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Acto 1 Escena 1

La obra se abre en Dinamarca, al llegar la medianoche al Castillo de Elsingor.


Horacio, un estudioso, y Marcelo, un centinela, se unen a la guardia nocturna de
Bernardo. Desde su puesto de vigilancia, Marcelo y Bernardo han observado dos
veces a un misterioso fantasma deambulando por los terrenos reales. Marcelo
pregunta ansiosamente a Bernardo si "'el espantoso fantasma que hemos visto ya
en dos ocasiones...'" se ha aparecido nuevamente esa noche. Un escéptico
estudiante, Horacio fue invitado a la guardia por dos razones: para verificar la
historia de fantasmas de los guardias, y para hablar con el espíritu si se presenta
por tercera vez.

Disipando pronto las dudas de Horacio, el temible fantasma ingresa vestido con
toda su armadura. El fantasma ataviado con su traje de guerra utiliza su visera y
lleva una porra en su puño. Atemorizados Horacio, Marcelo y Bernardo se dan
cuenta que el espectro en armadura se parece mucho al recientemente fallecido
Rey Hamlet. Horacio le habla al espíritu, pero el fantasma permanece en silencio.

Preocupado por el espíritu errante del Rey Hamlet, Horacio advierte a los guardias
que "'Esto pronostica alguna extraordinaria mudanza a nuestra nación”. La
presente conmoción, razona Horacio, debe ser el resultado de las recientes peleas
con el joven Fortinbrás de Noruega. En el pasado, el Rey Fortinbrás desafió al Rey
Hamlet a una batalla por territorio en disputa. Los dos monarcas acuerdan
mutuamente que la tierra del perdedor sería cedida al ganador. Hamlet mató a
Fortinbrás y, en consecuencia, obtuvo las tierras de Fortinbrás. El joven Fortinbrás
con la intención de recuperar la tierra perdida por su padre, ha reunido una
muchedumbre de combatientes para desafiar a Dinamarca. Bernardo está de
acuerdo en que el inminente ataque de Fortinbrás debe ser la causa de la actual
perturbación. Como prueba, él señala que el fantasma usa la misma armadura que
llevaba el Rey Hamlet para derrotar al viejo Fortinbrás.

El fantasma vuelve a aparecer de repente con su armadura. Horacio le pide hablar


mientras los guardias intentan detenerlo con golpes inútiles. Cuando el gallo
cacarea indicando la llegada del amanecer, el espíritu en su armadura se retira
rápidamente. Horacio sospecha que el fantasma del rey rompa su silencio sólo ante
el joven Hamlet. Resuelve prontamente contarle al Príncipe Hamlet del fantasma
errante de su padre.

Acto 1 Escena 2
Hablando a su consejo reunido, el Rey Claudio lamenta la reciente muerte del Rey
Hamlet, su hermano. Al mismo tiempo, se regocija en su rápido matrimonio con la
Reina Gertrudis, su cuñada que quedó viuda. Claudio envía a Voltiman y Cornelio a
Noruega con una carta instruyendo al Rey reprimir los avances del joven Fortinbrás
contra Dinamarca. Laertes, visitando formalmente Dinamarca por la coronación del
Rey Claudio, solicita el permiso de Claudio para regresar a Francia. Claudio cumple
con el deseo de Laertes como un favor a Polonio, su altamente apreciado asesor
quien es también padre de Laertes.

El Claudio Rey llama al Príncipe Hamlet, refiriéndose cariñosamente a él como


primo e hijo. Amargo porque su tío se ha casado con su madre demasiado pronto
después de la muerte de su verdadero padre,Hamlet refunfuña enigmáticamente,
"'Algo más que deudo y menos que amigo'". El Rey Claudio y la Reina Gertrudis
están perplejos por la melancolía de Hamlet. En su opinión, el Príncipe Hamlet ha
llorado lo suficiente a su padre muerto. Lo instan a deshacerse de su poca varonil
congoja y permanecer con ellos en Dinamarca, en lugar de regresar a la escuela en
Wittenberg.

Profundamente deprimido, Hamlet anhela su propia muerte, diciendo:

"¡Oh si está demasiada solida masa de carne pudiera ablandarse,


y liquidarse disuelta en lluvia de lagrimas,
o el Todopoderoso no asestara
su cañón contra el homicida de sí mismo! Oh Dios, Oh Dios mío,
¡Cuán fatigado ya de todo, juzgo vanos, insípidos y vanos
los placeres de este mundo!'".

Aunque entristecido por la muerte de su padre, la mayor causa del sufrimiento del
Príncipe Hamlet es el matrimonio desleal de la Reina Gertrudis con Claudio. A un
mes de perder a su amado esposo, la Reina Gertrudis se casa precipitadamente con
Claudio, el propio hermano del ReyHamlet. Enojado por la hipocresía de Gertrudis y
su infidelidad, Hamlet desprecia a su madre, diciendo: "'fragilidad, ¡tu nombre es
mujer!'"

Horacio, Marcelo y Bernardo interrumpen los oscuros pensamientos de Hamlet.


Reconociendo a Horacio como un amigo de la escuela de Wittenberg, Hamlet le
pregunta a Horacio que lo trae a Dinamarca. Horacio le responde que vino para el
funeral del Rey Hamlet. El Príncipe en forma sarcástica le dice que más bien debe
haber venido para el matrimonio de la Reina Gertrudis, pues los dos
acontecimientos se produjeron consecutivamente. ComoHamlet bromea
amargamente: "'Aún no se habían enfriado los manjares cocidos para el convite del
duelo, cuando se sirvieron en las mesas de la boda…'".
Transmitiendo los acontecimientos de las últimas tres noches, Horacio le informa a
Hamlet que el fantasma silencioso y en armadura de su padre muerto ha sido visto
deambulando en el castillo. Hamlet decide unirse esta noche a observar y hablar él
mismo con el intranquilo espíritu. Resolviendo descubrir cualquier maldad que
perturbe la paz de su padre,Hamlet dice:

"'¡El espíritu de mi padre en armadura! No es esto bueno.


Recelo alguna maldad. Oh si la noche hubiera llegado ya,
Esperémosla tranquilamente, alma mía. Las malas acciones
aunque toda la tierra las oculten, se descubren al fin a la vista humana'"

Acto 1 Escena 3
Laertes, con destino a París, se despide afectuosamente de su hermana Ofelia.
Ofreciéndole algunos consejos de hermano, le advierte a Ofelia mantener su
castidad frenando las románticas intenciones del Príncipe Hamlet. Debido a que
Hamlet es un príncipe, él debe casarse con alguien de alto rango. Por lo tanto, no
puede ser totalmente serio en su amor por Ofelia.

Polonio insta a su hijo a partir rápidamente, sin embargo, detiene a Laertes con una
larga lista de recomendaciones. Como aconseja el minucioso padre: "'Presta el oído
a todos y a pocos la voz…procura no dar ni pedir prestado a nadie…pero, sobre
todo, se honesto contigo mismo.. '" Después de que Laertes parte en su buque,
Polonio se hace eco de su preocupación porOfelia advirtiéndole que el Príncipe
Hamlet es joven y lujurioso. Polonio instruye a su hija tratar a Hamlet fríamente,
desconfiar de sus votos de amor, y evitar su compañía. Obedientemente, la casta
Ofelia acepta.

Acto 1 Escena 4
En el cortante aire de la medianoche, Hamlet, Horacio y Marcelo reanudan su
observación del fantasma. Una bulliciosa fiesta organizada por el borracho Rey
Claudio se escucha a lo lejos.

De repente, aparece el espíritu y Hamlet asombrado y sin aliento ora: "'¡Ángeles,


nuncios de piedad, amparo!'" El joven Príncipe le ruega al fantasma que le revele
que asunto le roba la paz al alma de su padre. El fantasma le hace una señal al
Príncipe Hamlet para que lo siga. Hamlet obedece, a pesar de las suplicas
temerosas de Horacio y de la inútil templanza de Marcelo.
Acto 1 Escena 5
El atormentado espíritu del Rey Hamlet revela que un oculto delito de cruel
asesinato lo condena a vagar por la tierra y arder en el infierno. Engañada por una
mentira, Dinamarca cree que una serpiente venenosa picó fatalmente al Rey
Hamlet cuando él dormía en su huerto. Sin embargo, el espíritu le dice a Hamlet:
"'La serpiente que mordió a tu padre, hoy ciñe su corona'". El Rey Hamlet fue en
realidad asesinado por su hermano Claudio, quien derramó una ampolla de licor
venenoso en el oído del dormitante Rey. Claudio robó la corona del ReyHamlet, su
reina, y lo peor de todo, la paz a su alma. Asesinado sin tener la posibilidad de una
confesión, el Rey Hamlet murió sin poder desahogar su conciencia.

Él debe ahora pagar por sus pecados terrenales no purgados ardiendo en las
sulfurosas fosas del Infierno.

El espíritu le ruega a Hamlet vengar el cruel asesinato, pero no dañar a la Reina


Gertrudis. La conciencia culpable de la Reina Gertrudis y el juicio del Cielo son
suficiente castigo por su deslealtad. El fantasma se aleja, suplicando aHamlet
recordar el espíritu de su pobre padre asesinado. Hamlet resuelve no pensar en
nada más que en vengar la injusta muerte del Rey Hamlet. El Príncipe adopta un
disfraz de locura mental. Él actuará como un loco para ocultar su sangriento motivo.
Hamlet pide a Horacio y Marcelo mantener en secreto lo sucedido esa noche. El
fantasma clama, instándolos a jurar mantenerlo en completa reserva. Obedeciendo
los pedidos del espíritu, Horacio y Marcelo prometen ante la cruz de la espada
deHamlet que nunca dirán una palabra de lo que han visto y oído.

Acto 2 Escena 1
Curioso acerca de la conducta de su hijo y su carácter, Polonio encarga a su criado,
Reynaldo, espiar a Laertes. En París, Reynaldo indirectamente preguntará a los
franceses en relación con el comportamiento de Laertes. Ofelia acude presurosa al
lado de su padre, asustado por el lujurioso y enloquecido comportamiento de
Hamlet.

Ella le comunica que Hamlet, con la ropa desceñida, irrumpió en su habitación y la


agarró por la muñeca. Polonio piensa que Hamlet ha enloquecido producto de la
lujuria y un amor no correspondido. Decidiendo comunicar el mal de Hamlet por una
pasión amorosa, Polonio lleva a Ofelia a ver al Rey Claudio.

Acto 2 Escena 2
El Rey Claudio ha enviado apresuradamente por Ricardo y Guillermo y les da la
bienvenida en su corte. Claudio espera que Ricardo y Guillermo, amigos del Príncipe
Hamlet, descubran la causa de la reciente locura de Hamlet. Polonio entra con dos
informes: el primero se refiere a Noruega, el segundo es sobre Hamlet. El
embajador Voltiman informa a Claudio que el Rey de Noruega ha acordado reprimir
las acciones de su sobrino en contra de Dinamarca. Tomando ventaja de la
enfermedad de su tío, el exaltado joven Fortinbrás encubrió sus acciones contra
Dinamarca como legítimos movimientos contra Polonia. Al conocer las verdaderas
intenciones de Fortinbrás, el Rey de Noruega Fortinbrás obligó a Fortinbrás a poner
fin a todas las operaciones en contra de Claudio y Dinamarca. Voltiman informa
finalmente que Noruega solicita se le otorgue un paso pacífico a través de
Dinamarca con el fin de llegar a Polonia. El Rey Claudio está muy satisfecho.

Polonio continúa con el segundo tema, la locura del Príncipe Hamlet. El asesor de la
corte se extiende en un dilatado prólogo en su informe - irónicamente sobre la
importancia de la brevedad - y la Reina Gertrudis le ruega que discutan "'Menos
arte y más asunto'". Polonio informa que el rechazo de Ofelia ante el deseo de
Hamlet ha causado la locura del Príncipe. El presenta una poética carta de amor de
Hamlet a Ofelia como evidencia. Para probar más su teoría, Polonio sugiere que él y
el Rey observen secretamente un encuentro arreglado entre Hamlet y Ofelia. El Rey
Claudio y la Reina Gertrudis manifiestan su acuerdo con ello.

Hamlet entra extrañamente vestido y leyendo desganadamente "'Palabras,


palabras, palabras'". Notando un atisbo de racionalidad en el balbuceo de Hamlet,
Polonio observa: "'Aunque esto sea locura, sin embargo hay método en ella'".
Hamlet está sorprendido y se muestra sospechoso por la presencia de Ricardo y
Guillermo en Elsingor. La desconfianza del Príncipe se ve confirmada cuando
Guillermo admite que Claudio envió por ellos.

Con la esperanza de animar a Hamlet, Guillermo informa al Príncipe que una


compañía de actores ambulantes ha llegado al castillo de Elsingor para
entretenerlo. Hamlet da la bienvenida a los actores e inmediatamente le pide a un
actor que represente un apasionado monólogo sobre el asesinato del rey Príamo de
Troya. Profundamente conmovido, un plan de venganza se gesta en la mente de
Hamlet. El Príncipe organiza que el elenco represente una obra de teatro sobre el
infame asesinato de Gonzago la noche siguiente. La obra reflejará estrechamente el
asesinato del Rey Hamlet, e incluirá diálogos escritos por el propio Hamlet. El
Príncipe espera que la reacción de Claudio a esta representación de traición y
aspectos demasiado familiares revele su culpabilidad. Como Hamlet trama: "'La
representación ha de ser el lazo en que se enrede la conciencia del Rey'".

Acto 3 Escena 1
Ricardo y Guillermo admiten ante el Rey Claudio que no han podido detectar la
causa de la locura de Hamlet. Ellos extienden la invitación hecha por Hamlet a
Claudio y Gertrudis para la actuación de esa noche. La pareja real se siente aliviada
de ver a Hamlet ocupado con un feliz pasatiempo.

Polonio intenta demostrar que un deseo insatisfecho por Ofelia es la causa de la


locura del Príncipe Hamlet. El coloca a su hija en el camino de Hamlet y se esconde
con el rey Claudio a espiar su encuentro arreglado.

Hamlet entra, ponderando pensamientos suicidas por problemas en la vida e


incertidumbres sobre la muerte.

"'Ser o no ser, todo el problema es ese:


Si es más noble al espíritu, sufrir
golpes y dardos de la infame fortuna,
o tomar las armas contra un mar de calamidades,
y oponiéndose, acabar con ellas. Morir: dormir;
no más; y decir que con un sueño acabamos
con los padecimientos y los mil golpes naturales
de los que la carne es heredera, es una consumación
digna de ser deseada. Morir; dormir;
dormir, quizás soñar. Ay ¡Qué difícil!,
pues en el sueño de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán
cuando despojados de ataduras mortales
encontremos la paz?'".

Sorprendido por la inesperada vista de Ofelia, Hamlet se lanza en una brutal


condena del matrimonio. Denunciando a las mujeres infieles y a los tontos maridos,
Hamlet locamente le aconseja a Ofelia convertirse en una monja célibe, gritando,
""Vete a un convento. ¿Por qué te has de exponer a ser madre de hijos pecadores?'"

Ofelia se lamenta de que su querido Príncipe Hamlet se haya transformado en un


bruto enloquecido. El Rey Claudio sospecha que alguna angustia arraigada sea la
causa del comportamiento alocado de Hamlet, y no su amor no correspondido por
Ofelia. Usando la excusa de que deben cobrarse algunos tributos atrasados, Claudio
decide enviar al enloquecido Príncipe en un reparador viaje a Inglaterra por mar.
Polonio persiste en creer que el rechazo de Ofelia ha causado la enfermedad del
Príncipe. El sugiere al ReyClaudio que la Reina Gertrudis hable con su hijo sobre el
asunto en privado.

Acto 3 Escena 2
Hamlet advierte a los actores que no exageren su próxima actuación. El Príncipe
elogia a Horacio por su honestidad y le pide observar atentamente al Rey Claudio
durante la obra. Si Claudio parece incomodarse durante la escena del crimen,
Hamlet y Horacio ambos sabrán que el Espíritu era veraz y que Claudio es culpable.
La audiencia real entra y Hamlet vuelve a su estado de locura.

La obra, titulada "La Ratonera", describe el asesinato del Duque Gonzago en Viena.
Un villano llamado Luciano vierte veneno en la oreja de Gonzago y corteja a la
duquesa que se quedo viuda, Baptista. Horrorizado, el Rey Claudio interrumpe
abruptamente la representación y sale apresuradamente. Horacio y Hamlet están
convencidos de la culpabilidad de Claudio en el asesinato del Rey Hamlet.

Guillermo le cuenta a Hamlet que el Rey Claudio está muy nervioso y que la Reina
Gertrudis desea hablar con él en privado. Un músico entra con una flauta.
Continuando con su actuación de locura,Hamlet reprende a su falso amigo
Guillermo por "tocarlo" como lo haría con un instrumento.

"'Pues, mira tú, ¡en que opinión tan baja me tienes! Tú me quieres tocar, presumes
conocer mis registros, pretendes extraer lo más íntimo de mis secretos, quieres
hacer que suene desde el más grave al más agudo de mis tonos y ve aquí este
pequeño órgano, capaz de excelentes voces y de armonía, que tú no puedes hacer
sonar. ¿Y juzgas que se me tañe a mí con más facilidad que a una flauta? No; dame
el nombre del instrumento que quieras: por más que le manejes y te fatigues, jamás
conseguirás hacerle producir el menor sonido'".

A instancias de Polonio, Hamlet finalmente acuerda visitar a su madre. El Príncipe


promete tratarla con dureza, pero abstenerse de hacerle daño: "'Déjame ser cruel,
pero no parricida. / El puñal que ha de herirla está en mis palabras, no en mi
mano'".

Acto 3 Escena 3
Afirmando que la locura de Hamlet es un peligro para el estado y su reinado, el Rey
Claudio ordena a Ricardo y Guillermo acompañar a Hamlet en el viaje a Inglaterra.
Polonio informa que va a espiar la visita de Hamlet a la Reina Gertrudis ocultándose
detrás de un tapiz (telón) en su dormitorio.

Atormentado por su conciencia culpable, el Rey Claudio intenta orar por el perdón.
Sin embargo, debido a que aún posee los frutos de su crimen - a saber, su corona,
su reina, y su ambición - él sabe que su arrepentimiento es insuficiente. Claudio se
lamenta: "'Mis palabras vuelan a lo alto, mis pensamientos aquí se quedan. / Las
palabras sin pensamientos nunca van al cielo'".

Mientras el culpable Rey ora de rodillas, Hamlet en silencio saca su espada para
vengarse. Deteniéndose, Hamlet se da cuenta de que matar a Claudio en medio de
la confesión enviaría al desahogado Rey directamente al cielo. La venganza vendrá
más tarde paraHamlet, cuando el Rey Claudio esté ocupado en algún acto vil o
libidinoso, y por lo tanto sea totalmente responsable de sus pecados.

Acto 3 Escena 4
Hamlet visita la recámara de la Reina Gertrudis y la asusta con sus fuertes
recriminaciones. Espiando la discusión detrás de un tapiz (telón), el espía Polonio se
preocupa por la seguridad de Gertrudis y pide ayuda. Confundiendo al espía oculto
con el Rey Claudio, Hamlet embiste con una estocada de su espada a través del
telón y mata a Polonio. Hamlet sigue reprendiendo a su vergonzosa madre por
casarse con el vil hermano de su amado esposo. El fantasma de pronto se le
aparece aHamlet, vestido con pijama. El fantasma del rey amonesta a Hamlet por
relegar su venganza.

La Reina Gertrudis está horrorizada por el loco comportamiento de Hamlet; pues el


fantasma es invisible para ella, Gertrudis cree que Hamlet conversa con el aire.
Hamlet le encarga a su madre abstenerse de la cama incestuosa de su tío. Él le
revela a su madre su verdadero estado de cordura, y Gertrudis promete mantener
en secreto a Claudio la artificial y astuta locura deHamlet. Conocedor de la orden de
enviarlo a Inglaterra, el Príncipe Hamlet percibe una trampa. Él promete desconfiar
de Ricardo y Guillermo como desconfiaría de serpientes con colmillos. El astuto
príncipe lleva arrastrando el cadáver de Polonio a una habitación vecina y se
despide de su madre dándole las buenas noches.

Acto 4 Escenas 1-2


La Reina Gertrudis informa al Rey Claudio que Hamlet ha matado a Polonio en un
ataque de locura. Claudio decide enviar a Hamlet a Inglaterra inmediatamente.
Ricardo y Guillermo son enviados a colocar el cadáver de Polonio en la capilla.

Ellos interrogan a Hamlet sobre el paradero del cadáver, pero Hamlet responde solo
con enigmas e insultos. El Príncipe compara al traidor Ricardo con una esponja.
Abrumado temporalmente con el favor del Rey, Ricardo pronto será exprimido,
utilizado, y abandonado completamente seco.

Acto 4 Escena 3
Debido a que Hamlet es un príncipe popular, Claudio no puede castigarlo muy
severamente en Dinamarca por el asesinato de Polonio. Enviando a Hamlet a
Inglaterra parece ser la única solución para la situación desesperada de Claudio.
Embromando al Rey con adivinanzas, Hamlet vagamente le revela la ubicación del
cadáver oculto de Polonio.

Claudio le ordena a Guillermo preparar a Hamlet inmediatamente para una rápida


partida. Inglaterra recientemente ha caído bajo el control de Dinamarca y debe
rendir tributo al Rey Claudio. En cartas secretas escritas al Rey Inglés, Claudio
ordena a Inglaterra asesinar a Hamlet a su llegada.

Acto 4 Escena 4
Según su acuerdo previo, el ejército del joven Fortinbrás atraviesa pacíficamente
Dinamarca en su camino a luchar contra Polonia. Hamlet se critica a sí mismo por
su inacción.

En comparación con Fortinbrás, que prontamente toma medidas contra Polonia por
una trivial porción de tierra, Hamlet se siente como un cobarde holgazán. Hamlet
promete no pensar en nada más que vengar el asesinato de su padre, diciendo:
"'Oh a partir de este momento / ¡Sean de sangre mis pensamientos o no merezcan
sino baldón!'"

Acto 4 Escena 5
Polonio ha sido rápidamente enterrado sin la debida ceremonia. Su repentina
muerte a manos de la espada de Hamlet ha quebrado la cordura de Ofelia. La
trastornada doncella entra, cantando como una loca y tocando un laúd.
Laertes vuelve hecho una furia de París. Él ataca el castillo con una multitud de
seguidores, intentando derrocar al Rey y vengar el asesinato de su padre. En su
locura, Ofelia distribuye flores simbólicas al Rey, la Reina, y a su hermano. El Rey
Claudio insta a Laertes a calmarse. Una vez que conozca la verdad sobre el
asesinato de Polonio, Laertes verá que el Rey Claudio es inocente.

Acto 4 Escena 6
Horacio recibe una carta de Hamlet. El Príncipe le escribe diciéndole que ha sido
tomado prisionero a bordo de un barco pirata. Ricardo y Guillermo permanecen en
el buque original de Hamlet, con destino a Inglaterra. Horacio recibe órdenes de
entregar varias cartas adjuntas al Rey Claudio y dirigirse inmediatamente al lado de
Hamlet.

Acto 4 Escena 7
Laertes se entera que Hamlet, no el Rey Claudio, es el responsable de la muerte de
Polonio. El vengativo hijo exige saber por qué Hamlet no fue ejecutado por haber
cometido asesinato. Claudio sostiene que no podía imponerle la pena de muerte
porque la Reina y el país quieren mucho al joven Príncipe Hamlet. Al recibir las
cartas de Hamlet, Claudio y Laertes saben que el Príncipe regresará a Elsingor al día
siguiente. El Rey Claudio trama un plan que lo librará de su irritante sobrino. Al
mismo tiempo, la situación también le permitirá a Laertes una oportunidad para
vengar el asesinato de Polonio. Sabiendo que Laertes es un famoso espadachín,
Claudio organizará una competencia de esgrima entre Hamlet y Laertes. El florete
de Hamlet carecerá de filo, para proteger a Laertes, mientras que la espada de
Laertes estará filosa y envenenada, para matar a Hamlet. Debido a que la muerte
del Príncipe parecerá accidental, la Reina Gertrudis y Dinamarca nunca sospecharán
de asesinato. Claudio incluso propone un plan alternativo. Si el duelo arreglado
parece probable de fracasar, Claudio instará a Hamlet a beber de un cáliz
envenenado para refrescarse.

La Reina Gertrudis irrumpe con la fuerte noticia de que Ofelia se ha ahogado.


Trepada en un sauce para colgar guirnaldas de sus ramas, Ofelia cayó en la
corriente del río hundiéndose rápidamente. Como informa Gertrudis: "'A su
alrededor se extendieron sus ropas, / Y como una náyade la sostuvieron a flote
durante un breve rato; …Más no podía esto prolongarse mucho / Hasta que los
vestidos cargados con el peso de su bebida, / Arrastraron pronto a la infeliz / A una
muerte cenagosa'". Todo el mundo llora, especialmente Laertes, quien ha perdido
ahora a su padre y a su hermana.

Acto 5 Escena 1
Dos extraños payasos campesinos cavan la tumba de Ofelia y especulan si su
muerte fue un ahogamiento accidental o un suicidio. El médico forense ha
dictaminado la muerte de la doncella como un accidente y por lo tanto se le permite
una cristiana sepultura. Mientras los sepultureros charlan, Hamlet y Horacio
deambulan en el cementerio. Hamlet recoge un cráneo desenterrado y se pregunta
qué tipo de carácter tendría alguna vez. Hamlet pregunta a los sepultureros quien
va a ser enterrado, pero recibe enigmas en lugar de respuestas. El primer payaso
excava la calavera de Yorick, el antiguo bufón del Rey.

Recordándolo con cariño, Hamlet mira el cráneo y señala: "'Ay, pobre Yorick, Yo le
conocía, Horacio - tenía un humor incansable, una agudeza asombrosa...'"

El cortejo fúnebre entra y se reúne en torno a la tumba. El sacerdote se molesta con


Laertes por insinuar que la muerte de Ofelia fue un suicidio. Hamlet se sorprendió al
enterarse de que la bella Ofelia es el cadáver a ser enterrado. Laertes salta a la
tumba abierta para abrazar a su pobre hermana por última vez. Para no ser
superado en su amor y aflicción, Hamlet salta después de Laertes y empieza una
lucha. El Rey Claudio calma la rabia de Laertes recordándole su complot; ya se ha
organizado la competencia de esgrima arreglada y Hamlet va a morir.

Acto 5 Escena 2
Hamlet le cuenta a Horacio de su traicionero viaje por mar a Inglaterra.
Despertándose en la noche, Hamlet deambulando por las oficinas del capitán
encuentra una carta escrita por el Rey Claudio. Hamlet abrió la carta y descubrió
que era una orden en contra de su propia vida. El Rey Claudio había ordenado al
Rey de Inglaterra hacer que decapiten a Hamlet inmediatamente después de leer la
orden. Actuando rápidamente, Hamlet falsifica una nueva carta de Claudio, que
encargaba a Inglaterra ejecutar a los portadores de la carta, es decir a Ricardo y
Guillermo. Sellando la falsa misiva con el sello oficial de su padre, Hamlet volvió a
colocar su manuscrito en las habitaciones del capitán y escapó.

Hamlet lamenta su mal trato hacia Laertes y reconoce que la venganza de Laertes
contra él es similar a su propia venganza contra Claudio. El molesto cortesano
Enrique anuncia que Claudio ha organizado una competencia de esgrima entre el
Príncipe y el experto Laertes. Envidioso de la habilidad de Laertes con el florete y
deseoso de probarse a sí mismo, Hamlet acuerda competir. Horacio se siente
incómodo, pero el testarudo Príncipe ignora sus dudas.

La competencia empieza con trompetas, tambores, espadas, vino, cojines y la


multitud se congrega en el escenario. Hamlet pide disculpas por equivocarse con
Laertes en su locura, y Laertes superficialmente acepta su arrepentimiento. Cuando
empieza el duelo, el Rey Hamlet brinda con vino con Hamlet y secretamente
prepara el cáliz envenenado. Hamlet alcanza a Laertes con "'Una estocada, no hay
duda'" y Claudio, preocupado por el éxito de Hamlet, le ofrece la copa envenenada.
Hamlet se niega a beber. En lugar de ello, la Reina Gertrudis toma el cáliz y bebe
haciendo un brindis por la buena fortuna de su hijo. Laertes hiere a Hamlet con la
espada envenenada. En la refriega, intercambian estocadas y Hamlet corta a
Laertes con el arma envenenada. La Reina Gertrudis cae muerta por el cáliz
envenenado. En el tumulto, Laertes le confiesa a Hamlet que la espada, que hirió a
ambos, contenía un veneno mortal. Cogiendo el florete envenenado, Hamlet corta y
mata al Rey Claudio. Laertes y Hamlet se perdonan mutuamente y luego Laertes
muere. Con su último aliente, Hamlet invoca a Horacio contar su historia. Una
marcha a lo lejos se escucha y Hamlet sabe que el joven Fortinbrás viene
marchando a través de Dinamarca, en su viaje de regreso de Polonia. Debido a que
toda la línea de descendencia real ha sido masacrada, Hamlet utiliza su voz
moribunda para apoyar a Fortinbrás como el próximo monarca elegido de
Dinamarca. Finalmente Hamlet muere. Los Embajadores de Inglaterra llegan a la
escena, deseosos de decirle al Rey Claudio que su orden de ejecución se ha llevado
a cabo: Ricardo y Guillermo están muertos. Desalentados los engañados
embajadores, Horacio le revela que la orden fue falsificada. Los cadáveres reales
son recogidos y Fortinbrás le otorga a Hamlet una honorable procesión fúnebre de
soldado. Un testigo de toda la tragedia, Horacio promete contar la historia de
Hamlet al reino y al mundo.

"'Entonces haré saber al mundo que lo ignora


el motivo de estas desgracias. Me oiréis hablar
de acciones crueles, bárbaras, atroces:
que dictó el acaso, estragos imprevistos,
muertes ejecutadas con violencia y leve astucia
y al fin, proyectos malogrados,
que han hecho perecer a sus autores mismos.

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