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ACTIVADOR
Es innegable que estamos viviendo un tiempo en la Iglesia del Señor de enormes manifestaciones
espirituales.
La gente anhela fervientemente una manifestación sobrenatural que lo mueva a un nuevo nivel de
vida.
Es así como se busca La Libertad del Espiritu, que es necesaria, que no se puede menospreciar;
pero que no se debe mal entender.
Es decir, es un peligro reducir la Libertad del Espíritu a una simple manifestación metafisica o a
una experiencia emocional.
Muchas personas han abandonado sus Iglesias porque en ellas “no se le daba libertad al Espíritu”
Romanos 8.1 – 17
Explicar la manera progresiva en que Pablo ha venido presentando su pensamiento antes de llegar
al capítulo 8.
Lo que El ha hecho es trazar un cuadro triste y desolador de la condición humana sin Cristo.
Todos los capitulos anteriores describen al hombre en su estado natural.
En el capitulo siete, presenta la razón porque el hombre en su estado natural permanece atado a un
regimen de pecado y muerte.
El problema esta en si mismo, una ley interna que le mueve a hacer lo que realmente no desearia
hacer.
En este pasaje Pablo antepone a los argumentos del capitulo siete, una nueva ley, la del Espiritu.
V.2
Sostiene que no hay condenacion para aquellos que “están en Cristo” que es lo mismo que “andar
conforme al espiritu”
Desarrolla un pensamento proundo acerca del “Andar en el Espíritu”
En ningun momento se evidencia aqui algun tipo de misterio o misticismo, algo tan simple que
muchos lo han vuelto complicado.
Hay cinco maneras que manifiestan cuando un cristiano anda en el Espíritu.
a) Significa Enfocar la mente en las cosas del Espiritu. V.5
Jesús dijo que el Espiritu tomara de los suyo y nos lo hara saber. Juan 16.14
“El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
Por lo tanto las cosas del Espiritu son las cosas de Jesus.
Andar en el Espiritu produce libertad, pero Pablo identifica y le da nombre a esta libertad: libertad
del pecado y de la muerte v.2
Nos ha librado de la penosa situacion descrita en el capitulo 7
Somos una Iglesia en la cual el Espíritu se mueve con libertad: La libertad de una mente fresca, y
de una vida plena; la libertad de la ausencia del temor, de un servicio a Dios con alegría y del gozo
que produce sabernos hijos de Dios.