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Tomo 2
Compiladores
ISBN 978-987-1529-11-7
Compiladores:
Fernando Santiago - Mónica Salemme - Myrian Álvarez
Ernesto Piana - Martín Vázquez - María Estela Mansur
Queda estrictamente prohibida, sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones establecidas por
las leyes pertinentes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquer medio o procedimiento,
comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
Carácter de las ocupaciones humanas en el
área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso
Roballos (Santa Cruz, Argentina)
Guillermo L. Mengoni Goñalons1, María José Figuerero Torres1,
M. Victoria Fernández1, Pamela V. Chávez1
A B S T R A C T
This paper explores the dynamics and history of human occupation during the Holocene
along the valleys forming a corridor between lake Carrera-Buenos Aires and the Columna-
Ghio lakes in N.W. Santa Cruz. The analysis was based on the study of persistent places, those
repeatedly used locations as indicated by radiocarbon dates. The intensity of occupation was
measured by the abundance (density) of lithic and animal bone discard and the variety of
lithic reduction activities. Dated occupations were organized in two chronological periods: a
more recent one from 760-1280 cal BP, and an earlier one from 2060-2350 cal BP. The northern
Jeinemeni-Zeballos river valley may have been a transit route with relatively short-term stops
at strategic places that were recurrently occupied for brief periods. In contrast, the southern
Ghio-Columna river valley showed longer-term occupations. This would suggest a different
role in mobility with marked differences in the use patterns of places and lithic resources.
INTRODUCCIÓN
El objetivo general del proyecto marco en el los Andes (Chile) y el borde oeste de la Meseta del
que se encuadra el presente trabajo es estudiar la Lago Buenos Aires (Argentina).
historia de la ocupación de un área cordillerana de En tiempos recientes esta zona fue afectada
Patagonia Centro-Meridional desde el poblamien- por las erupciones del volcán Hudson (45° 54´ S, 72°
to indígena inicial hasta tiempos históricos. 58´ O) ubicado a unos 120 km al N.O. del pueblo de
El área de investigación comprende una franja Los Antiguos. Es presumible que el área también se
de territorio que corre adyacente al límite entre haya visto impactada por otras erupciones previas
Argentina y Chile (entre 46°30´ S y 47°10´ S). Esta durante el Holoceno, en especial durante las erup-
área ha sido dividida en dos sectores: (a) sector nor- ciones masivas que han sido documentadas a lo lar-
te de Los Antiguos-Monte Zeballos recorrido por go de su historia, tales como aquéllas datadas 3600
los ríos Los Antiguos y Jeinemeni-Zeballos, drenan- y 6700 años AP que tuvieron una amplia dispersión
do ambos valles en el Lago Buenos Aires (200 m), y por Patagonia sur (Naranjo y Stern 1998).
(b) sector sur de Paso Roballos surcado por los ríos El interés arqueológico de esta área de investi-
Ghio-Columna (500 m) que corren primero hacia el gación radica en que se trata de una vía de comu-
sur y luego al este (Figura 1). nicación que une dos cuencas lacustres de origen
El río Los Antiguos nace en la zona del Monte glaciario (entre otros, Singer et al. 2004; Glasser y
Zeballos de más de 2000 m de altura en la mese- Jansson 2005; Douglass et al. 2006) que son impor-
ta del Lago Buenos Aires. Las otras dos cuencas tantes por su extensión y potenciales condiciones
nacen en la zona algo más baja conocida como El para la habitabilidad. Nos referimos al lago Carre-
Portezuelo (1500 m). Esta comarca constituye un ra-Buenos Aires al norte y a los lagos Cochrane-
corredor natural que corre entre la Precordillera de Pueyrredón y Posadas al sur.
1 Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 25 de Mayo 217 3er. piso, 1002 Buenos Aires. Correo
electrónico para correspondencia: wmengoni@yahoo.com.ar
CONCEPTOS TEÓRICOS-METODOLÓGICOS
La historia de ocupación de un área suele ser prolongados), conformando así un patrón de ocu-
el resultado de un proceso dinámico en el que se pación regional (Wandsnider 1998). Como se men-
conjugan aspectos socioculturales y ambientales. cionó más arriba conocer la historia de la ocupación
Estos factores condicionan el patrón de ocupación es el principal objetivo del proyecto marco dentro
de los diferentes lugares que son habitados en el del que se inserta este trabajo.
corto y largo plazo. Algunos lugares pueden mos- Hay dos conceptos que han sido de utilidad
trar ocupaciones continuas y otros ocupaciones para discutir algunos de estos temas: persistencia
discontinuas, como resultado del uso prolongado e intensidad. Ambos conceptos han sido aplicados
o breve de esos espacios en combinación con las al análisis de los diferentes lugares estudiados y las
tasas de acumulación de sedimentos. Por lo tanto, ocupaciones identificadas en cada uno de ellos a fin
el ritmo de ocupación de un área está dado por el de categorizar su carácter.
orden y alternancia en que los diferentes espacios Se denominan lugares persistentes a aque-
(lugares) son utilizados a través del tiempo. Tam- llos espacios que han sido usados repetidamente
bién es importante en una escala espacial mayor durante la ocupación a largo plazo de una región
considerar a las vías de circulación que permiten es- (Schlanger 1992). Estos lugares pueden tener cua-
tablecer redes de tránsito entre los diferentes luga- lidades únicas que los han hecho propicios para el
res ocupados en una región. Pensamos que a partir desarrollo de ciertas actividades, tareas o prácticas.
de un mayor control cronológico de las ocupacio- Asimismo, pueden estar caracterizados por poseer
nes detectadas podremos determinar el ritmo que ciertos rasgos arqueológicos que sirven de foco
éstas tuvieron, discernir su duración (corta o larga) para su reocupación. También pueden formarse
y establecer si se produjeron abandonos (breves o como resultado de la visita reiterada dado lo atrac-
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Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
tivo que puede resultar la existencia de materiales por volumen expresada por el número de ítems/
culturales depositados previamente. dm3. Esta fórmula vale tanto para el descarte líti-
Las dataciones pueden servirnos para ver si el co como para los desechos óseos de fauna u otros
uso de los lugares fue reiterado (o no) a lo largo del tipos de vestigios. La escala que empleamos para
tiempo, con qué grado de intermitencia se dieron medir el grado de intensidad a partir de la cantidad
las ocupaciones y si hubo períodos de abandono de descarte fue la siguiente:
que puedan ser corroborados en el registro sedi- • Baja: 0 a 4 ítems/dm3
mentario del sitio. • Media: 5 a 10 ítems/dm3
La intensidad en la ocupación de un espacio se • Alta: 11 ó más ítems/dm3
vincula con el esfuerzo (o energía) invertido en el Además de la densidad, la variedad del descar-
desarrollo de una cierta gama de tareas en un de- te es también una medida que se relaciona con la
terminado lugar a lo largo del tiempo. En este sen- diversidad de tareas y actividades desarrolladas
tido, intensidad también involucra un componente (Wandsnider 1992). Por lo tanto, la densidad de dis-
temporal. Así lo plantean otros trabajos que hacen tintas clases de artefactos y ecofactos será utilizada
uso del concepto de intensidad, pero aplicado -por para medir la intensidad de las ocupaciones (Hol-
ejemplo- a estructuras de combustión, donde se daway et al. 2000; Marwick 2002; Otte et al. 2003).
mide el tiempo de combustión, el grado de oxige- Tomamos la evidencia de la tecnología reductiva
nación y el tipo de combustible utilizado (Mallol et lítica para explorar la variedad de tareas realizadas
al. 2007). en cada localidad en relación con los recursos dis-
Algunos autores también lo han empleado en el ponibles regionalmente (Holdaway et al. 2000).
análisis de material lítico cuando se quiere discutir Dentro del concepto de una tecnología reducti-
el tiempo y energía invertidos en la reducción de ar- va, las unidades de análisis elegidas fueron las que
tefactos (por ejemplo, Dibble 1995; Clarkson 2002). conceptualmente refieren por un lado, a la fuente o
Otros autores lo han usado como expresión de la matriz, de las cuales se extraen elementos y, por el
cantidad de gestos técnicos (tool strokes) utiliza- otro, a los elementos extraídos (Steffen et al. 1998;
dos para faenar un animal o acceder a algunos de Hiscock 2007). Sobre esta base diferenciamos tres
sus productos (Egeland 2003; Pickering y Egeland categorías principales: los núcleos, los artefactos
2006). También se ha aplicado al estudio de restos formatizados y los desechos.
vegetales para discutir los patrones de uso y consu- Adicionalmente, constatamos si cada uno de
mo de plantas (por ejemplo, Bonzani 1997; Pearsall estos elementos tenía restos de corteza. La canti-
2000). Todos estas diferentes clases de materiales dad de corteza puede ser tomada como un indica-
pueden ser considerados globalmente como partí- dor del largo de la secuencia de reducción, poste-
culas sedimentarias cuyo origen y cantidad sirven rior transporte de elementos y cercanía entre los
de medida para estimar la intensidad de las ocu- lugares de obtención de materias primas y los de
paciones (Otte et al. 2003) al igual que las tasas de manufactura, uso y descarte de artefactos (Shiner
acumulación de sedimentos (Stein et al. 2003). 2004; Holdaway et al. 2008). En nuestro caso he-
La intensidad puede medirse a través del núme- mos tomado la presencia de corteza en cada una
ro de veces que un espacio particular fue ocupado de las categorías descriptivas del proceso de re-
y el tiempo involucrado en dichas ocupaciones. Es ducción como marcador de su intensidad: a mayor
esperable que cuanto mayor sea el tiempo com- reducción, menor será la presencia de corteza en el
prendido mayor será la variedad de actividades conjunto (Dibble et al. 2005).
desarrolladas y, por ende, la cantidad de descarte Con estas seis categorías de análisis (formatiza-
acumulado (Binford 1983). dos, núcleos y desechos, con o sin corteza) espera-
En nuestro trabajo la abundancia del descarte mos ver si hubo diferencias en la variedad de activi-
fue calculada a partir de la densidad de materiales dades reductivas desarrolladas en cada localidad.
Son varias las localidades que han sido estu- Torres y Mengoni Goñalons 2007b). Contamos con
diadas hasta el momento a lo largo del área de la información de ocupaciones en aleros y cuevas
investigación, tanto en el sector norte como sur que poseen estratigrafía que han brindado material
(Mengoni Goñalons y Figuerero Torres 2005; Figue- artefactual, vestigios óseos de animales y restos
rero Torres y Mengoni Goñalons 2007a; Figuerero vegetales. Esta información se complementa con
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Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
ron las materias primas disponibles regionalmente Chile Chico, al N.O. (Ramos 2002a, b; Gorring et al.
y las representadas en el registro arqueológico. 2003; Brown et al. 2004; Espinoza et al. 2005), por
Las materias primas más representadas son: lo tanto están disponibles en la región y los consi-
obsidiana, basaltos y variedades de sílices. Estas deramos una materia prima local.
clases son las que hemos empleado para clasificar Las sílices es una categoría general que engloba
las muestras analizadas. La obsidiana provendría de a una variedad de materias primas cuya composi-
una fuente secundaria circunscripta a la localidad ción está caracterizada por un alto contenido de
de Pampa del Asador, meseta Belgrano (Espinosa SiO2 y un colorido sumamente diverso. En general,
y Goñi 2004; Stern 2004). Los análisis geoquímicos todas estas variedades de rocas y minerales se ha-
de materiales arqueológicos indican que tiene una llan en fuentes secundarias en distintas porciones
muy amplia distribución, desde Puerto Madryn al de las cuencas estudiadas. Algunas localizaciones
N.E. hasta Tierra del Fuego (García-Herbst et al. que se destacan son: a) los ríos Tarde y Pedregoso,
2007). La localización de esta fuente se encuentra afluentes del lago Posadas (Cassiodoro et al. 2004),
entre 80 y 120 km del área de estudio, por lo que es b) la zona de rocas aborregadas y la divisoria entre
considerada una materia prima no-local (Geneste las cuencas Posadas y Ghio (Guráieb 2000; Cassio-
1988). doro et al. 2004), c) el valle Chacabuco superior
Los basaltos se hallan en fuentes secundarias (Méndez Melgar 2004), y d) el río Jeinemeni infe-
relacionadas con geoformas glacifluviales y aluvia- rior (Méndez Melgar 2004). Hay una sola mención
les que rodean las mesetas tectónicas pre-andinas de una fuente primaria en las rocas aborregadas del
de las cuencas bajo estudio (Guráieb 2004). Esta Complejo El Quemado, ubicado al norte del Lago
categoría incluye también rocas andesíticas. Las Posadas (Cassiodoro et al. 2004). Al igual que los
mesetas próximas que contienen estas rocas íg- basaltos, las consideramos una materia prima lo-
neas son la del lago Buenos Aires, al este, y la de cal.
En la figura 2 vemos cómo se agrupan las dife- grupos de ocupaciones. Hay ocupaciones caracte-
rentes ocupaciones identificadas en una serie de rizadas por un bajo descarte lítico que se asocia con
sitios ubicados de norte a sur a lo largo de la franja poco material óseo (Grupo A). Otras ocupaciones
de territorio investigada a partir de los conteos de poseen una moderada cantidad de descarte lítico
material lítico y vestigios óseos faunísticos. Los da- y una variada cantidad de restos óseos (Grupo B).
tos empleados para este gráfico incluyen informa- Hay también ocupaciones con alto descarte lítico y
ción de las últimas excavaciones complementando moderado descarte óseo (Grupo C). Por último hay
aquella presentada en trabajos anteriores (Mengo- ocupaciones con bajo descarte lítico y una alta can-
ni Goñalons y Figuerero Torres 2005; Figuerero To- tidad de restos óseos (Grupo D).
rres y Mengoni Goñalons 2007b; Figuerero Torres En un trabajo anterior (Figuerero Torres y Men-
y Mengoni Goñalons 2007a). Se advierten cuatro goni Goñalons 2007b) vinculamos estos patrones
con el grado de intensidad en la ocupación. Una alta
densidad de materiales se correspondería con una
alta intensidad en la ocupación y una baja densidad
con una baja intensidad. Por lo tanto, también ca-
bría pensar que estos patrones puedan estar rela-
cionados con la variedad de tareas desarrolladas y
el tiempo involucrado.
El total del material lítico para ambos sitios está presentan restos de corteza. Los desechos domi-
volcado en las siguientes tablas (2 y 3) que detallan nan (97,1%) el conjunto.
las cantidades correspondientes a las categorías En el sitio CSI, la unidad de análisis compuesta
de artefactos formatizados, núcleos y desechos por las capas 2-3 no presentan todos los elementos
(AMII: n=1812; CSI: n=3674). En las tres categorías reductivos (Tabla 3). La proporción de corteza de
se registró la presencia de corteza. Dentro de cada los elementos formatizados es del 27,6%, siendo
bloque temporal examinamos las tendencias de las menor a los valores observados en el conjunto 6-9 y
actividades reductivas para cada conjunto y, luego, semejante a la capa 10 de AMII. Hay muy pocos nú-
por materia prima. cleos con respecto a las otras categorías y ninguno
presenta corteza. Estos valores son notoriamente
Bloque temporal (760-1280 años cal. AP) menores a los de AMII. Los desechos de estas capas
La unidad de análisis compuesta por las capas también dominan el conjunto (95,4%) y la propor-
6-9 de AMII (Tabla 2) muestra todas las categorías ción de restos con corteza es menor (5,0%) a la de
descriptivas que involucra el proceso de reducción AMII.
lítica. La proporción de artefactos formatizados El conjunto de 4s de CSI están representadas
con corteza es alta (43,7%) comparada con el total todas las categorías del trabajo de reducción (Tabla
para la localidad (35,1%). Estas capas incluyen una 3). La proporción de artefactos formatizados con
cuarta parte de los núcleos del sitio, los cuales tie- corteza es menor (21,7%) al conjunto anterior y a
nen una proporción menor de elementos con cor- AMII. Los núcleos (0,2%), especialmente aquéllos
teza (25,0% vs. 50,0% para el sitio). Los desechos con corteza, tienen una muy baja representación.
dominan cuantitativamente (97,8%) y muestran Los desechos predominan (98,1%) y hay una mayor
elementos con corteza (7,5%). cantidad de desechos con corteza (7,2%) y se acer-
can a los de AMII.
Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total Las diferencias más notables entre los dos sitios
son la cantidad de núcleos, que es más del doble en
6-9 9 7 3 1 817 66 903 AMII, y los porcentajes de elementos con corteza,
% parcial 1,0 0,8 0,3 0,1 90,5 7,3 100,0 que es menor en CSI en todas las categorías (for-
matizados, núcleos y desechos).
% corteza
por 43,7 - 25,0 - 7,5 -
categoría
10 15 6 5 7 768 108 909 Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total
% parcial 1,6 0,7 0,5 0,8 84,5 11,9 100,0 2y3 21 8 3 0 623 33 688
% total 1,3 0,7 0,4 0,4 87,5 9,6 100,0 4s 18 5 2 1 1258 97 1381
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Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
AMII Materias primas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Parcial
Tabla 4. Material lítico por materia prima de los conjuntos del sitio Alero Mauricio II, del Bloque Temporal 760-1280
años cal. AP Elementos formatizados (F), núcleos (N), desechos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).
Las actividades reductivas evidenciadas por el na (12,1%). Esta capa sigue las mismas tendencias
material lítico para este bloque temporal son más que las anteriores para los basaltos pero tiene una
claras si se relacionan con los recursos disponibles mayor proporción de núcleos con corteza (83,3%) y
regionalmente. Para ello dividimos a los materiales desechos con corteza (17,9%).
líticos en las categorías de materias primas com- Las ausencias más notables son los núcleos de
prendidas en el modelo de disponibilidad regional obsidiana en las capas 6-9 y la 10. No obstante, hay
actualmente vigente que fue detallado más arriba. elementos formatizados y desechos con corteza
El objetivo de este ejercicio fue ver si existe un pa- en todas las capas. En las capas 6-9 la proporción
trón consistente en la ausencia de elementos por de desechos con corteza de esta materia prima es
materia prima que se correlacione con la distancia semejante a las sílices aunque bastante menor que
a la fuente conocida. el porcentaje de los desechos de basaltos con cor-
En el sector norte en ambos conjuntos de AMII teza. En cambio en la capa 10 esta proporción de
el basalto es la única materia prima representada desechos con corteza de obsidiana se asemeja a las
en todas las categorías de las actividades reduc- de los basaltos.
tivas (Tabla 4). No obstante, el descarte total de Las sílices son la materia prima más abundan-
basalto en las capas 6-9 representa cantidades in- te en las capas 6-9 (52,6%) y en la capa 10 es casi
termedias (33,0%) entre las sílices (52,6%) y la obsi- tan preponderante (43,4%) como los basaltos. Fal-
diana (14,4%) (Tabla 6). Un cuarto de los núcleos de tan por completo los núcleos en las capas 6-9. En
basaltos tienen corteza como así también la mitad cambio hay muchos artefactos formatizados aban-
de los elementos formatizados. Un 14,0% de los donados en el lugar. La proporción de artefactos
desechos de esta roca muestran corteza. Como se formatizados y los desechos con corteza en ambos
verá este valor es más alto que para las otras ma- casos es menor a las demás materias primas.
terias primas. En la capa 10 el total de descarte de En el sector sur en CSI en el conjunto de las ca-
los basaltos (44,4%) se asemeja en cantidad al de pas 2-3 ninguna materia prima tiene representadas
las sílices (43,4%) y está por encima de la obsidia- todas las categorías de reducción mientras que sí
CSI Materias primas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Parcial
lo están en el conjunto de la 4s. Cuantitativamente ducción de las sílices para la capa 4s. Aquí dominan
en las capas 2-3 las sílices tienen mayor descarte también las sílices (54,0%) por sobre la obsidiana
(50,1%) superando a la obsidiana (28,6%) y a los (30,8%) y los basaltos (15,2%) (Tabla 6). La propor-
basaltos (21,2%). Sin embargo, la proporción de ción de artefactos formatizados con corteza de las
descarte con corteza de las sílices no es consisten- sílices es muy baja dentro de esa categoría (6,6%)
temente la más elevada en comparación con las en comparación con las demás materias primas y
demás materias primas. La ausencia más destaca- también con respecto al conjunto anterior. Los de-
ble es la falta de núcleos con corteza. Los artefac- sechos con corteza dentro de esta categoría (8,1%)
tos formatizados con corteza tienen valores algo son algo mayores y se asemejan a los valores de
mayores (27,8%) y los desechos con corteza tienen aquéllos de la obsidiana en este conjunto.
valores intermedios entre la obsidiana y los basal- Hay núcleos de obsidiana sin corteza en las ca-
tos (Tabla 6). Esta situación contrasta con la repre- pas 2-3 y faltan por completo en la capa 4s. Dentro
sentación completa de todas las categorías de re- del conjunto de las capas 2-3, la proporción de ar-
tefactos formatizados de obsidiana con corteza es
alta (28,6%) y semejante a la de las sílices (27,8%).
%
Sitio Capas % Basalto % Sílices También el porcentaje de desechos de obsidia-
Obsidiana
na con corteza (6,9%) es superior al de las sílices
AMII 6-9 14,4 33,0 52,6
(5,2%), lo que señala cierta similitud en el trabajo
10 12,1 44,4 43,4 de reducción. En la capa 4s la proporción de arte-
factos formatizados con corteza (50,0%) es muy
CSI 2-3 28,6 21,2 50,1
superior al de las sílices (6,7%) aunque los valores
4s 30,8 15,2 54,0 de desechos con corteza son semejantes (7,0%).
4i 27,3 24,7 48,0
Hay una proporción muy baja de núcleos de ba-
salto. Faltan aquéllos con corteza en la capa 2-3 y
Tabla 6. Materias primas en los conjuntos de Alero Mau- están ausentes en la capa 4s. Esta materia prima
ricio II y Colmillo Sur I.
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Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
es la que tiene también menores valores de repre- gorías de reducción se hallan presentes, dominan-
sentación en ambos conjuntos. Con respecto a las do, como en los otros casos, los desechos (97,2%).
sílices, materia prima siempre mayoritaria, repre- Aquí, en comparación con el bloque temporal más
senta menos de la mitad (21,2%) en las capas 2-3 y reciente del mismo sitio, la proporción de núcleos
tres veces menos (15,2%) en la capa 4s. Acompaña con corteza es mayor (60,0%), la de los artefactos
esta tendencia la baja proporción de artefactos for- formatizados es algo menor (17,9%) y la de los de-
matizados de basalto en las capas 2-3 y una ausen- sechos semejante (5,5%).
cia total en la capa 4s. El porcentaje de desechos En este conjunto las sílices evidencian todas las
sin corteza en los basaltos es siempre inferior a las actividades de reducción (Tabla 8). Son las sílices el
otras dos materias primas. material más descartado (48,0%) seguido en pro-
porciones semejantes, por la obsidiana (27,3%) y
Bloque temporal 2060-2350 años cal. AP los basaltos (24,7%) (Tabla 6). La cantidad de ele-
El bloque temporal más temprano está repre- mentos formatizados de sílices es alta dentro del
sentado sólo por la ocupación de la capa 4 inferior conjunto, pero proporcionalmente los elementos
de Colmillo Sur I en el sector sur (Tabla 1). con corteza (12,5%) son menores que para las de-
más materias primas. La proporción de los dese-
Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total chos con corteza tiene valores intermedios (4,4%)
con respecto a las demás materias primas.
4i 32 7 2 3 1475 86 1605 Todos los núcleos de obsidiana tienen corteza
% total 2,0 0,4 0,1 0,2 91,9 5,3 100,0 y los valores de desechos con corteza (10,7%) son
mayores a los de las demás materias primas.
% corteza
por categoría
- 17,9 - 60,0 - 5,5 - Las ausencias más destacadas son la falta de
núcleos de basaltos. Los valores totales de des-
Tabla 7. Material lítico de la capa 4i de Colmillo Sur I carte de los basaltos (24,7%) los colocan en último
para los elementos formatizados (F), núcleos (N) y dese-
lugar con valores cercanos a la obsidiana (27,3%)
chos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).
(Tabla 6). Los elementos formatizados en basalto
tiene valores semejantes a la obsidiana, pero se di-
El total de material lítico para el bloque está vol-
ferencian de ésta materia prima por la ausencia de
cado en la tabla 7. Esta muestra que todas las cate-
núcleos.
Tabla 8. Material lítico por materia prima de la capa 4i del sitio Colmillo Sur I, del Bloque temporal 2350-2060 años
cal. AP Elementos formatizados (F), núcleos (N), desechos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).
DISCUSIÓN
En este trabajo la discusión está centrada en el la variedad de actividades reductivas líticas. Estas
análisis comparativo de la intensidad de las ocupa- comparaciones se hicieron entre diferentes ocupa-
ciones detectadas en algunos sitios del norte y sur ciones de una misma localidad y entre localidades
del área de investigación. Las medidas empleadas distintas teniendo en cuenta dos bloques tempo-
en este análisis fueron la cantidad de descarte y rales de ocupación y la disponibilidad regional de
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Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
CONCLUSIONES
Como se planteó en otros trabajos anteriores que son descartados y la variedad de tareas desa-
(Figuerero Torres y Mengoni Goñalons 2007 a y b) rrolladas en cada uno de ellos.
se ha observado un contraste entre las ocupacio- En el sector norte a la baja persistencia se suma
nes del norte con respecto a las del sur. Se da una una variedad de actividades de reducción que va de
mayor continuidad (persistencia) en el uso de los bajo a medio y una baja densidad de material lítico.
lugares en el sector sur (por ejemplo, en el sitio Col- Estas diferencias se hacen más notorias cuando se
millo Sur I) en comparación con los del norte (por mide la variación en la composición de los conjun-
ejemplo, en Mauricio II). tos a partir de la abundancia relativa de artefactos
En este trabajo vemos que esta diferencia en la formatizados, núcleos y desechos por materia pri-
persistencia con que se ocupan estos espacios tam- ma y, además, se mide el porcentaje de elementos
bién tiene un correlato en la cantidad de materiales que poseen corteza. Solamente se observa una
secuencia de reducción más completa para los ba- en esta comarca cordillerana. El sector norte podría
saltos y las sílices, materias primas que están lo- haber constituido primordialmente una vía de trán-
calmente disponibles. Esto queda ilustrado por las sito con ocupaciones de relativa corta duración en
ocupaciones del Alero Mauricio II en el curso del río puntos de parada (lugares) estratégicos que eran
Jeinemeni. ocupados recurrentemente en forma breve. El sec-
En el sector sur, a la mayor persistencia se agre- tor sur, en cambio, habría estado caracterizado por
ga también una variedad de tareas reductivas que ocupaciones más prolongadas y por la reocupación
va de baja a media pero acompañada de una den- reiterada de aquéllos lugares que previamente ha-
sidad de materiales variable. Al igual que en el caso bían sido utilizados.
anterior se verifican variaciones en la composición Por el momento no se han advertido cambios
de los conjuntos de las tres categorías reductivas. notorios en los patrones de utilización de las mate-
Aquí se da la correspondencia entre una baja varie- rias primas durante el período comprendido entre
dad de actividades y una baja a media densidad, en los 750-2350 años cal. AP más allá de variaciones
un caso (2-3 de CSI) en que la secuencia de reduc- situacionales de escala intralocal o interlocal.
ción es incompleta para las tres clases de materias Son varios los temas que han sido discutidos en
primas consideradas. También hay corresponden- este trabajo. El objetivo fue examinar el carácter
cia en otro conjunto (4i de CSI), pero en este caso la de las diferentes ocupaciones detectadas a lo largo
secuencia de reducción se halla completa para las del corredor natural que une Los Antiguos con Paso
obsidianas y las sílices, siendo sólo esta última una Roballos. Como hemos visto hay diferencias mar-
materia prima local. No se verifica la corresponden- cadas en los patrones de utilización de los lugares
cia esperada en el conjunto de 4s de CSI y la secuen- y recursos líticos que apuntan a que el carácter de
cia de reducción se completa sólo para las sílices, las ocupaciones fue distinto en esta franja cordille-
materia prima local. Como se expuso más arriba, el rana. Queda aún por explorar otros factores que
tiempo de duración de las ocupaciones podría estar podrían estar condicionando las variaciones espa-
actuando en la conformación de este patrón. ciales y temporales observadas a fin de compren-
Este contraste entre ambos sectores estaría der en su profundidad la historia de ocupación de
sugiriendo que estos espacios tuvieron un rol dis- esta región.
tinto en la movilidad de los grupos que habitaron
AGRADECIMIENTOS
A la UBA (UBACYT 2004-7 F039), CONICET (PIP 2000- 02288) y ANPCYT (PICT 2006-00668) por el
apoyo financiero. A Víctor Ramos y Corina Risso (FCEN-UBA) por su asesoramiento. A la Municipalidad
de Los Antiguos y su pueblo por su apoyo e interés en nuestro proyecto. A las estancias El Refugio, El Ala-
mo, La Frontera, Sol de Mayo y La Juanita por su generosa hospitalidad. A Carolina Mengoni Goñalons
quien diseñó y realizó el mapa de ubicación.
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