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Recordemos que, cuando pasábamos revista a los principales y más arduos “agujeros” o
“vacíos” explicativos del Paradigma Neo-Darwinista dominante nos encontrábamos con su
patente y mal disimulada incapacidad teórica para justificar los hechos empíricos y la
abundante evidencia paleontológica en tres puntos concretos de innegable importancia a la
hora de describir un Modelo completo de la Historia Evolutiva del Devenir de las Especies
sobre este Planeta: El mecanismo de Selección Natural de las variaciones azarosas internas
de los caracteres hereditarios no permite comprender cómo han podido “reaparecer” y
“readaptarse” tras las Grandes Catástrofes o Crisis Ambientales generadoras de Extinciones
Masivas, ya sean globales o locales, los nuevos Ecosistemas Emergentes, igualando o incluso
superando en ocasiones el nivel de riqueza, madurez, complejidad y bio-diversidad de los
Ecosistemas anteriores, a modo de una asombrosa y regeneradora Explosión de renovadas y
más perfeccionadas formas de vida, altamente adaptadas cada una dentro de su nicho
ecológico a la naciente configuración estabilizada del entorno, sobre todo porque existen
amplias y repetidas pruebas fósiles y de otros tipos de que lo lograron en un periodo de
tiempo extraordinariamente “corto” a escala evolutiva, por completo incompatible con la tesis
de que la única y exclusiva dinámica de Evolución es la Selección Natural, pues ésta sólo
puede actuar muy lenta y gradualmente. Destacábamos entonces la famosa y enigmática
“Explosión Cámbrica” como ejemplo-tipo de tal contradicción, pero existen muchos más
casos detalladamente estudiados y demostrados por los investigadores, pues desde que tales
“anomalías” obligaron a biólogos y paleontólogos de la talla de Niles Eldredge y Stephen Jay
Gould a proponer su Teoría de la Evolución Puntuada, en torno a 1970, los descubrimientos
y pruebas objetivas favorables a que la Evolución de las Especies pasa por etapas más o
menos “breves” de “saltos bruscos y discontinuos” entre larguísimos periodos mucho más
“pausados” y “acumulativos” no han dejado de aumentar con aplastante persistencia. Estas
fases “aceleradas” de grandes “cambios rápidos” se hallan asociadas a los intervalos
inmediatamente posteriores a las Macro-Convulsiones ambientales, desde luego, pero no son
exclusivas de éstas: En realidad, el mismo fenómeno de la diferenciación primordial de
nuevas especies a partir de un tronco común no se ajusta tampoco a lo que cabría esperar si
el Modelo Darwinista puro de Selección Natural fuese enteramente único y suficiente. He ahí
la “tercera componente” del que yo llamo “El Triple Problema” del Neodarwinismo Clásico,
la Especiación. Por eso podemos bautizarlo también como “Problema de la Triple E”, de
Extinción, Explosión, Especiación. En mi primer estudio sobre la Evolución TET señalaba
cuáles eran las fuertes y en verdad demoledoras paradojas a las que conducía al respecto el
paradigma neo-darwinista “ortodoxo”, aludiendo a las brillantes, interesantes y originales
alternativas defendidas al respecto por varios científicos actuales, destacando entre ellas las
tesis sostenidas por dos catedráticos españoles de las Universidades Autónoma y
Complutense de Madrid, el Dr. Máximo Sandín y la profesora Nieves López Martínez,
respectivamente. Por tanto, no repetiré tales datos y argumentos aquí. Pero sí merece la pena
resaltar que, tan sólo unos pocos meses después de haber escrito aquellas líneas, ya se han
producido nuevos hallazgos que robustecen todavía más sus razonamientos: Un reciente
análisis efectuado por un prestigioso equipo de investigadores dirigido por el profesor del
Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Reading (Reino Unido) Mark Pagel,
acaba de demostrar que “la especiación se produciría como consecuencia de cambios
bruscos en el medio ambiente, y no por acumulación gradual de pequeños cambios
propia de la Selección Natural. En el artículo publicado en Nature en Enero de este mismo
año 2010, estos científicos explican que compararon cuatro modelos posibles de aparición de
nuevas especies, entre ellos el clásico y más “ortodoxo” neo-darwiniano de lenta variación
gradual de las mismas por pura Selección Natural con objeto de mantenerse en las mejores
condiciones posibles de adaptación al hábitat donde se encuentren – conocido como
“Hipótesis o Efecto de la Reina Roja, por razones que más adelante precisaremos – y otras
variantes matemáticas más refinadas pero basadas en él, además de otro que suponía un
esquema de diferenciación “saltatoria” o “puntuada”... Así, trataban de averiguar cual de
todos ellos explicaba de modo más exacto la tasa de aparición de nuevos organismos,
comparando las simulaciones numéricas de ordenador correspondientes con los datos
recogidos sobre dicho proceso en más de 100 grupos de especies tanto animales como
vegetales (abejorros, tortugas, zorros y rosas, entre muchos otros), metodología que no había
sido posible realizar hasta ahora por deficiencias en la capacidad de procesamiento de datos
detallados y potencia de cálculo de los programas informáticos disponibles. Los
investigadores analizaron la extensión de las múltiples ramificaciones de los árboles
filogenéticos de miles de especies pertenecientes a este centenar de grupos, con el fin
de estimar los periodos de tiempos entre los eventos de especiación. Posteriormente,
contrastaron el nivel de concordancia entre los resultados de las diferentes
simulaciones teóricas y los datos empíricos de los historiales evolutivos de cada uno de
los grupos. De esta manera, descubrieron que la Hipótesis Gradualista de la “Reina
Roja” se cumplía tan sólo en el 8% de los casos de árboles familiares, mientras que el
80% de ellos se ajustaban al modelo que postulaba la emergencia de nuevas especies
como producto de sucesos evolutivos bruscos, raros y aislados inducidos por el
entorno. Por tanto, parece haberse probado que el fenómeno de especiación se genera
por saltos evolutivos de gran envergadura, tras los que las nuevas especies detienen sus
transformaciones durante cierto tiempo (parece obvio que a causa de que el “misterioso”
mecanismo “acelerado” que desencadena tales “saltos” cesa de actuar, retornando el control
del proceso de Evolución al pausado y gradual ritmo de la Selección Natural, justo lo que
anticipaban los Postulados de la Teoría Neosintética de Evolución por Transferencia).
Según afirma el propio Pagel, “lo que demuestra este estudio es que la aparición de
nuevas especies está más relacionada con accidentes o eventos “raros” que suceden en
un entorno y ocasionan transformaciones en las distintas formas de vida que en él se
encuentran. Estos sucesos acaecidos en el entorno pueden ser, por ejemplo, la
elevación de una cadena de montañas o un cambio de clima...”; “... los resultados
apuntan – asegura – a que pensar en la Selección Natural como la causa de la
especiación podría tratarse de un error”.
Como nos dice el mismo profesor Benton: “... Creo que la explosión cámbrica es un
excelente ejemplo de evolución por el modelo de Bufón de Corte. Es el caso en el que
un cambio dramático del entorno físico tiene un profundo efecto en la evolución. Esto
no tiene nada que ver con sugerir que la selección natural es errónea, o que Darwin se
equivocó. Se trata simplemente de que los cambios dramáticos e inesperados, como el
que ocurrió entonces, pueden abrumar a los procesos normales de selección natural y
poner a cero el reloj evolutivo, como solía decir Steve Gould” – añade el científico – .
¡¡¡Esto significa que la Evolución tardó 3000 millones de años en “inventar” los
animales, y se “retrasó” tanto, entre otras cosas, porque las severísimas condiciones
atmosféricas, climáticas y geológicas de su entorno físico planetario se lo impidieron,
pero justo cuando éstas se tornaron más favorables, consiguió hacerlo en un plazo
récord tan fulminante e incomprensiblemente “breve” a escala geológico-evolutiva
como algo menos de 100 millones de años!!!
Está claro que con el Modelo “Reina Roja” y la Selección Natural como exclusiva hipótesis de
trabajo hay algo que no encaja ni a martillazos...
Se me podrá objetar: “Bien, de acuerdo, somos muchos ya los que nos hemos percatado de
que la parsimoniosa y gradualista evolución acumulativa por medio de la Selección Natural
no puede ser la única respuesta o panacea explicativa del devenir de los seres vivos sobre
este mundo, pero ¿existen algo más que indicios racionales de que su mecanismo alternativo
de Transferencia actúa real y efectivamente entre los organismos? ¿Hay alguna prueba
empírica material de que su Modelo es otra cosa que una más o menos lógica o elegante
construcción teórico-matemática? La Epigenética está muy bien, es muy estimulante y
sugerente, y podría explicar en los términos de su esquema los pequeños reajustes
adaptativos a escala micro-evolutiva, pero es insuficiente para fundamentar esos “grandes
cambios macro-evolutivos acelerados” como “respuesta a las más súbitas, intensas e
inesperadas Crisis ambientales que han golpeado la faz de la Tierra”...
Ante eso, humildemente pero no por ello sin firmeza, les respondo: Es cierto, no hemos
conseguido aún aislar y describir el proceso de Transferencia por Retro-Transcripción de
unidades sintónicas de ARN recombinante codificador de la Memoria Celular a escala
molecular en el laboratorio, pero hay por lo menos tantos indicios y evidencias indirectas del
fenómeno de la memoria celular como había en tiempos de Darwin de la acción de la
Selección Natural, y probablemente más. Aparte de ello, está demostrado, aunque no
complazca a los neodarwinistas ortodoxos intransigentes, que la Selección Natural por sí sola
no puede explicar la Evolución en las etapas de “catástrofes y cambios puntuales rápidos” ni
la especiación en sí misma, como acabamos de reafirmar por enésima vez. Y la Teoría TET, al
menos, ofrece una explicación lógica y plausible que complementa y salva las dificultades del
paradigma clásico darwinista, convergente además con los más avanzados y novedosos
modelos de simulación bio-estadística matemática al respecto.
Pero es más: Hace pocos años (2005), se produjo un descubrimiento que puede estar llamado
a revolucionar la Biología y la Genética Moleculares.., un descubrimiento que, adecuada y
creativamente interpretado, puede constituir la primera evidencia experimental concreta casi
directa de la actividad molecular de la Transferencia de Memoria Celular y sus implicaciones
evolutivas.
II
Ahora bien, todavía no hemos indicado si los descubrimientos de laboratorio del grupo de Orr
apuntan algo sobre cómo podría ocurrir lo mismo sustancialmente, pero a la escala mucho
mayor de los grandes Saltos Evolutivos Puntuados macroevolutivos desencadenados por las
Crisis Ambientales extremas, capaces de generar múltiples diferenciaciones de elevada
divergencia y complejización, más o menos “simultáneas” y a escalas de tiempo muy
superiores, de docenas o un centenar de millones de años, tales como la “Explosión
Cámbrica”, pero en todo caso inexplicablemente cortas para la Selección Natural. Es decir, si
de algún modo fundamentan mi Hipótesis de Evolución por Transferencia de caracteres
favorables codificados en la Memoria Celular.
En mi opinión, sí lo hacen. Es cierto que no llegan a describir de forma completa las bases
moleculares del proceso, pero sí nos dan una potente pista material o señal de él, objetiva y
verificable: Si recuerdan los investigadores de Rochester consiguieron identificar, entre
otros, tres genes implicados en el fenómeno de especiación cuya exclusiva función es
conformar y regular la función de transporte bio-molecular a través del poro nuclear de
las células, que en general denominamos genes NTC. Evidentemente, como ellos no
buscaban ni conocen el Modelo de Transferencia, no vieron ningún sentido aparente en
esta parte de los resultados de sus experimentos, al no llegar a establecer ninguna
conexión entre un mecanismo tan puntual y concreto como el trasiego molecular entre
el citoplasma y el núcleo y la especiación y, como buenos científicos, así lo
consignaron en sus informes.
III
Nos encontramos, por tanto, en uno de esos emocionantes, confusos pero subyugantes y
ricos momentos de la historia de cualquier campo del Conocimiento que podemos comparar
con un “Cruce de Caminos” conceptuales de primera magnitud: Contamos con dos
Paradigmas alternativos, aparentemente contradictorios, pero ambos lógicos cada uno a su
modo, y cada uno de ellos sólidamente afirmado por diferentes conjuntos de pruebas y datos
empíricos objetivos y rigurosamente contrastados. Además, ambos modelos teóricos
funcionan y logran predicciones razonablemente exactas y fiables, aunque a diferente
escala fenomenológica.
Análoga situación afectó a la Física durante la práctica totalidad del Siglo XX, y aun hoy por
hoy todavía no ha resuelto el tremendo dilema, a espera de que los inminentes, pero
exasperantemente frustrados por irritantes accidentes, experimentos en altísimas energías
del orden del Big-Bang del CERN, consigan por fin evaluar si la seductora y elegante pero por
ahora puramente matemática y especulativa Teoría M de Super-Cuerdas y Multiversos-Brana
en un Hiper-Espacio de 11 dimensiones es algo más que un bello y sugestivo conjunto de
ecuaciones o tras ellas existe una base empírica.
Pues bien, idéntica Crisis Paradigmática sacude en la actualidad a las Ciencias Biológicas y
del Comportamiento, con profundas derivaciones en especialidades de altísimo interés
humano, como la Bio-Medicina, la Sociobiología o las Neuro-Ciencias, Neuro-Psiquiatría
incluida.
En suma, las Ciencias de la Vida se debaten en esta primera década del Tercer Milenio en un
denso y profundo Choque de Paradigmas...
Por una parte, tenemos el clásico, veterano y hasta hace muy poco dominante e indiscutido
Paradigma Neo-Darwiniano, para el cual los caracteres adquiridos a lo largo del desarrollo
vital de los organismos individuales no se heredan, y la dinámica evolutiva se basa
únicamente en la ciega selección mecánica de las variaciones azarosas endógenas del
genoma, ya sean por puras mutaciones puntuales o procedentes de la variabilidad estadística
suplementaria lograda por la recombinación de genes y alelos operada en la meiosis de los
gametos o células sexuales, en función de su grado casual de adaptación a las condiciones y/
o cambios de las variables del medio ambiente donde éstos viven. La materia prima de la
Evolución de las Especies es, por ello, la variabilidad natural de factores genéticos en las
secuencias del ADN, y el Motor del proceso, la competencia entre individuos de la misma
especie y poblaciones de distintas especies cuyos genes o rasgos hereditarios presentan de
modo casual diverso grado de adaptación y por ende capacidad de reproducción exitosa en
las condiciones o alteraciones del entorno, mecanismo denominado Selección Natural. La
lenta, gradual y acumulativa acción de dichas tasas de reproducción diferencial en el seno de
las múltiples poblaciones que componen el ecosistema conducen poco a poco a las especies a
separarse en líneas genéticas diferentes, cada vez más ricas en los genes o alelos “más aptos”
para adaptarse al ambiente, hasta que así se van diferenciando nuevas especies o ramas
filogenéticas a partir de un tronco común.
La aplicación del Modelo Darwiniano a este fenómeno lleva de modo muy sencillo a adoptar la
llamada “Hipótesis o Efecto de la Reina Roja”.
El sugerente nombre de este Principio proviene del delicioso, simbólico e inteligente cuento de
Lewis Carroll “Alicia a través del Espejo”, curiosamente mi relato “infantil” favorito, la secuela
de “Alicia en el País de las Maravillas”. En él, los habitantes del País de la Reina Roja deben
correr lo más rápido que puedan, sólo para permanecer donde ya están, pues el País se
mueve con ellos.
• A escala Macroevolutiva:
• A escala Microevolutiva:
Puesto que los estudios de Van Valen se limitaban a analizar la Co-Evolución a nivel
de especies, no abordaron el tema de la reproducción y selección sexual.
Posteriormente, en 1982, el biólogo británico Dr. Graham Charlton Arthur Bell,
profesor de la McGill University (Montreal, Canadá), utilizó la Hipótesis de la Reina
Roja, empleando también el mismo término y citando a Lewis Carroll, pero sin
mencionar a Van Valen, para describir la dinámica de la Evolución Sexual. El
problema de partida es si el sexo aporta ventajas adaptativas según los principios
darwinianos, un tema que ya interesó al mismo Darwin y al que dedicó magníficos
esfuerzos. Desde el punto de vista de la Teoría de la Selección Natural, la mayoritaria
y abrumadora expansión del sexo como método reproductivo ha sido hasta hace pocas
décadas un auténtico enigma, pues, a excepción de los mamíferos y de forma muy
relativa, como ya se ilustró en mi trabajo anterior: “El Juego de la Transferencia
(Aplicaciones de la Teoría de Juegos al fenómeno de la Transferencia)”, en la
mayor parte de las especies sexuadas el macho apenas contribuye en nada a la
crianza o supervivencia de la progenie, por lo que la reproducción sexual debería
haber desaparecido por su alta ineficiencia promedio en razón a sus fuertes costes
biológicos. La respuesta a esta paradoja – argumenta Bell, radica en que la sexualidad
aumenta las probabilidades de adaptación al incrementar notoriamente la variabilidad
genética sobre la que puede actuar la Selección Natural. Y esto ocurre por dos causas:
En primer lugar, porque si una mutación ventajosa es seleccionada en un organismo
asexual, es imposible que en su misma serie de descendientes perduren otras líneas
genéticas alternativas que pueden ser tan sólo levemente menos favorables o tornarse
algo más por un pequeño cambio del entorno a medio plazo (a escala micro-evolutiva),
lo que reduce a la larga la capacidad adaptativa global de la especie. En segundo,
durante la meiosis de los gametos, se mezclan o recombinan alelos, lo que aumenta la
diversidad génica y por consiguiente las probabilidades de que se acumulen selectiva y
gradualmente múltiples variaciones ventajosas en una sola línea genética.
Este Modelo ha sido descrito matemáticamente en el marco de las Ciencias Sociales por el
físico, meteorólogo y psicólogo inglés Lewis Fry Richardson, quien, debido entre otras cosas a
su condición de cuáquero y por ello radicalmente pacifista, se interesó vivamente en el
análisis científico y racional de las causas y variables de los conflictos bélicos y la posible
predicción de sus ciclos de estallido, como método para intentar evitarlos, reducirlos o
dilatarlos en el tiempo.
Su planteamiento básico es que el motor principal del clima de hostilidades que predispone a
dos Estados-Nación o grupos de alianzas de ellos a la Guerra es el miedo engendrado por la
“percepción mutua” del riesgo que supone el fortalecimiento o ambición expansiva del
enemigo, motivado por la necesidad de primacía derivada de la competencia por la
disponibilidad de los recursos naturales limitados. Definió éste como “factor de amenazas del
entorno” o de “reacción contra el enemigo”. Así, se trata de un fenómeno sinérgico o
“acoplado” de inducción mutua, en la que si uno de los bandos observa que el adversario
exhibe una nueva arma más poderosa, tratará de compensar su momentánea desventaja
desarrollando, copiando o robando otra de similar alcance ofensivo o defensivo... y así
sucesivamente. Resulta patente que esta dinámica de acción-reacción competitiva, gradual y
continua, acumulativa y auto-acelerada por inducción mutua es formalmente equivalente al
Modelo de Especiación Co-Evolutiva tipo Depredador/Presa o Parásito/Huésped por la
Hipótesis darwinista de la Reina Roja. Para mayor convergencia entre ambos procesos, el
inteligente Richardson estableció que tal ímpetu agresivo u ofensivo/defensivo se ve frenado
por los costes producidos por el severo esfuerzo que suponen para la economía, la
administración y el bienestar social los gastos militares y sus efectos colaterales, tales como
el condicionamiento belicista de la opinión popular, el reclutamiento prolongado forzoso, la
militarización de la comunidad, etc. A esto lo llamó “factor de fatiga”. Por otro lado, existen a
su vez otras variables que aumentan o disminuyen según los casos el nivel de belicosidad y
por ende de variación de la inversión y desarrollo en armamentos, tales como las “quejas,
agravios, deseos de revancha y ambiciones particulares o de los sectores dirigentes de cada
Estado-Nación”, que hacen crecer aún más o disminuir la velocidad de la carrera
armamentística en función de tales variantes históricas, culturales, socio-políticas o
religiosas. Denominó a estos últimos “factor de tensión o diplomático”.
dM1/dt = r1 M2 – f1 M1 + d1
dM2/dt = r2 M1 – f2 M2 + d2
(1)
En el cual:
Como es evidente, las variables del Sistema M1 y M2 y los coeficientes de Reacción y Fatiga
han de ser estrictamente positivos, pero los coeficientes de Tensión o Diplomacia pueden ser
negativos (si las relaciones inmediatamente anteriores y actuales entre los dos países o
bloques son básicamente amistosas por razones históricas, religiosas, raciales, ideológicas o
culturales o si comparten alguna “ligadura cooperativa” o interés económico-estratégico en
común, sobre todo un tercer poder rival de ambos a la par) o positivos (si estas “relaciones
de contorno” son conflictivas).
La analogía con la dinámica evolutiva tipo Reina Roja es todavía más estrecha si se considera
que los parámetros de Reacción, Fatiga y Tensión son constantes para cada Estado-Nación a
lo largo de todo el proceso, justo como demostró Van Valen en su famosa Ley de Extinción.
Por eso él mismo describió como el mejor ejemplo de su Modelo las “Carreras de Armamentos
Predador/Presa” o “Huésped/Parásito”, pero en verdad su validez es general para toda clase
de relación trófica darwiniana de fundamento competitivo.
Volviendo a Richardson, sus ecuaciones reflejan con buena precisión y recogen todas las
etapas y aspectos de múltiples conflictos históricos dentro de su rango de aplicación, desde el
devenir de la Guerra Fría entre la OTAN y el Pacto de Varsovia a las masivas carreras
armamentísticas en Oriente Medio o la trágica guerra de 30 años en el Sudeste Asiático.
Además, gracias a estos análisis, se puso de manifiesto otra excelente capacidad del Modelo:
Logra prever si una Carrera de Armamentos bajo unas condiciones dadas progresará en
forma creciente o decreciente, y asimismo si alcanzará un nivel mutuamente aceptable para
ambos rivales, lo que equivale a una Solución de Equilibrio. También permite averiguar si,
una vez establecido el Equilibrio, al ser éste perturbado por alguna razón o evento aleatorio
(un incidente diplomático, inestabilidad político-económica, escaramuza periférica o trágico
error de seguridad, por ejemplo), la nueva fase de Carrera Armamentística reiniciada tenderá
a volver a un nuevo Estado de Equilibrio, esto es si el proceso global conduce a un Equilibrio
Estable o Estacionario o si entonces se alejará indefinidamente de él en una espiral creciente
y aterradora, que en el modelo matemático “tiende a infinito”, lo que equivale al estallido
efectivo de la “Guerra Caliente” y directa en el escenario real, naturalmente. A finales de
1970, Michael D. Wallace comprobó que, tal y como postuló Richardson más de tres décadas
antes, casi toda guerra moderna va precedida por una escalada de carrera de armamentos
inestables. Utilizando una definición de carrera armamentística algo más refinada
técnicamente que la de Richardson, pero por completo basada en su Modelo, demostró
matemáticamente que de 28 disputas internacionales graves ocurridas entre 1816 y 1965,
todas ellas precedidas por carreras de armamentos, 23 debían acabar en guerra abierta, por
presentar soluciones inestables, y sus cálculos coincidieron con pasmosa exactitud con los
datos históricos reales. Por el contrario, de 71 conflictos acontecidos en el mismo periodo, sin
verse antecedidos por una escalada armamentística, solamente 3 desembocaron en una
guerra. (Según la analogía formal entre estas dinámicas y los sistemas biológicos evolutivos,
a la luz de mi Teoría, estos tres tendrían que ser producto de “Crisis repentinas y bruscas de
alta intensidad” y los otros 71 lo mismo, pero en ellos no se habría llegado a superar el
mínimo “estímulo umbral de perturbación necesario”. Curiosamente, esta deducción
concuerda con los datos del trabajo de Wallace. (Ver “Bibliografía y Referencias”)
Otro ejemplo sirve también para ilustrar esto: En 1976, W.Ladd Hollist analizó cuatro
carreras de armamentos mediante el Modelo de Richardson, contrastándolo con los datos
sobre gastos militares extraídos del SIPRI (Instituto Internacional de Estudios sobre la Paz de
Estocolmo); Estas cuatro escaladas, todas ellas estudiadas por el autor entre 1948 y 1973,
fueron protagonizadas por USA-URSS, India-Pakistán, Irán-Irak y Egipto-Israel. Según los
resultados matemáticos, la primera conducía a Solución Estable, y las otras tres a
Inestabilidad de Espiral “Infinita”, en otras palabras, estallido final de conflagración directa.
En el momento de publicar su artículo, las predicciones eran correctas en todos los casos
menos el de Irán-Irak, pero tan sólo tres años después, esta guerra estalló en realidad, y de
forma muy violenta, duradera y sangrienta: La carrera armamentística Irán-Irak había sido
“meta-estable” hasta finales de los 60, pero al finalizar los 70, bastó la “perturbación” de un
cambio de régimen en la antigua Persia para desencadenarla con rapidez, como había
predicho la teoría. El posterior desarrollo de los eventos históricos, en el caso del final de la
Guerra Fría USA-URSS de modo espectacular, no hace más que reafirmar la solidez del
Modelo de Richardson.
Por cierto, puesto que al Equilibrio Estable de la Guerra Fría o “Equilibrio del Terror”, como
acertadamente se le bautizó también, se le conoce en inglés por el acrónimo MAD (irónico
juego de palabras entre “loco” y Mutual Assured Destruction), llamaremos de ahora en
adelante a nuestra hermosa, salvaje, a su manera eficiente y despiadada “Reina Roja”
darwinista Reina Roja MAD..., cuya vieja, poderosa y sabia estrategia acompaña la incesante
carrera de competencia y diversificación filogenética de las especies desde el Amanecer de la
Vida... Una sabiduría y una estrategia desalmada pero casi perfecta y, a su modo, bella: La
eliminación de los débiles, de los “menos aptos”, de todos aquellos que “no pueden correr a la
vez que todo el País” y, si pretenden avanzar, “ir de un sitio a otro, han de correr el doble de
rápido”, por expresarlo en los poéticos y evocadores términos de Lewis Carroll.
Contemplemos a continuación con un poco de más detalle los arcanos de su tremendo poder,
firmemente asentado en el Principio de Acción/Reacción del Terror Mutuo.
Escribiremos ahora el Sistema de Richardson (1) aplicado al Modelo Reina Roja de Carrera de
Armamentos Depredador/Presa y similares, utilizando una nueva simbología biológica:
dFD/dt = rD FP – cD FD + bD
dFP/dt = rP FD – cP FP + bP
(2)
Donde:
Por razones obvias, las variantes del Sistema o niveles de Acción/Aptitud “Fitness” de ambas
especies son magnitudes positivas, y sus coeficientes de reacción y costes adaptativos
siempre adoptarán valores positivos, pues representan tasas medias o frecuencias de
población. En el caso del Modelo Depredador/Presa o Parásito/Hospedador, esta condición
se extenderá también a los coeficientes de “enlace” o “afinidad inter-específica” entre ambas
especies, ya que es imposible que un Depredador presente una “relación” favorable o no-
hostil hacia una Presa o viceversa, pues, por definición, el incremento o mejora de Aptitud de
una de las Poblaciones va siempre en detrimento del de la otra. Igual ocurrirá en el Modelo de
Competencia Perfecta de dos especies por un recurso común. Pero en las relaciones de
neutralismo o cooperativas, como la simbiosis por ejemplo, estos factores se tornarán ambos
nulos o los dos negativos aunque no necesariamente del mismo tamaño, respectivamente. En
cuanto a otra clase de relaciones tróficas, como el comensalismo, uno será positivo y el otro
negativo a la par, y en el amensalismo uno positivo y el otro cero. No debemos pensar que en
este tipo de interacciones, aunque se hallen previamente establecidas en “equilibrios
cooperativos o neutros” presuntamente estables no puedan darse “carreras de armamentos”:
En el momento en que, por cualquier más o menos ligera perturbación ambiental, la
variabilidad génica potencial de uno de los “socios”, “huéspedes” u “hospedadores” del par de
poblaciones en cuestión permita seleccionar una línea hereditaria que exhiba un nuevo
carácter o “arma” potencialmente “ofensiva” hacia el otro – por ejemplo una “innovación”
metabólica, morfológica, fisiológica o de simple conducta que rompa el equilibrio y haga
cobrar ventaja a un huésped anteriormente inocuo (comensal) contra su hospedador
(transformándolo aunque solo sea en posible parásito) – la escalada ofensiva/defensiva se
iniciará. Esto sería el equivalente a una “ruptura de buena vecindad más o menos
indiferente” o de “alianzas” por algún incidente diplomático o político serio entre dos naciones
en el Modelo de Richardson. Pero, de todas formas, los citados coeficientes de “enlace”
dependerán del tipo de relación inter-específica existente entre ambas especies y, al igual que
los otros cuatro parámetros, los consideraremos constantes a lo largo de cada “carrera” o
“proceso co-evolutivo” sometido a condiciones ambientales sustancialmente estables, según
la Ley de Extinción de Van Valen, que es el marco adecuado de aplicación de la dinámica de
la Reina Roja.
Bajo estas premisas, la Solución General de Equilibrio del Sistema Reina Roja MAD
(obtenida igualando a cero las en (2) las variaciones temporales de las Acciones/Aptitudes o
ambas ecuaciones a la vez):
(3)
Este punto de intersección o Punto Crítico de Equilibrio entre las dos Funciones de
Acción/Reacción o Aptitud Competitiva del Depredador y la Presa – o, en general, las
dos especies implicadas en la Co-Evolución interactiva darwiniana controlada por el
Efecto Reina Roja – representa una Solución Estable o Equilibrio Dinámico Estacionario
si y sólo si los coeficientes de “enlace” o “relación interespecífica” son competitivos u
hostiles (ambos positivos) y, además, el producto de los factores o coeficientes de coste
supera al de los respectivos parámetros de reacción adaptativos. En caso contrario
(coeficentes de “enlaces interespecíficos” negativos o cooperativos y producto de
costes menor que el de reacciones), la Solución se torna Inestable, o de Equilibrio
Metaestable. Como en el caso de un patrón competitivo u hostil los coeficientes de
“enlace” son siempre mayores a cero, podemos concluir de modo genérico que, en
cualquier dinámica de Co-Evolución o diferenciación-especiación darwiniana, obediente
al esquema de la Reina Roja, cuando el producto de costes de “rearme reactivo”
adaptativo supera al de ganancias de acción/aptitud o “fitness” implicado en dicho
proceso, la “carrera de armamentos” converge en un Estado de Equilibrio Dinámico
Estable entre ambas poblaciones, cuyas Funciones temporales FD(t) y FP(t) de
Acción/Reacción responderán a oscilaciones sinuosidales de relativamente “baja”
amplitud en torno a las “coordenadas” de dicho punto, y en el “espacio de fases” que
representa las variaciones de efectivos o “armas” o niveles de aptitud/fitness de una
población frente a otra, FD(FP), curvas cerradas estables centradas en él, como ya
sabemos por el análisis realizado en mi anterior trabajo “Modelo Bio-Matemático de la
Turbo-Evolución por Transferencia” (Sección II.3). En éste se estudiaban las ecuaciones
diferenciales lienalizables del Modelo Simple de Variaciones de Población acopladas
Depredador/Presa, pero los resultados no son nada sorprendentes, pues ambos
escenarios se cimentan en el mismo principio darwinista de competencia biológica y
“supervivencia del más apto” regido por la Selección Natural gradualista y continua, el
Gran Método de la Mecánica de la Reina Roja. Si, en la opción opuesta, el producto de
factores de coste es inferior al de ganancias por incrementos de acción/fitness entre
ambas poblaciones, el Sistema se ve abocado a Soluciones Inestables: O bien se
obtendrá una “espiral descendente” de la aparición de nuevos caracteres adaptativos
para “carreras” o procesos co-evolutivos situados por debajo de la “recta isoclina de
equilibrio” o una “espiral de escalada infinita” creciente desbocada por encima de ella,
que empuja inexorablemente al estallido de una “Guerra Biológica Total”. En la primera
de estas opciones la interpretación lógica supone que ambas especies han logrado
perfeccionarse tanto en sus dotaciones o estrategias de conducta ofensiva y defensiva
interespecíficas que ya no pueden seguir “rearmándose” más, de manera que
permanecen estáticas en sus proporciones de población de equilibrio demográfico tipo
Depredador/Presa establecidas en el último “doble cambio acoplado” entre ambas, o al
menos mientras las variables del medio permanezcan esencialmente fijas respecto a
sus probabilidades de supervivencia y modos de vida. (Posibilidad bastante extraña en
el mundo natural pero posible, piénsese en la “estrategia-colmena” de los insectos
sociales o el caparazón de las tortugas gigantes, por ejemplo, básicamente inalterados
durante desmesurados periodos de tiempo a causa de su “máximo éxito” o eficiencia
evolutiva). La segunda implica que una o ambas poblaciones extinguirá a la otra o se
extinguirán mutuamente, ya sea porque los Depredadores acaben con todas sus Presas
y deban recurrir a otras, lo que de todos modos les generará mayor o menor quebranto,
del que quedarán muy perjudicados o no lo superarán a corto-medio plazo si estaban
muy especializados, o a causa de que las Presas lograrán “acorazarse” o “protegerse” de
tal manera extrema que se tornarán “invulnerables” o muy difíciles de cazar por parte
de los Depredadores, en cuyo caso éstos se ven muy menguados o se extinguen. Aunque
se antoje paradójico, esto último no siempre beneficiará a la larga a sus Presas:
Reducida a la irrelevancia o desaparecida su especie predadora principal, si otra ocupa
su nicho ecológico de forma ventajosa – y este tipo de “evolución oportunista
sustitutiva” es muy corriente en ecosistemas maduros y complejos, sus nuevos
cazadores pueden ser mucho más eficientes y letales para ellos, sobre todo si, debido a
una prolongada co-evolución anterior contra las ofensivas sucesivas de los anteriores,
la especie de Presas se ha “especializado” demasiado en su pugna adaptativa y
selectiva contra ellos, lo que ahora las deja inermes frente a otras “armas” o estrategias
depredatorias diferentes o más potentes.
La Reina Roja MAD es cruenta pero sabia: Como hace nada menos que 25 siglos sentenció el
gran filósofo y estratega chino Sun Tzú, en su inmortal “Arte de la Guerra”: “La Guerra es
el Tao del Engaño”, y no se puede engañar a un enemigo si este no ha ido creciendo
gradual y reactivamente contra ti. O, como escribió el mismo general Sun Tzú de forma más
explícita: “Por tanto os digo: Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien
batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti
mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu
enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla”.
En este sentido, y los Estados Unidos y Occidente en general lo sabemos bien, “no hay mejor
enemigo que el enemigo íntimo, el enemigo conocido” Y si no, que le pregunten a los militares y
servicios de inteligencia norteamericanos o de la OTAN si preferirían seguir inmersos en la
Vieja Guerra Fría frente al “tradicional” adversario soviético o pugnar contra Al Qaeda...
Sobran palabras. La Reina Roja nos gobierna, al menos la mayor parte de nuestro tiempo
evolutivo como especies, queramos o no..., y hasta un pacifista cuáquero como Richardson
acabó rindiéndole involuntario homenaje. Porque, al igual que Darwin, era, ante todo y sobre
todo, un científico. Su honradez y valentía intelectual les honra a ambos.
Pero noten que he dicho “al menos la mayor parte del tiempo”, no “siempre”: Durante los
prolongados y “monótonos” periodos de “estasis” de los ecosistemas o baja oscilación global
de patrones ambientales, la micro-evolución y la macro-evolución de las especies y familias
de especies opera parsimoniosa, dosificada y paulatinamente de acuerdo con el patrón de la
Reina Roja, al estilo de la Selección Sexual y una ininterrumpida sucesión de espirales
descendentes, ciclos estacionarios de escaladas armamentísticas acopladas entre las
poblaciones competitivas y más o menos frecuentes explosiones de “guerras biológicas” de
extinciones o semi-extinciones y sustituciones entre los bien asentados y estables nichos
sometidos a probabilidades de supervivencia aproximadamente constantes, de acuerdo con la
Ley de la Selección Natural,sin que el grado de madurez, biodiversidad y complejidad de los
ecosistemas varíe de manera notable, e incluso permaneciendo inalteradas o poco alteradas
algunas de las especies más especializadas y adaptadas y conservándose las probabilidades
medias de supervivencias de las grandes familias orgánicas básicamente inmutables de
acuerdo con la Ley de Van Valen. Existen discretas, lentas y acumulativas innovaciones,
reajustes y mejoras, impulsadas en especial entre los organismos superiores por la
variabilidad adicional del juego recombinante de la meiosis de los gametos y la sinergia de
“rearme” de las “guerras de armamentos” entre sus poblaciones en competencia. A este
último nivel macroevolutivo, brotan diferenciaciones o especiaciones de pequeño o moderado
grado de radiación filogenética, que apenas llega de ordinario a producir nuevas especies en
el sentido pleno de la palabra más allá de en un 8% de las poblaciones presentes, reduciendo
sus efectos por lo común a generar a lo sumo “variedades” o “sub-especies” aun facultadas
para reproducirse, engendrando entre ellas como máximo híbridos estériles sin llegar a ser
éstos inviables.
Esto se mantiene así a lo largo de la inmensa mayoría del transcurso del vasto y paciente
Tiempo Geo-Evolutivo.
Esta “relativamente tranquila y atemperada” dinámica que mantiene al “País Mágico” del
Juego de la Vida “corriendo a la par que todos sus habitantes” bajo el Imperio de la Reina
Roja MAD, dirige la Evolución de las Especies en virtud de una fórmula compuesta a partes
iguales de Persistencia, Continuidad y Tiempo..., al ritmo armónico y pausado pero
infatigable e infalible del Péndulo de la Selección Natural.
Es el Reloj de Darwin, y controla el Pulso del Devenir de la Vida más del 90% de su existencia
durante Periodos enteros de relativa “Calma Planetaria”.
Y es una grandiosa y útil idea, que funciona perfectamente dentro de su marco taxonómico-
temporal, cuyos límites superiores son las Familias de organismos y los Periodos
Cronológicos.
Si tales Crisis de alto, intenso y rápido impacto y variabilidad ambientales son locales y
breves, los procesos de reajuste por Epigénesis y las “reservas del fondo potencial de
emergencias” de los mecanismos de “impulso meiótico” bastan para salvar la situación a
nivel micro-evolutivo...
Sin embargo, cuando la Fase Paroxística y Convulsa afecta a escala terrestre, sus fenómenos
o las consecuencias de éstos se prolongan durante todo un tránsito entre Periodos – en torno
a los 100 millones de años – tal como un cambio climático global, grandes transformaciones
telúrico-tectónicas o la caída de un meteorito gigante con su aterradora secuela de “efecto
invierno nuclear”, todos los sistemas Co-Evolutivos son catapultados de golpe fuera de sus
límites de equilibrios estables o metaestables casi “simultáneamente” desde la cima hasta la
base de las pirámides y redes tróficas... Los Ecosistemas se desploman y se desencadena una
Gran Extinción...
En estas coyunturas, entre el 95 y el 99% de las especies desaparecen... Como bien decía
Gould, “el Reloj de Darwin vuelve al Punto Cero...”
Mas, afortunadamente, una ínfima minoría de poblaciones, “los más aptos entre los más
aptos” logran responder a la monstruosa Presión Adaptativa de tan funestos estímulos y
ponen en marcha a tiempo el Mecanismo Maestro de la Turbo-Evolución por Transferencia
masiva TET de caracteres de Memoria Celular, potente Motor Oculto de la Co-Evolución
Puntuada y Discontinua a “grandes saltos breves y espectaculares” tipo “Explosión
Cámbrica”...
Dicha dinámica tan sólo domina el Juego de la Vida de modo “fugaz”, en los Tránsitos
Cataclísmicos entre Periodos separados por Macro-Crisis Planetarias, pero su acción es
crucial y salvadora, pues consigue “volver a dar cuerda y acelerar” el Reloj de la Evolución
hasta conseguir “saltar el bache” y poner en marcha nuevos Ecosistemas emergentes y re-
adaptados a partir de renovadas, ultra-transformadas y perfeccionadas especies ocupantes
de sus diferentes nichos.
Después, la Reina Roja vuelve a tomar el timón principal, como dicta el Principio de
Economía que gobierna toda la Naturaleza.
IV
Antes que nada, aclaremos lo del metafórico y jocoso “nomenclátor”: “Bufón de Corte” alude
a que los bufones se dedicaban al halago de los poderosos, y para su complacencia siempre
repetían sus mismos números o actuaciones favoritas, a menos que se vieran forzados por
una catástrofe como una guerra, revolución, cambio dinástico o de régimen. En cuyo caso,
reaccionaban con la rapidez e inteligencia astuta de los oportunistas, variando sobre la
marcha el repertorio para adaptarse a sus nuevos señores o soberanos y de esta manera
conservar sus privilegios o simplemente sobrevivir, y después proseguir sometidos a la
misma pauta, fieles al renovado repertorio con objeto de alimentar la vanidad de los recién
ascendidos al trono.
El límite mínimo que determina la “transición de fase” entre las dos dinámicas posibles de
Especiación/Diferenciación y sus correspondientes procesos Co-Evolutivos empieza a ser
conocido empíricamente gracias a las últimas investigaciones avanzadas de grupos de
científicos como los equipos de Mark Pagel y Allen Orr: La Especiación o diversificación
filogenética controlada por el esquema Reina Roja funciona en la mayoría de las ocasiones
tan sólo hasta el grado de diferenciación máximo equivalente a la aparición de variedades o
sub-especies derivadas de un tronco común inmediatamente anterior que pueden seguir
reproduciéndose entre sí y engendrando híbridos viables aunque estériles. Únicamente es
responsable de especiaciones de mayor envergadura en torno al 8% de los casos. Hasta este
momento, la Selección Natural de Darwin domina por completo el escenario de Juego, tan
sólo complementada por los modestos cambios por Epigénesis que representan micro-ajustes
complementarios, probablemente ligados a procesos aun no bien aclarados tampoco por el
Modelo Neo-Darwiniano clásico como la “rápida” diversificación en múltiples razas o etnias a
veces con secundarias pero notables diferencias morfológicas, como ocurre con los perros y,
en menor medida, los humanos, pero no dejan de ser micro-adaptaciones a reducidas
variaciones climáticas o ecológicas en general dentro de un intervalo demasiado breve de
tiempo como para permitir alteraciones significativas en las condiciones del Ecosistema
Global. Más allá de este punto, los más o menos moderados cambios locales en el entorno o
fenómenos como las migraciones sobrepasan la “elasticidad” del lento y gradual mecanismo
selectivo-competitivo de la Reina Roja y disparan los “saltos” estilo Bufón de Corte en la
mayor parte de las especies. En consecuencia, la magnitud de los reajustes epigénicos se
incrementará varios órdenes, y las “maquinarias turbo-evolutivas” más poderosas, como el
Conflicto Intergenómico y, a mayor escala, la Transferencia de Memoria Celular o Evolución
TET se liberan, produciendo como mínimo resultado la separación de las dos sub-especies
originales en dos linajes filogenéticos que, aunque todavía puedan cruzarse entre sí por no
divergir en exceso desde el punto de vista morfológico o etológico, ya no logran obtener
descendencia viable, por lo que, técnicamente, pueden considerarse especies distintas. Este
Tránsito Crítico de Fases entre las dos dinámicas, la cesión temporal de la batuta de Director
desde las manos de la Reina Roja a su Bufón de Corte, viene señalado por el “marcaje”
genético de la activación masiva de los Genes Drivers que dirigen las variaciones por
Conflicto Intergenómico y la sobre-actividad de aquellos que controlan el fenómeno de
Transporte a través del poro nuclear, esenciales para promover el intenso tráfico masivo de
unidades biomoleculares activadoras de los cambios epigenéticos y de ARNs de Transferencia
que implican los mecanismos retro-transcriptores de los supuestos complejos sintónicos
ARN-péptidos específicos del código de la Memoria Celular.
A partir de entonces, los “Saltos” del Bufón de Corte dominarán el Juego de la Diferenciación
Filogenética/Especiación/Co-Evolución...
Hasta que “no demasiado después” en términos relativos – unos pocos cientos de miles de
años en los Tránsitos de Inestabilidad Ambiental Local a escala microevolutiva y alrededor de
100 millones de años en los grandes Tránsitos Catastróficos Globales – el intervalo de
cambios tumultuosos se vuelva a estabilizar y un nuevo y largo periodo de estabilidad
esencial regido por la monótona constancia de las variables del medio devuelva el Poder a
manos de la Reina Roja y los procesos de diversificación retornen al monótono y pausado
ritmo de la citada Soberana, sus Equilibrios MAD tipo “carrera de armamentos” y sus
“probabilidades fijas de extinción” en su “techo dinámico” taxonómico de Familias orgánicas
que pone de manifiesto la Ley de Van Valen.
Ni mucho menos... Pasemos revista a algunas de las muchas otras evidencias que lo
corroboran.
Sabemos, por ejemplo, que el último Super-Continente Pangea empezó a quebrarse hace
unos 250 millones de años. Pues bien, la posterior deriva sobre la corteza terrestre de los
fragmentos continentales separados a partir de él ha resultado decisiva en los grandes
eventos de la Macro-Evolución de las Especies a partir de entonces; De hecho, cualquier
botánico, zoólogo o ecólogo, al estudiar la flora, fauna y ecosistemas de gran parte de
Sudamérica y Australia, tiene la emocionante impresión de encontrarse describiendo la
biología de otro planeta habitable en algún remoto Sistema Estelar alienígena: Tanto en el
primer caso – ornitorrincos, koalas, emús, canguros, wombats, cucaburras... – como en el
segundo – pirañas, anacondas, llamas, tapires, vicuñas... – por no hablar de la colosal y
sorprendente bio-diversidad exuberante de especies vegetales, deben su prodigiosa riqueza y
“exotismo” a que ambos territorios son o fueron, respectivamente, islas durante el último
centenar de millones de años.
En el mismo sentido, los taxonomistas saben hace mucho tiempo que el “sentido común”
guiado por la apariencia morfológica e incluso fisiológica superficial no es un buen consejero
a la hora de clasificar a los organismos por sus relaciones de parentesco filogenético. Así,
como muestra, destacaremos que el damán, un pequeño animal africano al que cuesta
distinguir de una rata, se agrupa junto al elefante en una de las grandes ramas evolutivas de
los mamíferos, la de los afroterios. Los seres humanos, los delfines y las vacas compartimos
otra importante ramificación con las ratas propiamente dichas (los boreoterios) y, por último,
la tercera (los desdentados) es ocupada por el armadillo y el oso hormiguero. Todo esto se
halla sobradamente demostrado por métodos paleontológicos, genéticos y bioquímicos. Esta
es la causa, por ejemplo, que justifica que nuestra proteína de insulina sea prácticamente
idéntica en su estructura y secuencia de aminoácidos a la procedente de las vacas, lo cual es
un buen consuelo para los diabéticos; Y la causa de esto es asimismo la arrolladora
influencia modeladora de los grandes fenómenos geo-tectónicos en la Macro-Evolución a gran
escala de los seres vivientes: En efecto, tan curiosas clasificaciones o rutas filogenéticas son
consecuencia de que el tronco común de los mamíferos originales se separó físicamente en
tres grupos hace 100 millones de años, cuando las actuales África, Sudamérica y Eurasia se
escindieron a partir de un continente primitivo único.
En los últimos años, los geólogos también han hallado fuertes correlaciones entre la bio-
diversidad del plancton y la temperatura de las aguas oceánicas en cada época; De esta
forma, el enfriamiento oceánico sufrido en los últimos 70 millones de años se vincula a una
gran radiación de linajes filogénicos de diferentes foraminíferos, los principales microfósiles
marinos. Por el contrario, existen claras pruebas de la disminución de la riqueza en Géneros
e incluso Familias enteras de organismos a lo largo de las épocas de calentamiento global que
han afectado a los océanos.
Aquí tienen – por consiguiente – a nuestro Bufón de Corte Saltarín... Él sólo reina
absolutamente en las “fugaces” Transiciones desencadenadas por las Grandes Catástrofes
geológicas, climáticas, tectónicas o cósmicas que, de vez en cuando, asolan nuestra Tierra,
cuando el “Reloj de Darwin” retrocede a “casi cero”, los Ecosistemas se desploman uno tras
otro y los Jinetes de un nuevo Apocalipsis invocan el Espectro de otra Gran Extinción sobre
nuestro Mundo... Pero, a pesar de que, tras ser restaurada la calma, siempre cede, entre
galante y zalamero, su provisional trono a una nueva encarnación de su fría, bella y terrible
Reina Roja MAD, quien gobierna con su cetro de hierro más del 95% del Tiempo de Juego de
la Evolución de la Vida, a su manera, su Poder y trascendencia es tan enorme y crucial como
el de Ella, puesto que, sin sus creativos, raudos, oportunistas y rápidos brincos, los Abismos
no serían salvados, y nada ni nadie se encargaría de “volver a poner en hora” el Reloj
Darwiniano, y este curioso, despiadado pero magnífico, raro y valioso epifenómeno del
Devenir del Universo que conocemos como “Vida” habría desaparecido de la faz del Planeta
tras la primera Crisis Global sobrevenida en su accidentada y anciana Historia...
Sí, sus “saltos y cabriolas” quizás se antojen desgarbados y grotescos, pero también son
imprescindibles para sostener el viejo y tenaz milagro de la supervivencia y evolución de las
Especies y, por ello, son tan grandiosos, hermosos y admirables como la continua,
implacable, parsimoniosa y suntuosa Danza de Lucha, Placer y Muerte de la Reina Roja...
Por esta razón, no debe ser más tiempo ignorado por la Ciencia..., aunque moleste a los
“ortodoxos” de un nuevo Dogma Infalible..., concepto de por sí incompatible con cualquier
conocimiento positivista, como el mismísimo Charles Robert Darwin hubiera sido el primero
en defender..., por supuesto inocente y muy por encima de los excesos y disparates
intelectuales cometidos en su nombre...
Sobre todo porque, además, el Bufón de Corte Saltarín es, a su propio estilo, tan sabio y
cruel como Su Soberana... Pues es Neo-Lamarckiano, sí, en efecto, ya que su estrategia se
soporta en la inserción en el código hereditario de caracteres o modificaciones de ellos
adquiridos, pero únicamente otorga sus favores a “los más aptos entre los más aptos”...
Y, consecuentemente, sigue siendo en lo más profundo de su ser tanto o más Darwiniano que
Su Señora...
Sin embargo, nadie hasta ahora ha intentado modelar matemáticamente su patrón dinámico,
puesto que no se había elaborado aun ninguna teoría sobre el mecanismo íntimo que la
mueve, en especial a nivel macroevolutivo.
T = tR Ln[E(fb)]
(4)
E(fb) = exp(T/tR)
FD/FDo = exp(TP/tPR)
FP/FPo = exp(TD/tDR)
Por otro lado, como ambos procesos han de presentar una sinergia de mutuo reforzamiento
al describir un proceso Co-Evolutivo, se cumplirá el que definimos como:
Esto es:
TD = TP
(5)
Sustituyendo según estos nuevos parámetros y el Axioma (5) en (4), podemos ya escribir las
Funciones-Solución de Acción/Reacción Acoplada de Co-Evolución TET como:
FD/FDo = exp(rP T)
FP/FPo = exp(rD T)
(6)
FD/FDo = FP/FPo
O bien:
FD/FP = FDo/FPo
Concluimos en:
FD/FP = KF
(7)
Este es mi modelo matemático sobre los “brincos rápidos” y oportunistas reactivos a una
elevada Presión de Crisis Ambiental brusca y traumática.
En suma, contamos con dos modelos teóricos de la dinámica evolutiva, apoyados cada
uno de ellos en hipótesis, mecanismos y pruebas muy diferentes y contradictorias
entre sí, el Modelo Neo-Darwiniano de Dinámica Reina Roja MAD basada en el
mecanismo de Selección Natural, y el Modelo Neo-Lamarckiano de Dinámica Bufón de
Corte Saltarín soportado por el mecanismo de Transferencia.
Además, confrontados con los datos y pruebas empíricas, ambos Paradigmas funcionan,
aunque cada uno en muy diversos marcos de referencia y escalas espacio-temporales y
taxonómicas. El primero, el Paradigma Neo-Darwinista, se ajusta muy bien a los procesos
micro-evolutivos locales suaves y continuos, de alcance inferior a 100.000 años – en los
cuales podemos aproximar casi invariantes las condiciones de contorno del medio – o bien a
prolongadas etapas de “estasis” o estabilidad macro-evolutiva bajo escasa o nula variación de
los parámetros ambientales globales, y en todo caso sus límites abarcan desde el nivel de
especie al de Familia. El segundo, el Paradigma Neo-Lamarckiano, se amolda
satisfactoriamente a los procesos de especiación o diferenciación micro-evolutiva por encima
de los 100.000 años de rango temporal, en los que los fenómenos locales de cambios
ambientales empiezan a ser estimables y las pautas de las modificaciones evolutivas y co-
evolutivas muestran las primeras trazas de discontinuidad puntuada tipo Bufón de Corte,
apartándose de las predicciones del esquema gradualista de la Reina Roja, y también a los
gigantescos y complejos “Saltos” o “Explosiones Radiativas Rápidas” posteriores a las
Grandes Extinciones derivantes de las Crisis geo-planetarias Catastróficas Globales a escala
Macro-Evolutiva, en cuyo caso su alcance parece dirigir las mega-líneas filogenéticas desde el
nivel de Familias en adelante.
Sea como sea, tanto a escala micro como macro-evolutiva, local o global, corta o larga
en el tiempo, cuando las características del entorno se conservan sustancialmente
constantes predomina por completo el patrón evolutivo neo-darwiniano. Si, por el
contrario, tales condiciones del medio se alteran drástica y bruscamente, en
proporción al nivel espacio-temporal que corresponda, la dinámica se torna neo-
lamarckiano.
Al igual que entre la física relativista, adecuada tan sólo para describir la interacción
gravitatoria con intercambio continuo de energía que determina la estructura a gran escala
del Universo, y la mecánica cuántica, capaz de dar cuenta de los fenómenos sub-
microscópicos regidos por transformaciones de energía discontinuas o discretas entre
“ondas-partículas” y unificar los otros tres campos de fuerza fundamentales en torno a ellos.
Dos teorías opuestas, ambas abundantemente refrendadas por modelos matemáticos y
experimentos, cada uno dentro de sus marcos de aplicación, pero mutuamente excluyentes...
Por fortuna, las Matemáticas de la Evolución no son tan abrumadoramente intrincadas como
las de la Física Teórica y la Cosmología...
(8)
Con el mismo significado y condiciones ya explicados en la Sección III, pero donde los
subíndices “1” indican que los respectivos coeficientes o frecuencias de Reacción, Costes
Adaptativos y Tensión-Especificidad son los correspondientes a los valores constantes de
dichos parámetros para cada una de las Especies durante el Periodo 1 de “estasis” del
entorno dominado por el Efecto Reina Roja.
De nuevo en la formulación anterior del problema las variables de Acción/Aptitud eran
equivalentes a cantidades medias absolutas y no relativas al tamaño total de las Poblaciones,
pero si consideramos que aquí simbolizan fracciones promedio relativas o proporciones
relativas de los grupos dentro de ellas que exhiben en su fenotipo cada uno de los caracteres
“más aptos”, las ecuaciones continúan siendo perfectamente válidas, pues el término de la
izquierda y los dos primeros de la derecha están divididos por un mismo factor (las
cantidades totales de ambas Poblaciones respectivas), sin más que suponer que los “factores
de relación interespecífica” son ahora frecuencias relativas o “probabilidades” comprendidas
entre 0 y 1, lo que es del todo admisible (equivale a elegir representar una distribución
estadística o histograma usando frecuencias absolutas o relativas, no por ello se altera su
significado e interpretación). Simplemente, los valores relativos son más adecuados porque,
por el Principio de Rendimientos Decrecientes, hacen falta bastantes Presas “Dotadas” para
hacer “reaccionar” a unos pocos de los Predadores, al igual que se necesitan muchas de las
primeras para alimentar a uno solo de los segundos, de ahí la forma habitual de las
pirámides tróficas.
Bien, imaginemos ahora que se produce el Impacto Ambiental de Alta Magnitud: “Casi
instantáneamente” – en términos relativos a la amplitud del intervalo total de tiempo del
Tránsito estudiado – los coeficientes de Reacción, Coste Adaptativo y Relaciones
Interespecíficas de las dos Especies se alteran brusca y repentinamente, dejando de cumplir
la constancia que garantiza el mantenimiento de la dinámica Reina Roja.
De hecho, esto provocará que una o las dos Especies puedan extinguirse, reducirse a
mínimos demográficos o ser sustituidas en sus respectivos nichos ecológicos por otra u otras
mejor pre-adaptadas a las rápidas e intensas modificaciones del entorno.
Y, en verdad, la mayoría de las veces esto ocurrirá así. De ahí que cualquier impacto
ambiental elevado, ya opere a escala local o global, generará extinciones más o menos
limitadas o Grandes Extinciones según el caso.
Mi Modelo de Turbo-Evolución TET explica cómo puede esto acontecer: Sólo perviven
aquellas “minorías” dentro de determinadas especies previamente mejor preparadas
para soportar los terribles vaivenes del medio que, además, poseen secuencias
genéticas activas o, lo que es más frecuente, potencialmente susceptibles de ser
activadas por dichos estímulos o “señales” del gran cambio ambiental, y, con ellas, sus
correspondientes funciones metabólico-bioquímicas, morfo-fisiológicas y/o
conductuales que les permiten ser más “sensibles y reactivas” a la amenaza de tales
impactos externos “violentos” y perturbadores. O sea, aquellos “más aptos entre los
aptos”, capaces de alcanzar los “umbrales mínimos” de fracciones de Población
Transferente a tiempo como para evitar la decadencia o extinción y transformarse re-
adaptativamente a gran velocidad por adquisición masiva de caracteres biológicos
favorables extraídos de otras especies Donantes o del entorno físico mediante el
mecanismo de Transferencia, en un Tiempo de Emergencia lo bastante corto como para
no ser diezmados o desaparecer por efecto de la Crisis durante la Pre-fase Caótica de la
Fase de Tránsito.
“La Condición Mínima Necesaria que han de cumplir dos Especies para iniciar o
continuar un Acoplamiento Co-evolutivo bajo condiciones de Crisis de Alto Impacto
Ambiental es que sus Coeficientes o Frecuencias de Reacción crezcan en un tiempo lo
más corto posible y del mismo orden entre sí durante la Pre-fase Caótica de tal
Tránsito, de modo que puedan empezar su “Carrera Saltatoria o Exponencial Sinérgica”
según la dinámica Bufón de Corte y así conseguir su re-adaptación mutuamente
reforzada por Transferencia acelerada y masiva de caracteres favorables en un Tiempo
común de Emergencias igual o inferior a la duración de esa Interfase de elevada
variación del entorno (o, lo que es equivalente, una proporción de poblaciones
respectivas dotadas de dichos factores hereditarios adquiridos ventajosos lo
suficientemente grande en dicho intervalo). Por consiguiente, e independientemente de
lo que ocurra con los demás parámetros de coste y relación, el valor-umbral medio de
las frecuencias de reacción, a partir de entonces constantes, de ambas Poblaciones han
de ser enormes al final de la Pre-Fase, de forma que la influencia en el patrón co-
evolutivo de los otros dos parámetros pueda estimarse por completo despreciable sin
error apreciable”.
Matemáticamente:
(9)
En (9), rD* y rP* simbolizan, lógicamente, el valor de las frecuencias de reacción tras finalizar
la Pre-fase reactiva, que se mantendrán fijos a lo largo de todo el posterior periodo de
Interfase Transicional gobernada por el mecanismo evolutivo TET y su esquema Bufón de
Corte.
Esto es idéntico a afirmar que los “coeficientes de reacción” han de crecer exponencialmente
durante la Pre-fase Caótica, como si el “Bufón de Corte” tomara impulso para saltar..., que es
lo mismo que indica la “Función de Realimentación” de mi Modelo bio-físico de Transferencia,
según:
f = fo exp(δ t)
Y ahora es cuando llega la parte crucial: ¿Es posible deducir esto a partir de las ecuaciones
dinámicas de la Co-Evolución por Selección Natural darwinisna precedente tipo Reina Roja,
demostrando así la correspondencia y unidad formal y fenomenológica esencial entre ambos
patrones como aspectos o formas específicas de una misma Ley General de dinámica
Evolutiva?
Enunciado
Premisas
Partiendo del “Estado Estacionario 1” en Equilibrio Co-evolutivo darwiniano regido por el
Efecto Reina Roja:
(8)
Demostración
Imponiendo la Condición (9) en (8), podemos despreciar a la derecha todos los términos
menos el reactivo, con lo cual el Sistema se reduce en este caso particular a las que
llamaremos “Ecuaciones Báthory/Schreiber del Salto TET Acoplado”:
dFD/dt = rD* FP
dFP/dt = rP* FD
(10)
En el Espacio de Fases, la demostración es elemental: Sin más que dividir ambas ecuaciones
para eliminar el tiempo:
dFD/dFP = rD*/rP*
Por ello:
dFD/dFP = KF*
(11)
La análoga demostración para las funciones temporales es únicamente algo más laboriosa,
pero asimismo muy simple:
rD* FP = rP* FD
dFD/dt = rP* FD
dFP/dt = rD* FP
Separando variables:
dFD/FD = rP* dt
dFP/FP = rD* dt
Ln(FD/FDo) = rP* T
Ln(FP/FPo) = rD* T
O, lo que es igual:
FD/FDo = exp(rP* T)
FP/FPo = exp(rD* T)
(12)
Solución exactamente coincidente con (6), esto es, la que describe los “estallidos
exponenciales” saltatorios convergentes propios de la Interfase de Transición o
“cambio de régimen estacionario” de Co-Evolución Acelerada TET impulsado por el
Efecto Bufón de Corte entre dos Equilibrios darwinianos controlados por la Reina Roja.
C.Q.D.
Una vez rebasada la Interfase Catastrófica, al cesar los estímulos inductores de la Turbo-
Evolución por Transferencia y estabilizarse el valor de los factores ambientales tanto
abióticos como los derivados de interacciones bióticas intra o interespecíficas, los procesos
TET dejan de ser reactivados, y los coeficientes o frecuencias de reacción decaen a ritmo
vertiginoso durante una Post-Fase Caótica tan precipitada o más que la Pre-Fase inicial, cuyo
intervalo de tiempo podemos estimar también despreciable en comparación al periodo de
Interfase en sí mismo y mucho más aún frente a los mucha más duraderas Fases anterior y
posterior de Estabilidad Darwiniana gobernados por la Selección Natural y su pauta estilo
Reina Roja.
Pero como suponemos que ambas Especies, ahora transformadas por el Bufón de Corte
Saltarín en dos nuevas formas moderada o intensamente diferentes a sus identidades
biológicas iniciales e incomparablemente mejor adaptadas al nuevo entorno establecido,
tenderán a seguir “acopladas”, en el momento en que el decremento de sus frecuencias de
reacción las lleve a un valor tal que se aproxime al que determine un nuevo Equilibrio
Estacionario tipo Reina Roja MAD de acuerdo con el nuevo escenario del Ecosistema Estable
Emergente, dichos parámetros “entrarán en fase”, deteniendo su rapidísima carrera
menguante y manteniéndose constantes para el resto del prolongado Periodo de Equilibrio
controlado predominantemente por la Selección Natural, iniciando así una nueva “lenta” y
gradual Carrera de Armamentos tendente a una renovada y distinta Solución de Equilibrio de
dinámica cíclica/circular.
Es evidente que a partir de ese momento, al final de la Post-Fase Caótica, la siguiente Fase
Reina Roja vendrá definida por un nuevo Sistema de Richardson bajo un diverso conjunto de
parámetros de acción/reacción, costes y relación/afinidad.
rD* = rD2
rP* = rP2
(13)
(14)
Aquí concluye la descripción matemática de este nuevo Modelo Unificador de las dinámicas
evolutivas.
Esta es la Síntesis de las dos Visiones, la del Biólogo y la del Geólogo..., el Nuevo
Paradigma de la Evolución Unificada.
Ahora, sólo resta exponer las Conclusiones Generales de todos mis trabajos precedentes y
este mismo que los culmina... y, con ellas, ¿porqué no?, ya más relajados, tras cumplir con
las duras, a su manera emocionantes y en todo caso imprescindibles exigencias de la Ciencia
y el pensamiento positivista, liberar la mente con un poco de lirismo y filosofía...
VI
Creo honradamente haber aportado algo en el avance conceptual del conocimiento de los
dinamismos evolutivos en sus diversas fases y modalidades, ayudando a sentar al menos las
bases para la superación de los límites teóricos, predictivos y explicativos del hasta ayer
mismo Paradigma Neo-Darwiniano dominante, fundamentado en el lento, gradual y
acumulativo pero poderoso resorte de la Selección Natural, favorito por la mayoría de los
biólogos. No negando, sin embargo, su valiosa, decisiva y en parte todavía adecuada y
correcta vigencia, sino integrándolo de modo armonioso, lógico y elegante con el Modelo
alternativo de Evolución Acelerada por Transferencia (TET), en sus diversas formas y
alcances mecanísticos – epigénesis, conflicto intergenómico, transferencia de la memoria
celular – inducidos en todo caso por las moderadas alteraciones locales micro-evolutivas del
entorno o sus “hermanos mayores” macro-evolutivos, los grandes y bruscos cambios
ambientales en periodos de Crisis o “Catástrofes” de de los Ecosistemas... Un nuevo y
emergente Paradigma, predilecto de los geólogos y, al igual que su “rival”, soportado por
numerosos y convincentes datos, aunque antes de mi trabajo, huérfano de una formulación
fenomenológica y matemática clara y definida que lo sustentara. Un Paradigma Neo-
Lamarckiano, con algunos leves ecos adicionales de la buena y remota intuición de Cuvier,
aunque por supuesto “purificados” de los absurdos y retrógrados residuos de Creacionismo
obsoleto subsistentes en este último, que no en el mucho más brillante enfoque “sistémico”
de Lamarck, asombrosamente avanzado para su época.
Desde luego, estos ensayos no son más que el inicio de una emocionante aventura intelectual
y exploradora de profundización teórica y búsqueda de más directas y rotundas pruebas
empíricas y experimentales de los mecanismos moleculares de la Transferencia de memoria
celular y de recogida de información filogenética y su riguroso contraste con las simulaciones
más avanzadas y generales del Modelo, pero existen ya serios resultados previos indirectos y
casi directos muy esperanzadores hallados por equipos de especialistas de alto prestigio y
confianza.
Vamos por buena senda, pero nos queda un inmenso recorrido que realizar. Persistamos en
ella con espíritu crítico, pero sin dogmatismos, con valor y la mente abierta, como
corresponde a auténticos científicos.
Por otro lado, creo sinceramente que esta Nueva Visión del curso temporal de la Evolución
de las Especies en la que se engranan largas etapas de suaves ciclos acoplados sinusoidales
de pausados equilibrios con “rápidos” tránsitos precipitados reactivos de crecimiento
exponencial provocados por la sobre-presión de fuertes y veloces perturbaciones físicas
externas, a las que sólo perviven y se re-adaptan lo suficiente a tiempo unos pocos grupos de
organismos “los más aptos entre los aptos”, para luego retornar a otra nueva pauta gradual y
periódica de “baja velocidad y amplitud” en el siguiente “estado estacionario” – así como su
equivalente descripción en el espacio de las fases, donde los intervalos de estabilidad
darwiniana trazan majestuosos y lentos círculos de baja frecuencia y las interfases críticas
convulsivas “fugaces” y más o menos “esbeltas” líneas rectas ascendentes, poseen a la par
grandeza, armonía y... belleza. La primera representación se asemeja a una suerte de
“Oleaje” puntuado por bruscos y repentinos “Torbellinos Gigantes”..., configurando en
conjunto una “Gran Escalera Oscilante” puntuada por “breves toboganes, cuestas y
terraplenes rápidos” a diferentes y no necesariamente progresivas alturas..., aunque es
evidente que, considerando todo el Ciclo de Ciclos desde el Origen de la Vida, el Sistema “se
ha elevado” en términos absolutos... La segunda, se asemeja a una Magna Espiral con
“cortos tramos de subida, casi nivelación y bajada”, pero globalmente ascensional...
Muy semejante dinámica funcional y visualización gráfica muestran una gran cantidad de
fenómenos físicos y químicos fundamentales de la Naturaleza... Como, por no poner más que
dos ejemplos significativos, los patrones de las curvas termodinámicas de una reacción
química impulsada o acelerada por un catalizador que la empuja a un “estado activado” de
máxima energía entre los dos estados de equilibrio dinámico estacionario que corresponden a
los reactivos y sus productos, el cimiento de toda la fabulosa e intrincada bioquímica
enzimática que gobierna el metabolismo que mantiene cada una de nuestras células, o las
fases de carga y descarga de un condensador o una bobina conectadas en serie con un
alternador en relación a su régimen estacionario cíclico y oscilatorio..., la base de la red de
transformación y distribución de corriente eléctrica que hoy en día todos disfrutamos casi
como algo natural y cotidiano gracias al colosal y asimismo en gran parte incomprendido,
adelantado e ignorado genio exuberante del físico e ingeniero Nikkola Tesla, “el Maestro de la
Energía”...
Recuerda, en especial, al milenario concepto chino del Ying y el Yang... En la Evolución de las
Especies, el Ying, el Principio Femenino, sería naturalmente la Reina Roja MAD: Como éste,
Ella es fría, húmeda, suave, acuosa, “pasiva” - puesto que “hace que todos corran para no
moverse de sitio” o “correr el doble de rápido si quieren ir a otro lado”–, oscura, silenciosa y
absorbente, conservadora, ahorrativa, equilibrada y lenta en “tomar decisiones de cambio”...
la Diosa Madre paciente, sabia, estable, persistente y fecunda de la Tierra Viva... Se parece
mucho, por cierto..., a Darwin..., más aún quizás a Spencer y Malthus, sus grandes “fuentes
de inspiración” ideológico-espiritual y, desde luego, a mi “musa oscura” Erzsébet Báthory, en
su lado más “sombrío”, “consumidor” y destructivo de los más débiles... Por el contrario, su
Hijo-Juglar-Amante-Consorte, el Yang o Principio Masculino, es como el Bufón de Corte
Saltarín: Rápido, improvisador, activo, oportunista, inestable, violento, asociado al cielo
(atmósfera) y el fuego (fuerzas telúricas y tectónicas) o la luz, o sea, a las Catástrofes del
medio climático y geológico que rodean y conforman los grandes cambios de rumbo de los
seres vivientes en sus paroxismos, brusco, innovador, revolucionario, seco y penetrante...,
pero de alcance más corto por su exorbitante derroche de energías en poco tiempo...
Como podemos ver, aunque ahora disponemos de métodos y medios mucho más racionales,
técnicos y cuantitativamente potentes de interrogar, explorar e indagar las entrañas de la
Gran Madre Naturaleza, no somos en el fondo tan distintos del primer chamán que se
interrogó sobre la relación de su especie con la misteriosa y hostil, pero a la vez maternal
Naturaleza e intentó conjurar su poder oculto e incomprensible para asegurar una buena
caza o la victoria sobre una tribu enemiga...
Ni de aquellos sacerdotes y sabios del milenario Egipto quienes aseguraban que la máxima
vía del Conocimiento es “rasgar el Velo de Isis”, es decir, el radiante, lindo, sereno y
bondadoso, pero “falso o aparente” Rostro Luminoso de la Diosa Madre, para así revelar la
Faz Terrible pero igualmente Hermosa de Sekhmet, la Diosa-Leona, su Aspecto Oscuro y
Numinoso, Destructor pero a la vez Regenerador de la Vida... Isis, la misma que, en el más
embriagador y maravilloso relato mágico-iniciático de la Religión-Ciencia egipcia antigua, se
enfrenta a Set, su Rebelde Hijo/Consorte Set Oscuro Aniquilador o “Catastrófico”, quien
aniquila y descuartiza a su otro Hijo/Consorte predilecto, Osiris, luminoso y creador, “y
entonces desciende a los Abismos, despojándose de todas sus deslumbrantes joyas y finas
vestiduras” – o sea, sus atributos de Poder – y obtiene de su Gemela Tenebrosa (su propio
Lado Destructor Femenino) la Magia Inmortal capaz de volver a recomponer despojo a
despojo el cuerpo de su amado Osiris, insuflando en él otra vez su alma y así restableciendo
el Equilibrio Cósmico de la Tierra y asegurando el renacer de la siguiente cosecha en la
posterior crecida del Nilo o, dicho en otras palabras, la Regeneración de la Vida...
Da igual, no son más que múltiples formas culturales, estéticas y alegóricas de codificar una
misma Verdad o Principio Universal...
Darwin, al igual que unos pocos selectos pensadores pioneros entre sus remotos antecesores
egipcios, taoístas chinos, veda-dravídicos hindúes, mayas, celtas, o moradores de las
Cavernas Primordiales de Altamira y Atapuerca, también se atrevió a rasgar ese Velo y,
aunque la contemplación de la Faz Oscura de la Diosa-Leona le embargó sin duda de una
pasmosa y paradójica mezcla de pasmo, maravilla, fascinación y abisal horror..., su sagrado
amor a la Verdad fue más fuerte que su temor...
Modestamente, a mí también me ocurrió algo parecido, por más que no pretendo ser otra
cosa que un humilde librepensador “encaramado a hombros de gigantes para intentar ver un
poco más lejos”, como sabiamente nos legó el gran genio Sir Isaac Newton, demostrando así
que no era tan insoportablemente egocéntrico como lo pintan, por lo menos sin ser
provocado... Al principio, solo fue una simple idea especulativa: El vago y general concepto de
“Imprimatur” o Impregnación psico-bioenergética fue extraído de mis lecturas sobre ciertos
fenómenos “paranormales”, su relación con el llamado “vampirismo tántrico o pránico”,
objeto de mi morboso interés por el “Método Báthory”... y dos “buenas pistas” apuntadas por
mi excelente amigo Manuel Vera, iluminador compañero de incontables charlas de
madrugada, ingeniero electrónico y gran aficionado como yo mismo a los “temas frontera”
entre la Ciencia y el Misterio. Sus indicaciones me guiaron hasta el conocimiento de los
experimentos de McConnell sobre la memoria celular de planarios condicionados y la
polémica y la ahora ya casi olvidada teoría sobre la “anómala evolución rápida de los
homínidos” en base a la práctica sistemática del canibalismo selectivo, especialmente del
cerebro, elaborada a primeros de los 80 del siglo pasado por el arqueólogo y antropólogo
alemán Oscar Kissmaer, en su libro “Al Principio fue el Final”, en la cual se apoya el
prestigioso escritor, mitólogo y académico español Luis Racionero para su última novela, “El
Cráneo de Akenaton”, que acaba de ser publicada. Tanto estas dos últimas fuentes como las
primeras tenían algo en común: El concepto de Transferencia Psicoenergética o Bioenergética
de caracteres favorables adquiridos de un Donante...
Y así empezó todo... Luego, siguió más de un año de búsqueda exhaustiva de información,
documentación teórica y empírica y trabajo propio..., hasta que por fin aquella idea o chispa
intuitiva ha podido cuajar en una serie de ensayos elaborados y coherentes...
A lo largo de todos estos meses de investigación, quien esto suscribe no tan sólo ha
perfeccionado, actualizado y ampliado sus conocimientos en Biología teórica, genética
molecular o modelos evolutivos, sino que, a la vez, también ha sufrido un inexorable e
irreversible proceso de transformación y, creo, refinamiento interior en su grado de
conciencia sobre sí mismo y del Mundo que le rodea; He aprendido, estimo, dos lecciones
muy importantes: La primera, que aquello a lo que llamamos “alma” o “identidad” no es
únicamente un epifenómeno de los genes heredados de nuestros antepasados y de la
interacción de redes y sinapsis neuronales de nuestra corteza cerebral, sino también el
producto complejo, integral y holístico de la información o memoria tanto ancestral como
asimilada en el curso de nuestras vidas a través de todas y cada una de nuestras células...
Así, he aprendido a amar y respetar el cuerpo, al que antes desdeñaba considerándolo de
forma errónea como un mero “robot” de carne multiusos..., comprendiendo que nuestros
hábitos y conductas cotidianas cambian y condicionan el contenido de nuestro ser y el de
nuestros descendientes de modo profundo e indeleble... He aprendido, por tanto, a apreciar a
Jean-Baptiste Lamarck, cuyo descollante genio, comparable al de Charles Robert Darwin, ha
sido injusta y dogmáticamente desdeñado. También he aprendido que las grandes o
pequeñas Crisis, tanto colectivas como individuales, no son algo exclusivamente terrible y
maldito a lo que temer y evitar a toda costa, pues en ellas reside el germen de los grandes
saltos cualitativos de nuestra evolución y perfeccionamiento como Especie y como personas.
Seguramente imaginan que tales ideas ya habían llegado a los oídos de mi mente con
anterioridad, pero siempre, hasta ahora, las había archivado sin apreciarlas ni sentirlas como
mías, porque el miedo, el orgullo y los prejuicios que a todos nos limitan en mayor o menor
medida, son los padres del error, pues ciegan la inteligencia tanto racional como sensitiva.
Por tanto, al ir avanzando en estos estudios, yo también he llevado a cabo mi pequeño periplo
íntimo, mi “Viaje del Beagle” interior...
En él, la Reina Roja MAD, el Lado Oscuro pero asimismo Gestante y Regenerador de la Diosa
Matriz, se mostró ante mí en todo su espanto y esplendor, encarnada en el “avatar” de la
Condesa Erzsébet Báthory, cuyos rasgos personales, tanto biográficos como míticos, si se
paran a pensarlo, son prácticamente idénticos a los de la sabia y a la par terrorífica Soberana
de la Baraja que mantiene su Imperio sobre la Evolución sustentada por la Competencia
Biológica y la Selección Natural de los más Aptos... Como a Darwin..., o al igual que a la Niña
Alicia, llena de una singular mezcla de sorpresa, temor y, sobre todo, Curiosidad y anhelo de
saber más y más, Su Majestad tomó mi mano con la suya, preciosa pero afilada, con largas
uñas escarlata... Era para mí la manifestación de la Diosa Madre Naturaleza, sabia,
despiadada, hermosa y, en efecto, “red in tooth and claw” (“roja en dientes y garras” ) –
como la describiera con certera crudeza el poeta inglés Alfred Lord Tennyson en su famoso
poema elegíaco “In Memoriam A.H.H.”, dedicado a su íntimo amigo Arthur Henry Hallam con
motivo de su fallecimiento – . Hay que destacar que Lord Tennyson publicó sus célebres
versos en 1850, nueve años antes de la publicación de “El Origen de las Especies...” por parte
de Charles Robert Darwin, pero este párrafo de una de sus estrofas fue utilizado después por
notables y elocuentes discípulos del gran naturalista como emblema metafórico de su Teoría
de la Selección Natural con gran éxito. Un caso más de “serendipidad premonitoria” de los
muchos que salpican la historia de la literatura, la ciencia y la cultura en general... Como ya
sabían muy bien los chamanes y filósofos antiguos, “cuando el Aprendiz está preparado,
aparece el Maestro”, según reza un viejo proverbio hundú. Siglos más tarde, en Occidente,
Víctor Hugo lo expresó de esta otra manera: “No hay nada más poderoso sobre la Tierra que
una idea a la cual le ha llegado su tiempo”. A todos nos pasa esto, como a mí durante la
indagación y preparación de estos trabajos, y a las sociedades humanas en su conjunto les
ocurre algo análogo.
Y allí, se sentó en su titánico y colosal Trono de oro y negro basalto, a cuyos pies las
Catástofes y Apocalipsis rugían y hervían, sumergiendo un océano de Muerte tinto en la
Sangre de la Vida...
Joker, ya saben, sobre todo si siguen los cómics o películas sobre Batman, es tan listo, sabio
y cruel como su Reina, pero trabaja a brincos y cabriolas, empujado por la necesidad urgente
de sobrevivir bajo la presión del cambio y la tragedia... Es muy diferente a su Dama en casi
todo, pero en el fondo más profundo igual a ella, como si comparamos a un iluminista
jacobino de la Revolución Francesa con un próspero burgués conservador y eugenista de la
Era Victoriana... Como si comparamos a Lamarck con Darwin, los dos últimos hijos-pupilos
predilectos de La Terrible, La Hermosa, La Sabia, La Poderosa Señora Madre Natura en el
mundo contemporáneo...
Y, mientras me arrastraba, atónito, maravillado y aterrado, con sus tan sólo en apariencia
locos y caóticos malabarismos sobre la masa-océano ardiente y sanguinolienta de fuegos,
volcánicos, terremotos, tormentas y tempestades, empecé a comprender... Al unísono, el
Gran Sótano vibraba a los macizos impulsos de una potente y violenta música de heavy-
metal. (Cradle of Filth por más señas, por si les interesa a algunos de mis “colegas” sabatinos
aficionados al “rock tenebroso”).
Y Ella me sonreía, una sonrisa atroz, helada, feroz, altanera y espeluznante, pero, al mismo
tiempo, inconmensurablemente abismal en abismal hondura y saber... Omnicomprensiva y,
a su estilo..., casi tierna.
En ese inefable instante, las piezas encajaron del todo con un retumbante chasquido en el
centro de mi mente... y, aun cuando me dispusiera, por fin, a contribuir a “rellenar los
huecos” del Gran Maestro Charles Robert Darwin, a quien tanto admiré y veneré desde mi
adolescencia, fue a partir de ese momento, cuando el simple respeto se convirtió en...
cariño..., como si fuera un amigo cercano...y, más que eso..., un “abuelo intelectual y
espiritual”. Impresión que se acentuó más todavía después, cuando, al comentar con mis
amigos o personas de confianza los sucesivos resultados y conclusiones de mis análisis, les
comunicaba mi crecientemente sólida convicción de que “la Selección Natural no es el único
mecanismo suficiente para explicar la Evolución”, de idéntica forma a la que él mismo revelase
a sus más íntimos colegas la evidencia de ese mismo proceso y su consecuencia directa de
que “las especies no son inmutables”, en voz baja, con timidez y casi temor reverencial, “como
si confesase un asesinato”... Tal es, por desgracia, la tremenda y nefasta presión que los
sistemas de ideas y creencias dominantes ejercen sobre nuestro libre intelecto.
Espero que la hayan disfrutado o, al menos, les resulte útil para percibir el sentimiento
personal y subjetivo que ha guiado mi labor y los efectos que ésta ha producido en mi
espíritu.
Solo por haber tenido el inmenso privilegio de sentir aunque sea una chispa diminuta y fugaz
de esa Emoción y esa Llamada, ha merecido la pena este año y tres meses de laboriosa
búsqueda.
Una vez acabada, al menos por ahora, he decidido luchar por publicarla y difundirla por
todos los medios a mi alcance o que otros me pueden facilitar.
Muchas gracias por los apoyos, y también por las sanas críticas objetivas y constructivas de
quienes tengan objeciones razonadas o mayor conocimiento que yo...
Únicamente me queda rogarle a la Diosa-Reina Roja que, aunque no merezca salir del lance
tan “relativamente bien” como Darwin, por lo menos no sufra el maltrato ignorante
cosechado por Lewis Fry Richardson, o por Jean-Baptiste Lamarck...
Que Ella les bendiga por escucharme o leerme, y ¡Feliz Evolución a todos!
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VII
Dedicatoria y Agradecimientos
Dedicatorias
Agradecimiento
(O Acción de Gracias...)
VIII
Epílogo/Invocación?
Broma?
Bibliografía y Referencias
• J. Benton, Michael. “Evolutionary Biology: New take on the Red Queen”. Nature
463, 306-307 (21-1-10).
• Orr, H., Allen y S. Irving. “Segregation distortion in hybrids between the Bogota
and USA subspecies of Drosophila pseudo-obscura”. Genetics 169, 671-682
(Febrero 2005).
• Tzu, Sun. “El Arte de la Guerra”. (Siglo V A.C.). Traducción en versión digital por
Rivas Gonzálvez, Antonio. (“Gorinkai”, 1998). www.gorinkai.com/textos/suntzu.htm
• Carroll, Lewis. “A Través del Espejo y lo que Alicia encontró allí” (1871). Edición
digital. www.guiascostarica.com/alicia/a2/indice.htm
• Lord Tennyson, Alfred. “In Memoriam A.H.H.” (1849). Alfred Lord Tennyson´s
Poetry; http://botw.org/top/Arts/Literature/Authors/Tennyson,_Alfred/
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En Sevilla, a 2-3-2010
3:33 A.M.
Por:
Juan R. Schreiber
(Librepensador y Bioquímico)