tipo de violencia”. Después de ese
tiempo, acordaron regresar a El Salvador, don-
de compraron una casa en Apopa con lo que
habían ganado en Estados Unidos.
Dos años después contrajeron matrimo-
nio, a sabiendas de que Rebollo era divor-
ciada de dos matrimonios, tenía dos hijos
fruto de estas relaciones y que ya no podía
procrear más. “Con esto en claro, se casó
por lo civil y por la iglesia, con muchas
ilusiones de llegar hasta que la muerte
nos separare”. Lo que esta mujer no sabía
es que el futuro le jugaría una mala pasada. Co-
nocería verdaderamente quién era su esposo y has-
ta dónde era capaz de cambiar.
Primero supo que le gustaba emborracharse; se-
gundo, era mujeriego; tercero no toleraba los hijos
de ella, y cuarto, tampoco aceptaba que no le diera
un hijo. Todo esto desbordó en violencia contra ella.
Estos hechos eran más frecuentes en fines de se-
mana o fechas especiales.
El subinspector Joachín Sánchez, jefe del 911 de
San Salvador, confirmó que los fines de semana es

Brindan ayuda para superar los abusos

cuando se dan más este tipo de emergencias. Sin em-
bargo, cuando la Policía llega a las viviendas, las mu-
jeres prefieren retractarse. “Lo que quería era que se
fuera, y ya se fue; no quiero que me lo detenga”, afir-
mó Sánchez que dicen las víctimas.
En el caso de la señora Rebollo: “Me sentía impo-
tente, sin fuerza de poder decir hasta aquí. Yo tenía
mi negocio propio, él daba sólo para su comida y yo,
con mi esfuerzo, mantenía a mis hijos”, relató.
Confiesa que los maltratos comenzaron de forma
psicológica con reclamos e insultos, luego le siguie-
ron los empujones y, finalmente, los golpes con ma-
nos y pies. “Pasamos una Navidad fuera de casa con
mis hijos, dormimos en casa de vecinos, porque nos
quería matar ya borracho”, afirmó.
Comenta que afilaba el corvo en el piso para ame-
nazarlos y llegó al extremo de ponerle el machete a
su hijo en el cuello y le dijo: “que si él quería, lo po-
día matar”. Varias veces se separaron, pero después
volvíamos. “Yo lo quería mucho, lo perdonaba, pero
él no cambiaba”. La gota que derramó el vaso fue
cuando la abofeteó y golpeó en todo el cuerpo, al in-
tentar llamar a la Policía, le quebró el teléfono y la
amenazó con matarla. Esto fue lo último que sopor-
tó porque se separaron y cada quien vive por su la-
do. Rebollo todavía no ha decidido rehacer su vida.
La violencia intrafamiliar es un proble-
ma social que debe ser tratado por es-
pecialistas. Tanto hombres victimarios
como mujeres víctimas deben ser so-
metidos a un tratamiento para superar
esa conducta o estilo de vida.
Este tratamiento debe incluir a sus
hijos, para que en el futuro no vayan a
reproducir esa misma conducta.
El Instituto Salvadoreño para el De-
sarrollo de la Mujer (Isdemu) brinda
charlas personales y grupales sobre las
diversas manifestaciones de la violen-
cia. En las individuales, las víctimas
son abordadas en su problema particu-
lar, son asesoradas legalmente para que
conozcan cuándo una conducta cons-
tituye delito y a que instancias recurrir,
en caso de agresiones físicas.
Una persona que es atacada por su
pareja podrá recurrir a los juzgados de
Familia o a los tribunales de Paz, en los
primeros, los jueces ordenan medidas
de protección a favor de la víctima co-
mo separación o alejamiento del agre-
sor, mientras en los Juzgados de Paz,
valorarán si hay lesiones o golpes. De
haberlos, se apoyarían en los dictáme-
nes forenses del Instituto de Medicina
Legal, para establecer el tiempo de cu-
ración de las lesiones a fin de determi-
nar si es necesario la detención.
En las charlas grupales, se forman
grupos de 30 a 35 mujeres, quienes acu-
den a sesiones periódicas al Isdemu, en
ellas cada persona comparte su expe-
riencia y expone la manera cómo su
agresor ejercía la violencia. “En estas
reuniones las víctimas encuentra apo-
yo en las demás, se dan cuenta que no
son solo ellas, las que sufren estos pro-
blemas, hay más y peores casos, lo que
ayuda a superar u olvidar esas malas
experiencias”, afirmó Berta Rebollo,
una de las víctimas de estos casos.
Según la jefa de la División Juvenil
y Familia de la PNC, Nery Sayes, la vio-
lencia no tiene nada que ver con estu-
dios académicos o posición social. Lo
que sucede es que la denuncian se dan
más en las personas de clase social me-
dia o baja; ya que en el estrato social al-
ta, éstas prefieren sufrirlas entre las
cuatro paredes de su casa y mantener-
las en el anonimato, por el qué dirán.
Sayes descarta que la violencia en-
tre la familia haya aumentado, sino que
ahora hay más información sobre estos
casos. Los niños en las escuelas reciben
capacitación sobre cómo detectar este
problema y qué medidas aplicar para
frenar y denunciarlo.
Según las denuncias tramitadas
por la Policía, estos hechos son más
denunciados en las zonas urbanas
que en las rurales.