ENSAYO

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The Anti Laocoon (The Laocoon Victory) © By Ernst Fuchs

LA
CONTAMINACION
MUNDIAL

POR
JUAN JOSE OPPIZZI
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H
ay sectores que alertan sobre las consecuencias que
traerá para el futuro del planeta la constante
polución que provoca el hombre. Desde hace unos
treinta años, más o menos, nacieron organizaciones
ecologistas empeñadas en luchar por la preservación
del medio ambiente. Formaron partidos políticos
(llamados en Europa “los verdes”) y lograron
introducir en las Naciones Unidas su temario. Sus
llamados no se interrumpen y, cada vez que sucede
una catástrofe climática o un derrame de sustancias
químicas, aprovechan para desplegar una estrategia Siempre que
que consiste en poner esos hechos como ejemplo de
la devastación que se produce a cada minuto. los miembros
Esta labor empeñosa y no siempre entendida
en su verdadero alcance benéfico derivó, entre otras de
cosas, en la firma de un tratado internacional que se
bautizó con el nombre de la ciudad donde fue hecho: organizaciones
el Protocolo de Kyoto. En el texto, un numeroso
grupo de naciones se comprometió a disminuir la
ecologistas
emisión de gases tóxicos a la atmósfera, acción
considerada un paso ínfimo, pero paso al fin, para
investigaron
amortiguar el efecto invernadero. Desde ya que los procesos
varios de los principales emisores de elementos
dañinos no suscribieron el pacto y no se molestaron de
en dar muchas explicaciones que justificaran las
negativas. Una de las naciones más reacias a contaminación,
estampar la rúbrica fue Estados Unidos de
Norteamérica, y su actitud resulta muy
se estrellaron
problemática, ya que emite a la atmósfera el treinta
por ciento de las emanaciones que el mundo deja
con el muro
escapar. Sumado a otras naciones industrializadas de los grandes
que se negaron a aceptar el compromiso, el volumen
de polución que seguirá estropeando el aire reduce el capitales,
tratado a un gesto poco menos que inútil.
Sin embargo, hubo un aspecto muy útil en las que no le dan
deliberaciones, en los conciliábulos previos a la
firma del tratado y en todas las reuniones que las
importancia
Naciones Unidas continuaron realizando alrededor
del tema: el esclarecimiento de cuáles son los
alguna a nada
verdaderos obstáculos que impiden un acuerdo que no sea su
unánime sobre algo que nos concierne a todos.
Siempre que los miembros de organizaciones propio
ecologistas investigaron los procesos de
contaminación, se estrellaron con el muro de los crecimiento.
grandes capitales, que no le dan importancia alguna
a nada que no sea su propio crecimiento. Plantear la
necesidad de freno al derrame de líquidos en ríos, de
vapores nocivos, a la contaminación sonora,
encuentra de parte de las empresas industriales un
alerta por los posibles gastos que insumiría la
colocación de mecanismos depuradores. Ni nos
molestemos en imaginar la respuesta si se trata de
una sugerencia más profunda, como la de repensar
los sistemas productivos.

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Desde la Revolución Industrial, el

capitalismo funciona en base a la misma dinámica:
Ahora, la crear objetos en series, de diferente grado y utilidad,
para venderlos. Con ese fin se reencauzó la
contaminación explotación de la clase obrera. La falla intrínseca del
sistema se reveló a poco de andar: los millones de
mundial le individuos esclavizados no podían, a su vez, acceder
plantea una al consumo de los productos que velozmente
fabricaban, y como la finalidad del capitalismo fue
última siempre el mantenimiento de una élite dominadora y
el aumento de la masa proletaria, empezó a haber
sentencia al exceso de objetos producidos y falta de
consumidores. En esa instancia, la plutocracia tuvo
capitalismo: le que aflojar algunos de sus postulados. Las
convulsiones de 1848 en casi toda Europa, la
quita el para Comuna de París, las revoluciones Rusa, Mejicana,
qué. Y esto China y Cubana, por mencionar algunos hechos de
los siglos XIX y XX, fueron encendiendo alertas que
proviene de su significaron una mejora en las condiciones de los
trabajadores por parte de los capitalistas; éstos se
misma dieron cuenta de que así, amén de prevenir
rebeliones, también podían obtener consumidores
idiosincrasia. entre los explotados. Más tarde, el crecimiento de la
tecnología le dio a los grandes propietarios del
Un mundo que dinero y de los bienes otra ilusión: ya no tendrían que
exhibe dudas depender de la masa proletaria en los mecanismos
productivos; las máquinas reemplazaron a los
enormes en obreros. Sin embargo, los hombres y mujeres
echados del sistema fueron componiendo un sector
cuanto a la nuevo: los desocupados, una multitud que tampoco
podía ser consumidora de nada, a pesar de que su
supervivencia condición la volvía muy dócil a cualquier propuesta
laboral, por humillante que fuera. En la Argentina,
de la por ejemplo, alrededor de diez millones de personas
quedaron al margen de las estructuras laborales y
humanidad es sociales en la siniestra década de los noventa. Los
un mundo que pregoneros del neoliberalismo sostuvieron que eso
era lo correcto y, pateando futbolísticamente la
comienza a cuestión hacia delante, dijeron que los desocupados
irían incorporándose poco a poco, a medida que el
perder sentido; sistema encontrara sus inevitables
reacomodamientos. El derrumbe de 2001 dejó en
pero, por claro el disparate de esa filosofía. La realidad le quitó
al capitalismo la validez del cómo.
primera vez en Ahora, la contaminación mundial le plantea
la historia, una última sentencia al capitalismo: le quita el para
qué. Y esto proviene de su misma idiosincrasia. Un
comienza a mundo que exhibe dudas enormes en cuanto a la
supervivencia de la humanidad es un mundo que
perder sentido comienza a perder sentido; pero, por primera vez en
la historia, comienza a perder sentido para todos. La
para todos. burguesía que gobernó el planeta desde la
Revolución Francesa, pudo en todo ese tiempo
manejar el destino de gran parte de los habitantes del

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La actitud de los
grandes centros
económicos es la
peor: ignorar las
globo, condenarlos a la miseria y la muerte, sin que
su futuro como clase tuviera un final visible. Ahora,
advertencias y
una eventual catástrofe ecológica dibuja el corte ponerse en
cierto del camino: ya no habrá nadie libre de las
consecuencias. contra de las
La actitud de los grandes centros económicos
es la peor: ignorar las advertencias y ponerse en medidas
contra de las medidas preventivas. Sigue la tala de
bosques, el agotamiento de las tierras por laboreo
preventivas.
indebido, el envenenamiento de las capas freáticas
por los herbicidas, el exterminio de especies
Sigue la tala de
animales que cumplen fines equilibrantes. Tal vez su bosques, el
criterio es el único que pueden tener. Una
maquinaria que funciona automáticamente en agotamiento de
procura de riquezas no conoce el margen de libertad
y de imaginación como para pensar otra cosa.. Lo las tierras por
llamativo es que durante siglos los grandes
capitalistas se jactaron de ser prácticos, de no perder laboreo
el tiempo en lirismos inútiles, y en este momento
demuestran ser ciegos ante una eventualidad más
indebido, el
que previsible. envenenamiento
En algún momento de los años venideros, la
humanidad en su conjunto se preguntará con de las capas
desesperación si no será hora de modificar
drásticamente los sistemas que la rigen. Ya no la freáticas por los
conducirán a esas reflexiones los ideales filosóficos,
políticos o humanísticos que sembraron en otras herbicidas, el
épocas el ansia de cambio en muchos hombres; será
pura y simplemente el instinto de conservación.
exterminio de
especies
animales que
cumplen fines
equilibrantes.

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