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BAPHOMET

-LA REVISTA DE LA LIBERTAD Y LA IGUALDAD-

NUESTRAS TEMÁTICAS:
FILOSOFÍA, MISTICISMO, POLÍTICA,
SOCIEDAD, CULTURA

ARTÍCULOS:
LA INICIACIÓN: PILARES FUNDAMENTALES
CRISTIANISMO Y FILOSOFÍA EN FRIEDRICH NIETZSCHE
HIRAM ABIFF, LA TRADICIÓN LUCIFERINA
DECLARACIÓN DE BAPHOMET

NÚMERO 14, AÑO 5

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STAFF:

DIRECTOR:
Gabriel López de Rojas

DIRECTORA Y REDACTORA JEFA:


Marta Riera

COLABORADORES:
Víctor M. Alarcón Viudes,
Daniel Fernández, Frank G. Rubio,
Rosa Hernández, Juan de los Inocentes,
J. J. Rivero, Oscar Bethencourt,
Paolo Roque, Andrés Urbano, Xavier Valls

DIRECCIÓN:
Apartado de Correos 31.138
08080 Barcelona - España
http://www.ordeniluminati.com
e-mail: illuminaticom@yahoo.es

EDITORA:
Asociación Orden Illuminati
Nº 24.000 Registro de Asociaciones
Ésta no se hace responsable de los contenidos.
ISBN: 84-923605-2-6
DEPÓSITO LEGAL: B-15732-2002
TIRADA: 1.500 ejemplares electrónicos

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EDITORIAL: TIEMPO DE REFLEXIÓN
Al inicio de una nueva temporada, se impone la reflexión en todos los ámbitos. Saber
cómo afrontar retos y responsabilidades es esencial para llevarlos a buen puerto.
Y conocer los pilares donde sustentar la iniciación es, sin duda, el más profundo trabajo
reflexivo de cualquier hombre o mujer que desee conseguir el objetivo final de la
iniciación, es decir, la unión al Uno. Ese es el tema que desarrolla Gabriel López de
Rojas en el primer artículo que ofrece la revista Baphomet en su número 14 en el que,
además, queda reflejado el camino iniciático del propio autor y su opinión, a veces
crítica, de ciertas formas de trabajo iniciático.
Del mismo autor es el artículo “Hiram Abiff, la Tradición Luciferina”, donde podremos
conocer las profundas raíces luciferinas en las que crece la leyenda del Maestro Masón
Hiram Abiff, descendiente por vía directa del Dios Supremo. Como escribe Gabriel
López de Rojas, “el deber de los iniciados es descubrir la tumba de Hiram Abiff para
poseer su Luz y sus Misterios. Es acceder a la estancia más oculta, donde se encuentra
Hiram, para alcanzar la Luz de la Tradición Masónica más pura y excelsa”. Además de
profundizar sobre la Tradición Luciferina de Hiram Abiff, este artículo ofrece
interesantes datos, perfectamente contrastados, de gran interés para cualquier estudioso
o iniciado.
La revista Baphomet, además, da la bienvenida a un nuevo colaborador que inicia su
andadura con nosotros a través de un extenso artículo cuyo título no ofrece duda alguna:
“Cristianismo y filosofía en Friedrich Nietzsche”. Víctor M. Alarcón, haciendo honor a
su gran currículum (Sociólogo, Antropólogo Social y Cultural, Postgrado en Historia de
las Ciencias y las Técnicas, Miembro de la Sociedad española de Historia de las
Ciencias y las Técnicas (SEHCYT), Miembro de la Sociedad Española de Estudios
sobre Friedrich Nietzsche (SEDEN)…), realiza una minuciosa radiografía del
pensamiento del insigne filósofo alemán quien, como Alarcón señala con gran acierto,
fue “el crítico más demoledor del cristianismo”. El ensayo, del que la revista Baphomet
ofrece la primera parte, describe de forma clara cómo Nietzsche analiza la historia del
cristianismo a través de una visión psicológica y sociológica. Nietzsche “disecciona” las
creencias cristianas mostrando así el proceso mediante el cual la iglesia que surge de
ellas ha llegado a dominar a sus fieles.
Reflexionar, pues, como escribíamos al principio de esta editorial, es esencial para
seguir adelante. Y en estos tiempos de confusión e injusticias no está de más tomarse
también algún tiempo para meditar sobre el camino al que nos estamos dirigiendo. Por
eso, el trabajo interior y la evolución –que no la involución en la que el mundo está
cayendo-, se hacen imprescindibles y valiosos si queremos frenar el rápido descenso
que hemos iniciado. ¿Hace falta recordar la cantidad de personas que han perdido la
vida en guerras terribles, genocidas e indecentes, como las que se desarrollan en Oriente
Próximo o en algunas zonas de África, que se retroalimentan con la venta de armas o el
narcotráfico y en las que se llega a comerciar de forma impune con las ayudas
humanitarias que se envían desde el primer mundo? ¿Qué papel juega la religión en
tamaño desatino?
Lo dicho, con el final del verano ha llegado el momento de la reflexión.

MARTA RIERA I FRANCO

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ORDEN ILLUMINATI
Orden paramasónica fundada en 1995 por
Gabriel López de Rojas.
Enseñanzas de despertar de la conciencia,
Simbolismo, Yoga, Cábala…

CENTRAL:
Apartado de Correos 31.138
08080 Barcelona (España)
illuminaticom@yahoo.es
http://www.ordeniluminati.com

SOCIETAS O.T.O.
ORDO TEMPLI ORIENTALIS

Orden paramasónica y templaria con enseñanzas yóguicas,


tántricas, gnósticas y místicas de la tradición
de la OTO y Los Illuminati.

CENTRAL:
Apartado de Correos 31.138
08080 Barcelona (España)
templariosorientales@yahoo.es
http://www.ordotempliorientalis.com

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LA INICIACIÓN: PILARES FUNDAMENTALES
Gabriel López de Rojas

La iniciación consiste en un rito o un trabajo iniciático, por medio del cual el aspirante o ya
iniciado en otros Misterios se introduce en un Conocimiento y sufre una muerte iniciática que lo
conduce a una nueva realidad. El aspirante o el ya iniciado en otros Misterios adquiere
Conocimiento y muere simbólicamente para renacer a una nueva realidad. El hombre viejo
fallece para dar vida a un hombre nuevo.
Pero, más allá de estas explicaciones, nos preguntamos: ¿cuales son los pilares fundamentales
de la iniciación?

LA ESTRUCTURA DE LA INICIACIÓN
En primer lugar, la iniciación requiere una estructura, asentada en tres realidades: un Gran
Maestre, un Rito o Sistema y una organización iniciática. Todo ser humano que busque el
Conocimiento y una iniciación requiere de un Maestro. La figura del Maestro es una constante
en la Tradición Occidental (masonería, rosacruces, templarios, illuminati…). En dicha
Tradición, se le denomina Gran Maestre, Gran Hierophante… Los Grandes Maestres de la
Tradición Occidental han creado o renovado Ritos o Sistemas con los cuales transmitir una
iniciación; han encuadrado sus Ritos o Sistemas en organizaciones iniciáticas, casi siempre
denominadas órdenes; han tratado escrupulosamente a sus discípulos; y han escogido con
cuidado a sus sucesores, centrando sus vidas en sus actividades iniciáticas, incluso con el riesgo
de ser perseguidos.
En torno a los Ritos o Sistemas, es interesante precisar que existen decenas de ellos, que
muchos están “dormidos”, es decir que ya no se practican, y que se transmiten por medio de
unos grados una iniciación.
En cuanto a las organizaciones iniciáticas, las cuales suelen denominarse órdenes, puede decirse
que acogen a los Ritos o Sistemas citados y que pueden tener un origen regular o irregular,
siendo éste muy importante, tanto como su infraestructura, sus objetivos y el trato hacia los
miembros. Cuando en 1999, decidí profundizar en la OTO (Ordo Templi Orientis), rechacé a las
órdenes que no eran herederas legítimas de la OTO de Aleister Crowley y me afilié a la OTO
sucesora de éste: la Society OTO de EE.UU. Al observar el bajo nivel de las enseñanzas y el
trato sectario hacia los miembros, la abandoné. Cuando en el año 2002 me interesé por el Rito
de Memphis-Misraïm, busqué un Rito o Sistema legítimo y me encontré con la Masonería
Egipcia del Antiguo y Primitivo Rito de Memphis-Misraïm del Gran Hierophante Frank G.
Ripel, cuya central está en Triestre, Italia. La seriedad, la personalidad equilibrada y el excelente
trato personal de Ripel me animaron a seguir adelante.
Un consejo añadido al hablar de la estructura de la iniciación es no fiarse de las organizaciones
iniciáticas que no cobran cuotas por transmitir grandes cantidades de material y enseñanzas
durante largo tiempo. ¿Cómo puede realizar tamaño esfuerzo una organización sin cobrar
cuotas? En estos casos, la organización iniciática suele desaparecer más tarde o más temprano
por no poder asumir los gastos propios o, por el contrario, opta por cobrar cuotas encubiertas,
obligando a los miembros, por ejemplo, a trabajar gratis.

DESEO VERDADERO Y VOLUNTAD


El primer requisito que debe tener todo aspirante a una iniciación es un verdadero deseo de
Conocimiento, de transformación y evolución interior... Sin dicho deseo, es prácticamente
imposible que el aspirante sea iniciado en el sentido real de la expresión, es decir en el sentido
esotérico y no exotérico. ¿Qué significa esto? Significa que sólo aquellos que tienen un deseo
verdadero de Conocimiento, de transformación y evolución interior están preparados para
recibir la iniciación, mientras que los que acceden a ella por mera curiosidad, por ser una moda
o por snobismo jamás alcanzarán el objetivo de la iniciación: el nacimiento de un hombre nuevo
en ellos mismos. Si uno desea ser iniciado con un deseo verdadero, lo será. Si uno desea ser
iniciado por curiosidad o snobismo, no lo logrará.

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La voluntad es otro requisito indispensable para aquellos que aspiran a una iniciación. La
voluntad, en realidad, es el “motor” que nos hace evolucionar en la dirección adecuada y
conseguir logros. Un ser humano con voluntad puede lograr éxitos mucho mayores que un ser
humano carente de la misma. El mundo actual nos hace creer que se pueden conseguir objetivos
sin utilizar la voluntad, lo cual es falso. El fascismo, la extrema derecha y los cultos de esclavos
nos hacen creer que una voluntad irracional conlleva a logros, lo cual también es falso. La
voluntad racional, basada en pensar y actuar, es la que nos sirve para alcanzar las metas
trazadas. Los iniciados en los Misterios descubrirán con el transcurso del tiempo que, por
encima de la voluntad racional, no obstante, existe una Voluntad Superior, fundamentada en la
meditación con el dios interior y en una lógica interior y divina.
Nos preguntamos: ¿Un estudiante puede cursar sus estudios con éxito sin utilizar su voluntad?
No. ¿Un atleta puede conseguir progresos sin utilizar su voluntad? No. ¿En muchas ocasiones,
un enfermo terminal puede sanarse, sin realizar un esfuerzo sobrehumano basado en su
voluntad? No. Existen mil ejemplos de la necesidad de dar importancia a la voluntad, a la hora
de buscar objetivos que requieren de ella. La voluntad es imprescindible en la iniciación.
Además de lo dicho, hay que tener en cuenta que, en toda iniciación, existen etapas oscuras
entre el punto de partida y la meta trazada y que sólo la voluntad superará. En la iniciación, hay
que tener la voluntad de un corredor de fondo.

EL HOMBRE “DORMIDO” Y EL HOMBRE “DESPIERTO”


La iniciación no es algo externo, moral o social, sino que puede considerarse un proceso interno,
estimulado por un rito o un trabajo iniciático continuo. Por tanto, será difícil, por no decir
imposible, que un ser humano “dormido” pueda ser estimulado por un rito o un trabajo
iniciático y recibir una iniciación que lo transforme. Sólo los seres humanos que han trabajado
para superar su “estado de sueño” permanente y que lo han superado despertando su conciencia
están “despiertos” y preparados para recibir una iniciación. Para entender este ejemplo,
hablaremos de la iniciación en la francmasonería, es decir en el grado de Aprendiz. Cuando un
aspirante a ese primer grado de la francmasonería desea ser iniciado en éste, contacta con una
Obediencia o una logia masónica, es entrevistado por tres Hermanos masones y, si todo marcha
bien, recibe la iniciación del Aprendiz. Esa iniciación, sin embargo, por el más que probable
“estado de sueño” de quien se inicia, resultará una simple iniciación exotérica, sin ningún valor.
¿Como captará el mensaje de los símbolos o el mensaje de la iniciación un aspirante que no ha
realizado ningún trabajo previo para “despertar” su conciencia del “estado de sueño”? ¿Como se
transformará en un hombre nuevo un aspirante que está en estado de “sueño” y no capta el
significado del rito? Parece una tarea complicada.
No hay iniciación real, sin un trabajo previo para despertar la conciencia. No hay iniciación real,
cuando un aspirante ni tan siquiera ha adquirido la conciencia necesaria para advertir cuando
camina, conversa, piensa, escribe o come, a lo largo del transcurso del día. No hay iniciación
real, cuando el aspirante es un robot sin una conciencia despierta que le permita apreciar cada
acto que realiza durante un día. Sólo los que han trabajado por despertar la conciencia y lo han
conseguido están preparados para recibir la iniciación y podrán ser iniciados. Y esa iniciación
será la única válida. Los hombres despiertos que han recibido la iniciación en todos los
Misterios son los Iluminados, los Illuminati.
El hombre “dormido”, sin conciencia despierta, es un robot. Piensa que su conciencia cotidiana
es una conciencia despierta, en oposición al estado de inconciencia en que se sumerge cada
noche, pero esto es un error. De hecho, cuando el hombre “dormido” y robotizado se levanta por
la mañana, simplemente se integra en otra forma de sueño. Tan solo hace lo que hizo ayer y
anteayer como un verdadero robot programado por la tradición, la sociedad, la familia… El
robot se ocupa de asearse, de encender el ordenador, de llamar por teléfono, de conducir, de
trabajar, hasta de hacer el amor. El aspirante a una iniciación debe trabajar para despertar la
conciencia y abandonar el sueño, acceder al dios interior, encontrar en esa unión íntima la
verdadera Sabiduría, fusionarse con el Uno y, en última instancia, ser el propio dios, el
andrógino divino. Una forma de no caer en las trampas “robotizadoras” que nos tiende el mundo
moderno y su ritmo desquiciado, al igual que la tradición, la sociedad, la familia…, es crear

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trampas propias, dedicadas a avisar a la conciencia de que debe estar atenta y despierta. Los
Illuminati de Baviera, fundados el 1 de mayo de 1776 por el eminente catedrático alemán Adam
Weishaupt, realizaban una práctica durante el grado preparatorio, el Noviciado, útil para avisar a
la conciencia de que debía estar alerta y despierta: el arte de observar con disimulo y
continuamente a los familiares, los amigos, las personas cercanas, etc., para luego escribir un
diario sobre ellos. El diario, al final del Noviciado, era entregado por el Novicio al Hermano
Insinuante. No nos debe extrañar que los Illuminati bávaros diesen importancia a este tipo de
prácticas de despertar, ya que su fundador, Adam Weishaupt, era un firme defensor de la
existencia de dos polos-estados: el de las tinieblas y el triste deambular por la vida y el de la Luz
y la iluminación interior por vía de la iniciación.

LOS CICLOS Y EL ORDEN


La naturaleza es cíclica, el Universo que nos rodea es cíclico. Desde nuestra más tierna infancia,
estamos sometidos a ciclos continuos que nos afectan. Por ejemplo, estamos sometidos a un
ciclo lunar de cuatro semanas o de 28 días de duración, al igual que también estamos sometidos
a otro ciclo relacionado con el número 4, a saber, el ciclo de las cuatro estaciones: otoño,
invierno, primavera y verano. Recordemos como el ciclo lunar de un mes de duración afecta la
menstruación de las mujeres o como las cuatro estaciones marcan la evolución de la naturaleza.
De la misma forma que los microciclos de las cuatro semanas y las cuatro estaciones, existen
otros macrociclos que también están presentes en el Universo y que afectan muchísimo. Esos
macrociclos han tenido siempre una gran importancia en el transcurso de la historia de la
humanidad y marcan la aparición de nuevas Eras, cambios, cultos, tendencias...
El Universo ordenado por los mencionados microciclos y macrociclos debe ser respetado. Por el
reflejo que éstos tienen en el ser humano, respetar el orden cíclico significa respetarnos a
nosotros mismos y facilitar la iniciación a los aspirantes. Para poner un ejemplo de lo dicho,
cambiaremos de contexto y utilizaremos los entrenamientos de los corredores de fondo de
atletismo. En otoño, los atletas fondistas descansan, se recuperan de la temporada anterior e
inician un nuevo ciclo de entrenamientos que durará toda la temporada, de idéntica forma que la
naturaleza también se recupera para un nuevo ciclo anual. En invierno, con la llegada del frío,
los atletas fondistas aumentan las cargas de los entrenamientos al máximo, sembrando la semilla
de los frutos que recogerán en el siguiente verano. En invierno, y también en otoño, de hecho, se
siembra la tierra con las semillas que alcanzarán su madurez en verano. En primavera, con el
renacer de la naturaleza, los atletas fondistas disminuyen sus cargas de entrenamiento y
aumentan la carrera continua más veloz, retomando el gusto por la “vida” y el entusiasmo por
los records, mientras la naturaleza también se despierta y florece en busca de los frutos
veraniegos. Y, en verano, los atletas fondistas disminuyen aún más sus cargas de trabajo
primaveral, aumentando la velocidad en sus entrenamientos, para recoger los frutos del trabajo
realizado durante toda la temporada, es decir en las cuatro estaciones, a la vez que la naturaleza
igualmente ve florecer los frutos de la larga temporada. Sólo respetando el ritmo de la
naturaleza, marcado por las cuatro estaciones, se consiguen buenos frutos atléticos y se baten los
records de la mayoría de disciplinas atléticas. Sólo respetando los ciclos, las órdenes de la
Tradición Occidental (masonería, rosacruces, templarios, illuminati…) ofrecerán una verdadera
iniciación a los aspirantes.
Así, la Orden Illuminati, orden paramasónica fundada por mí en la primavera de 1995, de igual
forma que concede importancia al deseo verdadero, a la voluntad o al despertar de la conciencia
como premisas del trabajo iniciático, respeta el orden y los ciclos en la iniciación. Para la OI, los
macrociclos se encuentran en las Eras de la humanidad, coronadas por la Era de Zión que se
inició el 16 de agosto de 1999. Para la OI, los microciclos, sin embargo, son esencialmente las
mencionadas cuatro estaciones del año, las cuatro fases lunares que tiene el ciclo lunar de 28
días o 4 semanas, etc., encontrando ello reflejo en los cuatro meses que dura cada grado de
trabajo iniciático de la Orden (estaciones), en el rito que realiza el miembro con luna llena cada
cuatro semanas (ciclo lunar), una evolución hacia estados más elevados de estudio y trabajo…
El número 3 está relacionado con el triángulo celestial y divino, que es la figura geométrica
resultante de la unión de tres puntos por tres líneas rectas. Si los lados y los ángulos son iguales,
el triángulo es regular y equilátero. El triángulo fue el antiguo símbolo de la Divinidad para los

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Egipcios y de la Sabiduría para los pitagóricos. El triángulo es además el símbolo del Gran
Arquitecto del Universo, cuando éste se convierte en el Delta luminoso de la logia masónica. Es
también el símbolo de las tríadas, de los ternarios, de las trinidades, así como de la Perfección,
de la Armonía, de la Sabiduría y de lo Divino, y por supuesto del orden cósmico y divino. Pues
bien, en el moderno Rito de los Iluminados de Baviera de 13 grados de iniciación, que elaboré
yo para la Orden Illuminati entre los años 1995 y 2000, Rito que recrea y renueva el Rito de los
Iluminados de Baviera elaborado para la Orden de Los Illuminati de Baviera por Adam
Weishaupt y Adolf von Knigge en el siglo XVIII, hay un respeto escrupuloso hacia el número 3,
tan presente en la iniciación, los ciclos y el orden. El Rito tiene una tríada de grados
preparatorios: Noviciado Iº, Iluminado Minerval IIº e Iluminado Mayor e Iluminado Mayor IIIº,
que representan una introducción progresiva en los Misterios. Después, tiene una segunda tríada
de grados intermedios o masónicos que refuerzan el sendero recorrido: Aprendiz IVº,
Compañero Vº y Maestro Masón VIº, los cuales se encuentran bajo la denominación Caballero
Masón. Luego posee una tercera tríada de grados superiores o altos grados masónicos: Soberano
Príncipe de la Rosacruz VIIº, Caballero Kadosh VIIIº y Soberano Gran Inspector General IXº,
que coronan una parte de los Misterios y se encuentran bajo la denominación Iluminado
Dirigente. Y, finalmente, tiene un grado Xº, Sacerdote Iluminado, con los Misterios Mayores.
Ese grado da paso a una nueva tríada con los grados Príncipe Iluminado XIº, Mago Filósofo
XIIº y Hombre-Rey XIIIº.
La Cábala es la tradición esotérica y adogmática del pueblo hebreo y está presente en las
órdenes de la Tradición Occidental. Las dos obras más representativas de la Cábala medieval,
desarrollada en Sepharad (España), son el Zohar o Libro del Esplendor y el Sepher Yedzirath o
Libro de la Creación. El Árbol de la Vida de la Cábala también diseña el orden cósmico, con sus
11 sephiroth o emanaciones divinas y sus 4 planos. Los 13 grados del moderno Rito de los
Iluminados de Baviera de la Orden Illuminati igualmente respetan ese orden cósmico, por estar
relacionados con los sephiroth y los planos del Árbol de la Vida. La relación entre los grados
del Rito de los Iluminados de Baviera y algunos de los 11 sephiroth es la siguiente: Noviciado-
Malkuth (Reino); Minerval-Yessod (Fundación); Iluminado Menor e Iluminado Mayor-Hod
(Gloria) y Netsah (Victoria); Caballero Masón, que engloba los grados Aprendiz, Compañero y
Maestro Masón-Tiphereth (Belleza); Iluminado Dirigente, que engloba los grados Soberano
Príncipe de la Rosacruz, Caballero Kadosh y Soberano Gran Inspector General-Binah
(Comprensión) y Chokmah (Sabiduría); Sacerdote Iluminado-Kether (Corona); y los grados
posteriores Príncipe Iluminado, Mago Filósofo y Hombre Rey-planos superiores a los sephiroth
(Ain Soph, Ain Soph Aur). Por otra parte, la relación entre los grados del Rito de los Iluminados
de Baviera y los 4 planos que subdividen el Árbol de la Vida en 4 partes es la siguiente:
Noviciado-plano de la Acción (Olam-ha-Assiah); Minerval-plano de la Formación
(Olam-ha-Yetsirah); Iluminado Menor e Iluminado Mayor-plano de la Formación (Olam-ha-
Yetsirah); Caballero Masón-plano de la Creación (Olam-ha-briah); Iluminado Dirigente y
Sacerdote Iluminado-plano de la Emanación (Olam-ha-Atsiluth). El resto de grados superiores
(Príncipe Iluminado, Mago Filósofo y Hombre Rey) pertenecen a planos superiores a los
sephiroth (Ain Soph y Ain Soph Aur). La orden interna de la Orden Illuminati, Los
Luciferianos, está asociada con la sephirah Daath (Conocimiento) y a un plano oculto muy
velado.
Los principales cabalistas hebreos de Sepharad, en el medioevo, especularon con el Árbol de la
Vida, los sephiroth y los planos para diseñar un orden cósmico que abarcase la totalidad. Moisés
ben Najman (Nahmánides o Bonastruc de Porta), Yossef Caro, Moisés Cordovero, Isaac ben
Salomón Luria son algunos de los héroes de la Cábala hebrea medieval. Los secretos más
velados de dichos cabalistas sefarditas terminaron en Safed, Israel, donde una sinagoga lleva el
nombre de Yossef Caro. En las órdenes de la Tradición Occidental, muchos fueron los que
abrazaron la Cábala, orientándola no obstante hacia el cristianismo, el ocultismo, la magia…
Muchos fueron los que bebieron de esta Sabiduría.
Entre los años 1990 y 1992, me introduje en el estudio de la Cábala con el hebreo sefardí Carlos
Benarroch, al que luego acompañé como corresponsal y colaborador de la revista mexicana
“Foro de la vida judía en el mundo” entre los años 1995-2000. Me costó muchísimo extraerle a
Carlos algunos de los principales misterios de la Cábala hebrea, porque los judíos son muy

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suyos y creen que para estudiarla se requiere estar casado, tener 40 años… Pero, con el tiempo,
lo conseguí en parte. Y aprendí lo suficiente para publicar varios artículos sobre la materia,
tanto en mi etapa de colaborador en revistas esotéricas (1992-1995) como en mi posterior etapa
de corresponsal y colaborador en “Foro de la vida judía en el mundo” (1995-2000), y un libro
titulado “Cábala Mágica” (1994). Lo aparecido también me sirvió para nutrir de la Sabiduría de
la Cábala a la Orden Illuminati y la Societas OTO (Ordo Templi Orientalis), fundada por mi en
febrero del 2001, aunque en ese caso con unas enseñanzas y un mensaje alejado de todo
esclavismo religioso.

GNOSIS Y COHERENCIA
La gnosis, palabra que significa Conocimiento, otorga un Conocimiento a los aspirantes, útil
para unirse al Uno. La gnosis es Conocimiento sobrehumano o el Conocimiento con
mayúsculas, algo que conduce al objetivo final de toda iniciación: la transformación del iniciado
en la propia divinidad, en el andrógino divino, en un dios capaz de crear y recrear el Universo
entero. Existen diversas corrientes gnósticas, pero nosotros hablaremos de gnosis en el sentido
de Conocimiento que parte de diversas vías iniciáticas.
En la Orden Illuminati y la Societas OTO, la gnosis encuentra su esplendor con el yoga, el
tantrismo y la cábala prioritariamente, todas ellas vías iniciáticas tradicionales que conducen al
aspirante o iniciado al Conocimiento y a la conversión en la propia divinidad, el andrógino
divino. Así, en la Orden Illuminati y la Societas OTO, el yoga es Conocimiento y prepara al
iniciado para trabajar con el tantrismo y la cábala a posteriori, al enseñarle los pasos yóguicos
de asana (postura), pranayama (respiración regulada de estómago), mantrayoga (palabra sagrada
que aquieta la mente y da acceso al dios interior), pratyahara (meditación con el dios interior),
dharana (fijación de la mente en un punto), dhyana (trascendencia de la mente sobre ese punto)
y samadhi (unión al Uno). Posteriormente, en la OI y la SOTO, partiendo del esquema del yoga
aprendido, la cábala resulta Conocimiento y ya conduce al iniciado a ser el propio dios, al
ofrecer una ruta ascendente que lo transporta desde la sephirah Malkuth (Reino) hasta la
sephirah Kether (Corona), donde se alcanza la transformación en la divinidad, pasando después
a Ain Soph (dhyana del yoga) y a Ain Soph Aur (samadhi del yoga). El tantrismo de la OI y la
SOTO también es un Conocimiento con mayúsculas y ofrece una ascensión muy similar a la
cábala hasta transformar al iniciado en la propia divinidad, al evolucionar éste desde el chakra
Mulhadara hasta el chakra Sahasvara, es decir el chakra ligado a la coronilla, la iluminación…
con la ayuda de la kundalini. Cabe comentar que los chakras son los centros energéticos.
Pero la gnosis tiene sus riesgos. El mayor de todos ellos aparece cuando se intentan unir vías
iniciáticas antagónicas, como por ejemplo el esoterismo cristiano de los rosacruces, el
gnosticismo y el satanismo. Uno puede ser masón, rosacruz y cristiano, pero es más difícil que
uno pueda ser masón, obispo gnóstico, cristiano y satanista, ya que es una pura incoherencia y
corre el riesgo de acabar en un psiquiátrico con una esquizofrenia grave. La conclusión a la que
se llega al analizar a estos coleccionistas de afiliaciones es que en ninguno de los casos realizan
el trabajo correcto, ya que si lo hicieran profundizarían y, por tanto, se darían cuenta de que las
enseñanzas de cada vía iniciática pueden ser antagónicas y, mezcladas, reflejan una
incoherencia y un mal trabajo.
El tiempo me ha ayudado a descubrir la necesidad de la coherencia en la ruta iniciática, algo que
ya hemos apreciado en las vías iniciáticas de la OI y la SOTO citadas en el párrafo anterior.
Hablaré de la coherencia desde la experiencia propia en órdenes de la Tradición Occidental.
En la primavera de 1995, tras contactar con dos miembros de los Illuminati de EE.UU. en 1994,
fundé la Orden Illuminati en Barcelona, España. Entre los años 1995 y 2000, elaboré el
moderno Rito de los Iluminados de Baviera, con 13 grados de iniciación. Y, en la elaboración
de ese Rito o Sistema, siempre busqué la coherencia, incorporando grados del Rito de los
Iluminados de Baviera, elaborado por Adam Weishaupt y Adolf von Knigge en el siglo XVIII;
los principales grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, del cual me habían sido
transmitidos todos los grados en noviembre de 1996 en la Logia Albert Pike, una logia para
miembros de la OI y francmasones catalanes; y algunas vías tradicionales de iniciación (yoga,
tantra, cábala...). El Rito de los Iluminados de Baviera que elaboré entre los años 1995 y 2000
quedó estructurado de la siguiente forma: Noviciado Iº, Minerval IIº, Iluminado Menor e

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Iluminado Mayor IIIº, Caballero Masón (Aprendiz IVº, Compañero Vº, Maestro Masón VIº),
Iluminado Dirigente (Soberano Príncipe de la Rosacruz VIIº, Caballero Kadosh VIIIº, Soberano
Gran Inspector General IXº), Sacerdote Iluminado Xº, Príncipe Iluminado XIº, Mago Filósofo
XIIº y Hombre Rey XIIIº. En los años 1999 y 2000, representé en España a la Society OTO de
EE.UU. y recibí sus primeros grados. La Society OTO de EE.UU. era descendiente directa de
Aleister Crowley por medio de Karl Germer y Marcelo Ramos Motta, los únicos y legales
sucesores de la OTO de Crowley. Defraudado por su bajo nivel y el trato sectario que existía
hacia los miembros por parte de su OHO David Bersson, una gran incoherencia cuando lo que
se defiende es la libertad de la doctrina crowleyana de Thelema, fundé la Societas OTO (Ordo
Templi Orientalis) en febrero del 2001 en Barcelona. Entonces, el Rito o Sistema de la Societas
OTO quedó estructurado en 7 grados de iniciación, con suma coherencia y extremo ciudado:
Probationer Iº, Minerval IIº, Magíster IIIº, Kadosh Templario IVº, Inspector General de Los
Illuminati Vº, Sacerdote Iluminado VIº, Rex Summus Sanctissimus VIIº, con dos órdenes
internas, la Ordo Astrum Argentum y una Ecclesia Gnóstica. Los primeros grados procedían de
la Society OTO-Astrum Argentum y los grados superiores procedían de la Orden Illuminati,
aunque con las enseñanzas tántricas más elevadas de la OTO, porque dichas enseñanzas ya se
encontraban contempladas en esos grados desde hacía años. Tras recibir los más altos grados en
Ritos Egipcios y de Memphis-Misraïm en el año 2003, enriquecí el Rito o Sistema de la
Societas OTO. Y, en septiembre del año 2003, el Rito o Sistema quedó estructurado de forma
definitiva en 10 grados, con coherencia y cuidado: Probationer Iº, Minerval IIº, Mago Menor y
Mayor IIIº, Royal Arch IVº, Soberano Príncipe de la Rosacruz Vº, Caballero Kadosh VIº,
Soberano Gran Inspector General VIIº, Inspector General de Los Illuminati VIIIº, Sacerdote
Iluminado IXº, Rex Summus Sanctissimus Xº. Los primeros grados procedían de la Society
OTO-Astrum Argentum, los grados intermedios procedían de los Ritos masónico-egipcios y los
grados superiores procedían de la Orden Illuminati, aunque con las enseñanzas tántricas más
elevadas de la OTO, porque éstas ya se encontraban contempladas en esos grados desde hacía
bastantes años. Toda la estructura del Rito, no obstante, estaba enriquecida por los Ritos
masónico-egipcios. El grado XIº de la OTO estaba contemplado como extensión del grado IXº.
A pesar de ser de carácter “homosexual”, fui fiel a la auténtica Tradición de la OTO de Aleister
Crowley y lo mantuvo.
Tras recibir revelado el Liber Zión por Baphomet en los años 1999 y 2000, ambas órdenes lo
asumieron por pura coherencia. Por ejemplo, sólo con la Libertad y la Igualdad que proclama el
Liber Zión y Los Mandamientos de Los Illuminati es posible la iniciación auténtica. Sin
Libertad, se mantienen las “cadenas” y el trabajo iniciático y la evolución son irrealizables. Sin
Igualdad, nos convertimos en “asesinos” de otras partes de la Creación del Gran Arquitecto del
Universo y en indignos de la iniciación.
Del dios de la Luz Baphomet (asociado a Lucifer, Prometeo, Iblis y la genealogía del héroe
masónico Hiram Abiff), se debe tener una idea básica: sólo con él la iniciación es completa. Con
los dioses esclavistas, sus “grilletes”, etc. el trabajo iniciático está “castrado” y la iniciación
completa no es posible.
Por último, en el año 2003, tras recibir los más altos grados de los Ritos Egipcios de la Order of
Memphis de Rumania (XXº o Royal Arch) y de la Orden Arcana de Sino y del Cuervo Negro de
Brasil (XIIº o Ra Hoor-Khuit), me incorporé el 1 de mayo a la Masonería Egipcia del Antiguo y
Primitivo Rito de Memphis-Misraïm del Gran Hierophante Frank G. Ripel de Italia,
descendiente del ilustre masón y martinista italiano Francesco Brunelli y del ilustre masón
Robert Ambelain, como grado 96º o Cabeza Nacional para España, entendiendo que aquello era
coherente con mi trayectoria y la línea de trabajo seguida en la misma. Enseguida, el Gran
Hierophante de Memphis-Misraïm me concedió además el grado 97º o Sustituto Internacional
de la Cabeza Internacional para los países de lengua castellana y portuguesa y yo confirmé mi
apreciación sobre la coherencia al traducir del italiano al castellano las 6 Operaciones
Alquímicas de las que consta dicha Masonería Egipcia y experimentarlas mejor. Las comprendí
y pude apreciar que éstas se adaptaban y enriquecían la línea de trabajo seguida.
Como se ha dicho, la coherencia es fundamental en la ruta iniciática. La coherencia unifica el
trabajo y conduce al objetivo. La incoherencia dispersa y aleja del objetivo.

10
OTROS ASPECTOS DE LA INICIACIÓN
Hemos tenido oportunidad de repasar algunos pilares fundamentales de la iniciación: el deseo
verdadero, la voluntad, el despertar de la conciencia, el respeto hacia los ciclos y el orden, la
gnosis, la coherencia..., pero aún nos faltan por tratar otros aspectos importantes de la iniciación.
Uno de esos aspectos es la necesidad, quizás sería más acertado decir obligación, de no cambiar
con demasiada frecuencia de Rito o Sistema. Un cambio continuo sólo puede conducir a no
alcanzar la meta trazada, ya que para alcanzar cualquier meta se necesita tiempo.
Pensemos en un círculo con un punto en su interior, recordando que el punto es el símbolo del
Principio, mientras que el círculo lo es del mundo. Desde el círculo hasta el punto, pueden
trazarse una línea horizontal, una línea vertical y líneas varias, incluyendo la X. Esas líneas
podrían simbolizar los diferentes Ritos o Sistemas que conducen al aspirante o iniciado desde el
mundo (el círculo) hasta el punto (el Principio). Pues bien, aquellos que cambian con frecuencia
de Rito o Sistema suelen quedarse en el círculo o en la primera parte de la cada línea, sin
alcanzar jamás el punto (el Principio), porque no profundizan lo suficiente. No alcanzan, en fin,
la tan mencionada unión a la divinidad.
Otra obligación en la iniciación es el deber de intentar no abarcar demasiado, porque ese
comportamiento dispersa energías y puede entorpecer la evolución. Dice el refrán: “Quien
mucho abarca, poco aprieta”. He conocido a iniciados que eran miembros y responsables al
mismo tiempo de órdenes masónicas, martinistas, gnósticas y satánicas; y siempre he pensado
que esa situación les provocaba un desequilibrio psicológico, una dispersión de energías muy
notable y una limitación en su evolución. Ciertamente, el ritmo delirante del mundo moderno,
encabezado por el capitalismo salvaje, y el culto a la cantidad de éste no ayuda demasiado a los
iniciados con una cierta tendencia a aglutinar afiliaciones y títulos y a generar dispersión. La
velocidad del capitalismo salvaje de nuestro tiempo y el culto a tener cada día más, parece
afectar incluso a personas relacionadas con la iniciación.
Una nueva obligación en el sendero de la iniciación es aprender a sufrir, aunque en extremos
razonables. Hay que tener una cierta capacidad de sufrimiento para la evolución iniciática,
porque en algunos momentos es necesaria e indispensable. Para trabajar la capacidad de
sufrimiento, se puede seguir una dieta, una práctica deportiva o dejar de consumir alcohol,
tabaco u otras drogas nocivas.
Por último, cabe añadir que el objetivo final de la iniciación siempre debe ser la conversión del
iniciado en la propia divinidad, en el andrógino divino, pero no para convertirse el iniciado en
un anacoreta. Los verdaderos iniciados no son en absoluto anacoretas. Son aquellos que, tras
completar la iniciación, encuentran respuestas y operan sobre la realidad que los envuelve.
Intentan, en fin, transformar la tierra en un lugar más justo y libre.
El presente trabajo ha expuesto algunos de los principales pilares de la iniciación. En la
exposición, se ha aconsejado huir de algunos errores y se han dado otros consejos. Es evidente
que ir contra ciertos hábitos adquiridos durante largo tiempo puede resultar difícil y un gran
esfuerzo de voluntad, pero aquel que desee lograr el éxito en la iniciación tiene el deber de
triunfar sobre ellos. De hecho, la Luz Suprema que otorga la iniciación sólo nos alcanzará,
penetrará y guiará cuando los pilares de la iniciación sean respetados.

El sello del Gran Maestre Gabriel López de Rojas

11
EL INICIADO MASÓNICO
TRAS EL SECRETO DE LA MASONERÍA,
LOS ROSACRUCES Y LOS ILLUMINATI
Ed. Martínez Roca

GRAN NOVEDAD EDITORIAL DE


GABRIEL LÓPEZ DE ROJAS Y MARTA RIERA
UNA NOVELA APASIONANTE QUE CONDUCE A
LA PALABRA PERDIDA, LA TUMBA DE HIRAM ABIFF Y
EL GRAN TESORO DE LA MASONERÍA
Síntesis: El inglés Richard Holbein, protagonista de “El Iniciado Masónico”, busca la
famosa palabra perdida recorriendo durante tres siglos Obediencias y órdenes
masónicas: la Gran Logia de Londres del siglo XVIII, el Gran Oriente de Francia, los
Illuminati de Baviera, la Golden Dawn, la OTO, la Gran Logia de Nueva York, la
Orden Illuminati… Pero Richard Holbein no sólo descubre la palabra perdida tras un
largo recorrido, sino que encuentra la tumba de Hiram Abiff y un gran tesoro.
En la búsqueda, surgen otros temas de gran interés: las iniciaciones y enseñanzas de los
altos grados escoceses y de los Illuminati, la Tradición Luciferina de Hiram Abiff, los
Illuminati de Nueva York, la conspiración del Opus Dei, la infiltración de elementos
conservadores en el seno de las Obediencias, la infiltración del servicio de inteligencia
español (SECED, CESID…) en la masonería y otras órdenes iniciáticas, la B’nai B’rith,
el Mossad y los misterios de Israel…

12
NOTICIAS
Sale a la venta “El Iniciado Masónico”
La novela “El Iniciado Masónico” (Ediciones Martínez Roca), escrita por Gabriel López
de Rojas y Marta Riera, sale a la venta el próximo día 13 de octubre en todas las
librerías españolas.
La novela trata sobre un iniciado que recorre las principales Obediencias y órdenes
masónicas (la Gran Logia de Londres, el Gran Oriente de Francia, Los Illuminati de
Baviera, la Golden Dawn, la Gran Logia de Nueva York, la OTO, la Orden
Illuminati…) durante tres siglos, buscando la famosa palabra perdida, la tumba de
Hiram Abiff y un gran tesoro.
“El Iniciado Masónico” aborda la historia de la masonería, sus tendencias y sus grandes
secretos, a través de una apasionante trama.

Crecimiento sostenido de la Orden Illuminati y la Societas OTO


A pesar del ambiente propio de un salvajismo medieval, en contra de órdenes iniciáticas
perfectamente respetables en la mayoría de países civilizados, que se padece en todos
aquellos puntos de España (Madrid, Catalunya y partes del País Vasco) donde el
nacionalismo lleva en la mochila a sus curas de siempre, la Orden Illuminati y la
Societas OTO ya han llegado a más de veinticinco países cada una, superando los 200 y
los 100 miembros respectivamente. Fraternalmente, saludamos a todos aquellos
Hermanos de buen corazón que buscan la iniciación y la hermandad sobre las fronteras.

Novedades editoriales
Han aparecido diferentes novedades editoriales que van desde el sensacionalismo más
barriobajero hasta estudios más o menos fiables, aunque siempre barnizados de
cristianismo e intolerancia. “Las sectas y su invasión del mundo hispano: una guía”
(EUNSA) del sacerdote Manuel Guerra es un estudio de las principales “sectas”, algo
irregular, desde una perspectiva católica. Mucho peor es la obra “L’ombra de les sectes”
(Llibres de l’Índex) por su falta de documentación rigurosa y su afán de
sensacionalismo. El autor, Roger Pascual, sociólogo y colaborador del AIS
(Assessorament i Informació sobre Sectes), ni tan siquiera escribe correctamente el
nombre de las asociaciones por él catalogadas de sectas. De pena.

El vudú, reconocido como religión en Haití


El vudú ha obtenido el status legal como religión en Haití, después de haber sobrevivido
de forma marginal, incluso después de haber sido prohibido. El vudú es una religión
ancestral, un elemento esencial de la identidad nacional, según una resolución suscrita
por el presidente haitiano Jean Bertrand Aristide, para reconocer jurídicamente a las
creencias traídas de África Occidental por los esclavos.

Juan Pablo II, ¿sus últimas horas?


Juan Pablo II se acerca a su final. El papa más conservador y retrógrado de las últimas
décadas parece haber entrado en los últimos días de su papado. Su aspecto lamentable,
unido a una incapacidad notable de movimientos, lo han convertido en un triste
espectáculo.
Antes de su muerte, ha escogido “a dedo” a los que seguirán su peligrosa estela.

13
CRISTIANISMO Y FILOSOFÍA EN FRIEDRICH NIETZSCHE
Víctor M. Alarcón Viudes

El presente ensayo es un intento de penetración en los elementos esenciales del pensamiento


nietzscheano con respecto al cristianismo.
Nietzsche es el filósofo de la «transvaloración de los valores». Nietzsche es también el crítico
más demoledor del cristianismo. El análisis nietzscheano del cristianismo es filosófico pero,
también, psicológico, sociológico y cultural. Es una filosofía del cristianismo que produce su
exégesis con respecto a la moral, al sacerdote, al pecado, al «mundo verdadero», a Dios, a los
valores metasensibles, a la metafísica platónica, a la teología, a la figura de Cristo, al Evangelio,
&. Su heurística parte del amplio conocimiento que tiene Nietzsche de la cultura grecolatina y
desemboca en una hermenéutica de la ideología cristiana.
«Dios ha muerto»
Friedrich Nietzsche
Así habló Zaratustra

Para cierta parte de la filosofía, el ser consiste en querer. Toda vida tiende a la voluntad; es más,
la misma vida es voluntad objetivada. En qué consiste el ser ha sido la pregunta fundamental del
filósofo Martin Heidegger; su ontología primera. El ser se dice de muchas maneras. Y una de
esas maneras o modos del ser atañe a su existencia. Existir es la condición previa del ser. Hay
un ser de los entes y un ser del ente como amplia totalidad de lo real existente; como holos, in
toto. La pregunta por el ser es la pregunta fundamental de la filosofía. Todo es ser desde el
instante en que el mundo es, existe. El ente y el ser son esenciales para la intelección profunda
de la Realidad. El Mundo como totalidad de lo existente es Realidad. En esa Realidad se
contiene el universo entero; no sólo el mundo de la physis griega sino también el mundo de la
cultura y de la sociedad. El Mundo es la totalidad de lo existente; de las cosas y de los
aconteceres.
Lo ontológico se vincula con la pregunta existencial. El mundo es; está dado. No sabemos el por
qué ni la razón última de que exista algo y no más bien la nada (Leibniz; Heidegger). El mundo
se nos aparece como un sistema de configuraciones que es posible que contenga lo Uno de
Plotino. Pero lo Uno se manifiesta en la diversidad aparente de la cosas. El Dasein, el único ser
a quien le va su ser en su ser es, tanto en cuanto existencia, un fundamento de lo esencialmente
humano que se realiza evolutivamente en la hominización. El ser humano es un ser entre seres.
Es también un ente que tiene vida como los otros seres. Pero su vida es vida que se hace; que se
construye en la interacción con los Otros. Ortega, nuestro filósofo, decía: «el hombre no tiene
naturaleza, tiene historia»; y esa historia es su hacerse en la vida: lo que llamamos sociedad y
cultura. El hombre tiene, por lo tanto, dos dimensiones: la dimensión animal determinada por la
filogénesis Hominidae y la dimensión sociocultural donde el hombre habita. El hombre es
también un ser-para-la-muerte. Tiene un sentido de la existencia que se presenta ante el
horizonte de la muerte como finitud. El hombre es el ser que se sabe mortal. Este saber lo
coloca en la incertidumbre de lo existente. La precariedad de la vida, su finalidad sitúa al ser
humano en el horizonte de una finitud lamentable. Su condición de ser-para-la-muerte es lo que
hace que el hombre se haya construido históricamente otro mundo: el mundo de lo
suprasensible opuesto a lo sensible; el mundo del «más allá»; el mundo del Espíritu y de los
dioses. En el discurrir cultural, al final de un proceso denso de tipo civilizatorio y religioso, el
hombre ha desembocado en un solo Dios, en el mono-teísmo. Esto es la consecuencia última del
devenir cultural y religioso que ha ido destilando elementos esenciales y esencialistas en las
formas simbólicas1 complejas del plexo cultural.
El ser del hombre se define por su precariedad. Precariedad del individuo cuando es situado en
el mundo, en su nacimiento. Pero también precariedad de toda su existencia ya que el hombre es

1
Cf. E. Cassirer: El problema del conocimiento (4 vls.).

14
un ser que no sabe y sabe que no sabe (Sócrates). De ahí que el hombre quiera el conocimiento,
el saber. El saber —que es sustancialmente sagrado—, sitúa al hombre en las coordenadas del
ser espaciotemporal; en el universo de su no saber como un saber que se quiere saber a partir del
esfuerzo humano por la intelección. Así, la ciencia, el arte, la filosofía, & son formas de saber.
El saber es, primero, saber a qué atenerse en el mundo, siendo un ser que es en la medida que
subsiste en su existencia precaria. El hombre quiere, por tanto, un saber para conocer la
Realidad. Pero este saber es un saber de lo sensible; dado a través de los datos sensoriales en la
conciencia humana. Es la pregunta sustancial por el ser que ya aparece en el pensamiento
griego. Pero, según nos muestra la historia de la humanidad, este saber no parece ser suficiente.
El hombre ha creado a lo largo de la historia sistemas de saber que no están necesariamente
vinculados al saber sobre la Realidad. Otra forma de ese saber ha sido el intento de captar
intelectualmente la esencia de lo radicalmente Otro: es la pregunta por lo divino y por Dios.
Platón se hace esta pregunta. Para él el mundo sensorial es mero reflejo del mundo de las Ideas,
que es el auténtico mundo.
El primer movimiento en el hombre consiste en la animalidad instintual del ser humano; el
segundo, en su ser en lo social que es lo que le confiere la dimensión de humano. Instinto
animal y luego sociedad; sociedad como sistema de tercer estado alejado del equilibrio. Como
correspondencia, en red, con los otros. La sociedad configura lo que ha de ser querido; ya que el
hombre es un «ser que quiere». El sistema social conjunta también el mundo de la Realidad con
el mundo de lo supraempírico. En ciertos tiempos de la historicidad humana, ambos mundos
han estado íntimamente unidos. Incluso el mundo de lo suprasensible, de lo divino ha
prevalecido. Ha existido un desprecio absoluto por el mundo auténticamente real, el mundo de
la physis, de la naturaleza y de los objetos sensibles que ésta contiene.
El ser del ente es, en Schopenhauer2, voluntad. En Nietzsche, voluntad de poder. El tiempo —
tejido donde la realidad «está»— es en Heidegger esencial para su intelección del ser3. No lo es
tanto en Nietzsche salvo para su visión del eterno retorno —que no es meramente una visión
cosmológica del universo—. Es el eterno retorno de lo mismo. Cada tiempo y cada lugar
volverá a ser. Cada acontecimiento volverá a existir en la misma forma y con idéntica
modulación. Todo retornará a ser. Pero todo ser, en la medida en que existe, es tiempo: «el
tiempo es una cierta parte de la eternidad». El devenir lineal no puede ser eterno retorno (que es
cíclico). Puede existir un devenir como eterno retorno pero es en Gilles Deleuze donde la
dialéctica es precisamente contra lo que se enfrenta Nietzsche (contra Hegel
fundamentalmente). La dialéctica es, en Hegel, lineal; consiste en una serie de estados o etapas
que se superan (superar: aufheben) en un proceso que si bien es cíclico está insertado en una
línea tendencial de tipo lineal. Estos «estados» son la tesis, antítesis y síntesis. Son estados de
reabsorción de los contrarios. Según Hegel, ésa es la forma en que deviene la realidad. Es decir,
la forma consustancial del ser de lo real.
Para Deleuze4 el cristianismo es una ideología dialéctica. La filosofía alemana (de Hegel,
Ficthe, Schelling, fundamentalmente) es sustancialmente idéntica a la filosofía cristiana. No hay
que olvidar que Hegel y Schelling —junto con Hölderlin— estudian teología en el Seminario de
Tubinga (Tübinger Stift). En gran parte, muchos de los filósofos alemanes provienen de la
teología; este es el caso también de Heidegger.
Después del transcurrir de la dialéctica y de la filosofía de la razón alemana (Kant), el filósofo
que mejor ha interpretado el sentido psicológico y sociológico del cristianismo ha sido el
filólogo y filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900). Para Nietzsche Platón es el creador
de la Metafísica. De aquí la profunda relación entre el sistema ideológico de pensamiento del
cristianismo y la teoría de las Ideas platónica. Nietzsche, pretende con su filosofía, una filosofía
del ser como vida, como «voluntad de poder», que supere a la filosofía presocrática de
Parménides y su ser como sustancia unificadora del fluir y del devenir de todas las cosas
heraclitiano. En este sentido, Nietzsche es seguidor de la filosofía de Heráclito. Su filosofía es
un puente tendido sobre el platonismo que enlaza con la concepción filosófica de Heráclito. Lo

2
Schopenhauer es el maestro espiritual de Nietzsche a partir de la lectura de éste de la obra El mundo como voluntad y
representación.
3
Heigegger: El ser y el tiempo.
4
G. Deleuze: Nietzsche y la filosofía.

15
que pretende Nietzsche es la superación de toda la Metafísica occidental desde Platón a Hegel,
incluso hasta Kant, como último coletazo de la filosofía idealista alemana.
Hegel quiere hacer sobrevivir la tradición histórica de la Metafísica occidental; Nietzsche quiere
su destrucción porque se da cuenta de que, en última instancia, la filosofía cristiana es una
consecuencia tardía de la filosofía que se inicia con Platón superando a las filosofías de la
naturaleza de los presocráticos. Lo esencial en Nietzsche es que «el mundo verdadero» creado
por la filosofía de Platón, el mundo de las Ideas, es una inversión del mundo aparente (que es el
mundo de la Realidad). El «mundo verdadero» ha suplantado a la Realidad que aparece en
Platón como mero epifenómeno del mundo auténticamente real: el mundo suprasensible. Este
mundo ha suplantado al auténtico mundo; el mundo de la Realidad sensible o fenoménica.
Platón es el suplantador: invierte lo real. Ahora el «mundo verdadero» es el mundo metafísico.
El mundo real es mera copia de los «arquetipos» platónicos. Nietzsche va en contra de gran
parte de la tradición religiosa y filosófica de Occidente con su «transvaloración de todos los
valores» que hace real la nueva intelección del mundo auténtico y supera la fábula del otro
mundo. En los escritos hallados tras la muerte de Nietzsche; en el llamado su legado póstumo,
recogido por Alfred Baeumler, se encuentra el dictum de Nietzsche «Mi filosofía es un
platonismo al revés»5. Ello supone un ataque a la metafísica platónica y su superación, a través
de la filosofía heraclitiana, retomada e influyente en el pensamiento de Nietzsche.
La filosofía había comenzado en el pensamiento griego con una pregunta que traspasa toda la
filosofía occidental y que recoge en especial Leibniz y Heidegger: ¿qué es el ente como
totalidad, lo que es en cuanto es? En el pensamiento del mundo filosófico griego, el mundo en
cuanto es la totalidad de los entes (el ente summun) es designado por la palabra öýóéò (physis)
que es la naturaleza; el mundo físico; pero también la Realidad en cuanto real6. Para Platón, a
esta pregunta fundadora de la filosofía griega, responde: el ente es la Idea; que es trascendente a
la mundanidad, al mundo de lo físico. Ese más-allá-de-lo-físico (ôÜ öõóéƒÜ) es lo metafísico.
El «mundo verdadero» de Platón es Dios, según Nietzsche. Es el fundamento de la idealidad
platónica: es, esencialmente; la Idea como Bien platónica; es decir ôü Jåéïí, lo divino. La
concepción cristiana del mundo con su Dios-salvador no es más que el último estadio de la
metafísica platónico aristotélica concebida de forma primera por Platón el maestro de
Aristóteles. La «muerte de Dios» nietzscheana inaugura el fin de la metafísica griega y con ello
el surgimiento del nihilismo (de nihil: nada). Dios es el fundamento del «mundo verdadero» (el
suprasensible). Con la muerte de Dios se desmorona la meta-física platónica. Este es un proceso
que culmina con la filosofía de Nietzsche y su obra fundamental Así habló Zaratustra (1883-
1884). La muerte de Dios supone la extinción del «mundo verdadero». Éste se convierte en una
«fábula» ya que Dios surgió en el marco de la metafísica de las Ideas de Platón. Es en La Gaya
Ciencia (1882) donde Nietzsche emplea la expresión «Dios ha muerto»7. El nihilismo de
Nietzsche supone el fin de la metafísica y de su «mundo verdadero». Aunque también Nietzsche
empleará el término «nihilismo» para referirse a la ideología religiosa del cristianismo y a su
introyección en la estructura cultural, social y política de Occidente. En el aforismo 108 de La
gaya ciencia nos dice Nietzsche: « […] Dios ha muerto, pero los hombres son de tal condición,
que habrá tal vez durante milenios de años cavernas donde se presente su sombra».8
El cristianismo se injerta en la Historia; en la «plenitud de los tiempos» (alcanzado hace dos mil
años) como un movimiento de tipo religioso que penetra en las estructuras del Imperio Romano,
asentándose definitivamente como religión oficial del estado en el año 380 d. C., con Teodosio.
El cristianismo incorpora una nueva visión del mundo que debe a la filosofía platónica, al
gnosticismo, al pitagorismo, al judaísmo, a las religiones mistéricas y al orfismo algunos de los
elementos consustanciales de su sistema de creencias. Pero el cristianismo es y supone la
inversión de los valores. Representa esa «transvaloración» de la que nos habla Nietzsche.
Alcanza, con ello una nueva y más rotunda amenaza contra la vida, contra los valores de la vida:
« […] El cristianismo había hecho cernerse sobre la vida una amenaza ilimitada y nueva, y al
hacerlo había creado certezas, alegrías y deleites nuevos y nuevas evaluaciones de las cosas.

5
F. Nietzsche: Die Unschuld des Werdens I, Kröners Taschen ausgabe, Stuttgart, § 79. Citado en H. Lefebvre: Nietzsche, pág. 15.
6
Vid. M. Heidegger: Nietzsche (2 vls.).
7
Cf. Nietzsche: La gaya ciencia.
8
F. Nietzsche: La gaya ciencia, pág. 101.

16
Nuestro siglo niega la existencia de esa amenaza con tranquilidad de conciencia; y sin embargo,
arrastra todavía tras de sí los viejos hábitos de la certeza cristiana, del goce, del recreo, y de la
evaluación cristiana. ¡Y esto lo hace hasta en sus más nobles artes y filosofías! ¡Cuán débil y
gastado, cuán cojo y torpe, cuán arbitrariamente fanático y, sobre todo, cuán incierto tiene que
parecer todo eso, ahora que falta el terrible contraste de su certeza, el omnipresente temor del
cristiano por la salvación eterna!»9
El análisis que efectúa Nietzsche del cristianismo es un análisis que podríamos calificar de
psicosociológico ya que penetra en elementos esenciales de la estructura psicológica de la
creencia. Así, por una parte, Nietzsche analiza aspectos históricos del cristianismo pero siempre
supeditados a su visión psicológica y sociológica ínsita en la estructura «ideológica» del
cristianismo. Por otra, Nietzsche, diversifica su interpretación considerando los elementos
valorativos, axiológicos de la moral cristiana y los que se objetivizan en la psicología del
sacerdote.
El cristianismo ofrece una nueva visión del ser que alcanza su grado último de desarrollo en la
filosofía patrística y escolástica de la Edad Media10. El mundo es interpretado de una nueva
manera a como, por ejemplo, era interpretado por la filosofía griega, tanto en los presocráticos
como en Sócrates, Platón y Aristóteles. Esta nueva interpretación conlleva un cambio radical en
la Historia que persiste hasta los tiempos presentes. No se deja de ponderar nunca
suficientemente el impacto conformador de las estructuras sociales y psicológicas que en el
tiempo presente confiere esa nueva visión del mundo que ha sido llamada cristianismo. Toda
nuestra realidad está impregnada de su sentido. Todas las formas antropológicas de
manifestación cultural, tales como las fiestas cíclicas, están determinadas por la visión del
mundo que ha aportado el cristianismo. Esta visión del mundo es sobre la que Nietzsche
produce su exégesis demoledora hasta el punto de que, su filosofía, ha sido imposible de
soslayar por parte del pensamiento filosófico y sociológico posterior a Nietzsche. Nietzsche es
uno de los filósofos que mayor y más profundamente ha influenciado sobre la filosofía
contemporánea; y no sólo en la filosofía sino en la literatura y en el pensamiento en general. El
mismo Heidegger es difícil de entender sin la influencia de la filosofía nietzscheana11 en su
obra. Para Nietzsche el cristianismo es «platonismo para el pueblo»:
« […] Heidegger se muestra de acuerdo con Nietzsche cuando afirma que el cristianismo es “un
platonismo para el pueblo”. Los primeros pensadores cristianos echaron mano, para explicar las
relaciones entre el hombre y Dios, realidad natural y sobrenatural, del esquema platónico del
mundo inferior (sensible) y superior (suprasensible). Con ello el cristianismo se comprometió
con una metafísica y, en general, vivió de la metafísica. Recuérdense las consideraciones de
Heidegger sobre el origen de Dios en la filosofía y la adopción por el cristianismo del Dios
metafísico, vaciándose de su auténtico contenido; el Dios religioso y misterioso cedió el puesto
ante el Dios causa sui.»12
El cristianismo consiste en una serie de estructuras de creencias autoconformativas que se cierra
como sistema. El sistema es en gran parte autocontenido y tiene una coherencia propia que
pretende ser fundamentadora. Sin embargo, dicho sistema, adolece de una serie de aporías
internas e inconsistencias que son debidas a su carácter irracional determinado por su apuesta
ultramundana. De aquí, la influencia del platonismo en la teología y filosofía cristiana. La
teología se dedica precisamente a intentar cerrar las fisuras propias de todo sistema filosófico e
ideológico13.
El concepto de Dios es muy importante en la ontogénesis del cristianismo. Dios está enmarcado
en la arquitectura fundamentadora del cristianismo. Es un pilar central en su metafísica y en su
teología. Las referencias al concepto «Dios» son continuas en la filosofía cultural del
cristianismo que realiza Nietzsche en todas sus obras. En El Anticristo, vg., se puede leer en
boca de Nietzsche:

9
F. Nietzsche: Aurora. Meditación sobre los prejuicios morales, pág. 38.
10
Vid. Richard Tarnas: La pasión del pensamiento occidental. Para la comprensión de las ideas que modelaron nuestra
cosmovisión.
11
Vid. la obra que realiza Heidegger sobre el pensamiento de nietzscheano: Nietzsche (2 vls.)
12
M. Olasagasti: Introducción a Heidegger, pág. 326.
13
Vid. Hans Küng ¿Existe Dios?

17
« […] Un pueblo que continúa creyendo en sí mismo continúa teniendo también su Dios propio.
En él venera las condiciones mediante las cuales se encumbra, sus virtudes, — proyecta el
placer que su propia realidad le produce, su sentimiento de poder, en un ser al que poder dar
gracias por eso. Quien es rico quiere ceder cosas; un pueblo orgulloso necesita un Dios para
hacer sacrificios… Dentro de tales presupuestos la religión es una forma de gratitud. Uno está
agradecido a sí mismo: para ello necesita un Dios. — Tal Dios tiene que poder ser útil y dañoso,
tiene que poder ser amigo y enemigo, — se lo admira tanto en lo bueno como en lo malo. La
antinatural castración de un Dios para hacer de él un Dios meramente del bien estaría aquí fuera
de todo lo deseable. Al Dios malvado se lo necesita tanto como al bueno; la propia existencia no
la debe uno, en efecto, precisamente a la tolerancia, a la filantropía… ¿Qué importaría un Dios
que no conociese la cólera, la venganza, la envidia, la burla, la astucia, la violencia?, ¿al que tal
vez no le fuesen conocidos ni siquiera los deliciosos ardeurs [ardores] de la victoria y de la
aniquilación?»14
Según Nietzsche, el cristianismo ha invertido la realidad. Ha situado en el lugar de la antigua
realidad del mundo helénico, con su clarividente visión, una nueva realidad que pone en el
centro de la misma un mundo más «auténtico», el mundo de las realidades suprasensibles. Un
mundo poblado, no por dioses, sino por un único Dios que es omnipotente, omnisapiente y
Padre protector de los hombres a quienes hizo «a su imagen y semejanza».
La figura de Dios resulta esencial en la ideología cristiana. Dios como Padre, Absoluto (Hegel),
Fundamento, Divina Providencia, Eterno, &. El Dios cristiano es monoteísta, único. Todo lo
puede y todo lo sabe. Es el único dios. Se ha pasado del politeísmo del mundo grecorromano al
monoteísmo. Es en los siglos XVIII y XIX (el siglo de Nietzsche) cuando las formas del
deísmo, el teísmo y el panteísmo alcanzan mayor fuerza y relegan a un segundo plano la figura
omnipresente de Dios tal y como había operado en la cosmovisión del Medioevo. El Dios del
cristianismo es, según Nietzsche, el Dios del resentimiento, de los resentidos de la vida y de los
sufrientes y malogrados; de aquellos que ocupan las capas más bajas de la sociedad. Es un Dios
de los desheredados de los sustratos más bajos reclutados en el mundo judeohelénico:
«El Dios cristiano es, pues, el Dios judío, pero hecho cosmopolita, conclusión separada de sus
premisas. En la cruz, Dios deja de aparecer como judío. Del mismo modo, en la cruz, muere el
viejo Dios y nace el nuevo dios.Nace huérfano y se vuelve a hacer un padre a su imagen: Dios
de amor, pero este amor es aún el de la vida reactiva. He aquí el segundo sentido de la muerte de
Dios: el Padre muere, el Hijo nos vuelve a hacer un Dios. El Hijo sólo nos pide creer en él,
amarlo como él nos ama, convertirnos en reactivos para evitar el odio.»15
Sin embargo, podemos ver la paradoja que se realiza posteriormente: la Iglesia, con su
teocentrismo monolítico, se constituye en el centro de un nuevo poder. Dios es el Dios de los
nuevos poderosos de la tierra. Una nueva clase emergida de la consolidación de la cosmovisión
cristiana en Europa gracias a la inversión axiológica entre el intramundo y el extramundo. La
mundanidad propia del intramundo es sustituida por la prevalencia del mundo suprasensible;
identificándose el religiocentrismo con la totalidad de la sociedad. Esto se realiza
fundamentalmente en la Edad Media. Los valores morales del ultramundo, de lo suprasensible,
sustituyen a los valores del antiguo mundo: los valores de la tierra. Es en lo pagano (de
paganus: campesino); el mundo de lo rural, donde más tarda en penetrar el cristianismo porque
el paganismo es todavía fervorosamente seguidor de sus deidades «paganas».
Es a partir de la Reforma de Lutero, cuando la Iglesia está sumida en un marasmo de corrupción
que alcanza hasta el papado, y en el propio Renacimiento donde se comienza una nueva visión
de la realidad: el naturalismo. En los siglos XVI y XVII el auge de la ciencia y de los elementos
de la nueva técnica que van apareciendo; de la nueva filosofía, &, va constituyendo una nueva
forma de organización ideológica que tiene en el naturalismo su mayor representante. El mundo
se empieza a secularizar y las estructuras religiocéntricas empiezan a separarse de las
estructuras políticas de los estados. La sociedad, en relación con la religión cristiana, va
produciendo un cambio en la psicosociología del nuevo tipo humano que está emergiendo.

14
F. Nietzsche: El Anticristo, págs. 40-41.
15
G. Deleuze: Nietzsche y la filosofía, pág. 215.

18
«En el análisis psicológico Nietzsche lleva a cabo una reducción. El reduce todo el mundo
suprasensible y los conceptos metafísicos a una fuente de donde brotan. Esta fuente es la vida
humana. En la crítica se produce, pues, un movimiento de reflexión; una vuelta de la vida sobre
sí misma, después de haberse perdido en sus propios productos. Este movimiento corresponde al
proceso histórico en que se derrumba el mundo metafísico, quedando como residuo la physis, a
la cual pertenece la vida humana. Pero en el movimiento de la vida sobre sí misma hay
autoconciencia, mediante la cual aquélla se da cuenta de su propio valor. La crítica le devuelve a
la vida lo que había perdido después de haberla creado.»16
Se va realizando una mutación en las estructuras sociales y en la propia psiquis de los
individuos. El religiocentrismo y el teocentrismo propio del Medioevo van dando paso al
naturalismo característico del Renacimiento donde el Dios monolítico, que es central en la
estructura social y cultural de la Edad Media, va dando paso al Hombre y la Naturaleza como
centros mundanos de la realidad, tanto natural como social, cultural y política. En el
Renacimiento todavía la figura de Dios es importante; pero de lo que se trata es de conciliar a
Dios con el Hombre y la Naturaleza. Es en los siglos XVIII y XIX donde el naturalismo
incipiente del Renacimiento toma plena carta de naturaleza. Es un naturalismo positivo con
mucha menor conexión con la religión. Aparece el deísmo de un Voltaire. No se pretende tanto
la aniquilación de lo religioso como la de la Iglesia y la del clericalismo. En el siglo de
Nietzsche (el siglo XIX) los avances en la filosofía y sociología positivistas (Comte) así como
los realizados en las ciencias y las técnicas, rompen definitivamente la identificación plena entre
religión y sociedad propias de la Edad Media. En este estadio es donde se sitúa el naturalismo
vitalista de Nietzsche. Es en el siglo XIX donde se rompe definitivamente la identificación entre
sociedad y religión. Las estructuras sociales todavía, como en la actualidad, contienen
elementos sustanciales de la teoría y de la praxis cristiana; pero el mundo se ha conformado ya
como un nuevo mundo donde la crisis —empezada en el Renacimiento— de la Iglesia se hace
absolutamente patente.
Un ataque frontal de Nietzsche al concepto «Dios» lo realiza nuestro autor en varias de sus
obras. El Dios monoteísta de la tradición judeocristiana es un Dios de la compasión:
«El concepto fundamental de la metafísica, el de Dios, se origina según Nietzsche, en el
sentimiento de veneración. Pero ésta no resulta de una actitud de respeto frente al mysterim
tremendum, sino ante los conceptos supremos de la razón»17
Según Emile Durkheim, la existencia de una religión y su dios consustancial no es meramente
un añadido cultural de un sistema social dado; es decir, el subsistema religioso es un elemento
vertebrador central en la génesis y funcionamiento de una sociedad concreta. La sociedad se
autorreconoce en su tipo específico de creencia religiosa18. De aquí que Nietzsche realice una
exégesis conceptual del concepto «Dios». Cada sociedad tiene sus dioses o su dios. En ellos o
en él se reconoce la sociedad. Los dioses dotan de autoidentidad a cada sociedad. En los dioses
realiza la sociedad su ser más profundo. Sin los dioses, sin la religión, una sociedad no puede
subsistir. Con los dioses y con la religión el corpus social se automantiene como tal. Un pueblo
se mira en el espejo de sus dioses y de su religión. Con ello su ser primario alcanza
reconocimiento y sentido:
«El concepto cristiano de Dios —nos dice Nietzsche— — Dios como Dios de los enfermos,
Dios como araña, Dios como espíritu — es uno de los conceptos de Dios más corruptos a que se
ha llegado en la tierra; tal vez represente incluso el nivel más bajo de la evolución descendente
del tipo de los dioses. ¡Dios, degenerado a ser la contradicción de la vida, en lugar de ser su
transfiguración y su eterno sí! ¡En Dios, declarada la hostilidad a la vida, a la naturaleza, a la
voluntad de vida! ¡Dios, fórmula de toda calumnia del “más acá”, de toda mentira del “más
allá”! ¡En Dios, divinizada la nada, canonizada la voluntad de nada!... »19
El Dios de los filósofos es un Dios escondido (Deus absconditus). El Dios de Nietzsche está
íntimamente anclado en la concepción metafísica de lo real-universal in toto. Pero éste es un
Dios que no se manifiesta, que no está «ahí», a-la-mano. Un dios que exige fe ciega en él pero

16
H. Lefebvre: Nietzsche, pág. 35.
17
H. Lefebvre: Nietzsche, pág. 37.
18
Cf. E. Durkheim: Las formas elementales de la vida religiosa.
19
F. Nietzsche: El Anticristo, pág. 43.

19
que no muestra un signo, una señal. Todo el pensamiento metafísico y teológico de Occidente
sobre Dios lucha con esta paradoja. Todo el intelecto de los pensadores se resuelve en un intento
de encuentro con ese Deus absconditus. En ese intento es donde se produce el alejamiento del
ser, que es para Nietzsche, el alejamiento de la vida y de la prístina voluntad de poder. Para
Nietzsche es identificable el ser con la vida, y esta con la voluntad de poder. Ese Dios que se
esconde es un Dios alejado, extraño a las fuentes de la vida. Un Dios que «gusta de ocultarse»20:
«Un Dios omnisciente y omnipotente que no se cuida siquiera de que sus intenciones sean
comprendidas por sus criaturas, ¿será un Dios de bondad? Un Dios que deja subsistir durante
millares de años innumerables dudas y vacilaciones, como si no tuvieran importancia para la
salvación de los hombres y que, sin embargo, amenaza con las consecuencias más terribles en el
caso de que nos engañemos acerca de la verdad, ¿no sería un Dios cruel, que poseyendo la
verdad podía asistir fríamente al espectáculo que ofrece la humanidad atormentándose
cruelmente a causa de ella? ¿Será, sin embargo, un Dios de amor y consistirá todo en que no
pudo explicarse más claramente? ¿Le faltará ingenio para ello o elocuencia? […] Un creyente
desesperado […] sería verdaderamente disculpable, si la compasión hacia Dios afligido
estuviera más a su alcance que la compasión hacia el prójimo, porque los demás hombres no
serían ya sus prójimos si aquel gran solitario [Dios] fuese el más afligido de todos, el que
tuviera mayor necesidad de consuelo.»21
El mundo griego se ha derrumbado y en su lugar ha surgido el mundo cristiano con su
constelación de ángeles (ángel significa «mensajero»), santos, vírgenes, &.
«Según Nietzsche, el momento en que surge la metafísica en Grecia es un momento de la
decadencia de la vitalidad. El pueblo griego se ha debilitado interiormente y no se siente seguro
en el mundo real. Entonces se crea un mundo imaginario, produciéndose así una escisión del
mundo en un mundo real y un mundo ideal. El mundo real es un mundo en el tiempo: el mundo
del nacer y el perecer, de las contradicciones, del dolor y de la muerte; el mundo de las ideas, en
cambio, es un mundo fuera del tiempo, eterno, perfecto donde no existe el dolor ni la muerte, al
que huye por no poder resistir más el mundo real. “Platón —dice Nietzsche—es un cobarde
frente a la Realidad; por eso huye a lo ideal.”»22
Una nueva filosofía se encumbra y se hace fuerte impregnado todo atisbo de realidad, todo
instante del tiempo histórico, todo devenir en forma de Espíritu (Hegel: Espíritu Absoluto,
Espíritu Objetivo). El Dios de los filósofos también se ha impregnado de la teología natural y ha
sucumbido a esa idea mesiánica del mundo que conforma el existir de nuestra realidad; lo que
nosotros somos en el proceso de la Historia. Una nueva heurística hecha de exégesis bíblica
impera por doquier. El mundo se transforma e incorpora una nueva esencia, un nuevo
fundamento. Lo que critica precisamente Nietzsche es justamente la «transvaloración de todos
los valores» que la nueva visión del mundo ha creado. Los valores cristianos, su sistema
valorativo ha invertido la realidad. En lugar del mundo de aquí, el único mundo existente, ha
colocado el mundo del «más allá»; un mundo irreal formado por entes inconcebibles para la
razón pero que son aceptados merced a un acto fideísta, de fe, que se ejerce desde el interior de
las mentes humanas gracias a la posibilidad que ésta tiene de fabricar una imaginería divina.
Los valores del mundo de la Antigüedad son transvalorados y colocados a la inversa. Esa
transvaloración (Umwertug) coloca la pirámide natural de la realidad situada boca abajo y lo
que antes eran los valores preponderantes ahora son los valores antagónicos. Los conceptos de
fuerza, vida, energía, poder, & se invirtieron y en lugar de ellos se colocaron otros valores
propios de la psicología del rebaño, de los pobres y desamparados, de los enfermos y débiles
que han creado una constelación religiosa e ideológica que le es beneficiosa. La psicología
aristocrática, la psicología de los poderosos de la tierra, ha sido invertida por la psicología de
«los muchos». El hombre adocenado, el hombre medio, incapaz de la lucha por la existencia, se
ha fabricado un mundo de realidad que él habita, consolándolo de los esfuerzos de la existencia,
de los dolores de la vida. La condición salvífica de la nueva religión permite un cosmos, un
sistema de creencias que actúa como placebo psíquico para hacer soportable la existencia.

20
Haciendo un paralelismo con la frase de Heráclito, llamado «el oscuro» cuando dice: « la Naturaleza gusta de ocultarse».
21
F. Nietzsche: Aurora. Meditación sobre los prejuicios morales, pág. 55.
22
H. Lefebvre: Nietzsche, pág. 36.

20
El hombre fuerte ha sucumbido; ha sido debilitado y enfermado. Hasta el mundo germánico y
escandinavo sucumbe ante el avance arrollador del cristianismo:
«Que las fuertes razas de la Europa nórdica no hayan rechazado de sí el Dios cristiano es algo
que en verdad no hace honor a sus dotes religiosas, para no hablar del gusto. Tendrían que haber
acabado con semejante enfermizo y decrépito engendro de la décadence. […] ese deplorable
Dios del monotono-teísmo cristiano!, ¡ese híbrido producto decadente, hecho de cero, concepto
y contradicción, en el que tienen su sanción todos los instintos de la décadence, todas las
cobardías y cansancios del alma! — —»23
La cosmovisión cristiana24 otorga pleno poder a un sistema que ya no es meramente psicológico-
religioso-ideológico sino que se inscribe en la Historia y en las estructuras sociales y políticas
del nuevo mundo que está emergiendo. El «orden moral del mundo» se ha transvalorado. El
cristianismo como sistema, en trance de alcanzar una arquitectura ideológica consolidada, se va
constituyendo con el mismo proceso de crecimiento y se afianza de forma importante cuando
Teodosio, en el año 380 d. C. hace religión oficial del Estado a la religión cristiana. A partir de
entonces, el cristianismo irá penetrando en la estructura política de los estados hasta conformar
una cosmovisión plena que dota de características particulares a la cultura europea asegurándole
un fuerte sentido religioso unificado por una creencia y por un Dios monoteísta. El «hombre
fuerte» de la Antigüedad, dueño y señor de la tierra y de las almas, es sustituido en parte por un
nuevo tipo humano cuyas características difieren claramente del hombre engendrado por la
cultura grecolatina. El subsistema religioso del cristianismo pasa a ser un subsistema capital
para la topología social y cultural de Occidente25
Toda la historia del cristianismo puede ser entendida como una psicogénesis o psicodrama de la
Humanidad a partir de dos mil años atrás26 . Tiene que existir un profundo sentido de la «culpa»
para que los seres humanos hayamos creado una religión de ese tipo. El ser humano tiene que
ser consciente de su maldad intrínseca manifestad en la Historia para fabricar una religión como
el cristianismo. Algo funciona mal en la realidad ontológica-antropológica del ser humano para
que se produzca esto. El hombre debe reconocerse como «malvado» en la Historia para que
surja una religión de la culpa y de la redención (psicosociología amplia de la Humanidad)27.
¿Qué es lo que funciona mal en el hombre?: su maldad natural, su violencia congénita (¿el
«mono asesino»?), su agresividad consustancial, su ser enemigo para los otros, tanto dentro del
grupo de pertenencia (intragrupo), como fuera de él (intergrupos). Esto es algo que sucede desde
los orígenes de la hominización en la familia hominidae. Una vez que esto se desenvuelve de
este modo, el genio religioso crea la posibilidad de la expiación, la redención, la salvación (lo
salvífico) a través de la «renuncia» al yo violento, &. Pero la Iglesia para incorporar su visión
tuvo que constituirse en autoridad. Entonces las formas del poder se organizaron de otra
manera; en otro modelo: el triunfo de los débiles y enfermos sobre los fuertes originales:
«La Iglesia primitiva luchó, en efecto, como es sabido, contra los “inteligentes” a favor de los
“pobres de espíritu”: ¿cómo aguardar de ella una guerra inteligente contra la pasión? — La
Iglesia combate la pasión con la extirpación, en todos los sentidos de la palabra: su medicina, su
“cura” es el castradismo. No pregunta jamás: “¿cómo espiritualizar, embellecer, divinizar un
apetito?” — en todo tiempo ella ha cargado el acento de la disciplina sobre el exterminio (de la
sensualidad, del orgullo, del ansia de dominio, del ansia de venganza). — Pero atacar las
pasiones en su raíz significa atacar la vida en su raíz: la praxis de la Iglesia es hostil a la
vida…».28

(Continuará)

23
F. Nietzsche: El Anticristo, págs. 43-44.
24
Cf. Richard Tarnas: La pasión del pensamiento occidental. Para la comprensión de las ideas que modelaron nuestra cosmovisión.
25
Vid. «La cosmovisión cristiana»; en R. Tarnas: La pasión del pensamiento occidental, págs. 103-183.
26
Cf. Freud: El porvenir de una ilusión y H. Marcuse: Eros y civilización.
27
Cf. H. Marcuse: Eros y civilización.
28
F. Nietzsche: Crepúsculo de los ídolos, pág. 54.

21
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22
HIRAM ABIFF, LA TRADICIÓN LUCIFERINA
Gabriel López de Rojas

En los Ritos masónicos, existen grandes misterios pertenecientes a la tradición masónica y a la


Masonería Ocultista del siglo XVIII, repleta de rosacrucismo, templarismo, iluminismo,
ocultismo... Uno de los misterios más profundos de los Ritos masónicos es la leyenda de Hiram
Abiff, presente esencialmente en el grado Maestro Masón. Vamos a abordarla en todo su
contenido.

HIRAM ABIFF EN LA BIBLIA


De entre los varios personajes que con este nombre son llamados en la Biblia, el que los
masones consideran maestro de maestros es Hiram Abiff, natural de Tiro, artesano fundidor y
héroe de la leyenda masónica asociada al grado Maestro Masón. La historia de Hiram Abiff que
aparece en el Antiguo Testamento de la Biblia o en la famosa Torah hebrea es la siguiente.
Cuando los hebreos volvieron a la Tierra Prometida, el rey David comenzó a construir el
Templo de Jerusalem, el Templum Domini (El Templo del Señor). Tras la muerte del rey
David, su hijo el rey Salomón, bajo la influencia del profeta Natán, prosiguió la construcción
del Templo. El lugar elegido para la construcción fue el famoso Monte Moria (relacionado con
el término mara, es decir visión, revelación).
En la obra, Salomón contó con la ayuda de un amigo de su padre David, Hiram, rey de Tiro en
el siglo XI A.N.E., quien aportó una cantidad de material considerable para el edificio (oro,
cipreses, cedros), acercándolos por mar al punto más próximo a Jerusalem. El rey Hiram de Tiro
también le prestó algunos masones a Salomón para que éste culminase la gran obra que suponía
la construcción del Templo. Y Salomón como recompensa concedió al rey de Tiro la posibilidad
de sacar de sus estados cada año 20.000 medidas de trigo, 20.000 de aceite…, entregándole unas
veinte ciudades de Galilea y enviándole obreros para sus necesidades.
Hiram de Tiro, repleto de afecto, por último, le envió a Salomón un artista en quien moraba el
espíritu de la Sabiduría. Hijo de una mujer de la tribu Neftalí y de un trabajador del latón
llamado Ur (fuego, luz), de nombre Hiram (vida eterna), y Abiff, (padre mío, el fundidor),
Hiram Abiff era un maestro masón “lleno de sabiduría, de entendimiento y de conocimiento
para hacer toda suerte de obras de bronce; y vino al rey Salomón, y fue quien hizo para él toda
su obra”. (I Reyes, 7, 14).
Los obreros masones de Hiram Abiff quedaron divididos en aprendices, compañeros y
maestros, y cada grado poseyó unos signos, unos toques y unas palabras secretas.
El Antiguo Testamento de la Biblia, sobre la evolución de la obra, nos dice:
“Hiram Abiff fundió dos columnas de bronce. Tenía cada una dieciocho codos de alto, y un hilo
de doce codos era el que podía rodear cada una de las columnas. No eran macizas, sino huecas;
el grueso de sus paredes era de cuatro dedos. Fundió capiteles de bronce para encima de las
columnas; de cinco codos de altura uno y de cinco codos de altura el otro... Erigió primero la
columna de la derecha y le dio el nombre de Jakin, y luego la columna de la izquierda y le dio el
nombre Boaz. Como remate de las columnas había una especie de lirio. Así fue acabada la obra
de las columnas”. (I Re 7, 15-22). Según el Antiguo Testamento, tras esto, Hiram Abiff preparó
más decoración del Templo, fundiendo las obras en una conocida explanada cercana al Jordán.
Una cuestión distinta a la Biblia es la leyenda masónica del grado Maestro Masón que tiene
relación con Hiram Abiff.

LA LEYENDA LUCIFERINA DE HIRAM ABIFF


La leyenda de Hiram Abiff que aparece en la Maestría Masónica explica que estando cerca la
terminación del Templo, Salomón encargó a Hiram Abiff que realizase el diseño de todas las
obras de decoración del Templo. Éste instaló el taller de fundición en una explanada no lejos del
Jordán y otorgó a los masones tres categorías: Aprendiz., Compañero y Maestro, enseñándoles
signos, toques y palabras de paso. Habían 70.000 aprendices, 8.000 compañeros y 3.600
masones.

23
Cuando el Templo estaba a punto de ser terminado, la reina de los sabeos Balkis, princesa cuya
belleza era célebre en todo Oriente, viajó a Jerusalem para conocer a Salomón, pero el
encuentro no resultó del todo afortunado. Balkis, tras conocer por el cuervo Hud-Hud un asunto
relacionado con la cepa de vid que se encontraba junto al altar, recriminó a Salomón: “para
asegurar tu propia gloria has violado la tumba de tus padres; y esta cepa...” Y éste respondió con
serenidad “que en su lugar elevaré un altar de porfirio y de maderas de olivo, que haré decorar
con cuatro serafines de oro”. “Esta viña -dijo Balkis- ha sido plantada por Noé, tu antepasado.
Al levantarla de cuajo has cometido un acto de rara impiedad. Por ello, el último príncipe de tu
raza será clavado en este madero como un criminal. Pero el suplicio salvará tu nombre del
olvido y hará llover sobre tu casa una gloria inmortal”. Balkis añadió que quería conocer a
Hiram Abiff y, finalmente, lo consiguió. Tras conocerlo, argumentó que deseaba conocer a los
masones y Salomón se negó. Pero el genial maestro masón por excelencia, Hiram Abiff, subió
en ese instante a un bloque de granito y con la mano derecha realizó un signo parecido a la T,
relacionado con Tiro, Tubalcaín...; y los masones se reunieron y guardaron un silencio y una
quietud asombrosos.
Algunos días después de los hechos narrados, Bedoni, ayudante y fiel discípulo de Hiram Abiff,
sorprendió a tres compañeros: Fanor el sirio (albañil), Anru el fenicio (carpintero) y Matusael el
judío (minero), planeando sabotear la obra. Y la obra resultó momentáneamente saboteada,
provocando que un Bedoni desesperado por no haber advertido a tiempo a Hiram se lanzase a la
ardiente lava. Hiram Abiff, desolado por el fracaso, se retiró llorando y entonces soñó el sueño
más importante de su vida, el cual le transmitió la Tradición Luciferina más pura y excelsa:
“De la fundición que brilla enrojecida en las tinieblas de la noche se alza una sombra luminosa.
El fantasma avanza hacia Hiram, que lo comtempla con estupor. Su busto gigantesco está
presidido por una dalmática sin mangas; aros de hierro adornan sus brazos desnudos; su cabeza
bronceada encarnada por una barba cuadrada, trenzada y rizada en varias filas, va cubierta por
una mitra de plata dorada; sostiene en la mano un martillo de herrero. Sus ojos, grandes y
brillantes, se posan con dulzura en Hiram y, con una voz que parece arrancada de las entrañas
del bronce, le dice:
-Reanima tu alma, levántate hijo mío. Ven sígueme. He visto los males que abruman a mi raza y
me he compadecido de ella...
-Espíritu, ¿quién eres? (pregunta Hiram)
-La sombra de todos tus padres, el antepasado de aquellos que trabajan y que sufren. ¡Ven!
Cuando mi mano se deslice sobre tu frente, respirarás en la llama. No temas nada. Nunca te has
mostrado débil...
-¿Dónde estoy? ¿Cuál es tu nombre? ¿Adónde me llevas? (dice Hiram)
-Al centro de la Tierra, en el alma del mundo habitado. Allí se alza el palacio subterráneo de
Enoc, nuestro padre, al que Egipto llama Hermes y que Arabia honra con el nombre de Edris...
-¡Potencias inmortales! (exclama Hiram) Entonces es verdad. ¿Tu eres...?
-Tu antepasado, hombre, artista..., tu amo y tu patrono. Yo fui Tubalcaín.
Llevándole como en un sueño a las profundidades de la Tierra, Tubalcaín instruye a Hiram
Abiff en lo esencial de la tradición de los cainitas, los herreros, dueños del fuego.
En el seno de la Tierra, Tubalcaín muestra a Hiram la larga serie de sus padres: Iblis, Caín,
Enoc, Irad, Mejuyael, Matusael, Lamec, Tubalcaín...
Y entonces le transmite a Hiram la tradición luciferina: Al comienzo de los tiempos, hubo dos
dioses que se repartieron el Universo, Adonai, el amo de la materia y el elemento Tierra, e Iblis
(Samael, Lucifer, Prometeo, Baphomet), el amo del espíritu y el fuego. El primero creó al
hombre del barro y lo animó. Iblis y los Elohim (dioses secundarios) que no quieren que éste
sea un esclavo de Adonai, despiertan su espíritu, le dan inteligencia y capacidad de
comprensión. Mientras Lilith (hermana de Iblis, Samael, Lucifer, Baphomet...) se convertía en
la amante de Adán (el primer hombre) enseñándole el arte del pensamiento, Iblis seducía a Eva
y la fecundaba y, junto con el germen de Caín, deslizaba en su seno una chispa divina (según las
tradiciones talmúdicas Caín nació de los amores de Eva e Iblis, y Abel de la unión de Eva y
Adán).

24
Más tarde, Adán no sentirá más que desprecio y odio por Caín, que no es su verdadero hijo.
Caín dedica su inteligencia inventiva que le viene de los Elohim, a mejorar las condiciones de
vida de su familia, expulsada del Edén y errante por la tierra.
Un día, cansado de ver la ingratitud y la injusticia, se rebelará y matará a su hermano Abel.
Caín aparece ante Hiram Abiff y también le explica su injusta situación, añadiendo que en el
curso de los siglos y los milenios, sus hijos, hijos de los Elohim e Iblis, trabajarán sin cesar para
mejorar la suerte de los hombres, y que Adonai, celoso tras intentar aniquilar a la raza humana
tras el diluvio, verá fracasar su plan gracias a Noé, que será ‘avisado por los hijos del fuego’.
Al devolver a Hiram a los límites del mundo tangible, Tubalcaín le revela que es el último
descendiente de Caín, ‘último príncipe de la sangre’ del Ángel de Luz e Iblis, y que Balkis
pertenece también al linaje de Caín, que es la esposa que le está destinada para la eternidad”.
Tras regresar al Templo conducido por Tubalcaín, Hiram Abiff está aturdido por el sueño y las
visiones, acaba la obra y se une a Balkis.
Casi terminadas las obras del Templo de Jerusalem, tres compañeros que veían difícil ser
admitidos en la Maestría Masónica, decidieron conseguirla por la fuerza. Apostados cada uno en
una puerta del Templo, invitaron a Hiram a desvelar sus secretos. Como éste no quiso
revelarlos, cada uno le asestó un golpe (uno con una regla sobre el gaznate, otro con una
escuadra de hierro sobre el pecho izquierdo y un tercero con un mazo en la frente) y lo hirieron
de muerte. Los asesinos escondieron el cuerpo sin vida de noche en un bosque, plantando sobre
su tumba una rama de acacia (símbolo de la inmortalidad y la maestría). Hiram fue descubierto
y vengado. Su cuerpo reposó en un lugar secreto cercano al Monte de Sión, según la tradición
de los Illuminati, y en el Templo, según la masonería.

LEYENDA Y TRADICIÓN LUCIFERINA


Hemos apreciado varias cuestiones de interés: Hiram Abiff en la Biblia, la leyenda de la
Maestría Masónica, el luciferismo de Hiram Abiff y sus antepasados, la Tradición Luciferina,
etc. Repasemos algunos puntos de sumo interés.
El árbol genealógico de Hiram Abiff, según la Tradición Luciferina es:

1. El Dios Supremo y Desconocido


2. Iblis (Samael, Prometeo, Lucifer, Baphomet…) y Eva
3. Caín y Lebuda
4. Enoc y Naema
5. Irad y Naema
6. Mejuyael y Naema
7. Matusael y Naema
8. Lamec y Tsilla (Sela)
9. Tubulcaín y Naema
10. Ur y una viuda
11. Hiram Abiff y Balkis

Y la genealogía de Hiram Abiff de la Tradición Luciferina que acabamos de describir, sin lugar
a duda, por tanto, se puede considerar totalmente “luciferina” o ligada al dios de la Luz por
varios motivos:

-Hiram, el fundidor de Tiro, era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí (I Reyes, 7-13) o de
Dan. Esas dos tribus hebreas fueron las que volvieron al becerro de oro y renunciaron al
elaborado por Moisés. Un hecho significativo.
-Hiram tuvo por padre a un tirio, también fundidor, llamado Ur. En hebreo, esa palabra significa
“Luz”. Recordemos la importancia de la Luz con mayúsculas en toda la ruta luciferina.

25
Hiram Abiff y Tubalcaín

-Hiram tuvo por padre a un tirio, también fundidor, llamado Ur. En hebreo, esa palabra significa
“Luz”. Recordemos la importancia de la Luz con mayúsculas en toda la ruta luciferina.
-La leyenda de Hiram nos cuenta que éste fue instruido, durante un descenso al centro de la
Tierra, por Tubalcaín, su antepasado fundidor. Y Tubalcaín, por cierto la palabra de paso en la
Maestría Masónica, es citado en el Génesis 4-22 de la siguiente forma: “Sela parió a Tubalcaín,
forjador de instrumentos cortantes de bronce y de hierro. La hermana de Tubalcaín era Naema”.
El rabí Simeón (a quien se atribuye el Zohar, el principal libro de la Cábala) nos aclara: “Naema
era la madre de todos los demonios (sic), porque procedía del lado de Caín”. Naema es herma-
na y esposa de Tubalcaín, lo mismo que Isis es hermana y esposa de Osiris.
-Tubalcaín es un antepasado cercano de Hiram Abiff y la séptima generación nacida de Iblis
(Samael, Prometeo, Lucifer, Baphomet…), el dios de la Luz y Ángel Rebelde en la tradición
judía, como se puede ver en el árbol genealógico de la Tradición Luciferina descrito más arriba.
Con lo cual, podemos asegurar que Hiram Abiff tenía por antepasado directo a Tubalcaín e
Iblis, el dios de la Luz.
-Todo lo expuesto no sólo muestra que Hiram Abiff pertenece a una genealogía “luciferina”,
sino una clara ligazón de éste y sus antepasados con el dios de la Luz, llamado como hemos
dicho Iblis (Samael, Lucifer, Baphomet, Prometeo…).
El deber de los iniciados es tener conciencia de quién descienden y de sus capacidades y lograr
la completa iniciación. Han de “descubrir” la auténtica tumba de Hiram Abiff para poseer su
Luz y sus Misterios. Unos la buscan en el Templo, mientras que otros dirigen sus pasos hacia el
Monte de Sión, donde se encuentra la última puerta de la iniciación: la Puerta de Sión o Zión.

26
DECLARACIÓN DE BAPHOMET
Oscar Bethencourt

“Yo Soy la mente perfecta, bajo la cual debes encontrar liberación e inspiración. El
Amor es una liberación y puede liberarte de tus cadenas.

Yo Soy el Dios del Amor y de la Vida, de la resurrección. Yo Soy el verdadero Dios a


quien Cristo rezó.

Yo Soy el no nacido y sin cabeza.

Yo Soy Tú hecho perfecto.

Yo Soy Tú en la gloria de tu Llama Divina.

Yo Soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin.

Yo Soy la Bestia del Apocalipsis, el Señor que disolverá finalmente, a través de


vosotros, los cultos de la muerte y del sin valor, que tiene encadenados el alma de
aquellos que quieren ser inmortales. Por mí, por mí, por mí se salvarán y por ningún
otro más. En mí está el secreto de la inmortalidad y en ningún otro más.

Yo Soy la hermosa doncella, la dulce virgen que espera desposarse con el Señor, con tu
alma y trascender el tiempo, el espacio, y todos los Aeones.

Yo Soy tu Ángel Guardián, quien te ama verdaderamente, y al lado de ese amor, los
otros son hipócritas, embusteros, pasajeros o mutables.

Yo Soy la serpiente del Viejo Edén que te reveló como ser Dios y volver al Paraíso
Perdido no como un animal sino como un Dios.

Yo Soy Baphomet el único Dios”

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“La igualdad y la libertad son los derechos esenciales que el
Hombre, en su perfección originaria y primitiva,
recibió de la Naturaleza”
Adam Weishaupt (1748-1830)

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