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LOS POTROS DE BÁRBAROS ATILAS

Las ideas de Uribe


LOS POTROS DE BÁRBAROS ATILAS
La razón de los inamovibles del Presidente Uribe en el debate
sobre el llamado “Acuerdo Humanitario”.

Las ideas de Uribe

Libardo Botero Campuzano


(Compilador)

Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia


CODISCOS S.A.
Fundación
Centro de Pensamiento Primero Colombia
José Obdulio Gaviria
Presidente
Fernando Alameda Alvarado
Director Ejecutivo
Carlos Manuel Sierra Acero
Secretario
Claudia Lozano Beltrán
Comité Editorial
Ricardo Rojas Parra
Director de Medios
Gonzalo España Arenas
Comité Temático
Abel Coronado Gómez
Director Político
Roberto Muñoz Torres
Tesorero
Marta Patricia Mora Hernández
Revisora Fiscal

© 2008, Libardo Botero Campuzano / Compilador


© 2008, Centro de Pensamiento Primero Colombia
ISBN : 958-98431-2-3
Director Proyecto Editorial: Gonzalo España
Asesoría editorial: Editorial Planeta Colombiana S.A.
Foto portada: Carlos Duque
Armada electrónica: Marcela Robles

Primera edición: abril de 2008

Impreso por: Linotipia Bolívar

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede


ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún
medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de
fotocopia, sin permiso previo del editor.
CONTENIDO

Prólogo
¿Prisioneros de guerra?................................................................................. 15
José Obdulio Gaviria Vélez

Acerca de esta antología


Breves palabras sobre una infamia............................................................... 21
Libardo Botero Campuzano

PRIMERA PARTE........................................................................................ 47

Que ningún secuestro halle doctrina política que lo explique...................... 49


Álvaro Uribe Vélez

Saludo al Cuerpo Diplomático acreditado en Colombia............................... 51


Álvaro Uribe Vélez

Activación del Batallón de Alta Montaña Rodrigo Lloreda......................... 53


Álvaro Uribe Vélez

Relato de los hechos que condujeron a la muerte del Gobernador


de Antioquia y sus compañeros de cautiverio............................................... 59
Álvaro Uribe Vélez y Comandantes Militares

Palabras ante la plenaria del Parlamento Europeo........................................ 75


Álvaro Uribe Vélez

Palabras ante el V Foro Iberoamericano....................................................... 79


Álvaro Uribe Vélez

Palabras en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo..... 83


Álvaro Uribe Vélez y otros participantes

Palabras en la Asamblea Conmemorativa de los 60 años de Fenalco ......... 99


Álvaro Uribe Vélez

La paz es hija de la autoridad...................................................................... 103


Álvaro Uribe Vélez
Los potros de bárbaros atilas

Tres años en busca de un acuerdo humanitario con las Farc...................... 107


Informe de la Presidencia de la República

“Insistiremos en Bolo Azul”....................................................................... 119


Luis Carlos Restrepo Ramírez

Gobierno acepta propuesta de Francia, Suiza y España............................. 123


Álvaro Uribe Vélez y Luis Carlos Restrepo Ramírez

Sistema de seguridad para un encuentro humanitario en la Cordillera Central... 129


Departamento Federal de Asuntos Exteriores, Suiza

Gobierno no obstaculizará papeleta adicional sobre acuerdo humanitario..... 133


Informe de la Presidencia de la República

Enfrentemos el terrorismo para no padecer su eterna esclavitud.....................135


Álvaro Uribe Vélez

Entrevista concedida a los medios franceses.............................................. 141


Álvaro Uribe Vélez

Razones de Estado...................................................................................... 153


Álvaro Uribe Vélez

Países europeos no pueden colocar al gobierno


en el mismo nivel de las Farc...................................................................... 169
Informe de la Presidencia de la República

Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar................................. 171


Álvaro Uribe Vélez, Gustavo Moncayo y otros

Declaración de los presidentes Uribe y Chávez


al concluir encuentro en Hato Grande........................................................ 193
Álvaro Uribe Vélez y Hugo Chávez Frías

ONU pide ampliar plazo para rescate de restos.......................................... 201

Farc no buscan acuerdo sino reposicionarse políticamente........................ 203


Informe de la Presidencia de la República

8
Contenido

Intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas................ 205


Álvaro Uribe Vélez

Comunicado del 19 de noviembre de 2007................................................. 209


Presidencia de la República

Comunicado 054 del 20 de noviembre de 2007


del Alto Comisionado para la Paz............................................................... 211
Luis Carlos Restrepo Ramírez

Comunicado 055 del 21 de noviembre de 2007.......................................... 213


Presidencia de la República

Comunicado 057 del 24 de noviembre de 2007.......................................... 215


Presidencia de la República

Declaración desde Calamar, Bolívar........................................................... 219


Álvaro Uribe Vélez

Declaración desde Guatemala..................................................................... 223


Álvaro Uribe Vélez

Declaraciones tras visitar al ex congresista Luis Eladio Pérez................... 227


Álvaro Uribe Vélez

Discurso ante la OEA.................................................................................. 231


Embajador Camilo Ospina

Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río............................. 239


Álvaro Uribe Vélez

SEGUNDA PARTE..................................................................................... 259

Saludo de las Farc-Ep a los prisioneros y sus familiares............................ 261


Secretariado del Estado Mayor Central

¡Que todos vuelvan a casa! Sobre el canje de prisioneros.......................... 263


Iván Márquez

Carta de Simón Trinidad............................................................................. 267

9
Los potros de bárbaros atilas

Excarcelaciones, estratagemas e intercambio o canje................................. 269


Allende La Paz, ANNCOL

“La guerra a muerte” y el intercambio humanitario................................... 273


Allende La Paz, ANNCOL

Acuerdo humanitario solo será posible despejando Pradera y Florida ...... 277
Rodrigo Granda

Las cartas del computador de “Raúl Reyes”:


No.1 Carta de “Manuel Marulanda” al Secretariado............................. 279

No.2 Proyecto de carta de “Manuel Marulanda” a Hugo Chávez......... 283

No.3 Carta de “Raúl Reyes” al Secretariado......................................... 285

No. 4 Carta de “Manuel Marulanda” a Hugo Chávez........................... 287

TERCERA PARTE..................................................................................... 291

Indignación, dolor y oraciones acompañaron sepelio del niño


Andrés Felipe Péwrez ........................................................................................... 293
ACIPRENSA

La Farc indolentes ante el deseo de un niño moribundo............................. 295


The New York Times

Aseguramientos por secuestro y homicidio del cabo José Norberto Pérez.....299


Fiscalía General de la Nación

Testimonio de Íngrid Betancourt................................................................ 301

Testimonio de Clara Rojas.......................................................................... 307

Carta a mi padre.......................................................................................... 311


Guillermo Gaviria Correa

Relato íntimo de mi plagio.......................................................................... 317


Fernando Araújo Perdomo

10
Contenido

“Sin las Fuerzas Militares no me habría podido escapar”.......................... 323


Nota de la Presidencia de la República

Entrevista al intendente John Frank Pinchao


Volver a empezar......................................................................................... 327
Secretaría de Prensa de la Presidencia de la República

Maltrato de las Farc a secuestrados es comparable a campos


de concentración nazis................................................................................ 341
Servicio de Noticias del Estado (SNE)

Viuda de empresario que murió en fallido rescate defiende la acción militar.... 343
Fernando Umaña Mejía, El Tiempo

Comunicado a propósito de la muerte de los diputados............................. 345


Presidencia de la República

A propósito del informe de la Comisión Forense Internacional


de la OEA sobre la investigación por muerte de diputados
que estaban en poder de las Farc................................................................. 349
Luis Carlos Restrepo Ramírez

Carta del Capitán Luis Mendieta a sus familiares...................................... 355

CUARTA PARTE........................................................................................ 361

Verdades a medias en la campaña por la libertad de Íngrid Betancourt..... 363


Darío Acevedo Carmona

¿Por qué se multiplicó el secuestro? .......................................................... 365


José Obdulio Gaviria

No al intercambio humanitario................................................................... 377


Diego Fernando Gómez

¿Rescate militar de los rehenes?................................................................. 379


Alfonso Gómez Méndez

Al profesor Moncayo.................................................................................. 381


Saúl Hernández Bolívar

11
Los potros de bárbaros atilas

Sobre la paz y el acuerdo humanitario en momentos de angustia nacional.....383


Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam)

López y el mito del acuerdo........................................................................ 387


Jaime Jaramillo Panesso

El regalo de la palabra justa........................................................................ 389


Fernando Londoño Hoyos

Ponencia en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo..... 391


Alfonso López Michelsen

La muerte como estrategia.......................................................................... 399


Alfonso Monsalve Solórzano

No hay causa noble o vil que justifique el secuestro.................................. 401


Francisco Mosquera Sánchez

Una lección de heroísmo............................................................................. 403


Eduardo Mackenzie

¿Rescate o acuerdo humanitario?................................................................ 407


Eduardo Pizarro Leongómez

El secuestro: la tragedia colombiana........................................................... 409


Eduardo Posada Carbó

Acuerdo humanitario: mapa de ruta............................................................ 413


Alfredo Rangel Suárez

¿Qué buscan las Farc?................................................................................. 417


Luis Carlos Restrepo Ramírez

El acuerdo humanitario: decálogo de aclaraciones..................................... 419


Ernesto Samper Pizano

La libertad................................................................................................... 425
Natalia Springer

12
Contenido

Un acto revolucionario................................................................................ 427


Natalia Springer

Manifiesto de los organizadores de la marcha del 4 de febrero.................. 429

13
Prólogo
¿PRISIONEROS DE GUERRA?
José Obdulio Gaviria Vélez

Si la academia, los medios de comunicación, los analistas, hubiesen


ido metódicamente a las fuentes de la consigna “¡Acuerdo Humanitario,
Ya!”, habrían activado sus alarmas mentales. ¿Por qué? Porque quienes más
enjundiosamente la agitaban eran los propios miembros de la organización
secuestradora.
En sus intervenciones públicas, Luis Edgar Devia, alias “Raúl Reyes”,
jefe de la banda secuestradora, dijo y repitió lo siguiente:

Los políticos, policías y militares secuestrados, son nuestros prisioneros de


guerra. Con ellos buscamos, ante todo, conseguir la liberación de la totalidad
de guerrilleros que están en poder del Estado colombiano y también los extra-
ditados a Estados Unidos.1

En uno de los videos que solía enviar a congresos promovidos por sus
aliados de la Coordinadora Continental Bolivariana, Devia hizo esta narración
de los hechos que los llevaron a convertirse en secuestradores sistemáticos:

Años atrás las Farc tomaba en combates policías y militares y se los entregaba
de nuevo a las instituciones a través de la Iglesia, la Cruz Roja Internacional y
de otras autoridades. Pero ahora al ver la necesidad de que también se liberen a
nuestros camaradas se pensó en que había que retenerlos hasta tanto se consiga
la firma del acuerdo.2

Y a la consigna “¡Acuerdo, ya!”, las Farc sumaron la del despeje. Su


intención ostensible: tener un sitio geográfico convertido en algo parecido a
una capital política –como un Yunan para Mao–, que diera la impresión de
control territorial permanente y existencia de un “mando unificado del partido
político que hace la guerra al Estado colombiano”. Dijo Devia, con estilo
pomposo, de cuasiestadista:

15
Los potros de bárbaros atilas

Tenemos la propuesta del despeje, es decir, el retiro de la totalidad de la Fuerza


Pública de los municipios de Pradera y Florida en el Valle del Cauca para
podernos sentar con los emisarios del Gobierno a suscribir el acuerdo que
ponga fin al cautiverio de las personas en poder de las dos partes.3

Reyes tendió la trampa del concepto “prisioneros de guerra” y quienes


entraron en ella, quienes picaron el anzuelo, quedaron irremisiblemente conde-
nados a hacer una siniestra tarea para las Farc: legitimar la acción secuestra-
dora, porque en sana lógica, se concluía que cada parte tenía prisioneros, es
decir, un derecho adquirido sobre la libertad de los “retenidos”, que la facul-
taba, también legítimamente, para proponer un canje o intercambio, previo
“acuerdo” al que se calificó con un atractivo apelativo: humanitario.
Para no entrar en discusiones –que a él debían parecerle sensibleras–,
contra toda evidencia, Devia describió la vida de los secuestrados como una
excursión voluntaria a sitios bucólicos:

Los prisioneros en poder de las Farc viven la misma vida que viven los guerri-
lleros en la práctica, me refiero a la alimentación, comen de los mismos
alimentos que tomamos los demás guerrilleros, reciben los mismos medica-
mentos que se nos suministran a nosotros cuando estamos enfermos, la ropa
igualmente.4

Amarrarlos con cadenas a un palo, negarles movimiento, lectura y


contacto con sus familias, era una concesión, no una conculcación:

son prisioneros a los cuales la guerrilla nuestra les presta seguridad, les presta
vigilancia para impedir que sean raptados en cualquier momento por los
comandos enemigos que lo hacen por tierra, lo hacen por agua o lo hacen
por aire. Los encargados de cuidarlos pues tienen que cumplir esa misión de
cuidarlos de cualquier peligro; eso implica ciertas privaciones de acuerdo a los
riesgos que se corren. Si unas patrullas enemigas se acercan y hay esa informa-
ción pues obviamente hay que pedirles que no hagan bulla, hay que pedirles
que se levanten a ciertas horas, hay que pedirles que se muevan de un lugar a
otro; desde luego son situaciones propias de la confrontación que generan en
ellos algunas incomprensiones también e incomodidades.5

Planteada la legitimidad del secuestro (prisioneros o retenidos); ofrecido


el intercambio o canje por prisioneros suyos (guerrilleros); exigido el despeje
para hacer el acuerdo; las Farc pusieron en marcha su amplio aparato de apoyo

16
¿Prisioneros de guerra?

externo y chantajearon a las familias de las víctimas para que exigieran el


sometimiento del Estado a las Farc, so pena de asesinarlas o dejarlas abando-
nadas en el fondo de la selva. Devia, en un proceso mental que no sé calificar,
pero que evidentemente era patológico, hablaba a las familias de sus víctimas
como su socio y adalid en la hazaña de remediar la injusticia cometida por
el Estado. En su penúltima grabación, aplaudida a rabiar por estudiantes de
varios países, Devia se condolió de que la “retención, que es producto natural
de la guerra”, se prolongaba

ante todo la ausencia de voluntad que tiene el gobierno de Álvaro Uribe en el


intercambio humanitario, por eso se niega (…) a despejar los municipios que
hemos solicitado, contribuyendo a prolongar el dolor de los prisioneros y el
dolor de sus familias, esperanzados en el acuerdo para regresar a sus familiares
al seno de sus hogares.6

Como antídoto a esa “ausencia de voluntad de Uribe”, Devia invitaba


a la comunidad internacional para que fuera su cómplice. La libertad de los
“prisioneros de guerra”, dependía, según él, de

la presión que se haga tanto nacional como en el exterior, depende de los


gobiernos y otras entidades que contribuyan a explicarle a Uribe que la única
salida para la liberación de los prisioneros es el acuerdo, es la firma del canje,
implica desmilitarizar los dos municipios.

Y como si hablara de un asunto político y no del martirio terrible de los


secuestrados, Devia decretaba que

sin esta condición (despeje) yo quiero dejar claro, una vez más, es imposible
sentarnos a dialogar con el gobierno de Álvaro Uribe, porque por encima del
interés de dialogar con un gobierno, está proteger la vida de los prisioneros y
de los que van a sentarse allá a dialogar con los representantes del gobierno.
Las Farc no tenemos la más mínima confianza en un gobierno como el de
Colombia presidido por el jefe de la narco-parapolítica que tanto daño le causa
a nuestro país.7

En 2001, la revista parafarquiana Marxism nos informó sobre el cinismo


con el que Devia intentaba doblegar la voluntad de los familiares de los
secuestrados:

17
Los potros de bárbaros atilas

Las Farc han invitado dos veces a las madres y esposas de soldados prisioneros
para explicarles su situación y transmitirles sus noticias, procurando romper
con la inercia del gobierno de no reconocerles sus derechos: si están prisio-
neros que les paguen el salario a su familia. Si han muerto en combate que
les paguen la pensión. Si las Farc ofrecen un CANJE, pues intercambiar esos
prisioneros, aunque vivan mejor los soldados en la selva, que los guerrilleros
en las infrahumanas cárceles colombianas.

Este libro del Centro de Pensamiento Primero Colombia, es una contribu-


ción al trabajo pedagógico que sobre un tema crucial, el secuestro en Colombia,
vienen haciendo el Presidente, el Vicepresidente y el Alto Comisionado de
Paz. Pretendemos que su estudio por parte de las personas de buena voluntad,
los mediadores, las familias de los secuestrados, los medios de comunicación
y los analistas internacionales, aporte todos los elementos de juicio y permita
hacer una exacta composición de lugar.
Pretendemos que, por ejemplo, todos los que somos enemigos del terro-
rismo (el secuestro colectivo es terrorismo), sepamos defender un acervo que
yo llamaría nuestro mínimo común conceptualizador:
1. Que la toma de rehenes (secuestro) es delito de lesa humanidad y que Colombia,
una democracia legítima y en profundización, no admite que organizaciones
terroristas secuestren a sus servidores públicos –policías, soldados, conce-
jales, diputados, representantes o senadores–; menos que ese crimen sea defi-
nido como un acto legítimo de guerra, o toma de “prisioneros de guerra”.
2. Que debemos neutralizar la clasificación que hace que ingenuamente se
le pida a las Farc que cese el acto ilegal (toma de rehenes de la población
civil o secuestrados), pero que se acepta la legitimidad y justicia de un
“acuerdo humanitario” para “intercambio de prisioneros de guerra entre las
partes del conflicto interno armado o guerra civil” (policías y soldados por
guerrilleros en la cárcel).
3. Que los policías y soldados de Colombia no hacen la guerra. No son comba-
tientes sino servidores públicos. Prestan un servicio de seguridad, función
principal del Estado. Portan las armas en el ejercicio del monopolio estatal
de la fuerza, para proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos.
4. Que atentar contra policías y soldados es incurrir en delitos comunes, agra-
vados por su carácter de funcionarios públicos. Atacar a la fuerza pública
no es protagonizar “actos de combate en un conflicto interno armado”;
secuestrar policías no es tomar prisioneros de guerra. O: ¿algún otro
Estado, está dispuesto a declarar que comprende la legitimidad de los

18
¿Prisioneros de guerra?

ataques contra sus policías, cuando ellos provengan de individuos que se


declaren en rebeldía?
5. Que las Farc, con absoluto desprecio de la ley, de los derechos humanos y
de la ética política, decidieron que tenían derecho a practicar el secuestro
e, incluso, desarrollaron una clasificación: secuestro “político” y secuestro
“económico” y a las víctimas las llamaron genéricamente “retenidos” o
“prisioneros de guerra”.
6. Que el mundo debe repudiar el documento de 1998, firmado por decenas
de juristas europeos y dirigido a los dos “comandantes de las fuerzas beli-
gerantes del conflicto interno armado de Colombia”, “Manuel Marulanda”
(Farc) y Andrés Pastrana (Presidente), justificatorio del secuestro y base
teórica en la que se ha sustentado la viabilidad política y jurídica del canje y
del acuerdo humanitario, por el cual vienen presionando las Farc. El conte-
nido de ese texto ha sido objeto de una gran apología por parte del Comité
Permanente de los Derechos Humanos y por el Instituto del Pensamiento
Liberal (el documento se reproduce en las páginas 363 de este libro).
7. Que: (a) las Farc no son contendientes legítimos del Estado. (b) debe hablarse
siempre de rehenes o secuestrados y no de retenidos o prisioneros. (c) el
Gobierno tiene todo el derecho a imponer a los guerrilleros de las Farc que
sean liberados, la condición de no reincidir en la asociación criminal. (d) los
guerrilleros no son prisioneros políticos y su liberación anticipada es un acto
unilateral del Estado y no un canje de prisioneros de guerra con las Farc.
(e) las personas que están en poder la de las Farc son ciudadanos inocentes,
rehenes, no prisioneros políticos. (f) estamos ante una violación de los dere-
chos humanos que no se rige por el DIH o procedimiento de canje. (g) llamar
terroristas a los guerrilleros no es boicotear un acuerdo y una negociación.
(h) todo el procedimiento de las Farc tiende a que el Gobierno firme un
acuerdo por fuera de las normas vigentes con lo que pretenden dejar sentado
que ellos están por encima de nuestra ley penal. (i) mediante eficaces proce-
dimientos de propaganda, las Farc lograron engañar a muchos ciudadanos
que olvidan el problema crucial, el secuestro, y repiten la tesis de Devia: el
gobierno tiene mala voluntad y no oye el clamor humanitario. (j) las Farc no
han permitido que negociadores suyos se reúnan con el Gobierno, porque
para ellos la libertad de los secuestrados no es un fin sino un medio para
hacer política y mantenerse vigentes. (k) Las Farc no han dado un solo paso
sincero tendiente a negociar la libertad de los secuestrados. (m) los familiares
tienen que presionar a las Farc, no al Gobierno. El Gobierno es su aliado.

19
Los potros de bárbaros atilas

Este libro es una contribución a la lucha para derrotar esa confusión


internacional que lleva a la denominación de los legítimos actos de fuerza o
autoridad del Estado colombiano como actos de guerra. ¿Por qué algunos se
atreven a denominar “asesinato” la baja de alias “Raúl Reyes”, un individuo
que se la pasaba negociando secuestros como si se tratara de intercambio de
mercancías legítimas? ¿Por qué anda tanta gente por el mundo –presidentes
y ministros incluidos– usando términos como “acuerdo para intercambio
humanitario de prisioneros de guerra, canje y despeje de territorio”, cuando se
refieren al secuestro en Colombia?
Quienes hablan así están equivocados. En dos tomos anteriores de esta colec-
ción hemos intentado demostrar que están perdidos en los vericuetos de una inco-
rrecta formulación teórica (excepción hecha, claro está, de los propios interesados,
las Farc y el Eln, quienes sí tienen un interés directo en la mala formulación).
Que este libro nos ayude a entender que el asunto no es tan intrincado
y complejo como nos lo han hecho creer. Que realmente es fácil zafarnos
del cabestro discursivo que nos impusieron algunos académicos y publicistas
vanidosos. Que la caracterización que a ellos les pareció en su momento
(1996) una verdadera genialidad (“estado de conflicto interno armado de
carácter político, económico y social”, es decir, guerra civil)”, no se sostiene
un segundo cuando se contrasta con los hechos.
A los colombianos, con la firma del Convenio con las Naciones Unidas y
la instalación de la Oficina del Alto Comisionado (1996), se nos metió en la
casa cierto lenguaje hostil de los expertos internacionales. Ellos suelen ver a
los policías y soldados colombianos como “la bota militar” y no como agentes
de “la ley y el orden”. De ahí que haya ocurrido que a nuestros policías y
secuestrados los consideren, algunos, “prisioneros de guerra” o “personas
privadas de la libertad por motivos relacionados con el conflicto armado”.
Distinción nefasta, injusta, cruel y traicionera.

Notas
1. Últimas palabras del comandante “Raúl Reyes”. En Internet http://www.youtube.
com/watch?v=NjgEKS_YWmo
2. Íd.
3. Íd.
4. Íd.
5. Íd.
6. Íd.
7. Íd.

20
Acerca de esta antología
BREVES PALABRAS SOBRE UNA INFAMIA
Libardo Botero Campuzano

… los heraldos negros que nos manda la Muerte


César Vallejo

Al iniciar la selección de textos para este volumen, tuve de pronto un pálpito:


el tema no debiera ser propiamente el “acuerdo humanitario”, no; el punto focal
debía ser el secuestro, esa empresa infame que se enseñoreó de Colombia hace
décadas, sobre todo por obra y gracia de los grupos guerrilleros.
En un principio había planeado solo dos grandes componentes para la
presente recopilación: las posiciones del presidente Uribe y del gobierno alre-
dedor del “acuerdo humanitario”, de un lado; y de otra parte el debate que se
ha generado en torno a esos criterios, lo mismo que frente a las propuestas de
la guerrilla y de otros sectores o personalidades.
Con la nueva óptica me dediqué entonces a hurgar por distintos rincones
en búsqueda de material apropiado para el libro, a fin de incluir distintos
documentos, sobre todo testimonios de los secuestrados, en particular de los
llamados impropiamente “políticos”.
En esa empresa andaba, cuando de repente me topé con el portal de Internet
Las voces del secuestro (www.lasvocesdelsecuestro.com), que reúne una infor-
mación bastante amplia sobre tan ominoso delito. Los plagiados se encuentran
allí clasificados en cuatro categorías: secuestrados, desaparecidos, muertos,
liberados. La cantidad de nombres reunida es impresionante, aunque no están
todos. Me propuse, para el caso, buscar algunos que conozco –¡quién no tiene
un familiar o un amigo que esté o hay estado secuestrado!– y no los hallé.
Escogida la categoría, se puede consultar una lista clasificada en orden
alfabético, con información detallada de persona por persona. Basta hacer clic
en cualquier nombre y aparece de inmediato la descripción básica del caso, a
veces con mucho detalle, a veces muy simple. Al final, se abre un espacio para
los mensajes. Unos, los más anónimos seguramente, carecen de ellos. Los de
más renombre tienen por lo regular un listado grande. Familiares, amigos,
desconocidos que escriben desde los lugares más insólitos, en fin, personas de

21
Los potros de bárbaros atilas

toda índole, estampan sus llamados a la fortaleza, sus clamores, sus oraciones,
sus reclamos, sus quejas, su dolor…
Luego de repasar varios nombres conocidos ensayé con otros, para mí
desconocidos. Entonces, por azar del destino, en el sitio de cualquier secues-
trado olvidado hallé un solo mensaje. Alguien colocó allí el hermoso e impre-
sionante poema de César Vallejo, que creo no había vuelto a leer desde mi
adolescencia, Los heraldos negros. Ahora, colocado frente al drama del
secuestro, pude entender mejor aquellos versos lúgubres y tristes, enigmá-
ticos, teñidos de la cólera y la desazón que provoca la pérdida incomprensible
de un ser querido, acongojados y profanos. Decidí entonces que en algún lugar
del libro debía colocarlos, como testimonio de una sociedad atropellada por el
oprobio. Y qué sitio mejor que en esta introducción.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!


Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras


en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,


de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como


cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

Es el grito rabioso y desesperado de quien ha recibido un golpe espan-


toso, como le ha sucedido a miles y miles de colombianos con este flagelo.

… los potros de bárbaros atilas

22
Breves palabras sobre una infamia

Pero ¿quiénes son los responsables de esta calamidad, que es una afrenta
para Colombia?
No hay que remontarse demasiado, para encontrar las raíces en nuestro
pasado reciente. Como lo han señalado estudiosos del tema1, este delito era
prácticamente inexistente en Colombia, a tal punto que ni en la llamada
“violencia” de los años cincuenta del pasado siglo alcanza casi a registrarse.
En los años sesentas del siglo XX, en medio de la fiebre revolucionaria que
contagió al Continente, los primeros grupúsculos alucinados que dieron origen
a la tragedia de la violencia que todavía nos aflige, se creyeron autorizados
para apelar a cualquier medio para financiar su desatinada empresa, ante la
carencia de respaldo de las masas populares, a las cuales, en sus delirios,
pensaban dizque redimir. Ese fue el origen de la peste. El país fue víctima
de allí en adelante de la saña de esas hordas feroces, quedando sus campos y
ciudades en pocos años, asolados por los potros de bárbaros atilas.
No tuvieron que hacer mucho esfuerzo para convencerse de que dicha
práctica delincuencial podría santificarse como revolucionaria, porque les
bastó repasar el trajinar de sus mentores cubanos, para encontrar que éstos
habían inaugurado tan reprochable mecanismo, con el célebre secuestro de
Juan Manuel Fangio, el famoso piloto de carreras argentino, en febrero de
1958, ya en los estertores del régimen de Batista. Sin contar que los cubanos
fueron también los pioneros del secuestro de aviones, por la misma época. Ese
fue el comienzo de la sarta infinita de plagios que se regaron como pólvora
por toda Latinoamérica, y que han mancillado una causa que, por su misma
esencia, debe repudiar tan innoble y vandálico proceder.
Colombia no fue la primera en seguir el ejemplo nefasto, pero, por
desgracia, fue en nuestro suelo donde más se aclimató y perduró. La inaugu-
ración criolla del pavoroso recorrido corresponde a un grupo bajo el mando
directo de Pedro Antonio Marín (alias “Tirofijo” o “Manuel Marulanda”), que
en marzo de 1965 plagió a Harold Eder, notable empresario y ex ministro
vallecaucano, asesinado unos días después por sus captores ante la arremetida
militar para obtener su rescate2. Eran los preparativos para la creación de las
Farc como tal, que se verificaría un año después, cuando se realizó la Segunda
Conferencia de esa facción. Una de sus decisiones centrales fue la de utilizar
“otras fuentes de financiación” diferentes al apoyo de “las masas”. Consta
en innumerables documentos que a partir de allí las Farc implementaron tal
mecanismo con notables réditos económicos, que les sirvieron para multipli-
carse y extenderse.

23
Los potros de bárbaros atilas

Al poco tiempo fueron seguidos por el Eln, nacido también en los sesentas.
Pensaron excluir esa práctica en un comienzo, pero al poco abandonaron la
idea, pues su uso se había generalizado en las toldas “revolucionarias” del
Continente. Su más sonado secuestro, en los albores de su existencia, fue
el del ex ministro Fernando Londoño y Londoño en 1970. Después de casi
desaparecer en la segunda mitad de los setentas, un jugoso chantaje a una
trasnacional petrolera, la Mannesman, les permitiría resucitar, para desgracia
de Colombia. De allí en adelante no se pararían en escrúpulos, hasta llegar
a los escalofriantes casos del avión de Avianca en 1999, y el de decenas de
feligreses en la iglesia La María, de Cali, ese mismo año. El calvario de los
plagiados en la selva fue de una crueldad pavorosa.
Para comienzos de los setentas todos los grupos estaban desbocados. El
Epl, también nacido en la década anterior, que tenía una presencia más loca-
lizada, devastó sin piedad a regiones enteras de Antioquia y Córdoba. Pero,
como si lo anterior fuera poco, en los años setentas entró en escena el M-19,
que pagó los costosos y engañosos avisos de prensa que festinaron su apari-
ción utilizando los fondos de un secuestro, cometido conjuntamente con las
Farc. Los noveles insurgentes, de presencia sobre todo urbana en sus primeros
años, se dedicaron a retener “peces gordos”, esto es, connotados empresarios
nacionales y extranjeros, que les proveyeran de dinero en grande para llenar
sus faltriqueras. Sin embargo, no dudaron en combinar los plagios “econó-
micos” con los “políticos”, como ha sido la cruel usanza de todos los destaca-
mentos rebeldes.
Inauguró el M-19 estos segundos en 1976, plagiando no a un encopetado
dirigente de “la oligarquía”, sino a un humilde dirigente sindical, José Raquel
Mercado, presidente de la CTC, quien fue vilmente asesinado en el cautiverio.
Después no se detendrían. Basta recordar la toma de la embajada de Repú-
blica Dominicana, o la del Palacio de Justicia, que produjo la inmolación de
la misma Corte Suprema.
La afrenta a la sociedad causada por el desbordamiento de este fenó-
meno delictivo no iba a quedarse sin respuesta. En su alocada carrera, el M-19
secuestró a comienzos de los años ochentas a Marta Nieves Ochoa, dama perte-
neciente a una de las familias mafiosas más poderosas del país; la retaliación
no se hizo esperar y los plagiarios tuvieron que recular. Como consecuencia
de tan desatinado secuestro, los clanes mafiosos crearon el grupo Muerte a
Secuestradores (MAS), que todos los analistas coinciden en señalar como
el primer grupo paramilitar en Colombia. Ya las Farc habían secuestrado en

24
Breves palabras sobre una infamia

algún momento a Gonzalo Rodríguez Gacha, capo del cartel de Medellín. Por
esa misma época, ganaderos, agricultores, comerciantes pequeños, medianos
y grandes, empiezan a organizarse en el Magdalena Medio, epicentro de la
ofensiva de las Farc, que tenía asoladas aquellas comarcas, para enfrentarla
por la fuerza ante la inacción o incapacidad del Estado. Daniel Samper Pizano
lo reconoció así en su columna de El Tiempo en aquel entonces. Más tarde,
los paramilitares recurrirían también al atroz proceder del secuestro, aunque, a
decir verdad, nunca alcanzaron, ni en saña ni en número, a sus preceptores.
Con el ascenso del narcotráfico el fenómeno se amplió. No solo porque
paramilitares y narcotraficantes, lo mismo que la delincuencia común, apelaron
sin escrúpulos a tan vil procedimiento, sino porque esta nueva actividad ilícita
proveyó con sus voluminosos recursos económicos, la leña que requerían éste
y otros tipos de delitos para multiplicarse en Colombia. Si bien el plagio, y en
particular el plagio con finalidades políticas, no tuvo para la mafia ni para los
paramilitares la misma importancia que para la guerrilla, igual recurrieron a él
sin pararse en pelillos. Quién no recuerda la campaña de secuestros empren-
dida por el cartel de Medellín para presionar la inclusión de la no-extradición
en nuestra Carta Magna, a principios de los años noventas, logrando, como es
sabido, al menos temporalmente, sus proditorios propósitos.
A partir de 1997, las Farc deciden utilizar el secuestro como herramienta
para lograr su reconocimiento como “fuerza beligerante”, acudiendo en prin-
cipio a la retención de militares, a fin de pedir un “canje” de “prisioneros de
guerra”. Los gobiernos de Samper y Pastrana cayeron en la celada y pactaron
con aquel grupo “acuerdos humanitarios” para la liberación bilateral o unila-
teral de guerrilleros o militares. En lugar de “humanizar” la supuesta “guerra”,
de morigerar sus efectos, el país vivió a partir de allí una escalada de secues-
tros, y en los primeros años de este siglo sobre todo de secuestros de civiles,
no solo como arma de presión para el reconocimiento de la beligerancia, sino
como herramienta para buscar imponer al país las pretensiones de las Farc.
En ese punto estamos hoy. Ante un chantaje inicuo. Que suma a la
crueldad de la retención por años y años de un grupo de compatriotas, en
las condiciones más degradantes y crueles, la desvergüenza de sus captores
de posar de campeones del humanitarismo y la clemencia. A lo cual algunos
políticos y académicos, lo mismo que familiares de los secuestrados, por
diversas y contradictorias razones, le hacen el juego, invirtiendo los términos
de la ecuación y colocando al gobierno como el que entorpece la solución
del problema. La distorsión alcanza a ratos tal dimensión que termina pare-

25
Los potros de bárbaros atilas

ciendo que los secuestros fueron cometidos por la guerrilla con el propósito
de realizar el gesto humanitario de devolverlos, pero que tan loable cometido
no se puede alcanzar por la obstinación del gobierno. Casi como si fueran
secuestros humanitarios. Bueno, pero ese tema, del cual no me ocuparé en esta
introducción, es objeto de la más amplia consideración en los diversos escritos
recopilados en este libro.
Tampoco es nuestra pretensión hacer una historia del fenómeno del
secuestro en Colombia. Sería interminable, y además rebasaría nuestras
muy limitadas capacidades de narración. Los horrores cometidos son espan-
tosos. Aunque, para bien de nuestra sociedad a la fecha hayan descendido en
número, no cesan en crueldad. La situación actual de las víctimas utilizadas
como mercancía para el mal llamado “intercambio humanitario” ha llegado a
extremos de iniquidad inconcebibles.
Queremos decir solamente, para rematar este punto, que en el prontuario
de estos grupos al margen de la ley, pero sobre todo de la guerrilla, y en nadie
más, recae la responsabilidad histórica de haber generado semejante tragedia
nacional. Responsabilidad de haber convertido a Colombia en el país con el
mayor número de secuestros en el mundo desde hace varios lustros. Respon-
sabilidad de haber sometido a decenas de miles de personas y a sus familiares
y amigos a tan repudiable práctica, que lesiona los más elementales preceptos
de la dignidad humana, del derecho a la libertad y a la vida. Afortunadamente
el Estado en los últimos años, bajo la firme conducción de Álvaro Uribe Vélez,
ha enfrentado con valor el desafío de los violentos, gracias a lo cual el país
empieza a presentir que el final del holocausto está cerca.
No sigamos sin ofrecer un somero panorama estadístico del secuestro en
el país, sobre todo en el período de su auge. Según un estudio de la Contraloría
General de la República3, que cubre los años 1981 a 2003, se encontraron
registros de 31.827 secuestrados. Habían muerto en cautiverio 2.147, se habían
fugado 121, fueron liberados por presión de las autoridades 519, fueron resca-
tadas por organismos de seguridad 5.028, y encontraron su libertad por otras
razones 12.626 (pago de rescate en su mayoría). Del total, para 2003 perma-
necían cautivos o desaparecidos 9.040. Y este dato escalofriante: el promedio
de duración de los secuestros era de 3 a 6 años. Las estadísticas no mienten:
más de la mitad de los plagios eran cometidos en el país por la guerrilla, a cuya
cabeza estaban las Farc.
Como se ve, la efectividad de las autoridades en los rescates es alta: más
de 5.500. Se observa también que la muerte de secuestrados en cautiverio, que

26
Breves palabras sobre una infamia

supera los 2.000, en su inmensa mayoría obedece a causas distintas a intentos


de rescate; las Farc, de nuevo, son las que más plagiados asesinan en cauti-
verio. Pero el problema es que este delito ha gozado de una impunidad tan
alta, que prácticamente existía una patente de corso para los delincuentes. De
acuerdo con el mismo informe de la Contraloría tan solo el 6% de los plagios
había sido resuelto por las autoridades judiciales, de modo que existía el 94%
de probabilidad de que quien lo cometiera no llegara nunca a ser judicializado.
El riesgo era casi ninguno.
Sin embargo, los estudios hablan solo de secuestros de los cuales se tiene
información. Todos coinciden en señalar que un número elevado –que puede
ser otro tanto– nunca es denunciado. La cifra total y el daño causado son incal-
culables. De dimensiones catastróficas, en todo caso4.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,


de alguna fe adorable que el Destino blasfema

¿Y en virtud de qué razones –si es que pueda pensarse que las haya–
justifican los plagiarios sus atrocidades? Un repaso somero, no exhaustivo,
de algunas de las justificaciones que esgrimen, nos llevan a concluir con el
poeta que tales elucubraciones no son otra cosa que la degradación suma, las
caídas hondas de los Cristos del alma, de la doctrina revolucionaria, alguna
fe adorable que el Destino blasfema.
La degradación se inició, como relatamos arriba, con la Revolución
Cubana. Citábamos el secuestro de Juan Manuel Fangio en 1958 quien, pasado
un tiempo, fue homenajeado por sus captores cuando asumieron el poder en la
isla. En un mensaje firmado por “sus amigos los secuestradores” le expresaron
25 años más tarde, que aquel episodio

más que secuestro y detención patriótica, sirvió, junto con su noble actitud y
su justa comprensión, a la causa de nuestro pueblo, que siente por usted viva
simpatía, y en nombre del cual lo saludamos al cabo de un cuarto de siglo5.

Dejemos a un lado el cinismo de quienes felicitan al plagiado por su contri-


bución a “la causa de nuestro pueblo”. En el mensaje se halla condensada, en
una expresión lapidaria, la esencia de la deformación: ¡no es un “secuestro”,
es una “detención patriótica”! A partir de allí, todos los oprobios estaban justi-
ficados en nombre de una causa.

27
Los potros de bárbaros atilas

Si efectuamos un repaso ligero de nuestro historial político, encontramos


las razones y sinrazones que han tenido los secuestradores de toda laya, para
adentrarse sin vergüenza por los vericuetos de tan detestable criminalidad.
Para que sirvan a nuestra memoria histórica, he querido consignar algunas de
tan deleznables y repudiables expresiones, que podrían colgarse en un muro de
la infamia, para escarnio ante la opinión pública, con las fotos de sus autores,
al lado de las de los violadores de menores.
Sin seguir ningún orden especial, empecemos por el M-19. Varios de sus
antiguos miembros gozan hoy de los gajes del indulto y la amnistía que les
fueron concedidos hace más de tres lustros, y son a la vez los críticos más
acérrimos del gobierno actual, manifestando una intolerancia suma frente a
procesos de reinserción en marcha, mucho menos benévolos que los suyos.
Repasar solo el drama del secuestro protagonizado por este grupo, nos pone
los pelos de punta.
Decíamos que su primer gran secuestro fue el de José Raquel Mercado.
Con el cinismo que lo caracterizó, Jaime Bateman, jefe del M-19, justificó
el magnicidio pontificando sobre la forma de aconductar a los trabajadores
mediante tal procedimiento:

Interpretamos al pueblo cuando juzgamos y ajusticiamos a un traidor de la clase


obrera… El juicio y ajusticiamiento a Mercado le abrió nuevas perspectivas
al movimiento sindical… Demostró hasta dónde llegaba su podredumbre…
Despertó a muchos dirigentes obreros quienes se dieron cuenta que su función
no era la de traicionar a los trabajadores colombianos. La gente oyó nuestro
mensaje: (…) Hermano, aquí hay que comportarse. Hermano, aquí no se le
pueden hacer jugadas chuecas a la clase trabajadora. (…) No quiero decir con
eso que el movimiento sindical ya sea puro ni que haya cambiado totalmente.
Pero después de la muerte de Mercado, se le abrieron nuevos caminos a la
unidad sindical colombiana. (…) El M-19 despegó con la muerte de Mercado.
¡Despegó mil veces, mil veces, mil veces!6

Vaya manera de “abrirle caminos a la unidad sindical” y de conseguir el


“despegue” de semejante grupo. A propósito: ahora que ciertos dirigentes polí-
ticos y sindicales –no pocos discípulos o viejos militantes de aquella fatídica
agrupación– posan de defensores de los sindicalistas y denuncian la violencia
contra éstos, valdría la pena que recordaran quién desató en el país esa ordalía.
La justificación más común es tal vez la que coloca al secuestro como
un arma indispensable dentro de las confrontaciones bélicas. Tanto éste como

28
Breves palabras sobre una infamia

otros delitos, estarían autorizados para acompañar las acciones armadas, sin
que tuvieran el carácter de crímenes de guerra o delitos de lesa humanidad.
Bateman, como sus compinches de los otros grupos, lo pregonaron cada que
tuvieron oportunidad. Dijo, por ejemplo: “Ellos los llaman delitos atroces y
como tal los consideran pero son acciones inherentes a la guerra. La guerra se
hace así”.7
Otra constante entre los alzados ha sido la de otorgarle cierto tinte de
impuesto legítimo a la extorsión que regularmente acompaña los plagios. Las
variantes de su apología son numerosas, pero no resistimos el deseo de citar
esta perla de Bateman, quien en su afán de aparecer como muy astuto, dice
una simple y llana estupidez.

A nadie, y menos a nosotros, le gusta el secuestro. ¡Nosotros preferiríamos mil


veces no vernos obligados a secuestrar gente! Pero como el Estado no tiene
un impuesto destinado a financiar la revolución de los pobres; y como los que
tienen dinero no lo aflojan a las buenas; y como no queremos ser una organi-
zación revolucionaria financiada por la Unión Soviética o cualquier otro país
extranjero y dependiente de él, no nos queda más remedio que secuestrar a unos
pocos oligarcas. (…) Queremos hacer un secuestro más, uno solo, pero que nos
deje unos tres millones de dólares…. Así solucionaríamos definitivamente, con
un costo político muy bajo, el problema económico de la revolución.8

Haciendo a un lado las cínicas declamaciones sobre su aversión al


secuestro, da grima la pobreza de la argumentación lanzada para sustentar su
uso: ¡que el Estado y la oligarquía no tienen un impuesto destinado a financiar
la revolución contra ellos mismos! Algo así como decir: nosotros decidimos
acabar con ustedes, pero como ustedes no nos dan voluntariamente el dinero
para hacerlo, los secuestramos para obligarlos a entregárnoslo.
El Eln ha tenido un comportamiento un poco diferente a las Farc en algunos
aspectos de su táctica. Por ejemplo, le ha otorgado menos peso a su financiación
por medio del narcotráfico. En consecuencia, ha colocado más énfasis en el
secuestro y la extorsión. De allí que, pese a que las Farc tienen la delantera en
este delito en el país, el Eln los han seguido de cerca, aunque son una agrupa-
ción sensiblemente menos fuerte. Su resistencia a cesar de hacerlo, incluso para
pactar un cese del fuego, ha sido uno de los factores que más ha entorpecido por
años cualquier avance para iniciar un acuerdo de paz con esta organización.
Le cabe también al Eln el mérito de haber producido la teorización más
acabada del secuestro como arma revolucionaria. Han insistido por años que

29
Los potros de bárbaros atilas

no se trata de secuestro, sino de “retenciones”. A su jefe ya fallecido, el cura


Manuel Pérez, pertenece esta tesis, muy a tono con cierta doctrina jurídica
muy conocida:

…existe una diferencia entre el secuestro y la retención que es preciso aclarar:


el secuestro es un acto, criminal, realizado por la delincuencia común que tiene
por finalidad el interés personal de quienes cometen el delito; la retención
fundamentalmente es una acción política, cuya finalidad está determinada por
objetivos de bienestar colectivo, en el marco de un proyecto histórico de trans-
formación social liderado por una organización revolucionaria.9

De nuevo el “altruismo” salta como justificación de la atrocidad. Dos


observaciones nos merecen esta aseveración. La una, lo deleznable de argu-
mentar que las intenciones borran la naturaleza del delito. Ese tema fue objeto
del primer tomo de esta colección y no nos vamos a detener ahora en él. Seña-
lemos simplemente que sustentó la tesis, en los años ochentas del siglo pasado,
de que los delitos atroces podían considerarse “conexos” con el de rebelión y
“subsumirse” en éste, siendo por tanto objeto de indulto y amnistía, sin que
requirieran ningún castigo especial. Así lo llegó a aceptar el Estado, lamen-
tablemente, a mediados de aquella década. Sin embargo, no fue una decisión
fácil. Sectores importantes de la dirigencia política y de la opinión pública eran
reacios a semejante concesión. Pero los dirigentes guerrilleros de entonces,
como Oscar William Calvo del Epl, que negociaba un acuerdo de paz con el
gobierno de Betancur, no dudaban en reconocer que su facción tenía secues-
trados y que no había manera de cubrirlos con el indulto si no se aceptaba esa
asimilación del secuestro como “delito político”. Si no fuere así, explicó Calvo
con franqueza: “Yo tendría que arreglar mi mochila e irme p’al monte”10
La segunda observación es que se apela, además de los “objetivos de
bienestar colectivo”, al argumento de que son actos que se dan en medio de un
proyecto “liderado por una organización revolucionaria”. O sea: en la “reten-
ción” hay “nobleza” en la intención, se busca “beneficio colectivo”, y su
responsabilidad recae en una “organización” y no en un individuo. El secuestro
en cambio es realizado por “delincuencia común”, con “interés individual”.
He ahí precisa la diferenciación. Y la reseñamos porque desafortunadamente
en algunos círculos dirigentes del país se ha intentado minimizar la gravedad
de algunos delitos con argumentos que posan de ingeniosos, pero acusan
una gravedad inocultable. Hace varios años se expresó cosa parecida sobre
el narcotráfico. Una comisión de “notables”, conformada a fines de 1989 y

30
Breves palabras sobre una infamia

principios de 1990, con el fin de negociar con los carteles de la droga, propuso
un tratamiento “más indulgente” para el narcotráfico, a cambio de que los
mafiosos abandonaran sus actividades.11 Sin embargo, hubo una connotación
preocupante en la sugerencia de beneficios a los delincuentes: la de relacio-
narla con características “sui generis” de este delito. Dicen en un memorando
para el gobierno los citados “notables” que

…el narcotráfico o narcoterrorismo es un delito sui generis que ha ido evolucio-


nando en los últimos años hasta convertirse en un delito colectivo cuyas carac-
terísticas lo distinguen de otros procedimientos criminales. El delito común es
por lo general, la obra de un solo individuo, el delito político, en cambio, no
es concebible sino como un delito colectivo… El narcotráfico había sido tradi-
cionalmente un delito individual… Con el tiempo, como lo comprueba el caso
colombiano, el delito del narcotráfico es en la práctica un delito colectivo.12

La equiparación del narcoterrorismo a un “delito político”, por ser


cometido no individual sino colectivamente, por organizaciones dedicadas a
ello, tiene una identidad evidente con similar razonamiento del Eln para el
secuestro. Esa consagración de delitos atroces como políticos por tan notables
personajes fue, sin duda, un signo más de la decadencia moral de buena parte
de nuestro liderazgo histórico, otro paso terrible en las caídas hondas de los
Cristos del alma.
De allí a abogar que se aceptara el “canje”, disfrazado de “acuerdo huma-
nitario”, dándole categoría de herramienta de lucha política al secuestro, no
había sino un paso. Que no tardó en darse. Fue Alfonso López Michelsen el
encargado de la tarea, adelantándose casi una década a las absurdas propuestas
de Hugo Chávez a principios de 2008, que tan rotundo rechazo nacional e
internacional han tenido. Dijo López en 1999:

He llegado por mis propios medios a la conclusión de que para legitimar el


canje se impone previamente una declaratoria de estado de beligerancia, o sea,
admitir que solo bajo la vigencia del estado de guerra puede procederse a nego-
ciar sentencias judiciales de cierta categoría. (…) Para el suscrito, desde un
punto de vista semántico, con repercusiones legales inescapables, es mucho lo
que se aclara, porque ya no se hablará más de “secuestrados” sino de “prisio-
neros de guerra”, que es lo propio, y, de la misma manera, el canje no se vincu-
lará exclusivamente a las figuras del Código Penal colombiano, sino a los usos
y prácticas propios de los conflictos armados.13

31
Los potros de bárbaros atilas

¡Ya no se hablará más de secuestrados sino de prisioneros de guerra, que


es lo propio, según el autor de la propuesta: he ahí sintetizada la transmutación
de la atrocidad y la barbarie en medio lícito de adelantar una lucha!
El capítulo final de esta historia lo constituye la postura de las Farc. Es
requetesabido que son los mayores secuestradores no solo de Colombia sino
del orbe entero; que lo utilizan en todas las formas y con todo tipo de personas,
sin respetar niños ni ancianos, mujeres ni hombres, negros ni blancos, ricos ni
pobres; que su grado de crueldad no conoce límites. Que desde 1997 se propu-
sieron utilizarlo como herramienta diabólica para tratar de doblegar al Estado
imponiéndole un absurdo “canje”.
Sin embargo, si repasamos la farragosa y escabrosa literatura de dicho
grupo, nos sorprendemos del cinismo infinito de sus palabras. Su insania
no tiene parangón. Contradiciendo por entero sus actos, han edificado una
montaña de falacias y mentiras inconcebibles, que a quien no los conociera
de autos pensaría en que podrían ser incorporados a la Urbanidad de Carreño,
cuando en verdad, para el común de los colombianos no merecerían más que
ser convertidos, en la pluma de Borges, en el relato máximo de su Historia
Universal de la Infamia.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como


cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos…

… y encuentra, como cualquiera puede hacerlo, hurgando en la maraña de


declaraciones, entrevistas y comunicados de los plagiarios, para su asombro
y mayor crueldad, este increíble rosario de principios eminentes, que pudiera
bautizarse El decálogo de la perversidad, auténtico protocolo de “ética” y
“sentido de humanidad”, que –¡no lo habíamos advertido!– está destinado a
salvar a la patria adolorida. Helo aquí, como remate de esta introducción:

Primer Mandamiento.- Las Farc no son una organización narcoterro-


rista sino una organización revolucionaria regida por principios éticos y respe-
tuosa de la población civil.
“Manuel Marulanda” no vacila en negar la sindicación:

-¿Qué piensa cuando el Ejército les califica de narcoterroristas?


-Ha hecho toda la vida una campaña contra nosotros y en eso está equivocado
porque, de verdad, nosotros no dependemos de la coca ni vivimos de ella.14

32
Breves palabras sobre una infamia

El denominado “canciller” de las Farc, Rodrigo Granda, se extiende más


sobre el tema:

Lo que sí tiene que quedar claro, y lo hemos demostrado ante la comunidad


nacional e internacional es que las Farc-Ep no somos, de ninguna manera, ni
de lejos, narcotraficantes. No estamos mezclados en la producción, transporte,
comercialización o exportación de narcóticos. Por el contrario, Las Farc-Ep
está dispuesta a trabajar con la comunidad internacional y con el mismo
gobierno de los Estados Unidos en la solución de este grave problema que
azota al mundo.
Nuestra organización ha implementado el cobro de un impuesto a los compra-
dores de la pasta de coca que tienen que entrar a las áreas donde estos cultivos
existen y nos movemos nosotros; este cobro se efectúa como forma de control
a los abusos cometidos contra los campesinos cultivadores. Desde luego noso-
tros no cumplimos funciones de policía. Es el Estado colombiano el que debe
controlar esta áreas y este, hasta el presente, ha sido incapaz de hacerlo, a pesar
de los miles de millones de dólares aportados por el gobierno de EEUU para
acabar con este negocio. Además, hay que tener en cuenta que el dinero prove-
niente por ese impuesto es una cantidad ínfima frente a los gastos del aparato
militar de las Farc-Ep. En cuanto a la retención de personas hay que decir que
esos recaudos también ayudan al mantenimiento económico de las Farc, pero
no son los decisivos.15

Un comandante de las Farc que se dice llamar Juan Leonel le expresó a una
periodista que la base de su financiación es la autoproducción alimentaria:

Ana Catarina: Siguiendo lo que ha dicho sobre la Ley 002, me gustaría que
profundizara en la cuestión del financiamiento de las Farc.
Juan Leonel: El impuesto sobre las grandes fortunas apenas hace parte de
los recursos que las Farc necesitan. Lo más importante es la autoproducción
alimentaria. Todos los frentes guerrilleros –son 60– deben tener áreas culti-
vadas con yuca, banano, arroz, millo, malanga, patata, etc., y, además de eso,
criar ganado porcino y bovino y aves para garantizar la alimentación de los
guerrilleros, e inclusive, de algunos campesinos. Pero hay todavía otras fuentes,
como inversiones y negocios vinculados al abastecimiento de la guerrilla.16

La llamada Comisión Internacional de Las Farc elaboró en el año 2000


un documento para justificar el “estatus de beligerancia”, en el que recogió
apartes de normas y estatutos de dicho grupo. Extrajimos algunos apartes
como éstos:

33
Los potros de bárbaros atilas

Todas las normas contempladas en los documentos fundamentales de nuestra


organización se guían por los principios, la ética y la moral revolucionaria y
obligan a todos los integrantes, sin distinción ni excepciones.
Somos parte integral del pueblo, somos su ejército revolucionario, la razón
de nuestra lucha es la solución de los problemas de todos los colombianos; por
tanto no es nuestra política lesionar los intereses y derechos del pueblo. (…)
Es también un llamado a enriquecer esta discusión y fortalecer el contenido
en el marco planteado. Si bien es cierto, las Farc-Ep no han signado específica-
mente todo lo relacionado al Derecho Internacional Humanitario, sus normas,
como lo demuestra el suplemento, están ajustadas a él, por ser un movimiento
revolucionario que tiene como uno de sus pilares lógicos el humanismo. (…)
En cualquier caso nuestro principio fundamental es el respeto por el derecho
a la vida. (…)

De los requisitos para ser comandante según el artículo 6 del Estatuto,


citamos:
g) Tener temple revolucionario y elevada moral y estar dotado de honestidad
ejemplar.
h) Haber tenido y tener profundo respeto por los intereses de la población
civil, portarse correctamente con ellas y ganarse su confianza. (…)

Deberes:
Defender los intereses y bienes del movimiento, de la organización política y
de las masas.
Respetar a los prisioneros de guerra en su integridad física y convicciones.

Faltas:
Utilización de la calumnia contra las masas.
La chismografía, el uso de apodos denigrantes y el empleo de amenazas contra
particulares.
El irrespeto de los miembros del movimiento hacia las masas.
El asesinato de hombres o mujeres de la población civil.
La violación sexual.
El robo a la población civil.
Los negocios tramposos o ventajosos con gentes de las masas.
El consumo de estupefacientes.
Cualquier actividad que vaya contra la moral revolucionaria, contra las
costumbres sanas de la población, o que tienda a rebajar el prestigio de
las Farc-Ep ante el pueblo.

34
Breves palabras sobre una infamia

Toda actividad encaminada a impedirle a la población creyente la prác-


tica de su culto religioso. (…)

Un ejemplo claro de la preocupación de las Farc-Ep por la población


civil es este comunicado reproducido por la Comisión Internacional el 8 de
julio de 1998 conteniendo recomendaciones para que no sufran consecuencias
derivadas del desarrollo del conflicto:

A la población civil

Las Farc-Ep no hacen uso de los términos técnicos del Derecho Internacional
Humanitario, pero en algunos de sus documentos se establecen normas que
buscan proteger a la población civil del conflicto, estableciendo criterios que
coinciden con principios básicos del Derecho Humanitario, como son la
distinción entre combatientes y no combatientes, y la inmunidad de la pobla-
ción civil. (…) 17

Para el Secretariado de las Farc, es claro su empeño virtuoso, siguiendo


a Bolívar:

Nuestro padre, el Libertador Simón Bolívar nos enseña que, cuando el poder
es opresor la virtud tiene derecho a anonadarlo, y que el hombre virtuoso
se levanta contra la autoridad opresora e inaguantable para sustituirla por
otra respetada y amable. Y este es, precisamente, el empeño de las Farc. 18

Segundo Mandamiento.- Las Farc están contra el secuestro por


principios.
“Raúl Reyes”, miembro conspicuo del Secretariado, ha dicho tajantemente:
“Las Farc, por principio, están en contra del secuestro.”19
Y el comandante Juan Leonel desvirtuó que sean secuestradores profesio-
nales, pese a ciertos “acontecimientos”:

Ana Catarina: ¿Y en cuanto a los secuestros?


Juan Leonel: Las Farc, por principio, condenan los secuestros como forma
de hacer política. Eso consta en nuestros documentos. Mientras tanto, han
ocurrido acontecimientos que, manipulados por la comunicación y por nues-
tros enemigos, han contribuido a que mucha gente vea en nosotros secuestra-
dores profesionales. Hacemos lo que está a nuestro alcance para restablecer la
verdad.20

35
Los potros de bárbaros atilas

Tercer Mandamiento.– Las Farc no secuestran ni extorsionan, simple-


mente cobran un impuesto para la paz. El gobierno los cobra para la guerra.
La explicación de “Raúl Reyes” es contudente:

Las Farc cobran impuesto a quienes compran la coca, nunca al campesino.


(…) Las Farc, por principio, están en contra del secuestro. Cobran el impuesto
para la paz a todos los que financian la guerra. Cuando estemos en el poder
tendremos que buscar que paguen ese impuesto. No lo van a pagar por las
buenas. Como al gobierno tampoco le pagan por las buenas, debe descontarlo
por retención en la fuente. Eso es un secuestro.21

El mismo Marulanda, jefe de las Farc, lo ratificó después:

Financiación de las Farc.–A partir de la VIII Conferencia (1993) se tomó la deter-


minación de fijar un impuesto sobre las utilidades de los grandes empresarios del
país. Las Farc somos un poder más potente en muchos lugares que el propio Estado
colombiano, y exigimos el pago de ese impuesto. Reclamamos lo que es justo: que
parte de la plusvalía que los empresarios obtienen de los trabajadores retorne a ese
pueblo explotado. El porcentaje que se ha fijado es del 10%. Los denominados
“secuestros” no son más que retenciones de empresarios que se niegan a pagar el
impuesto, y no son liberados hasta que no lo abonan como deben.22

De nuevo, el comandante Juan Leonel se encarga de las explicaciones,


para ilustrar sobre la Ley 002 y desvirtuar la calificación de “bando de secues-
tradores de civiles”:

En tercer lugar, creo útil recordar que desde el gobierno de César Gaviria
el Estado estableció el llamado impuesto de guerra. Se trata de un impuesto
basado no en el financiamiento de la guerra sino en el asesinato de miles de
dirigentes y políticos de izquierda, de sindicalistas, representantes del Poder
local, cooperativistas y campesinos.
Las Farc promulgaron entonces la Ley 002, al abrigo de la cual los ciuda-
danos que obtiene lucros superiores a un millón de dólares deben pagar un
impuesto de 10% a la guerrilla. La mayoría lo paga, pero algunos, presionados
por militares, en vez de pagar, organizan grupos de paramilitares para combatir
al insurgente y matar campesinos. Esos millonarios morosos son detenidos y
obligados a pagar el impuesto recargado y una multa.
Es obvio que esta situación desagrada mucho a la burguesía que promueve
contra las Farc campañas de difamación a nivel internacional, que afirma que
las Farc se dedican al secuestro y al narcotráfico. Con frecuencia avalan en

36
Breves palabras sobre una infamia

3000 el número de secuestrados. Algunos autores hablan de 6000. ¿Se imagina


los medios humanos que serían necesarios para mantener 6000 prisioneros en
las montañas? No quedaría nadie para combatir…
En fin, agradezco su pregunta, porque su respuesta permite desmontar las
campañas que han presentado a las Farc en el mundo como un bando de
secuestradores de civiles.23

Cuarto Mandamiento.– Las Farc no tienen secuestrados económicos,


sino retenidos para cobro de impuestos.
De manera contundente lo asevera “Raúl Reyes”, al responder a un perió-
dico argentino:

–¿Por qué toman como rehenes a empresarios?


–No. ¿Cuáles empresarios?
–¿No hay empresarios?
–Que yo conozca, no. Y si hay es porque ellos no han pagado el impuesto de
nuestra Ley 02, que es un impuesto que cobran las Farc a los empresarios,
que son los mismos que financian la guerra contra el pueblo colombiano. Hay
muchos que pagan ese impuesto sin necesidad de hacerlos prisioneros y otros
que no lo pagan. Y como no lo hacen entonces los hacemos prisioneros. Esos
no están incluidos dentro del paquete de canjeables porque una vez que paguen
la deuda con la organización quedan libres.
–¿Cuánto tienen que pagar?
–El 10 por ciento de las utilidades que obtengan cada año.24

Rodrigo Granda hace una extensa descripción de la justificación de la


Ley 002, sus beneficios y las distintas formas de pagarla:

La Farc, efectivamente, somos un movimiento político-militar que hace uso del


justo derecho a la rebelión contra un Estado que practica una democracia de papel.
Nosotros lo que hacemos es responder a una guerra que se nos impuso desde las
altas esferas del poder en Colombia. Contra nosotros y nuestro pueblo se ha utili-
zado durante décadas el terrorismo de estado como método de exterminio.
Desde luego, y eso lo sabe todo el mundo, que una guerra tal necesita finan-
ciación. Esta guerra nos fue impuesta por los ricos de Colombia, entonces son
ellos los que tienen que financiar la guerra que desencadenaron. Para ello las
Farc-Ep hacen retenciones de personas por las cuales se cobra una recompensa
de carácter económico, que es en realidad un impuesto. Este dinero se destina
al sostenimiento del aparato de guerra del pueblo.

37
Los potros de bárbaros atilas

Como usted tal vez lo sabe, nosotros hablamos de la construcción de un nuevo


poder, de un nuevo Estado. Si en Suiza, en Francia o en los Estados Unidos
alguien evade sus deberes de pago de impuestos, obligatoriamente ese alguien
va a la cárcel. El nuevo Estado que nosotros estamos forjando ha determinado
el pago de un impuesto para la paz. Eso significa que toda persona, natural o
jurídica y las empresas extranjeras que actúan en Colombia y que obtengan
ganancias superiores a un millón de dólares anuales, deben pagar un impuesto
para la paz equivalente al 10% de esas utilidades. A los deudores se les anuncia
que deben entrar a conversar y a cancelar dicha suma con los responsables de
finanzas de las Farc. Si no lo hacen, desde luego, esas personas, son retenidas
y llevadas a prisión hasta que paguen y cumplan con sus obligaciones con
quienes asumimos esta obligación del Nuevo Estado, construido y liderado por
las Farc, actuando como Ejército del Pueblo.
De todas maneras, en medio del conflicto tan agudo que vive Colombia, es
posible que algunas de las retenciones de personal civil no sean bien vistas por
la población, digamos en forma general. Sin embargo consideramos, que al
publicar la ley 002, por la cual ciertas personas y entidades económicamente
poderosas deben pagar el impuesto para la paz, pues éstas ya están avisadas
y además tienen la posibilidad de discutir, arreglar su situación y cancelar en
el plazo fijado. Indudablemente, si logramos que esto se cumpla, en la misma
medida, irán disminuyendo las retenciones de personas.25

Quinto Mandamiento.– Los “retenidos políticos” no son secuestrados


sino prisioneros de guerra.
En la mencionada entrevista concedida a un diario argentino, “Raúl
Reyes” desmiente que Íngrid Betancourt y otros civiles sean secuestrados:

–¿No es un acto demencial tener personas retenidas durante tanto tiempo como
Betancourt, que lleva más de 5 años en manos de las Farc?
–Para nosotros en ningún caso hay secuestro, porque se trata del resultado
de una confrontación del pueblo en armas, las guerrillas revolucionarias en
Colombia, y un Estado que tiene una ramificación en los tres poderes, Ejecu-
tivo, Judicial y Legislativo. Los soldados en nuestro poder son prisioneros de
guerra y el resto prisioneros políticos. En el grupo que nosotros denominamos
“canjeables”, está Íngrid Betancourt, una candidata a la presidencia y antes
senadora, pero del sistema que combatimos. Por eso no es una secuestrada.26

Ya lo había indicado el mismo personaje en 2004:

38
Breves palabras sobre una infamia

Íngrid no era ninguna candidata de la izquierda, no era una candidata que estu-
viera luchando por una Colombia distinta a la que tenemos hoy. Pero no era
la candidata del pueblo, no era la candidata de la mayoría, no era la candidata
contra el modelo neoliberal, no era la candidata por la paz. Hay gente que
piensa que era la candidata de la paz, no es cierto.27

Sexto Mandamiento.– Las Farc dan un trato humanitario a sus prisio-


neros, el gobierno no.
El comandante Jorge Briceño, conocido como “Mono Jojoy”, jefe militar
de las Farc, explicó este punto en una entrevista al director del periódico Voz:

El comandante Briceño dice que “el canje en sí mismo sería una solución huma-
nista al problema de los militares y policías retenidos y de los guerrilleros haci-
nados en las mazmorras del régimen”. Se pregunta: “¿Cuál es la diferencia?”.
Y él mismo la establece: “Los soldados y policías en nuestro poder reciben un
tratamiento adecuado y respetuoso, comen lo mismo que nuestros guerrilleros,
duermen en cambuches iguales a los de nuestras unidades y jamás son some-
tidos a castigos, maltratos u otro tipo de ensañamiento. En nuestras rústicos
centros de retención, en la selva, no hay celdas de castigo, hay respeto por la
dignidad humana”.
Sin rabia, pero con la idea de hacer claridad sobre el asunto, pregunta: “¿Por
qué monseñor Rubiano o el Defensor del Pueblo o cualquiera de los que hacen
el escándalo por la nota de Caracol, no dicen nada sobre el estado actual de las
cárceles colombianas? El Estado con todos los medios a su alcance mantiene
a los reclusos en cruel hacinamiento. Donde hay capacidad para tres mil
tiene ocho mil. En medio de tratos crueles e infames y de castigos. Hasta de
masacres como las que hemos visto en el último tiempo. Sería bueno que el
padre Rubiano orara por estos detenidos, políticos y comunes, que están en un
verdadero infierno”.
La explicación al alambre de púas y al encerramiento es porque no es posible
construir edificaciones para albergar a los prisioneros de guerra, quizás en
condiciones de mayor comodidad. “Por lo menos por ahora”, nos aclara uno
de los guerrilleros. Y explica que es necesaria esta medida por la propia segu-
ridad de los retenidos. Para evitar una eventual fuga que obligaría actuar a los
guardias o que pondría en amenaza sus vidas por los peligros de la manigua.
Esa y no otra es la razón del encerramiento, dicen los guerrilleros.28

Iguales reiteraciones aparecen en la siguiente declaración difundida por


Internet:

39
Los potros de bárbaros atilas

Las Farc-Ep tienen como norma de obligado cumplimiento respetar la vida,


suministrar auxilio médico, alimentación y un trato humanitario y digno a los
prisioneros de guerra vencidos en combate.
Estos principios han estado presentes siempre, puesto que desde que se hicieron
los primeros prisioneros, la norma que imperó fue el buen trato y la entrega en
breve plazo a autoridades civiles, eclesiásticas o personas de reconocida autoridad
moral en los pueblos. Son innumerables las ocasiones en que esto se realizó.
Esta costumbre maduró en la medida que el conflicto nacional tomó mayor
envergadura, llevando a las Farc-Ep, con estricto respeto a sus normas y
principios éticos a retener a soldados y policías en calidad de prisioneros de
guerra, en campamentos de la insurgencia donde se respetaron estrictamente
sus derechos.29

Principio ratificado por “Raúl Reyes” en carta a la periodista Patricia Uribe:

Las unidades guerrilleras están en la obligación moral de salvar sus vidas y


proteger hasta donde sea posible la vida y la integridad física de los prisioneros
a su cargo. En ningún caso se pueden dejar quitar los prisioneros de las fuerzas
enemigas sin respuesta militar de la guerrilla conforme a los planes defensivos
a su disposición.
Esto porque se debe entender que se trata de dos fuerzas con armas y expe-
riencia militar, que al momento de ser atacada una de las dos por su adversario
está obligada, a defenderse del agresor con los recursos a su disposición. En
este concepto se inscribe la defensa de las personas retenidas y del personal
guerrillero encargado de custodiar las personas retenidas.30

Séptimo Mandamiento.– Las Farc protegen a los niños de la guerra. El


que secuestra niños es el gobierno.
Con motivo del fracaso de la denominada “Operación Emmanuel” a fines
de 2007, el Secretariado de las Farc declaró el 2 de enero de 2008:

1. Experto en cortinas de humo, el gobierno narco-paramilitar de Uribe Vélez,


previa consulta a su amo en Washington, ha resuelto secuestrar en Bogotá al
niño Emmanuel con el infeliz propósito de sabotear su entrega, la de su madre
Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, al Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez. (...)
3. La opinión pública nacional e internacional entiende muy bien que Emma-
nuel no podía estar en medio de las operaciones bélicas del Plan Patriota, de los
bombardeos y los combates, la movilidad permanente y las contingencias de
la selva. Por eso este niño, de padre guerrillero, había sido ubicado en Bogotá

40
Breves palabras sobre una infamia

bajo el cuidado de personas honradas mientras se firmaba el acuerdo humani-


tario. Uribe, que ya secuestró en la capital las pruebas de vida que iban con
destino al Presidente Chávez, secuestra ahora a Emmanuel. Así como capturó
y encarceló a los correos humanitarios, se apresta ahora a proceder de igual
manera con las personas encargadas de atender al niño. Emmanuel iba a ser
entregado, junto con su madre, al Presidente Chávez de Venezuela.31

El 10 del mismo mes y año complementó la brillante idea:

Si el niño Emmanuel no está en brazos de su madre, es porque el Presidente


Uribe Vélez lo tiene secuestrado en Bogotá. Que lo libere para que podamos
celebrar todos, este suceso.32

Octavo Mandamiento.– El canje es un acuerdo humanitario para solu-


cionar las angustias de los colombianos.
Declaración de “Raúl Reyes” en 2003:

La última carta abierta a los ex presidentes contiene nuestras propuestas


concretas, pensadas en función de aportarle elementos a la solución de la
angustia de esposas, esposos, novias, hijos, padres, hermanos y amigos de las
personas privadas de la libertad, unos en las cárceles del Estado y los otros en
las selvas de Colombia.33

El comandante Juan Leonel lo expuso en 2007:

Ante la imposibilidad de concretar un acuerdo, las Farc pasaron a tomar


rehenes políticos: senadores, diputados y una candidata a la presidencia, Íngrid
Betancourt. El objetivo era ejercer presión con vistas a un nuevo intercambio
humanitario.34

Y el Secretariado lo refrendó a principios de 2008:

6. Al Presidente Chávez, por encima de estas vicisitudes, le pedimos mantener


viva la esperanza del canje a través de su consecuente compromiso humani-
tario, el cual consideramos paso necesario hacia la búsqueda de una solución
política y diplomática al conflicto social y armado que vive Colombia.35

Noveno Mandamiento.– Las Farc están determinadas a cumplir fines tan


loables utilizando cualquier medio.
A veces cumplir una labor humanitaria requiere un poco de fuerza, señaló
el comandante militar más reconocido de las Farc:

41
Los potros de bárbaros atilas

La respuesta del Mono Jojoy, jefe militar de las FARC, a la pregunta de un


periodista que le anota que “juristas serios plantean que sólo haciéndole un
esguince a la Constitución se podría aprobar la ley de canje que ustedes están
solicitando” no podía ser más gráfica: “Si no se puede la ley de canje, tocará
que algunos de la clase política acompañen a los soldados (secuestrados),
para que salgan en el canje. Si no quieren por las buenas tocará por otros
medios. Pero esa ley debe salir”.36

Y lo reiteró así:

No quedan mayores dudas sobre cuales serían las pretensiones de las FARC
en materia de canje en el momento en que estuviera reunida una asamblea
constituyente.” Agregó el “Mono Jojoy”: “A nosotros nos importan un carajo
la Constitución y las leyes, porque estamos fuera de ellas”.37

Décimo Mandamiento.– Las Farc se conduelen por los prisioneros


muertos.
“Raúl Reyes” ofrece el sentido pésame de las Farc a las familias de las
personas muertas en cautiverio en Urrao (Antioquia) en 2003:

-¿Qué tienen que decirle a los familiares?


A su pregunta qué tienen que decirles a los familiares, las Farc-Ep responden:
1. Expresan su sentido pésame a los familiares de las personas muertas en
cautiverio cuando el ejército intentó con sus fuerzas especiales rescatar los
prisioneros por la fuerza de las armas.
2. Nuevamente alertan a los familiares de las personas retenidas sobre el
evidente riesgo que corren sus seres queridos en su integridad física, por la
pretensión de un rescate por la fuerza.
3. Insta a los familiares de las personas que aun están privadas de su libertad a
continuar su lucha hasta conseguir el acuerdo de canje.
4. Las Farc-Ep nuevamente ratifican su inmodificable voluntad política de
concertar un canje de prisioneros, siempre y cuando concedan las garantías y
los requisitos exigidos en la reciente carta enviada a los ex presidentes liberales.
Atento saludo, “Raúl Reyes”.38
Pese a lo anterior, yo no vacilo en lamentar el trágico final de las personas
muertas en los hechos de Urrao Antioquia. En el entendido que el verdadero
responsable de esta tragedia es Uribe Vélez, quien lo hizo convencido de
entregar un parte de victoria militar a su socio de la guerra el señor Bush, con
esto esperaba felicitaciones, palmadas en su espalda, más dólares y armas para
incrementar su plan de guerra y hambre contra el pueblo colombiano.39
Medellín, enero 14 de 2008

42
Breves palabras sobre una infamia

Notas
1. Mauricio Rubio, Del rapto a la pesca milagrosa. Bogotá. Documento CEDE
2003-36, ISSN 1657-7191 (Edición electrónica). Diciembre de 2003.
2. Ibíd., p. 5.
3. CGR. Boletines de prensa. Contraloría revela dramático informe sobre el secuestro
en Colombia. Bogotá. 2005/3/17. http://www.contraloriagen.gov.co:8081/internet/
cartelera/Archivos/1225/info_noticia.jsp?id=1225
4. Un estudio que efectúa cálculos del daño económico del secuestro, lo mismo
que otros aspectos, es el realizado por el Departamento Nacional de Planeación,
con el nombre de “El secuestro en Colombia: Caracterización y costos econó-
micos”, elaborado por María Eugenia Pinto Borrego, Ivette María Altamar
Consuegra, Yilberto Lahuerta Percipiano, Luis Fernando Cepeda Zuleta y
Adriana Victoria Mera Sotelo, que cubre los años 1996 a 2003. Sus conclu-
siones generales coinciden con el de la Contraloría. Por ejemplo: “Las Farc es el
grupo armado ilegal que más secuestra con fines extorsivos en el país. Durante
el período de estudio esta organización secuestró a 4.153 personas (30.5%). No
obstante, el Eln participó con un 24,8% del total de los casos (3.377 personas).
Vale la pena anotar, que la delincuencia común comete un 14,3% de los secues-
tros extorsivos en el país y las autodefensas ilegales un 3.8%. La mayoría de los
secuestros simples en el país fueron asociados con el conflicto armado, por ese
motivo los grupos armados ilegales son los principales ejecutores de este tipo
de secuestro (52,4%). Mientras que los secuestros simples no relacionados con
la violencia armada, fueron realizados en su gran mayoría por la delincuencia
común (27%), y por familiares (0,1%), del restante 20,5% no existe informa-
ción.” Tomado de: http://www.primerapagina.com.co/MostrarDocumentoPu-
blico.aspx?id=1099852.
5. Santiago Senén González, Fangio, secuestro en La Habana. Publicado en Todo
es Historia, Nro. 368, en marzo de 1998. Tomado de: http://www.fcaglp.unlp.edu.
ar/~rodolfo/fangio/histo/histo03.html.
6. Citado en: Francisco Mosquera, Resistencia civil. Bogotá, Editor Tribuna Roja,
1995. Pp. 215-16.
7. Citado por: Mauricio Rubio, Ibíd. p. 42.
8. Patricia Lara, Siembra vientos y recogerás tempestades, Segunda Edición, Bogotá,
Editorial Punto de Partida, abril de 1982. p. 120.
9. Citado por: Mauricio Rubio, Ibíd., p. 51.
10. Revista Semana, No. 156, 27 de mayo de 1985, “La papa caliente del indulto”.
Citado por M. Rubio, Ibíd., p. 45.
11. La Comisión estaba integrada por los ex-presidentes Alfonso López Michelsen,
Julio César Turbay Ayala y Misael Pastrana Borrero, el cardenal Mario Revollo
Bravo y el presidente de la Unión Patriótica Diego Montana Cuéllar. Bagley,
Bruce; Tokatlián, Juan G., Colombia, El dilema de la droga. Nueva Sociedad,
No. 109, septiembre-octubre de 1990, pp. 9-13. Tomado de: http://www.nuso.org/
upload/articulos/1911_1.pdf.

43
Los potros de bárbaros atilas

12. Cita tomada por M. Rubio (Op.cit., p. 37) del libro de Luis Cañón, El Patrón. Vida
y muerte de Pablo Escobar. Bogotá, Planeta, 1994. p. 268. Comenta Rubio que la
autoría del “delito sui generis” habría sido del ex presidente López Michelsen.
13. Citado por Jaime Jaramillo Panesso, “López y el mito del acuerdo”, El Mundo,
Medellín, domingo 22 de julio de 2007.
14. “Manuel Marulanda”, “El Ejército está equivocado. No dependemos de la coca
ni vivimos de ella”, El Mundo, España, lunes 31 de enero de 2000. http://www.
elmundo.es/2000/01/31/internacional/31N0114.html.
15. Rodrigo Granda. 02 de Octubre de 2007, “La guerrilla en Colombia: El fin y los
medio”. Entrevista realizada el 27-7-2007 en La Habana-Cuba. Journal Solidarités
(Suiza): Enviado por Agenda Radical. Tomado de www.tinku.org y de http://www.
farcep.org/?node=2,3446,1
16. “El comandante Juan Leonel desmonta calumnias y habla sobre la guerra y la
ideología de las FARC”. Entrevista de Ana Catarina Almeida en La Haine (Kaos.
Colombia). Tomado de: www.farcep.org/?node=1,102,1 Diciembre 7 de 2007.
17. Comisión Internacional de las Farc-Ep. “Por qué las Farc-Ep son una Fuerza Belige-
rante”. Año 2000. Tomado de: http://redresistencia.info/index.php?option=com_c
ontent&task=view&id=218&Itemid=50
18. Comunicado. Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC. Montañas de
Colombia, enero 10 de 2008.
19. “Raúl Reyes”, en entrevista con Omar Rodríguez para el Magazín Dominical de
El Espectador. Tomado de: Las verdaderas intenciones de las Farc. Intermedio
Editores. Bogotá, 1999. p. 102.
20. “El comandante Juan Leonel desmonta calumnias y habla sobre la guerra y la
ideología de las FARC”. Entrevista de Ana Catarina Almeida en La Haine (Kaos.
Colombia). Tomado de: www.farcep.org/?node=1,102,1 Diciembre 7 de 2007.
21. “Raúl Reyes”, en entrevista con Omar Rodríguez para el Magazín Dominical de
El Espectador. Tomado de: Las verdaderas intenciones de las Farc. Intermedio
Editores. Bogotá, 1999. p. 102.
22. “Manuel Marulanda”, “El Ejército está equivocado. No dependemos de la coca
ni vivimos de ella”, El Mundo, España, lunes 31 de enero de 2000. http://www.
elmundo.es/2000/01/31/internacional/31N0114.html.
23. “El comandante Juan Leonel desmonta calumnias y habla sobre la guerra y la
ideología de las FARC”. Entrevista de Ana Catarina Almeida en La Haine (Kaos.
Colombia). Tomado de: www.farcep.org/?node=1,102,1 Diciembre 7 de 2007.
24. Entrevista con Raúl Reyes. Tomado de: Clarín, Buenos Aires, 26-08-2007. Corres-
pondencia de Prensa.
25. Rodrigo Granda. 02 de Octubre de 2007, “La guerrilla en Colombia: El fin y los
medios”. Entrevista realizada el 27-7-2007 en La Habana-Cuba. Journal Solida-
rités (Suiza): Enviado por Agenda Radical. Tomado de www.tinku.org y de http://
www.farcep.org/?node=2,3446,1
26. Entrevista con “Raúl Reyes”. Tomado de: Clarín, Buenos Aires, 26-08-2007.
Correspondencia de Prensa.

44
Breves palabras sobre una infamia

27. “Gobierno de Uribe es sustentado por paramilitares”. Entrevista con “Raúl Reyes”
de las Farc. 6 de mayo de 2004. Tomado de: http://www.thepanamanews.com/
pn/v_10/issue_09/spanish_opinion_04.html, Las Noticias de Panamá.
28. “El canje es un acuerdo humanitario”. Reportaje al Comandante Jorge Briceño
(“Mono Jojoy”) de Carlos A. Lozano Guillén, del periódico VOZ. Tomado de:
http://www.mail-archive.com/marxist-leninist-list@buo319b.econ.utah.edu/
msg01594.html.
29. Comisión Internacional de las Farc-Ep. “Por qué las FARC-EP son una Fuerza Beli-
gerante”. Año 2000. Tomado de: http://redresistencia.info/index.php?option=com_
content&task=view&id=218&Itemid=50
30. “Raúl Reyes”, 7 de mayo de 2003, carta a la periodista Patricia Uribe. Publicada
en: www.rebelion.org
31. Comunicado. Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC, Montañas de
Colombia, enero 2 de 2008, http://www.noticias24.com/actualidad/?p=10921
32. Comunicado. Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC, Montañas de
Colombia, enero 10 de 2008.
33. “Raúl Reyes”, Mayo 7 de 2003, carta a la periodista Patricia Uribe. Publicada en:
www.rebelion.org
34. “El comandante Juan Leonel desmonta calumnias y habla sobre la guerra y la
ideología de las FARC”. Entrevista de Ana Catarina Almeida en La Haine (Kaos.
Colombia). Tomado de: www.farcep.org/?node=1,102,1 Diciembre 7 de 2007.
35. Comunicado. Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC, Montañas de
Colombia, enero 2 de 2008, http://www.noticias24.com/actualidad/?p=10921.
36. “Habla el Mono Jojoy”, Semana Nº 871, 11 de enero de 1999.
37. Tomado de: Mauricio Rubio, Op.cit. p. 41.
38. “Raúl Reyes”, 7 de mayo de 2003, carta a la periodista Patricia Uribe. Publicada
en: www.rebelion.org.
39. “Raúl Reyes”, 7 de mayo de 2003, carta a la periodista Patricia Uribe. Publicada
en: www.rebelion.org.

45
PRIMERA PARTE

Esta sección reúne 32 documentos que contienen la posición del presidente


Uribe y su equipo de gobierno sobre el llamado “Acuerdo o Intercambio
Humanitario” a partir del 7 de agosto de 2002. El lector podrá confirmar que
esta posición ha sido muy consistente y al mismo tiempo flexible. Algunos de
los documentos intercalados confirman los esfuerzos realizados para facilitar
el regreso a la vida de los secuestrados en manos de los terroristas.
QUE NINGÚN SECUESTRO HALLE DOCTRINA POLÍTICA
QUE LO EXPLIQUE
Álvaro Uribe Vélez

(...)
Nuestro concepto de seguridad democrática demanda aplicarnos a buscar
la protección eficaz de los ciudadanos con independencia de su credo político
o nivel de riqueza. La Nación entera clama por reposo y seguridad. Ningún
crimen puede tener directa o ladina justificación. Que ningún secuestro halle
doctrina política que lo explique. Comprendo el dolor de las madres, de los
huérfanos y desplazados de la Patria, en su nombre revisaré mi alma cada
madrugada para que las acciones de autoridad que emprenda tengan la más
pura intención y el más noble desarrollo. Apoyaré con afecto a las Fuerzas
Armadas de la Nación y estimularemos que millones de ciudadanos concurran
a asistirlas. Ello aumenta nuestra obligación con los derechos humanos, cuyo
respeto es lo único que conduce a encontrar la seguridad y por su conducto la
reconciliación.
Cuando un Estado democrático es eficaz en sus garantías, así los logros
sean progresivos, la violencia en su contra es terrorismo. No aceptamos la
violencia para combatir el Gobierno ni para defenderlo. Ambas son terro-
rismo. La fuerza legítima del Estado cumple la exclusiva misión de defender
a la comunidad y no puede utilizarse para acallar a los críticos.
La democracia es el único camino para la emulación de las ideas. La
democracia es nuestra oferta para que los fusiles sean sustituidos por la polí-
tica y la seguridad democrática el instrumento para que se haga política sin
armas y con el derecho de no ser asesinado. La defensa de los alcaldes, conce-
jales, gobernadores y cuantos representantes del pueblo sean amenazados
será salvaguardia de la democracia. No permitiremos que la centenaria lucha
popular por el derecho a elegir la más próxima autoridad sea truncada por la
presión de las armas.
He solicitado al Secretario General de las Naciones Unidas, Señor Kofi
Annan, los buenos oficios de la institución para buscar el diálogo útil a partir
de un alivio para la sociedad que debe ser el cese de hostilidades. En este marco
exploraremos soluciones humanitarias, que liberen secuestrados, que se den a

49
Los potros de bárbaros atilas

partir de acuerdos que vislumbren la paz definitiva como algo posible. Quienes
quieran disfrutar la libertad, que permitan que el pueblo disfrute la tranqui-
lidad. He pedido a los medios de comunicación y a la opinión comprender la
prudencia que el tema demanda.
El mundo debe entender que este conflicto necesita soluciones no
convencionales, transparentes, imaginativas. La violencia se financia con un
negocio criminal internacional: la droga; se lleva a cabo con armas fabricadas
fuera de Colombia; y, democracia alguna puede permanecer indiferente a los
sufrimientos de nuestro pueblo. Continuaremos con el Plan Colombia con la
adición de la interdicción aérea y programas prácticos de sustitución como el
pago a campesinos para erradicar cultivos ilícitos y cuidar la recuperación del
bosque. Mantendremos la senda recorrida con los Estados Unidos, tocaremos
las puertas de Europa y Asia y afianzaremos la unidad de propósitos con los
vecinos. Si no derrotamos la droga, la droga destruye nuestra libertad, nuestra
ecología y anula la ilusión de vivir en paz.
Queremos la paz, no el apaciguamiento que se origina en el diálogo insin-
cero, en el acuerdo claudicante o en la tiranía oficial. El apaciguamiento no
reconcilia, suspende por momentos la violencia y la reaparece con superior
intensidad.
(…)

Palabras del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, en la ceremonia de posesión de


su primer período presidencial.
Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) Bogotá, 7 de agosto de 2002.

50
SALUDO AL CUERPO DIPLOMÁTICO ACREDITADO
EN COLOMBIA
Álvaro Uribe Vélez

Compatriotas:
Quiero agradecer, en primer lugar, las palabras de su excelencia el
Nuncio Apostólico, decano del Cuerpo Diplomático acreditado en Colombia.
Manifestar el reconocimiento del Gobierno por ese mensaje lleno de talento,
bondad, de espíritu de cooperación para resolver los grandes problemas de
Colombia y de puntos de reflexión.
Como muy bien lo ha dicho su excelencia reverendísima, el Nuncio, esta
es una ocasión consagrada formalmente, dentro del cronograma diplomático
de Colombia. Una ocasión para reiterar a ustedes, a sus gobiernos, a sus fami-
lias, a todos sus compatriotas, el deseo del Gobierno y del pueblo de Colombia
de que este año sea bueno para todos, para el mundo, para la convivencia. Y
para aprovechar –también– esta ocasión, a fin de hacer algunas observaciones
del mayor interés para las relaciones internacionales de Colombia.
El tema del terrorismo. Hace 30 años las cátedras universitarias hacían
grandes esfuerzos para establecer las diferencias entre tres categorías delic-
tuales: el delito común, el delito político y el terrorismo. Enseñoreada del
mundo, la democracia pluralista como ideal de Gobierno, hoy es imposible
establecer diferencias entre ellos, cuando se tipifican con actos de violencia.
Si la democracia funciona, el delito político violento es asimilable al
delito común y no diferenciable del terrorismo. Lo importante para eso es que
la democracia funcione, con criterio pluralista, con respeto a todas las expre-
siones del pensamiento, con una sola limitación: que el titular de cualquier
expresión del pensamiento respete el derecho ajeno, de acuerdo con los textos
de los convenios internacionales, de la Constitución y de la ley.
(…)
Con el tema de las Farc, el Gobierno ha estimado que para un proceso
se necesita un interlocutor de la mayor jerarquía internacional que garantice
la seriedad de ese proceso y su irreversibilidad. Por profundas reflexiones
alrededor de esa consideración se le propuso a los ciudadanos de Colombia la

51
Los potros de bárbaros atilas

tesis de buscar la gestión de buenos oficios de Naciones Unidas. Creemos en


ella, pensamos que todos los que nos puedan ayudar deben ayudarnos a que se
dé ese proceso con Naciones Unidas.
Por razones humanitarias me he visto obligado a cambiar lo que fue mi
inicial decisión en esa materia. Dije en la campaña y en las primeras semanas
de Gobierno, que el acuerdo humanitario tenía que darse en el esquema del
reinicio serio del proceso de paz, que tendría que ir acompañado del cese de
hostilidades y de iniciación de diálogos.
Al examinar el tema con Naciones Unidas, con el Gobierno de Francia,
al escuchar a la Iglesia, al escuchar a los familiares de tantos colombianos
secuestrados, el Gobierno modificó la decisión: aceptamos un acuerdo huma-
nitario con condiciones razonables, que tenga el aval, la gestación a través de
Naciones Unidas, que todo el que quiera ayudar sea un facilitador para que se
pueda hacer con esa gestación a través de Naciones Unidas.
Es justo que si el Gobierno renuncia a que tenga que ir acompañado del
cese de hostilidades y de la iniciación del diálogo, por lo menos pueda insistir
en que tenga que ir gestado por quien habrá de ser el interlocutor de largo
plazo a ver si es posible llegar a la paz.
También hemos considerado que debe beneficiar a todos los secuestrados
y que aquellos que de acuerdo con el ordenamiento jurídico puedan salir de las
cárceles, no regresen a la militancia delincuencial, que retornen a la libertad
bajo la custodia de un país hermano, responsable, amigo, solidario, con la
garantía de que no van a incorporarse a la actividad de grupos armados.
Quiero repetir ante ustedes –porque sé de su preocupación– que con
condiciones razonables, el Gobierno comparte la angustia de los familiares de
los secuestrados y está dispuesto a ese acuerdo humanitario.
(…)

Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) Enero 30 de 2003, Bogotá.

52
ACTIVACIÓN DEL BATALLÓN DE ALTA MONTAÑA
RODRIGO LLOREDA
Álvaro Uribe Vélez

Compatriotas:
¡Qué grato que la bandera de Colombia regrese de manera permanente a esta
cordillera a recuperar soberanía, a dar tranquilidad a los campesinos que viven en
estas laderas vallecaucanas, a cuidar desde aquí a su capital, a mirar desde acá al
Pacífico, al norte de la cordillera, al sur de la cordillera y a esa tierra de promisión
que tiene Colombia alrededor de su río Cauca, que es el Valle del Cauca!
(…)
Se que en esta tierra hay mucha preocupación por el acuerdo humanitario,
por los diputados y ciudadanos vallecaucanos secuestrados en poder de la
guerrilla. Todos queremos el acuerdo humanitario, pero hay que entender que
el Gobierno no puede hacer un acuerdo humanitario que debilite la política
de orden público. El acuerdo humanitario exige que el Gobierno proceda con
toda la prudencia para no ir a contravía de la política de orden público.
Expresé como candidato y en las primeras semanas de Gobierno, que
el acuerdo humanitario debería acompañarse de una iniciación de diálogos
serios, cese de hostilidades y siempre con la compañía de Naciones Unidas.
El propio Secretario General de Naciones Unidas, el Presidente de Francia, el
Ministro de Relaciones de Francia, familiares y allegados a los colombianos
secuestrados, pidieron que diferenciáramos la política de iniciación de un
proceso de paz, de la política hacia un acuerdo humanitario y lo acepté.
Pero hemos propuesto unas condiciones que no surgen de nuestra vanidad
porque cuando se trata de defender los intereses superiores de la Nación, la
vanidad es inexistente y hay que derrotarla.
Hay momentos que surgen de la razón. ¿Por qué mi insistencia en la parti-
cipación de las Naciones Unidas? Porque siempre estos grupos violentos, las
Farc, se burlaron de los gobiernos que fueron generosos con ellos.
Recordemos la buena fe de muchos Presidentes, cómo les dieron espacios
a las Farc para lograr el diálogo y la negociación y recibieron en pago una
bofetada llena de mala fe de las Farc. Se acordó las Farc, de aquel consejo que

53
Los potros de bárbaros atilas

Stalin tomó bien de algunas interpretaciones de Maquiavelo, según las cuales


cuando hay gestos generosos del adversario, deben tomarse como expresiones
de debilidad y aprovecharse para armarse y avanzar hasta derrotar al adver-
sario. Mientras había generosidad con las Farc, las Farc se preparaban más
para golpear con sus designios terroristas.
¿Por qué Naciones Unidas? Para que ningún proceso vuelva a engañar a
Colombia, para que Naciones Unidas le lleve un testimonio al mundo y sea
garante de que lo que empiece aquí tiene que respetarse, conducirse con buena
fe, no puede tener marcha atrás y tiene que llegar finalmente a acuerdos plenos
de reconciliación.
Es que estos señores terroristas han tenido una muy bien aceitada diplo-
macia en el extranjero, llevando una fotografía muy diferente de la realidad
colombiana, han abusado de la buena fe de muchas organizaciones de derechos
humanos, han abusado de la buena fe de muchos intelectuales y de políticos y
les han pintado una realidad diferente de Colombia. Por eso necesitamos a las
Naciones Unidas, para que sea testigo de esta política de seguridad y de todas
las acciones que estamos buscando para la reconciliación.
Y hemos exigido también que se ponga en libertad a todos los colom-
bianos secuestrados. Es el primer deber por el que tiene que luchar un Presi-
dente de la República.
Y hemos decidido –también– que aquellos guerrilleros que de acuerdo
con la Constitución y la Ley pudieran obtener el beneficio de la excarcela-
ción, para poder cumplir con un acuerdo humanitario, no salgan a delinquir,
no salgan a reincorporarse a las Farc para maltratar al pueblo colombiano.
Que se pongan en actitud de respetar la Constitución y la Ley y que haya una
garantía, que debería ser que los acoja un país amigo –como se lo propusimos
a Francia– y que ese país amigo dé la seguridad de que esos guerrilleros que
salgan de las cárceles no pueden delinquir.
¡El tema no es si queremos o no acuerdo humanitario, todos lo quisié-
ramos! El tema es en qué condiciones.
Pregunto a mis compatriotas vallecaucanos: ¿les parece lógico que
soltemos centenares de guerrilleros de las cárceles para que vuelvan a delin-
quir? ¿O es más lógico que si se llegará a dar ese acuerdo humanitario, ellos
tengan que comprometerse a no volver a delinquir y la garantía la dé la tutoría
que sobre ellos se compromete de hacer un país amigo?
Le pregunto a mis compatriotas del Valle del Cauca: ¿acaso no tenemos
que motivar a la Fuerza Pública permanentemente? Cuando estrecho la mano

54
Activación del Batallón de Alta Montaña Rodrigo Lloreda

de ustedes, cuando un joven soldado de ustedes saca una maquinita de fotos y


me dice: “Presidente, me quiero tomar una vista con usted para enviarla a mi
familia” y siento a los oficiales de mi Patria tonificados y vitaminizados, digo
en mis adentros: a los soldados y a los policías de la Patria no los podemos
desmotivar.
Esta política de orden público, además de ser democrática, necesita tres
elementos: una alta motivación de los soldados y de los policías de la Patria,
necesita claridad del mando, claridad de la visión política y necesita debilitar
la retaguardia de los terroristas.
Si llegaran a salir de la cárcel unos guerrilleros para reincorporarse a la
Farc, esos tres elementos se afectarían. Qué dirían los soldados de la Patria:
“¿cómo vamos a seguir nosotros motivados si soltaron centenares de terro-
ristas para que vuelvan a manejar explosivos, a matar a los soldados, a los
policías y a los civiles?”
Yo no puedo desmotivar con una decisión imprudente a los soldados y a
los policías de la Patria.
Este batallón es un gran activo para la seguridad, pero el principal activo
que tiene Colombia hoy para su seguridad, es un activo difícil de ver: es la alta
motivación de los soldados y de los policías de Colombia.
Un general extranjero que conoce bastante nuestra Fuerza Pública me
decía, para orgullo de nuestra Fuerza Pública, que nunca antes la había notado
tan comprometida, tan resuelta, tan energizada, para derrotar el terrorismo,
como está ahora nuestra Fuerza Pública.
La motivación de nuestra Fuerza Pública la tenemos que cuidar y
preservar. ¿En qué quedaría la claridad en las órdenes, la claridad en el mando,
la claridad en la visión, si vamos y le entregamos al señor Marulanda y al
señor Briceño los comandantes que ellos tienen en las cárceles? Perderíamos
un elemento muy importante, algo que agradecemos la señora Ministra y yo,
es tener la fortuna de tener gobernabilidad entre nuestros soldados y nuestros
policías, de tener ese sentido de obediencia tan importante para derrotar el
terrorismo.
¿En qué quedaría esa gobernabilidad el día en que nos vean entregándole a
“Manuel Marulanda” y al señor Briceño, a los comandantes de ellos que están
en las cárceles y que volverían a ser comandantes al servicio del terrorismo?
Y como tenemos que derrotarlos en la retaguardia, y ahí nos estamos
preparando para buscar a Marulanda y a Briceño en todas las madrigueras y
ojalá podamos dar con ellos rapidito, ¡ojalá! Ahí nos estamos preparando.

55
Los potros de bárbaros atilas

No les podemos permitir que esa retaguardia que les queremos debilitar,
se les fortalezca con la liberación de unos prisioneros, que tanto trabajo le ha
costado a la Fuerza Pública el capturarlos.
Claro que a mí me duele cuando hablo con la señora y con los hijos de
los secuestrados, yo hago parte de ese 50% de las familias de la Patria que ha
tenido motivos de luto, tristezas permanentes por el terrorismo, yo sé que es
eso. Yo hago parte de ese 50% de las familias de la Patria, que conoce un caso
de desplazamiento, que conoce un caso de alguien que se ha tenido que ir al
extranjero para eludir la violencia.
Claro que a mí me duele la tristeza de los familiares de los secuestrados.
Quisiéramos liberarlos, tenerlos con nosotros, poder hacer un acuerdo huma-
nitario razonable, pero la comprensión que pido de mis compatriotas todos,
es que en un lado de la balanza no está el acuerdo humanitario y en el otro la
negativa al acuerdo humanitario.
La comprensión que pido de mis compatriotas, todos, es que no hay que
pensar en sí o no acuerdo humanitario, sino en una manera razonable para
hacerlo a fin de que ese acuerdo humanitario no llegare a afectar la nece-
sidad de tener este ánimo de los soldados y de policías de Colombia, que es la
garantía de que vamos a derrotar el terrorismo.
¡Y soldados, ustedes van a ayudar a construir una Patria más amable,
una Patria más próspera, una Patria más libre! ¡Nosotros no tenemos sino dos
enemigos: los terroristas y los corruptos!
Cualquier contradicción con un partido político, con una tendencia parla-
mentaria, con un grupo sindical, la tenemos que manejar solamente en los
argumentos, en la razón. ¡A derrotar el terrorismo y la corrupción y en lo
demás a construir los grandes consensos que necesita Colombia!
Aspiro a que la Providencia nos permita, al terminar este Gobierno, tener
a los terroristas derrotados o adelgazados.
Aspiro que la Providencia nos permita, al terminar este Gobierno, tener
43 millones de colombianos aplaudiendo a su Fuerza Pública, reconociendo a
su Fuerza Pública, queriendo profundamente a su Fuerza Pública y atribuyén-
dole a su Fuerza Pública el rescate de la paz.
Aspiro, con la ayuda de ustedes, los soldados y los policías de Colombia,
que al final de este Gobierno tengamos una Nación más unida, una Nación en
permanente deliberación creativa, una Nación que haya sido capaz de abrazar
plenamente la derrota del terrorismo como su primera prioridad, y al mismo
tiempo la construcción de su equidad como su compromiso permanente.

56
Activación del Batallón de Alta Montaña Rodrigo Lloreda

Queda en muy buenas manos esta bandera de Colombia en esta cordillera


y espero que con este paso, aquella ciudad allá, que despunta allí entre el cruce
de las laderas de las montañas, entre la hilera de las cuchillas de la montaña,
que esa ciudad vaya encontrándose con el empleo, con la capacidad de traer
inversión internacional, con el civismo del cual ha hecho gala para efecto
de toda Colombia, que la ciudad vaya reencontrándose con los caminos de
justicia social, de lo cual dio ejemplo a toda Colombia.
Hago, pues, en este momento solemne de la Patria, al entregar este Bata-
llón de Alta Montaña que lleva el nombre de Rodrigo Lloreda Caicedo, todos
los votos para que el éxito de los soldados y de los policías de Colombia sea
la gran causa de la prosperidad de la Nación entera.
Muchas gracias, mis soldados.

Farallones de Cali, Valle del Cauca.


Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) 5 de mayo de 2003

57
RELATO DE LOS HECHOS QUE CONDUJERON
A LA MUERTE DEL GOBERNADOR DE ANTIOQUIA,
SU EX CONSEJERO DE PAZ Y OCHO MIEMBROS
DE LA FUERZA PÚBLICA SECUESTRADOS
POR LA GUERRILLA DE LA FARC
Álvaro Uribe Vélez y Comandantes Militares

Compatriotas:
Es un momento sumamente triste para la Nación.
Hoy, el grupo terrorista de las Farc cometió otra masacre enorme, otro
genocidio: asesinó al señor Gobernador de Antioquia, doctor Guillermo
Gaviria Correa; al señor ex Ministro de la Defensa, de Desarrollo y ex Gober-
nador de Antioquia, doctor Gilberto Echeverri Mejía; al Teniente de la Infan-
tería de Marina, Alejandro Ledesma Ortiz; al Teniente del Ejército, Wagner
Tapias; al Sargento Viceprimero del Ejército, Héctor Duvan Segura; al Cabo
Primero del Ejército, Francisco Negrete Mendoza; al Cabo Primero del Ejér-
cito, Jairsinio Navarrete; al Cabo Primero del Ejército, Mario Alberto Marín
Franco; al Cabo Segundo de Infantería de Marina, Jean Peña Guarnido.
Además, falleció a consecuencia de las heridas sufridas por los terroristas,
el Cabo Primero del Ejército, Ernesto Cotes Samuel, quien era trasladado al
hospital de Medellín.
Están heridos, en condiciones que los médicos aprecian estables y los
médicos están optimistas: el Cabo del Ejército, Heriberto Aranguren González
y el Suboficial de Infantería de Marina, Antenor Biella.
Resultó totalmente ileso el Sargento Viceprimero del Ejército, Pedro
Guarnizo Obando.
Todos ellos estaban secuestrados por este grupo terrorista de la Farc y
llevaban mucho tiempo en el cautiverio.
La Fuerza Pública había conocido informaciones diversas sobre posibles sitios
donde se encontraban los secuestrados. En las últimas semanas, la IV Brigada de
Medellín recibió otra información, todo lo cual le permitió a nuestras Fuerzas orga-
nizar un operativo que se diseñó con el mejor cuidado de planeación y se propu-
sieron a aplicarlo con toda la prudencia para minimizar el riesgo de las víctimas.

59
Los potros de bárbaros atilas

Las víctimas estaban en un lugar de la selva que uno no se lo alcanza


a imaginar.
Esta tarde llegamos al sitio la señora Ministra de la Defensa (Marta Lucía
Ramírez), el Fiscal General de la Nación (Luis Camilo Osorio), los Altos
Mandos Militares y yo. A esta hora, la Fiscalía está realizando allí todas las
diligencias para poder traer los cadáveres a la ciudad de Medellín. El sitio es
de una topografía escarpada, de selva total, incomunicada.
Tan pronto conocimos el asesinato de tantos y tan apreciados colom-
bianos, tomamos la decisión de proceder de la siguiente manera:
Primero, que se le diga toda la verdad al país y de una vez. Nada de
verdades a traguitos.
Segundo, que tengamos todo el respeto por la crítica.
Y tercero, que mantengamos toda la firmeza y convoquemos a los colom-
bianos para templarnos más en la fortaleza necesaria para derrotar el terro-
rismo que tanto maltrato le ha causado a nuestra Patria.
Quiero decir a los familiares de los heridos que nosotros pudimos
conversar ahora con ellos en el hospital de San Vicente, que van a ser interve-
nidos quirúrgicamente esta noche, pero el parte médico es bueno y dan unos
testimonios donde muestran su alegría de poder regresar a la libertad.
Voy a pedirle al señor general Carlos Alberto Ospina, comandante del
Ejército, y al señor general Hernando Alonso Ortiz, comandante de la Fuerza
de Despliegue Rápido (Fudra) que informen a ustedes, compatriotas, todos, en
detalle lo que ha tenido que ver con este operativo.
Los dejo, pues, inicialmente en la compañía del señor general Carlos Ospina.
General Carlos Alberto Ospina (Comandante del Ejército Nacional):
En el día de hoy, cinco de mayo de 2003, el Ejército Nacional desarrolló una
operación en el sector limítrofe entre Antioquia y el Chocó, con el fin de
rescatar a unos posibles secuestrados que de acuerdo a la inteligencia militar
habían sido localizados en ese lugar.
Esta información fue evaluada, analizada y estudiada cuidadosamente y
se llegó a la conclusión de que posiblemente era cierta y que entre las personas
que se encontraban secuestradas en ese lugar se hallaban algunos miembros de
las Fuerzas Militares y los doctores Echeverri y Gaviria.
Con base a esta información se planeó una operación para la cual fue
seleccionada la Brigada de Fuerzas Especiales, que es una unidad entrenada,
especializada y con mucha experiencia en este tipo de operaciones en lo
profundo de la selva.

60
Relato de los hechos que condujeron a la muerte del Gobernador de Antioquia

La Brigada realizó un planeamiento que fue presentado al Comandante


del Ejército y fue revisado, corregido varias veces, hasta que finalmente se
consideró que el plan para esta operación era lo suficientemente bueno y se
ordenó su realización.
Los detalles del desarrollo de la operación los va a exponer el señor
general Ortiz, Comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido y comandante
en el terreno de esta operación.
Antes de que él hable yo quiero enfatizar tres puntos. Primero, que
en todo, no hubo ningún combate. En ningún momento los soldados de la
Fuerza de Despliegue Rápido de la Brigada de Fuerzas Especiales entraron
en combate, porque los bandidos de las Farc, al percatarse de la presencia de
estos soldados, los asesinaron y huyeron del lugar.
En segundo lugar, ningún soldado de nuestra unidad disparó su arma
porque no encontró bandidos y, por el contrario, únicamente encontraron los
cadáveres de los secuestrados que habían sido asesinados.
En tercer lugar, el plan preveía que en su aproximación los soldados
harían uso de algunos altavoces que llevaban, con el propósito de persuadir a
los bandidos de que se entregaran y pusieran en libertad a los secuestrados.
En nombre del Ejército Nacional, quiero presentar mis sinceras y sentidas
condolencias a las familias Echeverri, Gaviria y las demás familias de nues-
tros hombres, cobardemente, asesinados en el día de hoy.
Pero también quiero reiterar ante el pueblo colombiano nuestra inque-
brantable voluntad de seguir adelante en esta lucha hasta conseguir la tranqui-
lidad para Colombia.
General Hernando Ortiz (Comandante de la Fuerza de Despliegue
Rápido Fudra): La Fuerza de Despliegue Rápido ha desarrollado una opera-
ción en el día de hoy que a continuación voy a reseñar.
La semana anterior se obtuvo una información sobre la existencia de un
campamento en área limítrofe de los departamentos de Antioquia y Chocó,
jurisdicción del municipio de Murindó, parte selvática que divide los departa-
mentos anteriormente mencionados.
La información daba cuenta de la presencia de un campamento en el que
estaban albergadas 13 personas secuestradas, entre las cuales podría estar el señor
Gobernador del departamento de Antioquia y el señor ex Ministro de Defensa
Nacional, así como oficiales y suboficiales secuestrados en años anteriores.
El terreno bastante abrupto, difícil, selvático, se materializa en el sector
de los municipios de Urrao, Murindó, específicamente en el río Murrí, que

61
Los potros de bárbaros atilas

corre de sur a norte y que vira al occidente para desembocar en el río Atrato.
De igual manera, el río Curbatá y la quebrada Papayal conforman el panorama
geográfico del sector.
Se tenía una información de la presencia allí de aproximadamente 100
terroristas en el sector, en inmediaciones al río Murrí, río Curbatá, pero espe-
cíficamente la presencia entre 15 y 20 terroristas de esta banda subversiva en
el sector que daba cuenta del campamento.
Analizada la información, se hace el planeamiento muy detallado. Como
ya fue reseñado por el señor Comandante del Ejército, hasta el punto de prever
megáfonos para dar instrucciones a los secuestrados una vez en el área, a fin
de preservar su vida y lograr que los terroristas desistieran de hacer uso de sus
armas, se entregaran y facilitaran el rescate de nuestros secuestrados.
Para esta operación tuvimos el apoyo de cinco helicópteros Black Hawk,
dos helicópteros Arpía, un avión EC-47 y otro helicóptero de comando y
control, concretando así una primera rotación –que voy a explicar– con 75
hombres que llegaron al sector.
Para orientar a los televidentes, la operación se inicia en la guarnición de
Tolemaida –guarnición sede de las Fuerzas Especiales– un desplazamiento aéreo
al aeropuerto de Rionegro y de allí hasta la localidad de Urrao por vía terrestre.
Entre Urrao y el sitio de los hechos hay 55 kilómetros y un tiempo
aproximado de 18 minutos de desplazamiento en helicóptero. Concretamos
acá (muestra el mapa) el sector y en el planeamiento determinamos lo que
llamamos tres áreas de desembarque a donde iban a llegar las tropas: La Oro,
La Plata y La Bronce en el sector de interés, en inmediaciones al objetivo o al
campamento del cual dábamos cuenta.
Como lo dije anteriormente, utilizamos en el primer desembarco 75
hombres en los helicópteros Black Hawk que estaban debidamente dotados
para descenso por el sistema de soga rápida, dado que lo abrupto del terreno
era de difícil acceso y los helicópteros no podían aterrizar.
El Batallón de Fuerzas Especiales Número 2 que ejecutó la maniobra está
debidamente entrenado, equipado, para este tipo de operación, para lo cual,
hecho el planeamiento, se hicieron varios ensayos.
Una vez desembarcadas las tropas en los tres sitios, estimamos entre
50 minutos y una hora para acceder al lugar del campamento, tiempo que
fue reducido a 30 minutos aproximadamente, en razón a que no obtuvimos
resistencia de los terroristas. Es decir, la tropa en ningún momento combatió,
porque los terroristas no opusieron resistencia.

62
Relato de los hechos que condujeron a la muerte del Gobernador de Antioquia

Una vez llegado al lugar, a los 30 minutos de hecho el desembarco, el


Mayor Comandante del Batallón informa de lo que había encontrado: nues-
tros secuestrados asesinados, encontró unos heridos, los cuales procedimos a
evacuar hacia Medellín, uno de los cuales durante el trayecto falleció.
Los heridos y el ileso, como el señor Presidente y el señor Comandante
del Ejército lo explicaron, dan cuenta de la forma en que fueron asesinados los
secuestrados. Ellos nos han contado cómo el terrorista alias “El Paisa” ordenó
asesinar a los secuestrados en el lugar donde se encontraban cautivos.
Quiero decirle al país, reiterarle que la tropa utilizada para esta opera-
ción es altamente calificada y entrenada, que están a la altura de las mejores
fuerzas especiales del mundo, que su valor, arrojo, experiencia y capacidad
nos permiten acceder a cualquier lugar de la geografía nacional.
Lamentamos profundamente la pérdida irreparable de estas 10 vidas. En
esta oportunidad y quiero manifestar que la moral de los hombres de la Fuerza
de Despliegue Rápida es muy alta y nos anima a seguir trabajando para entre-
garle al país un mejor mañana lleno de sosiego, paz y tranquilidad.
Ricardo Galán Osma (Secretario de Prensa de la Presidencia de la
República): Esta noche, poco antes de esta transmisión, el señor Presidente,
la señora Ministra de la Defensa, los Altos Mandos y el Fiscal visitaron el
hospital San Vicente de Paúl, donde están los heridos. Una cámara de Teleme-
dellín –un canal local– logró dos testimonios.
El primero de ellos y que ustedes van a ver (es importante que los tele-
videntes sepan que estas imágenes están sin editar, uno por falta de tiempo
y dos porque hemos preferido que salgan al aire tal cual se presentaron
y se lograron los testimonios por parte de los periodistas y camarógrafos
de Telemedellín, a quienes además les damos las gracias) es el de Agenor
Enrique Vieyar Hernández. Él es un miembro de la Infantería de Marina
de la Armada Nacional, llevaba tres años y medio secuestrado y este es su
testimonio:
Cabo Agenor Enrique Vieyar Hernández: Buenas noches, soy el Cabo
Primero de Infantería de Marina, Agenor Enrique Vieyar Hernández, perte-
nezco al Batallón de Fusileros de Infantería de Marina Número 6. Fui secues-
trado en la toma de Juradó, Chocó.
Periodista: ¿Qué pasó hoy, cómo fue el operativo, ustedes en donde se
encontraban en ese momento y a qué hora se presentaron los hechos?
Cabo Agenor: Pues como de costumbre estábamos reunidos, uno estu-
diando inglés con el señor Gobernador de Antioquia, yo me encontraba –en

63
Los potros de bárbaros atilas

ese momento cuando pasaron los helicópteros– en el orinal, entonces nos


ordenaron que nos quedáramos todos en los cambuches, entonces nosotros
nos pusimos a empacar lo de nosotros por si había que salir.
Como a los cinco minutos dieron la orden que no dejaran ni uno vivo,
que nos mataran a todos y el doctor Gilberto y yo, cuando sonó tres disparos,
me tiré al piso y el doctor Gilberto cayó herido encima de mí y gritaba y lo
remataron y me pegaron un tiro en la pierna pero como no me moví pensaron
que estaba muerto.
Periodista: ¿Hubo algún disparo de la Fuerza Pública en ese momento?
Cabo Agenor: A los 20 minutos llegó el Ejército, Las Fuerzas Especiales
Número 2 con megáfono diciéndole a los guerrilleros, invitándolos a entre-
garse, que entregaran los secuestrados, que les perdonaban la vida y no hubo
ninguna necesidad de ningún disparo.
Periodista: ¿O sea que no hubo fuego cruzado en ningún momento?
Cabo Agenor: No, en ningún momento. Todo fue una masacre de las Farc.
Periodista: ¿Hubo advertencia por parte de las Fuerzas Militares cuando
llegaron a los 20 minutos del operativo?
Cabo Agenor: Pues por el megáfono gritaban que se entregaran, que les
perdonaban la vida, pero no había un solo guerrillero. Ya no había guerrilla,
habían salido hacía 20 minutos.
Periodista: ¿Cuántos hombres lo estaban custodiando a usted?
Cabo Agenor: A nosotros nos custodiaban alrededor de 50 guerrilleros,
pero en ese momento había máximo 20 ó 25 porque habían salido unos con
leishmaniasis a buscar la droga y había unos comprando víveres, estábamos
mal de víveres.
Periodista: ¿Y usted volvería a vestirse el uniforme para defender a
Colombia en algún momento si así se presentara?
Cabo: Siempre me he sentido orgulloso de ser Infante de Marina y, claro,
apenas pueda vuelvo a las filas.
Periodista: Bueno, ojalá se recupere, mucha fuerza de voluntad y para
adelante. ¿Algún mensaje que le quiera dar a los colombianos y sobre todo a
sus compañeros que en este momento están liderando diferentes batallas en
distintos puntos del territorio colombiano?
Cabo: A mis compañeros que felicitaciones porque he escuchado las
noticias y van muy bien. Que así como van, van muy bien, respetándoles la
vida a los guerrilleros que se entregan, porque muchos de ellos están aburridos
y se quieren entregar, entonces eso, los felicito por eso.

64
Relato de los hechos que condujeron a la muerte del Gobernador de Antioquia

Y a todos los colombianos, que apoyemos al Presidente. Tenemos Presi-


dente, que este es el Presidente que necesitábamos y a mi familia que no se
preocupen, que gracias a Dios estoy bien.
Periodista: ¿Lo que se presentó hoy fue una orden directa de ejecución
por parte de la guerrilla?
Cabo: Una orden directa, a viva voz de alias “Paisa”, comandante de las
Farc. El mismo que secuestró al Gobernador de Antioquia y a su Comisionado
de Paz.
Periodista: ¿Qué orden dio?
Cabo: Dio la orden que no dejaran uno vivo, que no dejaran uno solo vivo.
Periodista: ¿Había alguien allá que tuviera problemas de salud? ¿Por
ejemplo leishmaniasis? ¿Había buena atención, qué pasaba?
Cabo: Yo estoy enfermo de lesmaniasis en la frente y en el brazo, junto
con el Cabo Marín y muchos guerrilleros. El doctor Gilberto había salido de
una gripa pero estaba bien, los dos civiles estaban bien, el Gobernador y el
doctor Gilberto. Había uno con paludismo que era mi Teniente Patria, había
recién salido del paludismo.
Periodista: ¿Los atendían, les prestaban la atención suficiente en condi-
ciones normales humanitarias?
Cabo: Pues mientras hubiera droga nos atendían y siempre y cuando alias
“Paisa” estuviera de buen humor, porque él es muy resentido con la Fuerza
Pública, él a veces sicológicamente nos trataba mal.
Periodista: ¿Hubo alguna vez alguna intención de liberarlo?
Cabo: Varias veces. En una estábamos cerca de Dabeiba en una
operación, me acuerdo que se llama Héroes de Urabá, llegó la Fuerza de
Despliegue Rápida pero alcanzamos a salir, la guerrilla nos mandó que
empacáramos y saliéramos corriendo y estuvieron cerca, cerca, pero no
como ahora. Esta fue, mejor dicho ahí mismo, no hubo tiempo de nada,
entonces los mataron.
Periodista: ¿Cómo le curaban la leishmaniasis?
Cabo: Bueno, al principio me tenían un cuchillo caliente al rojo vivo en
la frente y me trataban, la tapaban con panela derretida al calor, con candela.
Ya después me echaron cera caliente, cera de abeja caliente, ellos le llaman
canturrón y así nos la estaban tratando.
Periodista: ¿O sea que ustedes estaban en condiciones infrahumanas?
Cabo: Sí, pero eso era lo único que había, no había más.
Periodista: ¿Qué mensaje le envía a sus compañeros?

65
Los potros de bárbaros atilas

Cabo: Quiero mandarle un mensaje a mis compañeros de Infantería de


Marina: que ahora sí vamos por dónde es, que tenemos un buen Presidente,
que felicitaciones porque estamos bien.
Y a los soldados del Ejército de Colombia, Policía, Fuerza Aérea: felicita-
ciones y los invito a seguir con la lucha, que la vamos a ganar.
Ricardo Galán Osma (Secretario de Prensa de la Presidencia de la
República): Esta entrevista fue lograda por un periodista y un camarógrafo
de Telemedellín, quien nos las ha cedido cordialmente, cortésmente y se han
transmitido sin editar.
Ahora vamos a transmitir el testimonio, también sin editar, del Sargento
Segundo, Humberto Aranguren González. Él pertenece al Ejército Nacional.
Este testimonio fue logrado en el Hospital San Vicente de Paúl en la
ciudad de Medellín, a donde fue esta noche el señor Presidente de la Repú-
blica, la señora Ministra de la Defensa, los Altos Mandos militares, el señor
Fiscal General de la Nación.
El reporte médico, según lo contó el señor Presidente hace algunos
momentos, indica que están estables, que van a ser tratados quirúrgicamente
esta noche y que para buena nueva a sus familias, están fuera de peligro.
Este Sargento Segundo, Humberto Aranguren González, llevaba
cuatro años secuestrado, estaba en compañía del gobernador de Antioquia,
Guillermo Gaviria, del señor ex ministro de Defensa, Gilberto Echeverri
y de otros militares –que si los televidentes recuerdan– solían salir
en los testimonios que entregaban las Farc sobre su supuesto estado de
superviviencia,
Este es el testimonio del sargento Humberto Aranguren González.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: ¿Cómo se siente mi Sargento?
Sargento: Bien, señor Presidente, muchas gracias señor Presidente
Presidente Álvaro Uribe Vélez: ¿Cuánto llevaba allá?
Sargento: Cuatro años. Cuando sentimos los helicópteros nos recogieron en
la casa que nos tenían y la orden era que si la tropa descargaba, nos mataban.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: ¿Y a sangre fría los mataron? ¿La
tropa disparó?
Sargento: No, ellos mataron a mis compañeros y salieron corriendo.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: ¿Y su familia de dónde es, ya habló
con ellos? Lo vamos a dejar porque lo van a intervenir quirúrgicamente, que
le vaya muy bien, le pedimos a Dios que se recupere prontamente y vamos a
quitarle al país la plaga de estos bandidos.

66
Relato de los hechos que condujeron a la muerte del Gobernador de Antioquia

Sargento: Gracias a Dios salimos vivos para contar esta historia y para
contarle al país la clase de gente que son ellos. En estos cuatro años aprendí a
querer más a mi Institución (el Ejército Nacional).
Periodista: ¿Hay algún mensaje que le quiera dar a sus compañeros?
Sargento: Que adelante, que vamos a ganar la guerra, esta guerra la
ganamos.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Bueno, se tiene que cuidar unos diítas,
pero con la ayuda de Dios lo reparan totalmente
Sargento: Aquí en Medellín hay buenos mecánicos.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Saludes a la familia, hombre.
Sargento: Gracias señor, Presidente
Ricardo Galán Osma (Secretario de Prensa de la Presidencia de la
República): Este era el testimonio del Sargento Segundo Humberto Aranguren
González, del Ejército Nacional, les repito, imágenes y entrevista sin editar.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Compatriotas, el señor general Mario
Montoya, Comandante de la IV Brigada, se quedó esta tarde en la selva para
apoyar toda la acción de la Fiscalía.
También, el oficial de nuestra Fuerza Pública que resultó ileso, gracias
a Dios, Pedro Guarnido Valle, Sargento Viceprimero del Ejército. Se le pidió
a él que le diera su testimonio con total espontaneidad a la Fuerza Pública
porque, repito, hemos querido que estos dolorosos hechos el país los conozca
en su absoluta verdad.
Hoy habíamos inaugurado el Batallón de Alta Montaña en Cali, recibimos
allí la noticia del asesinato de estos colombianos, nos trasladamos a Medellín,
a Urrao y a la selva y la decisión tomada en el avión y en los helicópteros fue
de tres puntos que ya se los había relatado a ustedes esta noche: que el país
conozca la verdad absoluta y de una vez, no gota a gota.
Segundo, respetar la crítica, respetar los reclamos. Tercero, firmeza,
firmeza para persistir en la lucha que nos conduzca a derrotar el terrorismo.
Quiero recordar que no hubo un solo disparo de la Fuerza Pública, que
el terrorista apodado ‘El Paisa’, quien había secuestrado al doctor Gilberto
Echeverri y al doctor Guillermo Gaviria en una marcha de paz, es el mismo
que ordenó asesinarlos cuando la Fuerza Pública no había hecho un sólo
disparo.
Muchos colombianos han venido pidiendo el acuerdo humanitario, todos
quisiéramos el acuerdo humanitario, lo que tenemos que hacer es pensar las
condiciones en que deba darse.

67
Los potros de bárbaros atilas

Como candidato presidencial y durante las primeras semanas de Gobierno,


sostuve la tesis que un acuerdo humanitario tenía que ir acompañado de un
cese de hostilidades, de la iniciación de un diálogo serio, conducente a un
proceso de paz, de la mediación de Naciones Unidas.
Más tarde, al hablar con el Secretario General de las Naciones Unidas,
el señor Kofi Annan, también con el Presidente de Francia –con quien me
entrevisté como Presidente electo–, con el Ministro de Relaciones de Francia
–con quien he hablado sobre el tema varias veces– y con familiares de los
secuestrados, el Gobierno –por mi conducto– aceptó introducir una variación:
desvincular la posibilidad de un acuerdo humanitario de la exigencia de un
proceso de paz.
Y entonces definimos unas condiciones para que ese acuerdo humanitario
pueda ser conveniente para el país. Esas condiciones no las he definido por
capricho, no las he definido por soberbia, las hemos querido definir con argu-
mentos, razonablemente, porque nosotros tenemos la responsabilidad de que
el acuerdo humanitario no entorpezca nuestra política de orden público.
Hemos pedido que en cualquier circunstancia tengamos los buenos oficios
de las Naciones Unidas. ¿Por qué? Porque en el pasado este grupo terrorista de
las Farc siempre les respondió con más violencia a los gobiernos que genero-
samente le dieron la oportunidad de hacer la paz.
Este grupo terrorista aplicó bien la interpretación que Stalin hizo de
Maquiavelo, según la cual, cuando el adversario tiene un gesto de genero-
sidad, no se debe tomar como generosidad sino como debilidad, se debe apro-
vechar para armarse más y para golpear.
Ha sido la crónica de mala fe de las Farc cuando quiera que han tenido
oportunidades para hacer la paz.
Colombia necesita en todos estos procesos el ente supranacional: las
Naciones Unidas, que garantice la seriedad del proceso, que garantice que
no haya engaños a las instituciones democráticas, que garantice que esos
procesos no sirvan para alimentar el terrorismo sino para conducir a la paz y
que también le de un testimonio objetivo a la comunidad internacional, porque
este grupo terrorista de las Farc ha sido especialista en engañar a la opinión
internacional.
Hoy mismo ha producido varios comunicados diciendo que hubo un
desembarco de no sé cuántos hombres, en otra parte dicen que un bombardeo,
que estos colombianos fueron asesinados en el fuego cruzado. ¡Falso de toda
falsedad! Han mentido hoy, una vez más, de la misma manera que han mentido

68
Relato de los hechos que condujeron a la muerte del Gobernador de Antioquia

a lo largo de su historia terrorista. Por eso necesitamos los buenos oficios de


Naciones Unidas.
La otra condición ha sido que se libere a todos los secuestrados, lo tengo
que pedir, es mi deber como Presidente de Colombia. Yo no puedo categorizar
los secuestrados, no puedo decir ‘hay secuestrados de primera, de segunda, de
tercera’, mi responsabilidad es buscar la liberación de todos. Esa es la razón
para exigir esa condición.
Una tercera: el país no puede entrar a conceder zonas de despeje y desmi-
litarizaciones, al contrario, lo que nos reclaman los colombianos es fortaleci-
miento creciente de la Fuerza Pública para que la Fuerza Pública pueda recu-
perar la soberanía de la Patria en todos los lugares del territorio.
Nosotros –como lo decía esta mañana a una cadena radial– estamos
dispuestos no a conceder desmilitarizaciones ni a conceder despejes que tanto
daño han hecho, sino a buscar, por ejemplo con la Cruz Roja, un mecanismo
de facilitación para que nos entregue a los secuestrados.
Las Farc, habilidosamente, en los últimos días han omitido la exigencia de
la desmilitarización para engañar a muchos colombianos, pero siempre refiere
a su comunicado de febrero y en esos comunicados pidió la desmilitarización
de dos departamentos de Colombia.
¡Qué tal! Una de las primeras determinaciones que tomé después del 7 de
agosto del año pasado fue exigir que el Ejército de Colombia entrara a todos
los sitios del territorio, incluidos los famosos laboratorios de paz. No puede
haber laboratorios de paz para que sean imperio de los violentos, para que
excluyan la presencia de la Fuerza Pública.
La Farc ha pedido que se libere a todos los guerrilleros que están en las
cárceles, son casi 5.000. Nosotros tenemos limitaciones constitucionales y legales,
hoy no tenemos la facultad jurídica de liberar a aquellos que están por delitos
atroces y supongamos que vamos a liberar a aquellos que no están en las cárceles
por delitos atroces, aquellos a favor de los cuales podría caber una excarcelación,
ese tema lo tenemos que manejar en armonía con la política de orden público.
¡Qué tal, compatriotas, que como Presidente, para facilitar el intercambio
humanitario, permita que salgan 600 ó 1.000 guerrilleros de las cárceles para
regresar a la guerrilla! ¡Eso sería desastroso para Colombia! Por eso hemos
dicho que aquellos guerrilleros que llegaren a salir de las cárceles deben darle
a Colombia la garantía de que no se van a reintegrar a los grupos violentos
a apoyar las acciones terroristas de estos grupos y que una manera efectiva
puede ser a través del compromiso de un país amigo –así lo propusimos a

69
Los potros de bárbaros atilas

Francia– que los acoja y asuma la responsabilidad de tenerlos allí, bajo su


tutoría para dar a Colombia la garantía de que no van a regresar a delinquir.
La política de orden público es una política prioritaria hoy en Colombia.
Esta seguridad que buscamos, la hemos denominado Democrática porque es
para derrotar el terrorismo a favor de todos los colombianos, es para proteger
al empresario y al obrero, es para proteger al pobre y al rico, es para proteger
al líder gremial y al líder sindical, es para proteger al amigo del Gobierno y al
crítico del Gobierno. Esta política la necesita Colombia para deshacerse de esa
plaga que es el terrorismo.
Y esa política de orden público necesita muchos elementos, déjenme
referir a tres: necesita claridad en el mando, necesita claridad en el objetivo y
en la visión, ¿en qué queda eso?, ¿yo libero unos guerrilleros para que regresen
a delinquir? No. Estaría afectando totalmente la claridad en el mando, estaría
dando a la Fuerza Pública y a ustedes –compatriotas– un mensaje equivocado.
Esta política de orden público necesita una alta motivación de nuestros
soldados y de nuestros policías. Esta mañana, cuando recibíamos la mala
noticia, nos encontrábamos lanzando el Batallón de Alta Montaña en los cerros
de Cali, batallón Rodrigo Lloreda Caicedo y decía allá que si algo bueno tiene
hoy nuestra Patria es la motivación, la disposición, el propósito, la energía de
nuestra Fuerza Pública, comprometida con entusiasmo a rescatar nuestra paz.
Esta mañana, cuando yo daba las gracias a los papás y a las mamás de
estos muchachos integrantes del Batallón de Alta Montaña de Cali y les decía
que: en nombre de todas las familias de Colombia sentíamos una inmensa
gratitud con las familias de ellos, porque estaban haciendo ese esfuerzo y ese
sacrificio, veía en las caras de todos un compromiso alegre, una alta motiva-
ción para darle la paz a Colombia.
¡Que tal compatriotas, que mañana o pasado mañana salgan 600 ó 1.000
guerrilleros de las cárceles para regresar a delinquir!, destruiríamos la motiva-
ción de nuestra Fuerza Pública. Eso no se puede permitir.
Por eso creemos que es razonable la exigencia de que aquellos guerri-
lleros que llegaren a salir de las cárceles no puedan regresar a delinquir, que
se pongan bajo la tutoría de un país amigo.
¡Claro que nos duele! ¡Nos duelen las familias colombianas!
Miren, desde el aeropuerto de Urrao llame esta tarde a doña Martha Inés
Pérez, la esposa del doctor Gilberto Echeverri, no me salían las palabras.
Sentía mi responsabilidad de Presidente de darle esta noticia a una familia a
quien conozco desde niño, a quien tanto quiero. Para mí es un golpe muy duro

70
Relato de los hechos que condujeron a la muerte del Gobernador de Antioquia

que Gilberto Echeverri muera en estas circunstancias, siendo yo Presidente. Y


esa llamada la hice con dolor.
Llamé al Gobernador de Antioquia a contarle esto y a pedirle que hiciera
otra llamada. A esta hora no he podido llamar, porque no he tenido todavía
fuerzas, a mi buen amigo, el doctor Guillermo Gaviria Echeverri, padre del
gobernador Guillermo Gaviria Correa.
Estamos llamando con dolor a los familiares de nuestros suboficiales
asesinados.
En Colombia, el 50% de las familias ha sufrido estos duelos. Cómo nos ha
golpeado el terrorismo, ¡por eso lo tenemos que derrotar! Y por eso tenemos
que saber que el dolor por lo que ha ocurrido con tantos secuestrados, el afán
de tener un acuerdo humanitario para liberarlos, no nos puede llevar a afectar
la política de orden público. Yo no puedo desmotivar la Fuerza Pública.
De ahí que hemos exigido unas condiciones que consideramos totalmente
razonables.
Colombia tiene que derrotar dos enemigos: tiene que derrotar el terro-
rismo. Y tiene que derrotar la corrupción. Que haya debate con grupos empre-
sariales, que haya debate con grupos sindicales, que haya debate sobre política
económica, que haya debate sobre reforma política, está bien, nuestra demo-
cracia es pluralista y eso nos honra.
Y queremos manejar el debate sobre todos los temas, solamente apelando
a los argumentos, con gran respeto por la idea contraria, para que el 7 de
agosto del 2006 podamos entregar un país más unido, un país más próspero,
más solidario.
Pero, aquello en lo que tiene que haber total firmeza, determinación sin clau-
dicaciones, es en la derrota de los terroristas y en la derrota de la corrupción.
Nuestra Fuerza Pública está haciendo crecientes esfuerzos para perfec-
cionar sus operaciones, para dar resultados por el bien de todos ustedes, mis
compatriotas.
Y esta política de Seguridad Democrática tiene otro elemento que la
caracteriza: la generosidad para la deserción.
La generosidad para recibir a aquellos que un día estuvieron en el camino
equivocado de los grupos violentos y que toman la decisión de regresar a
vivir con nosotros en la vida constitucional. Desde el mes de agosto hasta la
fecha, se han entregado centenares de colombianos de los grupos violentos,
los hemos recibido con cariño, los hemos recibido con afecto, estamos apos-
tando a que esos colombianos sientan la plenitud de las oportunidades.

71
Los potros de bárbaros atilas

Hace una semana en Cartagena, la Ministra de la Defensa y los Altos


Mandos acudían con el jefe del frente de las Farc de Santander, quien se acogió
a la política de desmovilización. Cuarenta años de edad, 20 en la guerrilla. Me
decía: “qué lucha tan infructuosa, qué cosa tan grave matar colombianos para
empeorar el país”. Me contaba cómo no pudo conocer a sus hijos, cómo se le
desintegró su familia.
Y hemos conocido el testimonio de niñas que han desertado porque las
tuvieron en la guerrilla por coacción, las obligaron a la prostitución, las obli-
garon al aborto.
Hemos tenido el testimonio de jóvenes en la guerrilla porque los ilusio-
naron con negocios y con pagos, defraudados de que no les cumplieron. Otros,
porque amenazaron a sus padres de que los fusilaban si sus hijos no seguían la
causa de estos delincuentes.
A todos esos colombianos engañados por los grupos violentos, los llamo hoy a
que dejen estas organizaciones. Delante de ustedes, compatriotas, asumo la respon-
sabilidad de buscar todos los medios para dar a los colombianos que se desmovi-
licen de los grupos violentos la plenitud de las oportunidades. Lo vamos a lograr.
Nosotros queremos derrotar los matones profesionales, nos estamos
preparando para ir detrás del señor Marulanda y del señor Briceño, para que
este país, paso a paso, derrote estos matones profesionales, quienes han posado
tantas veces de señorones con discursos engañando a la dirigencia política del
país e internacional.
A esos matones profesionales hay que derrotarlos y a todo ese grupo de
colombianos, por ellos engañado, hay que atraerlos.
Hace 8 días le dije a Rafael –cuando tuvimos ese encuentro en Carta-
gena–: Rafael ¿usted cuándo tomó esta decisión? Y me dijo: “el viernes”. Le
estiré la mano y le dije: hasta el viernes, mano dura. Desde el viernes, corazón
grande, Rafael.
Nosotros no tenemos interés de capturar unos inocentes, de mostrarlos
de piyamas de raya en cárceles subterráneas, bajo tierra, enjaulados. Aquí hay
tanta decisión para derrotar el terrorismo, como tanta decisión para facilitar la
reconciliación, para facilitar la desmovilización, para recuperar el imperio de
los derechos humanos.
Compatriotas: en medio del dolor, quiero pedir a ustedes que no desfa-
llezcamos en la tarea de derrotar los terroristas. Vamos a reincorporar a quien
salió ileso, a curar a quienes están heridos, a pedirle a quienes han sido asesi-
nados que desde el Cielo nos ayuden para cumplir bien esta tarea.

72
Relato de los hechos que condujeron a la muerte del Gobernador de Antioquia

En este momento de dolor, Colombia no se puede rendir. Ahora es que


tenemos que fortalecer nuestra decisión de derrotar el terrorismo, ¡derrotemos
el terrorismo!
Ese terrorismo todos los días nos roba inversión, ese terrorismo nos quita
posibilidades de empleo, ese terrorismo todos los días condena a la gente pobre
a ser más pobre y a Colombia a vivir en más atraso. Yo sé que lo podemos
derrotar.
Un pensador decía que el valor superior es el coraje porque del coraje se
derivan los otros valores. En esta hora de dolor, en esta hora que nos desgarra
a todos, compatriotas, coraje para que derrotemos el terrorismo.
Mis condolencias sinceras a las familias de quienes han muerto.
La Fuerza Pública planeó esta operación con toda responsabilidad y con
toda prudencia. El señor general Mora (Jorge Enrique, comandante de las
Fuerzas Armadas) llamó a la señora Ministra de la Defensa y ella a mí. Esto
fue consultado, yo no puedo eludir responsabilidades. Las asumo.
Buenas noches, compatriotas.

Tras el genocidio perpetrado por las Farc, el Presidente exigió a todos los comandantes
militares implicados en la operación rendir un informe transparente de los hechos a la opinión
pública. El texto de esta entrevista recoge estos testimonios.
Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) 5 de mayo de 2003

73
PALABRAS ANTE LA PLENARIA
DEL PARLAMENTO EUROPEO
Álvaro Uribe Vélez

Muchos, entre quienes visitan a Colombia, suelen exclamar que es un


país maravilloso, en franco contraste con la imagen de analistas y noticias.
Otros expresan que es un Estado ilegítimo, autoritario y elitista.
Con el fortalecimiento del Estado, nuestra democracia pluralista ha
hecho el tránsito de las garantías formales y retóricas a las efectivas y
reales.
(…)
Colombia ha tenido una generosa tradición de solución negociada con
grupos violentos. Mi antecesor, el Presidente Andrés Pastrana, hizo una
apuesta inmensa para negociar con la Farc. La buena fe y el patriotismo de
aquel mandatario fueron cobardemente estafados por la Farc, que crecieron
su imperio criminal mientras la Nación esperaba y abrigaba el acuerdo de
paz.
He asignado prioridad a la Seguridad Democrática porque creo que ella
hará entender a los violentos la necesidad de negociar con seriedad, so pena
de recibir la derrota total por parte de las instituciones.
Sin embargo, se han hecho esfuerzos para iniciar negociaciones con los
violentos.
Con la ayuda de la Iglesia Católica, de Cuba, con la intervención del
grupo de Países Amigos y de la Comisión Facilitadora, hemos buscado el
diálogo con el Eln. Hasta ahora sin resultados, a pesar de nuestra disposi-
ción. Temen dar cualquier paso a favor de la paz sin permiso de la Farc.
Recibí un proceso de mediación de la Iglesia Católica con las auto-
defensas ilegales y decidí continuarlo. Acepté que el Comisionado de Paz
iniciara el diálogo cuando estas organizaciones anunciaron el cese de hosti-
lidades. Es hora de perfeccionar y vigilar el cese de hostilidades, para lo cual
es de la mayor utilidad el apoyo de la Organización de los Estados Ameri-
canos, que debe conducir a una rápida concentración de los integrantes de
estos grupos que tengan sincera voluntad de paz.

75
Los potros de bárbaros atilas

Se atenta por igual contra el ordenamiento jurídico cuando se ataca


violentamente al Estado y a la sociedad, como cuando se aparenta querer
defenderlos con apelación a la violencia y a grupos de justicia privada.
Requerimos recuperar el principio de la protección institucional exclu-
siva de los ciudadanos. A este propósito contribuye la desmovilización de las
autodefensas.
La acción militar del Gobierno ha sido implacable contra los sectores de
autodefensa que no han respetado el cese de hostilidades. Así lo acredita el
número de dados de baja que aumentó en un 85% en año 2003 con respecto
al 2002 y el número de capturados que aumentó en un 135% en el mismo
periodo.
El Proyecto de Ley de alternatividad penal, que se discute ampliamente,
busca facilitar acuerdos de paz, sin impunidad, en armonía con la justicia.
Aunque su trámite coincide con el proceso que se adelanta con las autode-
fensas, se necesita mayormente para la guerrilla, que es superior en inte-
grantes y registra la mayor cantidad de desmovilizados en el curso del actual
Gobierno.
En esa ley debemos mirar el pasado y anticipar el futuro. Los indultos del
pasado a delitos atroces hoy son inaceptables y también lo sería que mañana
se modifique la ley que aprobemos, en función de la predisposición política
hacia otros actores de terror que quieran negociar.
En el período de Gobierno se han desmovilizado casi 4.500 integrantes
de grupos violentos, 68% de ellos miembros de la guerrilla de la Farc. Han
sido acogidos con toda generosidad y el Estado realiza ingentes esfuerzos
para ayudar a su reinserción a la sociedad. Este número supera lo logrado en
procesos de paz de las últimas décadas.
La Farc tiene más de 1.000 secuestrados en su poder, entre ellos congre-
sistas, integrantes de la Fuerza Pública y la ex-candidata presidencial Íngrid
Betancur, quien es ciudadana colombiana y francesa. Comprendo el dolor de
sus familias y el interés internacional en un acuerdo humanitario. Inicialmente
lo condicioné al cese de hostilidades y a la iniciación del diálogo. Mis conver-
saciones con la Iglesia, el Gobierno Francés, el Secretario de Naciones Unidas,
Kofi Annan, y los familiares de las víctimas, me llevaron a aceptar la búsqueda
del acuerdo sobre la base de una negociación realizada a través de Naciones
Unidas, la liberación de todos los secuestrados, y el compromiso de los guerri-
lleros terroristas que salgan de las cárceles de no volver a delinquir, con garan-
tías eficaces, como podría ser su residencia en un país que tutele el acuerdo.

76
Palabras ante la Plenaria del Parlamento Europeo

Sin la garantía efectiva de que no volverán a delinquir el Gobierno no


puede liberar guerrilleros terroristas. Lo contrario sería maltratar el sacrificio
de la Fuerza Pública, desmotivar su acción y marchitar el espíritu popular de
respetar la ley. Sería abrir la puerta de una extorsión recurrente al Estado y a
la sociedad.
Debemos tener en cuenta que los unos son ciudadanos de bien secues-
trados por el terrorismo y los otros son terroristas que están en las cárceles.
Debemos tener en cuenta que una cosa es la guerra y otra el terrorismo. En
la guerra hay contendientes a quienes se reconoce legitimidad para efecto
de acuerdos humanitarios, en cambio en el terrorismo hay un verdugo y una
víctima que es la sociedad, cuyos derechos y virtudes debemos proteger con
la fuerza de las armas institucionales.
Por eso la autoridad no puede renunciar al rescate de los secuestrados,
a pesar de la crueldad del verdugo, demostrada en el asesinato de Gilberto
Echeverri, Guillermo Gaviria Correa, Doris Gil, Helmut Bickenback, Chikao
Muramatsu, y un gran número de integrantes de la Fuerza Pública. Asesinato
de ciudadanos indefensos cometido por la Farc cuando presumió la presencia
de la autoridad en la vecindad del cautiverio.
Ninguna negociación puede fortalecer al verdugo.
(…)
Acudo a este Parlamento con profundo respeto, con gratitud por el interés
prestado y la ayuda permanente a Colombia. Soy consciente que las solu-
ciones que mi Gobierno busca para la compleja problemática de mi Patria,
desatan controversia.
Reitero mi fe en la deliberación creadora. Construye más la delibera-
ción que la ausencia. Construye más el debate que el retiro. Construye más la
controversia constructiva que el abandono de las curules. Ustedes saben de mi
intransigencia frente al terrorismo.
Mi generación no ha vivido un día de paz. La Patria que queremos para
nuestros hijos y quienes habrán de venir es una Patria de paz y equidad. Ruego
a ustedes, distinguidos parlamentarios de Europa recibir la reiteración de mi
profundo amor por la democracia.

Estrasburgo, Francia.
Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) 10 de febrero de 2004

77
PALABRAS ANTE EL V FORO IBEROAMERICANO
Álvaro Uribe Vélez

(…)
Las Farc. El acuerdo humanitario para liberar un grupo de colombianos
que está secuestrado. Como candidato y en las primeras semanas de gobierno
siempre dije: no hay acuerdo de canje, mientras no haya iniciación de un
proceso de paz, que tiene que empezar con cese de hostilidades.
Vinieron unas reuniones con el Presidente de Francia (la ex candidata
Íngrid Betancur, ex candidata a la Presidencia secuestrada por las Farc, es
también ciudadana francesa), con el Canciller de Francia, con el Secretario
General de Naciones Unidas, con los familiares de las víctimas.
Y el Gobierno aceptó variar la posición. Aceptó separar el acuerdo huma-
nitario de un eventual proceso de paz, sobre unas condiciones a las que me
voy a referir.
Eso ha tenido alguna evolución. Diría que hoy, para no llevarlos exhausti-
vamente a lo largo de cada una de las etapas de este proceso, el Gobierno tiene
tres puntos, que considera inamovibles, esenciales:
Primer punto: no puede haber zona desmilitarizada. Desmilitarizar
zonas es darle un factor de desmotivación a la Fuerza Pública. En el pasado
Colombia experimentó esos factores de desmotivación. Colombia no tiene
Fuerza Pública golpista. Pero cuando a la Fuerza Pública se le desmotiva hace
operación tortuga. Y un Gobierno que ha ganado un nivel de gobernabilidad
sobre la Fuerza Pública, no puede desmotivarla.
Porque para recuperar el imperio de las instituciones, en un país que no
lo vamos a pacificar con paramilitares, ni se lo vamos a entregar a la guerrilla,
hay que tener la Fuerza Pública tonificada. Por eso el Gobierno quiere ser muy
cuidadoso en estos pasos para no desmotivar la Fuerza Pública.
Segundo tema inamovible: los guerrilleros que lleguemos a liberar de las
cárceles no pueden volver a delinquir. Nosotros, como una muestra con nuestro
compromiso con los derechos humanos, en un programa dirigido por el señor
Vicepresidente de la República, demócrata consumado, se destruyeron las minas
antipersonales que conservaba el Gobierno. Se destruyeron el pasado domingo.

79
Los potros de bárbaros atilas

Este año hemos tenido 554 víctimas de minas antipersonales. Y el 85 por


ciento de ellas integrantes de la Fuerza Pública. Minas antipersonales todas
sembradas por estos terroristas.
Entonces la Fuerza Pública colombiana, haciendo un inmenso esfuerzo
por devolverle a este país la seguridad, nosotros no podemos liberar unos
guerrilleros de las cárceles para que vuelvan a delinquir.
Primero el Gobierno exigió que los que se lleguen a liberar de las cárceles
tienen que irse a un país afuera. El Gobierno de Francia dijo: yo los recibo. Y
que ese país debe asumir la responsabilidad de vigilarlos para que no se rein-
tegren a la acción armada.
Hemos ofrecido una opción: que se vayan al extranjero o que se rein-
serten acá. Aquí tenemos un programa de reinserción muy generoso. Cuando
se reinsertó el M-19, se reinsertaron 700 guerrilleros. Cuando se reinsertó el
EPL, se reinsertaron 1.200.
Sumen eso y hagan esta comparación: en este Gobierno se han reinser-
tado 6.700 integrantes de grupos violentos. Paradójicamente el 60% de Farc.
El otro 40% se lo reparten entre Autodefensas y Eln.
La reinserción avanza generosamente. Hace poco asistí, en Ciudad
Bolívar de Bogotá, a la graduación en un curso de competencias laborales
de 800 reinsertados. Daba gusto percibir ese estado de ánimo. Ese cambio de
orientación en la vida.
Entonces hemos dicho: bueno, aquí hay un proceso de reinserción gene-
roso. Los que lleguen a salir de la cárcel, si no se quieren ir al extranjero, que
se sometan a ese proceso de reinserción.
Y el tercer factor inamovible es que no podemos liberar de las cárceles
sino a los que estén allí por los delitos políticos elementales. No a los que
tengan conexidad con delitos atroces. En eso hay que ser muy cuidadoso.
En Colombia ha habido una equivocada tendencia académica. La
tendencia de considerar que el delito de la guerrilla, por atroz que sea, siempre
es político. Y que el delito de los paramilitares siempre es común.
Me puse a indagar por qué. Y se decía: no, es que la guerrilla está contra
el orden establecido. Le daban un título de nobleza a ese delito por estar contra
el orden establecido.
Y entonces se tenía toda la inclinación a indultar y amnistiar el
delito de la guerrilla, y el de los paramilitares se ha considerado crimen
común, simplemente porque se estima que ellos están en defensa del orden
establecido.

80
Palabras ante el V Foro Iberoamericano

Finalmente el impacto frente a la comunidad es igualmente dañino. El


Gobierno le ha pedido al Congreso y al país superar esa diferencia. La deci-
sión nuestra es darle el mismo tratamiento al delito atroz de la guerrilla que
al delito atroz de los paramilitares. Si hay procesos de paz hay que dar bene-
ficios, pero tenemos que hacer una muy buena ecuación entre paz y justicia,
entre paz y no impunidad. Por eso están excluidos los beneficios del indulto y
de la amnistía para delitos atroces.
Por eso, no podemos en el acuerdo humanitario, entrar a liberar personas
que estén en las cárceles con delitos atroces.
Muchas personas que están interesadas, noblemente, en ese acuerdo humani-
tario han pedido que el Gobierno facilite una zona de encuentro con las Farc para
esa negociación. Hay que desmilitarizarla y el Gobierno no puede hacer eso.
Lo que va a anunciar el Comisionado, a las 6:30 de la mañana de mañana,
yo se los anticipo, va a anunciar lo siguiente:
El Gobierno acepta que se negocie el acuerdo humanitario en una emba-
jada en Bogotá o en la Nunciatura. Eso sería el único sitio donde el Gobierno
aceptaría esa negociación.
El Comisionado va a anunciar unos elementos como estos: el Gobierno
reitera una propuesta que le hizo al Gobierno Suizo, que sería el destinatario
de esta propuesta, de liberar unos guerrilleros. El Gobierno los libera antes de
que las Farc libere a los secuestrados con las dos condiciones que les dije: que
no estén en las cárceles por delitos atroces y que se comprometan a no regresar
a la guerrilla. Cualquiera de las dos opciones: o se van al extranjero o se entran
al proceso de reinserción. El Gobierno libera unos delincuentes, antes.
Segundo. La guerrilla tiene que hacer un gesto de liberar algunos de estos
compatriotas que tiene secuestrados.
En ese momento, se da el tercer paso, que es la negociación en una embajada
o en la nunciatura en Bogota, durante cinco días para perfeccionar ese acuerdo.
Ese es el paso que va a anunciar el Comisionado, mañana en la mañana.
Es muy duro. Yo siento un gran dilema. Voy a Neiva, siempre que voy a
Neiva me reúno con los familiares de los secuestrados, o a Cali. Mañana debo ir
a Cali, voy a una reunión de Fenalco y en una salita contigua están los familiares
de los secuestrados y uno siente allí un grave dilema, un dolor inmenso de colom-
biano y de padre de familia, que proviene de ver el dolor de estos familiares de
las víctimas. Pero también una responsabilidad muy grande en la conducción del
Gobierno para evitar que estos acuerdos desmotiven la política de Seguridad.

Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) Bogotá, 28 octubre de 2004

81
PALABRAS EN EL II CONGRESO INTERNACIONAL
SOBRE VÍCTIMAS DEL TERRORISMO
Álvaro Uribe Vélez y otros participantes

Compatriotas:
No es fácil para el Presidente de la República, con las convicciones
que en mi caso se defienden, acudir a este evento porque estas convicciones
generan polémica y cuando uno cruza esta puerta y entra a este salón se
bloquea para la polémica, por la solidaridad que se despierta al mirar tantos
rostros y tantas caras.
Mil gracias a todos por haber organizado este evento. Muchas felicitaciones
a la Universidad (Sergio Arboleda), este es un gran aporte a Colombia.
Mil gracias a aquellos que han venido desde tantas naciones del mundo
por acompañar a un país que ha sufrido durante tantos años el terrorismo.
Ha sufrido tanto Colombia que aquí las cuentas no alcanzan, pero uno de
los más cuidadosos estudiosos del tema, investigador de la universidad de los
Andes, con cifras bastante difíciles de rebatir, ha expresado que no menos del
50% de las familias colombianas ha sido víctima de esta dolorosa tragedia del
terrorismo.
Diana Sofía (Giraldo, decana de la facultad de Comunicación Social
de la Universidad Sergio Arboleda) se ha referido aquí a algunos temas.
Creo que en estos dos días de deliberaciones, ustedes han tenido la opor-
tunidad de escuchar muy brillantes intervenciones, tesis en un sentido, en
el otro.
Creo que podíamos utilizar mejor el tiempo, Diana Sofía, si algunas
personas plantean sus inquietudes. Yo haré, con el mayor gusto, todo lo posible
para responderlas. Y por supuesto, me referiré, con el mayor respeto al plan-
teamiento del ex presidente Alfonso López, que acabas de resumir.
Si les parece tomó algunas inquietudes de ustedes, procuro hacer unas
referencias, si el tiempo ayuda, tomamos otras.
Sofía Gaviria Correa (hermana del gobernador Guillermo Gaviria
Correa, secuestrado y asesinado en mayo de 2003): Nuestro interés Presidente,
es hacer una fundación para canalizar recursos para el tratamiento físico a

83
Los potros de bárbaros atilas

quienes lo necesiten y moral y algún tipo de indemnización. Es lo mínimo que


se puede pedir siendo víctima o familiar del terrorismo.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Hay programas gubernamentales que
ayudan en esa dirección, por supuesto insuficientes. Todo lo que haga el sector
privado, magnífico. Incluso, en el fondo para la reparación pecuniaria que se
esta concibiendo en la ley marco para la justicia y la paz, ese fondo tendrá varias
fuentes: una fuente, todos los bienes adquiridos ilícitamente por las personas
integrantes de estos grupos que se desmovilicen, los aportes del presupuesto
nacional y voy a ser muy claro, con el buen cuidado de limitar la responsa-
bilidad fiscal del Estado, porque si no la limitamos, con lo que ha pasado en
Colombia, no hay fisco que alcance. Y abrimos un capítulo allí para el apoyo de
los particulares y la posibilidad de la coordinación entre todos estos esfuerzos de
los particulares y el fondo que se cree en la ley para reparación pecuniaria.
(…)
Gustavo Moncayo (padre del suboficial Pablo Emilio Moncayo Cabrera,
detenido en la base de Patascoy, Nariño, el 21 de diciembre de 1997): Quiero
presentarle un saludo en nombre de Asfamipaz, el grupo de padres y madres
de familia que durante siete años, dos meses, que llevan de cautiverio nuestros
hijos. En nuestros corazones ya no hay lágrimas, nuestros ojos que anterior-
mente brillaban con luz propia, hoy están apagados.
Presidente, en nombre de todas aquellas personas que desde algún lugar de
las selvas claman por su libertad le quiero hacer la pregunta: ¿qué posibilidad hay
para que se de el acuerdo humanitario, si nosotros podemos abrigar la esperanza
de que en su Gobierno y en el menor tiempo posible, nuestros hijos, nuestros fami-
liares, los padres de muchos de nuestros hijos puedan retornar a la libertad?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Me voy a referir con toda franqueza al
tema, sé que suscita controversia y si algo me ocurre es que, yo que he vivido
en la controversia pública, en un escenario con ustedes me preocupa la contro-
versia, lo haré de la manera más fraterna, más respetuosa.
¿Qué propuse yo en la campaña? Propuse que aceptaría un acuerdo
humanitario siempre y cuando se iniciara un proceso de paz a partir de un
cese de hostilidades. Esa propuesta la sostuve como Presidente electo y en las
primeras semanas de Presidente en ejercicio.
Después de hablar con familiares de algunos de los secuestrados, con la
Iglesia, con el Presidente Chirac, con el Secretario General de las Naciones
Unidas, Kofi Annan, acepté desvincular el acuerdo humanitario de la condi-
ción de reiniciar un proceso de paz a partir de un cese de hostilidades.

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Palabras en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

Se dijo: que liberen todos los secuestrados, que haya una mediación de
Naciones Unidas y que aquellos guerrilleros que salgan de la cárcel vayan al
extranjero, se pongan bajo la tutoría de un país amigo que podría ser Francia,
con el compromiso de que no regresen a delinquir.
Seguimos avanzando. Cuantos colombianos ilustres han querido ser faci-
litadores, el Gobierno les ha dicho: procedan.
Uno de mis más ilustres compatriotas me dijo que quería ser facilitador,
pero que tenía que obrar con independencia del Gobierno; le dije: “ni me lo
tiene que preguntar, proceda”; al ex presidente López Michelsen, se lo dije
con inmenso respeto y con el pleno propósito de no obstruir el ejercicio de su
noble intención facilitadora.
Hemos aceptado una serie de caminos, pero les tengo que confesar tres
puntos, que para mí como Presidente de Colombia son inamovibles: primero,
el despeje; segundo, la garantía de que los guerrilleros que se liberen de las
cárceles no regresen a delinquir; y, tercero, la liberación de las cárceles de
aquellos que no estén sindicados o condenados por delitos atroces.
El primer punto. ¿Por qué el Gobierno se ha negado al despeje? Porque
las experiencias de ‘despejes’ de más duración en el tiempo o de ‘despejes’ de
corta duración en el tiempo para facilitar liberaciones, todas, han sido malas,
han fortalecido inmensamente al terrorismo, han debilitado la capacidad del
Estado para enfrentarlos, se han sucedido todas por hechos todavía más graves
cometidos por el terrorismo, al cual se le han facilitado esos ‘despejes’.
Esos ‘despejes’ desmotivan inmensamente la Fuerza Pública. ¿Qué alter-
nativas hemos dado? Muchas. Aceptamos que las reuniones se llevaran a cabo
en una sede diplomática en Bogotá, en la Conferencia Episcopal. Aceptamos
que se llevaran a cabo las reuniones en cualquier ‘iglesita’ del país rural o
urbana, y que con la ayuda, por ejemplo, de la Cruz Roja Internacional, los
voceros del grupo secuestrador acudieran allí a partir de que mostraran su
buena fe liberando a algunas personas y acudieran allí a culminar el acuerdo.
A través de la televisión, estando él en Cali y yo en Cartagena, nuestro Arzo-
bispo emérito, Desmond Tutu, me propuso, hace apenas unos pocos días: “¿qué si
yo aceptaría que los jefes de estas organizaciones fueran a Sudáfrica para buscar
estos acuerdos?” –creo que algunos de ustedes fueron testigos o estaban en el
escenario de Cali, o lo conocieron a través de la televisión y de otros medios–, le
dije: “Arzobispo, ¿me permite poner una pequeña condición?”, para mi fue muy
difícil, a mi me lanzó esa propuesta en público ¿y de quién viene?, del Arzobispo
emérito. Momento bien difícil para reacción del Presidente de la República.

85
Los potros de bárbaros atilas

Le dije: “¿me permite poner una pequeña condición?”, recuerdo y algún


día lo escribiré, que no musitó palabra, simplemente hizo dos veces un gesto de
aceptación con un movimiento de su cabeza, entonces le dije: “la pequeña condi-
ción es que, estas personas, mientras estén en esas conversaciones en Sudáfrica,
nos garanticen un cese de hostilidades en Colombia, un cese de hostilidades
siquiera transitorio, una muestra de buena fe, mientras estén en Sudáfrica”.
Nosotros hemos tenido todos los intentos del mundo de paz con el Eln.
Les voy a contar alguna experiencia mía.
Primero, una facilitación de Cuba, y Cuba ha ayudado con buena fe. No
tengo reparo. Allá ha ido el Comisionado cuatro veces, yo he hablado muchí-
simas veces con el Presidente Castro, el Eln no ha querido.
Se ha facilitado el camino del grupo de países, amigos de la solución del
Eln, no ha sido posible. Ahí está el testimonio de los voceros de estos países.
Se ha facilitado la tarea de la comisión de la sociedad civil para acuerdos
de paz con el Eln, no ha sido posible.
Yo me reuní con Felipe Torres, integrante del Eln, una vez salió de la cárcel,
le dije: “¿ustedes por qué no aceptan, Felipe, la propuesta de que empecemos
un proceso de paz con cese de hostilidades?, eso no quiere decir que se rindan,
no quiere decir que se tengan que desmovilizar, no quiere decir que se tengan
que desarmar. Es un cese de hostilidades para facilitar la credibilidad del proceso.
Urgencia para el cese de hostilidades, considerarlo un requisito para poder
avanzar en la negociación, paciencia para llegar a la desmovilización, para llegar
al desarme. Es una propuesta que combina una señal de credibilidad al país en ese
proceso a través del cese de hostilidades, y una señal política de que es un proceso
de paz y no de rendición, por intermedio de permitir que durante el proceso no
tenga que haber desmovilización y desarme, simplemente cese de hostilidades”.
Me dijo: “Presidente, nosotros no aceptamos eso porque usted nos mata
en el cese de hostilidades”. Le dije: “yo soy combatiente, pero no bandido. Yo
los combato con transparencia y de frente, yo no los combato matreramente,
mientras haya un cese de hostilidades de ustedes, el Gobierno le va a decir al
Ejército y a la Policía que cesen operaciones ofensivas frente a ustedes”.
Llegué a México y estando con el Presidente Fox me preguntaron por
eso –no creo que haya sido pregunta espontánea– repetí la propuesta, repetí
la garantía de que no habría acciones ofensivas mientras se respetara ese cese
de hostilidades, me dijeron: “¿acepta un garante?”, dije: “¡claro! lo acepto,
al buen pagador no le pesan las prendas”, y dijeron: “¿aceptaría México?”.
“Está aceptado”.

86
Palabras en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

Empezó México a trabajar como facilitador, silenciosa y eficazmente.


Nosotros no hemos obstruimos en nada la acción facilitadota de México.
Hace 15 días, le entregó el mediador mexicano a Luis Carlos Restrepo,
Alto Comisionado para la Paz, una propuesta del Eln, yo le digo a Luis Carlos:
“haga una consultica en el Ministerio de Defensa y en los Altos Mandos a ver
si es operativa”, me dijeron: “es difícil, pero la operamos”. Pregunté: “¿viene
del Eln?”. Me dijeron: “si”. Respondí: “acépteselas”. Se las aceptó y después
se echaron para atrás.
Lo que le ha pasado, no a este Gobierno, a muchos, se está cerquitica
de iniciar un proceso con el Eln y aparecen señores como Antonio García a
sabotear el proceso.
Algo parecido pasa con el acuerdo humanitario. Entonces, ahora resulta
que algunos carteles en las calles de París dicen que el secuestrador de Íngrid
Betancourt no es la Farc sino Álvaro Uribe, presidente de Colombia. Cómo
vamos cambiando los papeles.
Yo respeté inmensamente y acepto esa propuesta de Monseñor Tutu.
Creo que esa condición es mínima, esa es una condición para mostrar buena
fe. Acabo de recibir de Ángela Giraldo un caso, ella sabe por qué me duele,
el de su hermano Francisco, donde me trae una carta sobre la propuesta
de Monseñor Tutu. El Gobierno reitera la decisión de aceptarla. Juzguen
ustedes, si la condición que hemos propuesto es una condición excesiva,
o es razonable: que haya un cese de hostilidades, por lo menos, durante el
tiempo en el cual se esté conversando en Sudáfrica. Esa es toda la condición
que hemos puesto.
El otro inamovible: que aquellas personas que salgan de la cárcel no estén
incursas en delitos atroces. Es de la Constitución, de la Ley.
Para demostrar nuestra buena fe, liberamos unilateralmente 22 personas
de la Farc y no era que fueran a salir el día antes, el día siguiente, les faltaban
30 meses, 46 meses, 64 meses. Al que menos le faltaban, había uno que le
faltaban 12 meses, uno 22 meses, tres por encima de 26, los otros por encima
de 30, para demostrar la buena fe, para demostrar que no estábamos cañando,
que teníamos toda la disposición.
¿Cuál es el otro inamovible? Que aquellos que salgan de la guerrilla no
vuelvan a delinquir.
Inicialmente dijimos: “como garantía de que no van a volver a delinquir,
que los reciba un país como Francia u otro, que disfruten allá de la libertad,
pero con el compromiso de no delinquir en contra de los colombianos”.

87
Los potros de bárbaros atilas

Al cabo de meses me dijo la Iglesia Católica que se habían reunido con la


Farc y que no aceptaban esa condición, y me pidió la Iglesia Católica que les
propusiera otra condición, y se las propuse. Les dije: “bueno, entonces que no se
vayan al extranjero, que se queden en el país, pero en un proceso de reinserción”.
En este Gobierno se han reinsertado 11.600: seis mil de los paramilitares
y 5.600 de la guerrilla. Y ese proceso, con todas las dificultades, va bien, se
les ha tratado bien, se les ha respetado su dignidad, se están ofreciendo alter-
nativas. Va bien ¿Por qué entonces negar esa posibilidad?
En el tema del despeje yo siempre pregunto: ¿por qué cuando cobran
dinero no necesitan despeje para liberar? Y en el tema de que vuelvan, o no, a
delinquir pregunto: ¿y es qué acaso es razonable que salgan de la cárcel para
volver a delinquir?
Yo llegó a Cali, a cualquier tema, casi siempre tengo una reunión con
algunos familiares de los secuestrados. Llego a Neiva, ocurre lo mismo. Para
mí es muy difícil, me tengo que llenar de valor porque se me cruzan los senti-
mientos con las responsabilidades. Yo soy padre de familia, yo pertenezco a ese
50% de las familias colombianas que han sido directas victimas del terrorismo.
A mí no me da dificultad, yo no tengo insensibilidad para contagiarme con la
tristeza que se refleje en el rostro de estos compatriotas. Yo no tengo que fingir,
yo he vivido en los combates y en los dolores y en los rigores del combate.
Y uno quisiera resolver ese problema de inmediato, pero por el otro lado
pienso en el ejercicio de las responsabilidades de Presidente. Entonces, estos
señores, el año pasado entre asesinatos con minas antipersonas, mutilados y
heridos afectaron a casi 700 colombianos de la Fuerza Pública. Y está la Fuerza
Pública de la Patria haciendo este esfuerzo. ¿El premio que le vamos a dar a la
Fuerza Pública es liberar a estos terroristas para que vuelvan a delinquir?
Ahora que estamos desmovilizando militarmente y con un proceso de
paz, también, los mal llamados sectores paramilitares, es el momento más
oportuno para que nuestro país piense en la necesidad de la protección institu-
cional de los colombianos.
En algunas regiones le dicen a uno, pero no le dicen al oído, ni le mandan carticas
clandestinas, lo dicen públicamente: “Presidente: ¿y desmovilizados los paramili-
tares quién nos va a proteger?” ¡Miren la desinstitucionalización de la Patria!
Y he dicho: nosotros no podemos aceptar sino un instrumento de protec-
ción de los colombianos: las instituciones legitimas del Estado. Pero esas
instituciones tienen que ser efectivas y transparentes, y para ser efectivas y
transparentes tienen que estar debidamente motivadas, y cuando no están

88
Palabras en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

debidamente motivadas, debidamente apoyadas en el mando, pareciera ser


que leen la epístola de San Pablo donde dice: “si el sonido que emite la trom-
peta es incierto y débil ¿quién acudirá al campo de batalla?”.
Por eso he sostenido, desde mis épocas de universitario, que en Colombia
no hemos tenido una Fuerza Pública golpista, pero si una Fuerza Pública que
se desmotiva cuando el liderazgo se convierte en liderazgo condescendiente
con la delincuencia. Y es normal. Si yo soy soldado y me estoy arriesgando
en el Plan Patriota, en plena selva de la Patria y encuentro que el liderazgo del
Gobierno claudica ante la delincuencia, yo me hago la elemental reflexión:
¿qué motivación tengo para correr este riesgo?
Para institucionalizar este país en el tema de la seguridad universal para
los colombianos, la seguridad para Rosemberg Pabón –que tiene ideas discre-
pantes de las mías–, para Juan Hurtado –que es uno de mis más fervorosos
seguidores–, es una de las expresiones de nuestro concepto democrático de
seguridad: seguridad para todos, seguridad para el pluralismo, seguridad
para que funcione la democracia, seguridad para que elijan a Lucho Garzón
en Bogotá, o a Angelino Garzón en el Valle del Cauca. Seguridad para que
ejerzan libremente, de acuerdo con la Constitución y la Ley, sus atribuciones,
sus deberes de Gobierno. Para todo eso necesitamos una Fuerza Pública eficaz
y transparente, y por eso no la podemos desmotivar.
He ahí una de las razones que yo he tenido para insistir, queridos compa-
triotas y apreciados visitantes de la comunidad internacional, en que, aquellos
guerrilleros que salgan de la cárcel en un acuerdo humanitario debe haber una
garantía eficaz de que no vuelvan a delinquir.
El ex presidente Alfonso López, de acuerdo a lo que ha dicho Diana Sofía,
ha propuesto que si el Gobierno no puede avanzar en un acuerdo humanitario,
que avance en un acuerdo político, y ha reiterado su noble oferta de facilitador.
Él lo sabe y con el respeto que le tengo, que no ha habido inconveniente alguno
para que actúe como facilitador y como me lo pidió: independiente del Gobierno.
Claro que en mi juventud y en mi adolescencia siempre pensé que no tendría que
ser independiente de López. Pero, si en esta hora de la vida, por esa causa noble,
él necesita proceder con independencia, que proceda no solo con independencia,
sino con independencia crítica, al menos mientras cumple la tarea.
Examinamos que sea humanitario, que sea político, pero yo les ruego
comprender estas condiciones. Miren, los seres humanos somos muy capri-
chosos y muy subjetivos. Cuando yo he pensado estas condiciones, he dicho:
“Espíritu Santo ayúdame a que sean con la menor subjetividad posible”.

89
Los potros de bárbaros atilas

Si estas condiciones son caprichosas, si estas condiciones no tienen razón


de ser, replanteémoslas, pero les ruego pensar en estas condiciones. Estas
condiciones no han sido fruto de la improvisación ni del capricho, han sido
fruto de pensar mucho en la historia de este país y en el futuro de este país.
Cuando se le cede al terrorismo, el terrorismo no devuelve esas conce-
siones en paz, al contrario, acrecienta su acción destructora.
(…)
Gustavo Moncayo: en nombre de todos los padres de familia, que todo
se haga a través del diálogo: No más violencia, no queremos que haya más
mutilados, Presidente. Yo le suplico que entienda nuestra situación. El Gober-
nador del Valle ha propuesto que se realice el Acuerdo Humanitario en ese
departamento y hay una de los indígenas del Cauca.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Le voy a hacer una pregunta: ¿a usted
le parece que es caprichoso exigir que los guerrilleros que salgan de la cárcel
den una garantía de que no vuelven a delinquir?
Gustavo Moncayo: La noche anterior liberaron cantidad de terroristas en
Israel sin condicionamientos.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Un acuerdo.
Gustavo Moncayo: ¿Por qué no se puede hacer ese acuerdo aquí en
Colombia?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: ¿Le parece que la condición de que no
vuelvan a delinquir es una condición caprichosa? Piense en esa condición,
piense en esa condición y llámeme. Yo me atrevo a hablar de estas condi-
ciones porque estas condiciones no han sido improvisadas.
Gustavo Moncayo: Presidente, ¿cree que es justo siete años en la selva?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Lo comparto. Mire qué nos condujo
allá. Mire qué antecedió a Patascoy.
Gustavo Moncayo: Presidente pueden ser miles los argumentos que
podemos sacar, pero no debemos mirar atrás…
Presidente Álvaro Uribe Vélez: …pero no permitir, Gustavo, que
tengamos que proceder sin condiciones razonables, para que simplemente
se siga creciendo el terrorismo. Ahora, lo del Valle del Cauca. El Gober-
nador (Angelino Garzón) propuso en su campaña ser facilitador, él sabe que
el Gobierno lo autorizó. En unas ocasiones ha podido cumplir la tarea, y en
otras no, por los operativos militares en la Cordillera. Se lo digo a todos los
colombianos con toda sinceridad: ya he explicado las razones porque no
aceptamos el despeje, pero si es en una iglesia del Valle del Cauca, estamos

90
Palabras en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

dispuestos a aceptar que allá se lleven a cabo las reuniones. Este terrorismo
además es cobarde. ¿Usted sabe qué pasó en Urabá donde nos mataron los
soldados hace 15 días? Cuando los soldados llegaron, los terroristas pusieron
a los indígenas de escudos humanos. Todos los soldados tuvieron que regresar
y ahí los terroristas los masacraron a la mansalva. Eso pasó, Gustavo. Yo no
tendría inconveniente en escucharlo cuantas horas tenga que escucharlo y en
examinar alternativas con él, porque comprendo su angustia. Si algo necesi-
tamos aprender los colombianos es la discrepancia fraterna. Este país nece-
sita un modelo político pluralista, sin exclusiones pero sin odios, un debate
permanente pero fraterno y creativo, un debate sin acidez, sin antagonismos
insuperables. Un debate siempre en la búsqueda de la mejor opción.
(…)
Alfonso López Michelsen (ex presidente de la República): He vacilado
mucho en hacer uso de la palabra cuando la noche está tan avanzada, induda-
blemente deben estar fatigados por igual los participantes en el debate y los
que nos escuchan. Sin embargo, aspiro a aclarar ciertos puntos que merecen
ser puestos en blanco y negro.
Aquí ha dicho Diana Sofía (Giraldo, decana de la facultad de Comunica-
ción Social de la Universidad Sergio Arboleda) que yo me ofrecí como facili-
tador, y en efecto he tratado de ejercer esa función.
¿Facilitador de qué?, ¿de la paz? En la mañana de hoy puse de presente
que mi tarea no era alcanzar la paz, que es una tarea propia del Gobierno, y
mal haría yo en participar, en público o en privado, a indicarle al Presidente de
la República, cuál debe ser el camino de la paz.
De lo que me ocupo es de la situación de las víctimas del secuestro, tema
sobre el cual no he dejado de insistir en varios años, y al respecto quiero recordar
una cita que hice en la mañana de hoy acerca de la celebración que tuvo lugar
en la ciudad suiza de Neuchatel, en el año de 1938, cuando se expidió una
declaración cuyo segundo punto era –no lo cito textualmente pero estoy seguro
de su contenido– “que los gobiernos tenían la obligación de proteger a sus
ciudadanos, así estuvieran en manos de los contrarios, poniendo en vigencia el
Derecho Internacional Humanitario, que era la última etapa dentro de una serie
de conquistas que se venían adelantando en defensa de los derechos humanos,
más concretamente, del tratamiento humano de los prisioneros”.
En este sentido la declaración de Neuchatel va al extremo de invitar a
los gobiernos a buscar el entendimiento con los contrarios, y si es materia de
alivio –como yo no dudo de que lo sea– el canje de prisioneros, propiciar el

91
Los potros de bárbaros atilas

canje de prisioneros con los contrarios. Vale decir, lo que frecuentemente cali-
ficamos como el intercambio de prisioneros con mayor propiedad.
Pues bien, mi tarea corresponde a ese diseño, es decir, a aliviar la situa-
ción de los cautivos, a propiciar –como lo aconseja el acuerdo de Neuchatel–
que se prescinda de las torturas, que se de un tratamiento humano a quienes
están cautivos.
Al respecto y para terminar, quiero observar que son dos cosas muy
distintas: la búsqueda de la paz y el alivio de los prisioneros.
La búsqueda de la paz es una tarea a más largo plazo, no es de efecto
inmediato y cuando yo oigo en este recinto a tantos familiares de las víctimas
del secuestro exponiendo su posición, y reciben como respuesta el que solo la
derrota militar de los insurrectos, de los terroristas, le pone fin al problema,
es una forma de declinar la posibilidad de una negociación. Una negociación
que, si se acoge al régimen del acuerdo humanitario, tiene un diseño según el
cual “no se pueden imponer condiciones entre las partes”.
El acuerdo humanitario consiste en el intercambio automático de unos
prisioneros por otros sin que se puedan imponer condiciones, como sí se
podrían imponer en una victoria, en una capitulación o aun, en un acuerdo de
índole distinta, como lo mencionó muy oportunamente la doctora De Melo,
cuando dijo que yo sugería que se prescindiera del acuerdo humanitario si se
querían imponer condiciones, porque para tal encrucijada existe una solución
que es la negociación política, el acuerdo político entre las partes, si es que a
él se llega. Acuerdo político en el cual se pueden incluir toda clase de condi-
ciones para ser puestas en práctica durante la negociación, o más adelante, con
posterioridad al intercambio de prisioneros.
Repito, yo no estoy negando la posibilidad de que se celebre un acuerdo
entre el Gobierno y los alzados en armas, pero estoy explicando –tal vez son
manías de catedrático que adquirí en la universidad– que el acuerdo huma-
nitario no permite incluir condiciones nuevas, imponer términos o variantes,
como las que aquí se han citado, con todo respeto como por ejemplo, condi-
ción previa el cese de hostilidades.
Se puede pactar el cese de hostilidades con el consentimiento de la contra-
parte, pero no invocando para tal efecto el acuerdo humanitario.
Quiero dejar bien en claro que la misión a la cual yo me he comprometido,
y en la cual perseveraré, es a mejorar las condiciones de los secuestrados, o
prisioneros combatientes, y a precaver a los civiles de los riesgos de la guerra
civil, o del conflicto, o del enfrentamiento, como quiera llamarse.

92
Palabras en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

Pero sí quiero dejar claramente establecido, que el acuerdo humanitario


no es un peldaño hacia la paz, sino una entidad autónoma dentro de la cual no
se pueden incluir condiciones.
Se puede poner en práctica en un acuerdo político que no es de carácter
obligatorio para las partes y que no hace acreedor a la responsabilidad, a la
reciprocidad de los enfrentados.
Ernesto Samper (ex presidente de la República): A mí me encanta este
sistema que estoy viendo, me recuerda las viejas épocas del Poder Popular,
querido Presidente.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: …en el Estado Comunitario las reuniones
son más larguitas...
Ernesto Samper: Y en esas reuniones usted era un poco más obediente
que ahora, pero yo quisiera hacer un par de comentarios para complementar lo
del presidente López sobre estos temas.
Primero, me acuso de haber sido autor de uno de esos despejes que usted
cuestiona. En mi Gobierno, efectivamente se hizo un despeje: San Vicente del
Caguán, en Cartagena del Chairá, durante 32 días. Lo hice a plena conciencia
y ese despeje permitió el regreso de casi 100 soldados y policías que habían
sido tomados prisioneros en la base Las Delicias.
Creo percibir la dificultad que Usted tiene de aceptar el despeje, no por
estos despejes de carácter táctico, sino por lo que fue el despeje de tantos años
durante el Gobierno pasado que, obviamente, nos dejó bastante desmorali-
zados a los colombianos y bastante desprestigiados los despejes.
Pero yo le quitaría, si se quiere, la palabra despeje. Creo que de lo que
estamos hablando –para ser prácticos Presidente– es de que haya garantías
para que la gente pueda acudir a un sitio, cualquiera que él sea, a hacer el
acuerdo, o buscar, o encontrar la coincidencia, y luego retirarse de ese sitio
sin que corra peligro su vida. Es así de sencillo. Llamémoslo como queramos,
pero si Usted, que en este momento tiene la capacidad de dar esas garantías,
porque nadie da lo que no tiene, a esa ‘iglesita’ en la cual se puedan reunir,
o donde quieran que se puedan reunir, Usted le da las garantías creíbles para
que puedan asistir las personas de la guerrilla a buscar las coincidencias que
permitan el acuerdo, el asunto queda zanjado y no nos metemos en un debate
conceptual o semántico, que es lo que nos tiene enredaos.
Y yo sé que Usted lo puede hacer porque tiene la capacidad y el cono-
cimiento de asegurar una zona y dar garantías con credibilidad, para que la
gente pueda entrar y salir.

93
Los potros de bárbaros atilas

Creo que lo que les preocupa a estas personas es que usted esté, y ellos
puedan utilizar políticamente esto, y si lo van a hacer pues todos lo recha-
zamos enfáticamente, sino que tengan la posibilidad de acceder y salir a un
sitio seguro para sus vidas y para lo que ellos pretendan.
En segundo lugar, puede que yo tenga otra concepción sobre el problema
moral de la tropa –y yo como Usted también fui Comandante de las Fuerzas
Armadas–. Yo me coloco en la situación de un policía, de un soldado colom-
biano, que es tomado cautivo por las fuerzas subversivas. ¿Qué desmoraliza
más al soldado o policía que hoy día está activo: saber que si llega a caer en las
garras de los terroristas o de los subversivos se va a pudrir indefinidamente en
la selva sin poder volver a su familia? ¿O tener la seguridad de que el Estado
va a buscar y va a velar por su libertad y por su vida buscando, por vías mili-
tares o por vías políticas –que es en lo que consiste el acuerdo humanitario– la
posibilidad de que él regrese a su hogar?
A mí me parece que, desmoraliza mucho más a la tropa pensar que si llega a
ser tomado en cautiverio tiene que pagar con el costo prácticamente de su vida y
su libertad, ese texto militar, a si pensamos realmente en la posibilidad de buscar,
por vías militares o por vía política, la posibilidad de que regresen a sus hogares.
Creo que es algo que se lo planteo con todo el cariño y el respeto, simple-
mente como una reflexión de carácter ético, que además no me la he inven-
tado yo, pero he escuchado personas como Rafael Pardo que fue Ministro de
Defensa y manejó procesos parecidos.
Así es que yo creo que el problema es que estamos hablando del acuerdo
humanitario con lenguaje de guerra –como dice el presidente López–. El
derecho humanitario no se hizo para hacer acuerdos de paz ni para acabar la
guerra, sino para humanizar la guerra, mientras ella termina, precisamente.
Si no somos capaces de acabar esta guerra que nos tiene enfrentados a
los colombianos, pues acabemos con las minas antipersonales, saquemos a la
población civil inocente del conflicto, protejamos a las escuelas, protejamos a
los hospitales, devolvamos a los secuestrados, que esto no tiene nada que ver
con hacer la paz o con hacer concesiones a los bandos enfrentados.
Y quiero terminar haciendo un reconocimiento a lo que ha sido su polí-
tica de seguridad. Yo creo que los colombianos lo están acompañando en esa
política. No creo encontrar una contradicción entre su política y el apoyo que
está recibiendo y lo que sería, no un gesto de debilidad sino un gesto de huma-
nidad de parte suya, de avanzar en un tema en el cual está tan comprometido
el sentimiento nacional.

94
Palabras en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

Estas personas que están aquí –y con ello termino, yo también fui víctima
del terrorismo, llevo cuatro balas todavía adentro, de un atentado terrorista–
estas personas (aquí hablo como víctima) no venimos a pedir venganza, no
venimos a pedir revancha. Creo que ellas han venido a exponer sus casos y a
aportar su dolencia, su dolor, las vivencias profundas que están sintiendo, para
que no haya más gente en este país ni en ninguna parte del mundo, que siga
siendo víctima de estos ataques terroristas.
Usted cuenta con el apoyo, por supuesto, de nosotros. Son las Farc las que
secuestraron estas personas, son ellos los mayores responsables de lo que está
sucediendo, pero como dice el Presidente López, “dentro de todos sus deberes
y obligaciones constitucionales, también está el de velar por la libertad y la
vida de estas personas”. Muchas Gracias.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Con inmenso respeto, aquello a lo cual se
refiere el Presidente López, 1938, Suiza, es para la guerra que tiene, quiérase o
no, guste o disguste, algún elemento que sus actores le encuentran legitimante.
Aquí no hay eso, aquí lo que hay es un desafío del terrorismo contra las insti-
tuciones democráticas.
Por eso no estoy diciendo que no apliquemos el derecho humanitario.
Nosotros, en la política de Seguridad Democrática, no solamente respetamos
esas normas sino las superiores, que son los derechos humanos.
El Derecho Humanitario es apenas un conjunto de ese género amplísimo
que es el género de los derechos humanos. Pero no necesitamos, para respe-
tarlos, sino dos fuentes: la Constitución y nuestras convicciones políticas. No
necesitamos pactos con terroristas para respetarlos.
Entonces, yo ahí tengo una discrepancia. Es que aquí no estamos frente a
una dictadura, aquí hay una democracia pluralista. Y frente a una democracia
pluralista, yo, por lo menos, considero que no es válido aceptar a los terro-
ristas como contrarios. Entre otras cosas, esto me da la oportunidad de decir
por qué no son contrarios sino terroristas, por qué no son insurgentes políticos
sino terroristas. Por razones históricas, de diversa índole y por la realidad
colombiana hoy. Miremos tres.
Los grupos que merecieron el calificativo de insurgentes políticos se
opusieron a unas dictaduras oprobiosas. No es el caso de Colombia, aquí hay
una democracia en profundización. Más aún, como lo hemos visto en aten-
tados contra la apertura democrática, como es la elección popular de alcaldes,
gobernadores, etcétera, estos terroristas no se oponen a una dictadura que no
existe, sino que quieren imponer una dictadura matando la democracia.

95
Los potros de bárbaros atilas

Segundo: siempre se habló de reivindicaciones sociales. Con su violencia


han conseguido todo lo contrario: han conseguido más pobreza, y profundizar
esta crisis humanitaria.
Tercero: ¿cómo proceden? Entonces, ¿no son terroristas cuando le lanzan
una pipeta de gas a una comunidad, así pretexten que las están lanzando contra
un cuartel de policía?
¿Entonces los tenemos que tratar como insurgentes políticos porque no matan
a la sociedad civil, pero sí matan a los soldados? ¿Hay diferencia entre la vida del
soldado y la vida del ciudadano de la sociedad civil? ¿Hay diferencia en el dolor
entre el padre del soldado y el padre del ciudadano común y corriente? ¿Vamos
a seguir con esas distinciones? ¿Entonces, en nombre de esa interpretación del
derecho, les vamos a legitimar que pueden matar a nuestra Fuerza Pública?
Yo no estoy de acuerdo con eso. Yo no estoy de acuerdo con eso, lo siento
mucho. Por eso, aquí lo que hay no es una acción de contrarios, sino una
acción de terroristas.
Ahora ¿que un acuerdo político? El Gobierno está dispuesto, en condi-
ciones razonables. El Presidente López dice “que no cabe en el acuerdo huma-
nitario el cese de hostilidades. Cabría en el acuerdo político”. Pero miren, es
que desde hace mucho rato, desde las primeras semanas de Gobierno, acepté
desvincular un acuerdo para la liberación de los secuestrados –llámese polí-
tico o humanitario– de la iniciación de un acuerdo de paz sobre la base de un
cese de hostilidades.
¡Jamás para ese caso he vuelto a hablar del cese de hostilidades! Esa
condición está removida, Presidente López. Esa condición del cese de hosti-
lidades está removida.
Recientemente, a raíz de la propuesta del Arzobispo emérito Tutu, dije:
“hombre, por lo menos mientras están en Sudáfrica, que haya cese de hosti-
lidades aquí, siquiera un cese de hostilidades definido en el tiempo, mientras
están allá”. Es que, esa es una condición elemental, y entre otras cosas sí que
es humanitaria, porque lo no humanitario es que se vayan, bien cómodos, bien
orondos, los jefes guerrilleros para Sudáfrica, y que mientras están allá conver-
sando con la autorización del Gobierno, aquí sus secuaces sigan matando a
nuestros soldados o a nuestros ciudadanos civiles.
¡Y yo, lo que no estoy dispuesto, bajo ninguna circunstancia, es a seguir
calificando de vida de segundo nivel de importancia la de los soldados. Es
tan importante la vida del soldado de la Patria, la vida del policía de la Patria,
como la vida del ciudadano común y corriente!

96
Palabras en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

“Que hay tiempo para la paz”, ¡estamos de afán! Yo creo que estamos de
afán. Para la paz estamos de afán. Ese cuento de que “llegará, que lo urgente
es aliviar las condiciones de los prisioneros…”, yo no participo de eso.
¡Aquí estamos hastiados de esta violencia y de la circunstancia de que no
se le ha enfrentado con toda firmeza! Por eso invito a mis compatriotas, una y
otra vez, a que no dudemos de la firmeza.
¡Ah! Entonces ¿vamos a seguir aquí pasando generaciones, y entonces
mientras esas generaciones convivimos con esa violencia, le dejamos esa
herencia a María Alejandra (niña) y a los que habrán de venir? ¡Esto es lo
más injusto con las nuevas generaciones! ¡Que mi generación no sea capaz
de enfrentar esta violencia con toda verticalidad! ¡Y que mi generación, por
comodidad personal, para mitigar el riesgo personal, sea una generación débil,
y por su debilidad y su pusilanimidad le herede a María Alejandra y a su gene-
ración esta violencia! ¡Mi generación tiene que hacer el esfuerzo de derrotar
esta violencia!
Ellos no van a negociar sino cuando se sientan que los van a derrotar.
Es que, lo del M–19 no me lo inventé yo, se lo oí a sus ex comandantes ya
reinsertados, que habían tenido que negociar porque el Gobierno los había
saturado militarmente.
El Epl tuvo que negociar porque el Presidente Barco le puso una brigada
móvil y porque apareció la otra fuerza terrorista de los paramilitares, que en
esa época casi los acaba. Que tristeza, en lugar de haberlo hecho por la acción
de las fuerzas legítimas del Estado.
Canje de prisioneros. Yo no estoy de acuerdo con eso. Aquí no hay prisio-
neros, aquí hay unos colombianos secuestrados y torturados por el terrorismo,
y otros colombianos presos en las cárceles con todas las garantías y la obser-
vación nacional e internacional.
Esa observancia, que reclama Juan Hurtado, sí la hacen sobre los prisio-
neros del Estado. ¡Ay que les violemos sus derechos humanos! pero, lo único
que podemos saber de los secuestrados –que no prisioneros– del terrorismo, es
cuando el terrorismo tiene la “generosidad” de mandar unos videos.
Yo por eso, con todo respeto, estando dispuesto a examinar condiciones
razonables para un acuerdo político, no puedo entrar a él sobre la base de decir
que es un acuerdo con contrarios, y de decir que es un acuerdo para aliviar una
situación de prisioneros.
Presidente Samper: el problema no es uno u otro despeje, no es el que
hizo el uno o el otro, el problema es el problema histórico.

97
Los potros de bárbaros atilas

El Eln estaba un día a punto de acabarse, se le aflojó un cordón militar


y ahí lo hemos soportado otros 30 años. El Ejército estaba a punto de liberar
a los secuestrados en los cerros de Cali y de capturar al Eln, llegó la contra-
orden, se levantó un cordón militar y ahí seguimos padeciendo al Eln.
El problema no es de uno u otro, el problema es que hay que aprender de
la historia, y si eso no nos ha servido, no lo podemos repetir.
Usted pide propositivamente –lo reconozco– que si la propuesta es una
reunión en una ‘iglesita’ o en una sede diplomática, se den todas las garan-
tías. Cuente con ellas, Presidente Samper. Cuente con ellas, Presidente López.
El Gobierno, a través del Comisionado, las ha definido y si no sirven, las
cambiamos por las que sirvan.
Hemos dicho que con la ayuda de la Cruz Roja Internacional los traigan
de donde estén, con toda la protección y la vigilancia internacional a este sitio.
Que ahí se reúnan.
Hemos pedido que haya un gesto de buena fe, que liberen a algunos
previamente y que en ese sitio, con todas las garantías, se complete la nego-
ciación. Llámese como se llame el acuerdo, califíquese como se califique. O
sea que en eso, no tenemos dificultades.
Miren, la motivación de la Fuerza Pública no tiene sino una manera de
medirla: los resultados. Entonces, hago esta relación: la fortaleza en el lide-
razgo, la motivación y los resultados.
Unos de mis más duros críticos han reconocido que es la vez en Colombia
cuando más está entregada nuestra Fuerza Pública a la iniciativa para combatir
al terrorismo. Eso implica un alto grado de motivación, que a mi me causa
mucho temor llegar a afectar.
Si yo fuera soldado diría: “ah, pero entonces yo hago este esfuerzo aquí, si,
está bien, negocian y liberan unos secuestrados y entonces mañana nos secues-
tran a otros y esto sigue”. Creo que eso causa más incertidumbre en la tropa, ver
que no hay una decisión de ponerle punto final al problema, sino que simple-
mente siempre se le da largas y siempre se abren espacios para que, vía libera-
ciones, claudicantes ante los terroristas, se siga estimulando ese secuestro.
Pero, en lo de las garantías para que acudan a un sito que se acuerde, cuenten
con ellas. Me da mucha pena hacer estos comentarios, pero los hago con el
mayor respeto. Y es mejor aquí, que mandando razones por los periódicos.
Muchas gracias.

Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) 24 de febrero de 2005, Bogotá.

98
Presidente Uribe reitera decisión de buscar acuerdo humanitario
pero sin violar principios
PALABRAS ANTE LA ASAMBLEA CONMEMORATIVA
DE LOS 60 AÑOS DE FENALCO
Álvaro Uribe Vélez

Cuando era candidato a la Presidencia dije, en esta ciudad, que para hacer
un acuerdo humanitario debía empezar un nuevo proceso de paz con la Farc, a
partir de un cese de hostilidades. Esa tesis la sostuve en las primeras semanas de
Gobierno.
Vinieron reuniones con el Presidente Chirac de Francia, con Kofin Annan,
Secretario General de las Naciones Unidas y con familiares de los secuestrados.
Me pidieron que desvinculara el acuerdo humanitario de la realización de un
proceso de paz. Y lo hice. Lo hice para atender el clamor de los familiares que
reflejaba –como ha reflejado a lo largo de estos años– su dolor.
Dijimos: bueno, que se haga el acuerdo humanitario sin condicionarlo a que
empiece un proceso de paz, sobre la base de que haya una mediación de Naciones
Unidas, que liberen a todos los secuestrados, que no haya zona de despeje y que
los guerrilleros que lleguen a salir de la cárcel, se vayan a un país como Francia,
que los acoja allí y asuma la responsabilidad de que ellos no regresen a delinquir.
Varias personalidades colombianas pidieron ser facilitadores. A nadie se le
ha negado la facilitación.
Algún día me dijeron los voceros de la Iglesia Católica: “Presidente,
hemos hablado con voceros de la Farc, ellos no aceptan que los que salgan de
la cárcel se tengan que ir al extranjero”. Yo le dije a los voceros de la Iglesia
Católica: es un grave error, cuando hay tantos soldados y policías de la Patria
mutilados, haciendo este esfuerzo heroico –el esfuerzo heroico que hoy ha
reconocido Fenalco– por devolverle a esta Patria la institucionalidad, que los
guerrilleros salgan de la cárcel para volver a delinquir. ¿Qué va a pensar un
soldado que está esperando que le instalen una prótesis, porque perdió una
pierna a manos de una mina antipersona de la Farc?. ¿Que él perdió su pierna,
que se ha expuesto al sacrifico y que el Gobierno liberó a los guerrilleros para
que regresen a delinquir?
Compatriotas, a este país no le basta con fortalecer la Fuerza Pública. Más
importante que la cantidad de fusiles que ellos portan, es su estado de ánimo. Y

99
Los potros de bárbaros atilas

el estado de ánimo, que se ha recuperado en la Fuerza Pública, no lo podemos


afectar. Por eso esa decisión es trascendental.
Le dije a la Iglesia Católica: por estas razones de solidaridad con la Fuerza
Pública, yo no puedo aceptar que quienes salgan de la cárcel vuelvan a delinquir.
Si no se quieren ir al extranjero, busquemos otra alternativa.
Y conversando con la misma Iglesia Católica, en las siguientes semanas
surgió la alternativa de que escojan: irse al extranjero, o quedarse en el país en el
programa de reinserción. Programa donde hoy hay más de 17 mil colombianos,
los integrantes de las guerrillas que están en el programa de reinserción pueden
ascender hoy al 35%, el 65% de los mal llamados paramilitares. Y en las próximas
semanas creo que vamos a llegar a unos 20 mil reinsertados. Programa que en
medio de dificultades, funciona bien y todos los días tenemos que mejorarlo. No
es fácil manejar una población de 20 mil reinsertados.
Entonces quedamos: salen de la cárcel, escogen irse al extranjero, o quedarse
en el programa de reinserción, siempre con el compromiso de no delinquir.
En diciembre del año pasado el Gobierno liberó de la cárcel, unilateralmente,
a unos integrantes de la Farc y ellos se comprometieron a entrar en el programa
de reinserción.
Empezamos a buscarle opciones a la tesis exigida por el Gobierno de que
no haya zona de despeje. Entonces, primero dijimos: que haya una reunión en la
Nunciatura, en Bogotá, o en la sede de una Embajada en Bogotá. No se aceptó.
Después dijimos: en cualquier iglesita rural de Colombia, en cualquier sitio
rural de Colombia. Tampoco fue aceptado.
Pedían la desmilitarización del Caquetá y el Putumayo, ahora de Florida y
Pradera, en las goteras de Cali.
Hace unos días, los vallecaucanos, familiares de los Diputados secuestrados,
propusieron un sitiecito, en Caicedonia. El Comisionado (para la paz, Luis Carlos
Restrepo) me preguntó y le dije: ¿eso no implica zona desmilitarizada, es un
lugar como una iglesia o como la Nunciatura, pero va a estar allá en Aures, en
Caicedonia? Acéptela. Y aceptamos esa propuesta de los familiares.
Se sigue insistiendo en la zona de despeje, ahora se dice que se necesita
despejar por 30 días a Florida y Pradera. El Gobierno no puede hacer eso.
Un país que se ha reencontrado con su Fuerza Pública, que reclama la
presencia de la Fuerza Pública en todos los sitios del territorio y a toda hora, es
un país que no lo podemos maltratar con desmilitarizaciones.
Entonces, ¿nosotros vamos a sacrificar a nuestros soldados y policías, que
los asesinan, que los mutilan, y enseguida les vamos a decir: retírense de Florida

100
Palabras ante la Asamblea Conmemorativa de los 60 años de Fenalco

y de Pradera, que eso lo vamos a desmilitarizar para poder hacer este encuentro
con la Farc? No podemos.
No podemos por esa razón: por el respeto a nuestra Fuerza Pública.
No podemos por una segunda razón: por el respeto a ese consenso que se
viene logrando en el alma de los colombianos, que es la presencia institucional
en todos los sitios del territorio.
Y no podemos, por una tercera razón: porque, un momento que nos reti-
remos de allí, es un momento en el cual dejamos de cumplir nuestra responsa-
bilidad de proveer con ese servicio, esencial, que es la seguridad a favor de los
ciudadanos de Florida y de Pradera.
Esas son tres razones contundentes.
Antes de entrar a esta reunión tuve una larga conversación telefónica con el
Comisionado. Él me decía, que entonces, si podía buscar una reunión con algún
representante de la Farc para definir las condiciones de seguridad en el sitio de
encuentro. Yo le dije: no tengo problema con eso.
Si quieren hacer la reunión en la iglesia de Florida, o en la iglesia de Pradera,
que la hagan allá. En cualquier sitiecito del país que escojan, sin zona desmilitari-
zada, y con la advertencia de que los guerrilleros que lleguen a salir de la cárcel,
el Gobierno acepta que salgan, siempre y cuando se cumpla con las normas jurí-
dicas y con el requisito de que no regresen a delinquir.
Le dije: doctor Luis Carlos, busque esa reunión con la Farc, que escojan
quién les da seguridad a los negociadores de la Farc en el sitiecito que se
seleccione –pensando en la iglesia de Pradera, en la iglesia de Florida–, que
definan quién los lleva del lugar donde se encuentran a ese sitio –la Cruz
Roja Internacional o la entidad que ellos seleccionen–, el Gobierno no se
opone a eso.
Pero miren: la Farc se preocupa por su seguridad. ¡El Gobierno sí que se
tiene que preocupar por la seguridad de sus ciudadanos!
Cuando la Farc reclama condiciones de seguridad, por eso el Gobierno dice:
no desmilitarización, porque entonces abandonamos la seguridad de los ciuda-
danos. ¿Quién quiere, hoy, una zona de despeje en un lugar que incluya su casa?,
¿alguien la quiere? Eso hay que tenerlo en cuenta.
La verdad es que, venía esta mañana en el avión, dándole vueltas al tema y
les quiero decir algo, que lo tengo que decir: los pueblos necesitan principios y
los gobiernos tienen que dar ejemplo en materia de principios.
Cuándo se violan los principios, cuando no hay firmeza en la defensa de los
principios, no hay puerto seguro en la lucha de los pueblos en su porvenir.

101
Los potros de bárbaros atilas

Yo no puedo dar el mal ejemplo a los colombianos de violar los principios.


Yo no puedo violar los principios por halagos electorales, no puedo violar los
principios por temores electorales.
No puedo violar los principios por cultivar encuestas ni por defender
encuestas.
No puedo violar los principios porque me amenacen con llevarme a la Corte
Penal Internacional.
¡No se puede violar los principios, compatriotas!
Tenemos que definir: ¿es un país serio, con un Gobierno serio y adherido
a los principios, o nos ponemos de juguetones con la Farc? Eso de haber sido
juguetones fue lo que llevó a Colombia a tantos años de violencia, que tanta difi-
cultad nos da para superarla.
Mientras nosotros no teníamos más principio que complacer a los violentos,
ellos avanzaban, en perjuicio del pueblo colombiano.
Reitero desde Barranquilla toda la decisión de buscar el acuerdo humanitario
–como se lo dije al Comisionado esta mañana–, pero sin violar los principios.
A favor del interés público hay que correr todos los riesgos. Si nos ponemos
a violar los principios, lo único que vamos a lograr es, perder la Seguridad Demo-
crática y no conseguir el acuerdo humanitario.
Cuando hay principios y hay firmeza para defendernos, se compacta y se
acrecienta la unidad nacional.
Desde Barraquilla invito a los colombianos a hacer una reflexión profunda
sobre este tema, para que no haya afugias diferentes a aquellas que nos lleven a
mantener las decisiones fundamentales para la defensa de los principios.
Quiero expresarle una felicitación muy sentida a quienes han recibido el
galardón esta mañana, a los comerciantes, al representante de los tenderos, al
docto Juan B., al vicepresidente Gustavo Bell, director de El Heraldo, y a mis
compañeros, los soldados y policías de la Patria por este gran reconocimiento del
pueblo atlanticense, que refleja el sentir nacional.
Soldados y policías de la Patria: el país los quiere, el país no quiere el terro-
rismo, el país quiere sus fuerzas Institucionales, aprovechemos este calorcito del
alma nacional, que se ha expresado bellamente esta mañana, aquí en Barran-
quilla, para avanzar en una tarea, soldados y policías de mi Patria. Una Patria sin
guerrillas. Una Patria sin los mal llamados paramilitares. Una Patria sin corrup-
ción. Una Patria con democracia, con solidaridad y con reivindicación de los
pobres. Ustedes son hoy, actores fundamentales.

Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) 16 de agosto de 2005

102
LA PAZ ES HIJA DE LA AUTORIDAD
Álvaro Uribe Vélez

(...)
Hace años la guerrilla dijo que no hacía la paz porque en Colombia no
había elección de alcaldes y gobernadores. Se introdujo la elección de alcaldes y
gobernadores y la guerrilla, que reclamaba esa elección, empezó a asesinarlos.
La víspera pedía que se les eligiera popularmente, al día siguiente de la
elección popular se convirtió en el sicario, en el verdugo de esa nueva expre-
sión de la democracia.
Después dijo que no se hacía la paz porque en Colombia se asesinaba la
oposición. Hoy la oposición está en el mejor momento de garantías.
Miremos las elecciones de 2003, presididas por este Gobierno: ¿cuántos,
provenientes de partidos alternativos a los tradicionales, de partidos confor-
mados por antiguos guerrilleros, fueron elegidos, rodeados de garantías por
el Gobierno, de su Fuerza Pública, la Seguridad Democrática? Y después de
elegidos han tenido todas las garantías y con ellos hemos buscado esa unidad
de la Patria, alrededor de la gobernabilidad, del respeto de sus deberes cons-
titucionales y legales.
Hoy, ya no hay esa disculpa. Dijo la guerrilla que aquí mataban a la oposi-
ción, hoy la protegemos con total eficacia, con una preocupación desde el
Presidente de la República, hasta el más joven de los soldados y policías.
Después dijo la guerrilla que no negociaba hasta que no se desmontara
el paramilitarismo. Este Gobierno da ejemplo en la lucha contra el paramilita-
rismo, más de 1.400 dados de baja, han negociado por la presión militar. Este
Gobierno ha pasado de la retórica para condenar el paramilitarismo, a la eficacia
práctica para que se desmonten, para que se desintegren esas organizaciones.
Están en un proceso de paz, al que también queremos que llegue la guerrilla.
Hoy hay más de 17 mil desmovilizados en Colombia, atendidos con gene-
rosidad, a un alto costo presupuestal. Desmovilizados de los paramilitares,
desmovilizados de la Farc, desmovilizados del Eln. Estamos pues, en mora
de una reflexión de las guerrillas para entrar a hacer la paz seriamente. Pero
compatriotas: la paz es hija de la autoridad.

103
Los potros de bárbaros atilas

En esa oficina que yo ocupo, transitoriamente, por mandato del pueblo, en


sus cuatro paredes, hay cuatro retratos, yo los llamo los retratos de la virtud.
El General Nariño: los derechos humanos al servicio de la virtud. El
General Santander: la Ley al servicio de la virtud. El General Uribe Uribe:
la virtud de carne y hueso. El General Bolívar: la espada y la autoridad al
servicio de la virtud.
La virtud de la Patria, que hoy se traduce en un acatamiento universal
de todos los colombianos a la Constitución y a la Ley, es hija de los derechos
humanos, de la ley y de la autoridad.
Y esa virtud de la Patria, es la que tiene que llevar a estos grupos terro-
ristas a entender que para el terrorismo no hay espacio, que para ellos hay todo
el espacio que el pueblo les abre con generosidad en la medida que hagan un
alto en el camino, una reflexión.
Queremos el acuerdo humanitario, pero no podemos aceptar la zona de
despeje. ¿Por qué?: porque el pueblo colombiano no quiere que en su territorio
haya guerrillas o paramilitares, porque todos los días nos reclaman es Policía y
Ejército, porque cuando se desmovilizan los paramilitares en el Catatumbo, o en
Nariño, o en el sur de Urabá, o en el sur de Córdoba, el reclamo es: “por favor,
que la Policía y el Ejército copen esos espacios, que no entre la guerrilla”.
Porque el pueblo colombiano en todas partes quiere a su Policía, a su
Ejército, a sus fuerzas institucionales.
Por eso no podemos aceptar zona de despeje. Porque en un país que
reclama institucionalidad, en un Gobierno que ha recorrido exclusivamente el
camino de la institucionalidad, y a fe que lo digo, no caben zonas de despeje.
Yo habría podido unirme subrepticiamente con los paramilitares para
acabar a la guerrilla. De pronto iríamos más adelante en el camino de derrotar
a la Farc y al Eln.
No lo hicimos porque hemos seguido el camino institucional exclusi-
vamente, por convicciones cristianas y democráticas, por nuestro apego al
pueblo y a la Constitución. Porque, si bien el camino institucional es difícil y
en ocasiones demorado, es el único que constituye confianza, que se erige en
fuente de confianza, es el único que une definitivamente al pueblo, a pesar de
las diferencias ideológicas o políticas. El camino institucional es el único que
permite que las heridas se curen rápidamente.
Un pueblo que reclama el camino institucional no quiere que, por darle
seguridad a la guerrilla, se despejen zonas para que entren las guerrillas y
salga la Fuerza Pública, en detrimento de la seguridad de los ciudadanos.

104
La paz es hija de la autoridad

Pero no somos cerrados. Por eso hemos abierto la posibilidad de sitios de


seguridad donde llegue la guerrilla acompañada de quien quiera, de la Cruz Roja
Internacional, de la Iglesia, de quien quiera. Que se constituyan allí todas las
condiciones de seguridad para el diálogo que llegue al acuerdo humanitario.
Hemos variado mucho nuestra posición, la que expusimos en la candidatura
presidencial, al inicio del Gobierno y la de ahora.
Dije siempre, como candidato y al inicio del Gobierno, que solamente
haríamos un acuerdo humanitario si se reiniciaba el proceso de paz y había cese
de hostilidades.
Después de hablar con la Iglesia, de escucharla, con el Secretario General de
Naciones Unidas, Kofi Annan, con el Presidente de Francia, con los familiares de los
secuestrados, acepté desvincular el proceso de paz del acuerdo humanitario. Dijimos:
que se haga el acuerdo humanitario para liberar a todos los secuestrados a través de
Naciones Unidas, sin zona de despeje. Y que aquellos que salgan de la cárcel, como
garantía de que no van a delinquir nuevamente, se vayan al extranjero.
Meses después, la Iglesia me pidió que revisara la decisión de que se tendrían
que ir al extranjero porque la Farc no lo aceptaba.
Le dije a la Iglesia: busquemos alternativas, la finalidad es que no retornen
a delinquir y encontramos la alternativa de la reinserción, que es seria y creíble
en nuestra Patria, como lo demuestran más de 17 mil reinsertados. Liberamos,
en gesto de buena fe y de manera unilateral, a varios guerrilleros de la Farc que
estaban en la cárcel.
Hemos aceptado un sitio en el país o en el extranjero para ese diálogo.
Hemos dicho: la Nunciatura, una embajada, una iglesita, escuela, cualquier sitio
en cualquier parte del país, con las condiciones de seguridad que dejen tranquilos
a los voceros de la Farc.
¿Por qué hemos dicho que los que salgan de la cárcel no regresen a delin-
quir?: porque sería un retroceso en la política de seguridad, una desmotivación a
la Fuerza Pública, un alejamiento de la paz. Sería alimentar la arrogancia terro-
rista, en lugar de fortalecer y de fertilizar la voluntad de paz.
En los hospitales, en los consultorios de rehabilitación, en la suma de nues-
tras Fuerzas hay más de 1.500 integrantes de todas ellas, mutilados por las minas
antipersonal del terrorismo.
¿Qué tal que vean salir de la cárcel a sus verdugos para retornar a las filas
del terrorismo para asesinarlos? Eso desmotivaría mucho a la Fuerza Pública,
daría una señal pésima, llena de equívocos al pueblo, alejaría la paz, le daría
arrogancia al terrorismo.

105
Los potros de bárbaros atilas

Entonces, esos dos puntos son puntos cruciales en este proceso.


Alguien me dice: “pero es que la Fuerza Pública se desmotiva es al saber
que la secuestran y el Gobierno no hace canje para que la liberen”. Yo contesto:
la Fuerza Pública se desmotiva es cuando ve que la política de seguridad es
débil para evitar que la secuestren.
En lugar de pensar en el canje como una institución permanente de la vida
colombiana, hay que pensar en la firmeza de la política de seguridad como
una constante de la vida de la Patria para que la Fuerza Pública tenga mayor y
creciente motivación, y el pueblo mayor y permanente confianza.
¡Qué bueno que la Farc entendiera que en el pueblo colombiano no hay
hoy espacio para el terrorismo! ¡Que aquello que dijo el señor “Manuel Maru-
landa” hace unos años, a sus casuales interlocutores, que “querían todo el vaso
llenitico, que no aceptaban medio centímetro por debajo del borde del vaso”,
qué bueno que lo replantee, al saber que hoy no hay espacio en la democracia
colombiana para el terrorismo!
Pero ¿saben cómo lo van a replantear? Ojalá lo replantearan por voluntad
propia, pero sino no lo replantean por su voluntad, lo van a replantear como
consecuencia de nuestra política de seguridad, en la medida que sea democrá-
tica, eficaz y transparente.
Y ahí vamos viendo la relación entre esa política y la negociación. Cuando
la negociación no está antecedida, acompañada de una política firme y eficaz
de seguridad, la negociación la utilizan los terroristas para burlarse del Estado,
para distraer a la opinión nacional e internacional, para avanzar en sus propó-
sitos perversos de la destrucción de la democracia.
¡Cuando la negociación es hija de la firmeza, de la autoridad, cuando la
negociación está acompañada de la firmeza de la autoridad y de la transpa-
rencia de las garantías democráticas, la negociación conduce eficazmente a la
superación y a ponerle punto final al terrorismo!
Hoy, convencido, le repito al oído de mis compatriotas en esta semana
de la paz, que la paz, que será fruto final de la negociación, tiene como causa
eficiente y primera una política sostenida, firme, permanente, transparente, y
eficaz de seguridad: la política de Seguridad Democrática.

Fragmento del discurso pronunciado ante la Escuela de Cadetes General Santander.


Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) 6 de septiembre de 2005

106
TRES AÑOS EN BUSCA DE UN ACUERDO HUMANITARIO
CON LAS FARC
Informe de la Presidencia de la República

El 7 de agosto de 2002, día de su posesión, en su discurso ante el Congreso,


el Presidente de la República anunció:
“He solicitado al Secretario General de las Naciones Unidas, Señor Kofi
Annan, los buenos oficios de la institución para buscar el diálogo útil a partir
de un alivio para la sociedad que debe ser el cese de hostilidades.
En este marco exploraremos soluciones humanitarias, que liberen secues-
trados, que se den a partir de acuerdos que vislumbren la paz definitiva
como algo posible. Quienes quieran disfrutar la libertad, que permitan que el
pueblo disfrute la tranquilidad. He pedido a los medios de comunicación y a
la opinión comprender la prudencia que el tema demanda”.
Al día siguiente, el 8 de agosto en horas de la tarde, el Presidente recibió
una llamada del Secretario General de Naciones Unidas, señor Kofi Annan,
ante quien reiteró que confiaba en el papel que podía jugar Naciones Unidas
para lograr un acercamiento con el grupo de las Farc.
Días después, a través de su asesor especial para Colombia, señor James
Lemoyne, Naciones Unidas hizo saber al Gobierno que el Secretario General,
por razones de su mandato, no podía participar en negociaciones para la libe-
ración de secuestrados, motivo por el cual se decidió recurrir al término de
“acuerdo humanitario”, entendido como un procedimiento para buscar un
alivio al sufrimiento del pueblo colombiano por el problema del secuestro.
De común acuerdo con Naciones Unidas, el día 1 de septiembre de 2002
el Gobierno emitió el siguiente comunicado:

Septiembre 1 de 2002
El Alto Comisionado para la Paz reitera a la opinión pública nacional e inter-
nacional que:
1. El Gobierno ha solicitado al Secretario General de las Naciones Unidas
mantener su gestión de buenos oficios para apoyar los esfuerzos de reconci-
liación y diálogo en el país.

107
Los potros de bárbaros atilas

2. El objetivo de estos esfuerzos ha sido siempre buscar un diálogo que


conduzca a la paz y acuerdos humanitarios que den alivio a tantos colombianos
que hoy padecen diversas formas de violencia, incluyendo el secuestro.
3. Para evitar confusión es importante entender que en este esfuerzo de buenos
oficios, la ONU no se involucra en la negociación de casos de secuestro –acti-
vidad que no le corresponde–, sino en apoyar la búsqueda de acuerdos que
permitan terminar con el secuestro y otros abusos que el pueblo colombiano
sufre de manera tan injusta.

Por la misma época, a pocos días de iniciado el mandato del Presidente


Uribe, el gobierno de Colombia recibió un mensaje de parte de las Farc a
través de un emisario europeo, haciéndole saber que su interlocutor para tratar
el tema era el señor (alias) Juan Antonio Rojas, quien se había desempeñado
durante el anterior proceso de paz como vocero internacional de las Farc.
Por dicho motivo solicitaba levantar la orden de captura de INTERPOL
que pesaba sobre él, para que pudiera cumplir con su papel. En menos de 48
horas, el gobierno colombiano atendió de manera positiva la solicitud y en
los primeros días de septiembre quedó formalizado el procedimiento. 15 días
después las Farc hicieron saber al gobierno que el mencionado señor ya no
actuaría como facilitador para el proceso, ni permanecería en Suiza, donde
habitualmente residía.
Desde comienzos de la administración el presidente Uribe recibió en
varias ocasiones, en grupo o de manera individual, a los familiares de los
secuestrados constatando de manera directa su preocupación y dolor. En todas
estas reuniones insistió en la necesidad de encontrar un mecanismo razonable
para lograr la libertad de las personas secuestradas.
El 24 de septiembre del año 2002, después de una reunión sostenida en la
ciudad de Nueva York, con representantes del gobierno francés y el Secretario
General de las Naciones Unidas, el presidente Álvaro Uribe tomó la decisión
de no condicionar un acuerdo humanitario al inicio de conversaciones de
paz. Días más tarde dijo a los medios de comunicación que lo había hecho
luego de escuchar a los familiares de los secuestrados y consultar la opinión
de importantes personalidades nacionales e internacionales interesadas en el
tema. Separados los dos temas (proceso de paz y acuerdo humanitario), el
presidente consideró necesario fijar unos criterios para adelantar de manera
separada un acuerdo humanitario que permitiera la liberación de los secues-
trados en poder de la guerrilla.
Tales criterios fueron:

108
Tres años en busca de un acuerdo humanitario con las Farc

1. Participación de la Organización de Naciones Unidas en un acuerdo


humanitario.
2. Liberación de todos los secuestrados.
3. Los guerrilleros que salgan de la cárcel no volverán a delinquir y quedarán
bajo la tutela de un país amigo. Se sugiere la posibilidad de Francia.
4. El gobierno no autorizará ni el despeje ni la desmilitarización de ninguna
zona del país.
Por instrucciones del Presidente, el Alto Comisionado para la Paz, a través
de todos los canales a su disposición, incluido el gobierno francés, a través de su
embajador en Colombia, y el señor Carlos Lozano, director del periódico Voz,
envió el mensaje a las Farc sobre la disposición del gobierno para avanzar de
manera inmediata en el tema del acuerdo humanitario. Igualmente se designó
al entonces embajador de Colombia en Italia, Fabio Valencia Cossio, antiguo
miembro de la comisión de negociaciones con las Farc durante el gobierno
Pastrana, para acompañar al Comisionado de Paz en su tarea.
A finales de octubre de 2002, y recurriendo a los buenos oficios de un
colombiano que había participado en la organización de los primeros encuen-
tros que facilitaron el proceso de paz entre las Farc y el presidente Andrés
Pastrana –quien se ofreció para llevar la propuesta de manera personal–,
envío a ese grupo guerrillero una carta donde se planteaba la posibilidad de
un encuentro que podría realizarse a comienzos de diciembre de 2002 en la
frontera con Venezuela, sobre territorio de ese país, para tratar el tema del
acuerdo humanitario. Ofreció además que Francia sirviera como garante para
el traslado de los guerrilleros hasta el punto de encuentro y su retorno al lugar
de origen.
Por considerar de importancia el procedimiento que se adelantaba,
el embajador Valencia Cossio se trasladó a Colombia y permaneció con el
Comisionado de Paz varios días, monitoreando la operación y esperando
la respuesta. La respuesta del máximo jefe de las Farc, a través del correo
humano fue bastante escueta: “yo hace rato perdí el afán”. La carta fue filtrada
a los medios de comunicación y la propuesta desconocida de manera pública
por un vocero de ese grupo guerrillero.
En el mes de diciembre del año 2002, el Presidente recibió la solicitud
de monseñor Luis Augusto Castro, el padre Darío Echeverri y el ex ministro
Angelino Garzón para adelantar una labor de facilitación que se mantendría de
manera confidencial para asegurar su éxito. El gobierno concedió la mencio-
nada autorización, recibiendo un informe sobre su labor a finales del mes de

109
Los potros de bárbaros atilas

enero de 2003. Se nos relató entonces, que después de contactos adelantados


con las Farc, ese grupo aceptaba la labor de facilitación de la comisión pero
exigía que el gobierno hiciera público su nombramiento. Por tal motivo, y por
solicitud expresa de los miembros de la comisión, el gobierno hizo público el
31 de enero el siguiente comunicado.
La oficina del Alto Comisionado para la Paz informa que:

El gobierno nacional ha solicitado a Monseñor Luís Augusto Castro, al Ex


ministro Angelino Garzón y al padre Darío Echeverri que adelanten una misión
facilitadora tendiente a lograr un acuerdo humanitario entre el Gobierno y las
Farc, con los buenos oficios de Naciones Unidas.
Bogotá, D.C, enero 31 de 2003

EL día 11 de febrero de 2003, en un comunicado público, las Farc descali-


ficaron el nombramiento de la comisión, calificando el hecho como un “salto
de liebre con orejas de conejo”.
De nuevo, ante los esfuerzos del gobierno nacional y los facilitadores se
cerraban las puertas del proceso. De allí en adelante las Farc se negaron a
recibir la comisión, que se disolvió en parte por falta de funciones y a raíz de
la renuncia meses mas tarde del señor Angelino Garzón, quien anunció que
había decidido postular su nombre para un cargo de elección popular.
Cerrados los caminos de la comisión, el gobierno siguió insistiendo en
lograr un acercamiento a través de Naciones Unidas. De manera confidencial,
se autorizó al señor James Lemoyne para responder positivamente una carta
pública enviada por las Farc al señor Kofi Annan, donde mostraban su interés
por exponer ante ese organismo su visión sobre los problemas colombianos.
El señor Lemoyne adelantó contactos con Brasil para realizar un eventual
encuentro con las Farc en ese país, propuesta que fue filtrada por las Farc a un
diario de esa nación, después de lo cual los acercamientos se paralizaron, sin
lograrse mayores avances en la propuesta.
Hacia mediados del año 2003, las Farc anunciaron que estarían dispuestas a
recibir a Monseñor Castro y al padre Darío Echeverri pero en su condición de repre-
sentantes de la Iglesia, no de facilitadores del gobierno. La iglesia aceptó pública-
mente tal invitación, aclarando que lo hacia como parte de su labor pastoral.
Aclarando que no actuaban como emisarios del gobierno, monseñor
Castro y el padre Darío Echeverri se reunieron dos veces con las Farc durante
el segundo semestre del año 2003. De estos encuentros fue adecuadamente

110
Tres años en busca de un acuerdo humanitario con las Farc

informado el gobierno. Ante la solicitud hecha por la Iglesia al Presidente de


la República para modificar su postura en torno a que los guerrilleros liberados
por el gobierno salieran del país para quedar bajo la tutela de un gobierno
amigo, el Presidente accedió ante los prelados que los guerrilleros liberados
quedaran en Colombia, siempre y cuando se comprometieran a no volver a
delinquir y se vincularan a un programa de reinserción que podía estar tute-
lado por la Iglesia. Días después, por declaraciones de Monseñor Castro a los
medios de comunicación, el país conoció esta propuesta que se ha mantenido
desde entonces como opción alterna para aquellos guerrilleros que después de
su liberación no quieran quedar bajo la tutela de un país amigo.
Después de los dos encuentros sostenidos en el 2003 con los represen-
tantes de la Iglesia, las Farc se negaron a recibir de nuevo a Monseñor Castro,
aduciendo razones de seguridad. Por tal motivo se exploró durante el primer
semestre de 2004 la posibilidad de poner en marcha una propuesta de la Iglesia,
apoyada por el gobierno del Brasil, para realizar en dicho país un encuentro
de los representantes de la Iglesia con los delegados de las Farc, a fin de abrir
caminos para el acuerdo humanitario. La propuesta, presentada formalmente
a las Farc por los prelados católicos, fue respondida hacia mediados del año
por este grupo guerrillero en carta dirigida a ellos, donde manifestaron no
poder aceptarla por la desconfianza que les producía el gobierno del presi-
dente Uribe. De esta manera los esfuerzos de facilitación que adelantaba la
Iglesia colombiana quedaron en gran parte congelados.
Para tal fecha, el gobierno ya había recibido por parte del gobierno suizo un
mensaje para que se permitiera a un facilitador de ese país entrar en contacto con
las Farc, a fin de solicitarle a ese grupo un gesto de buena voluntad que condujera a
la liberación de los secuestrados. Tal autorización se concedió, y a finales de junio
de 2004 se presentó la reunión entre el señor “Raúl Reyes” y el facilitador suizo.
Para evaluar los resultados de la reunión el Alto Comisionado para la Paz
se trasladó a Roma los días 22 y 23 de julio del año 2004, donde se reunió
con el facilitador suizo en presencia del embajador Valencia Cossio. De esa
reunión salió una propuesta escrita para las Farc que quedó de entregar el faci-
litador suizo a ese grupo guerrillero en una próxima cita. En dicha propuesta
se establecían los mecanismos para adelantar un acuerdo humanitario, acla-
rándose que después de efectuado este, el gobierno estaba dispuesto a iniciar
un proceso de paz con ese grupo guerrillero a partir de un cese de hostilidades
que contaría con la reciprocidad gubernamental de suspender contra ellos
acciones militares ofensivas.

111
Los potros de bárbaros atilas

Por informaciones posteriores recibidas por el gobierno, no obstante


el viaje desde Europa del facilitador suizo para adelantar el encuentro de
manera presencial, las Farc se abstuvieron de recibirlo argumentando opera-
tivos militares y razones de seguridad. Ante la imposibilidad de entregar de
manera directa la propuesta a las Farc y por el clamor de los familiares, el
gobierno decidió hacer pública parte de la propuesta el día 18 de agosto de
2004, minutos después que uno de los familiares, enterado del asunto, filtrara
de buena fe el contenido de la misma a los medios de comunicación:
Mediante comunicado público se informó:

El Gobierno libera de acuerdo con las leyes colombianas y de manera unila-


teral 50 guerrilleros procesados o condenados por rebelión, a los cuales se les
ofrece una alternativa para su incorporación a la sociedad.
Se ofrece dos posibilidades: viajar al extranjero o adelantar su proyecto en
Colombia en el programa de reinserción del Gobierno Nacional. Estas alterna-
tivas se adelantarán bajo la garantía de Francia y la Iglesia Colombiana.
Acto seguido, la guerrilla libera a los secuestrados políticos y a los miembros
de la Fuerza Pública en su poder. Para su liberación se contará con el apoyo de
Suiza, Francia y el CICR.

Como complemento de esta propuesta y ante el clamor de la opinión, el


gobierno señaló como vocero autorizado para tratar el tema con las Farc al Alto
Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo. Considerando sin embargo
que era necesario insistir en la entrega formal de la propuesta a las Farc, se
le pidió al facilitador suizo que así lo hiciera, quien finalmente entregó la
propuesta a un contacto de las Farc en alguna ciudad de Europa. Días después
las Farc respondieron por escrito al facilitador suizo diciendo que el gobierno
conocía públicamente los mecanismos definidos por ellos para avanzar en el
acuerdo humanitario y que además se habían enterado también de la decisión
del gobierno de nombrar su vocero. Que por tal motivo agradecían la labor de
Suiza, dejando claro que este era un asunto a tratar de manera directa con el
gobierno colombiano. Planteaban, además, que estaban interesados en conti-
nuar los contactos con Suiza, para “tratar asuntos de mutuo interés”.
Por la misma época el señor “Raúl Reyes” dijo a los medios de comuni-
cación que mantenían “relaciones político diplomáticas” con Suiza y trató de
mostrar la reunión con el delegado suizo como una apertura de Europa para
entablar conversaciones con ellos. Ante esta situación, el gobierno colom-
biano requirió del gobierno suizo que se aclarara la situación por parte de

112
Tres años en busca de un acuerdo humanitario con las Farc

las Farc, pues el interés estaba centrado solo en la tarea de la facilitación.


Nunca las Farc aclararon que aceptaban de manera expresa la facilitación
suiza frente al gobierno colombiano, ni tampoco definieron el marco en que
esta se adelantaría. De esta manera la facilitación suiza quedó resquebrajada
y en suspenso.
Para superar las sucesivas dificultades en la facilitación nacional e inter-
nacional, el 28 de octubre de 2004 a través de una carta dirigida al Nuncio
Apostólico en Colombia, Beniamino Stella, el Alto Comisionado ratificó su
disposición para adelantar un acuerdo humanitario en los términos expresados
al gobierno de Suiza el 23 de julio de 2004, proponiendo un procedimiento
para concretar dicha propuesta.
En la carta el Comisionado afirma: “reiterando su palabra empeñada el
gobierno libera 15 guerrilleros que estén en las cárceles por delito de rebelión;
acto seguido la guerrilla libera como muestra de buena voluntad un número
similar de personas secuestradas en su poder. De manera inmediata se procede
a una reunión con las Farc en una embajada en Bogotá. Podría ser la sede de
la Nunciatura Apostólica en Colombia. La reunión se adelantará en un tiempo
no mayor de cinco días con el único propósito de perfeccionar el acuerdo. El
transporte de los miembros de las Farc estaría a cargo de la Cruz Roja Interna-
cional, con el apoyo de la Iglesia colombiana. En ningún caso, se suspende-
rían las acciones militares en el territorio nacional”.
Este nuevo gesto de buena voluntad del gobierno tampoco tuvo respuesta
positiva por parte de las Farc. Sin embargo, dada la intención del gobierno
para propiciar escenarios que faciliten la liberación de los secuestrados,
concedió el 2 de diciembre de 2003 el indulto y posterior excarcelación a 23
guerrilleros de este grupo armado ilegal que pagaban penas por el delito de
rebelión. De esta manera quedó clara la disposición del gobierno de conceder
el beneficio de la excarcelación a miembros de las Farc, siempre y cuando este
procedimiento se adelantara dentro del marco legal vigente en Colombia y con
el compromiso expreso por parte de los beneficiados de no volver a delinquir.
Esta liberación de guerrilleros efectuada por el gobierno de manera unilateral
no tuvo tampoco ningún gesto de reciprocidad por parte de las Farc.
Por esos días se conoció el concepto favorable de la Corte Suprema de
Justicia de autorizar la extradición de “Simón Trinidad”, jefe guerrillero de
las Farc solicitado por los Estados Unidos para su juzgamiento por los delitos
de narcotráfico y secuestro de ciudadanos de ese país. Muchas personalidades
nacionales y familiares de secuestrados le pidieron al Presidente considerar

113
Los potros de bárbaros atilas

con cautela la situación, pues temían que si se extraditaba al jefe guerrillero se


bloquearían las posibilidades de un acuerdo humanitario.
Atendiendo a este clamor, el Presidente de la República en uso de sus
facultades legales, y para abrir una oportunidad que permitiera a los secues-
trados regresar a sus hogares, informó a la opinión el 17 de diciembre de 2004
–al culminar los 15 días establecidos en la ley para pronunciarse al respecto–
que condicionaba la extradición de Simón Trinidad a la liberación de 63
secuestrados (políticos, militares y extranjeros) antes del 30 de diciembre de
ese año. Se trató de una oferta generosa, pues por primera vez en la historia de
la nación un Presidente decidió utilizar su poder discrecional para suspender
la extradición de un miembro de un grupo armado ilegal, siempre y cuando
existiera por parte de este grupo un gesto humanitario solicitado por toda la
nación. La respuesta de las Farc fue negativa, asumiendo de manera pública
una actitud endurecida.
Durante los días que mantuvo vigencia la propuesta de no extraditar a
Simón Trinidad, y después de una conversación del Alto Comisionado para
la Paz y el señor Cardenal Pedro Rubiano, el 20 de diciembre de 2004 el
gobierno anunció que con el propósito de facilitar la puesta en marcha de la
propuesta, expresaba su disposición para reunirse de manera inmediata con
las Farc en cualquier iglesia rural o urbana del país, si este grupo liberaba a
un primer grupo de secuestrados como gesto de buena voluntad. La reunión
se adelantaría con el único propósito de perfeccionar el acuerdo que facilitara
la liberación de los 63 miembros de la fuerza pública, políticos y extranjeros
en poder de la Farc.
Con tal propósito el gobierno publicó el siguiente comunicado:

1.-El Gobierno reitera su disposición de revocar la extradición de Simón


Trinidad, si antes del 30 de diciembre las Farc liberan a los 63 colombianos y
extranjeros secuestrados.
2.- El Gobierno está dispuesto a reunirse de manera inmediata con las Farc en
cualquier iglesia, rural o urbana del país, si estas liberan a un primer grupo
de secuestrados como gesto de buena voluntad. La reunión se adelantará con
el único propósito de perfeccionar el acuerdo que facilite la liberación de la
totalidad de los 63 secuestrados antes del 30 de diciembre.
3.- El traslado de los miembros de las Farc al lugar de encuentro y su regreso
se adelantará bajo la protección de la Iglesia colombiana.

114
Tres años en busca de un acuerdo humanitario con las Farc

Aunque la propuesta de no extraditar a “Simón Trinidad” fue rechazada, el


gobierno insistió en la posibilidad de lograr un encuentro en cualquier iglesia
del país, rural o urbana. Durante los primeros meses del año 2005, haciendo
uso de todos los conductos, tanto internos como públicos, el gobierno insistió
en su disposición para un encuentro directo con las Farc, brindando para el
caso unas condiciones adecuadas y razonables de seguridad. En su interven-
ción ante la plenaria del Honorable Senado de la República el 12 de abril 12 de
2005, transmitida por directo a toda la nación a través del canal de televisión
institucional, el Alto Comisionado para la Paz afirmó:

El 20 de diciembre se le planteó a las Farc la disposición del gobierno para


encontrarnos en cualquier Iglesia rural o urbana del país, para acordar los
términos que permitan la liberación de los secuestrados. Como condición el
gobierno colocaba la liberación de un grupo de secuestrados, como gesto de
buena voluntad por parte de las Farc para dar lugar a este encuentro, y brindaba
condiciones de seguridad para que dicho encuentro pudiera realizarse. Hoy,
seguimos insistiendo en la viabilidad de esa propuesta. Estamos dispuestos
a ese encuentro directo y confiamos en poder encontrar esa Iglesia rural o
urbana, en cualquier lugar del país, para que termine rápido este drama de los
secuestrados.

El 26 de julio de 2005, después de una reunión del Presidente de la Repú-


blica con las señoras Yolanda Pulecio y Patricia Perdomo, representantes de
los familiares de los secuestrados, la primera de ellas pidió al primer manda-
tario que aceptara como gesto de buena voluntad de parte de las Farc para
proceder a un encuentro directo con el gobierno, la liberación días antes
por parte de ese grupo de un soldado que habían retenido en el asalto a la
base militar de Teteyé. El presidente decidió aceptar este pedido de la señora
Yolanda Pulecio, quedando desde entonces las condiciones para un acuerdo
humanitario reducidas a dos puntos básicos:
1. Definir un sitio de encuentro entre el gobierno y las Farc, con condiciones
de seguridad para los delegados de las Farc, pero sin despejes territoriales
que pongan en riesgo la seguridad de la población civil.
2. Que los guerrilleros liberados salgan de las cárceles bajo los marcos legales
vigentes en Colombia y con el compromiso de no volver a delinquir.
En la mencionada reunión, las señoras Pulecio y Perdomo insistieron en
la necesidad de dejar claro entre el público que el gobierno tenía disposi-
ción para adelantar un encuentro inmediato con las Farc. Por tal motivo, en

115
Los potros de bárbaros atilas

compañía de ellas el Alto Comisionado para la Paz reiteró ante los medios
de comunicación su disposición para un encuentro con ese grupo guerrillero
en cualquier sitio del país o del exterior, con las condiciones adecuadas de
seguridad. Dejó incluso en manos de las Farc, si estas así lo requerían, la
definición del sitio y sugerencias sobre garantes.
Al día siguiente, ante preguntas de periodistas que pedían al gobierno que
aclarara si estaba dispuesto a aceptar la desmilitarización de los municipios de
Pradera y Florida para este encuentro, el Comisionado reiteró lo que ha sido la
posición del presidente Uribe desde el comienzo de la administración: que no
considera viable despejes militares que dejen en condiciones de inseguridad a
miles de ciudadanos que por Constitución deben ser protegidos por las autori-
dades legítimas. Pero que está dispuesto a pactar con las Farc unas condiciones
de seguridad para los representantes de ese grupo guerrillero, ubicando un sitio
de confianza que cuente con el acompañamiento de garantes internacionales.
El 9 de agosto de 2005, y respondiendo a dos derechos de petición
elevados ante el despacho del Presidente por un grupo de familiares de secues-
trados que pedían una respuesta oficial sobre el tema, después de estudiarla con
detalle el gobierno decidió aceptar la propuesta de los familiares de convertir la
vereda Aures, del municipio de Caicedonia (Valle), en lugar de encuentro para
adelantar conversaciones con las Farc sobre el tema del acuerdo humanitario.
La propuesta había sido formulada por los familiares de los diputados del Valle
el 11 de abril de 2004 y reiterada al gobierno el 4 de agosto durante una reunión
de dichos familiares con el Comisionado de Paz en la Casa de Nariño.
Durante su reunión con los habitantes de Caicedonia y del corregimiento
Aures el día 11 de agosto para explicar la propuesta, el gobierno respondió a
sus temores por un posible despeje militar garantizándoles que bajo ninguna
circunstancia se los dejaría sin seguridad institucional, pues se tenia claro que
la oferta de condiciones de seguridad a los voceros de la guerrilla no podía ir
en detrimento de la seguridad de los ciudadanos: “Seguridad para los voceros
de la guerrilla, pero sin detrimento de la seguridad de los ciudadanos”, fueron
las palabras del Comisionado, reiterando que era posible con el acompaña-
miento de garantes nacionales e internacionales brindar las condiciones de
confianza para que las Farc pudieran reunirse con el gobierno a fin de tratar el
tema de la liberación de los secuestrados. Como es de conocimiento público,
también esta propuesta fue rechazada por el grupo guerrillero.
Después de la negativa de las Farc a la propuesta de Aures, por instruc-
ciones del señor Presiente de la República, el Alto Comisionado para la Paz

116
Tres años en busca de un acuerdo humanitario con las Farc

trabajó durante la segunda quincena de agosto de 2004 en una nueva propuesta


de encuentro con las Farc, en compañía de algunos familiares de los secues-
trados y del ex presidente Ernesto Samper. Cuando se avanzaba en la conso-
lidación de la propuesta, la noticia se filtró de manera parcial a los medios de
comunicación, lo que obligó al gobierno a hacerla publica en su totalidad el
día 8 de septiembre de 2005.
La propuesta es la siguiente:

Propuesta a las Farc para alcanzar un acuerdo humanitario.


Ante la necesidad de establecer un sitio de encuentro con las garantías de segu-
ridad y los mecanismos de acompañamiento que sean necesarios, para la defi-
nición de un acuerdo humanitario, el Gobierno Nacional propone una reunión
entre los delegados del gobierno y los delegados dispuestos por las Farc, en la
escuela del corregimiento de Bolo Azul, jurisdicción del municipio de Pradera
(Valle del Cauca), para el desarrollo de las conversaciones y por un período
máximo de 10 días. De igual manera, se propone la siguiente metodología:
• Verificación de las condiciones del sitio de encuentro por parte de garantes
nacionales e internacionales (un día).
• Ingreso al sitio de encuentro de los delegados dispuestos por las Farc con el
acompañamiento de garantes (dos días).
• Desarrollo de las conversaciones entre el equipo de gobierno y delegados de
las Farc (cinco días).
• Retorno de los delegados de las Farc con el acompañamiento de garantes
(dos días).
El Gobierno garantizará las condiciones de seguridad del delegado o delegados
de las Farc, durante el traslado al sitio de encuentro y su regreso al lugar de
origen. La verificación de las condiciones de seguridad acordadas, estarán
a cargo de garantes nacionales y/o internacionales convenidos previamente.
Además ofrecerá salvoconductos especiales, y en consecuencia, solicitará a los
organismos judiciales competentes la suspensión de las órdenes de captura que
tengan vigentes en todo el territorio nacional.
Durante el tiempo previsto para la reunión, no se adelantarán acciones mili-
tares ni policiales por parte de la fuerza pública sobre el sitio de encuentro.
El Gobierno Nacional expresa su disposición inmediata para adelantar las
coordinaciones con las Farc y garantes que faciliten el encuentro directo. Y se
declara a la espera de un gesto de buena voluntad de las Farc, que acompañe
el anhelo de muchos colombianos, que hoy claman por el regreso de sus fami-
liares privados de la libertad al seno de sus hogares.

117
Los potros de bárbaros atilas

La propuesta resulta práctica y viable, resaltándose por parte de los


expertos que el corregimiento Bolo Azul, en el municipio de Pradera, ofrece
todas las condiciones de seguridad para brindar a las Farc la confianza que
requieren. El gobierno seguirá insistiendo en esta propuesta, solicitando a los
familiares de los secuestrados y a la opinión pública nacional e internacional
que la acompañen, a fin de facilitar un encuentro directo entre los represen-
tantes del gobierno y los voceros de las Farc para buscar un acuerdo que
permita el retorno de los secuestrados a casa.

Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE) 8 de septiembre de 2005

118
Entrevista con Colprensa
“INSISTIREMOS EN BOLO AZUL”
Luis Carlos Restrepo Ramírez

El Alto Comisionado para la Paz , Luis Carlos Restrepo, asegura que con
su última respuesta las Farc demuestran que no han llegado a la madurez que
permita buscar una salida dialogada. “Con el Eln tenemos al menos un paso
armónico inicial. No es un acuerdo, pero sí una sintonía”, dice.
Al Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, no le preocupó
demasiado el último comunicado de las Farc.
A su juicio, a esa guerrilla le falta llegar a la “madurez” que le permita
pasar de una búsqueda ciega por demostrar el fracaso del gobierno de Uribe, a
la convicción de que el diálogo es la única salida al conflicto armado.
“Ya les llegará su momento”, dice con voz pausada, y asegura que el
Gobierno insistirá en un encuentro de diez días en Bolo Azul para tratar el
tema del intercambio humanitario.
Ese mismo tono lo usa para expresar que con el Eln las cosas van por
buen camino. No obstante, se rehúsa a ser optimista, pues en su cargo “los
optimismos se pagan caro”.
Sobre estos y otros temas, como el proceso con las autodefensas y la rein-
serción, Colprensa habló con el Comisionado.
Colprensa: Luego del comunicado de las Farc, ¿cuál será el siguiente
paso del Gobierno?
Luis Carlos Restrepo: Insistiremos en la propuesta de Bolo Azul,
porque es buena y viable. Si accedemos a la desmilitarización de dos munici-
pios se enredaría la conversación sobre el acuerdo humanitario, pues las Farc
se consolidarían en ese territorio y pondrían condiciones tan imposibles de
cumplir en la mesa, que no quedaría otra alternativa que prorrogar y prorrogar
la zona desmilitarizada.
Colprensa: Analistas aseguran que el Gobierno se apresuró a lanzar una
propuesta que debía manejarse de forma discreta...
Luis Carlos Restrepo: Tenemos gran dificultad para avanzar con las
Farc. Ya nos ha pasado con los facilitadores, a quienes dejan esperando
durante meses y a la Iglesia no la volvieron a recibir desde diciembre de

119
Los potros de bárbaros atilas

2003. Por eso intentamos abrir caminos para que se avance nuevamente, pero
se niegan a hacerlo. Lo importante es que la propuesta está formulada, es
viable, sensata y sana.
Colprensa: ¿Considera que las Farc sí tienen voluntad de paz?
Luis Carlos Restrepo: A las Farc les llegará su momento. Ahora están
empecinadas en demostrar que la política de Seguridad Democrática fracasó y
en oponerse a la reelección de Álvaro Uribe. Esas son sus dos grandes obsesiones
y cuando una organización insiste tanto en confrontar al Estado, es porque no ha
llegado todavía a la madurez que permite buscar una salida política.
Colprensa: ¿Entonces no hay posibilidades de llegar a acuerdos con
ellos?
Luis Carlos Restrepo: Las Farc ya sienten el agotamiento en sus bases
y mandos medios, así haya empecinamiento en la dirigencia. Por eso, con
persistencia en la política de Seguridad Democrática y la oferta de una salida
dialogada, encontraremos el camino para un diálogo útil, sin caer en los errores
anteriores, porque diálogos que sirvan para fortalecer a las guerrillas son un
descalabro.
Colprensa: ¿Pasando al tema del Eln, cuál debe ser el punto de llegada
tras los tres meses que se le han dado a ‘Francisco Galán’ para adelantar
consultas con la sociedad civil?
Luis Carlos Restrepo: Estamos en lo que la Iglesia llamó el ‘prediá-
logo’. Culminado ese proceso, debemos entrar a una mesa de acercamiento
donde los interlocutores son Gobierno y Eln, para definir el cese de hostili-
dades de ese grupo armado y el cese de actividades militares del Gobierno.
Consolidado eso, podríamos explorar los mecanismos para hacer la llamada
Convención Nacional.
Colprensa: ¿Ve voluntad del Eln para completar esos pasos?
Hay un buen momento para adelantar un proceso de paz con el Eln y
resulta importante que esa guerrilla sepa valorar esa coyuntura. Después de
tres años de intentos de acercamiento, tenemos por lo menos un paso armó-
nico inicial. No es un acuerdo, pero sí una sintonía. Es un pequeño activo que
esperamos se cultive de manera adecuada y crezca para que nos conduzca a
un proceso de paz.
Colprensa: Dicen que uno de los que más se opone a avanzar en los
diálogos es Antonio García...
Luis Carlos Restrepo: Yo no refrendaría eso. Quien ha estado al otro
lado liderando los acercamientos es Antonio García y eso lo celebro como un

120
“Insistiremos en Bolo Azul”

hecho importante. Que forcejee con el Gobierno y trate de imponer sus condi-
ciones es lo normal, pero es muy importante que el hombre duro del Eln sea
quien lidere la decisión de abrir este espacio con la sociedad civil.
Colprensa: ¿Es optimista, entonces?
Luis Carlos Restrepo: No soy optimista, porque en este cargo los opti-
mismos se pagan muy caro. Uno se entusiasma, y después las ‘desinfladas’
son costosas. Pero tampoco soy pesimista porque me tocaría renunciar al otro
día. Prefiero ser realista.
Colprensa: Hay críticas por acoger en la Ley de Justicia y Paz a 38
guerrilleros presos, que cometieron delitos atroces y no están en un proceso
de paz...
Luis Carlos Restrepo: El que un hombre esté en la cárcel no quiere
decir que haya renunciado a su organización guerrillera. Entonces nosotros
aceptamos como un hecho valioso que quienes estén en las cárceles renuncien
a la guerrilla y se muestren dispuestos a colaborar con la justicia, confesar sus
delitos y reparar a las víctimas.
Colprensa: Pero incluso el ex ministro Fernando Londoño asegura que
se fomentaría la impunidad...
Luis Carlos Restrepo: No se puede menospreciar la acción política del
Estado para que estas personas en las cárceles se puedan incorporar en una
política de paz.
Por otro lado, hay reparación a las víctimas, damos el paso a la justicia
restaurativa, centrada en la reparación. Una persona puede estar en la cárcel
muchos años, pero no hay sanción social ni avance hacia la paz. Es mucho
más importante la reparación porque sana la herida.
Colprensa: ¿Habrá más casos similares en el futuro?
Luis Carlos Restrepo: Es bueno que el país conozca que la Ley de
Justicia y Paz ha generado gran expectativa dentro de los guerrilleros que
están en las cárceles. Las solicitudes pasan del centenar. Pero hemos escogido
un primer grupo, sobre el que adelantamos el estudio con el fin de establecer
si son elegibles para que el Gobierno pueda presentar el listado a la Fiscalía.
Eso es algo que apenas estamos estudiando y tomaremos una decisión en los
próximos días.
Colprensa: ¿Se podrá cumplir el límite del 31 de diciembre para finalizar
la desmovilización de los paramilitares?
Luis Carlos Restrepo: Nos falta la mitad de la estructura de las autode-
fensas. Entre 2003 y lo que va corrido de 2005 hemos desmovilizado el 50%

121
Los potros de bárbaros atilas

y en tres o cuatro meses nos toca desmovilizar el otro 50%. Y faltan estruc-
turas tan difíciles como el Bloque Central Bolívar, el Bloque Norte, las Auto-
defensas del Magdalena Medio y el Élmer Cárdenas, que son muy grandes
y hacen presencia en parte significativa del territorio. Hacemos un esfuerzo
enorme para cumplirle al país, pero eso no es fácil.
Colprensa: ¿Hay apoyo de la empresa privada a la desmovilización?
Luis Carlos Restrepo: Uno habla con los empresarios y encuentra que
hay entusiasmo, pero es complicado encontrar la fórmula operativa práctica.
El matrimonio no ha funcionado. He planteado crear la ‘gerencia para el
mantenimiento de la paz’, que funcione bajo tres pilares: presencia del Estado
en las zonas de desmovilización, manejo de los reincorporados con vincula-
ción activa de la empresa privada, y proyectos productivos que vinculen no
sólo a los desmovilizados, sino a los desplazados.
Sería el complemento ideal a la oficina del Comisionado. Pero hay que
ambientar la discusión, porque en el Gobierno dicen que suena bien, pero
existe el temor que se convierta en un elefante blanco.
Colprensa: ¿Qué sucederá con la orden de extradición de alias ‘Don
Berna’?
Luis Carlos Restrepo: Valga aclarar que es competencia exclusiva del
Presidente. Pero ya en el caso de Mancuso se decidió suspender la decisión de
la extradición, condicionada a que cumpliera unos compromisos con la paz, y
es de esperar que esa figura se pueda aplicar nuevamente en casos muy espe-
ciales, pero si esa es la fórmula para consolidar un proceso de paz, no dudo un
minuto en que hay que transitar ese camino.
Colprensa: ¿Cree que si se extradita un jefe paramilitar peligraría el
proceso de paz?
Luis Carlos Restrepo: Hemos ido labrando en la roca, abriéndole campo
a un proceso difícil en el que estamos en la recta final. Cualquier medida apre-
surada, que genere una desbandada o que cree una desconfianza tal que lleve a
muchos de estos hombres a echarse para atrás, no tiene sentido. Hay que tener
presente que lo que está de por medio es la paz del país.

Fuente: El País, Cali, 18 de septiembre de 2005

122
GOBIERNO ACEPTA PROPUESTA DE
FRANCIA, SUIZA Y ESPAÑA
álvaro Uribe Vélez y Luis Carlos Restrepo Ramírez

Introducción del Presidente Uribe


El Gobierno Nacional, desde el inicio de la administración, ha hecho
grandes esfuerzos para facilitar un acuerdo humanitario que dé la liberación de
los compatriotas que están secuestrados. No voy a hacer un recuento, porque
me haría exhaustivo. Acepto que he debido, en el ejercicio presidencial, modi-
ficar posiciones que había asumido como candidato y durante las primeras
semanas del ejercicio presidencial.
Hemos mantenido unos puntos razonablemente defendidos. El último
esfuerzo que se ha hecho es el de animar una comisión internacional para que
nos diga cómo se debe hacer el acuerdo humanitario. El doctor Luis Carlos
Restrepo, alto comisionado de Paz, estuvo en Europa hace algunas semanas,
en una tarea prudente, efectiva, de estimular la constitución de esa comisión
internacional. Francia, España y Suiza, sus gobiernos, integraron esa comi-
sión. Esa comisión estuvo en Colombia, esa comisión ha hecho un trabajo
muy importante, un trabajo prudente.
En el día de hoy el Gobierno Nacional recibió el informe de esa comi-
sión. La comisión nos ha dicho que esa propuesta es una propuesta para el
Gobierno Nacional y para las Farc. El doctor Luis Carlos Restrepo les resume
esa propuesta, que el Gobierno Nacional ha recibido, y que suponemos también
han recibido las Farc de parte de esta comisión internacional. Y una vez el
doctor Luis Carlos Restrepo nos diga cuál es esa propuesta, nos lo va a decir en
palabras breves, concisas, yo les responderé y les diré cuál es la decisión que el
Gobierno Nacional ha tomado esta tarde en relación con esa propuesta.

Explicación del Alto Comisionado para la Paz


El Gobierno Nacional ha recibido por parte de los gobiernos de Francia,
Suiza y España, la propuesta de un sistema de seguridad para un encuentro
humanitario en la Cordillera Central. Esta propuesta ha sido entregada, el día
de hoy, de manera simultánea, al Gobierno y a las Farc.

123
Los potros de bárbaros atilas

La propuesta consiste en los resultados de la misión técnica exploratoria,


la propuesta sobre un sitio de encuentro: El Retiro, en el municipio de Pradera
(Valle del Cauca), el sistema de seguridad alrededor del sitio de encuentro,
franjas de seguridad, puntos de observación y pasos, duración de la observación
internacional y el papel del CICR, del Comité Internacional de la Cruz Roja.
La propuesta ha sido entregada formalmente a través del Departamento
Federal de Asuntos Exteriores Suizos, a nombre de España, Francia y Suiza,
tanto al Gobierno Colombiano como a las Farc, y es el resultado de una misión
técnica exploratoria que estuvo en territorio colombiano, y que adelantó su
labor en la Cordillera Central, entre el 28 de noviembre y el 2 de diciembre
de 2005.
España, Francia y Suiza proponen un sistema de seguridad que permita
al Gobierno y a las Farc encontrarse directamente en condiciones óptimas.
Proponen garantizar la seguridad de los negociadores, con su compromiso
político y su presencia física. No prejuzgan la duración, forma o contenido
de las negociaciones, y buscan dar confianza a las partes y a los diferentes
sectores de la sociedad colombiana.
El sitio de encuentro sugerido por la comisión es el caserío El Retiro, en el
municipio de Pradera (Valle del Cauca). Es un lugar que se encuentra aproxi-
madamente a unos 15 kilómetros del casco urbano de Pradera. Las caracterís-
ticas: habitan allí 30 familias, una iglesia en buen estado, una escuela con 5
salones, comedor, cocina y sanitarios, una casa comunal, un puesto de salud,
una cancha de fútbol que permite aterrizaje de helicópteros, energía eléctrica,
agua y teléfono. Está a 1.600 metros de altitud y parte desde una altitud de
1.200 metros en Potrerito, hasta 2.800 metros en Bolo Azul. Este es el sitio
sugerido para la comisión como lugar de encuentro, El Retiro, y aquí tenemos
el casco urbano de Pradera.
La comisión, igual, plantea un sistema de seguridad alrededor del sitio
del encuentro, constituido por franjas de seguridad. Una primera franja en el
oriente de Pradera, a partir del puente de Potrerillo sobre el río Bolo, hasta la
línea del filo del Cordillera Central. Otra segunda franja al oriente de Florida,
a partir de la salida de La Diana, al norte de la vía a La Diana, El Caleño, La
Palmera, Sinaí, incluyendo la vía. Y una tercera franja al oriente de la línea del
filo, que separa al departamento del Valle (del Cauca) del departamento del
Tolima, una franja de dos kilómetros de ancho a lo largo de los municipios de
Pradera y Florida, hasta el paso de montaña situado sobre la vía sin terminar
Florida–Herrera–Chaparral.

124
Gobierno acepta propuesta de Francia, Suiza y España

Aquí tenemos las franjas de seguridad propuestas, aquí tenemos a Pradera,


aquí tenemos a Potrerito, este es el río Bolo, que llega hasta el filo de la Cordi-
llera Central. Esta es la segunda franja de seguridad, que parte de La Diana,
pasa por Los Caleños y llega hasta Sinaí. Y aquí tenemos la tercera franja de
seguridad, en el límite entre los departamentos del Valle (del Cauca) y el Tolima,
dos kilómetros sobre el Tolima, bordeando el límite de Pradera y Florida.
Igual, como parte del sistema de seguridad alrededor del sitio de encuentro,
se plantean sitios de observación, unos sitios de observación sobre las vías
para control de acceso: Potrerito, el puente de la vía principal y vía secundaria,
El Retiro en el cruce de las dos vías, La Diana en la salida oriental en dirección
a Los Caleños, y la finca Las Tablas entre Palmera y Sinaí.
Y también unos observadores en puntos estratégicos, en Los Negros, sobre
la vía a La Carbonera, en la finca La Campiña cerca de Boloazul, en la finca de
La Virgen ya sobre el Tolima, y en finca Norales, igual sobre el Tolima.
Aquí tenemos los puntos de control sobre vías, aquí tenemos el de Potrerito,
el de El Retiro en los Negros, el de la Palmera y aquí tenemos el de La Diana.
Igual aquí tenemos los puntos de observación sugeridos por la comisión.
Aquí estos dos puntos están ya sobre el Tolima. Igual la comisión considera
que es importante tener en cuenta el control, algunos pasos sobre la vía entre
Florida y el departamento del Tolima, un paso que va desde La Diana hasta
la carretera proyectada en la vía Florida–Herrera–Chaparral, otro punto entre
Pradera y Florida, que es un camino de herradura que une a Bolo Azul y el
sitio llamado Norales, y un tercer camino entre Pradera y el departamento del
Tolima, que es un camino de herradura desde Bolo Azul hasta el sitio deno-
minado La Virgen.
Aquí vemos los caminos o pasos, que considera importante la comisión
controlar. Aquí tenemos el que va de La Diana, va al sitio Los Norales, y esta es
una trocha que va hacia La Herrera. Aquí tenemos el segundo que va desde Los
Norales a Bolo Azul y el tercero que es de Bolo Azul a la laguna de La Virgen.
Se plantea que la coordinación de los observadores, que en principio se
consideran en total de 40, se establecería en el caserío de El Retiro, y el coor-
dinador de los observadores estaría en coordinación del órgano político de los
tres países, establecido en El Retiro. Igual, él estaría en coordinación con las
Fuerzas Armadas colombianas y con las Farc.
Plantean textualmente los tres países en su propuesta que las tropas deben
mantenerse por fuera de los límites de seguridad. Es decir, dentro del límite
del área de seguridad no habría ni tropa de la Fuerza Pública colombiana, ni

125
Los potros de bárbaros atilas

presencia de las Farc. Simplemente los negociadores del Gobierno y del grupo
guerrillero.
La duración de la observación internacional está planteada 7 días antes del
comienzo del encuentro y 7 días después de la terminación del encuentro. Los
países dejan a decisión de las partes cuánto tiempo puede durar el encuentro.
El Comité Internacional de la Cruz Roja garantiza los desplazamientos
aéreos o terrestres tanto de los delegados de las Farc como del Gobierno,
protege los lugares de negociación con los emblemas del Comité Internacional
de la Cruz Roja, y mantiene presencia permanente de sus funcionarios en el
sitio de El Retiro.
Esta es básicamente la propuesta. Si quiere simplemente, para repasar los
mapas, miremos nuevamente el mapa de seguridad: esta es la zona. Tenemos
aquí una primera frontera de seguridad en la zona de Pradera, una segunda
frontera de seguridad en la zona rural de Florida y esta tercera frontera de
seguridad sobre el límite del Tolima.
El área comprendida dentro de las fronteras de seguridad es de aproxima-
damente de 180 kilómetros cuadrados.

La decisión del Presidente Uribe


Me permito, a continuación, dar respuesta a esta propuesta que hacen
Francia, Suiza y España.
El doctor Luis Carlos Restrepo nos ha resumido: es una zona rural de 180
kilómetros de área, tiene un pequeño poblado de 30 familias de nombre El
Retiro. La exigencia de los tres países europeos es que durante la negociación,
siete días antes, siete días después, en esos 180 kilómetros no haya presencia
de las Fuerzas Armadas de Colombia, ni haya presencia guerrillera, que sola-
mente haya una representación de las Farc para la negociación.
El Gobierno colombiano acepta esta propuesta. Confieso que implica, lo
confieso humildemente, una concesión por parte del Gobierno que presido. Lo
hago con humildad, pero también con responsabilidad. Aceptamos esta modi-
ficación a la postura que hemos tenido tradicionalmente, porque confiamos en
la comunidad internacional.
Aceptamos esta modificación porque la comunidad internacional nos
garantiza que, si bien no puede haber presencia del Ejército, tampoco habrá
presencia de la guerrilla. Aceptamos esta propuesta porque en lugar de que
haya presencia del Ejército durante esos días en esos 180 kilómetros, habrá 40
observadores internacionales. Y confiamos en la comunidad internacional.

126
Gobierno acepta propuesta de Francia, Suiza y España

Aceptamos esta propuesta porque no lesiona la soberanía, ni pone a riesgo


a nuestros compatriotas. La aceptamos porque la Seguridad Democrática
finalmente es un camino para la reconciliación de los colombianos. La acep-
tamos porque queremos entender las angustias, los dolores, el padecimiento
de tantos familiares colombianos, tantas familias colombianas que tienen sus
familiares secuestrados.
La aceptamos también para apostarle a la ilusión de que este país haga
el tránsito del rescate de la seguridad, a la reconciliación total. La aceptamos
también para hacerle un homenaje a Jaime Lozada, el ex gobernador del Huila,
asesinado cuando llevaba una gran vocería a favor del acuerdo humanitario.
Esto es todo, apreciados compatriotas.

Bogotá, 13 diciembre de 2005 (SNE).


Fuente: http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2005/diciembre/13/29132005.htm

127
SISTEMA DE SEGURIDAD PARA UN ENCUENTRO
HUMANITARIO EN LA CORDILLERA CENTRAL
Departamento Federal de Asuntos Exteriores, Suiza

El Departamento Federal de Asuntos Exteriores suizo, a nombre de los


gobiernos de España, Francia y Suiza se permiten transmitir al Gobierno
Colombiano y al Secretariado de la Farc-Ep el resultado de la “misión técnica
exploratoria” que ha tenido lugar en la Cordillera Central entre el 28 de
noviembre y el 2 de diciembre del 2005.
Los tres gobiernos habían avisado con anticipación a las diversas autori-
dades. Estas no emprendieron operaciones militares durante los cinco días y
así han permitido el buen desarrollo de la misión.
Igualmente, esta misión ha sido posible gracias al CICR que ha garanti-
zado tres desplazamientos en helicóptero.

Proposición
Los Gobiernos de España, Francia y Suiza proponen un sistema de seguridad
que permite a los representantes del Gobierno Colombiano y a los representantes
de las Farc-Ep encontrarse directamente en condiciones óptimas.
España, Francia y Suiza proponen garantizar la seguridad de los negocia-
dores con su compromiso político y con su presencia física.
Los tres países no prejuzgan en ningún caso sobre la duración, la forma o
el contenido de las negociaciones. Ellos desean simplemente dar confianza a
los negociadores así como a los diversos sectores de la población colombiana.
El Sistema de Seguridad incluye dos dimensiones: A. espacial y B.
operacional.

A. Situación geográfica:
• Oriente montañoso del municipio de Pradera a partir del puente de Protre-
rito sobre el río Bolo hasta la línea del filo de la Cordillera Central.
• Oriente montañoso del municipio de Florida a partir de la salida de La
Diana al norte de la vía La Diana–El Caleño–La Palmera–Sinaí (inclu-
yendo la vía).

129
Los potros de bárbaros atilas

• Una franja de 2 km de ancho al oriente de la línea del filo que separa


El Departamento del Valle del Departamento del Tolima a lo largo de
los municipios de Pradera y Florida hasta el paso de montaña situado
sobre la vía sin terminar Florida–Herrera–Chaparral.
• Sobre esta franja de seguridad se sitúan varios pasos:
Paso No. 1 sobre la vía entre Florida y el Departamento Tolima: La Diana,
El Caleño, La Palmera, Sinaí y el camino sobre el que está proyectada la
vía Florida – Herrera – Chaparral.
Paso No. 2 entre Pradera y el Tolima, camino de herradura Bolo Azul,
Entreríos, Bolivia y sobre el territorio del Tolima, el sitio llamado Norales.
Paso No. 3 entre Pradera y el Departamento del Tolima, camino de herra-
dura Bolo Azul, Casablanca, La Cabaña y sobre el territorio del Tolima,
el sitio llamado La Virgen cercano a la laguna de La Virgen.
Para garantizar la seguridad de un paso o de una zona de paso a tales
altitudes, es necesario controlar la parte baja del paso y no la cima. Esta es la
razón por la cual es deseable incluir en el Sistema una franja de 2 km al oriente
del filo de la Cordillera Central.
Lugar propuesto para el encuentro:
Después de un examen minucioso de todas las posibilidades al interior de
este espacio de seguridad, se propone que el “caserío” de El Retiro sea la sede
de las negociaciones.
El Retiro cuenta aproximadamente con 30 familias, una iglesia en buen estado,
una escuela con cinco salones, comedor, cocina y sanitarios; una casa comunal (ex
inspección de policía) de cuatro piezas en buen estado, un puesto de salud de cuatro
piezas en buen estado, así como otras varias edificaciones privadas en buen estado.
Además El Retiro se encuentra en el cruce de dos vías, está equipado de
energía eléctrica, de agua y teléfono. Situado a 1.600 metros de altitud, goza
de un clima agradable. Una cancha de fútbol bien despejada, facilita el aterri-
zaje de helicópteros. La población del Retiro dio una acogida muy calurosa a
los miembros de la Comisión Técnica Exploratoria.
La vía es transitable pero de difícil acceso. Parte de una altitud de 1.200
m. en Potrerito hasta los 2.800 m. en Bolo Azul.

B. Observación internacional
Teniendo en cuenta la extensión de la topografía, convendría selec-
cionar lugares estratégicos donde posicionar los observadores internacionales
(España, Francia y Suiza).

130
Sistema de seguridad para un encuentro humanitario en la Cordillera Central

Se trataría de controlar el acceso sobre las vías siguientes:


• Potrerito: puente, vía principal y vía secundaria en dirección a
Pradera.
• El Retiro cruce de dos vías.
• La Diana: salida oriental en dirección de los Caleños.
• Finca Las Tablas: entre Palmera y Sinaí.
Se trataría igualmente de establecer puestos de observación sobre puntos
estratégicos:
• Transformador Los Negros sobre la vía La Carbonera.
• Finca La Campiña cerca de Bolo Azul.
• Finca La Virgen (Tolima)
• Finca Norales (Tolima)
La Coordinación de los observadores se establecería en El Retiro. Estos
estarían comunicados por su propia red de radio.
El Coordinador de los observadores estaría bajo la responsabilidad del
órgano político de coordinación de los tres países, el mismo basado en El
Retiro.
El Coordinador de los observadores estaría en contacto directo con el
Comando de las Fuerzas Armadas Colombianas y de las Farc-Ep, con tropas
por fuera de los límites del sistema de seguridad.
Treinta a cuarenta observadores internacionales podrían cumplir la tarea
prevista.

C. Periodo de intervención de la observación internacional


Los observadores serían operacionales 7 días antes del comienzo del
encuentro y 7 días después del final del mismo. Esto no prejuzga sobre la
duración de las conversaciones. La fórmula sería (7 + X + 7).
Los tres países garantes seleccionarían sus observadores entre personas
con la experiencia de montaña; en efecto ciertos puestos de observación se
encuentran a más de 3.000 m. de altitud sin acceso en vehículo.
Papel de la Cruz Roja Internacional (CICR)
El CICR garantizaría la seguridad de los desplazamientos de los
negociadores:
• Helicópteros para los negociadores de las Farc-Ep
• Helicópteros o vehículos del CICR para los negociadores del gobierno
desde Potrerito.

131
Los potros de bárbaros atilas

El CICR podría proteger con su emblema el (los) locales (es) de negocia-


ción. Habría una presencia permanente de delegados del CICR en El Retiro
durante el periodo (7 + X + 7).

D. Seguimiento de la proposición
Esta proposición es entregada en la propia mano al representante del
Gobierno Colombiano y al representante oficial de las Farc-Ep el martes 13
de diciembre simultáneamente y en términos estrictamente idénticos.
Si el principio de este sistema de seguridad es aceptable para el Gobierno
y para las Farc-Ep, los tres países facilitadores podrían emprender las tareas y
los contactos apropiados para precisar su funcionamiento.

Berna, París, Madrid, diciembre 2005


Berna 12 de diciembre de 2005
JPG

132
Sin zonas desmilitarizadas ni guerrilleros que vuelvan a delinquir
GOBIERNO NO OBSTACULIZARÁ PAPELETA ADICIONAL
SOBRE ACUERDO HUMANITARIO
Informe de la Presidencia de la República

El Gobierno Nacional no obstaculizará una “papeleta adicional para que


los colombianos se pronuncien sobre el acuerdo humanitario”, afirmó esta
noche el presidente Álvaro Uribe Vélez.
El Jefe de Estado reiteró que “este es un Gobierno democrático” y
recordó la propuesta de referendo puesta a consideración de los votantes en
las elecciones de octubre de 2003.
Uribe, quien participó este jueves en la feria Colombiatex que se realiza
en la capital de Antioquia, señaló que el Gobierno ha hecho todos los esfuerzos
para lograr un acuerdo humanitario que ponga fin al flagelo del secuestro para
decenas de colombianos, privados de la libertad por la guerrilla de las Farc.
“Este Gobierno estimula toda participación democrática y han propuesto
esa papeleta adicional para que los colombianos se pronuncien sobre el
acuerdo humanitario. ¡Magnífico!, el Gobierno no obstaculiza, el Gobierno
estimula. Eso si, tengo que advertir con toda claridad a los colombianos que
recuerden dos limitaciones: la limitación de que aquellos guerrilleros que
lleguen a salir de las cárceles no vuelvan a delinquir y la segunda, nosotros
no podemos desmilitarizar con presencia guerrillera, para crearle riesgos a la
ciudadanía”, dijo Uribe a periodistas.
El Mandatario señaló que ese tema y esas condiciones fueron tratadas
este jueves en la reunión que sostuvo con el ministro de Relaciones Exte-
riores de Francia, Philippe Douste-Blazy.
El Presidente de la República sostuvo que el Gobierno está abierto a
escuchar propuestas y alternativas para lograr, en el menor tiempo posible,
la libertad de los secuestrados y, en el caso de la propuesta que lideran los
familiares de los plagiados, hay disposición total de analizar, junto con las
autoridades electorales, la manera como se implementará esa papeleta.
“Esto no se opone a que el Gobierno Nacional reitere que no es obstáculo
para iniciativas democráticas que algunos colombianos están proponiendo,

133
Los potros de bárbaros atilas

entre ellos los diputados del Valle del Cauca hoy cautivos, por el grupo secues-
trador de las Farc”.
“Ahora, si se puede hacer un acuerdo humanitario, antes de esta consulta,
magnífico, pero lo que no va a hacer el Gobierno, es obstaculizar iniciativas
democráticas”, puntualizó el Presidente.

Medellín, 26 enero de 2006. (SNE).-


Fuente: http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2006/enero/26/18262006.htm

134
ENFRENTEMOS EL TERRORISMO PARA NO PADECER
SU ETERNA ESCLAVITUD
Álvaro Uribe Vélez

1. Yo pregunto…
Pregunto al terrorista de las Farc Jorge Briceño, conocido con el alias de
‘Mono Jojoy’, si tiene la cobardía de negar que él ordenó, desde el refugio
cobarde de la selva, este atentado contra la ciudad de Bogotá.
Pregunto al terrorista Jorge Briceño, conocido con el nombre de ‘Mono
Jojoy’, si tiene la cobardía de negar el mensaje que recibió de la persona a
quien mandó a colocar este carro bomba, en el cual el terrorista miliciano,
desde Bogotá, le informaba que ya había cumplido la graduación.
¿Qué dirá el terrorista “Raúl Reyes”, terrorista fantoche de apariciones
internacionales, terrorista vedette de los medios de comunicación, que cobar-
demente se esconde en la selva ecuatoriana, contra el consentimiento del
Ecuador? Desde allí se lucra del negocio de la coca, cínicamente desconoce
su condición de terrorista, para posar de vedette internacional y de fantoche.
¿Qué dirá el terrorista Iván Márquez, que cobardemente se esconde en la
selva fronteriza de Venezuela –en contra del consentimiento de Venezuela–, y
posa de escritor de editoriales en la página de internet de las Farc, buscando crear
confusión a través de editoriales escritos con la sangre que ha hecho derramar?
¿Qué van a responder por este atentado?

2. Veo que ese lenguaje moderado no atrae a los terroristas hacia la paz
El 28 de mayo, compatriotas, en congruencia con lo que expresé a la
Nación a lo largo de la campaña electoral, de que la Seguridad Democrática
no se excluye con la búsqueda de la paz, tomé la decisión, expresé toda la
voluntad para su logro, a través de un lenguaje moderado en la sustentación
de la Seguridad Democrática.
Veo que ese lenguaje moderado crea confusión en la ciudadanía, en esas
grandes mayorías ciudadanas que apoyan la Seguridad Democrática.
Veo que ese lenguaje moderado desorienta a la Fuerza Pública, en perjuicio
de la eficacia de la política de seguridad.

135
Los potros de bárbaros atilas

Y lo peor: veo que ese lenguaje moderado no atrae a los terroristas hacia
la paz. Simplemente les agranda su ambición terrorista; facilita que los terro-
ristas posen de personajes de la política.
Debe quedar absolutamente claro que una cosa ha sido en estos últimos
meses el mensaje moderado para buscar la paz; y otra cosa es la voluntad, que
es total, sin atenuantes, para avanzar con la Seguridad Democrática.
Hemos expresado lo que sentimos: ¡voluntad de paz! ¡Pero jamás debili-
taremos la determinación de avanzar con la Seguridad Democrática!
¡Muy apreciados soldados y policías de mi Patria!, ¡comandantes!, ¡señor
Ministro de la Defensa!: ¡nadie en los cuarteles!, ¡nadie en las oficinas!, ¡nadie
en las escuelas!, ¡todo el mundo a las calles!, ¡a fortalecer la política de Segu-
ridad Democrática!, ¡a proteger esta ciudad con toda la eficacia, como nos lo
ha pedido con patriotismo su alcalde, el doctor Luis Eduardo Garzón!

3. ¡Asepsia interna y eficacia externa!


¡Soldados y policías de mi Patria, altos comandantes: asepsia interna y
eficacia externa!
¡Si hay hechos turbios, sancionarlos con toda la determinación! ¡Si hay
acusaciones injustas, impedir que acomplejen a la Fuerza Pública!, porque la
acusación injusta es la maniobra con la cual siempre busca interferirse y debi-
litarse la política de Seguridad Democrática.
Si alguien de la Fuerza Pública incurre en un delito, ¡a la cárcel, sin vaci-
lación! Si la acusación es injusta, que se le declare inocente sin demoras.
No podemos seguir en el error de que una discusión de falsos positivos
interfiera la política de Seguridad Democrática.
Miren: si hay alguien de la Fuerza Pública que comete un delito, ¡a la
cárcel! Pero la acusación injusta no puede dominar el debate, para afectar la
política de Seguridad Democrática.
Tenemos que tener todo el cuidado para que testimonios de bandidos, a
los cuales se les da toda la publicidad, no marchiten, ni acomplejen, ni inter-
fieran la política de Seguridad Democrática.
Si hemos procedido con transparencia, los testimonios de bandidos no
tienen por qué afectarnos.
Hace pocos días, reunido con los directivos de la Drummond, la empresa
carbonera del Cesar, me reiteraban lo que expresaron a la Fiscalía: una de las
acusaciones que hizo un preso contra el Gobierno, en el caso del DAS, antes de
las elecciones, señalaba que ese preso había estado con el Gerente de la Drum-

136
Enfrentemos el terrorismo para no padecer su eterna esclavitud

mond en una reunión en Valledupar, para entregar un dinero a grupos ilegales


de autodefensas, dirigidos por el señor que tiene el alias de ‘Jorge 40’.
¿Cuál es la realidad? En las fechas que señala el testigo preso, el delin-
cuente testigo, el Gerente de la Drummond estaba fuera del país. Y hace pocos
días se agitó en los medios el testimonio de un bandido, testimonio según el
cual, el ciudadano compatriota que fue asesinado por el carro bomba contra
los soldados de la Patria en las vísperas del 7 de agosto, habría sido asesinado
antes de ese atentado y su cadáver transportado al sitio del atentado para hacer
una falsificación total de los hechos.
Analicemos el tema: ese carro bomba dejó heridos a más de 18 soldados,
asesinó a un compatriota transeúnte. Pregunto: ¿eso es un falso positivo o un
atentado terrorista? No podemos permitir que acusaciones de falsos positivos
le pongan una cortina de humo a las acciones del terrorismo.

4. No se puede permitir que la farsa con la que se quiere afectar la política


de seguridad democrática, desoriente a los colombianos y acompleje a la
fuerza pública
Si hubiera alguien en la Fuerza Pública capaz de poner un camión con
explosivos contra sus compañeros soldados, esa persona tiene que estar en
la cárcel. Tendría que estar en la cárcel. Lo que no se puede es permitir que
la farsa con la que se quiere afectar la política de Seguridad Democrática,
desoriente a los colombianos y acompleje a la Fuerza Pública.
Me preocupa que acusaciones injustas produzcan finalmente el efecto
de amilanar la voluntad de la Fuerza Pública, y produzcan también el efecto
de eliminar las redes de informantes, que nos han ayudado a evitar actos
terroristas.
Qué grave sería que esas acusaciones injustas hubieran producido el
efecto de desmontarnos la red de informantes, que se había construido en
Bogotá, para poder evitar acciones terroristas y desmantelar a los milicianos
terroristas que han maltratado a la ciudad.
¡Soldados y policías de mi Patria, altos comandantes!: ¡ruego que, de
acuerdo con las decisiones tomadas ayer, para una mejor coordinación de la
inteligencia en Bogotá, reconstruyamos totalmente, sin complejo, mirando a
los colombianos a la cara, a plena luz del día, las redes de informantes que en
otras ocasiones nos han ayudado a evitar acciones terroristas!
Les ruego que, sin timideces, avancemos en la política de recompensas,
que ha sido tan útil para enfrentar el terrorismo.

137
Los potros de bárbaros atilas

5. ¡Lucha frontal contra todos los terroristas, lucha frontal contra los mal
llamados paramilitares no sometidos a la justicia!
¡Soldados y policías de mi Patria, altos comandantes!: ¡lucha frontal contra
todos los terroristas, lucha frontal contra los mal llamados paramilitares no
sometidos a la justicia, persecución frontal a Vicente Castaño para capturarlo!
Yo no quiero, por el bien de la Patria, que se repita lo que viví ayer, al
hablar a las 7:00 de la mañana con los compañeros de El Llano… Me decían
públicamente que allí se ha presentado un incremento de asesinatos, por
acciones de grupos de mal llamados paramilitares que no se han desmovili-
zado. ¡Hay que derrotarlos totalmente!
¡Lucha frontal contra las bandas emergentes!, ¡lucha frontal contra los
grupos llamados ‘águilas negras’!, ¡lucha frontal contra los desmovilizados
que reincidan!
Hemos tenido toda la generosidad con la desmovilización, y hay que tener
toda la severidad contra la reincidencia.
¡Lucha frontal contra el narcotráfico! Muy importante el hallazgo de siete
toneladas de coca, cerca de Buenaventura, pero más importante que eso, es
desmantelar los carteles de la droga que financian el terrorismo y que todavía
tienen la capacidad de producir esa coca y de exportarla.
Cuando llega la noticia de que se decomisaron siete toneladas, me
pregunto: ¿y por qué pudieron producirlas? La buena noticia no puede ser
el decomiso, tiene que ser que se evitó la producción, tiene que ser que se
desmanteló a los carteles responsables.
¡Lucha frontal contra el terrorista fantoche, vedette de medios, “Raúl
Reyes”! ¡Lucha frontal contra el terrorista que cobardemente ordenó este
atentado, el señor Jorge Briceño! ¡Lucha frontal contra el terrorista que edito-
rializa en internet, Iván Márquez!
¡Soldados y policías de mi Patria, altos comandantes!: ¡hoy más que
nunca, una Fuerza Pública eficaz y transparente! ¡Que aquellos integrantes de
la Fuerza Pública que en su mente, en su conciencia, alberguen la posibilidad
de repetir episodios como el de Jamundí, que renuncien y se vayan!
¡Que aquellos integrantes de la Fuerza Pública que estén en complici-
dades con el narcotráfico –como han estado muchos integrantes de la Policía,
en complicidad con el narcotráfico en Turbo y en Urabá–, que renuncien, antes
de que los metamos a la cárcel, porque hay que llevarlos a la cárcel a todos!
¡Que aquellos integrantes de la Fuerza Pública que tengan complicidades
con el paramilitarismo, que renuncien, antes de que sean llevados a la cárcel!

138
Enfrentemos el terrorismo para no padecer su eterna esclavitud

6. Necesitamos la fuerza pública victoriosa en la eficacia y victoriosa en


la transparencia
¡Que aquellos integrantes de la Fuerza Pública que tengan debilidades frente
a la guerrilla, como sucedió en un caso ya definido recientemente en la Brigada
de Arauca, que renuncien a tiempo, y que no le hagan ese daño a la Nación!
Nosotros necesitamos la Fuerza Pública victoriosa, victoriosa en la
eficacia y victoriosa en la transparencia. Por eso aquellos integrantes de la
Fuerza Pública que no tengan determinación de victoria, ¡que renuncien, para
que no nos hagan el daño de aplazar la victoria y de extender el sufrimiento
del pueblo colombiano!
¡Soldados y policías de mi Patria, altos comandantes!: ¡debemos poner
toda la intensidad en la inteligencia y en la operación para rescatar a los
secuestrados! ¡Es hora de ir eficazmente detrás de todos los cabecillas! ¡No
podemos permitir que el grupo terrorista de las Farc, siga traficando con el
dolor de las familias de los secuestrados y ejerciendo toda clase de manipula-
ciones tras una zona de despeje!
Los temas hay que plantearlos a plena luz del día. La instrucción es una:
¡fortalecer la inteligencia y los operativos militares para rescatar a los secues-
trados! Se revoca la autorización al Comisionado para reunirse con las Farc en
busca de una zona de encuentro, mientras persistan estas acciones terroristas.

7. Rescate militar y policivo de los secuestrados


Hoy, el único camino que queda, es el del rescate militar y policivo de los
secuestrados. No vamos a permitir que nuestra buena voluntad para el acuerdo
humanitario, siga siendo objeto de la farsa de las Farc, que trafica con el dolor
de los familiares de los secuestrados, en busca de una zona de despeje para
recuperar su capacidad terrorista.
Los facilitadores que el Gobierno ha autorizado para buscar el acuerdo huma-
nitario con las Farc: ¡queda revocada esa autorización, mientras las Farc persistan
en acciones terroristas! No vamos a caer en la trampa. Sabemos bien lo que ellos
hacen. Son buenos discípulos de la perversidad: interpretan nuestras generosidades
como debilidades. No son recíprocos para buscar la paz, sino que se valen de la
buena voluntad del pueblo y del Gobierno para fortalecer su chantaje terrorista.
¡Soldados de mi Patria, policías, altos comandantes!: vamos a capturar
los milicianos que las Farc han infiltrado en los cascos urbanos de Pradera
y de Florida, y a sacar totalmente del territorio rural de estos municipios los
vestigios de presencia de las Farc.

139
Los potros de bárbaros atilas

8. Pedimos a la comunidad internacional que mientras haya acciones terro-


ristas de las Farc, el apoyo que nos de sea apoyo militar, apoyo de inteligencia,
para poder avanzar en la operación militar del rescate de los secuestrados
¡Compatriotas!: déjenme decir algo a la comunidad internacional: cuando
pedimos el apoyo de los países vecinos y hermanos, de toda la comunidad
internacional, es porque la democracia colombiana lo merece.
Cuando pedimos el apoyo en esta lucha contra el terrorismo, a los países
hermanos, es porque hoy nosotros sufrimos el terrorismo y sabemos que si no
lo derrotamos, mañana lo van a sufrir ellos.
Cuando pedimos el apoyo de los países vecinos y hermanos, es porque no
queremos que los carro bombas que maltratan a Bogotá, llegaren a maltratar a
Caracas, o a Quito, o a Brasilia, o a Lima, o a Ciudad de Panamá.
Cuando pedimos el apoyo de los países vecinos y hermanos, es porque no
queremos que sufran la tragedia que en algún momento ha sufrido la democracia
colombiana. Procesos electorales con candidatos que han tenido que pedirle
permiso al narcotráfico, o a la guerrilla, o al paramilitarismo. Eso, tristemente, se
ha dado en Colombia por el avance que en algún momento tuvo el terrorismo.
Nosotros no queremos que en los procesos democráticos de los países
vecinos, candidatos y aspirantes tengan que pedir permiso a los grupos terro-
ristas de Colombia para poder avanzar en sus propósitos democráticos.
Vamos a responderle eficazmente a esta ciudad de Bogotá, a todo el país,
redoblando nuestros esfuerzos de Seguridad Democrática.
Compatriotas, por la dignidad de la Patria, por el futuro de las nuevas gene-
raciones, enfrentemos el terrorismo para no padecer su eterna esclavitud.
Colombia, por conducto del Gobierno, agradece el esfuerzo de algunos
países europeos para buscar el acuerdo humanitario. Con acciones terroristas,
el Gobierno no buscará acuerdo humanitario alguno con las Farc. Les pedimos
a estos países que mientras haya acciones terroristas de las Farc, el apoyo que
nos den sea apoyo militar, apoyo de inteligencia, para poder avanzar en la
operación militar del rescate de los secuestrados.

Discurso pronunciado por el presidente Uribe Vélez en Bogotá, en las instalaciones de la


Universidad Militar Nueva Granada y Escuela Superior de Guerra, donde el 19 de octubre del
2006 fue activado un carro bomba.
Bogotá, octubre 20 de 2006
Fuente:
http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2006/octubre/20/01202006.htm

140
ENTREVISTA CONCEDIDA A LOS MEDIOS FRANCESES
Álvaro Uribe Vélez

Medios: ¿Por qué esta situación de conflicto con la más antigua guerrilla
del mundo demora tanto? Eso difícilmente se entiende en Francia.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Hay muchas razones. Cuando comparo
por qué los movimientos insurgentes terminaron sus operaciones en el resto de
América Latina y no en Colombia, encuentro lo siguiente: en algunas partes
de América Latina los derrotaron apelando a procedimientos violatorios de
derechos humanos. La manera como nosotros los combatimos, es una manera
totalmente transparente, democrática, institucional.
Segundo: en otras partes de América Latina no se financiaron con droga,
dependían de la financiación que les llegaba, por ejemplo, de Ong’s euro-
peas. El caso del Salvador. El día que esas Ong’s tomaron la decisión de no
enviarles más dinero, entonces los movimientos se sintieron sin dinero y
llegaron a la conclusión que tenían que negociar. En Colombia se financian
con droga.
Y ¿por qué no reconozco que esto es un conflicto sino un desafío a la
democracia? Porque mientras en otras partes de América Latina esos grupos
combatían dictaduras, aquí lo que han hecho es maltratar la democracia.
En las democracias, el conflicto se da entre las diferentes opciones polí-
ticas que diariamente se disputan el electorado. Cuando hay un ataque de un
grupo armado contra la democracia, eso no es conflicto, sino terrorismo.
Además –para completar la respuesta a su pregunta–, en Colombia, durante
muchos años no se quiso combatirlos, simplemente se tenía la aspiración de
que ellos, mediante el diálogo, iban a cesar sus actividades violentas. Y, mien-
tras muchos gobiernos colombianos, de buena fe, avanzaron en el diálogo,
estos grupos en lugar de utilizar el diálogo para hacer la paz, utilizaron el
diálogo para acrecentar su violencia. Solamente hemos tenido ya cinco años
de persistencia en una política de seguridad, en este Gobierno.
Y finalmente, no se puede olvidar que este país, que tiene 1.164.000 kiló-
metros cuadrados, 578.000 kilómetros son de selva. Aquí hay mucho donde
esconderse.

141
Los potros de bárbaros atilas

Medios: ¿Cuáles son los obstáculos para un acuerdo humanitario y sería


un acuerdo humanitario suficiente? O ¿qué le gustaría a usted?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Primero, quiero decirle a la opinión
pública francesa que yo tuve que modificar mucho mi posición.
Cuando era candidato y presidente electo en el 2002, expresé que no haría
un acuerdo humanitario si, paralelamente, no empezaba un proceso de paz con
cese de hostilidades. Esa posición la dejé atrás, la cambié después de hablar
con el Presidente (Jacques) Chirac, con el Secretario de Naciones Unidas
(Koffi Anan), con la Iglesia Católica, con los familiares de los secuestrados, y
acepté separar el acuerdo humanitario de la iniciación de un proceso de paz.
Posteriormente intentamos, muchas veces, el acuerdo humanitario –pero para
no ser muy extenso con ustedes, me voy a remitir a las últimas experiencias–.
El año anterior aceptamos una propuesta de tres países europeos –Francia,
España y Suiza, la aceptó el Gobierno de Colombia– de tener una zona de
encuentro en el área rural vallecaucana de aproximadamente 200 kilómetros.
Los tres gobiernos europeos nos dijeron que por favor contestáramos eso y
rápido. Y nosotros, por aportar constructivamente a ese acuerdo humanitario,
contestamos rápidamente y dijimos que “sí”. Las Farc les dijo que “no”. Eso
es bien importante anotarlo.
Yo veo tres obstáculos para un acuerdo humanitario.
Primero: la Farc no es sincera. La Farc habla de acuerdo humanitario pero
no lo facilita.
Hace pocos días engañó a una delegación europea, les dijo en Europa,
que vinieran a Colombia, que estaban listos para liberar una persona, y aquí
llegaron y llegó la misión francesa, suiza, española, y llamaron al Comisio-
nado (de Paz, Luis Carlos Restrepo) y me llamaron a mi. Y tuvimos que faci-
litar, modificar nuestras operaciones militares para facilitar el ingreso de ellos
a esas áreas, y la Farc los engañó. A nadie liberaron y después la Farc llamó a
decirles que “no, que era un mal entendido”. Un engaño.
Entonces, la Farc es muy hipócrita, como todo terrorista. Le hace creer
a Europa que “sí, que está lista para el acuerdo humanitario” y a la hora de la
verdad nos miente.
Además de que nosotros hemos aceptado una zona de encuentro que la
Farc no quiso aceptar, deberé hacerles estos comentarios: lo que no puede
aceptar el gobierno colombiano es una zona de despeje.
Este país sufrió mucho porque el Estado se había retirado de algunas
regiones, que quedaron en poder de guerrilla y paramilitares, no había decla-

142
Entrevista concedida a los medios franceses

rado su retiro pero se había retirado de hecho. Y entonces, en esas regiones la


soberanía la ejercían guerrilla y paramilitares, ahora las estamos recuperando.
Entonces el pueblo colombiano no entiende que vamos a dar marcha atrás con
una zona de despeje.
Lo otro que he dicho es que: no podemos permitir que salgan guerrilleros
de la cárcel para reintegrarse a la Farc a delinquir. Si en aras de un acuerdo
humanitario debemos liberar guerrilleros, lo haré. Miren que hoy hay muchos
guerrilleros del Eln que tienen permiso del Gobierno para que puedan moverse
con libertad sin que los metan a la cárcel, en busca de la paz. Yo lo haría con
la Farc, con el acuerdo humanitario, pero con la condición de que aquellos que
salgan de la cárcel no vuelvan a delinquir.
Hace pocos días, cuando presenté el punto, alguien me dijo: “bueno, pero
si lo han hecho los israelitas, han liberado palestinos y han liberado libaneses,
¿por qué el gobierno de Colombia no lo hace?”. Por una razón: porque aquí
hay 578.000 kilómetros de selva. Aquí hay una guerrilla muy rica por el narco-
tráfico. Aquí ha costado mucho sacrificio al Ejército y a la Policía capturarlos.
Nosotros tenemos más de 1.600 policías y soldados mutilados por las minas
que la Farc ha instalado en muchas regiones de Colombia.
¿Qué tal que esas personas que están en la cárcel salgan de la cárcel para
volver a delinquir? Si me dan la garantía de que van a salir de la cárcel para
no volver a delinquir, se van para Francia, para España, o se quedan aquí pero
en el programa de reinserción, con una garantía de que no vuelvan a delinquir,
el Gobierno los liberaría.
Esos son los obstáculos. Pero el primero es que la Farc miente, la Farc no
tiene voluntad. Yo estoy listo a que nos reunamos con la Farc en Francia, en el
Caribe, en cualquier parte, en Colombia; pero ellos mienten a toda hora.
Medios: Presidente, la otra opción es militar, fue muy exitosa, recien-
temente con el caso de las dos personas que pudieron escaparse después
de largos años de secuestro. Se sabe que en Francia el Gobierno no está
de acuerdo con el rescate militar, también la familia de Íngrid Betancourt.
¿Qué puede decir usted, para tranquilizar a esta familia, al Gobierno y en
qué condición se haría el rescate militar para Íngrid Betancourt, si lo tiene
pensado?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Ustedes han visto cómo en Colombia
hemos sido exitosos en la lucha contra el secuestro. Este país, que llegó a tener
3.000 secuestros en un año, en el mes de enero que acaba de concluir tuvo dos
secuestros extorsivos.

143
Los potros de bárbaros atilas

También han visto en esta visita a Colombia, que hemos sido exitosos en
el rescate de secuestrados. Ahora, hemos tenido también casos de fracasos.
El día que intentamos rescatar al Gobernador de Antioquia (Anibal Gaviria)
y al ex ministro de Defensa (Gilberto Echeverri), fueron asesinados. Y ahora
acabamos de tener dos éxitos: el éxito en el rescate del ex ministro Fernando
Araujo, y ayer el éxito en el rescate del Capitán Nur.
Las Fuerzas Armadas de Colombia son profesionales, proceden con toda
la prudencia que exigen los derechos humanos y el derecho internacional
humanitario. Hay que tener confianza en ellas.
Lo primero es, ubicar dónde están los secuestrados y el segundo paso es mirar,
una vez están ubicados, cómo se puede aproximar al sitio para hacer el rescate.
Por eso nosotros le pedimos a Francia que nos ayude. Yo no entiendo por qué, un
país europeo nos ayuda en la política de paz pero no nos ayuda en la política de
seguridad, si la paz y la seguridad son inseparables. La paz nace de la seguridad.
Además, Francia tiene una tradición histórica de mucha personalidad, de
mucha dignidad. Francia en la historia, jamás le ha tenido miedo a defender su
soberanía, defender sus habitantes a través de sus fuerzas armadas.
La historia de Francia, que también es una historia de fortaleza de sus
fuerzas armadas, hay que invocarla para que Francia reflexione y no se
preocupe solamente por el acuerdo humanitario, sino que nos ayude a resca-
tarlos. Ojalá lo entendiera la opinión pública francesa y el gobierno francés.
Ahora, la primera etapa es que nos ayuden con inteligencia a mirar dónde
están y, una vez ubicados, también, mirar cómo se puede hacer el procedi-
miento para rescatarlos ilesos.
Les confieso: desde el principio del Gobierno, yo, todos los días busco
el rescate militar, jamás he desistido. Si le dijera que no estoy en el rescate
militar, les mentiría.
Medios: ¿Pero de qué manera concreta pueden ayudar en un rescate
militar con militares franceses que pudieran intervenir a un lado de militares
colombianos?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: No, militares no. Que nos ayuden con inte-
ligencia. Francia tiene mucha tecnología para hacer inteligencia. Que nos ayuden
con inteligencia para ubicar dónde están los secuestrados, y una vez tengamos
ubicados dónde están los secuestrados, miramos cómo se hace el operativo.
En el caso del ex ministro Fernando Araújo, primero, nosotros con inteli-
gencia ubicamos dónde estaba, y después de que lo tuvimos ubicado, planificamos
muy bien el operativo para que el operativo le causara los menores riesgos.

144
Entrevista concedida a los medios franceses

Medios: ¿Sería el caso con Íngrid Betancourt?


Presidente Álvaro Uribe Vélez: Por supuesto. Ahora, hay que resca-
tarla. Si la Farc facilita un acuerdo humanitario, magnífico, pero que la Farc
no sea hipócrita.
Segundo, si la podemos rescatar a través de la inteligencia que nos permite
ubicarla, y de una acción militar de rescate, ¡magnífico!, pero hay que rescatarla.
Medios: ¿Rescatada por la Fuerza?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: A través del acuerdo humanitario, o a
través de la acción de nuestras instituciones y de la ayuda de la comunidad
internacional, como podría ser la ayuda de Francia que tiene tantos equipos de
inteligencia para ubicar dónde está.
También es muy importante saber dónde está. Si está en Colombia, o si se
la han llevado a algún país extranjero. Es bueno que Francia nos ayude a mirar
si está en Colombia, o si se la han llevado a algún país extranjero.
Y pensar en la doctora Íngrid Betancourt, madre de familia, persona muy
importante, y pensar en todos los colombianos que aún siguen secuestrados
por esta organización terrorista de las Farc.
Medios: ¿Qué sabe de ella?, ¿está viva?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: No tenemos sino rumores. Yo no
tengo detalles. Yo, lo que hago todos los días, es estimular a nuestras Fuerzas
Armadas para buscarla. Todos los días lo hago, desde que empecé el Gobierno
en agosto de 2002.
Y ahora, en las últimas semanas se me han acercado personas a decirme
que tienen informes de que posiblemente pueda estar en el extranjero, de que
la Farc la puede haber sacado de Colombia.
Medios: ¿En Ecuador?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: No, no me refiero a país alguno. No me
refiero a país alguno.
Medios: Tenemos entendido que las manifestaciones, hasta críticas de la
familia de Íngrid Betancourt, de los comités de Íngrid Betancourt de Francia,
de algunas personalidades, del “show business” en Francia, provocan mucha
irritación en Colombia, bastante irritación… queremos saber si estas facilitan
la liberación o la complican en su punto de vista…
Presidente Álvaro Uribe Vélez: No, yo soy respetuoso de la opinión
pública, yo soy demócrata. La seguridad nuestra es Democrática.
En América Latina hubo dictaduras que hablaron de seguridad y, en
nombre de la seguridad, cercenaron las libertades, censuraron la prensa, afec-

145
Los potros de bárbaros atilas

taron el disenso. La seguridad nuestra es Democrática y lo ha probado. Aquí


la prensa tiene todas las libertades, las hemos recuperado, porque aquí los
terroristas coaccionaban a los periodistas.
Hoy, gracias a la seguridad los periodistas están más libres, lo polí-
ticos colombianos están más libres, están más protegidos los sindicalistas,
los empresarios. Esta seguridad nuestra es democrática y eso marca la dife-
rencia con otros proyectos de seguridad que fueron dirigidos por dictaduras
en nuestro Continente.
Una Seguridad Democrática como la que yo he liderado, es una segu-
ridad que respeta la opinión pública. Yo respeto todas las críticas de la opinión
pública francesa, sus movilizaciones, y también me gusta hablar con sectores
de opinión pública en Francia, para que también, por lo menos, escuchen y
procesen nuestros puntos de vista.
Medios: Presidente, ¿qué le gustaría que el próximo presidente de Francia
hiciera por Colombia?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Que nos ayude. Nosotros queremos
avanzar en el acuerdo de asociación entre la Comunidad Andina y la Unión
Europea.
Nosotros queremos que Europa nos apoye más, todos los días, en nuestra
política de Seguridad Democrática. Ustedes en Europa no permiten el terro-
rismo. Yo creo que, en la medida que Europa valore bien nuestra democracia,
nos debe apoyar más en la política de seguridad.
Que nos ayude a derrotar la droga. Si a Europa no le gustan las fumiga-
ciones, nos puede ayudar a través de la erradicación manual, del programa de
Familias Guardabosques, para evitar que la droga destruya la selva amazónica.
Y en el caso concreto de la doctora Íngrid Betancourt, y de los otros
secuestrados, quisiera que el actual y el nuevo gobierno de Francia…, yo
respeto que sigan interesados en el acuerdo humanitario y nosotros hemos
sido receptivos. Hoy están adelantando una gestión en Colombia delegados de
España, Francia y Suiza, autorizados por mi Gobierno, nosotros respetamos
eso. Pero, también, quisiera que el nuevo gobierno de Francia, y el actual
gobierno de Francia, nos ayuden con inteligencia militar para ubicar dónde
está la doctora Íngrid Betancourt y dónde están los otros secuestrados. Y una
vez los ubiquemos, planificamos bien la operación de rescate.
Medios: Para algunos sectores en Francia, de la opinión pública, lo ven,
como dirigente colombiano, como el responsable de la no liberación de Íngrid
Betancourt, ¿que le provoca eso?

146
Entrevista concedida a los medios franceses

Presidente Álvaro Uribe Vélez: Primero, yo respeto esos sectores de


opinión. Yo soy deliberante, vivo en la crítica y en la confrontación argu-
mental. Pero, en mi larga carrera política, las personas que han confrontado
conmigo, finalmente han sentido que es la confrontación con un demócrata.
Tengo todo el respeto por lo que digan esos sectores de opinión.
Le quiero decir lo siguiente: yo la encontré secuestrada, he hecho esfuerzos
durante todos los días de mi Gobierno para rescatarla.
Cuando llegué a la Presidencia, Colombia había tenido 3 mil secuestros,
el año pasado fueron 280. Estamos en la tarea de derrotar el secuestro. Yo no
puedo tomar unas decisiones, equivocadas, que me afecten la tarea de derrotar
el secuestro.
Si yo libero los secuestradores de las Farc que están en la cárcel para que
vuelvan a secuestrar, en lugar de seguir reduciendo el secuestro, volvemos a 3
mil secuestros por año y acabamos con Colombia.
Dígale a los sectores de la opinión pública francesa que me critican, dígale
tres cosas: primero, que nuestra seguridad es Democrática, no dictatorial.
Segundo, que las Farc no es insurgente sino terrorista.
Tercero, que nosotros estamos abiertos a un acuerdo humanitario, siempre
y cuando no afecte nuestra política de Seguridad Democrática.
Y finalmente, que nos ayuden a entender que se necesita, también, buscar
el rescate a través de las instituciones armadas de nuestra democracia, ojalá
con cooperación internacional.
Medios: Se habla mucho de Íngrid Betancourt, por supuesto, porque es
francesa, pero yo, por ejemplo, he hecho un reportaje sobre la familia del
Coronel Mendieta, que lleva, creo, casi 9 años secuestrado, así que enten-
demos también, que ese problema le llega a muchas familias. ¿Qué le puede
decir, hoy día, a la familia Mendieta, tal como a la familia Betancourt, para
que no piensen que pueden seguir esperando por 4, 5 años más? Porque el
acuerdo humanitario, entendemos, está dispuesto a las condiciones que se
entiendan perfectamente.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Dos cositas. Yo pertenezco a ese 50% de
las familias colombianas que han sufrido mucho esta violencia. Para superar
esta violencia no se puede ser apaciguador con los terroristas, hay que confron-
tarlos con toda la determinación.
Los terroristas nuestros aprendieron a través de las lecturas de Marx lo
que dijo Maquiavelo: “cuando el enemigo –y ellos estiman que la democracia
es su enemigo– te ofrece acuerdos, aprovecha eso porque es la muestra de la

147
Los potros de bárbaros atilas

debilidad de tu enemigo. Aprovecha para derrotarlo”. Por eso yo no voy a caer


en la trampa de acuerdos que permitan el triunfo del terrorismo.
Y, vamos a seguir, todos los días, buscando, o un acuerdo humanitario
razonable, o el rescate militar.
Debo recordar a ustedes que entre el 28 de mayo del año pasado –cuando
se dio mi reelección– y el mes de octubre, en esos meses no hablé de rescate
militar, todo lo que hice fue buscar un acuerdo humanitario, una zona de
encuentro. ¿Saben qué respuesta me dio la Farc?: el carro-bomba en la Univer-
sidad Militar y el carro-bomba en la Brigada de Villavicencio. Los responsa-
bles del carro-bomba en la Brigada de Villavicencio están capturados.
Entonces, el problema que tiene la Farc es que es un grupo terrorista
cínico, arrogante, que desprecia al mundo. Inclusive el presidente (de Cuba)
Fidel Castro, que me ayuda con el proceso de paz con el Eln, me ha dicho que
hace muchos años perdió el contacto con estos de Colombia y perdió cual-
quier influencia.
Porque estos grupos se sienten tan ricos por la coca y tan poderosos
militarmente, que desprecian al mundo entero. Entonces, no le hacen caso a
Castro, se burlan de la Unión Europea. La Farc se burla de la opinión Europea.
Cuando la Farc ve en la televisión sectores de Europa marchando a favor
del acuerdo humanitario, la Farc se burla. Entre sus fusiles y su gran dinero
proveniente de la coca, miran de manera burlona las angustias europeas por la
liberación de Íngrid Betancourt.
Todo eso hay que comprenderlo.
Medios: Quería preguntarle sobre el tema de la opción militar. ¿Se puede
decir que esa es la opción privilegiada por usted, del rescate militar?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Las dos. Si ahora me dicen que hay la
posibilidad de un acuerdo humanitario, yo lo busco. Pero, si hay la posibilidad
del rescate militar, lo adelanto. Yo no tengo opción privilegiada, yo lo que
tengo es afán de rescatarlos.
El rescate de Fernando Araújo no se dio espontáneamente, lo buscamos
desde el primer día de Gobierno. Si usted habla con él, él le dirá que muchas
veces nuestras operaciones militares estuvieron cerquitica. Habíamos hecho
muchísimos intentos, hasta que pudimos ubicarlo exactamente.
O sea que, yo no tengo una opción preferida sobre la otra, mi opción es:
liberarlos. Y si los podemos liberar por el acuerdo humanitario, razonable,
bien. Si los podemos liberar por la acción militar, bien.
Medios: ¿Por eso se permitió la salida?...

148
Entrevista concedida a los medios franceses

Presidente Álvaro Uribe Vélez: Esto es, una vez estén ubicados y se esté
planeando la acción militar, en algún momento, se le puede comunicar a la
familia. Veremos cómo se dan las circunstancias.
Medios: Presidente, usted está avanzado mucho en las negociaciones con
el Eln, ¿espera usted, antes de terminar su mandato, lograr acuerdos que lleven
a la paz en el país?
Presidente Uribe: No se, pero le quiero decir lo siguiente: nuestra polí-
tica de Seguridad Democrática es un fin y es un medio.
Es un fin para que los colombianos vivan tranquilos y es un medio para
lograr la reconciliación total.
La política de Seguridad Democrática que hoy combate a la guerrilla, el día
que ellos hagan la paz, será la misma política que los protegerá. Miren los reinser-
tados colombianos, hoy están protegidos. Sectores de la oposición que vienen de
las antiguas guerrillas y que son muy críticos contra mi, hoy están protegidos.
En Colombia, la oposición proveniente de la guerrilla nunca había tenido
tanta protección como hoy. Hoy tienen un Presidente con quién discutir, pero
tienen un Presidente que todos los días se preocupa por la protección de ellos.
Entonces, yo vivo listo para la Seguridad Democrática, vivo listo para
confrontar a los terroristas y vivo listo para la paz. Hemos creado todas las
condiciones para la paz con el Eln, ojalá se diera. Si estos señores de la Farc
hacen una rectificación y quieren la paz, también negociamos.
Y así como los combato con toda determinación, estoy listo a hacer la paz
con toda decisión.
¿Saben qué es lo que me da miedo?: que ellos no se mantienen listos para
la paz, entonces lo que me da miedo es que me engañen y que corra el reloj de
mi mandato, sometido yo al engaño.
Medios: ¿Qué opina del señor Marulanda Vélez?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: No lo conozco.
Medios: Se ha dicho que se ha perdido los contactos con la Farc, en
cambio, las Farc están desarrollando, la idea –recientemente– del “bolivaria-
nismo”. Incluso, según algunos servicios de prensa, ex rebeldes desarmados,
la base de las Farc-Ep, tiene contactos con el “bolivarianismo” de Venezuela.
¿Qué problema es para usted, que su adversario –las Farc-Ep–tenga relaciones
con su primer socio en la región?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: El Presidente (Hugo) Chavez me ha
dicho que él no admite ni guerrilla ni paramilitares colombianos en Venezuela,
es lo que me ha dicho.

149
Los potros de bárbaros atilas

Además, soy muy prudente. Yo, ni de los medios nacionales, ni de los


medios internacionales me dejo llevar a decir alguna imprudencia frente a
nuestros vecinos. Cualquier tema que yo vaya a hablar con el Presidente
Chavez, lo hablo con él. Cualquier intercambio de ideas, me gusta hacer ese
intercambio con él.
La política internacional de mi Gobierno ha sido una política firme,
además respetuosa, prudente en el discurso, eficaz en la acción.
Ahora, el Libertador Bolívar fue un Libertador y un humanista, fue un
pensador. Cuando uno lo lee, encuentra en él la literatura del humanismo. Yo
no creo que quienes matan y secuestran, destruyen la ecología y envenenan a
las nuevas generaciones con la coca, puedan llamarse bolivarianos.
Medios: Presidente, ha hablado de la misión europea –de Francia, España
y Suiza– que estaría haciendo contactos, ¿cuáles son los resultados de esta
misión?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: No se la última gestión, pero se les auto-
rizó. Se les autoriza hacer lo que requieran hacer en Colombia. Yo no les he
negado ninguna misión, la última autorización se las di hace poco pero no
estoy informado de resultados.
Medios: Hace unos días el Ministro de Defensa (Juan Manuel Santos)
ha dicho que está viva Íngrid Betancourt, ¿sobre qué testimonio sabe eso, son
rumores, ha hablado antes de eso o son reales informaciones?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: El Ministro es un hombre muy serio,
además trabajó con la doctora Íngrid Betancourt, siente estimación por ella y
si el dijo eso, créanle, porque lo dijo en un contexto del mejor deseo y de total
buena fe.
Medios: ¿Y con inteligencia ustedes tienen información?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Sí, pero no he entrado en detalles con él
sobre eso.
Medios: Quería preguntarle sobre la ola de izquierda que hay en Latino-
américa, ¿se siente aislado?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: ¿Qué es “izquierda”?, ¿qué caracteriza la
ola de izquierda en América Latina?
Medios: La manera en que se presentan los gobiernos.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Por ejemplo…
Medios: Empezando por sus vecinos…
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Cuando usted mira lo que era la izquierda
europea, que era la lucha contra la dictadura, la lucha por las libertades, la

150
Entrevista concedida a los medios franceses

lucha por las reivindicaciones sociales, por un Estado controlado, por un


Estado dirigido por instituciones, por normas ajenas a los caprichos del gober-
nante, dígame qué es izquierda en América Latina.
Porque lo que he visto es que, hay un discurso florido de izquierda en las
campañas, pero a la hora de los gobiernos, a la hora de gobernar, las diferen-
cias no se notan.
¿Qué ha hecho el Presidente (Luis Ignacio) Lula para qué de él se diga
que es de izquierda y qué hemos hecho nosotros, para que de nosotros se diga
que somos de derecha?
Lo que necesitamos hoy es una democracia de avanzada, con seguridad
para todos los ciudadanos, respeto a las libertades, cohesión social, transpa-
rencia. E instituciones independientes en la formación del Estado.
Medios: O es más el antiamericanismo…
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Ah, eso ya es un buen punto. Nosotros
queremos siempre manejar con mucha prudencia una realidad que vivimos, y
que a nadie la ocultamos: somos leales aliados de Estados Unidos –y eso lo
sabe todo el mundo– y somos solidarios hermanos de América Latina.
Con nadie manejamos relaciones clandestinas. Yo tengo buenas relaciones
con el gobierno de Cuba, con el Presidente Castro. Le agradezco la ayuda que
nos ha dado en lo del Eln y ¿por qué lo voy a ocultar?
Yo creo que hay que comprender una política internacional de Colombia,
que es la de buscar alianzas leales con todo el mundo. La de buscar superar
contradicciones, en lugar de antagonizar contradicciones.
Ahora, he dicho: en América Latina las diferentes concepciones sobre
el modelo económico y social deben comprenderse y debatirse. Nosotros, en
Colombia, no desmontamos el Estado ni creemos en el estatismo. Nosotros,
en Colombia, necesitamos inversión privada y la estimulamos. No tenemos
recursos ni nos parece conveniente sustituir la inversión privada por la inver-
sión estatal. Pero tampoco somos amigos del desmonte del Estado, creemos
que se necesita mucha inversión, mucha confianza inversionista para poder
lograr un ritmo sostenido de crecimiento de la economía, que a la vez nos
permita los recursos para construir la cohesión social.
Medios: ¿Está equivocado el discurso antiamericano?
Presidente Uribe: No, yo no voy a juzgar el discurso de los otros, simple-
mente le expreso mi discurso.
Bueno, me voy a ir a hacer ahora una cosa que le gustaría mucho a los de
“izquierda”: me he propuesto entregar en este Gobierno 5 millones de micro-

151
Los potros de bárbaros atilas

créditos, en el Gobierno pasado entregué millón 800 mil y hoy (viernes) tengo
dos programas de microcrédito, uno en Barranquilla y otro en Montería. Eso
se llama Banca de Oportunidades. Es mover todo el sistema financiero colom-
biano –cooperativas, bancos, fundaciones, fondo de garantías del Estado– para
entregarle crédito a los sectores más pobres de la sociedad colombiana que no
han tenido acceso al crédito.
Medios: La sociedad colombiana parece una sociedad muy rígida que
no quiere dar oportunidades a las personas que quieren cambiar, que quieren
surgir. Desde ese punto de vista, ¿usted esperar hacer algo?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: ¡Por Dios, como que no! La Constitución
colombiana del año 91 tiene una gran influencia de los grupos guerrilleros que
se acababan de desmovilizar y que participaron en esa Constitución.
Mira alcaldías, gobernaciones de Colombia. En mi Gobierno, gracias a la
Seguridad Democrática, personas que venían de la más radical oposición, del
sindicalismo, desafectas a mis tesis, apoyadas por antiguas guerrillas, llegaron
a las posiciones más importantes.
Y eso no es todo. Lo más significativo es la manera como hemos cons-
truido gobernabilidad con ellos para unir esta Nación. Porque la unidad no
es la unidad hipócrita del discurso apaciguante, la unidad no es la unidad
hipócrita de tapar las diferencias, la unidad es la manera de construir goberna-
bilidad a partir de la diversidad.
Si usted ve, en mi propio Gobierno hay personas que eran guerrilleras y
que aquí participan y tienen todas las posibilidades.
Pídale usted posibilidades a los demócratas, no pida posibilidades para
los terroristas.
Muchas gracias a todos.

Esta entrevista fue concedida por el presidente Uribe a los medios franceses Le Figaro,
L´Express y France Dos Television, el pasado 9 de febrero de 2007.
Fuente: http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2007/febrero/21/10212007.htm
Bogotá, 21 de febrero de 2007. (SNE)

152
Alocución y rueda de prensa
RAZONES DE ESTADO
Álvaro Uribe Vélez

Quiero, antes de entrar al tema que nos ocupa hoy, expresarles a los
colombianos la tristeza y el rechazo al atentado terrorista contra el Vicemi-
nistro de Educación Universitaria, el doctor Gabriel Burgos, académico de
larga, brillante y transparente trayectoria.
Nos acompañó en ese constructivo Consejo Comunitario de 12 horas,
el sábado, que examinó el tema de las transferencias, la descentralización, la
educación básica, la educación universitaria, la educación técnica. Hoy fue
herido con un artefacto terrorista.
Al regresar a Bogotá esta noche pude entrar al hospital. El médico nos
ha dicho que tiene unas quemaduras en las manos pero que no hay fracturas
ni mutilaciones. Tiene unas heridas en la cara. Tiene unas heridas alrededor
de los ojos, pero dice el médico que no le ha causado problema en los ojos.
Tiene unas heridas en el cuerpo. También dice el médico que son superfi-
ciales. Hacemos votos por su pronta recuperación.
El señor General (Óscar) Naranjo, Comandante de la Policía, está al frente
de la tarea de capturar a los terroristas que perpetraron este atentado.
He reiterado a los estudiantes universitarios de Colombia, a los profe-
sores y a la comunidad académica todo el acompañamiento del Gobierno, de
nuestras instituciones democráticas y armadas, para que ellos puedan entrar a
la universidad, asistir a clases, hacer ciencia, crítica social, ejercer libertades,
sin que el terrorismo entorpezca esa bella misión.
Confiamos que ese diálogo tan constructivo del sábado, tan franco, se
prolongue. Que tengamos una universidad para la ciencia, para la crítica
social, para la controversia constructiva. Una universidad donde los factores
terroristas no puedan tener espacio.
Los gobiernos firmes marchitan el terrorismo y profundizan la demo-
cracia. Los gobiernos pusilánimes marchitan la democracia y estimulan el
terrorismo. Si los gobiernos permiten terrorismo al interior de la universidad,
el terrorismo desaloja la ciencia. Por eso todas las garantías a la comunidad
universitaria para que cumpla su tarea.

153
Los potros de bárbaros atilas

Compatriotas: en la campaña presidencial de 2002, como Presidente


electo, y en las primeras semanas de Presidente en ejercicio, expresé que un
acuerdo humanitario sólo sería procedente si se reiniciaba un proceso de paz
con previo cese de hostilidades.
Vino un pedido para que yo aceptara la búsqueda del acuerdo humani-
tario, independientemente de que hubiera o no un proceso de paz con cese de
hostilidades. Ese pedido lo realizaron diferentes voces: la Iglesia Católica, el
presidente (Jacques) Chirac de Francia, los familiares de los secuestrados, las
Naciones Unidas. Acepté.
Muchos países han pedido que el Gobierno colombiano les permita ser faci-
litadores para la búsqueda del acuerdo humanitario. Siempre lo hemos permitido.
Hace ya algunos años el Gobierno liberó unilateralmente más de 20 personas
de las Farc. Uno de ellos fue asesinado. El seguimiento que se ha hecho a los
demás, han cumplido con el compromiso de no regresar a delinquir.
Además, el año pasado representantes de Francia, de Suiza y de España
pidieron al Gobierno, por medio del Alto Comisionado, doctor Luis Carlos
Restrepo, quien nos acompaña esta noche, que aceptara una zona de encuentro
en la cordillera central vallecaucana, de aproximadamente 200 kilómetros,
poco habitada, para realizar allí el acuerdo humanitario con las Farc. Que en
esa zona no habría guerrilla y que el Gobierno retiraría transitoriamente a los
soldados de la Patria.
Esos delegados europeos le pidieron al Gobierno su aceptación. El
Gobierno lo hizo con toda prontitud, de manera pública.
La organización al margen de la ley, las Farc, la organización terrorista
de las Farc, en algunos momentos decía que no le habían consultado. En otros
que no aceptaba.
El Gobierno aceptó ese pedido de los delegados de estos tres países
europeos.
Hace pocos meses también nos pidieron esos delegados que facilitá-
ramos un encuentro de ellos con representantes de las Farc, porque tenían una
promesa de esa organización de que iría a liberar a una persona como muestra
de buena fe. El Gobierno aceptó.
Finalmente, el Gobierno fue informado de que las Farc engañó a esos dele-
gados europeos y que simplemente les dijo que había habido un mal entendido.
Posteriormente, los delegados europeos le pidieron al Gobierno su
anuencia para poder adelantar ellos los contactos necesarios con los represen-
tantes de las Farc en busca del acuerdo humanitario. El Gobierno lo permitió.

154
Razones de Estado

Hemos hecho todo lo posible para el acuerdo humanitario. No ha sido


posible lograrlo.
Entro a referirme a lo que ha sido la relación de nuestro Gobierno con el
señor Presidente (Nicolás) Sarkozy de Francia.
Durante mi vista a Francia como Presidente electo, en compañía de la
doctora Martha Lucía Ramírez, entonces designada Ministra de la Defensa
y todavía en el ejercicio de sus funciones como Embajadora de Colombia en
Francia, tuve tanto la oportunidad de hablar con el Presidente Chirac, como
con el entonces ministro Sarkozy.
El Ministro apoyó toda nuestra propuesta de Seguridad Democrática para
Colombia. Desde ese día encontramos en él un gran aliado que identificaba
esos valores comunes entre Francia y Colombia, de respeto a la democracia, de
rechazo al terrorismo y a la violencia, de acatamiento a los derechos humanos.
Posteriormente el ministro Sarkozy nos visitó. Estuvo en Colombia, se
reunió con el Alto Mando militar y policivo, tuvo muchísimas reuniones en
el país con la Ministra de la Defensa, Martha Lucía Ramírez, y conmigo, y
reiteró todo el apoyo a nuestra política de Seguridad Democrática.
Esos son los antecedentes. Qué bueno tenerlos en cuenta para las referen-
cias que haré más adelante.
En los primeros días de mayo, llamé al doctor Luis Carlos Restrepo y al
ministro del Interior, doctor Carlos Holguín, y les dije: yo no puedo aceptar una
zona desmilitarizada. No puedo aceptar liberar guerrilleros para que regresen a
delinquir. Pero tampoco puedo dejar de buscar la liberación de los secuestrados,
de los compatriotas secuestrados y de los tres norteamericanos. No puedo dejar
de luchar para que ellos, víctimas del secuestro, superen esa tragedia, la superen
sus familias, la superen el pueblo colombiano, la comunidad internacional. No
puedo dejar de luchar para que se acabe el secuestro, para que no haya víctimas
del secuestro en el presente y en el futuro de Colombia.
Les dije: la negativa nuestra a una zona desmilitarizada, a una zona de
despeje, la negativa nuestra a permitir liberar guerrilleros para que regresen a
delinquir, a asesinar, a secuestrar, a extorsionar, a traficar con droga, son dos
puntos inamovibles.
Manteniendo esos dos puntos, que consideramos de la mayor impor-
tancia para nuestra política de Seguridad Democrática, considero importante
hacer un gesto unilateral, en procura de la liberación de nuestros secuestrados.
Considero importante liberar una buena cantidad de integrantes de las Farc
que están en la cárcel.

155
Los potros de bárbaros atilas

El doctor Luis Carlos me dijo: Presidente, hace dos años intentamos


aplicar los beneficios de la Ley de Justicia y Paz a integrantes de las Farc en
la cárcel, y finalmente se desistió. Hubo mucha crítica.
Le dije: Comisionado, insistamos. Un Gobierno que ha procedido con
total buena fe, con honradez, puede insistir en esos temas. Vamos a buscar la
liberación unilateral de un buen número de quienes, integrantes de las Farc,
estén presos en las cárceles. Un gesto unilateral, humanitario, a tiempo.
En materia de tiempos es muy importante considerar lo siguiente: la
propuesta de esa liberación unilateral la hago antes de las elecciones de Francia.
Y también la hice pensando en que necesitaba hacer un gesto unilateral huma-
nitario oportuno, con suficiente antelación a las elecciones de octubre, todavía
que el Gobierno está en su primera etapa, todavía que estamos bien lejos de
las elecciones de 2010. Un gesto unilateral, separado en el tiempo, de lo que
es la excitación de las campañas políticas.
Recibí aquí en la Presidencia al subintendente Frank Pinchao. Seis años
secuestrado. Me contó la manera como había logrado escaparse de las Farc,
lo cerca que estuvimos de rescatarlos con los operativos militares, las torturas
que estaban padeciendo de las Farc. Me conmovió mucho escuchar de él el
trato de las Farc a los secuestrados. Lo comparé con los campos de concen-
tración de los nazis contra los judíos. Y me conmovió mucho escuchar del
subintendente Pinchao el relato sobre la doctora Clara Rojas, secuestrada, y su
hijito Emmanuel. Me parecía que allí estábamos asistiendo a un caso, invero-
símil para nuestra época, de esclavismo, antes de la liberación de los vientres
de las esclavas.
Al caso de una madre esclava, secuestrada y torturada. Al caso de un
niño que perdió la libertad antes de nacer, que su madre no ha tenido la
libertad de ejercer su maternidad, que su madre no ha tenido la libertad de
tenerlo junto a sí.
Ese día pensé, al terminar la reunión con el subintendente Pinchao, sobre
la necesidad de avanzar en nuestra decisión de la liberación unilateral como
gesto humanitario.
Nuestro Embajador en Sudáfrica hizo unas indagaciones sobre cómo
habían sido los procesos unilaterales en Sudáfrica, cómo veían ellos la posi-
bilidad de que esto se hiciera en Colombia, y eso también fue un elemento
importante para la decisión tomada.
He tenido cuatro conversaciones telefónicas con el presidente Sarkozy.
Las dos primeras por iniciativa del presidente Sarkozy, la tercera por inicia-

156
Razones de Estado

tiva mía y la de hoy, mientras me encontraba en Tarazá, a la 1:15 de la tarde,


convenida con el asesor francés en Seguridad Nacional y por el Alto Comisio-
nado, doctor Luis Carlos Restrepo.
En la primera llamada, al día siguiente de su posesión, el presidente
Sarkozy me dijo que recordaba nuestros encuentros, su identificación con la
política colombiana, que quería trabajar con nosotros, apoyar a Colombia.
Me preguntó: ¿Es cierto, presidente Uribe, que usted ha tomado la deci-
sión de liberar unilateralmente a unos integrantes de las Farc que están en la
cárcel? Y le dije: Es cierto, presidente Sarkozy.
Él me dijo que apoyaba la decisión, que le parecía excelente. Me dijo que
estaba preocupado, que tenía un gran compromiso ante la opinión francesa
para buscar la liberación de la doctora Íngrid Betancur, que estaba preocupado
por los operativos militares, por el riesgo que pueden conllevar para la inte-
gridad física de las personas secuestradas.
Después recibí la segunda llamada del presidente Sarkozy. Me preguntó:
Presidente Uribe, ¿usted mantiene su decisión de liberar a un buen número de
personas de las Farc que están en la cárcel, como decisión unilateral del Gobierno
de Colombia? Le dije: Presidente, la mantengo, yo soy de una palabra.
Me dijo: ¿Por qué no me hace el favor y libera a Rodrigo Granda? Le dije:
Presidente, yo lo haría, si él se compromete a no regresar a delinquir. Además,
tenemos que examinar un tema con el Paraguay.
Esa llamada fue un viernes. El sábado el doctor Luis Carlos Restrepo se
reunió con Rodrigo Granda en una cárcel en La Dorada. Él dijo que no acep-
taba, que era necesario que el Gobierno procediera a despejar los municipios
vallecaucanos de Florida y Pradera, condición de las Farc.
El Comisionado me comunicó. Yo le dije: Doctor Luis Carlos, he anali-
zado mucho la conveniencia nacional. Yo no puedo aceptar la desmilitariza-
ción, menos de esos municipios.
Llamé al presidente Sarkozy. Tercera comunicación. Ese lunes.
Le dije: Presidente, no he podido que Rodrigo Granda acepte. Si quiere
buscamos un mecanismo para que esté en la Embajada de Francia.
El me dijo que le veía inicialmente inconvenientes, pero que los detalles
los hablarían el Comisionado y el Asesor Francés para la Política de Seguridad
Nacional.
En efecto, examinaron esa posibilidad y no la encontraron procedente.
Le dije: Presidente Sarkozy, quiero decirle que nosotros necesitamos la
liberación de todos los secuestrados, de la doctora Íngrid Betancur, de los

157
Los potros de bárbaros atilas

diputados, de los parlamentarios, de los integrantes de nuestra Fuerza Pública,


de la doctora Clara Rojas, de Emmanuel, su niñito. La liberación de los tres
ciudadanos norteamericanos que están también secuestrados por las Farc.
Él me dijo que comprendía esa aspiración colombiana.
En los últimos días conversaron detenidamente sobre el tema el doctor
Luis Carlos Restrepo y el Asesor Francés para la Política de Seguridad
Nacional de Francia.
En compañía del doctor Luis Carlos y del Ministro Carlos Holguín,
emprendí un proceso de consultar a las instituciones.
La primera consulta que realicé fue al señor Procurador General de la
Nación. Me animó mucho la conversación con él, porque encontró positivo
este gesto humanitario unilateral.
Nos reunimos con el Fiscal, con sus asesores, con integrantes de partidos
políticos, sus representantes, de partidos de la coalición de Primero Colombia.
Llamé por teléfono al jefe del oficialismo liberal, el señor ex presidente César
Gaviria. Él me escuchó, me dio las gracias por haberle contado, pero no estuvo
de acuerdo.
Nos reunimos con los presidentes de las Cortes, con el Ministro de la
Defensa y el Alto Mando.
Creo que fue un recorrido de consulta institucional muy importante.
Recuerdo ocasiones del pasado, donde decisiones semejantes no se
consultaban con las instituciones, sino que se mandaba un emisario a hablar
con Carlos Castaño y otro emisario a consultarle a “Manuel Marulanda”.
Aquí, en el propósito de fortalecer las instituciones colombianas, hicimos
una tarea dedicada, enjundiosa, de consulta a las instituciones. Todas fueron
muy respetuosas. Algunas, como las Cortes, por intermedio de sus presidentes,
simplemente hicieron preguntas. No todas emitieron opiniones.
Con el Alto Mando militar y policivo, con el señor Ministro de la Defensa,
examinamos el tema de la eventual zona de despeje. El tema de permitir que
guerrilleros regresen a la guerrilla, salidos de la cárcel, a secuestrar, a asesinar.
Examinamos el tema de la liberación unilateral como gesto humanitario.
Lo hicimos cuidadosamente, teniendo en cuenta que este gesto humanitario
tiene que fortalecer más aún la política de Seguridad Democrática, nacional
e internacionalmente. Liberarla de cualquier complejo que surja del hecho
de avanzar en la lucha militar y policiva por la seguridad, sin gestos huma-
nitarios. Y tener el buen cuidado de que el Gobierno no tome decisiones que
afecten esa política de Seguridad Democrática.

158
Razones de Estado

Por ese buen cuidado, para no afectar la política de Seguridad Demo-


crática, el Gobierno ha tenido los dos inamovibles: ha dicho no a la zona
de despeje y ha dicho no a que salgan guerrilleros de la cárcel para volver a
asesinar y a secuestrar.
Llamé al señor Presidente del Paraguay. Él me dijo que no obstante
la preocupación que allí hay, el dolor por el secuestro de la señora Cubas
y su posterior asesinato, el Gobierno del Paraguay apoyaba al Gobierno de
Colombia en la liberación de Rodrigo Granda, como gesto humanitario.
Antes de mi llamada al Presidente del Paraguay, el señor General Óscar
Naranjo, comandante de la Policía, habló con la justicia del Paraguay.
Hoy, después de mediodía, fue liberado de la cárcel el señor Rodrigo Granda.
El Gobierno Nacional reitera que le da todas las garantías, todas las garan-
tías, para que él realice una labor de gestor por la paz.
Debo decir que en las conversaciones con el Comisionado, él no aceptó
renunciar al grupo de las Farc, pero le dijo al Comisionado que él lucha por la paz.
El Gobierno lo rodea de garantías para que sea gestor de paz. El Gobierno confía
que no tendrá intervenciones en secuestros, en asesinatos, en delitos de la índole,
que hará una gestión de paz, y para ello tendrá todas, todas las posibilidades.
Hasta el momento está definida la liberación, la excarcelación de 150
miembros de las Farc. Esa excarcelación puede subir a 170, 180. Mañana
salen indultados los primeros 50. Y los 150, 170 se completarán el día miér-
coles o el día jueves por tarde.
Con la dirección del Ministro del Interior y de Justicia, del doctor Luis
Carlos Restrepo, Alto Comisionado, se ha realizado un trabajo muy respon-
sable del Inpec (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario) y de todas las
instituciones, para estudiar caso por caso.
Estos 150, 170, 180 compatriotas de las Farc que salen de la cárcel, se han
comprometido a no regresar a delinquir. Se han comprometido a no regresar al
secuestro, a la extorsión, al tráfico de drogas. Eso es algo muy importante del
carácter unilateral de este gesto humanitario.
Hoy en Colombia es más difícil reincidir que antes. De los más de 40 mil
integrantes de los grupos de autodefensa y de las guerrillas desmovilizados
en este Gobierno, quienes han tratado de reincidir se han encontrado con una
política de Seguridad Democrática todos los días más eficaz.
De aquellos que han tratado de reincidir, más de 400 han sido dados de
baja, más de 800 han sido llevados a las cárceles sin beneficios de la Ley de
Justicia y Paz.

159
Los potros de bárbaros atilas

Nosotros confiamos que estos colombianos que salen de la cárcel, van a


cumplir con ese compromiso. Los recibimos con entusiasmo. Harán parte del
proceso de reinserción, de reincorporación a la vida constitucional. El Alto
Comisionado para la Reinserción les dará todo el apoyo para que reconstruyan
las familias, un proyecto de felicidad en sus vidas.
Esta noche tuve la oportunidad de reunirme con una señora indultada hoy,
una señora de las Farc. Estuvo en la cárcel con su bebé. Me dijo, delante de
muchos compañeros de Gobierno, que fue muy bien tratada. Que se rodeó de
todo un espacio de calidez y de familia para su niña. Eso honra a Colombia.
Esta Patria nuestra que ha sufrido tanto, que quiere superar la tragedia del
terrorismo, que necesita un presente y un futuro sin guerrilla, sin paramili-
tares, sin narcotráfico. Yo me sentí muy feliz al escuchar este testimonio.
Ella y su niñito fueron bien tratados en la cárcel. Y ahora en este gesto
humanitario, salen a disfrutar de la libertad. Y comparaba yo a esta señora
y su niñito con la doctora Clara Rojas y Emmanuel. La doctora Clara Rojas
secuestrada y torturada. Emmanuel, quien perdió la libertad desde antes de
nacer. Su madre, quien no ha tenido la oportunidad de darle el aliento de la
compañía materna.
Nuestros votos, nuestros deseos, están orientados a la liberación de nues-
tros compatriotas secuestrados, víctimas de ese abominable delito. Están
orientados para que en nuestra Patria se acabe ese delito.
Hoy hablé con el presidente Sarkozy. Me dijo que me agradecía el gesto.
Que agradecía que el Gobierno de Colombia hubiera tomado la decisión de
liberar a todos estos guerrilleros de las Farc, por iniciativa del Gobierno de
Colombia, y que me agradecía que yo hubiera atendido su petición de liberar
a Rodrigo Granda.
Que Colombia puede contar con todo su apoyo. Que le dirá al G-8, a todos
los líderes del planeta, que Colombia merece todo el apoyo. Es un avance en la
respetabilidad de esta política de Seguridad Democrática, todos los días más
respetable, interna e internacionalmente.
El presidente Sarkozy, cuando él me pidió que liberara a Granda, me pidió
que no hiciera pública esa petición. Él supo que yo tenía que consultarla con las
instituciones colombianas. Y me dijo que hoy se podía hacer pública esa peti-
ción. Por eso hoy la cuento a mis compatriotas y a la comunidad internacional.
Le dije: Presidente Sarkozy, recuerde, muy importante la liberación de
todos. De la doctora Ingrid, colombiana que también tiene nacionalidad fran-
cesa. De los diputados, de los parlamentarios, de los integrantes de nuestra

160
Razones de Estado

Fuerza Pública, de los tres norteamericanos. Y me dijo que comprendía y que


por ello iría a luchar.
Sé, apreciados compatriotas, que algunos de los comunicadores que nos
han acompañado esta noche quieren formular algunas preguntas. Con mucho
gusto las atiendo.
Y quiero agradecer enormemente la presencia del Cuerpo Diplomá-
tico esta noche. Esa presencia del Cuerpo Diplomático es muy estimulante
para Colombia en todas las horas. Tantos países amigos compenetrados con
la tragedia que hemos querido superar. Al Cuerpo Diplomático, a cada uno,
nuestra gratitud. Y para todos, por intermedio de nuestro Nuncio Apostólico y
Decano del Cuerpo Diplomático, su excelencia Monseñor Beniamino Stella.
Álvaro García (director de noticias de RCN Televisión): Dos inquietudes.
La primera: quisiera saber ¿qué cálculo tiene usted sobre el posible impacto
que pudiera tener en la comunidad internacional, en Europa, en los organismos
multilaterales, la posibilidad de que las Farc respondan con un portazo en la
cara al Gobierno a esta propuesta de liberación unilateral de guerrilleros que
están en las cárceles colombianas?
Y el segundo tema es: ¿qué le respondería usted a los sectores de la opinión
colombiana que creen que todo esto es una cortina de humo y que detrás de la
liberación, viene la búsqueda de la liberación de las personas procesadas por
la parapolítica en Colombia?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: El tema por el cuál usted pregunta, el
primero, ¿qué impacto podría tener en la comunidad internacional, en los
organismos internacionales, la negativa de las Farc a una liberación de los
secuestrados? Eso yo no lo calculo. Lo único que sé es que la decisión unila-
teral del Gobierno de Colombia de este gesto humanitario, fortalece más
la respetabilidad nacional e internacional a nuestra política de Seguridad
Democrática.
En ese examen juicioso con los Altos Mandos Militares y de Policía,
sobre el impacto del gesto unilateral, examinábamos cómo para una política
que quiere una Colombia libre de terrorismo, estos gestos unilaterales son
gestos que enaltecen esa política, que la fortalecen aún más.
Pregunta usted que cuál es mi opinión sobre lo que algunos dicen, de que
con esta decisión el Presidente de la República busca poner una cortina de
humo a la parapolítica.
A los hombres hay que conocerlos por sus antecedentes. Yo fui ocho años
Senador de la República: nunca engañé a mi Patria. Tres años Gobernador de

161
Los potros de bárbaros atilas

mi departamento: nunca engañé a mi Patria. El próximo 7 de agosto tendré


cinco años en la Presidencia: nunca he engañado a mi Patria.
En mi carrera de combatiente de la democracia no existe, no han existido,
no existirán cortinas de humo.
Es muy importante decir esto: este es el Gobierno que desmonta el para-
militarismo, y este es el Gobierno que debilita la guerrilla.
Es muy importante decir esto: este Gobierno es el Gobierno que ha ejer-
cido toda la presión militar y policiva sobre los grupos terroristas, y que ha
dado serias oportunidades de paz. Si no fuera así, no habría más de 40 mil
desmovilizados.
Cuando los mal llamados paramilitares quisieron dialogar, también
tuvieron beneficios legales para miembros representativos.
A fin de facilitar el proceso, en ciernes, en esa etapa de pre-negocia-
ción con el Eln, sobre el cual tenemos esperanzas, etapa de negociación
que avanza en Cuba, este Gobierno no tuvo inconveniente en liberar de la
cárcel a un señor del Eln. Y no tuvo inconveniente en levantar las órdenes
de captura a otros señores del Eln, para que esos señores pudieran realizar
la tarea que están trabajando, que están adelantando, a ver si hay un proceso
de paz con el Eln.
Este Gobierno presentó la Ley de Justicia y Paz. Los mismos que hoy
dicen que esta liberación de las Farc es una cortina de humo para excarcelar a
los parapolíticos, son los que en ese momento se oponían a la Ley de Justicia
y Paz. Decían que era una ley para legalizar el paramilitarismo, para que en
Colombia se enseñoreara la impunidad. La Ley de Justicia y Paz, tan difícil en
su trámite, muestra hoy su respetabilidad.
Siempre hemos buscado la verdad. El texto que aprobó el Congreso sobre
la Ley de Justicia y Paz decía: requisito para el beneficio es que quienes se
sometan a esta ley digan la verdad. Uno de los requisitos. Si posteriormente
apareciere un delito no confesado en las versiones iniciales, para poder aspirar
a los beneficios la persona imputada tiene que contribuir para que la justicia
lo esclarezca.
Recuerdo que a mí se me dijo en aquellos días: Presidente, ¿el Gobierno por
qué insiste en el texto del proyecto de ley en que se tiene que decir la verdad?
Eso va a ser desestabilizante, cuando se sepa que participaron políticos, les
hagan imputaciones a empresarios, a integrantes de la Fuerza Pública.
Contesté: Eso no es desestabilizante. Lo desestabilizante es que siga esto
asesinando a los colombianos a oscuras, sin posibilidades de futuro.

162
Razones de Estado

Me dijeron: Pero es que a la guerrilla nunca se le exigió eso, nunca se le exigió


la verdad, nunca se le exigió confesar sus conexiones en la sociedad civil.
Dije: Ese error no lo repetimos.
Y con la exigencia de la verdad, marcamos un precedente.
Y hace pocos días fui preguntado si era partidario de que las audiencias de
versión de quienes están en la cárcel de Itagüí se transmitieran directamente
en televisión.
Dije: Sí, háganlo. Entre otras razones, para que los colombianos que están en
las regiones donde actuaron estos señores, al escucharlos y verlos en televisión
en vivo, puedan hacerse un raciocinio: si lo que dicen es verdad o es mentira, y
eso contribuya también a los elementos de juicio del fiscal o del juez.
He dicho que la verdad contribuye a que dimensionemos la realidad de la
tragedia, la dimensión de la tragedia, y evitemos que se repita.
Las otras propuestas que he hecho son propuestas para que el país las debata.
Buscan estimular la verdad. Porque me ha preocupado mucho que los jueces
tengan que fallar simplemente en el medio, entre versiones contrapuestas.
La verdad previene la repetición, genera la reconciliación, facilita la
justicia, da más certeza a la sentencia.
Por eso una discusión nacional para buscar mecanismos que estimulen la
verdad es sana.
Y agrego lo siguiente: este Gobierno no es Gobierno de cortinas de humo,
no es Gobierno de engaños, no es Gobierno de “micos” parlamentarios. Este
Gobierno hace propuestas que son controversiales. Las defiende con argu-
mentos, escucha a la ciudadanía, también las discute con el parlamento. Este
Gobierno propone controversias, pero no asalta a la opinión pública.
Recuerdo que me decían: Presidente, no vaya a cerrar las negociaciones
del TLC antes de elecciones. Lo derrotan. Diga que se suspendieron las
negociaciones.
Dije: Este Gobierno no es Gobierno de cortinas de humo. Este Gobierno
les habla con franqueza a los compatriotas.
Cerramos las negociaciones 15 días antes de la elección parlamentaria,
para que el país tuviera la oportunidad antes de acudir a las urnas de procesar
la totalidad del TLC. No tuvimos cálculo político.
Alguien me dijo con mucho asombro: Mire, aquí hay una encuesta: el
TLC tiene un negativo del 56 y un positivo del 28. Aplace eso, Presidente,
tenga cálculo electoral.
Y le dije: Yo no soy de cálculos.

163
Los potros de bárbaros atilas

Álvaro, finalizaría esta respuesta diciendo: el liderazgo no puede dejarse


llevar simplemente de las corrientes aparentes. Muchas veces, con argumentos,
tiene que luchar para cambiar el rumbo de las corrientes.
Luis Guillermo Troya (director de Radio Todelar de Bogotá): Se conoció
hace pocos días el desacuerdo de la guerrilla de las Farc a este gesto huma-
nitario que tiene el Gobierno Nacional. Una vez producida la excarcelación
de guerrilleros, algunos sectores de familiares de secuestrados, piensan que el
Gobierno se va a quedar sin herramientas de negociación. ¿Usted qué piensa?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: doctor Luis Guillermo, no hay mejor
herramienta que un gesto humanitario de esta dimensión, es muy importante.
Doctor Luis Guillermo: los gestos humanitarios hay que producirlos de acuerdo
con las instituciones y la Constitución y no de acuerdo con la aprobación o la
desaprobación de quienes están al margen de la Constitución y de la Ley.
Hemos superado la vieja costumbre colombiana. Yo todavía miro con
asombro cómo en el pasado para alguna gestión de esta naturaleza, se corría a
consultarles a “Manuel Marulanda”, o a Carlos Castaño. Ahora hemos consul-
tado a las instituciones. No a la ilegalidad.
Víctor J. Jiménez (RCN Radio): Tengo una inquietud sobre el caso de
Rodrigo Granda: ¿va a ser gestor de paz? ¿Cómo va a ser su función? ¿Dónde
va a estar? ¿Cómo va a operar? ¿Está autorizado por las Farc? Y otra inquietud:
muchos colombianos se estarán preguntando en este momento: ¿qué espera el
Presidente Uribe del Grupo de los 8?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Nosotros esperamos de la comunidad
nacional y de la comunidad internacional lo que hemos esperado desde que
empezó este Gobierno, lo que hemos esperado desde la elección de mayo de
2002, lo que merece Colombia: apoyo a una política de Seguridad Democrá-
tica para todos los colombianos, que les dé derecho a nuestros compatriotas a
vivir en el suelo noble de la Patria, sin terrorismo, sin terrorismo guerrillero,
sin terrorismo paramilitar, sin narcotráfico.
Lo único que le puedo contestar del señor Rodrigo Granda es: el Gobierno lo
ha liberado y le ofrece todas las condiciones para que él pueda ser gestor de paz.
Le ofrece todas las garantías. El Gobierno hizo una excepción. El Gobierno, a
pesar de que el señor Rodrigo Granda dijo que él no renegaba, que no se desmo-
vilizaba de las Farc, el Gobierno aceptó liberarlo. Siempre con la convicción
que surgió de esas conversaciones de que él no va a participar en secuestros, ni
en asesinatos, ni en delitos semejantes. Siempre en la esperanza de que, rodeado
de garantías, el señor Rodrigo Granda pueda hacer una gestión de paz.

164
Razones de Estado

Yo no sé la otra parte de su pregunta: si le consultó o no a las Farc. Lo


desconozco.
Ahora, lo que tiene que ver Colombia es que en este Gobierno nuestro se
han desmovilizado más de 40 mil personas, alrededor de 10 mil guerrilleros.
Solamente este año se han desmovilizado más de mil integrantes de las Farc.
Yo creo que vamos por un buen camino para tener un país sin terrorismo. Los
gestos humanitarios que hemos tenido para facilitar la desmovilización, han contri-
buido a multiplicar la desmovilización. Este es un nuevo gesto humanitario.
Yo le pido siempre a Dios que me cuide para no equivocarme en materia
grave frente a mi Patria, para que le pueda transmitir yo todo el amor a esta
Nación, todo el propósito de servirla bien, y para que de mi parte no haya un
solo engaño a mis compatriotas.
Claudia Morales, (La W Radio): Quiero detenerme en el tema de Francia.
En las últimas semanas hubo un número muy grande de artículos en contra de
Colombia. Fueron conocidas las declaraciones de la hija de Íngrid Betancur,
quien lo acusó a usted de haber engañado al presidente Sarkozy, quien lo
acusó de tener vínculos con paramilitares y de muchas cosas más, muy graves,
además con una muy pobre defensa de nuestros representantes allá, nuestro
Embajador (Fernando) Cepeda. Quiero preguntarle si esto que pasó, a nivel de
analistas, de medios de comunicación, de la hija Ingrid, ¿también fue parte de
la motivación que tuvo el Gobierno en cabeza suya para hacer esta propuesta
que nos esta anunciando?
Y sigo con Francia. Tengo una duda. ¿Por qué el Presidente Sarkozy
insistió tanto en Granda? ¿Qué sabe Sarkozy de Granda, que es lo que ha
hecho que él le insista a usted en su liberación?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Empiezo por su segunda pregunta. En
nada conozco de la motivación del Presidente Sarkozy para pedir la liberación
de Rodrigo Granda. Nada le pregunté.
Yo había tomado previamente, como lo narré esta noche, la decisión de
hacer ese gesto unilateral, de liberar de manera unilateral a un buen número
de integrantes de las Farc que estaban en la cárcel, como un gesto humanitario
en busca de la liberación de las víctimas del secuestro.
En la primera llamada, el presidente Sarkozy me pregunta: ¿Es verdad
que usted va a hacer esto? Le dije: Sí, Presidente.
El lo apoya, como lo dije esta noche.
Y en la segunda llamada, él me dice que por qué no libero a Granda. Y yo
le dijo inicialmente que sí y empiezo a buscar cómo liberarlo.

165
Los potros de bárbaros atilas

Confié plenamente en el Presidente de Francia, con quien hay los ante-


cedentes a los cuales me he dirigido esta noche para recordarlos, y no le hice
preguntas sobre su motivación. Me pareció que la confianza en el Presidente
de Francia me debería llevar a no hacerle preguntas sobre esa motivación.
Primó la confianza sobre la curiosidad.
Los artículos de Francia en mi contra: si fuera por artículos en contra,
yo no habría podido enfrentar a los grupos terroristas, como Gobernador ni
como Presidente. Antes ahora salen poquitos. Antes ahora me duelo de que
ya las manifestaciones en el exterior son anémicas. Antes eran muy vigorosas
en mi contra.
Salía yo, como Gobernador de Antioquia, al exterior, como aspirante a la
Presidencia de la República, como Presidente electo, en los primeros meses de
Gobierno, hablando de la Seguridad Democrática, de la necesidad de derrotar
el terrorismo militarmente, y salían unas manifestaciones vigorosas a decirme:
criminal. Inundaban los periódicos en mi contra.
Si fuera por artículos de prensa (hoy son muy poquitos en comparación
de los que había antes), si fuera por artículos de prensa, yo no habría podido
emprender ni sostener la política de Seguridad Democrática.
A mí me presiona la razón, el bien común, no la intimidación.
Yo prefiero la búsqueda de opciones dentro de una lógica, que el dogma-
tismo. Le cedo a la razón. No he conocido que le tenga que ceder a la intimi-
dación. Y pido a Dios que hasta el último día de la vida, me permita no cederle
a la intimidación.
¿De mí qué no se ha dicho?
Los colombianos que me han visto cinco años en la Presidencia, que han
visto escrutar mi carrera pública, en la inmensa mayoría saben que he comba-
tido para que Colombia derrote el terrorismo por la vía institucional. Que no
he hecho concesiones a grupos irregulares, cualquiera sea su naturaleza.
Comprendo el dolor de la niñita, hija de la doctora Íngrid Betancur. Entre
las cosas que dijo, la niñita dijo que yo había ordenado a los militares que
pusieran la bomba contra la Universidad Militar para evitar la liberación de
su mamá. ¿Usted cree, doctora Claudia, que yo le voy a contestar a una niñita
que tiene el natural dolor del secuestro de su mamá?
El recorrido de los hombres hay que tenerlo en cuenta para los juicios de
las actuaciones de coyuntura.
Jamás he cedido a la intimidación. Me sentiría traicionando a la Patria.
Me es ajena la intimidación, me repugna el halago.

166
Razones de Estado

Ganar las mayorías colombianas para una política de Seguridad Demo-


crática no ha sido fácil ni un camino de rosas. Sostener la política de Segu-
ridad Democrática no ha sido fácil. Todos los días le pido a Dios que nos dé
más transparencia y más firmeza para sostenerla. Ajeno al halago, ajeno a la
intimidación.
Darío Fernando Patiño (director de noticias de Caracol Televisión): En
su conversación de hoy con el presidente Sarkozy, él le dijo ya que se daba
por bien servido en el gesto que le había pedido, a pesar de que el Gobierno
no haya cedido a la petición de Granda del despeje. ¿Usted le preguntó en esta
ocasión si de aquí en adelante lo que venía ya con este gesto era la liberación
de Ingrid, de Emmanuel y de Clara? Y finalmente, con esto que hemos escu-
chado, ¿queda ya explicada la razón de Estado que usted había anunciado?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Creo que todo lo que le he dicho esta
noche son razones, doctor Darío Fernando. Razones, de la más alta conve-
niencia pública. Además usted debería de tomar un punto: cuando yo me referí
a las consultas con la institucionalidad colombiana, me referí también a la
consulta con el Alto Mando militar y policivo, con el Ministerio de Defensa.
Expresé cómo en esa consulta habíamos examinado lo que el Gobierno debe
hacer, en aras de la liberación de los secuestrados, sin afectar la política de
Seguridad Democrática. Y lo que el Gobierno no puede hacer porque afecta
esa política de Seguridad Democrática.
Estos gestos humanitarios (se analizó en esas reuniones, que han sido
muchas) su conveniencia. Como también en muchas reuniones se ha anali-
zado la inconveniencia para la política de Seguridad Democrática de la zona
de despeje, o de liberar guerrilleros para que regresen a secuestrar, a asesinar.
Hoy, cuando nos encontrábamos en una reunión comunitaria en Tarazá
(Antioquia), por la avalancha que afectó a tantas familias, tuve la última
conversación con el presidente Sarkozy.
Se trataron tres temas: la liberación de Rodrigo Granda. Él dio las gracias.
Que le diría al mundo que Colombia, por mi conducto, accedió a esa petición
suya. Que se propone apoyar a Colombia para que esta decisión la apoye todo
el mundo democrático en el G-8, los líderes del planeta.
Yo le dije: Yo le voy a decir a los colombianos cómo se dio esto. Y me
dijo: Estoy de acuerdo con usted.
Le dije: Presidente, tenga en cuenta lo que ya le he repetido en ocasiones
anteriores. Los colombianos no queremos víctimas del secuestro. Necesitamos
la liberación de la doctora Íngrid Betancur, de los diputados, de los congre-

167
Los potros de bárbaros atilas

sistas, de los integrantes de la Fuerza Pública. Necesitamos la liberación de


los tres norteamericanos. Necesitamos la liberación de la doctora Clara Rojas
y del niño Emmanuel, que perdió su libertad en el vientre, que ha sido tratado
como esclavo, hijo de esclava. Su madre esclava, torturada en el secuestro. Él
esclavo, torturado en el secuestro.
El presidente Sarkozy me dijo que él comprendía y participaba de esa
aspiración.
Quiero agradecer a todos, inmensamente, su compañía esta noche. Y
confío que estas decisiones fortalezcan la respetabilidad nacional a nuestras
instituciones, y la respetabilidad internacional a nuestra política de Seguridad
Democrática.
Los gestos humanitarios, como el que hemos hecho, buscan, sin afectar la
política de Seguridad Democrática, la liberación de nuestros secuestrados.
Muchas gracias y buenas noches, integrantes del Cuerpo Diplomático,
compañeros del Gobierno, amigos periodistas. Buenas noches, compa-
triotas todos.

La anterior alocución y la rueda de prensa fueron ofrecidas el lunes 4 junio de 2007 por el
presidente Uribe en relación con el proceso de excarcelación de miembros de las Farc, dentro
de la iniciativa para lograr la liberación de los colombianos secuestrados.
Fuente: SNE.
http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2007/junio/04/15042007.htm

168
Protesta del Presidente Uribe a delegados de España, Francia y Suiza
PAÍSES EUROPEOS NO PUEDEN COLOCAR AL GOBIERNO
EN EL MISMO NIVEL DE LAS FARC
Informe de la Presidencia de la República

Una fuerte protesta hizo el presidente Álvaro Uribe Vélez contra los dele-
gados de los tres países europeos –España, Francia y Suiza que están adelan-
tando la facilitación para un acuerdo humanitario–, al colocar en un comuni-
cado de prensa expedido ayer 29 de junio, en el mismo nivel al Gobierno de
Colombia con el grupo terrorista de las Farc.
“Quiero pedirle a los tres delegados europeos lo siguiente: este país hay
que respetarlo, el Gobierno no acepta comunicados de los tres delegados euro-
peos, en los cuales ponen en igual nivel, miden con el mismo rasero a las Farc
y al Gobierno. Este es un Estado democrático, un Gobierno democrático, no
solamente de elección popular, sino de diaria rendición popular de cuentas.
Los otros son un grupo terrorista.
”¿Cuándo se nos ha ocurrido a los colombianos poner en pie de igualdad
un Gobierno democrático de Europa con uno de los grupos terroristas que los
han confrontado? Nunca.
”Está bien que los señores de los tres países europeos hagan una tarea de
facilitación, pero no aceptamos ese irrespeto a nuestra democracia, de poner
al Gobierno en el mismo nivel del grupo terrorista de las Farc” , afirmó el Jefe
de Estado en un tono vehemente.
”En una declaración conjunta de 9 puntos donde condenaron el asesinato
de los 11 diputados del Valle, estos tres países expresan su dolor, consterna-
ción y perplejidad por la muerte de once diputados, en poder de las Farc desde
hace más de cinco años”.
Pero en el cuarto punto de ese comunicado, los tres países dicen:
“4. Haciendo referencia a la solicitud de apoyo del gobierno colombiano
a la comunidad internacional, los tres países recomiendan a las partes de hacer
uso de los servicios de la Comisión Internacional de Establecimiento de los
Hechos, constituida en virtud del artículo 90 del Protocolo I adicional a las
Convenciones de Ginebra”.

169
Los potros de bárbaros atilas

Para el Presidente Uribe, este punto coloca en el mismo rasero a un


Gobierno democrático como el de Colombia y a un grupo terrorista como el
de las Farc.
“Pero no vamos a aceptar que estos tres delegados europeos, pretendan
llevar a Colombia una comisión de encuesta creada en el derecho internacional
para estados de guerra. Que se olviden estos tres señores europeos, esto no es
un estado de guerra, sino un desafío del terrorismo a un pueblo democrático.
”La guerra en su atrocidad tiene alguna justificación, la guerra en su
atrocidad genera alguna legitimación. Una guerra contra una dictadura, una
guerra por un territorio, una guerra por creencias antagónicas en lo religioso,
una guerra por históricos, milenarios problemas étnicos. Aquí lo que hay es
el desafío de un terrorismo alimentado por el narcotráfico, contra un pueblo
democrático y digno que busca salir adelante.
”Que sea la Organización de Estados Americanos, nuestro órgano multi-
lateral más próximo, el que lidere la acción para recuperar los cadáveres y la
integración, como lo quiera hacer la OEA. Ninguna condición ponemos de la
Comisión Forense Internacional, para que esa comisión realice los estudios de
rigor sobre los cadáveres.
”Pero que no vengan los delegados europeos a proponernos una comisión
de encuesta creada en el derecho internacional para la guerra, cuando aquí lo
que tenemos es un desafío del terrorismo.
“Quedan advertidos los delegados europeos, aquí como así tenemos un
desafío al terrorismo, también tenemos toda la decisión de derrotar el terro-
rismo”, afirmó el Mandatario.

Buenaventura, 30 junio de 2007. (SNE).-


Fuente: http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2007/junio/30/04302007.htm

170
FORO PÚBLICO URIBE–MONCAYO
EN LA PLAZA DE BOLÍVAR
álvaro Uribe Vélez, Gustavo Moncayo y otros

El siguiente es el texto del foro público liderado por el presidente Álvaro


Uribe y el profesor Gustavo Moncayo, cumplido este jueves 2 agosto de 2007
(en la Plaza de Bolívar, Bogotá).
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Voy a hacer unas referencias al diálogo
que acaba de terminar aquí en la Plaza de Bolívar. Primero, ese diálogo fue
filmado en su totalidad y el país lo puede conocer en extenso. A mí me parece
importante para la democracia que el Presidente de la República hubiera
llegado esta mañana, acompañado del Vicepresidente, del Comisionado, de
algunos de los Ministros.
Si alguien quiere decir algo, puede venir aquí. Pero acabo de tener un
diálogo de tres horas y también reclamo un espacio para referir esta expe-
riencia a mis compatriotas.
Me parece importante haber venido en compañía del Vicepresidente, de
algunos de los Ministros, del Alto Comisionado y de los compañeros de la
Presidencia. Es un acto normal de la democracia de nuestros días. Además
es normal en un Gobierno que ha mantenido una permanente disposición al
diálogo popular.
Algunas personas decían que la reunión se debía hacer en la Casa de
Nariño. Yo expresé: no, voy a la Plaza de Bolívar, este no es un pulso de vani-
dades, ni un pulso de poder. Esta es una democracia donde lo que finalmente
interesa es cumplir bien la tarea del servicio público.
Celebro algo bien importante: antes los protagonistas eran los delin-
cuentes. Ahora se escucha a la voz de las víctimas. Ese es un cambio trascen-
dental en la vida del país. Hemos pasado de un país que quisieron dominar los
delincuentes, porque que eran los protagonistas de todas las horas, a un país
que ahora escucha la voz de las víctimas. Es el segundo punto.
¿Cómo empieza el diálogo con el profesor Moncayo? Yo llegué con todo el
respeto, con aprecio, con admiración a un colombiano que ha demostrado toda esa
solidez espiritual y física. Un padre de familia adolorido, una víctima con dolor.

171
Los potros de bárbaros atilas

El profesor Moncayo me dijo unas cosas personales que comprendo. Le


refuté con todo el respeto. Me dijo que yo debería repartir mi patrimonio.
Le expliqué que tengo una empresa agropecuaria que todo el mundo puede
revisar. Toda mi familia tiene 1.060 hectáreas. Y le expresé que además se ha
manejado con toda la responsabilidad social. Le expresé que no soy testaferro
de nadie, no tengo testaferros, no tengo un dólar en el extranjero. Pocos presi-
dentes se exponen a decir esto para que los rectifiquen.
Después me dijo el profesor Moncayo que yo estaba procediendo por
venganza con las Farc, porque las Farc asesinaron a mi padre. Le expresé
que sentía el dolor que han sentido tantas familias colombianas, el 50% de
las familias colombianas que han sido víctimas de esta violencia. Le expresé
que ese dolor no me privó de participar en la Comisión de Paz del Gobierno
del presidente Betancur en mi departamento. Le expresé que si hubiera tenido
ánimo de venganza, no habría aspirado al Senado, ni a la Gobernación de
Antioquia, ni a la Presidencia de la República.
Le expresé que si hubiera tenido ánimo de venganza, en este Gobierno no
se habría desmovilizado un solo guerrillero. En este Gobierno se han desmo-
vilizado 43 mil integrantes de los grupos violentos: alrededor de 33 mil de
los paramilitares y 10 mil de la guerrilla. Ahí está el proceso de desmoviliza-
ción. El que quiera refutar puede venir. Le dejo el micrófono. Quien quiera
refutar que venga aquí. Porque aquí vamos a practicar democracia y no gritos
prefabricados. Venga. Dejen pasar a la señora. Porque aquí vamos a practicar
democracia y no gritos ni consignas prefabricadas.
Déjenla pasar para que apenas termine esta intervención, con el mayor
gusto le doy la palabra. Lo que no voy a permitir es que un discurso político
nos deteriore la política de seguridad democrática. Eso es lo que no vamos a
permitir. Y por eso si esta reunión hay que hacerla en toda esquina de la patria,
en toda esquina de la patria la vamos a hacer.
Le expresé al profesor Moncayo que estoy en desacuerdo con la apre-
ciación que él me dio, según la cual mientras haya pobreza hay secuestra-
dores. Los delitos de los grupos terroristas lo que han hecho es agravar la
situación social del país. Hicieron que el país fuera más pobre, que el país
tuviera más desempleo y más dificultades. Ese es el logro de 40 años de
acción del terrorismo.
Le dije: profesor, ¿entonces cuál es la opción? Él me dijo que la zona de
despeje. Le dije que la zona de despeje no. Y lo dije con toda franqueza. Yo no
podía conversar tres horas con él para engañarlo.

172
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

Miren: Pablo Emilio, el hijo del profesor Moncayo, fue secuestrado en


Patascoy, todavía en el Gobierno del presidente Samper, en 1997. Tuvieron
todo el año 98. Y después tuvieron casi cuatro años de zona de despeje. El
mismo profesor Moncayo nos contó esta mañana que fue muchas veces a la
zona de despeje del Caguán. Y le pregunté: ¿Qué le dijeron? ¿Por qué tanto
tiempo y no lo liberaron? Le dije: si tuvieron esa zona de despeje tanto tiempo
y no lo liberaron, ¿por qué me van a exigir una zona de despeje? Le dije:
profesor, la zona de despeje lo único que hace es maltratar a la gente que vive
en esa zona. ¿Por qué le vamos a imponer una zona de despeje a los compa-
triotas de Pradera y Florida? Le dije: Profesor, la zona de despeje lo único que
hace es servir de guarida de la delincuencia.
Para lo único que sirve la zona de despeje es para que la delincuencia
eluda la acción de la Fuerza Pública. Le dije: profesor, le quiero hablar con
toda franqueza, pero lo que no puedo hacer es engañarlo. El se puso en algún
momento muy disgustado conmigo. Le dije: profesor, yo he procedido con
toda franqueza, pero con todo respeto. Me dijo que era un irrespeto que le
negara la zona de despeje.
Yo no puedo aceptar la zona de despeje. Y lo quiero decir aquí, de cara
al pueblo colombiano: yo no le entrego un milímetro cuadrado del país a
la delincuencia. Antes hay que rescatar todo el país. Es que el país vivió
despejado muchos años. Por eso se lo tomaron las guerrillas y los para-
militares. Y ahora que lo estamos rescatando, no podemos volver atrás a
despejarlo.
Por eso me preocupa que ahora se anuncia, por quien presidía el Gobierno
en el 97, cuando se empezaron a presentar todos estos secuestros masivos de
la Fuerza Pública, la presentación de un proyecto de ley para obligar al actual
Presidente a hacer lo que los terroristas quieran. Que los que le entregaron el
país al terrorismo, por lo menos no se atraviesen ahora en el proceso nuestro
de recuperar el país para la democracia y para el pueblo.
Le propuse dos opciones. Me dijeron que van a estudiar esas opciones,
que no se comprometen con ellas. Le dije: profesor, tengo dos puntos que no
puedo negociar con ellos. Primero, no hay zona de despeje. Y segundo, aque-
llos guerrilleros que llegaren a salir de la cárcel, deben salir no a reintegrarse
al secuestro, ni al asesinato, sino a estar viviendo en paz con la Constitu-
ción y con la Ley. Al profesor Moncayo inicialmente esto le pareció inviable,
pero después me dijo que estudiarían las propuestas. He propuesto esas dos
opciones. Profesor, si quiere hablar, con el mayor gusto.

173
Los potros de bárbaros atilas

Profesor Gustavo Moncayo: Me gustaría que ustedes escucharan al


señor Presidente. Pienso que esto es lo más saludable para el pueblo colom-
biano. Hemos tenido un diálogo con el señor Presidente y pienso que es funda-
mental lo que he dicho: siempre debe haber un diálogo. A través del diálogo se
puede llegar a buscar muchas alternativas de solución. Esa es la forma como
lo estoy proponiendo: debe haber un diálogo.
Hoy hemos tenido la primera reunión. Pienso que esto va a continuar.
Vamos a seguir dialogando, porque el proceso de paz aquí en Colombia no
es de la noche a la mañana. Vamos a seguir trabajando. Se ha llegado a unos
puntos. El señor Presidente ha hecho unas dos propuestas. No soy yo quien las
puede aceptar. Esas propuestas tienen que explicarlas en el momento, para que
las Farc se pronuncien. Yo únicamente soy un elemento, un engranaje, dentro
de toda esta dinámica. Ella se ha ido dando poco a poco. En ningún momento
he querido ser protagonista de nada.
No buscamos ninguna plataforma política para nada, ni tampoco he estado
orientado por ningún político, ni por nadie. En mi criterio, son diez años de
sufrimientos que llevo a cuestas. Diez años en que se me están yendo la vida.
Y tal vez no alcance a abrazar a mis seres queridos, a mi hijo, fundamental-
mente a todos los secuestrados, porque esto se está promulgando tanto, que
me duele en el alma.
Estoy dispuesto a todo si no hay ese acercamiento. Ya hemos logrado por
lo menos hablar con el Presidente. Vamos a ver la contraparte qué nos dice:
si aceptan la propuesta, o qué propuestas hay diferentes a ella. Lo importante
es que no dejemos morir a nuestros seres queridos allá en las selvas. Ellos
merecen vivir. Y pienso que el Señor puede darnos mucha sabiduría. La sabi-
duría que el Señor le otorga al señor Presidente, la sabiduría que les dará a los
guerrilleros y la sabiduría que nos dará al pueblo colombiano también, para
poder ser partícipes o copartícipes de todo este proceso.
Pienso que aquí debemos unir todos los esfuerzos, tanto del pueblo como
del Gobierno, como de los familiares, como de la misma guerrilla. Y buscar
otras alternativas de apoyo, como el apoyo internacional. Ese es un trabajo a
largo plazo, a futuro. Pero lo más inmediato sería el acuerdo humanitario para
que nuestros seres queridos vuelvan sanos y salvos.
Quiero agradecer al Presidente que se haya dignado aceptar humilde-
mente la invitación a mi cambuche, o mi choza. Es un gesto muy noble de él.
Me siento orgulloso de haberlo recibido en mi dulce hogar. Aquí en la Plaza de
Bolívar vamos a continuar con las personas, los familiares de los secuestrados.

174
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

Mientras que no se dé el acuerdo humanitario y nosotros no recibamos a nues-


tros seres queridos, vamos a permanecer aquí en la Plaza de Bolívar. Muchas
gracias a todos ustedes.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Gracias, profesor. ¿Usted, señora, quiere
decir algo?
Estudiante de ciencias políticas: Gracias, señor Presidente. Le agra-
dezco la oportunidad de participar en el proceso democrático de este país. Soy
estudiante de ciencias políticas. Mi voz es la voz del pueblo. Usted dice que
se han visto resultados. Lo que veo es que le estamos vendiendo el país a los
Estados Unidos, a los extranjeros. El país sigue siendo tan pobre como lo ha
sido siempre. La gente se sigue muriendo de hambre. No estamos invirtiendo
en educación. Estamos invirtiendo en armas. Somos uno de los 20 países más
ricos en armamento. ¿Dónde están los resultados de las fumigaciones? ¿Dónde
están los resultados de la inversión social?
Aquí en la ciudad somos unos privilegiados. Yo tengo la fortuna de poder
estudiar ciencias políticas en el extranjero. Y la visión del país desde afuera
no podría ser peor realmente. Así que explíqueme por qué estamos invirtiendo
tanto en armas.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Señora, entonces le voy a explicar.
Es que los que gritan es porque quieren evitar el debate. No engañemos
a los colombianos con gritos. Convenzamos a los colombianos con
argumentos.
Mire, muy respetada estudiante: usted dice que estamos vendiendo el país
a los Estados Unidos. Le voy a decir cuántos acuerdos de comercio ha hecho
este gobierno. Al que dijo títere de los gringos, le respondo.
Primer acuerdo: Comunidad Andina y Mercosur, con los países del
sur. Segundo acuerdo: con Chile. Tercer acuerdo: estamos desmontando las
barreras de inversión con Perú. Estamos negociando con Europa. Estamos
adelantando un proceso de negociación con Canadá. Estamos buscando los
acuerdos de protección de inversiones con China y con India. Oiga el que
dijo: títere de los gringos. Hicimos acuerdo de comercio con Cuba.
Todo esto se ha venido haciendo simultáneamente. Déjeme, tomo nota
de lo que usted dijo. Es que ustedes tienen que ser más reflexivos. Sobre todo
cuando se es estudiante universitario, hay que profundizar más y manejar las
cosas menos con la consigna. Hemos aumentado más la inversión en educa-
ción y salud, que la inversión en las Fuerzas Militares. Eso sí que es bien
importante.

175
Los potros de bárbaros atilas

Cuando llegué a la Presidencia, teníamos alrededor del 85% de cobertura


en educación básica. Tenemos el 92% y vamos para el ciento por ciento. No
estamos en el paraíso, pero estamos mejorando.
Esta ciudad, Bogotá, cuya administración está aquí al frente, en nuestro
Gobierno, que ha recuperado la confianza en Colombia, esta ciudad de Bogotá
ha visto crecer sus ingresos en un 40%. En ausencia de ello, no habrían podido
financiar los programas sociales. Y ese incremento de ingresos se debe a que
nuestro Gobierno ha construido confianza en Colombia.
Teníamos una pobreza del 60%. Todavía está muy alta. Pero empezó
a descender. Los mismos que midieron el 60, ya el año pasado midieron el
45. Y estamos trabajando afanosamente para poderla reducir al final de este
Gobierno al 35.
Estamos logrando millón y medio de Familias en Acción. Hemos aumen-
tado de 6 millones a más de 10 millones la cobertura de Bienestar Familiar. Y
de un millón a más de cuatro millones la cobertura del Sena.
Usted, que es estudiante universitaria: nosotros hemos aumentado los
créditos del Icetex de 68.000 a casi 200.000. Y vamos para 350.000 estu-
diantes financiados por el Icetex.
En este Gobierno se ha hecho el mayor esfuerzo que registra la historia
para darles crédito a los microempresarios pobres de Colombia. En el primer
Gobierno nuestro les llegó crédito a millón 800.000 familias. En este segundo
estamos buscando llegarles con crédito a cinco millones de familias.
Falta mucho, no estamos en un paraíso, pero se están haciendo estos
esfuerzos todos los días.
Y una cosa que no comparto, y se lo decía respetuosamente al profesor
Moncayo esta mañana, porque la franqueza hace parte del respeto. Yo no
comparto decir que la seguridad democrática es violencia. La seguridad demo-
crática lo que está haciendo es recuperando la vigencia de la Constitución en
Colombia. Es recuperando un país que se había perdido a manos de guerrillas
y paramilitares.
Y lo que sí pueden saber mis compatriotas es que durante este período
en el cual ejerzo la Presidencia de la República, todos los días se seguirá
haciendo un esfuerzo para recuperar plenamente la seguridad en nuestro país.
Para tener un país sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico, sin corrup-
ción. En eso no va a haber transacción.
Ustedes dicen: las fumigaciones. Por favor, los estudiantes deben ente-
rarse. Este país, de acuerdo con las últimas mediciones, pudo tener cerca de

176
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

300.000 hectáreas en coca y amapola. Ha habido dos mediciones recientes.


Una de Naciones Unidas, que dice que son 79.000. Y otra de los Estados
Unidos, que dice que son 159.000.
Yo no hice el Plan Colombia, pero lo he apoyado. ¿Saben qué gobierno
introdujo la reforma de entrar a erradicar manualmente? Este Gobierno. En el
año 2005 introdujimos la erradicación manual. En ese año erradicamos 31.200
hectáreas. El año pasado 42.000, 43.000. Este año la primera meta era erra-
dicar manualmente 50.000. Y vamos a ver si con otros esfuerzos eso se puede
subir a 70.000.
Esta mañana, a tiempo que le decía al profesor Moncayo que yo no podía
aceptar el despeje, traje dos propuestas. Quiero referirme a ellas.
Primera propuesta: el Gobierno está dispuesto a liberar a personas de las
Farc que están en las cárceles, si las Farc liberan a los secuestrados.
Esa propuesta la expresé también en los siguientes términos: me
preguntaron en la carpa donde está el profesor Moncayo: ¿liberaría a cual-
quiera? Y dije: sí, pero con un compromiso. Por ejemplo, yo no puedo traer
a Sonia ni a Simón Trinidad, que están en los Estados Unidos. Yo los extra-
dité y asumo esa responsabilidad. Yo liberaría a los que están en Colombia.
A todos, no. Y esto hay que hablarlo con toda claridad. Y por eso es muy
importante responder ante el pueblo, para que no haya interpretaciones ni
distorsiones.
Liberaría a guerrilleros a cambio de que liberen a los secuestrados, con
la condición de que no se reincorporen al asesinato ni al secuestro. ¿Por qué?
¿Recuerdan cuando en el pasado liberaron a unos guerrilleros? A los tres días
salían en la televisión de uniforme guerrillero, con actitudes arrogantes, blan-
diendo fusiles. Eso no contribuye a la paz.
Nosotros estamos dispuestos a liberar a unos guerrilleros y a que salgan de
la cárcel con el compromiso de no reintegrarse ni al secuestro ni al asesinato.
He oído, a lo largo de estos días, que el canje humanitario sería un peldaño
hacia la paz. Si se quiere la paz a través del canje humanitario, lo lógico es
que aquellos que se liberen de la cárcel no vuelvan a la violencia. Las cosas
necesitan lógica.
Primero me contestaron que esa propuesta no, que el despeje. Después
me dijo el Profesor que la iban a estudiar, que la iban a transmitir.
Miren la segunda propuesta: si las Farc liberan a los secuestrados, con
participación de la comunidad internacional el Gobierno acepta una zona de
encuentro para pactar la paz en 90 días con las Farc.

177
Los potros de bárbaros atilas

Aquí hay firmeza, pero aquí no están cerradas las puertas de la paz. Este
Gobierno tiene tanta firmeza para enfrentar a quienes persisten en el terro-
rismo, como apertura para buscar la paz.
Esta mañana llevé a la carpa del profesor Moncayo esas dos propuestas. Y
agregué esto: a lo largo de estos meses, a lo largo de estos cinco años, hemos
dado muchos pasos.
Es que preparemos las elecciones de octubre y las del 2010 no con gritos
para favorecer a las Farc, sino con argumentos para convencer al pueblo
colombiano. No utilicemos el dolor para hacer política de inquina.
Hay que recordar lo que ha cedido el Gobierno en estos años. Hay que
recordar que cuando llegué a la Presidencia, el 30% de este país estaba en
directa usurpación por parte de guerrillas y paramilitares. No estamos en un
paraíso, pero cómo lo hemos recuperado.
No se ofusquen tanto por el debate electoral de octubre. No se ofusquen
tanto porque el Presidente le dé la cara al pueblo, para evitar que sean las
mentiras y las distorsiones las que desorienten al pueblo. No se ofusquen tanto
porque le damos la cara al pueblo.
Cuando empecé el ejercicio presidencial, dije que, como lo había dicho
en campaña, en un gobierno presidido por mí no habría canje humanitario, a
no ser que se presentara el inicio de un nuevo proceso de paz acompañado de
cese de hostilidades.
Me reuní con las familias, con la Iglesia, con el Presidente de Francia,
con el Secretario de las Naciones Unidas, y en aras del acuerdo humani-
tario cambié de posición: acepté un acuerdo humanitario desvinculado de
un proceso de paz. El ex Presidente López, recientemente fallecido, dijo que
quería ser facilitador, que exigía hacerlo independiente del Gobierno. Y el
Gobierno autorizó. El ex Presidente Samper dijo que quería ser facilitador y el
Gobierno autorizó. Se autorizó un facilitador de Naciones Unidas, que estuvo
mucho tiempo aquí, hasta cuando quisieron. Y hemos autorizado a ciudadanos
en representación de Francia, de Suiza, en representación de España, para que
sean facilitadores.
Hace dos años esos facilitadores europeos propusieron una zona de
encuentro en la cordillera central vallecaucana. El gobierno la aceptó. Las
Farc primero dijeron que no habían recibido la propuesta y después, como
siempre, mintieron. Después dijeron que era que no la aceptaban.
Nosotros primero liberamos a 27 personas de las Farc. Hace tres meses
llamé al ministro Holguín y al Comisionado y les dije: voy a hacer un gesto

178
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

humanitario, voy a liberar a un número grande de prisioneros de las Farc


unilateralmente. Y me dijeron: eso no sirvió hace dos años. Y le dije al Comi-
sionado: vamos a insistir, y vamos a insistir ahora cuando estamos lejos de las
elecciones de octubre, y mucho más lejos de las elecciones del 2010, para que
no se diga que fue por oportunismo electoral. Porque nada de esto puede ser
por oportunismo electoral, sino por convicción.
Y he venido esta mañana a reunirme con el profesor Moncayo, con
respeto por él, con consideración por su dolor de padre y de víctima, con espí-
ritu democrático, pero también con respeto a mis convicciones, a lo que creo
conveniente para los bienes superiores del país.
Hace unos meses uno de los delegados europeos llamó a decir que habían
logrado un acuerdo con las Farc, que iban a liberar a unos de los secues-
trados, que necesitábamos hacer una movilización de tropa para dejar libre
un corredor de movilidad en el Valle del Cauca. Lo hicimos. Quedaron mal,
mintieron, engañaron. Después les dijeron a esos delegados europeos que
había sido un mal entendido.
Miren: liberé a 150. De esos 150, todavía hay 108 que están en proceso. A
pesar de que las Farc asesinaron a los diputados, no he frustrado este proceso.
Sigue para adelante, para liberar a esos 150.
A pedido del Presidente de Francia, liberamos a Rodrigo Granda. Conver-
saba con él Luis Carlos Restrepo, el Alto Comisionado de Paz, en la cárcel de
La Dorada. Y me llama y me dice: Rodrigo Granda expresa que no se desmo-
viliza las Farc. Le pregunté: ¿volverá al secuestro y el asesinato? Granda le
dijo a Luis Carlos Restrepo que él no había estado en el secuestro ni en el
asesinato, que era un canciller, que por ende él no podía volver a aquello en lo
que nunca había estado. Entonces le dije a Luis Carlos Restrepo: no importa
que no se desmovilice de las Farc. Desde que no vuelva al secuestro, desde
que no vuelva al asesinato, no importa que no se desmovilice de las Farc. Lo
liberamos. Nuestro pedido es que sea gestor de paz. Lo liberamos.
¿Qué pago nos dio la guerrilla? Asesinar a los diputados. Y han mentido.
Miren cómo han mentido: primero los asesinaron el 18 de junio. Hoy estamos
a 2 de agosto. Produjeron un comunicado el 23 de junio. Solamente lo hicieron
público, para hacer un show con Europa, al amanecer del 28 de junio. Y hoy es
2 de agosto y todavía no han devuelto los cadáveres de los diputados. Porque
quieren consumar la mentira. Porque ellos saben que mientras más se demoren
en entregar los cadáveres de los diputados, más difícil será el examen pericial
forense para identificar plenamente la modalidad del asesinato.

179
Los potros de bárbaros atilas

Ustedes saben que cuando el Gobierno hizo un operativo para rescatar


al Gobernador de Antioquia, al ex ministro Gilberto Echeverri, y que en ese
operativo las Farc los asesinó, el Gobierno no le mintió al país, le dijo que
había hecho el operativo.
Si yo hubiera hecho un operativo, el operativo del cual hablaban las Farc,
el operativo que según la mentira de las Farc habría desencadenado el asesinato
de los diputados, el país lo habría sabido. Después, como se vieron cogidos en
la mentira, salieron con otra mentira. Salieron con la mentira de que yo había
mandado unos mercenarios israelitas, unos mercenarios británicos, a rescatar
a los diputados. Falso de toda falsedad
¿Por qué no han contestado a las pruebas que el DAS presentó el sábado?
Unas pruebas judicializadas, donde aparece que un individuo de las Farc dio
la orden de que asesinaran a los diputados. ¿Si era verdad su hipótesis, su
mentira, de que habían muerto en un operativo militar ordenado por el Presi-
dente, por qué no entregaron directamente, inmediatamente, los cadáveres,
para que se comprobara la culpa del Presidente?
¿Si hubiera sido verdad la otra mentira, la de que los diputados murieron
porque hubo un enfrentamiento con unos mercenarios israelitas y británicos
que mandó el Presidente, por qué si esa mentira era verdad, por qué no entre-
garon de inmediato los cadáveres, para que se hubiera comprobado la culpa
del Presidente?
Aquí (y lo decía esta mañana en esta carpa), lo que no podemos es igualar
al Gobierno de la democracia con los jefes del terrorismo.
Repito: allá están en la cárcel. Hace cinco años al único que le decían
paramilitar era a mí por razones políticas, pero se morían de miedo de decirle
“paramilitar” a los paramilitares que había creado las Farc, que había tolerado
el Gobierno. Este es el primer gobierno que ha enfrentado al paramilitarismo.
Este es el primer gobierno que puede decir que los tiene en la cárcel. Por eso
este gobierno después de cinco años puede dar la cara a los colombianos, en
cualquier parte del país y del mundo.
Que la mesa que va a crearse en la carpa del profesor Moncayo funcione.
El Gobierno, a través del Alto Comisionado, estará atento a dialogar tantas
veces como sea necesario.
A pesar de que asesinaron a los diputados y no devuelven los cadáveres, a
pesar de que no puedo aceptar zonas de despeje, he traído dos propuestas. Las
repito. Porque uno siempre está buscando opciones para los intereses supe-
riores del país, del pueblo.

180
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

Una propuesta: si las Farc aceptan liberar a los secuestrados, el Gobierno


liberará a guerrilleros. No a todos. Liberará a guerrilleros en las cárceles de
Colombia. Respondí una pregunta. Me dijeron: ¿a cualquiera? Dije: a cual-
quiera sí, pero con la condición de que sean los que están en las cárceles de
Colombia, porque yo no puedo entrar a la justicia de otro país, donde hemos
extraditado a Sonia y a Simón Trinidad.
Y con otra condición: que aquellos que salgan de la cárcel, salgan con el
compromiso de no volver al asesinato, de no volver al secuestro.
Y he traído una segunda propuesta para que la estudien, para que la
tramiten. Una segunda propuesta: si las Farc liberan a los secuestrados, el
Gobierno está dispuesto a acordar una zona de encuentro para que la paz se
firme en 90 días. Esas son las dos propuestas que he dejado esta mañana a los
compatriotas que estaban en estas carpas.
Profesor, si quiere decir algo, lo escuchamos.
Profesor Gustavo Moncayo: Pienso que aquí llevaríamos todo el tiempo
debatiendo sobre si se hizo o no se hizo. Tristemente, nuestros hijos, nuestros
seres queridos, continúan allá en la selva. Por más cosas que se hayan hecho,
siguen ellos secuestrados. Y nosotros estamos en medio de ese juego, de ese
juego politiquero entre el Gobierno y las Farc. Y eso me duele.
Me duele porque nosotros hemos sido tal vez la pelota del juego, donde
han sacado mayor provecho posible. Yo le hacía la observación al Presidente:
mire, la presencia del Estado no necesariamente se debe a la Fuerza Publica.
Un maestro es presencia del Estado aquí y en cualquier parte. Una enfer-
mera es presencia del Estado. Cualquier persona que tenga un cargo político o
público es presencia del Estado en cualquier parte.
Y como docente, nosotros enseñamos los principios, los valores. Noso-
tros enseñamos a nuestros estudiantes el respeto. Pero tristemente en menos de
un año le cambian esa mentalidad, los convierten en soldados profesionales,
en policías. Y nosotros ese mensaje que les enseñamos a respetar cuando les
dicen: aquí tienen que aprender a disparar al blanco. Y el blanco es enseñarle
a matar y eso es lo que no comparto.
Le decía al señor Presidente: qué bueno sería todo lo que se invierte en
guerra, que se lo invierta en lo social. Y qué lindo que se invirtiera por ejemplo
en crear empleo, porque aquí la tasa de empleo supuestamente está mejor.
Pero si vamos a la realidad, encontramos mucha problemática social.
En el hospital en Girardot, 27 personas me decían: llevamos ya once meses
sin sueldo. Y cuando nosotros hacemos una huelga, inmediatamente llega la

181
Los potros de bárbaros atilas

Policía y nos da garrote aquí y nos dispersan. Y eso no es. Entonces hablé con
el comandante, con el mayor y le dije: mire, mayor, qué bueno sería que usted
escuche a estas personas. Ellos tienen un problema. No tienen sueldo durante
ocho o nueve meses. Y sumado a ello pertenecen a unas cooperativas que le
sacan el 50 por ciento de su salario. Decía la señora: nosotros nos ganamos
930 mil pesos y nos pagan 420 mil pesos.
¿Entonces qué estamos haciendo nosotros? Hablamos de empleo, pero
cada quien abusa. Entonces le decía al señor mayor: ¿en lugar de dispersarnos
con gases lacrimógenos y todo eso, por qué no les dicen a esas personas que
están sufriendo, se unen al pueblo y luchan, y dejan que el Presidente vaya y
les solucione el problema? Pero no así como lo hacen. Caminan por un carril,
mientras que por el otro carril siguen los camiones y la requisa pasa por un
lado. Y ahí no hay ningún problema.
Dicen: hay derecho a huelga. Claro que hay derecho a huelga, pero sola-
mente por aquí por este sitio transiten. Mientras no interfieran al público,
mientras no interfieran en el transporte, mientras no interfieran en el comercio,
hagan las huelgas que quieran.
Y entonces el pueblo mantiene arrodillado, humillado, y eso es lo que
duele. Yo sí invito al Presidente que cuando haya problemática social, no se
invite a la Fuerza Pública a mantenernos ahí acorralados. Que se dé la posibi-
lidad de que haya personas que expresen lo que se siente, lo que se vive, y que
haya soluciones. Pero que no se mienta al país.
El Presidente acaba de decir que ha liberado tantos guerrilleros. ¿Pero las
Farc pidieron a unos guerrilleros? No los ha pedido. ¿Entonces para qué sirve
un gesto de estos? No sirve. Eso no nos sirve para la paz aquí en Colombia.
Liberó a Granda. Granda no es ningún representante de la guerrilla. Lo pidió
el Presidente de Francia. Pero la guerrilla en ningún momento han dicho: libé-
renme a Granda para que haya paz en Colombia. No ha habido nada.
Entonces no estamos sintonizados en lo que queremos. Yo invito al Presi-
dente y le vuelvo a insistir: nosotros estamos ahí en medio de ese juego. Que
hay despeje, que no haya despeje. Démosle otro nombre, otra denominación:
sitio de encuentro. Y los padres de familia, todas las personas, nos iríamos
allá a servirles de garantes para el proceso, para que haya por fin el acuerdo
humanitario y nuestros seres queridos vuelvan sanos y salvos, y no nos los
entreguen como los diputados del Valle.
¿De qué sirve en el momento traer la mejor tecnología para ver quién
disparó la bala? ¿De qué sirve? Una vez sacado el ojo, ya no sirve Santa Lucía.

182
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

Cuando se pudo hacer las cosas, estuvimos a punto. El 2 de septiembre


del año pasado nos reunieron por allá, en la Quinta de San Pedro, y él iba dar
ya el visto bueno para el despeje y para el acuerdo humanitario. Pero porque
un periodista, alguien, sacó la ‘chiva’, al día siguiente llega el señor Comi-
sionado de Paz y nos dice: el señor Presidente está un poquito enojado con
ustedes, porque sacaron la chiva y no habrá despeje. Y ahí seguimos nosotros
sufriendo. Entonces que no se nos mienta al país.
El 21 de octubre, ante el falso atentado en el Cantón Norte, el Presidente
sale aquí al público y dice: vamos a acabar con esos bandidos y vamos acabar
con todos ellos. Y entonces lanza esa puñalada certera a cada uno de los cora-
zones de los familiares. Eso es un morir para nosotros. Yo decidí tomar la
iniciativa de venir a protestar con mis cadenas. Estas cadenas son contra el
Presidente, porque él no es el dueño de una vida para decir: vayan rescaten.
No es el Presidente el Dios de la vida.
Y eso me duele a mí. Me duele muchísimo, porque un secuestrado está
indefenso. Un secuestrado no puede defenderse. Entonces si llega el avión
fantasma… Lo puede testificar Pinchao: cuando llegaban, ellos tenían que
esconderse. Cuando el avión fantasma, los mismos compañeros policías y
soldados llegaban a tratar de rescatarlos, ellos tenían que encomendarse a
todos los santos para que ninguna de esas balas les tocara.
¿Y por qué tenemos que esperar nosotros que a nuestros hijos no los
entreguen como los diputados del Valle? Quien haya disparado las balas ya
no importa. Lo importante es ahora en vida, hermanos. Y yo si invito al Presi-
dente: si hay que hacer algo por los colombianos, hagámoslo, pero no inter-
pongamos tantos peros.
Pienso que esto no es de caprichos. El Presidente hoy tuvo la posibilidad
de mirar las lágrimas de cada una de las madres que estaban ahí conmigo. Ese
sufrimiento tan grande y esa tristeza tan grande de nuestros secuestrados y de
saber que aquí nos siguen mangoneando. A nosotros nos siguen mintiendo. Y
eso es lo que duele.
Miren: llevamos 10 años, ¿pero qué hemos logrado? Nada. El mismo
discurso del Presidente. La propuesta de él es la misma propuesta y no va a
nada. El mismo discurso de las Farc y no hay nada. Y aquí estamos nosotros
inmersos en medio de los dos, que no son capaces de decir: bueno, vamos
hacer algo por Colombia, vamos a liberar a nuestros seres queridos.
En esa propuesta, por ejemplo, el Presidente dice: quiero que los de las
Farc que sean liberados no vuelvan a delinquir. Eso no viene al caso, porque

183
Los potros de bárbaros atilas

ahí no estamos hablando de una reinserción. Cuando hablemos de reinserción,


entonces sí se tiene que decir: bueno, yo me reinserto y no voy a delinquir más.
Pero de eso no estamos hablando. Estamos hablando de humanidad aquí.
Y yo voy a permanecer aquí, en mi carpa, en mi cambuche, como quieran
llamarlo. Voy a insistir hasta que haya el acuerdo humanitario. Y si hay nece-
sidad de irnos a la zona de despeje, allá estaremos todos los padres de fami-
lias. Y espero que el pueblo colombiano también nos acompañe para que le
de garantía a todo proceso allá. Para que no digan que se nos van a burlar de
nosotros.
Yo los invito. Ustedes son el pueblo grande que nos han acompañado
durante todas las marchas. Qué lindo que digan: vamos a Florida y Pradera,
y allá vamos a colocar nuestras viviendas y vamos hacer que se cristalice el
acuerdo humanitario. Pero ese sería el respaldo que obtendríamos del pueblo
colombiano, en vista de que ya no hay condiciones aquí.
De todas maneras, nosotros seguimos ahí, a la expectativa de todo lo
que pueda suceder. Vamos a seguir insistiendo, señor Presidente, en que hay
necesidad de reunirse en un sitio a dialogar. No es lanzar protestas por lanzar
protestas. Debe sentarse en la mesa y decir: ¿qué proponen ustedes y qué
proponemos nosotros y cómo llegar a un consenso? Porque si usted nos lanza
una propuesta, ¿a nosotros quién nos garantiza que la guerrilla acepte esa
propuesta? Nadie nos garantiza nada.
Qué bueno sería que el señor Comisionado de Paz o alguien que designen,
para que busquen un sitio y se reúna con la guerrilla y miren qué hay de posi-
bilidad para que haya ese encuentro y qué propuestas hay de parte y parte. Y
si se llega a un acuerdo, pues bienvenido sea en aras de la paz.
De todas maneras, los invito, colombianos, para que manejemos la temá-
tica del dialogo. Creo que a través del diálogo es como podemos conseguirlo
todo. Y ojalá que puedan entenderse las dos partes. Que entren a mediar la
Iglesia, los países. Todas las personas que puedan mediar en este proceso,
bienvenidas sean.
Yo les agradezco. Voy a estar aquí en el cambuche o en las carpas, como
lo quieran llamar. Ahí voy a estar pendiente con algunas de las familias que
han dicho: ahí vamos a estar hasta que se dé el acuerdo humanitario. Y si hay
necesidad de estarnos todo el tiempo, hemos esperado más de nueve años.
Más de nueve años de sufrimiento, de dolor. Nueve años en que se nos está
yendo la vida. Y continuamos todavía con la misma intransigencia por parte
y parte.

184
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

A ustedes les agradezco. Muchísimas gracias. Gracias, Presidente, y a


todos los que nos han recibido.
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Profesor, lo he escuchado con todo
respeto. Quisiera tener la oportunidad de que me escuche. Primero, profesor,
esta mañana le expresé que me dirigía a usted con todo el respeto a un padre
de familia, a una víctima, a un colombiano, que ha hecho un enorme esfuerzo
físico y espiritual, y que tiene dolor por el secuestro de su hijo. He procedido
con el mayor respeto, profesor, y mi respeto será inalterable.
Segundo: me parece, profesor, déjeme discrepar, que usted no puede
seguir igualando al Gobierno con las Farc. Una cosa son los terroristas, otra
cosa son las instituciones democráticas.
El tercer punto: los mediadores. Hemos autorizado desde hace mucho
tiempo a la Iglesia, a ex presidentes, a dos personas representantes de España, de
Francia y de Suiza, permanentemente. El Comisionado ha sido autorizado desde
hace mucho tiempo para que en el momento que se pueda, que lo acepten las Farc,
tenga un diálogo directo con ellos. Quiero aclararle eso, profesor Moncayo.
Me extraña. Porque esta mañana, después de que usted me dijo unas cosas
personales, frente a las cuales reaccioné con toda paciencia, después que dijo
que el no despeje era una ofensa, usted dijo, al salir yo de la carpa, que si bien
no compartía las propuestas, porque usted no podía aceptarlas, le parecía bien
que el Gobierno hubiera hecho estas propuestas y que estas propuestas se
estudiaran.
Le ruego no descalificarlas. Las repito al país. El Gobierno, por múlti-
ples razones que ha repetido, no acepta el despeje, tampoco acepta que salgan
guerrilleros de las cárceles para reincorporase al asesinato, al secuestro.
El profesor Moncayo dice que esto no es una reinserción sino un acuerdo
humanitario. Quiero recordar que a lo largo de estos días se ha dicho que el
acuerdo humanitario es un acuerdo hacia la paz. Entonces si es un camino
hacia la paz, no puede ser una vía para que la gente salga de la cárcel y se
reintegre a secuestrar y a asesinar.
Así como he puesto esas condiciones, he ofrecido esta mañana dos
opciones. Primera opción: el Gobierno soltará a presos de las cárceles colom-
bianas, sin restricción, a una u otra persona, con prudencia en el número,
siempre y cuando no involucre a personas que están a cargo de la justicia de
otros países, y siempre y cuando aquellos que salgan de la cárcel se compro-
metan a no reintegrarse al secuestro, al asesinato. Esto a cambio de que las
Farc liberen a los secuestrados.

185
Los potros de bárbaros atilas

Segunda propuesta: si las Farc liberan a los secuestrados, el Gobierno está


de acuerdo con definir una zona de encuentro, para que en 90 días se firme
la paz. Aquí lo que hay que definir es si queremos la paz, o si simplemente
queremos que las Farc sigan martirizando al pueblo colombiano.
Una tercera propuesta que se le hizo al profesor Moncayo, es que el
Gobierno sugiere que en el momento que él lo estime y si lo encuentra conve-
niente, viaje a Cuba y se reúna allí con Rodrigo Granda.
No puede ser que todo esto simplemente se descarte. Porque lo que sí no
puedo es aceptar es zona de despeje. Puede haber toda la presión que quieran,
pero en este Gobierno no hay zona de despeje. Este país dejó que creciera
tanto el terrorismo, por falta de firmeza. Y le pido a Dios que nos dé luces,
pero que no nos vaya a dejar llegar a la debilidad.
Espero que cuando me dicen paramilitar a mí, no sea con el ánimo de
que imperen las Farc en Colombia. ¿Paramilitar el Presidente que ha acabado
los paramilitares, cuando hace cinco años entre guerrillas y paramilitares se
iban a tomar el país? Este es el único Gobierno que ha venido recuperando
la seguridad.
Hablemos del secuestro. Aquí secuestraban a más de 3 mil personas por
año. En el primer semestre secuestraron 100, 107.
¿Qué quieren? ¿Que el Gobierno siga firme para eliminar el secuestro, o
que revivamos las posibilidades de los secuestros masivos a Colombia? Ese
es un tema que hay que someterlo al escrutinio popular. Si nosotros nos ablan-
damos y permitimos que se cumpla la voluntad de los secuestradores, lo que
hacemos es revivir en el país el imperio del secuestro. No hemos ganado a
los secuestradores, pero les vamos ganando. Y si perseveramos, les vamos a
ganar. Por eso no podemos aflojar.
Dice el profesor Moncayo que aquí hay un juego politiquero entre las
Farc y el Gobierno. Por Dios. Con todo el respeto, no se puede nivelar la insti-
tución legítima con el terrorismo.
Dice el profesor Moncayo que la presencia del Estado tiene que ser dife-
rente a los soldados. Justamente porque no había presencia de soldados y
policías, porque no había preocupación por la seguridad, al país se lo habían
tomado guerrilla y paramilitares.
¿Qué quieren? Refrésquense la cabeza, no se ofusquen tanto, debatan,
griten menos y argumenten más. No crean que van a ganar las elecciones con
insultos al Presidente. Prepárense para dar este debate en todas las esquinas de
Colombia, que yo estoy preparado.

186
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

Aquí lo que hay que escoger es si permitimos que los campos y las
ciudades de Colombia los domine la guerrilla, los domine el paramilitarismo,
o si logramos que el Estado, con la Fuerza Pública, pueda recuperar la tranqui-
lidad para todos los colombianos.
Por eso este Gobierno ha dicho: es la hora de la institución democrática
para desalojar de Colombia al terrorismo.
El orden público no se excluye con lo social. Espero que cuando me dicen
paramilitar a mí, no sea porque quieren el triunfo de la guerrilla. Comprendo
que aquí se enojaron muchos que veían a la guerrilla en el Congreso y en la Casa
de Nariño. Se enojaron porque llegó un Gobierno firme que trancó la guerrilla.
Un Gobierno firme que le frenó a la guerrilla la toma violenta del poder.
Miren: se necesita la política de orden público y la política social. Van de
la mano. Si no hay política de orden público, no hay inversión, no prospera el
país. Y si el país no prospera, se carecerá de recursos para la educación, para
la salud. Hay que llevar de la mano la una y la otra. Aquí estamos buscando
la seguridad y también estamos buscando la plena cobertura en educación.
Nosotros aspiramos a que este país, que ya ha logrado un 92% en cobertura en
educación básica, pueda llegar a un ciento por ciento.
¡Ay! con las manifestaciones de ustedes. Si ustedes, que son tan demó-
cratas, permitieran voces disidentes. ¿Ustedes son manifestantes o son sabo-
teadores? ¿Ustedes tienen ideas o gritos de rabia? ¿Ustedes tienen argumentos
para ayudar a la nación, o simplemente tienen vociferación para abrirle el
camino a la guerrilla?
Aquí había faltado la fortaleza que hoy sobra. Y como también tenemos
fortaleza espiritual, fortaleza mental y fortaleza física, por eso acudimos a
la Plaza de Bolívar a decir que necesitamos por igual seguridad y política
social.
Que no me vengan a decir a mí que no haya soldados y policías sino sólo
maestros. Porque cuando no hay soldados ni policías, las guerrillas y los para-
militares no permiten que las escuelas funcionen, como se vio en Colombia
durante 40 años.
Este Gobierno ha sido tan firme con los violentos, como respetuoso con la
protesta. Hace pocos días a esta Plaza de Bolívar llegaron centenares de miles
de manifestantes engañados, y el Gobierno respetó esa protesta. Vinieron a
decir que el Gobierno les iba a quitar el dinero a las escuelas para llevarlo a la
guerra. Falso de toda falsedad. Vinieron a decir que el Gobierno le iba quitar
el dinero a la salud para llevarlo a la guerra. Falso de toda falsedad.

187
Los potros de bárbaros atilas

Es un Gobierno que ha demostrado que va a ser capaz de lograr plena


cobertura en régimen subsidiado de salud. Hablan del Hospital de Girardot.
Como en tantas partes del país. Politiquería de departamentos y municipios y
excesos sindicales habían quebrado a los hospitales. Hemos recuperado 200
hospitales y seguimos en la tarea de recuperarlos a todos.
Nosotros encontramos quebrados varios de los hospitales de Bogotá, y
solamente el año pasado contribuimos con 60 mil millones para poder resolver
problemas, que no eran del Gobierno Nacional, en el Materno Infantil.
Lo que pasa es que no permitimos los hospitales para la politiquería,
ni para los excesos sindicales. Por eso estamos reformando las clínicas del
Seguro Social.
Eso sí, yo dije que en este Gobierno no se iban a taponar las carreteras y
no lo permitiré. La Fuerza Pública tiene la instrucción de permitir las marchas,
como se les han permitido a los indígenas del Cauca, pero no los tapona-
mientos de carreteras, como tuvieron sitiada en hambre y sed a Popayán antes
de este Gobierno.
Una cosa es la protesta y otra cosa es la anarquía y el desorden. Que haya
protesta social, sí. Taponamiento de carreteras, de ninguna manera.
Yo no puedo aceptar que se les diga a los colombianos que el examen
pericial da lo mismo, porque da lo mismo que a los diputados los hubieran
asesinado los guerrilleros o el Gobierno. No puedo aceptar eso. Un Gobierno
honesto, que ha aceptado la responsabilidad cuando la ha tenido, tiene el
derecho a decir que se le diga la verdad al país.
¿Qué es eso de que no importa si a los diputados los asesinó la guerrilla o
los asesinó el Gobierno? ¿Qué es eso de que no importa si la guerrilla le está
mintiendo o no le está mintiendo al país? Por eso reclamo la entrega de los
cadáveres hoy 2 de agosto.
La guerrilla primero mintió, diciendo que era un operativo militar del
Gobierno. Si yo lo hubiera ordenado, si yo lo hubiera hecho, si yo lo hubiera
conocido, el país lo habría sabido de inmediato.
¿Por que la guerrilla, si era verdad lo que decía, no entregó los cadáveres
de inmediato? Porque era mentira. Por eso no los entregó. ¿Por qué no los
entrega ahora? Porque quiere consumar la mentira. Porque sabe que el DAS
y la Fiscalía tienen pruebas que muestran que un guerrillero dio la orden de
fusilar a los diputados. Por eso no entregan los cadáveres.
No los entregan porque saben que es mentira que el Presidente envió a
unos mercenarios británicos e israelitas a rescatar a los diputados.

188
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

Aquí han dicho otras cosas, que se las he escuchado a ustedes, pero que
las refuto con todo respeto.
Hombre, no se desesperen tanto a gritar, argumenten, respeten a la mayoría
de esta Plaza que escucha. No van a forzar los procesos electorales así. Apelen
a las ideas, no a la anarquía.
Miren las cosas inexactas que se han dicho hoy: que estábamos a punto de
entregar una zona de despeje el 2 de septiembre del año pasado. Falso de toda
falsedad. Pido el testimonio del Comisionado, porque lo han mencionado aquí
y han dicho que él fue a decir que el Presidente se había enojado y que por eso
no había zona de despeje. Esa no es la verdad. Quien le dijo eso al profesor
Moncayo lo engañó.
Oigan lo que se ha dicho aquí: que el atentado contra la Universidad
Militar, del 2 de octubre, fue un atentado falso. Un carrobomba que pusieron
contra la Universidad Militar el 2 de octubre. Y entonces ahora dicen que fue
un atentado falso. Entonces eso era lo que se decía: que las Farc tenían el
derecho de asesinar a colombianos, porque en muchas partes había voces que
decían que ellos no eran, que pobrecitos, que eran unos inocentes, que ellos no
eran los culpables de ese atentado.
Y otra persona dijo en París que el Presidente de la República había puesto
ese carrobomba para poder evitar el rescate de los secuestrados. El Presidente
de la República que ponga un carrobomba tiene que estar en la cárcel, en
condena perpetua.
No puedo guardar silencio cuando se dice aquí que el atentado del 2 de
octubre contra la Universidad Militar fue un falso atentado. No puedo guardar
silencio cuando aquí se dice que no importa quién mató a los diputados. Claro que
importa, porque el Gobierno no tiene derecho a mentirle al país y el país no puede
permitir que las Farc lo siga engañando, como lo ha engañado durante 40 años.
Aspiro a que mis compatriotas estudien las dos propuestas que se han
hecho esta mañana. La propuesta del Gobierno de liberar a unos guerrilleros,
sin importar quienes sean, que no estén en cárceles extranjeras ni sometidos
a justicia internacional, que estén en Colombia. Con el segundo requisito de
que no vuelvan al asesinato y al secuestro, por la razón de que si el canje es
un camino hacia la paz, el canje no puede ser un camino hacia el secuestro y
hacia el asesinato por parte de la guerrilla.
Aspiro a que se estudie la segunda propuesta. Y de paso estamos hablando de
que el Gobierno está dispuesto a que la guerrilla libere a los secuestrados. Inme-
diatamente definimos una zona de encuentro para que se pacte la paz en 60 días.

189
Los potros de bárbaros atilas

Analicen si aquí hay una propuesta de paz. Porque lo que no podemos


hacer es, en nombre de la paz, entregarle el país a la guerrilla. Si la guerrilla
quiere la paz, que la busque de buena fe. Pero lo que no podemos hacer es
utilizar la paz como pretexto para entregarle el país a la guerrilla.
Ciudadana universitaria: Señor Presidente, una conclusión muy lógica:
que ataquemos el paramilitarismo, no significa que estemos de acuerdo con las
Farc. Lo que queremos es paz. Queremos que no se invierta más en la guerra.
Con aquello del discurso de liberar a los secuestrados, estamos acabando
con nuestras riquezas, con nuestros campos. Ocupamos el segundo lugar en
desplazamiento mundial a nivel internacional.
Lo que queremos es que los campesinos, nuestro pueblo, puedan regresar
al campo en paz. Y lo queremos pronto, Presidente.
El país cree en usted como hombre, pero resulta que los resultados en
el campo no se están dando. Estamos acabando con el campo con las fumi-
gaciones. ¿Quiénes van a ser los beneficiarios de esa inversión que se está
realizando a través de los extranjeros, cuando vengan ellos a vendernos el
maíz más caro del que nosotros podamos producir, y que además no podemos
producir porque el campo está en guerra?
Le repito: creemos en usted como hombre trabajador. Y porque creemos
en usted, me encuentro aquí, diciéndole estas palabras. Pero explíqueme por
qué el 70% de la población del país vive en centros urbanos. ¿Qué está pasando
con el campo?
Presidente de la República: Ya le voy a contestar a ella sus inquietudes
una a una.
El desplazamiento: no lo hemos podido frenar, pero sí ha disminuido
sustancialmente en este Gobierno.
Le voy a dar algunos datos. Si son mentira, me corrige.
En este país llegaron a presentarse 35 mil asesinatos al año. Todavía son
muchos, pero eso se ha reducido a 17 mil.
En este país llegaron a presentarse 3.700 secuestros al año. Todavía son
muchos, pero en el primer semestre hubo 107 secuestros extorsivos.
En este país en un año llegaron a destruir 104 municipios. Este año no han
destruido uno solo. Obras son amores y no buenas razones.
Este país no podía transitar por las carreteras. Hoy se ha recuperado
bastante esto.
Este país exilió de sus municipios a 300 alcaldes. Hoy están todos en sus
municipios. No estamos en el paraíso, pero hemos mejorado.

190
Foro público Uribe–Moncayo en la Plaza de Bolívar

Este país ha recuperado enormemente la seguridad de los periodistas. Aquí


llegaron a asesinar a 15 periodistas al año y este año no han asesinado a uno solo.
Este país todavía tiene que recuperar muchísimo el campo, pero en este
Gobierno se han recuperado más de 800 mil hectáreas de agricultura.
Le rogaría a usted, que estudia ciencia política, que solamente hablé con
el Padre Francisco de Roux, otrora uno de mis críticos. Acompáñelo a Barran-
cabermeja, para que vea qué ha pasado en los alrededores de Barrancabermeja
en recuperación de agricultura con palma africana.
¿Sabe qué estaba pasando? La droga es la gran enemiga de la ecología. La
droga había destruido en este país dos millones de hectáreas de selva. Afortu-
nadamente, eso se ha parado bastante. ¿Sabes qué es lo que más daño le hace
a la ecología? La droga. No la eliminación de la droga.
Pero la hemos disminuido. Y este año con 70 mil hectáreas de erradi-
cación manual, avanzamos mucho en la eliminación de la droga. Y el año
entrante, si logramos 100 mil hectáreas de erradicación manual, sí que vamos
a avanzar en eso.
No olvides que en los países industrializados, si mucho, la fuerza laboral
del campo es el uno y medio o el dos por ciento. Es importante que mires todo
eso. Por eso estamos en el esfuerzo de los biocombustibles. Para recuperarle
alternativas al campo.
Ahí quedan esas dos propuestas. Estoy dispuesto a un foro permanente
en la Plaza de Bolívar. Estoy dispuesto a ello. Por lo pronto, después de dejar
estas dos propuestas, voy a cumplir con un consejo de seguridad en Arauca,
con otro en Marandúa, con otro en Cumaribo y con otro en Yopal.
Porque necesitamos una Patria sin guerrilla, una Patria sin paramilitares,
una Patria sin narcotráfico, una Patria sin corrupción, una Patria próspera con
equidad. Seguiremos en el diálogo.
De mi boca no saldrá un insulto, pero tampoco mi boca se acallará una
sola de mis convicciones.
A todos, muchas gracias.
A los ofuscados, prepárense para dentro de una semana. Dejen en la casa
la rabia y traigan a la Plaza de Bolívar los argumentos.
¡Que viva Colombia!

Bogotá, 2 agosto de 2007 (SNE).


Fuente: http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2007/agosto/2/05082007.htm

191
DECLARACIÓN DE LOS PRESIDENTES URIBE Y CHÁVEZ
AL CONCLUIR ENCUENTRO EN HATO GRANDE
álvaro Uribe Vélez y Hugo Chávez Frías

Presidente Álvaro Uribe Vélez: Presidente Chávez: quiero, en frente de


tantos compatriotas y de esta nutrida delegación del periodismo, agradecerle
inmensamente esta visita. Una visita tan positiva. Esta nueva reunión bilateral
que teníamos programada hace bastantes semanas.
A lo largo de estos cinco años, difíciles en el mundo, difíciles en el conti-
nente, también con dificultades en nuestros países, hemos construido una rela-
ción estimulada por el amor a nuestras dos patrias, que son una misma nación.
Una relación de amistad, de responsabilidad con nuestros pueblos, de examen
franco con calidez de todos los temas.
Para nosotros la cortesía ficticia no simboliza la amistad. Para nosotros,
para usted y para mí, señor Presidente Chávez, la amistad siempre ha estado
acompañada de franqueza, de sinceridad absoluta con calidez sentida.
Agradezco inmensamente esta nueva visita. Grata. Importantísima y
grata. Qué bueno fue su llegada esta mañana, cuando antes de empezar los
temas de la agenda minuciosamente preparada por los cancilleres, recorrimos
esta vieja casona.
Quise que usted llegara aquí, Presidente Chávez, porque cuenta la historia
que la primera adquisición de esta casa la hizo El Libertador Bolívar para
asignarla al General Santander.
Hemos querido trabajar para reconciliar el pensamiento de ambos, la
acción de ambos ante la historia, ante las generaciones presentes y futuras.
Fue muy grato departir con usted allá en ese segundo piso, donde tantas veces
pernoctara el General Santander, teniendo allí el testimonio de algunos de los
objetos que acompañaron su vida.
Ha sido muy grato volver con usted al tema del Libertador, al tema del
General Santander, al tema del General Páez. Muy grato regresar con usted
a temas tan importantes como el de los Precursores Nariño y Miranda. Y
recordar episodios que se sucedieron 90 años después, en aquel entendimiento
entre Cipriano Castro y el General Rafael Uribe Uribe.

193
Los potros de bárbaros atilas

Y qué constructiva nuestra larga conversación. Lo único malo es que nos


pasaron las horas y un almuerzo que queríamos ofrecerle a la 1:00 de la tarde,
sólo se lo ofrecimos a las 5:30. Pero, Presidente, la culpa es de los dos. Yo le
iba a ofrecer excusas, pero la culpa es de los dos.
En esa conversación, muy distinguidos periodistas, tratamos ampliamente
el tema de la liberación de los secuestrados. Agradezco de corazón al Presi-
dente Chávez su interés, que es con afecto por ayudar a Colombia.
Lo examinamos en compañía de la senadora Piedad Córdoba, autorizada
por el Gobierno de Colombia como facilitadora. Le pedí al doctor Luis Carlos
Restrepo, Alto Comisionado para la Paz, que le contara en detalle, sin omitir un
solo aspecto, con todas las cartas sobre la mesa, el largo proceso de los cinco
años de este Gobierno frente al Eln, frente a las Farc, frente a los paramilitares.
El Presidente Chávez, con el entusiasmo por ayudarnos, venía preparado
con una serie de preguntas y de temas. Procuré responderle con el corazón y
la razón cada una de esas inquietudes.
Después nos acompañó Frank Pearl, el Alto Comisionado para la Rein-
serción. Le hizo un resumen ejecutivo al Presidente Chávez de ese proceso,
que creo que hoy no tiene paralelo en el mundo. Un país que está enfrentando
el desafío de la reinserción de casi 46 mil personas, que en este Gobierno han
salido de los grupos violentos: 12 mil guerrilleros y 33 mil paramilitares.
Escuchamos del Embajador Pavel Rendón, y del doctor Pedro Gómez, un
informe sobre la comisión negociadora.
Miramos el tema de infraestructura, el tema energético, el sueño de la
integración energética suramericana, el tema agrícola, las posibilidades de
nuestros dos países, la invitación sentida para que Venezuela reingrese a la
Comunidad Andina de Naciones (CAN), la necesidad de labrar un presente y
un futuro en el cual los compatriotas venezolanos y los compatriotas colom-
bianos ganen en bienestar.
He pedido al Presidente Chávez, nuestro ilustre huésped, que cuente a
Venezuela y a Colombia los aspectos que hoy hemos tratado y las decisiones
que hoy hemos tomado.
Presidente: reiterándole toda la gratitud, a usted y a su distinguida delega-
ción, queremos escucharlo con toda la atención.
Presidente Hugo Chávez Frías: Doy un saludo esta tarde, este anochecer,
aquí en Hato Grande, a toda Colombia, a toda Venezuela. Tú lo has dicho,
Presidente: estas dos Repúblicas conformamos una sola nación, un solo
pueblo, un solo sueño, una sola historia, un solo pasado y un solo porvenir.

194
Declaración de los presidentes Uribe y Chávez al concluir encuentro en Hato Grande

Usted hacía un resumen muy exacto de todos los temas que hoy hemos
tocado y los avances en la relación bilateral, rumbo hacia ese proyecto común.
Cada día debe estar más articulado, más cohesionado.
Por ejemplo, revisamos con nuestros Ministros de Energía (y quiero
comenzar por allí), el tema energético. Le comentaba al Presidente que estoy
leyendo un libro que me llegó recientemente: “El Fin del Petróleo”. La crisis
energética. El mundo ya ha entrado en una fase de crisis energética que va a
obligarnos, a las futuras generaciones sobre todo, a cambiar el modelo energé-
tico. Eso apenas se levanta en el horizonte.
Venezuela ha propuesto desde Margarita a la Cumbre de la Unasur la
realización de un tratado de seguridad energética. Con mucho gusto hemos
recibido la respuesta positiva del Presidente y de su Ministro de Energía, para
el próximo 12 de octubre (así lo anunciamos) inaugurar el gasoducto trans-
guajiro, al que hemos dado el nombre de Antonio Ricaurte, en honor a aquel
gran colombiano y nuestro americano. Como una etapa apenas inicial del gran
gasoducto del sur, así lo concebimos, que no es otra cosa que una gran red de
gasoductos que deberá unir el Caribe colombiano y venezolano, con el Río de
la Plata, La Patagonia, por todos estos Andes del Pacífico hasta el Atlántico.
Muy importante este proyecto. Creo que debemos felicitar a los traba-
jadores colombianos y venezolanos, técnicos de Pdvsa y Ecopetrol, a nues-
tros dos Ministros, que han hecho posible esta obra. Creo que estamos dando
ejemplo de voluntad política.
El 12 de octubre, Dios mediante, inauguraremos ese gasoducto, que va a
ser muy positivo para ambos. Y para Venezuela especialmente. Vamos a llevar
una cantidad muy importante de gas al Estado Zulia, para impulsar la petro-
química y el desarrollo termoeléctrico.
Nosotros hemos concluido ya el estudio, en su fase de conceptualización,
para ese otro compromiso que asumimos junto con el Presidente Torrijos: el
gasoducto transoceánico hacia Panamá.
Estábamos viendo incluso ya el trazado del gasoducto transoceánico. Un
gasoducto, el nuestro, por acá por La Guajira. Luego por toda la costa del
Caribe colombiano. Y aquí convergeríamos, por debajo en el fondo del mar
del Caribe, hacia Panamá.
Este es parte del gran proyecto de integración energética de Suramérica,
pero ahora apuntando hacia Centroamérica.
Además de esto, hemos estado hablando (y el Presidente Uribe lo ha reci-
bido, como siempre, con un gran entusiasmo), y nos hemos comprometido a

195
Los potros de bárbaros atilas

comenzar a trabajar la idea de otro gasoducto: un gasoducto transandino, que


pueda unir a Venezuela, a Colombia, y más hacia el sur Ecuador, Perú, Bolivia.
Habrá que hacer esas obras. Son imprescindibles para el futuro de nues-
tros pueblos. Para garantizarnos la energía necesaria para nuestro desarrollo.
Creo que ese es uno de los avances más importantes de esta reunión tan posi-
tiva aquí en Hato Grande, Presidente.
Por otra parte, quiero agradecer, y agradecer desde el fondo del alma, y
de parte del pueblo venezolano todo, ese empeño de Colombia en ayudarnos
a continuar levantando nuestra producción agrícola.
Se ha firmado un convenio de cooperación para el desarrollo de nuestra
ganadería, de nuestra industria lechera, suministro de distintos productos
agrícolas para nuestro desarrollo, para la alimentación de nuestros pueblos.
Ustedes saben que, producto de ese Siglo XX petrolero venezolano, la agri-
cultura nuestra se vino al suelo y se quebró en pedazos. Y Venezuela fue
convertida en un país monoproductor. Vendió petróleo 100 años y luego
importó todo o casi todo. Estamos empeñados en construir una economía
diversificada, productiva. Y en ello la agricultura, la soberanía alimentaria,
es algo vital.
Por eso quiero agradecer, Presidente, a su Ministro de Agricultura. Feli-
citar a nuestros Ministros y llamarlos a que sigamos trabajando estos temas
con mucho ímpetu.
El tema de la infraestructura, el tema ferroviario, la integración ferro-
viaria, la integración de nuestras vías, de nuestras carreteras, de nuestras auto-
pistas, el suministro de combustible.
Hemos firmado el convenio para el suministro seguro de combustible
a Norte de Santander. En esto veníamos trabajando ya hacía un año aproxi-
madamente. Y esto va complementando el sistema de suministro seguro de
combustible desde Venezuela. Ya habíamos comenzado por La Guajira hace
un año. Ahora nos extendemos hacia el Norte de Santander. Y ya tenemos el
estudio listo para la zona de Arauca, Apure–Arauca, e incluso más abajo, en
el Amazonas y Guainía. A lo largo de toda esa frontera. Esa es la integración.
Esa es la CAN que nosotros siempre hemos batallado, Presidente.
Acerca del tema de la CAN, lo hemos conversado, ya el Presidente lo
adelantó. Nosotros, por supuesto, ¿cómo no ser un país andino, además de
caribeño? Nosotros siempre hemos dicho que recibimos el llamado del Presi-
dente Uribe, del Presidente Morales, del Presidente Correa ahora más reciente-
mente, el llamado que nos han hecho a retomar juntos el camino de la CAN.

196
Declaración de los presidentes Uribe y Chávez al concluir encuentro en Hato Grande

Nosotros estamos dispuestos. Y hemos traído hoy la propuesta ya conver-


sada con el Presidente Correa y con el Presidente Morales. Hará unas dos
semanas pasamos por allá, Ecuador y Bolivia.
La propuesta de Venezuela es que al Presidente Uribe le proponemos, él lo
ha aceptado, la convocatoria, como Presidente Pro Témpore de la CAN, a una
reunión extraordinaria de Presidentes, de los cinco Presidentes. Seis ahora, con
Chile, que está como país observador. Es asociado. No es miembro pleno.
Entonces una reunión extraordinaria. De una vez nosotros garantizamos
la asistencia a esa reunión. El Presidente nos ha pedido que traigamos nuestra
propuesta, nuestras ideas acerca de la CAN: cómo nosotros la concebimos,
nuestras críticas, para discutirlas como hermanos. Y ojalá de allí salga la
resolución de que Venezuela se incorpore a lo que nosotros llamamos una
nueva CAN.
La CAN del siglo XXI. Donde pongamos lo social por delante, la comple-
mentación económica. No sólo el comercio, que es bastante positivo. Este año
el comercio bilateral entre Colombia y Venezuela es posible que supere los 5
mil millones de dólares. El año pasado estuvimos en cerca de 4 mil.
Este año en el primer trimestre estamos por encima de mil y tantos. No
hemos llegado a 2 mil, según las cifras de la Ministra de Comercio. Estamos
llegando a 2 mil en el primer trimestre. Así que es muy probable que nos
montemos en el techo de los 5 mil millones de dólares este año.
Entonces en el tema de la CAN, estaremos pendientes de la fecha para la
reunión extraordinaria de Presidentes. Estamos seguros que vendrán los demás
Presidentes para estudiar el tema y ojalá continuar tomando buenas decisiones
al respecto de nuestra integración, de la unión de nuestros pueblos.
Y sobre el tema que sabemos (…). Al respeto diría pocas cosas. Porque
si algo debe marcar el esfuerzo que hemos asumido, a solicitud en primer
lugar de la senadora Piedad Córdoba y luego con el beneplácito del Presidente
Uribe, nunca nosotros hubiéramos tomado esta iniciativa sin la luz verde del
Presidente Uribe.
Siempre hemos dicho, desde hace ocho años, casi nueve, hemos dicho
que nosotros estamos a la orden de Colombia para, modestamente, tratar de
ayudar en la solución de conflicto, que también a nosotros nos afecta. Creo
que después de Colombia, nosotros somos quizá el país más afectado por estos
conflictos de tanto tiempo.
Así que si una norma debe guiarnos en este nuevo rol, es la prudencia.
Es avanzar con pie de plomo. Porque ya el Presidente y su equipo nos hacían

197
Los potros de bárbaros atilas

una maravillosa explicación, y el señor Comisionado, de cuántos caminos,


cuántos intentos. Y cada intento, un fracaso.
Estamos hablando del canje, del intercambio humanitario. Le he pedido
a Dios, desde que asumí esta modesta tarea, además de las que ya tengo, que
nos ayude ojalá a lograr que en el más corto plazo posible todas las personas
que están en la situación en la que están puedan volver a sus hogares, sanos y
salvos. Eso es lo que nos mueve.
Yo adelanto que antes de llegar hoy a Bogotá hicimos un gran esfuerzo,
después de las conversaciones en Caracas con la senadora Piedad Córdoba,
con algunos de los familiares de los policías, soldados, dirigentes políticos
y otros colombianos que están en manos de las Farc. Nosotros hicimos un
esfuerzo grande por obtener una respuesta de las Farc.
Todos saben aquí que hubo una respuesta pública de uno de los miembros
del Secretariado. Sin embargo esperábamos una respuesta directa. Y llegó la
respuesta. A última hora, esta madrugada, llegó, antes de salir para acá.
Yo no puedo adelantar detalles, por supuesto, porque con mucha calma
y paciencia uno debe tratar de buscar un punto en el cual se abran las puertas
para la liberación de todos estos compatriotas.
Estoy optimista, estoy optimista, estoy optimista. Y algo que le traía,
dentro de las propuestas, consultas, preguntas, a las que ya el Presidente Uribe
se refería, y que él y su equipo en algunas ocasiones, pero que él me explicó
con detalles, respondió cada pregunta, agregó detalles de eventos anteriores,
dudas que yo traía anotadas en esta pequeña libreta, una de ellas es muy posi-
tiva, y agradezco, Presidente. Porque sin la ayuda de usted y la comprensión de
muchos otros actores, sería imposible lograr lo que ya se ha intentado en varias
ocasiones y no se ha logrado. El Presidente Uribe ha visto con buenos ojos que
yo reciba en Venezuela a un enviado de las Farc para hablar de este tema.
Eso es imprescindible, y va a ser muy útil, yo sí lo creo, para comenzar
a cruzar posiciones, para tratar de reflexionar a fondo sobre causas, sobre
problemas, sobre posibles vías de solución, que ahí hay varias. Yo sé que hay
varias, hay muchas posibilidades. Si hay la voluntad, la voluntad hace todo.
Y luego la inteligencia. Yo tengo ya algunos esquemas que el Presidente ha
contribuido hoy a fortalecer. Cosa que agradezco muchísimo.
También surgió el tema del Eln, y actualizamos con el Comisionado de
Paz el punto al cual han llegado las conversaciones de La Habana. Nosotros
hemos estado ayudando modestamente, pero sobre todo en la logística. No
hemos participado directamente en las conversaciones

198
Declaración de los presidentes Uribe y Chávez al concluir encuentro en Hato Grande

Pero luego de La Habana nos llegó alguna señal, alguna solicitud para un
diálogo en Caracas. Hemos venido, hemos planteado al Presidente, y de inme-
diato él ha aceptado y ha dado instrucciones al Comisionado. Es posible que
pronto el Comisionado Luis Carlos esté con nosotros en Caracas, reuniéndose
con alguno de los representantes del Eln que actualmente están en La Habana.
Que si yo pueda participar en esa reunión, está planteado como probable, para
tratar de seguir avanzando en el proceso de paz con el Eln.
Ojalá. Fíjate que a lo mejor logramos varias cosas en un solo envión.
Pidamos a Dios que así sea y al espíritu de Bolívar y de Santander y de Nariño,
que por aquí por estos lares estarán para siempre. Gracias, Presidente.
Yo le he preguntado al Presidente sobre algunas condiciones en el caso
del Eln, en esa actualización desde el marco de las conversaciones, y él me
planteaba las propuestas del Gobierno que él dirige. Yo le hacía la pregunta
sobre el desarme, una de las preguntas que le hice, y él me aclaraba que no está
exigiendo, el Gobierno de Colombia al Eln, entregar las armas, sino buscar
un lugar para luego sentarse a negociar el proceso de paz, con cese de hostili-
dades y verificación.
Esa es la posición del Gobierno de Colombia. A mí me gustará mucho oír
la posición del Eln allá en Caracas, ojalá con la presencia tuya, Luis Carlos, y
ojalá. Yo sí creo que pudiéramos llegar a puntos comunes.
Si los actores, el Gobierno de Colombia lo solicita o lo autoriza, y las Farc o
el Eln, de la misma manera, yo estoy dispuesto. Nunca antes habíamos recibido
la luz verde para actuar directamente. Por eso agradezco al Presidente y agra-
dezco también a quienes han respondido por parte de las Farc, que han dicho
que sí que están dispuestos a conversar en Venezuela con nosotros y conmigo
en particular, en una muestra de confianza. Y eso mueve y eso motiva.
Ya que tú me lo pides, hago público ese detalle del marco de negocia-
ciones con el Eln, en el cual nosotros estamos dispuestos a colaborar. Y ojalá
logremos resultados positivos.
Ustedes saben que, producto de la locura de algunos venezolanos, después
del golpe de Estado, hay gente que acarició la idea de asesinarme. Y algunos
todavía siguen acariciándola.
Y entonces, utilizando distintas estrategias, en muchos casos engañando
a un grupo de muchachos, a unos menores de edad, los llevaron a Caracas, los
concentraron en una hacienda muy cerca de Caracas, y estaban planificando
el asalto al Palacio de Miraflores, con el uniforme del Ejército venezolano
para simular un alzamiento militar. Y el objetivo era matarme y sembrar terror

199
Los potros de bárbaros atilas

en Caracas, en algunos lugares de Caracas, un grupo de paramilitares, conde-


nados, más de 40 de ellos.
Yo he decidido indultarlos. He firmado el decreto de indulto ayer por la
mañana. Y mañana tenemos todo listo, mañana, cerca del mediodía, serán
entregados a sus familiares y a Colombia, a representantes del Estado colom-
biano en la ciudad fronteriza de San Antonio del Táchira.
Yo salgo de un peso, en verdad, porque conversé con varios de esos
muchachos. Todos son muchachos, algunos menores de edad, que fueron ya
librados. Fueron liberados.
Yo conocí a algunos de sus familiares. Como dije, a muchos los llevaron
engañados, estoy completamente seguro, para tratar de cometer aquellos actos
de locura, de terrorismo.
De esa manera, Presidente, pues no tenía pensado hacerlo público aquí,
porque creo que estamos cumpliendo con lo que nos manda el alma. Y de esa
manera, ojalá que ese gesto de nuestro Gobierno contribuya.
Ojalá que este indulto y el retorno de estos jóvenes colombianos a sus
casas. Y ojalá todos tomen el camino del estudio, de la capacitación y del
trabajo, para bien de Colombia y para bien de todos nosotros.
Muchas gracias, Presidente.

La anterior fue la declaración de prensa ofrecida por los presidentes de Colombia y Venezuela,
Álvaro Uribe y Hugo Chávez, al culminar la visita oficial del mandatario del vecino país a
Colombia.
Hacienda Hato Grande, 31 agosto 2007 (SNE).
Fuente: http://web.presidencia.gov.co/sp/2007/agosto/31/10312007.html

200
Noticia de prensa
ONU PIDE AMPLIAR PLAZO PARA RESCATE DE RESTOS

Bogotá, Colombia (RCN). Naciones Unidas se unió a la petición de los


familiares de los diputados asesinados por las Farc, para que se amplíe el
plazo para el rescate de sus restos.
El delegado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los
derechos humanos advirtió que la guerrilla no puede aprovechar el cese de
operaciones militares para planear actos de violencia.
La petición de delegado las Naciones Unidas es en dos sentidos: al
Gobierno colombiano para que amplíe el cese de acciones militares en la zona
del rescate de los restos, y a las Farc para que no abusen de la medida.
“Creemos que todas las partes tiene poner lo mejor de sí mismo y que
aquellos que están gozando de esa medida de suspensión de acciones militares
no aprovechen de ello para poder desarrollar otro tipo de acciones que son
las propias de los grupos armados ilegales”, afirmó el delegado de Derechos
Humanos, Juan Pablo Corlazzoli.
El funcionario volvió a invitar a las Farc a dialogar sobre intercambio sin
la condición del despeje militar. “Para ellos no es necesario tener un despeje,
hay miles de experiencias en el mundo de entrega de personas secuestradas sin
que se tenga que realizar despejes”, añadió Corlazzoli.
Esta mañana la alta Comisionada para las Naciones Unidas para los Dere-
chos Humanos (ONU) se reunió en Bogotá con el vicepresidente Francisco
Santos y el Ministro del Interior Carlos Holguín Sardi.
“Estoy empezando una serie de reuniones con el presidente, el vice-
presidente y los ministros para chequear la situación de derechos humanos
en Colombia”, aseguró la Comisionada de los Derechos Humanos, Louise
Arbour.
Mañana el Gobierno y la ONU firmarán el convenio para ampliar la
permanencia de la oficina de derechos humanos por tres años más en el país.

Fuente: http://www.canalrcn.com/noticias/index.php?op=info&idS=742&idP=119&idC=39514
2007-09-08

201
FARC NO BUSCAN ACUERDO SINO REPOSICIONARSE
POLÍTICAMENTE, DENUNCIÓ EL PRESIDENTE URIBE
Informe de la Presidencia de la República

El presidente Álvaro Uribe denunció este sábado que el Gobierno tiene


información en el sentido de que la guerrilla de las Farc no estaría buscando la
concreción del acuerdo humanitario, que permita la liberación de los secues-
trados, sino un reposicionamiento político.
“Bienvenido el acuerdo humanitario. Pero rechazamos las pretensiones
de la guerrilla de un nuevo engaño a través del cual quieren un reposiciona-
miento político”, dijo enfáticamente el Jefe de Estado, al término del Consejo
Comunal número 49 que se realizó este sábado en Medellín.
El Presidente les advirtió a las Farc que solo cuando se desmovilicen,
como resultado de un acuerdo de paz, podrán hacer política; no antes.
“Le hago otra advertencia a la guerrilla: si quieren hacer política que se
desmovilicen, que se sometan a la Ley. Con este Gobierno pueden pactar la
paz en cinco minutos. Lo que no vamos a permitir es que asesinen y secues-
tren y trafiquen con droga en Colombia y en seguida posen como personajes
de la política ante la comunidad internacional. Esa incongruencia no estamos
dispuestos a admitirla”, enfatizó el Jefe de Estado.
El mandatario hizo un recuento de todos los esfuerzos que su Gobierno
ha hecho para alcanzar el acuerdo humanitario, desde las tareas de facilitación
de los ex presidentes Alfonso López (q.e.p.d) y Ernesto Samper, además de
la Iglesia Católica, hasta la liberación unilateral de guerrilleros como Rodrigo
Granda, a petición del presidente francés Nicolás Sarkozy.
Sin embargo, dijo, las Farc ha mentido a lo largo de estos intentos y, una
vez más, quieren engañar al país y a la comunidad internacional, al utilizar el
tema de acuerdo humanitario “simplemente como un conducto para posar de
personajes de la política, cuando hace pocos días asesinaron a los diputados y
siguen procediendo con toda la crueldad frente al pueblo colombiano. Eso no
lo podemos permitir”, puntualizó el Jefe de Estado.
“Nuestra apertura de opciones no es para que las Farc nos vuelva a
engañar”, enfatizó el mandatario y agregó que “no estamos dispuestos a

203
Los potros de bárbaros atilas

permitir lo que la guerrilla quiere: un posicionamiento político, cuando en


realidad ellos lo que tienen es un posicionamiento terrorista”.
El Presidente también desestimó las versiones de diversos sectores en
el sentido de que con la aceptación de las labores de intermediación para el
acuerdo humanitario del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el país está
perdiendo soberanía.
Al respecto, señaló que un país democrático está abierto a esas opciones
y que, en cambio, perder la soberanía es dejar que el terrorismo se tome una
zona del país. Por eso, reiteró sus dos inamovibles para el acuerdo humani-
tario: No al despeje y que los guerrilleros liberados no vuelvan a delinquir.
“Permitir que sea el terrorismo el que ejerce el poder soberano en una
zona de despeje es renunciar a la soberanía legítima que ejerce el Estado y
conceder esa soberanía al poder terrorista, como venía ocurriendo en muchas
partes de Colombia”.
El mandatario reiteró, igualmente, que el Gobierno no abandona la posi-
bilidad de un rescate militar de los secuestrados, y por eso les pidió a las
Fuerzas Militares y al ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, “que inten-
sifiquen las operaciones”.

Medellín, 22 de septiembre de 2007. (SNE).


Fuente: www.presidencia.gov.co (SNE)

204
INTERVENCIÓN ANTE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS
NACIONES UNIDAS
Álvaro Uribe Vélez

Señor Presidente: permítame felicitarlo por su elección a la Presidencia


de esta Asamblea y desearle éxitos en el desempeño de sus funciones. Después
de cinco años de Gobierno, acudimos de nuevo a la Asamblea de las Naciones
Unidas para informar sobre temas cruciales de la democracia colombiana.
(…)
Desde el primer día de Gobierno, con nuestra política de Seguridad Demo-
crática, tomamos la decisión de no tolerar el asesinato de colombiano alguno y
de derrotar la impunidad.
La situación de seguridad ha mejorado sustancialmente. En 2002 Colombia
sufrió 29.000 homicidios, de los cuales 196 eran sindicalistas, y cerramos 2006
con una reducción del 40% en la violencia general y del 70% en violencia contra
sindicalistas.
Este año hay 6.714 colombianos con protección individual por parte del
Estado. De ellos cerca de 1.200 son trabajadores que pertenecen a organiza-
ciones sindicales, protección con un costo presupuestal cercano a 39 millones
de dólares.
En nuestro esfuerzo contra la impunidad, entre 2002 y lo presupuestado para
2008, habremos aumentado los recursos para el sector justicia en un 76% y para
la Fiscalía en un 78%.
El presupuesto de la Unidad Especial de la Fiscalía para la atención de los
casos de homicidios de sindicalistas, ha crecido en un 40%. Esta unidad atiende
más de 300 casos priorizados por los propios trabajadores.
La lucha contra la impunidad en homicidios contra trabajadores sindica-
lizados se adelanta bajo las directrices de la Organización Internacional del
Trabajo, en acuerdo de Gobierno, trabajadores y empleadores. Han sido positivos
los informes sobre avances, entregados por la oficina de la OIT en Colombia.
Permítanme afirmar ante las Naciones Unidas: los asesinatos y secuestros
han sido obra de terroristas. Primero fueron las guerrillas marxistas, que al
introducir su perverso esquema de la “combinación de todas las formas de

205
Los potros de bárbaros atilas

lucha”, asesinaban y secuestraban y penetraban también sectores de obreros,


estudiantes, políticos, periodistas. Después llegaron los paramilitares e hicieron
lo mismo, y asesinaban a trabajadores acusándolos de ser colaboradores de
la guerrilla, que en reciprocidad asesinaban a quienes consideraban amigos
del paramilitarismo. En algunas partes del país, el enfrentamiento de las dos
guerrillas que aún subsisten, es fuente también de asesinato de trabajadores.
Superar definitivamente este flagelo es designio irrenunciable de nuestra
política de Seguridad Democrática.
A propósito de lo anterior, tenemos tres objetivos de Gobierno: conso-
lidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista y lograr
nuestro programa social, más ambicioso que las metas de los Objetivos
Sociales del Milenio, que aspiramos a cumplir antes de la fecha prevista por
las Naciones Unidas.
En materia de Seguridad Democrática vamos ganando pero no hemos
ganado todavía. Con persistencia y transparencia Colombia superará el terro-
rismo financiado por las drogas ilícitas.
Tenemos una democracia antigua, respetable, todos los días más profunda.
Nos aproximamos al quinto certamen electoral presidido por este Gobierno
y es más evidente la transparencia y la eficacia de las garantías a todos los
contendores. Para proveer 18.332 cargos de elección popular directa hay
inscritos 86.347 candidatos de 235 orígenes políticos diferentes.
Ello ocurre en un país que hace cinco años enfrentaba a 60.000 terro-
ristas, donde todavía quedan alrededor de 11.000. Para combatirlos, profun-
dizamos la democracia en lugar de cercenarla, protegemos las libertades en
vez de suprimirlas, estimulamos el disenso al contrario de silenciarlo. Nuestra
lucha contra el terrorismo la observan críticos nacionales e internacionales,
sin ninguna restricción para estar en el país y decir lo que quieran.
Nuestra práctica democrática nos da la autoridad política para decir que
aquellos que están en armas, financiados por drogas ilícitas, no son insur-
gentes contra la opresión sino terroristas contra la libertad. No nos negamos a
negociar con ellos, si cesan sus acciones violentas, pero no permitiremos que
la negociación sea una trampa que les facilite la destrucción de nuestra demo-
cracia. Hemos logrado la desmovilización de 46.000 integrantes de las dife-
rentes facciones, y adelantamos con ellos un proceso de reinserción, costoso y
complejo, que exige verdad, justicia y reparación a las víctimas.
Y entonces aquí llegamos al Acuerdo Humanitario para la liberación
de los secuestrados que permanecen en poder de los terroristas de las Farc.

206
Intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas

La mayor parte de ellos fueron secuestrados antes o durante el período de


la zona de despeje del Caguán, que duró 42 meses. No entendemos que las
Farc pidan zona de despeje para liberarlos si la tuvieron durante tanto tiempo
y no los liberaron. El país estuvo despejado muchos años, sin seguridad, lo
que permitió la casi toma total por parte de la guerrilla y del paramilitarismo.
Los ciudadanos no quieren terroristas, imploran la presencia única del Estado
en todas las regiones. Nosotros estamos dispuestos a un Acuerdo Humani-
tario, pero no podemos permitir zonas de despeje, que son finalmente campos
de concentración a cargo de terroristas. Tampoco permitiremos que quienes
salgan de la cárcel regresen al delito, pues sería una afrenta al sacrificio de los
soldados y policías de la Patria.
Hemos liberado unilateralmente a 177 integrantes de las Farc; más
Rodrigo Granda, de alto rango en esa organización, éste por petición del
Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy. Hemos dado el consentimiento para
que muchas personas e instituciones sean facilitadoras. La única respuesta de
los terroristas ha sido el asesinato aleve de los 11 diputados vallecaucanos,
secuestrados durante más de cinco años, y el constante asesinato de lucha-
dores de la democracia, como los ocurridos en las últimas semanas, que ha
hecho víctimas a Julio César Marentes y Alberto Martínez Barbosa, ambos
candidatos a alcaldías municipales en Villarrica y Río Blanco, en el Departa-
mento del Tolima, pertenecientes a partidos de la coalición de Gobierno.
Las opciones abiertas para la liberación de nuestros secuestrados, que
incluyen una ciudadana francesa además de colombiana y tres ciudadanos
de los Estados Unidos, no son opciones para el posicionamiento político del
terrorismo. Colombia no permitirá que la recuperación de su soberanía legí-
tima y democrática se frustre para devolver espacio nacional o internacional
al poder asesino del terrorismo. Si los terroristas quieren hacer política que
renuncien a su actividad de derramar sangre y se sometan a la Constitución.
Recientemente, el Gobierno autorizó a la senadora Piedad Córdoba,
opositora de nuestra administración, para actuar como facilitadora del Acuerdo
Humanitario. También aceptamos la ayuda del Presidente Hugo Chávez,
de Venezuela, quién se reunirá en breve con representantes de las Farc. El
Presidente Chávez ha invitado a algunos congresistas de los Estados Unidos
a acompañarlo en esa reunión, que nuestro Gobierno comparte, con la suge-
rencia de que la delegación norteamericana sea bipartidista, para preservar
esa aproximación en la relación con Colombia. Celebramos la disposición
positiva del Gobierno de los Estados Unidos.

207
Los potros de bárbaros atilas

Hemos hecho reservas para defender los superiores intereses de nuestra


democracia y estimulamos la tarea del Presidente Chávez y la Senadora Piedad
Córdoba porque estamos comprometidos con la liberación de los secuestrados.
El desmonte del paramilitarismo, el debilitamiento de la guerrilla, la recu-
peración de garantías eficaces para la democracia, más allá de la retórica, la
protección del periodismo libre en un país donde llegaron a asesinar a 15
periodistas en un año –este año se ha presentado un caso–, son hechos que nos
permiten mirar a los ojos a los ciudadanos del mundo para reclamar apoyo
total a nuestra política de Seguridad Democrática.
Hoy no hay paramilitarismo. Hay guerrillas y narcotraficantes. El término
“paramilitar” se acuñó para denominar a organizaciones privadas criminales
cuyo fin era combatir a la guerrilla. Hoy, el único que combate a la guerrilla es
el Estado, que ha recuperado el monopolio que nunca debió perder.
(…)
Agradezco a las Naciones Unidas todo el apoyo dado a Colombia, y resalto
cuatro áreas: la Agencia Antidrogas ha sido la garante y supervisora de nuestro
programa de Familias Guardabosques para proteger la selva de la amenaza
destructiva del narcotráfico; la Organización Internacional del Trabajo cumple
una magnífica tarea en nuestro programa de protección a trabajadores; con la
Oficina de la Alta Comisionada para Derechos Humanos hemos extendido el
convenio para su presencia en Colombia durante el resto de nuestro período
de Gobierno; y las diferentes instituciones constituyen gran apoyo a la tarea
de atención a la población desplazada.
Seguimos trabajando por una sociedad sin exclusiones y sin odio de clases,
en permanente debate constructivo, que busque opciones, que no se estanque en
antagonismos insuperables, respetuosa de su Constitución democrática, y guiada
por una visión a largo plazo, alimentada todos los días en el diálogo incluyente.
Gracias a la comunidad internacional por todo el apoyo. Los invito a
visitar a Colombia, a hablar con nuestros compatriotas y a percibir el ánimo
colectivo de luchar por la felicidad de las nuevas generaciones.
Colombia no hay que conocerla a través de las malas noticias sino a través
de la nueva relación con los colombianos. Les reitero la invitación de visitar
a nuestro país.
Muchas gracias.

Nueva York, 27 de septiembre de 2007 (SP)


Fuente: www.presidencia.gov.co

208
COMUNICADO DEL 19 DE NOVIEMBRE DE 2007
Presidencia de la República

1. Durante la reunión sostenida en Santiago de Chile el pasado 9 de


noviembre, para ser manejado en secreto como herramienta de negociación,
el Presidente Uribe le dijo al Presidente Chávez que estaría dispuesto a una
reunión del Presidente Chávez con “Manuel Marulanda”, y que el mismo
Presidente Uribe estaría dispuesto a asistir a ésta o a una reunión posterior,
siempre y cuando se hubiesen liberado previamente todos los secuestrados
en poder de las Farc y la reunión fuera en el marco de un proceso de paz
exitoso.
2. El Presidente Uribe explicó al Presidente Chávez que la oposición en
Colombia tiene plenas garantías efectivas, gracias a la seguridad democrática.
Que los asesinatos contra líderes de la Unión Patriótica se produjeron por la
“combinación de las diferentes formas de lucha”, que asociaba a políticos con
guerrilleros, y a la falta de seguridad democrática por parte del Estado. Que el
Presidente Chávez podía explicarle a las Farc que con el Presidente Uribe se
puede negociar un proceso de paz.
3. El Presidente Uribe le dijo al Presidente Chávez que este proceso de
mediación debía tener un límite en el tiempo, con lo cual estuvo de acuerdo el
Presidente Chávez. Hoy piensa el Gobierno que el límite debe ser el mes de
diciembre.

Bogotá, 19 de noviembre de 2007


Fuente: www.presidencia.gov.co SNE.

209
COMUNICADO 054 DEL 20 DE NOVIEMBRE DE 2007
DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ
Luis Carlos Restrepo Ramírez

I) El Gobierno Nacional reitera ante la opinión que lo conversado entre el


Presidente Uribe y el Presidente Hugo Chávez, el pasado 9 de noviembre en
Santiago de Chile, era de manejo interno, para ser utilizado como herramienta
de negociación con las Farc. En la misma reunión, los Presidentes acordaron
qué podría informarse de manera pública, como de hecho aconteció en sus
declaraciones a los medios.
II) Ante los últimos comentarios del presidente Hugo Chávez, hoy en
París, es necesario dar a conocer a la opinión la totalidad de la propuesta
formulada en Santiago de Chile por el Presidente Álvaro Uribe.
III) Si las Farc dejan en libertad de manera unilateral a un grupo de secues-
trados en su poder, con el compromiso de liberarlos a todos, incluidos los tres
norteamericanos, el presidente Hugo Chávez recibirá autorización para una
reunión con “Manuel Marulanda” en un sitio del Caguán, con reglas claras y
acompañamiento internacional. Dicha reunión se realizaría con el compromiso
de iniciar un proceso de paz. El Presidente Álvaro Uribe manifestó su disposi-
ción para ir a un encuentro similar, previa liberación de todos los secuestrados
y en el marco de un proceso de paz exitoso.
Aclaró, además, el presidente Álvaro Uribe, que el mencionado sitio sería
muy distinto a la anterior zona de distensión y que en el deberían estar todos
los miembros del secretariado de las Farc.
IV) El Gobierno colombiano confía en la gestión del presidente Hugo
Chávez y agradece su compromiso en este proceso. No tenemos en cambio
certeza sobre la voluntad de las Farc, grupo en el que vemos una actitud dila-
toria. Al Gobierno colombiano le preocupa que los terroristas de las Farc no
respeten ni al Presidente Chávez.

Bogotá, 20 de noviembre de 2007


Fuente:http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/noticias/2007/septiembre/nov 20_2007a.htm

211
COMUNICADO 055 DEL 21 DE NOVIEMBRE DE 2007
Presidencia de la República

El Presidente de la República se permite informar:


1. Hoy, la senadora Piedad Córdoba llamó telefónicamente al comandante
del Ejército, General Mario Montoya, le pidió una cita y, a continuación, le
pasó al teléfono al Presidente Hugo Chávez de Venezuela. El Presidente Chávez
le hizo al General Montoya preguntas sobre secuestrados por las Farc
2. En la reunión de Santiago de Chile, el Presidente Uribe le había dicho
al Presidente Hugo Chávez que no estaba de acuerdo con que el Presidente
de la República Bolivariana de Venezuela se comunicara directamente con el
Alto Mando institucional de Colombia.
3. En consecuencia, el Presidente de la República da por terminada la
facilitación de la senadora Piedad Córdoba y agradece al Presidente Hugo
Chávez la ayuda que estaba prestando.

Bogotá, 21 de noviembre de 2007


Fuente: www.presidencia.gov.co SNE.

213
COMUNICADO 057 DEL 24 DE NOVIEMBRE DE 2007
Presidencia de la República

1. En su interés por lograr la liberación de los secuestrados, el Gobierno de


Colombia permitió la intervención del Presidente Hugo Chávez, no obstante
el riesgo de dificultades políticas que algunos anticipaban.
2. El Gobierno de Colombia estimó que el Presidente Hugo Chávez podía
ser alternativa eficaz para la liberación de los secuestrados, prefiriendo esta
opción a negar su intervención, so pretexto de la preocupación política.
3. Los Presidentes han sostenido tres reuniones donde se ha abordado
el tema del acuerdo humanitario, todas con testigos. En la reunión entre los
Presidentes Álvaro Uribe y Hugo Chávez en Santiago de Chile, el pasado 9
de noviembre, quedó claro que el Gobierno colombiano no podía permitir una
reunión del Presidente Hugo Chávez con “Manuel Marulanda”, pues para este
caso o para una reunión semejante, con otro Jefe de Estado, se necesitaría una
zona de despeje. El Presidente Uribe expresó al Presidente Chávez como alter-
nativa, que si previamente las Farc liberaban unos secuestrados, con el compro-
miso de liberarlos a todos, se podría hacer la reunión del Presidente Chávez con
“Manuel Marulanda” en un sitio de encuentro en Colombia, aún en el Caguán,
como lo solicitaba el Presidente Chávez, para iniciar un proceso de paz exitoso.
Que el Presidente Uribe estaría dispuesto a concurrir allí posteriormente. Esta
propuesta se entregó como “herramienta de negociación” que podía utilizar
el Presidente Hugo Chávez para avanzar con las Farc en la liberación de los
secuestrados. El Gobierno de Colombia se sorprendió cuando el Presidente
Chávez hizo público este tema en París, porque daba por entendido que se
trataba de un elemento de negociación para ser manejado con reserva.
4. En la reunión de Santiago de Chile, el Presidente Uribe explicó al
Presidente Chávez que en el Gobierno de Colombia toda gestión de paz se
consulta con la Fuerza Pública, a fin de no interferir la política de seguridad
democrática. El Presidente Uribe explicó al Presidente Chávez que siempre
mantiene el buen cuidado para que tales decisiones no afecten la motivación
de la Fuerza Pública. El Presidente Chávez respondió que él hablaría con los
generales colombianos, incluso con el General Mario Montoya, Comandante

215
Los potros de bárbaros atilas

del Ejército. El Presidente Uribe dijo que eso no se aceptaba y dio razones.
Este tema quedó definido y cerrado.
5. De allí la preocupación del Gobierno colombiano al conocer sobre la
conversación telefónica del Presidente Hugo Chávez con el General Mario
Montoya, a través de la Senadora Piedad Córdoba. Ese mismo día, la Senadora
llamó varias veces al General Freddy Padilla de León, Comandante General
de las Fuerzas Militares, con quien no habló. Previamente la Senadora había
llamado a un vocero de la Iglesia Católica, a quien le expresó el interés del
Presidente Hugo Chávez para que el Presidente de la Conferencia Episcopal
Colombiana fuera a Caracas a hablar con él. Según lo ha dicho la misma Sena-
dora, ese día también llamó a periodistas y a varias personalidades del país,
todo esto sin conocimiento del Gobierno colombiano.
6. El Gobierno de Colombia, al conocer los hechos, apreció que no fue
casual la llamada de la Senadora Piedad Córdoba que desembocó en la conver-
sación telefónica del Presidente Chávez con el General Montoya, que se apar-
taba de lo hablado en Santiago de Chile y desconocía el conducto institu-
cional colombiano. El Gobierno de Colombia no puede permitir que terceros
involucren a militares colombianos en el tema, porque atenta contra nuestras
tradiciones democráticas de unidad en las Fuerzas Armadas.
7. El Gobierno de Colombia ha sido totalmente respetuoso de la jerarquía
institucional de la República Bolivariana de Venezuela. Los asuntos de orden
público que interesan a los dos países, así como la necesidad de la coordina-
ción militar en la frontera estimada por el Gobierno de Colombia, han sido
siempre expresados de manera directa por el Presidente Álvaro Uribe al Presi-
dente Hugo Chávez.
8. El 21 de noviembre, en horas del medio día, en intervención pública
en la ceremonia de graduación del Curso de Altos Estudios Militares de la
Escuela Superior de Guerra, el Presidente Álvaro Uribe había reiterado toda la
confianza y el apoyo a la gestión del Presidente Hugo Chávez. Ese mismo día,
en horas de la noche, el Presidente conoció de la llamada telefónica por infor-
mación que recibió del General Freddy Padilla de León, Comandante General
de las Fuerzas Militares, y del propio General Mario Montoya, Comandante
del Ejército Nacional.
9. El Gobierno colombiano ha hecho innumerables esfuerzos por el
acuerdo humanitario. Las únicas respuestas de las Farc han sido el asesinato
del ex ministro Gilberto Echeverri, del Gobernador Guillermo Gaviria, y los
miembros de la Fuerza Pública que los acompañaban en el cautiverio; el asesi-

216
Comunicado 057

nato de los once diputados vallecaucanos; la actitud dilatoria frente a la comu-


nidad internacional; la negativa a trabajar una fórmula para la liberación de
los secuestrados con los múltiples facilitadores nacionales e internacionales
que se han designado.
10. El Gobierno de Colombia muestra su preocupación por la manipula-
ción de pruebas de supervivencia por parte de las Farc, tal como lo dejó claro
hoy, en comunicado público, el General Oscar Naranjo, Director de la Policía
Nacional.
11. El Gobierno no puede permitir que los terroristas de las Farc continúen
con la práctica de “combinar las formas de lucha”, mediante la cual secues-
tran, asesinan y trafican con droga, mientras posan como actores políticos y se
relacionan con sectores de la comunidad nacional e internacional. Esta prác-
tica dañina ha contribuido, entre otros episodios criminales, a los asesinatos de
integrantes de la Unión Patriótica y de líderes sindicales en Colombia.
12. Todo demuestra que las Farc no han estado interesadas en liberar a
los secuestrados, ni siquiera en entregar pruebas de supervivencia, sino en
hacer política internacional, mientras en Colombia asesinaron en las últimas
semanas a 12 candidatos en las elecciones regionales y produjeron un atentado
terrorista contra el Gobernador del Cauca, delitos que ningún país tolera.
13. La política de paz en coordinación con la política de seguridad demo-
crática ha mostrado para el país grandes avances en la disminución de la
violencia, en la desmovilización de 46.000 miembros de las organizaciones
ilegales, y en la recuperación de la confianza ciudadana en las instituciones
democráticas.
14. El Gobierno colombiano reitera que la política de seguridad demo-
crática no hace parte de supuestas divisiones entre “izquierda” y “derecha”.
Al contrario, es un valor para garantizar la eficacia del pluralismo. El actual
Gobierno, en su afán por derrotar el terrorismo para fortalecer la democracia,
ha demostrado que actúa de manera soberana y autónoma, ajeno a presiones
de cualquier país.
15. Colombia no puede permitir que los terroristas de las Farc abusen
del dolor de los secuestrados y sus familiares, abusen de los buenos oficios
internacionales, abusen de la súplica por el Acuerdo Humanitario, todo para
debilitar la política de seguridad democrática, que es la única que finalmente
eliminará el secuestro y devolverá la paz.
16. El Gobierno colombiano continuará haciendo todos los esfuerzos para
la liberación de los secuestrados y espera que las Farc, en lugar de insistir en

217
Los potros de bárbaros atilas

su torpeza terrorista, entreguen los secuestrados al Presidente Chávez o al


Presidente Sarkozy, o a la Cruz Roja Internacional, cuanto antes y de manera
unilateral.
17. Es del mayor interés del grupo terrorista de las Farc crear fisuras y
antagonismos entre Colombia y Venezuela. No debemos caer en trampas del
terrorismo.
18. El Presidente Álvaro Uribe reitera su disposición de mantener un
diálogo constructivo con el Presidente Hugo Chávez.
Casa de Nariño

24 de noviembre de 2007
Fuente: www.presidencia.gov.co SNE.

218
DECLARACIÓN DESDE CALAMAR, BOLÍVAR
Álvaro Uribe Vélez

Permítanme, compatriotas de Calamar, alterar un poco la agenda del tema


que nos ocupa, para dar unas reflexiones sobre esta declaración del presidente
Chávez.
Presidente Chávez: la verdad, con testigos, es que a usted se le permitió
mediar con las Farc, como lo pidió. A usted se le permitió reunirse con las
Farc, como lo pidió. A usted se le permitió reunirse con el Eln. A usted se le
permitió que Rodrigo Granda se trasladara, de Cuba a Venezuela.
Y como en tantas ocasiones anteriores, las Farc volvieron a mentir,
volvieron a incumplir.
La verdad, Presidente Chávez, y la verdad con testigos, es que cuando
no hay argumentos y se apela a los insultos, como usted lo hace, se afectan
no solamente las relaciones internacionales, sino que, en este caso, usted con
sus insultos y su falta de argumentos hiere la dignidad del propio pueblo de
Venezuela que usted representa.
La verdad, Presidente Chávez, es que nosotros necesitamos una media-
ción contra el terrorismo y no legitimadores del terrorismo.
Sus palabras, sus actitudes, dan la impresión de que usted no está intere-
sado en la paz de Colombia, sino en que Colombia sea víctima de un gobierno
terrorista de las Farc.
La verdad, Presidente Chávez, la verdad con testigos, como la nuestra,
es que nosotros necesitamos que nos ayuden a superar esta tragedia del terro-
rismo, pero que no se aprovechen de la necesidad del acuerdo humanitario
para invocar la ayuda a Colombia y venir a Colombia simplemente a inter-
venir en ella, para fomentar un proyecto expansionista.
La verdad, Presidente Chávez, es que si usted está fomentando un proyecto
expansionista en el Continente, en Colombia ese proyecto no tiene entrada.
La verdad, Presidente Chávez, la verdad con testigos, es que no se puede
incendiar el Continente como usted lo hace, hablando un día contra España,
al otro día con los Estados Unidos; maltratando un día a México, al siguiente
al Perú, en la mañana después a Bolivia. No se puede maltratar al Continente,

219
Los potros de bárbaros atilas

incendiarlo, como usted lo hace, hablando de imperialismos, cuando usted,


basado en su presupuesto, quiere montar un imperio.
La verdad, Presidente Chávez, es que no se puede maltratar la historia, no
se puede manchar la memoria de los héroes, desfigurándolos en la demagogia
popular, para desorientar a los pueblos.
El General Santander nos dio el ejemplo del apego a la ley. La verdad,
Presidente Chávez, es que no se puede burlar la ley, como usted lo hace,
tratando de maltratar al General Santander, para sustituir la ley por el capricho
personal.
La verdad, Presidente Chávez, la verdad con testigos, es que no se puede
desorientar al pueblo interpretando mal el legado del Libertador Bolívar. El
Libertador fue integracionista, pero no expansionista. El Libertador dio la
independencia a nuestras naciones, pero no les trajo una nueva era de some-
timiento. El Libertador no andaba tratando de sacar del territorio americano
la dominación europea, para imponer, como usted quiere hacerlo, su propia
denominación, basada en el poderío de su presupuesto, al pueblo de Venezuela
y al pueblo de Colombia.
La verdad, Presidente Chávez, es que el pueblo de Colombia tiene todo el
derecho de derrotar el terrorismo, tiene todo el derecho a aceptar mediaciones,
pero no mediaciones que busquen el protagonismo político, el enseñoramiento
político del terrorismo.
Me preocupa mucho que usted, afanado por pretensiones electorales,
ahora trate de apelar al viejo truco de estimular en Venezuela odio contra
Colombia y contra el Gobierno de Colombia, para buscar su favorecimiento
electoral.
La verdad, Presidente Chávez, es que los antecedentes de mi Gobierno
muestran que en nuestra difícil lucha contra el terrorismo hemos sido respe-
tuosos de todos los Gobiernos y de todos los países del mundo.
Apelo a la reflexión, a la conciencia del pueblo de Venezuela para
examinar este tema. Mientras un Gobierno no es capaz de censurar a las Farc,
sí censura injustamente al Gobierno de Colombia y la contradicción es que el
Gobierno de Colombia, enfrentado a los terroristas, jamás, jamás ha irrespe-
tado al Gobierno de Venezuela ni al pueblo de Venezuela.
La verdad, Presidente Chávez, es que el comunicado de ayer es susten-
tado por nuestros antecedentes, por nuestros hechos y tiene testigos.
La verdad, Presidente Chávez, es que en cada momento se conocen
nuevos elementos. Nuestro Cónsul en los Estados Unidos, que acompañó a la

220
Declaración desde Calamar, Bolívar

senadora Córdoba (Piedad) a la reunión con uno de los presos pertenecientes a


las Farc que por narcotráfico están en cárceles de los Estados Unidos, nuestro
Cónsul nos ha informado que la senadora Córdoba habló con el preso de las
Farc de política, está bien; de la posibilidad de una constituyente en Colombia,
está bien. Todo eso es respetable, así no estemos de acuerdo. Pero la senadora
también habló de la necesidad de un Gobierno de transición en Colombia.
La verdad, Presidente Chávez, es que eso nos da el derecho a los colom-
bianos a interpretar que en la mediación, a la cual lo invitó usted la sena-
dora Piedad Córdoba, de acuerdo con las actitudes de la senadora y con estos
comentarios, estaba más interesada, esa mediación, en posibilitar un Gobierno
con influencia del terrorismo en Colombia, que en ayudarnos a superar la
tragedia de los secuestrados y a conseguir la paz.
Desde Calamar (Bolívar), esta región de la Patria hoy tan azotada por
las inundaciones, le digo al mundo que pedimos y recibimos ayuda, pero no
aceptamos proyectos expansionistas.
Desde Calamar, esta región azotada hoy por las inundaciones, le digo al
mundo que aquí hay pobreza y limitaciones, pero hay dignidad.
El dinero se consigue todos los días, así en unas naciones sea más escaso
que en otras. Pero la dignidad, el respeto al ser social, el respeto a las libertades
individuales, cuando se pierden esos valores es difícil volver a recuperarlos.
Nosotros seguiremos haciendo todos los esfuerzos por derrotar al terro-
rismo, por recuperar nuestros conciudadanos secuestrados, pero no admitimos
que se abuse de nuestra tragedia para darle la razón al terrorismo.
No admitimos que se abuse de nuestra tragedia para venir a incorporar a
Colombia a un proyecto expansionista que poco a poco va negando las liber-
tades que con tanta dificultad este Continente ha logrado conquistar.

El Presidente Uribe respondió a través de esta alocución los continuos insultos del Presidente
Chávez luego de su exclusión como mediador en el intercambio humanitario.
25 de noviembre de 2007, Calamar (Magdalena)
Fuente: www.presidencia.gov.co SNE.

221
DECLARACIÓN DESDE GUATEMALA
Álvaro Uribe Vélez

Quiero agradecer a todos los gobiernos y personas que han apoyado


la lucha democrática de Colombia contra el terrorismo. Gracias a esos
gobiernos, que han procedido de conformidad con la legislación de Naciones
Unidas (ONU), y con la legislación de la Organización de Estados Ameri-
canos (OEA).
De acuerdo con esas legislaciones, los grupos violentos de Colombia son
terroristas. Por el secuestro, porque los grupos violentos de Colombia reclutan
y maltratan a menores, atentan contra mujeres embarazadas, contra ancianos.
Ayer no más, el grupo terrorista de las Farc, secuestró en la Costa Pacífica
colombiana a seis turistas. No obstante lo que ha mejorado nuestro país en
materia de seguridad, todavía tuvimos esa dificultad.
Los grupos terroristas de Colombia, lanzan bombas contra la población civil.
Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, calificaron como
terrorismo la acción de las Farc en el año 2003, contra el Club Nogal de Bogotá.
De acuerdo con la legislación de Naciones Unidas, y con la legislación de
la Organización de Estados Americanos, estos grupos, al traficar con drogas
ilícitas, que son el principal sustento de su actividad violenta, son grupos
mafiosos, son grupos terroristas.
Es importante también agradecer el apoyo que nuestra lucha democrática
ha recibido en estos días, porque ese apoyo es consistente con declaraciones
de la Unión Europea, que catalogan a estos grupos como terroristas.
Debo recordar que hace pocos días, el 20 de diciembre de 2007, la Unión
Europea ratificó la declaratoria de terroristas a los grupos violentos de Colombia,
como también han sido declarados terroristas por Canadá, por los Estados
Unidos, como han sido declaradas terroristas sus actuaciones por la Organiza-
ción de Estados Americanos y por la Organización de Naciones Unidas.
Al agradecer este apoyo que Colombia ha recibido de tantos gobiernos
y de tantas personas en las últimas horas, quiero decir que la Nación colom-
biana, el pueblo colombiano merece ese apoyo, porque adelanta una política
de seguridad desde la democracia, no desde la dictadura.

223
Los potros de bárbaros atilas

Esto marca sustanciales diferencias con guerrillas que operaron anterior-


mente en el continente, esas guerrillas ganaron algún grado de legitimidad,
porque esas guerrillas combatían dictaduras. En Colombia, guerrillas y parami-
litares, han maltratado una democracia y se han financiado con drogas ilícitas.
La lucha de Colombia contra los violentos es una lucha desde la demo-
cracia, no desde la dictadura, y eso le da a Colombia el merecimiento para
tener el apoyo internacional que se ha venido recibiendo en estos días.
Colombia merece ese apoyo por todos los esfuerzos realizados para
buscar la liberación humanitaria de los secuestrados, como acabo de recor-
darle a la señora Viceministra de Francia (RamaYade), quien me trajo una
carta del presidente Sarkozy.
A petición del Presidente (Nicolás) Sarkozy, el Gobierno de Colombia
liberó a Rodrigo Granda, el integrante de las Farc más importante que estaba
en nuestras cárceles, la respuesta que obtuvimos de las Farc fue el asesinato
de 11 diputados vallecaucanos.
El Gobierno de Colombia unilateralmente ordenó la liberación de 177
integrantes de las Farc, como un gesto de buena fe para lograr la liberación de
los rehenes que permanecen secuestrados por las Farc.
Colombia merece el apoyo que ha venido recibiendo en las últimas horas,
porque Colombia tiene autoridad moral, derivada de haber enfrentado a todos
los grupos terroristas por igual. Colombia ha desmantelado el paramilitarismo
y ha debilitado la guerrilla. Esto es algo bien importante.
Nos da autoridad moral para pedir a la Comunidad Internacional, para
decir que el apoyo a Colombia desde dentro del país y desde la Comunidad
Internacional, tiene que ser un apoyo a nuestra democracia, y tiene que ser un
apoyo contra todos los grupos violentos, no puede ser un apoyo contra unos
grupos violentos y una censura al Gobierno colombiano, en favor de otros
grupos violentos.
Tan terroristas son las guerrillas como lo han sido los paramilitares. Por
eso no se puede ser crítico de unos y asumir posiciones indulgentes frente
a otros, hay que condenarlos a todos por igual, y agradecemos a la comu-
nidad internacional cuando así lo hacen, como lo han hecho declaraciones
de Naciones Unidas, declaración de la Organización de Estados Americanos
(OEA), la Unión Europea, Canadá, los Estados Unidos.
Colombia merece este apoyo, porque Colombia es firme en la seguridad y
generosa en la paz. En este Gobierno se han desmovilizado más de 46.000 personas
integrantes de grupos violentos, que han sido tratadas con toda generosidad.

224
Declaración desde Guatemala

En estos primeros 14 días del año se han desmovilizado 94 guerrilleros, la


mayoría integrantes de las Farc, y están siendo tratados con toda generosidad
por parte del Gobierno de Colombia.
Colombia es firme en la seguridad y generosa en la paz. Desde hace más
de dos años, cuatro integrantes del Eln, la segunda guerrilla, fueron reco-
nocidos por el Gobierno de Colombia como voceros políticos del Eln. Se
suspendió la orden de captura que había contra ellos, para facilitar con ellos
diálogos, diálogos que han sido impulsados por el Gobierno de Colombia con
toda la buena fe.
En el momento que las Farc quiera, que haga demostraciones de buena
fe, que quiera negociar la paz, el Gobierno de Colombia está dispuesto a
concederle todos los beneficios dentro de nuestra Constitución, a facilitar ese
proceso de paz, y el Gobierno de Colombia, en el momento que avance la paz
con las Farc, sería el primero que dejaría de llamarlos terroristas, y el primero
que le pediría al mundo que, como una contribución a la paz, en adelante no
se les llame más terroristas.
Quiero recordar al mundo que Colombia empieza a progresar en lo econó-
mico y en lo social porque ha progresado en seguridad, porque ha debilitado
las guerrillas narcotraficantes y ha estado en un proceso bien importante de
desmantelamiento del paramilitarismo narcotraficante.
Esta experiencia: a mayor seguridad, mayor prosperidad social y econó-
mica; esta experiencia: a medida que se debilitan los grupos terroristas
Colombia empieza a prosperar, nos lleva a una conclusión: lo humanitario no
puede obstruir la seguridad.
Por eso, acabo de explicarle a la señora Viceministra de Francia, enviada
del Presidente Sarkozy, que el camino que el Gobierno de Colombia ha abierto
para obtener la liberación de los secuestrados que siguen en poder de las Farc,
es el camino de la zona de encuentro con mediación de la Iglesia Católica, que
ha propuesto esa zona de encuentro.
Una zona de encuentro en área rural, sin población. Área rural sin pobla-
ción y sin instalaciones militares o policivas. Debo recordar que Colombia
tiene solamente en selva, 578.000 kilómetros cuadrados.
Le explicaba yo esta anoche a la señora Viceministra enviada por el
Presidente Sarkozy, que el camino humanitario para liberación de los
rehenes que siguen secuestrados por las Farc es el camino de la zona de
encuentro propuesta por al Iglesia Católica, que el Gobierno de Colombia
ha aceptado.

225
Los potros de bárbaros atilas

El mundo debe tener en cuenta todas las personas que las Farc ha asesi-
nado: los 11 diputados vallecaucanos, el grupo de secuestrados que enca-
bezaban el ex ministro de Defensa, Gilberto Echeverri, y el Gobernador de
Antioquia, Guillermo Gaviria, con 9 integrantes de la Fuerza Pública.
El mundo debe tener en cuenta que las personas que siguen secuestradas
por las Farc están sometidas a tortura, lo que refuerza los argumentos para
señalar a las Farc como grupo terrorista.
Los últimos testimonios sobre esas torturas los han entregados las señoras
recientemente liberadas: doña Consuelo González de Perdomo y la doctora
Clara Roja. Le han contado al mundo que parte de esos secuestrados, los inte-
grantes de la Fuerza Pública y los dirigentes políticos, permanecen en jaulas
y con cadenas. Eso es una tortura inadmisible, un agravante de este secuestro
terrorista.
El mundo debe saber, el mundo debe tener presente, que en los últimos
10 años 750 secuestrados por las Farc no han regresado a sus hogares. Hoy
esas personas debemos tenerlas como desaparecidas. Otra infamia del terror
de las Farc.
Al recibir esta carta del Presidente Sarkozy, y en mi conversación con la
señora Viceministra enviada por el Presidente Sarkozy, he expresado que el
camino que vemos hoy es el camino de la zona de encuentro propuesta por la
Iglesia Católica, que el Gobierno de Colombia ha aceptado.
Seguiremos trabajando con la Iglesia Católica en la búsqueda de ese
camino.

Ciudad de Guatemala, 14 enero de 2008 (SP).


Fuente: www.presidencia.gov.co SNE.

226
DECLARACIONES TRAS VISITAR AL EX CONGRESISTA
LUIS ELADIO PÉREZ
Álvaro Uribe Vélez

He visitado al doctor Luis Eladio Pérez y a su familia. Qué felicidad


porque esté libre, qué tristeza al oír la narración de la tortura a la cual fue
sometido.
Quiero decir lo siguiente: Colombia jamás ha tenido doctrina belicista.
Colombia jamás ha sido país de guerra con los vecinos. Nuestro único interés
es la recuperación del orden público interno.
Por eso nosotros no movilizamos tropas, ni avanzamos hacia guerra con
vecinos. Nuestra determinación es total contra el terrorismo, que tanto nos afecta.
Nosotros no tenemos interés en la guerra, pero tenemos todo el interés en
la derrota del terrorismo. La derrota del terrorismo por la vía militar y por la
vía jurídica. Vamos a agotar todas las posibilidades jurídicas.
Por eso, conocidas las informaciones que están en los computadores
de “Raúl Reyes”, el terrorista abatido por la Fuerza Pública colombiana, el
Gobierno, bajo mi responsabilidad, se propone denunciar ante la Corte Penal
Internacional al presidente Hugo Chávez, de Venezuela, para que explique el
presunto delito de financiación de genocidas.
Queremos decirle al mundo que hemos sufrido 40 años el terrorismo, y
que no podemos admitir que país alguno, que gobierno alguno, se solidarice y
se convierta en cómplice de los terroristas.
Nosotros no somos guerreristas, pero no somos débiles. Nosotros no
podemos permitir que estén terroristas refugiados en otro país, causando el
derramamiento de sangre de nuestros compatriotas.
Nosotros no podemos aceptar que se viole, en perjuicio de nuestros
compatriotas, las resoluciones de Naciones Unidas, que prohíben y castigan el
albergue de terroristas. Por eso la decisión de Colombia siempre ha sido, bajo
mi Gobierno, sacarlos de donde estén.
Agradecemos a los gobiernos que nos ayudan. Y le pedimos al mundo
que tenga en cuenta a aquellos gobiernos que les ayudan a los terroristas y
que, por ende, violan las disposiciones de las Naciones Unidas.

227
Los potros de bárbaros atilas

Quiero contar otra cosa: ustedes saben que desde hace días nosotros
seguimos buscando plenamente la liberación de los secuestrados. No tenemos
tranquilidad de día ni de noche, no tenemos reposo, hasta que tengamos los
secuestrados a salvo, los secuestrados totalmente liberados. No desmayaremos
un momento.
En estos años que han pasado, jamás hemos desmayado. Buscamos durante
estos cinco años y medio de gobierno, con toda perseverancia, a los cabecillas
de las Farc. Y ahí van cayendo. Y ahí van cayendo, como ha ocurrido recien-
temente, después de que tanto se burlaban del Estado colombiano.
De esta manera vamos a seguir buscando la liberación de nuestros secues-
trados. La vamos a seguir buscando a través de todos los instrumentos cons-
titucionales: de la Comisión de la Iglesia Católica, de los dos delegados euro-
peos, de la acción de nuestra Fuerza Pública, que procura una localización
humanitaria que he explicado.
Y estamos dispuestos también a producir nuevos gestos unilaterales. Hace
pocas semanas hicimos un anuncio, que hoy confirmo: vamos a reglamentar
la Ley de Justicia y Paz. Está en ese proceso. Y vamos a hacer una aplicación
masiva de esa Ley a guerrilleros de las Farc que están en la cárcel y que han
manifestado su voluntad de someterse a esta Ley.
No sería aplicable a situaciones futuras sino a las situaciones presentes
de guerrilleros que están en la cárcel. Vamos a producir, por vía de la Ley de
Justicia y Paz, una liberación masiva de guerrilleros que se quieran someter a
ella, como un nuevo gesto unilateral de Colombia para buscar la liberación de
nuestros secuestrados.
Escuché ampliamente esta mañana, primero, a Doña Gloria Polanco de
Losada, y ahora al doctor Luis Eladio Pérez, con todo respeto, con toda soli-
daridad, y seguiré hablando con ellos.
Ya he hablado telefónicamente, primero, con el doctor Géchem. Ayer
en la tarde hablé telefónicamente con el doctor Orlando Beltrán, y me dolió
mucho saber que lo tienen que intervenir quirúrgicamente en los próximos
días porque tiene un tumor.
Periodista: ¿La información contenida en el computador le deja alguna
duda de que Chávez está relacionado íntimamente con la Farc?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: Me preocupa muchísimo, porque noso-
tros en un principio siempre procedimos con toda la buena fe. Le dimos infor-
mación al presidente Chávez, con mucha exactitud, de los campamentos de
las Farc en el Perijá.

228
Declaraciones tras visitar al ex congresista Luis Eladio Pérez

Yo le llevé esa información, se la entregué: un campamento a 13 kilómetros


de la frontera con Colombia, en el Perijá, donde estaba Iván Márquez. Dimos
información del narcoterrorista Varela, que estaba en Venezuela, etcétera.
Bueno, uno entiende cuando estos bandidos van a un país y se esconden
allí sin consentimiento de ese gobierno. Nuestra preocupación es cuando
vemos que, tras la posición humanitaria, hay una complicidad con el terro-
rismo de las Farc.
Una cosa es la gestión humanitaria, que siempre hemos agradecido; otra
cosa es tener complicidad e incurrir en el delito de albergue y en el delito de
financiación de genocidas.

Bogotá, 4 marzo de 2008 (SP)


Fuente: http://web.presidencia.gov.co/sp/2008/marzo/04/02042008.html

229
DISCURSO ANTE LA OEA
Embajador Camilo Ospina

Colombia acude hoy a este Foro de las Américas, convencida como está
de su proyecto de Nación, sustentada en la seguridad desde la democracia;
del valor de la inversión desde la responsabilidad social, y del principio de la
cohesión social desde la libertad.
Nuestro país ha sido y será garante del cumplimiento de los principios
sobre los cuales se constituyeron la Carta de la Naciones Unidas y la Carta de
la Organización de los Estados Americanos, así como de la Carta Democrática
de las Américas.
Colombia no tiene tradición ni lenguaje belicista. No hemos desplazado
tropas a nuestras fronteras. Frente a nuestras naciones hermanas, frente a sus
pueblos y frente a sus instituciones nuestra única vocación es la de estrechar
vínculos de amistad y cooperación. Frente a los terroristas que amenazan
nuestra seguridad interior y la de nuestros vecinos, hemos desplegado todos
nuestros esfuerzos en ejercicio del deber constitucional de garantizar segu-
ridad y protección a nuestros compatriotas.
Colombia ha sido víctima del terrorismo y en su lucha por superar ese
flagelo ha contado con la solidaridad continental. El terrorismo invasor y
transnacional, violenta no solo la soberanía de Colombia, también irrespeta la
soberanía de los países vecinos.

Quién era el terrorista “Raúl Reyes”


Permítanme detenerme para explicarles quién era alias “Raúl Reyes”,
uno de los criminales más buscados en el mundo. El terrorista alias “Raúl
Reyes” tenía circular roja de la Interpol, 14 condenas y 121 procesos penales
por crímenes de lesa humanidad, tales como masacres, homicidios, secues-
tros, terrorismo y crimen organizado, entre otros. En días recientes había sido
denunciado por el gobierno colombiano por el delito de trata de personas,
relacionado con niñas menores de edad, sometidas a explotación sexual.
Por mencionar algunos ejemplos, “Raúl Reyes” fue el responsable en el
2007, del envío a México de 700 kilogramos de estupefacientes, y con cabeci-

231
Los potros de bárbaros atilas

llas de la comisión internacional de las Farc participó en el secuestro y homi-


cidio de Cecilia Cubas, en Paraguay.
Señor Presidente, hago entrega a este Consejo del prontuario criminar de
“Raúl Reyes” para su constancia. (ANEXO 1)*.

Los hechos
Es cierto, y así Colombia lo ha reconocido, que el terrorista “Raúl Reyes”
murió en territorio ecuatoriano, a 1.800 metros de la línea fronteriza con
Colombia. El campamento en que permanecía era por su infraestructura de
carácter permanente.
Por el contrario, no es cierto que los aviones colombianos hayan incur-
sionado en territorio ecuatoriano. Se disparó desde el norte, desde territorio
colombiano, a una distancia aproximada entre tres y cinco millas dentro de
la frontera de Colombia. De haber incursionado en territorio ecuatoriano, el
radar militar de ese país, situado en Lago Agrio, lo hubiese detectado. No es
un argumento válido decir que los aviones colombianos han podido incur-
sionar a baja altura para no ser detectados, puesto que para lanzar bombas
necesariamente tendrían que haber subido de altura y por lo tanto, ser detec-
tados por el radar en mención.
Es cierto que helicópteros colombianos con personal militar ingresaron
a territorio ecuatoriano para registrar el campamento terrorista, razón por la
cual el Gobierno colombiano ha pedido disculpas públicas al Gobierno del
Ecuador y lo hace de nuevo en el día de hoy.
En desarrollo de ese registro, se detectaron los cadáveres de “Raúl Reyes”
y de 16 terroristas más, así como amplia documentación personal y cuatro
computadores de Reyes.
El gobierno de Colombia cuenta con información precisa que le
permite aseverar, sin temor a equívocos, que el campamento hallado en
territorio ecuatoriano no era un lugar de tránsito, sino, por el contrario, un
campamento permanente, tal y como se comprueba a través del abundante
material que se anexa a esta presentación y que contiene compromete-
doras revelaciones de acuerdos entre las Farc y los gobiernos del Ecuador
y Venezuela, que el Gobierno colombiano ha decidido poner en conoci-
miento de la Organización de Estados Americanos y otras instancias jurí-
dicas competentes.
En los últimos días, algunos han afirmado que se atacó a ciudadanos inde-
fensos mientras dormían. Señores Embajadores, eso es una falta de respeto

232
Discurso ante la OEA

con el pueblo colombiano; referirse de esa manera a unos terroristas que han
cobrado miles y miles de vidas de ciudadanos de todas las nacionalidades
resulta inadmisible para la nación que represento.

La información preliminar hallada en los computadores


A continuación, me permito presentar apartes del informe preliminar
sobre la evidencia encontrada en los computadores pertenecientes al terro-
rista “Raúl Reyes”.
La incautación de los computadores del terrorista ha permitido conocer
hechos muy graves, que requieren una explicación al pueblo colombiano. Para
efectos de preservar la prueba y garantizar su fidelidad, dichos computadores
han sido puestos a disposición de esta Organización para que realice el peri-
tazgo técnico del caso y se proceda al acompañamiento a las autoridades que
tienen bajo su custodia ese material.
Presentamos documentos que no solo afectan la seguridad nacional de mi
país, sino también la de la región, y hacen imperativas las explicaciones por
parte de las autoridades ecuatorianas y venezolanas sobre sus vínculos con las
Farc; sobre la presencia permanente de campamentos del grupo terrorista en
territorio ecuatoriano; sobre el adoctrinamiento ideológico de la población
de frontera; sobre el tráfico ilícito de drogas y de armas por dicho grupo bajo
la protección de los gobiernos de Ecuador y Venezuela, y sobre el tránsito de
secuestrados por esos territorios.
Me refiero, en primer lugar, a un documento fechado el 18 de enero de
2008, firmado por alias “Raúl Reyes”, del cual se concluye que este terro-
rista tuvo contacto directo con el Ministro de Seguridad del Ecuador, Señor
Gustavo Larrea. (ANEXO 2/ DOC 1).
Dice textualmente “Raúl Reyes” en este documento, dirigido al secre-
tariado de las Farc: “Atendimos la visita del Ministro de Seguridad de
Ecuador, Gustavo Larrea, en adelante Juan, quien a nombre del Presidente
Correa trajo saludos para el camarada Manuel y el Secretariado”, expo-
niendo así entre otros puntos el interés del Presidente Correa de oficializar
las relaciones con la dirección de las Farc por conducto de su ministro de
seguridad.
¿Cómo es posible, Señores Embajadores, discernir esta conducta, a la
luz de las Resoluciones 1373 y 1368 de 2001; 1456 de 2003; y 1624 de
2005 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y las Resoluciones
2170 del 2006 y 2272 del 2007 de la Asamblea General de la OEA, así como

233
Los potros de bárbaros atilas

las disposiciones que regulan la obligación internacional de hacer cumplir las


circulares rojas de la Interpol?
También señala el referido documento, enviado por ‘Reyes’ al secretariado,
con relación al gobierno ecuatoriano que: “…Están dispuesto (sic) a cambiar
mandos de la fuerza pública de comportamiento hostil con las comunidades y
civiles de la zona para lo cual solicitan nuestro aporte con información”….y
adicionalmente que: “Para el Plan Ecuador nos piden cursos de organización
de masas para nativos de la frontera, los que luego serán encargados por el
gobierno de coordinar con las Farc el trabajo fronterizo. Con la ventaja de
que una gente de esta es parte del Partido Clandestino o participan del Comité
Binacional orientado por el Frente 48”.
El texto mencionado, se acompaña de otro, fechado el 28 de febrero del
presente año, en el cual “Raúl Reyes” reitera a los miembros del secretariado la
necesidad de avanzar en la respuesta al contacto del Ministro Larrea, emisario
del señor Presidente Correa. (ANEXO 2/ DOC 2)
Sorprenden las declaraciones del Ministro Larrea cuando afirma que
los contactos que mantenía con las Farc eran conocidos por el Gobierno de
Colombia. No es cierto. Por el contrario, el Presidente Correa siempre aseguró
al gobierno colombiano que no adelantaría ninguna gestión con las Farc sin
conocimiento y autorización del Gobierno colombiano.
Las declaraciones del Presidente Correa y su ministro Gustavo Larrea
confirman que sí existió la reunión a la que hace referencia el terrorista
Reyes en las cartas encontradas en su computador. El acuerdo que estarían
negociando con las Farc, según el elemento probatorio conocido, sería un
acuerdo con fines políticos, con decisiones compartidas en el nombramiento
de comandantes militares en la zona y para ejercer actividades proselitistas en
el Ecuador.
Esto no tiene relación con la justificación que ha dado el Gobierno ecua-
toriano que estaría adelantando acciones humanitarias. Lo que revelan los
documentos tiene más bien las características de tráfico de secuestrados con
fines políticos. Temas por los que tiene que responder el gobierno del Presi-
dente Rafael Correa.
Quizás el hecho más grave aún es la referencia que en un documento de
fecha del 14 de febrero de 2008, se hace sobre el financiamiento, por parte
del gobierno de Venezuela, al grupo terrorista de las Farc por un monto de
300 millones de dólares. (ANEXO 2/ DOC 3-4-5-6-7). Cabe aquí analizar
el alcance de este ofrecimiento de cara a la Resolución 1373 del 2001 del

234
Discurso ante la OEA

Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de la Convención Interamericana


contra el Terrorismo.
En el proceso de examen del abundante material contenido en los compu-
tadores hallados a los miembros del grupo terrorista, han aparecido hasta el
momento otros datos vinculados directamente con la entrega de armamento y
dinero por parte del Presidente Hugo Chávez a las Farc.
Este hecho configura una violación a la ley penal internacional y será
denunciada por Colombia ante la Corte Penal Internacional para que inves-
tigue al presidente Hugo Chávez Frías por el delito de financiamiento directo
de grupos terroristas.
Es de destacar que de manera oficial, el gobierno colombiano había
informado por la vía diplomática sobre la presencia de las Farc en terri-
torio ecuatoriano. Así consta en las notas: DA/CAL No. 4167 del 31 de
enero de 2006, DM No. 8050 del 10 de febrero de 2006, VRE No. 13277
del 16 de marzo de 2006, VRE/DSF NO. 12995 del 7 de marzo de 2007,
MRE/DSF/CAM No. 39671 del 6 de agosto de 2007, DM/DSF/CAM No.
49336 de 24 de septiembre de 2007, DM/VR No. 50856 del 2 de octubre
de 2007, DM/DSF/CAM No. 51593 del 3 de octubre de 2007, DM/VR No.
55485 del 25 de octubre y E No. 032 del 25 de enero de 2008, enviadas al
gobierno del Ecuador y que se entregan a este Consejo para su constancia.
(ANEXO 3).
Es del caso señalar que Colombia tiene serios indicios de que en la actua-
lidad subsisten campamentos de las Farc en territorio ecuatoriano. Los indi-
cios que presenta el gobierno colombiano muestran que en ambos territorios
existen campamentos de las Farc según coordenadas que se adjuntan en el
documento. (ANEXO 4)
Son muy notorios los documentos relacionados con el tráfico de drogas
por parte de las Farc utilizando territorio ecuatoriano. Se habla abiertamente
de cientos de kilos de coca y de millones de dólares, tal como consta en el
documento que se acompaña. (ANEXO 5)
Señores miembros del Consejo Permanente y ciudadanos del Hemisferio:
que no quepa la menor duda de que los gobiernos de Venezuela y Ecuador
han venido negociando con terroristas narcotraficantes. Las pruebas están a
su disposición.
Tampoco puede olvidarse que los miembros de las Farc son terroristas
registrados en la circular roja de la Interpol, tal como lo demuestra el anexo
que se acompaña. (ANEXO 6)

235
Los potros de bárbaros atilas

Señor Presidente,
En las Naciones Unidas, así como en el seno de esta Organización, se ha
condenado enérgicamente y de manera reiterada al terrorismo en todas sus
formas y manifestaciones, por considerarlo criminal e injustificable bajo cual-
quier circunstancia, en donde quiera y por quien quiera sea cometido, porque
constituye una grave amenaza para la paz y para la seguridad internacional,
para la democracia, para la estabilidad y para la prosperidad de todos los
países de la región.
También, los países hemos sido reiterativos en la importancia de que
los estados miembros de la OEA cumplan con los compromisos adquiridos
en las disposiciones internacionales sobre el terrorismo, y específicamente,
trabajen de manera mancomunada en un marco de cooperación para prevenir
los crimines producto de la actividad terrorista y sus delitos relacionados.
Colombia desea apelar especialmente a la Resolución 1373 de 2001 del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La humanidad de honrar los
preceptos en ella contenidos, en el sentido de denegar refugio a quienes finan-
cian, planifican o cometen actos de terrorismo e impedir que quienes finan-
cian, planifican, facilitan o cometen actos de terrorismo utilicen sus territorios
respectivos para esos fines, en contra de otros estados o de sus ciudadanos.
Permitir que grupos terroristas tengan campamentos en la frontera de un
país vecino y que desde ellos se planeen y ejecuten actos terroristas es en sí un
acto criminal y una clara violación a los tratados internacionales sobre la lucha
contra el terrorismo, al igual que al principio de respeto a la soberanía de los
Estados, entre otras obligaciones internacionales.
Permítame, Señor Presidente, reiterar que Colombia es un país amante
de la paz, respetuoso de los principios de la Carta de las Naciones Unidas y
apegado al Derecho Internacional. Nunca hemos sido un país agresor ni en lo
político ni en lo militar. Hemos sido respetuosos del principio de la no inje-
rencia en los asuntos internos de los estados. Jamás hemos querido expandir
un principio alguno distinto al de la Democracia. No aceptamos ninguna
provocación que ponga en peligro la estabilidad de la región. Continuaremos,
eso sí, siendo firmes en la lucha contra el problema mundial de las drogas y
contra el terrorismo, dentro del respeto a los derechos humanos y al derecho
internacional.
Colombia es un país abierto al diálogo, dispuesto siempre a la confronta-
ción de las ideas, en el marco de la democracia y en estricto apego a la solidez
de sus instituciones. Mi gobierno, en aras de buscar solución a la crisis con

236
Discurso ante la OEA

el país hermano, apoya la convocatoria de mecanismos de diálogo político


y la búsqueda de fórmulas de entendimiento. Para el efecto, proponemos se
conforme, bajo la dirección del Secretario General, una Comisión de Explo-
ración de Alternativas Políticas, con el fin de buscar las alternativas posibles
para superar la situación actual haciendo uso pleno de las vías diplomáticas.
Para el Gobierno y el pueblo colombiano, sin embargo, resulta peren-
torio que ningún escenario de discusión esté desprovisto de la búsqueda de
la verdad. La honestidad con la que Colombia ha acometido infatigables
esfuerzos por restablecer la seguridad en su territorio, consolidar su demo-
cracia y ofrecer garantías a todos sus ciudadanos es lo mínimo que exigimos
a los países del continente.
Lo que hoy pedimos es una posición clara frente al terrorismo. Una posi-
ción honesta, una posición sincera. Ofende al pueblo colombiano que algunos
de nuestros vecinos sigan creyendo que las Farc representan los intereses del
pueblo. Mi país reclama que las cosas sean llamadas por su nombre: Las Farc
son una mafia narcotraficante, que para nada representan los intereses del
pueblo colombiano. Son una mafia sin patria, que delinque, bien en Colombia
o en el exterior. Sorprende que mientras ahora se nos quiere condenar por una
acción que liberó a nuestro pueblo de un yugo de 40 años de terror, en Vene-
zuela se le rinden homenajes a un criminal y genocida.
Ahora la discusión se centra sobre 1.800 metros más allá de la frontera,
pero nadie habla de los miles de colombianos secuestrados y masacrados por
las Farc. Nadie habla del prontuario criminal de “Raúl Reyes”. Nadie habla
del derecho a la libertad de los colombianos.
¡Qué valor han mostrado los presidentes de Ecuador y Venezuela para
expulsar a nuestros embajadores, dignos representantes de una democracia
legítima! Ojalá mostraran similar valor para expulsar a los terroristas de su
territorio.

Miércoles 5 de marzo de 2008


* Los anexos anunciados no se incluyen en este libro.
Fuente: www.cancilleria.gov.co/WebContentManager/webapp/display.jsp?sid=281474976713
775&pid=17001

237
INTERVENCIÓN ANTE LOS JEFES DE ESTADO
DEL GRUPO DE RÍO
Álvaro Uribe Vélez

Primero quiero recordar los diferentes pronunciamientos del Grupo de


Río, de la necesidad del compromiso de todos en la lucha contra los actos
terroristas. Y son recientes, son de una reunión que ocurrió hace no muchos
años en Cuzco (Perú). El Grupo de Río se tiene que preguntar hoy, si ese
compromiso sigue o si lo hemos derogado.
En segundo lugar, quiero reiterar el respeto del Gobierno de Colombia
a la resolución de la OEA (Organización de Estados Americanos), y nuestra
disposición de cooperar ampliamente con la tarea que ha sido encomendada a
esa misión de la OEA.
Como el señor Presidente de Ecuador habla de farsa, él debió tener
cuidado en ser más preciso en los detalles y en las fechas.
Mi conversación con él antes del operativo no fue ese viernes, creo que
fue en la noche del jueves, pero da lo mismo, unas horas más o menos.
Y en efecto, yo reconozco que no le informé del operativo. Reconozco que no
le informé del operativo por una razón de menos peso, y por otra de más peso.
La de menos peso. No le informé del operativo, porque era el sexto opera-
tivo contra “Raúl Reyes”. Esos operativos uno no sabe si se pueden dar o no,
finalmente habíamos fracasado en los cinco anteriores operativos. Y segundo,
no le informé del operativo porque no hemos tenido cooperación del Gobierno
del Presidente Correa, en la lucha contra el terrorismo.
Es cierto, a alguien le dije en privado –pero en la vida pública lo que uno
sostiene en privado lo tiene que sostener en público– que de haberle dicho al
Gobierno ecuatoriano, habría fracaso el operativo, que no era contra un arcángel,
era contra uno de los más tenebrosos terroristas de la historia de la humanidad.
Es bien importante que se busquen acuerdos para que eficazmente todos
los países se comprometan en la lucha contra el terrorismo.
Nosotros tuvimos episodios anteriores. La Policía colombiana en un
operativo de inteligencia ubicó a otro tenebroso terrorista, “Simón Trinidad”,
en territorio ecuatoriano, y como venía operando un acuerdo bilateral, de

239
Los potros de bárbaros atilas

inmediato se informó a la policía ecuatoriana, se procedió a la captura y fue


deportado a Colombia.
Quiero decir lo siguiente: para nosotros lo que hemos hecho no es lo ideal.
Aquello de lo cual estamos convencidos es que hay que operar, cooperando
todos los países, de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas, de
acuerdo con la resolución de la OEA, de acuerdo con los pactos bilaterales y
de acuerdo con los compromisos políticos como el Grupo de Río.
Debo recordar las resoluciones de Naciones Unidas, como aquellas que
se produjeron después del 11 de septiembre (de 2001), que obligan a todos los
países signatarios en la lucha contra el terrorismo.
También, permítanme decir, cómo ha procedido Colombia con otros
vecinos.
El Brasil, que en ocasiones ha sufrido el abuso de nuestros terroristas que
han pasado al Brasil, y han asesinado personas en Brasil e integrantes de la
fuerza pública brasilera.
En estos cinco años y medio de Gobierno, nuestras relaciones con el
Brasil sobre el tema han sido fluidas. Acaba de capturarse en el Brasil un
narcotraficante de origen colombiano, nacido en Colombia. El Brasil, por
información de la Policía colombiana, capturó en su territorio –con informa-
ción de la Policía colombiana, fluyen los mecanismos de cooperación– a un
tenebroso terrorista conocido como el “Padre Camilo”. Nosotros pedimos la
extradición, Brasil dio razones para no extraditarlo. No las compartimos, pero
las aceptamos y respetamos la decisión soberana de Brasil. Y las relaciones
siguieron fluyendo tranquilamente.
En la época del Presidente (Ricardo) Lagos en Chile, se capturó en Chile
a otro tenebroso terrorista de las Farc. El Presidente Lagos me expresó que no
podían extraditarlo, que estaba casado con una señora chilena.
Finalmente, ¿qué hicimos? En una reunión que sostuvimos con el entonces
Canciller de Chile y mi persona, le dije: “Bueno, respetamos las decisiones de
ustedes de no extraditarlo”.
Teníamos un frente de las Farc sanguinario como todos, en la frontera
con Perú, comandado por un tenebroso terrorista conocido con el apodo de
“Tiberio”, se cooperó, se trabajó en armonía como lo mandan los acuerdos
internacionales con el Perú y se ha desmantelado ese frente amazónico.
Hubo muchísimos incidentes en la frontera con Panamá, de guerrillas y
de paramilitares. Hemos tenido las mejores relaciones con Panamá, coordi-
nando el tema. Hemos hecho un gran esfuerzo.

240
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

Creo, señor Presidente de Panamá, que los incidentes han disminuido


sustancialmente. Hace poco Panamá capturó unos terroristas que cruzaron el
territorio. Todo lo que hace Colombia es apoyar. Vino una amenaza de las
Farc. Inmediatamente nos comunicamos con las autoridades de Panamá, para
ofrecer toda nuestra cooperación.
Colombia, con estos hechos, puede demostrar toda su voluntad de cooperar
con quienes quieren cooperar.
El otro tema: ¿Cómo fue el operativo? No tienen que investigar. Plani-
ficado sí, como hemos planificado muchos operativos contra estos bandidos.
Con un factor de incertidumbre, sí. Nosotros, en un gran esfuerzo de protec-
ción de esa frontera –donde no es como se ha dicho aquí, que la tenemos
desprotegida– Colombia ha ganado mucho en paz, en el Gobierno que presido,
desde la democracia.
Es que todavía aquí se cree que estamos en la época de las dictaduras,
que so pretexto de la doctrina de la seguridad nacional expatriaban a los disi-
dentes, desconocían los derechos humanos, negaban la vigilancia interna-
cional. Colombia ha hecho todo lo contrario. Nuestra seguridad es desde la
democracia, para todos los colombianos, independientemente de su posición
económica o política, de su grado de aceptación de las tesis de gobierno, o de
su grado de desaprobación de las tesis de gobierno, independientemente de
que sean líderes empresariales o sindicales. Seguridad desde la democracia.
Un país hoy con plenas garantías, efectivas, no retóricas, a quienes
discrepan ideológicamente de mi gobierno. Un país de instituciones indepen-
dientes en la formación del Estado, un país con plenas libertades, con plenas
libertades, un país abierto a la observación internacional. Allá esta Naciones
Unidas, allá esta la OEA, allá entran todas las ONG´s.
Es una práctica de lucha contra el terrorismo, totalmente encuadrada en
la democracia.
Y hemos avanzado mucho, y a medida que avanzamos, no les queda más
(a los terroristas), que ir buscando refugio en los extramuros de la selva o más
allá de las fronteras.
Nosotros hemos mejorado sustancialmente la protección de esas fron-
teras, y hemos estado combatiendo permanentemente con estos terroristas,
cerca de la frontera con Ecuador, permanentemente, permanentemente.
Teníamos la información de varios campamentos –es que todos los días
combatimos esos campamentos en territorio colombiano, no de otra manera se
podría explicar cómo ha avanzado el país hacia la conquista de ese valor que es

241
Los potros de bárbaros atilas

la seguridad– teníamos información de presencia en campamento colombiano,


de presencia en campamento ecuatoriano, se lanzó el operativo porque, dentro
de ese combate en la frontera, y siempre en estos casos cuando estamos en la
frontera nos disparan desde el otro lado, nos disparan desde el otro lado.
Nuestros aviones bombardearon, y bombardearon el campamento en
territorio ecuatoriano, pero desde el espacio aéreo colombiano, a una distancia
de 1.800 metros.
En el Ecuador ha habido dos alegatos: el primero, que tienen pruebas que
los aviones bombardearon desde el sur; y el segundo, que su radar no pudo
captar nuestros aviones, que porque volaban a muy baja altura.
Me han explicado esta semana quienes conocen el tema, que estos
bombardeos hay que hacerlos a una altura que siempre los capta el radar. Y el
Ecuador tiene muy buenos radares, y tiene uno relativamente cerca. Miren los
radares. Es importante que la Comisión de la OEA mire los radares.
Pero eso, yo creo que lo que yo reconozco aquí, como lo he reconocido
en toda parte, obvias dificultades, se bombardeó un campamento en territorio
ecuatoriano, es cierto. Pero así como digo eso, también digo: desde el espacio
aéreo colombiano.
La confesión es indivisible.
El operativo tuvo en cuenta la necesidad militar. ¡Por Dios, era contra uno
de los más tenebrosos terroristas de la historia!
La distinción de personas y bienes protegidos. No estábamos bombar-
deando al pueblo ecuatoriano, estábamos bombardeando un sitio donde no
había población civil, un campamento de tenebrosos terroristas. A eso se
limitó.
Y menciono estos elementos, porque los protocolos de operación de
nuestra Fuerza Aérea se ajustan rigurosamente a las normas internacionales.
A mí me sorprende, que se ha hablado en estos días de la incursión colom-
biana en territorio de Ecuador, pero no se habla de los permanentes ataques de
las Farc desde el territorio de Ecuador al pueblo colombiano.
Me sorprende, que se habla de la violación de la soberanía al territorio
del Ecuador, pero no de la violación de soberanía al pueblo de Colombia, que
es titular del derecho de cualquier pueblo del mundo, que es el derecho a su
seguridad.
Me sorprende, que se acusa al Gobierno de Colombia –y por ese ingreso
al territorio hemos pedido perdón, lo reitero– de ingresar al territorio ecuato-
riano, pero nada se dice de las Farc, un grupo terrorista.

242
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

Allí no estaban ellos preparándose para la Semana Santa.


Aquí no se ha dicho la cantidad de fusiles que primero detectaron allí el
Ejército y la Policía de Colombia, y después el Ejército ecuatoriano.
Allí había un tenebroso grupo armado, un tenebroso grupo armado.
El señor Presidente de Ecuador habla que estaban dormidos, en pijama.
El Canciller, que estuvo secuestrado alrededor de seis años por estos bandidos,
dice que nunca utilizan pijamas. Bueno, que la hayan utilizado.
El señor “Raúl Reyes”, por nuestros informes de inteligencia, solamente
estaba utilizando el uniforme y el fusil cuando tenía que posar ante la prensa.
Porque en territorio ecuatoriano recibía permanentemente periodistas, y todo
eso se convertía en una humillación, en una afrenta al pueblo colombiano.
Y exhibía un fusil de un capitán del Ejército colombiano asesinado por
ellos.
El señor “Raúl Reyes” era cobarde, asesino y obstructor de la paz. Él no
combatía, combatían sus anillos de seguridad.
Cuando el Presidente Correa habla de farsa –y eso que no dijo esta mañana
aquí, todo lo que ha dicho en los medios de comunicación, todo lo que dijo en
la hermana República de Venezuela, todo lo que dijo en Nicaragua y en otras
partes– cuando el señor Presidente Correa habla de farsa, de masacre, ignora
la capacidad terrorista, la cobardía, la manera como ellos se protegen con sus
anillos de seguridad.
Hace poco, en uno de esos operativos, combatiendo con el anillo de segu-
ridad de “Raúl Reyes”, nos asesinaron a uno de los oficiales más importantes
del Ejército colombiano.
¿Cómo les parece? Yo no puedo aceptar eso, que el legítimo derecho del
Estado colombiano de combatir a un terrorista de esta magnitud, se presente
como una masacre contra unos arcángeles que estaban dormidos y en pijama.
Sin que se diga toda la verdad, sin que se diga cuántos fusiles tenían allí.
Eso es inaceptable.
Y veamos el prontuario del señor “Raúl Reyes”.
El señor “Raúl Reyes” tenía 121 procesos: 57 expedientes eran por homi-
cidio con fines terroristas, 26 por terrorismo, 25 por rebelión, 4 por secuestro
y 9 por lesiones personales.
Pesaban en su contra 14 condenas. El señor “Raúl Reyes” tenía circular
de la policía internacional, que todos ustedes la pueden conocer, revisándola
en su respectiva policía.
El señor “Raúl Reyes” era un obstructor de la paz.

243
Los potros de bárbaros atilas

Hace pocas horas, todavía, en la Comisión Asesora de Relaciones Exte-


riores de Colombia, el señor ex Presidente de la República, Andrés Pastrana
Arango, expresó que durante los tres largos años que su Gobierno, de buena
fe, en busca de la paz, aceptó una zona desmilitarizada de 42 mil kilómetros,
42 mil kilómetros, dos veces el tamaño de El Salvador, una zona del tamaño
de muchos de nuestros países, el gran obstructor de la paz fue “Raúl Reyes”,
no dejó hacerla.
Ha sido durante estos años, el gran obstructor del acuerdo humanitario. Sola-
mente buscaba unas acciones de finalidad política, tras el rostro de un acuerdo
humanitario, de unos gestos humanitarios. Ha sido el que ha ordenado todo este
tiempo de tortura, todo este tiempo de tortura a nuestros secuestrados.
El expediente del señor “Raúl Reyes” no se puede ignorar.
Yo llamé al Presidente Correa. Seguramente si no lo llamo, o no se habrían
dado cuenta, o habrían tenido más dificultades para darse cuenta, porque no
llegaron a las pocas horas, llegaron muy tarde ese día sábado, después que el
operativo había sido en la madrugada.
La única pregunta que me hizo o que le interesó fue: “¿Dónde cayó ‘Raúl
Reyes’?”. Le dije: “Presidente, todo me informa que en Ecuador”. Fue la única
pregunta que le interesó.
Enseguida me dijo que sentía mucho –cuando le dije de la muerte de 17
guerrilleros– que eran latinoamericanos, colombianos. Y después enmendó la
plana, me dijo que sentía mucho la muerte del soldado colombiano.
Y entraron nuestros helicópteros, lo acepto, lo acepto y es una incursión
territorial.
Todos ustedes deben saber que yo, particularmente como Presidente de
Colombia, estoy dispuesto nuevamente a pedir perdón por ello. Entraron,
registraron. Los recibieron a bala, es que allá no estábamos jugando, está-
bamos en toda esa zona de frontera en unos combates muy serios contra estos
tenebrosos terroristas.
Se registró lo que había allí. Se trajo a Colombia el cadáver de “Raúl
Reyes” y de otro guerrillero, ¿por qué? Porque las Farc, las Farc creyeron que
se iba a tomar el poder en Colombia, y la gran rabia de las Farc es saber que
llegó un Gobierno que desde la democracia la ha combatido, y que tiene el
propósito de destruir el terrorismo en Colombia.
Ellos cuando se les hace un ataque, enseguida arremeten en grandes canti-
dades contra nuestra Fuerza Pública, asesinan a nuestra Fuerza Pública, se
llevan los cadáveres.

244
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

Primero decían, cuando le dábamos de baja alguno, que eran los parami-
litares. El Gobierno que ha desmontado el paramilitarismo. Una guerrilla de
casi 50 años, un paramilitarismo de 20 años. El Gobierno que ha desmotado
el paramilitarismo.
¿Y ahora qué dicen? Ahora siempre dicen que son ejecuciones extra judi-
ciales. Y le cambian de vestimenta a los cadáveres, y muchas veces presentan
campesinos para acusar a nuestra Fuerza Pública.
Se recuperó el cadáver de “Raúl Reyes”, de otro guerrillero, y además se
recuperaron los computadores.
El Presidente Correa habla de farsa, pero su verdad no está completa. Tan
pronto yo colgué con él, nuestros Altos Comandante Militares llamaron a sus
homólogos en el Ecuador.
Yo les pedí: “den los detalles del operativo”. Eso no se ha dicho aquí. Eso
es bien importante. Y así se hizo.
Y a los minutos que haber colgado con el Presidente Correa, cuando
hablé nuevamente con nuestros Comandantes Militares y con el Ministro de
la Defensa, llamé al Canciller y le dije: “llame a la Cancillería ecuatoriana y
confirme que “Raúl Reyes” fue dado de baja en territorio ecuatoriano”.
Ningún interés de ocultamiento tenemos nosotros.
Su sonrisa, Presidente Correa, ante su sonrisa Presidente Correa le digo
lo siguiente: No tenemos interés de ocultamiento, por eso he reconocido tres
o cuatro aspectos esta mañana.
¿Por qué nuestros comandantes dieron las coordenadas? Se le dijo al Ejér-
cito ecuatoriano, que nuestra Policía iba a estar allí esperando, para proceder
como mandan los protocolos internacionales.
Después de medio día supimos, por inteligencia, que la orden del Gobierno
ecuatoriano era poner presos a nuestros policías y maltratarlos. Nuestros poli-
cías tuvieron que salir por la selva, evitando que eso se diera por parte del
Gobierno ecuatoriano, y evitando ataques de la guerrilla.
¿Por qué se dejaron allí las guerrilleras heridas? Primero, nuestros
soldados les dieron los primeros auxilios, y la decisión de que quedaran allí y
las recogiera el Ejército ecuatoriano, al cual se le dieron las coordenadas, era
para que después no se dijera que estábamos manipulando testigos.
Los testigos, que son estas personas heridas, que fueron atendidas por nuestra
Fuerza Pública, están hoy a disposición de las autoridades ecuatorianas.
¿Por qué las Farc son terroristas? Porque actúa contra una democracia,
por sus procedimientos, porque está dedicada al negocio del narcotráfico.

245
Los potros de bárbaros atilas

Guerrillas que hubo en América Latina tuvieron benevolencia al ser califi-


cadas de insurgentes, porque combatían dictaduras. La gran diferencia es que
ésta maltrata una democracia.
Algunas guerrillas de América Latina negociaron, cuando dejaron de
recibir dineros de Europa Occidental. La gran diferencia es que esta es auto-
suficiente y riquísima por el terrorismo, por el narcotráfico.
Aquí, por ejemplo, hay algunas de las incursiones de las Farc a Colombia
desde el territorio de Ecuador: 25 de junio de 2005, terroristas del frente 48,
frente controlado por “Raúl Reyes” –personaje cobarde, ponía a combatir sus
anillos de seguridad, pero él no lo hacía– provenientes de territorio ecuato-
riano, atacaron la base militar de Teteyé (Putumayo), provocando la muerte
de 19 militares, heridas a 11 soldados y un soldado secuestrado. Se replegaron
después a la zona selvática, provenían del Ecuador.
Nosotros siempre fuimos cuidadosos en decir que lo hacían contra el
consentimiento del Ecuador. ¿Por qué? Siempre buscando crear condiciones
para poder proteger, conjuntamente con el gobierno ecuatoriano, esa frontera.
De 2004 a la fecha, desde territorio ecuatoriano las Farc han producido 40
ataques contra los colombianos.
Yo ruego, distinguidos mandatarios, que se examine el tema de soberanía desde
una perspectiva integral: la soberanía desde el Estado. Y ahí hay dos elementos
fundamentales relacionados con esa soberanía: el territorio y el pueblo.
Se viola la soberanía cuando hay una incursión al territorio, y se viola
la soberanía cuando hay un atentado contra el pueblo. Así como nosotros
aceptamos que violamos soberanía al tener una incursión territorial, ruego la
reflexión de que hay violación de soberanía cuando desde el otro país, reitera-
damente, un grupo terrorista dispara contra los ciudadanos del país vecino, 40
ataques de 2004 a la fecha.
El último: el Presidente Correa nos exigió suspender las fumigaciones en
la zona de frontera: las exigencias de las Farc.
Finalmente nosotros aceptamos. El anterior Presidente del Ecuador, el
Presidente (Alfredo) Palacio, nos había exigido lo mismo. Hicimos un ensayo,
y cuando dejamos de fumigar, las Farc volvieron a llenar eso de coca. “Raúl
Reyes” actuando desde Ecuador y promoviendo la siembra de coca.
Llegó un momento que dijimos, y yo llamé al Presidente Palacio: “tenemos
que reanudar las fumigaciones”.
Vino el Presidente Correa y fue muy enfático en que había que suspender
las fumigaciones en 10 kilómetros de franja, en territorio colombiano, a partir

246
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

de la frontera con Ecuador. Era una exigencia sobre territorio colombiano, y


la aceptamos.
Creo que llevamos 12 meses o más de exclusiva erradicación manual
en la zona. En los últimos días las Farc –es que este no es un proceso de una
noche, es un proceso largo– nos ha asesinado dos suboficiales del Ejército
y cuatro soldados, desde territorio ecuatoriano. ¿Qué hacían estos oficiales,
estos suboficiales y estos soldados? Cuidar a los erradicadores que estaban en
el trabajo de erradicación manual de droga.
¿Cómo fue el último atentado? Con minas antipersonas activadas desde el
territorio de Ecuador. Eso es una violación a una delegación de soberanía y a
un derecho de soberanía, que es la seguridad de los ciudadanos de ese Estado
soberano.
Al hablar de soberanía territorial hay que hablar también de esa otra
expresión de la soberanía, más importante que la territorial, que es el derecho
de un pueblo de no ser atacado.
Han aparecido unos computadores de las Farc. Las Farc tienen una
conducta mafiosa, registra en sus computadores como mafiosos, como buenos
mafiosos que son, todos los detalles.
Lo primero que se dijo es que eso era una adulteración. Debe saber hoy
esta comunidad del Grupo de Río, que nosotros enviamos una carta a la OEA
para pedir una misión técnica internacional que designe la OEA, para certi-
ficar la autenticidad de esos computadores.
Segundo, este fin de semana están llegando a Colombia delegados de la
policía internacional de varias partes del mundo.
Después se dijo que los computadores no podían quedar intactos después
de ese bombardeo. Para que también lo compruebe la comunidad interna-
cional, nosotros tenemos muchísimos casos de computadores que han quedado
intactos en operativos semejantes en territorio colombiano.
Enuncio algunos: en el bombardeo que dio de baja a un sujeto tenebroso
de las Farc, el ‘Negro Acacio’, regresaba de Venezuela a operaciones de narco-
tráfico en Colombia, llegó a esos campamentos en territorio colombiano y se
le bombardeó, se le encontró el computador, intacto.
En la operación contra otro tenebroso narcoterrorista, ‘Carlos Antonio
Lozada’, computador intacto.
En la operación contra el tenebroso narcoterrorista que tuvo secuestrado
al Canciller durante seis años, se encontraron ¿cuántos computadores?, se
encontraron dos computadores.

247
Los potros de bárbaros atilas

Saben ustedes una cosa, ¿este debate del paramilitarismo por qué lo
enfrento yo? Porque es el Gobierno que ha enfrentado el paramilitarismo. Hoy
en Colombia se ha recuperado el monopolio del Estado en la lucha contra la
delincuencia.
Hay guerrillas y bandas de narcotráfico que actúan juntas o independien-
temente, pero no hay grupos paramilitares en la acepción original: la palabra
que utilizaba para señalar organizaciones criminales privadas, cuyo propósito
era combatir a la guerrilla. Allá está la OEA –es un país abierto a la comunidad
internacional–: más de 1.200 paramilitares dados de baja, alrededor de cuatro
mil en la cárcel.
Se discutió la Ley de Justicia y Paz. En el pasado a guerrilleros que habían
cometido delitos atroces, de lesa humanidad, se les indultó. Pasaron de incen-
diar la Corte Suprema de Justicia y asesinar a los magistrados, a aspirar al
Congreso y a los más altos cargos de la Nación.
En esta Ley (de Justicia y Paz) no se permite violar la normatividad inter-
nacional que impide la amnistía y el indulto para delitos atroces. No se les
permite a los condenados aspirar a los cargos de elección popular. Se les exige
entregar su riqueza, para poder reparar a las víctimas y confesar la verdad.
Mis críticos veían esa Ley muy favorable con los paramilitares, y ahora
empiezan a entenderla, no solamente porque ha sido efectiva, sino porque
consideran que pobrecitos los guerrilleros, esa ley es muy dura para los guerri-
lleros. Porque lo que piden las Farc y el Eln es amnistía e indulto por todas las
atrocidades.
No puede diferenciar uno, entre unos criminales y otros. Aquí lo que
hay que diferenciar es entre los criminales y el Estado. Y allá estamos en
la tarea de recuperar el monopolio del Estado en la lucha contra todos estos
bandoleros.
Hay 26 congresistas en la cárcel. Nunca se investigaron las relaciones de
la política con la guerrilla. Eso se entendía como algo normal, como un peca-
dillo. Las del paramilitarismo se han investigado rigurosamente, con el apoyo
total de nuestro Gobierno a la Justicia de Colombia, que es independiente y
no manipulable.
De esos congresistas, muchos han apoyado a mi Gobierno en el Congreso.
Están en la cárcel.
¿Y saben dónde empieza el acervo probatorio? En el decomiso de un
computador a un paramilitar, y el Gobierno da la orden de que se publicara
todo lo que había allí, y que lo conociera plenamente la Justicia.

248
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

En este computador –creo que son cuatro los computadores encontrados


al terrorista “Raúl Reyes”– en lo que se ha encontrado hasta ahora aparecen
unos temas que debe investigar la justicia de cada país y la Corte Penal Inter-
nacional, y otros que yo le quiero pedir al Presidente Rafael Correa que su
Gobierno los investigue:
Octubre 12 de 2006. Carta de “Manuel Marulanda” a “Raúl Reyes”:

El Secretariado está de acuerdo en proporcionarle la ayuda a los amigos del


Ecuador. La propuesta mía fue la suma de 20 mil dólares. Jorge, –el ‘Mono
Jojoy’, Jorge Briceño, tenebroso bandido–, propone 100 mil dólares y ofrece
50 mil, y me autorizó para conseguirlos con Joaquín, y hacerlos llegar donde
usted. ‘Iván Márquez’ e ‘Iván Ríos’ dicen que a dónde le envían el dinero a
usted. El camarada Alfonso está de acuerdo. La misma manifestación la hizo
el camarada Timo.

Carta de “Raúl Reyes” a “Manuel Marulanda”:

En nota enviada al Secretariado, explico sobre la ayuda entregada a la campaña


de Rafael Correa de acuerdo a su instrucción. El coronel anunció volverme a
visitar las próximas semanas, con la finalidad de explicar los resultados electo-
rales y la estrategia para la segunda vuelta. Ellos aseguran que hubo fraude, se
proponen denunciarlo una vez tengan las pruebas en mano.

Nosotros no intervenimos en campañas de otros países, ni con recursos,


ni con dádivas, ni con otros instrumentos de intervención. Lo que no permi-
timos es que se intervenga en nuestro país.
Recuerdo hoy los discursos del entonces candidato Rafael Correa, atenuando
la conducta de las Farc. Y así como lo dijo hace 20 días, lo decía en esa época:
que el Ecuador limitaba era con las Farc. Me da mucha pena, ahora lo que se ha
demostrado es que las Farc había corrido hacía el sur los límites del Ecuador.
Pero así como unos de estos documentos van para la Corte Penal Inter-
nacional y para las justicias principales de los países de las personas aquí
relatadas, estos del Ecuador se le van a entregar en su totalidad al Presidente
Rafael Correa, con el pedido de que él haga investigar esto.
Carta de “Raúl Reyes” a “Manuel Marulanda”. Enero 5 de 2007:

El próximo 15 nos visita ‘Tino’ con dos venezolanos más y a finales de mes está
proyectada nueva entrevista con el coronel Brito, emisario de Rafael Correa.

249
Los potros de bárbaros atilas

Investíguelo Presidente, si era su emisario o no era su emisario.

La idea es ajustar las comunicaciones con este Gobierno, coordinar los inter-
cambios siguientes y buscar acuerdos bilaterales de colaboración, como soli-
citarles que al capturar guerrilleros nuestros en su territorio, nos los entreguen
a nosotros mismos y ninguno vaya a manos de autoridades colombianas, entre
otros temas que me gustaría usted nos orientara.
Se viene fortaleciendo el comité binacional, integrado por camaradas del
Pccc y amigos ecuatorianos, para denunciar las violaciones de la soberanía de
Ecuador por las tropas de Uribe” –les ruego relacionar esto con algo que dije
antes– “y demostrar los nocivos efectos de las fumigaciones con glifosato.

Carta de “Raúl” al camarada “Marulanda”:

La muerte trágica de la Ministra amiga atrasó una nueva entrevista con el


coronel. Está prevista para el próximo 31 ó el 15 de febrero. Mandamos nota
de pésame por la pérdida de la Ministra. Al parecer el coronel ocupará el
Ministerio, al menos por un tiempo. El Ministro de Finanzas también quiere
visitarnos el próximo nueve. Llegan hoy el secretario general y el subsecre-
tario del partido de los comunistas de México”. Dónde tenemos un problema
jamás con el Gobierno de México, sino con una participación de un inte-
grante del Senado colombiano en un foro, donde hicieron apología del delito
a favor de estos tenebrosos terroristas que azotan a Colombia.

Carta de “Raúl” al camarada “Manuel Marulanda”. 13 de febrero de 2007:

Estaba anunciada la visita del Ministro de Economía y Finanzas del vecino,


pero la cancelaron a última hora por evitarse reclamos de la oposición. Los
intercambios con el emisario oficial siguen normales.

Carta de “Raúl” al camarada “Manuel Marulanda”. 18 de octubre de 2007:

El Presidente Correa expresa su voluntad de acudir con Chávez a la cumbre


con usted. Dos de los asambleístas a la constituyente por el Movimiento
País, trabajan con nosotros, fuera de los dos comunistas, también afiliados
nuestros.

Carta de “Raúl Reyes” a miembros del Secretariado. Enero 18 de 2008:

250
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

Atendimos visita del Ministro de Seguridad de Ecuador, Gustavo Larrea, en


adelante ‘Juan’, quien a nombre del Presidente Correa trajo saludos para el
camarada ‘Manuel’ y el secretariado. Expuso lo siguiente: –esto es lo que
las Farc dice que dijo Gustavo Larrea. Aquí han acusado a la campaña y a
integrantes del Gobierno, por eso le pido que sea el Presidente Correa el que
adelante esta investigación– “atendimos visita del Ministro de Seguridad de
Ecuador, Gustavo Larrea, en adelante ‘Juan’, quien a nombre del Presidente
Correa trajo saludos para el camarada ‘Manuel’ y el secretariado.

Expuso lo siguiente:

Interés del Presidente de oficializar las relaciones con la dirección de las Farc,
por conducto de ‘Juan’; disposición de coordinar actividades sociales de ayuda
a los pobladores de la línea fronteriza; intercambio de información y control de
la delincuencia paramilitar en su territorio. Están dispuestos a cambiar mandos
de la Fuerza Pública de comportamiento hostil con las comunidades y civiles
de la zona, para lo cual solicitan nuestro aporte con información.

Estos bandidos de las Farc dicen que ellos no son terroristas y delin-
cuentes, que ellos son comunidad.

Ratifican su decisión política de negarse a participar del conflicto interno


de Colombia con apoyos al Gobierno al Uribe. Para ellos las Farc son una
organización insurgente del pueblo, con propuestas sociales y políticas que
entienden. Preguntan si políticamente nos interesa el reconocimiento de beli-
gerancia. Comparten los planteamientos de Chávez en este tema.

Debo reconocer que el Presidente Correa dijo que no los declaraba terro-
ristas, pero que no compartía la propuesta del estatus de beligerancia, que el
mundo debe rechazar, porque estos bandidos no son insurgentes contra una
dictadura, sino sanguinarios contra una democracia, condenados como terro-
ristas en Europa, en Canadá, en los Estados Unidos y en el corazón del pueblo
colombiano.
Le preguntaba yo a los profesores europeos: ¿por qué allí consideran
terrorismo el uso de la fuerza o la simple amenaza de uso de fuerza por
razones ideológicas, políticas o religiosas? Y me decían: “porque tenemos una
democracia pluralista para dirimir todas nuestras diferencias”. Y contesté: “lo
mismo puede invocar Colombia. Una democracia respetable, de libertades, de
lucha por la cohesión social, de esfuerzo por la transparencia, de respeto a las
instituciones independientes que forman el Estado”.

251
Los potros de bárbaros atilas

Declarados terroristas en el corazón de los colombianos y en muchos


países del mundo. Contra terroristas no cabe el estatus de beligerancia. El
único elemento que pudieron tener para aspirar al estatus de beligerancia era
que tenían jerarquía y control. Hoy por fortuna la vienen perdiendo, como lo
demuestran su engaño en el caso del niño Emmanuel, de algunas de las pruebas
de sobrevivencia de los rehenes. No ejercen control territorial, se esconden en
la selva, en ninguna parte del país tienen control territorial, no administran
justicia, no faltaría más que aceptar que unos terroristas administran justicia
en el territorio de un Estado democrático, que tiene una justicia democrática
independiente del Ejecutivo.
Nosotros creemos que con terroristas lo que hay que exigir es derrotarlos
o que se desmovilicen, para cumplir con los derechos humanos, no examinar
a ver si lo terroristas cumplen o no el derecho humanitario. En la hipótesis
de su examen, estos bandidos todos los días violan el Derecho Internacional
Humanitario, que es apenas un atenuante de la crueldad, de la violencia.
Por esas razones, Colombia ha pedido al mundo que mientras estos
bandidos continúen en estas acciones, mientras no demuestran propósito de
paz serio, no se les levante el calificativo de terroristas y no se les dé estatus
de beligerancia.
Siempre han engañado. En los casi cuatro años del Gobierno del Presi-
dente Pastrana, con la zona de despeje, aplicaron lo que aprendieron por Marx,
originado en Maquiavelo: “cuando tu enemigo tenga un gesto de buena fe
contigo, no lo tomes como generosidad sino como debilidad, y avanza en el
propósito de derrotarlo”.
Cuando estaba esa zona de despeje, ya tenían a muchos de los secuestrados
de hoy en cautiverio, y allá fueron a implorar sus familiares, y la respuesta era:
“a nosotros no nos interesa este despeje, a nosotros nos interesa es la toma
violenta del poder”.
Para eso utilizaban la zona de despeje. Una de las razones por las cuales
este Gobierno no la ha concedido, que era el gran pedido del tenebroso terro-
rista “Raúl Reyes”: porque la tuvieron durante casi cuatro años y lo que
hicieron fue aprovecharla para martirizar.
“Demandarán al Estado, al Gobierno de Colombia, ante la Corte Interna-
cional por los dañinos efectos de las fumigaciones del Plan Colombia”.
Hace poco en Guatemala, creo, en una conversación con el Presidente
Correa le dijimos: “hombre, nosotros desde que se hizo el acuerdo con usted
no hemos vuelto a fumigar en esos 10 kilómetros de la frontera, desistan de esa

252
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

demanda a Colombia. Si se le hubiera causado un daño a alguien en el Ecuador,


nosotros estamos dispuestos a indemnizarlos, a repararlos por la vía bilateral”.
Me dijo que nos teníamos que comprometer por siempre a no volver
a fumigar. Yo le dije: “Presidente, yo no puedo comprometer el futuro de
Colombia. De muy buena fe yo procuraré hacerlo hasta que termine mi
Gobierno”.
Independientemente del gobierno del Presidente Correa, el gran actor en
contra de la lucha contra el narcotráfico ha sido las Farc, porque eso es lo que
la ha enriquecido.

El próximo año cancelan las licencias gringas sobre la Base de Manta. Su


programa de Gobierno se orienta a la creación de las bases socialistas, para lo
cual dan especial importancia a la Asamblea Nacional Constituyente.

Ofrecen su ayuda en la lucha de las Farc por el intercambio humanitario


y las salidas políticas. Unos gestos humanitarios hemos visto, que celebramos
por sus beneficiarios, pero que han tenido un claro propósito político.

Ofrecemos su ayuda, de las Farc, por el acuerdo humanitario, el intercambio


humanitario y las salidas políticas. Tiene claro que Uribe representa los inte-
reses de la Casa Blanca, las multinacionales y las oligarquías. Lo consideran
peligroso en la región.

Mi elección es el producto de la rebeldía del pueblo colombiano contra


50 años de sufrir un verdugo terrorista, y las decisiones de mi Gobierno contra
los delincuentes de diferente pelambre, son la respuesta de mi corazón y de
mi determinación en el apoyo a la Fuerza Pública colombiana, para poder
cumplir el mandato que me entregaron mis compatriotas.
Dejemos ese infantilismo Latinoamericano de la Guerra Fría. Cada día
que había un problema lo imputaban unos, dependiendo de su orientación
ideológica, a los Estados Unidos, y los contrarios a Cuba.
Procedamos con criterio de adultos. Aquí la lucha para derrotar el terro-
rismo en Colombia es una lucha autónoma del pueblo colombiano, y de esa
manera seguirá hasta el momento que ese país viva en democracia, en discre-
pancia, en pluralismo, sin terroristas.
¿Que ha ayudado Estados Unidos con el Plan Colombia, sí, como debe-
rían hacerlo todos los países donde hay consumo y donde hay producción de
precursores químicos, por un tema que se llama la corresponsabilidad.

253
Los potros de bárbaros atilas

Nosotros necesitamos ayuda práctica, no basta que simplemente se ignore


el problema terrorista de Colombia, y en resoluciones nos den palmaditas en
el hombro diciéndonos “sentimos mucho sus muertos”.
Para que las nuevas generaciones de colombianas, de colombianos,
puedan vivir felices en ese suelo, como viven los compatriotas de muchos de
ustedes en el suelo de sus países, nosotros tenemos que tener toda la determi-
nación en esta lucha, autónoma.
En fin, aquí están estas cartas:
Resumo reciente conversación con emisario de Correa, febrero 28 de 2008.

Solicita conversar personalmente con el secretariado en Quito. Ofrece garantías y


transporte desde la frontera hacia el lugar de encuentro. Espera nuestra respuesta
en el menor tiempo posible, indicando fechas. Nos pregunta si queremos hacerlo
apoyados en los militares o en su Ministro de Seguridad estatal.

Desea hablar con las Farc sobre el acuerdo humanitario, la política de fron-
teras, la solución política, Ingrid, y el papel de Chávez. Desea establecer coor-
dinaciones con nosotros sobre la frontera binacional.

Quiere explicar los propósitos del plan Ecuador, con el que pretende contrarrestar
los dañinos efectos del Plan Colombia, que aplicará en la línea fronteriza.

Para el plan Ecuador nos pide cursos de organización de masas para nativos de
la frontera, los que luego serán encargados por el Gobierno de coordinar con las
Farc el trabajo fronterizo, con la ventaja que una gente de esta es parte del partido
clandestino o participan del comité binacional, orientado por el frente 48.

Insiste en su interés de contribuir con el intercambio de prisioneros, para lo


cual pide la liberación del hijo de Moncayo u otro prisionero.

En la parte de la invitación le agradecimos y explicamos que decisiones de


estas corresponden al secretariado y se requiere cierto tiempo para su defini-
ción. Dejamos claro nuestro interés en contribuir en la labor de hermanos más
en la frontera, en coherencia con nuestra política explicada en la plataforma
bolivariana, el manifiesto y demás documentos del secretariado.

Por lo conversado con el emisario, las relaciones Chávez-Correa no están en su


mejor momento, fuera de esto Uribe llama a Correa con frecuencia, para que le
contribuya a limar asperezas con Chávez.

254
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

Sí, como he llamado a muchos presidentes.

Uribe fuera del embajador, tiene ubicado en Quito a otro funcionario, cuya misión
es hacer lobby –no lo conozco– ante Correa y su equipo de gobierno, solicitando
ayuda en su lucha contra las Farc y en mejorar las relaciones con Chávez.

No deja de preocuparme una eventual movida de atender la invitación, por


la alta concentración de agencias de inteligencia y la corrupción en ese país,
donde el Gobierno aún es bastante débil.

La primera reacción del Gobierno de Ecuador, a través de un Vicemi-


nistro, fue que no habían tenido relaciones con las Farc. Después dijeron que
sí, pero que era para buscar el acuerdo humanitario, la liberación de Íngrid
Betancourt y de otras 12 personas.
El Gobierno colombiano expidió un comunicado esta semana, en el cual
decimos: nos extraña eso, porque el Gobierno ecuatoriano –y me lo dijo usted,
Presidente Correa, a mí– expresó que no tomaría ninguna iniciativa con las
Farc, que no fuera previamente consultada con el Gobierno de Colombia,
como me han dicho muchos de ustedes.
Y después el mismo Gobierno ecuatoriano contestó que sí estaban en la
búsqueda del acuerdo humanitario, y que no le habían consultado al Gobierno
de Colombia porque no creían en Uribe y que Uribe los bombardeaba.
Eso fue mucho antes de este bombardeo, eso lo dijeron ustedes esta
semana. Y entonces aquí viene un argumento: ninguno de aquellos repre-
sentantes de instituciones, o de aquellas personas que con autorización del
Gobierno de Colombia han buscado el acuerdo humanitario, ha sufrido
trampas del Gobierno de Colombia.
Se reunió con las Farc, autorizada como facilitadora, la Iglesia Católica,
con nuestras garantías; un representante de Francia, con nuestras garantías; un
representante de Suiza, con nuestras garantías; la senadora Piedad Córdoba,
con nuestras garantías; y casi siempre todos entraban por Ecuador.
De donde acá eso, de que entonces hay que buscar ese acuerdo clandes-
tinamente frente al Gobierno de Colombia, porque no se cree en el Presidente
Uribe que los va a bombardear. Yo ahí no tengo la palabra, sino los hechos.
Ahora, lo que sí no podemos permitir es algo que se ha tejido desde la
comisión del 31 de diciembre en Villavicencio, y ahora me referiré a ese
tema.

255
Los potros de bárbaros atilas

Se ha tejido esta hipótesis: que terminen la liberación de los secues-


trados civiles, para entonces reclamar que se le levante a las Farc el cali-
ficativo de terrorista en Europa, se le conceda el estatus de beligerancia y
buscar una acuerdo entre las Farc, reconocido ya como actor legítimo, con
el Gobierno de Colombia, para que el Gobierno de Colombia libere de la
cárcel a los terroristas de las Farc, y las Farc libere a los prisioneros militares
y policivos.
Desde ya lo anticipo que no lo podemos aceptar. Para nosotros es igual-
mente grave el secuestro que comete el terrorista, haciendo víctima a un civil
que a un integrante de la Fuerza Pública.
Para nosotros es igualmente doloroso el secuestro del civil, que del militar
o policía. Para nosotros es igualmente grande el compromiso de proteger a
nuestros civiles y de proteger a nuestros policías.
Y vayamos al 31 de diciembre. Después de que por razones que se dieron,
suspendí una mediación, aceptamos nosotros contribuir con liberaciones unila-
terales e incondicionales que las Farc hiciera de secuestrados, en atención a la
identificación que tienen con algunas personas, y honramos la palabra.
Qué tristeza, el 31 de diciembre –¿cómo se llama el ministro ecuatoriano,
Gustavo qué?– el ministro ecuatoriano Gustavo Larrea, en Villavicencio, en
compañía de personalidades muy ilustres, era de los que promovía una decla-
ración contra Colombia, acusando a mí Gobierno de obstruir la liberación de
los secuestrados.
Yo estuve allá en esa reunión, yo tuve que desplazarme a Villavicencio,
porque mis delegados me dijeron: “aquí hay toda la cooperación, y miren lo
que dicen”.
Mi Dios premia la buena fe, los hechos dieron la razón, y era que no
podían liberar a Emmanuel, el niñito.
Cuando yo leo estas cartas y recuerdo aquella actitud del Ministro Gustavo
Larrea, no puedo negar en mi mente una cosa –y lo verán los jueces, cuando
el Presidente Correa someta esto a la justicia ecuatoriana– en mi mente va
todo en la misma dirección: una presunta inmensa complicidad del Ministro
Gustavo Larrea del Ecuador, con estos bandidos.
Miren, el más interesado en la liberación de Íngrid Betancourt es su
familia, el pueblo colombiano. Este señor (el Canciller) está libre porque Dios
es muy grande, y porque desde el día que asumí la Presidencia busqué libe-
rarlo, él y su familia lo saben, como lo saben los secuestrados, no le he acep-
tado a la guerrilla la zona de despeje.

256
Intervención ante los Jefes de Estado del Grupo de Río

El Gobierno de Francia tiene un legítimo interés en la liberación de Íngrid


Betancourt, como quiera que es ciudadana colombiana y francesa. El mismo
Gobierno de Francia tiene todo el legítimo interés de su preocupación por el
rescate, la liberación de la doctora Íngrid Betancourt, ciudadana colombiana
y francesa.
Yo he tenido dos reuniones decentes: con el Presidente Sarkozy y con
el Canciller Kouchner. Ninguno me dijo que Ecuador estuviera en la tarea
de conseguir la liberación de la doctora Íngrid Betancourt. Nosotros no lo
sabíamos, ni por Ecuador ni por Francia. Siempre Francia nos ha dicho cómo
lo está haciendo. Y lo que quiso Francia proponer fue el tema de otro país, que
le dije: el tema no se trata. No se discutió, simplemente le dijimos: el tema no
se trata.
Lo que yo no puedo aceptar es que, primero el Ecuador diga que no
tiene relaciones –que es bueno investigar quién es el que las tiene– con las
Farc, hagan todo ese recorrido y terminen diciendo, como lo dijo ayer usted,
Presidente Correa, que yo había incurrido en la bajeza del operativo a “Raúl
Reyes”, para evitar la liberación de Íngrid Betancourt.
Usted no me había informado –como todos los que han hecho intentos
de acuerdo humanitario, han consultado con Colombia– usted no nos había
dicho nada, después de que usted me dijo, a motu propio, que no empren-
dería ninguna iniciativa que no conociera el Gobierno de Colombia. El propio
Gobierno francés nada nos dijo de eso, y siempre que el Gobierno francés ha
hecho un esfuerzo, el Gobierno de Colombia lo ha conocido, se ha coordinado
con ellos y no lo hemos entorpecido.
Nosotros estamos dispuestos a recibir todas las acusaciones, a contes-
tarlas todas, y si es posible también, a contribuir a una solución. Apoyamos la
propuesta del Presidente (de Guatemala, Álvaro) Colom, que no se excluye
con la decisión de la OEA.
El Secretario de la OEA nos ha dicho que va el lunes por la noche a
Colombia, allá estaremos a disposición de él.
Algunos de los distinguidos mandatarios han pedido lo siguiente: que
Colombia pida perdón por la incursión. En el momento que consideren que es
el momento oportuno, estamos dispuestos a hacerlo, pero pedimos una consi-
deración: que no se hable solamente de soberanía territorial, sino del derecho
soberano de los pueblos a su seguridad.
Que el hecho no se repita, es lo ideal, es lo que queremos. Nosotros acep-
tamos eso, lo aceptamos, simplemente pedimos que ustedes estudien un meca-

257
Los potros de bárbaros atilas

nismo, de acuerdo con la normatividad internacional, para que estos terroristas


no estén en otros países.
Que el Gobierno de Colombia no insista en acusaciones al Gobierno de
Ecuador. Por eso he sido muy cuidadoso al leer estos documentos, y publi-
caremos todos los que aparezcan, porque por ejemplo ya México, por unas
ciudadanas mexicanas que había en ese grupo guerrillero, nos ha pedido que
le entreguemos los documentos.
Lo que haré con el Gobierno de Ecuador será entregárselas al Presidente
Correa, para que él los investigue.
Gracias Presidente.

Santo Domingo, República Dominicana, 7 de marzo de 2008 (SP).


Fuente: http://web.presidencia.gov.co/sp/2008/marzo/07/03072008.html

258
SEGUNDA PARTE

Esta sección, que podría denominarse “las razones de los infames”, consta de
10 documentos que contienen el punto de vista de las Farc, los argumentos
políticos e ideológicos que amparan su determinación de convertir un puñado
de seres en material de canje y chantaje contra el Estado colombiano.
SALUDO DE LAS FARC-EP A LOS PRISIONEROS
Y SUS FAMILIARES
Secretariado del Estado Mayor Central

Con motivo de la finalización del año 2003 y de la iniciación del nuevo


año, hacernos llegar nuestro fraterno saludo de pueblo en armas a los prisio-
neros de guerra del establecimiento a los guerrilleros, a sus familiares y amigos
que con decidido entusiasmo perseveran por conseguir el objetivo de la libera-
ción de sus seres queridos.
Al valorar cada uno de sus esfuerzos hacia la obtención del canje o acuerdo
humanitario los instamos a continuar en esta brega acompañados de las perso-
nalidades y amigos de otros gobiernos comprometidos en dar su aporte a la
solución de tan imperiosa necesidad.
Este año termina marcado por la indiferencia de Álvaro Uribe Vélez frente a
las reiteradas gestiones de familiares y amigos de los prisioneros interesados en la
firma de un acuerdo humanitario o canje entre el Gobierno y las Farc que ponga
fin al cautiverio de las personas privadas de la libertad por razones del conflicto
interno colombiano. Una parte de ellos en las selvas agrestes y húmedas de nuestra
Patria y los otros recluidos en las cárceles del Régimen en deplorables condiciones
por la hacinación, las restricciones y el mal trato recibido de sus carceleros.
La evidente ausencia de voluntad política del gobierno en concertar con
las Farc el canje de retenidos políticos se expresa en su obstinada negativa
a responder las exigencias de la guerrilla expuestas con claridad en nuestro
comunicado público de febrero 8 y en la carta abierta del 27 de abril del
mismo año, dirigida a los expresidentes liberales en cabeza de Alfonso López
Michelsen, con la firma del Secretariado del Estado Mayor Central.
No obstante la intransigencia gubernamental y pese al silencio impuesto
a nuestra propuesta de intercambio, continuamos a la espera de una respuesta
oficial del gobierno en el objetivo de caminar con paso firme hacia la libe-
ración de la totalidad de los prisioneros canjeables para lo cual volvemos a
reseñar nuestras exigencias:
a) Las eventuales entrevistas entre Voceros oficiales del Gobierno y de
las Farc–Ep, para la búsqueda de acuerdos sobre Canje de prisioneros debe
efectuarse en Colombia.

261
Los potros de bárbaros atilas

b) Para llevar a cabo las entrevistas conducentes a la firma del Canje o


Acuerdo Humanitario, se requieren zonas desmilitarizadas, previamente veri-
ficadas por la guerrilla.
c) En desarrollo del acuerdo sobre Canje las Farc–Ep, están dispuestas a
dejar en libertad a todos los Comandantes Militares y de Policía en su poder,
los doce diputados del Valle del Cauca, un exministro de Estado, el exgo-
bernador del Meta, la excandidata presidencial Íngrid Betancourt y los tres
agentes de la CIA de nacionalidad estadounidense.
d) En contra prestación a la liberación de estos prisioneros, las Farc exigen
del Estado y del Gobierno la liberación de todas las guerrilleras y guerrilleros
privados de su libertad.
e) Recibiremos del Gobierno nuestros prisioneros guerrilleros en
Colombia, en el mismo lugar donde haremos entrega de los suyos.
Igualmente ratificamos ante ustedes, que mientras la fuerza pública en
cumplimiento de irresponsables y aventureras ordenes, presidenciales insista
en llevar a cabo rescates de prisioneros por medio de las armas, sus seres
queridos corren evidente riesgo en su integridad física porque los guerrilleros
están obligados a prestarles seguridad hasta el día de su regreso a casa.

Atentamente,
Secretariado del Estado Mayor Central
Montañas de Colombia, diciembre de 2003

Fuente : http://www.farcep.org/?node=2,642,1

262
¡QUE TODOS VUELVAN A CASA!
SOBRE EL CANJE DE PRISIONEROS
Iván Márquez

El canje de prisioneros de guerra está hoy entre el pantano y la orilla.


Entre la obcecación de un gobernante y la luz al final del túnel. Es lucha y
forcejeo. Es un imperativo de la razón y del sentido común en un conflicto que
se agudiza y escala cada día. A esa orilla del intercambio humanitario se debe
llegar indefectiblemente, y hasta por encima del odio de Uribe, que quiere
hundirlo para siempre en el pantano.
Colombia necesita un mecanismo, una ley para resolver el problema y
más aún cuando no se avizora en el horizonte la posibilidad de una solución
del conflicto. Las partes contendientes van a hacer más prisioneros; y la reclu-
sión de militares, policías, dirigentes políticos y guerrilleros, en las montañas
y en las cárceles, no se puede extender a perpetuidad.
Mientras en el Medio Oriente dos acérrimos enemigos, el sionismo israelí
y el pueblo palestino que lucha por su tierra, acuerdan sin mayores arandelas
el canje de prisioneros, en Colombia la contumacia de un presidente causa
desazón y un terrible daño moral a las esperanzas de mucha gente. No escucha
a gobiernos amigos, ni a los familiares de los prisioneros, ni a los ex-presi-
dentes, ni al Papa. Solo escucha su propia obstinación.
Uribe le ha atravesado todos los obstáculos al intercambio humanitario.
Para él no es válido ni aplicable el Protocolo de Ginebra a pesar de que
Colombia es país signatario del mismo. Se niega a nombrar sus plenipoten-
ciarios o negociadores cuando las Farc hace muchos meses designaron los
suyos. Entiende el canje como destierro de los combatientes guerrilleros a
países de ultramar. Se le ha metido en la cabeza la quimera de que liberar a
éstos es desmoralizar las tropas. Rechazó la carta que le dirigieran los expre-
sidentes López, Samper y Turbay, tanto a él como al comandante Marulanda,
aduciendo que lo colocaban en el nivel de un “jefe terrorista”. Y este es otro
Caballo de Troya contra el intercambio humanitario: “no vamos a canjear
ciudadanos de bien por delincuentes terroristas”, dicen. Ante esto cabría
preguntarse ¿quiénes son realmente los terroristas criminales? Como bien lo

263
Los potros de bárbaros atilas

señalaba el ex-presidente López no tiene sentido en este caso descalificar al


adversario. Para una gran franja de opinión es incomprensible que mientras
el presidente Álvaro Uribe se muestra benévolo con los más tenebrosos jefes
paramilitares a los cuales condecora con una ley de alternatividad penal que
los exonerará totalmente por sus crímenes de lesa humanidad y les saneará
sus capitales mal habidos, sea tan insensible e indolente ante el drama de
unos oficiales y suboficiales de la fuerza pública que arriesgaron su pellejo
defendiendo las instituciones y al gobierno; el mismo que hoy los condena al
abandono, a la selva y al olvido.
Ahora Uribe proyecta y acaricia otra perversidad que no solo entrabaría
aún más la posibilidad del canje, sino que significaría un alto costo a las oligar-
quías arrodilladas: la extradición de guerrilleros colombianos a los Estados
Unidos. Los familiares de los militares y dirigentes políticos en poder de la
insurgencia deben tomar en serio este asunto e interponerse con fuerza a esta
intención que, además de arrojar al limbo el intercambio humanitario, es una
afrenta a la soberanía y a la dignidad de la patria.
Los guerrilleros son ante todo luchadores políticos. Rebeldes contra un
sistema injusto que oprime. Y la rebeldía es una actitud justificada plena-
mente por el derecho universal. Este derecho no podrá desaparecer de la faz de
Colombia por truculencias jurídicas, y no podrá quedar atrapado entre leyes
concebidas como telarañas para enredar en ellas al pueblo y para perpetuar el
abuso y la opresión. Desnaturalizar el delito político, como lo hace la oligar-
quía colombiana es arrojar al mar la llave que habrá de abrir algún día las
puertas a la paz concertada. Y lo más grave es que lo hace a través de patrañas
abominables como ésa del “narcoterrorismo”.
La extradición de nacionales, quienesquiera que ellos sean, más temprano
que tarde debe ser juzgada como delito de alta traición a la patria. El país
que ha resistido durante casi dos años los furiosos bombardeos mediáticos
del gobierno, empieza a reaccionar. No va ser fácil satanizar la dignidad de
la gente que se opone con decoro a la postración de nuestra soberanía ante
las cortes gringas. ¿Quién erigió al gran terrorista universal y violador de los
derechos humanos, en el juez supremo de los pueblos del mundo? El gobierno
de los Estados Unidos no tiene moral para nada.
Es de suponer, que el pueblo que derrotó el referendo uribista, derrotará
también la ambición reeleccionista del incendiario del país que quiere prose-
guir una guerra que no está ganando y nunca ganará y que se opone, terco, al
canje de prisioneros.

264
¡Que todos vuelvan a casa! Sobre el canje de prisioneros

Para el justo anhelo de intercambio humanitario es muy valioso el


pronunciamiento de Semana Santa de la jerarquía católica de Colombia. E
igualmente, su respaldo a la solución política del conflicto. Saben ellos que el
canje de prisioneros puede crear las condiciones para la necesaria apertura de
las alamedas del entendimiento y del pacto social.
Queremos a Simón Trinidad y a todos nuestros guerrilleros de regreso
a casa; y también queremos que Ingrid, el ex ministro de Estado Fernando
Araújo, los ex parlamentarios y diputados, los militares y policías, y hasta los
gringos prisioneros, regresen a su casa como producto de un acuerdo entre el
gobierno de Colombia y las Farc. ¡Que todos regresen a casa!

Fuente: Resistencia Internacional, Edición Nº 32, mayo 2004.


Publicado en: http://www.farcep.org/resistencia/internacional/?issue=32&section=1&article
=contenido5&article_id=4

265
CARTA DE SIMÓN TRINIDAD

A todos los compatriotas que anhelan y luchan por una patria con trabajo,
pan, techo, salud, educación, libertades políticas, unas Fuerzas Armadas Boli-
varianas y el respeto a nuestra soberanía nacional:
Hace años sé que la cárcel es también una posibilidad en nuestro camino
de la victoria. Por eso, en mi condición de prisionero de guerra, continuaré la
lucha. Así me lo dicta mi conciencia; sigo convencido que la causa popular,
esa que abracé años atrás y por la que abandoné todos los privilegios econó-
micos, sociales, culturales y políticos que algún día tuve, es la más justa y
noble que un revolucionario de verdad debe asumir. Así me lo han ense-
ñado con su ejemplo millones de compatriotas sencillos, humildes, pero
muy valientes, que en variadas formas de combate popular, históricamente
buscaron y buscan realizar los profundos cambios que requiere, urgente,
Colombia.
La minoría uribista en el poder, pretende desmoralizar a los luchadores
populares y a sus organizaciones al hacer creer que con mi captura en Ecuador,
han dado un golpe demoledor a las Farc, Ejército del Pueblo.
Vana ilusión. Soy sólo uno más de los tantos miles de guerrilleros de
la organización. Las Farc–Ep seguirán sólidas en toda Colombia porque las
causas que dieron origen a nuestro alzamiento en armas siguen vigentes: un
régimen político oligárquico, corrupto y terrorista, que ha entregado nuestra
soberanía a los Estados Unidos; la concentración indignante de la riqueza;
las profundas desigualdades sociales que dividen a los colombianos; y unas
Fuerzas Militares que sostienen con la guerra todo lo anterior y traidoras al
ideario del Libertador Simón Bolívar.
En Ecuador adelantaba una misión importante para el futuro de la paz en
Colombia, pero no estoy autorizado para decir cuál. Nadie me delató en Quito.
Por el seguimiento que le hacían a la persona donde me alojé, la Policía me
descubrió y le informó a militares colombianos y agentes gringos, quienes
hicieron el operativo de captura. Así que el pago de miles y miles de dólares a
un delator fantasma, es otro robo más de los corruptos que manejan los presu-
puestos multimillonarios para la ‘seguridad democrática’.

267
Los potros de bárbaros atilas

Agradezco las voces de aliento de los periodistas hombres y mujeres apos-


tados a la entrada de la Fiscalía, espero, eso sí, objetividad en la información.
No se dejen manipular por sus jefes y dueños de ese aparato de propaganda
oligárquica en que se convirtieron los medios de información.
Y no más, porque estoy violando determinaciones superiores, no estoy
autorizado para dar opiniones públicas, sólo el Estado Mayor y su Secretariado
están pronunciándose públicamente y yo no pertenezco ni al uno ni al otro.
Abrazo revolucionario a todos los combatientes de las Farc, Ejército del
Pueblo, a los milicianos populares y bolivarianos, a los camaradas del Partido
Comunista Clandestino Colombiano y sobre todo, a los miles de obreros,
campesinos, estudiantes populares, indígenas, profesionales, artistas, militares
patriotas y sacerdotes de base miembros del Movimiento Bolivariano.

¡Viva Bolívar! y adelante con la lucha.


¡Contra el imperialismo, por la patria!
¡Contra la oligarquía, por el pueblo!

Simón Trinidad.

Fuente: Resistencia Internacional, Edición Nº 32, Mayo 2004.


Publicado en: http://www.farcep.org/resistencia/internacional/?issue=32&section=1&article
=contenido5&article_id=4

268
EXCARCELACIONES, ESTRATAGEMAS
E INTERCAMBIO O CANJE
Allende La Paz, ANNCOL

La excarcelación de Rodrigo Granda es uno de los efectos que ha produ-


cido el accionar político-militar de las Farc–Ep. Granda fue secuestrado en
Caracas, violando la soberanía de un país hermano. Su liberación, a pedido del
presidente francés, Sarkoszy, es una demostración de la incapacidad de Uribe
para adelantar el Intercambio y también el ‘rescate militar’. USA también
tendrá que negociar con las Farc, escribe Allende La Paz.
La excarcelación de Rodrigo Granda (‘Ricardo González’, su nombre de
guerra) ha continuado con la discusión que las Farc–Ep con su accionar polí-
tico-militar ha colocado en el centro del debate: el Intercambio Humanitario o
Canje de Prisioneros de Guerra.
Propuesta que la administración narco-paramilitar de Alva-raco Uribe
Vélez durante 5 años ha tratado de escamotear e ignorar. Pero la justeza de una
propuesta, hecha y manejada directamente por el Comandante en Jefe de las
Farc, “Manuel Marulanda” Vélez, ha terminado imponiéndose a las mentiras
estatales, especialmente las gubernamentales.
Son muchas las implicaciones de la excarcelación de Rodrigo Granda y
quizá tome algún tiempo poder vislumbrar todas.

Los guerrilleros, luchadores populares


El secuestro de Rodrigo Granda en Caracas y su ‘presentación’ por la
Policía colombiana como ‘capturado en Cúcuta’ fue un tremendo fiasco. Este
hecho creó una crisis diplomática sin precedentes entre Venezuela y Colombia.
Además del ‘gasto’ de un millón de dólares en tal operación violatoria de la
soberanía de un país amigo, sirvió para desnudar el desprecio que la adminis-
tración narco-paramilitar de Alva-raco Uribe sentía –y siente– por el Derecho
Internacional.
A Ricardo González –Rodrigo Granda– han tratado de endilgarle cuanto
delito han podido inventar. Pretendieron vincularlo con el tráfico de drogas,
incluso publicaron en medios colombianos y costarricenses sus ‘relaciones’

269
Los potros de bárbaros atilas

con el Cartel de Tijuana, acusaciones que se desinflaron como lo que eran, una
burbuja. Han pretendido implicarlo en el secuestro y posterior asesinato de
Cecilia Cubas, en el cual acusan también infundadamente a líderes del Partido
de Izquierda, Patria Libre, cuando ha sido demostrado que la policía y servicios
secretos paraguayos no sólo han torturado a estos luchadores populares, sino
que –como en Colombia- la Fiscalía utiliza ‘testigos’ falsos y comprados.
A todo esto ha salido claro, diáfano, incólume, Rodrigo Granda. Su talante
de guerrillero, de luchador político, ha sido la más firme carta que ha podido
esbozar contra todas las mentiras del régimen narco-paramilitar colombiano,
y del paraguayo, que le sigue el juego a ‘la mano negra’ de los Estados Unidos,
quien en últimas es quien está detrás de todo este juego siniestro.
De esta manera, los guerrilleros de las Farc en poder del imperio estado-
unidense –en Colombia y en Estados Unidos- han jugado su papel revolucio-
nario enfrentando todas las argucias imperiales. Y el pueblo colombiano debe
sentirse orgulloso de sus hijos luchadores.

Un triunfo de las Farc


Las Farc se han anotado un resonante triunfo frente a las pretensiones
imperiales y sus lacayos colombianos de invisibilizar el conflicto armado en
Colombia y reducirlo mecánicamente a ‘un grupo terrorista’ que ‘ataca la
sociedad colombiana’.
El hecho de que el presidente de Francia, Sarkoszy, pidiera directamente
a Alva-raco Uribe la liberación de Rodrigo Granda –Ricardo González–, es
un mentís a la perorata uribiana e imperial que cataloga a las Farc como un
‘grupo terrorista’. Prácticamente este pedido del presidente francés es el reco-
nocimiento al carácter beligerante de la organización guerrillera colombiana.
Faltaría sólo un comunicado del presidente francés en tal sentido.
Las declaraciones de Rodrigo Granda desde la sede de la Conferencia
Episcopal, por su parte, le salen al paso a la maniobra de Alva-raco Uribe
que, mostrando cuán mezquino y perverso es, pretende sacarle rédito político
a un hecho que debe ser de simple humanitarismo; al tiempo que muestran la
inmensa calidad del dirigente guerrillero quien agradece al presidente francés
su ‘loable labor’ en su liberación. Rompe además la estratagema –oculta,
como toda estratagema– que pretendía dividir a las Farc y, utilizando deser-
tores y oportunistas (tipo ‘Olivo Saldaña’), romper la unidad de mando de la
organización insurgente guerrillera y que además la mostraría como víctima
de una ‘profunda’ división interna.

270
Excarcelaciones, estratagemas e intercambio o canje

Un régimen acorralado
La realidad es tozuda, decía uno de los padres del marxismo-leninismo. Y
la verdad siempre sale a flote, complemento yo en mi humildad. En Colombia
vivimos un conflicto interno –económico, político, social y armado– desde
hace más de 50 años, cuya etapa más reciente parte desde 1964.
El cual pretende ser negado por la oligarquía colombiana y el imperio
estadounidense bajo el eufemismo de ‘guerra contra las drogas’ y ‘guerra
contra el terrorismo’.
Hoy las Farc–Ep ha puesto en el centro del debate ese Conflicto Interno,
que nace además de la profunda corrupción de quienes detentan el poder en
Colombia, la oligarquía –tradicional y mafiosa– que utiliza, organiza, financia
y da apoyo logístico a las bandas narco-paramilitares para que adelanten el
Terrorismo de Estado, ahora en su variante mafiosa.
Las Farc–Ep con su accionar político-militar ha acorralado al régimen
narco-paramilitar. No son sólo las denuncias de las conexiones ‘ocultas’ de
empresarios, financieros, ganaderos, terratenientes, políticos oligárquicos,
funcionarios estatales, militares, los que tienen ‘bajo conteo de protección’ al
régimen narco-paramilitar.
El Intercambio Humanitario o Canje de Prisioneros de Guerra demostró la
incapacidad de Alva-raco Uribe Vélez para enfrentar y solucionar los grandes
problemas nacionales, fue rebasado por la realidad, además que los planes de
guerra que le diseñan en Washington son un total fracaso militar. Por ello la
injerencia del presidente francés Sarkoszy en este tema, sensibilizado por la
situación de uno de sus connacionales, Íngrid Betancur. Porque Sarkoszy sabe
que Alva-raco Uribe es incapaz de alcanzar no sólo el Intercambio sino también
el ‘rescate militar’ que cacofónicamente grita en las academias militares.
De igual manera, el gobierno de Estados Unidos se verá obligado por la
realidad a hablar con las Farc–Ep sobre el Intercambio o Canje de los Prisioneros
de Guerra que ambos tienen. Los tres espías gringos por Sonia y Simón Trinidad.
Pero la realidad –tozuda–, construida a golpes de fusil y hechos políticos,
ha demostrado la necesidad del despeje de los municipios de Pradera y Florida
para sentarse a la mesa a fin de acordar el Intercambio o Canje de Prisioneros.
No hay de otra. Lo demás son hechos tercos de ‘mulas arrieras’.
“Los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar
la América de miserias en nombre de la Libertad.” Simón Bolívar.

Fuente: http://www.anncol.org/es/site/doc.php?id=3132 -
06.06.2007

271
“LA GUERRA A MUERTE”
Y EL INTERCAMBIO HUMANITARIO
Allende La Paz, ANNCOL

Los antecedentes históricos del Intercambio Humanitario los tenemos


claramente referenciados en ‘La Guerra a Muerte’ adelantada por el Liber-
tador Simón Bolívar en respuesta de la barbaridad con que actuaban los espa-
ñoles con los partidarios de la causa independentista. Lo cual demuestra que
tal propuesta en los momentos actuales no nace del capricho de la insurgencia,
sino del reconocimiento de las condiciones histórico-concretas en que se desa-
rrolla el conflicto interno colombiano.
El historiador Alfonso Rumazo González en su obra Sucre. Gran Mariscal
de Ayacucho, dice: “Ante la negativa de los ejércitos de Quiroga y Riego, en
España, a marchar a la América –habían preferido sublevarse–, el rey juró la
Constitución liberal en marzo de ese año (1820). Morillo, muy contrariado,
tuvo que darlo a conocer de los venezolanos, en acto público solemne. Bolívar
escribió entonces proféticamente: ‘¡Nuestra causa se ha decidido en el tribunal
de Quiroga!’. La proclamación de la ley liberal significaba la exigencia de la
paz entre españoles y americanos. Una paz negociada, aunque temporal. Una
paz que incluyera –he aquí lo recóndito– la posibilidad del regreso a España del
general (Pablo) Morillo, que él deseaba ardientemente, tanto por la vigencia
de la Constitución liberal como porque en años su país no le había enviado
ni auxilios ni reemplazos. En Morillo acuciaba el resentimiento; un deseo de
dejar la escena cuanto antes. Servir a ese anhelo significaba el más astuto de
los procedimientos, porque en reemplazo del eminentísimo jefe quedaría el
general La Torre, inferior en todo sentido.”
Rumazo continúa: “Tras antecedentes numerosos y no pocos incidentes,
resuélvese de parte y parte negociar el armisticio y también un tratado de
regulación de la guerra. El escogido para esa actividad prolija, difícil, es el
general Sucre, con el coronel Briceño Méndez, y el teniente coronel José
Gabriel Pérez. El rango de plenipotenciario corresponde a Sucre. Se le ha
concedido muy alto honor, en una actividad diplomática en extremo compleja.
Los tres delegados discutieron los términos del acuerdo durante cuatro días,

273
Los potros de bárbaros atilas

en la ciudad de Trujillo. Se cruzaron varias comunicaciones; hubo intento


de ruptura de parte hispana. Al final se firmaron tanto el armisticio como el
Tratado de Regulación de la Guerra (no fusilamiento de prisioneros). Y obra
fue, lo uno y lo otro, de Sucre. A tal punto que el propio Bolívar escribió: ‘Este
tratado es digno del alma del general Sucre: la benignidad, la clemencia, el
genio de la beneficencia lo dictaron: él será eterno como el más bello monu-
mento de la piedad aplicada a la guerra: él será eterno como el nombre del
vencedor de Ayacucho’.”
Convienen entonces en una entrevista entre los dos comandantes supremos
de las fuerzas en guerra: Pablo Morillo y Simón Bolívar. Rumazo nos la narra
así: “La entrevista personal entre el Libertador y Morillo se realizó el 27 de
noviembre. Bolívar, acompañado de Sucre, Briceño Méndez y sus edecanes,
sin guardia alguna, se presentó en la plaza de Santa Ana. Morillo, al verlos
avanzar, le preguntó a O’Leary cuál era Bolívar; al señalárselo exclamó:
‘¿Cómo, aquel hombre pequeño de levita azul y gorra de campaña y que viene
en una mula?’.”
“…Lo que tomaba trascendencia, de aquellos actos solemnes, era el
Tratado de Regulación de la Guerra: ‘La guerra entre España y Colombia
se hará como la hacen los pueblos civilizados… Todo militar tomado en el
campo de batalla se guardará como prisionero de guerra y será respetado,
hasta lograr su canje… Los heridos no serán prisioneros de guerra… Los
militares o empleados que hayan desertado de sus banderas no pueden ser
castigados con pena capital… El canje de prisioneros será obligatorio… Los
habitantes de los pueblos que alternativamente se ocuparen por las armas de
ambos gobiernos serán altamente respetados y gozarán de absoluta libertad
y seguridad… Los cadáveres, en los campos de batalla, recibirán los últimos
honores de la sepultura’”.
Evidentemente el Tratado responde a las condiciones históricas concretas.
Ello es interpretado por Rumazo que nos dice: “Este texto, redactado por Sucre,
fue lo que llamó Bolívar ‘el más bello monumento a la piedad aplicado a la
guerra’. Por siete años había regido la ‘guerra a muerte’, que fueron los espa-
ñoles los primeros en imponer. La ‘guerra a muerte’ logró definir los campos,
en tiempos en que los soldados se pasaban de uno a otro bando, muchas veces
el propio momento de la batalla; y fue elemento capital en la forja de una
conciencia de nacionalidad, sin cuyo nervio hubiese sido imposible proseguir
la lucha. Sucre la cumplió estrictamente; supo el intenso drama que encerraba;
vio correr la sangre de los prisioneros indefensos pasados por las armas. Oyó

274
“La guerra a muerte” y el intercambio humanitario

el clamor de los deudos, su protesta; su ira terrible parecía pedir venganza. De


ahí que sintiera, humanamente, alivio y mostrara magnanimidad al redactar
los términos del convenio de cesación de fuegos. Había que seguir hasta el
triunfo final, pero sin el desaforado desate de la tragedia.”

El Intercambio o Canje hoy


La guerra que adelantaban el ejército libertador era contra el imperio
español que sojuzgaba nuestros pueblos y cometía toda serie de tropelías,
desde imposición de altos impuestos hasta violaciones de los más elementales
derechos humanos de los americanos. Situación, que guardadas las propor-
ciones, vivimos en la Colombia de hoy por cuenta de la oligarquía parasitaria
y el imperio estadounidense, que reemplazó al español después de la traición
de las élites criollas al pensamiento bolivariano.
Hoy estamos sufriendo un conflicto interno, que somete a los colombianos
a sufrir los rigores de la guerra. Son persistentes y permanentes las violaciones
de los derechos humanos por parte de las fuerzas militares-narco-paramili-
tares en lo que ha sido definido como Terrorismo de Estado y la guerrilla en
su accionar de respuesta a tal política estatal produce efectos colaterales de
terror en los pobladores, más no por ello podemos calificarlas de ‘terroristas’.
Por el contrario, entendemos que responden a los imponderables derivados de
la guerra y no a una orientación organizacional.
Singular consideración merecen los prisioneros de guerra de parte y parte.
Los prisioneros de la insurgencia y luchadores populares la gran inmensa
mayoría no han sido capturados en combate, y los prisioneros del ‘estableci-
miento’: políticos, militares y policías (capturados en combate), todos ellos
integrantes del aparato estatal que adelanta la política de exterminio, la guerra
contra su propio pueblo.
En estas circunstancias se hace indispensable aplicar lo heredado desde la
guerra de independencia. Por ello el estudio del ‘Tratado de Regulación de la
Guerra’ es aleccionador.
Los gobernantes oligárquicos han carecido de las cualidades del ‘alma
del general Sucre: la benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia’ y
han sido mezquinos en el tratamiento dado a la propuesta de la Farc–Ep para
adelantar el Intercambio o Canje de prisioneros. El cual no debe considerarse
desde la óptica politiquera de ‘ganadores y perdedores’, sino sobre la base
principios humanitaristas. Concretamente en el momento presente el presi-
dente Álvaro Uribe Vélez se niega a facilitar las condiciones exigidas por esta

275
Los potros de bárbaros atilas

organización guerrillera, demostrando que carece de lo que Bolívar llamó “el


más bello monumento de la piedad aplicado a la guerra” y se muestra sordo al
clamor de los familiares de los prisioneros en poder de la insurgencia, incluso
al de los propios prisioneros del ‘establishment’.
Considerar el ‘Tratado de Regulación de la Guerra’ como una base histó-
rica para el momento actual, sería una muestra de realismo político y de huma-
nitarismo al ahorrarles sufrimientos innecesarios a las partes en guerra. Recor-
demos que uno de los puntos más importantes del este Tratado establecía: “El
canje de prisioneros será obligatorio…”
Con posiciones que torpedean el Intercambio o Canje, el presidente Álvaro
Uribe demuestra cuán inferior es al ‘alma del general Sucre’ y de los Liberta-
dores de Colombia –de la 1ª independencia–, a los cuales ha pretendido ser
comparado. La mezquindad y la perversidad no son ‘cualidades’ de un alma
noble… y ¿acaso tendremos que esperar los colombianos otros cuatro años?

13 de agosto de 2007
Fuente: http://www.anncol.org/es/site/doc.php?id=3306

276
ACUERDO HUMANITARIO SOLO SERÁ POSIBLE
DESPEJANDO PRADERA Y FLORIDA
Rodrigo Granda

Desde antes de la creación de las Farc-Ep, todos sus gestores hicieron hasta
lo imposible por impedir que se desatara la violencia armada del Estado contra
ellos, e izaron la blanca bandera de paz que un estado indolente recibió a tiros
para matar con las balas sus justos reclamos. Así inició el gobierno de entonces
esta guerra contra el pueblo que desangra la patria.
1. Sucesivos gobiernos han pretendido inútilmente, derrotar por la fuerza de
las armas unas veces; por la trampa política en otras, a las Farc-Ep, pero la cons-
tante es la negativa a pactar una paz con Justicia Social que abra las compuertas
a una nueva forma de hacer política, sin temor a ser asesinado.
2. El imperativo del momento es el intercambio humanitario, que solo
será posible despejando los municipios de Pradera y Florida en el Departa-
mento del Valle. Con él podría generarse una dinámica que no sólo permita
el retorno de los retenidos en poder de las partes al lado de los suyos; ganar
confianza entre las partes y sentar las bases para posibles diálogos que puedan
conducir a una salida política negociada del conflicto social y armado que
vive el país.
3. El Presidente Sarkozy de Francia, a quien agradezco su gestión para mi
excarcelación, seguramente tuvo presente que ni Granda ni las Farc-Ep somos
terroristas, narcotraficantes, ni delincuentes comunes, sino alzados en armas que
hemos hecho uso del legítimo derecho a la rebelión para enfrentar un régimen
que no ha sido capaz de brindar otra opción.
4. La loable intervención del Presidente francés hacia mi libertad, fue desvir-
tuada por el señor Uribe y otros funcionarios del Gobierno que vieron en ello la
oportunidad que buscaban para tratar de dividir a las Farc-Ep soltando a deser-
tores; reinsertados, y a oscuros personajes que se autoproclaman comandantes
guerrilleros de tropas inexistentes.
5. Fui sacado a tiros del escenario político nacional en 1987 cuando ejercía
funciones en la dirección de la Unión Patriótica UP. En 2004, el estado colom-
biano ordena y ejecuta mi secuestro, mientras me encontraba en Caracas, Vene-

277
Los potros de bárbaros atilas

zuela, trabajando hacia el intercambio humanitario y por la paz de Colombia.


Hasta ahora ninguna autoridad competente investiga el secuestro y lo que signi-
ficó para la nación aquella aventura internacional. En aquel entonces se alegó,
como ahora, razones de estado.
6. Si el doctor Uribe aceptó, voluntariamente el pedido de mi excarcelación
solicitada por Francia, debió actuar en concordancia con dicha solicitud, sin recu-
rrir al ventajismo político y al chantaje para intentar doblegar a los combatientes
de las Farc-Ep.
7. Frente al planteamiento del señor Uribe Vélez de convertirme en “gestor
de paz”, reitero mi posición en el sentido que cualquier papel, por modesto que
sea, corresponde definirlo al secretariado de las Farc-Ep. De todas formas desde
siempre he sido y seré un incansable trabajador por la paz con justicia social y el
intercambio humanitario sobre la base de la igualdad entre las partes.
8. Agradezco a la Conferencia Episcopal, especialmente a Monseñor Luís
Augusto Castro y al Padre Darío Echeverri González, por brindarme la posi-
bilidad de permanecer en la sede de la Conferencia Episcopal, como un gesto
humanitario y guardando la autonomía como facilitador entre las partes.
Trabajando por la nueva Colombia, Patria Grande y Socialismo.
Atentamente,
Rodrigo Granda E.
Bogotá, 5 de junio de 2007

Fuente:http://www.eltiempo.com/conflicto/noticias/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-
3584726.html Junio 6 de 2007

278
Las cartas del computador de “Raúl Reyes”*
No. 1 CARTA DE “MANUEL MARULANDA” AL SECRETARIADO

Septiembre, 22 de 2007
Camaradas Secretariado:
Los saludo cordialmente y a la vez para comentarles lo siguiente:
Al manifiesto sugiero agregarle la política de fronteras y hacerlo público,
por cuanto medio sea posible a ver si logramos impedir que todo el mundo en
las elecciones de octubre respalde el uribismo. Este documento va a caer como
anillo al dedo y lo debemos utilizar como herramienta de trabajo en todos los
Bloques y Frentes.
Va proyecto de carta para el Presidente Chávez instándolo para que siga
adelante con su labor humanitaria y de acuerdo a sus posibilidades logre inte-
resar otros gobiernos del continente, con ello gana en su proyecto geopolí-
tico y nosotros sin que lo digan vamos ganando reconocimiento como Fuerza
Beligerante. Ustedes donde noten que contravenimos en la línea trazada por
Plenos y Conferencias pueden suspender la palabra.
Sigo esperando opiniones de Ustedes para ventilar y examinar si es posible
y estamos en condiciones de enviar uno del Secretariado a Caracas u otro Cama-
rada que designaremos de común acuerdo a entrevistarse con el Presidente
Chávez clandestinamente con la finalidad de hablar de nuestro proyecto político-
militar, teniendo en cuenta los riesgos para quien nos represente. Sin olvidar la
línea trazada en plenos y conferencias con suficientes motivos y razones para no
hablar del Intercambio en otro país, sino en Colombia como lo hemos sostenido
en comunicados públicos; de abstenernos de recibir empleados oficiales o enviar
los nuestros sin negarnos a mantener la bandera en alto del Intercambio para
armarle un problema interno y externo a Uribe. Con tal finalidad fue la propuesta
de Los Llanos del Yarí para la entrevista con el Secretariado y si ello era posible
con otros jefes de Estado y verán Ustedes la que se arma y sin cultivar ilusiones
si el Gobierno se niega pierde y si acepta también.
Puede ocurrir que alguno de Ustedes tenga otra propuesta diferente la
cual la podemos analizar para una mayor comprensión del desarrollo de nues-
tras tareas de coyuntura.

279
Los potros de bárbaros atilas

Nosotros en entrevista con el Presidente Chávez cuando decidamos hablar


del Intercambio Humanitario por fuera del país podemos proponerle que si
los gobiernos de Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, incluidos
Francia, Suiza y España que han ofrecido sus aportes, nos reconocen como
Fuerza Beligerante, nos sacan de la lista de terroristas y asumen el compro-
miso con el Gobierno y el Estado Mayor Central de Farc de recibir en su
territorio los prisioneros de ambas partes, hasta cuando este Gobierno u otro
diferente pueda sentarse con La Insurgencia, a hablar de la solución política
negociada al conflicto social y armado, firmen la paz y acto seguido la repa-
triación de los prisioneros. Ellos con su aporte garantizan la seguridad, salud,
entrevistarse con la familia, estudio y aceptan un emisario nuestro al más alto
nivel en representación de Farc como parte del compromiso. Como quien
dice, los guerrilleros salen de una cárcel y entran a otra, pero en condiciones
diferentes cuyo control lo ejerce el respectivo Gobierno compromisario, igual
procedimiento con los otros. Podemos ventilar esta posibilidad. De tal manera
que esta propuesta si es aceptada por los gobiernos nos permita movernos en
dichos países sin demasiado peligro y de esta manera estamos dando respuesta
a las intransigencias del Gobierno. Quedamos bien parados de nuestra parte
con todos los países que han ofrecido su aporte para el Intercambio y si por
algún motivo es imposible concretar con los gobiernos absolutamente nada
todo saldría bien en política nacional e internacional para las Farc.
Hay otras consideraciones que pueden ser analizadas pero nuestro linea-
miento político-militar nos impide entrar en contravía del Plan Estratégico.
Como es natural en esas condiciones el Señor Uribe nos impone su política de
los “inamovibles” y de guerra. Por ello lo acertado de nuestra línea para que
todo sea en Colombia sin ninguna clase de enredo. Estos son elementos que
podemos tener en cuenta en caso de poder realizar la entrevista en territorio
colombiano con Chávez.
Tengo la opinión del Camarada Raúl proponiendo al Camarada Iván M.
para la entrevista con el Presidente Chávez sin esclarecer hasta el momento si
para hablar del Intercambio Humanitario o de lo atinente al Plan Estratégico.
Lo segundo tiene otro enfoque diferente no para mejorar la imagen de Uribe
de tal manera que le permita ganar tiempo en su proyecto de guerra tramando
a todo el mundo con el cuento de los “inamovibles”, sino para ir sentando
las bases de mutuas relaciones políticas con Farc en correspondencia al Plan
Estratégico aunque sea a largo plazo. Por ello es necesario separar lo del Inter-
cambio Humanitario del proyecto estratégico.

280
Carta de “Manuel Marulanda” al Secretariado

Los días 18 y 19 del corriente mes estuve escuchando comentarios de la


Senadora Piedad Córdoba relacionadas con un video enviado por el Camarada
Raúl al Presidente Chávez, donde ella afirma el compromiso de un encuentro
el 8 de Octubre en Caracas con representantes de Farc para hablar del Inter-
cambio Humanitario. A tiempo que todavía no hay opiniones de todo el Secre-
tariado manifestando el propósito de efectuar la reunión en Caracas. En tales
condiciones tengo la impresión que se está generando una falsa expectativa en
la opinión, cuyas repercusiones están por verse a favor o en contra.
Si la consulta hecha a los tres Camaradas situados cerca de la frontera
con Venezuela, estuvieran en otro lugar diferente, tendríamos que pedirle
clemencia a Uribe para viajar a Caracas a hablar del Intercambio. Es lo que
propone el Presidente Uribe al decir, que está dispuesto a facilitar una zona de
encuentro para la entrevista Chávez y Secretariado, facilitando credenciales y
bajo la custodia de la Fuerza Pública para garantizar la seguridad. Qué tal el
Secretariado bajo la custodia de Uribe por no hacerlo aquí en Colombia, sin
custodia y sin credenciales?
Voy a utilizar el radio solamente para recibir y transmitir mensajes muy
cortos de ahora en adelante, para evitar una matada. Son 6 horas de radio
mientras los aviones siguen ubicándonos y los mensajes nuestros cada vez
más largos.
Finalmente escuche comentarios sobre el debate realizado a puerta cerrada
del Polo de cuyas conclusiones no tengo conocimiento pero nos podemos
imaginar, de la pelea de las mulas el perdedor es el arriero, porque en aras de
la unidad todo lo habido y por haber es contra Farc.
Sin mas, JE
Nota: próxima salida lunes 1 de octubre.

* N. del E. Los textos de ésta y las siguientes tres cartas han sido reproducidos sin ninguna
corrección ortográfica
Fuente: http://www.scribd.com/doc/2260335/Documentos-Farc-encontrados-en-computador-
de-raul-reyes

281
Las cartas del computador de “Raúl Reyes”
No. 2 PROYECTO DE CARTA DE “MANUEL MARULANDA”
A HUGO CHÁVEZ

Señor
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Comandante Hugo Rafael Chávez Frías
Palacio de Miraflores
Caracas
Reciba un fraternal y revolucionario saludo bolivariano y nuevamente para
expresarle lo siguiente:
Estoy seguro que Usted ha logrado escuchar varias opiniones por los medios
de comunicación de personalidades y politólogos colombianos haciendo afirma-
ciones relacionadas con el Intercambio Humanitario, donde a criterio de ellos, el
Gobierno no está dispuesto a permitir la posibilidad de entrevistarnos en terri-
torio colombiano en una región del Caguán. Lo que representa para el Gobierno
un gran desacierto político, a tiempo que prima el interés nacional de familiares
y amigos por la libertad de los prisioneros de ambos lados.
Iguales afirmaciones he logrado escuchar de cuatro de sus más importantes
ministros: Defensa, Relaciones Exteriores, del Interior y de Agricultura. Para
confirmar la tesis, que el Señor Presidente de la República mantiene su negativa
pública para despejar los municipios de Pradera y Florida en el Valle del Cauca,
con el fin que ambas partes logren sentarse en La Mesa a estudiar, facilitar y
convenir mecanismos, que permitan la libertad de los prisioneros.
En tales circunstancias nos corresponde a Usted y al Secretariado examinar
con paciencia las diversas opciones y repercusiones políticas expresadas por
personalidades unas del Gobierno y otras de la sociedad civil, alineadas con el
Estado, esgrimiendo la negativa al despeje. Mientras estas declaraciones hacen
carrera oficial, gran parte de la sociedad colombiana ve con mucho interés sus
afirmaciones de aportar con sus buenos oficios al Intercambio Humanitario, invi-
tando a otros gobiernos a hacer parte de esta noble causa. Lo importante para su
Gobierno y Farc en la actualidad es lograr mantener amplias relaciones políticas
de amistad y de buena vecindad para el futuro de ambos pueblos, donde el sueño
del Libertador Simón Bolívar, se vuelva realidad para el proceso bolivariano que

283
Los potros de bárbaros atilas

dirige su Gobierno y las Farc en Colombia. Sin desechar la posibilidad de entre-


vistamos en Venezuela con tal propósito tendremos que esperar el surgimiento
de un Nuevo Gobierno elegido democráticamente, en circunstancias diferentes a
este; para intercambiar opiniones y perspectivas a corto y largo plazo del acontecer
internacional de otros pueblos que vienen manifestando el deseo de liberarse de
las imposiciones del imperio gringo en lo político, militar, económico y soberanía,
etc., sin olvidar la sabiduría humana donde se afirma, que no hay nada imposible
de realizar si disponemos de voluntad para tal fin como es nuestro interés.
Dejando en claro para su conocimiento que el gobierno colombino le exige
a La Insurgencia de Farc desistir de sus propósitos de lucha y acepte sus condi-
ciones para negociar la rendición. En el entendido que esta guerrilla no tiene
nada que ofrecer sino el sacrificio en la lucha político-militar con base en El
Programa y la Plataforma, con la finalidad de lograr cambios en las Instituciones
del Estado para redimir las masas populares de los atropellos del poder imperial
en cabeza del Presidente Uribe.
El Gobierno de Colombia mientras se niega a aceptar el despeje de un
lugar con el fin de entrevistarnos y lograr un acuerdo que permita liberar los
prisioneros, analizar las bases para posteriores encuentros en busca de la solu-
ción política al conflicto social y armado, hasta lograr la paz; facilita a los
2.500 ó 3.000 militares Norteamericanos en calidad de asesores suficientes
comodidades y privilegios en Divisiones y Brigadas, como en Tolemaida, Tres
Esquinas y Montañitas. Qué tal Señor Presidente?
Estos son elementos de tener en cuenta por Usted y Farc para seguir buscando
por todos los medios apoyo internacional hasta lograr el objetivo deseado apro-
vechando la oportunidad para desenmascarar la política guerrerista del Presi-
dente Uribe, contra la solución política al conflicto social y armado en Colombia.
Programado por los gobiernos de Estados Unidos y aplicado en todo el país con
el nombre de Plan Patriota. Argumento que nos debe servir para un mayor acer-
camiento con gobiernos del continente inclusive con la Comunidad Internacional
en aras de lograr el objetivo por la noble causa humanitaria.
No siendo otro el motivo de la presente, me despido de Usted con un fuerte
apretón de manos y mis agradecimientos por la atención prestada a la anterior.
Atentamente,
Por el Secretariado, “Manuel Marulanda” Vélez.
Montañas de Colombia, Septiembre 22 de 2007

Fuente:http://www.scribd.com/doc/2260335/Documentos-Farc-encontrados-en-computador-de-
raul-reyes

284
Las cartas del computador de “Raúl Reyes”
No.3 CARTA DE “RAÚL REYES” AL SECRETARIADO

Secre13
28.02.08
Camaradas del Secretariado. Cordial saludo.
1-Concluyó en éxito la fase de liberación unilateral de prisioneros. Nos
quitamos varias cargas de encima y apuntalamos nuestra política frente al
Presidente Chávez. El punto negro, es el incremento de la presión por Ingrid,
por cuenta de las declaraciones de Luis Heladio Pérez, dando cuenta de su
extrema gravedad y el trato discriminatorio contra ella. Hasta donde conozco,
esta señora es de temperamento volcánico, es grosera y provocadora, con los
guerrilleros encargados de cuidarla. Además como sabe de imagen y semio-
logía, las utiliza en impactar en contra de las Farc. Previendo los reclamos del
Emisario francés, pienso informarlo de esta situación.
2-Resumo reciente conversación con Emisario del Presidente Correa:
a)-Solicita conversar personalmente con el Secretariado en Quito. Ofrece
garantías y transporte desde la frontera hasta el lugar de encuentro.
b)-Espera nuestra respuesta en el menor tiempo posible, indicando fecha.
c)-Nos pregunta si queremos hacerlo apoyados en los militares o en su
ministro de seguridad estatal.
d)-Desea hablar con las Farc del acuerdo humanitario, la política de fron-
teras, la solución política, Íngrid y el papel de Chávez. Desea establecer coor-
dinaciones con nosotros sobre la frontera binacional.
e)-Quiere explicar los propósitos del Plan Ecuador, con el que pretende
contrarrestar los dañinos efectos del Plan Colombia, que aplicará en la línea
fronteriza.
f)-Para el Plan Ecuador nos piden cursos de organización de masas para
nativos de la frontera. Los que luego serán encargados por el gobierno de
coordinar con las Farc el trabajo fronterizo. Con la ventaja que una gente
de esta, es parte del Partido Clandestino o participan del Comité Binacional
orientado por el Frente 48.
g)-Insiste en su interés de contribuir con el intercambio de prisioneros,
para lo cual pide la liberación del hijo de Moncayo u otro prisionero.

285
Los potros de bárbaros atilas

3-En la parte de la invitación, la agradecimos y explicamos que deci-


siones de estas corresponde al Secretariado y se requiere cierto tiempo para su
definición. Dejamos claro nuestro interés en contribuir en la labor de herma-
narnos más en la frontera en coherencia con nuestra política explicada en la
plataforma bolivariana, el manifiesto y demás documentos del Secretariado.
4-Por lo conversado con el Emisario, las relaciones Chávez-Correa no
están en su mejor momento. Fuera de esto Uribe llama a Correa con frecuencia
para que le contribuya en limar asperezas con Chávez. Uribe fuera del Emba-
jador, tiene ubicado en Quito a otro funcionario, cuya misión es hacer lobby
ante Correa y su equipo de gobierno, solicitando ayuda en la lucha contra las
Farc y en mejorar las relaciones con Chávez.
5-No deja de preocuparme una eventual movida a atender la invitación
por la alta concentración de agencias de inteligencia y corrupción en ese país,
donde el gobierno aun es bastante débil.
6-Los gringos, pidieron cita con el ministro para solicitarle nos comuni-
cara su interés en conversar varios temas. Dicen que el nuevo presidente de
su país será Obama y que ellos están interesados en sus compatriotas. Obama
no apoyará plan Colombia ni firma del TLC. Aquí respondimos que nos inte-
resan las relaciones con todos los gobiernos en igualdad de condiciones y
que en el caso de Estados Unidos, se requiere de un pronunciamiento público
expresando su interés en conversar con las Farc dada su eterna guerra contra
nosotros.
Es todo. Abrazos, Raúl

Fuente:http://www.scribd.com/doc/2260335/Documentos-Farc-encontrados-en-computador-de-
raul-reyes

286
Las cartas del computador de “Raúl Reyes”
No. 4 CARTA DE “MANUEL MARULANDA” A HUGO CHÁVEZ

FARC-EP
Montañas de Colombia, Enero del 2008
Señor
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Comandante Hugo Rafael Chávez Frías
Palacio de Miraflores Caracas
E.S.M.
Con la presente le estoy enviado un cordial y fraternal saludo bolivariano
deseándole muchos éxitos y a la vez para comunicarle lo siguiente:
A nombre del Secretariado de las Farc le expresamos nuestros agra-
decimientos por su noble gestión humanitaria y sacrificio como Gobierno
de Venezuela para lograr la liberación de la cárcel a guerrilleros y de la
selva a militares y políticos, por el esfuerzo realizado ante otros gobernantes
del Continente en pro de lograr para la causa revolucionaria bolivariana, el
reconocimiento de Fuerza Beligerante en lucha contra el régimen del pro
imperialista, Alvaro Uribe Vélez, quien con su equipo de Gobierno y sus
asesores gringos desconocen las causas que originaron la confrontación
armada producto de la lucha partidista por la que atraviesa Colombia, sin
contar los 43 años con Farc.
Hoy con el nuevo ingrediente de lucha contra el terrorismo y el narco-
tráfico apoyado por el imperio Estadounidense, en lo económico, material
y técnico, para combatirnos con argumentos carentes de realidad política y
social, queriendo tapar el sol con las manos, para lo cual utiliza toda clase de
maniobras nacional e internacional.
Señor Presidente, puede imaginarse el interés general y alegría que ha
despertado en todos los mandos, guerrilleros, Movimiento Bolivariano por la
Nueva Colombia, Partido Comunista Clandestino, en buena hora su plantea-
miento a la Asamblea Bolivariana de Venezuela la solicitud para analizar y
aprobar el reconocimiento de Fuerza Beligerante a Farc.
Este gesto revolucionario de su Gobierno no solo ayuda a la compren-
sión del fenómeno político, social y de soberanía para la reconciliación de la

287
Los potros de bárbaros atilas

familia colombiana tan golpeada por la violencia del Estado, sino que contri-
buye a abrir caminos para el Intercambio Humanitario y la paz tan esquiva por
la capacidad de maniobra de la clase dirigente oligarca liberal-conservadora,
sustentada contra viento y marea por los medios de comunicación y presio-
nada por Estados Unidos interesados en mantener el foco de guerra contra La
Insurgencia para intervenir directamente con tropas, vender armas, tecnología
y preparar condiciones que sirva de puente en la lucha contra Venezuela entre
otros. Todo en cabeza del Presidente Uribe quien no le interesa la paz sino
el sometimiento o aniquilamiento de La Insurgencia para imponer el neoli-
beralismo manteniendo el saqueo de nuestras riquezas naturales no solo de
Colombia sino del Continente Latinoamericano. Para lo cual nosotros siempre
estaremos atentos en caso de agresión gringa aportar con nuestros modestos
conocimientos en defensa de la revolución bolivariana de Venezuela.
Señor Presidente Chávez, aprovecho la oportunidad para comentarle
brevemente cual fue el objetivo central del Presidente Alvaro Uribe en la gira
internacional, conseguir apoyo de Naciones Unidas entre otros gobiernos,
solicitar cascos azules para situarlos en la frontera colombo-venezolana,
maniobrar y descalificar La Insurgencia sosteniendo la tan cacareada tesis de
los “inamovibles” para negociar sin ceder como los antecesores y evitar el
reconocimiento de Fuerza Beligerante a Farc la cual hemos planteado a varias
gobiernos sin lograr el objetivo hasta el momento, porque todos los procesos
revolucionario tiene cada uno su propia etapa y dinámica como el que hemos
venido avizorando últimamente en varios países del Continente, comenzando
por el hermano pueblo bolivariano de Venezuela, el cual Usted tiene el honor
de presidir con acierto, sabiduría y responsabilidad.
En la lucha por la noble causa de ambos pueblos como herederos del
Libertador Simón Bolívar por lograr la real independencia de los Estados
Unidos, el respeto y la soberanía.
Para su conocimiento, la campaña promovida por los más gobiernistas
medios de comunicación y por Alvaro Uribe para el 4 de febrero instando a
una movilización contra las Farc, condenando el secuestro y el terrorismo,
sin ninguna referencia a las causas del conflicto ni a sus verdaderos promo-
tores, tiene efectos difíciles de analizar en el momento, con el agravante que
la campaña va dirigida solo contra las Farc.
Teniendo en cuenta que para el Intercambio Humanitario estamos listos
siempre y cuando el Gobierno nacional despeje Florida y Pradera como hemos
manifestado en comunicados públicos.

288
Carta de “Manuel Marulanda” a Hugo Chávez

Señor Presidente Chávez, déjeme decirle que de cada 1000 personas rete-
nidas en Colombia solo hemos tenido 5 ciudadanos, unos por narcotraficantes,
otros financiadores de la guerra, otros del paramilitarismo, otros promotores
y auspiciadores de la violencia, sean empresarios, políticos o del Estado. El
resto de ciudadanos secuestrados son atribuidos a diversos actores armados y
organizaciones delincuenciales etc.
La clase gobernante viene de meses atrás manipulado la opinión pública
apoyada por los medios de comunicación ocultando el real carácter de prisio-
neros de guerra, capturados en combate de los cuales hemos liberado cientos
sin contra prestación, mas sin embargo, sin ninguna responsabilidad oficial
nos califican de haberlos secuestrado a tiempo que las cosas hay que llamarías
por su propio nombre para poder negociar con La Insurgencia.
En nuestro caso respondemos por los militares capturados en combate y
no por los 700 que afirma la prensa, como parte de su campaña de descrédito.
El terrorismo es un estrategia y pretexto de Estados Unidos para invadir
pueblos, desestabilizar gobiernos democráticos y progresistas, con el fin de
mantener la hegemonía de por vida e impedir la liberación de los pueblos
del imperio o imperios. Hasta donde hemos logrado conocer en manuales
de guerra la estrategia militar y política de Estados para intervenir o agredir
directamente otros países aplican el bloqueo general, sabotaje a medios de
producción propios o dependientes, infiltra e investiga el potencial econó-
mico, capacidad, experiencia militar, medios de combate, cohesión, tecno-
logía dependiente o independiente de los posibles aliados del atacado, tienden
cercos marítimos, terrestres y aéreos; utilizan los medios de comunicación de
acuerdo a la capacidad del agredido para someterlo al precio que sea necesario
como quiere Uribe con nosotros.
En nuestro caso para defendemos del Gobierno y el imperio gringo de
conformidad con nuestra estrategia y capacidad defensiva teniendo en cuenta
la tecnología actual del imperio aplicamos variadas formas de lucha popular
de masas donde son válidas tas piedras y hasta las botellas, la cual es califi-
cada por el contendor de terrorismo.
Mientras ellos utilizan toda clase de vehículos de guerra, aviones plata-
forma, de reconocimiento, térmicos, satélites, globos, goniómetros, tanques
y artillería pesada; bloquean económicamente al campesinado, lanzan tone-
ladas de bombas, ametrallan, destruyen casas, matan ganados, desaparecen y
torturan campesinos y, estos, no son actos de terrorismo según el Gobierno de
Uribe y de quienes lo apoyan.

289
Los potros de bárbaros atilas

No contento con los resultados en 5 años de guerra pide apoyo de la


Comunidad Internacional para continuar la confrontación sin que vislumbre
la salida política por caprichos del hombre, desatendiendo el clamor nacional
por la paz y la libertad de los prisioneros de guerra.
Para desprestigiar los líderes revolucionarios del Movimiento no contento
con lo anterior nos sindican de traficar con drogas, desconocen y no quieren
entender que Farc como principio y Normas vigentes aprobadas por Confe-
rencias y Plenos del Estado Mayor Central prohíbe el uso, comercio y tráfico
de estupefacientes de cualquier clase.
En nuestro caso, cobramos un impuesto a los narcotraficantes por ser
producida en regiones campesinas organizadas por nosotros de la cual depende
el sustento de la población civil. Ahora con motivo de la ejecución del Plan
Colombia y Patriota, el Gobierno dice, haber terminado con la producción de
coca, cortado los corredores, encarcelado 500 compatriotas y extraditados a
Estados Unidos, más sin embargo, sigue afirmando que Farc se sostiene de la
coca. Qué tal la campaña?
No siendo otro el motivo de la presente con sentimientos de alta conside-
ración y agradecimientos me despido de usted con un fuerte abrazo revolucio-
nario y bolivariano.
Atentamente,
“Manuel Marulanda” Vélez.
Montañas de Colombia, Febrero de 2008

Fuente:
http://www.scribd.com/doc/2260335/Documentos-Farc-encontrados-en-computador-de-raul-reyes

290
TERCERA PARTE

Se trata de un conjunto de 14 documentos que contienen algunos de los testi-


monios más impactantes de los llamados “secuestros políticos” llevados a cabo
por las Farc. En algunos de ellos se incluyen varios textos. Su título podía ser
“los testimonios de la infamia”. Encontramos aquí los casos más relevantes
de asesinato de los secuestrados, de fugas, de rescates fallidos, etc., ordenados
cronológicamente desde el triste final del hijo del cabo José Norberto Pérez
hasta el rescate fallido de Diego Mejía. Buena parte de ellos han sido tomados
de la página Web Las voces del secuestro. En ella se encuentra la lista de
todos los secuestrados y su suerte, y en cada uno hay un sitio para dejar un
testimonio o enviar un mensaje
INDIGNACIÓN, DOLOR Y ORACIONES ACOMPAÑARON
SEPELIO DEL NIÑO ANDRÉS FELIPE PéREZ
ACIPRENSA

Al son de las campanas de la Catedral de Buga y en medio del dolor y la


indignación, numerosos familiares, feligreses y el país entero participaron hoy
de la ceremonia fúnebre del niño Andrés Felipe, fallecido este martes a causa
de un cáncer terminal.
El niño, de 12 años, partió a la Casa del Padre a las 11:25 de la mañana
sin haber cumplido su único deseo de ver por última vez a su padre, el cabo
de la policía José Norberto Pérez Ruiz, secuestrado por el grupo guerrillero de
las Farc en marzo del 2000.
“Si me quedo dormido, me despiertan pues espero la llamada de mi papi”.
Esas fueron las últimas palabras que Andrés Felipe le dijo a su mamá, Francia
Edith Ocampo, pocas horas antes de morir con el teléfono celular a su lado.
“No me importa morir si puedo ver, aunque sea un minuto, a mi papá”, solía
repetir el niño.
En medio del dolor, la madre de Andrés Felipe criticó la insensibilidad de
la guerrilla y por su parte, la hermana del padre, Luz María Pérez, afirmó que
“no sabemos cómo va a reaccionar José Norberto cuando se entere por la radio
de que su hijo ha muerto”.
Asimismo, los capitanes de la Policía, Juan Carlos Meneses y José
Gómez, comandante del Segundo Distrito y de la estación de Buga, respec-
tivamente, quienes atendían al menor desde el martes 4 de diciembre, no
pudieron contener el llanto.
Para el abuelo paterno del pequeño, Arcesio Pérez, “el secuestro de José
Norberto y la muerte de Andrés Felipe es una tragedia no sólo para la familia
sino para Colombia”.
Por su parte, el Arzobispo de Cali, Mons. Isaías Duarte Cansino, afirmó
que “el Gobierno hizo todo lo posible, pero las Farc le fallaron a Andrés
Felipe y a Colombia y demostraron que cada vez están más alejados de los
sentimientos de todos los colombianos”. Asimismo, miembros del Grupo La
María explicaron que “Andrés era un símbolo para los más de seis millones de

293
Los potros de bárbaros atilas

colombianos que hemos sufrido el flagelo del secuestro y las desapariciones


en nuestro país. Hoy no debemos entrar en el juego de los perversos, hoy
debemos detener el proceso del odio, romper las cadenas de la ira y aliviar el
sufrimiento que atormenta a la mayoría de los colombianos”.
La ceremonia se llevó a cabo 4 de la tarde en la Basílica del Señor de Los
Milagros y, posteriormente, el cuerpo del niño será sepultado en el Cemen-
terio Central de la Ciudad Señora.

Bogotá, 19 de diciembre de 2001 (ACI).-


Fuente: http://www.aciprensa.com/notic2001/diciembre/notic1438.htm

294
LA FARC INDOLENTES ANTE EL DESEO
DE UN NIÑO MORIBUNDO
The New York Times

Sus energías agotadas por el cáncer, Andrés Felipe Pérez, de 12 años,


consigue sentarse en la cama, afianzándose en sus piernas, ya en los huesos e
inútiles. Calvo, debido a la quimioterapia, su piel pálida después de una larga
lucha con los tumores que invadieron su cuerpo, pasa la mano por sus gruesas
medias y logra sonreír. Con la vida deslizándose de su cuerpo, Andrés Felipe
tiene un último deseo: reunirse con su padre, a quien los rebeldes izquier-
distas tienen prisionero desde hace 21 meses, en alguna parte en la selva
colombiana.
“Tengo la esperanza de que me hagan el favor y lo liberen, tan rápida-
mente como sea posible”, dijo el niño con su voz débil y cansada, en la alcoba
de su hogar, en las afueras de esta pequeña población en el sur de Colombia.
“Necesito a mi padre aquí en la casa conmigo”, dijo, “para poder estar con él
el 24 de diciembre y también el día de Año Nuevo”.

Una nación conmovida


La historia de Andrés Felipe ha sido objeto de amplia atención en
Colombia y ha conmovido incluso a un país que se ha vuelto en gran parte
indiferente a la violencia de una guerra de 37 años. Es decir, ha conmovido a
todos, menos a los rebeldes que detienen a su padre y que unas veces se han
negado a liberarlo y otras han ofrecido entregarlo a cambio de un camarada
encarcelado y hacen caso omiso de la enfermedad del niño.
Docenas de colombianos, de todas las clases, desde un electricista llamado
Pedro Cabezas, hasta el ministro de Defensa, Gustavo Bell, ofrecieron tomar
temporalmente el lugar del padre, José Norberto Pérez, agente de policía
capturado en una redada de los rebeldes el año pasado.
Los universitarios han hecho manifestaciones pidiendo el retorno del
señor Pérez. Los periódicos enviaron miles de mensajes por correo electrónico,
escritos por colombianos en todas partes del mundo, implorando un acto de
buena voluntad por parte de los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revoluciona-

295
Los potros de bárbaros atilas

rias de Colombia [Farc]. Incluso el ex presidente Andrés Pastrana se manifestó


diciendo que la liberación del señor Pérez no le costaría nada a los rebeldes.
“Es algo muy hermoso de ver, muy humano”, dijo la madre del niño,
Francia Ocampo, de 36 años de edad. “No obstante, al final, no ha movido a la
gente que cuenta. Son muy duros. No les ha llegado al alma”.
Ciertamente los rebeldes han puesto en duda las afirmaciones del niño.
La agencia de noticias Nueva Colombia, que publica las declaraciones de los
rebeldes, dijo: “El drama de Andrés Felipe favorece las batallas de publicidad
que la oligarquía usa contra las guerrillas”. La agencia agregó que el señor
Pérez abandonó al niño recién nacido y permaneció ajeno a él.
Más recientemente los rebeldes modificaron su posición, diciendo que el
señor Pérez sería liberado si el gobierno liberaba a un líder rebelde encarce-
lado que está enfermo. El gobierno rechazó la propuesta.
Mientras Andrés Felipe yacía agonizante, las Farc hicieron caso omiso
de sus ruegos.
La intransigencia de los rebeldes indignó a los colombianos, que normal-
mente prestan poca atención a los frecuentes homicidios y secuestros de
soldados y agentes de policía, hombres jóvenes que, como el señor Pérez,
pertenecen a las clases pobres más afectadas por la violencia. “Este caso
ha tenido un efecto profundo en mí, dijo Mauricio Rodríguez, director del
periódico Portafolio. Él también ofreció tomar el lugar del padre. “He venido
siguiendo este drama durante días”, comentó, “y me duele como padre de
familia y me duele como hijo, que este niño no tenga la posibilidad de aliviar
su tristeza recibiendo el abrazo de su padre”.

Sus ultimos días


La atmósfera es sombría aquí en Buga, a donde Andrés Felipe llegó el 4
de diciembre, después de meses de tratamientos con quimioterapia y opera-
ciones en un hospital en Bogotá, que no tuvieron éxito. La señora Ocampo,
divorciada del señor Pérez, dijo que trató de mantener la esperanza de que lo
liberaran, pero que era difícil.
Sus amigos se reúnen en el funeral de Andrés Felipe, en diciembre de 2001.
Entre tanto, para Andrés Felipe cada día es una agonía, que pasa en una
alcoba desolada, con piso de hormigón, paredes de un verde pardusco y una
lámpara fluorescente en el techo. No puede caminar, el cáncer ha invadido la
mayoría de sus órganos. En la noche usa una máscara de oxígeno y respira con
dificultad con un cilindro de oxígeno de metro y medio de alto.

296
La Farc indolentes ante el deseo de un niño moribundo

Andrés Felipe ha tenido cáncer prácticamente toda su vida, fue sometido


a su primera operación recién nacido, cuando se le extrajo un tumor del colon.
La enfermedad estaba en remisión, dijo la señora Ocampo, hasta poco antes
de que los rebeldes se llevaran al señor Pérez.
“Entonces comenzó a llorar y empeoró”, agregó. “No podía caminar a la
casa desde la escuela; se sentía cansado y su piel se volvía amarilla”. Ahora,
los únicos recuerdos de su padre son las fotos deterioradas que cuelgan en
la pared y un par de cartas del señor Pérez. En una de ellas, fechada el 5 de
marzo de 2000, apenas unos días antes de que fuera tomado prisionero, le
dice a Andrés Felipe: “Siento no poder estar contigo más tiempo” debido a
su misión “peligrosa” en una región donde hay un gran número de rebeldes.
Le dice a su hijo que debe comer más frutas y legumbres y le advierte que no
hable con extraños.
La próxima carta que Andrés Felipe recibió, y la última, llegó en diciembre
pasado, cuando el señor Pérez estaba en cautiverio. Dice: “Sigamos pidién-
dole a Dios que nos permita estar juntos pronto”.
José Norberto Pérez y su amigo Víctor Marulanda fueron muertos por las
Farc en abril de 2002.
Este artículo se publicó en The New York Times, el 14 de diciembre de
2001. Andrés Felipe Pérez murió en su casa en la ciudad sureña de Buga, el 18
de diciembre de 2001, luego de una crisis respiratoria. Nunca vio a su padre.

Copyright © 2001. The New York Times. Reproducción autorizada


Fuente:http://usinfo.state.gov/products/pubs/humantoll/espanol/wish.htm, 04 de abril de 2003
http://www.fac.mil.co/index.php?idcategoria=2138&PHPSESSID=...67bc89b67fbff609069ae
e1db

297
ASEGURAMIENTOS POR SECUESTRO Y HOMICIDIO
DEL CABO JOSÉ NORBERTO PÉREZ
Fiscalía General de la Nación

Un fiscal de la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Interna-


cional Humanitario profirió medida de aseguramiento, consistente en detención
preventiva sin beneficio de excarcelación, contra Sandra Patricia Cartagena, alias
“Liney”, o “La Cohíba” y Luis Alberto Marulanda Martínez, alias “César” o
“Sábalo”. Ambos fueron sindicados de los delitos de homicidio agravado, terro-
rismo agravado, secuestro extorsivo agravado y hurto calificado y agravado.
Los hechos materia de investigación están relacionados con la toma guerri-
llera al corregimiento Santa Cecilia, jurisdicción del municipio de Pueblo Rico,
Risaralda, el 17 de marzo de 2000. Ese día, las Farc asaltaron la población y
dieron muerte al intendente de la policía Raúl Alonso Orozco Osorio, al soldado
Willington Rodriguez Llandú, el civil Edgar Antonio Palacios Rentería y secues-
traron al cabo de la policía José Norberto Pérez Ruiz.
El 4 de abril de 2002, las autoridades hallaron el cadáver del cabo Pérez
Ruiz, en zona rural del municipio de Granada, Antioquia. En un comunicado
emitido por el frente “Aurelio Rodríguez”, las Farc se atribuyeron la ejecución
de Pérez Ruiz.
Durante el secuestro del cabo Pérez Ruiz, las Farc hicieron llegar un video
a su familia, cuando su hijo Andrés Felipe estaba hospitalizado con un cáncer
terminal. La enfermedad le originó la muerte al niño el 18 de diciembre de 2001.
Varios organismos internacionales encabezados por la Cruz Roja suplicaron
a las Farc la libertad del cabo Pérez con el propósito de acompañar a su hijo en el
lecho de enfermo, pero estas no atendieron el llamado y lo regresaron muerto.
Sandra Patricia Cartagena está privada de la libertad en la cárcel El Buen
Pastor de Bogotá y Luis Alberto Marulanda se encuentra recluido en la cárcel
Buena Vista de Medellín.

Boletín No. 40 de la Fiscalía General de la Nación


Fuente: Fiscalía General de la Nación. Oficina de Divulgación y Prensa, Bogotá, D.C., 11 de
febrero de 2004
http://www.fiscalia.gov.co/pag/divulga/Bol2005/febrero/bol40.htm

299
TESTIMONIO DE ÍNGRID BETANCOURT*

Papá, Verení, Lorenzo, Juanqui, Astricar, Fak, Sebastián, Anastasia, mi


chiquitina...
Estoy bien, estoy viva (...) sólo pido que Dios me ilustre para poner un pie
delante de otro, todos los días. Jimena, has estado luminosa, extraordinaria,
me has llenado la vida (...) me siento muy afortunada.
Mi Lorenzo, tú estás siempre presente, de todos yo sé que tú eres el que
sabe que yo vuelvo, nunca lo has dudado, siempre lo has sabido y esa fuerza
tuya me llega hasta aquí, y me ayuda mucho.
Mamá, a veces logro oírte en la radio, lo que estás haciendo es hermoso,
en solidaridad con todos los que están como nosotros en la misma situación,
de prudencia, de delicadeza, de humildad, de fuerza, de convicción, ahí estás
tú, dándome fuerza, te amo y te quiero.
Joangui, yo quiero que tú me prometas que te vas a encargar de que a mi
mamá no le falte nada, que la estés acompañando y consintiendo. Te amo, y el
amor como el agua siempre encuentran su ruta y su sendero (...).
Vivir con usted los momentos difíciles que hemos pasado, alejadas la una
de la otra, porque nos ha tocado. Yo sé que usted está ahí para mí como lo
estoy siempre pa’ usted.
Qué suerte tengo de que existas y que estés ahí, con mis niños, con
Joanqui, como parte absoluta e integrante, como hermano mío, como el papá
de mis niños, como ese hombre que yo amo.
Sebastián, yo sé que tú estás ahí también con tus hermanos y conmigo,
gracias. A mi Anastasia, le pido que llame todas las noches a su abuelita, que
hable con ella de la telenovela, y que le levantes el ánimo todas las noches.
(…)
Que esté muy juicioso en el colegio y que no esté jugando con las espadas.
A ustedes, mi familia, los llevo en el alma, son mi fuerza, pero quiero también
saludar otra familia, la familia de todos aquellos que han estado pensando en
mí, que no me han olvidado, que se han movilizado por mí, que han luchado,
por mí y por todos los que estamos en esta situación, aquellos que han tomado
la decisión de no olvidarnos, en Colombia y fuera de Colombia, y en espe-

301
Los potros de bárbaros atilas

cial a los franceses, a Francia, cuya voz en los últimos acontecimientos se


levantó clara y llegó acá, a esta selva como una luz, como una promesa de
que el mundo puede ser mejor (...) al embajador de Francia en Colombia,
Daniel Parfait, a los franceses que han estado conmigo a pesar de la distancia
y tiempo, gracias...
Hemos estado muy tristes, muy golpeados, con la muerte de Gilberto
Echeverri y de Guillermo Gaviria. A sus esposas y a sus familias, decirles que
estamos compartiendo el dolor y solamente ellos saben lo que eso significa,
compartir ese dolor.
He pensado en todos estos acontecimientos que quiero hablar con ustedes
de temas que son muy difíciles pero de los cuales hay que hablar. Yo sé que
ustedes se han movilizado, mamá, toda mi familia, Yolanda Pinto, Marta,
todas, todos, para impedir que se hagan rescates, operaciones de rescate, por
nosotros los secuestrados...
Quiero pedirle a mi familia que al contrario, apoye a las Fuerzas Militares
y asuman las Fuerzas Militares el compromiso de adelantar operaciones de
rescate que puedan llevarnos a la liberación.
Yo estoy convencida de que nosotros no podemos pedirle a nuestros
soldados que estén dispuestos a dar la vida por nuestras instituciones, por
defender nuestros derechos, pero cuando nos toca vivirlo en lo personal y lo
propio no estamos dispuestos a jugarnos la vida por defender nuestra propia
libertad. Yo creo que uno puede hacer muchas concesiones pero uno no puede
claudicar su ente humanitario, uno no puede renunciar a sus derechos, uno no
puede renunciar a la libertad, ni siquiera por prudencia.
Yo sé que esto que les estoy diciendo es duro para ustedes, y también
es duro para mí, pero yo creo que si nosotros queremos sembrar para la paz
de Colombia, tenemos que actuar en función de nuestros principios y no en
función de solo nuestros intereses.
Obviamente frente a los acontecimientos últimos, a la muerte de Guillermo
Gaviria y de Gilberto Echeverri, esta reflexión hay que llevarla más lejos.
Rescate sí, definitivamente sí, por principio, pero no cualquier rescate.
Los rescates o son un éxito o no deben serlo. Colombia no puede caer en el
expediente de que simplemente un rescate sea una oportunidad política en el
cual se pone en juego la vida de muchos ciudadanos, pero en el cual el Estado
sale siempre ganando, ganando si se liberan los secuestrados vivos porque
son los trofeos, son una victoria, y victoria también si se rescatan cadáveres
porque se puede acusar al enemigo.

302
Testimonio de Íngrid Betancourt

Yo creo que hay que hacer un análisis muy profundo de lo que llevó al
fracaso de la operación de rescate de personas tan importantes como Guillermo
Gaviria y Gilberto Echeverri y de las ocho personas que con ellos murieron en
combate, héroes de nuestra Nación.
Yo creo que no podemos aceptar una oración por las personas que más se
han sacrificado por la por la paz de Colombia, sin que haya una explicación
sobre cuál fue el tenor de los hechos y de lo sucedido.
Tengo entendido que el presidente Uribe, de una manera gallarda, ha
asumido la responsabilidad de los hechos que condujeron a la muerte de
Guillermo y de Gilberto. Yo creo que es importante que el Presidente sea el
que tome esa decisión, la decisión de si hay o no operación de rescate, no creo
que sea una decisión militar, es una decisión política, que trasciende de lejos
una operación militar. Creo que con esa actitud el presidente lo que nos está
diciendo es que se va a meter en el detalle de las operaciones de rescate, tiene
que ser así.
No puede ser simplemente un sobrevuelo sobre la estrategia. Una opera-
ción de rescate es una operación minuciosa de la cual se tiene que evaluar
minuciosamente la práctica, los detalles de esa operación, y es importante
que sea el Presidente el que evalúe el riesgo y por lo tanto las posibilidades
de éxito, y por lo tanto la garantía de que aquellos que estamos secuestrados
vamos a tener nuestra liberación, no a cambio nuestra muerte.
Pienso también que es necesario que el Presidente les avise a los fami-
liares cuando una operación de rescate se vaya a dar, no se trata de consultarla,
porque es muy posible que los familiares no estén de acuerdo. Pero si se trata
de informarlos, no solamente por una cuestión humanitaria de respetar el dolor
y la responsabilidad de esas familias, en el amor que los une a las personas
que van a ser rescatadas, sino también es un problema de eficiencia, porque
lo que queremos es que con la exigencia de éxito (...) garantizarnos que esas
operaciones de rescate suban el nivel de experiencia y por lo tanto tendremos
operaciones de rescate exitosas, porque de eso se trata.
Una operación de rescate tiene que ser exitosa o no debe darse. Está sobre
la mesa obviamente el tema del canje, del acuerdo humanitario, no podemos
tampoco caer en la facilidad de pensar que porque hay operaciones de rescate
exitosas entonces no hay negociación. Somos muchos los secuestrados. Es
físicamente imposible que a todos nos rescaten con operaciones militares. Y
nosotros los colombianos, todos, todos los colombianos, no solamente los
secuestrados, todos los que están allá, tenemos una responsabilidad y esa

303
Los potros de bárbaros atilas

responsabilidad es con los soldados y con los policías prisioneros de guerra


desde hace, en algunos casos, más de cinco años.
Yo lo dije en el Congreso cuando estaba libre, lo vuelvo a decir en el
cautiverio, el canje es una obligación moral de un Estado democrático. El
canje entre personas de la misma condición, guerreros, entrenados, unifor-
mados, armados, que en combate son capturados, por una parte o por la otra.
En este caso, moralmente, moralmente, es indispensable el canje. Yo no le
puedo decir a mi hijo y de pronto a mi hija que se ponga el uniforme de nues-
tras Fuerzas Militares con mucho orgullo y que vaya defender las banderas de
nuestra democracia, de nuestros valores, nuestras instituciones, pero decirle
‘pero eso sí si lo capturan allá usted, porque el Estado no responde’.
Nosotros tenemos una obligación moral y es responderles a esos mucha-
chos que han puesto su vida al servicio de la Nación y que en este momento
están prisioneros de la guerrilla. Esa es una obligación moral por encima de
todas las demás. Es una obligación moral porque esas personas, a diferencia
de nosotros los civiles, estaban en combate y ese es un riesgo asumido por la
institución en el momento de enviar a nuestros muchachos al combate.
Nosotros no podemos seguir dilatando esta situación, nosotros tenemos,
como colombianos, que abrirle la puerta de libertad a esos soldados y a esos
policías y recibirlos con honores, honores no solamente por lo que han pade-
cido, sino reintegrarlos en las filas de nuestras instituciones porque ellos más
que nadie conocen al enemigo y son por lo tanto unos expertos que pueden
ayudar a ganar la guerra que se ha propuesto el Gobierno y para la cual los
colombianos debemos (…)
No es posible que nosotros pensemos en ganar la guerra si no les damos
certeza a nuestros soldados de que vamos a estar en las buenas y en las malas
con ellos.
Hay (…) de los secuestrados militares extranjeros, americanos, fíjense
que yo por ellos no me preocupo, porque yo sé que el gobierno americano con
una operación de rescate exitosa o de una manera muy pragmática, con nego-
ciaciones, los saca, porque son sus muchachos y a sus muchachos donde estén
los saca, y yo quiero que los colombianos tengamos exactamente la misma
certeza que nuestros muchachos donde estén los saquen.
(…) con el acuerdo humanitario en el cual se cambian civiles por
guerreros, y esto aquí de nuevo es una posición de principios que yo quiero
que mi familia comparta, que entienda, yo que sé que es doloroso, yo sé que es
duro, pero yo creo que nosotros no podemos aceptar que los civiles sirvamos

304
Testimonio de Íngrid Betancourt

de escudo en esta guerra. Los civiles no deben ser parte de este conflicto. Ese
es un no, no.
Y por lo tanto los civiles no deben ser canjeados. Y eso es una cuestión
de principios. Si nosotros queremos sembrar la paz, si nosotros queremos por
lo tanto lograr una negociación a futuro en la cual el eje central de la reflexión
sea respeto de los derechos de los seres humanos.
Yo quiero pedirle a Mamá, a mi mamita, que entienda lo que estoy diciendo
(...) Yo creo que se puede dar el canje entre prisioneros armados cogidos en la
guerra pero yo creo que las Farc, en el caso nuestro, el Eln, en el caso de los
demás, tienen que ser gestos unilaterales de paz, es decir, liberación humani-
taria. (…) independientemente del canje de soldados y de policías.
Yo quiero que ustedes asuman esta bandera con mucha fuerza, y yo quiero
que entiendan. Mi papá tiene un refrán, de esos de él, y dice que uno tiene que
buscar augurios más altos que su duelo, tenemos que buscar una mira superior
a nuestro dolor, y eso que yo quiero es la paz de Colombia.
Yo quiero que ustedes cada vez que hagan una gestión hablen a favor de
la liberación de los secuestrados. Yo quiero que ustedes piensen en sembrar
paz para Colombia, a largo plazo, que piensen no en nuestros intereses inme-
diatos sino en principios, porque la paz la vamos a sentar con principios.
Al presidente Uribe quiero decirle que obviamente todos nosotros, todos
los secuestrados de Colombia, lo tenemos a él en nuestras mentes, a diario,
constantemente estamos pensando en él, pensando por él. Y yo sé que noso-
tros, todos, estamos también en su mente, constantemente, diariamente.
Yo quiero decirle al Presidente que yo sé que las decisiones sobre mi vida
y sobre la vida de muchas de las personas que están como yo en esta situación
se van a tomar en su mente y en su corazón… y en lo que a mí respecta, yo
tengo confianza.
Quiero pedirle solo una cosa, en esa fortaleza, en esa posición de fortaleza
que tiene hoy el presidente Uribe respaldado por toda la nación, quiero pedirle
que no nos venga un mal con un bien. Yo sé que el Presidente sabrá interpretar
estas palabras.
Yo a ustedes, mis amores, mi familia, que tanto los amo, no podemos
estar cerca pero sí podemos comunicarnos. Yo quiero pedirles que todos los
sábados a las 12 del día nos pongamos una cita, una cita para comunicarnos
a través de un teléfono muy especial que es el rosario. Yo quisiera que nos
reuniéramos virtualmente, sábados doce del día, ustedes reunidos allá, me
encantaría que estuvieran físicamente reunidos todos en este momento y si no

305
Los potros de bárbaros atilas

por teléfono, pero que lo hagamos en simultánea, y yo acá, y vamos a rezar.


Pero vamos a rezar no por nosotros sino por la paz de nuestro país, y vamos a
trascender nuestro honor y vamos a ponerlo ahí como un apoyo que todos los
colombianos tenemos que poner para lograr la paz algún día en esta patria que
amamos. Los llevo en el alma.

* La anterior carta hace parte de las llamadas “pruebas de supervivencia” que sólo muy
esporádicamente las Farc permiten llegar a los familiares de las víctimas.
13 de mayo de 2003
Cortesía del noticiero Noticias Uno
http://www.betancourt.info/indexEsp.htm

306
TESTIMONIO DE CLARA ROJAS*

Mamita del alma, quiero decirte que te amo. Hoy es 13 de mayo del año
2003, son como las once de la mañana o algo así.
Me encuentro en las selvas de Colombia en un lugar paradisíaco, creo yo.
Quiero de manera muy especial saludarte y decirte nuevamente cuánto te
amo. Igualmente quiero saludar a Andrés, a Carlos y a Clemencia, a Germán
Eduardo, a Iván, a María Elsy, a Laura Jimena, a Daniel, a María Camila, a
María Alejandra.
Por supuesto no puedo dejar de lado a Daniel Hernando, a Pablo y a
Mariana, a Tomás, a Tobías. Quiero también saludar a mi tía Emma, a quien
he pensado y llevo en el corazón de manera muy especial. Al tío Modesto, a
mi tía Aurita en Argentina y a Gloria en los Estados Unidos.
A Leíto, a todos los primos y, en fin, a esa cantidad de amigos con los
que sueño en las noches y recuerdo esos momentos en que hemos vivido y
compartido tantas cosas hermosas y son las que hoy me permiten dar este
mensaje.
De nuevo mamita, te amo. Te amo inmensamente. Quiero saludar de
manera muy especial a Yolanda y a Marta, las esposas de Guillermo Gaviria y
Gilberto Echeverri. La semana pasada pude escuchar en las noticias el acaeci-
miento de su muerte, lo cual me conmovió profundamente.
Igualmente, escuché el mensaje de su hija Lina, la cual me llenó con una
especial voz de aliento en estos momentos. Comparto plenamente su dolor. Es
un dolor extremadamente duro, extremadamente difícil y sé que Dios en su
grandeza nos dará la fortaleza a todos de salir adelante.
Quiero, en este breve mensaje, tratar en lo posible de compartir con
ustedes lo que ha sido esta experiencia desde febrero, este secuestro, lo que ha
sido desde febrero del año pasado y hasta mayo, de este año 2003, que ya voy
a completar casi 15 meses.
Quiero comenzar contándoles como es mi día a día y como transcurren
los minutos, horas, segundos, semanas, días y meses.
Me levanto muy temprano en la mañana, antes del amanecer y es un
momento de mucha paz en el que me despierto gracias al sonido de los

307
Los potros de bárbaros atilas

pájaros, el cantar de las gallinas y del gallo. En fin, me pongo a rezar, a pensar
en ustedes, a pensar en cómo estarán, en cómo va a ser también su día. Rezo
un rato largo, oro otro tanto y, entre 5 y 6 de la mañana trato de poner un
programa de música, cuando lo logro sintonizar.
Como a las seis trato de oír noticias, cuando entran, y eso transcurre
entre seis y siete de la mañana. A las siete desayuno, normalmente comparto
ese desayuno con los muchachos y la gente aquí en el campamento. Es un
momento especial, porque básicamente es como se empieza el día.
Después de haberme aseado un poco tomo una aguapanelita caliente, un
chocolate, un café, en fin lo que haya, lo que hayan preparado. A veces es
arepas, otras yuca, en fin, las cosas que produzca la tierra.
A eso de las ocho de la mañana empiezo alguna actividad: bordo o tejo o
leo cuando llega la posibilidad de tener u libro o un periódico o una revista a
mano, lo cual es bastante excepcional. Pero en fin, lo hago.
A eso del mediodía viene el almuerzo. Después del almuerzo retomo la
actividad que estaba haciendo en la mañana. A eso de las tres de la tarde hago un
poco de ejercicio o camino o troto cuando se puede o algún tipo de gimnasia.
A eso de las cuatro tomo el baño con totuma y el balde y el agua y lo
disfruto mucho. Generalmente es una hora refrescante. He tenido la opor-
tunidad de nadar, cuando se ha podido, cerca del río, hasta que un buen día
apareció una culebra, como de seis metros, y bueno, sigo bañándome con la
totuma y el balde. Pero es algo que disfruto.
Después de eso viene la cena y que es prácticamente otra bebida caliente,
y aquí preparan también arepas de harina de trigo, que llaman cacharinas. Son
muy ricas. Y los muchachos cuidan que la comida y todo en general trate de
estar lo mejor posible. Ese es como el día a día.
Ya con el cantar de las chicharras, a eso del oscurecer, me preparo para la
noche y simplemente me acuesto.
Hay otro tipo de vivencias que he tenido y es básicamente esos momentos
difíciles en que hemos tenido que estar desplazándonos de un lugar a otro,
han sido como alrededor de unos 25 o 26 lugares en que hemos estado, y por
supuesto todo lo que ello implica el desplazamiento.
En esos momentos hay gran tensión, gran incertidumbre, gran preocu-
pación, palabras van, palabras vienen. Nos hemos sobrellevado y en fin, creo
que se aprende a sobreaguar esos momentos difíciles con el pasar de los días.
Después de todo lo que ha ocurrido pienso que lo que más me anima,
y siguiendo evocando a mi querido papá, es que lo mejor de los viajes que

308
Testimonio de Clara Rojas

básicamente es la actitud con la cual he tratado de asumir esta experiencia, es


el regreso. Y me encantaría, por supuesto quiero volver a reunirme con todos
los miembros de la familia y abrazarlos, y besarlos y decirles directamente
cuanto los amo.
Y por supuesto he preparado regalitos. Y cuando he bordado, he pensado
en tí, mamita, en el Día de la Madre, y he hecho este cesto de fresas, un bordado
como tú harías un arreglo floral: tomando la base, poniendo una ramita de
follaje aquí y allá, logrando equilibrio, la armonía, la altura, el contenido, en
fin, esos conceptos que tú tanto me enseñaste. Darle colorido, los colores del
amor, como dice la canción.
Este es un mantelito que tengo para el cubrimiento de tu mesa, en el
cual desayunas diariamente y lo tengo hoy aquí hoy a manera de cuadro y
normalmente lo saco para orearlo y que esté bien en el momento en que quiera
entregártelo.
Igualmente, tengo un pequeño detalle para las niñas. Para María Alejandra,
la más pequeñita; para Daniel; para Laura Jimena, la cual, por supuesto pienso
en todos, pero siempre pienso en Laura Jimena, todo el tiempo estoy pensán-
dola; para María Camila, en fin.
Hice para el domingo un detalle especial para ti, mamá: “Ancla”, evocando
el recuerdo de papá y mamá, Andrés y Clara. Te amo, te amo inmensamente
y tengo la convicción profunda de que estamos en un hermoso país en el cual,
por encima de todo, priman en todos los sentimientos del amor. Y que esos
sentimientos sean los que nos muevan a todos para volver a estar juntos muy
prontamente, ojalá pueda ser el Día del Padre, ¿por qué no? Un beso grande,
te amo inmensamente y espero verlos pronto.

* La anterior carta hace parte de las llamadas “pruebas de supervivencia” que sólo muy
esporádicamente las Farc permiten llegar a los familiares de las víctimas.
Fuente: http://www.betancourt.info/indexEsp.htm

309
CARTA A MI PADRE
Guillermo Gaviria Correa

Montañas de Colombia, Enero 2/2003


Queridísimo padre:
Recuerdo que al principio, cuando comenzaba a pensar en «La Marcha a
Caicedo» a conciencia evitaba hablarte sobre el tema; sabía que tú no compar-
tirías mi propuesta. Todo el proceso de preparación y difusión se fue llevando
a cabo y yo preferí mantenerte al margen y creo que así lo entendiste y con
resignación respetaste mi decisión, no sin dejar ver que te parecía peligrosa e
inútil o poco útil. Tú tenías razón, siempre lo supe.
En aquello que tiene que ver con mi bienestar y el de nuestra familia y
seres queridos, en lo que toca con poder continuar al frente de mis respon-
sabilidades de gobernante, entregando mi esfuerzo por corregir el rumbo
de Antioquia y cumplir los propósitos planteados al pueblo antioqueño, en
las pocas posibilidades que anticipabas para que las Farc-Ep entendieran la
gran oportunidad que les ofrecía esta marcha de reconciliación no violenta,
tú tenías razón. Las Farc-Ep decidieron desoír el clamor por la No Violencia
que comenzaba a sentir Antioquia y prefirieron arrebatarnos, junto con la
Libertad, la posibilidad de continuar trabajando por la construcción de un
buen gobierno, honesto y comprometido con los más necesitados.
A pesar de las limitaciones que nos impone este cautiverio, creo, sin
embargo, que algo de mi propósito inicial se ha preservado y si se quiere supe-
rando mis propias expectativas; se trata de la difusión de la filosofía de la No
Violencia entre el pueblo antioqueño. Solemos querer lograr transformaciones
sociales en meses, cuando ellas requieren generaciones y además un poco de,
o mucha suerte. Yo sé, Padre, que sembrar y promover una forma tan exigente
de entender nuestro papel en la sociedad constituye un reto que demandará
el compromiso de una vida, y también sé que en Colombia hay mucha gente,
entre nuestros «dirigentes», que creen que «somos demasiado violentos» para
lograr que las ideas que han promovido personajes como Gandhi, Luther
King y el mismo Jesucristo, penetren en nuestro modo de pensar y modifi-
quen nuestra forma de actuar, de enfrentar injusticias, problemas y la propia

311
Los potros de bárbaros atilas

violencia. Llámese terquedad, yo prefiero pensar que es perseverancia,


continúo pensando que más temprano que tarde el pueblo antioqueño y por
qué no, Colombia, van a buscar el apoyo que ofrece la No Violencia.
En medio del cautiverio, me consuela, pues, la percepción de haber contri-
buido a hacer de la No Violencia una ruta alternativa, si se quiere también
complementaria, que sirva para hacer pensar a nuestra gente sobre la urgente
necesidad de cambiar de actitud. Me consuela sentir que nuestro cautiverio
ha servido para sacudir y mantener interesada a la opinión nacional sobre la
suerte de miles de personas secuestradas, en especial la de los militares, que
como ellos mismos lo reclaman: “Nunca antes ha parecido interesarles ni a las
FF.AA. ni al pueblo colombiano por el cual luchan”.
Soy consciente de que mis actos tienen consecuencias que afectan a otros;
muy duras y tristes para ti y mi madre y para toda la familia, para mi esposa,
y muy graves en el caso de Mateo y Dany. Tal vez, ésta es la razón que verda-
deramente me había impedido escribirte antes; el sentimiento de culpa que me
acobardaba se desprende de saber que por mi causa están sufriendo y perma-
nentemente preocupados. Quisiera pedirte que me perdones por no haberte
tenido en cuenta y por estarte haciendo pasar tan malos momentos; creo que
debe pedírselo a todos y todas.
Por otro lado, ¿cuál es, pues, la correcta actuación de un gobernante en
Colombia, si sus convicciones lo inclinan hacia la No Violencia? ¿Deberá
evitar siempre el peligro para salvaguardar del sufrimiento y dolor a su
familia? ¿Cómo se llega a un sano equilibrio, entre su seguridad y el riesgo
que implican las tareas del gobernante de hoy en Colombia? ¿Puede gober-
narse, con base en la No Violencia, sin exponerse o mezclarse con la violencia,
que, en diversas formas, campea en nuestro territorio? ¿Cómo dar la cara a las
injusticias, para desenmascararlas y superarlas, si estamos permanentemente
y principalmente preocupados de que no nos toque, de estar nosotros a salvo?
¿No es precisamente esa pequeña fortaleza que hemos construido alrededor
de cada gobernante para garantizarle su seguridad, la que le impide ver la
realidad que vive el resto de sus gobernados? En fin, muchas preguntas me
he hecho y lamento tener que decir que no tengo todas las respuestas; sólo
algunas y me temo que no son muy alentadoras en el corto plazo.
Mis convicciones sobre la conveniencia de difundir y promover la No
Violencia en Antioquia se han venido consolidando y puede decirse que aterri-
zando. No se trata de convertirla en herramienta para transformar la actitud
de las Farc-Ep. Antes de aspirar a lograr eso, es necesario que la gente de

312
Carta a mi padre

Antioquia la conozca y acoja, al menos de manera imperfecta. Realmente la


necesitamos más como sociedad para superar nuestras fallas y transformar la
realidad que agobia a tanta gente en Antioquia. Aquí he meditado que el lide-
razgo que puedo ejercer sobre mis coterráneos, el mensaje que puedo y quiero
entregarles es el de la fuerza transformadora de la No Violencia, su capacidad
para hacer aflorar lo mejor del ser humano aún en las peores circunstancias y
que comencemos a crear conciencia y compromiso para trabajar por una Patria
más incluyente y justa, sin necesidad de recurrir a las acciones violentas. Hay
demasiada violencia en muchas de nuestras costumbres y más aún en la igno-
rancia a que están sometidos hasta los antioqueños que tienen la oportunidad
de ir a un colegio. Nuestros líderes y dirigentes tradicionales han logrado
enseñamos a hacer de la hipocresía una estrategia de éxito. Yo siento hoy que
la política que predomina en nuestro tiempo parece tener como norma que “El
fin justifica los medios”. Ya para mí ésta máxima no es válida ni aceptable. Si
queremos un fin noble y deseamos que se consolide y perdure una verdadera
transformación social, quienes hemos asumido la responsabilidad de gobernar
y dirigir, más aún debemos “cuidar los medios”.
Nuestra tarea es, pues, si deseamos una Antioquia Nueva, la de abrir la puerta
a las posibilidades que ofrece la No Violencia en todos los ámbitos de la vida
en comunidad: La vida familiar, la educación, las relaciones entre las personas,
las comunidades y las naciones, la lucha contra la pobreza, la desigualdad y
la construcción del progreso de nuestro pueblo con criterio humano. Creo en
que la capacidad de la No Violencia para transformar conductas y actitudes
pueda ayudarnos a generar nuevas formas de hacer política y modelos nuevos
de soluciones sociales. Siento que no podemos seguir aceptando la “inevita-
bilidad” de la violencia, ni la “espontaneidad” con que recurrimos a ella. La
No Violencia, como lo dice Mario López, “... permite pensar en el ser humano
como capacitado y no limitado en su naturaleza. Capaz de perseguir los ideales
más elevados y las mejores soluciones”. Estas palabras casi replican lo que yo
planteaba en mi campaña de la Gobernación; ahora me corresponde compar-
tirlas con el pueblo dando ejemplo y es lo que he hecho al sufrir en carne propia
la injusta tortura con que se atormenta al pueblo colombiano: el secuestro.
Bueno, querido padre, estas son algunas de mis razones que no podía dejar
de escribir. Espero me perdones lo melodramático que pueda haber quedado y
permite que pase a otros temas.
He escuchado sobre los avances en VIVA y me parece que le ha llegado
la hora a tu propuesta de vivienda para convertirse en el verdadero “acelerador

313
Los potros de bárbaros atilas

económico” que el país necesita tan desesperadamente. Duro para Antioquia


que Josué se nos vaya para Bogotá pero, si se va con el propósito de hacer
realidad el “Plan Gaviria”, me parece que el sacrificio se justificaría plena-
mente y en turno puede ayudar a consolidar nuestro proyecto piloto con VIVA.
Me gustaría saber cómo has visto los avances del Departamento en vivienda y
cómo ves estos nuevos desarrollos.
Sé que la ley todavía no ha salido pero confío que ahora sí será una
realidad. La urgente necesidad de generar empleo también será un acicate
para que el gobierno nacional le dé el apoyo necesario. Espero que todas estas
circunstancias permitan que, finalmente, después de 40 años de concebido por
ti, se lleve a cabo este “Plan Gaviria”. Yo lo considero tres reformas en una;
la social, pues atenderá necesidades de vivienda y empleo de alrededor de 5
millones de familias; la económica, pues crea una nueva estructura económica
y le da un severo empujón al crecimiento económico; la urbana, pues permite
que se planifique el crecimiento de nuestras ciudades y del campo.
El tema de la Seguridad Alimentaria. Nuestro programa ya atiende a más
de 55.000 niños y niñas de los estratos 1 y 2 que no participaban de ningún
otro programa. Yo había querido que en el 2002 alcanzáramos los 100.000
niños, pero apenas vamos arrancando y el programa tiene una estructura un
poco más compleja que la que tú proponías para el programa de Leche. En lo
que se palpa con claridad tu apoyo es en la participación de Colanta; me siento
muy agradecido y contento porque creo que esto ayuda a consolidar el balance
social de Colanta, convirtiéndola en una valiosa aliada del progreso social
del pueblo antioqueño, trascendiendo el ámbito de las comunidades produc-
toras de leche para cubrir todo el territorio del Departamento. Mil gracias, en
nombre de todo el pueblo antioqueño, a ti, al Consejo Directivo y a Genaro por
esta contribución, que estoy seguro continuará creciendo con el programa.
En síntesis, me siento contento porque, a pesar de mi ausencia, los
programas bandera están caminando y en particular estos dos que significaban
mis mayores anhelos, ya que el tercero tiene otro doliente que hace que me
sienta muy tranquilo: Aníbal.
Estar aquí, en medio de la simplicidad y la rutina, puede enseñarle mucho
a un ser humano que desee aprender. Jocosamente hablamos de estar haciendo
varios postgrados: El de tolerancia y adaptabilidad a modos supremamente
ascetas de vida; otro sobre nutrición, pues hemos podido constatar cuánto
puede reducirse la dieta sin que el cuerpo falle y he pensado mucho en cuánto
te gusta el arroz, aquí he aprendido a valorarlo y lo considero un verdadero

314
Carta a mi padre

manjar; cuando nos dan arroz y no me lo como todo, lo guardo en una coquita
para la próxima comida (lo mismo que hago con las arepas, éstas sí duran
varios días guardadas). Uno podría hacer un gran estudio sobre flora y fauna,
pero eso necesitaría un gran maestro como Toné; por lo pronto es poco lo que
he aprendido y disfrutado la flora, pues ni orquídeas he visto casi. Así podría
hablar de otra infinidad de pequeños postgrados, de tal suerte que no estoy
desperdiciando totalmente el tiempo. También enseño inglés a los oficiales y
suboficiales, y con muchos tropiezos y la ayuda de un pequeño diccionario,
trato de mejorar mi ortografía (sabrás con cuán poco éxito).
Querido padre, me alegraría mucho escucharte en alguna oportunidad o
en su defecto recibir noticias tuyas. Hay un par de programas de radio (La
Carrilera de las 5 a.m. –RCN y Las Voces del Secuestro–Caracol) en los que
reciben mensajes escritos, ya sean fax o correo electrónico, y los transmiten
a los secuestrados. No pretendo que lo hagas con mucha frecuencia pero me
alegraría mucho oírte de vez en cuando; si no lo estimas conveniente lo enten-
deré. En este caso, Yolanda puede transmitirme algunas palabras sobre cómo
marchan tus batallas.
Yolanda me contó que les compartió el diario. Yo espero que seas indul-
gente, pues mi interés no era el de producir una obra literaria sino el de llenar
el vacío de nuestra separación. Espero que les ayude saber cómo se desarrolla
nuestra vida aquí y que los tranquilice con respecto a los riesgos que nos
afectan. Padre, he tratado de producir escritos que puedan servir como artí-
culos, pero no he logrado nada que me satisfaga. Voy a continuar haciendo
esfuerzos, pero por lo pronto no se hagan ilusiones. Por obvias razones no
he profundizado, en cartas anteriores, mis apreciaciones y posiciones sobre
temas de actualidad y controversia; ahora creo que las condiciones son un
poco más propicias y puedo escribir con menos aprehensión.
En los periódicos que me llegaron he podido leerte y me reconforta ver
que tu fortaleza sigue intacta. También pude enterarme sobre el viaje de Aníbal
y su inagotable agenda de gestiones sobre mi cautiverio; estoy seguro de que
ese agotador trabajo está rindiendo sus frutos y seguramente será el principio
de futuros proyectos interesantes. Mi reconocimiento, pues estoy seguro de
que tu apoyo lo ha hecho posible en gran medida.
Las Farc-Ep tienen una forma menos acelerada de conducir sus temas que
nosotros los ciudadanos y gobernantes. Es probable que nuestro cautiverio se
prolongue y no quisiera que ustedes se desesperen. Es mejor pues estar prepa-
rados para una separación más larga y adicionalmente, aunque hasta ahora

315
Los potros de bárbaros atilas

no he percibido nada que lo anticipe, las condiciones muy favorables de que


hemos gozado Gilberto y yo y ustedes en la medida en que nos han permitido
una fluida comunicación, sufran cambios y se dificulten.
De todas maneras, querido padre, quería expresarte en esta carta que todo
lo que he podido llegar a ser, busca estar a la altura de las enseñanzas que
recibí de ti y de mi madre; si en el camino he cometido errores, esos corren
por mi cuenta. Te quiero y recuerdo con amor diariamente. Me haces una falta
enorme y me duele profundamente el dolor que les causo. Espero que logren
a través de éstas líneas saber que me encuentro bien y que resistiré lo que sea
necesario para volver a abrazarlos.
Recibe un fuerte abrazo de tu hijo que te quiere y recuerda, Guillermo.

Fuente: http://www.escuelagobierno.org/v1/index.php?ap=0&id=282

316
El secuestrado le contó a Juan David Laverde Palma de El Espectador
los detalles más espeluznantes de sus 2.115 días de cautiverio
RELATO ÍNTIMO DE MI PLAGIO
Fernando Araújo Perdomo

La primera noche de mi secuestro traté de escaparme. Me escoltaban


cuatro guerrilleros por un sendero desconocido y dos de ellos se adelantaron.
Los otros dos se quedaron a mi lado. Horas atrás me habían ordenado que me
arrodillara, y entonces pensé que hasta ahí llegaba, que me iban a matar. Sentí
la muerte ahí, pero ellos sólo me amarraron las manos con cinta pegante trans-
parente. Respiré hondo y seguí caminando. Vi que los dos guerrilleros que
iban a mi lado estaban distraídos y empujé a uno de ellos intentando soltarme,
pero me agarró más duro y sacó una pistola y apretó el gatillo, pero no tenía
balas y por eso no me mató. “Te quieres morir, hijueputa, te quieres morir”,
me increpó amenazante y yo le dije que no, que por favor me disculpara. “La
embarré, tú ganaste”, le dije.
Me mortificó profundamente saberme a merced de ellos. Sabía que mi
libertad ya no era mía, les pertenecía a ellos. Traté de ordenar mis pensa-
mientos. Me dieron un camuflado para guarecerme del frío. Ni siquiera pensé
en lo horroroso que podía ser vestirme de guerrillero, sólo sabía que tenía
frío. Puro instinto de supervivencia. La primera noche fue angustiosa. Selva.
Mosquitos. Cansancio. De madrugada me levantaron y apareció un joven con
pantalones cortos, tenis y gorra, era un guerrillero que venía a ver qué había
pasado porque en el forcejeo con el guerrillero cuando traté de volarme se le
cayó el celular y no lo pudo encontrar en la noche, y con ése tenía que reportar
mi secuestro.
Luego empezaron a interrogarme, cómo me llamo, cuántos hijos, sus
nombres, y después un comandante guerrillero me regañó de mala manera.
“Muy guapo”, me dijo bruscamente, “queriendo desarmar a su guardia”, y me
quitó los zapatos y ordenó que me amarraran de la cintura con una cuerda de
unos dos metros, como a los perros. Al rato me dieron un plato de sopa con
hueso, muy grasosa; tenía yuca y ñame. No comí mucho. Apenas empezaba
mi calvario. Fue el primero de mis 2.115 días de cautiverio. El segundo día

317
Los potros de bárbaros atilas

me trasladaron nuevamente y la cuerda que tenía en la cintura me la pasaron


también por el cuello.
Las comidas siempre fueron las mismas: al desayuno una arepa asada o
un trozo de yuca y un refresco, al mediodía una sopa que con ese calor tan
inclemente de los primeros días de secuestro me costó mucho trabajo tomar,
casi siempre dejaba el caldo y sólo comía el revuelto, y en la tarde el menú
era arroz con lo que ellos llaman la liga, que puede ser un pedazo de carne
o fríjoles o lentejas. Poco tiempo después del plagio me preguntaron qué me
gustaba comer y yo les dije que frutas. A veces me llevaban manzanas o peras.
También me llevaron arequipe, yo les dije que me gustaba. Fue mi menú
durante seis largos años.

Soledades y silencios
En el campamento, la primera orden del comandante Lucho fue que
nadie podía dirigirme la palabra. “El único que puede hacerlo soy yo”,
decía. Era un hombre de 1,80, blanco, de cabello negro, pómulos hundidos
y dientes grandes. De un aspecto hostil. En ese momento no sabía que me
tenían las Farc. Lo presumía, pero no tenía certeza. Casi un año después,
en noviembre de 2001, me dijeron que me tenía el frente 37. Pero siempre
quisieron confundirme.
El 31 de diciembre de 2000, veintitantos días después de mi secuestro, yo
le dije al guardia: “Caramba, este es un día para estar con la familia”, y él me
dijo que no, que él no tenía familia, que se la había matado la guerrilla, y yo le
pregunté entonces que por qué era guerrillero, y él me dijo que ellos no eran
guerrilleros sino paramilitares. Me despistó totalmente. El muchacho lo hizo
por gracioso. Después fue a donde el comandante Lucho y sus compañeros a
burlarse de mí porque me había confundido. Y vino otro regaño del coman-
dante por preguntón.
El silencio, el aburrimiento, la inanición mental me iban enloqueciendo.
Lloraba de la nostalgia. La primera vez que me vi la cara de secuestrado fue al
mes de mi cautiverio. Yo nunca me había dejado la barba, y pedí una cuchilla
para afeitarme. Me dijeron que no, que si quería ellos me afeitaban, pero que
nada de cuchillas para mí porque temían que pudiera hacerme daño. La afei-
tada en la selva es con agua pelada, nada de espuma de afeitar, nada de after
shave, ni lociones. A veces con jabón, pero muy rara vez. Cuando arrimaron
un espejo para afeitarme y me vi la cara y esa barba espesa, sentí que me
estaba pudriendo en la selva.

318
Relato íntimo de mi plagio

El 14 de julio de 2001 me trasladaron a los Montes de María. Esos siete


meses fueron los peores, porque permanecía amarrado con la soga al cuello y
a la cintura. Cuando tenía que hacer del cuerpo me soltaban para que fuera al
sanitario —sanitario digo yo, que era un hueco en la tierra que hacían ellos—,
mientras dos guardias me vigilaban. Entonces me preparaba para... usted sabe,
y ellos ahí sin perderme de vista. Era denigrante. Para desaburrirme yo les
insistí que me consiguieran alguna lectura. Antes del plagio yo estaba intere-
sado en el campo de la genética, así que les pedí algún libro de biología. El 2
de mayo de 2001 me entregaron un libro de química de quinto bachillerato.
Así me distraje un par de meses. Estudiándolo.
No se sorprenda porque le recito las fechas de memoria, lo que pasa es
que me hice un propósito personal de tratar de recordar detalladamente todos
los pasajes de mi secuestro. Recuerdo muy bien la dotación que me dio la
guerrilla para mi subsistencia: dos camisas manga larga, una de cuadritos
azules y blancos, y la otra de cuadros rojos. También dos sudaderas de color
verde, una más oscura que la otra, y un par de pantaloncillos viejos, y una tula
morada donde mantenía la ropa, el cepillo de dientes, el jabón. Ese era mi
ajuar. ¡Ah, y el papel higiénico! Usted no sabe el valor que adquiere un rollo
de papel higiénico en la selva.
El segundo día de mi secuestro me entregaron la dotación, en la que había
dos rollos de papel higiénico. Yo no tenía la conciencia de que esto iba a ser
tan largo y entonces le contesté al guerrillero: “No, con un rollo tengo”. Él se
rió ligeramente y me dijo a manera de consejo: “Quédese con los dos, que eso
a veces se pone escaso”. Eso se me convirtió en una obsesión y me volví muy
disciplinado para tasar el papel. Siempre conservé un rollito extra. Afortuna-
damente nunca me tocó estar sin papel, bueno, durante el cautiverio, porque
en la fuga sí me tocó limpiarme con una hoja. En el momento preciso de, usted
me entiende, se me apareció un ternero y me tocó salir corriendo. Eso sucedió
la primera noche de la fuga.
También me dieron cepillo de dientes, seda dental. Pero en una ocasión,
el 13 de agosto de 2002, hubo un ataque de la Armada al campamento y nos
tocó huir y dejé mi cepillo. Se oían los gritos de los soldados que les decían:
“Párense a pelear, guerrilleros”, y los insultos y la cosa, y yo corriendo con los
guerrilleros. Pasé cinco días sin cepillarme los dientes y estaba desesperado,
así que me le acerqué a un guerrillero y le dije: “Hombe, necesito un cepillo
urgentemente”, pero estábamos muy lejos de poder conseguir algo y en medio
de un operativo militar. Entonces me dijo: “No hay forma de conseguirte uno

319
Los potros de bárbaros atilas

nuevo. Yo tengo dos, el mío y el de mi esposa. Si quieres te doy el de ella”.


Acepté a regañadientes y lo lavé y lo lavé y lo lavé antes de lavarme los
dientes con él.
Cuando hacía mucho calor me bañaba en las tardes mejor; si el día era
más seco, me bañaba en las mañanas. Yo tenía un tanquecito como de un
galón y con eso lavaba mis platos, mis cubiertos, tomaba agua y me bañaba.
Bañarme significaba la oportunidad única para interrumpir mi aburrimiento,
entonces yo me demoraba lo máximo que podía bañándome, me demoraba en
quitarme la ropa, en volvérmela a poner, hacía las cosas lo más lento posible
para recortar la ansiedad que me producía no hacer nada.
Como ya le dije, me trasladaron a los Montes de María el sábado 14 de
julio de 2001. Lo recuerdo muy bien, me llevaron en una camioneta roja,
pasamos el Canal del Dique, pasamos un peaje y antes de llegar a María la
Baja el carro se desvió por una carretera destapada y me internaron en el monte
otra vez. Ese día comenzaba la Copa América en el país. Cuando llegamos
al campamento, Colombia le hizo un gol a Ecuador, y eso ocurrió a los 30
minutos del segundo tiempo, y ahí supe que eran casi las 6 de la tarde.

El radio desvencijado
Me dieron un radio mucho tiempo después. Ahí me enteré del ataque del
11-S. El radio me ayudaba muchísimo. Lo mantenía prendido no tanto por las
noticias, sino para ver si me mandaban un mensaje. Entre julio y octubre de
2001 viví mucha ansiedad tratando de encontrar mensajes. El 6 de noviembre
de ese año escuché el primer mensaje de un hijo. La audición era muy defec-
tuosa. Recuerdo que decía: “Este es un mensaje para Fernando Araújo... Hola,
papi, soy Sergie, estoy bien, espero que tú también”.
Y luego escuché más mensajes, entre ellos uno que me causó mucha
gracia, de quien es hoy la esposa de mi hermano Alberto: “Hola Fernan, te
cuento que me casé, a qué no sabes con quién, pues con tu hermano...”. Los
mensajes eran todo para uno, el bálsamo total. El radiecito que tenía me lo
regaló un guerrillero. Era un radio casetera en muy malas condiciones, tenía
la antena rota, la tapa de la casetera estaba suelta, eso funcionaba de milagro.
Sólo se escuchaba AM. Además, me tocaba tasar las baterías, que me duraban
unas tres semanas.
Todos los días, de 5 a 8 de la mañana y al mediodía, lo prendía para
estar enterado de lo que pasaba. Con ese radio estuve tres años, hasta que me
regalaron uno nuevo, marca Sony, que tenía AM y FM y onda corta. Entonces

320
Relato íntimo de mi plagio

escuchaba la BBC de Londres y Radiofrancia Internacional. Comencé a escu-


char noticias en francés y al cabo de un tiempo hasta las empecé a entender.
Todas las noches, antes de dormirme, hacía el plan del día siguiente, que era
básicamente hacer lo mismo que el día anterior, pero no importaba. “Mañana
me levanto a las 4, hago gimnasia hasta las 5 y media, a las 5 prendo el radio y
lo apago a las 8”, me decía en voz alta para animarme a estar activo.
Si era fin de mes estaba pendiente de cuál era la tasa de desempleo. Anotaba
en mi cuaderno las tasas de inflación de cada mes y así se me iba el tiempo.
En los últimos dos años, algunos guerrilleros me decían que deseaban que el
acuerdo humanitario se concretara para que yo me pudiera ir rápido. Siempre
estuve solo en cautiverio y con casi todos los guerrilleros hubo cordialidad
y buen trato. Algunos estudiaban y me preguntaban por la ortografía de las
palabras. Allá me decían Fercho, aunque mi alias de secuestrado era Alfredo.
Algunos se interesaron por temas de historia y así, y yo me mantenía entre-
tenido. También leía cuando me traían algo interesante. Recuerdo un libro
muy bueno: Del Big Bang al homo sapiens, escrito por Antonio Vélez. Ah, y
aprendí a hacer sudokus. Eso era lo mejor.
Hacer ejercicios de respiración me ayudó siempre a estar sereno. Mi papá
me enseñó a hacerlos. Hacía abdominales. Y leía. Y trataba de vivir. Y rezaba.
Y me contentaba pensando que quizá había gente en el mundo peor que yo. Y
entonces le daba gracias a Dios por lo que tenía, que en realidad era bien poco.
Pero algo tenía. Seguía con vida, por ejemplo. Después de mi fuga llegué
pesando 54 kilos. Cuando me secuestraron tenía 65 kilos. No perdí muchos
tampoco, pensé.
El 19 de septiembre de 2004 me dijeron en el campamento que si quería
jugar amigo secreto y les dije que sí. Yo tenía una lata de atún como reserva
en caso de que escaseara la comida, y entonces yo les dije que jugaba y que el
que me saliera yo le daba de regalo la lata de atún. Me resultó en el papelito
un guerrillero llamado Lisandro, yo le regalé el atún y me quedé esperando el
regalo, porque a mí nadie me entregó nada. Ni modo de revirar, pensé entonces.
Ese día también pasó algo chistoso: como ellos no tenían qué regalarse entre
sí, uno de los guerrilleros me dijo que escribiera en una hoja algo bonito sobre
la amistad para regalárselo a su “guerrillero secreto”.
Después de escribir la primera nota, la bola se regó y luego vinieron en
gavilla para que les escribiera más cartas sobre la amistad para regalarlas, y
hubo un momento en el que se me acabó la inspiración, y cuando ya no tenía
nada qué decir, llegó un último guerrillero a pedirme que también le escribiera

321
Los potros de bárbaros atilas

algo para regalarle a su amigo-guerrillero secreto, y yo le dije que no se me


ocurría nada y él me dijo que escribiera cualquier cosa. Entonces escribí el
poema de Luis Carlos López “A mi ciudad nativa”. El poema termina así: “Mas
hoy, plena de rancio desaliño, bien puedes inspirar ese cariño, que uno le tiene
a sus zapatos viejos”. El muchacho cogió su poema y se lo entregó a su amiga
secreta y la muchacha no lo leyó completo sino la última frase de los zapatos
viejos y lo increpó y le dijo enfurecida: “¡Yo no soy un zapato viejo!”.

Fugarme, la obsesión...
Fugarme era una obsesión, pero tenía que ser inteligente. Adquirí la
costumbre desde los primeros días de contar los pasos cada vez que me tras-
ladaban, para mantenerme ubicado, entonces después calculaba que mis pasos
eran de unos 60 centímetros. Entonces yo pensaba, si me voy a fugar y nece-
sito caminar unos 40 kilómetros debo andar entre 60 mil y 70 mil pasos. Así
calculaba mi fuga. También sabía que era clave un encendedor para guiarme
en la noche. Pero nunca encontré un momento propicio, hasta el pasado 31
de diciembre. Estudié a cada uno de los guardias, sabía cuál se adormecía
primero y así, pero no llegaba el momento.
Me dolieron mucho las muertes de La Cacica, Gilberto Echeverri,
Guillermo Gaviria y muchos otros, porque uno va sintiendo que todos los
secuestrados somos una cofradía, que tenemos una hermandad espiritual. Los
guerrilleros son insensibles frente al dolor humano. Esos asesinatos, como
los de los Bickenbach o el japonés Muramatsu, me hacían pensar por qué
los mataban y concluía que lo hacían porque sentían que no eran capaces de
conservarlos. Yo me dije entonces que la única forma de evitar que me mataran
era dándoles la tranquilidad de que no me iban a perder. Cada vez que había
una acción militar cercana, yo era el primero en estar listo para huir con ellos,
lo que les dio mucha tranquilidad. Incluso, el guerrillero Martín Caballero me
dijo una vez: “Para que le pase algo a usted tiene que ser que nos muramos
todos”. Nunca pensaron que me les iba a volar. Y ya ve, me les volé.

Fuente: El Espectador, Sábado, 27 de enero de 2007


jlaverde@elespectador.com
http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=4988&idSecci
on=86

322
Operativo de rescate de Fernando Araújo fue autorizado por la familia
y estuvo supervisado por los altos mandos militares
“SIN LAS FUERZAS MILITARES
NO ME HABRÍA PODIDO ESCAPAR”
Nota de la Presidencia de la República

Sin abandonar la sonrisa que lo acompaña desde que se sintió en libertad


tras permanecer secuestrado durante seis años por el grupo terrorista de las
Farc, el ex ministro Fernando Araújo relató este viernes los pormenores de la
acción de las Fuerzas Militares que iniciaron el domingo y sin las cuales, dijo,
“no me habría podido escapar”.
Araújo, quien al descender de un helicóptero Black Hawk que lo trasladó
desde los Montes de María a Cartagena, agitó los brazos en señal de victoria,
relató que todo comenzó el 31 de diciembre poco antes del medio día cuando
comenzó el ataque de tropas de la Armada Nacional al campamento en donde
lo tenían secuestrado. En medio del fragor de los combates, el ex ministro
recobró la libertad.
“Me pude escapar el día domingo gracias a que una acción militar,
apoyada por helicópteros del Batallón de Contraguerrilla número 1, con sede
en Corozal, atacaron el campamento donde yo me encontraba”, dijo Araújo a
decenas de periodistas que se agolparon en la Base Naval de Cartagena para
escuchar el testimonio de su rescate.
El ex ministro Araújo señaló que desde los sitios en donde permaneció en
cautiverio, por más de un lustro, sentía la presión permanente de la Fuerza Pública
contra las Farc, que lo mantuvieron secuestrado desde el 4 de diciembre de 2000,
al tiempo que reconoció que las tropas realmente sí toman las precauciones nece-
sarias para preservar la vida de los rehenes durante los operativos.
“Durante seis años fui testigo de la acción permanente del Ejército contra
la subversión (…). La presión del Ejército, la presión de las Fuerzas Militares
es permanente, eso ocurre todo el tiempo. Las acciones militares se mantienen
en forma permanente y naturalmente entiendo que se hacen con las precau-
ciones adecuadas para que las personas secuestradas corramos el mínimo riesgo
posible. Hay que entender el riesgo como parte de la solución”, sostuvo.

323
Los potros de bárbaros atilas

El operativo que permitió el rescate se dio también gracias a la informa-


ción suministrada por un ciudadano quien entregó datos sobre la ubicación de
Araújo, así como del posible paradero de Martín Caballero, jefe guerrillero al
mando del Bloque Caribe de las Farc.
“Este rescate, sano y salvo, demuestra que sí son posibles los rescates
exitosos y que ningún secuestrado ha sido olvidado por su Presidente, su
Ministro y sus Fuerzas Armadas”, indicó el comandante de las Fuerzas Mili-
tares, general Freddy Padilla de León.
El presidente Álvaro Uribe Vélez, al felicitar al ex ministro Araújo por
recobrar la libertad, manifestó que la acción militar se llevó a cabo contando
con la autorización de los familiares del secuestrado. Acción que fue cuidado-
samente preparada por los Altos Mandos Militares, en cabeza del ministro de
Defensa, Juan Manuel Santos, para minimizar cualquier riesgo.
El ex ministro Araújo también contó lo que sintió en el momento en el
que el helicóptero sobrevolaba el campamento donde permanecía en cauti-
verio y en el cual se alojaban unos 200 guerrilleros: “yo me doy cuenta que
el helicóptero que está sobrevolando el campamento viene realmente a atacar,
cuando comienzan a disparar yo digo, ahora o me voy o me matan”.
Durante los intensos combates fueron abatidos seis guerrilleros, perdió
la vida el Infante de Marina, Tairon Almanza Martínez y dos uniformados
resultaron heridos.
El Jefe del Estado, desde Montería, lamentó la muerte de Almanza. “Es
un héroe de la Patria, murió en la derrota de este delito, de este inmenso daño
que es el secuestro. Murió como un héroe en la lucha contra este flagelo del
secuestro”, dijo.
Luego del momento de escape Araújo tuvo que permanecer durante cinco
días escondido entre la manigua, tratando de alejarse del sitio y de encontrar
un lugar seguro donde estuviera la Fuerza Pública, para evitar ser ubicado por
la guerrilla.
“Me escapé hace cinco días simplemente con lo que tenía puesto encima,
sin una gota de agua, sin nada de comida, sin un machete, sino con las uñas,
a ver qué camino encontraba para regresar a la libertad”, expresó con la voz
entrecortada por el hipo que le produjo la acidez estomacal originada en no
haber probado alimento alguno durante los cinco días de escape.
“Vine para mostrarle al país que la determinación es esencial para que
logremos avanzar positivamente en esta lucha contra la subversión”, puntua-
lizó ex ministro.

324
“Sin las Fuerzas Militares no me habría podido escapar”

Finalmente, agradeció la labor de las Fuerzas Militares, en especial de


la Armada Nacional, gracias a la cual pudo recobrar la libertad. “Agradeci-
miento infinito a las Fuerzas Militares, sin la operación no hubiera podido
escaparme”.
El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, reportó que en la zona conti-
núan los combates y la persecución sobre el grupo de guerrilleros.

5 de enero de 2007
http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2007/enero/05/09052007.htm

325
Entrevista al Intendente John Frank Pinchao,
secuestrado durante 9 años por las FARC
VOLVER A EMPEZAR
Secretaría de Prensa de la Presidencia de la República

Los únicos culpables y responsables de que los secuestrados no regresen


a sus casas, son los secuestradores. Su crimen es la causa del dolor de las
víctimas y la desesperanza de las familias.
Como veremos en el siguiente testimonio, el intendente de la Policía de
Colombia, John Frank Pinchao, y sus compañeros de cautiverio han permane-
cido años, algunos casi una década, en el más terrible y prolongado campo de
concentración de que se tenga noticia.
De ese campo de concentración, construido en medio de la selva, afron-
tando infinitos peligros, pudo huir el intendente Pinchao.
Él y sus compañeros de cautiverio son un ejemplo de abnegación y capa-
cidad de sacrificio.
Esta entrevista es un homenaje a su entereza y un aliento a la lucha
mundial por lograr la libertad de los secuestrados en poder de las Farc.
Secretaría de Prensa: ¿Cómo logra usted escaparse de ese cautiverio?
¿Cómo logra liberarse del secuestro de las Farc?
Intendente Pinchao: Como secuestrado siempre he mantenido la posición,
compartida con muchos compañeros, de que un secuestrado debe buscar la libertad
por sus propios medios, o esperar a que el Gobierno nos la diera a través de un
intercambio humanitario. Que de una u otra forma teníamos que lograr la libertad,
y una de las formas era la fuga. Se dieron las condiciones y logré fugarme.
S. de P.: ¿El mecanismo para ir pensando en la fuga cuál era?
Intendente Pinchao: Una noche oscura, con un poco de ruido.
S. de P.: ¿Y eso correspondía a un plan constante, de mucho tiempo, de
encontrar esas condiciones, de saber esperar?
Intendente Pinchao: De tener paciencia, esperar un momento indicado.
S. de P.: ¿O sea, esperar ruido para evitar que oyeran el movimiento? ¿Y
la cadena? ¿Cómo se hacía para soltarse?
Intendente Pinchao: Se buscaba algún mecanismo para lograr desha-
cerse de ella. Logro caminar, logro evadirme del sitio donde dormíamos,

327
Los potros de bárbaros atilas

empiezo a caminar, y logro llegar al río. En el río empiezo a nadar y en unos


tramos intentaba nadar. En otros tramos, cuando llegaba a donde había tierra,
caminaba. Y entre estos dos métodos combinados, hasta que después de 17
días logré llegar a donde estaba un Comando jungla de la Policía Nacional,
que me rescató.
S. de P.: ¿Usted cómo llevaba esos momentos, ese tiempo calendario?
¿Tenía un reloj, cómo se ubicaba, cómo sobrevivió esos 17 días?
Intendente Pinchao: El tiempo, la cronología del tiempo, la llevaba por
noches. Yo decía: la primera noche me lavé, dormí sin nada, dormí en el suelo
tirado y con el agua al cuerpo. Yo decía: la segunda noche alcancé a hacer una
casita con unas hojitas, que medio me protegían. Entonces decía: bueno, hice
tantas casitas de hojitas así. En cada región, en cada altitud, hay determinado
tipo de plantas. En cada región no se encuentra el mismo tipo de plantas. Hay
regiones donde no hay plantas. Toca dormir absolutamente sin nada. Y hay
regiones donde hay plantas que tienen hojas gigantes que le permiten a uno,
al colocarlas bien tupiditas, crear como una especie de techo para protegerse
de la lluvia. Entonces yo decía: bueno, dos noches lavado, más dos noches
de hojitas de tal tipo, más dos noches de hojas de palma, más tales noches,
entonces sumaba. Entonces ya llevo más o menos determinada cantidad de
noches, dependiendo del día que quisiera contar.
S. de P.: ¿Y la comida era alguna fruta, algún animal?
Intendente Pinchao: Logré ahorrar de mi comida. Ahorraba arroz y
comida. El último día ahorré arroz. Y lo que nos dieron ese día lo echaba
en bolsas y lo mantenía ahí. Entonces lo guardé, y yo sabía que había una
que otra fruta en el camino. Entonces intenté mantenerme con esas frutas.
Pero resulta que la comida que había guardado, del arroz que nos daban del
almuerzo, la comida, iba guardando de a poquitos, y lo iba renovando. Por
decir, guardaba un poquito del almuerzo. Entonces eso me lo comía a la hora
de la comida. Y de la comida que llevara más fresca, iba guardando, para que
con esa comida tuviese un margen de días para poder alimentarme. Entonces
esa comida la eché en bolsas y se me mojó. Al echarme al río, el agua penetró
las bolsas, porque estaban rotas. Y me tocó comer, comida, sopa de arroz, y lo
que más o menos llevaba ahí.
S. de P.: ¿Cómo se orientaba después de la fuga?
Intendente Pinchao: Con el sol. Pero hubo un error del sol. El sol vine a
descubrirlo en una parada: que el sol bota en la mañana, bota la sombra hacia
el occidente, y al mediodía bota la sombra al oriente, y ya en la tarde vuelve a

328
Volver a empezar

botar la sombra hacia el occidente. Entonces al mediodía la sombra del sol me


servía para orientarme. Entonces gracias al sol caminaba orientándome con el
sol por la mañana, paraba más o menos al mediodía para esperar que volviera
a coger rumbo la sombra, y volvía y retomaba el curso de la sombra.
S. de P.: ¿Y en ese tiempo, esos 17 días, hubo algún peligro de que las
Farc, o los secuestradores, hubiesen vuelto a capturarlo, o hubo alguna aven-
tura peligrosa con animales o con sitios escabrosos?
Intendente Pinchao: Sí. Cuando iba caminando encontraba lo que se
denomina rebalses, que son como sitios donde se anega, se mete al agua. Y
entonces al bordear un sitio de esos, tenía temor de perder el curso del río. Yo
no soy muy diestro nadando, muy hábil nadando. Me tocaba nadar como los
micos. Pero a diferencia de ir colgado de la cola y de las manos arriba, era
nadando de palo a palo, para poder mantener el curso del río.
S. de P.: ¿En algún momento de esos 17 días, sintió la inminente perse-
cución de la guerrilla?
Intendente Pinchao: No. Yo asumía que la guerrilla estaba detrás de mí,
pero no los vi así como encima, encima. Pero dije: por lógica me están persi-
guiendo. Y yo dije: Dios. Yo había perdido la fe en Dios. Hacía muchos años,
como cuatro años, cinco años, en mi cautiverio, la perdí. La había perdido.
Y en este cautiverio me volví a encontrar con Dios y recordé unas tarjeticas
que me había mandado la familia, en ocasiones, cuando nos podían enviar
comunicaciones, que decían que alguien al mirar hacia atrás no había visto
los pasos de Dios siguiéndole, porque él siempre veía pues pasos de él, y los
pasos de Dios al lado de él caminando juntos. Y que cuando volteó a mirar,
sólo veía una serie de pasos. Entonces él dijo: Dios me abandonó. Algo así, no
sé textualmente. Y entonces cuando ya llegó a su rumbo, (Dios) le dijo: yo no
lo abandoné. Es que quien lo cargaba, quien lo cargaba en mis brazos, o algo
así, era yo. Entonces dije: Dios, métase en mi cuerpo y ande para donde usted
crea conveniente. Y él me indicaba: por aquí sí. Y por ahí me metía.
S. de P.: ¿Sentía usted la presencia de Dios?
Intendente Pinchao: La sentía. La volví a encontrar en la jungla.
S. de P.: ¿Y hubo algún momento de desesperanza en estos 17 días de
desesperanza?
Intendente Pinchao: Sí. Cuando se me moja la comida, yo dije: aquí
me voy a morir porque sin comida cómo hago. Pero supe tasar la comida.
Tenía planeado una ración lo más mínima posible. Y en el camino iba encon-
trando frutas, frutas de la selva, y probaba. Había unas muy coloridas, que me

329
Los potros de bárbaros atilas

parecían por su color deliciosas. Pero cuando probaba eran más amargas. Me
tocaba escupir todo el día y juagarme la boca mil veces, para volver a recu-
perar mi estado. Y las que veía que yo, fruta que veía, fruta que iba probando.
La que más o menos veía que era como dulce, entonces la iba guardando para
después alimentarme de ella.
S. de P.: ¿En qué momento tiene contacto por fin con alguien, con una
persona?
Intendente Pinchao: Hasta que llego a donde me encuentro con el
Comando Jungla de la Policía.
S. de P.: ¿Cómo fue ese encuentro con el Comando?
Intendente Pinchao: Yo venía nadando por el río, venía nadando,
cuando ya vi casas y cuando yo vi gente uniformada ahí, y yo dije: «Ayúdeme,
ayúdeme». Y me dijeron: «Comando Jungla de la Policía Nacional», no sé qué
vaina. Yo me salí del agua y me lancé a abrazarlos y a llorar de la felicidad de
estar en libertad.
S. de P.: ¿Algún compañero conocido allí en el grupo de los que estaban,
de los policías?
Intendente Pinchao: No.
S. de P.: ¿Ellos lo estaban buscando?
Intendente Pinchao: ¿Ellos me estaban buscando?
S. de P.: ¿A usted lo estaba buscando la Policía?
Intendente Pinchao: Ah, yo no sé qué hacían ahí. Yo creo que estaban en
fumigaciones, fumigaciones de coca o algo así.
S. de P.: ¿Usted por qué termina en manos de las Farc?
Intendente Pinchao: Yo termino en las manos de las Farc porque me fui
a trabajar al departamento del Vaupés, a la ciudad de Mitú, y estaba trabajando
allá, cuando un día repentinamente en la madrugada nos atacó la guerrilla
y desafortunadamente era un número superior a nuestra fuerza. Emplearon,
ellos decían que aproximadamente dos mil hombres, y nosotros escasamente
no llegábamos a completar cien. Entonces por superioridad numérica nos
agotaron y nos acabaron la munición y lograron secuestrarnos.
S. de P.: ¿Esos primeros días del secuestro cómo los vivían, qué pensaba
usted, qué recuerda?
Intendente Pinchao: Yo me recordaba que había habido una liberación de
unos soldados de Las Delicias. Yo dije: pues ellos no estuvieron tanto tiempo.
Y dije: pues quién sabe para qué será este tipo de secuestro. Pero dije: no, eso
nos deben soltar, igual a lo que sucedió con lo de Las Delicias.

330
Volver a empezar

Pero pasó el tiempo, el tiempo y el tiempo. Y al principio contábamos,


contábamos los días, después las semanas, después los meses. Después termi-
namos contando años y casi nos toca contar décadas.
S. de P.: ¿Y cuando primero los tuvieron secuestrados en un determinado
sitio, cómo comenzó a verse el cambio y la diferencia entre soldados o entre
policías y suboficiales y oficiales? ¿Cuándo o cómo fue el procedimiento para
sepáralos y todo lo demás?
Intendente Pinchao: Ya por costumbre, uno a los superiores se acos-
tumbra a decirles por el grado. Entonces por fuerza de costumbre resultaba uno
delatándolos, así no quisiera. Entonces, mi coronel, mi teniente, mi capitán, y
ellos definían quiénes eran mandos. Y de hecho, pues desde el principio ellos
ya tenían definido, porque ellos hacen inteligencia en los pueblos antes de
hacer las tomas. Ellos ya saben. En un pueblo pequeño es fácilmente ubicable
quién es cada quién de un grupo de policías.
S. de P.: ¿El trato que recibieron fue un trato digno?
Intendente Pinchao: ¿Cómo va a ser un secuestro digno? No. El hecho
de estar secuestrado es indigno. No se puede catalogar de digno un secuestro.
S. de P.: ¿Cómo era la vida diaria?
Intendente Pinchao: Se levantaba uno a las 5:00 de la mañana a escuchar
un programa que pasan por la radio, que se llama «La carrilera a las cinco»,
que se emite por Antena 2 de RCN. Y lo escuchábamos de cinco a seis de la
mañana. Nos levantábamos a las seis de la mañana, traían tinto, nos bañá-
bamos la boca, tomamos el tinto, luego llegaba el desayuno, cada uno se ponía
a hacer sus actividades, unos ejercicios, otros a leer, otros a hacer artesanías.
Llegaba algo que ellos llamaban refrigerio, que es un agua con fresco Royal
ahí pintada. A veces sí había galletas, pero rara vez las había. Y seguía uno
sus actividades. Luego el almuerzo. Después del almuerzo descansábamos un
poquito y a diario nos bañábamos. Casi siempre nos bañábamos. Y luego del
baño, otro refrigerio a las 3:00 de la tarde. Y por último la comida antes de las
6:00. Y a las 6:00 de la tarde nos colocaban la cadena al cuello para dormir,
hasta las seis de la mañana del siguiente día.
S. de P.: ¿Cómo era lo de la cadena?
Intendente Pinchao: Nos encadenan de a dos personas. Se hacen unas
casitas y se duerme de a dos unidades por casa. Y entonces va del cuello del
uno al cuello del otro.
S. de P.: ¿Cuáles eran los contactos con los secuestradores, qué les comu-
nicaban, qué les decían?

331
Los potros de bárbaros atilas

Intendente Pinchao: A ellos les tienen prohibido hablar con nosotros.


Ellos simplemente se paran como una estatua ahí lista para disparar, y silencio
total. La misión de ellos es que nadie salte del perímetro donde ellos han defi-
nido que nos debemos estar los secuestrados.
S. de P.: ¿Ni siquiera los miembros ahí de la jerarquía de ellos les hablaban,
les decían, les daban alguna esperanza?
Intendente Pinchao: La única, la única esperanza que nos dieron la
última vez era las últimas pruebas de supervivencia. Yo estoy perdido en el
tiempo. Ya con el tiempo ya no llevaba años, ya no me importaba si era junio,
si era mayo, si era 2005, si era 2006. Había perdido la noción. No me impor-
taba qué fecha fuera. Lo único que me importaba era que algún día llegaría,
y que llegara ese día, no me importaba, sería la libertad. Entonces no tengo
presente con claridad las fechas. Pero las últimas pruebas de supervivencia que
se dieron, cuando fue un periodista de apellido Botero, y que estuvo el Mono
Jojoy, la única esperanza que nos dio fue: esto va para largo, prepárense para
largo tiempo. Y entendemos que durante este Gobierno difícilmente podría
haber un intercambio humanitario.
S. de P.: ¿Y en el Gobierno de Pastrana tampoco?
Intendente Pinchao: Sí, pero, o sea, el Mono Jojoy, o sea, como
voluntad de la guerrilla, o sea, al decirnos eso, entendíamos que la guerrilla
como guerrilla con este Gobierno no negociaría. Entonces nosotros decíamos,
yo decía: después de esas palabras, me imaginaba yo algo personal, no es
compartida la idea ni el pensamiento, yo decía, después de esto, así despejen
lo que pidan despejar, así despejen todo lo que pidan despejar, aún así no hay
acuerdo humanitario.
S. de P.: ¿Y en qué momento juntan este último grupo con el que usted
estaba, de secuestrados? ¿Hace cuánto tiempo y cómo se dio?
Intendente Pinchao: El último grupo que juntamos, hace más o menos,
o sea habíamos 10, y cuando llegan los gringos hace más o menos como diez
meses, yo creo. Como le digo, no tengo claridad de fechas ni de espacio de
tiempo, porque no era mi interés mantener cantidades de tiempo.
S. de P.: ¿Y quiénes son los 13 secuestrados últimos del grupo, con quién
estaba usted hasta el último momento?
Intendente Pinchao: Con los tres gringos, Íngrid Betancur, Luis Eladio
Pérez, un policía de la toma de Larada (Tolima), Castellanos, Armando Gaona
y seis militares, de los cuales había dos oficiales, mi capitán Bermeo y mi
teniente Malagón. Y de suboficiales, el sargento primero Marulanda, el cabo,

332
Volver a empezar

el sargento Amauros Pantoja, el cabo William Pérez Medina, y el cabo José


Miguel Arteaga.
S. de P.: ¿Cómo se encuentran ellos?
Intendente Pinchao: Hay un americano que está enfermo, cuando me
vine estaba enfermo, tenía hepatitis. Hay otros que, como el doctor Luis Eladio,
tienen problemas de diabetes, hay otros que tienen problemas de tensión.
S. de P.: Cuando alguno necesita un médico, ¿permiten que los asista un
médico?
Intendente Pinchao: No, ahí no hay médico, llaman a un enfermero o
enfermera de mucha experiencia. Y él logra, como un brujo, ahí más o menos
adivinando, qué tratamiento se le puede dar a las dolencias que tenga la
persona.
S. de P.: ¿Usted calcula que si un secuestrado se pone tan enfermo, que de
pronto esté ya en peligro de morirse, lo liberarán o lo dejan morir?
Intendente Pinchao: Ya vimos el caso de mi mayor Guevara, que lo
dejaron morir. Entonces yo creo que partiendo de ese hecho, se deduce que lo
dejaron morir.
S. de P.: ¿Usted estaba en ese campamento cuando murió o cuando estaba
enfermo el mayor Guevara?
Intendente Pinchao: No, yo me enteré por la radio que él había muerto.
S. de P.: ¿Qué recuerda de los compañeros de secuestro, de cautiverio?
Intendente Pinchao: De Tom, que me estaba enseñando a hablar
inglés. Pero desafortunadamente se me acabó mi cuaderno y se me acabó
mi esfero, entonces tuve que suspender las clases. Kim me estaba ense-
ñando a conocer cómo es el mecanismo de vuelo del avión, el deshielo
de las alas, el sistema de turbinas. Y Mark iba a retomar las clases inglés
nuevamente conmigo, porque pilló, estaba mirando cómo me conseguía
un cuaderno, estaba pidiendo un cuaderno al comandante de la guerrilla
y un esfero. Son personas agradables. Ya aprendieron ahora el español.
Les estamos enseñando a regatear para los precios en Bogotá, para que
pidan rebaja. Con Íngrid Betancur, es una persona valiente, aguerrida. Luis
Eladio Pérez, el doctor Luis Eladio Pérez, nos la llevábamos bien. Con el
resto de compañeros, con mi capitán Bermeo, es un tipo de carácter. Con
mi teniente Malagón igualmente. Son tipos valientes. Y al igual que el resto
de compañeros.
S. de P.: ¿En algún momento Íngrid Betancur le hizo alguna sugerencia,
le compartió alguna preocupación, algún dolor?

333
Los potros de bárbaros atilas

Intendente Pinchao: ¿De qué tipo?


S. de P.: Personal o político o circunstancias en que están.
Intendente Pinchao: No, hablábamos, hablábamos de muchas cosas. Uno
allá, el hablar de cosas, generalmente los temas que tratamos son tratar las noti-
cias del día. Entonces qué opina uno de determinada noticia. Entonces a veces
se encuentran posiciones, a veces se está de acuerdo, a veces se está en contra.
S. de P.: ¿Ustedes en algún momento tuvieron esperanzas de que hubiese
un operativo de rescate?
Intendente Pinchao: Aunque sabíamos que un operativo de rescate signi-
ficaba prácticamente parte de la muerte de los secuestrados, guardábamos, o
por lo menos yo. No había unidad de criterio en ese aspecto. Pero yo decía: si
hay un rescate, si tengo suerte y salgo vivo, bienvenido sea. Pero si la suerte
mía es morir en ese rescate, por lo menos me queda la esperanza de que mi
familia va a tener la certeza de un cadáver, el descanso de tener un cadáver y
enterrarlo, y no la incertidumbre de un secuestro indefinido.
S. de P.: ¿Quién era el que más se oponía en las conversaciones de ustedes
a la posibilidad de un rescate?
Intendente Pinchao: No, eso cualquiera. Eso incluso había cambios de
posición. Un día uno pensaba que un rescate era bueno, al otro día las personas
pensaban que el rescate era malo, y a los meses volvían y pensaban que era
bueno. Entonces no había una estabilidad en cuanto al criterio.
S. de P.: Y uno que siempre pensara que el rescate era malo, ¿cuál ?
Intendente Pinchao: Cualquiera de ellos.
S. de P.: ¿Y en algún momento sintieron un operativo inminente?
Intendente Pinchao: Sí, en una ocasión que estábamos en un campa-
mento, los helicópteros estaban sobrevolando y nosotros pensábamos que nos
iban a sacar, porque ya era de noche, y lo que hicieron fue rodear el campa-
mento, colocar guardias alrededor del campamento. Nosotros no sabemos con
qué objetivo, si era que pensaban matarnos ese día en caso de que hubiese un
desembarco. Y en otras ocasiones cuando los operativos fueron en el día, sí
lograban sacarnos caminando.
S. de P.: ¿Y ellos les decían que los mataban si había rescate?
Intendente Pinchao: Ellos nos dicen: la misión de nosotros es sacarlos a
ustedes vivos, pero si ya no hay posibilidad de sacarlos vivos, no los dejamos
que los lleven vivos.
S. de P.: Es decir, los matamos, les pegamos un tiro.
Intendente Pinchao: Pues, palabras más, palabras menos, nos mataban.

334
Volver a empezar

S. de P.: ¿Tenían cara como de ser capaces de hacerlo?


Intendente Pinchao: Las cosas no van en la cara, las cosas van en el
corazón. Muchas veces hay personas con caras tan nobles que tienen el alma
tan podrida, y hay gente con la cara tan amarga, que tiene el alma tan dulce.
S. de P.: ¿Usted en algún momento se sintió maltratado como escudo
humano?
Intendente Pinchao: Pero hablamos, por hablar de las caras, pero por el
hecho de ser guerrilleros, se supone que de hecho nos matan, porque el guerri-
llero, tenga la cara amarga o dulce, se sabe que es guerrillero y su misión es la
destrucción y la muerte.
S. de P.: ¿En algún momento se sintió instrumentalizado como escudo
humano para evitar algún ataque, o vio si en algún momento de esos nueve
años, ustedes como secuestrados fueron utilizados como escudos humanos
para evitar algún ataque?
Intendente Pinchao: No, ellos en vez de colocarnos como escudos, lo
que buscan es huir ante un operativo, huir y sacarnos del sitio, colocarnos
fuera del alcance del operativo.
S. de P.: ¿En cuanto a la alimentación y la higiene qué recuerda?
Intendente Pinchao: Hay momentos en que la alimentación escasea.
Es una alimentación a base de arroz, pasta, arroz arveja, arroz fríjol, arroz
lenteja. No hay fruta, no hay legumbres. Rara vez, o sea, en el año, hay dos
veces al año, por decir un ejemplo, como le digo yo no tengo bien cronoló-
gicamente las fechas, que llega platanito, llega repollito, llevan verduritas.
Pero eso dura poquitos días, o sea lo que alcance a comerse en esos días
de verduras. Entonces van a ser unas comidas buenas, de decir 2, 3, 4, 5
días. Pero eso no era constante. La constante es el arroz y la pasta. Bueno,
un componente para cambio de vida, es qué cabecilla guerrillero lo tenga a
uno. Entre más jerarquía tenga el cabecilla guerrillero, se podría decir que
las condiciones son menos, menos dolorosas, porque creo que tienen más
acceso al dinero. Entonces, al tener la posibilidad del dinero, pueden sumi-
nistrar más elementos. Y a medida que van bajando de rango, le van dando
responsabilidad al bajar de rango, ellos por no tener acceso a cantidades de
dinero, entonces igualmente bajan las condiciones.
S. de P.: ¿Y por qué se explica que con los secuestrados más importantes
estén bajando de rango los guerrilleros que los cuidan?
Intendente Pinchao: Porque en un principio se manejaban grupos
grandes. Entonces en el grupo grande puede haber un cabecilla grande para

335
Los potros de bárbaros atilas

cuidar ese grupo, pero al ser necesario dividirlos en pequeños grupos entonces
ya toca por derecha colocar ya mandos de menos jerarquía.
S. de P.: ¿Cada cuánto los movían, y movía el grupo, y cambiaban?
Intendente Pinchao: Yo calculo, calculo, porque como le digo yo no tenía
cronología en ese aspecto. Yo creo que cada tres meses, cada seis meses, no sé.
S. de P.: ¿Movimientos de cuántos kilómetros, más o menos?
Intendente Pinchao: Uno andando en pavimentado, yo no tengo el
concepto de kilómetros andados y en la selva menos, porque no se puede
medir, uno encuentra jungla y jungla y jungla, y no puede definir qué cantidad
de kilómetros se pueda dar.
S. de P.: ¿En algún momento los castigaron?
Intendente Pinchao: Castigos, pues, claro. Pues, por ejemplo, quitarnos
las botas para que andáramos descalzos en el perímetro, el cuadrante que de
todas maneras es pequeño, es lo más reducido que se pueda.
S. de P.: ¿Cuántos metros era el espacio de ustedes?
Intendente Pinchao: En ese tiempo yo creo que eran unos doce metros de
largo, o unos diez por unos ocho, ocho o diez. Un cuadrante como de diez por
diez.
S. de P.: ¿En cerca de alambre?
Intendente Pinchao: Sí, en cerca de alambre.
S. de P.: Y allí había entonces unas hamacas y unos techitos, eso era todo.
¿O sea que ustedes, los once, estaban en diez por doce metros, más o menos?
Intendente Pinchao: Sí, en ese tiempo, en ese tiempo que estuvimos así,
estuvimos diez secuestrados, aún no había llegado el grupo de americanos a
nuestro grupo.
S. de P.: Los castigos. ¿Entonces les quitaban las botas por qué motivo?
Intendente Pinchao: Para evitar que uno se volara con las botas, entonces
las dejan, las dejan en sitios guardadas, y cuando nos íbamos a bañar, que era
un cañito contiguo al alambrado, nos las entregaban para que nos las colo-
cáramos, nos fuéramos y nos bañáramos, y regresáramos, nos secáramos y
las entregáramos nuevamente a ellos para que las colocaran allá afuera a la
custodia de un guardia.
S. de P.: ¿Y eso no traía muchas enfermedades en los pies?
Intendente Pinchao: Sí, claro, obvio, hongos. Y yo tengo hongos, que los
tengo desde el principio. Los tengo desde hace nueve años, y hoy en día no me
los he podido quitar. Voy a ver si en estos días logro quitármelos.
S. de P.: ¿Qué otros castigos recuerda o que hayan aplicado en el cautiverio?

336
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Intendente Pinchao: Amarrarnos, amarrar. Personas por ejemplo que


ellos definen que le van a aplicar un castigo, dejar una persona encadenada
las 24 horas del día, durante, uno, dos, tres, cuatro meses, según ellos definan
cuándo le quiten el castigo.
S. de P.: ¿Al aire libre?
Intendente Pinchao: O sea, amarrados donde duerme, la hamaca, ahí
encadenado a la pata que falta.
S. de P.: ¿Sin movimiento?
Intendente Pinchao: Pues el movimiento que le alcance a permitir la
cadena de lado a lado.
S. de P.: ¿Y algunas veces el mal comportamiento de una persona impli-
caba un castigo colectivo?
Intendente Pinchao: Sí, pero últimamente ya estaban castigando
individual.
S. de P.: ¿A usted?
Intendente Pinchao: En una ocasión creo que tuve un castigo.
S. de P.: ¿Y a Ingrid?
Intendente Pinchao: También ha sido objeto, porque los guerrilleros
son irrespetuosos con ella. Y ella tiene coraje y se hace respetar, y entonces los
guerrilleros toman represalias, y la han mantenido encadenada las 24 horas.
S. de P.: ¿Y a Luis Eladio Pérez?
Intendente Pinchao: También está encadenado. Ahorita estoy pasando
por un momento emocional que simplemente quiero es compartir con mi
familia y compartir con mi institución. Y me voy a tomar mi tiempo para
tomar una decisión acertada.
S. de P.: ¿Cómo es su familia?
Intendente Pinchao: Mi familia son mis padres, mis hermanas, mi hijo.
S. de P.: ¿Conocía a su hijo?
Intendente Pinchao: Hoy conocí a mi hijo.
S. de P.: ¿Cuéntenos un poco de ese hijo y cómo ha sido el desarrollo de
su hijo en este tiempo de cautiverio?
Intendente Pinchao: Mi hijo nació cuando yo estaba en cautiverio, y lo conocí
por medio de un video, cuando era pequeñito, que enviaron cuando teníamos
acceso a correspondencia o fotografías, y después en otras correspondencias. Y
desde ahí quedé desenterado, y me quedé con la imagen de él de como cuando
tenía creo que dos años, tres años, no recuerdo con exactitud. Y hoy lo encontré
el doble de grande. Entonces yo decía que me habían engañado de foto.

337
Los potros de bárbaros atilas

S. de P.: Hablando de niños, ¿se puede decir que hay muchos niños en la
guerrilla reclutados?
Intendente Pinchao: Sí, hemos visto crecer niños, niños que tienen. El
armamento es pistola, porque el fusil les arrastra al suelo. Y los hemos visto
crecer a nuestro lado. Y hoy en día son jóvenes de 17, 18 años, pero cuando
llegamos eran niños de 14, 13, 15 años.
S. de P.: ¿Y tampoco tuvieron relación con ellos, conversaciones?
Intendente Pinchao: No, porque la orden es que ellos no nos hablen.
S. de P.: ¿Lectura les dejaban hacer?
Intendente Pinchao: En un tiempo, cuando estuvimos con un coman-
dante, tuvimos buenos libros. Yo creo que yo me alcancé a leer unos ciento y
pucho de libros. Y aproveché para leerme la Biblia totalmente. En ese tiempo
la leí como texto, mas no como devoción ni nada, sino como texto.
Hoy en día, esa lectura que hice en ese tiempo y después de la experiencia
que tuve, volver a reencontrarme con Dios me ha servido.
Y últimamente, nos habían conseguido 10 libritos, pero unos libros de
bolsillo. Y los leímos. Si fueran 10, leíamos de a tres por día, hasta que un día
ya no teníamos qué leer. Entonces material de lectura no hay desde años.
S. de P.: ¿Usted, como secuestrado de tanto tiempo, cree que en este momento,
por lo que vio, la guerrilla es mas fuerte, es más débil, es más grande?
Intendente Pinchao: No, no es fuerte, pero sí es grande. Es como una
burbuja que con pincharla se desinfla, pero sigue grande, pero no es poderosa.
O sea, tienen buen número de niños reclutados, y ellos han aprovechado para
reclutar muchos niños. Los que les digo han crecido, que han sido nuestros
guardias. Entonces los hace grandes pero no fuertes.
S. de P.: ¿Se nota el desánimo de la guerrilla últimamente?
Intendente Pinchao: Sí hay gente que se le nota, uno le ve la tristeza,
el desánimo en la cara. Esas guerrillas se componen generalmente de raspa-
chines de coca, gente que no tiene otra opción y optan por vincularse.
S. de P.: ¿Qué mensaje enviarías, pues varios mensajes, pero un mensaje
bien importante a quienes siguen en cautiverio?
Intendente Pinchao: Ellos no van a poder recibirlo, porque ellos no
tienen televisión, ni tienen medios.
S. de P.: Si hubiese posibilidad a través de la radio, porque esto también
se va a transmitir por la radio, ¿qué les diría?
Intendente Pinchao: Por la radio, ahí sí ya, pues que tengan esperanzas,
que algún día de alguna u otra forma verán la libertad.

338
Volver a empezar

S. de P.: ¿Ustedes creen que hayan reprimido a ese grupo por la fuga suya?
Intendente Pinchao: Yo creo que pueden haber tomado algunas medidas.
S. de P.: ¿Había la amenaza o simplemente usted se la imagina?
Intendente Pinchao: No, porque en otras ocasiones han tomado medidas
sin explicarnos por qué, y lo más lógico es que pongan algunas medidas.
S. de P.: Después de esta experiencia de nueve años, experiencia tan dura,
tan amarga, ¿qué le diría usted a muchas personas en Europa y en Estados
Unidos que nunca han venido a Colombia, y que creen que la guerrilla es
una guerrilla justiciera y es una guerrilla que está buscando reivindicaciones
políticas en Colombia?
Intendente Pinchao: Yo digo que nadie se reivindica con la libertad,
cortándole la libertad a otra persona. La única reivindicación de un grupo son
las ideas, ideas claras, no ideas torcidas como quitarles la libertad y la vida a
las personas.
Después de estos nueve años, volver a empezar la vida, no sé, definir,
seguir en mi institución, definir, rehacer mi familia nuevamente, compartir
con ellos. No digo lo que no compartí, porque lo que no compartí ya está
perdido, sino compartir lo que queda de ahí para arriba. Vivir lo que queda de
aquí para arriba, porque lo que se perdió ya está perdido.

Fuente: Secretaría de Prensa, Presidencia de la República de Colombia, mayo de 2007,


publicación en cuadernillo.

339
MALTRATO DE LAS FARC A SECUESTRADOS
ES COMPARABLE A CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZIS
Servicio de Noticias del Estado (SNE)

El Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, comparó este sábado


los campamentos de secuestrados de la Farc, con los campos de concentración
utilizados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
En el marco del Consejo Comunitario realizado en San Agustín (Huila), el
Mandatario rechazó el tratamiento indigno que reciben todos los colombianos
que son privados de su libertad. Destacó que la comunidad internacional debe
conocer las atrocidades a las que son sujetos.
“Ese encadenamiento, ese maltrato de estos bandidos de la Farc a los
secuestrados sólo es comparable con esos campos de concentración de los
nazis”, aseguró.
Uribe recordó el relato que le hizo el Intendente de la Policía Nacional
John Frank Pinchao, el pasado miércoles, tras terminar un largo secuestro de
cerca de 9 años en manos de las guerrillas de las Farc.
“Nos narraba en la Presidencia que hubo muchos días en los cuales los some-
tían a castigos tortuosos y muchos días en los cuales la comida eran tres cucha-
radas al día, y una mezcla de una yuca de la selva con frutas, tres cucharadas al día.
Él llegó en una situación de desnutrición muy preocupante”, contó el Presidente.
Reiteró el compromiso adquirido durante la ceremonia de ascenso del General
Oscar Naranjo como nuevo director de la Policía, de derrotar a las guerrillas.
“Aquí nos tenemos que dar cuenta que no le podemos volver a intentar
entregar el país a la Farc. Que hay que seguir es en el camino de derrotarlos y
eso necesita toda la determinación y toda la perseverancia”, advirtió.
Concluyó además que “esos bandidos torturan a la gente, la mantienen
encadenada, la hacen morir de hambre y enseguida aparecen en páginas de
internet. Es como si Hitler hoy tuviera página de internet. Yo no creo que
Europa le volvería a entregar a Hitler terrenos de ese continente”.

San Agustín (Huila), 19 mayo de 2007. (SNE)


Fuente: SNE, 19 de mayo de 2007

341
VIUDA DE EMPRESARIO QUE MURIÓ EL JUEVES PASADO
EN FALLIDO RESCATE DEFIENDE LA ACCIÓN MILITAR
Fernando Umaña Mejía, El Tiempo

Incluso, María Matilde Londoño agradeció a las Fuerzas Armadas y al


ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, por intentar devolverle la libertad a
su marido, Diego Mejía Isaza.
El empresario Mejía Isaza quedó herido en el intercambio de disparos
que se produjo cuando un grupo de agentes del Gaula del Ejército de Cundi-
namarca intentó arrebatárselos a los subversivos en una agreste zona del norte
de Caldas. Recibió un disparo en el pecho y murió cuando lo subían al heli-
cóptero que lo sacaría de la zona.
“Así está bien, firme”, le dijo una amiga que le arregló el peinado. Y
firme se mantiene la viuda al defender el rescate militar de los secuestrados.
“La vida de mi esposo se fue, pero las de otros que le hicieron mucho
daño al país también se fueron (en la operación murieron cuatro guerrilleros,
entre ellos alias Fabio, uno de los jefes del frente 47 de las Farc). Espero que
esto sirva para algo”, decía Doña María.
“Diego no se pudo salvar porque Dios así lo dispuso. Los resultados
no fueron los que hubiéramos querido, pero ante la disposición de Dios, no
podemos hacer nada. El Ejército cumplió su deber” –así entiende la viuda lo
que pasó, y lo manifestaba mientras le daban el pésame–.
En el operativo en el que perdió la vida su esposo también murieron el
soldado Édgar Fonseca Gómez y quedó gravemente herido el soldado Baudilio
Peña Castillo.
Los rescates militares son el camino que debe seguir el Gobierno y el que
debemos aceptar los colombianos. Doña María, se declara también, de manera
decidida, en contra del intercambio humanitario.
No tienen por qué salir (de la cárcel) unas personas (guerrilleros) que le
hacen tanto daño a la comunidad por querer que salgan otras que sí gozan de
nuestro aprecio. Ese no es el camino.
Aunque el precio que haya que pagar por una rescate sea el dolor que ella
está sufriendo, su convicción es fuerte.

343
Los potros de bárbaros atilas

“Apoyo ciento por ciento al Presidente en lo que está haciendo. Por Diego
sufrimos dos meses y medio. Él se fue para el cielo y se acabó el sufrimiento;
ya tenemos su cuerpo aquí.
”Me siento en ventaja frente a las familias de los diputados del Valle.
Esperaron cinco años y ahora están luchando para que siquiera les devuelvan
los cadáveres”.
María Matilde Londoño hizo todo lo posible ayer para que de sus ojos verdes
no cayeran lágrimas mientras recibía el abrazo de familiares y amigos que la
acompañaron en la velación de su esposo. Esperan a sus hijas para sepultarlo.
Las exequias del empresario caldense serán hoy a las 10 de la mañana en
Jardines de la Esperanza, en Manizales.
María Matilde Londoño espera hoy a las dos hijas que tuvo con el empre-
sario, María José y Cristina, quienes viven en el exterior, para despedir a su
esposo y padre.
La Gobernación de Caldas, en cabeza de Emilio Echeverri Mejía, emitió
un comunicado para deplorar la muerte del manizaleño de 55 años, por cuya
liberación las Farc exigían 5.000 millones de pesos.
“Duele registrar la muerte de un gran ciudadano de bien, pero se acepta
con resignación cristiana, con la esperanza de avanzar en pro de la paz”,
expresa el comunicado.
Fernando Umaña Mejía

Fuente: El Tiempo, 14 de julio de 2007

344
COMUNICADO A PROPÓSITO DE LA MUERTE
DE LOS DIPUTADOS
Presidencia de la República

El Gobierno Nacional acusa al grupo terrorista de las Farc del asesinato


de los diputados vallecaucanos, cuya muerte ha sido reportada por la misma
organización criminal.
1. Para el Gobierno la liberación de los secuestrados ha sido prioritaria.
2. Cuando se intentó el rescate del ex Ministro Gilberto Echeverri,
del Gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria y de sus compañeros de
cautiverio, las Farc los asesinaron a casi todos, en condiciones de inde-
fensión, tirados en el suelo, sin entrar en combate con el Ejército que no
había llegado. Cuando se escucharon helicópteros militares, expresaron al
Presidente de la República los sobrevivientes, los bandidos abandonaron el
cambuche, como los soldados no llegaban entonces regresaron y asesinaron
a los secuestrados.
3. Desde ese día, el Gobierno tomó la decisión de informar previamente
a las familias del grupo de secuestrados, sobre cualquier operación militar de
rescate, que no implica pedir permiso para proceder a cumplir con el deber
Constitucional. En efecto, Don Alberto Araujo Merlano, padre del Canciller
Fernando Araujo, fue informado con antelación sobre la operación de rescate,
tanto por el Ministro de Defensa como por el Presidente de la República.
4. El Gobierno y la Fuerza Pública habían acordado que al localizar el
lugar de cautiverio de los secuestrados, antes de lanzar una operación de
rescate, esta sería rigurosamente estudiada y necesitaría autorización especí-
fica, o se consideraría la opción de bloquear la zona y exigir a través de institu-
ciones nacionales y la comunidad internacional que los terroristas procedieran
a liberar a los secuestrados.
5. El Gobierno no había informado a las familias sobre operación de
rescate, porque ninguna operación estaba en marcha ya que no se tenía la
ubicación del lugar del cautiverio.
6. El Gobierno también ha expresado a los Gobiernos de Estados Unidos
y Francia, a los Presidentes George W. Bush y Nicolás Sarkozy, que en el

345
Los potros de bárbaros atilas

evento de localizar la ubicación de los secuestrados Íngrid Betancourt y los


tres ciudadanos estadounidenses, antes de lanzar el operativo de rescate se
informaría a esos Gobiernos y serían escuchados. No han sido informados
porque no ha habido localización del sitio de cautiverio.
7. Los emisarios europeos, que autorizados por el Gobierno nacional
buscan el acuerdo humanitario, tuvieron reunión con el terrorista de la Farc
Rául Reyes durante la tercera semana de Junio del presente año. Los dele-
gados de los 3 países europeos, Francia, España y Suiza, habían programado
reunión de evaluación mañana en Ginebra, que está vigente.
8. Los diputados habrían sido asesinados por las Farc, vilmente. La Fuerza
Pública no estaba en operativo de rescate porque no había sitio de ubicación.
9. El Ministerio de Defensa tiene los siguientes registros operativos: El
día 18 de Junio no hubo combates en los departamentos de Cauca y Valle
del Cauca. Ese día hubo un combate en San Pablo, Puerres, Nariño, contra
el frente 48 de las Farc, sin resultados. También se dio un intercambio de
disparos entre un helicóptero de la Fuerza Aérea que apoyaba la reparación
del oleoducto Transandino entre Nariño y Putumayo, y terroristas en tierra.
El 17 de Junio hubo un combate en Magüí Payán, Nariño, fue dado de baja
un terrorista de las Farc, recuperada el arma y también dos morteros de 81
milímetros de fabricación artesanal. El 18 de Junio en el mismo municipio
nariñense se dio un hostigamiento contra la Fuerza Pública, sin consecuen-
cias. El 19 de Junio hubo un combate en La Victoria, Cauca, fueron dados de
baja 4 terroristas de las Farc, recuperados 2 fusiles, armas cortas y granadas.
El mismo día 19 de Junio, hubo combate en el río Magüí, Nariño, no hubo
bajas y se incautaron 5 granadas de 81 milímetros, 740 cartuchos y 26 equipos
de campaña. Repito: el 18 de Junio no hubo combates en los departamentos
de Cauca y Valle del Cauca.
10. El asesinato de todos los secuestrados, sin sobrevivientes, salvo uno
que estaría por fuera del grupo, muestra premeditación criminal que se quiere
confundir con fuego cruzado con la Fuerza Pública, fuego cruzado que no
existió. La muerte de los secuestrados, sin bajas guerrilleras, sin soldados asesi-
nados ni heridos, muestra que no hubo fuego cruzado, que los terroristas de las
Farc quieren ocultar el crimen de lesa humanidad que habrían perpetrado.
11. Las Farc practican el asesinato de los secuestrados y la mentira de
atribuir el hecho a un combate con la fuerza pública. Basta recordar que asesi-
naron a Helmut Bickenbach y a su señora Doris Gil a quienes tenían secues-
trados, y dijeron que el hecho se produjo durante el intento de rescate, intento

346
Comunicado del Presidente de la República a propósito de la muerte de los diputados

de rescate que no se dio porque la Fuerza Pública estaba a más de un día de


camino. Hay muchos casos semejantes de colombianos y extranjeros asesi-
nados por las Farc en idénticas circunstancias.
12. Es evidente el propósito criminal y de ocultamiento de las Farc. El
comunicado de esta organización terrorista habla de un grupo militar sin iden-
tificar, lo que es inusual en este grupo terrorista. El comunicado de esta orga-
nización terrorista no da ubicación del sitio del asesinato ni informa sobre
los cadáveres. El comunicado de esta organización terrorista de las Farc, es
fechado el 23 de Junio cuando los hechos habrían ocurrido el 18 de Junio, y
solamente es difundido al amanecer de hoy, 28 de Junio.
13. El Gobierno no ha recibido informe alguno de ciudadanos o de fuente
diferente, sobre un posible combate en el que hubieran muerto 11 diputados. La
gravedad del hecho habría impedido que pasara desapercibido durante 10 días.
14. Las Farc buscan cobardemente ocultar su responsabilidad en un
crimen de lesa humanidad, que hace víctimas a civiles indefensos secues-
trados por el terrorismo.
15. Pedimos apoyo a la comunidad internacional para buscar los cadá-
veres y al hallarlos solicitaremos una comisión forense internacional que le
explique al mundo las circunstancias de este crimen atroz.
16. El Gobierno no acepta el chantaje, no aceptará zonas de despeje, no
liberará guerrilleros para que regresen a las Farc a asesinar y a secuestrar.
17. Pedimos a la comunidad internacional condenar con toda fortaleza al
grupo terrorista de las Farc.
18. En medio del dolor por las víctimas y sus familias, apelamos al apoyo
del pueblo que ha sido el pilar de la Seguridad Democrática.

28 de junio de 2007
Fuente: http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2007/junio/28/01282007.htm

347
Intervención y rueda de prensa
A PROPÓSITO DEL INFORME DE LA COMISIÓN FORENSE
INTERNACIONAL DE LA OEA
SOBRE LA INVESTIGACIÓN POR MUERTE DE DIPUTADOS
QUE ESTABAN EN PODER DE LAS FARC
Luis Carlos Restrepo Ramírez

Hemos conocido hoy de parte del Secretario General de la OEA el informe


presentado por la Comisión Forense Internacional sobre los hechos relacio-
nados con la muerte de los diputados que estaban en poder de las Farc.
Les hemos agradecido al Secretario General de la OEA y al presidente de
la Comisión Forense Internacional la labor que han adelantado. Igualmente,
después de la presentación que ha hecho el Secretario General de la OEA en
la tarde de hoy, el Embajador Camilo Ospina ha expresado públicamente su
agradecimiento a la organización.
Nos duele llegar ya a esta fase de constatación sobre las circunstancias
que rodearon la muerte de los diputados. Con todo el sentimiento de solida-
ridad hacía las familias tenemos que reconocer el día de hoy que se trató de
una masacre.
Los hechos presentados por la Comisión Forense Internacional muestran que
los diputados tienen múltiples impactos de bala, algunos de ellos entre diez y quince
impactos de bala en sus cuerpos, con diferentes tipos de armas, hay municiones
al menos de dos tipos de calibre y en dos casos hay evidencia de que los disparos
se hicieron a corta distancia. Dos de las muertes se produjeron por disparos en la
cabeza y las otras muertes por disparos en diferentes partes del cuerpo.
Con dolor igualmente tenemos que constatar que algunos de los disparos
fueron hechos cuando, al parecer, las víctimas se encontraban en el suelo. Son
disparos que entran por la parte baja del cuerpo, por los genitales y ascienden
hacía el tórax, lo cual por supuesto muestra algún grado de sevicia al momento
de dispararles a estos hombres que se encontraban indefensos.
Para nosotros resulta claro, la directa responsabilidad de las Farc en este
delito. La Comisión Forense ha logrado identificar plenamente los cadáveres,
como ya lo había hecho también la Fiscalía y ha constatado con claridad que
se trató de un homicidio, que se trató de una acción violenta. Sin embargo, no

349
Los potros de bárbaros atilas

ha podido dar detalles sobre las circunstancias en que se produjo la muerte,


básicamente porque la Comisión Forense Internacional no tuvo acceso al sitio
donde se produjeron los hechos.
Es lamentable que hasta el presente no se nos haya entregado esa infor-
mación, sería muy importante, por supuesto, poder avanzar en esa investiga-
ción, sin embargo la Comisión Forense no tuvo acceso al sitio de los hechos y
constata que los cadáveres fueron manipulados.
Los cadáveres fueron lavados, con lo que desaparecieron muchas eviden-
cias y vestidos con ropas que no portaban el día de los hechos, el día de la
masacre, esto dificultó, por supuesto, determinar las circunstancias del crimen.
Sin embargo, para el Gobierno es claro, por las informaciones de inte-
ligencia a las que ha tenido acceso desde el momento en que sucedieron los
hechos, que la responsabilidad directa recae en las Farc, y por supuesto es este
grupo el que tendrá que responder ante el país por estos hechos tan dolorosos.
Nuevamente a los familiares de los diputados nuestras condolencias,
nuestro acompañamiento, seguiremos haciendo esfuerzos por la liberación de
las demás personas que están en poder de las Farc, y por parte del Gobierno
Colombiano seguiremos dando todo el apoyo a las autoridades judiciales del
país para que establezcan la plena responsabilidad de quienes ejecutaron este
horrendo crimen.
Se les va a entregar a Ustedes (periodistas) el informe, en su versión
original, también será publicado en la página web. Nosotros queremos actuar
con la mayor transparencia.
Periodista: En el informe del doctor Camilo Ospina dice: ¿imagínense
qué pasó? a propósito de los disparos que entran por la parte baja y salen
por la parte alta de los cuerpos. Me diera la impresión de alguna manera
que estuvieran colgados, por lo que dice él, no lo sé, pero da a entender eso.
¿A usted le queda esa sensación, porque es que pegar un tiro en el suelo es
como raro?
Alto Comisionado para la Paz: Por el análisis que nosotros hacemos lo
que indica es que estas personas que recibieron estos disparos, que ingresaron
por la parte baja, por la parte genital y ascendieron hacía el tórax, estaban en el
suelo y probablemente se estaban tratando de proteger levantando sus piernas.
Eso más bien lo que demuestra es que se actuó con sevicia al momento
de eliminar a estos diputados, a estos ciudadanos servidores de la Patria, que
terminaron en poder de las Farc cautivos durante muchos años y después
asesinados por ellos.

350
A propósito del informe de la Comisión Forense Internacional de la OEA

Periodista: ¿Implica que como fue una masacre, cometida según sus pala-
bras con sevicia, que el Gobierno colombiano podría demandar a nivel interna-
cional a las Farc, o qué va a pasar des pues de este informe?
Alto Comisionado para la Paz: Este informe básicamente da validez a
las acciones adelantadas por los forenses nacionales. La Comisión Forense
Internacional con este informe da fe de la transparencia con la que se actuó y
básicamente con la que actuaron los forenses nacionales.
Ya todas estas pruebas en manos de Medicina legal y de la Fiscalía
deben vincularse al proceso y serán, por supuesto, las autoridades judi-
ciales colombianas las que finalmente determinen cómo acontecieron
estos hechos.
Nosotros hemos insistido en que informaciones de inteligencia, desde el
primer momento, nos han mostrado que hubo una responsabilidad por parte de
las Farc, que la persona que por parte de las Farc dio la orden de asesinarlos,
y que muy probablemente esto sucedió en medio de un enfrentamiento de dos
estructuras de las Farc, del frente 29 y del frente 60.
El frente 60 que tenía a los diputados en su poder y el frente 29 que opera
en el norte de Nariño.
Todo parece indicar que el frente 60 estaba trasladando a los diputados
por este territorio y cuando se da el encuentro de las dos estructuras, en un
momento de locura y de paranoia, el hombre de las Farc que está al mando del
frente 60 da la orden de asesinar a los diputados, y este es el resultado final.
Estas pruebas, pues, en su momento fueron presentadas por el señor
director del DAS y son consistentes con las informaciones de inteligencia que
ha recibido el Gobierno.
Hoy, pues, ya nos dan más detalles de la forma como fueron asesinados
los diputados y queda totalmente claro que fue una masacre. Hay impactos
de bala desde diferentes ángulos y en diferentes posiciones del cuerpo y, por
supuesto, hubo una clara manipulación de los cadáveres por parte de las Farc,
lo cual imposibilitó que la Comisión Forense Internacional pudiera avanzar en
más detalles ya sobre los hechos que rodearon el homicidio.
Pero todo hasta el día de hoy, pues, es congruente con lo que el Gobierno
ha dicho desde el primer momento y es que aquí se dio una masacre y que de
esta masacre los únicos responsables son las Farc.
Este es un nuevo hecho lamentable que causa dolor a la Nación y que por
nuestra parte nos reafirma en nuestra voluntad de seguir buscando la libera-
ción de los secuestrados y la paz de este país.

351
Los potros de bárbaros atilas

Periodista: Comisionado, algunos familiares de los diputados que


murieron en manos de las Farc están diciendo que van a demandar ante orga-
nismo internacionales al Estado. ¿Qué dice el Gobierno al respecto?
Alto Comisionado para la Paz: Bueno, nosotros, ante todo respetamos
a los familiares de los diputados muertos y hacia ellos solo tenemos senti-
mientos de solidaridad, y las acciones que ellos adelanten como ciudadanos
dentro del marco de la ley merecen igual todo nuestro respeto.
Debe quedar claro, sin embargo, que está plenamente activa la juris-
dicción penal colombiana. Aquí no ha habido ninguna restricción para que
las autoridades judiciales colombianas avancen en el esclarecimiento de los
hechos y en el establecimiento de los responsables.
Entonces, en primera instancia, por nuestras leyes, corresponde a las
autoridades judiciales colombianas pronunciarse sobre estos hechos y, por
supuesto, determinar quiénes son los responsables, y buscar no solamente el
castigo de ellos, sino la adecuada reparación a los familiares de las víctimas.
Periodista: Usted ha dicho que se trató de una masacre. ¿Qué pasó
con el otro? Eran 12 diputados…Con el que se salvó. Y también, ha dicho
la OEA que hay muchas cosas que no se pueden resolver. ¿Sin embargo, el
Gobierno colombiano va a pedir que haya una nueva revisión del caso, que
se vuelva a la zona de la supuesta masacre para tener más claridad sobre el
hecho?
Alto Comisionado para la Paz: Las informaciones de inteligencia que
hemos tenido desde el momento de los hechos indican que los diputados
habían sido agrupados, al parecer, para trasladarlos de un sitio a otro, y que
todo parece indicar que uno de ellos se quedó rezagado, se quedó, dijéramos,
distante del grupo, tal vez porque no podía avanzar con la misma rapidez que
los demás, y cuando se presentaron estos hechos él no estaba con el resto del
grupo de diputados.
Eso es lo que nosotros hemos podido construir como hipótesis, sin que
tengamos por supuesto la última palabra. Pero, a partir de la información reco-
gida, todo parece indicar que a ellos los habían agrupado y que el diputado
que no estaba dentro de este grupo pues había quedado separado, más bien
por razones de locomoción, porque, o venía más lento o venía con otro grupo
y todavía no se había integrado. Es decir, algo relacionado con el movimiento
del grupo, y por este motivo no estaba cuando fueron masacrados los demás.
Los demás estaban juntos, y vuelvo e insisto, todo parece indicar que los
estaban trasladando.

352
A propósito del informe de la Comisión Forense Internacional de la OEA

Los hechos habrían sucedido en el norte de Nariño, hacia el departamento


del Cauca. Todo indica que estos hechos habrían sucedido por una zona que se
llama Sanabria, en el norte de Nariño y hacia la bota caucana, y que después
habría habido una manipulación de los cuerpos por parte de las Farc para su
ubicación definitiva en el sitio donde fueron encontrados.
Nosotros hasta ahora no nos hemos limitado en lo investigativo. Las pruebas
que ha tenido el Gobierno han sido entregadas a las autoridades correspon-
dientes, como hizo el señor director del DAS en su momento y, por supuesto, si
pudiéramos tener acceso al sitio donde fueron exhumados los cadáveres, pues
también allí se practicarían las pruebas judiciales correspondientes.
Creemos muy importante, es decir, que toda esa información se nos
entregue y que las autoridades judiciales puedan cumplir su labor.
El Gobierno, para facilitar la entrega de los cadáveres por parte de las Farc
permitió al CICR y al doctor Álvaro Leyva adelantar esta gestión humanitaria.
Pero ya después de que los cadáveres han sido entregados, sí valoraríamos
mucho la posibilidad de llegar hasta el sitio y que las autoridades judiciales
pudieran practicar, sin ningún tipo de restricción las pruebas correspondientes.
Para que no haya más hipótesis, más rumores, para que realmente se esta-
blezca con claridad, desde el punto de vista judicial, lo que aconteció.
Nosotros tenemos la certeza, la íntima convicción de que la responsabi-
lidad recae únicamente en las Farc y que, por supuesto, fueron ellos los que en
un acto demencial, en un acto de locura, dieron muerte a los diputados en esta
terrible y dolorosa masacre.
Esperamos que la justicia, por supuesto, esclarezca los hechos y por
nuestra parte seguiremos haciendo esfuerzos por la liberación de los demás
secuestrados para consolidar la paz del país.
Muy amables, muchas gracias.
Casa de Nariño

14 de septiembre de 2007
Fuente:http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/noticias/2007/septiembre/sep_14_07a.htm

353
CARTA DEL CAPITÁN LUIS MENDIETA A SUS FAMILIARES*

Señora María Teresa Paredes, José Luís, Jenny, señor Alfredo Mendieta,
señora María Agüeda Ovalle, hermanas, hermanos, señor José Israel Paredes,
Señora Aura Ardila, Olga, Hilda, Johanita, Alex, Carlos, José, Ricardo, Rossy
Luz, William, Oscar, Flor, Alejandra, Hugo, Carmenza, Diana, José Alfredo,
Alfredo, Blanca, Javier, Carolina, Daniela, María A., Guillermo, Sofía,
Mónica, Vanessa, Cristian, Yolanda, Jonathan, Roberto, Pilar, Angie, Rover
Jovany y Diego:
Gracias a Dios en esta carrera contra el tiempo puedo escribir otras líneas,
porque es difícil saber en que momento recogen esta correspondencia. Es la
carta número 6, en la cual les voy a contar sobre mí. Inicio con la despedida que
le dimos a Marlen hace 6 años y medio, quien llevó la última correspondencia
escrita. En ese entonces compartimos cautiverio 28 integrantes de la fuerza
pública. A los pocos días llegó Alan Jara, ex gobernador del Meta. Posterior-
mente llegó el Dr. Orlando Beltrán, parlamentario, después la Representante a
la Cámara Consuelo González. Con ellos compartimos varios meses. Antes de
seguir debo dar las gracias a todos los que me escribieron y enviaron detalles
con Marlen. Todo lo recibí. También en los días siguientes contesté todas las
cartas, pero ellas quedaron en lo profundo de la selva, porque no fue posible que
salieran; además, muchas tarjetas de cumpleaños, de amor y amistad, de día de
la madre, etc. A María A. mi agradecimiento por el enlatado de pulpa, que fue
el último que consumí, Lo hice con motivo de mi cumpleaños al año siguiente.
Ese fue el banquete especial, lo disfruté mucho y degusté lentamente.
Continúo… en ese diciembre, Jorge Enrique Botero me hizo la entrevista
para televisión y que todos pudieron observar y conocer, pero no permitieron
dar información de los 3 políticos mencionados.
Ese fin de semana, logramos compartir los 31 un lugar común, e hicimos
actividades de integración a pesar de las mallas y alambradas, a la manera de
los cautivos pudimos pasar las fechas de fin de año.
En enero, por incidentes propiciados o debido al mal estado mental
del cabo Peña conmigo y otros, él fue sacado del lugar común y llevado
no sabemos a dónde, dijeron que le iban a realizar un tratamiento psiquiá-

355
Los potros de bárbaros atilas

trico, pero desde esa fecha no sabemos de él, a pesar de las constantes
preguntas por su situación. En ese mismo mes llegó al sitio de cautiverio
el Dr. Gechen y la señora Gloria de Lozada. Con ellos compartimos varios
meses, después fuimos separados. En un lugar cercano quedamos 27 de la
fuerza pública y Alan. En otro sitio quedaron 10 porque allí quedaron las
dos damas, el senador y parlamentario, allí también vimos a Ingrid, Clara,
senador Pérez y los 3 norteamericanos. Vimos que Clara estaba embarazada
y a los pocos meses tuvo en condiciones infrahumanas en la selva a su hijo,
a quien llamó Emmanuel. Días después en dos o tres oportunidades, algunos
pudimos alzar el niño, porque lo llevaron a nuestro sitio, porque hombres
especiales de la fuerza pública que elaborarán cosas y costuras le hicieron,
ropita, zapaticos, algunos juguetitos, morralito y muchas otras cositas,
entonces a medida que crecía lo llevaban para que le tomaran medidas y
pudieran elaborarle la ropa, zapatos y elementos diferentes, en esta labor se
destacaron por su ingenio y creatividad, Buitrago, Durán, Duarte, Moreno,
Amaón, Bermeo, Salcedo, Donato y Beltrán, quienes poseen habilidades
especiales para estas labores. Lo confeccionado fue hecho con materiales
reciclados que cada uno tenía, es decir ropa de segunda mano y otros
elementos que fueron suministrados.
Alan se destacó por su colaboración, integración desde el primer
momento con nosotros y con sus charlas, debido a la experiencia académica
obtenida en Rusia, por sus viajes con muchas dificultades y limitaciones
a decenas de países, por su trabajo político en el Meta tenía innumerables
historias que contar y compartir; por eso siempre lo escuchábamos cuando
narraba tantas experiencias, dificultades, problemas, incidentes que le
ocurrieron mientras estudió y durante los viajes, las formas de trabajo que le
tocó hacer para poder viajar y conocer el mundo sin dinero, pero con deseos
de salir adelante. Una de las anécdotas, quien lo creyera, ¡Quién lo creyera,
Alan aguantó hambre en Rusia!
Los relatos extensos sobre todas esas situaciones era tema día y noche,
como Alan había estado recientemente en Estados Unidos durante 3 meses
estudiando ingles y con la ayuda de dos libritos de ingles que llegaron en las
pruebas que trajo Marlen y con el folleto que me envió Johanita, iniciamos
una especie de clase 1 hora diaria cuando se podía y las condiciones eran
favorables, éramos pocos, pero a los días se inició una larga travesía por la
selva debido a los problemas de orden público; fuimos de nuevo encade-
nados, separados en grupos pequeños, y en oportunidades en los descansos

356
Carta del Capitán Mendieta

nos veíamos en el camino en esos senderos y por problemas de salud comunes


pude saludar a Ingrid, Clara, el Dr Pérez y los 3 americanos.
A medida que pasaban los días y el viaje inclemente a pie, algunos
fuimos enfermando. Así ocurrió con Ingrid, Malagón, Güevara, y yo. Nos
transportaban en hamacas, las cuales estaban atadas a un palo que hacía las
veces de camilla. Pero les cuento lo mío comenzó con dolores en las piernas,
huesos y articulaciones. Por las caminatas, se me inflamaron los pies, al inicio
de la enfermedad caminaba con un palo que hacía las veces de bastón. Las
marchas seguían y yo continuaba desmejorando, cojeaba, después me tocó
caminar con la ayuda de dos horquetas que hacían las veces de muletas…
que viajes tan penosos, por las dificultades de la selva, la lluvia y los bichos,
hasta que una noche llegué a un sitio y ya al otro día no pude levantarme a
caminar, pero como la marcha debía seguir, entonces me o nos transportaban
en las condiciones que mencioné anteriormente en la enfermedad, entonces
pude saludar y hablar fugazmente con Íngrid estando en “camillas”.
Así continuaron pasando los días hasta que un día nos separaron a
todos, finalmente hicieron varios grupos y en el nuestro quedamos diez: el
doctor Gechen, la señora Gloria, el doctor Orlando Beltrán, Consuelo, Alan,
Donato, Murillo, Clara, Delgado y yo. (Esta carta la inicié ayer pero la luz
solar se acabó y desafortunadamente se dañó. Entonces hoy por la mañana
la inicié, pero llueve y no hay plena luz del día, entonces Dios permita todo
mejore y pueda continuar este relato).
Los diez continuamos ese peregrinar hasta que llegamos a un sitio
donde permanecimos varios días y pude iniciar mi recuperación, ¿qué me
pasó?, pienso que algunos vasos sanguíneos de las piernas se afectaron, la
sangre se irrigó por las piernas, estas tomaron un color oscuro, casi negro…
temí lo peor, pero a Dios gracias me aplicaron una antitetánica, días después
me aplicaron 10 inyecciones de penicilina de 5 millones de unidades y poco
a poco fui iniciando mi recuperación. Como es lógico por la enfermedad
me quitaron la cadena con candado del cuello, pero resulta que mis “cosas
personales” ellos tenían que transportarlas y de un día para otro todo desapa-
reció, es decir quede sin nada, únicamente con lo que llevaba puesto, afor-
tunadamente a comienzo del viacrucis, Delgado se ofreció colaborarme con
cargar el paquetico donde guardo las fotos, a Dios gracias eso se salvo,
posteriormente entregaron la chaqueta de la sudadera azul que me envió
María A, todavía la conservo y prácticamente es mi pijama. Delgado me
colaboró dándome dos calzoncillos, una sabana y una toalla, Murillo me dio

357
Los potros de bárbaros atilas

una pantaloneta para la noche, Donato me prestó un pantalón, Consuelito


una camiseta y la señora Gloria un par de medias, con todo esto se inició
otra etapa en este peregrinar, días después trajeron alguna ropa para todos,
entonces puede devolver la camiseta y el pantalón prestado y tratar de llevar
el día a día con esa ropa. Alan me regaló papel higiénico, Murillo me dio unos
días crema dental, pero dure 3 semanas después cepillandome los dientes con
sólo agua, porque no había crema dental por lo contado, y los compañeros
tenían poca crema, entonces me daba pena pedirles. ¿Cuanto duró la enfer-
medad? no tengo claras las semanas pero lo más aproximado son 5 semanas
sin poder caminar. Los viajes en hamaca penoso por el cruce de ríos, terrenos
difíciles, pantanos etc, los sitios donde me dejaban, llegaban bichos de dife-
rentes clases, moscas, mosquitos, tábanos, zancudos, mostacilla, hormigas
de diversos colores y tamaños, arañas, abejas de deferentes clases, avispas
de diferentes tamaños, espante y espante con la mano. Me tocaba arrastrarme
por el barro para mis necesidades, únicamente con la ayuda de mis brazos
porque no podía levantarme, cuando se inició el tratamiento, también me
hicieron un masaje en las piernas con Yodora desodorante en crema y como
un niño comencé de nuevo al principio a tratar de hacer solos, después unos
pasos con palos, mejor horquetas, que parecían muletas, así pude ir al baño
personal, después con un palo estribo bastón, después hasta que pude volver
a caminar lentamente, a Dios gracias estábamos cerca a una quebrada allí
pude hacer terapias en las piernas con el agua haciendo ejercicio como tratar
de patalear cuando se nada, así me fui recuperando poco a poco, estando
en esa limitación se presentó un incidente de malos entendidos en el grupo,
entonces por gestión de alguien me volvieron a colocar cadenas al cuello,
atado a un palo cuando hasta ahora empezaba la convalecencia. Pienso que
mi Dios es muy grande y creo que en ese tiempo ustedes oraban mucho,
gracias a sus rezos y no se que más salí adelante de esa enfermedad parcial-
mente. En esos días escuche por “carrilera” un mensaje de Carmenza, donde
dijo que Noticias 1 y el Tiempo, informaban de mi muerte en un bombardeo,
creo que ustedes oraron más y el resultado fue mi recuperación. A los días
desafortunadamente me pico “el pito” y me salieron 7 llagas en el cuerpo
que dejaron algunas cicatrices.
Me aplicaron 38 inyecciones de glucamtil en los días posteriores y logre
sanarme de esa otra enfermedad parasitaria. Diría que mi salud en este cauti-
verio duro 6 años, de ahí en adelante mis quebrantos en mi estado de salud
han seguido. En los meses siguientes otras caminatas ya no de semanas si no

358
Carta del Capitán Mendieta

de días, otros sitios donde hemos vivido, cantidad de inconvenientes e inci-


dentes entre nosotros, represalias de la guerrilla, varias, limitándonos cosas,
espacios, medios, etc, difícil repartir cada cosa que llega o nos entregan,
en estos meses dos veces me ha dado paludismo, una de ellas me duro 20
días, los cuales estuve en cama, mucha droga, por fin me recupere pero de
ahí en adelante, no se si por la droga o qué? es decir hace más de un año y
medio me ha dado un dolor en el pecho, al lado o no se, en el corazón, es
una picada que en días duele, otros días menos, en los primeros meses de ese
mal, Donato y Murillo me hicieron ventosas con vela, moneda y frasco pero
no pasó, después el enfermero siguió diciendo que eso era frío y vientos,
por lo tanto él y Consuelo con papel periódico u envolturas del papel higié-
nico me han hecho ventosas por el oído, pero el dolor vuelve, después pedí
cardio-aspirina, consumí unas 20 pero como el dolor seguía las deje, hoy
en día trato de controlar el dolor con crema Voltaren, pero especialmente
haciendo respiraciones y caminando alrededor de nuestro sitio con Alan a
veces 20, 30, 40, 50 minutos o una hora, según clima y otros factores, esto
me ha servido u ahí lo llevo controlado, en embargo por la caminata, los
huesos, articulaciones de las piernas me duelen especialmente en las rodi-
llas, entonces hay veces no camino, por lo tanto el dolor en el pecho regresa.
En la espalda tengo aun lado una mancha morada, a veces me duele, pienso
que es a secuela de un golpe cuando era llevado en hamaca. En los últimos
4 años no hemos tenido libros para leer, contadas veces en una mano las
revistas de Semana y Cambio que han tenido y que hemos releído. Lo más
importante el tiempo que pasamos cuando se puede Alan, Donato, Murillo
y yo, estudiando una hora a veces en el día ingles, otros días, según animo
y otros factores como lluvia, etc. Alan, Donato y yo estudiando otra hora
ruso, Alan es un buen profesor y así pasamos unas horas, sin embargo por
la edad, neuronas perdidas por las enfermedades, el cautiverio, la falta de
elementos de estudio, libros, cuadernos, lapiceros, etc, dificultan esta labor
y aprender es difícil, pero sin embargo ahí continuamos haciéndolo nos sirve
de terapia y ocupación de tiempo, por lo tanto todavía como diría José Luís
estamos con los verbos ser, estar y tener , no solo en ingles si no en Ruso,
tratamos de aprendernos algunos verbos, conjugaciones, expresiones, y en
general gramática inglesa y rusa. El otro tiempo, o juego de cartas, parqués
y dominó, también los 4, en oportunidades jugábamos con Consuelito, ella
seguramente con suficiente tiempo les contara muchos detalles de todo lo
que hemos pasado durante estos años, Reciban saludos todos de parte de

359
Los potros de bárbaros atilas

Alan, Donato y Murillo. Me despido nuevamente deseándoles a todos feliz


navidad y venturoso 2008, Que Dios los acompañe, la virgen los proteja
y cuide, también entre todos cuídense, ayuda de unos a otros, mayores a
menores etc. padres a hijos, hijos a padres, hermanos entre sí, sobrinos en sí,
familias entre sí. Dios los guíe y la Virgen.
Luis

* N. del E. Se ha respetado la ortografía original del documento.


21 de diciembre de 2007
Fuente:http://www.nuevoencuentro.com/modules.php?name=News&file=article&sid=4222

360
CUARTA PARTE

Esta sección corresponde al debate teórico nacional alrededor del llamado


“acuerdo humanitario”. Hay una literatura inmensa alrededor del tema. Hemos
seleccionado los autores de más renombre, los más acuciosos, efectuando una
recopilación de sus escritos en estos años. En total incluimos 19 polemistas.
VERDADES A MEDIAS EN LA CAMPAÑA
POR LA LIBERTAD DE ÍNGRID BETANCOURT
Darío Acevedo Carmona

En la segunda patria de Íngrid Betancourt, es decir, en Francia, ondean


banderas y carteles en varias ciudades con la imagen retrato de ella pidiendo
su liberación y exigiendo al gobierno colombiano que allane el camino para
un intercambio humanitario. En Bruselas, capital de Bélgica y de la Unión
Europea, ocurre lo mismo. La libertad de Ingrd se ha convertido en causa
fundamental de activistas de derechos humanos y de militantes de partidos
socialistas y socialdemócratas y hasta de los verdes europeos.
Cualquier causa por la libertad de un ser humano privado injusta y arbi-
trariamente de ella es loable y digna de apoyo. Sin embargo, hay un “pequeño”
problema en este caso; Íngrid está secuestrada por una organización guerri-
llera calificada por la Unión Europea como terrorista y esto es lo que no se
dice en los carteles, ni se menciona el nombre del grupo a pesar de ser de
dominio público. No se dice que esa organización llama a ese secuestro una
“retención política”, retención que además está condenada por el DIH. Se dice
que ella lleva tres años privada de la libertad, pero no se agrega que durante
ese tiempo no ha podido ver a ningún familiar o amigo, que está confinada en
un campamento guerrillero en lo profundo de las selvas del suroriente colom-
biano, que no tiene ningún tipo de contacto con la vida colombiana. No, todo
lo contrario, los promotores de la libertad de Íngrid le echan todas las culpas
de esta infame situación al gobierno colombiano, más concretamente al presi-
dente Uribe Vélez, al que acusan de fascista, autoritario y guerrerista. Es el
típico síndrome de Estocolmo, nombre que se le da a la inversión de la culpa
en los casos de secuestro. Más grave aún, responsables de la campaña a favor
de Íngrid se olvidan de varias decenas de “retenidos” políticos entre quienes
se encuentran parlamentarios, diputados, hombres de negocios y oficiales y
suboficiales de las fuerzas armadas constitucionales de Colombia. Omiten
decir que algunos de ellos acumulan ya más de siete años de cautiverio en
campos de concentración ubicados en zonas selváticas de pésimas condi-
ciones de salubridad, que varios de ellos no conocen hijos nacidos durante

363
Los potros de bárbaros atilas

su secuestro. Que sólo muy eventualmente (a veces varios años) la guerrilla


permite la comunicación de ellos con sus familias a través de cartas y videos
editados. No dicen que además de Íngrid y de estas decenas de “prisioneros” de
lujo, los grupos armados irregulares de Colombia son responsables de varios
miles de secuestros al año (unos tres mil en promedio que se han reducido en
los últimos tres años en razón de la ofensiva de las fuerzas militares), que hoy
por hoy en Colombia hay más secuestrados que todos los que se hayan podido
producir en la república francesa y en la belga juntas en sus más de 200 años
de vida republicana. No se le dice a la opinión pública europea que el gobierno
colombiano ha formulado propuestas de intercambio humanitario realistas y
viables, que Colombia ha pedido la intermediación de la Iglesia Católica y
de la Cruz Roja Internacional y que a lo que no está dispuesto es a crear más
territorios desmilitarizados ni a que los guerrilleros que ofrece liberar retornen
a las filas insurgentes.
Las causas humanitarias deben ser realizadas con plena coherencia y sin
ocultar ninguna información, pues tal como la están realizando es un auténtico
embuste a la opinión pública internacional.

Medellín, marzo 30 de 2005


Fuente: http://ventanaabierta.blogspirit.com/list/coyuntura_colombiana/verdades_a_medias_
doc.html

364
¿POR QUÉ SE MULTIPLICÓ EL SECUESTRO?
José Obdulio Gaviria Vélez

El tema del secuestro es uno de los más álgidos que tiene la sociedad
colombiana. Hay muchas familias que han quedado huérfanas, su patrimonio
fue arruinado y perdieron toda estabilidad emocional. Las Farc, con abso-
luto desprecio de la ley, de los derechos humanos y de la ética política, deci-
dieron que tenían derecho a practicarlo e, incluso, desarrollaron una extraña y
nefanda clasificación: secuestro “político” y secuestro “económico”. A todas
las víctimas las llaman genéricamente “retenidos” o –con la complacencia
de muchos de los exponentes de las tendencias apaciguadoras y ‘negociacio-
nistas’–, los llaman “prisioneros”.
La síntesis del alegato de las Farc para explicar porqué tienen tales
“prisioneros” quedó expresada en un magistral documento que dirigieron en
1998 decenas de juristas europeos a los dos “comandantes de las fuerzas beli-
gerantes del conflicto interno armado de Colombia”, “Manuel Marulanda”
(Farc) y Andrés Pastrana (presidente). El documento es la base teórica en la
que se ha sustentado la viabilidad política y jurídica del canje y del acuerdo
humanitario por el cual vienen presionando las Farc desde 1997. Su conte-
nido ha sido objeto de una gran apología por parte del Comité Permanente
de los Derechos Humanos y por el Instituto del Pensamiento Liberal. Leer
el documento permite entender por qué los ex presidentes López y Samper
y los familiares de las víctimas creen que las Farc y el Gobierno colombiano
tienen responsabilidades equivalentes en la decisión de mantener el cautiverio
u otorgar la libertad a los “prisioneros”:

1. Los más recientes hechos en Colombia, de los cuales hemos tenido noti-
cias en Europa, son los siguientes: (a) La existencia de un conflicto social,
económico, político y militar muy agudo, caracterizado, cada día con más
evidencia, por una guerra civil que dura décadas y que no parece solucionable
en términos militares. (b) La existencia en Colombia de detenidos por razones
políticas, acusados de pertenencia o apoyo directo o indirecto a las Farc-Ep y
a otras guerrillas en general. (c) La existencia de un grueso número de mili-
tares hechos prisioneros por las Farc-Ep en distintos combates militares. (d) De

365
Los potros de bárbaros atilas

acuerdo con cartas y declaraciones cruzadas entre el señor Marulanda Vélez


y el señor presidente de la república, doctor Andrés Pastrana, está sobre la
mesa la propuesta de realizar un intercambio de los militares retenidos por
las Farc-Ep, por detenidos políticos acusados de pertenencia a esa organiza-
ción guerrillera. (e) En los decretos promulgados por el gobierno, se ordenó el
despeje militar del área de los cinco municipios anunciados como zona para las
negociaciones, como también se reconoce de manera explícita a las Farc-Ep
como una fuerza de interlocución política con el gobierno, esto es, se reconoce
a las Farc-Ep, a la luz del derecho internacional publico, la condición de fuerza
beligerante.
2. Estos hechos nos llevan a pensar: (a) La imposibilidad de una solución del
conflicto Colombiano por la vía militar. (b) La posibilidad, sensata y concreta,
de una solución política del conflicto, a través del proceso de diálogo entre las
fuerzas beligerantes.
3. Como operadores del derecho consideramos que un nuevo y significativo
paso en el camino emprendido, motivado por razones también de orden huma-
nitario y que tendría efectos positivos en la sociedad colombiana y en primer
lugar en las familias directamente afectadas, podría ser el canje de prisioneros
militares por prisioneros políticos, con la intermediación de la Cruz Roja Inter-
nacional.
4. El Derecho Internacional de Guerra, parte especial del Derecho Interna-
cional Público, considera entre los conflictos armados a los cuales debe apli-
carse ese derecho, son también las guerras civiles y las guerras internas en un
país. El caso colombiano es un caso típico. Esta extensión, tanto terminológica
como aplicativa, ha sido sancionada por las cuatro convenciones de Ginebra
del 12-08-1948 y por los protocolos I y II adicionales de Ginebra de junio de
1977, todos suscritos y ratificados por Colombia. Es el Protocolo adicional II
que hace explícita referencia a las normas que regulan la guerra civil, indivi-
dualizando entre sus destinatarios las fuerzas insurgentes que actuando en parte
del territorio nacional lo han sustraído, también temporalmente, al control del
gobierno, deviniendo sujetos del Derecho Internacional.
Las condiciones fijadas por las convenciones de Ginebra, en particular por el
Protocolo adicional I, para considerar “legítimos combatientes” a los incorpo-
rados en las fuerzas armadas de una parte política insurgente, son los siguientes:
a) Que lleven un uniforme conocido por el adversario, b) que lleven abierta-
mente las armas, c) que estén bajo dependencia de un comando responsable, d)
que respeten leyes y costumbres de la guerra. Teniendo en cuenta estas normas,
se debe considerar, a todos los efectos del derecho, a los militantes de las
Farc-Ep, como “combatientes legítimos” de una fuerza insurgente, existente
de hecho y reconocida de derecho en el Estado Colombiano, circunstancia de
la cual ha tomado acto el presidente Andrés Pastrana.

366
¿Por qué se multiplicó el secuestro?

5. En presencia de una relación de beligerancia existente, reconocida de hecho


y de derecho, son posibles los “acuerdos entre beligerantes” sobre la base del
Derecho Internacional suscrito y ratificado por Colombia. Entre todos esos
acuerdos posibles (la realización de treguas, la creación de zonas de distensión,
la creación de zonas sanitarias de seguridad, la protección, atención y evacua-
ción de heridos y enfermos, etcétera); parece hoy particularmente importante y
precursor de avances positivos, el canje de prisioneros previsto por el artículo
44 del Protocolo I adicional de Ginebra de 1977, que no discrimina, además,
entre “combatientes legítimos” y “combatientes ilegítimos”. Concluimos de lo
anterior, con fuerza, que las condiciones del acuerdo están absolutamente dadas,
considerando, por ejemplo, que es un “caso típico” de “acuerdos entre belige-
rantes” la “creación de una zona exenta de la violencia”, por cualquier razón.
6. Si no existen dudas sobre la posición jurídica de los soldados del Ejército
Nacional Colombiano prisioneros de las Farc-Ep, no parece que puedan existir
tampoco dudas con relación a los miembros de las fuerzas guerrilleras hechos
presos y, con mayor razón, de quienes acusados de serlo, lo niegan. La III
convención de Ginebra de 1949, como ha sido dicho, obliga a considerar
prisioneros de guerra a los miembros de fuerzas insurgentes, a condición que:
a) Sea conocida la existencia de un movimiento organizado, b) los miembros
del mismo lleven un distintivo conocido, c) las mismas tengan un comando
responsable y d) respeten las costumbres y leyes de la guerra.
Los suscriptores de la presente, enviada al gobierno de Colombia y a las
Farc-Ep, invitan a los beligerantes a cumplir un nuevo paso en el camino
que ayude a abrir el diálogo, paso seguramente posible también a la luz del
Derecho Internacional Publico, en particular de las convenciones así llamadas
de “Derecho Humanitario “(…) y a tomar en cuenta la hipótesis de realizar un
canje de prisioneros bajo el control de la Cruz Roja Internacional, declarán-
donos disponibles a poner en acto las actividades que las partes consideren
útiles y necesarias”.

Los juristas no reconvienen para nada a las Farc sobre el terrible trato que
les dan a sus “prisioneros”, porque seguramente creen lo dicho por los perio-
distas de la revista Marxism:

Las Farc, en ese contexto, han invitado dos veces a las madres y esposas de
soldados prisioneros para explicarles su situación y transmitirles sus noticias,
procurando romper con la inercia del gobierno de no reconocerles sus dere-
chos: si están prisioneros que les paguen el salario a su familia. Si han muerto
en combate que les paguen la pensión. Si las Farc ofrecen un CANJE, pues
intercambiar esos prisioneros, aunque vivan mejor los soldados en la selva,
que los guerrilleros en las infrahumanas cárceles colombianas.

367
Los potros de bárbaros atilas

Para los colombianos, distintos al Secretariado de las Farc –apoyados


por sus amigos europeos y criollos–, no parece ser tan claro, ni en la teoría
ni en la práctica, que los secuestrados son “prisioneros”. Hasta la Oficina del
Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Colombia (que insiste en
la existencia de fuerzas beligerantes), en lo que respecta a secuestrados se
expresa en los mismos términos del Gobierno Uribe. En un comunicado con
“diez puntos de orientación en la búsqueda de la libertad de las personas en
poder de los grupos armados ilegales en el marco del conflicto armado interno
en Colombia”, expedido el 18 de noviembre de 2004, dice que

los mandos y demás miembros de los grupos armados ilegales en Colombia


están cometiendo graves crímenes al continuar con la práctica del secuestro.
Con este comportamiento criminal muestran total desprecio e irrespeto por los
derechos humanos de todas las personas. Conforme al derecho internacional
humanitario están cometiendo la grave infracción de tomar rehenes, conducta
prohibida y sancionada también por las leyes nacionales.

Hay que aclarar que el Comisionado distingue entre los rehenes y los
policías y militares. A los últimos los considera “privados de libertad” pero no
secuestrados. Él dice:

La situación de todas estas personas no sólo viola el ordenamiento interno de


Colombia, sino varias normas del derecho internacional humanitario. Entre
ellas, las garantías fundamentales para las personas sin participación directa en
las hostilidades y aquellas para las personas privadas de la libertad por motivos
relacionados con el conflicto armado.

Es decir: para el embajador Frülhing, en el caso de los civiles hay toma


de rehenes, en el de los militares, hay violación de garantías a los “prisioneros
de guerra”. Ni el embajador ni los juristas hacen referencia a la orden expresa
de Jorge Briceño de matar a sangre fría a los “prisioneros” si llega la Fuerza
Pública a rescatarlos.
¿Por qué el presidente Uribe ha ido variando su posición frente al qué
hacer con respecto al secuestro de los dirigentes y de los oficiales de la Fuerza
Pública que las Farc utilizan como rehenes y escudos políticos? Obviamente,
él sabe que su deber es “actuar con solicitud y eficacia a fin de hacer cesar la
injusta condición de las personas que han sido víctimas de conductas puni-
bles contra el derecho a la libertad individual”. Pero, como a pesar de las
medidas de prevención de las autoridades nacionales, esas personas fueron

368
¿Por qué se multiplicó el secuestro?

secuestradas, el Estado debe procurar por todos los medios legítimos a su


alcance, liberarlas.
Al posesionarse, su decisión fue condicionar cualquier acuerdo al cese
de hostilidades para iniciar un proceso de paz. Cuando el presidente viajó
a la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 2002, fue
abordado por el canciller francés, Dominique de Villepin. Él le planteó su
preocupación por la suerte de Íngrid Betancur, y la disposición de cooperar en
todo lo que fuera necesario para su liberación. Dos días después el Presidente
llamó al canciller francés y le planteó lo siguiente:

Por humanidad, para buscar la libertad de los secuestrados, he decidido que


se liberen cincuenta guerrilleros de las Farc. Usted sabe bien, Canciller, que
Colombia, igual que Francia, es un Estado de derecho. Nuestra legislación no
permite conceder indulto o amnistía a quien esté incurso en delitos atroces. Los
liberados serán guerrilleros procesados o condenados por delitos indultables.
Sobra decir que ninguno podrá volver a la actividad terrorista; yo no puedo
insultar a la fuerza pública y al pueblo colombiano permitiéndoselos. ¿Francia
estaría en disposición de recibir a los liberados?

El canciller manifestó que en principio no había inconveniente, y que


haría gestiones para conocer la respuesta de las Farc. Por su parte, el Presi-
dente constituyó una Comisión de la Iglesia para facilitar el proceso en caso de
que se surtiera. Sus miembros eran el ex ministro Angelino Garzón, monseñor
Augusto Castro y el Padre Darío Echeverri. Las Farc respondieron a la Comi-
sión con su acostumbrada prepotencia, insensibilidad y falta de realismo:
“¡Para cualquier trato con el gobierno exigimos que se despejen dos departa-
mentos y se designe un negociador oficial! ¡Ah, y los guerrilleros liberados
deberán volver a sus frentes!”
No es que Francia haya aceptado y que el Gobierno “se hizo el de la vista
gorda”, como afirmó después María Jimena Dussán en una de sus columnas
de El Tiempo. ¿Conoció acaso María Jimena alguna respuesta favorable de las
Farc? El Gobierno, no.
Pasaron varios meses hasta que un día un funcionario suizo solicitó
audiencia con el Presidente, para manifestarle que había hecho contacto
con las Farc y ofrecía sus buenos oficios tendientes a la liberación de los
secuestrados. El presidente flexibilizó más su posición: “Basta que las Farc
manifiesten su asentimiento en la página de internet, o por cualquier otro
medio, y el gobierno, de inmediato, decretará la amnistía o el indulto de

369
Los potros de bárbaros atilas

cincuenta guerrilleros de las Farc.” Agradeció las gestiones y quedó a la


espera de las noticias.
Aunque el gobierno se preparó para cumplir su palabra, no volvió a recibir
noticias. Desde el primer día el ministro del Interior y el Alto Comisionado
adelantaron el estudio de expedientes de guerrilleros que pudieran ser bene-
ficiarios de la orden de libertad. Se quería tener todo resuelto por si las Farc
decidían arrepentirse de su acción antihumana. Ante el mutismo de las Farc,
en noviembre de 2004 el Presidente ordenó unilateralmente la libertad de los
guerrilleros cuyos indultos estaban listos y en diciembre ofreció suspender la
orden de extradición de Ricardo Palmera si liberaban a los 63 secuestrados
que las Farc mantienen como rehenes para el intercambio por guerrilleros
presos. El plazo fue perentorio: hasta el 30 de diciembre.
En el debate sobre un “acuerdo humanitario” para intercambiar “prisio-
neros políticos” de ambos bandos, las Farc han logrado mellar profundamente
la inteligencia, voluntad y resistencia moral de los familiares de los secues-
trados, de un gran sector de la dirigencia colombiana y de la ciudadanía. Inopi-
nadamente, miles de personas comenzaron a pensar que la culpa de que los
secuestrados no regresen a sus casas es del gobierno. Olvidaron que la causa
del dolor de las familias, que el hecho original, el que ha llevado a los secues-
trados a campos de concentración construidos en medio de la manigua es el
antihumano secuestro, no la falta de acuerdo humanitario. Cayeron incons-
cientemente en el juego de las Farc: debatir los mecanismos para un “inter-
cambio” o “acuerdo humanitario”, sin discutir el secuestro en sí mismo.
La expresión más nítida y ruin del lenguaje extorsivo utilizado contra
el gobierno fue el de la inefable doña Cristine Lunga, la danesa. Ella afirma
que el gobierno tiene secuestrados a miembros de las Farc, y que estas, en
respuesta más que legítima, tomaron prisioneros a figuras y personalidades
del otro bando. Puestas las cosas en ese punto, el paso siguiente es exigir el
intercambio (por razones humanitarias e interés legítimo de lado y lado). Las
Farc (uno de los actores) lo exige, el gobierno (el otro actor) se niega a acep-
tarlo. En consecuencia, el gobierno es el actor terco, inhumano, insensible y
violador del DIH.
Se han oído expresiones acusadoras contra el gobierno en boca de perso-
nalidades y familiares de los secuestrados. Al gobierno se le trata como victi-
mario insensible y terco, y a las Farc como víctima propiciatoria del sacrificio
de los “prisioneros” y sus familias. En su columna de la segunda semana de
febrero de 2004, María Jimena Dussán, olvidando la línea del Manifiesto de

370
¿Por qué se multiplicó el secuestro?

1992, de la que fue firmante, se vino lanza en ristre contra el presidente Uribe.
Su tesis partía de la base de que las Farc ya habían hecho su movida y que el
Estado se había quedado quieto o, peor, que respondía con bandazos: que un
día sí que el otro día no; que el otro día sí, pero si es en el exterior, o que sí
pero si no vuelven a delinquir. Que el gobierno mantenía la condición de un
imposible cese de hostilidades para avanzar en un acuerdo humanitario y que
le quitaba el respaldo a la Iglesia para sus gestiones. María Jimena remataba
su artículo con la manida y contra evidente acusación de blandura con los
paramilitares y garrote con las Farc. La conclusión del artículo era que por
culpa de la política gubernamental no iba a haber canje ni acuerdo humani-
tario con las Farc. Yendo hasta el fondo, el gobierno era el responsable actual
del secuestro.
En cualquier otro país del mundo, distinto a Colombia, los estadistas
y columnistas, si tuvieran acceso a un grupo de secuestradores, intentarían
convencerlos u obligarlos para que produjeran una liberación unilateral.
Serían flexibles en la forma y el lenguaje; nunca en el contenido y propósito,
que es lograr la libertad de los cautivos e impedir que se sigan repitiendo
esos crímenes. No sobra aclarar que en esa materia hay que distinguir entre
los estadistas y columnistas y los parientes de las víctimas. A los familiares
nadie les puede exigir una conducta distinta a buscar la libertad por todos
los medios, incluido el pago de rescate. Los primeros tienen todos los limi-
tantes ideológicos, éticos, jurídicos y políticos; los segundos no, porque son
las víctimas directas y tienen pleno derecho a la legítima defensa.
¿Por qué en Colombia se oyen voces tan condescendientes y permisivas
frente a los secuestradores? Además de las razones de María Jimena Dussán,
se han oído otras muchas: (a) Las Farc son contendientes legítimos del Estado.
(b) No debe seguir hablándose de rehenes sino de prisioneros. (c) El Gobierno
no puede chantajear a los guerrilleros de las Farc que sean liberados, exigién-
doles que no vuelvan a delinquir. Ellos ejercen su sagrado derecho a la rebe-
lión y al libre desarrollo de la personalidad. (d) Los guerrilleros son prisio-
neros políticos y pueden ser canjeados por los prisioneros de guerra de las
Farc. (e) Las personas que están en poder la de las Farc no son ciudadanos
inocentes, no son rehenes, sino que son también prisioneros políticos. (f) El
DIH permite el canje de rehenes y la historia está llena de ejemplos. (g) Si se
sigue llamando terroristas a los guerrilleros se está boicoteando un acuerdo y
una negociación. (h) Además de prisioneros políticos, las Farc tienen prisio-
neros económicos y hay que negociar también su libertad. (i) Basta con que el

371
Los potros de bárbaros atilas

gobierno firme un acuerdo con las Farc, para que ese acuerdo tome el carácter
de norma constitucional, que está por encima de la ley penal. (j) El gobierno
tiene mala voluntad y no oye el clamor humanitario. (k) ¿Por qué no nombran
de una vez los negociadores y se hace un despeje por unos días? (l) Las Farc
han dado pasos, pero el gobierno no. (m) Los familiares tienen que presionar
al gobierno para que deje su terquedad.
De hecho, hay todo un movimiento para poner contra las cuerdas al
gobierno. Esta declaración bien podría ser la síntesis:

El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, en causa


común con los familiares de las personas privadas de la libertad, ha realizado
tres Encuentros Nacionales en Cali, Neiva y Bogota, múltiples contactos con
los ex presidentes, la iglesia, organizaciones de derechos humanos, el parla-
mento, la comunidad internacional y el propio gobierno con la idea de encon-
trar una solución incruenta y constructiva a este complejo problema. El X
Foro nacional por los derechos humanos realizado en Abril del 2003 ratifico la
urgencia de ir avanzando, por lo menos en acuerdos parciales de intercambio
humanitario, hasta lograr una solución definitiva de este fenómeno.

Algunos hechos históricos explican el porqué en Colombia se generalizó


desde los años ochenta del siglo XX una actitud tan laxa frente al secuestro.
Digamos que hasta hace pocos siglos, para la humanidad era normal la esclavitud,
la servidumbre y la trata de seres humanos. Secuestro y esclavitud iban de la
mano. El término secuestro, que es originario del derecho civil, era referido sólo
a las cosas; para expresar el concepto de “toma de cautivos para esclavizarlos” se
tenía, en cambio, otra palabra más precisa: plagio. Los hombres plagiaban, como
cosa natural y ordinaria, pues era consecuencia lógica de cualquier batalla. Según
la Biblia, Moisés nació en Egipto porque el pueblo judío estaba en cautiverio y
trabajaba como mano de obra esclava; un pueblo completo estaba plagiado por
otro. Antiguamente, cuando se ganaba una batalla, el conquistador optaba entre
hacer prisioneros y esclavos a los vencidos, o matarlos –pasarlos por las armas,
se decía–, o aceptarlos como aliados. Roma gustaba de lo último. Por esa vía
consolidó su grandeza, e inventó una ciencia prodigiosa y revolucionaria: El lus
gentium o Derecho de gentes. Aunque, hay que aclararlo, esa no era una fórmula
invariable, porque en la decisión de qué hacer con los vencidos, pesaban miles
de circunstancias. En la campaña del año 58 d.C. contra Artáxata los romanos
pasaron a cuchillo a todos los adultos; y la masa de quienes no combatieron fue
vendida en subasta sub corona venundatum, es decir, adornados con una corona.

372
¿Por qué se multiplicó el secuestro?

Momentos históricos tan cercanos en el tiempo como la conquista de


América, estuvieron signados por el plagio como práctica masiva y aceptable
moralmente. Los Moros plagiaban a los españoles y los canjeaban por el oro
de las nuevas tierras conquistadas en donde los españoles lo producían con la
mano de obra esclava de los indígenas, que poco a poco fueron siendo diez-
mados hasta casi desaparecer. Por eso fueron reemplazados por los esclavos
negros. Borges da la siguiente versión de ese cambio:

(...) el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios que se exte-
nuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, y propuso al
emperador Carlos V la importación de negros que se extenuaran en los labo-
riosos infiernos de las minas de oro antillanas.

Los españoles compraron miles y miles de personas plagiadas en el África


por los negreros portugueses y holandeses. Estos los transportaron, maltratán-
dolos peor que a animales, en grandes veleros (las escenas fueron recreadas en
la monumental película La Amistad) y los revendieron –por su peso en oro– en
los mercados de esclavos de Panamá, Cartagena y Lima.
El humanismo, la filosofía, y la economía, fueron haciendo del plagio
y de la esclavitud un acto no humano, inhumano. Poco a poco se hizo repul-
sivo que un hombre esclavizara a otro hombre. El habeas corpus, el debido
proceso y otras figuras jurídicas, fueron restringiendo, incluso, la arbitrariedad
de las autoridades en cuanto a la libertad individual. Privar a un hombre de su
libertad ilegalmente, devino entonces en secuestro, hecho repudiable que a los
ojos de los pueblos civilizados es visto como horrendo y atroz. Ya a finales del
siglo XIX era una práctica desconocida en casi toda Europa, llamada despecti-
vamente el ‘delito siciliano’, aunque los alemanes la revivieron por un tiempo
en el siglo XX, esclavizando a los pueblos que conquistaron en la Segunda
Guerra Mundial.
¿Por qué Colombia –en donde tanto ha avanzado el pensamiento huma-
nista sobre la libertad de las personas, y la práctica del secuestro estaba
casi olvidada–, se convirtió de pronto en la patria de ese crimen miserable?
Colombia es campeón mundial de ese delito inmundo, hasta el punto de que
bien podría llamarse hoy el ‘delito colombiano’. Mientras en todo el Orbe,
entre una población de seis mil millones de hombres y mujeres fueron secues-
trados dos mil cuatrocientas personas; en Colombia, entre cuarenta millones,
fueron secuestrados los restantes tres mil seiscientos del total de seis mil
secuestrados que integraron la estadística mundial del año 1997.

373
Los potros de bárbaros atilas

Aunque las bandas del narcotráfico han aportado un buen esfuerzo para
llegar a esa meta nefanda, el origen colombiano del mal está en otra parte: en
la política. Bateman, caudillo y fundador del M-19, le contó a Germán Castro
Caicedo en una entrevista que está publicada en el libro En secreto, cómo nació
esa práctica “política” de financiación: “Nosotros nos volvimos ricos realmente
con la detención de Cooper, el presidente de Sears. Eso hizo que las arcas estu-
vieran repletas para desarrollar el presupuesto político con mayor profundidad”.
Como se ve, no hay en esas palabras el menor asomo de inhibición moral:
al secuestro lo llama “detención” y es un simple instrumento para “desarro-
llar el presupuesto político”. Era equivalente –dentro de sus valores–, a unas
empanadas bailables. Los viejos camaradas de Bateman, los jefes de las Farc,
comparten plenamente la tesis. En octubre de 1999, Joaquín Gómez y otros
negociadores de las Farc hablaron largamente con Louis Proyect, periodista
de la revista Marxism. Ellos le explicaron que las Farc

no hacen secuestros: cobran impuestos. Sobre la base de que los costos de


la revolución deben pagarlos los responsables de haber provocado la guerra.
Algunos lo hacen voluntariamente; algunos se niegan y entonces la guerrilla
los retiene por un tiempo (conocido popularmente como “paseo ecológico”)
hasta que contribuyen con ese impuesto. (Y los testimonios de cuando regresan
siempre son amables con la guerrilla).

En la entrevista publicada en En Secreto, Bateman habló también del


secuestro “político”. De José Raquel Mercado, un líder sindical, dijo: “A
Mercado no lo mató el M-19 sino la burguesía colombiana, que no quiso reco-
nocer que él había sido su mejor sirviente”.
Como quien dice: ¡Para que aprendan que la letra con sangre entra! Poste-
riormente volvió al secuestro económico, el de Escobar Soto, un empleado de
una multinacional que también terminó asesinado:

[...] Él fue detenido por razones puramente económicas. Usted sabe que las
organizaciones revolucionarias que no dependen del exterior [¿?], tienen que
financiarse aquí con la oligarquía colombiana. Eso tiene que quedar muy claro.
[...] Y eso le dijimos nosotros a los representantes de la multinacional: ‘Ustedes
van a matar a Escobar Soto’. Multinacionales que sacan millones de dólares de
este país y que no son capaces de responder por sus ejecutivos.

En el libro Para Reconstruir los Sueños (Una Historia del Epl) se muestra
cómo las ideas de Bateman calaron en toda la izquierda. Juliana Russi cuenta

374
¿Por qué se multiplicó el secuestro?

allí la historia del “Ricardo Franco”, una disidencia de las Farc muy conocida
porque hizo la matanza de Tacueyó: “Los recursos financieros aumentaban.
Por la devaluación, los siete millones [¡!] de dólares del primer secuestro cada
día representaban más plata. Las armas llegaban por toneladas, al igual que los
carros, las motos, los pertrechos, la dinamita y los uniformes”.
El Epl hizo otro tanto. Omar Federico Ospina, el ‘Mompa’ cuenta que “en
los 80 [...] se hicieron más retenciones o secuestros. Imagínese: gente acos-
tumbrada a la miseria, manejando ahora millones. Yo cargaba en mi equipo
hasta cinco millones por largo rato, todo en efectivo [...]”
El mal ejemplo cunde. De la izquierda, la costumbre pasó refinada a las
organizaciones del narcotráfico que comenzaron a secuestrar para presionar
políticamente, para cobrar deudas, o para financiar sus actividades. El delito
se convirtió en industria con tentáculos internacionales y comenzaron a
fluir millones de dólares que manejaron personajes como el señor Mauss en
Alemania. Ese “pensamiento político” que consagró el secuestro como prác-
tica política, degradó la vida de los colombianos y sumió en el dolor y en la
angustia a millares de familias.
Que cosa lamentable, porque se perdió un largo trabajo de grandes lucha-
dores humanistas. Llegar a la abstracción de la libertad como un derecho
que nadie –ni un rey ni un dictador ni un guerrillero, nadie–, puede violar
o conculcar, llevó a la horca (o a la hoguera, las mazmorras, el exilio, o el
fusilamiento) a millares de personas. Nariño, en Colombia, fue el primero
y el más grande de aquellos que prefirieron sacrificarlo todo a cambio de
ver consagrados los Derechos del hombre y del ciudadano. Una de las expre-
siones máximas de esa declaración es el derecho a la libertad: “Toda persona
es libre; nadie podrá ser detenido sin orden escrita de autoridad competente”.
Esa frase, así de corta, es uno de los hitos de la humanidad. Llegar a compren-
derla y respetarla distingue a quienes arribaron a la modernidad de aquellos
que se encuentran aún fuera de ella.
La lucha del presidente Uribe y de su vicepresidente contra el secuestro
ha sido inmensa, y los resultados son enormes. De hecho, excepción hecha de
los tres norteamericanos, ninguno de los secuestrados a quienes las Farc llama
prisioneros fue puesto en cautiverio después del 7 de agosto de 2002. Pero
liberarlos ha sido imposible, porque quienes se ocultan en la jungla y llevan
allí a sus víctimas, tienen la ventaja de estar cobijados por la más inexpug-
nable de las fortalezas; infranqueable aún para quien tenga los instrumentos
técnicos más avanzados.

375
Los potros de bárbaros atilas

El que Colombia sufra la plaga del secuestro no puede ser motivo para
que se juzgue al gobierno colombiano, sino más bien para que el mundo
contemple y valore la magnitud de nuestra tragedia. Para que sepa que el
pueblo de Colombia es víctima de una persecución feroz por parte de los
grupos irregulares. Para que cese el apoyo o la condescendencia con el terror
que nos asuela. Pase lo que pase, los líderes no pueden descansar hasta que
esté asegurado el derecho a vida, a la seguridad y a la libertad de todos: de los
campesinos, los empresarios, los sindicalistas, los maestros, los conductores,
los periodistas, los obispos, sacerdotes y pastores del culto, los dirigentes polí-
ticos y sindicales. Colombia tiene que vencer a sus verdugos, nunca some-
terse; defender la dignidad humana, hoy pisoteada; mantener la firmeza para
combatir al delito y derrotar la impunidad.

Fuente: Aparte número 13 del Capítulo IV del libro Colombia: un Estado legítimo y democrático,
GAVIRIA, José Obdulio, Sofismas del terrorismo en Colombia, Bogotá, Editorial Planeta,
2005, pp.222-234.

376
NO AL INTERCAMBIO HUMANITARIO
Diego Fernando Gómez

Nada más desgarrador que escuchar al amanecer las transmisiones radiales


con los mensajes de los familiares a los secuestrados por las Farc. Los testi-
monios de niños que crecieron sin padre, y madres que agonizan sin sus hijos,
son manifestaciones de una crueldad humana que parece no tener límites. Qué
desgracia la que nos ha correspondido vivir en este país a estas generaciones.
Con dolor hay que reconocer que para las Farc los seres humanos que
tienen en su poder, e incluso los que tienen en sus filas, son instrumentos para
sus propósitos políticos y económicos. Pareciera que más valen las gallinas que
le mataron al tal Tirofijo y por las que justificaba cuarenta años de violencia en
el discurso que mandó a leer en el inicio de las conversaciones en El Caguán.
Lo más delicado del asunto es que la sociedad cayó en la trampa de nego-
ciar la vida y la libertad y no sólo lo hemos permitido sino que pareciera, lo
asumimos como si fuera una transacción natural y entendible. Hoy la sociedad
se divide entre quienes apoyan o no, un negocio específico al que llaman
“intercambio humanitario”.
Sólo quisiera plantear una tercera opción, de quienes pensamos que es
absolutamente inaceptable traficar con la vida y la libertad, y que esta sociedad
está en mora de asumir una posición valiente y radical de rechazo total a la
violencia como recurso de interlocución social y de acción política. Privar de
la vida o la libertad a un ser humano con fines políticos es un acto inadmisible
moral, ética y socialmente. Con quien lo cometa no hay ninguna opción de
diálogo ni de negociación.
No es una opción guerrerista. Todo lo contrario, es una opción desde la
civilidad, desde la paz, y consulta los valores más profundos en la construc-
ción de la sociedad humana: el respeto por la vida y la libertad. Es una opción
desde el pacifismo activo de Ghandi que supone una acción efectiva de la
sociedad, que genere un bloqueo a la acción del agresor: hacer inútil su intento
y propósito de traficar con el ser humano y su dolor.
No es ignorar el dolor de las familias involucradas, es asumirlo y rodearlas
de apoyo. Pero no caer en la dinámica perversa de ser presas del dolor conver-

377
Los potros de bárbaros atilas

tido en mercancía, que irremediablemente deriva en cientos de acciones


violentas que se alimentan de que las anteriores fueron efectivas. ¿Qué hacer
con los secuestrados? Convocar a una presión política de la comunidad inter-
nacional sobre las Farc y a marchas de rechazo en el país que les generen un
mayor aislamiento social y político. Todo, menos ser víctimas de su estrategia
de hacer al Gobierno el culpable, que es lo que erradamente se ha hecho.
Si algo le ha faltado a la política de seguridad democrática es una sociedad
comprometida con la no violencia y con el respaldo a la civilidad. La sociedad
colombiana ha sido miope con el problema de la violencia y no se ha deci-
dido a cerrar filas contra el uso político de ésta. Desde hace décadas debe-
ríamos haber proscrito a las Farc y los demás grupos armados, de derecha y
de izquierda. Si las familias, la sociedad y el Estado hubieran tenido en su
momento lucidez para manifestar que la vida nunca sería objeto de negocia-
ción, no tendríamos hoy cientos de compatriotas convertidos en mercancías
sufriendo un cautiverio inhumano en las selvas. En otras palabras, también
somos culpables de mantenerlos secuestrados al admitir una negociación.
Pero lo peor, seremos culpables también de los nuevos secuestros.
Las Farc tienen que entender que no tienen ninguna opción, ni legiti-
midad, ni viabilidad de ser gobierno o Estado. Una sociedad no puede ser
gobernada por quien ha despreciado el fundamento mismo de su Constitución,
la vida, la libertad, el respeto por los congéneres. Por eso, no a la negociación
de seres humanos, no al mal llamado intercambio humanitario.

Fuente: El Colombiano, 24 de agosto de 2005

378
Toda intervención de la fuerza pública debe estar orientada, ante todo, a que
el secuestrado no pierda la vida en el operativo de rescate
¿RESCATE MILITAR DE LOS REHENES?
Alfonso Gómez Méndez

Muchas reacciones ha generado la recomendación de la Oficina de


Naciones Unidas al Gobierno, sobre la forma como debe asumirse el tema de
los secuestrados en poder de las Farc. En efecto, se le ha sugerido al Presi-
dente no intentar un rescate de los secuestrados por la vía militar.
En principio, los Gobiernos tienen el derecho y la obligación de actuar en
caso de la comisión de delitos. Tratándose del secuestro, la primera reacción
de las autoridades debe ser la de buscar la liberación de la víctima. La inter-
vención del Estado, no puede descartarse de manera absoluta. Sin embargo,
en caso de toma de rehenes o de secuestro de personas, el objetivo primordial
debe ser el de la preservación de la vida de la víctima.
Toda intervención de la fuerza pública debe estar orientada, ante todo, a
que el secuestrado no pierda la vida en el operativo de rescate.
En los casos de secuestros en zonas rurales –máxime cuando los secues-
tradores son grupos armados– las posibilidades de un operativo militar que no
ponga en riesgo la vida de los rehenes, son casi nulas. Muy probablemente la
recomendación de Naciones Unidas se hizo pensando en los trágicos resultados
de la acción militar orientada a rescatar con vida al Ex Ministro Gilberto Eche-
verri y al Gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria Correa. Hay centenares
de soldados, suboficiales, oficiales, policías y civiles que llevan años en poder
de las Farc, sin que el Estado haya agotado todas las acciones políticas para
obtener su liberación sanos y salvos. Con razón dijo alguno de los familiares
de las víctimas, que ellos no aceptaban que después de un operativo militar les
entregaran los cuerpos de sus seres queridos en féretros envueltos con el pabellón
nacional. Los quieren vivos, y no como mártires de una guerra absurda. Es dentro
de este contexto que hay que entender el mensaje del director de la Oficina de
Naciones Unidas en Colombia. Nadie niega el derecho del Estado a reaccionar
contra el delito. Lo que se pide es que se actúe conforme a las normas del derecho
internacional humanitario, que obligan a respetar sobre todo, la vida del rehén.

379
Los potros de bárbaros atilas

En esta materia, Colombia tiene una larga tradición de incoherencia. Duele


decirlo, pero los gobiernos han actuado según la «calidad» de la víctima.
En 1969, fue secuestrado por delincuentes comunes, el ex ministro
Fernando Londoño y Londoño. A petición del secuestrado, el Consejo de
Ministros le dio la orden al Ejército de retirarse de una parte importante del
Departamento de Caldas para que la familia pudiera negociar el secuestro. Así
se salvó su preciosa vida.
En 1980, un comando del entonces grupo terrorista M-19, después de
entrar a sangre y fuego a la Embajada Dominicana en Bogotá, tomó como
rehenes a un buen grupo de diplomáticos, encabezado por el Nuncio Apos-
tólico. A pesar de los asesinatos cometidos al ingresar, y de las exigencias
imposibles que hacían, el Gobierno de Turbay, en forma acertada, no se tomó
la sede por la vía militar, facilitó el diálogo, y salvó la vida de los rehenes. Los
guerrilleros salieron a Cuba, escoltados por la Fuerza Pública.
En 1985, el mismo grupo terrorista repite la operación, en idénticas
condiciones, pero esta vez, no en una sede diplomática, sino en el Palacio de
Justicia. El Gobierno de la época, en horas, descarta el diálogo y ordena la
«retoma» militar del palacio. El resultado, la muerte de agentes del Estado,
todos los asaltantes, y más de un centenar de civiles, incluyendo la mitad de
los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Eran rehenes, no diplomá-
ticos. Como dijo uno de los Magistrados sobrevivientes, «ardió la rama seca
del poder publico».
En 1988, el mismo grupo terrorista mata al escolta de Álvaro Gómez,
Juan de Dios Hasta Morir y secuestra el político conservador. Otra vez plantea
reclamaciones imposibles. En esta ocasión, el establecimiento no intenta
el rescate militar, sino que negocia, y logra también salvar la vida del líder
conservador.
No sobra recordar estos antecedentes, antes de decidirse por una solución
militar al problema de los secuestrados.

Fuente: El Heraldo, Barranquilla, 19 de junio de 2005

380
Su esfuerzo podría arrojar resultados positivos si se orienta mejor
AL PROFESOR MONCAYO
Saúl Hernández Bolívar

Querido y admirado profesor: no me cabe duda de que su acto ha sido


heroico. Ha vencido la indiferencia con su paso decidido y su ánimo inque-
brantable, y ha logrado mantener viva esa llama de indignación que se prendió
con el asesinato de los once diputados del Valle y se manifestó en las marchas
del 5 de julio.
Sin embargo, me atrevo a expresarle, respetuosamente, que usted está
incurriendo en el mismo error en que ya habían caído los familiares de otros
secuestrados que, al ponerse en contra del Gobierno y a favor de las Farc,
terminaron convirtiéndose –ellos y sus parientes en el monte– en piezas de
guerra que la subversión blande como espadas para obtener eso que para ellos
es un triunfo pero para Colombia una derrota: el ‘acuerdo humanitario’.
Cuando usted inició tan épico peregrinaje, todo parecía indicar que su
clamor retumbaría prístino y puro, ajeno a cualquier mácula ideológica que
profanara su cruzada. Mas, lejos aún de la Plaza de Bolívar, su discurso presa-
giaba un sesgo efervescente, lleno de ceguera y obcecación. Eso de que el Presi-
dente es una “tapia” o que le daban ganas de “encuellarlo” es apenas anecdó-
tico; lo verdaderamente grave es que usted, en vez de clamar por la libertad de
su hijo –y de los otros secuestrados–, se limitó a exigir el ‘acuerdo humanitario’
como si se tratara de dos cosas idénticas o consecuentes. Y no es así.
Lo uno, automáticamente, no conduce a lo otro. Y como a usted, profesor,
lo que le interesa es la libertad de su hijo, y para eso no se requiere más trámite
que la buena voluntad de los captores, queda la sensación (y la evidencia) de
que está presionando en el lugar equivocado–vaya uno a saber por orden o por
malévola sugerencia de quién– y colaborando activamente para que la libertad
de su hijo se enrede todavía más.
Profesor, es un hecho que a la guerrilla no le interesa el canje porque de
él no consigue dividendos apreciables; le interesa es la mecánica en la que se
entraría para negociar el acuerdo porque de esa manera volvería a saborear
las dulces mieles del despeje del Caguán, donde ganó en muchos aspectos

381
Los potros de bárbaros atilas

sin negociar nada. ¿45 días? ¿Despeje de dos pueblitos? No, este es un juego
interminable si las Farc no tienen disposición de ánimo para devolver a los
secuestrados y no creo que haya un solo colombiano que les reconozca ese
empeño. Esa vaga esperanza solo cabe en mentes calenturientas, ingenuas o
adoloridas como en su caso, respetado profesor.
Yo no sé si su intención sea la de caldear ánimos y provocar revueltas, me
cuesta trabajo creerlo, pero esa soflama, esa perorata efectista sobre la pobreza
es la misma monserga retórica, confusa y amañada que utiliza la subversión
para justificar la violencia. Lamento que haya transformado el discurso huma-
nitario en arenga política para poner en tela de juicio el modelo económico del
país –¡e instar al Presidente de la República a socializar sus haberes!–, porque
eso mina su independencia y socava su credibilidad. Su imagen podría mudar
de héroe a emisario, y eso no vale ni una llaga de las que ulceraron sus pies.
Además, ¿cómo es eso de que no quiere hablar con ‘Granda’, porque no tiene
“nada que ver”? Ningún presidente francés aboga por alguien que no tiene
“nada que ver”. Quien le haya dicho eso debe ser el mismo que lo mandó a
presionar al Gobierno. O lo están usando o lo están asesorando muy mal.
Mi estimado profesor Moncayo: a pesar de todo, considero que su causa
debe recibir todo el apoyo porque creo que ese esfuerzo suyo podría arrojar
resultados positivos si se orienta mejor. Usted debería ir a la ONU, a la OEA,
al Parlamento Europeo y presentarse ante gobiernos y medios de comunica-
ción de todo el mundo para pedir la libertad de su hijo sin caer en el juego de la
guerrilla. No se deje usar, todos queremos que usted se adjudique esa victoria
pero sin propiciarle derrotas al país ni conquistas al verdugo.

Tomado de El Tiempo, 7 de agosto de 2007


http://www.eltiempo.com/.

382
SOBRE LA PAZ Y EL ACUERDO HUMANITARIO EN
MOMENTOS DE ANGUSTIA NACIONAL
Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam)

1. La Iglesia en Colombia rechaza una vez más y seguirá condenando


el secuestro, la retención ilegal de civiles, porque no sólo atenta contra la
dignidad humana, los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Huma-
nitario como una expresión de valores universales, sino que es una muestra
fehaciente del grado de incivilidad y barbarie al que puede llegar una sociedad
al atentar contra uno de los institutos construidos a lo largo de la historia y en
especial de la vida moderna como es la libertad. Es una muestra de la degrada-
ción a la que ha llegado el conflicto y de la recurrencia a prácticas inhumanas
o crueles en detrimento de los argumentos políticos.
2. Por ello la Iglesia insiste en la necesidad del Acuerdo Humanitario al
que asisten razones de legalidad y razones de dignidad humana, un Acuerdo
Humanitario que reitera la Iglesia debe darse entre personas privadas de la
libertad con ocasión del conflicto armado, esto es miembros de las Farc o de
la Fuerza Pública, pero que debe dar paso a la liberación unilateral y sin condi-
ciones de todos los retenidos ilegales o secuestrados.
El Derecho Internacional Humanitario pone a disposición del Gobierno
Nacional unos instrumentos jurídicos, que en virtud de sentencia de la Corte
Constitucional, forman parte del bloque de constitucionalidad y que por tanto
prevalecen en el orden interno. Ya lo han dicho expertos constitucionalistas, “el
Derecho Internacional Humanitario está por encima de la Constitución misma
en virtud del bloque de constitucionalidad, razón por la cual para la realización
de acuerdos humanitarios, cuyo verdadero propósito y razón de ser es mitigar el
sufrimiento de quienes lo padecen, no es necesaria la expedición de leyes previas
de autorización ni hacer uso de los estados de emergencia o conmoción”.
Y el derecho interno también ofrece instrumentos para llevar a cabo el
Acuerdo Humanitario, ya sea por la concesión de facultades extraordinarias
al presidente de la República para suscribir el acuerdo, tramitadas como un
proyecto en el Congreso de la República que autorice el intercambio o las
excepciones a la normatividad penal, o por la expedición de un decreto regla-

383
Los potros de bárbaros atilas

mentario de la Ley 782 de 2002 (que prorrogó la ley 418) que permita la puesta
en libertad de los guerrilleros y la liberación unilateral por parte de las Farc.
3. La Iglesia hace un llamado a anteponer las razones humanitarias para
la libertad de todos aquellos privados de la libertad con ocasión del conflicto y
de todos los secuestrados a las razones jurídicas. Son precisamente las razones
humanitarias las que han llevado a la comunidad internacional a crear un derecho
específico que permita la exclusión de los civiles de los conflictos armados.
4. La Iglesia reitera su apoyo a la Comisión Facilitadora para el Acuerdo
Humanitario entre el Gobierno Nacional y las Farc y exhorta a las Partes a
asumir una actitud magnánime frente a un hecho al que a las razones jurídicas
se sobreponen las razones humanitarias e insiste a que la Comisión Facilita-
dora realice todos los esfuerzos necesarios para lograr el Acuerdo Humanitario
entre las personas privadas de la libertad con ocasión del conflicto armado y la
liberación unilateral y sin condiciones de todos los civiles que se encuentran
retenidos o secuestrados por los actores armados ilegales.
5. O la grandeza de una nación o el triste e histórico mendigar la paz.
Ese es el dilema que enfrenta Colombia en estos momentos de su historia
republicana. Un dilema que no resolverá sólo la entereza y buena voluntad del
Gobierno Nacional, sino la actitud magnánime de éste, de los actores armados
ilegales y de la sociedad civil por construir la paz.
Debe entender la subversión que en su larga historia ha experimentado
todas las modalidades de lucha y que los colombianos en su mayoría no acom-
pañan la toma del poder por las armas; que los colombianos sí acompañan el
deseo y esfuerzo por construir una nación que supere las desigualdades, la
pobreza y las angustias de su población; que siendo así, los colombianos apoya-
rían electoralmente a una subversión incorporada a la vida civil y dispuesta a
presentar modelos de gobierno y desarrollo democráticos, un apoyo electoral
que es además la única vía para mantener el poder.
Debe entender también el Gobierno Nacional que la larga lucha armada
en Colombia no podría haberse prolongado sin motivaciones políticas; que
en el largo ciclo de muerte y odios sembrados en Colombia no es posible
hallar una respuesta unívoca y limpia de toda responsabilidad; que cualquier
gobierno es transitorio y corresponde a éste sentar las bases de la reconcilia-
ción, consenso, la estabilidad y el progreso nacional.
Debe entender la sociedad civil que su responsabilidad va más allá de la
mera alusión a un tercer y vago actor; que de su desidia e indiferencia corres-
ponde buena parte de la responsabilidad en la prolongación del conflicto;

384
Sobre la paz y el acuerdo humanitario en momentos de angustia nacional

que, y enfatizo, ante el desafortunado grado de penetración del narcotráfico


la superación del conflicto desborda con facilidad la capacidad del gobierno
y del Estado e incluso puede llegar a desbordar la capacidad de éste y la
voluntad de los actores armados ilegales. Y debe entender la sociedad civil
que la responsabilidad es de todos; que el Estado debe su fortaleza o debi-
lidad a todos; que en ninguna parte del mundo o de la historia un Estado es
fuerte y capaz de atender la problemática social cuando la confrontación,
la corrupción y la falta de proyecto de vida ha permeado buena parte de las
estructuras sociales.
Por ello, hago un llamado a la magnanimidad del Gobierno Nacional,
de la subversión y de la sociedad civil, para que se inicie el diálogo nacional
por la paz de una vez; para que comencemos a confeccionar la constitución
colombiana que deba ser el derrotero del siglo XXI y en todas estas etapas la
Iglesia prestará su concurso; reiteramos nuestra disposición a ir a cualquier
lugar de la geografía nacional para ejercer nuestro concurso de facilitadores;
para ir ante al comunidad internacional o ante cualquier gobierno amigo a
pedir su colaboración en la salida negociada al conflicto armado.
En estos momentos de dolor patrio, debemos revitalizar la convicción de
que tenemos un destino común y que por ello debemos tener un proyecto de
nación que nos una. Un nacionalismo en el que resulta primordial e inherente
crear instituciones efectivas que expresen las normas de una nación cívica,
que agregue los intereses de sus ciudadanos y les permita trasladar sus necesi-
dades e ideales hacia políticas efectivas.
6. Es por ello que la Iglesia hace un llamado y una exhortación urgente a
la liberación de todos los secuestrados en Colombia; porque ello es lo mínimo
que pueden hacer los actores armados ilegales para la construcción de la paz en
Colombia; porque además de ser un atentado contra la dignidad humana, los
Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, es una muestra
de incivilidad contra un valor construido a lo largo de la historia y sobre todo
de la vida moderna como lo es la libertad.
7. Es por ello también que la Iglesia saluda y tiene en alta estima la dispo-
sición y esfuerzo del Gobierno Mexicano por aceptar la mediación entre el
Gobierno Nacional y el Eln. Es México un país que no sólo ha dado muestras
de amistad a lo largo de toda la historia republicana, sino que es un país que
como pocos han dado muestras de respeto al derecho de los pueblos y es por
ello que México se constituye en un baluarte en este esfuerzo de paz que no
debemos defraudar.

385
Los potros de bárbaros atilas

8. La Iglesia hace también un llamado patriótico a las Autodefensas Unidas


de Colombia para que con magmanimidad afronten el inicio formal de las nego-
ciaciones de paz con el Gobierno. Que la responsabilidad que cabe al Gobierno
Nacional, al Estado colombiano, a la subversión y a la sociedad civil cabe también
y por supuesto a las autodefensas. Que es necesario actuar con coherencia y con
grandeza para construir la confianza y el apoyo de la opinión nacional; que si no
se actúa con generosidad no sólo se puede perder la confianza, sino que se puede
ser víctima de las propias vicisitudes de la guerra.
9. Y es por ello que en esa actitud magnánime, las autodefensas están
llamadas a presentar una agenda de negociación viable, sostenible y a sobre-
llevarla con muestras de realismo y de buena voluntad, sino que deben dar
muestras fehacientes de su deseo de desligarse y acabar con el negocio del
narcotráfico. Infortunadamente el narcotráfico es una de las mayores dificul-
tades en el proceso de negociación con las autodefensas, no sólo por la fuente
de financiación que éste se convierte para las autodefensas, sino que muchos
fenómenos del narcotráfico en áreas de control o territorial con las autode-
fensas puede llegar a escapar de la voluntad de estos actores armados, sino hay
un esfuerzo por desmontar el negocio del narcotráfico.
10. Todos los colombianos estamos hoy llamados a apoyar los esfuerzos
de paz, tanto del gobierno, como de los actores armados ilegales. No importa
si como ciudadano no se comparte la política del gobierno o si como fuerza
política no se forma parte del gobierno. La paz no puede estar personalizada; la
paz no puede ser presa de pequeños y mezquinos intereses; apoyar al gobierno
en sus esfuerzos de paz no significa apoyar al gobierno en sus demás políticas
ni significa endosarle un cheque en blanco en su popularidad. Por eso todos,
incluidos quienes ejercen la oposición, debemos apoyar los esfuerzos de paz,
insisto, reconociendo los esfuerzos y magnanimidad que hagan los actores
armados ilegales.

Bogotá, junio de 2004


Fuente: www.celam.org/documentos–celam/130.doc

386
LÓPEZ Y EL MITO DEL ACUERDO
Jaime Jaramillo Panesso

Fue en el año de 1999 cuando López Michelsen, en su columna de un


diario capitalino, para legitimar el canje de secuestrados por las Farc, propuso
la “beligerancia restringida” de la siguiente manera: “He llegado por mis
propios medios a la conclusión de que para legitimar el canje se impone
previamente una declaratoria de estado de beligerancia, o sea, admitir que solo
bajo la vigencia del estado de guerra puede procederse a negociar sentencias
judiciales de cierta categoría”. Y agregaba más adelante: “Para el suscrito,
desde un punto de vista semántico, con repercusiones legales inescapables, es
mucho lo que se aclara, porque ya no se hablará más de “secuestrados” sino de
“prisioneros de guerra”, que es lo propio, y, de la misma manera, el canje no
se vinculará exclusivamente a las figuras del Código Penal colombiano, sino
a los usos y prácticas propios de los conflictos armados”.
La figura inventada por López no existe en el Derecho Internacional
Público. La aplicación de los Protocolos de Ginebra 1949 son indepen-
dientes de cualquier estatus jurídico que tengan las partes, es decir, que están
obligadas a cumplirlos imperativamente. Pero en la praxis concreta, solo el
estado colombiano como suscriptor de los tratados está obligado a cumplirlos,
mientras la guerrilla no. Las infracciones graves a los Protocolos de Ginebra
constituyen crímenes de guerra como son los homicidios fuera de combate,
la toma de rehenes o las torturas. Concederles a las Farc el estado o estatus
de beligerancia, era y es una determinación que pone en peligro la soberanía
nacional, puesto que se suspende la aplicación de las normas penales internas
a la guerrilla y quedan cubiertos como combatientes de un ejército contrario
con territorios y mandos responsables, cuyos integrantes no secuestran, sino
que “retienen prisioneros de guerra” como los diputados y demás civiles en
sus campos de concentración, canjeables, como decía López, por los comba-
tientes (y no terroristas) de otro ejército similar al constitucional, que están
bajo el Derecho Internacional como prisioneros de guerra y no como delin-
cuentes que van más allá de la rebelión con delitos atroces. Si la tesis de
López hubiera sido aceptada, las Farc tendrían jurisdicción en medio país y

387
Los potros de bárbaros atilas

reconocimiento internacional de países vecinos, por ejemplo Venezuela. En


otras palabras, estarían a punto de ganar el conflicto armado.
Años después, 2005, extendiendo parte de sus antiguos argumentos, dijo
que para aplicar el señalamiento de terroristas a ciertos contradictores de
izquierda, era necesario reconocer o declarar que existía un conflicto interno.
Es decir, de nuevo ratificaba su propuesta de cobijarlos bajo los Protocolos de
Ginebra, con la siguiente frase: “no confundir terroristas con amotinados”.
López siempre buscó obtener un Acuerdo Humanitario haciendo conce-
siones a las Farc. Esta actitud tenía un trasfondo político: para él lo importante
de los alzados en armas de la izquierda no eran los medios utilizados (donde
la ética es determinante) sino los fines políticos, para los cuales tuvo una
especie de secreta sintonía. Al fin de cuentas fueron sus compañeros de ruta
en tiempos del MRL. Por eso es incomprensible que a la hora de su muerte,
el comunicado de las Farc lo calificara de manera infamante: “Échenlo al
hueco y tápenlo”, escribieron. Y agregaron que era hijo del Frente Nacional,
escudero de la avariciosa oligarquía y autor de la masacre del paro nacional de
1977 durante su “mandato caro”.
Los amigos y admiradores del expresidente López Michelsen tratarán de
resucitarlo con alabanzas y elogios acerca de sus tesis sobre el acuerdo huma-
nitario. Por ahí no dan las campanas ni los himnos. Otras facetas distintas
servirán a una mejor causa para su beatificación.

Fuente: El Mundo, Medellín, domingo 22 de julio de 2007

388
Diego Mejía murió libre. Y Manizales no está secuestrada ni humillada.
EL REGALO DE LA PALABRA JUSTA
Fernando Londoño Hoyos

En la historia humana, ya larga de tantos siglos, suelen ser las mujeres


las encargadas de los mensajes decisivos y las ideas supremas. Los griegos
se valieron de Ifigenia, de Electra y Antígona; el pueblo de Israel acudió a
Esther; Francia y la Iglesia, intentando salir de la noche medieval, encontraron
la fortaleza y la luz en una pobre doncella de Domremy; Teresa de Ávila sería
portadora del mensaje místico; Madame Roland, subiendo al cadalso, ense-
ñaría el amor a la libertad; y cuando el mundo quiso derrotar el egoísmo, allá
estaba la caridad de Teresa de Calcuta.
No andamos enfrascados en una pelea bizantina. De lo que se trata es de
justificar la política y salvar la sociedad. Nada menos que de eso. Y otra vez
estaba reservada a una mujer la palabra justa y la acción iluminada. Ya estaban
dichos todos lo sofismas y se había usado hasta el último de los argumentos
especiosos. La dialéctica para contrarrestarlos parecía agotada. Faltaba que
se hablara con la voz serena de los héroes, desde las riberas del martirio. Y
eso ocurrió en Manizales, donde una mujer digna de su raza, al pie del cuerpo
inerte de su marido asesinado y ante sus hijas huérfanas, cerró el debate y
abrió las puertas del porvenir.
En las declaraciones de María Matilde Londoño Jaramillo está conden-
sada una doctrina impecable y están sentadas las bases de la victoria. No es
difícil seguir y complementar la ruta de un pensamiento alumbrado por la fe
y gestado con sangre:
El secuestro es el más atroz, el más vil, el más infame de los delitos que
se tienen por de lesa humanidad.
El secuestrador es responsable del secuestro y de todas las consecuencias
que el secuestro tenga.
Para el Estado, el secuestro no es negociable, ni transable.
Como lo sentenció hace siglos Francisco Carrara, el padre del derecho
penal clásico, el secuestro cometido por bandas armadas es la guerra, y los
fusiles son el lenguaje de la guerra.

389
Los potros de bárbaros atilas

Negociar el secuestro es premiarlo con el éxito y multiplicarlo al infinito. La


condescendencia con los secuestradores es la ruina de la civilización misma.
El rescate armado de los cautivos es un derecho de la sociedad y un deber
de los hombres en armas.
Si el secuestrador muere, el rescate no ha fallado. La sangre derramada
del justo salva la de muchos, garantiza la paz y edifica el derecho.
Ese raciocino sencillo e implacable viene refrendado por amargas expe-
riencias. Porque Diego Mejía y los diputados del Valle y las víctimas recientes
de esa barbarie han muerto como consecuencia de las debilidades de ayer. De
los despejes cobardes y de los intercambios embusteros. Cumplido el propó-
sito del criminal, lo que sigue es aumentar el inventario de las futuras transac-
ciones.
Íngrid Betancur y Clara Rojas fueron plagiadas horas después de tres
años y medio de despeje; los diputados, días más tarde; el senador Gechem,
en plena claudicación miserable. No es una coincidencia. Es la terrible lógica
de ese delito infame.
María Matilde tiene razón en su consuelo. Diego ya no es una moneda
de intercambio y su sufrimiento tuvo límite. En la misma escena, un soldado
muerto y otro herido representan el valor y la abnegación sublimes.
La compañía fraternal y unánime de Manizales no tiene precio. El Presi-
dente, jurando que ese sacrificio no será inútil, y el Comandante de las Fuerzas
Militares, prometiendo que ninguno de sus hombres se negará al sacrificio, si
mañana fuere menester, son la prenda de que ese dolor no será estéril. Y saber
que Diego murió sostenido por manos amigas, en la certidumbre de que era
un hombre libre, es cuanto puede pedir un espíritu elegido. Por todo eso pudo
darnos semejante lección, que no seríamos capaces de traicionar.

Fuente: El Tiempo, Bogotá, 18 de julio de 2007

390
PONENCIA EN EL II CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE
VÍCTIMAS DEL TERRORISMO
Alfonso López Michelsen

Recientemente se llevó a cabo una encuesta entre los inversionistas


extranjeros acerca de cuál era el problema más grave, el tropiezo mayor
para trabajar en Colombia. En un 63% respondió que la incertidumbre
jurídica constituía el mayor obstáculo en el camino de vincularse a
Colombia.
Era la respuesta de los privilegiados, de los favorecidos, de quienes
venían con capital a invertir en Colombia con el propósito de aumentar sus
ingresos. Y yo me preguntaba íntimamente si la incertidumbre jurídica es un
obstáculo para quienes disponen de todas las facultades, las conexiones, las
palancas, qué será de la incertidumbre jurídica para quienes hoy son víctimas
del más injusto de los delitos, si es que algún un delito es justo, las personas
que sufren del cautiverio en manos de los secuestradores profesionales de los
distintos grupos ilegales.
Si los poderosos sufren con la incertidumbre política, qué decir de los
sectores más débiles de la sociedad, sufriendo de la seguridad jurídica. La
incertidumbre, el interrogante sobre este terreno movedizo, en el cual yo me
sorprendo en encontrar muchas veces tantas confusiones, tantas ignorancias,
tantos apasionamientos sin razón.
La pregunta para formularse en primer término para cualquier auditorio,
es bastante extraña: ¿Es el terrorismo un delito? ¿Es el terrorismo un partido?
¿Es un grupo político? ¿Un grupo revolucionario? ¿Es el terrorismo suscep-
tible de ser invocado ante el Tribunal Penal Internacional que funciona en
Roma para obtener un castigo para aquellos tildados de terroristas? No, el
terrorismo no está clasificado como delito.
El terrorismo es auxiliar entre los recursos de las ofensivas físicas, de
las ofensivas militares, pero el delito de terrorismo no existe como tal. No
existe porque es extremadamente difícil de definir. Tan difícil que cuando se
intentó en Ginebra una definición que cobijara el concepto que percibimos
como terrorismo, fue imposible llegar a un acuerdo y a lo más próximo a que

391
Los potros de bárbaros atilas

se llegó, fue a decir, equivocadamente por cierto, que el terrorismo es la tenta-


tiva de luchar por la fuerza contra el Estado.
Error, el terrorismo no es solamente la lucha contra el Estado, hay el
terrorismo nazista, nacionalista, racista, sindicalista. No es exclusivamente
contra el Estado, puede ser contra las empresas que revisten determinadas
características, puede ser a favor de una raza contra otra que se ejerce el terro-
rismo, y desde luego, hay que descartar la tentativa de encontrar el terrorismo
definido, tipificado como delito.
En ciertas convenciones, en ciertas declaraciones existen visos de una
definición, pero como tal el terrorismo no lo es. No podría llegarse ante el
Tribunal de Roma con el argumento de que un fulano de tal incurrió en terro-
rismo, sino que aquellos actos que ya están tipificados como delitos y están
al servicio o como consecuencia del terrorismo, si encuentran investigación,
sanción y reparación. Me refiero, por ejemplo, al genocidio que es un delito,
se puede acusar por genocidio. El secuestro es un delito y desde luego es auxi-
liar del terrorismo, el cual se puede invocar para obtener una sanción contra
quien lo practique.
Pero inversamente, las acciones propiamente militares de un Ejército
regular no son terrorismo en modo alguno. Podemos poner como ejemplo
la voladura de un oleoducto. A veces, según el objeto por el cual se vuela el
oleoducto, puede tratarse como un caso de terrorismo. Pero de otro modo,
por competencia u otras razones, puede ser que no sea terrorista sino hace
parte de una acción militar. Y del mismo modo el ataque sorpresivo a una
estación de policía, evidentemente a los ojos del público puede ser un acto
de terrorismo.
Pero si es un Ejército regular el que ataca un cuartel de policía, con las
mismas armas y las mismas circunstancias que acabo de describir, no sería en
modo alguno un acto de terrorismo, sería una operación militar de un Ejército
regular. ¿Por qué? Porque depende de la finalidad con que se hacen los actos
y no de los actos mismos la calificación de terrorista. Cuando la finalidad es
intimidar, es llegar a la población anónima con el propósito de disuadirla, de
abrazar determinada causa, allí hay un acto de terrorismo.
Y es tan antiguo el terrorismo, contrariamente a algo que escuché en el día
de ayer, que hablaban de que se trataba de una práctica del Tercer Mundo que
estaba llegando a los países civilizados. Por el contrario, el terrorismo nació
en los países civilizados, no fue originario del Tercer Mundo, con el espíritu
de hacer propaganda contra determinadas causas, por vía de la intimidación.

392
Ponencia en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

El año 1893 en Francia, se llamó el Año del Terrorismo, cuando un terrorista


lanzó una bomba en el senado mismo de la República francesa y causó una serie
de muertos. Enseguida fue asesinado el Presidente de la República, en un día en
que iba a cumplir una función oficial y una serie de actos semejantes. El juicio
del responsable permitió que se calificara a 1893 como el Año del Terrorismo.
En este contexto tenemos que abordar en Colombia el tema del terro-
rismo. Desde luego el terrorismo, es por así decirlo, el arma del más débil.
El terrorismo brota casi espontáneamente en Irak cuando los iraquíes se ven
invadidos y dominados por la primera potencia militar del mundo como son
los Estados Unidos. Y aquí, frente a la debilidad de distintas causas de carácter
revolucionario, se apela al terrorismo en defecto de hacer frente en condiciones
de igualdad y comparable fuerza, como ocurría en la época de las Guerras
Civiles, de ahí que no se repitan episodios como Peralonso o Palonegro o
Enciso, batallas que están registradas en nuestra historia como episodios de las
guerras civiles. Lo que hay en la actualidad son emboscadas, celadas, minas
antipersonales, recursos todos que debemos asociar con la táctica terrorista.
Pero escuchando la forma como se emplea el calificativo de terrorista
parecería que es una forma de descalificar de entrada al contradictor, al adver-
sario, sin profundizar en los rasgos que caracterizan su acción.
Ayer también oía en forma pasajera una alusión, que en el caso nuestro
es extremamente interesante. Fidel Castro no fue jamás un terrorista, no recu-
rrió al secuestro sino en una ocasión por un motivo deportivo de retener, por
una semana o menos, al corredor de automóviles que iba a competir con el
corredor cubano. Pero la práctica del secuestro, la práctica de la celada, de
la emboscada, como lo vemos cada día en nuestro suelo, no fue motivo de la
revolución cubana.
Terrorista en el verdadero sentido de la palabra es quien intenta socavar
una colectividad por medio de la intimidación mediante actos de violencia,
que indiscriminadamente llegan a la población anónima y se difunde, desper-
tando el temor de adherir a la causa contraria. Lo vemos cada día y alrededor
del terrorismo surgen prácticas tan condenables como la tortura, el abuso de la
tortura, bien como castigo o bien como venganza, bien como procedimiento
para obtener delaciones, obtener informes entre los prisioneros acerca de las
condiciones del contendor.
Surgió la idea del Tribunal destinado a hacer efectivo el Derecho Interna-
cional Humanitario. No porque no existieran los principios que se habían ido
consagrando a través de los años, yo diría que desde la guerra civil norteame-

393
Los potros de bárbaros atilas

ricana, sino porque dichos principios sobre el tratamiento de prisioneros, la


evolución de las torturas, las posibilidades de canje, quedaban escritas pero no
tenían un juez que discriminara o decidiera sobre el castigo o la sanción para
aquellos que violaran el Derecho Internacional Humanitario.
William Pace fue quien divulgó y promocionó lo que actualmente es la
Corte Penal de Roma con carácter universal, entre aquellos que adhieren esta
jurisdicción en procura de hacer efectivo el Derecho Internacional Huma-
nitario. Todos ustedes saben, en cierto modo para sorpresa general, que los
Estados Unidos no adhirió al Tribunal de Roma, pero en cambio la mayor
parte de los países, y en particular Colombia, se someten voluntariamente en
vista de que han adherido a todos los convenios atinentes al Derecho Interna-
cional Humanitario, se someten a esta jurisdicción con la reserva de que solo
siete años después de nuestra adhesión, se podrá poner en práctica la tota-
lidad de la legislación, y entre tanto, sólo aquellos delitos de lesa humanidad,
pueden entrar a ser juzgados por dicho tribunal de inmediato.
La razón que se invoca para este periodo de interinidad de siete años es
la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre los principios del Derecho Inter-
nacional Humanitario, o un armisticio, o una paz con los que actualmente son
responsables del llamado terrorismo.
No se necesita haber adherido a los pactos contra el terrorismo, es decir,
al Derecho Internacional Humanitario, para que este sea obligatorio. Con
alguna frecuencia, en el caso colombiano, los alzados en armas dicen no estar
obligados por no haber sido consultados, por no haber adherido oficialmente
a los compromisos del Derecho Internacional Humanitario.
No es así, no se necesita la voluntad de quienes están comprometidos en
la lucha armada, en un conflicto interno, y con mayor razón en un conflicto
internacional, para que este tenga vigencia. Es un caso de los que se conoce
como Derecho Obligatorio Imperativo, sin que sea voluntario haberse some-
tido a las disposiciones del Derecho Internacional Humanitario. Es para hacer
un símil un poco prosaico, como si se necesitara para estar sometido al Código
Penal haberlo admitido por medio de un contrato. Rige para toda la población,
independientemente de que les guste o no les guste a los criminales, acatar las
disposiciones del Código Penal.
En estas circunstancias se presenta un fenómeno interesante, al cual
yo creo que no se le ha prestado suficiente atención. Es la de que con sólo
adherir voluntariamente a las disposiciones del Derecho Internacional Huma-
nitario, pierden el carácter de terroristas los que hoy se califican de terro-

394
Ponencia en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

ristas. En términos colombianos, si mañana las Farc o el Eln o cualquiera de


estos grupos reconociera públicamente que se somete a las disposiciones del
Derecho Internacional Humanitario y pusiera en práctica esas disposiciones,
no podría ser calificado en adelante como terrorista, estaría dentro de la ley y
podría estar sujeto al respectivo Código Penal, pero no sufriría del carácter de
terrorista, que no le permite tener derecho a tratar de igual a igual al Estado,
con el gobierno regular.
Por cierto, tan evidente es la confusión que existe acerca de este tema que
cuando se dictaron, con posterioridad a la guerra en 1977, los últimos proto-
colos complementarios del Derecho Internacional Humanitario, o sea cuando
se extendieron las disposiciones precautelativas sobre la guerra entre naciones,
a las situaciones de guerra doméstica, Colombia tardó diez años en aprobar
oficialmente dichas disposiciones. No se entendía bien de que se trataba, y la
oposición en muchos casos la fomentaban los propios delegados de Colombia
en Ginebra, que pretendían que si Colombia adhería al Derecho Internacional
Humanitario, incurría en estado de beligerancia frente a los alzados en armas,
es decir, que con el hecho de participar en la adhesión al Protocolo II de los
Acuerdos de Ginebra se perdía, en cierto modo, la autonomía por parte del
Gobierno de Colombia para conjurar al orden público.
No, el Acuerdo Humanitario, curiosamente, es casi obligatorio, por lo
menos en teoría, para los Estados y para los alzados en armas. Cuando se
celebró en Neuchatel, en 1938, una reunión para conmemorar las conquistas
que se venían celebrando en el camino de aliviar las condiciones de los
combatientes en las guerras, y sobre todo las de la condición civil, el artículo
16 dispuso que los gobiernos debían velar por la vida, la libertad de sus ciuda-
danos, y hasta donde fuera posible, practicar el canje de prisioneros y evitar el
trato inhumano de sus ciudadanos y de las personas que estuvieran en calidad
de prisioneros de guerra en sus propias cárceles.
Es decir, que cuando se sugiere que se disponga en las leyes colom-
bianas, que el gobierno debe procurar alcanzar el Acuerdo Humanitario, del
que tanto hablamos, estamos incurriendo en una disposición superflua porque
ya, mediante tratados públicos, hay la obligación en cuanto sea posible, de
procurar el canje –no me gusta el término– el intercambio de prisioneros entre
el Gobierno y entre quienes están alzados en armas. ¿Por qué? Porque los que
calificamos o son calificados como terroristas, son criminales comunes, son
delincuentes con los cuales no hay que tratar sino acudir a las armas de que
dispone todo gobierno para someter a los delincuentes.

395
Los potros de bárbaros atilas

Para adquirir la categoría al tratamiento total del Derecho Humanitario y


llegar a un acuerdo, se requiere no estar en condición de delincuente común,
no haber sido calificado nacional o universalmente como terrorista.
Esta condición me lleva al tema mismo del Acuerdo Humanitario. He sido
partidario públicamente del Acuerdo Humanitario, he procurado por todos los
medios divulgar su alcance, sus sentidos, sus consecuencias. Sin embargo,
no se llega al Acuerdo Humanitario, precisamente por una confusión como
la que yo vengo hablando. La creencia de que se puede imponer condiciones
cuando el Estado trata con los insurgentes, acudiendo a uno de estos acuerdos
especiales, como el acuerdo humanitario.
No se puede pensar que el Acuerdo Humanitario es el prólogo de la paz,
es un peldaño en el camino de un armisticio o de la paz, sino es una operación
autónoma por medio de la cual se llega a realizar, sin consecuencias posteriores
fruto de esas condiciones, un acuerdo para hacer más llevadera la situación de
los cautivos. Lo vemos en los diarios: acuerdo de Israel con los palestinos. No se
trata de la paz, no se trata de ponerle fin a la situación existente, sino de aliviar la
situación de los civiles no comprometidos en la guerra o de los propios cautivos
o prisioneros, bien por el canje, bien renunciando a practicas como la tortura.
La idea de un acuerdo para el canje de prisioneros con condiciones, como
ocurre en Colombia, no cabe dentro del Acuerdo Humanitario. Puede ser un
acuerdo político, voluntario entre las partes, en la medida en que acojan deter-
minados términos, el lugar donde se celebran las conversaciones tendientes al
canje, la garantía de que no van a ser víctimas de una sorpresiva detención los
representantes de la contraparte, todos esos términos son legítimos.
Pero pretender que como acuerdo humanitario sigan ciertas obligaciones,
sigan ciertos compromisos, como condición para hacer el canje, es un error. Se
puede llegar allá. Ojalá que en Colombia alcanzáramos un acuerdo voluntario
y que las partes pacten cuando quieran, pueden poner términos, pueden poner
condiciones, como vivir fuera del país, como dedicarse a determinadas tareas
o faenas como la erradicación de las hierbas, pero esos compromisos anexos
son propios del acuerdo político y no del Acuerdo Humanitario.
Fue lo que me llevó a mi en una ocasión a decir, con toda sinceridad, que
si el gobierno no procedía a acogerse al régimen especial del Acuerdo Huma-
nitario, bien podía hacer apelación al acuerdo político libre, como se contrata
en la vida política y en la privada, con plena libertad, porque creo que es más
difícil llegar al Acuerdo Humanitario, que llegar a un pacto cuyos términos
son el fruto del consentimiento entre las partes.

396
Ponencia en el II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo

En mi condición de Facilitador no tendría razón en oponerme a que se


descartara este acuerdo especial humanitario y se acogieran los alzados en
armas y el gobierno al acuerdo especial, al acuerdo político que es en realidad
lo que busca el Gobierno. Si el gobierno quiere llegar a la liberación de sus
propios efectivos y de los efectivos de los contrarios, bien puede entablar
conversaciones, adelantar convenios, pactar dentro de las normas generales,
sin tener que someterse a las normas especiales y particulares de la variante
que es el Acuerdo Humanitario.
Lo que no se puede es colgarle al Acuerdo Humanitario condiciones de
vencedor, que implique que la contraparte está vencida, porque el Acuerdo
Humanitario parte de ser una operación, como decía en alguna ocasión, como
el intercambio de espías durante la guerra fría, se entregaban cinco soviéticos
contra cinco o diez ciudadanos de los países democráticos y eso no indicaba
que estuviera capitulando ninguna de las dos partes. Es una simple opera-
ción autónoma. Es precisamente lo que me parece podría dar un paso hacia
delante en el camino de solucionar aquello que constituye el tema esencial
de estas reuniones.
La situación de los secuestrados, de las víctimas del secuestro, que llevan ya
siete, cinco, tres, dos años, muchas veces sin prueba de supervivencia, muchas
veces víctimas de desapariciones. Yo creo que la primera necesidad es, como lo
sugieren los indígenas, buscar un territorio donde tratar este tema sin pretender
sujetarse a normas rígidas, sino dentro del principio de la autonomía, de la
voluntad en el Derecho privado, la autonomía de la voluntad, naturalmente dentro
de los principios humanitarios de las partes comprometidas en el conflicto.
Por eso yo prefiero a mi condición de Ex Presidente mi condición de
facilitador que he asumido de tiempo atrás, mi compromiso irrevocable de
procurar por todos los medios legítimos que se produzca el encuentro entre
las partes en conflicto sin confusiones semánticas de ninguna clase, dentro
del propósito firme e irrevocable de llegar a un acuerdo. No estoy luchando
por la paz que es todavía más remota. Estoy luchando por la devolución de
los secuestrados, de los rehenes, de los prisioneros y porque se mantengan los
principios humanitarios a que se hace alusión en los protocolos, como trata-
miento humano, no sólo a las víctimas del secuestro sino principalmente a sus
familiares que viven en la oscuridad, en el dolor, y en el sufrimiento.

24 de noviembre de 2005
Fuente:http://www.usergioarboleda.edu.co/congresovictimas_ALFONSO_LOPEZ_
MICHELSEN.htm

397
LA MUERTE COMO ESTRATEGIA
Alfonso Monsalve Solórzano

Ya casi todo está dicho sobre al asesinato de los 11 diputados del Valle.
Lo mejor que he leído al respecto, porque recoge el análisis sereno de los inte-
reses nacionales con la autoridad de quien ha perdido a un hijo y un amigo en
circunstancias atroces como la que nos ocupa, es el editorialista de El Mundo,
doctor Guillermo Gaviria, el viernes pasado.
El país debe saber que la confrontación no sólo es militar. Es también, y
sobre todo, en un conflicto de baja intensidad militar como el nuestro, polí-
tica y psicológica. Incapaces de obtener el triunfo militar por el repudio cada
vez mayor de los colombianos, que no aceptan ni el terror ni el narcotráfico
–y recuérdese que la doctrina militar de los grandes revolucionarios como
Mao Tsetung habla de que el guerrillero debe tener la aceptación y apoyo del
pueblo para triunfar, hasta el punto de condensarlo en la metáfora de que ha
de ser como el pez en el agua– ensayan la estrategia de romper la voluntad de
resistencia de los ciudadanos y del Estado con el objetivo de imponer mediante
el terror sus condiciones, que no ganan en el campo de batalla, y que no son
otras que las de tomarse el poder.
La idea es simple: un estado y una sociedad hastiados de un grado de
violencia que, a pesar de que militarmente no es significativa, sicológicamente
sí lo es por lo persistente y reiterativa y por estar dirigida contra los ciudadanos
indefensos, están dispuestos a aceptar lo que sea. Ese es el raciocinio de fondo
con el secuestro y asesinato de los diputados y de los otros rehenes ‘canjeables’y
nos muestra hasta dónde pueden llegar las Farc en esa estrategia.
Es una estrategia perversa que pone a muchos familiares de las víctimas
a favor de los criminales, exigiéndole al Estado que ceda el control del orden
social, lo cual nos llevaría a la disolución de nuestra democracia, como si
éste los hubiere secuestrado o el gobierno no hubiese hecho significativos
esfuerzos por facilitar el intercambio sin quebrar el orden institucional que juró
defender. Por esa razón es doblemente significativo el editorial mencionado,
que condena, con claridad meridiana, el crimen de las Farc y reconoce el deber
institucional del gobierno de buscar la liberación de los rehenes mediante los

399
Los potros de bárbaros atilas

medios que dispone, sin descartar el acuerdo pero sin renunciar a las posibili-
dades que la Constitución y la ley le otorgan y sin ceder la soberanía interna.
Igualmente, es destacable y ejemplar la visita del gobernador Aníbal Gaviria
a los familiares de los diputados y su propuesta, junto con el gobernador del
Valle Angelino Garzón, de realizar marchas de protesta el próximo jueves,
exigiéndole a las Farc la liberación sin condiciones de todos los rehenes y la
entrega de los cadáveres de los diputados muertos.
Ya es hora de que los colombianos nos movilicemos a repudiar al
secuestro y a sus perpetradores. El país todo no puede seguir secuestrado sico-
lógicamente, debe mostrar su voluntad de lucha en defensa de la democracia
y de la libertad. Es el momento también de que todos los demócratas rodeen
al gobierno en este trance, para que las Farc reciban el claro mensaje de que
no podrán quebrar la voluntad de supervivencia de la sociedad colombiana,
entrañablemente unida a la vigencia de sus instituciones democráticas.

Fuente: El Mundo, Medellín, 30 de junio de 2007

400
Carta al director de El Tiempo
NO HAY CAUSA NOBLE O VIL
QUE JUSTIFIQUE EL SECUESTRO
Francisco Mosquera Sánchez

Señor
Hernando Santos Castillo
Director de El Tiempo
Señor director:
Hoy se cumplen siete días del repentino y angustioso secuestro de Fran-
cisco Santos Calderón, jefe de redacción de El Tiempo, ocurrido el miércoles
pasado por parte de un grupo de facinerosos que sin contemplaciones dio
muerte a su chofer, José Oromancio Ibáñez. Aún no se sabe con certeza la
autoría del golpe, ni los móviles del mismo; pero las circunstancias de que
haya coincidido con la desaparición de varias personas, entre las cuales se
mencionan periodistas de otros medios, como doña Diana Turbay de Uribe,
hija del ex presidente Turbay, hace pensar a muchos comentaristas que afron-
tamos de nuevo una de esas conjuras que con frecuencia postran a Colombia
y la avergüenzan ante los ojos del mundo. Sea lo que fuere, le expresamos a
usted, a sus familiares y amigos nuestros sentimientos de solidaridad en el
difícil trance y nuestra esperanza de que a la postre todo saldrá bien.
Por configurar una de las fechorías más abominables, el secuestro,
podríamos decir, ha sido repudiado en todas las latitudes. No hay causa, noble
o vil, que lo justifique. Desgraciadamente, este instrumento tan exclusivo de
la delincuencia común, pasó a constituirse en parte integrante de la táctica
de las guerrillas colombianas y, a través de ellas, en el símbolo de la lucha
seudorrevolucionaria. Numerosas voces, hasta las menos esperadas, salieron
en defensa del fenómeno; y en especial cuando se propuso la inclusión de
los “crímenes atroces” dentro de la amnistía concedida durante el cuatrienio
de Belisario Betancur. Así acabó extendiéndose y santificándose la práctica
de retener a adultos, ancianos y niños con fines lucrativos o como medio
de presión. Por eso hemos insistido en colocar, entre los grandes objetivos
nacionales a obtener, la civilización de la contienda política, de tal forma que

401
Los potros de bárbaros atilas

quienes recurran a cualquiera de las manifestaciones del vandalismo queden


aislados y reciban ejemplar sanción.
Otra de las políticas erróneas, que tanto le han costado al país, estriba
en el tratamiento veleidoso que se le ha venido dando al narcotráfico. Por
satisfacer las demandas de Washington, cuyas autoridades se han valido de
aquella calamidad como un pretexto para meter las narices en América Latina,
los últimos gobiernos colombianos han oscilado entre la extradición por la vía
administrativa, sin tratado internacional ni garantías procesales, y el acuerdo
secreto con los más perseguidos proveedores de la droga. Se teme que Fran-
cisco Santos Calderón y los demás periodistas extraviados sean otras de las
incontables víctimas de tales inconsecuencias. De ser esto verídico el país
entero debe abogar por la pronta liberación de los secuestrados y exigir que
sus vidas se sustraigan del oscuro juego. Y que la gravedad del incidente sirva
para volver las cosas a su cauce normal: que la nación haga respetar la sobe-
ranía, democratice la justicia y prevenga el delito.
Lo cual se hace absolutamente indispensable en el momento actual,
cuando la gran potencia del Norte, con la complicidad de los colaboracionistas
colombianos, convierte nuestro suelo en un mercado libre en dónde vender,
comprar e invertir a sus anchas. En honor a la verdad digamos que Fran-
cisco Santos, en su columna del 18 de los corrientes, justamente planteó serios
interrogantes sobre la apertura económica en que viene empeñada la nueva
administración, exhibiendo una prisa que sorprende y echando mano de unos
procedimientos que espantan. Inquietudes cada vez más presentes, no solo en
las reuniones obreras, o en los foros de intelectuales, sino en las páginas de los
periódicos. La nación terminará uniéndose para salvarse.
Francisco Mosquera
Secretario General del MOIR

Esta carta fue enviada por Francisco Mosquera a Hernando Santos Castillo, director de El
Tiempo, el 26 de septiembre de 1990.

402
UNA LECCIÓN DE HEROÍSMO
Eduardo Mackenzie

Después de tanto sufrimiento acumulado durante todos estos años, lo


peor que les podría ocurrir a las familias de los rehenes en poder de las Farc es
convertirse en el último eco retórico de éstas.
Achacarle al presidente Álvaro Uribe la situación de los rehenes, atribuirle
tanto o más responsabilidad en esa tragedia que a las Farc, es caer en la peor confu-
sión mental y moral. Es aceptar el juego diabólico de los captores de rehenes.
El dolor es inmenso en las familias de los secuestrados. Es un dolor que
el país entero comparte y comprende, como quedó demostrado durante las
manifestaciones del 5 de julio de 2007 de repudio a la matanza de los once
diputados secuestrados por las Farc.
Pero ese dolor no puede justificarlo todo. Ese sufrimiento no puede
ponerse al servicio de la injusticia.
No podemos aceptar que ese dolor nos obnubile hasta el punto de no
poder distinguir entre el bien y el mal, entre la víctima y el victimario, entre la
democracia y la barbarie.
No podemos aceptar que ese sufrimiento sea manipulado impunemente
por hábiles creadores de odio. Pues esa manipulación conduce a intensificar el
dolor de las familias y de los secuestrados.
Es cierto que desde hace algún tiempo, varios parientes de rehenes, no
todos, y algunos comités de apoyo, sobre todo en Francia, equiparan las Farc
y el presidente Uribe, atribuyéndole a los dos, por igual, la responsabilidad
de esa atrocidad y del largo cautiverio de los secuestrados. Al hacer esto,
esas personas ayudan, probablemente contra su fuero interno, a diabolizar un
gobierno elegido por el pueblo.
Es cierto que las autoridades y la prensa no han brillado al momento de
repudiar ese injusto símil, esa grave deformación, pues consideran, errónea-
mente, que éste es causado únicamente por la amargura de las familias, y por
el llamado “síndrome de Estocolmo”, contra el cual, dicen, no hay antídoto.
El problema es que ese síndrome está lejos de ser general. Este no ha afec-
tado a todos los parientes de rehenes, pues muchos de éstos apoyan la orienta-

403
Los potros de bárbaros atilas

ción del gobierno de rescatar a las víctimas por todos los medios, incluso si los
rescates terminan en la muerte del secuestrado, como es el caso tan reciente y
ejemplar de Diego Mejía Isaza.
La viuda de Diego Mejía Isaza, doña María Matilde Londoño Jaramillo,
dio las gracias a las Fuerzas Armadas y al ministro de Defensa, Juan Manuel
Santos, por haber intentado esa liberación, el 12 de julio de 2007, donde,
además, un militar, Edgar Fonseca Gómez, perdió la vida y otro, Baudilio
Peña Castillo, resultó gravemente herido.
A pesar del drama inmenso que constituye para ella y para su familia la
muerte de Diego Mejía, la viuda explicó en Manizales: “Diego no se pudo salvar
porque Dios así lo dispuso. Los resultados no fueron los que hubiéramos querido,
pero ante la disposición de Dios, no podemos hacer nada. El Ejército cumplió
con su deber”, antes de agregar: “La vida de mi esposo se fue, pero las de otros
que le hicieron mucho daño al país también se fueron. Espero que esto sirva para
algo”. En efecto, en la operación de rescate cuatro de los secuestradores fueron
abatidos, entre ellos alias ‘Fabio’, uno de los jefes del frente 47 de las Farc.
La actitud heroica de doña María Matilde Londoño Jaramillo debería
hacer pensar a quienes aceptan pasivamente los excesos demagógicos contra
el Estado y ayudan de hecho a crear un clima de confusión que está siendo
explotado a niveles insoportables por extremistas sin escrúpulos cuyas metas
nada tienen que ver con la liberación de los secuestrados.
El asunto de la actitud de las familias de los rehenes debe ser examinado
de cerca pues otro episodio grave, de signo contrario, ocurrió en Cali el 5 de
julio de 2007. Carolina Charry, la hija del diputado Carlos Alberto Charry,
miembro del grupo de rehenes que fue asesinado el pasado 18 de junio, fue
abucheada en esa capital por manifestantes, luego de que ella pronunciara
un discurso insensato en el que acusó violentamente al gobierno de “compli-
cidad” en la matanza de los once diputados.
Empujada por un grupo que se hace llamar “asamblea permanente de la
sociedad civil por la paz”, Carolina Charry dijo que el presidente Uribe no había
respetado “el compromiso” de “devolver con vida” [a los rehenes], y proclamó
que la meta de las manifestaciones del 5 de julio era “rechazar las políticas del
gobierno” que están, según ella, “manchadas con la sangre” de su padre.
Esa caracterización errada de la jornada nacional del 5 de julio y la acusa-
ción contra el gobierno, fueron vistas, con razón, como provocaciones por
cientos de manifestantes. Quienes empujaron a Carolina Charry a lanzar esas
frases cargadas de odio habían obtenido lo que buscaban: poner en peligro la

404
Una lección de heroísmo

vida de la hija de un diputado muerto, exponerla a una agresión verbal o física


precisamente durante la movilización en que los colombianos expresaban su
repudio a las Farc y a los secuestros.
Las manifestaciones del 5 de julio de 2007 en Colombia, levantaron una
consigna esencial, por encima de las otras: todos contra las Farc, todos contra
el secuestro como arma terrorista.
Estamos pues ante una nueva intriga de gran irresponsabilidad concebida
por individuos que se dicen partidarios de “la paz” y “solidarios” con las fami-
lias de los rehenes pero que no vacilan en embarcar a las familias víctimas
de las Farc en aventuras peligrosas. Esa gente está montando incidentes para
tratar de desacreditar las movilizaciones antisecuestros de los colombianos.
¿Cual será el próximo paso de esa curiosa Ong? Si incidentes como ocurrido
a Carolina Charry no son examinados e investigados por las autoridades, los
actores ocultos de ese tejemaneje intentarán ir más lejos y utilizarán de nuevo,
como carne de cañón, a otros hijos, esposas y parientes de los secuestrados.
Todos debemos estar alertas no sólo contra los secuestros sino contra las
tentativas de explotación miserable del dolor de las familias de rehenes.
La mejor arma contra los provocadores vestidos con piel de oveja es la
claridad.
La prensa escrita y los medios de información deben abrir más los ojos
y detectar a tiempo las imposturas que les ofrecen los manipuladores. Su
responsabilidad es inmensa.
En el caso de los secuestrados hay que hacer valer los hechos, y sólo los
hechos, atreverse a distinguir la verdad del rumor, a oponerse a las distor-
siones y a la perversión de los espíritus.
Las Farc cometen secuestros y crímenes abominables y tratan de ocultar
su responsabilidad, deslizándola a los demás, al gobierno, a la sociedad civil.
Pero su acción va más lejos: ellas tratan de impedir que los colombianos vean
la realidad claramente.
La propuesta de las Farc de crear una “zona de encuentro” para realizar un
“acuerdo humanitario” a condición de que el gobierno retire la fuerza pública
de enormes espacios del territorio patrio, se inscribe en ese plan. Su “acuerdo
humanitario” no tiene nada de “humanitario”. Su motivación es militar.
Cuando el gobierno rechaza el “despeje” exigido por las Farc no lo hace
por “indolencia” ante los secuestrados, como pretende la citada Ong, ni para
impedir que éstos regresen a sus hogares, pues él propone un acuerdo equita-
tivo y sin despejes e incluso está dispuesto a liberar unilateralmente ex guerri-

405
Los potros de bárbaros atilas

lleros arrepentidos, sino porque es consciente de la amenaza global. El llamado


“despeje” es una necesidad de las Farc, para paralizar las fuerzas militares, no
un dictado de las víctimas de ésta. Pues los rehenes, como se sabe, no pueden
expresarse libremente. En cambio, Diego Mejía Isaza había dicho a su esposa
que él estaba a favor de ser objeto de una liberación por la vía militar en el
caso de llegar a ser secuestrado.
A la luz del incidente de Cali y de la masacre de los once diputados del
Valle, se puede concluir que los terroristas están tratando de explotar no sólo
la situación de los rehenes, para tratar de desmantelar la política de la Segu-
ridad Democrática, sino que están tratando al mismo tiempo de convertir a las
familias de los rehenes en arma arrojadiza contra el gobierno.
Lo peor que las familias podrían hacer, el peor insulto que éstas harían
a los secuestrados, y a la memoria de sus parientes muertos, es respaldar la
propaganda de quienes secuestraron y asesinaron a sus parientes.
La actitud asumida por doña María Matilde Londoño Jaramillo revela, sin
embargo, los límites de esa estrategia. Su actitud es una muestra de desprendi-
miento y de generosidad sin precedentes. Ella constituye el honor de las familias
de los rehenes. El suyo es un llamado a oponerse con entereza a la barbarie.
María Matilde Londoño Jaramillo probó que los parientes de secuestrados son
capaces de ir hasta lo indecible para liberarse del chantaje de los criminales.
El ejemplo dado por la viuda de Diego Mejía muestra que el dolor de las
familias no le impide a éstas hacer uso de la razón y adoptar una postura moral
decente y trascendente.
La responsabilidad de lo que ocurre a los secuestrados y rehenes debe ser
atribuida únicamente a los captores de rehenes, a los torturadores y asesinos
de rehenes, y no a quienes buscan, por todos los medios y con toda abnega-
ción, su liberación.
“La condescendencia con los secuestradores es la ruina de la civilización
misma. El rescate armado de los cautivos es un derecho de la sociedad y un
deber de los hombres en armas. Si el secuestrado muere, el rescate no ha fallado.
La sangre derramada del justo salva la de muchos, garantiza la paz y edifica el
derecho.” Estas palabras del ex ministro de Justicia Fernando Londoño Hoyos,
pariente del fallecido Diego Mejía Isaza, pronunciadas luego del dramático
desenlace del 12 de julio pasado, no pueden ser más justas y admirables.

20 de julio de 2007
Fuente: http://www.cas.org.co/articulos/articulos/VerArticulo.php?Id=255

406
El Gobierno no puede, por razones constitucionales, renunciar al rescate
¿RESCATE O ACUERDO HUMANITARIO?
Eduardo Pizarro Leongómez

La semana pasada, el empresario Diego Mejía Isaza murió en un intento


fallido de rescate en el departamento de Caldas. A su lado cayeron un soldado
y cuatro guerrilleros, incluido ‘Fabio’, uno de los jefes del frente 47 de las Farc.
Su viuda, María Matilde Londoño, aprobó el intento de rescate militar y justi-
ficó esta vía como la única respuesta ética frente al intento de convertir seres
humanos en mercancías transables, ya sea por su valor económico o político.
Otra cosa piensa el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, cuyo hermano
Guillermo Gaviria, el ex ministro de Defensa Gilberto Echeverri y otros mili-
tares murieron asesinados por sus captores –igualmente, miembros de las Farc–
en el municipio de Urrao (Antioquia) en el año 2003, tras otro intento frustrado
de rescate militar. Aníbal Gaviria es defensor del intercambio humanitario y el
despeje limitado de dos municipios por un tiempo de 45 días.
Estas posiciones de dos víctimas de este doloroso crimen –ella perdió a su
marido; él, a su hermano– resumen las dos posturas básicas en torno a la mejor
forma de enfrentar este flagelo que existen en el país, como se expresó en la
manifestación histórica contra el secuestro el pasado 5 de julio.
Los cálculos más conservadores estiman que participaron entre ocho
y nueve millones de colombianos. En esa enorme marejada humana había,
sin duda, discrepancia en torno a las herramientas que se debían utilizar para
lograr la liberación de los secuestrados en manos de las Farc (con despeje o sin
despeje, con acuerdo o sin acuerdo humanitario). Pero todos coincidíamos en
un rechazo sin titubeos frente a este crimen de guerra (artículo 8 del Estatuto
de la Corte Penal Internacional), que constituye una vergüenza nacional.
Convertir seres humanos en mercancías es una de las evidencias más
profundas de la honda degradación que ha alcanzado la guerrilla colombiana
en su afán de financiar su maquinaria bélica.
Vamos a suponer por un instante que la lucha guerrillera hubiera tenido
una justificación histórica en Colombia debido a las limitaciones democrá-
ticas, la pobreza y la desigualdad de los ingresos. Es decir, que hubiese habido

407
Los potros de bárbaros atilas

un derecho a la guerra (jus ad bellum). La cuestión es que desde los acuerdos


de La Haya en el siglo XIX, pasando por los Protocolos de Ginebra (1949)
y la creación de la Corte Penal Internacional, la guerra no se puede llevar a
cabo de cualquier manera. Incluso la guerra –que es la expresión más nítida
de la estupidez humana– tiene reglas mínimas de conducta (jus in bello). No
se pueden utilizar medios criminales para obtener fines nobles.
Tanto la guerrilla como los grupos paramilitares defendieron su derecho
a utilizar cualquier medio para alcanzar sus objetivos finales. El problema es
que los medios terminan contaminando los fines. Luchar contra la guerrilla
mediante armas como las masacres, el desplazamiento y la desaparición forzada
terminó hundiendo a las Auc en la barbarie. Lo mismo le está ocurriendo a
la guerrilla. Utilizar seres humanos como cartas de negociación –como si se
tratara de esclavos modernos– es inaceptable. Su conducta está generando un
rechazo nacional e internacional.
El Gobierno Nacional no puede, por razones constitucionales, renunciar a
la opción del rescate militar. Pero, ante el riesgo que corren los secuestrados,
es indispensable y urgente encontrar una opción humanitaria.
Esta opción humanitaria debe partir de un compromiso básico: que no
haya más secuestrados en el futuro. Si esta condición no se cumple, el inter-
cambio se puede convertir en un incentivo perverso para que haya más y más
secuestrados, como un medio probado para recuperar combatientes detenidos
y como mecanismo de presión política. Es decir, un intercambio sin compro-
misos de no repetición puede terminar siendo un incentivo para prolongar la
guerra y no para alcanzar la paz.

Fuente: El Tiempo, Bogotá, 15 de julio de 2007

408
EL SECUESTRO: LA TRAGEDIA COLOMBIANA
Eduardo Posada Carbó

“Colombia está de luto”, expresó el editorial de El Tiempo, al condenar


a las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) por la muerte de
once diputados regionales de la Asamblea del Valle que habían mantenido
secuestrados desde abril de 2002. El sentimiento de repudio e indignación es
por supuesto general: “¡Estupor nacional!”, fue el titular de primera página
de El Heraldo, periódico de la ciudad porteña del Caribe, Barranquilla. Soli-
daridad con “las familias de quienes fueron inmolados por la insania de sus
plagiarios” manifestó también el editorial de El País de Cali –la capital del
departamento del Valle–, tras responsabilizar así mismo a las Farc de la
muerte de los diputados.
La trágica noticia se divulgó, irónicamente, en momentos que parecían
nuevamente de esperanza para los secuestrados en Colombia. El mismo día
en que se conociera la dolorosa suerte de los diputados, el Eln (Ejército de
Liberación Nacional) anunció su compromiso de liberar a los secuestrados
que están en su poder, si se firmase un “cese al fuego” que estaría negociando
con representantes del gobierno en La Habana. Hace poco, el gobierno sacó
unilateralmente de las cárceles a casi dos centenares de presos de las Farc y
–por petición del presidente francés–, a su dirigente Rodrigo Granda –hoy
en Cuba–, con el propósito de explorar gestiones para la liberación de los
secuestrados.
Las circunstancias en que los once secuestrados perdieron sus vidas están
aún por precisarse. En un boletín divulgado por las Farc –diez días después
de cuando habrían sucedido los hechos–, se dice que “murieron en medio de
fuego cruzado cuando un grupo militar sin identificar atacó el campamento
donde se encontraban”. El Presidente Álvaro Uribe ha negado rotundamente
que su gobierno hubiese ordenado operación de rescate alguno: “se desconocía
el lugar del cautiverio”, y cualquier operación de rescate se habría informado
previamente a los familiares de los secuestrados, señaló en un comunicado de
18 puntos, donde el gobierno nacional “acusa al grupo terrorista de las Farc
del asesinato de los diputados vallecaucanos”.

409
Los potros de bárbaros atilas

Que nadie más conociera sobre unos hechos supuestamente ocurridos el


18 de junio –sobre los cuales las Farc informaron en la madrugada del 28, en
un boletín firmado el 23–, y que no hubiese ni guerrilleros ni soldados muertos
o heridos, mientras las únicas víctimas fueron los diputados en cautiverio
indican, según el comunicado del gobierno, que los secuestrados no murieron
en “fuego cruzado” sino asesinados por parte de las Farc. Tras solicitar el
apoyo de la comunidad internacional en su condena al “grupo terrorista de las
Farc”, y para la búsqueda de los cadáveres, el gobierno colombiano ha solici-
tado la formación de “una comisión forense internacional que le explique al
mundo las circunstancias de este crimen atroz”.
Las circunstancias no son claras. Lo cierto, indiscutiblemente cierto, es
que las once víctimas habían sido secuestradas por las Farc en la sede de la
Asamblea del Valle hace más de cinco años y que, desde entonces, formaban
parte de un más amplio grupo de dirigentes políticos y miembros de las fuerzas
armadas secuestrados, que las Farc mantiene en inhumano y prolongado cauti-
verio –grupo en que la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt es la más
notable–. Su propósito aparente es utilizarles para lograr la liberación de los
miembros de las Farc capturados por las fuerzas del Estado, hoy en la cárcel,
pero con el objetivo final de lograr –a través de un “canje”–, reconocimiento
político. Pero a ese grupo se suma además un número mucho más alto de
secuestrados por las Farc con explícitos propósitos de extorsión económica, lo
que le confiere al problema del secuestro unas dimensiones tan extraordina-
rias como sumamente atroces.
En los últimos seis años, las tasas de secuestro en Colombia han dismi-
nuido de manera significativa. Pero en general el drama del cautiverio de
personas ya secuestradas se ha mantenido, aunque ha habido operaciones de
rescate –algunas de ellas fallidas–, y algunos han logrado escaparse con éxito
de sus captores. Las cifras son horrendas: Según un informe de El Tiempo
(01/07/07), aproximadamente 24 mil colombianos han sido secuestrados en
la última década y 1.269 “han muerto o han sido asesinados en cautiverio”.
La suerte dolorosa de las víctimas y sus familiares es evidente. “La procesión
de un padre” fue el nombre de la crónica conmovedora en la revista Semana,
donde se relata la “travesía libertaria” del profesor Gustavo Moncayo, quien va
caminando desde Nariño, en el sur del país, hasta Bogotá, “con las manos enca-
denadas” y una foto de su hijo, secuestrado por las Farc en 1997. Pero el crimen
del secuestro y sus horrorosas secuelas afectan a toda la población, entre otras
razones, por ser un instrumento intimidatorio contra todo el conjunto social.

410
El secuestro: la tragedia colombiana

Las consecuencias de lo ocurrido sobre las posibilidades de lograr un


“acuerdo humanitario” –a través del cual las Farc liberen a los secuestrados y
el gobierno deje libres de cárcel a los presos de las Farc–, son, claro está, una
gran incógnita. El tema ha adquirido aristas internacionales, en particular por
el interés del gobierno francés en la suerte de Íngrid Betancourt –de naciona-
lidad colombo-francesa–. En efecto, Francia, España y Suiza colaboran hoy
en gestiones en búsqueda de tal “acuerdo”. Es posible que, tras lo ocurrido, se
incrementen las presiones de la comunidad internacional para que se logre un
“acuerdo”. Estas presiones suelen ser mayores frente al gobierno que frente a
las Farc. De todas formas, por más que ceda el gobierno, las posibilidades del
acuerdo para liberar a los secuestrados depende en últimas de las Farc, respon-
sables del cautiverio y la vida de los secuestrados –una tragedia humana de
proporciones dolorosas enormes, a la que la comunidad internacional tendría
que prestar mayor atención.

Barranquilla, 29 de junio de 2007


Fuente: http://www.infolatam.com/entrada/el_secuestro_la_tragedia_colombiana-4373.html

411
ACUERDO HUMANITARIO: MAPA DE RUTA
Alfredo Rangel Suárez

Con la misma rapidez con que llegó a captar la atención de los medios y
de la opinión pública en semanas anteriores, el tema del acuerdo humanitario
perece haber vuelto a salir del ámbito de las preocupaciones de los colom-
bianos sin que la atención se haya centrado en lo fundamental: cómo avanzar
en una propuesta realista y viable para realizar ese acuerdo humanitario.
Expresiones genéricas y abstractas en su favor ya hay más que sufi-
cientes: partidos, movimientos sociales, expresidentes, Iglesia Católica,
gremios, académicos, etc., se han expresado en su favor. Pero hay que avanzar
en su concreción. Entre otras cosas porque tanto el Gobierno como la guerrilla
también han manifestado en múltiples ocasiones su disposición a realizarlo.
Pero las partes ni siquiera se han aproximado para realizar unas conversa-
ciones exploratorias.
Ambas partes parecen presas de su propia retórica y perciben que darían
el brazo a torcer si aceptaran dialogar y ceder en alguna de las condiciones
que le exigen a la contraparte. Mientras tanto el país se polariza entre quienes
creen que solo considerar la posibilidad de dicho acuerdo ya es una claudi-
cación frente a la guerrilla, y quienes creen que ese acuerdo hay que alcan-
zarlo sin importar el costo. Ni lo uno ni lo otro: se puede y se debe pensar en
unos procedimientos y unos términos concretos de acuerdo humanitario que
de ninguna manera le salgan gratis a la guerrilla y que al mismo tiempo repre-
senten el mínimo costo para el Estado.
La Fundación Seguridad y Democracia ha propuesto al país una fórmula
que intenta satisfacer estas condiciones, estableciendo un proceso de cuatro
fases para realizar dicho acuerdo. La primera es la fase de aproximación.
Para ello las partes deben nombrar sus voceros y realizar un primer encuentro
exploratorio en un país extranjero que podría ser Brasil. El Estado no puede
asumir el costo de realizar estos contactos puramente exploratorios dentro de
Colombia, donde se requeriría al menos suspender operaciones militares en
un área, cuando no hay ninguna garantía de que esa reunión tenga un resul-
tado positivo.

413
Los potros de bárbaros atilas

Esta primera reunión debería tener una duración máxima de quince días,
con la facilitación de la Iglesia Católica y de Naciones Unidas. De allí debería
salir una agenda y un cronograma de negociaciones no superior a dos meses.
La segunda es la fase de negociaciones, localizada en la misma sede de
la fase anterior. En esta se definirán las personas que serán beneficiarias del
acuerdo humanitario, cómo se realizaría y dónde se ubicarían los guerrilleros
liberados. Dadas las condiciones de degradación de nuestro conflicto armado
–aún cuando para la guerrilla no hay degradación y para el Gobierno no hay
conflicto–, para que sea legítimo este acuerdo debería tener una verdadera
ganancia humanitaria: la guerrilla debe liberar a todos los secuestrados civiles
en estado crítico de salud, los niños y los ancianos, además, claro, de los
miembros de la Fuerza Pública que están en su poder, y de las personas que
fueron secuestradas para presionar el canje.
La degradación del conflicto por la realización masiva y sistemática de
secuestros por parte de la guerrilla impide que el intercambio se dé exclusiva-
mente entre combatientes, como ocurre en las guerras convencionales en las
que no es usual que se presente este fenómeno. Apelar al leguleyismo para
sustraer a los civiles del acuerdo humanitario es taparse los ojos frente a una
realidad ignominiosa.
De otra parte, para no menoscabar los logros de la política de seguridad
del presente Gobierno y atenuar el impacto negativo de la liberación de guerri-
lleros en la moral de la Fuerza Pública, el Estado liberaría únicamente a los
guerrilleros capturados antes del 7 de agosto de 2002. El Comité Interna-
cional de la Cruz Roja (CICR) identificaría a las personas beneficiarias de
este acuerdo.
La tercera fase es operativa. Para realizar el acto de entrega mutua de
prisioneros y secuestrados, el Gobierno suspenderá operaciones militares un
mes antes y un mes después del intercambio en el área rural de un municipio y
concentrará la tropa en el respectivo casco urbano. El control del área y el acom-
pañamiento lo realizará personal civil de las Naciones Unidas y del CICR.
La cuarta fase es la ubicación. Los guerrilleros liberados saldrán del país
y se ubicarán el Brasil, Venezuela, Ecuador y Francia, según la disposición de
estos países para recibirlos y brindarles alternativas de sustento.
Esta podría ser una fórmula de transacción aceptable para el Gobierno y
para la guerrilla. Que le quitaría una de las piedras en el zapato a la política
gubernamental de seguridad; que ante la comunidad internacional, y cuando
más lo necesita, mostraría al Gobierno flexible pero firme y dispuesto a hacer

414
Acuerdo humanitario: mapa de ruta

acuerdos; que traería una ganancia en términos humanitarios y no pondría en


riesgo la seguridad del Estado.
Solo como referencia es válido recordar que en medio de una mortal beli-
cosidad y sin que haya en el horizonte ninguna posibilidad de un acuerdo de
paz, Israel va a liberar en las próximas semanas a cuatrocientos presos del
Hezbolá a cambio de tres soldados y un civil israelíes que están en manos de
esta organización. Lo humanitario no quita lo valiente.

Fuente: El Tiempo, Bogotá, 26 de septiembre de 2003.

415
¿QUÉ BUSCAN LAS FARC?
Luis Carlos Restrepo Ramírez

Desde comienzos de la actual administración, varias veces las Farc se han


reunido con facilitadores nacionales e internacionales, que buscan ayudarnos
en la liberación de los secuestrados. Al menos tres veces con un delegado
francés, dos veces con un delegado suizo y dos veces con representantes de
la Iglesia colombiana.
Una propuesta bastante avanzada de Naciones Unidas para un encuentro
en Brasil con el Asesor Especial del Secretario General de esa organización,
fue cancelada unilateralmente por las Farc. Igual sucedió con propuesta similar
para un encuentro con representantes de la Iglesia colombiana en terrenos del
país vecino, después de negarse a recibirlos de nuevo en Colombia alegando
razones de seguridad.
En todos los casos, han manifestado que es necesario un encuentro
directo con representantes del Gobierno para poder avanzar. Aunque hemos
dicho a los facilitadores que para el acuerdo humanitario basta encontrar una
fórmula razonable a través de un tercero confiable, las Farc insisten en un
cara a cara con la administración del Presidente Uribe. Resulta por eso para-
dójico que cuando aparece una fórmula viable para realizar ese encuentro,
digan que no hay ninguna posibilidad de avanzar en un acuerdo humanitario
con esta administración.
Desconociendo la realidad de los hechos, algunos comentaristas sugieren
que la aceptación por parte del Presidente Uribe de la propuesta formulada por
Francia, Suiza y España, habría sido precipitada, rompiendo la confidencia-
lidad con cálculo electoral. Similar argumento expresan las Farc en su último
comunicado, como pretexto para no responder a la propuesta de los tres países
y dilatar cualquier solución al problema.
Es falso que el gobierno haya roto la confidencialidad. Desde su confor-
mación, la Comisión venía trabajando de manera discreta, sin que lo cono-
ciera la opinión. Estuve en París, citado por ellos, a mediados de noviembre,
y tampoco hubo comentarios indiscretos de nuestra parte. La Comisión
Técnica Exploratoria recorrió las montañas de Pradera Y Florida entre el 28 de

417
Los potros de bárbaros atilas

noviembre y el 2 de diciembre, con todas las garantías por parte del gobierno,
y nadie se enteró del hecho.
Tanto el funcionamiento de la Comisión como cada uno de sus pasos, han
sido conocidos por las Farc. Con total autonomía los tres países decidieron
formular una propuesta para un sitio de encuentro, que fue recibida de manera
simultánea, bajo el mismo procedimiento, por las partes. No había reserva de
confidencialidad sobre dicha propuesta, y más bien, como consta en el docu-
mento, quedaron a la espera de una respuesta.
La confidencialidad se mantuvo mientras fue requerida. Y se dio una
respuesta cuando fue solicitada. El gobierno respondió con generosidad una
vez la Comisión entregó su producto. No podía el gobierno actuar como un
gato malicioso, que hace reparos para obtener ventajas. Creímos que lo mejor
era aceptar la propuesta en su integridad, pues eso facilitaría una actitud
similar por parte de las Farc.
Es mezquino pensar que el gobierno actúa con cálculo electoral. Al
contrario, como dijo el Presidente, actúa con humildad y desprendimiento.
Quienes sí pretenden combinar acuerdo humanitario y elecciones son las Farc,
buscando que el gobierno pague un costo político por el prolongado cautiverio
de los secuestrados. Obsesionadas, como están, por desprestigiar al Presidente
Uribe, dicen ahora que con él no habrá acuerdo, como una forma de inclinar a
los electores hacia otros candidatos.
Seguimos considerando que la propuesta formulada por los tres países es
buena. La más seria y elaborada que se haya hecho hasta el presente. Por mi
parte, tengo instrucciones del Presidente para reunirme de manera inmediata
con las Farc, bajo las condiciones planteadas y garantizadas por la comu-
nidad internacional. Seguimos a la espera de un sí de las Farc, que el mundo
entero requiere.

10 de enero de 2006
Fuente: web.presidencia.gov.co/columnas/columnas155htm

418
EL ACUERDO HUMANITARIO:
DECÁLOGO DE ACLARACIONES
Ernesto Samper Pizano

Empiezo por agradecer la presencia en este acto del Vicepresidente Fran-


cisco Santos con quien me unen viejos vínculos de amistad y común entendi-
miento alrededor de temas como el que hoy nos reúne alrededor de la aplica-
ción del Derecho Internacional Humanitario.
Muchísimas gracias, señor Vicepresidente, por honrar esta Asamblea de
una joven organización dedicada por completo a la humanización del guerra
en Colombia.
Precisamente, el Derecho Internacional Humanitario nació para proteger
la población civil de los horrores de guerras como la que actualmente vivimos
en Colombia. Su aplicación pretende evitar y sancionar conductas, en medio
del conflicto armado, que victimizan la gente inocente y en algunos casos,
a los propios combatientes; por ejemplo, las amenazas de muerte, los actos
terroristas, el desplazamiento forzado, la colocación de minas antipersonales,
la utilización de niños con propósitos bélicos o los secuestros cualquiera sea
su origen o motivación.
Colombia atraviesa por una crisis humanitaria caracterizada por el
acontecimiento diario de distintas formas de barbarie y terrorismo. Para
aliviar el impacto de dicha crisis en lo que se refiere a la retención de
personas, se ha planteado la posibilidad de alcanzar un Acuerdo Humani-
tario entre el gobierno nacional y las Farc para la liberación de secuestrados
y guerrilleros.
Vivamos Humanos ha venido asesorando, con la discreción que caracte-
riza todas sus actuaciones al respecto, la búsqueda y celebración del Acuerdo
a través del examen de las salidas legales posibles, la atención de algunas de
las familias de los plagiados y el acompañamiento de la comisión nombrada
por el Presidente de la República para explorar caminos alternativos en la
búsqueda de dicho propósito. Las luces que ha brindado en la búsqueda de
este mismo entendimiento el ex presidente Alfonso López Michelsen han sido
invaluables y valerosas.

419
Los potros de bárbaros atilas

Una de las dificultades que ha encontrado la posible celebración del Acuerdo


es que existen muchas confusiones, a todo nivel, sobre su naturaleza, la forma
práctica de llevarlo a cabo, sus evidentes implicaciones políticas y las posibili-
dades reales de acelerar su curso. Esta intervención busca contribuir, en alguna
medida, a despejar algunas dudas e interrogantes de común ocurrencia cuya
resolución eventualmente podría contribuir a hacer más viable la iniciativa.
1. La celebración de acuerdos especiales sobre temas relacionados con la
aplicación del Derecho Internacional Humanitario es absolutamente posible.
El Derecho Internacional Humanitario, en el Articulo 3 común de los
Protocolos I y II que desarrollan la Convención de Ginebra, prevé la posibi-
lidad de celebrar Acuerdos especiales sobre temas específicos que alivien la
situación de la población en determinados aspectos. La lógica implícita en esta
facultad es que si no es posible acabar con la guerra y mientras llega la paz
–que seria la situación donde hipotéticamente todos este tipo de violaciones
quedarían resueltas– existe la posibilidad legal de que se vayan reduciendo
parcialmente las amenazas contra la libertad, la vida o los bienes de personas
civiles inocentes atrapadas en medio del fuego cruzado de un conflicto. La
jurisprudencia ha extendido –interpretando la Cláusula Martens que legitima
todos los esfuerzos que hagan las partes involucradas en un conflicto por
salvar vidas– el espacio para llegar a estos acuerdos.
2. No es la primera vez que se suscribiría un Acuerdo Humanitario.
El Acuerdo conseguido para la liberación de los Embajadores cuando el
secuestro colectivo en la Embajada Dominicana; los Acuerdos de Puerta del
Cielo; los de los Pozos en el Caguán y a nivel más concreto, los celebrados
para defender las poblaciones indígenas de la Sierra Nevada y humanizar el
conflicto armado del oriente antioqueño, pueden considerarse como antece-
dentes válidos de acuerdos especiales humanitarios.
3. La aplicación del DIH es independiente de la observancia del régimen
general de derechos humanos.
La protección de los derechos humanitarios es un paso anterior y necesario
para asegurar la observancia de los derechos humanos en la medida en que el
DIH opera precisamente cuando están amenazados los derechos más esenciales
del hombre como su propia vida, la libertad o la dignidad en su trato.
3. El DIH tiene entidad constitucional propia para ser aplicado sin nece-
sidad de ninguna otra ley que lo complemente o desarrolle.
Dado el carácter supra constitucional del DIH, reconocido por nuestra
Corte Constitucional en la sentencia que avaló la exequibilidad de las leyes

420
El acuerdo humanitario: decálogo de aclaraciones

que lo incorporaron a nuestra legislación interna, no se necesita ninguna


normatividad distinta a la que resulte de la interpretación por el gobierno del
Tratado y sus Protocolos para poner en marcha el Acuerdo. El DIH forma parte
del llamado “bloque de constitucionalidad” o columna medular de nuestra
Carta lo cual coloca sus disposiciones por encima del ordenamiento jurídico
nacional, empezando por las normas penales.
4. El Acuerdo Humanitario para la liberación de prisioneros de guerra no
es un canje.
El Acuerdo que se propone no es ni puede ser un canje, ni siquiera un inter-
cambio, como se ha dicho equivocadamente. Se trata, en los términos simples y
sencillos del DIH, de una coincidencia escrita o verbal de las voluntades de las
partes para una liberación simultánea o sucesiva de los prisioneros políticos en
cuya liberación se coincide por razones estrictamente humanitarias.
5. Los sujetos del Acuerdo con los prisioneros políticos. El alcance de la
condición de tales la pueden acordar las mismas partes.
El término de prisioneros políticos podría interpretarse de manera restric-
tiva como aquellos combatientes que hayan sido capturados en combate por
algunas de las partes, en este caso, los soldados, policías y guerrilleros actual-
mente prisioneros. Las normas del DIH permiten, sin embargo, que la condi-
ción de “prisionero político” pueda ampliarse por acuerdo entre las partes para
incluir personas que sin haber sido apresadas en combate –como seria el caso
de los gobernadores, los diputados o los ministros– se encuentren privadas
de su libertad por razones políticas. Para ellos, el precio de su rescate no es
económico sino político y está representado por algún compromiso de acción
o de omisión por parte del gobierno.
6. Todos los secuestrados son objeto y preocupación del DIH.
La distinción entre secuestrados por razones políticas y secuestrados por
razones económicas no existe a la luz de las normas del DIH. Quienes no han
sido privados de su libertad por razones del combate, son, en los términos del
DIH, rehenes cuya aprehensión y cautiverio está absolutamente prohibida.
Respecto a ellos no cabe, por consiguiente, negociación alguna, la única actitud
posible para ellos es la de su liberación de manera incondicional e inmediata.
7. Cuales y cuantos prisioneros políticos deberían ser liberados. Que
aspectos de la negociación deben ser acordados.
La decisión sobre quiénes deben ser liberados es precisamente uno de los
puntos de negociación que debe ser resuelto en la mesa del Acuerdo. Anticipar
la discusión sobre este particular, el sitio o la forma de entrega de los prisio-

421
Los potros de bárbaros atilas

neros o inclusive, los instrumentos legales que se deberían utilizar para poner
en marcha el procedimiento humanitario solo nos llevaría al ejercicio inútil de
discutir la validez de los contenidos de un Acuerdo que no se ha realizado.
8. El proceso de negociación del Acuerdo Humanitario no es un proceso
de paz.
Los Acuerdos Humanitarios se necesitan porque hay de por medio una
guerra que está haciendo estragos. El DIH no se concibió para legalizar la paz
sino para humanizar la guerra. En este sentido, el Acuerdo no es el comienzo
de un nuevo proceso de paz, simplemente es una negociación para hacer
menos dura la guerra mientras se acaba. Y no se debe confundir el despeje
para acordar con el aseguramiento de la zona para negociar sin sobresaltos.
Cosa bien distinta es que cuando se ponga en marcha un nuevo y creíble
proceso de paz, los compromisos humanitarios deberán estar en el primer punto
de la Agenda para no repetir los errores del pasado reciente cuando la escalada
de violaciones humanitarias acabo con el proceso en el mediano plazo.
9. El gobierno no debe renunciar a su política de seguridad democrática
en aras del Acuerdo.
El Acuerdo tampoco implica que el gobierno nacional renuncie a su polí-
tica de seguridad democrática, al contrario, la suscripción de un entendimiento
humanitario como el que se propone ayudaría a legitimar el empleo de la fuerza
para el mantenimiento del orden público en todos los niveles y contra todos los
violadores del DIH. No se debe confundir humanidad con debilidad.
10. El Acuerdo sólo se conseguirá a partir de la buena voluntad de las
partes para hacerlo.
El Presidente de la República ha reiterado su buena voluntad para avanzar
en la celebración del Acuerdo Humanitario. Las Farc, por su parte, se han
mantenido en la misma línea.
El papel de facilitación de la Comisión creada por el gobierno nacional
está llegando a su término; han obrado bien y patrióticamente.
Ahora se necesita que las partes renueven de manera práctica su interés
en el proceso. El gobierno nombrando un negociador y ofreciendo las garan-
tías de aseguramiento para un lugar de encuentro; las Farc comprometiéndose
públicamente a que los delegados del Presidente no serán emboscados en su
buena fe como lo fueron el gobernador Guillermo Gaviria y el ex ministro
Gilberto Echeverri cuando acudieron a una cita para la paz que se convirtió en
una operación de secuestro. El encuentro debe ser público pero sus circunstan-
cias de modo, tiempo y lugar, convenidas discretamente.

422
El acuerdo humanitario: decálogo de aclaraciones

Las familias, por su parte, deben mantener viva la llama de esperanza que
ilumina el Acuerdo y motivar permanentemente a las partes y a la opinión para
que sigan buscando salidas y alternativas a los problemas que se presenten.
Estimados amigos: soy razonablemente optimista respecto a las posibi-
lidades de celebrar este Acuerdo. Cuando negociamos la devolución de los
soldados de Las Delicias durante mi gobierno muchas veces me sentí frustrado
porque pensaba que las cosas no iban bien o que íbamos muy lentamente. Pero
siempre me reconfortó y animó para seguir adelante la imagen de la alegría
que sentirían los familiares con el regreso de los suyos a sus hogares.
Lo importante es no dejarse derrotar por los detalles.
Confío en el talante democrático y humanitario del Presidente Uribe para
conseguir este noble empeño. Gracias a todos por su asistencia, gracias a usted
de nuevo, por su presencia, señor Vicepresidente.

Palabras del expresidente Ernesto Samper Pizano en la Asamblea de la Corporación


Colombiana para la Vigencia del Derecho Internacional Humanitario-Vivamos Humanos.
Bogotá, 23 de abril de 2003.
Fuente:http://www.corporacionescenarios.org/presentacion_vivamos.htm

423
¿Cómo hablan de justicia social y practican la esclavitud?
LA LIBERTAD
Natalia Springer

Se cree que fue en Jamestown (Virginia) donde, alrededor de 1612,


desembarcaron de un carguero holandés los primeros 20 esclavos prove-
nientes del África sub-sahariana. Entonces, los cambiaron por alimento y
tabaco, pero muy pronto empezaron a ser vendidos a 27 dólares “la unidad”
por la Dutch West Indies Company cuando la mano de obra indígena comenzó
a extinguirse en plena bonanza del algodón.
Esos esclavos venían del sur del África y eran las víctimas de las “cace-
rías” de los comandos de colonos blancos que, Biblia en mano, iniciaron a
mediados del siglo XVII una de las campañas más sangrientas de la historia
con la convicción de ser el pueblo elegido por Dios para gobernar la tierra y
sus criaturas.
“Cazaban” a los nativos para apropiarse de su territorio, sus fuentes de
agua y sus animales, los torturaban, los sometían de manera humillante para
diezmar su capacidad de resistir y los aglutinaban en condiciones insalubres
para venderlos.
Un negocio próspero que adquirió las más grotescas utilidades: fue en
Namibia donde los alemanes fundaron, hacia 1908, los primeros campos de
concentración e iniciaron la experimentación genética.
A pesar de ser uno de los crímenes más graves en el Derecho Inter-
nacional, en Colombia persiste la esclavitud con la práctica del secuestro,
aunque aquí no se hable de la “cacería” sino de la “pesca”: según los datos
proporcionados por Gustavo Muñoz, director de la Fundación Anti-secuestro
Nueva Esperanza, más de 13 mil personas han sido privadas de la libertad por
la fuerza en los últimos seis años. El 9 por ciento de ellos son niños.
Se trata de un tráfico bajo las modalidades de compra, venta y reventa,
préstamo e intercambio, que ignora por completo que se trata de un crimen
de lesa humanidad, en el que incurren todos los grupos armados ilegales en
forma indiscriminada, masiva y sistemática, como parte integral de sus obje-
tivos de combate.

425
Los potros de bárbaros atilas

Argumentan en su favor que se trata de una guerra. Y se preguntarán


ustedes: ¿quién puede considerar a un niño de 5 años o a una autoridad indí-
gena como un objetivo militar legítimo?
¿Cómo puede llamarse “Ejército de Liberación” un grupo armado ilegal
que basa su economía en la esclavitud?
¿Cómo pueden las Farc hablar de la “paz con justicia social” siendo la
esclavitud el atentado más grave contra la igualdad, la equidad y la dignidad
humanas?
¿Qué tipo de revolución puede fundamentarse en la opresión violenta de
la libertad?
O tal vez, ¿cómo es posible que las Autodefensas mantengan en su poder
a cientos de secuestrados en medio de un proceso de paz?
Pero aún más aborrecible que el mal es esa mansedumbre con la que espe-
ramos a que nos devoren como peces tontos, aceptamos que esclavicen nuestra
conciencia guardando silencio y evadimos la desolación de las familias de las
víctimas, insolidarios, como si se tratase de una enfermedad contagiosa.
Por eso quiero decirles a todos los secuestrados y a sus familias, especial-
mente a las madres e hijas, que oro por ellos, sufro con ellos y permanezco a
su lado.
Es urgente encontrar una fórmula para la liberación inmediata de todas
y cada una de estas personas retenidas en esta práctica que está enconando
irreversiblemente una paz que el país entero anhela construir y a la que tiene
derecho. Todos queremos volver a casa. Es tiempo de movilizarse para acabar
con esta guerra absurda.

Fuente: El Tiempo, Bogotá, 27 de junio de 2005.

426
UN ACTO REVOLUCIONARIO
Natalia Springer

Dirijo esta carta abierta al Comando Central del Eln, en cabeza de sus
comandantes y voceros Antonio García, Francisco Galán, Juan Carlos Cuéllar
y Pablo Beltrán; a sus frentes, sus bases y sus comunidades de apoyo, apenas
pasado el 25 de diciembre, día en el que celebramos la Natividad de Jesús, y
conociendo de antemano su profunda devoción religiosa y su genuino deseo
de avanzar con determinación en el camino de la paz y la dejación definitiva
de las armas.
Señores: se puede decir más alto, pero no más claro: el Eln no puede
seguir usando escudos humanos para defender sus ideales.
El Eln no puede seguir valiéndose de la vida de miles de personas como
moneda de cambio en una negociación. El Eln no necesita del terror para
denunciar la injusticia.
El secuestro es la peor forma de tortura, de terrorismo y desaparición
forzada y la más degradante de las humillaciones.
El secuestro no es nada distinto que un nefasto mercado de la libertad, es
una práctica esclavista y la esclavitud no puede ser un medio para la libera-
ción. Por eso se ha tipificado como un crimen de la mayor gravedad, bajo la
jurisdicción universal, pues lesiona la conciencia de la humanidad entera.
La esclavitud y la tortura son crímenes que no prescriben y que, si el Eln
no resuelve ahora en el marco de un acuerdo político, les aseguro que con la
misma voluntad con la que hemos impedido la impunidad sobre las viola-
ciones cometidas por los paramilitares, impediremos la impunidad sobre los
crímenes cometidos por ustedes.
El Eln no puede seguir haciendo parte de esta mercadería del terror. Esto
tiene que acabarse. Sin más excusas, sin más dilaciones, sin más dudas.
El país exige la liberación inmediata y unilateral de TODOS los secues-
trados aún en su poder. Ese es el único símbolo de paz admisible, es el único
gesto que puede reunir a la nación en torno al deseo de la paz y es la única
forma en que la comunidad internacional y quienes servimos humildemente
las causas de la paz podemos apoyar, garantizar y verificar este proceso.

427
Los potros de bárbaros atilas

La libertad es un principio innegociable.


El proceso de desminado humanitario, anunciado unilateralmente por
ustedes, contiene una serie de complicaciones que lo hacen inviable a corto
plazo, en tanto necesitaría de una verificación militar, de un despeje de facto
y, paradójicamente, de la manipulación de una cantidad importante de explo-
sivos para la desactivación de estos campos minados.
Todo esto tomará tiempo, la creación de confianza y una suma de volun-
tades que aún no existen. El Eln no puede seguir ilusionando al país con sueños
baldíos y tampoco se pueden formular soluciones por fuera de los pobrísimos
acuerdos hasta ahora anunciados en esa mesa sin agenda y sin destino, en la
que no se ha negociado nada porque tanto ustedes como el Gobierno perdieron
hace rato la iniciativa.
Es igualmente cierto que este tipo de procesos de reparación y rehabilita-
ción, como el desminado, no deben agotarse tempranamente, en cuanto podrían
convertirse en la clave de una fórmula de justicia que permita resolver parte de
las deudas que el Eln ha adquirido con sus víctimas directas, con la naturaleza,
con la nación, con sus propios principios ideológicos y con la humanidad.
La liberación inmediata de los secuestrados es el mayor de los actos revo-
lucionarios con los que el Eln podrá apoyar el actual proceso de verdad y
justicia en el país.
Es un acto de liberación para el país, que necesita emanciparse del miedo,
y sobre todo para ustedes, que, libres por fin de esa vergüenza, podrán iniciar
así el camino de regreso a casa.

Fuente: El Tiempo, Bogotá, 25 de diciembre de 2006

428
MANIFIESTO DE LOS ORGANIZADORES
DE LA MARCHA DEL 4 DE FEBRERO DE 2008

Hoy, 4 de Febrero de 2008, en más de 165 ciudades, en Colombia y alrededor


del mundo, millones de colombianas y colombianos y amigos de nuestro país,
reunidos y acompañados por la comunidad internacional establecemos que:
ESTAMOS CONSTRUYENDO UNA COLOMBIA SIN FARC
Las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
NO son el ejército del pueblo colombiano, sus acciones no representan nues-
tros ideales políticos, ni sociales. Por el contrario su actuar es violatorio a todas
luces del Derecho Internacional Humanitario y sus actividades financieras son el
secuestro, la extorsión y el narcotráfico.
Por estos motivos las Farc NO REPRESENTAN los intereses de los colom-
bianos como individuos, ni como colectivo social, diverso y heterogéneo y son
ampliamente rechazados por la sociedad en su conjunto. Como partícipes de esta
convocatoria civil, libre de tintes políticos y partidistas y alejada de intereses
particulares, exigimos a las Farc, a todos y cada uno de sus miembros que:
1. Liberen incondicional y unilateralmente a todos los secuestrados, son
ciudadanos y ciudadanas que han sido retenidos contra su voluntad.
2. Cesen sus ataques violentos contra la población civil. No más asesinatos,
No más minas antipersonales, No más desplazamientos forzados.
3. Asuman responsabilidad por sus actos y faciliten la remoción de las minas
antipersonales que han plantado.
4. No recluten menores de edad en sus filas.
5. No utilicen o promuevan el narcotráfico como una fuente de financia-
miento de sus actividades.
Adicionalmente, les invitamos a que se reincorporen por la vía pacífica a la
democracia, que se escuchen sus voces y no sus armas. Así mismo, esperamos
que la comunidad internacional reconozca esta movilización civil como la desle-
gitimación categórica de las Farc como ejército del pueblo, declarando abier-
tamente que no son nuestro ejército y que sus acciones violentas van dirigidas
contra el pueblo que dicen defender. Ellos NO son nuestros representantes en
ningún lugar ni bajo condición alguna.

429
Los potros de bárbaros atilas

Hoy, 4 de Febrero de 2008, junto a otras 164 ciudades del mundo, decla-
ramos con júbilo que finalmente hemos derrotado el miedo y dejado atrás nuestra
indiferencia, porque desde hoy estamos construyendo una Colombia sin Farc.
Hoy le decimos al mundo:
No más secuestros Sí a la libertad
No más mentiras Sí a la verdad
No más muertes Sí a la vida
NO MÁS FARC!!! COLOMBIA SIN FARC!!!!!!!!!
Hoy decidimos liberarnos y traer, a esta multitudinaria congregación
mundial, nuestras voces unidas para decir: NO MAS FARC. Para abrir los ojos a
las posibilidades que nos regala la historia.
Como individuos libres y autónomos, y como sociedad civil en conjunto,
asumimos el compromiso de defender la libertad, la vida y la verdad. Hoy nos
declaramos personas de paz. Le queremos demostrar al mundo que somos
capaces de convivir y unificar ideas dentro de nuestras diversidades.
Lo que hoy estamos logrando, será ejemplo en el mundo y perdurará en
la historia de la humanidad como el momento en el que nos aceptamos y nos
comprendemos.
Para respaldar nuestro compromiso pedimos a los partidos, el gobierno y los
diferentes sectores de opinión que respeten la iniciativa civil, se sumen a ella, y
hagan parte de las soluciones.
Como colombianas y colombianos, indiferentemente de nuestra inclinación
política, de los estamentos gubernamentales o sectores de opinión en los que
participemos, confirmamos que nuestro primer objetivo es:
Vivir en una Colombia sin Farc
Este es nuestro compromiso…
el compromiso de todas y todos aquí presentes…
Y proponemos que sea
el compromiso de todos los sectores…
de todos los partidos…
de toda la comunidad internacional
es la alianza que nos permitirá trabajar en equipo…
es el compromiso de respetarnos, valorarnos y fortalecernos en común
es el llamado a la unidad de Colombia…
Nuestra Colombia.

Fuente:http://www.colombiasoyyo.org/index.php?option=com_content&view=article&id=5:man
ifiesto-del-4f&catid=48:documentos-oficiales-del-4f&Itemid=59

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