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Estudio comparado de dos episodios estivales de incendios forestales originados por rayo
en Aragón

LAFRAGÜETA PÉREZ, C.1, CORTÉS RABINAD, F.J.1, ESPEJO GIL, F.S.2 y ÁLVAREZ
LAMATA, E.
1
SODEMASA. Dirección General de Gestión Forestal. Departamento de Medio Ambiente. Gobierno de Aragón.
2
Agencia Estatal de Meteorología. Delegación Territorial en Aragón.
3
Agencia Estatal de Meteorología. Delegación Territorial en La Rioja.

Resumen

El elemento más característico en la causalidad de los incendios forestales en Aragón, frente


al resto del territorio nacional, es el elevado número de aquellos que tienen su origen en
descargas eléctricas nube-tierra, que son frecuentes en la zona durante los meses estivales.
Los episodios convectivos acontecidos los días 25 de agosto de 2000 y 28 de agosto de 2007,
suscitan el interés de estudio en relación al gran número de incendios asociados a éstos y a la
dificultad que la simultaneidad de los mismos conllevó en las labores de extinción.
El hecho de que ambas situaciones se produjeran en la misma época del año permite abordar
el estudio comparado de sus factores meteorológicos, como condicionantes de los
comportamientos registrados desde el punto de vista de la ocurrencia de los incendios. En
concreto, se analizan variables como temperatura, humedad, viento, precipitación, descargas
eléctricas y las configuraciones sinópticas y mesoescalares de la atmósfera sobre el área de
estudio.

Palabras clave

Convección, descargas eléctricas, meteorología sinóptica y mesoescalar.

1. Introducción

Año tras año, la estadística de incendios forestales en Aragón revela la elevada


incidencia de aquellos cuyo origen viene asociado a la ocurrencia de las tormentas que, en el
periodo estival, afectan a la Comunidad.

Pese a que los fenómenos tormentosos son un fenómeno típico de la época veraniega en
el interior de la Península Ibérica y se corresponden con situaciones bien caracterizadas
sinópticamente (Sanz et al., 2002), la importancia de una temprana detección de las mismas
constituye un factor decisivo en la prevención de los incendios forestales en Aragón. Por este
motivo, el Gobierno de Aragón promovió una nueva línea de trabajo, dentro del Convenio de
Colaboración existente con la Agencia Estatal de Meteorología, enfocada a la caracterización
de las potenciales situaciones de riesgo de incendios que tienen su origen en las descargas
eléctricas.

Los dos episodios convectivos acontecidos los días 25 de agosto de 2000 y 28 de agosto
de 2007, en la que se produjeron múltiples focos de incendios ocasionados por rayo,
fundamentalmente en el área prepirenaica, constituyen ejemplos claros de lo expuesto
anteriormente, de ahí el interés por estudiar y determinar las condiciones atmosféricas que
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desencadenaron ambos episodios y, en última estancia, los incendios forestales asociados a


los mismos.

2. Objetivos

El objetivo final del estudio es establecer una aproximación a la caracterización de las


potenciales situaciones de riesgo de incendio provocado por rayo en Aragón, permitiendo:

• Analizar en profundidad las situaciones meteorológicas bajo las que se desarrollaron


ambos episodios convectivos.

• Determinar qué variables meteorológicas desempeñaron un papel decisivo en el inicio


y propagación de los incendios.

3. Metodología

La metodología seguida para la caracterización de situaciones potenciales de riesgo de


incendios provocados por rayo, ha consistido en un análisis individualizado y comparado de
las configuraciones sinópticas y mesoescalares que dieron origen a los episodios convectivos
seleccionados de los años 2000 y 2007. Posteriormente, se han establecido las similitudes y
diferencias entre los factores considerados, para terminar caracterizando un escenario
meteorológico potencial de riesgo para la ocurrencia de incendios forestales provocados por
rayo.

4. Resultados

Episodio convectivo 25 de agosto de 2000

El geopotencial de 500 hPa a las 18 horas solares (ver Figura 1) muestra la presencia
de un centro de bajas presiones frente a las costas británicas, que se desplazó posteriormente
en sentido meridiano afectando a la Península Ibérica en su avance hacia el este. Esta
situación forzaba sobre el área de interés la entrada de flujos del sur-suroeste en altura.

La situación en superficie (ver Figura 2) es reflejo de la situación en altura, y se


caracteriza por la profundización de las bajas presiones sobre el centro peninsular y vientos
procedentes del sur-sureste sobre el área de interés.

Las elevadas temperaturas registradas durante las horas centrales del día 25 (ver
Figura 3) son una de las consecuencias asociadas al acusado efecto föhn que había tenido
lugar durante la noche anterior (Álvarez y García, 2000), circunstancia que también explicaba
los bajos porcentajes de humedad relativa registrados en las estaciones meteorológicas
presentes en la zona de estudio.

Por lo que respecta a los regímenes de vientos, las estaciones registraron durante todo
el día el predominio de flujos mediterráneos, que se fueron debilitando hasta hacerse
inapreciables. Posteriormente, dominó el desplome de aire frío asociado al paso del frente que
se aprecia con claridad en los vientos divergentes al norte de la provincia de Zaragoza (ver
Figura 4).
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Las descargas eléctricas asociadas al paso del frente dieron origen a numerosos focos
de incendio, cuya propagación se vio favorecida por las condiciones meteorológicas habidas
en ese momento y durante los días previos. La siguiente tabla refleja los siniestros más
importantes en cuanto a superficie afectada.

Tabla 1. Incendios forestales asociados al episodio convectivo del 25 de agosto de 2000.

Superficie
Fecha Localidad Tipo de Vegetación
(ha)
25/08/2000 Arándiga 4 Matorral y monte bajo
25/08/2000 Luesia 210 Matorral y monte bajo
Laguarta/Secorum
26/08/2000 643 Pinar y monte bajo
(Sabiñánigo)
26/08/2000 El Pueyo de Araguás 15 Pinar
26/08/2000 Broto 8 Matorral
Acumuer
26/08/2000 84 Pinar
(Sabiñánigo)

Episodio convectivo 28 de agosto de 2007. Situación sinóptica

La situación atmosférica en altura a las 18 horas solares (ver Figura 1), viene
caracterizada por la presencia de una depresión aislada frente a las costas gallegas, que
forzaba la entrada de flujos del suroeste que afectaban a todo el cuadrante noreste peninsular.

En superficie (ver Figura 2), la existencia de bajas térmicas de carácter local


propiciaba la convergencia de los vientos del suroeste con los asociados a la masa de aire
húmedo procedente del Mediterráneo, tal y como se observa en la Figura 4, siendo ésta la
configuración típica de vientos en las tormentas estivales que afectan a la región.

El escenario prefrontal en el que se enmarca el episodio, motivó la ausencia de


nubosidad durante todo el día, lo que propició las altas temperaturas registradas que
favorecieron el desarrollo de la convección.

Como resultado de esta situación se registraron hasta veinte focos de incendio, en su


mayoría conatos. En la Tabla 2, se recogen los más importantes en cuanto a superficie
afectada.

Tabla 2. Incendios forestales asociados al episodio convectivo del 28 de agosto de 2007.

Superficie
Fecha Localidad Tipo de Vegetación
(ha)
28/08/2000 Peñalba 1 Pinar
Ligüerre de Ara
28/08/2000 4 Pinar
(Fiscal)
29/08/2000 Loporzano 48 Monte bajo
Yebra de Basa
29/08/2000 15 Monte bajo
(Sabiñánigo)
29/08/2000 Boltaña 10 Pinar
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Figura 1. Altura geopotencial y temperatura en 500 hPa a las 18 UTC los días 25 y 28 de agosto de 2000 y 2007,
respectivamente.

Figura 2. Altura geopotencial y temperatura en superficie a las 18 UTC para los días 25 y 28 de agosto de 2000 y 2007,
respectivamente.

Figura 3. Temperaturas máximas registradas los días 25 de agosto de 2000 y 28 de agosto de 2007.

Figura 4. Previsión del viento en superficie a las 18 UTC según el Modelo Hirlam 0.2. para los días 25 de agosto de 2000
(dcha.) y 28 de agosto de 2007 (izq.).
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5. Discusión

Del análisis sinóptico de ambas situaciones se puede extraer que se desarrollaron en un


ambiente sinóptico frontal. Mientras que el episodio del año 2000 coincidió con el paso del
frente en su avance de oeste a este, el del año 2007 tuvo un carácter claramente prefrontal
definido por la presencia de una masa de aire mediterránea sobre el área de estudio, en cuyo
seno se activó la convección por la irrupción en altura de vientos fuertes del suroeste
correspondientes a la rama ascendente de la depresión y previa al paso del sistema frontal
propiamente dicho. Así, las Figuras 1 y 2 (derecha) muestran para la situación del año 2007 el
desacople en altura existente entre la entrada de suroeste y el núcleo de la depresión que
queda rezagado frente a las costas gallegas.

Otros puntos en común entre los dos episodios son la acusada inestabilidad
atmosférica y la presencia de una importante capa seca en niveles medios de la atmósfera,
consecuencia de la fuerte advección de aire cálido y seco procedente del norte de África. En
ambos casos, estos factores determinaron tanto el desarrollo de la actividad convectiva como
el carácter seco de la misma. Si bien, la precipitación registrada durante el evento frontal del
año 2000 fue superior a la del prefrontal de 2007, tal y como se aprecia en la Figura 5.

Figura 5. Precipitaciones acumuladas los días 25 de agosto de 2000 y 28 de agosto de 2007.

De la comparación entre las temperaturas presentes en ambas situaciones (ver Figura


3) se observa que las temperaturas son menores en el episodio del año 2000, circunstancia que
podría atribuirse a la mayor cobertura nubosa asociada al paso del frente.

Por lo que respecta al viento en superficie (ver Figura 4), en el año 2007 aparece una
línea de convergencia entre los vientos del suroeste, asociados al sistema prefrontal, y los
procedentes del levante; mientras que en el episodio del año 2000 se observa la interacción
entre los vientos fríos postfrontales (divergencia al noroeste de Aragón) con el flujo cálido y
húmedo mediterráneo.

Una variable que tiene relevancia en el estado de los suelos y el material combustible
es la cantidad de precipitación recogida en los días previos como factor determinante en la
propagación de los incendios. La Figura 6 indica que en la zona de estudio, las condiciones
previas fueron mucho más secas en el episodio del año 2000 que en el de 2007.
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Figura 6. Precipitaciones acumuladas durante los cinco días previos a cada uno de los episodios considerados.

El número de descargas eléctricas acontecidas en cada uno de los episodios es mayor


en el del año 2000 que en el de 2007, contrariamente a lo que ocurre con el número de
incendios producidos (Figura 7). Se observa que, en ambos casos, los incendios no se originan
en las zonas con mayor densidad de descargas.

Figura 7. Densidad registrada de descargas eléctricas en cada uno de los dos episodios junto con la localización de los
incendios forestales producidos.

Debe tenerse muy en cuenta si se produce o no precipitación en el momento de las


descargas, así como su cantidad, pues unos chubascos intensos serían capaces de apagar los
incipientes focos de ignición. En la Figura 8 se representan conjuntamente la precipitación de
ese día, las descargas y los incendios registrados (escalados por superficie quemada) en la
zona más afectada de la Comunidad, a fin de poder analizar la influencia recíproca de estas
variables en la ignición. En ambos casos coincide que los incendios se desencadenan en áreas
con similar precipitación, escasa y lejos de los máximos, y en zonas con una baja densidad de
descargas.
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Figura 8. Descargas eléctricas, precipitación en 24 h, localización de los incendios y su superficie afectada en los eventos
del 25 de agosto de 2000 (izda.) y del 28 de agosto de 2007 (dcha.)

A su vez, la divergencia de vientos tras el paso del frente en el evento del 2000 junto
con el bajo contenido de humedad de los combustibles, favorecieron la propagación del
fuego, dando lugar a incendios de mayores dimensiones.

6. Conclusiones

La similitud entre ambas situaciones indica que la influencia de ramas ascendentes en


altura con vientos asociados del suroeste, es potencialmente peligrosa en verano por la
facilidad con la que éstas llevan al desencadenamiento de la convección. Estas situaciones
pueden estar asociadas a pasos de frente, como en el evento de 2000, o a otras
configuraciones sinópticas que, sin estar asociadas al paso de un sistema frontal, favorezcan el
desarrollo de convergencias, caso del año 2007. Este último tipo de situaciones, más sutiles,
resultan más difíciles de predecir y por tanto más peligrosas.

La mayor probabilidad de desencadenamiento de un incendio por rayo, en un entorno


tormentoso habitual –caso aparte lo constituyen las tormentas secas-, no se produce en las
zonas con mayor densidad de descargas, puesto que en ellas también se registra la mayor
cantidad de precipitación, que actúa como factor inhibidor de la ignición. Por tanto, las zonas
marginales de las tormentas, con escasa precipitación y un suficiente número de descargas
(aunque sea bajo), son las más propensas al desencadenamiento de incendios.

En la propagación del fuego, los vientos juegan un papel de suma importancia siendo
de nuevo en las zonas marginales de las tormentas donde éstos resultan más fuertes, variables
y racheados. A mayor escala, las situaciones sinópticas y mesoescalares presentes juegan un
papel igualmente decisivo en la configuración de los vientos.

Del mismo modo el estado del combustible, debido a la presencia o ausencia de


precipitaciones en los días anteriores a cada evento, puede jugar un papel muy importante en
la propagación del incendio.

Comparativamente en el 2000 se produjeron incendios de mayores dimensiones


debido por una parte a la sequedad previa del terreno y por otra a la presencia de vientos
fuertes producidos por la descendencia postfrontal. Así, la situación de 2007 presenta
incendios de menor magnitud debido al mayor contenido de humedad del combustible y
porque aunque se dan convergencias de vientos para producir la convección, éstos no son
especialmente fuertes.
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Por supuesto, hay otra serie de factores no meteorológicos que diferencian ambos
eventos y que se deben al incremento de los recursos económicos destinados a la prevención,
detección y extinción de incendios forestales en Aragón, producido en el tiempo transcurrido
entre 2000 y 2007, así como al apoyo meteorológico en las tareas de prevención y extinción
de incendios ejemplificados en el seguimiento exhaustivo de las descargas eléctricas en
tiempo real (Álvarez y Cortés, 2007).

7. Bibliografía

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