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CISNES AZULES

Un Cuento de Ciencia Ficción

Wilson Fabio Valencia Aguirre


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CISNES AZULES
Un cuento de ciencia ficción
(PARTICIPANTE DEL CONCURSO PARA LA SELECCIÓN DEL VOLUMEN 16 DE LA
COLECCIÓN DE ESCRITORES PEREIRANOS)

WILSON FABIO VALENCIA AGUIRRE


wvalen@col2.telecom.com.co

ILUSTRACIONES: VIEJO GUS

1999

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Ante la cultura de un país que se levanta sin conocer sus verdaderas raíces
y los episodios que le han dado vida,
en esa misma proporción,
da grima ver cómo los hijos de un pueblo ignoran la epopeya de su pasado,
la historia parroquial del campanario
y los hombres que sin muletas
impulsaron su desarrollo con un mirar visionario,
enamorados de un lugar privilegiado en la geografía patria
y con una ecología soberbia, apta para el desarrollo de la vida
y la productividad de los suelos.

HUGO ÁNGEL JARAMILLO


(Tomado de “Pereira, Espíritu de Libertad”)

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CONTENIDO

CAPITULO I.”EL ORIGEN” 4

CAPITULO II. “EL OBSERVATORIO” 8

CAPITULO III. “ESCUDRIÑANDO EL FIRMAMENTO” 12

CAPITULO IV. “CISNES AZULES” 16

CAPITULO V. “PELIGRO EN EL PLANETA AZUL” 21

CAPITULO VI. “VIAJEROS” 24

CAPITULO VII. “MAGIA EN LA GRUTA DE UCUMARÍ” 34

CAPITULO VIII. “DE NUEVO EN PELIGRO” 43

CAPITULO IX. “SUEÑOS” 47

CAPITULO X.”VOLVER A VIVIR” 54

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CAPITULO I

“EL ORIGEN”

La madrugada calurosa y sofocante, ya era típica del largo verano del año 2027,
incrementado quizás por el enorme hueco abierto sobre la capa de ozono que ya
se extendía sobre el once por ciento del planeta. Las más exigentes estrategias de
los países con tecnología avanzadas, no habían podido detener eficazmente la
enorme abertura que causaba cada vez más daños por la radiación en hombres,
mujeres, animales y todo tipo de cultivos.

Wity despertó sobresaltado, mientras su cama se movía hacia los lados


vertiginosamente; saltó rápidamente y de un sólo brinco se situó bajo el marco de
la puerta. Sentía que todo el edificio se movía y parecía que pronto se vendría
abajo. Al lado de la habitación, libracos y mamotretos caían al suelo de su estudio,
arrastrando los adornos de los estantes, bellos regalos de viejos amores
eventuales o delicados recuerdos que lo acompañan desde la juventud y que
evocaría al recoger los trozos del piso, luego de recuperar la calma.

El antiguo reloj de pared perteneciente a su familia, yacía maltrecho en el piso;


había quedado marcando las 4.37 a.m., hora en que se iniciara el prolongado e
intenso movimiento.

La decisión de alojarse durante sus vacaciones en el pequeño apartamento


antisísmico de la tranquila población andina del eje cafetero Colombiano, que
prefería por haber sido heredado de sus padres, había sido muy acertada si tenía
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en cuenta los desastres que observaría después en la ciudad, recordando el triste
estado en que ésta quedara durante el último terremoto, ocurrido a finales del
siglo anterior.

Pudo confirmarlo más tarde al ver en el reporte de un noticiero, algo más del tres
por ciento del total del continente americano destruido. Las escenas captadas por
la fibra óptica de su Red de Sistemas de Comunicaciones, mostraban ciudades,
pueblos, vías, bosques, colinas y playas enteras, arrasadas por maremotos y
terremotos en secuencia. Los cadáveres eran mudos testigos de la terrible y
desconocida tragedia que ahora se cernía sobre la tierra, pero que nadie podía
siquiera imaginar. Había algo que inquietaba a las autoridades y a la Cruz Roja:
miles de desaparecidos que no habían dejado ningún rastro tras de sí; como si se
los hubiera tragado la tierra...

El sismo se había originado a enormes profundidades, lo que había evitado por


fortuna, quizás peores catástrofes en la superficie de todo el continente
suramericano; sin embargo, poco tiempo después, se hablaría de evidentes
repercusiones laterales, en la Falla de San Francisco.

A pesar de esto, lo más grave e inexplicable del movimiento, era una fractura
visible al otro lado de la tierra, justo en el extremo contrario, abarcando el
centro de Asia, China e Indonesia, entre los paralelos 100 y 120, donde
también se habían sufrido los crueles rigores del increíble fenómeno

La zozobra aumentaba. Doce horas después, Wity se enteró de la aparición de un


islote de cuarzo con la forma de un enorme pico, una montaña en punta, una
pirámide blanca y reluciente, de aproximadamente 3600 pies de altura y 1200 pies
de lado, que había emergido cerca de las islas de San Andrés y Providencia, en
una zona de poca profundidad.

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El nuevo pero a la vez fascinante y hermoso islote, representaría luego un gran
reto para una extraordinaria variedad de estudiosos y científicos, entre los que se
encontraban físicos, químicos, biólogos, geólogos, oceanógrafos, biogeoquímicos,
astrobiólogos, sacerdotes, humanistas, filósofos, militares, además de estudiantes,
turistas, viajeros, pescadores y hasta políticos, pero sobre todo, una gran cantidad
de escépticos, quienes acudían a conocerlo desde todos los rincones de la tierra.

Experimentados buzos profesionales de la antigua escuela de Custeau, cada vez


más especializados, habían explorado el fondo marino sin encontrar evidencias
del origen, ni posibilidades de excavaciones que permitieran ahondar en el
conocimiento de sus características internas o de sus bases en la profundidad del
mar; la avanzada tecnología, provista entre otros de excelentes equipos sonares,
tampoco ofrecía nueva información; sólo se podía adivinar la continuidad creciente
hacia abajo; como si se tratara de una pirámide más enorme aún y sobresaliera
sobre la superficie marina, tan solo su punta superior, perdiéndose luego en una
forma cilíndrica en los abismos interiores de la tierra. Nada más podía ser
determinado.

Los movimientos telúricos continuaron con intervalos precisos durante varios


meses, afectando mares y continentes. Ni siquiera los animales, marinos o
terrestres, tenían sosiego en sus entornos. Había nerviosismo e impaciencia
creciente en toda la humanidad por investigar el origen de los fenómenos. Su
origen interno y su profundidad, le daban un carácter inquietante a lo desconocido
del fenómeno, que hasta entonces no se había manifestado nunca en toda la
historia de la tierra, y no se tenía idea alguna acerca de la formación de islotes con
características similares a éste, que ahora embellecía el paisaje caribeño.

Posteriormente, una comisión del gobierno colombiano conformada por técnicos y


especialistas, asesorada por científicos internacionales, debió hacerse cargo de la
atención y estudio del islote, prefiriendo prohibirlo a civiles y desconocidos;
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actitudes depredadoras lo iban extinguiendo rápidamente en toda su superficie,
fuera por la toma de muestras de estudio para laboratorios de todo el mundo, o
por llevarse como recuerdos dirigidos a todos los rincones de la tierra, e incluso,
como piedras semipreciosas, para ser engastadas en anillos, collares, y otras
bisuterías de comercialización internacional...

Pasado algún tiempo, los movimientos fueron aplacándose paulatinamente. La


vida continental se repuso de los embates atmosféricos y de la furia del interior de
la tierra; incluso los animales evidenciaban nuevamente un cambio en sus
costumbres. Hasta el mar volvió a una tensa calma, aparentando una normalidad
que estaba lejos de hallarse en el corazón de algunos pocos científicos. La
tranquilidad regresó poco a poco al espíritu de los hombres y las mujeres; la
enorme capacidad de olvido del mundo, lo llevó de nuevo a la quietud previa. El
espíritu humano seguía manteniendo la esperanza de un futuro mejor.

Sólo se mantenía inquieto y vigilante, ese puñado de científicos que adelantaban


investigaciones y que no conocían, aún, los resultados finales de sus
experimentos...

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CAPITULO II

“EL OBSERVATORIO”

Finalizaba ya el año 2039 en el calendario. Hacía más de once años que el


fascinante islote de cuarzo había emergido del fondo del mar caribe, pero que
como causa directa e inexplicable del terrible y profundo sismo, llevaría
indirectamente, a un hecho revolucionario: la inauguración del despliegue
planificado de un nuevo y gigantesco telescopio, de más de trescientas pulgadas
de diámetro.

Los cristales de cuarzo (con propiedades mágicas desconocidas), fueron utilizados


inicialmente en la fabricación del instrumento óptico sideral, con destino a un
nuevo y mejorado observatorio orbital en el que ahora trabajaba parte del famoso
grupo de científicos, quienes habían mantenido sus análisis y observaciones con
terca persistencia y valerosa constancia.

Con las propiedades del Localizador de Planetas, otro gigantesco telescopio


orbital que funcionaba desde el año 2010, se revolucionaron los conocimientos de
las emisiones de los rayos gama sobre los cuerpos celestes, permitiendo una
observación mucho más directa y precisa arriba de la atmósfera, donde el
firmamento aparecía más obscuro, y podían ser vistas muchas estrellas y objetos,
evitando la luminosidad terrestre que antes les ocultaba.

El nuevo telescopio, mejorado enormemente en las anteriores características,


podía captar imágenes de gran definición; haciendo numerosos y sofisticados
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análisis espectroscópicos de distantes atmósferas planetarias, se había
descubierto la existencia de otros sistemas solares, encontrando indicios
especiales del potencial de vida, pudiendo captar un particular conjunto de vida
que incluía aquellos desarrollos que podían llevar a la formación de criaturas
parecidas a los seres humanos.

Si la vieja Cámara de Schmidt, había sido un instrumento óptico complementario


de los grandes observatorios en 1930, con el cual se podía obtener una perfecta
nitidez en un campo muy extenso, conservando simultáneamente una
extraordinaria luminosidad, en la actualidad, ésta se pudo mejorar en un 100%, al
agregársele también los cristales de cuarzo, con los que se obtuvo incluso una
mejor visión tridimensional de las estrellas ubicadas a muchos millones de años
luz del laboratorio espacial.

Con el telescopio se lograba un poder de condensación tal, que se tenía calculado


confeccionar una nueva carta del cielo, mucho más completa, conteniendo
estrellas, nebulosas y hasta galaxias débiles desconocidas, en menos de dos
años, record considerado relativamente corto.

En 1980 habían sido descritas y catalogadas con enorme precisión más de 20000
nebulosas; sesenta años después, se disponía del completo conocimiento de
45000 nuevas nebulosas, aunque aún se tenía el trabajo de catalogarlas
debidamente.

Tras encontrar oxígeno, metano y ozono por las emisiones gaseosas de los
planetas, se comprobaron condiciones de vida semejantes a las de la tierra, más
específicamente, alrededor de la estrella Upsilon Andromedae, similar al Sol, del
Sistema al que pertenece la tierra.

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Se creía ya con cierta certeza, que la tierra no era el único planeta que tuviera
vida, comprendiendo que con las infinitas posibilidades en todo el universo, un
solo planeta no iba a ser el privilegiado. Sin embargo, las condiciones específicas
para demostrar esa aseveración, se hacían cada vez más posibles con los últimos
descubrimientos. Los planetas albergaban elementos propicios para la vida, que
con el tiempo iban evolucionando hasta permitir la generación de moléculas
complejas, que a su vez, al continuar su ciclo de crecimiento, generaban criaturas
vivas...

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CAPITULO III

“ESCUDRIÑANDO EL FIRMAMENTO”

Entre los científicos que lideraban el proceso, se destacaba el doctor Wilhelm


Wity, a quien habían nombrado para la coordinación del inmenso proyecto,
recibiendo la colaboración de colegas de todo el mundo a través de las empresas
espaciales de la unión de Estados Americanos y la Unión Euroasiática.

Había recibido el nombramiento después de mostrar ante amigos y extraños, sus


fascinantes teorías futuristas, basadas en meticulosos y detallados análisis del
trabajo realizado durante su permanencia en el Localizador de Planetas y en sus
experiencias anteriores como director del Laboratorio Astronómico Suramericano
del Valle de Ubaté, en el que había sido reconocido por sus habilidades como
planificador, organizador y ejecutor de las distintas estrategias realizadas,
logrando valiosos descubrimientos que podrían aplicar todos en sus nuevas
tareas.

Entre las funciones que más le apasionaban, estaban las exploraciones y


observaciones hacia áreas nunca antes estudiadas, porque anteriormente los
equipos disponibles no tenían los alcances actuales, pero especialmente, porque
el nuevo cristal logrado con el cuarzo del islote de San Andrés, presentaba
extrañas peculiaridades de claridad y brillo que no se habían logrado antes con
ningún tipo de teleobjetivo.

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Siendo él mismo uno de los gestores de la idea de utilizar el cuarzo en la
fabricación del lente, tenía especial interés en buscar la optimización del uso y
aplicación que el novedoso gigante podía ofrecer.

Coincidencialmente, las coordenadas del área a investigar estaban señaladas por


la dirección de la punta de la pirámide de cuarzo, lo que vaticinaba un extraño,
pero en cierta forma, lógico desencadenamiento de hechos, que alterarían de
manera inusitada la planeación deseada en el futuro del proyecto, que se
esperaba fuera mantenido en curso durante varios años por el visionario
estratega, Wity.

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Las observaciones realizadas durante el primer mes a través del maravilloso


telescopio, aportaban medidas que ahora ofrecían un concepto desconocido bajo
cualquiera comparación en la tierra, tanto en el sentido, como en el significado del
tiempo en el espacio ultra galáctico.

En el tiempo se apreciaba inexplicablemente una relación - evolución de las


observaciones durante el primer mes en el espectro de luz, con un significado
diferente. Un mes de estudio bajo la lente del nuevo telescopio, era equivalente a
la historia vivida durante quince mil millones de años terrestres.

Todo lo experimentado maravillaba al equipo de Wity cada vez más; con su


descubrimiento, se le reconocía al cristal del telescopio, otras impresionantes
propiedades mágicas con las que se narraba la historia del universo, unida
inexorablemente al origen de la humanidad.

La inmensidad del avance en la observación lograda en espacio abierto,


sobrepasaba cualquier intento no solo conocido, sino imaginado anteriormente.
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El inquieto astrónomo había descubierto también en las emisiones de luz, lo que
más tarde le permitiría reconocer la clave del origen y creación del planeta mismo:
¡El origen de la tierra!.

Nunca antes había llegado tan lejos un ser humano en sus investigaciones sobre
el origen del universo, hasta reconocer accidentalmente las extrañas y
maravillosas propiedades de fragmentos del desconocido tipo de cristal de cuarzo.

Se observaba en las lejanas, pero ahora ya más fácilmente alcanzables


coordenadas, lo que luego y sin probabilidades de error, habrían de distinguir
como la grabación secuencial en imágenes virtuales de luz del tiempo galáctico,
de toda la historia de la creación del universo: la transformación - reproducción de
la energía cósmica.

Gracias a esta tecnología, se podía visualizar ahora la historia presentada por las
mágicas imágenes, que iban narrando su historia grabada en la memoria de su
esencia energetizada, con características vivenciales propias.

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CAPITULO IV

“CISNES AZULES”

El estudio de fotometría mostraba que se trataba de energía pura, y que de alguna


manera, era semejante a la naturaleza terrestre; podía tomar y mantener por su
poder ilimitado, la forma de algún extraño y caprichoso Sino. Podía reconocerse
cómo se materializaban en apariencias similares a las observadas en la tierra, a
varios tipos de aves, esfinges o seres multiformes de infinitos aspectos y tamaños.

Por su lejana apariencia, se podía pensar que eran constelaciones, ya que no


tenían las mismas sustancias de los planetas o las estrellas y ni siquiera colegas
de la Astrofísica podían encontrar aún la naturaleza química o física de éstos
fantásticos seres.

Las observaciones - constelaciones, con infinitas gamas de tonos y colores entre


blancos y azules, ya fuera brillando o regando sus destellos por el espacio, se
distinguían claramente bajo formas imponentes que iniciaran su recorrido espacial,
mucho antes de la creación del propio Sistema Solar.

Wity, quien de nuevo estudiaba el firmamento con sus extasiados colegas, tuvo
otra encantadora observación, al reconocer cómo entre aquellos maravillosos
seres comenzaban a hacerse notorios los cisnes por su majestuosidad, elegancia,
hermosura y especial dominio de su destino, y por supuesto, porque estaban
situados mucho más cerca de nuestra pequeña neogalaxia,

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En la infinita inmensidad del espacio sideral, se encontraban flotando dispersas,
miles y miles de las más diversas, extrañas y seductoras formas de vida
espaciales. A ultra distancia, podrían aparentar estar cerca por sus formas tan
definidas, tan precisas, y al hacerse acercamientos de la observación, se
reconocían las variaciones en tamaños relativos comparados con las dimensiones
de la tierra, en cientos de veces el diámetro del globo terrestre los más pequeños,
y en varios miles, los más grandes.

Todo lo existente parecía obedecer a una orden superior, a un orden previsto de


alguna forma armónica y secuencial, buscando una paulatina corrección del caos
necesario para la permanente estructuración del universo; sus relaciones
mostraban una perfecta claridad y simetría.

Las variadas formas de éstos exóticos especímenes, actuaban como


colonizadores de los huecos negros del espacio, tomando bajo su amparo y
equilibrio, miles de paleogalaxias y neogalaxias, con características individuales,
concretas, generando vida, creando y procesando elementos que se iban
solidificando por la acción del poder de su propia esencia, de su propia energía
autocreadora.

A la distancia que se encontraban de la tierra, no habían podido ser vistos ni


reconocidos por los instrumentos inventados antes en el planeta. Tampoco por los
observatorios en órbita, que estaban en capacidad de captar ondas radioeléctricas
más fácilmente. Mucho menos se podía disponer de algún espectro de átomos
parecidos.

Eran casi transparentes... como si fueran invisibles... como si no existieran...

Entre esos exóticos especímenes, en un lugar ubicado sobre una esquina distante
de la Vía Láctea a once galaxias a la izquierda, cuatro galaxias abajo y siete
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galaxias más afuera, a más de 30º sur del ecuador celeste, estaban nuevamente
los bellos y enormes cisnes estelares. La majestuosidad e imponencia los
distinguía de los demás, y por la dirección que llevaban, confirmado por otras
observaciones, se podía demostrar que se alejan cada vez más de la Vía Láctea.

Los tonos de los espectaculares y grandiosos cisnes, variaban también del blanco
al azul tenue. Por su aterciopelado y voluminoso plumaje, daban una sensación de
suavidad y sensualidad infinita. Sus ojos llamaban poderosamente la atención, y
como espirales barradas, se enrollaban hacia su centro intensamente brillante; el
gracioso y elegante cuello, empalmaba cerca de sus escarchadas alas elípticas,
que al extenderse en todo su esplendor e iniciar un discreto y fantástico aleteo,
formaban remolinos con las corrientes que agitaban toda la materia y el polvo
interestelar; sus suaves patas, a la vez fuertes y resistentes, se abrían en
abanicos de frescura, para terminar en unas brillantes y blancas uñas con
apariencia de cuarzo, que destellaban ante sus movimientos por el reflejo de las
estrellas amarillas y rojas.

Iguales a los observados nadando libremente en los lagos de las grandes


ciudades, los cisnes azules tenían a su vez la capacidad de poner sus propios
huevos en grupos - neoplanetas - que eran enviados a las infinidades del espacio,
con tiernos y precisos movimientos que permitían su correcta ubicación, bajo la
tutela y cuidado de unas bellas estrellas incandescentes amarillas o rojas más
grandes - soles -, encargadas de calentarlos hasta alcanzar su plenitud, para
eclosionar luego, dando origen a otros pequeños pero también bellísimos pichones
de cisnes - energía.

Ellos también pasaban a convertirse, con ayuda de otras estrellas amarillas, en la


nueva energía que se expandía por el espacio, llenándolo con nuevas galaxias y
sistemas solares, dándole más luz y ocupando poco a poco el vacío, para
continuar ordenando el viejo caos y acompañando la soledad antes reinante. Se
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trataba de un tipo de energía viva, limpia, pura y radiante, jamás deleitada por los
sentidos de ningún ser humano.

Tal pareciera que estos fabulosos seres – energía, conocían sus objetivos; ya
presentían el rumbo que debían seguir. Habían heredado el conocimiento de sus
antecesores, para continuar con su aporte en el mejoramiento del universo; su
horizonte era absolutamente claro.

No todos los huevos eclosionaban o reproducían la energía de sus pichones en el


mismo tiempo. Su aspecto variaba en tamaño, forma y color, así como variaban
entre ellos, todos los planetas.

Durante un relativo corto período de vigilancia en tiempo terrestre, se podían


también reconocer cientos de millares de planetas diferentes, con todo tipo de
astros acompañantes, como nanas que equilibran su desarrollo y que los cuidan
hasta tenerlos preparados para continuar su ciclo evolutivo y natural.

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El descubrimiento de los incalculables poderes del extraño telescopio, mostraban


de alguna manera, aunque sólo físicamente, la creación de Dios por el hombre,
devaluando ciertas teorías idealistas. Religiosos, filósofos, humanistas,
materialistas, sociólogos, eclécticos y en general, todo tipo de pensadores,
expresaban sus propias hipótesis acomodándolas a los recientes descubrimientos.

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CAPITULO V

“PELIGRO EN EL PLANETA AZUL”

Pasado un tiempo, Wity tuvo el mayor presagio de una inminente catástrofe desde
su laboratorio, al continuar descubriendo, siempre maravillado, otras
peculiaridades de los cristales traídos por él mismo desde la zona prohibida y que
poco a poco le habían permitido retroceder al pasado, pero para conocer el futuro.

El proceso de la creación del huevo, su viaje por el espacio, la maduración o


calentamiento y la eclosión del nuevo cisne, tenía una duración visual en las
observaciones de un mes vivido en la tierra; sin embargo, a diferencia del tiempo
en el espacio, esa duración correspondía a la edad que podía tener ahora el
planeta tierra.

Al iniciar la eclosión o nacimiento de los pichones, se observaba cuando


comenzaban a estirar muy, muy despacio, sus extremidades, que se iban
materializando terminadas en las pequeñas, brillantes y sólidas uñas de cuarzo
puro, que emergían poco a poco del cascarón; poco después, éste se estremecía
y luego de varios quiebres, los intentos del pichón por salir, resquebrajaban toda la
estructura para dar paso a un fuerte pero decidido ser galáctico, tan maravilloso
como sus creadores. Así pudo reconocerse el terrible y ya nada agradable destino
del planeta azul, cuando se visualizó el nacimiento del pichón de energía, que el
planeta - huevo albergaba en su interior.

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Algunos huevos estudiados no alcanzaban su plenitud, debido a seres vivos que
habían evolucionado sobre su superficie o en su interior, y que, como bacterias
depredadoras, consciente o inconscientemente, iban destruyendo el huevo -
dañando sus recursos -, llevándolo a un estado de desabastecimiento de energía
vital para continuar su crecimiento interno, obligando a la eclosión prematura del
pichón, o haciendo que el huevo simplemente pereciera; en otros casos, en el
momento de eclosionar, la misma energía detonaba en partículas atómicas,
afectando en general al grupo de huevos - planetas de cada sistema. En el peor
de los casos, el huevo simplemente quedaba latente, o la energía se desactivaba,
originando satélites sin vida.

A pesar del pánico generalizado, se tuvo también la certeza de otra verdad


innegable: no era solo el ser humano el que estaba en peligro de extinción; era
una parte de la energía cósmica, la que estaba a punto de sucumbir por culpa de
seres humanos que habían evolucionado en su superficie, agotando todos los
nutrientes del huevo en forma desquiciada, acelerada quizás, durante los últimos
ciento cincuenta años terrestres. Ya no era el hombre el rey del universo, sino
simplemente un ser más; pero aunque fuera tan solo uno, era tan importante como
la energía vital o como la tierra misma, en la exquisita bondad de las posibilidades
de la creación divina, energética o como se le hubiera querido llamar...

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Con base en los últimos datos, los gobiernos del mundo, unidos por fin en torno a
la necesidad de confrontar el peligro que compartían, reunieron un nuevo equipo
de técnicos y científicos para alejar la crisis del planeta. Jamás se había logrado
el deseo de alcanzar objetivos comunes con respecto a ningún tema; ni siquiera
cuando el acecho de una tercera guerra nuclear pudo haber acabado el planeta, al
principio del siglo. La premisa en ese momento, era salvar la humanidad.

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CAPITULO VI

“VIAJEROS ”

Entre los miembros de una Cruzada por la salvación del planeta azul, que se
había creado gracias a los esfuerzos de amigos de la tierra, ambientalistas,
defensores de los derechos humanos, y en general, por miles de personas amigas
de la paz y la convivencia, fueron escogidos y citados a una rápida y oportuna
reunión, los más preclaros ideólogos humanistas universales, quienes
posteriormente integrarían con los demás científicos, una comisión de viajeros
encargada de buscar la energía en el corazón de la tierra, para ofrecer una posible
solución al terrorífico panorama de destrucción general del planeta - cascarón,
previo a la eclosión del pichón de energía.

La alternativa que se visualizaba, era la debilitación paulatina de la energía interna


mediante un método físico químico, hasta ser apagada o consumida, de tal modo
que ya no hubiera continuidad en el proceso iniciado tantos millones de años
atrás.

Se debía identificar el mejor momento para alcanzar la anhelada meta, antes que
los terremotos y todas las consecuencias que ellos traían, evitaran seguir
manteniendo el equilibrio en las condiciones biológicas mínimas necesarias de la
naturaleza para seguir albergando, tanto en su superficie como en el interior
terrestre o acuoso del planeta – huevo, a las especies animales o vegetales,
incluyendo por supuesto, a la humanidad.

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Los humanistas se habían reunido en secreto para deliberar acerca de sus propias
creencia y sentimientos; estaban seguros de encontrar otra solución, intentando
de alguna manera un acercamiento con la que creían debía ser una vasta
inteligencia integrada a la energía cósmica, considerada y reconocida por ellos
como sublime, superior y perenne; la historia del universo, simplemente no debía o
no podía ser contenida o anulada, por la necesidad de supervivencia del ser
humano, así éste tuviera la inteligencia más avanzada conocida hasta el
momento, pero también causante de males tanto para sí mismo, como para el
planeta – huevo que lo albergaba. Una chispa creciente de esperanza los
acompañaba.

Asistieron pues a la reunión los carismáticos y reconocidos líderes mundiales de


gobiernos y áreas profesionales, técnicas o particulares; personajes estos que
posteriormente tendrían directa incidencia personal y en equipo. Entre ellos, se
podía contar felizmente con algunos típicos pero dignos representantes de la
humanidad.

La socióloga y humanista inglesa, Anne Martin, concienzuda, metódica, práctica,


pero creativa e innovadora y por quien sus amigos, colaboradores, y en general,
por quienes la conocían, sentían un agradable respeto y una deliciosa fascinación
por la fortaleza de su carácter, que contrastaba bellamente con la suavidad de sus
actitudes. Seductora, hermosa, encantadora, envolvía fácilmente en su
conversación. Podía ser delicada y vaporosa y su voz era un dulce susurro
persuasivo; podía vestir sedas y encajes, llevando un cabello fragante y
armoniosamente peinado, aunque igual, podía encontrársele con toda su
femineidad, la dulzura de sus modales y el encanto de su gracia, con el cabello
suelto y envuelta en pantalones, con los que se sentía igualmente cómoda. Sus
procesos mentales seguían una lógica masculina y en cualquier discusión podía
estar a la altura de quienes quisiera que la acompañara, e incluso, de superarlos
en ocasiones, por su potencia mental, haciendo que todos se sintieran inundados
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por su encanto. Autora de valiosos libros, documentos y ensayos relacionados con
los procesos de cambio en varias universidades europeas y del nuevo continente,
de los que era líder indiscutible. Naturalmente, se mostraba dichosa de dar todo lo
que tuviera a su alcance para mantener el equilibrio del planeta.

El abogado internacional suizo Pierre Lelan, delegado principal de la OGT


(Organización de Gobiernos de la Tierra), joven destacado por su enorme
capacidad de concertar discusiones, a quien le encantaba mostrarse ágil y
convincente desde los inicios de una discusión, rebosante de ideas y energía
creativa, consensualizando las opiniones y logrando finalmente la aceptación de
cuanto dilema se suscitara en torno a él, de manera ética y armónica, cosa que le
resultaba fácil dado su caudal de conocimientos, agilidad mental, corrección del
lenguaje y de las maneras, aunque sin retraerse del campo cerebral, ingresando
luego al terreno sentimental. En su aspecto y manera de actuar, era tan juvenil
como la primavera, lo que lo hacía encantador; posiblemente su aura de juventud
lo hacía persistir aún más en sus actitudes mentales y emocionales; impaciente
audaz y confiado, representaba el espíritu de la generosidad, prodigando
alegrementel tiempo y simpatía a quienes lo necesitaban.

La Doctora Mirushcka Wojtylnaya, procedente de Rusia, graduada como Ph.D en


Geología a los diecisiete años, investigadora y científica de renombradas
instituciones mundiales, podía brillar en las columnas de noticias sociales, sonreír
recatadamente detrás de un candidato político y verter líquidos misteriosos en
tubos de ensayo para los experimentos de su profesión. Ultrafemenina, coqueta y
encantadora como para hacer conseguir que un hombre se sintiera un oso
enorme, pero también fría, silenciosa y distante, tranquilamente instalada en la
silla de su estudio, mientras realizaba los cálculos necesarios en sus proyectos.
De una u otra manera, siempre estaba encontrando reconocimientos por escribir
libros, ofrecer conferencias y hasta pintando, para lo que tenía un excepcional
talento artístico; su sentido innato del equilibrio y la armonía le llevaba a saber lo
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que era placentero y correcto. Conocedora de todos los fenómenos terrestres
internos y estudiosa de las reacciones del sismo del 2027, que ahora iba a originar
la increíble aventura que se avecinaba.

El mentalista y sabio indú, Nehru Marahantcha, descendiente del Mahatma Gandi,


hombre medianamente maduro, fuerte y vital, de temperamento aventurero,
amante de la verdad y rebelde para recibir órdenes, pues consideraba que solo su
guía espiritual podía darle las indicaciones que requiriera; práctico y callado, un
poco lento para pasar a la acción, deliberado y cuidadoso, aunque tierno, suave y
protector, sensible a los perfumes exóticos y renovable en sus estados
emocionales por la música, lo que le permitía llegar a estados más favorables
para la concentración. Prefería nadar bajo la luz de la luna o ir a un bosque fresco
y tranquilo o caminar bajo las estrellas por una senda campestre. Conocedor de
Magia blanca, Espiritismo, Yoga, Ocultismo, Telepatía y Clarividencia, además de
bioenergética, Astrología, Arte y muchos otros de los secretos del cosmos, era un
valioso colaborador en los procesos de desarrollo del conocimiento y aprendizaje
de la mayor parte de Asia y Africa, respetuoso de la cultura, identidad e
idiosincracia de todos los pueblos.

La exótica y bella princesa de Luxemburgo France Milles, joven aguerrida y


paradójica, valiente luchadora de las ideologías de su gente, con enorme
capacidad de concretar en acciones los objetivos propuestos. Reclamaba
constantemente su libertad, para experimentar e investigar, y para dar su tiempo a
la humanidad, o para ir en pos de sus más locas fantasías, interesándose más por
los logros intelectuales, que por los tesoros de la tierra, manejando su propio
código ético que cumplía sin reservas; aunque graciosa, divertida, con una belleza
pensativa, inolvidable, cambiante; nada convencional en su vestimenta, pero
indiferente y sorprendente, brillante como un espejo y enormemente adaptable a
todos los niveles de la sociedad; la pasión no era su fuerte. Su cabello o su
personalidad, eran igualmente impredecibles. Su peinado no se parecía al de
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ninguna otra mujer en la tierra y antes de estudiar algo o a alguien por segunda
vez, ya le había hecho una disección síquica bajo el microscopio. Individualista,
jamás vacilaba en seguir sola en alguno de sus empeños, si era necesario.
Reconocida por el valioso Don de la visión futurista.

También asistía a la reunión, el líder hasta ahora del nuevo laboratorio espacial,
doctor Wilhelm Wity, como representante del gobierno colombiano. Excelente
amigo, camarada o confidente, le gustaba todo el mundo; todos eran sus amigos.
Prefería no revelar sus auténticos sentimientos, aunque su pasatiempo favorito era
adentrarse en los de los otros; sus propias reacciones y motivos eran complejos,
tratando que lo siguieran siendo, por la sola razón de no ser predecible. Con
muchas experiencias extrañas, tanto en la ciencia como en el amor o en la
amistad, a cada una de ellas la escudriñaba con avidez. Hombre de grupo, lo
natural para él, era el trabajo en equipo, entendiendo las reglas del juego limpio,
como si las hubiera inventado, y las trasladara a sus relaciones personales. Con
intereses dispersos por todas partes, asignaba un valor a cada persona que
conocía, haciendo de todo el mundo, alguien muy especial en su vida; nada
egoísta o mezquino, se guiaba por ideales excepcionalmente elevados debido a
su rígido código moral, que no reflejaba necesariamente el que aceptaba la
sociedad en general; llevaba una vida de cambio, controversia y sucesos
inesperados, aunque en él había frecuentes momentos de perfecta tranquilidad,
imposibles de hallar en otros científicos; en constante situación de análisis, estaba
acostumbrado a descuidar sus propios problemas en interés de la mayoría. De
negligencia aparente, podía pasar las noches sin dormir hasta haber develado un
misterio. Podía exhibir una gentileza y docilidad conmovedora, pero su superficie
serena era un espejismo, lo mismo que su aparente flexibilidad. No toleraba el
más mínimo oportunismo, ante lo que el impredecible encanto podía
desvanecerse con enorme rapidez. Con fetichismo por la limpieza, se preocupaba
de más cuando alguien respiraba cerca de su plato de comida, sintiendo un temor
neurótico a los microbios y a las enfermedades. Conocedor de secretos
32
insospechados de la tierra, y definitivamente atrevido miembro de expediciones
hacia el conocimiento de la verdad.

La representante juvenil de las universidades del mundo Claudine Linz Patriks,


espigada morena española de origen árabe, poseedora de una belleza profunda y
misteriosa; magnética, orgullosa y totalmente segura de sí misma, con encanto y
seducción más que suficientes; maestra en el arte de mostrarse como una gatita
frágil y vaporosa; mantenía a raya su deseo de dominar, mientras hacía una
magnífica demostración de femineidad con gran sutileza, sujetaba sus impulsos y
magnetizaba a los hombres con el denso perfume de su mirada exótica,
maravillosamente sexy. Lo sabía, y sabía muchas otras cosas. Su caminar era
lento y seductor, transmitiendo en silencio y privadamente su mensaje; su voz era
algo ronca pero acariciante; de bellos ojos misteriosos capaces de leer con
claridad el pensamiento, clavaba su mirada intensa y penetrante, que desnudaba
inmediatamente las auténticas intensiones de quienes la rodeaban, como un
aparato humano de rayos X. No tomarla en serio era insultarla, pues podía ocultar
sus poderes tras una sonrisa trémula, modales encantadores y la voz más
sobrecogedora que alguien pudiera imaginar. Fantásticamente furiosa cuando
perdía el control habitual sobre las intensas emociones íntimas, podía ser
despótica y dominante, sarcástica o frígida, y después podía llegar a una
temperatura de 100 grados; capaz de poner cruel veneno en el odio y abandonado
orgullo en el amor, vociferaba como una arpía o susurraba como una paloma. Era
una forma peculiar de magia negra que manejaba con tal pericia, que podía
parecer auténtica brujería. Con su místico sexto sentido, era frecuente que
trasmitiera inmediatamente lo que percibía. Sabía lo que era la vida y lo enseñaba.
No disculpaba la debilidad y buscaba la ambición y el valor, queriendo sentirse
orgullosa sin perturbar su individualidad secreta. Con un alto grado de inteligencia
y familiaridad hacia lo abstracto y filosófico. De virtudes fabulosas y vicios tampoco
despreciables, sentía una gran atracción por la investigación de las sombras,
pudiendo meterse a veces en aguas peligrosas, llevada por su afán de penetrar la
33
vida sin el más leve rastro de miedo. Su búsqueda podía llevarla por sendas
escalofriantes, renaciendo de todos sus descubrimientos sin perder fuerza ni
pureza, sin permitir dejarse ensuciar espiritualmente por sus andanzas, para no
sufrir remordimiento, angustia o culpa. Se mantenía esencialmente ajena a las
tormentas emocionales, al menos a juzgar por su placidez exterior, en la que se
envolvía después de cada explosión, importante o no. En su mente tenía las
preguntas e inquietudes de todos los estudiantes del mundo, sobre el verdadero
futuro del planeta azul.

El maestro universitario Fabriciano Valente, había llegado de una lejana villa


muisca, escogido por sus actitudes filantrópicas en beneficio del Desarrollo
Humano. Era descendiente de algún pirata y de india infiel, según el decir de su
padre, viejo modelo espiritual. Se encontraba en el inicio de su madurez, pero
mantenía su corazón joven, su espíritu ávido de conocimientos y nuevas
aventuras, viviendo casi completamente en un nivel material y práctico, sin darle
mucho sentido a las novelescas abstracciones de los libros, con profundas
vinculaciones amorosas en una abnegada devoción por la familia, los amigos, los
más débiles o más desorganizados que él; con un instintivo amor por el trabajo, el
deber y la disciplina, se inclinaba a ayudar a los desamparados sentimentales o
del conocimiento. Parecía estar hecho de una combinación de hielo y acero, capaz
de derretirse si la temperatura era la exactamente adecuada, buscando en sus
conocimientos más la calidad que la cantidad. Su reacción ante una decepción era
la de sumergirse en el trabajo más difícil que encontrara, apartándose por un
tiempo de la sociedad en general, para tener más cuidado en la siguiente ocasión,
aceptando su destino sin rebelarse, sin demasiadas nostalgias ni traumas
emocionales, pudiendo ser de todas maneras poético, aunque frágil y sin ponerse
nunca en evidencia; también podía ser maestro en el arte de la seducción sutil,
con su sonrisa tímida y cortés. Poseía una mezcla de nítido intelecto y solidez
terrestre, pudiendo ser lo bastante distante y desapegado, con tendencia crítico –
analítica, en ocasiones modesto y selectivo; si alguna vez las circunstancias lo
34
envolvían en un episodio sórdido, no tardaba en ponerle término. Por curiosidad o
frustración, intentaba deliberadamente ajustarse a un comportamiento no
deseado, simplemente para comprobar que no le faltaba poder para abandonarlo,
dejando de buscar experiencias artificiales para ponerse a prueba, disimulando
con elaborada displicencia sus verdaderos sentimientos; con algo más que un
vestigio de talento de actor, latente pero sumamente refinado, fingía que no estaba
interesado, como fingía que estaba enfermo cuando no se encontraba a gusto en
una fiesta. A su vez, estaba motivado enormemente por emprender la fabulosa
aventura con la que podría compartir en sus siguientes libros, la liberación de las
penurias de la tierra, si lograban salir con vida del penoso y maravilloso trayecto
que se aprestaban a iniciar.

Después de estar todos reunidos y dados los últimos acontecimientos y


descubrimientos, se acordó dirigir la expedición hacia las proximidades del centro
de la tierra, con la premisa de reconocer de cerca la real amenaza para la
humanidad, por la evolución y crecimiento de la energía que resguardaba el
planeta – huevo, además de realizar cualquier actividad que evitara la explosión
de la tierra.

No se conocía el poder de la energía en el interior, ni la reacción ante cualquier


intento por detener su crecimiento o expansión, por medios químicos, biológicos o
mecánicos, ni se tenían tampoco muchas alternativas para procurar una solución
adecuada a las circunstancias.

Durante algunos meses se estuvo preparando meticulosamente el traslado de


equipos, víveres, instrumentos y sobre todo, de la más sofisticada tecnología que
permitiría tener un análisis detallado de lo que se pudiera encontrar.

El punto de encuentro fue la ciudad de Pereira, en Colombia, Suramérica, con


aproximadamente un millón y medio de habitantes, considerada un centro vital
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para el acercamiento de todas las delegaciones, ubicada muy cerca al nuevo
puerto de Tribugá en el Pacífico, lugar por el que llegarían los equipos
perforadores, además de otros equipos provenientes de ultramar; incluso estaba
cerca al punto de inicio de la expedición, en la gruta de Ucumarí.

Las posibilidades que ofrecía por el desarrollo cultural, social y tecnológico a que
habían llegado gracias a la planeación y al tesón de sus líderes, aparte de su
situación estratégica en el corazón del país, también era la patria chica del
Director de la expedición, el Dr. Wity, quien sentía que con el trabajo de su equipo,
le acrecentaba honor y renombre a su muy querida y noble ciudad bella,
trasnochadora y morena.

Todo estaba listo para el viaje. Las minucias finales fueron cubiertas y se dio la
cita hacia la entrada, al punto de partida de la caravana, que iniciaría el histórico
recorrido con varios equipos especializados de ayuda para cada una de las
etapas. Un total de 17 personas realizarían el recorrido, contando a los científicos,
técnicos, humanistas y colaboradores, entre los que había ayudantes mecánicos,
operadores de equipos, médicos, y peritos en seguridad. Habitantes de todas
partes del mundo querían acompañar a los viajeros hasta ese punto de partida.
Enormes masas humanas se dirigían hacia el sitio de encuentro, recordando la
calidad cívica que tuvieran los ciudadanos pereiranos durante el siglo anterior,
cuando acudían en convites populares a colaborar limpiando, arreglando,
cocinando o construyendo sus sueños con la ayuda mancomunada, con el
esfuerzo del niño, el ama de casa, el señor de al lado y el de la esquina,
motivados hasta por el cura y por su deseo de hacer más bella su ciudad. Así
habían construido entre otros, la Villa Olímpica y el Aeropuerto, orgulloso ejemplo
de la pujanza de sus ancestros paisas. Nadie quería quedarse en su casa; los
sentimientos de temor pero sobre todo de esperanza en el trabajo de los viajeros,
había llevado a apoyar con actitudes positivas, con energía positiva, a sus
salvadores. El respeto por la vida misma era nuevamente creciente.
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37
CAPITULO VII

“MAGIA EN LA GRUTA DE UCUMARÍ”

El grupo comenzó a avanzar lentamente hasta el sitio de ingreso hacia el centro


de la tierra, en el Valle de Risaralda. El peso de los equipos era abrumador en
ocasiones, por el calor de la superficie. Todos tenían un casco metálico con un
potente foco eléctrico adosado a la parte delantera; un vestido impermeable
ajustado al cuerpo, con refuerzos en rodillas y codos, provisto de un sistema de
calefacción; los zapatos serían las botas de montaña corrientes, algunas altas, de
goma, especialmente para andar por zonas inundadas por el agua o el barro;
tenían además pilas de repuesto, pitos, tizas y cerillas... pequeños detalles que
podrían hacer falta en el momento menos pensado.

Tras un bosquecillo de nogales, frondosos árboles con troncos en forma de


botellita, estaba escondida la gigantesca entrada de una antigua y casi
inexplorada cueva, llamada la gruta de Ucumarí, de la que se tejían antiguas
supersticiones y leyendas indígenas, entre las que se destacaban la posibilidad de
rejuvenecer permanentemente después de permanecer allí unos meses. También
se decía que quien estuviera allí, podría encontrar entre desconocidos y sin
ningún problema, a la pareja ideal, a la siempre anhelada por mujeres y hombres,
media naranja. Se encontraría de frente con el Amor real, puro y sublime, de una
forma sencilla, a primera vista.

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Tanto la magia de la leyenda y su coincidencia al entrar por este sitio, como el
propio poder noble y bondadoso de éste sentimiento, podrían significar
posteriormente la salvación del mundo.

Muchas parejas daban fe de la veracidad de la leyenda con su propia dicha y


felicidad; igualmente, cuando algunos de los héroes de la expedición estuvieron en
las mismas circunstancias, pudieron sentir que su corazón palpitaba de una
manera más acelerada al observar con mayor detenimiento a su respectiva
heroína, en las que ahora se fijaban e interesaban más que en los encuentros
anteriores, percibiendo ellas la misma sensación de bienestar y atracción
recíproca.

Fue así como comenzó a fortalecerle entre todos ellos, un sentimiento que los
unía lenta e inexorablemente; las parejas que ya se estaban conformando, eran
las de la socióloga Anne Martin y el abogado Pierre Lelan; la Doctora Mirushcka
Wojtylnaya y el mentalista Nehru Marahantcha; la princesa de Luxemburgo France
Milles y el doctor Wilhelm Wity, y finalmente, la representante juvenil Claudine
Linz Patriks y el maestro Fabriciano Valente.

Científicos y acompañantes se adentraron en la cueva y comenzaron a descender


ayudados con la mejor tecnología con que había sido dotado el equipo, hasta
perderse lenta pero firmemente, en el abismo de las profundidades, utilizando
equipos y materiales diseñados para la exploración de minas, acondicionados
para soportar la temperatura y la presión que encontrarían en su recorrido.

Un equipo de punta de cinco espeleólogos liderado por uno bastante reconocido,


el capitán Gus Bellamar, iba abriendo camino a través de lo desconocido.
Portaban escaleras metálicas superligeras con las que salvaban los desniveles de
hasta cien metros de vertical, cuerdas con las que efectuaban las escaladas
subterráneas, esparadrapo luminoso para marcar el camino, equipos de radio y
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hasta botes neumáticos plegables para un hombre, que utilizaban cuando se
encontraban un río subterráneo o un lago de bastante profundidad y se veían
forzados a pasarlos. También disponían de tecnología liviana fabricada con
elementos extraterrestres recuperados de recientes viajes interplanetarios y que
iban a servir pronto para salvarse de los movimientos internos durante el recorrido.

Los seguía el equipo de apoyo, encargado de mantener el campamento base,


confeccionando los planes y toda la parte científica. Allí se mantenían en
comunicación telefónica con la superficie; también mantenían una reserva
prudente de alimentos y equipos de primeros auxilios. Estaban apoyados por un
equipo de superficie constituido por médicos, periodistas, correo electrónico,
operadores cinematográficos e individuos para cualquier trabajo.

Ni el mismo Verne habría imaginado los escenarios que día a día iban
encontrando en la gruta. Rutas de ensueño y arrobamiento acercaban
místicamente a todos los integrantes. Ni los peligros que iban sorteando paso a
paso, impedían contemplar con éxtasis el paisaje subterráneo. En sólo seis
semanas traspasaron la delgada corteza terrestre, en un trayecto zig-zagueante
de más de setenta kilómetros, aunque cada paso era más difícil que el anterior, ya
que las rocas se iban haciendo más duras paulatinamente. Metro a metro se
hacían visibles los grandes misterios que permanecían ocultos para hombres y
mujeres bajo la tierra.

La victoria de la comitiva al conseguir penetrar esas entrañas, como todo intento


de rebelión contra natura, llevaba consigo el sello de lo trágico, arrebatando la vida
a un osado joven que pretendía colaborar sin la suficiente precaución, en la
solución de un problema de precisión aritmética, cayendo a profundidades
abisales desconocidas, al pasar al lado de uno de los innumerables acantilados
descubiertos.

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En otras partes del trayecto se descubría una vida desconocida, interesante para
los biólogos; una vida fósil, de los animales que vivieron hace miles de años;
restos de utensilios humanos de los primeros tiempos del hombre; nuevos
materiales de formación rocosa y un reino vegetal escaso, pero que realmente
existía.

El capitán Gus Bellamar era un deportista y científico, amante del peligro, que
exponía de continuo su vida. Apasionado por lo desconocido, por la incógnita de lo
que existía abajo. Era un asceta amante de la soledad, de las tinieblas, de una
espiritualidad difícilmente superable, apetencias sólo compensadas por la
exploración subterránea. Cuando salía a la superficie, sus explicaciones sólo eran
un ápice de lo visto, de lo vivido, por lo que se sentía incomprendido por las
personas a quienes refería las impresiones de sus exploraciones.

La temperatura media estaba en los cero grados, con mucha humedad. Se creía
que los parajes iban a ser usualmente estrechos y peligrosos aparte de oscuros,
lejos de parecer agradables o divertidos. Sin embargo, los paisajes internos eran
tan espectaculares, podría decirse que tan sensuales, que todos los días se
convertían en una nueva aventura, a pesar de los sustos y de la permanente
inquietud.

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La cultura de trabajo en equipo y la integración lograda por todos, y cada uno de


los integrantes del viaje a las profundidades, era evidente; la colaboración
recíproca les permitía mantenerse calmados, en espera del encuentro final;
cuando encontraban espacios cavernosos apropiados, se detenían para
descansar, relajar los músculos y compartir sueños y experiencias.

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En sus conversaciones, muchas de ellas con enorme intensidad filosófica,
visualizaban la búsqueda del centro de la tierra, como algo similar a la búsqueda
del yo íntimo de cada uno de los expedicionarios, intentando encontrar su más
pura esencia humana, la magia del poder creador del amor y la atracción de las
energías complementarias. El líder Nehru contribuía permanentemente en este
proceso.

Gracias a las habilidades mentales que - durante unas nueve semanas del
hermoso, pero duro y casi inaccesible trayecto - habían aprendido de Nehru,
pudieron potenciar y amplificar su especial talento de comunicación como
mentalista. La bella y silenciosa Mirushcka mostraba un delicado respeto por él.
En otras oportunidades habían debatido sobre las propiedades y poderes de los
metales y minerales hallados en el camino. Nehru y Mirushcka se aportaban en
conocimientos y se complementaban en encanto y simpatía. Era una buena pareja
en la que se acoplaban varias cualidades, por su respeto a las cosas sencillas y
bellas de la vida, resaltadas por el sentido espiritual y artístico, con la sensualidad
de sus formas y actitudes; ambos eran buscadores de seguridad y así lo podían
entender; el cariño y gentileza llevaba a la plenitud intensa del amor.

Pierre Lelan y Anne Martin, también habían intimado en sus conversaciones y se


mostraban de espíritu ligero, gran amabilidad y simpatía compartida. La
sensibilidad ante los problemas síquicos y emocionales que tuviera el abogado,
eran reconocidos por la delicada y femenina socióloga, quien obraba muy
discretamente, equilibrando su profesionalismo con los aportes que recibía una
amistad tan firme como la que se mantenía entre los dos. Se daba una fuerte
atracción y se complementaban en lo opuesto, haciendo que la bondad de Anne
igualara los excesos de fogosidad de Pierre, logrando superar los defectos de
ambos.

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También el enigmático e indiferente Wity se encontraba enternecido y cambiado
de semblante, ante la atención que ahora le brindaba la bella, y discreta princesa
France Milles, con quien había iniciado casualmente y sin proponérselo, una
especial relación, donde se sentían atraídos mutuamente, incluso por su forma de
reconocer los fenómenos de la humanidad y de la vida misma.

Los conocimientos, unidos al respeto por la libertad, se acoplaban con la plácida


dulzura de la certeza en el concepto de la vida que tenía la princesa. No se
dejaban llevar por el nerviosismo en las dificultades y se calmaban paulatinamente
en las alteraciones del ánimo. La magia de la leyenda se evidenciaba y hacía
fuerte, con el transcurrir de los días. Podía reconocerse a un Wity nuevo,
cambiado por el proceso al que la actual misión de reconocimiento de su presente
lo preparaba para la planeación de su futuro en la tierra. Quizá esa magia de la
cueva había obrado nuevamente, uniendo dos almas gemelas.

La representante juvenil Claudine Linz Patriks y el maestro Fabriciano Valente,


tampoco se quedaban atrás en su mutua atracción, permitiendo que en un
principio, el maestro admirara con la razón a la alumna, motivando la acción de la
enigmática gacela, quien realzaba y se agradaba ante la mentalidad analítica,
haciéndola marchar por el éxito de sus decisiones. Aunque no era mucha la
comunicación verbal con que la bella morena permitía acercarse al maestro, él a
su vez buscaba y obtenía momentos de enorme atracción física, espiritual y
emocional, necesitando acabar indispensablemente con ese yo perfeccionista que
le hacía difícil la vida, pero que los colmaba de un éxtasis espiritual y pasional,
deliciosamente antojable.

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Los técnicos y científicos se unían en grande armonía, mientras los demás
miembros colaboradores de la caravana también empezaban a sentir y a
demostrar una enorme sensibilidad ante la naturaleza del peligro del planeta.

Controlaban sus temores con gran serenidad, gracias a la poderosa energía


síquica que potenciaba Nehru, ofreciendo un gran sosiego a todo el grupo, que
lentamente, como por ósmosis, comprendía y discutía sabios temas, divinos o
terrenales, antes desconocidos para ellos. Nehru presentía no solo a la energía
vital, sino a otros seres descarnados, etéreos, viviendo en aquellas profundidades
aunque en otra dimensión, por lo cual no podían ser observados. Suponía que
debía tratarse de una especie de ángeles guardianes del núcleo y de ellos
mismos. Como infortunadamente nunca llegó a conocerlos, ni pudo comunicarse
con ellos en forma directa, no se pudo agregar más a la narración; pero los
aportes que le hicieron a los expedicionarios, fueron enormes.

Tiempo después Nehru le contaría a un grupo de discípulos escogidos, todas sus


experiencias paranormales alrededor del conocimiento de sus nuevos amigos
intraterrenos... pero eso ya hace parte de otra historia.

Mientras más se acercaban al punto de concentración energético, al objetivo


desconocido, más ganaban en sus capacidades para comunicarse.

Al principio no podían explicarse cómo poseían los nuevos conocimientos que


ahora albergaban en su mente, pero luego comprenderían que era precisamente
gracias a la proximidad de la energía cósmica albergada en el centro de la tierra.
Tan solo por estar cerca, había un espíritu que actuaba como la biblioteca del
conocimiento universal, que se entregaba a quienes estuvieran allí, con o en ella,
mediante un sencillo traslado magnético mental de imágenes, datos, vivencias,
secuencias y toda clase posible de verdades flotantes en el entorno cercano a la

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energía vital de la tierra; el conocimiento vedado a las mentes de la superficie, era
posible por esa simple cercanía a la energía, que todo lo podía aceptar y crear.

La magia de la gruta de Ucumarí estaba demostrada en su interior; en esos


momentos de la aventura, era evidente la atracción y enamoramiento dadas las
parejas que allí se habían formado y también por las nuevas capacidades al
haber adquirido nuevos conocimientos de la atmósfera energética de los seres
invisibles de los que no se pudieron traer datos adicionales.

El poder de la gruta irradiaba la paz y tranquilidad espiritual, como ningún ser


humano lo había podido sentir anteriormente.

Sin embargo, había una cosa que no era tomada en serio por los integrantes de la
caravana, y ésta era la posibilidad de rejuvenecer al estar allí; entre la mayoría de
ellos se hacían bromas con las arrugas y pategallinas de sus rostros. Todos
esperaban despertarse después de su descanso, con el rostro fresco y los
músculos lisos, sin llantas.

Nadie había notado sin embargo, que aunque habían ido aumentado
paulatinamente la febrilidad en el trabajo de descenso, el cansancio ya no agotaba
sus cuerpos... ni su mente...

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46
CAPITULO VIII

“DE NUEVO EN PELIGRO”

La certeza del principio del fin, se tuvo cuando ligeros movimientos de las capas
teutónicas del interior de la gruta, aumentaron el nerviosismo del equipo,
evidenciando las observaciones de Wity.

Debían prepararse para los siguientes días, los que estarían acompañados de
grandes problemas por la disminución de los alimentos y el relativo poco avance
en la misión, aunque ya se presentía una grande aproximación al objetivo, como
no se había sentido antes.

La emoción embargaba al grupo. Los equipos utilizados habían reportado un


rendimiento superior al normal, al ser adaptados y rediseñados en su
funcionamiento por los especialistas, también retroalimentados por la magia del
conocimiento de la energía mística de la creación, o de los hombres intraterrestres
desconocidos; la energía estaba más cerca ahora a la caravana y a sus mentes.

La visión futurista de France, la princesa de Luxemburgo, había alcanzado a


predecir la proximidad de nuevos y terribles terremotos. Aunque en principio había
pasado un poco desapercibida por su misma naturaleza discreta, había llegado el
momento en que esa naturaleza mágica, ese Don superior se iba a exaltar al
máximo para prevenir al grupo de los sucesos siguientes. Debían tomar medidas
inmediatas para evitar perecer en el intento de salvar al planeta. Si no alcanzaban

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pronto su objetivo, el fin no sería únicamente para ellos; también lo sería para la
humanidad.

Con enorme rapidez, se tomaron todas las medidas necesarias. La caravana fue
protegida convenientemente por tiendas elaboradas con un novedoso y suave
material plástico, liviano como el aire, pero fuerte y resistente como el duro acero.
Con un armazón sencillo y efectivo, se instalaron techo y paredes que más se
parecían la lona de un circo, pero que le permitiría a todos los viajeros mantenerse
con vida, a pesar de que les cayera encima cualquier cantidad de estalactitas, por
pesadas que fueran. Su base disponía de rodillos que actuarían al sentirse
cualquier movimiento, evitando que en su interior se percibiera el movimiento
externo. En su elaboración se habían utilizado elementos provenientes de alguna
expedición realizada al planeta Marte, y que por su densidad ofrecía
características de resistencia extrema en la gravedad terrestre. Con fuertes y
sencillos molinos de roca, se cuidarían de evitar que algún derrumbe les taponara
la salida o les destruyera los aparatos y equipos con se conectaban al exterior.

Llegado el momento clave para cuidarse de los movimientos que se había


previsto, todos los expedicionarios se situaron en su interior, mullido cual burbuja
de aire, donde los científicos podían resistir y evaluar los movimientos de los que
solo se tenía conciencia por las mediciones de los equipos.

Un nuevo terremoto comenzó a castigar el huevo - planeta, con resultados


devastadores para un siete por ciento de la superficie terrestre. La comitiva
permanecía aterrada pero a salvo.

Como seguían manteniendo contacto con el exterior, pronto fueron medianamente


informados de los acontecimientos del último movimiento.

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El clima y los fenómenos atmosféricos, cambiaron radicalmente, convirtiendo la
tranquilidad y la paz, en zozobra y terror; los caminos desaparecían, las montañas
caían y en los valles se levantaban montañas; ríos y mares inundaban costas y
ciudades; hombres, animales y plantas se perdían bajo miles de toneladas de lodo
y piedras. Nadie podía creer lo que realmente estaba ocurriendo; hechos
aterradores dejaban nuevamente miles de desaparecidos que serían la incógnita
de las autoridades incluso mucho tiempo después.

Las fracturas de la tierra se incrementaban peligrosamente en todos los


continentes. El próximo movimiento acabaría el equilibrio de los elementos
químicos, desencadenando una terrible explosión que definitivamente pondría fin a
la humanidad.

Hasta los científicos tenían el tiempo contado para desentrañar el misterio que
todavía no se había podido descubrir. Sus raciones de alimentos se habían
agotado casi en su totalidad; sólo tenían agua disponible de los ríos y lagos
subterráneos, aparte de algunos minerales que podían sintetizar para mantenerse
alertas. A pesar de todos los esfuerzos y aunque lograran evitar la explosión de la
tierra, no alcanzarían a regresar con vida a la superficie. Este temor no impedía
que continuaran adelante y un sentimiento de optimismo embargaba sus espíritus,
encerrados en las profundidades, pero rebosantes aún de libertad por las
experiencias y conocimientos adquiridos.

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CAPITULO IX

“SUEÑOS”

Acababan de pasar los terribles movimientos. Al retornar la calma, después de los


acontecimientos previos, la mayoría de los expedicionarios pudieron descansar,
durmiendo durante largas horas, en las que a diferencia de las anteriores
jornadas, sus sueños fueron mucho más sosegados y placenteros; más que
dormir, parecían disfrutar de las más felices vacaciones, reposando sobre nubes
densas de colores, que les hacían los sueños, más felices aún.

Pocas horas después, el sabio Nehru reunió a todos los participantes de la


expedición, para compartirles unas visiones que había tenido y que podían afectar
el horizonte del trabajo que aún tenían por realizar.

Las visiones constituían un tipo de comunicación mental que, según decía, no


podía precisar con gran claridad; bien podía haber sido solo un sueño con los
ángeles, o bien, una comunicación franca y abierta con la energía cósmica;
recordaba una luz blanca, brillante; la reconocía como proveniente de una
inteligencia superior, y ésta a su vez, podía conocer mediante poderes telepáticos,
entrando en la mente del sabio, la historia de la humanidad, la bondad de hombres
y mujeres, el deseo de las mayorías de vivir de acuerdo con las leyes cósmicas,
pero aún así, trataba de comprender cómo ellos mismos, seres vivos
evolucionados representantes de los que habitaban la superficie del fértil
caparazón que los albergaba, le podían producir tan severos daños ecológicos y
ambientales, sin buscar su estado evolutivo superior dentro de los distintos planos
51
de la consciencia en los cuales debían vivir, hasta adquirir el conocimiento de las
leyes que rigen una vida que no va a cambiar, cometiendo un grave error al querer
someter las leyes de la naturaleza a su capricho, en lugar de someterse a ellas.
Así no podrían convertirse en una raza superior, siguiendo ligados a la ley
evolutiva del nacimiento y la muerte, por la falta de esa armonía.

También le indicaban a Nehru, que si hombres y mujeres hubieran seguido las


leyes cósmicas, ya hubieran descubierto leyes a las que no habían podido llegar
aún, tales como la transmutación, sin tener que ocuparse de la formación de
cuerpos externos. Los gobernantes tampoco habían demostrado receptividad a los
visitantes cósmicos que llegaban al planeta, pretendiendo en cambio perseguir a
los hermanos extraterrestres con los planes de guerras de las galaxias, para
capturar naves operables y proseguir con la supremacía mundial sobre sus
congéneres, manteniéndolos sometidos a sus caprichos.

Los científicos de la superficie, habían cometido el error de utilizar una energía sin
haber descubierto antes, medios para controlarla. Así contaminaron también las
aguas del planeta, sometiéndolo a grandes calamidades y éste se hallaría en peor
estado todavía, si millares de naves intergalácticas colmadas de seres de buena
voluntad, en estado armonioso, no trabajasen permanentemente en cierto tipo de
transmutación.

Los científicos y humanistas que ahora se encontraban en ese sitio, habían


llegado allí, sin saberlo, mediante la ayuda de extraterrestres que los habían
acompañado en la búsqueda del conocimiento con el cual poder advertirle a la
humanidad de su peligro inminente; habían contribuido a corregir errores técnicos,
para así, poder ir completando los elementos del rompecabezas.

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Sin embargo, la testarudez de la ciencia contribuía sólo a perseguirlos finalmente
hasta el centro de la tierra, con el deseo de acabarlos y eliminar de cualquier
manera la energía que la cuidaba.

La comunicación con esa energía se había abierto, y los mensajes había llegado
en la mente de Nehru, entrando y saliendo, reconociéndolo como un ser
consciente, en armonía, con gran inteligencia y sensibilidad por la vida. Sentía que
ahora la energía lo conocía mejor a él, que él a sí mismo.

No se sorprendió al enterarse que los demás habían tenido el mismo tipo de


visiones, con ligeras variaciones, aunque con menos consciencia del fenómeno,
donde cada uno había sido ya estudiado e interrogado en torno a los motivos por
los que debía permitírsele seguir viviendo físicamente a muchos de los
depredadores de la superficie.

La Doctora Anne Martin había tenido una disertación mental de las


consideraciones sociológicas de la vida del ser humano en la tierra, y las
comunicaciones que deben mantenerse entre todos para un mejor conocimiento
de su propio mundo.

Pierre Lelan, sustentaba la facultad o el derecho que tenían hombres y mujeres a


permanecer con vida, dados los principios y valores con que se regía la mayoría
de los habitantes, así fueran invasores del planeta – cascarón.

La Doctora Mirushcka razonaba alrededor lo que la estructura terráquea


representaba para el ser humano, independiente de su historia, conocida o
desconocida, y el desarrollo ulterior de los fenómenos que en ella se sucedían,
pretendiendo buscar una fórmula neutral, que no afectara a nadie y sirviera en
cambio para mejorar lo que consideraba sería un nuevo planeta.

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La princesa France Milles, en su diálogo mental, de gran penetración y
perspicacia, discernía y comprendía claramente el daño hecho a la tierra misma,
humildemente encantada de reconocer en su espíritu la capacidad para seguir
superándose, encontrando herramientas para ayudarle a los demás.

El doctor Wity aprendía con arrobamiento al comunicarse directa o indirectamente


pero sin saberlo, con el poder de la desconocida e infalible inteligencia,
imaginando las mil y una formas de adecuar esos conocimientos al trabajo con sus
discípulos.

La juvenil Claudine reflejaba el poder de liderazgo de la juventud que


representaba, las ansias de las nuevas generaciones por hacer mejores cosas,
con actitudes positivas, pensando el futuro de las venideras, en el caso que
realmente las hubiera.

Finalmente el maestro Valente, quien tomaba notas mentales de todo lo


aprendido, mostrando lo que en el interior de su mente guardaba con respecto a
los valores que podría vivenciar con sus esperados futuros estudiantes
nuevamente, si ésto le era permitido. En su diálogo interno, recordaba que el
Amor, como valor integral, debía acompañarse y rodearse de los demás valores
humanos, entre los que resaltaba la autoestima, la honestidad, la humildad, la
libertad, la justicia, la solidaridad, el respeto, la responsabilidad y la tolerancia,
para usarlos en una estrategia de desarrollo de cualquier grupo humano, en
familia o en cualquier otro tipo de organizaciones.

En todos ellos existían poderosas razones para querer y esperar el buen


desenlace de la tragedia que se vivía tanto en la superficie, como en aquel sitio.
En sus corazones vibraba esa llama de esperanza que a su vez hacía latir el amor
de un pueblo, de una sociedad lista y preparada para vivir en armonía, ahora
sensibilizada por su inminente desaparición de la faz del universo.
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Sin embargo, Individualmente no habían podido responder objetivamente a sus
visiones, manteniendo latente la destrucción que se acercaba y se encontraban
justo en el momento previo al cataclismo final.

Nehru y Wity, idearon entonces la forma de comunicarse nuevamente con la


energía cósmica, utilizando esta vez una sublime y espiritual concentración de
todos los miembros del equipo.

Canalizarían hacia ella la expresión de sus pensamientos más bellos, sus deseos
más desinteresados, tiernos y nobles, por alcanzar la paz y el mejoramiento no
solo del ser humano, sino también, de todos los habitantes de los demás planetas
del universo, y solicitarían el amparo, la guía y el cuidado para la tierra, de la
energía cósmica misma. Tenían una plena convicción de alcanzar esta vez su
objetivo.

Cuando la concentración del grupo fue total, dejaron de percibirse los movimientos
en los equipos electrónicos. Indudablemente la energía cósmica – o la raza
intraterrena - recibía el clamor de un puñado de seres vivos fortalecidos por el
amor hacia la humanidad. El espíritu de la paz llenó de nuevo las almas de las
enamoradas parejas. Y reinó el amor, la paz, la cordialidad y la armonía.

La conciencia por la importancia de la vida por la vida misma, y el amor que se


prodigaba el grupo, se recibió aparentemente con enorme beneplácito y
satisfacción por la sabiduría cósmica, que estaba situada en el lugar del receptor,
al otro lado del proceso de comunicación abierto en pleno centro de la tierra.

Había cesado el peligro de destrucción. Quizá la magia de la gruta de Ucumarí,


había funcionado nuevamente. El Amor, como base fundamental de la vida de los
seres humanos, la trascendencia y el trabajo en equipo de diferentes hombres y
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mujeres, de diferentes culturas, con diferentes actitudes y aptitudes, pero por
sobre todo, siempre positivas, habían salvado la tierra.

Para las parejas unidas en las profundidades y sus acompañantes, el tener que
permanecer en un sitio tan espectacular, a tales profundidades, pero con la
consciencia del deber cumplido con los seres humanos, resultaba bellamente
poético y romántico. La misión se había cumplido...

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CAPITULO X

“VOLVER A VIVIR”

Cuando el peligro de destrucción de la tierra había cesado, se hizo visible otro


fenómeno con igual o mayor encanto que el de la danza del amor y la paz que
todos acaban de sentir.

Un resplandor hacia brillar finas y enormes piedras preciosas que aparecieron


dispersas en los alrededores de la cueva donde ahora se encontraban y que se
ofrecían como un obsequio y presagio de tranquilidad a los visitantes de tales
profundidades, quienes extrañados pero con tranquilidad y satisfacción, mantenían
siempre la esperanza de un desenlace positivo, para ellos inclusive. Algunas
fueron recogidas, más para apreciar su belleza, que por codicia.

Precisamente seguían pensando con enormes esperanzas en las diversas formas


de tomar su camino de regreso, tratando de sufrir lo menos posible, ayudándose
con los escasos vegetales que pudieran recoger en el camino hacia la superficie.
Al menos no les iba a faltar agua.

Si las comunicaciones, que se habían perdido poco antes del descanso letárgico
que los llevara a sus sueños, podían restablecerse, existía la posibilidad de recibir
ayuda en menos de dos meses, lo que significaría su salvación, pero siempre y
cuando comenzaran inmediatamente su regreso.

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Hasta aquí habían llegado sus planes y discusiones, cuando la imagen de luz de
la energía cósmica se fue perdiendo y su anterior estructura inmaterial fue
condensándose en una densa nube de hermosos colores que iluminaban la zona.

La nube comenzó a rodear lentamente a todo el equipo que no salía de su


asombro; tantas emociones juntas no les permitía saber ya que podía estar
ocurriendo; la nube siguió girando en torno al grupo, primero muy lentamente, para
ir acelerando y acelerando poco a poco hasta hacer perder de vista todo el
entorno. Nadie podía observar lo que hacía un momento tenían a su lado. El
movimiento de la nube se hizo entonces muy fuerte. Esa violencia sin embargo, no
lograba afectarlos.

De pronto se perdió la consciencia del tiempo; incluso del suelo que estaban
pisando; todo el mundo se sentía flotando, pero una fuerza extraña les impedía
moverse o hablar siquiera, aunque la situación tampoco les asustaba y el
nerviosismo desaparecía como por encanto.

Pasados unos instantes, la neblina que subía vertiginosamente, fue disipándose


suavemente, para ofrecer un espectáculo menos imaginado: la obscuridad volvía a
hacerse cargo del sitio en que se encontraban; una calidez ya olvidada volvía a
acariciar sus cuerpos, y una fuerte ráfaga de aire les permitió volver a la realidad,
pero al mirar con mayor detenimiento en la oscuridad reinante, reconocieron un
paraje que habían dejado atrás, hacía cerca de diez y seis semanas. Se
encontraban nuevamente y en forma inexplicable, cien metros más abajo de la
superficie de la tierra, en la primera cueva, donde hubieran iniciado precisamente
su recorrido, cerca al borde de la entrada a la cueva de Ucumarí. Ahora si nadie
salía de su asombro; todos se encontraban ilesos; delgados pero dichosos.

Se apresuraron a buscar la salida y pronto volvieron a encontrarse con el equipo


de superficie, que los observaba con más asombro todavía. Silencio total; ninguno
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se atrevía a decir alguna palabra. Sólo las lágrimas podían ser testigos de la
sensación que embargaba el corazón de los equipos; el llanto de felicidad de
alguien, pudo desencadenar finalmente una lluvia de saludos, abrazos, besos y
felicitaciones por el encuentro, tan inesperado como repentino.

Y las sorpresas seguían apareciendo. Ya no se observaba ningún destrozo; no


había rastros de violencia en la tierra; la naturaleza estaba nuevamente en
perfecto equilibrio. Los elementos estaban nuevamente en su estado ideal y la
naturaleza estaba mucho más limpia que antes; hasta la capa de ozono había
vuelto a la normalidad, cerrándose en su totalidad

Pronto tendrían noticias que toda la tierra había vuelto a su estado inicial de
limpieza y equilibrio; como si en ella nunca hubieran ocurrido los últimos
acontecimientos que se presentaron cuando el equipo aún estaba bajo tierra.

El único suceso que mostraba alguna evidencia de lo acontecido en forma tan


formidable sobre la faz de la tierra, seguía siendo la numerosa cantidad de
personas desaparecidas. Al cuestionar al sabio Nehru, sobre su opinión acerca de
ésto, él respondió con pocas palabras y sin grandes explicaciones, algo
relacionado con las evacuaciones de la tierra, asegurando que ellas ocurrían
permanentemente, sin ser reveladas a los hombres de la superficie, para evitar
una sicosis colectiva; sí sugería en cambio, que todos se fueran preparando,
buscando un grado evolutivo que les permitiesen cambiar las leyes que rigen el
cuerpo, ordenadas por un nuevo código genético que no podía ser revelado
todavía; pero que de todas formas, los desaparecidos que habían sido evacuados,
estaban vivos y muy felices donde se encontraban. Unos pocos le creyeron; otros
lo tildaron de loco; los demás ... dejaron de prestarle atención...

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Las parejas que se unieron en el interior de la tierra, continúan unidas felices
prodigando el amor a sus hijos, familiares y amigos, enseñando todos los secretos
que trajeron de su inolvidable viaje hacia el centro de la tierra, hacia el interior de
su propio mundo, de su corazón, de su espíritu, pregonando la ley de purificación,
para que el hombre vuelva a sus orígenes cósmicos y a vivir dentro de la armonía
celestial.

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Dicen que desde la noche que tembló por última vez, cuando el Dr. Wity regresó a
su pueblo, con toda su comitiva menos un héroe, al mirar durante las noches
claras hacia el firmamento, pudieron observar durante un tiempo, el brillo de un
agradable espejismo: la constelación de un cisne que al alejarse hacia las estrellas
lentamente, parecía sonreírle con infinita bondad a la humanidad.

Un cisne de energía cósmica cuidaba la humanidad ofreciendo una nueva visión


del futuro. La energía protectora viajaba a la inmensidad del espacio para
continuar el ciclo de vida en armonía.

FIN

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WILSON FABIO VALENCIA AGUIRRE

Nació en Ubaté (Cundinamarca) el 2 de febrero de 1961, aunque se considera ciudadano


pereirano por adopción, después de vivir cerca de treinta años en la ciudad. Ingeniero
Industrial Especialista en Administración del Desarrollo Humano de la Universidad
Tecnológica de Pereira, se ha desempeñado en la empresa privada y en la docencia,
labores que sigue realizando complementariamente:

 Gerencia y Mandos medios durante varios años, en empresas privadas en Bogotá y


Pereira: COARPIMAR, CARRARA, VENECIANOS DE COLOMBIA LTDA.,
INDUSTRIAS ESTACIÓN LTDA., MAZ PEREIRA LTDA, SIDERÚRGICA DE LOS
ANDES S.A., TRANSFORMADORES INTECRI, COAGROCOL-MERCASA, LIGA DE
NATACIÓN DE RISARALDA y otras
 Asesor y Capacitador en Sistemas de Calidad y Gerencia de Servicio. SENA. Desde
Septiembre de 1995. ALMACÉN LA 14, CLÍNICA LOS ROSALES, SECRETARÍA DE
OBRAS PÚBLICAS MUNICIPALES, U.T.P., EMPRESA DE ACUEDUCTO Y ASEO DE
SANTA ROSA DE CABAL -EMPOCABAL-, LA TIENDA SUPERALMACENES,
MASTER GYM, CORCUBA y otras. Creación y Desarrollo de PYMES en la U.T.P. y el
COMITÉ DE CAFETEROS DE RISARALDA.
 Docente de la UTP, UAN, UCPR, UNILIBRE, UCC y CIAF. Desde 1992
 Fundador y Coordinador de la FUNDACION PARA EL DESARROLLO HUMANO,
FUNDEHU. Desde 1996
 Capacitación y Facilitación de procesos en “Hogares Clareth”,”El Hogar de los
Muchachos”, “Volver a Ser” y otros.

COAUTOR DE LAS SIGUIENTES PUBLICACIONES:

 “Manual para la Evaluación de la Gestión Humana en las Organizaciones”. 1995.


Posgrado de Desarrollo Humano U.T.P. – ANDI.
 “Manual para la Evaluación Cuantitativa de la Gestión Humana en las Organizaciones”.
1996. Posgrado de Desarrollo Humano U.T.P. – ANDI.
 “Elementos Conceptuales de Salud Ocupacional para Administradores”. 1996. Posgrado
de Desarrollo Humano U.T.P.
 “Guía Conceptual para el Desarrollo del Espíritu Empresarial y la Creación de Nuevas
Empresas”. 1998. Posgrado de Desarrollo Humano U.T.P.

LIBROS EN PREPARACIÓN:

 “El Ciclo Administrativo”. Texto educativo universitario y empresarial


 “La Miseria del Rey”. Novela

PEREIRA, 1999.
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