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D.L AB-286-2001 CUADERNOS DE MITOLOGÍA (REVISTA DIDÁCTICA DEL IES RÍO JÚCAR)
Avda, Levante S/N 02230 Madrigueras (Albacete)
Nº 16 DONATIVO: 2 EUROS FEBRERO-MARZO 2007
GRUPO DE TRABAJO MITOLOGÍA Y CÓMIC/TALLER DE TEATRO AMPA S. ISIDRO. COLABORAN:
• CEP Casas Ibáñez.
• Concejalías de Cultura y de Juventud del Excmo. Ayuntamiento de Madrigueras
• Consejería de Cultura. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Alfredo Alcahut Utiel José Ramón Fernández Bravo Mª José Abellán Tárraga
Alicia Atiénzar Martínez Josefa Daría López López Mª José Pardo García
Begoña Fernández Garrido Luis Cicuéndez Villa Mª Montserrat Lencina Sánchez
Carmen Fuentes Gascón Mª Amparo Lozano Berrío Mª Soledad Catalán Fuentes
Carmen Roldán Ibáñez Mª Aránzazu Valera Villar Mariana Ortiz de la Rosa
Elena Gómez Lorente Mª Dolores Agüir Celeiro Nieves Fernández Mancebo
Eloy Joaquín Garrido Cambronero Mª Eva Patón Fernández-Yáñez Raúl Alcahut Utiel
Alba Martínez Martínez Eva García Ballesteros Luis Miguel Bueno Picazo
Alejandro Valera Martínez Fernando Jiménez Valera Mª Ángeles García Villa
Alicia Jiménez Atiénzar Francisco Javier Ibáñez García Mª Arzu Valera Martínez
Álvaro García Sauquillo Héctor Jiménez Tornero Mª Dolores Sáez Villanueva
Ambrosio Utiel Escribano Javier Peñaranda Martínez Mª Llanos Ibáñez Vera
Ana García García Jesús Cuesta Valiente Marta Fuentes Ballesteros
Ana Lourdes García García Jesús Sáez Atiénzar Melissa Nava Carrasco
Beatriz Valiente Martínez Jorge García Jiménez Miguel Ángel Vergara
Carla Paños Martínez José Ramón Cuenca Jara Cabañero
Celia Garrido García Juan García Paños Roberto Salvador Martínez
Cristina Leal Catalán Laura Sáez Atiénzar Sandro López Pelayo
David Castillo Juncos Lidia Berlanga Martínez Sara Utiel Navarro
Emilio José Gómez García Lorena García Milla Tania García Utiel
Enrique Denia Cabañero Lorena Utiel Martínez Verónica Cambronero Armero
Ester Castarnado García Lourdes Rocío García Villa Virginia Castillo Castillo
Esther Rubio Carretero Lucía Pardo Carretero
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LOS VIAJES DE ENEAS
Eneas era hijo de Anquises, un príncipe troyano y de Venus, la diosa del amor. Luchó
heroicamente durante la guerra de Troya, pero al caer la ciudad, Eneas huyó cargando sobre sus
hombros a su anciano padre y llevando de
la mano a su hijo.
Detrás seguía su esposa Creúsa. En la
confusión que reinaba aquella noche aciaga
en que Troya es saqueada e incendiada,
Eneas pierde a su esposa. Más tarde su
espectro se le aparece para revelarle que,
después de un largo exilio, Eneas hallaría
un reino floreciente y que la hija de un rey
sería su esposa.
Entonces se dirigió al monte Ida, y allí se
le unieron cuantos fugitivos habían
conseguido escapar de Troya. Eneas debe
tomar el mando de los supervivientes y
conducirlos a una nueva patria. Eneas y
Vuelven a navegar, pero Eolo, respondiendo a los deseos de Juno, cuyo odio hacia Eneas es
implacable, levanta una tempestad que dispersa sus naves. Vuelta la calma, Eneas, con siete naves,
logra desembarcar cerca de Cartago, donde halla a los camaradas de sus otros barcos que cree
perdidos; piden hospitalidad a la reina Dido, siendo recibidos con benevolencia. Eneas se adelanta
entonces con su séquito, y se presenta a la soberana. Mientras todos se dirigen hacia el palacio de
Dido, Venus pide a Cupido, dios del Amor, que tome la figura de Ascanio, hilo de Eneas. En el
banquete, mientras acaricia al que toma por hijo del héroe troyano, Dido siente nacer en su corazón
un profundo amor por Eneas.
Durante el transcurso del banquete, Eneas cuenta a la reina las desgracias de Troya, la
historia de Laocoonte, de Sinon, y la treta del caballo de madera ideado por Ulises; la matanza de los
pobladores y la muerte de Príamo. Evoca la noche en que se le apareció su madre, Venus, pidiéndole
que intentara salvar a su padre, su esposa Creúsa e hijo. Cuenta cómo escapó entre las llamas,
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llevando sobre los hombros a su padre Anquises, y sujetando con la mano a su hijo, cuán grande fue
su dolor al notar la desaparición de su mujer,
y cómo más tarde su espectro se presentaría a
Eneas para ordenarle que guiara a sus
compañeros en el éxodo.
Conmovida por tantas aventuras, Dido
ofrece espléndida hospitalidad a los troyanos,
los cuales permanecen algún tiempo en Cartago,
dichosos de haber encontrado al fin una tierra
tan acogedora. Pero Júpiter había reservado otro
destino para Eneas. Por intermedio de Mercurio
le ordena ir hacia Italia y establecerse allí con
sus compañeros. Dido ruega desesperadamente a
Eneas que no se vaya, mas el héroe no escucha a
la reina.
Eneas obedece y manda preparar todo lo
necesario para su partida. Levan anclas, pero
mientras los barcos se alejan, la reina Dido, desesperada, no pudiendo soportar la pérdida del hombre
que ama, se arroja sobre una pira funeraria que ha hecho encender y hunde en su pecho la espada que
había ofrecido a Eneas y que éste olvidó al partir.
Ignorando la muerte de la reina, Eneas
sigue su viaje hacia Italia. Una gran tempestad
lo obliga a desembarcar en el puerto de
Drépano, en Sicilia, donde es recibido por el
rey Acestes. Ofrece sacrificios sobre la tumba de
su padre, organizando también juegos y
competiciones a fin de honrar a los manes de
Anquises. Faltando ya poco para la partida,
las mujeres troyanas, cansadas de tan larga
navegación, incendian los barcos.
Eneas, desesperado, es aconsejado por la
aparición de Anquises, quien le pide que
abandone a las mujeres y a los ancianos en la
tierra de Acestes, donde fundarán la ciudad de Egesta, mientras que Eneas va a llevar hacia Italia a
sus más valientes y jóvenes guerreros. Lo invita igualmente a descender al reino de los muertos, en el
que conocerá el glorioso destino que le está reservado junto con sus descendientes. Las naves troyanas
surcan nuevamente los mares y llegan al puerto de Cumas; allí Eneas se entrevista con la Sibila, una
famosa adivina, quien le profetiza las guerras que deberá soportar en Italia: lo acompaña a los
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infiernos, allí encuentra a su padre, que le muestra el noble linaje de héroes que engendrará. Entre
ellos se encuentra el primer hijo que le dará su esposa Lavinia, que será rey de Alba y el primero de
los reyes latinos, entre los cuales se encuentra Rómulo, fundador de Roma. Le habla de los hombres
ilustres de la República, Julio César y Augusto, cuyo imperio se extenderá hasta las más lejanas
tierras. Ha sido enviado a Italia para que nazca Roma, y de su raza provendrán los hombres de la
familia Julia, que reinarán sobre el mundo. Después de conocer la grandeza prometida a su estirpe,
Eneas se despide de Anquises y, acompañado de la Sibila, sale por la puerta de marfil.
Los troyanos llegan al Lacio, reino de Latino. Eneas se presenta ante Latino con numerosos
regalos; éste lo recibe con buen ánimo, reservándole la mano de su hija Lavinia, prometida a Turno,
rey de los rútulos. Juno, enemiga de Eneas, por intermedio de Alecto, una de las tres Furias, hace
nacer el odio hacia el troyano en el corazón de Amata, esposa de Latino. La Furia, bajo el aspecto de
una vieja vestal, se le aparece a Turno en sueños, incitándolo contra el que quiere arrebatarle a la
mujer que le ha sido prometida.
Latino es obligado a renunciar,
mientras los guerreros se aprestan
para la lucha. Habiéndose
dormido Eneas en el borde del
Tiber, se le apareció el dios del río
bajo el aspecto de un anciano. Le
aconsejó después buscar la
alianza de Evandro, rey de los
palántidas. Eneas sigue este
consejo y recibe la ayuda de
Evandro y de su hilo Palante.
Después consigue también el apoyo
de Tarcón, rey de los etruscos.
Mientras Eneas se ocupa
de reunir las tropas de socorro
aliadas, los rútulos atacan el
campamento de los troyanos e
intentan incendiar su flota. Pero la valentía de los sitiados los obliga a batirse en retirada,
mientras la lucha prosigue alrededor de las fortificaciones. La suerte parece favorecer a los troyanos
que, de sitiados, se han convertido en sitiadores, persiguiendo a los latinos hasta los muros. El
anciano rey acepta, a pesar suyo, que el resultado de la guerra se decida en un combate entre Eneas y
Turno. Se baten en duelo, y Eneas resulta vencedor. Como lo establecía el pacto previo, desposará a
Lavinia y fundará una nueva ciudad, Lavinio. Troyanos y latinos se fusionan en un solo pueblo, y
siglos más tarde, un descendiente de Eneas, de nombre Rómulo, fundará la ciudad de Roma.
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LOS VIAJES DE ULISES
ULISES
Ulises, también llamado Odiseo, era rey de Ítaca, una pequeña isla griega del mar Jónico. Era
hijo de Laertes y Anticlea, esposo de Penélope y padre de Telémaco. De él se conocía que estaba protegido
por la diosa Atenea y que era muy astuto. Marchó a la guerra de Troya obligado por una promesa, y a
él fue al que se le ocurrió la idea del caballo de madera mediante el cual los griegos consiguieron
tomar Troya.
La Odisea narra su vuelta a casa después de haber luchado en la guerra de Troya. Durante
veinte años vagó por las costas del Mediterráneo, conociendo mil aventuras. Primeramente, abordó
Tracia y saqueó las
ciudades de los
cicones. Intentando
volver a Ítaca, se
desvió y llegó al país
de los lotófagos. Se
demoró en la isla de
los Cíclopes, gigantes
de un solo ojo. Uno
de ellos, Polifemo,
devoró a varios
compañeros de Ulises,
pero éste lo embriagó,
y lo venció dejándole
ciego. Esto provocó la
ira de Poseidón, dios
del mar y padre de
Polifemo, el cual,
para vengar a su hijo,
lo persiguió con
terribles tempestades
durante su viaje.
Desde allí pasó a la tierra de los lestrigones o devoradores de hombres, donde perdió a varios
compañeros.
Después arribó a la isla de Eea, habitada por la maga Circe, que transformaba en animales a
los que osaban llegar a la misma. Ulises escapó del sortilegio y logró desencantar a sus compañeros,
convertidos en cerdos por la maga, pero luego ésta lo retuvo durante un año. Al partir de Eea
buscaron un lugar donde invocaron a las almas de los muertos, para que uno de ellos, el adivino
Tiresias, les dijese el camino hacia su patria.
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En el camino de vuelta, al acercarse a la isla de las sirenas, Ulises puso cera en los oídos de
todos sus compañeros y se hizo atar a un mástil para no dejarse seducir por el canto de estas
criaturas, pues éstas atraían con su bella voz a los marineros, quienes embelesados, dejaban de remar
y encallaban entre las rocas, para acabar siendo devorados por las sirenas.
Después de haber escapado de ellas, y después de haberse salvado de los monstruos marinos
Escila y Caribdis, Ulises llegó a la isla de Trinacria (hoy Sicilia), donde sus compañeros atacaron a
los animales sagrados, dedicados al dios del sol, Helios. El dios supremo, Zeus, los castigó
destruyendo con sus rayos todos los navíos.
Únicamente sobrevivió Ulises, que llegó a la isla de Ogigia, donde reinaba la ninfa Calipso.
Ésta lo retuvo siete años a su lado, pero Ulises seguía sintiendo nostalgia de su patria y partió de
allí en una balsa que él mismo construyó.
Ulises sufrió otro naufragio pero consiguió llegar a la isla de los feacios, donde fue recibido
por el rey Alcínoo y su hija Nausícaa. Los feacios lo condujeron por fin a Ítaca. Allí su fiel esposa,
desde hacía varios años, era solicitada por numerosos pretendientes.
Al llegar a Ítaca visita en primer lugar a su porquerizo Eumeo, antes de darse a conocer, pues
quiere saber la situación en la isla. Se presenta a éste y a su anciano padre Laertes, que vive alejado
de palacio.
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Disfrazado de mendigo, logró entrar en su mansión, sin que nadie, salvo su perro Argos, lo
reconociese. Allí mendiga entre los orgullosos pretendientes, que le vejan y zahieren.
Penélope, que no lo ha reconocido, pide que se le
trate dignamente, y ordena a Euriclea que había sido
nodriza del héroe, que lave los pies al mendigo. Al
lavarle los pies la anciana reconoce a Ulises, por una
herida que le había infringido un jabalí en una cacería,
pero el héroe le dice que si habla con alguien de su regreso
la va a matar, pues prefiere mantener en secreto su
retorno.
Secretamente en una estancia se da a conocer a
su hijo, Telémaco, en presencia de su protectora Atenea.
Padre e hijo se abrazan emocionados, y meditan cómo
castigar a los pretendientes. Mientras tanto Penélope
había prometido su mano al que fuera capaz de tensar el
arco de Ulises. Ninguno de ellos lo logra, y entonces
Ulises tensa el arco y con ayuda de su hijo y de sus
fieles, mata a todos los pretendientes, recobrando los
derechos sobre su reino.
Tras hacerse de nuevo con el control de la casa y
dar las oportunas disposiciones, Ulises sube y se
presenta ante una asombrada a Penélope, que tarda en
reconocer a su esposo, de vuelta a casa tras veinte largos
años. Al comprobar que en verdad es su marido, al que lleva esperando veinte largos años, Penéope
llora de alegría, y después los esposos se entregan al dulce amor.
Homero presenta en la
Ilíada a Odiseo como un
guerrero al que se le valora por
sus prudentes consejos. En la
Odisea, en cambio, es el
prototipo de hombre de mar,
lleno de astucia. Su inteligencia
maquinadora de ardides le
permitirá superar todas las
dificultades.
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JASÓN Y LOS ARGONAUTAS
Jasón es un héroe griego, de la región de Tesalia. Era hijo de Esón, rey de Yolcos. Habiendo sido
destronado Esón por su hermano Pelias, éste fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con
un hombre calzado con una sola sandalia
porque pondría en peligro su trono.
Jasón fue educado por el centauro
Quirón hasta que fue adulto. Cuando Jasón
cumplió los veinte años, se dirigió a Yolcos
dispuesto a recuperar el trono que por
herencia le pertenecía. En el camino, tuvo que
cruzar un río donde perdió una de sus
sandalias al ayudar a una anciana a
cruzarlo. Al llegar a la ciudad, fue llamado
por su tío Pelias y éste, al darse cuenta de
que aquél podía ser el hombre que anunciaba
el oráculo, decidió alejarlo de su tierra
enviándolo a una difícil misión: viajar
hasta la Cólquida (al pie del Cáucaso), y
traer de allí el vellocino de oro, que había
sido la piel de un carnero fabuloso que había
salvado la vida a Frixo, antepasado de
Pelias, y lo había trasladado a la Cólquida.
Allí Frixo ofreció en sacrificio a Zeus este
carnero y luego regaló la piel del animal, que
era de oro, al rey Eetes, que lo depositó en un
árbol custodiado por dos toros que arrojaban
fuego por la boca y una serpiente que nunca
dormía.
La diosa Hera, para ayudar a Jasón,
despertó en un grupo de jóvenes valerosos el
deseo de participar en la aventura. Jasón, acompañado de un grupo de unos cincuenta héroes griegos
(Orfeo, Cástor, Pólux, Peleo, Hércules, Teseo, Laertes, Atalanta –única mujer de la expedición, famosa
corredora y arquera—, Meleagro...) organizó la expedición. Le encargó a Argos, hijo de Frixo, la
construcción del navío que recibió el nombre de Argo en homenaje a su constructor. Del nombre de la
nave tomaron a su vez el de Argonautas (marineros de Argo) los héroes que en ella embarcaron.
Reunidos pues los Argonautas, se hicieron a la mar en dirección a la Cólquida. No mucho después
llegaron a la isla de Lemnos, donde sólo habitaban mujeres. La reina, Hipsípila, que se enamoró de
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Jasón, le contó que las mujeres de la isla habían sido castigadas por la diosa Afrodita, al no
rendirle culto, impregnándolas de un olor tan desagradable que los hombres las habían rechazado,
uniéndose con mujeres de las islas vecinas. En venganza, las lemnias mataron a los hombres de la
isla. Los Argonautas permanecieron con ellas un tiempo y luego se marcharon.
Después desembarcaron en el país de los doliones, donde el rey Cícico, los recibió
hospitalariamente. Pero una vez que parten, ya en alta mar, una tormenta los lleva de regreso al
mismo puerto. Los doliones creyendo que se trata de un ataque de sus enemigos los pelasgos, atacaron
duramente a los argonautas.
La siguiente parada los llevó a la costa de Misia, donde fueron recibidos con honores. Pero
Hilas, uno de los argonautas, se ahogó mientras recogía agua para aprovisionar al barco. Heracles se
rezagó buscando al muchacho y el Argo zarpó sin él.
En el país de los bébrices, el rey Ámico mataba a los extranjeros retándolos a un combate de
pugilato. Combatió contra Pólux y el dioscuro ganó la contienda.
Después de
pasar tantas y tan
variadas peripecias, los
viajeros llegaron a
Salmideso. Allí
encontraron al
anciano Fineo, ciego y
adivino, al que
ayudaron los
Argonautas a
deshacerse de las
Harpías, monstruos
voladores con rostro de
mujer, garras y alas,
que, cumpliendo un castigo impuesto por los dioses, impedían que Fineo pudiera alimentarse.
Fineo, en agradecimiento, informó a los Argonautas sobre el camino a seguir hasta la
Cólquida y además les dijo cómo podían superar el peligro que les esperaba al llegar a las Rocas
Azules, dos enormes peñascos flotantes en continuo movimiento, que chocaban entre sí aplastando a
todos los que pretendían pasar entre ellas.
Una vez superado este obstáculo, llegaron a la Cólquida. Jasón anunció a su rey, Eetes, su
propósito. Éste le dijo que le dejaría llevarse el vellocino de oro si antes conseguía uncir a los dos
toros que lo custodiaban, arar un campo con ellos, arrojar sobre los surcos unos dientes que había
entregado Atenea al rey y luego vencer a una serpiente que nunca dormía y que permanecía al pie del
árbol, donde se hallaba el vellocino.
El reto era imposible de conseguir: Jasón estuvo apunto de darse por vencido
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Sin embargo Medea, la hija del rey Eetes,
que era una notable maga y hechicera, se
enamoró de forma apasionada de Jasón y ayudó
a éste a llevar a buen término su hazaña (con el
compromiso previo de Jasón de llevarla consigo
a Yolcos), poniendo en práctica su brujería.
Dio a Jasón una pócima mágica que
conocía y con la cual Jasón conseguiría
acercarse a los toros monstruosos sin que le
hicieran daño. Medea desde este momento se puso
a disposición de Jasón, para ayudarle en su
propósito.
Habiendo conseguido uncir a los toros,
lanzó los dientes sobre los surcos hechos en la
tierra. De ellos brotaron cientos de hombres
armados que se lanzaron contra el héroe, pero
éste, siguiendo las instrucciones de Medea, arrojó
una piedra en medio de ellos y los ejércitos se
enfrentaron entre sí.
Luego, Medea provocó un terrible sueño a
la serpiente, gracias a lo cual Jasón se apoderó de
la preciada piel y huyó con sus hombres, con
Medea y con el hermano de ésta, Apsirto, en su
embarcación.
Los hombres de Eetes persiguieron a la
nave y Medea mató a su hermano, lo despedazó y
lo arrojó al mar. El rey Eetes recogió los restos
de su hijo y perdió de vista a los Argonautas.
Medea había sacrificado todo, familia, posición
y patria por el amor de un hombre, Jasón.
Después de esto, los Argonautas
emprendieron el regreso en un largo viaje en el
que tuvieron que sortear diversos peligros: duras
tempestades, el asedio de las Sirenas y el ataque
de los monstruos Escila y Caribdis.
La maga Circe, tía de la joven, purificó a
Medea de su crimen y allí tuvo lugar su
matrimonio con Jasón. Finalmente llegaron a
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Yolcos. Allí Pelias recibió de Jasón el vellocino y luego murió, a manos de sus propias hijas, debido
a una artimaña de Medea.
Por estas muertes Jasón y Medea huyeron a Corinto, ciudad de la que era originaria la madre de
Medea. Allí en Corinto, Jasón consagró la nave Argos al dios
Poseidón Medea y Jasón tuvieron dos hijos y durante varios años
pasó el tiempo felizmente para ellos.
Pero más tarde Jasón, buscando acrecentar su poder y
riqueza y mirando sólo en su propio provecho, repudió a su mujer
para casarse con Glauca, hija del rey de Corinto.
Medea quedó hundida y destrozada por el desprecio, ella que
había abandonado todo, patria y familia, y que había llegado
incluso a provocar la muerte de su hermano, todo por el amor de
Jasón.
Su odio fue
enorme, y su venganza,
horrible.
Medea, simuló
aceptar su situación
pero para vengarse, regaló unos vestidos envenenados que
acabaron con la vida de Glauca y con la de su padre, que
pereció abrasado al intentar ayudar a su hija.
Mientras Medea inmoló a los hijos que había
tenido con Jasón,
pretendiendo hacer
todo el daño posible a
su marido con esta
funesta acción.
Tras este
horrendo crimen
Medea huyó y se
exilió en Atenas.
Jasón, destrozado por todo lo ocurrido, llevó una vida
triste y solitaria, y un día que estaba sentado junto a la vieja
la nave Argos, murió aplastado por un tronco desprendido del
podrido casco.
Los dioses elevaron al cielo la nave y la convirtieron en
constelación, y los mismo hicieron con el vellocino de oro,
convertido en la constelación de Aries.
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EL VIAJE DE ORFEO A LOS INFIERNOS
Según el mito, Orfeo era hijo de Eágro (un dios-
río tracio) y de la musa Calíope, aunque en otras
versiones se dice que su padre era el mismo Apolo. Este,
le regaló una lira y las musas le enseñaron a tocarla.
Según los relatos, cuando tocaba su lira, los hombres
se reunían para oírlo y hacer descansar su alma. Se
decía que su música amansaba hasta las fieras. Partió
con Jasón para ayudarle a conseguir el vellocino de
oro. Cuando Orfeo regresó de la expedición de los
Argonautas se estableció en Tracia. Allí conoció y se
casó con Eurídice, de la que estaba muy enamorado.
Un día en el que la muchacha intentaba
escapar del acoso del pastor Aristeo fue mordida por
Cuando ya estaba cerca de la luz, le asaltó el temor de haber sido burlado por los dioses infernales, e
incapaz de resistirse Orfeo, rompió su promesa y se giró
para comprobar si ella seguía allí, y en el momento en
que sus ojos se posaron sobre su mujer, Eurídice se
desvaneció para siempre y éste se vio obligado a regresar
al mundo de los vivos sin ella.
Desde este momento Orfeo, quejándose de la
crueldad de los dioses, desdeñó el culto a todos los dioses
excepto a Apolo. Tras su malograda y desdichada
experiencia amorosa, se retiró al alto Ródope y al Hemo,
despreciando el amor de las mujeres del país. Una
mañana temprano, ascendió el monte Pangeo (donde
había un oráculo de Dioniso) para saludar a su dios al
amanecer, pero fue despedazado por las ménades tracias
por no honrar a su anterior patrón, Dioniso, y por
despecho al sentirse despreciadas por Orfeo.
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EL RAPTO DE EUROPA (FOTONOVELA)
El poeta romano Ovidio, en su libro Las metamorfosis, narra multitud de leyendas, y entre
ellas nos cuenta el mito que da nombre a nuestro continente, el rapto de Europa.
La joven princesa se recreaba con sus doncellas en la playa de Tiro, contemplando el mar.
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El toro se muestra
manso y pacífico,
como si desease la
compañía humana.
Europa dirige su mirada hacia sus amigas y contempla por última vez la tierra de Asia, a la que
nunca volverá.
El toro la lleva a una tierra desconocida enfrente de las costas de Asia. Asombrada, Europa ve cómo el
toro se yergue ante ella… para metamorfosearse en Júpiter, padre de los dioses.
Europa no supo nunca que su padre, incrédulo ante lo que le habían contado
las muchachas sobre la desaparición de su hija, envió a su hijo Cadmo en busca
de su hermana, con la orden de no volver sin ella. Recorrió el joven fenicio las
tierras de Grecia, sin hallarla, pues Júpiter la había dejado en Creta, donde
reinaría su hijo, Minos. Por eso, al no encontrarla, Cadmo se asentó en Grecia,
fundó una ciudad y enseñó a los griegos el alfabeto, la artesanía y el comercio.
Si su hermana le había dado el nombre, Cadmo estaba proporcionando las
bases culturales y económicas de un nuevo continente.
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ORFEO Y EURÍDICE (FOTONOVELA)
FOTONOVELA)
Orfeo es un personaje de la mitología
griega, hijo de Apolo y la musa Calíope, que
heredó de ellos el don de la música y la poesía.
Según los relatos, cuando tocaba su lira, los
hombres se reunían para oírlo y hacer descansar su
alma. Se decía que su música amansaba hasta las
fieras. Allí conoció y se casó con Eurídice, de la que
estaba muy enamorado
Te dejaré pasar
Orfeo,
Pero Orfeo desobedece, mira atrás y Eurídice desaparece. Orfeo se queda solo y desolado.
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LOS VIAJES DE ULISES (FOTONOVELA)
A lo largo de su largo viaje de regreso a Ítaca Ulises y sus hombres conocen muchos pueblos y
países, y les suceden mil aventuras. En la isla de Sicilia Ulises pierde a varios compañeros,
devorados por el cíclope Polifemo, un ser gigantesco y cruel que tenía un solo ojo. Ulises se
venga cegando al cíclope.
Bienvenido a nuestra
isla, Ulises. Nosotros
te ayudaremos a llegar
a tu destino
Penélope es acosada por numerosos pretendientes, que creen que Ulises ha muerto y que piden su mano.
Ella les dice que no elegirá esposo hasta que acabe de tejer una mortaja para su suegro. Entonces se
casará. Secretamente pide a los dioses que Ulises esté vivo y regrese. Para alargar la labor, desteje de
noche lo que teje de día. Así espera la llegada de su amado Ulises,
I. ARTE
Une obra de arte con su época
Eneas herido Barroco
Medea a punto de matar a sus hijos (Delacroix) Romanticismo
Orfeo y Eurídice (Rubens) Simbolismo
Jasón y Medea (Moureau) Arte romano
Une obra de arte con su autor
Jasón y Medea Rubens
Orfeo y Eurídice Moureau
Jasón y Medea Waterhouse
Medea Herbert Draper
Medea a punto de matar a sus hijos Feuerbach
Ulises y las sirenas Delacroix
Une obra de arte con su saga
Eneas herido Argonautas
Medea a punto de matar a sus hijos (Delacroix) Eneida
Orfeo y Eurídice (Rubens) Argonautas
Jasón y Medea (Moureau) Odisea
Ulises y las sirenas (Draper) Orfeo
II. ASTRONOMÍA
¿Qué es un catasterismo?
III. GEOGRAFÍA
¿Qué país actual es la Cólquide?
En lo Odisea se habla de un país donde es la noche y el día se suceden casi sin interrupción. ¿Qué
tierras pueden ser éstas?
o La leyenda de Europa alude a contactos entre fenicios y griegos. ¿Qué tomaron los griegos de los
fenicios?
V. LENGUA
¿Qué significados tienen las palabras?
Odisea
Nauta
Sirena
¿Tienen algo que ver con la mitología?
VI. LITERATURA
o ¿Qué obras tienen tratan de las aventuras y los viajes de un héroe?
Los viajes de Gulliver, La Celestina, Robinsón Crusoe, Romeo y Julieta, Crimen y castigo, La colmena,
20.ooo leguas de viaje submarino, El Aleph, Fausto, Moby Dick, El Quijote, El nombre de la rosa,
VII. MITOLOGÍA
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o ¿Qué deidades ayudan al héroe en cada mito?
Ulises:
Jasón:
Eneas:
Orfeo:
o ¿Qué deidades se oponen al héroe?
Ulises:
Jasón:
Eneas:
Orfeo:
o ¿Qué es una metamorfosis?
VIII. RELIGIÓN
¿En algunos de los relatos contendidos en este cuaderno se habla sobre el más allá? ¿En cuáles?