Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
voluntad de Dios para sus vidas. l sabe mejor lo que conviene, segn
Rom. 8:26-28.
4. La esposa de Manoa:
Y haba un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba
Manoa; y su mujer era estril y nunca haba tenido hijos. A esta mujer
apareci el ngel de Jehov, y le dijo: He aqu que t eres estril, y
nunca has tenido hijos; pero concebirs y dars a luz un hijo, Jue.
13:2-3.
Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansn. Y el nio
creci y Jehov lo bendijo, Jue. 13:24.
La esposa de Manoa era tambin infrtil, sin embargo, Dios tena
planes para ella y su esposo. Le envi a un ngel con el mensaje de
que tendra un hijo. Este varn sera algo especial, sera apartado
desde el vientre de su madre con el voto de nazareo, separado para
el servicio de Dios. No deba tomar vino ni sidra, ni cortarse el cabello,
por lo cual su madre deba tambin abstenerse de ingerir licor
desde su gestacin, y no comer cosa inmunda. Al ser adulto, este
hombre sera un juez sobre Israel y librara a su pueblo de la opresin
que los filisteos les infligan.
El ngel que Manoa y su esposa vieron, era la misma presencia de
Dios en forma anglica.
5. Ana, esposa de Elcana:
Y tena l dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la
otra, Penina. Y Penina tena hijos, ms Ana no los tena.
Y su rival la irritaba, enojndola y entristecindola, porque Jehov no
le haba concedido tener hijos. As haca cada ao; cuando suba a la
casa de Jehov, la irritaba as; por lo cual Ana lloraba, y no coma. Y
Elcana su marido le dijo: Ana, por qu lloras? por qu no comes? y
por qu est afligido tu corazn? No te soy yo mejor que diez hijos?
Y se levant ana despus que hubo comido y bebido en Silo; y
mientras el sacerdote El estaba sentado en una silla junto a un pilar
del templo de Jehov, ella con amargura de alma or a Jehov, y
llor abundantemente.
E hizo voto, diciendo: Jehov de los ejrcitos, si te dignares mirar a la
afliccin de tu sierva, y te acordares de m, y no te olvidares de tu
sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varn, yo lo dedicar a
que
hoy
cuenta
con
unos
quince
millones
Fil. 4:6. Por nada estis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oracin y ruego, con accin
de gracias, Fil. 4:6.