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THE YES MEN

Una crítica instructiva a


la moralidad en las corporaciones

ALUMNA: Ma. Victoria Gomez Vila


CÁTEDRA: Ética
FECHA DE ENTREGA:

INTRODUCCIÓN
En el año 1999, E.E.U.U. se embarcaba en una nueva contienda
electoral. La designación de un presidente en dicha nación se
avecinaba rápidamente, por lo que las páginas web oficiales de los
candidatos eran consultadas con asiduidad. Durante ese período,
Andy Bilchbaum y Mike Bonnano recibieron una propuesta de un
grupo de activistas anti-corporativos que consistía en crear una
página web crítica a la campaña de George W. Bush. Para ello, Andy y
Mike consultaron el sitio web www.rtmark.com, donde se les fue
otorgado un dominio que leía www.gwbush.com. Sin saber qué idear
en tal proyecto, visitaron la verdadera página web del aspirante
republicano, cuya dirección era muy similar a la suya:
www.georgewbush.com. De allí, surgió la posibilidad de establecer un
marcado parentesco entre ambos sitios: mientras que en el primero,
Bush figuraba como un hombre afable y conciliador, en el segundo,
sucedía todo lo contrario. La página web satírica recibió una inmensa
cantidad de visitantes, y su popularidad se acrecentó en las
siguientes semanas.
Esto ocasionó semejante reacción por parte de los asesores de Bush,
que les enviaron una carta exigiendo el cierre de su página Web, a la
vez que elevaron una denuncia a la Junta Federal Electoral.
Andy y Mike enviaron dichos documentos a diversos medios de
comunicación, causando un gran revuelo en la opinión pública
estadounidense. Entre ellos se encontraba otro activista, quien
también tenía un dominio en el cual criticaba a la Organización
Mundial del Comercio (OMC). Fue él quien les propuso hacer algo
análogo. De nuevo, confeccionaron una página Web con diferencias
apenas perceptibles y esperaron. En la primavera del 2001, reciben
vía e-mail una invitación a participar de una conferencia titulada
“Textiles del Futuro”. De esta forma, surgieron “The Yes Men”.
Como práctica para dicha conferencia, Andy Bilchbaum personificó a
un representante de la OMC en Salzburg, Austria, donde presentó un
falso proyecto de eliminación del horario de siesta en España e Italia,
lo cual supuestamente permitiría una mejora en la producción y un
sistema de subasta de votos electorales, en el cual los votantes
ofrecerían su voto al mejor postor. Andy y Mike se encontraban
preparados para el descubrimiento de su broma, pero
sorpresivamente jamás ocurrió. Allí se percataron que podían
continuar usando esta metodología, a la cual titulan “Corrección de
Identidad”, con el objetivo de mostrar la verdadera naturaleza de las
organizaciones multinacionales que parecen profesar actividades de
índole moral, cuando en realidad realizan lo opuesto. “Estamos
interesados”, puntualiza Mike, “en corregir la identidad [de la OMC]
para mostrar a las personas, que vemos como criminales, de una
manera más honesta […] Por ello, les robamos su identidad […] para
crear espectáculos públicos que revelen de manera poética algo en
nuestra cultura, que es un problema de fondo”1.
Desde presentar trajes ridículos para ejecutivos con chips sensitivos y
pantalla con forma de falo, que vigilan a los trabajadores; proponer el
reciclado de las heces de ciudadanos norteamericanos, sobre las
cuales se harían hamburguesas de McDonald’s para alimentar a
pobres hambrientos de países tercermundistas, e inclusive anunciar
el desmantelamiento de la Organización Mundial del Comercio, por no
cumplir con su deber de servir a las naciones sumidas en la miseria;
los Yes Men se atreven a cualquier cosa.
El 3 de diciembre de 1984, en Bhopal, India, una planta productora de
compuestos químicos, propiedad de Union Carbide, experimenta
numerosas fallas técnicas que provocan el escape de una sustancia
increíblemente tóxica, denominada Metil-Isocionato. Como
consecuencia de ello, 16 mil personas murieron, 200 mil padecen
serios problemas de salud, la ciudad quedó inmersa en los efectos de
la contaminación ambiental y nadie se ha hecho cargo de ello. En
1999, la compañía Dow Chemicals compró Union Carbide, por lo que
cualquier intento de alguna indemnización financiera a las víctimas
de Bhopal se esfumó con asombrosa rapidez. El 29 de noviembre de
2004, la cadena televisiva inglesa BBC World Television invita a algún
representante del departamento de relaciones públicas en Dow para
discutir la postura de la empresa el día en que se conmemoraría el
vigésimo aniversario de la tragedia. El 3 de diciembre de ese año,
Andy Bilchaum se presentó ante una audiencia de 300 millones de
personas como Jude Finisterra, orador de Dow Chemicals, y realizó el
siguiente anuncio: “Por primera vez, Dow Chemicals asume la
absoluta responsabilidad por la tragedia de Bhopal. Tenemos un plan
de 12 billones de dólares para, finalmente, compensar en su totalidad
a las víctimas y remediar [el desastre ecológico] […] Hemos resuelto
liquidar Union Carbide […] y usar los 12 billones de dólares para
proveer más de 500 dólares por víctima, que es todo lo que han visto
[hasta el momento]. [Dicha cifra] no es suficiente para un hindú,
como uno de nuestros representantes desafortunadamente manifestó
[…] Éste no es un tema menor, es la primera vez en la historia que
una compañía, del tamaño de Dow Chemicals, realiza una acción que
es significativamente opuesta a sus principios simplemente porque es
lo correcto […] Uno de nuestros compromisos no financieros es el de
presionar al gobierno de los EEUU para extraditar a Warren
Anderson1, quien huyó de la India luego de ser arrestado en 1994.
Pagó una fianza de US$ 2000 por cargos de homicidio múltiple […] y
ahora habita en Long Island […] Daremos a conocer la completa
composición de los químicos y los estudios efectuados por Union
Carbide poco después de la catástrofe […] Ésta información está
siendo revelada en caso de que pudiese ser de uso a los
profesionales médicos. Y finalmente, vamos a financiar […]
investigaciones respecto de la seguridad de nuestros productos, que
ha sido fuente de dudas significativas […]”2. Una hora más tarde, no
solamente se había convertido ésta en la noticia más importante del
día, sino que el valor de las acciones de la compañía en la bolsa cayó
4 mil millones de dólares. Ante semejante episodio, Andy sólo
interrogó lo siguiente: “¿Cómo puede ser que si una compañía realiza

1
Ex CEO de Union Carbide
una acción a todas luces ética y esperada, la moral del libre mercado
la penalice y haga desmoronar su valor en la bolsa?”3.
Teniendo presente este hecho en particular, nos concentraremos en
analizarlo desde el punto de vista de la ética empresarial
contemporánea y haremos un ejercicio de reflexión en base a los
preceptos éticos formulados por Aristóteles y Kant, en sus sistemas
filosóficos.

DESARROLLO

Para poder comprender con exactitud qué sucede en casos como el


de Bhopal, debemos remitirnos a nociones fundamentales de la
estructura económica vigente. En primer lugar, debemos localizar
alguna definición de las empresas multinacionales, dado que en ellas
se concentra nuestra investigación. Juan D. Bernardo indica que una
compañía multinacional es “un conjunto de empresas que funcionan
al mismo tiempo en varios países, y por lo tanto bajo distintas leyes y
jurisdicciones nacionales, pero unidas por un lazo de control vertical
entre la sociedad matriz y sus filiales […]”4. Más adelante, puntualiza:
“es un centro de decisiones ubicado generalmente en un país
superindustrializado, que administra grandes recursos financieros,
localizados en varias economías nacionales […]”5.
Como podemos observar, este tipo de corporaciones tienen una gran
incidencia en la economía global: la sede de la empresa, ubicada en
una nación desarrollada, promueve la creación de filiales en el resto
del mundo, que será tratado como el único mercado en el cual
intervenir. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece
que de 65.000 empresas multinacionales, con sus respectivas
800.000 subsidiarias, se emplean a más de 90 millones de personas a
nivel mundial, lo cual representa un 5% de la fuerza laboral del
planeta. Cuando tales compañías tienen semejante influencia en los
sistemas económicos regionales, es imposible no preguntarnos qué
rol cumplen éstas en y para la sociedad. En el año 2006, el Consejo
de Administración de la OIT determinó una forma de compromiso
moral entre las empresas y la sociedad, nombrada Responsabilidad
Social Empresaria (RSM). Ésta consiste básicamente “en que las
empresas presten atención al impacto de sus operaciones sobre la
sociedad y afirmen sus principios y valores […] es una iniciativa
voluntaria, impulsada desde la empresa, y se refiere a las actividades
que van más allá del cumplimiento de la ley”6. Claramente, el
propósito de la OIT es instituir una cultura de la concientización por
parte de las compañías en cuanto al beneficio o daño que puedan
ocasionar con sus actividades. Mientras que el Estado procura
garantizar el respeto a las leyes internacionales del trabajo,
instituidas por la OIT, y enmarcarlas en el ámbito legal
correspondiente, la empresa está obligada a cumplir con la legislación
nacional y llevar a cabo su responsabilidad más allá del alcance de la
misma. Desde nuestra realidad cotidiana, aún cuando no estemos
involucrados en la dinámica empresarial, experimentamos un fuerte
cinismo al respecto.
Si bien es sumamente plausible un accionar ético intuitivo por parte
de la compañía, esto es prácticamente imposible de evidenciar, ya
que el común denominador en las prioridades de las grandes
corporaciones parecería ser el precepto de Milton Friedman: “la
responsabilidad social de las empresas es aumentar sus beneficios”7.
Una buena acción destinada a la comunidad circundante, entonces,
no calificaría dentro de este parámetro.
Ahora bien, ¿es ésta la única responsabilidad que debe cumplir la
empresa? ¿Qué sucede cuando comete un terrible error, cuyos
resultados provocan serios inconvenientes a la sociedad?
En cuanto al desastre de Bhopal, las empresas que lidian con
compuestos químicos reforzaron las medidas de seguridad y
mantenimiento en las plantas procesadoras para evitar otro evento
de tal magnitud, pero la cruda verdad es que ninguna, por el
momento, cuestionó severamente los principios bajo los cuales actúa.
En otros términos, ninguna firma se pregunta si es correcto lo que
hace. Sólo plantea procedimientos técnicos, no fundamentos ético-
filosóficos.
Cuando los Yes Men se paran frente a un auditorio repleto de oyentes
y promueven algún proyecto desopilante, no es su meta la de lanzar
una carcajada. “El problema”, dice Andy, “no es lo que decimos
nosotros, sino la indiferencia o desidia de quienes escuchan y les
parece normal o aceptable lo que decimos”8. Aquí parecería yacer la
base del dilema.
En oposición a lo estipulado por Friedman, David Vogel considera que
el obtener beneficios está éticamente justificado siempre que sea
provechoso a la sociedad. Si las actividades de una empresa no
concuerdan con dicha sentencia, los consumidores y los empleados
se encargarán de castigarla, por lo que allí residiría el incentivo moral
de una compañía. Nuevamente, nos topamos con una concepción de
la realidad muy idealista, en comparación con la actualidad inherente.
Veamos, a continuación, qué promulgaban Aristóteles e Immanuel
Kant en sus tiempos, para poder aplicarlo al nuestro.
En primer lugar, podríamos decir que Aristóteles fue el primer filósofo
en realizar un análisis sistemático de la ética como disciplina. En su
obra “Ética a Nicómaco”, establece que se puede lograr la felicidad,
siendo ésta el fin último, por medio de dos estilos de vida distintos:
por un lado, la vida filosófica o contemplativa y la vida política, por
otro. Esta segunda opción sería la que más se adecuaría a los
objetivos de nuestra investigación. En dicho tipo de vida, se aspira a
la ejercitación de las virtudes, preferiblemente la prudencia
(φρόνησις), que permite discernir cuál sería la mejor decisión a tomar
y nos guía a través del sinuoso camino que se dirige a la mediación
entre un exceso y un defecto.
Teniendo tales conceptos en mente, debemos suponer que Aristóteles
estaría en completo desacuerdo con el accionar vislumbrado en los
directivos de la mayoría de las corporaciones, dado que no buscan el
punto justo medio entre dos extremos, ni tampoco pretenden
conducirse por la vida de una manera virtuosa. Como podemos ver,
para Aristóteles la política de una comunidad y la forma en que cada
ciudadano de la misma se comporta, están íntimamente
entrelazadas.
Con respecto a Kant, aquí también observamos una escisión entre
dos planos: por una parte, el ámbito teórico y por otra, el ámbito
práctico. En este segundo aspecto, el pensador concentra el
desarrollo de su teoría moral. Existe un punto de partida, según el
cual todos somos conscientes de la existencia de normas a seguir.
Tenemos un deber de cumplir dichas reglas, conocidas a su vez como
imperativos categóricos. Adela Cortina indica que “el bien […]
consiste […] en el cumplimiento del deber”9. Sin embargo, Kant no se
detiene allí. Según su criterio, los seres humanos son fines en sí
mismos, por los que hay que respetarlos dado que poseen un valor
absoluto. Éste valor obliga al hombre a no perder de vista que tales
reglas, cuya universalidad es reconocida por él mismo, no solamente
se aplican a él, sino también a todos quienes lo rodean.
Esta noción es sumamente importante, si retornamos al episodio que
convenimos estudiar. Los dirigentes de una empresa multinacional,
de acuerdo a la filosofía kantiana, tienen un deber hacia la comunidad
en general, y en especial hacia los damnificados, dado que es su
obligación el respetarlos como valor absoluto.
¿Qué hemos podido aprehender, en base a lo analizado? Ciertamente,
se pueden tener diversas visiones en cuanto a la responsabilidad y
competencia de los ejecutivos en Bhopal, pero es innegable que
tienen la obligación de hacerse cargo de sus equivocaciones y, más
aún, de cuestionarse si lo que hacen es o no correcto.
CONCLUSIONES

En vista de las conclusiones preliminares expresadas en la página


anterior, veamos ahora qué tipo de consideraciones hemos de
efectuar luego de un panorama tan diverso.
Tal vez existan numerosas maneras de demostrar al mundo la desidia
o desinterés frente a injusticias sociales de todo nivel, pero creemos
conveniente puntualizar que los Yes Men han logrado por su cuenta
retornar graves dilemas morales al centro de la opinión pública.
Es ciertamente factible que no logren un cambio transversal en las
políticas éticas que llevan a cabo diariamente las corporaciones
multinacionales. No obstante, obtuvieron y brindaron la atención
necesaria a temáticas que no deberían ser dejadas de lado.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
1
Bonnano, Mike (2003). THE YES MEN. Documental de origen estadounidense
dirigido por Dan Olman, Sarah Price, y Chris Smith.
2
Entrevista en vivo desde Paris a Andy Bilchbaum en BBC World Television. 3 de
diciembre de 2004.
3
Bilchcaum, Andy. LOS NUEVOS HEROES ANTICORPORATIVOS. Robledo, Pablo.
Revista Crítica. 26 de abril de 2009. Año 2, Nº 61. Pp. 34-36.
4
Bernardo, Juan D. (1993) ETICA EN LOS NEGOCIOS. Ediciones Macchi. Buenos
Aires. Pp. 143
5
Op. Cit. Pp. 144
6
Michel, Dominique. RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA Y LA OIT.
Conferencia dictada el 11 de Diciembre de 2007 en la sede de la Organización
Internacional del Trabajo.
7
Friedman, Milton. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LOS NEGOCIOS ES
AUMENTAR SU BENEFICIO. The New York Times. 13 de diciembre de 1970.
8
Bilchbaum, Andy, LOS NUEVOS HEROES… Pp. 36
9
Cortina, Adela y Martínez Navarro, Emilio (1998) ETICA. Ediciones Akal. Madrid.
Pp. 71

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1. Aristóteles (1995) ETICA NICOMAQUEA. Ediciones Planeta De Agostini.
Madrid
2. De Fex, Rafael L. (1990) PROTECCIÓN DE PLANTAS QUIMICAS; PREVENCIÓN
DE RIESGOS EN EL PROCESO, ALMACENAMIENTO Y TRANSPORTE DE
SUSTANCIAS QUÍMICAS. Editado por el Consejo Colombiano de Seguridad.
Bogotá
3. Kulshreshtha, Praveen (2002). BUSINESS ETHICS VS. ECONOMIC
INCENTIVES; CONTEMPORARY ISSUES AND DILEMMAS. Indian Institute of
Manegement. Vastrapur, Ahmedabad
4. Robinson, Joan (1968). ECONOMIC PHILOSOPHY. Penguin Books. Gran
Bretaña
5. Montuschi, Luisa. Conferencia: GESTIÓN ÉTICA DE LOS NEGOCIOS;
DECISIONES EN CONTEXTO DE CONFLICTO DE VALORES. Universidad del
CEMA.

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