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La primera modernización en Uruguay se centró en el medio rural y consolidó el modelo agroexportador basado en la ganadería extensiva. El Estado otorgó títulos de propiedad privada sobre la tierra y fomentó el alambramiento de estancias, lo que liberó mano de obra pero no creó un verdadero mercado laboral debido a la baja demanda en el sector rural y urbano. También se fortaleció al Estado centralizando el poder político y desarrollando su aparato administrativo y militar, aunque la participación política
La primera modernización en Uruguay se centró en el medio rural y consolidó el modelo agroexportador basado en la ganadería extensiva. El Estado otorgó títulos de propiedad privada sobre la tierra y fomentó el alambramiento de estancias, lo que liberó mano de obra pero no creó un verdadero mercado laboral debido a la baja demanda en el sector rural y urbano. También se fortaleció al Estado centralizando el poder político y desarrollando su aparato administrativo y militar, aunque la participación política
La primera modernización en Uruguay se centró en el medio rural y consolidó el modelo agroexportador basado en la ganadería extensiva. El Estado otorgó títulos de propiedad privada sobre la tierra y fomentó el alambramiento de estancias, lo que liberó mano de obra pero no creó un verdadero mercado laboral debido a la baja demanda en el sector rural y urbano. También se fortaleció al Estado centralizando el poder político y desarrollando su aparato administrativo y militar, aunque la participación política
En su faceta econmico social la primera modernizacin estuvo centrada en el medio rural y su resultado no fue una transformacin sino la confirmacin, aunque renovadora, del modelo agroexportador con base en el predominio de la ganadera latifundista y extensiva. El Cdigo Rural sancionado en 1876 y reformado en 1879 constituy el marco jurdico de un nuevo orden rural. La modernizacin rural operada en el perodo militarista (1876-1886) consisti en la definitiva afirmacin de la propiedad privada de la tierra mediante el estmulo y la casi imposicin (medianera forzada) del alambramiento de las unidades productivas y la regularizacin y registro de los ttulos de propiedad sobre la tierra as como las marcas y seales sobre el ganado. Consecuentemente se puso fin a la precariedad de un mercado de tierras que hasta entonces haba coexistido con la volatilidad y relativa indefinicin de la propiedad de la tierra y los ganados que en ella pastaban. Al mismo tiempo, el alambramiento de las estancias liber mano de obra al separar del factor tierra a gran nmero de hacendados sin ttulos que hasta entonces haban permanecido como simples poseedores y ocupantes de tierras. Complementariamente el Estado desarroll una fuerte de coaccin (creacin de las policas rurales) sobre las formas de sobrevivencia alternativas a la contratacin laboral de los desposedos de la tierra reprimiendo la vagancia y el abigeato. Sin embargo esto no condujo a la completa creacin de un mercado de trabajo. Ello se debi a que, por un lado, la demanda de trabajo rural asalariado, dadas las condiciones propias de la ganadera extensiva, se mantuvo en niveles bajos salvo variaciones estacionales. Y, por otro lado la economa urbana, con una ms que incipiente manufactura preindustrial, tampoco generara una demanda de trabajo que pudiere canalizar la disponibilidad de mano de obra generada por el alambramiento. Por otra parte la inmigracin europea abundante en las ltimas dcadas del siglo XIX y primeras del XX, satisfacera preferentemente la demanda de trabajo urbana. Est incompleta formacin de un mercado de trabajo a escala nacional explica a su vez la incompleta formacin del mercado interno. Si bien en el ltimo cuarto del siglo XIX comienza a delinearse la integracin espacial del territorio uruguayo a travs de la expansin del tendido de lneas de ferrocarril, las limitaciones al desarrollo del consumo derivadas de la precaria vinculacin de una parte de la poblacin rural al mercado de trabajo as como la importancia del autoconsumo, limitaran seriamente la constitucin de un mercado interno de bienes a escala nacional. Por ltimo, tampoco el mercado de capitales tendra una dimensin nacional en este perodo. El desarrollo de un sistema bancario a partir de mediados del siglo XIX se limit a la capital Montevideo y se asoci fuertemente a la actividad comercial y a la especulacin con deuda pblica. Ni la escala nacional ni la vinculacin con la produccin se reconocen en el sector bancario nacido durante la primera modernizacin. En su faceta poltica la modernizacin operada durante el perodo militarista tuvo en el fortalecimiento del estado su elemento central. El estado uruguayo logr centralizar el poder poltico al tiempo que se institucionaliz. Alcanz el (casi) monopolio de la fuerza fsica, logrando por primera vez desde su instalacin formal en 1830, centralizar e imponer su autoridad sobre todo el territorio nacional3 estableciendo el orden interno a partir de la modernizacin de su aparato militar y de la instalacin y aprovechamiento de una infraestructura mnima de transportes y comunicaciones, al tiempo que se modernizaba y racionalizaba, en ciertos casos se montaba por primera vez, su aparato administrativo y se sancionaba un ordenamiento jurdico nacional. Con el militarismo, el estado desarrolla una fuerza y presencia propias que refuerzan el lugar ya preeminente que ocupaba an en tiempos convulsionados. Ms all de esta consolidacin del poder ettico, se insinan ya algunos anticipos de avance del estado en el rea econmica y social. Tngase presente al respecto que la primera ley proteccionista que conoci el Uruguay independiente data de 1876 y que la creacin del sistema pblico de enseanza primaria obligatoria y gratuita data de 1879. La crisis econmica de 1890 dio lugar a un conjunto de diagnsticos y proyecciones que navegaron en un clima general de conciencia a nivel del mundo intelectual y del elenco gobernante acerca del necesario protagonismo del estado como elemento central en cualquier plan de superacin de la crisis y de desarrollo econmico de largo aliento. Bajo el imperio de la Primera Constitucin (la de 1830) la ciudadana continu estando fuertemente restringida. El derecho al sufragio sigui siendo el privilegio de una minora ilustrada y el acceso a los cargos de gobierno continu rigindose por criterios de exclusin censitaria. La participacin poltica de las masas se produca por canales informales a travs de las divisas blanca y colorada configuradas como huestes caudillistas. De igual forma la competencia poltica institucional estaba fuertemente limitada por el fraude electoral y el manejo exclusivista de las instituciones pblicas de parte de los colorados. El pluralismo en clave bipartidista (blancos y colorados) sobrevivi en la prctica, por la mutua aceptacin que implicaba el mecanismo de coparticipacin instaurado a partir de 1872. En resumen, si bien exista una participacin poltica masiva canalizada a travs de las divisas y las adhesiones caudillistas, y los dos partidos que se configuraron a partir de las divisas blanca y colorada se aceptaban mutuamente compartiendo incluso espacios de poder (jefaturas polticas departamentales), el sistema poltico globalmente considerado sigui pautado por su configuracin tradicional que cabe caracterizar como oligrquico excluyente (por privar de derechos polticos a la enorme mayora de la poblacin) y hegemnico (por perpetuar el predominio del Partido Colorado en el gobierno y excluir de las posibilidades de acceder al mismo al Partido Nacional). Habra que esperar al siglo XX para que la modernizacin alcanzase al conjunto de las instituciones polticas. La primera modernizacin poltica, la del siglo XIX, se redujo al Estado.