Sunteți pe pagina 1din 70
Erik H. Erikson EL CICLO VITAL COMPLETADO Nh editorial PAIDOS INDICE PREFACIO| 1, Introduecion Nota historica sobre el “mundo externo” ypla psicosexualidad y el cielo de las gene- Epigénesis y pregenitalidad ‘Modos orgénicos y modalidades posturales y sociales ‘Modos pregenitales, 41. Modalidades posturales, 48 Ritualizacién, $3 iF Estadios fundamentales del desarrollo psicosocial IReerca de fos téminos utilizados y de los diagramas Elaltimo estado PFE vinculo geneaciona: le adultes La adolescencia y la edad escolar {Loe aftos preescolares 5 15 0 69 83 92 99 0 FL CICLO VITAL COMPLETADO mismo”; “de la centricidad yoica a las relaciones entre pares"; “del juego al trabajo". Como concepto, este fesquema evolutive se basa, por supuesto, en las dos: teorias fundamentales del psicounilisis: la del desarro- Ho psicosexualy la del yo. En mi contribucién (1980 a) yo trataba de detinear los “elementos” de una teoria psicoanalitica del deste rrollo pslcosocial. Ademés, rastreé por primera vez la fradual inclusion en el pensamiento psicoanalitico de To que se llam6 una vez “el mundo externo”, desde mis primeros diss de formacién psicosnalitica en Viena, hasta los primeros aflos que pasé en Estados Unidos. Lucgo de acentuar Ia complementariedad de los enfo- ‘ques psicosexual y psicosocisl y su relacidn con el con- cept del yo, procedi a reseftar los correspondientes es- tadios del ciclo de la vida Reformular ahora con tanta extensiOn las considera- clones teéricas que uno fue enunciando a Jo largo de st vida y en una variedad de contextos plenos de datos, puede parecer tarea poco fructifera para el autor y el lector, Pero fue en realidad el Enfasis que se daba al en- foque histérico en la invitacién del NIMH, lo que me sugirié que era ésta una empresa valida, pues tal exten sign de Ia teorfa psicoanalitica s6lo podrfa haberse ori- Binado en Estados Unidos y en un perfodo tas déca- das del 30 y del 40— en que los psicoanalistas, en una atmésfera de creciente turbulencia mundial, fueron bien recibidos en los centros médicos y también en las discusiones interdisciplinarias intensivas. Y tales discu- Siones resulteron més tarde fundamentales para el tema central de la Midcentury White House Conference on jldren and Youth, a la que Joan Erikson y yo con: PREFACIO u tribuimos con wn trabajo titulado “Growth and Crises of the ‘Healthy Personality’ ” (1950). Decidi entonces volver @ editar y ampliar en los pun tos nevesarios lo que habia escrito para el NIMH intro: duciendo s6lo un cambio importante: al Megar (una ‘yer més!) a resefiar los estadios de ls vida, cambié el orden de presentacion, En el capitulo escsito para el NIMH ya habia optado por comenzar la lista de los es: tadios psicosociales no con la ninez, como es costum- bre, sino con Ia adultez: la “idea” es que una vez. que uno ha elaborad la intervinculacién de todos los esta- dios, debe poder comenzar con cualquiera de ellos y Hegar desde éste, de un modo ongénico, a cuslquier otro en el mapa que fos agrupa. Y la adulter, despus de todo, es el vénculo entre el ciclo vital individual y el ciclo de las generaciones, Sin embargo, en este ensayo ‘yoy més lejos y comienzo mi tratamiento de los estar dios con el timo, la vejez, para averiguar en qué me- ddida el ciclo vital, completado puede dar sentido a toda fa trayectoria de la vida No obstante, por dondequiera que comencemos, el ‘al fundamental que los estadios de Ta vida desempenan fen nuestra teorizacin psicosocial nos llevard cada vex ‘mds profundamente a los problemas de la refasividad hist6rica. Asi, una mirada retrospectiva a las altimas <écadas del presente siglo muestra que la vejez sélo se ‘descubrio’” en afios recientes —y ello por razones ta to tedricas como histOrieas~, pues requirid por cierto alguna redefinicién el hecho de que se descubriera(y que los propios viejos descubrieran) que un nimero crecien- te de viejos representan una masa de siejos mds bien que una élite de anctanos. Antes de esto, sin embargo, ree ee —— 2 ELZICLO VITAL COMPLETADO hhabiamos legado finalmente @ reconocer a la adultez como una fase evolutiva y conflictual por si misma, ‘is bien que considerarla meramente como el fin ma- duro de todo desarrollo (p. ej. Benedek, 1959). Antes de esto (y entonces sdlo en los afios 60, perfodo en que se produjo una crisis de identidad nacional reflejada draméticamente en la conducta pablica de algunos de nuestros jévenes’, habfamos aprendido a centrar nues- tra atencidn en ls erlsis de identidad de la adolescencia como algo fundemental para la dinémica evolutiva del ciclo vital (Erikson, 1959). Y como hemos sefalado, la “personalidad sana" del niilo y todos los estadios in- fantiles que s6lo se descubrieron en este siglo no lega- ron a constituire en el centro de la atencidn sistemati~ ceaen Estados Uridos antes de la década del 50. Por lo tanto, al leer este ensayo el lector en st tiempo y lugar sital histérico- puede querer examinar nuestro intento de “completar” el ciclo vital dentro del Tapso de nuestra vida, Esperamos que este titulo suene suficientemente irénico como para que no se lo tome feomo tina promisa de exposicién exhaustive de una vi ‘da humana perfecta, pues s6lo est4 destinado a contir- mar el hecho de que si uno habla de Ia vida como un ciclo, ello implica ya alguna clase de autocomplet miento, Pero la claboracién que de esto se haga en wn Seterminado memento depende, por supuesto, del es- tadio tedrica de la propia disciplina y del significado que pueden tener para nosotros y para nuestros congé= heres diferentes perfodos de la vide. En Ia actualidad, {ullgunor de nuestros términos y conceptos parecen demasiado ligad>s a nuestro tiempo —0 2 nuestra épo- ca? Y si el eanbio de los tiempos sugiere un cambio PREFACIO B cn las ideas, pueden martenernuestos teminor 8 Snitcado orginal 9 spur contibuyendo a que os entendamos? Por ini part, s6lo puedo refrmular agus tem nos tal como "se ine presntaron”™ en su complelidad, Beta ragestva pero tambien adecuadamente Orde caie Somptcidad ves sn cinbareo, condo =m Manio‘s durateros equivncog Al refermlarios on et Prone bro no pucto evar qe sara om algunos de pre cotores la reiterada sspocha de que ya han TefQO wn Mjooma porte este o sel asso, quis extenso Puede gues at, pes me ha presto que en eta {os no tone sentido en algunos casos reform 10 i yi prcoia aber sido expresado en forma adecus- ay Jocurre asf que mis reconocimientos también pue- don formularse referidos a una secuencia de décadas. Lo que he aprendido de mis colaboradores puede no- tarse muy bien observando la lista de las instituciones, Je investigacin con las que tuve el privilegio de estar Vinculado. mientras ejerefs como psicoanalista y parti “ipaba en fas aplicaciones de esta disciplina en fas es “xtelas de medicina, En la década del 30 estuve vincula~ Jo con la Harvard Psychological Clinie y con el Yale Institute of Human Relations; en los afios 40, con el Guidance Study del Institute of Human Development de la Universidad de California, Berkeley, y en los aftos 50, como residente en ci Austen Riggs Center, en las Herkshires. Cada una de estas instituciones, con sus ‘modalidades innovadoras, me permitid una consagra- Gién memorable al estudio clinico o evolutivo de de- terminados grupos de edad de seres humanos, Por al L 1 HL GICLO VITAL COMPLETADD fimo, en los afios 60 mi propio curso para alumnos no. graduados, sobre “El ciclo vital humano”, dictado en Harvard, me permitié compartir el esquema evolutive con un amplio grupo de alumnos que respondian muy bien y estaban profundamente interesados tanto en la vvida como en la historia, En cl texto se nombra a algunas personas cuyo apoyo result especialmente vital alo largo de los afin. Cualquier intento de hacerles “justicia”, en este con- texto a ellos y a otros que no menciono, parecerfa fie i Como en todos mis prefacios, concluy mis reco- ‘nocimientos dando las gracias a Joan Erikson, Nuestra contribucion conjunta (ya mencionada) a la Midcentu ry White House Conference muestra muy claramente que su guia “editorial” ha ido mucho mis allé de har cerme legible: ha logrado vivifiear todo el mundo de imigenes del ciclo vital que aqui dejo reseftado U. Erikson, 1950, 1976). 1 La preparacién de este ensayo conto con et apoyo parclat el Masrce Fae Medical Fond, de Pitebargh, Penylvani, INTRODUCCION SOBRE'EL "MUNDO EXTERNO™ eo bio = El término y concepto “psicosocial”, en un con- fexto psicoanaiftico, esti obviamente ‘destinado a complementar Ia teorfa dominante de la psicosexual- dad, Para presentar un cuadro de los comienzos de tal esfuerzo debo remontarme a la época de mi Formacién en Viena ~el perfodo en que iba cobrando auge la psi cologia del yo~ y esbozar brevemente algunas concep- tualizaciones cambiantes de ta relacién del yo con el ambiente social. Bs cierto que las dos obras bisicas o- bre el yo “ET yo y los mecanismos de defensa, de Anna Freud, y La psicologra del yo y el problema de la adap- taciém, de H. Hartmann solo aparecieron en 1936 y en 1939, respectivamente. Pero las abservaciones y conclusiones en que se basaban estas dos obras domi naron buena parte de la discusién en los afios anterior res al completamiento de mi formacién y a mi emigra- cidn a Fstados Unidos en 1933, Entretanto, las funcio- nes defensivas y adaptativas del yo han leaado a cons- tituir favetas firmes de la teorfa psicoanalftica, Mx pro- pésito af remontarme a sus orfgenes es indicar de qué 6 CICLO VITAL COMPLETADO ‘manera la teoria general podfa parecerle a un joven es: (udioso orientada a prestar ~aunque sin lograrlo del todo una atencion sistemitica al papel del yo en le re laci6n entre individualidad y comunalidad. Resulta muy interesante a la mirada reteospectiva y muy significative respecto de las contraversias ideolo- gicas Iatentes cue jalonan el progreso en este campo, el ddisenso origin:l entre las ideas que iban exponiendo ‘Anna Freud y Hartmann. Anna Freud misma, con st manera directs, nos dice que cuando ella sometié por primera vez fo-malmente sus conclusiones respecto de fas funciones defensivas del yo a la Sociedad de Viena, en 1936, “Ha-tmann mostré una actitud positiva et eneral, Pero azentud que con mostrar al yo en guerr con el ello no terminaba la cuestidn, y que existian| ‘muchos problenas adicionales del desarrollo y funcio-| namiento del y> que habfa que tomar en consideracién, Mis puntos de vista eran mds limitados en esa época, 9 lo que él decfa constitu‘a para mf una novedad que alin no estaba lista para asimilar”, En efecto —sigue dicien- do~, su contribucion partia “del sector de la actividad ddefensiva del yo contra los impulsos; la de Hartmann, de una manera mds revolucionaria, naefa del enfoque de la autonomia del yo, que hasta entonces se habia ‘mantenido fuera del estudio analitico” (Loewenstein ¥ ‘tras, 1966), Estas ditimas cuatro palabras, asf como la de “revo- Iucionaria", apuntan a la cuestion de los. limites elegidos por ctda investigador en las diversas épocas del desarrolio ce la teoria psicoanalitica, Para conside- rarlos, tendriamos que tomar en cuenta las implicacio- nes ideologicas y cientfficas de cada avance realizado y a nernopuccion " de cada témino correspondiente en Ia torfapscoana- ities y, on verdad, en Colas las aplicaciones de teoris te i lens natural al hombre. La poscon oniginal de Freud se orientaba, por supuesto hacia el impulo, ¥ Inipeneracion de nombres mujeres formados en E- Tope Cantal recordaran que este temino, el mis fu {amen de todos, 7Hee, en uso en alemdn toni tn cantidad de connotaciones en fa Mosoffa del na furnern, ya ta ver un wlor Ponderativoy tabi =~ Tucionado con una idea de Jtareglo: esto (para bien © furs mal) sper. al tadnclio como “instnto™ 0 mpulso” Die suessenTiebe "os duleesimpulsos”-—, pods decir ef pocts slomin, mientras que sveros ff [Gtogespodtan hablar Je la obligacion de que todo tratajdlgno del nombre de ceneiaencontrara “fuer is de igual dignidad™ (ones, 1953) —iguales alas que J habian lado ycuantficado las cfoncas naturales Pleo ben Freud init en ue "odes muestra ideas proviionales en paologia so basa alin diay pre Eimblemonte, en una subestrctara orgnica™ (1914), mbign dojo ‘en claro que estaba Uhpuesto 2 esperar n'apoye experimental sealmete confab de Ta exis toncla de una ener nit de aeance universal Sin embargo. de innegable candcter milico. Ast com. prendimos que se oponta los intentos “materialist” fe Reich de haar huellas mensurables deta ibido en tn tonisidad de slginas series corpora. Tos traajos de Freud habian comencado en el sgl> en que Darvin investiga el origenevottivo de Ia e= peels: y el nuovo ether humamsticn Tequeria que fe umanifad, ror tan orgolons de Ta coneiencn y Ia {Stature mort desu supuesta madurezevizads, =p" L 18 LCICLO VITAL COMPLETADO tara el descubrimiento de tas rasces primarias de sus ancestros animales, de su prehistoria pristina, y de los, tstadios infantiles de su ontogenia, Pstas ideas estaban fn todo caso implicitas en esa terminologia de la ener ffa instintiva que a lo largo de los aftos ha legado a transmitir una cierta conviccion eitualista, mas bien que tuna pensistente esperanza de lograr estricta confirma ‘ion cientifica, En su momento, sin embargo, esta for zm energstica de pensamiento absid insospechadas ~o ‘ulizds sospechadss~ comprensiones. El propésito por fel que Freud trazé esta linea se inspiraba, sin embargo {como lo ha mostrado en forma tan elocuente la correspondencia entre reid y Jung, recientemente publicada), en su conviccion de que era de fundamen: tal necesidad estudiar con gran atencién ese niicleo in- cconsciente e instintivo del hombre que él Mamaba el “ello” (y, por ende, algo afin a un mundo-exteriorin- temo), y 10 ceder dee ninguna manera a la tenaz resis- fencia de la humanidad a ver su naturaleza “inferior”, nia su tendencia a desvitalizar tales perspectivas rem tologizindolas camo “superiores”. No es sorprendente, entonces, que la realidad social, en relacion con ese bus Tente ealdero interno que era el principal objeto de exploracién, ocupara al comienzo una especie de posi- ccién extraterritorial y se denominara, con mucha fre- cuencia, “mundo externo” o “realidad externa”. Ast, ‘nuestro orgulloso yo, al que Freud llamaba una “eriatura de frontera”, “tiene que servir a tres duefios y esté, por consiguiente, amenazado por tres peligros, prove niientes del mundo extern, de la libido y el ello, y de la severidad del supery6” (S, Freud, 1923). ‘AL examinar por primera vez la relacion entre el yo vrRoDvCcION » y la vida erupal, Freud (1921) analizé las posiciones de Jos autores de si 6poca (por ejemplo, Le Bon, MeDot all) que trabajaron sobre formaciones prupales “arti ciales", es decir, multitudes, muchedumbres, meras masas, 0 lo que Freud llama grupos “primarios” y “primitivos”. Freud centré su atencién sobre la “inser- Gién del individuo adulto dentro de un econjunto de personas que ha adquirido la caracteristica de grupo psicolégico” (la bastardilla es mia), Protéticamente, el objeto de su reflexion era el problema de cémo tales trupos “permiten que el hombre se desembarace de represion de sus impulsos inconscientes”. En esa époc Freud no se formulé la pregunta fundamental acerca de cOmo el individuo ha legado a adquirir lo que “po- seia fuera del grupo primitivo™. “sw propia continul- dad, su autoconciencia, sus tradiciones y sus costum- bres, las funciones y' la posietn que le son propias ¥ particulares”. El principal objetivo de Freud al analizar ‘grupos “artificiales” (tales como una iglesia 0 un ejér {o) era mostrar que la cohesion de tales grupos depen= de de “instintos de amor” que se han desviado de sus Fines biolézicos para contribuir a formar apegos soci les, “aunque no actian con menos enerafa en ese res ecto”. Este diltimo supuesto debe interesamos en el contexto del desarrollo psicosocial: cul puede ser la Tegitimidad que permita “transferir el amor... de fines sentales a fines sociales” ~queremos decir, transfert sin menoscabo~? ‘Anna Freud, en su sintesis de los mecanismos de- fensivos del yo, relegé de nuevo a un “mundo externo” la presencia de fuerzas sociales, ya generalmente reco nocidas: “El yo resulta victorioso cuando sus medidas 2» EL CICLO VITAL COMPLETADO defensivas fe pormiten restringir el desarrollo de la an- sedad y transformar los instintos de modo que, aun en circunstancias Jitfciles, se asegure algiin grado de gratif ‘eacion, con Io cual se establecen las relaciones més ar ‘moniosas posites entre el ello, et supery6 y las fuerzas del mundo extermo” (A. Freud, 1936). En sus trabajos posteriores sigui6 esta misma direceidn al formular I rneas evolutioas que “en cada caso... seMalan como, 4 partir de actitudes dependientes, ieracionales, determi nnadas por el elloy fos objetos, el nitio va desarrotlando, graduaimente un control ereciente del yo sobre st mundo intemnc y exteno” (A. Freud, 1965). Sin em= Dargo, al preguntarse “qué es lo que selecciona linea individuales y tas promueve especialmente en el dese rrollo”, Anna Freud sugirié que “tenemos que tener en cuenta influencias ambientales accidentales. En el and lisis de ninios mayores y al reconstruir el proceso a par fir det analisis Je adultos, hemos descubierto que estas fuerzas se encernan en la personalidad de los progeni- tores, sus acciones e ideales, la atmésfera familiar, el Impacto que produce el ambiente cultural como un to- do”, Subsiste ln cuestion respecto de influencias amtientales sonmés omenos™ Hartmann, por su parig, tomé una posiciin total: ‘mente distinta al sugerir que el yo humano, lejas de ser meramente la defense evolutiva contra ei ello, tenia rafces indepencientes, A funciones clisicas de la mente hhumana, tales como fa matilidad, la percepcién y la memoria, Hartmann las Hlamaba “aparatos yoicos de la autonomfa prinaria™. También consideraba que todas estas capacidades de desarrollo consistfan en un estado, de adaptacion 1 lo que él denominaba “un ambiente rc. OO ese rerRODUCCION a promedio prevsible”, Como dio Rapaport: “Mediante tox coneeptos, puso e fndamento del concept y Teoria pucoanaiticos de i aaplaion, y esbord Ia primera teorla generalizadh de las elaciones de real Ud on ta pscologta psicosnaliten del yo" (Rapaport, Gm Erikson, 1959). Pero. -picga Rapaport “no 80 Strece una icoria picosocldiferenciada y espectiea” Yen verdad, un “ambiente promedioprevsble” pare- e\postular s6lo un-minino de Tos condiciones que yor attevros dec hacon posible Ia mera per Jidadsn Je la vide socal que son fuente de f vitaidad {halvidval y comunitria-y. adends, de graves confe~ tos verdad, Hativarnsiuid tambien empleando Se ta realidad” (1947), "accion frente a la realidad” aay) y actuar en # indo externo™ (1956), para Sitar s6lo unos breve pases que selan dOnde Due- {fon teaarse on un determinado, momento, 1a Hineas nel Jesarello de un campo Et vocabulario mecanitista y fscalista de la teorsa Eypund externo", legen a ntizarme ens primeras tapas de mi formacion, especialmente debido al elma general de Tos seminaic elintoos en particular el ‘Kinderseminar® de. Anne Fred, que estaban 2 imadon por una inéiteaproxiacion a problemas tanto Shcifes como internos 9 aauntaban etonees un esp fitu que caracteriza lo meior dela formacion psicoana- Tica! Freud escribiO una ver a Romain Rolland que “Sendo como son nuestro natntos inmates y el mu do tue nos robes, peso que el amor no es menos esencial para la supervivencia de la raza humane que ‘cosas tales como la tecnologsa™ (1926). ¥ nosotros los estudiantes pudimos en verdad experimentar en las dis casiones elinicas una forma modema de caritas consis lente en reconocer que, en principio, todos los seres Inumanos son iguales porque estan expuestos a los mismos conflictos, y que la “técnica” pslcoanalitica requiere la aprehension por ef psicoanalista de los com Aictos que puede estar “transfiriendo” en forma inevi- table (y muy instructiva) de su propia vida a una de terminada situacién terapeitica Estos son, en todo caso, los conceptos y las palabras ‘que yo utilizarfa hoy para caracterizar el nicleo de un huevo espiritu comunitario que percibi a veces en mis snos de estudiante. Asi, la presentacion y discusion ex: tensiva e intensiva de casos parecta estar en oposicién polar con el legado terminolosieo que provesa el marco de referencia para el discurso teérico. El lenavaje clint co y el teérico parecian fomentar dos actitudes dife rentes hacia la motivacion humana, aunque resultaran ‘complementarias en nuestra experiencia formativa, Ademés, asf como el tratamiento de adultos habia Ievado a ta formulacién de algunos subestadios defini dos y decisivos de la nitez, y por ende a supliestos evo- lutivos que establecieron una primera pauta en el ever tual estudio de todo el ciclo vital, también la observa cién directa y cl tratamiento psicoanalitico de ninos la sugirieron contundentemente, En la discusion de tar les trabajos, lego a manifestarse de la manera mls char ri el curdcter exolutivo del psicoandlisis, pues los ninos ‘no s6lo offectan sorprendentes verificaciones sintoms ticas de los supuestos patosrilicos del psicoanaliss, si netRODUCCION 2 tno que @ menudo To haefan superando todas las expec fativas adultas por #1 manera directa de expresion Midi cc y comunicativa. Se reveld asi, junto con fos intensos feonflictos infantiles, wn esfuerzo de experiencia y sin- fests pleno de recursos e inventiva. Fue en los semins: Flos en que se trataba la patologia infantil y en los que intervenfan psicoanalistas profundamente interesados fn la “educacion progresista™, donde fue pasando a se fzundo plano el lenguaje reduccionista de la teoria cien tifiea, mientras Ia escena se iba animando con innume- rables detalles ilustrativos de la mutua implicacién en- te el paciente y otras personas significativas. Se suge- ria enfonces como futuro tema de estudio, no la “eco- nom{a” interna de impulso y defensa de una sola per sona, sino una ecologia de activacion mutua dentro de tuna unidad comunitaria, tal como la familia. Esto pa roots ser particulamente exacto en el caso de las ob- servaciones presentadas por los dos principales obser adores de Jovenes, Siegfried Bernfeld y August Aick- hom. Al pfimero de ellos lo conoet sobre todo como conferenciante invitado, y al serundo como el exposi tor mas sensible y realista de los problemas de los de- Jincuentes juveniles. En la actualidad, no vacilarfa en afirmar que la di ferencia fundamental que existia entre el enfoque te&- rico y el elinico que caracterizaban nuestra formacién ce la que observamos entre la preocupacién del siglo ppasidlo por Ia economia de fa enengia, y el énfasis que se da en nuestro siglo a la complementariedad y la else fividad. Sin saber inuy bien por qué lo hacia, titulé luego el primer capitulo de mi primer libro: “Releva cia y relatividad en la historia de casos” (1951, 1963). ™ HL CICLO VITAL COMPLETADO. Como quiera que se to k © To lea, ¥ por mais analbgico que pueda ser tal ponsamiento, he Hlegado a considerar que Ja actitud linea bésiea del psicoanslisis consiste en luna experiencis basads en el reconacimiento de milt piles relatividad:s —idea que espero se vaya aclarando en este ensayo. ero haba tercer ngelents oa situcion de sorenizale en Vitam pam mi polls Mate na enfoqe cinco nat coco me ea Foe (slo peed llumaro seco) stile de ttenconconfaactonay attra gave edeabe Freud, De lle tantra felinente ai sacs cin de Tn conact de aero deo nie y nena Pera igstmente To aust confucs Snake trsonba yes acs a menodo anor) ae" xprsin mans sit col ao poten tends spar conducts seas road para nvr nbn baa un asees rats $n fn abamador de tren toto os en Viens seers ioe imseaes eh hinos 1931], 72 priner aiuto ona eases ae dont fe “Congest 1357) ro todo exo porgue pars eas Inge sfuen endo basco pane incon gone Dasa nn apache pose Plazas por itzsconesenpesmestacy ed ro ewa—aoao ereopuccion s ticas, por mis sugrentes y saisfactorias que puedan oro ya es el momento de menclona el hecho dor mminante” que el peiodo hatrico en que aprendimos » Sinerar tales revlaciones de tx vida fern estabe onvitindose en uno de los pertodos mds eatatrfi onde t historia Ta dvi ico etre elm do “interno” yl “extemno” puede muy bien haber te tivo las profundas connoticiones de una amenazadora Seton entre la evlizcién judeo-critana, indivi Tata y de ragambre,sumista, Ta veneracion total tira el Estado racist, Tate hecko eatuvo a punto de inenaear ia vida mama de algunas de as personas que se'eticaban enionces bs extados que aqut deer Simos. No ebstant, ellos redablaron empecinadamen- te nu couerzos (como ho merit las fects de publ Seton au hemos etado) como a entonces se nses= tara mat uepentemente que nunca una devocion meto- Mie 1 us emprosa aferporaes de las esl TEntctanto, de este ldo del Atlintico psicoanalistas aun mis fovenes, como yo mismo, desebrieron ave tra posbie contin yafplar de inmedato ls seh Tesque apuntabon hacia investiga soc, prepa dis durante el desarrollo dela prcologiavienesa del Yo. pues todos nos sentimos fuertemente ataidos por et Trabajo interdiciplinrio compartimos el espiritu pronero de Tas nuevas wstituciones J "escuela" ps Connattics, En Harvard existia un ambiente médico Scogelor. vigorizado por el nacinte trabajo sociops quidco, Tambien alt Henry A. Murray estaba esta- Tiando histons de vida net que decass, mientras 2 ELCICLO VITAL COMPLETADO tanto, en una variedad de reuniones interdiseiplinarias| (bajo 1a amplia influencia de Lawrence K. Frank, Mar- garet Mead y otros), se abrian las barreras existontes en- tte los diferentes compartimientos de los estudios me dicos y sociales y se establecta un intercambio de inte- reses gue pronto resultaron complementarios. Y asi st- cedi6 que en el ao mismo en que apareeta en Viena EI yo y los mecanismos de defensa (A. Freud, 1936), tuve el prvilegio de acompafiar al antropSlogo Seudder Me keel ala reservacion de los indios sfoux, en Pine Ride (South Dakota), y de realizar observaciones que resulta- ron fundamentales para una teoria psicoanalitice de enfogue psicosocial. Uno de los rasgos mis sorprenden= tes de nuestras primeras conversaciones con los indios norteamericanos fue la convergencia que se producia entre 1a explicacion que éstos daban respecto de sus aantiguos métodos de erianza de nitos, y el razonamien- {© psicoanalitico por el cual Negariamos « considerat ‘esos mismos datos como relevantes ¢ interdependientes, FL método de crianza en tales grupos hecho que per- cibimos en seguida— es la forma en que los modos bé- sicos de organizacion de su experiencia —lo que deno- minamos el evhos de grupo se transmiten alas prime- ras expetiencias corporales del infante, y, a través de elas, a los comnienzos de st yo. La reconstruccién comparativa de los antiguos sis: temas de erianza de esta tribu cazadora de kis Grandes Llanuras, y, mis tarde, de una tribu peseadora de Cali- fornia, azrojaron mucha luz sobre lo que Spite lamé el ‘diflogo” entre la disposicidn evolutiva del nia y la pauta de cuidado mateo que una comunidad le ofte= ce “la fuente y origen de Ia adaptacion especitica de vrnovuccios 2 Ja especie" (Spitz, 1963, paz. 174). También apren- dios a reconocer Ja importancia del estilo de form cidn del nino no s6lo para la economéa interna del ci- lo vital individual, sino también pars el equilibsio eco- logic de una comunidad dada, sometida a cambiantes ‘condiciones teenoldgicas e historias. No nos proporcioné ningiin consuelo, pero si un sombrio aliento, el hecho de que lo que Hezamos gra- ddualmente a comprender sobre cl holocausto y lo que experimentamos durante la Segunda Guerra Mundial, sugiriera por lo menos la posibilidad fatura de un escls- feeimonto medians uns nue picolon poiea ff de las tendencias mas devastadoras y destructivas mank festadas en representantes de Ia especie humana que ran, aparentemente, los més civilizados y avanzados.f/ 4 El propésito de este ensayo es Himitado: se propone esclarecer la teoria psicosocial que se fue desarrollando, especialmente en lo que respecta a como se origing @ partir de la teor‘a psicoanalitica general, y a que sign ficacion puede tener para sta. Para comencar por lo gue es primero, zcudl es la funcion de la pressnitali- ad, esa gran distribuidora de enerefa libidinal, en la ecologia —tanto sana como enferma~ del ciclo vital individual —y en el cielo de las generaciones~? ;Lapre- sgenitalidad existe solo para la genitalidad, y la sintesis yoica solo pata et individuo? Lo que sigue se basa en una gran variedad de obser- vaciones y experiencias, tanto elinicas como “aplica- das", que he referido en mis publicaciones. Por esta vez, seatin he senalado, trataré de prescindir del relato por: menorizado, Ademds, como he dicho antes todo esto x cto viral coueLerabo (© 4 mayor pate), dsbo part Seunos puntoy ctarme ‘mio npo te ctment sap det ciona estas ide aimaras con It de ites ie lo iargo de ls década han expresado puntos de wita se iiates uw optiten, aunque no pretend epreeniar Su Connie posal dentro del paceaa Ese cluceao elnino es fo ae mt ho responds josolictado on a invitacion det NIM LA PSICOSEXUALIDAD ¥ EL CICLO DE LAS GENERACIONES | EPIGENESIS ¥ PREGENITALIDAD | t Denominaciones combinadas tales como “psico- sexual” ¥ “psicosocial” estin obyiamente destinadas a ttazar Jas Iineas divisorias de dos campos —cada uno es tablecido en su dominio metodol6zico © ideotégico—, de modo de promover en ‘bidireceional entre ‘ambos, Pero tales locuciones hfbridas raramente supe- fan Ia tendencia humana a confundir lo que puede so- fmeterse a téenicas establecidas, con la verdadera natu- taleza de las cosas. Felizmente, el curar siempre requie- re una actitud holfstica, que no intenta cuestionar los hiechos establecidos, sine que intenta, sobre todo, in- Cluirlos en un contexto de alguna cualidad esclarecedo- ta, Por lo tanto, sobre Ia base de una experiencia apo- yada en historias de casos v de vidas, s6lo puedo co- fhumano depende en tode momento de tres procesos de ‘organizacion que deben complementarse entre si, Sigase tl orden que se prefiera, existe el proceso biol6pico de forwanizaci6n jerirquica e los sistemas orzénicos que onatituyen un cuerpo (oma): el proceso psiquico que re menzar con el supuesto de que la existencia de un =) \ L 30 EL cIcLo viral. conPLEraio j orwaniza ta experiencia individual mediante fa sintesis t del yo (psyche). y et proceso comunal consistente en la organizacion cultural de la interdependeneia de las per sonas (ethos). « Para comenzar, cada uno de estas procesos tiene sus ropios métodos especializados de Investigacion, que rno deben confundirse si se desea aislar y estudiar cler tos elementos basicos para la naturaleza y para el hone bre. Pero en tltima instancia, los tres enfoques son ne- ‘cesarios para esclarecer cualquier suceso humano inte- ara En el trabajo clinico, por supuesto, nos enfrentamos, con la manera ~a menudo mucho més sorprendente en que estos procesos, por su naturaleza misma, estin expucstos a fallar y a aislarse uno de otro, provocando, Jo que mediante diversos métodos puede estadiarse como fensién somitica, ansiedad individual, 0 pintco social. Lo que hace que el trabajo clinico resulte tan instructivo, sin embargo, es la regla segin la cual enfo- car la conducta humana en funcién de uno de estos procesos significa siempre verse envuelto en fos demas, ues se observa que cada stem que resulta relevante en lun proceso dla significacién a ftems de los demi, y @ st ver Ia recibe de ellos. Podemos lograr como lo hizo Freud en sus estudios clinicos de las neurosis de su tiempo y de acuerdo con los conceptos eientificos do- ‘minantes de ese perfodo~ un acceso decididamente zmuevo a la motivacién humana suponiendo la existen- cia de una energéa sexual todopoderosa (Eros) newada Por fa conciencis humana, reprimida par la moral do- ‘minante e ignorada por Ia ciencia. Y la magnitud mis- mma de la represion de ta sexualidad en aquella época, LAPSICOSEXUALIOND 3 agravada por una prohibicion cultural masiva, contribu Yy6 a dotar a la teorfa de la energia sexual, primero de eapacidad de escandalizar, y luego, de una resplande- ciente perspectiva de liberacién. No obstante, cualquier historia de caso, cualquier historia de vida, o explicacion Si se realiza exhaustivamente, nos Hevaré a tomar en euenta Ia interaccion de esta postulada energia con tras aportadas (jo retenidas!) por los dems proceso. Los informes sobre suetios y los fragmentos de casos que relata el mismo Freud, contienen siempre de todos ‘modos datos que sefalan tales consideraciones ecoldsi- sulté indispensable para a fundamentacién somatica del desarrollo psicosexual y psicosocial, es Ia\epigengat, Este término ha sido tomado de la embriolosfa, y | cualquiera sea hoy su status, en los tempranos dias de nuestro trabajo hizo progresar nuestra comprension de la relatividad que rige los fenémenos humanos vincula dos con el desarrollo organismico. Cuando Freud reconocié la sextalidad infantil, ta sexologia se encontraba en el punto en que se hallaba la embriologie en la época medieval. Asi como la em- briologia supuso una vez que en el semen masculine habfa un Homunculus diminuto pero totalmente for- mado que estaba pronto a implantarse en el aero fe- fenino, a agrindarse dentro de ét y a sali de allt la Vida, Ia sexologia anterior a Freud suponia que la xualidad emergia y se desarrollaba durante la puber- lad, sin ningin estadio preparatorio infantil. Sin embar~ 20, la embriologia lleg® con el tiempo a comprender el desarrollo epigenstica. la evolucion paso a paso de los EL principio organtsmico que en nuestro trabsio re- ) 2 BL €icLo VITAL commLETADo Organos fetales, tal como el psicoanilisis descubri6 los estadios propenitales de la sexualidad. {De qué manera se relacionan ios dos tipos de desarrollo por estadios? Alcitar ahora fo que el embridlogo tiene que decirnos aceres de li epigénesis de los sistemas orgainicos, espero que el lector oercibird la probabilidad de que todo cre- cimiento y desarrollo siga pautas andlogas. En la se- ‘cuencia epigenética del desarrollo, eada Grgano tiene s tiempo de origen ~factor tan importante como el locus de origen-. $i el ojo ~dice Stockard~ no surge en el ‘momento sefalado, “nunca sera capaz de expresarse plenamente, pues habré Ilegado el momento de ripida eclosion de alguna otra parte del cuerpo” (1931). Pero si ha comenzado a surzir a su debido tiempo, hay otto factor temporal que determina el estadio mis critica de su desarrolo: “Para suprimir por completo 0 mode ficar profundamente aun determinade érgano hay que interrumpirio en el primer estadio de su desarrollo” (Stockard, 1991). Siel érgano se frustra en el momento dle su desarrollo ascendente, no s6i0 esté condenada como entidad sino que al mismo tiempo pone en peli ero a toda Ia jerarquia de oraanos. “La detencion de luna parte en répida eclosién...no solo tiende a reprimir temporariamente su desarrollo, sino que la pérdida Prematura de sipremacia respecto de alin otro Srva no hace imposible que la parte reprimida recobre su dominio. de riedo que queda modificada en forma Permanente”. Sin embargo, el resultado del desarrollo formal es la alecuada relacién de tamano y funcién entre todos fox 6reanos del cuerpo: el higado adaptado fn tamaiio respecto del estéimago y el intestino: el eo- razon y los pulmones en aueeuado equilibrio; y la ex pacidad del sistema vasculr exactamente proporciona- \ {i a cuerpo en su coniunto " Adem, la embrioogta ia averiguado mucho are dai desarrollo normal partendo defo avidentes ev face que provocan mons in excess y monstra It MRjoonslaac'como Freud ss vio levado a Feconocer las eyes dela progentaidad sant normal, partir de a (Serva clinica de la dorsi que fra la genita fkdad sca por sintomas de pension “excesva” 0.de repeston “efoetea™ Mos trabajos sobre desarrollo del nifio describen to- d'lo soferoms al modo en que e organism en madi- Stelon sigue evolucionands después del nacimiento en Toma plnfead y desmolndo una seuenea Pre Ghipta de capscidades ss, cogntvasy sociales Para nosotos,Jo-més inportante es comprender que en la secuencia de experenclas sgniiatvas, el ito Shhoy sic lo gus en form adecuada, loprars adaptarse Sins feyesetbenéticas del desarrollo, pues éstas van Sreandouna’sicesign Je potenciaidades para la inte Sfeclon sjgniietiva con an mero ereviente de ind isuow y contasrmodalidades de conducta que os igen. CC ‘Aunque tal interagci6n varia ampliamente de cultura a cultura, todas as cultura debon garantizaralgén “et mmo adecuado" y alguna “secuencia adecuada” esencia- fes, con una adecuaci6n que corresponde a to que Hart- mann (1939) denominé “lo esperable promedio”; es decir, lo que ¢s necesario y manejable para todos los se- res humanos, por mis que difieran en personalidad y pautas cultural. Pa epigénesis no significa entonces, de ninguna ma hhera, una meta sucesion, También determina ciertas Ie

S-ar putea să vă placă și