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Texto base Lucas 6-12 en aquellos das Jess fue al monte a orar, y pas la noche orando a Dios.
Es algo maravilloso que podamos orar eficazmente; que seres mortales indignos y sujetos a errores posean la
facultad de presentar sus peticiones a Dios. Qu facultad ms elevada podra desear el hombre que la de estar
unido con el Dios infinito? El hombre dbil y pecaminoso tiene el privilegio de hablar a su Hacedor. Podemos
pronunciar palabras que alcanzan el trono del Monarca del universo. Podemos hablar con Jess mientras andamos
por el camino, y l dice: Estoy a tu diestra. Or 9.1
Podemos obedecer a Dios en nuestros corazones; podemos andar en compaerismo con Cristo. Mientras
atendemos a nuestro trabajo diario, podemos exhalar el deseo de nuestro corazn, sin que lo oiga odo humano
alguno; pero aquella palabra no puede perderse en el silencio, ni puede caer en el olvido. Nada puede ahogar el
deseo del alma. Se eleva por encima del trajn de la calle, por encima del ruido de la maquinaria. Es a Dios a quien
hablamos, y l oye nuestra oracin.
Pedid, pues; pedid y recibiris. Pedid humildad, sabidura, valor, aumento de fe. Cada oracin sincera recibir una
contestacin. Tal vez no llegue esta exactamente como deseis, o cuando la esperis; pero llegar de la manera y
en la ocasin que mejor cuadren a vuestra necesidad. Las oraciones que elevis en la soledad, en el cansancio, en
la prueba, Dios las contestar, no siempre segn como lo esperamos, pero siempre para nuestro bien.
los muertos de sus sepulcros, era el que haca splicas con fuerte clamor y lgrimas. No oraba por s, sino por
aquellos a quienes haba venido a salvar. Al convertirse en suplicante, y buscar de la mano de su Padre nueva
provisin de fuerza, sala refrigerado y vigorizado como sustituto del hombre, identificndose con la humanidad
doliente y dndole un ejemplo de la necesidad de la oracin.
Jess presento la necesidad de oracin, inst a los hombres a reconocer la necesidad de la oracin, el
arrepentimiento, la confesin y el abandono del pecado. Les ense a ser honrados, tolerantes, misericordiosos y
compasivos, recomendndoles amar no solo a quienes los amaban, sino a los que los odiaban y los trataban
despectivamente. En todo esto estaba revelndoles el carcter del Padre, quien es paciente, misericordioso, lento
para la ira y lleno de bondad y verdad.