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UNIVERSIDAD CATÓLICA

“Santo Toribio de Mogrovejo”

ESCUELA DE
COMUNICACION
“CIANCIAS NATURALES”

ASESORA : PROF. JORGE FUPUY

ASIGNATURA : LA COMUNICACON Y LA EDUCACION

AUTORA : ELIDA DIAZ VILLALOBOS

SILVIA VASQUEZ HERNANDEZ

CICLO : II - A

AULA : 308

Chiclayo, Junio del 2007


SUMARIO.

CAPITULO I:

COMUNICAICON Y EDUCACION:

1.1 COMUNICACIÓN.

1.2 ¿QUE ES COMUNICACIÓN?

1.3 TIPOS DE COMUNICACIÓN

1.4 FUNCION DE LA COMUNICACIÓN

1.5 CODIGOS DE LA COMUNICACIÓN

EDUCACION:

2.1 ENSEÑAR

2.2 LA DOCENSIA

2.3 FORMAR

CAPITULO II:

EDUCACION UNIVERSITARIA

1.1 LA EDUCACION UNIVERSITARIA.

1.2 FUNCIONES DE LA UNIVERSIDAD


1.3 ENFOQUE SISTEMATICO DE LA EDUCACION
UNIVERSITARIA

CAPITULO III:

EDUCACION Y COMUNICACIÓN EN LAS UNIVERSIDADES

1.1 COMUNICACIÓN OBJETIVA Y SUBJETIVA

1.2 LA COMUNICACIÓN EDUCATIVA

1.3 COMO ES LA COMUNICACIÓN ALUMNOS Y


DOCENTES

1.3.1 QUE MEDIOS UTILIZAN

CAPITULO IV:

CONCLUSIONES.

RECOMENDACIONES
La Comunicación

La comunicación es un fenómeno inherente a la relación grupal de los seres vivos por


medio del cual éstos obtienen información acerca de su entorno y de otros entornos y
son capaces de compartirla haciendo partícipes a otros de esa información. La
comunicación es de suma importancia para la supervivencia de especies gregarias, pues
la información que ésta extrae de su medio ambiente y su facultad de transmitir
mensajes serán claves para sacar ventaja del modo de vida gregario.

Etimológicamente, la palabra comunicación deriva del latín "comunicare", que puede


traducirse como "poner en común, compartir algo". Se considera una categoría
polisemia en tanto su utilización no es exclusiva de una ciencia social en particular,
teniendo connotaciones propias de la ciencia social de que se trate.

El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la


comunicación.

Esta consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos.


Desde un punto de vista técnico se entiende por comunicación el hecho que un
determinado mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado
B, distante del anterior en el espacio o en el tiempo. La comunicación implica la
transmisión de una determinada información. La información como la
comunicación supone un proceso; los elementos que aparecen en el mismo son:
• Código. El código es un sistema de signos y reglas para combinarlos, que
por un lado es arbitrario y por otra parte debe de estar organizado de
antemano.

• El Canal sería el medio físico a través del cual se transmite la comunicación.

Ej.: El aire en el caso de la voz y las ondas


Herzianas en el caso de la televisión.

• Emisor. Es la persona que se encarga de transmitir el mensaje. Esta


persona elije y selecciona los signos que le convienen, es decir, realiza un
proceso de codificación; codifica el mensaje.
• El Receptor será aquella persona a quien va dirigida la comunicación;
realiza un proceso inverso al del emisor, ya que descifra e interpreta los
signos elegidos por el emisor; es decir, descodifica el mensaje.

• Naturalmente tiene que haber algo que comunicar, un contenido y un


proceso que con sus aspectos previos y sus consecuencias motive el
Mensaje.

• Las circunstancias que rodean un hecho de comunicación se denominan


Contexto situacional (situación), es el contexto en que se transmite el
mensaje y que contribuye a su significado.

Ej.: Un semáforo en medio de una playa no


Emite ningún mensaje porque le falta contexto.

La consideración del contexto situacional del mensaje es siempre necesario para


su adecuada descodificación.
En el esquema clásico de Jakobson aparece el referente que es la base de toda
comunicación; aquello a lo que se refiere el mensaje; la realidad objetiva.

Todos estos elementos que forman el esquema de la comunicación tienden a


conseguir la eficacia de la información. Ésta se fundamenta en una relación
inversa entre la extensión de la unidad de comunicación y la probabilidad de
aparición en el discurso.
+ Extensión de la unidad comunicativa  - Probabilidad de
aparición.
- Extensión de la unidad comunicativa  + Probabilidad de
aparición.
Este principio general de la teoría informativa se manifiesta en el hecho
empíricamente demostrado o observado que las palabras o frases tienden a
cortarse; tendemos siempre a una economía del lenguaje. Así un conferenciante
que habla extensamente y nos va diciendo lo que ya sabemos lo tintamos de
"rollo", ya que en este caso la relación no es inversa sino directa: mucha
extensión, mucha probabilidad
Diferentes definiciones

La comunicación, ha sido ampliamente debatida por teóricos y estudiosos de diversas


disciplinas como la psicología, sociología, lingüística, antropología y periodismo. Todas
ellas han estudiado diferentes aspectos de la comunicación.

• Según B.F. Lomonosov y otros:El problema de la comunicación en


Psicología pag. 89. "La comunicación es la interacción de las personas
que entran en ella como sujeto. No solo se trata del influjo de un sujeto
en otro (aunque esto no se excluye), sino de la interacción. Para la
comunicación se necesitan como mínimo dos personas, cada una de las
cuales actúa como sujeto".

• E. Pichón. Riviere: "El Proceso Grupal de Psicoanálisis a la Psicología


Social" pag.89. Nos plantea: "Comunicación es todo proceso de
interacción social por medio de símbolos y sistemas de mensajes.
Incluye todo proceso en el cual la conducta de un ser humano actúa
como estímulo de la conducta de otro ser humano. Puede ser verbal, o
no verbal, interindividual o intergrupal".

• Fernando González Rey, en "Personalidad y Educación": "La


comunicación es la interacción de las personas que entran en ella como
sujetos. No sólo se trata del influjo de un sujeto en otro, sino de la
interacción. Para la comunicación se necesita como mínimo dos
personas, cada una de las cuales actúa como sujeto".

• Z.M.Zorín, en Psicología de la Personalidad. "Comunicación es todo


proceso de interacción social por medio de símbolos y sistema de
mensajes. Incluye todo proceso en el cual la conducta de un ser humano
actúa como estímulo de la conducta de otro ser humano".

• Colectivo de autores del ISP Enrique José Varona, Texto básico


Comunicación Profesional. "La comunicación es un proceso de
interacción social a través de signos y sistemas de signos que surgen
como producto de la actividad humana. Los hombres en el proceso de
comunicación expresan sus necesidades, aspiraciones, criterios,
emociones".

• Enrique Bernárdez "COMUNICACIÓN: Proceso de transmisión de


información de un emisor (A) a un receptor (B) a través de un medio (C).
En la transmisión y la recepción de esa información se utiliza un código
específico que debe ser “codificado”, por el emisor y “decodificado” por
el receptor".

En los seres humanos, la comunicación es un acto propio de su actividad psíquica,


derivado del lenguaje y del pensamiento, así como del desarrollo y manejo de las
capacidades psicosociales de relación con el otro. A grandes rasgos, permite al
individuo conocer más de sí mismo, de los demás y del medio exterior mediante el
intercambio de mensajes principalmente lingüísticos que le permiten influir y ser
influidos por las personas que lo rodean.

Es importantisímo recordar que ésta puede ser verbal y no verbal, lo que comprende un
"todo" donde los diferentes sentidos de percepción del hombre actúan para decodificar e
interpretar lo escuchado, pues puede ser claro, que llegue la información, pero, ¿es lo
que se quiere transmitir? o el receptor, ¿es el que verdaderamente puede descifrar la
información?, allí los canales entonces juegan un papel importante así como la
disposición de transmitir la información de la mejor manera para ser entendido
correctamente.

Tipos de comunicación

La comunicación se puede clasificar de diversas maneras, siendo la siguiente la más


popular:

• Comunicación humana, se da entre seres humanos. Se puede


clasificar también en comunicación verbal y no verbal:
• Comunicación verbal, es aquella en la que se usa alguna lengua, que
tiene estructura sintáctica y gramatical completa:
o comunicación directa oral: Cuando el lenguaje se expresa
mediante una lengua natural oral.
o comunicación directa gestual: Cuando el lenguaje se expresa
mediante una lengua natural signada.
o Comunicación escrita: Cuando el lenguaje se expresa de
manera escrita.
• Comunicación no verbal:
• Comunicación no humana, La comunicación se da también en todos
los seres vivos.
o Comunicación virtual: son las tendencias comunicativas que
adoptan los usuarios que interactúan hoy mediante las nuevas
tecnologías de información y comunicación, NTIC; tecnologías
éstas que reclaman un lenguaje propio para que los mensajes
cumplan a cabalidad el propósito comunicativo esperado, al
tiempo que suscite y motive la interacción.

Funciones de la Comunicación

• Informativa: Tiene que ver con la transmisión y recepción de la


información. A través de ella se proporciona al individuo todo el caudal
de la experiencia social e histórica, así como proporciona la formación
de hábitos, habilidades y convicciones. En esta función el emisor influye
en el estado mental interno del receptor aportando nueva información.

• Afectivo-valorativa: El emisor debe otorgarle a su mensaje la carga


afectiva que el mismo demande, no todos los mensajes requieren de la
misma emotividad, por ello es de suma importancia para la estabilidad
emocional de los sujetos y su realización personal. Gracias a esta
función, los individuos pueden establecerse una imagen de sí mismo y
de los demás.

• Reguladora: Tiene que ver con la regulación de la conducta de las


personas con respecto a sus semejantes. De la capacidad
autorreguladora y del individuo depende el éxito o fracaso del acto
comunicativo Ejemplo: una crítica permite conocer la valoración que los
demás tienen de nosotros mismos, pero es necesario asimilarse,
proceder en dependencia de ella y cambiar la actitud en lo sucedido.

Hechos sociales como la mentira son una forma de comunicación informativa (aunque
puede tener aspectos reguladores y afectivo-valorativos) en la que el emisor trata de
influir sobre el estado mental del receptor para sacar ventaja.
CAPITULO II
EDUCACION.

ETIMOLOGIA.

Etimológicamente educar puede proceder tanto el termino educare como de


edúceme.
Educare significa criar, cuidar alimentar y formar, esta emparentado con ducere
que significa conducir.
Educere significa sacar o extraer, avanzar, elevar.

SIGNIFICADO CONCEPTUAL:

La educación es una de esas realidades que parece ser conocida suficiente por
todo el mundo, cualquiera opina sobre ella.

El significado conceptual de educación a primera vista no esta claro, conviene


pues como primera tarea para el conocimiento del quehacer educativo, hacer
una reflexión sobre el término del concepto de educación.

Se puede encontrar interesantes definiciones de educación, entre las mas


significativas se puede considerar la de Tomas de Aquino y la de Richard
Peters.

Según Tomas de Aquino la educación no es un proceso espontáneo en la


existencia, si el ser humano puede aprender por si mismo sin la ayuda de
nadie, cuando hablamos de educación nos referimos a un proceso guiado:
promovido por una parte y dirigido por otro, lo cual indica una intencionalidad
conciente de quien educa y una cierta anticipación de la finalidad

EDUCACION UNIVERSITARIA

La universidad tiene la misión especial e orientación y estimulo de todo el


sistema educativo de un país, siendo además responsable histórica y
sustantivamente de su perfeccionamiento.

En cuanto a las funciones de una universidad, la mayor parte de estas vendrán


predispuestas al menos axiologicamente, por la concepción misma de lo
universitario.

Desde la perspectiva del estudiante, la universidad tiene por objeto construir


para el joven el ambiente social mas elevado posible donde halla cooperación
eficaz no solo para su obra en el conocimiento, sino para aquel desarrollo
armonioso y simétrico de su espíritu, de sus energías corporales, de su
conducta moral de su vida entera de la cual esa obra es solo una parte.
La universidad científica atiende a la investigación como a su propio fin, y a
todo lo demás en tanto pueda servir de medio para alcanzar ese objetivo.

En la universidad que plantea Giner de los Ríos, el conocimiento y al ciencia


representan uno de los tantos resortes para elevar la vida en concertada
ponderación al mas alto grado posible.

Y aun más concretamente podemos afirmar con puebla, que la universidad


debe formar verdaderos líderes constructores de una nueva sociedad
respetando la libertad académica inspirando sus funciones creativas haciendo
presente en la educación política y social de sus miembros iluminando la
investigación científica.

Funciones de la Universidad

Como lo han puesto de relieve pensador tan eminentes como Jaspers,


Heidegger y Ortega y Gasset, las funciones tradicionales de la universidad han
sido la formación profesional, la investigación y la difusión del saber.
Sin embargo, cada época imprime al sistema educativo y muy especialmente a
la enseñanza Superior, orientaciones vinculadas a exigencias particulares. La
Universidad se ve así obligada a modificar, si no la naturaleza, por lo menos él
contenido de sus funciones clásicas para adaptarlas a las nuevas condiciones y
exigencias de la sociedad.
A decir de Giner de los Ríos, la universidad tiende a ser un microcosmo. Abraza
a toda clase de enseñanza; es el más elevado instituto de investigación
cooperativo científico; prepara no sólo para las diversas profesiones sociales,
sino para la vida en su infinita complejidad y riqueza. Estimula a la par con la
vocación al saber la reflexión intelectual y la indagación de la verdad en el
conocimiento, el desarrollo de la energía corporal, el impulso de la voluntad, las
costumbres puras, la alegría de vivir, el carácter moral, los gustos sanos, el
culto del ideal, el sentido social, práctico y discreto en la conducta. De esta
suerte, dirige hacia un tipo de vida cada vez más complejo no el adiestramiento
cerrado de una minoría presumida, estrecha y gobernante, sino una educación
abierta a todos los horizontes del espíritu que llegue a todas las clases e irradie
hacia todos lados su acción vital, no sólo de conocimiento sino de
ennoblecimiento, de dignificación, de arte, de cultura y de goce.
Ahora bien, como señala Derisi, por más moderna y actual que sea una
Universidad no puede dejar de ser investigadora y trasmisora de la verdad y del
saber que hacen al hombre mismo y a su perfeccionamiento y al de las cosas
en relación con él o, en otros términos, al saber organizado de la cultura o
humanismo. Tal función es esencial, de modo que aún los demás sectores
científicos y técnicos, por más avanzados y proyectados que estén sobre las
realidades actuales y futuras, deben insertarse y servir al bien y
perfeccionamiento del hombre en sus aspectos materiales y a través de ellos,
al de su vida espiritual, personal y social, dirigida y sostenida a su vez por la
verdad y el Bien trascendente y divino. Silos distintos tramos del saber
científico y técnico no logran servir y articularse en esta visión y sabiduría
humanística no alcanzan entonces el nivel ni el sentido estrechamente
Universitario.
Queda claro, pues, que las funciones esenciales de la Universidad siguen
siendo la investigación científica, la proyección social y la formación
profesional.
Vamos ahora a ocuparnos de las dos primeras, dejando la formación
profesional para más adelante cuando tratemos de la innovación en el
quehacer universitario.

La función social de la universidad

Tal como lo precisa Llerena la función específica que la Universidad debe


cumplir en la sociedad ha sido concebida de distintas maneras.
La Universidad inglesa, teorizada por Newman, responde a la común
“aspiración del individuo al saber”; un saber que no consiste sólo en conocer
intelectualmente, sino que se extiende a una sabiduría de la vida, enmarcada
dentro de la noción de la “liberal education” (que no es exactamente lo que
entenderíamos por “educación liberal”).
La idea de la Universidad alemana concebida por Kant, Schelling, Fichte,
Steffens Schleimacher Humboldt y otros, y puesta al día por Jaspers, se define
al servicio de la “aspiración de fa humanidad a la verdad” y se ubica al centro
del universo de las ciencias integradas en una cosmo-visión (Weltanschawng).
Ambas concepciones, con todos sus valores, no parecen reflejar funciones
sociales en su aparente individualismo la primera; ni en su también
cientificismo, la Segunda.
Sin embargo, si abrimos el espíritu más allá de las palabras obsesivas de
nuestra época encontraremos funciones sociales indispensables.
La Universidad norteamericana, que Whitehead expresa en sus trabajos, y que
Dreze y Debelle caracterizan como articulada en torno a la “aspiración de la
saciedad al progreso”, resulta más miliar para la visión latinoamericana de la
Universidad, tan avanzada en cuanto al sentido social de la institución
universitaria.
Para América Latina no cabe pensar en una Universidad” templativa” ajena al
drama social. La miseria está demasiado ce para que no resulte torturante a su
joven y aguzada sensibilidad in lectuat. “Progreso” quiere decir aquí desarrollo
integral y, a y revolución.
Ya no es fácil encontrar en América Latina quien sostenga se mente la idea de
una Universidad sin urgencias sociales. La Universidad representa así un
centro nervioso de percepciones sociales “conciencia más lúcida de su tiempo”;
por eso se le asigne el papel guía, de modo que su tarea educativa se extienda
hasta la comunidad. Empero, todavía resulta difícil “aislar” las concepciones
universitarias de los planteamientos políticos parcialistas. Parecería casi
imposible encontrar un trabajo académico “comprometido”, pero no politizado.
Una especie de.”panpoliticismo invade buena parte del pensamiento
universitario; cuando éste existe. Pero concebir y organiza Universidad en
función dé un desarrollo integral del hombre y por tanto de la sociedad, no
puede ser sino tarea científica.
Si la Universidad como institución no logra poner entre paréntesis, al estilo de
una verdadera reducción fenomenológica, los intereses políticos y las visiones
parcialistas, por más legítimas que sean; si logra una verdadera apertura a la
totalidad del conocimiento y a universalidad, si subordine la verdad, que
constituye una tarea demasiado grande y seria como para que se le confunda
con el contenido acrítico y apasionado de las opiniones sobre los intereses de
la existencia del instante presente, como ha dicho Jaspers, si la subordina los
valores pragmáticos, inmediatistas y, por fuerza, parcelarios la política práctica;
estará entonces traicionando su propia identidad y lo específico de su función
social esclarecedora y crítica.
Hemos dicho que la Universidad es “la conciencia más lúcida de tiempo”. Se
trata de un darse cuenta ensanchado, profundizado, aclarado por el dominio
del conocimiento sistemático y su integración en un todo: la universalidad y
totalidad del conocimiento. El pensamiento “institucional” de la Universidad es,
pues, o debe serlo, lúcido, el más lúcido de su época, y diríamos que por eso
mismo, el mas creativo. Lucidez implica actitud y capacidad crítica respecto de
la realidad que es axiomáticamente problemática y desafiante. Creatividad, en
este campo, implica capacidad de respuesta adecuada.

Enfoque sistémico de la educación universitaria

La innovación en ¡a educación superior y universitaria en la actualidad se


manifiesta por la aplicación en la misma del análisis de sistemas o por lo que
algunos denominan sistematización estructural, o más específicamente
“programa de planificación y sistema de presupuesto”
Este planteamiento exige enfoque analítico en: la formulación de la misión y
objetivos de la Universidad, el análisis de costo-beneficio, tal acuerdo de
prioridades, la selección de las estrategias de la acción, la ejecución y control
de la misma y la evaluación de sus resultados para una retroalimentación del
sistema.
De las facetas que se contemplan en este enfoque educativo queremos
destacar tan sólo:
- Que la misión institucional universitaria tiene que hacerse en términos muy
generales, pero en forma que incluya estos tres elementos: generación de
conocimiento a través de la investigación, generación de recursos humanos
para las necesidades presentes y futuras de la sociedad, diseño de
sistemas de extensión de servicios sociales.
- El esfuerzo por hacer de la planificación una actividad multiisciplinaria no ha
dado todavía sus frutos; pero es una promesa de vitalización y profundo
cambio estructural, como lo veremos más adelante.
- Una universidad que no busca retroalimentarse, revitalizarse y modelarse
es una institución paralítica. La transferencia de experiencias e
informaciones desde los circuitos de evaluación y flujo de formación hacia
los circuitos de definición de metas, formulación e objetivos, determinación
de alternativas, cálculo y valorización de Cursos, adjudicación
presupuestaria, etc. Deben constituir el ciclo formal de la planificación y de
la actividad. Esto implica un nuevo concepto de sistema y,
consiguientemente, una transformación estructural de la Universidad y no
una mere reforma.
- Buscando el elemento común en el conjunto de estas facetas se encuentra
que hay un ingrediente ubicuo, a saber la planificación.
Como lo sostuvimos en el capítulo IV, cabría considerar aquí la sistematización
a un doble nivel; el institucional o macronivel, y el referente al proceso de
enseñanza-aprendizaje propiamente dicho o micronivel.
Respecto al primero, sólo queremos señalar que en la estructura sistémica se
presenta un doble movimiento. El primer movimiento de la planificación a la
evaluación de proyectos y a los árganos decisión. De acuerdo con el segundo
una vez que se ha decidido un proyecto o un sistema o un programa vuelve al
órgano de Evaluación Coordinación y Control, para que él coordine su
ejecución, dicte más de procedimientos Y controle su avance. Los Órganos de
Ejecución Académica ejecutan todo lo relativo a la generación de
conocimientos, de recursos humanos y de proyección social de la Universidad.
Los Órganos de Apoyo Administrativo ejecutan todo lo relativo a la expresión
financiera Y contable de la operación y dirigen todos los servicios de apoyo que
exige la buena marcha de la institución
El Órgano de Planificación recibe los resultados de la evaluación institucional y
las informaciones de reflujo y las canaliza en el p so de replaneamiento y
retroalimentación.
Nos detendremos en el nivel de enseñanza-aprendizaje consideramos que su
tratamiento es fundamental ya que esta o -dirige, como ya lo hemos señalado,
a estudiantes, universitarios, docentes y estudiosos de la educación, Y puesto
que, el currículo universitario viene a ser el parámetro tope pare el resto del
continuum educativo.

FINES DE LA UNIVERSIDAD PERUANA

El artículo tercero de la “Ley Orgánica de la Universidad Peruana” especifica


los siguientes fines de la Universidad Peruana:

a) Contribuir a la consecución de los objetivos del desarrollo del país, en el


campo de la educación superior de su competencia.
b) Contribuir al logro de una sociedad justa en el Perú, promoviendo la
transformación de sus estructuras.
c) La formación elevada e integral del hombre, conjugando las áreas del
saber con el desarrollo de las más puras calidades áticas y de su sentido
de responsabilidad frente a la evolución de la comunidad nacional.
d) Conservar, acrecentar y difundir el patrimonio de la cultura.
e) Prepara los recursos humanos altamente calificados que el país y el
cambio social requieren, en las áreas y el número necesarios.
f) Colaborar en el establecimiento de las condiciones óptimas de
independencia y progreso para el enfrentamiento de los problemas
derivados de la integración regional y continental, así como de la relación
de los países más adelantados”

Funciones de la Universidad

Como lo han puesto de relieve pensadores tan eminentes como Jaspers,


Heidegger y Ortega y Gasset, las funciones tradicionales de la universidad han
sido la formación profesional, la investigación y la difusión del saber.
Sin embargo, cada época imprime al sistema educativo y muy especialmente a
la enseñanza Superior, orientaciones vinculadas a exigencias particulares. La
Universidad se ve así obligada a modificar, si no la naturaleza, por lo menos él
contenido de sus funciones clásicas para adaptarlas a las nuevas condiciones y
exigencias de la sociedad.
A decir de Giner de los Ríos, la universidad tiende a ser un microcosmo. Abraza
a toda clase de enseñanza; es el más elevado instituto de investigación
cooperativo científico; prepara no sólo para las diversas profesiones sociales,
sino para la vida en su infinita complejidad y riqueza. Estimula a la par con la
vocación al saber la reflexión intelectual y la indagación de la verdad en el
conocimiento, el desarrollo de la energía corporal, el impulso de la voluntad, las
costumbres puras, la alegría de vivir, el carácter moral, los gustos sanos, el
culto del ideal, el sentido social, práctico y discreto en la conducta. De esta
suerte, dirige hacia un tipo de vida cada vez más complejo no el adiestramiento
cerrado de una minoría presumida, estrecha y gobernante, sino una educación
abierta a todos los horizontes del espíritu que llegue a todas las clases e irradie
hacia todos lados su acción vital, no sólo de conocimiento sino de
ennoblecimiento, de dignificación, de arte, de cultura y de goce.
Ahora bien, como señala Derisi, por más moderna y actual que sea una
Universidad no puede dejar de ser investigadora y trasmisora de la verdad y del
saber que hacen al hombre mismo y a su perfeccionamiento y al de las cosas
en relación con él o, en otros términos, al saber organizado de la cultura o
humanismo. Tal función es esencial, de modo que aún los demás sectores
científicos y técnicos, por más avanzados y proyectados que estén sobre las
realidades actuales y futuras, deben insertarse y servir al bien y
perfeccionamiento del hombre en sus aspectos materiales y a través de ellos,
al de su vida espiritual, personal y social, dirigida y sostenida a su vez por la
verdad y el Bien trascendente y divino. Silos distintos tramos del saber
científico y técnico no logran servir y articularse en esta visión y sabiduría
humanística no alcanzan entonces el nivel ni el sentido estrechamente
Universitario.
Queda claro, pues, que las funciones esenciales de la Universidad siguen
siendo la investigación científica, la proyección social y la formación
profesional.
Vamos ahora a ocuparnos de las dos primeras, dejando la formación
profesional para más adelante cuando tratemos de la innovación en el
quehacer universitario.

La actividad de enseñar: la docencia

La enseñanza es una actividad transitiva o transeúnte y culmina en su


producto, que es la lección. Esto no significa que el docente no realice una
acción inmanente; pero no es la dimensión predominante que defina su
actuación. La enseñanza cumple las condiciones requeridas para que una
actuación pueda considerarse actividad: su finalidad es exterior a la misma
actividad, se realiza procesualmente, desemboca en algo hecho —la lección—,
concluye en un determinado momento y construye o modifica una realidad
extrínseca a la potencia, que en este caso es el lenguaje.
Enseñar es mostrar algo mediante signos; en la educación, mediante signos
lingüísticos preferentemente lógicamente, “enseñar” deriva de insignire —
insignare en el latín vulgar- marcar, delimitar, señalizar. Puede pensarse que, si
fuera posible traer todas las cosas a -la presencia del que aprende, tal vez no
harían falta signos, y por lo tanto, sobraría la actividad docente en educación.
No es ‘una fabulación excéntrica, pues según se presentan en ocasiones las
virtualidades pedagógicas de las nuevas tecnologías de la información —sobre
todo en los medios audiovisuales—, parece que está próxima la extinción del
profesional docente a causa de la representación de la - realidad mediante
imágenes. Por otra parte, la aplicación inmoderada del principio de la
experiencia subjetiva en el aprendizaje, postulada más templadamente por J.
Dewey entre otros, sugiere: la -misma funesta - conclusión -para’ el - gremio
docente -En alguna propuesta de esta índole., reforzada además por una
reducida y parcial comprensión de la libertad humana como liberación, se-ha
llegado a propugnar explícitamente la - anulación de toda enseñanza en pro de
la educación, según se apuntó antes.
Sin embargo, no se puede aprender nada si no es a través de signos. La
primera obra que examina detenidamente esta posibilidad es el De Magistro de
San Agustín, un breve escrito de inagotable fecundidad aún en nuestros días.
Lo cierto es que la razón humana no puede hacerse cargo de la realidad si no
es mediante conceptos, y éstos son signos de las cosas. Las mismas imágenes
son también signos de los objetos reales. Tiene cierto sentido valorar más unos
signos que otros, por ejemplo, los icónicos o simbólicos, más que los
lingüísticos; pero es absurdo negar su propio valor e ineludible lugar en la
enseñanza. Es posible que —como se dice— una imagen valga más que mil
palabras, pero también es verdad que lo que dice una palabra no lo dicen mil
imágenes.
La enseñanza es obviamente una actuación comunicativa, y por eso su recurso
habitual es el lenguaje; sin excluir ningún tipo de signos, a la postre, el
quehacer docente revierte en el lenguaje, medio comunicativo por excelencia.
Actualmente, la didáctica —nombre pedagógico del saber propio de la
enseñanza— desarrolla su contenido principal y casi exclusivamente desde
planteamientos y perspectivas formales; se dedica así al estudio de métodos
de disposición de los conceptos que deben aprenderse —la programación
didáctica—, o de organización docente de los aprendizajes —diseño curricular
—. Son vías legítimas de estudio e investigación; pero echa en falta la
consideración de la materia propia de la enseñanza, que es el lenguaje.
Sobre el lenguaje y su vertiente educativarse han realizado estudios en las
últimas décadas pero sus resultados no han sido conclusivos, pues ___
estaban -determinados por una corriente de pensamiento de origen positivista,
hoy ya preterida, pues ha terminado en una vía muerta: la filosofía analítica o
filosofía del lenguaje, derivada del neopositivismo lógico. La novedad de sus
planteamientos-y la- misma pujanza como corriente filosófica en los años 60 y
70, suscitó interesantes estudios, como los de P.H. Hirst, G.F. Kneller, 1.
Scheffler y -el -mismo RS; Peters. Desde intereses diversos, y en una posición
fenomenológica, está la obra de O.F. Bollnow2l, que abre sugerentes
propuestas —aunque tampoco proseguidas— para una investigación ulterior
La enseñanza requiere un uso específico del lenguaje, que no es el propio de
la ciencia o del saber objeto del aprendizaje: Debe atenderse a la vertiente
comunicativa interpersonal en el lenguaje, antes que a la propiamente
enunciativa del discurso; entre la triple dimensión lingüística, que es la
semántica, la sintáctica y la pragmática, es esta última la de preferente
consideración en la enseñanza, donde no debe olvidarse que “el signo no sólo
es signo de algo, sino signo para alguien”. La enseñanza educativa no puede
constituirse como divulgación científica o sapiencial, y no le corresponde el
exclusivo uso del lenguaje conformado en la ciencia. La dimensión pragmática
del lenguaje en la enseñanza se traduce en un uso retórico del lenguaje.
El sentido -que tiene el término “retórico” en la actualidad es frecuentemente
peyorativo: discurso vacío de verdad, con el propósito de defender un interés
particular. Sin embargo, esto es un error proveniente del uso indebido del
término. Realmente, cuando se entiende así la retórica, se la está confundiendo
con la sofística, que sí responde a ese concepto. El saber como instrumento
para justificar socialmente un interés individual o de grupo es lo que define a la
sofística antigua y a -la moderna, que quiere reducir todo saber a ideología. La
retórica, en cambio, no quiere convencer, persuadir; no reclama directamente
un asentimiento a la verdad pro sino que quiere presentar ésta de modo que
mueva a la acción.

El discurso retórico se diferencia del científico porque éste pretende informar


que aquél pretende informar también, y al tiempo que informa, persuadir. El
conocimiento de la verdad, por sí sólo, no mueve a la acción; se precisa la
verdad, además, sea enseñada como verosímil, como semejante y análoga a
otras-verdades -de- carácter práctico, poseídas ya por -el sujeto: en esto
consiste la persuasión. Cuando alguien es informado de algo, adquiere un
nuevo conocimiento; pero si solamente hay eso, lo más seguro es que apenas
incida en su acción, aunque pueda modificar su actividad. Una enseñanza que
sea educativa se define precisamente -ya se ha dicho— porque su resultado
debe promover una acción en el educando; si no lo consigue, o si lo consigue
por casualidad, no hay enseña educativa. Por lo tanto, una enseñanza
concebida como simple presentación de información, no es educativa, por muy
verdadera y rigurosa que sea la información presentada.
Cuando alguien es persuadido de algo no sólo entiende el sentido conceptual,
sino que lo refiere a sí mismo, aprobándolo o rechazándolo; de este modo, la
enseñanza suscita una acción. La enseñanza educativa informa; pero sobre
todo persuade; puede llevar al asentimiento o al rechazo, pero nunca a la
indiferencia ante la lección.
El cientificismo presente en la cultura actual ha perjudicado notablemente a la
concepción de la enseñanza, sobre todo, mediante su exigencia de un lenguaje
puramente denotativo. La reducción de la enseñanza a presentación -de
-información objetiva;- -según- los requisitos epistemológicos y metodológicos
de la ciencia, ha llevado a valorar la actuación docente según esos cánones.
Por eso, el lenguaje de la enseñanza se aya-lora en la medida en que
reproduzca el discurso científico lo más fielmente posible, adaptándolo a la
ignorancia del aprendiz. Así es como se ha ido cercenando progresivamente la
dimensión retórica de la enseñanza. En la actualidad se está percibiendo
intensamente este vacío: aparece bajo el problema de la motivación, es decir,
de la carencia de recursos intrínsecos en la enseñanza para mover a la acción.
Esta situación recuerda el juicio satírico de P. Coombs sobre los objetivos y
procedimientos de la enseñanza superior, trasladable cada día más a la
enseñanza media: “conseguir que lo que está en los papeles del profesor, pase
a los papeles del alumno, pasar por la cabeza de ninguno de los dos.”

La acción de aprender: la formación

Es obvio que puede aprenderse- muchas-Y diversas cosas de-distintas


maneras; pero no parece ser tan evidente la diferencia -de intencionalidad que
se da en los posibles aprendizajes. -Por ejemplo, se puede aprender
mecanografía al tacto o a conducir un automóvil; en estos casos, la inten-
cionalidad docente, como la discente, se reducen a la adquisición de una
destreza o habilidad: psicofísica, útil para realizar otras actividades.- La
diferencia que media con el aprendizaje de la historia o las matemáticas es la
inmediata intencionalidad formativa en el docente y —cabe suponer— también
en el aprendiz. Formación significa perfeccionamiento del discente, y por ello el
aprender debe ser predominantemente acción, y no actividad.
Como se ha dicho, la acción tiene una finalidad inmanente pues su efecto no
revierte al exterior, sino que redunda en la potencia. Aquí está sin duda la clave
del perfeccionamiento humano: en la mejora personal suscitada por el
acrecentamiento de las potencias; sólo entonces cabe
hablar rigurosamente de educación. Por la misma naturaleza de la actuación
humana, como consecuencia de la acción formativa se propician actividades
transitivas; pero la intencionalidad educativa se dirige directa e inmediatamente
a promover acciones en quien aprende.
La atención preferente a las actividades en educación, fruto del pragmatismo
utilitarista predominante en la cultura. actual, lleva a juzgar de los efectos
formativos en razón de las actividades realizadas por los aprendices. Esto es
así, porque no pueden percibirse las acciones inmanentes suscitadas por la
enseñanza; y por ello deben evaluarse sólo las tareas observables, como por
ejemplo, los exámenes. Pero es muy distinto tomar esas actividades como
elementos definitorios y definitivos de la formación humana, a considerarlas
como meros indicios, valiosos y significativos, pero sólo indicativos de la
eficacia educativa.
La verdadera eficacia educativa radica principalmente en las actividades
realizadas por el educativo sino en su acción inmanente de aprender, que es la
realización perfeccionamiento humano; dicho de otra manera, la eficacia
educativa en razón de la formación, no del aprendizaje. Como ya se ha dicho la
una no puede darse sin el otro; pero, una vez más, la cuestión es la prioridad
que se les otorga en la actuación educativa. J. Dewey contaba como anécdota
significativa un hecho real: en la fiesta de fin de curso, un grupo de alumnos
recogió el premio anual por --un brillante trabajo académico en educación
cívica; al terminar la fiesta, lo celebraron rompiendo a pedradas farolas que
iluminaban el campus. En este caso, no cabe duda de que lo alumnos
realizaron una excelente actividad académica; pero es dudoso que dicho
trabajo les reportara acciones formativas.
CAPITULO III
EDUCACIÓN Y COMUNICACIÓN

La comunicación es hoy un tema de investigación en múltiples disciplinas de


las llamadas ciencias humanas; no parece indebido, pues, ocuparse también
de ella en una disciplina pedagógica. No obstante, las razones para su estudio
en Filosofía de La. Educación no son meramente circunstanciales; hay motivos
intrínsecos y propios para su consideración, que podrían resumirse destacando
un hecho: la enseñanza es una forma de comunicación. Frente a otras formas
comunicativas, -la intencionalidad formativa de la enseñanza modula
específicamente la comunicación en la actuación educativa. La lección,
producto ó resultado de la enseñanza, es verdaderamente tal cuando suscita el
aprender como acción inmanente o formativa, según se indicó páginas atrás.
Esta formalidad definitoria de la educación presta a la comunicación unos
rasgos peculiares, que la distinguen de otras formas, como, por ejemplo, de la
propia y usual de los llamados mass-media o medios de comunicación, pues en
este caso por definición, no cabe hablar de una intencionalidad docente,
aunque a veces se den efectos formativos como consecuencia fortuita.
Se requiere una actividad propositiva de enseñar para que quepa hablar con
rigor de educación. Y si esto es así, se está considerando una forma
comunicativa propia y distinta desde su principio, tomando una vez más
principio en sentido pleno: esto es, como comienzo, pero sobre todo, como
razón de ser. El educador, al enseñar, se comunica de un modo particular,
diverso del informador o comunicador público, aunque también se dirija a un
grupo humano; la diferencia no’ está en el número de receptores de su acción
comunicativa, ni tampoco en las condiciones del canal comunicativo, sino en la
índole misma de la acción. No compete aquí examinar la mayor o menor
eminencia o eficacia de la comunicación educativa frente a otras formas
posibles; pero sí es pertinente señalar sus características propias, para lo cual
es conveniente comenzar por una consideración genérica de la comunicación
humana, aunque orientada en un aspecto concreto: la comunicación subjetiva o
personal.

Comunicación objetiva y subjetiva

La más difundida noción de la comunicación humana la caracteriza como


intercambio de información. Sin ser falsa resulta reducida o incompleta, pues
tras una primera reflexión, provoca más problemas de los que resuelve. Por
ejemplo, ¿la abundancia o escasez de información conlleva mejor
comunicación?; ¿puede haber comunicación mediante un acto intencional de
silencio?; ¿Cual es el principal agente: el posesor del destinatario de la
información? Centrar la comunicación en la información compartida es una
perspectiva fisicalista: atiende a los aspectos materiales y relega los aspectos
formales, verdaderamente definitorios.
Según el diccionario, el término “comunicación” se muestra de complejo
significado, pues como nombre de la acción del verbo “comunicar”, ofrece
nueve acepciones distintas manifestar, conservar, transmitir, consultar o
propagar, entre otras. La referencia más sustantiva, en cuanto que puede
rastrearse en las restantes, es la primera: manifestar; esto es, hacer partícipe a
otro de lo que uno tiene. Este significado revela, por otra parte, el carácter
derivado o secundario de la información, pues se’ puede participar de ella, pero
también. por ejemplo, de su opuesto: la ignorancia.
Tras un sólido y detenido análisis filosófico e histórico, E. Redondo confirma el
núcleo esencial de la comunicación según su referencia lingüística: la
participación. De esta manera, la comunicación queda definida como “la
relación real establecida entre dos —o más— seres, en virtud de la cual uno de
ellos participa del otro o ambos participan entre sí; o también: relación real
establecida entre dos seres en virtud de la cual se ponen en contacto, y uno de
ellos —o ambos— hace donación de algo a otro” “la comunicación no puede
definirse sin acudir al concepto de participación, la cual expresa ese hacer
extensivo algo a otro, que es constitutivo esencial de la comunicación”.
Participar es tener parte en algo que otro ya tiene. Podría también
caracterizarse como posesión compartida, efecto directo de una donación. Ésta
es la primera nota que conviene destacar en el concepto de participación: la
donación, esto es, la acción de un sujeto que da algo a alguien. Pues si no se
diera tal donación, si la posesión se compartiera ab initio, no habría en rigor
comunicación, sino comunidad.
Un segundo momento en la consideración de la donación muestra otra nota
esencial en su referencia a la participación: es una donación que no supone
pérdida; si así fuera, no habría -posesión -común o compartida. Participar es
tener parte en algo que otro ya tiene.- “No puede afirmarse que toda donación
sea, en rigor, una comunicación; sino solamente aquélla que no supone
empobrecimiento por parte del donante. Lo específico de la comunicación es
precisamente esto: dar sin empobrecerse”: Ese dar sin tiempo empobrecerse
caracteriza acertadamente la noción de participación, al tiempo que muestra su
rango de acción plenamente humana, pues sólo un ser espiritual es capaz de
ella. La realidad material, en verdad, no puede compartirse sin pérdida; puede,
si acaso, alternarse su uso o tenencia, pero no poseerse en común y
simultáneamente: si se trata de lo estrictamente material, lo que uno tiene le
falta a otro
La síntesis de unidad y dualidad que supone la participación algo uno tenido
por dos es el fondo metafísico y antropológico que justifica todas las
dificultades teóricas y prácticas que encierra la comunicación. Hacer partícipe
de algo es, en efecto, postular un síntesis de unidad y dualidad. Y esta
expresión, que formalmente expresa una aparente relación de contrariedad, es
realmente una caracterización de la comunicabilidad en el sentido de relación
constitutiva, de la apertura trascendental del hombre en virtud de su ser
participado. La acción comunicativa es, desde esta perspectiva, plenamente
humana; no es una actividad más entre otras de la cual quepa prescindir: es
una dimensión irrenunciable de la misma existencia humana.

Éste es un punto de vista antropológico resaltado por pensadores recientes, de


muy diferente raigambre: K. Jaspers, O. Marcel, M. Scheler y K. Wojtyla, entre
otros. Puede valorarse como una aportación fecunda a lo que podría llamarse
una antropología dinámica: un estudio y reflexión sobre el ser humano,
considerado desde su actuación ética más que desde su esencia metafísica,
sin que una excluya a la otra. Acaso uno de sus aspectos con más proyección
sea la respuesta atrevida y sugerente sobre uno de los posibles contenidos de
la realidad participada o comunicada: la propia subjetividad. Obviamente, se da
de lo que se tiene; y se tienen pensamientos, sentimientos, imágenes... pero
también se tiene uno a sí mismo. La realidad de la autoposesión —que
reaparecerá posteriormente en estas páginas seguramente el aspecto de
mayor interés para la comunicación humana y más si cabe para la realidad
educativa. Indudablemente unas limitaciones intuibles para la comunicación de
la propia subjetividad: principalmente la sinceridad30 pero su posibilidad es
innegables. La comunicación de la subjetividad el hacer partícipe a otro no sólo
de mis ideas o de mis emociones, sino de mi propio yo, conlleva además la
exigencia a otra subjetividad: sólo ella en cuanto tal puede acogerme y
reconocerme. Más aún: en esa acogida y reconocimiento del otro me descubro
como un yo; en la afirmación del otro radica mi autoafirmación. Esta
reciprocidad es otra dimensión esencial de la comunicabilidad, “que es, de esta
suerte —dice Millán Puelles— la vivencia de una comunidad que se hace
explícita en la experiencia de sentirme instado justamente por un ser como el
mío”
Esta consideración abre las puertas a la radical distinción entre comunicación
objetiva y comunicación subjetiva, personal o existencial, tratada por K. Jaspers
y especialmente por M. Scheler33, cuyo análisis constituye la pauta de la
siguiente exposición.
En el marco de la comunicación objetiva es donde se realiza, por ejemplo, el
intercambio de información que caracteriza adecuadamente esta forma
comunicativa pues todo elemento objetivo puede incluso ser convertido en
unidades de información; en última instancia, incluso contabilizados
objetivamente en bits. Esta forma o grado de comunicación sigue la vía del
conocimiento racional, constitutiva de la objetividad; se decanta en un saber de
objetos, obviamente comunicable sin apenas influencia de las subjetividades
que se comunican. Aquí tiene sentido y justificación la demanda de una
información objetiva como contenido comunicativo.
Otro asunto es la comunicación subjetiva, existencial, personal o interpersonal,
-según los diversos nombres - que le dan los autores que la estudian. En ella,
como expresa vivamente O. Marcel, hay que dar el paso del él al tú. K. Jaspers
señala la insuficiencia de la comunicación objetiva para una plena relación
humana, pero al mismo tiempo destaca su necesidad para propiciar la
comunicación subjetiva, tal como se alude en ese “paso del él al tú” de G
Marcel: En suma: si se transciende el nivel formal dé la relación social; puede
realizarse la apertura a la consideración enteriza del otro como un yo propio y
sustantivo. Entonces ya no es un -objeto, un punto estático de referencia para
la acción, sino otro agente del que se espera una actuación personal, con todo
lo que esto conlleva. La reciprocidad es más intensa en la comunicación
subjetiva, pues la consideración del otro como sujeto reclama una idéntica
respuesta por su parte.
CAPITULO IV
CONCLUSIONES.

• La educación es uno de los pilares de toda sociedad, para que esta


puede seguir adelante en cuanto a su desarrollo.

• La educación es cada vez mas pobre en cada país y eso se puede ver
desde los niños hasta los jóvenes de ese lugar, desde la forma como
expresan hasta la forma como se comportan ante otros niños o jóvenes
de otros lugares.

• La comunicación es una frase que siempre utilizamos al salir de casa, al


saludar al profesor o compañeros, etc.

• La comunicación debe de prevalecer esencialmente en toda institución


para que este pueda salir adelante.

• Es necesario que en la educación especialmente la superior halla una


buena comunicación para que así tanto profesores como alumnos estén
enterados de todos los acontecimientos que puede estar realizando la
universidad o instituto.

• Son muy pocas las universidades que mantienen la comunicación en


todos los niveles es decir entre decano, director, profesor, alumno, etc.
Ya que solamente les interesa que se enteren de cosas que sean
lucrativas para ellos.

• La comunicación en las universidades talvez no se da al 100% por que


hay una falta de interés de todas las partes y una falta de información
por todos, de ahí que no hay una debida comunicaron en ese ámbito.

• La falta de comunicación es debido a que no encuentran los


mecanismos para poder llegar de una manera clara y directa a los
alumnos, que en este caso que seria el último lugar de la comunicación,
y en donde se vería reflejada si esta fue con éxito o no.

• No debería ser una comunicación cerrada solo entre profesores,


decanos, directores y más no alumnos; porque no seria realmente una
comunicación, ya que no están integrando a todos los miembros y por
tanto no podrían trabajar en equipo cuando lo necesitarían.
RECOMENDACIONES

• Se recomienda ondear mas en este tema a todos los que estén


interesados ya que es un tema muy interesante que a nosotros nos ha
dejado con muchas dudas a pesar que hemos investigado con respeto a
todo lo que se refiere la comunicación y educación.

• Debería de tomar en cuenta el gobierno con respecto a la educación.

• También se debe de incentivar o talvez orientar a todas los integrantes


de las universidades para que puedan poco a poco fomentar la correcta
comunicación en sus respectivas instituciones.

• Dar charlas de este tema los profesores para que luego ellos pongan en
práctica dicha orientación.

• Utilizar métodos prácticos de comunicación como afiches, comunicados,


anuncios en el Chat i correos para que así sea mas fácil la
comunicación, o talvez por los mismos profesores que comuniquen en
cada clase lo que desea la universidad.
BIBLIOGRAFIA

• EDUCACION – PLANTEAMIENTO PARA LA FORMULACION DE


UNA NUEVA TEORIA – JORGE CAPELLA RIVERA – EDITORIAL
SANTILLANA – LIMA – 1983.

• FILOSOFIE DE LA EDUCACION – FRANCISCO ALTA REJOS –


EUNSA – 2da EDICION 2004

• FILOSOFIA - LIMA PERU – ELABORADO POR OFICINA


REGIONAL DEL NORTE – HUGO CASTRO.

• WWW.ENCARTA.COM

• WWW. MONOGRAFIAS .COM

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