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Guía para hacer una reseña

La reseña es uno de los tipos de textos que se usan en el ámbito académico. Tiene por fin
informar acerca de una obra seleccionada. Las trama textuales predominantes en la reseña son la
descriptiva – expositiva en la primera parte y argumentativa en la segunda y en la tercera.
Para facilitar la tarea de la confección de una reseña se la puede pensar dividida en tres
partes principales:
1. En esta primera parte deben constar los datos bibliográficos de la obra: Nombre del
autor, nombre de la obra, lugar de edición, editorial y fecha de publicación. Lengua y fechas
originarias. Luego se incorpora casi como datos el pensamiento del autor: Lo que dice. Deben
predominar las citas textuales según las categorías de análisis de la disciplina de la que se trate,
conectadas entre sí. En el caso de una obra pedagógica como es el nuestro, el concepto de
aprendizaje / o el concepto de educación, agente educativo, educando, fin y contenidos de la
educación.
2. En la segunda parte se trata de explicar el marco teórico del autor, es decir, por qué
lo dice. Desde qué disciplina concreta habla, cuáles son sus antecedentes, fuentes, propósitos por los
que escribe, cómo está organizada su obra (si es parte de una más general, por ejemplo); qué
metodología utiliza. El tratamiento sigue siendo objetivo. Si bien sigue siendo una trama expositiva
y descriptiva, hay argumentación (para fundamentar lo que se dice).
3. La tercera parte es más subjetiva, en el sentido que se expone el pensamiento y
opinión del autor de la reseña. Aquí cabe expresar los acuerdos y desacuerdos con el autor del texto.
Ya la trama se torna argumentativa pues hay que dar razón de lo que se está criticando. Se puede
acudir aquí al cotejo con otros autores para argumentar. También cabe la opinión personal.

En síntesis, en una reseña hay tres momentos: 1. lo que dice el autor; 2. por qué lo dice y 3.
qué opina el autor de la reseña.

Para evaluar una reseña:


Cada párrafo tiene que expresar una idea.
Dentro de él, las oraciones deben ser cortas (sujeto, verbo y resto de predicado), que no
superen las treinta palabras (Cuando al releer se tiene dificultad conviene poner en la computadora
la función “contar palabras” –dentro de herramientas-). No hay que abusar de las oraciones
coordinadas y subordinadas, y cuando se recurre a ellas, verificar que no se haya cambiado el sujeto
de la misma.
El texto resultante debe ser coherente (no contradecirse internamente respecto de lo que se
expone). La coherencia refiere a la unidad semántica del texto. En cambio la cohesión, que también
ha de ser considerada, significa la unidad lógica o formal del texto. Se consigue con el uso
adecuado de conectores (Aquí hay que tener cuidado con el recurso a las conjunciones adversativas
y a los pronombres relativos: éste, ése, aquél, esto1).
El vocabulario debe ser preciso y responder al registro formal y específico de la disciplina.
Si es necesario se debe explicitar en qué sentido o significado se utilizan las palabras
correspondientes. (Cuando uno se da cuenta de que abusa de una palabra o muletilla conviene poner
la función “buscar” en la computadora y señalar dicha palabra, para ver si hay abuso o no de la
misma).
En la evaluación de la reseña, como en cualquier otro tipo de texto, se consideran las normas
lingüísticas correspondientes: uso de signos de puntuación (especial cuidado se ha de tener en el uso
de las comas y puntos y coma); las reglas ortográficas; y la adecuación de los tiempos verbales
(mantener el mismo tiempo, tratar de usar el presente del indicativo, que facilita la redacción y es
más adecuado al tratamiento científico, expresar correctamente las secuencias temporales, etc.).
1
Aunque la Real Academia ha autorizado el no ponerles tilde, conviene seguir con el uso tradicional pues facilita la
redacción y la legibilidad del texto.
Dra. Graciela B. Hernández de Lamas

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