Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
pobres, a los necesitados, y que contribuye, asistencial pero sobre todo estructuralmente, a
una sociedad ms justa.
Como tambin tiene sentido para l, y no es contradictorio, emprender una accin o
iniciativa que sentimos como llamada, que hemos discernido y confirmado en oracin,
aunque no dispongamos al inicio de todos los medios materiales aparentemente
necesarios. Porque para Ignacio es sumamente importante que caigamos en la cuenta que
nuestro nico tesoro es Dios y que asentar nuestra seguridad en el dinero es una
alternativa necia a la confianza en el Padre amoroso, providente y siempre fiel. Nosotros
debemos poseer los bienes y no ser posedos por ellos.
Quisiera insistir en que el problema con los bienes materiales no es que sean malos, sino
que, por su mayor visibilidad frente a los espirituales, los convertimos en dolos, nos
cegamos y no somos capaces de decidir cmo usarlos. Ignacio nos ofrece bastantes
consejos prcticos, como la conveniencia de reconocer cules son los bienes que solemos
estar ms tentados a acumular o a despilfarrar. Pero junto a las diversas reglas y
recomendaciones, lo que nos ensea es que el uso de los bienes es objeto de
discernimiento, como el resto de aspectos que conforman nuestra vida, contemplando la
vida de Cristo.
Concluyo con la lnea de fuerza del cristianismo enfatizada por el carisma ignaciano: el
deseo, nunca culminado, de alcanzar la plena identificacin con Jesucristo pobre y humilde
expresado con vehemencia por Ignacio en la Tercera Manera de Humildad [Ej 167] y pedido
con triple insistencia a Mara mediadora, al Hijo y al Padre para que nos sea concedido
como gracia.
Blanca Arregui
Manresa