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En el presente artículo planteare algunos de los aspectos considerados dentro
de la formación vocal de una profesional de la voz, “la colocación”. Esta explicación
está basada en elementos subjetivos de propiocepción y algunos elementos acústicos
involucrados.
La voz provoca vibraciones sonoras y éstas, a su vez, crean en el individuo sensaciones
en zonas o puntos concretos de nuestra cabeza, torax y sistema oral, a las que se les
denomina “sensaciones propioceptivas”. Muchos cantantes han tratado de explicar
estas sensaciones y todos coinciden en cantar “hacia arriba y hacia delante”, “el sonido
alto”, “la voz detrás de los dientes”, “sentir que el sonido sale de entre las cejas”,
“enfocar la voz hacia el paladar duro”, “emitir el sonido hacia los pómulos, los
maxilares”, etc.
Lo que los cantantes definen como “buena colocación” de la voz, corresponde
fisiológicamente a una regulación óptima en relación al acoplamiento de la cavidad de
resonancia con el generador glótico. Los términos utilizados por estos sujetos, reflejan
tanto la sensación acústica como las sensaciones de vibración subjetivas, que ocurren
cuando se ha encontrado la regulación óptima, tanto a nivel de las cuerdas vocales,
como en el tracto vocal.
La laringe desempeña un papel esencial en la precisión de la emisión de un tono, pues
de ella depende la frecuencia del sonido. Cada sonido debe amplificarse de la mejor
forma posible para que se proyecte óptimamente. Esta amplificación involucra una
acomodación de las cavidades de resonancia y de los órganos de la articulación, con el
fin de potenciar los armónicos que acompañan la frecuencia fundamental. Las
cavidades de resonancia deben entonces adaptarse al máximo (equilibrio resonancial)
para facilitar la emisión laríngea sin esfuerzo. Esta adaptación implica en muchos
casos, una deformación de los moldes vocálicos en beneficio de un sonido “bien
colocado” o bien acoplado. Esto es más común en el canto clásico que en la voz
hablada o en el canto popular.
Durante el estudio de la técnica vocal hablada y cantada, el alumno debe ser guiado
por su maestro para encontrar las regiones faciales y cefálicas donde sienta el sonido
con mayor intensidad y mejor proyección. Esto se realiza a través de vocalizaciones, las
cuales deben ser realizadas con mucha conciencia hasta encontrar la posición de los
resonadores, que permita emitir el sonido con mayor facilidad y máxima eficiencia. La
“colocación” es uno de los objetivos más importantes que un profesional de la voz
debe lograr como resultado de sus estudios.
Existen cantantes que suelen hablar de “colocar el sonido en la zona nasal”, sin
embargo, hay otros que afirman que esta medida no es adecuada, argumentando que
con esto sólo, se logra emitir un sonido apretado, estridente y nasalizado el que puede
llevar esfuerzos laríngeos. Cuando algunas personas hablan de “colocar el sonido” en
esa zona, lo que se busca en realidad es activar las vibraciones y dirigir el sonido hacia
la región facial anterior, en ningún caso se quiere lograr un sonido nasal con escape de
aire por esta vía durante los sonidos que naturalmente son orales, tales como las
vocales y la mayoría de las consonantes.
Por otra parte, el hecho de colocar y sentir el sonido en los senos paranasales, no
implica que éstos estén actuando como amplificadores y exteriorizadores del sonido,
éstos sólo ayudan a sentir mayor vibración y ,por lo tanto, actúan como un facilitador
en el proceso de propiocepción en la voz.
Los objetivos más importantes que cumple la regulación óptima del acoplamiento de la
cavidad de resonancia con el generador glótico, son: ayudar a crear las sensaciones
correctas de vibración, para así tener un control pleno de la dirección del sonido;
producir una vibración óptima y sin esfuerzo de las cuerdas vocales y producir una
proyección adecuada de la voz en el espacio donde esté cantando o hablando.
En el canto, esta proyección en gran medida es proporcionada por la presencia del
formante del cantante, el que está conformado por una amplificación de los
armónicos ubicados entre los 2500 y 3500 hrz. aproximadamente (3º, 4º o 5º
formante) , pudiendo variar este valor en función de cada clasificación vocal.
Este elemento acústico, es el que permite la proyección de la voz cantada sin
amplificación de equipos electicos por sobre el sonido de una orquesta, la que sin duda
produce más decibeles que la voz humana.
La explicación física de este fenómeno se sustenta en el hecho de que una orquesta es
capaz de producir armónicos hasta los 450 hrz. Aproximadamente, mientras la voz
humana, supera en forma amplia dicha cantidad, encontrándose armónicos hasta los
5000 hrz. o más. Se ha encontrado también la existencia del formante del actor.
Como se puede ver, la colocación de la voz es un fenómeno que implica elementos
subjetivos como los entregados por la propiocepción, y por otra parte tiene una base
objetiva y acústica. Esta última es mucho más compleja que lo planteado en este
articulo y para su entendimiento se requiere conocimiento acústico de base.
Saludos cordiales
Marco Guzmán
www.vozprofesional.cl