Sunteți pe pagina 1din 138

A los que nunca he visto, pero conozco

¡Gracias por su apoyo!


ARGUMENTO

¿Los sueños pueden hacerse realidad? ¡Qué alegría! ¿Pero y si son pesadillas?…

Vanessa ha descubierto al asesino de sus padres, ahora tiene dos objetivos: conseguir salvar a su
hermano Teo y vengarse de quien comenzó todo. Pero extraños sueños vuelven a ella,
mostrándole a un chico que nunca ha conocido pero que le llama insistentemente en sus sueños
¿Quién es él? Nuevos amores y batallas se encontrara en el camino de esta segunda parte de la
Saga Luna Llena.
INDICE

CAP.1 NIEVE ROJA …………………………………………………………… 5


CAP 2. OJOS PLATEADOS ………………………………………………… 13
CAP 3. ¡MUCHO GUSTO! …………………………………………………. 28
CAP. 4 LA JUSTICIA ………………………………………………………….. 36
CAP.5 NUESTRO HIJO………………………………………………………. 43
CAP. 6 ¿TE CONOZCO? ……………………………………………………. 50
CAP. 7 CONOCIENDO ENEMIGOS ……………………………………. 59
CAP. 8 NO HUYAS ……………………………………………………………. 70
CAP. 9 MUCHOS SENTIMIENTOS……………………………………… 80
CAP 10. LA CONVERSACIÓN…………………………………………….. 86
CAP.11 CARA A CARA……………………………………………………….. 96
CAP.12 CUENTA REGRESIVA …………………………………………….112
CAP.13 LA VENGADORA…………………………………………………. 121

CAP.14 GRAN DESILUCIÓN……………………………………………. 128

GOODBYE, ADIOS…………………………………………………………… 136

LA AUTORA……………………………………………………………………. 138
CAP.1 NIEVE ROJA

Bailemos juntos la danza de la muerte eterna


yo seré el hilo del destino
y tu las tijeras perfectas
que un día lo cortarán

"Te necesito...más que a nada en este universo, en este mundo; en mi mundo. No sabes cómo te
necesito...las ansias de tenerte a mi lado me queman como llamas azules, el no poder tenerte me
vuelve a la locura, jamás tocarte es el peor de los castigos que me puedan implantar, no ver tus
ojos chocolate o tu cabello negro hacen que mi corazón que late aun se pare de solo pensar que no
volverás a mí."

"Yo te espero...porque te necesito, ven a mis brazos que yo te cuidare, si lo que buscas es amor, en
mi lo puedes encontrar. Nunca me creí capaz de amar de esta forma."

"Y ahora cuando te veo cruzar el cementerio de los eternos y sonreírme de esa forma se que me
has escogido a mí, eres mía. Corres a mi encuentro y mi corazón late más que nunca, y ahora
cuando te abrazo, huelo tu perfume a rosas que se incrusta en mi nariz, observo tu boca que sonríe
con dulzura y me veo reflejado en tus ojos, es lo que más me gusta de ti. Porque el reflejo muestra
lo que soy realmente, mis ojos azules, mi cabello dorado y mi piel pálida y rosada al mismo tiempo
te dan la bienvenida."

"Vanessa no sabes cuánto te soñé y ahora yo te he encontrado. Graba mi nombre en tu corazón


con letras escarlatas, y recuérdalo siempre eternamente...Daniel"

-¡Hey! despierta cuentista - la voz ronca y los zarandeos movían con ansiedad a Vane que estaba
muerta "literalmente" de frío y con un gesto de mano quiso pegarle en la barbilla.

-¡Ya déjame odioso can! - refunfuño Vane con los ojos cerrados, donde sus pestañas estaban
siendo congeladas como estalactitas, mientras se acurrucaba en el pecho caliente de Marcus
quien aun la estaba abrazando, cuando lo oyó maldecir supo que este estaba llegando a su límite.
-¡Despierta de una vez por todas! - la volvió a zarandear con un poco mas de fuerza - ¡me dijiste
que no te dormirías! ¡No ves que si caes rendida puede ser que no despiertes y te congeles como
un maldito pingüino!

-Los pingüinos no se congelan, están habituados a estos lugares - se escuchó la voz de Adolfo
sarcástica como siempre.

-Gracias me eres de gran ayuda - le respondió el chico moreno - Anda ¡si no te soltare y que te
congeles aquí! - Vane sintió pavor al escuchar la última frase así que a regañadientes empezó a
abrir los ojos.

-Bien me estoy despertando aguafiestas - abrió lentamente sus ojos, era como despegar dos capas
de hielo bien prensadas, Vane se admiró cuando por fin pudo separarlos y que ninguna de sus
pestañas se le hubiera caído - Vaya más nieve ¡Para eso me desperté! - miró a Marcus y luego
contemplo el paisaje nórdico cubierto por una tormenta de nieve que bien podría convertirlos en
tres muñecos de nieve si se ponía feo el asunto.

-Mira tú pediste un permiso para con los Heraldos ahora tienes que resistir - Marcus le dijo con
voz fuerte y clara.

-Si pero jamás pensé que estos se refugiarían en un lugar no apto para seres con sangre caliente -
chillo ella mientras volvía a cubrirse con la chamarra de Marcus.

-Jejejejeje - La risa de Adolfo se escucho burlona y molesta

-No aguantas nada

Vane por un momento pensó en quitarse el pasamontañas y mostrarle la lengua a Marcus, pero el
hecho de recordar que estaban en un lugar donde si hacia eso se le podría caer fue más que
suficiente para que se quedara quieta y solo le dedicara una mirada fría a través de sus lentes para
nieve. Y es que estaba totalmente abrigada, y aun con todas las chamarras encima el frío era
insoportable, cuando se había cansado de caminar y congelada casi completamente, Marcus la
había alzado y abrazado contra su pecho igualmente abrigado; se abrió las chamarras, le paso las
piernas congeladas de Vane por la cintura de él y dejó que ella se acurrucara dentro; ese pequeño
gesto se lo había agradecido con el alma entera. Ella aun no comprendía como Adolfo y Marcus
parecían solo captar una pequeña caricia de frío, estaban tan normales como si los rayos del sol
caribeño les estuviera dando de frente, era odioso ser una humana en tales circunstancias.

-¿Tardaran demasiado? - se atrevió a preguntar mientras sacaba la cabeza de los abrigos de


Marcus - estoy empezando a temblar, creo que es hipotermia jejeje

-No inventes - Marcus miró a Adolfo y este asintió olfateando el aire como un sabueso.

-Ya viene - dijo

-¿Ya has oído? nuestro contacto está por llegar así que solo resiste un poco mas - Marcus le froto
la espalda y ella se acurrucó mas.

-Es fácil para ti decirlo cuando no tienes los dedos de los pies azules.

- Cálmate, estas suficientemente abrigada y cambiando de tema - Marcus se acercó a su oído


mientras se inclinaba susurrándole - ¿con que soñabas?

-Yo... -Vane se ruborizo por un momento, Marcus acababa de recordarle lo que segundos antes le
había parecido era un príncipe esperándola en su castillo - no me acuerdo - no creyó conveniente
contarle en ese momento, no mientras la abrazaba y ella dependía de su calor.

- ¡Oh vamos! te movías mucho y sonreías como tonta - le intimido - o acaso ¿no confías en mi?

-Ya.... bueno era sobre el cementerio.

-¿Y que mas? - preguntó curioso mientras la alzaba mas pues se estaba cayendo.

-No estabas tú en el sueño al parecer no en esa ocasión.

-¿Pero había alguien cierto? - ella se puso tensa bajo sus brazos.
-¿Cómo sabes? - trato de desviarlo del tema.

-Porque no entendí bien pero por tus movimientos estabas más que feliz de verle - Marcus la ciño
contra si un poco mas - además dijiste un nombre pero no pude oírlo, porque no sacaste sonido -
ahora se le escucho exasperado.

-Ahhh... - Vane se estaba inquietando ¡es que ese contacto no iba a llegar pronto!; terminado de
pensar eso un aullido lobuno cruzo el viento nórdico y la estremeció hasta los huesos - ¿qué es
eso?

-Nuestro contacto - le confirmo Marcus.

Los tres esperaron quietos y silenciosos, mientras observaban entre la ventisca algún signo de vida
que les diera una señal. Vane ahora estaba parada junto a Marcus, pues no quería que alguien la
viera en una posición tan comprometida sino sabían la razón de esta; así que se trataba de
calentar frotando sus manos fuertemente y respirando despacio casi pausado. Al sentir una
presencia alzó la vista y se encontró con un enorme lobo blanco de ojos dorados, era tan bello que
por un momento pensó que de seguro se había vuelto a dormir y esta vez parada, su pelaje se veía
tan suave que tuvo la tentación de acariciarlo, las enormes patas apoyadas con firmeza contra la
nieve le decían de la seguridad que este ser poseía sobre si mismo, realmente si fuera un lobo
común se podría decir que era un excelente espécimen; pero como nada que tuviera que ver con
Marcus era común asumió que este era el contacto que habían estado esperando.

-¿Cómo has estado? - saludó alegremente Marcus al enorme lobo que le correspondió con una
inclinación baja y sutil

-Al parecer tuviste problemas - Adolfo saludo con una reverencia a lo que Vane se pregunto si ella
debería hacer lo mismo. El lobo simplemente negó a lo dicho por Adolfo y rápidamente se fijo en
Vane que temblaba desenfrenada.

- Ella está bien solo que le gusta exagerar - Vane alzo su pie con mucho trabajo para tratar de
patear a Marcus pero el frío era tal que solo le colocó el pie sobre el suyo; el lobo blanco se deslizó
como un fantasma hasta llegar a lado de ella y se pego a su costado; y esto al parecer por extraño
que fuera hizo que el cuerpo de Vane entrara en Calor.
-¡Asombroso! ya no tengo frío - exclamo sorprendida mirando de Marcus a el lobo - ¿Como pudo
hacer eso? ¿Por qué tú no puedes?

-No fastidies - Marcus le dio un leve empujón

-Pero si tu no...

-Él tiene el poder de hacer eso - Adolfo se acomodó los guantes mientras le explicaba - ha vivido lo
suficiente aproximadamente 800 años para saber cómo manejar su temperatura, su fuerza, y
sobre todo sus transformaciones ¿acaso no puedes reconocerlo?

-Reconocerlo - Vane escudriño al animal que le vio serenamente, la verdad no se le ocurría quien
podría ser -Lo siento no sé quién eres - la risa de Marcus hizo que se fastidiara - sabes es odioso
que te burles de mi - le dijo agria.

-Lo siento es que después de meses viviendo con nosotros y visitarlos a ellos en su territorio me
parece imposible que no llegues a identificarlos jajajaja - se volvió a atacar de risa.

-Pues señor ¡oh yo sé todo dejen a la ignorante! no sé quien es - Vane estaba enojada y no
permitiría mas burla -¡anda! dime quien es.

- Suficiente Marcus - Adolfo tampoco parecía divertido, por otra parte el lobo seguía tan sereno
que Vane en verdad le picaba por saber quién era.

-¡Ya! - Vane golpeo en el brazo a Marcus este paro de reír y la miró travieso.

-Es Abraham no le identificas.

-¡No! - Vane estaba sorprendida y su boca se abrió totalmente cuando miró de nuevo a el lobo
blanco - ¡Dios tienes 800 años! - y no es que estuviera asustada, sino que al recordar a Abraham
que era uno de los miembros del consejo, por su mente nuca cruzó que pudiera ser tan viejo,
mucho menos cuando no parecía mayor de 40 o 45 años y con una buena constitución - te cae que
es Abraham - Adolfo asintió confirmándoselo.
-Jejeje ¿por qué tan sorprendida? - Marcus parecía a punto de otro ataque de risa.

-Creo que es obvio, cuando lo vi en el consejo hace un mes para pedir esto por mi cabeza hubiera
cruzado algo así.

- En nuestra raza es algo normal.

-¡Normal! ¿Cómo explicas eso? si veamos - empezó a hacer memoria - El anciano Tonatiuh solo
tiene quinientos años, y perdón por la sinceridad él si que parecía un viejo acabado de 800 años -
Vane toco el pelaje de Abraham quien luego la lamio y ella rio - señor Abraham ¿cuál es su
secreto?

- De pende del nivel de fortaleza de cada uno - Adolfo parecía estar aburrido por explicar algo tan
obvio para ellos - Abraham aprendió a controlar todas sus facetas a una edad buena y eso lo
conserva, si nos vamos por tu ejemplo Tonatiuh no tiene ese nivel de concentración, ese es el por
qué su tiempo corrió un poco mas rápido pero que es adecuado para cualquier ser humano
normal y también hay otro factor - Marcus paro de reírse y se puso serio cuando oyó a su
compañero.

-¿Cual factor? - Vane ahora estaba totalmente apoyada contra Abraham quien se sentó
elegantemente.

-El factor de herencia de sangre - hubo un silencio incomodo - si nos vamos por lo lógico Abraham
proviene de una de las familias más poderosas después de los cuatro jueces y pertenece al
consejo. Esa es la diferencia.

-Ya veo...ustedes ¿podrían? - miró a Marcus este solo chasqueo la lengua.

-Se supone que los jueces pueden alcanzar ese grado de preparación pero eso no me importa - se
encogió de hombros - además que digamos si nos vamos por la sangre yo no tendría esa
oportunidad por mi mezcla - Abraham ladró - ¡déjame ya viejo!

-¿Que dijo? - Vane miró a Adolfo quien respiró hondo.


-Que Marcus es más digno que ninguno.

-¡Que se lo lleve el diablo! - gruño Marcus apartándose de Vane y Abraham.

- Se mas respetuoso con un superior - le regaño Adolfo.

-Si, si como digas - empezó a adelantarse luego se volteo - ¡es que nos dejaras congelarnos!
recuerda a que hemos venido - le dijo a el lobo quien se paro en cuatro pastas de nuevo, pero
antes de continuar caminando gentilmente gimió al lado de Vane y le agarró con el hocico su
manga de la chamarra más gruesa.

-¿Que quiere? - Vane miró a los otros dos hombres quienes parecía se les saldrían los ojos - Me
asustan ¿qué pasa?

-Nada es solo que...- Adolfo la veía reprobatoriamente ¿o era al lobo?

-¿Qué?

-El quiere que le montes para que no camines mas - dijo Marcus completando la frase.

-Yo....montarle - Vane parecía muy dudosa - no lose - pero antes de que se diera cuenta Marcus ya
la había subido arriba de su compañero -¡Oye! ¡¿No será incomodo para él?!

-Dirás humillante - siseó Adolfo en total desacuerdo - Abraham nosotros no somos Pony´s. A ella
bien la puede cargar Marcus - se quejo ante el lobo blanco que le dedico una mirada de
compresión para luego ladrar.

-El dice que lo humillante sería dejar morir a alguien quien necesita ayuda - le contesto Marcus un
poco contento por lo que noto Vane.

-Se lo que dijo no me lo repitas - le gruño Adolfo.


-Muchas gracias - Vane acarició la oreja de Abraham para tratar de compensarle, ya luego pensaría
que regalarle cuando volvieran a Inglaterra.

-¡Eja! viejo mañoso - Marcus pateo a el lobo blanco con suavidad Vane se sobresaltó

-¡No le hagas daño! - le grito furiosa

- Si supieras que pensó. Tú me lo estarías agradeciendo - Marcus parecía entre divertido y enojado

-¿Qué pensó?

-Que tienes lindas piernas - les acabo la conversación Adolfo mientras tomaba el equipo que
llevaban. Vane solo sonrió se acomodo para no molestar tanto a su gentil amigo, porque ahora
sabía que tenía uno más.
CAP 2. OJOS PLATEADOS

Juntemos nuestros cuerpos


dancemos al ritmo de las estrellas
comencemos lo que llamaremos
el paso de la muerte

La tormenta de nieve les estaba dificultando el poder avanzar libremente, a los ojos de Vanessa
todo se veía igual, blanco por donde mirara no había vida; problema que al parecer no tenían sus
demás acompañantes que solo procuraban seguir al enorme lobo blanco donde estaba montada.

Procuró agacharse lo suficiente para poder protegerse del frío, estaba cansada y empezaba a tener
hambre, no sabía cuánto duraría esta cruzada pero sus ansias por llegar eran más intensas cada
vez más; aunque eso significara que se enfrentaría a seres que en su vida hubiera imaginado que
existían.

De repente mientras estaba distraída calentando sus manos, Abraham paró de golpe y ella tuvo
que agarrarse fuertemente para no salir disparada; al levantar la vista vio para su sorpresa el lugar
más sorprendente y extraño que se hubiera imaginado. Una enorme cueva con puertas de cristal o
hielo si es que las observaba mejor se mostraba ante ellos, eran tan altas como un edificio de New
York, por un momento el mirar algo tan grande impidió que reaccionara, pero al final observó en
el centro de ambas puertas un escudo con la forma de una estrella de cinco picos rodeada por un
círculo de espinas.

- Bien hemos llegado - Marcus señaló la entrada - creo que bebemos identificarnos Abraham - el
lobo asintió y caminó con Vane a la espalda directo hacia la puerta.

- Ese escudo es extraño - Vane seguía observando la estrella, se veía como si un vitral hubiera sido
esculpido para ella.

- Bien pronto notaras que no solo eso es extraño - Marcus se colocó a la derecha de Abraham y
Adolfo a su Izquierda, el lobo blanco ladro tres veces y el suelo tembló; Vane pensó que las
puertas se estaban abriendo pero estas seguían tan impenetrables como las había visto hace unos
minutos.
- ¿Y ahora qué? - preguntó nerviosa.

- ¡Listo! podemos pasar ¿verdad? - Vane solo escucho lo último de lo que había dicho Marcus
cuando sintió como si agua helada le cayera encima, gritó de la sorpresa y cerró los ojos, mientras
se aferraba mas a Abraham que seguía avanzando. Cuando sintió que todo había terminado se
animó a abrir los ojos y enfocar el enorme salón de cristal que estaba frente suyo.

-¿Ya terminó? ¡¿Qué fue eso?!

-Jajajaj hubieras visto tu cara estabas morada - Marcus se rió por lo bajo.

-Eso es la forma en que los Nocturnos abren las puertas, hay un hechizo sobre esas dos que hacen
que los que entren sean juzgados dependiendo el motivo por el que se encuentran en sus
terrenos.

-No es muy cálida la bienvenida.

-Ellos son seres muy diferentes a nosotros pronto lo averiguarás - Adolfo la bajo de Abraham -
podemos quitarnos los abrigos y dejarlos en esa mesa - señaló el mueble que se encontraba en un
rincón oscuro, era redondo y con figuras espinosas al rededor - ¿creo que es suficiente en
temperatura para ti?

- ¡Ah! Si gracias - Vane se quitó los abrigos y todo aquello de nieve que llevaba puesto, solo se
quedo con un suéter cuello de tortuga y sus pantalones, Abraham se sacudió la nieve restante y
Marcus se quito la enorme chamarra que llevaba al igual que Adolfo.

-Parece ser que no habrá bienvenida - Marcus tomo del brazo a Vane y miró a Abraham, este saco
la lengua y parecía contento - bien si lo quieren así...

-Todo esto es muy solitario ¿no? - Mientras caminaban por un pasillo enorme lleno de estalactitas
Vane procuraba fijarse que alguna no fuera a caerse de un momento a otro sobre ellos.
-Los Heraldos son los únicos que habitan este lugar - Marcus hablaba tranquilamente mientras
sacaba lo que al parecer era goma de mascar y se la metía en la boca - inclusive son tan reservados
que ni sus propios subordinados saben la manera en la que viven.

-Todos debemos de ser cuidadosos si se trata de nuestra protección - agregó el rubio.

Cuando llegaron frente a una encrucijada, Abraham se paró a olfatear y ladró afirmativamente a la
derecha, todos le siguieron sin protesta, ya que él era el contacto.

- ¿Que hay en el otro camino? - la curiosidad de Vane se despertó y quiso voltear a ver pero
Marcus le contesto rápidamente.

-No lo sé - miró a Abraham que no les prestaba atención - ni él sabe lo que hay de aquel lado creo.

Una luz les indico que estaban llegando a su destino y cuando se encontraron en una sala rodeada
de cinco vampiros con ojos plateados mirándolos desde perspectivas diferentes; Vane sintió como
Marcus se ponía rígido y Adolfo apretaba la mandíbula. El corazón le comenzó a latir rápidamente
y noto como cada uno de los observadores silenciosos parecían estar dentro de unos espejos de
cristal, eran tres hombres y dos mujeres; sus ropas eran blancas totalmente y su piel era saludable,
parecían tener muy buena constitución y sus mejillas rosadas en las chicas les daba un aire a
muñecas de porcelana china, ambas eran tan diferentes entre si al igual que cada uno de los
hombres.

Pero el aspecto no era lo más asombroso en esos seres, sino la manera de imponerse ante otros
era lo que dejaba sin respiración a cualquiera, sus ojos plateados brillaban a la luz de la luna que se
reflejaba en el centro de la sala por un hoyo en la parte superior, parecían tomar aquel brillo y
agregarlo a su aspecto misterioso y seductor. Si el miedo tuviera un lado hermoso ellos sin duda
serían la descripción perfecta.

- Abraham - El que al parecer era el líder de los demás llamó con una voz ronca y melodiosa a el
lobo blanco que se puso en el centro de la luna reflejada y miraba hacia el vampiro adulto que
sonrió con una falsa cortesía a los demás; este pareció salir del espejo y con una enorme rapidez
se puso frente a Abraham que no bajo la mirada, el vampiro le saludó con un movimiento de
cabeza - espero que me permitas entrar en tu mente - el lobo asintió y el vampiro toco su frente,
sus ojos se pusieron oscuros por un momento y luego volteó a ver de forma brusca a Vanessa
quien se sorprendió - así que es ella - el lobo retrocedió hasta colocarse de lado de ella y Marcus -
Y este es uno de los cuatro...

- No soy más que uno de los míos - Marcus le interrumpió y el Vampiro hizo que sus ojos
parecieran mas amenazadores que nunca

-Supongo entonces que la marca de los cuatro que llevas en tu muñeca no tiene significado -
sugirió una de las chicas, era de cabello rubio y su cara se iluminó por una sonrisa roja, esta no
salió de su espejo pero seguía tan amenazadora como su compañero

- El símbolo familiar no se puede transferir - respondió Marcus con voz muerta

-Ya... puedes mostrarla si eres tan amable - sugirió la otra chica de cabello castaño, ambas se veían
demasiado jóvenes para ser tan oscuras y peligrosas

-No imposible - Marcus no estaba dispuesto a hacer lo que ellos querían

-No te haremos nada lo prometemos - otro de ellos habló era rubio y con un aire angelical -
Abraham puede asegurarte que decimos la verdad

-No es una sugerencia joven líder - El vampiro que había salido del espejo se acercó tomó el brazo
de Marcus y rasgó rápidamente su manga derecha, por su parte el chico lo lanzo hasta que este
voló por los aires y se encerró en su espejo de nuevo

-¡¿Que te crees que eres?! - Marcus estaba furioso y si Abraham no le hubiera sitiado el camino
Vane estaba segura que se hubiera atrevido a escalar los muros de hielo hasta romper el espejo
del vampiro con ella del brazo

-Marcus ¡por favor! - Vane trato de razonar y él la vio con cara de pocos amigos

-Bien - Alzó su brazo y mostro su muñeca donde no se veía nada - ¿contentos?


-¿Podrías hacerla aparecer? - sugirió el vampiro angelical. Marcus rodo sus ojos con exasperación y
con una de sus uñas se hico un corte, en ese instante por donde la sangre se derramo aparecieron
cuatro líneas doradas que luego que se seco volvieron a transparentarse

-Ingenioso - dijo asombrado el tercer hombre vampiro que tenía el cabello castaño y piel morena

- Entre nosotros esta un miembro de sangre antigua es un honor - señaló el ángel - Mi nombre es
Gabrielle Van Rijn y soy el segundo hijo

- Mi nombre es Raphael Sanzio soy el tercer hijo - dijo el moreno

-Soy Guadalupe Velázquez la cuarta hija - saludo la chica con el cabello castaño brillando de
felicidad.

-Mary Van Eyck la quinta hija - miró a su vez al último de ellos que sonreía.

-Y yo soy Mikael Shishkin - su voz aguda se oyó por toda la sala juntas todas ellas parecían un coro
celestial

-Mi nombre es Marcus, ella es Vanessa y él Adolfo mi hermano de familia - los señaló a ambos. Los
vampiros asintieron y parecían leer cada uno de los movimientos que ellos hacían, eran tan
cuidadosos en cada uno de sus movimientos que Vanessa no discutía que fueran tan mortales
como se veían.

Un silencio reino entre ellos después de las presentaciones, eran una situación que pronto se
tendría que discutir y mientras Vane notaba como los ojos de sus anfitriones cambiaban de
plateados a colores normales y brillantes, una sensación de estar siendo estudiada por otra
persona la rodeo y se apretó un poco más a Marcus quien parecía registrar el mismo
presentimiento.

Marcus no confiaba nada en las buenas intenciones de estos seres, que ahora les sonreían con
aparente amabilidad, sino fuera porque la cuentista les había insistido hasta el cansancio no
estarían aquí a merced de sus enemigos; si bien ahora la pequeña cobarde se apretaba a él se lo
merecía del todo -"Sigues pensando que será pan comido" - pensó irónico.
- Marcus no hay necesidad de que se sienta amenazado - Gabrielle salió de su espejo y con una
indicación sus demás hermanos lo imitaron

- Prefiero mantener las distancias si no te importa - contestó mientras agarraba fuertemente del
brazo a Vane que no parecía querer separarse tampoco de él

- Abraham ha sido muy diplomático con nosotros - Raphael parecía simpatizar del lobo blanco
quien asintió - no haremos daño a quien nos ha tratado justamente

- Las costumbres de nuestras familias son distintas - Adolfo se mostro arrepentido de decir estas
últimas palabras - pero como hemos venido a tratar cierto asunto creo que es mejor ir al punto -
zanjó

-Tiene usted razón - El más grande de los vampiros hablo con su voz rasposa y de nuevo escudriñó
a Vane - Señorita Marcel ¿estoy en lo cierto?

-Si mucho gusto - cuando ella contestó, casi pudo jurar que los vampiros sonrieron con burla a sus
palabras, esto la enojo por un momento, ya que no era su culpa ser educada para colmo ¿o acaso
era un pecado?

-¿Se ha enojado usted? - Mikael sonrió y mostro sus colmillos afilados a diferencia de los otros el
parecía ser un hombre maduro con un aspecto amenazante, del cual huirías si te lo encontraras
entre un callejón, por el otro lado estaban sus hermanos.

-No - fue la respuesta seca de Vane para desviar la atención de los presentes.

-¡Oh por favor! no mienta - Mikael la miró con sus ojos ahora azules con tal intensidad que Vane
empezó a temblar y no por el frío - para serle sincero detesto la mentira, no me obligara a leer su
mente y hacer que...

-¡Suficiente! - Marcus alzo la voz casi con un rugido mientras sus ojos pasaban a un dorado intenso
- ¡No te atrevas a intentar algo que no te está permitido!
-Si no te has dado cuenta estas en nuestro territorio - Mikael señaló con ambos brazos el área en
donde se encontraban - no tienes que mostrarte agresivo.

-Bien Mikael yo igual creo que es hora de empezar - Gabrielle mostro seriedad en su mirada azul
cielo luego con su dedo indico a Vane que se posara en medio de la luna reflejada - Señorita por
favor si es tan amable - Vane se soltó de Marcus y cuando daba los primeros pasos este la sujeto
con una mirada reprobatoria.

-No - su voz pétrea le indicaba el peligro al que se estaba exponiendo.

-Tengo que hacerlo sola - y se soltó, porque si iba a demostrar valor este era el momento, no iba a
temblar como niña asustada.

-Muchas gracias - El vampiro rubio le sonrió y los demás se colocaron a su alrededor

- Por lo que sabemos - Raphael empezó a hablar rápidamente - usted tiene una petición que
involucra a uno de nuestra especie - los demás vampiros le miraban de manera curiosa - en
términos generales quiere matar a uno de los nuestros - las miradas hostiles de parte de la
mayoría no se hicieron esperar, pero Vane estaba decidida a ser sincera con sus intenciones Paula
le había aclarado una semana antes que los Heraldos se consideraban un solo individuo con su
clan si alguien trasgredía a uno de los suyos era como hacerles daño a cada uno de los de su
especie

- Así es - la voz de Vane sonó decidida cosa que enorgulleció a Marcus quien sonrió por su
determinación.

-¿Sabes lo que nos pides? - Mary la chica rubia hablo como un jilguero, su voz fue como si una
aguja hubiera roto el hielo de la superficie -¿Tienes la más remota idea?

-Si me han explicado...

-Nadie más que nosotros podemos explicarte la enormidad de este asunto - Mary no parecía nada
contenta - si alguien cree conocer nuestras costumbres y reglas y no es parte de nuestro clan no
creo que tenga la capacidad de comprender y explicarle señorita.
- Ellos me dijeron lo que sabían.

-Vaya eso sí que es un descubrimiento - La chica rubia rio burlonamente - ahora resulta que otros
conocen mejor a mis hijos y hermanos que yo misma.

-No era mi intención ofenderle - Vane levanto la barbilla en señal de que tampoco estaba
dispuesta a recibir burlas - pero creo que burlarse de otros es aun más ignorante que no saber
costumbres de quienes no quieren darse a conocer.

- ¿Y cuál es el motivo de tu petición? - La chica de cabellos castaños la miró con comprensión a


diferencia de su otra compañera esta parecía tratar de entender las palabras de Vane.

- Quiero justicia.

-Mejor dicho Venganza - Mikael parecía muy hostil - si no me equivoco ese es el motivo.

- Si - Acepto Vane sin bajar la cabeza - pero tengo una razón.

- Díganos - Guadalupe la insto a continuar.

- Él eliminó a mi familia a sangre fría y quemo su existencia con fuego azul.

-¿Hay pruebas de ello? - Raphael el que había hace solo unos momentos expuesto su caso no
parecía creerle -¿Testigos?

- No

-¡Sí! - la voz de Marcus se alzó sobresaltando a Vane - recuerda su confesión ante la familia de
Tonatiuh

- ¡Claro! - el color volvió a la cara de Vane si hubiera estado cerca de Marcus le hubiera besado por
haberse acordado - Nicolás confesó ante un grupo mexicano de hombres lobos y hombres jaguar -
afirmo

- Seria la palabra de parte de los de su especie contra la de uno de los nuestros - Gabriella la miró
triste - si no hay testigos que sean de nuestra especie entonces no se puede decir que los hay

-¿Que está diciendo? - Vane estuvo a punto de de soltar una maldición no podía creer que estos
tipos le estuvieran jugando sucio después de que pensaba hablar claro con ellos y respetar su
palabra

- No podemos confiar en la palabra de quienes por años nos han atacado - Mary le miró con sorna

- ¡Pero ellos son tan leales como ustedes! - reclamó Vane

- No podemos juzgar por simples suposiciones a uno de los nuestros y mucho menos permitir que
los que no son de nuestra especie apliquen un castigo sin nuestra autorización - habló Mikael

-¡Él mato a mi familia! ¿Acaso no cuenta mi palabra?

- La palabra de un humano a veces puede verse llena de mentiras

-Como se atreve - Vane rechinaba los dientes de tal humillación, al parecer ellos no creían en nada
de lo que se les había dicho

- Nosotros hablaremos con Nicolás le doy mi palabra - Trato de consolarla Gabrielle - solo tendrá
que esperar...

-¡Esperar! - estallo ella - ¡he esperado demasiado y si ustedes no son capaces de darme su permiso
entonces no lo tomare en cuenta! - Vanessa se disponía a caminar rumbo a Marcus quien estaba
también muy cabreado cuando oyó una voz diferente que provenía justo de los enormes asientos
de hielo

- ¿Piensa desafiarnos? - Vane se volteó y para su asombro se encontró con dos pares de ojos
blancos, con un brillo plateado rodeando los círculos del iris. La voz provenía de un chico no mayor
que ella o eso era en apariencia, vestía de blanco con una corbata negra y a su derecha sostenía un
bastón negro finamente tallado, era lo que se podía llamar un demonio nocturno y a su derecha se
encontraba una chica totalmente diferente a él, porque mientras el chico aparentaba una edad
menor a Vane ella parecía estar en la veintena, también estaba el hecho de que su cabello rubio
casi blanco contrastaba con el negro azabache del chico, su vestimenta por otra parte no era tan
elegante, sino más libre, su vestido blanco de pliegues hasta las rodillas se alzaba más arriba de
sus muslos por sus piernas cruzadas, sus pies no traían zapatos y andaban al parecer descalzos.
Ambos chicos exponían una belleza tal que dejaría abrumado a cualquiera, y eso fue justamente
como se sintió Vane cuando el chico le volvió a hablar - ¿Me ha escuchado?

- Yo... si le he escuchado - Vane se volteó a ellos y Marcus rompió el circulo colocándose a su lado,
Adolfo y Abraham seguían en su sitio y estaban muy alterados por no haber detectado cuando
estos seres habían hecho acto de presencia

- Piensa responderme - el chico la miraba sin una expresión en el rostro, mientras que los Heraldos
volvían a colocarse en sus respectivos espejos, como lo que al parecer era señal de respeto

- Yo no deseo desafiarle y menos estar en guerra solo quiero que sepan lo que pienso hacer y eso
es todo

- Pero piensas matar a uno de mis hijos - la chica había despegado sus labios tan rápidamente que
Vane apenas pudo captar su movimiento cuando hablo

-Si no tengo opción

- Una humana no podría matar a uno de los nuestros - aseguró el muchacho tomando la mano de
la chica a su lado quien le sonrió

- Yo la ayudare - Marcus llamó la atención de los dos seres cuando pronuncio estas palabras

- Y se puede saber el ¿porque? - el chicho parecía no estar alterado en lo mas mínimo

-Di mi palabra y se bien que Nicolás fue el responsable - La mirada dorada de Marcus no parecía
intimidar a los dos presentes quienes se limitaron a enderezarse un poco, luego la chica hablo con
una voz sin emoción
- Yo soy la madre - dijo - Amo a cada uno de mis hijos - se toco con la mano izquierda el pecho
señalando su corazón - su sufrimiento es el mío, su alegría es la mía ¿cómo puedes imaginar que
me sentiría humana si matas a mi hijo?

- Te sentirías exactamente igual a mi - le contestó Vane sin ningún atisbo de miedo a ser eliminada
cuando la chica la vio con lo que al parecer eran sus ojos vacios de sentimientos

- ¿Comparas tu sufrimiento con el mío?

-Sí. Tú sentiría exactamente lo mismo - Vane derramo dos lagrimas - como si una parte de usted
muriera - se seco sus lagrimas con la manga de su suéter - no tiene que decirme que no lo
lamentare pero si para recuperar algo de lo último que me queda tengo que eliminar a su hijo ¡no
voy a dudar! - los miró desafiante

- A lo largo de los siglos por las venas de mis hijos corre mi sangre - la vampiresa miró a cada uno
de los Heraldos con adoración y ellos con un amor tan intenso que Vane no hallaba explicación
más que amor maternal - cada uno fue creado por un motivo y cada uno tiene una misión - La
vampiresa se paró del asiento que ahora hacia función de trono - Yo soy Eva la madre de los que
llaman vampiros

- No dudo que ame a sus hijos - Vane dio tres paso adelante - Pero yo amaba a mi familia de igual
forma

- No compares mi amor eterno con el amor terrenal que se profesan humana - siseo la chica - tu
no ves a través de los ojos de tus familiares, no sientes su dolor en carne propia y mucho menos
amas con la misma intensidad

- Tal vez no pero aun así era amor - Vane no estaba dispuesta a permitir que esta mujer hiciera de
menos el amor que tenia por su familia - El amor que tenia por mis padres era y es inmenso

- Amas como una hija - la chica se sentó de nuevo - no como una madre

- Humana
-Me llamo Vanessa Marcel no Humana - le repitió al chico quien se sonrojo o eso era lo que a ella
le pareció ver

- Yo soy Adam hermano de Eva - el chico asintió - señorita Vanessa es que no entiende que no le
dejaremos llevar a cabo su justicia

- Veo que no puedo razonar con ustedes - Vane pareció ofender a los presentes nosferatus
quienes le empezaron a cuestionar

-¿No acaso los humanos se matan entre sí? - Pregunto Mikael

-¿No acaso los humanos no pueden amar y terminan odiándose? - le pregunto Mary con una
sonrisa

- ¿Es que ellos no son capaces de perdonar como dicen? - Gabrielle parecía decepcionado

-¿No se jactan de ser la raza dominante del planeta? - Raphael destilo veneno al pronunciar esto

- ¿No lastiman a quienes no son capaces de hablar y comportarse como ellos? - Guadalupe se
mostró muy ofendida

- Yo... - Vane no sabía que responderles ellos estaban en lo cierto pero aun así ella deseaba tanto

- Vanessa es una chica fuerte - la voz de Marcus la saco de sus pensamientos y cuando reaccionó
vio como él se acercaba a Adam y Eva - ella ha sobrevivido a los ataques de tu hijo o como le
llames - la mirada de Marcus ya no era dorada sino verde brillante - nunca ha hecho daño al
contrario de nosotros - la miró sereno - y puede amar con la misma intensidad que cualquier ser

- Confías en ella Marcus el León - Eva lo miró sin expresión y luego miró a Vanessa - es igual a ti -
afirmo - marcada con la mala suerte

- Si - Marcus desafío a ambos sujetos con la mirada


-Aun así piensas ayudarla - Adam parecía estar muy interesado en esta afirmación

- Di mi palabra como dije antes - se encogió de hombros - ella tiene en sus manos mi destino y yo
el de ella, es un vinculo

- Un lazo - señalo Adam con una mirada que empezaba a parecer curiosa

- Como digas yo no sé de eso

- Los lazos que unen a los seres - Adam se señalo el pecho - el lazo del corazón - ahora dirigió sus
dedo a la cabeza - el lazo de mente - y ahora señaló su estomago - y el lazo de fuerza

- Si tú lo dices

- Los lazos unen naciones - aseguró el chico - los lazos no pueden romperse cuando se cruzan al
destino

- Nosotros no sabemos nada de eso pero creemos que los espíritus tienen un plan a cada uno -
Marcus miró a Eva quien le sonrió - yo no soy santo y puedo decirles que no me grada estar entre
ustedes pero soy lo suficientemente razonable como para respetar su palabra

- Entonces por qué nos desafías en este momento

- Porque mi vinculo con ella es más fuerte que con ustedes

Eva se quedo en silencio al igual que su hermano, su silencio parecía calmar la situación que
estaba tomando un giro muy extraño; Marcus se coloco a lado de Vane y ella le sonrió, lo cual el
correspondió con una inclinación; Marcus no se explicaba porque pero estar cerca de esos dos
chicos le había traído una sensación de paz a diferencia de sus compañeros, no era simpatía sino
paz y ese sentimiento hace mucho que lo había dejado atrás. La mirada de ambos seres se posó en
él y al parecer algo les parecía gracioso pues se miraron con complicidad y sonrieron.
- Hemos tomado una decisión - anuncio Adam dando tres golpes con su bastón - Heraldos
reúnanse - dicho esto los cinco vampiros se movieron a tal velocidad que Vane ni noto cuando se
colocaron al rededor del reflejo de la luna

- Queridos hijos - Eva hablo dulcemente y señalo la línea casi invisible que trazaba el contorno del
reflejo lunar - hagan favor de realizar el rito - dicho esto los nosferatus se cortaron su muñeca y un
hilo de sangre empezó a correr al rededor del reflejo, uniéndose para formar un circulo al rededor
de Marcus y Vane que aun se encontraban dentro del reflejo. Marcus abrazó a Vane de manera
instintiva como signo de protección.

- No temas Marcus - Hablo Adam con una sonrisa amable - no hay que temer

- ¿De veras? - alzo una ceja el chico

- Les daremos una oportunidad - Eva miró a Vanessa y la escudriño - creo que le deberás algo mas
a ese hombre lobo

- Creo que le debo suficiente - le respondió esta. Eva se limito a pronunciar el juicio final cuando
vio que los Heraldos terminaban de derramar su sangre que ahora brillaba de un color carmesí

- Vanessa Marcel haz acudido a nosotros con una petición inconcebible - Eva miró a su hermano
que asintió - pero queremos ser justos y por esa razón te damos un mes para que consigas la
prueba que necesitamos para concederte el permiso

- ¿Qué?

- En caso que no llegues a demostrar nada nos veremos en la pena de eliminarte - los ojos de Eva
brillaron con mucha intensidad y la sangre brillo al mismo tiempo haciendo que Vane cerrara los
ojos instintivamente, luego no hubo más para cuando volvió a abrirlos Eva y Adam ya no estaban y
los Heraldos volvían a colocarse en sus espejos

- Espero lo logres humana jejeje - Mikael los despidió al mismo tiempo que asentía hacia Abraham
luego de eso todos desaparecieron en la profundidad de los reflejos
Salieron del lugar rápidamente, cuando cruzaron las puertas de hielo la sensación de estar bajo
una regadera de agua helada paso nuevamente por el cuerpo de Vane, quien permaneció en
silencio esta vez.

- Lo hare - Fueron las últimas palabras que pronuncio Vane cuando vio a lo lejos las enormes
puertas que encerraban a los Heraldos, mientras Abraham le lamia el rostro - jajaja ya entendí
muchas gracias - y le acaricio la oreja al tiempo que Marcus la subía arriba del enorme lobo blanco
para volver.
CAP 3. ¡MUCHO GUSTO!

Uno, dos, tres, paso


Uno, dos, tres, vuelta
Uno, dos, tres, un beso
Uno, dos, tres, mi amor por ti

El ambiente en el antro era lo que ella esperaba ver; chicos y chicas bailando y bebiendo hasta
caerse y la música del DJ sirviendo de alucinógeno extra, sin duda todo un espectáculo de luces y
ritmos encontrados. Hace quince minutos acababa de llegar y si no fuera por su Daikiri Libre que
estaba tomando y sus amigas que en estos momentos estaban bailando seguro ya se habría
marchado, esto definitivamente no era lo que esperaba ver, o al menos no hasta que tuviera los
18 años cumplidos; pero el ansia de romper las reglas y hacer enfadar a su familia no podía
evitarla, era una tentación.

- ¡Te encontré! - Paula al escuchar una voz de tras de ella salto de su lugar en la mesa que estaba
ocupando con sus amigas casi atragantándose con su bebida

- ¡Dios Eli..! - la voz de Paula se corto al ver a un chico no mayor que ella, si acaso uno o dos años,
que le sonreía con unos ojos negros muy agradables y que para nada era uno de sus hermanos-
¿te conozco?

-No - el chico tomo una asiento y le dedico una sonrisa blanca y limpia, iba vestido con unos jeans
rotos y una camisa negra con retazos de otra; con esta inspección Paula alzó una ceja al darse
cuenta del pésimo sentido de la moda del chico que ahora la observaba muy estudiosamente -
eres bella - le dijo y se paso una mano por la cabellera negra con un corte muy raro

- Gracias pero no estoy buscando conversación - Paula le ignoro después de esto y decidió que la
silla de alado era más interesante que el chico lindo a su lado que no parecía ofenderse

- Es una lástima - el chico puso cara de tristeza exagerada - y yo que pensaba en...

- ¿En qué? - ella se mordió la lengua al instante, era demasiado curiosa

- No que nada de conversaciones - le sonrió de una forma nada inocente para un chico de quince
años - soy un tipo viejo ¿no te asusto?

- ¿Viejo? jajajaja pero si no tendrás más de quince - se burlo - y yo decido cuando sí o no realizar
una conversación

- De acuerdo pero no soy tan joven jejeje ¿lo parezco? - arrugo una ceja
- ¡Oh vamos somos los mas jóvenes en este lugar! casi es ilegal que estemos aquí

-¿Cuantos años tienes?

- Voy a cumplir catorce - Paula se tapo la boca y le vio feo - será mejor que no lo vayas a decir

- No pensaba en hacerlo - ella evaluó su sinceridad y asintió - ¿y por qué estas aquí?

- ¿No me ibas a invitar a bailar?- Paula se paro rápidamente y mostro a su espectador privado el
hermoso vestido negro con destellos rosa y corto que llevaba esa noche. El chico la vio con algo
parecido al deseo, o eso pensó ella siempre era la reacción que provocaba en los demás.

- ¡Claro! no me lo repetirás ni dos veces - la tomo por el brazo delicadamente y fueron entre las
personas hasta colocarse en medio - ¿te parece adecuado el lugar? a mi me agrada - le guiño un
ojo

- Si, me gusta - Paula le vio a los ojos y quedo fascinada, eran negros azulados como un pozo y su
piel blanca lo hacía tan cautivador, ambos bailaron al ritmo de la música tecno y electrónica, el
procuraba tocarla si ella se lo permitía y cada roce era irresistible

- Me gustas - susurró él en su oído cuando ella se volteo y se pego a su pecho

- Nunca nadie me lo ha dicho así - le confesó, su mirada se puso triste - pensé que un chico a quien
quería mucho podía algún día decírmelo ... - se calló

- ¿Pero? - él le tomo la mano y se la beso; Paula se quedo mas encantada

- Pero él ya es pasado - aseguró - es más por eso vine aquí para olvidarme de ese fantasma

- Me dejas que te ayude a olvidarlo - la sostuvo por la cintura y la acercó a él - solo por esta noche
- su voz era tan infantil como la de ella y aun así resultaba ser muy seductora

- Yo ... creo que ere Daikiri no era tan libre que digamos - bromeó al sentirse mareada y el calor
subir por sus mejillas

- No culpo al servicio - y la beso al instante. Sus bocas encontradas se movieron con dulzura
primero, sin dejar de seguir el ritmo de la música que se acelero cada vez más de la misma forma
que ese beso que resultaba muy pecaminoso aun para dos chicos que se acababan de conocer y
más si aun eran casi unos chiquillos. Pero eso no importaba el fuego que creció en ambos era tan
fuerte que los envolvía, les indicaba que habían encontrado a la pieza perfecta del rompecabezas;
con esta señal juntaron sus cuerpos en un abrazo hasta que Mía una de las amigas y cómplices de
Paula llegó buscándola.

- ¡Paula! ¡Paula! - el hechizo se rompió cuando voltearon a ver a la chica – con permiso - Mía era
una de las trabajadoras en el Club Moon y se escabullía entre la gente enfebrecida - ¡Pequeña
estamos en problemas!

-¿Problemas? - Paula miró a el chico quien tampoco parecía entender sin embargo no la soltaba -
Espera por favor - ella se lo quito y caminó hasta llegar a Mía que estaba muy roja y sudada -
Vamos respira ¿Qué pasa?

- Te dije que era una mala idea - lloriqueo - eres demasiado joven no sé por qué te hicimos caso ¡ni
siquiera tienes 18 años! - se notaba su preocupación

- Mía si no me dices te aseguro que...

- Eliseo esta aquí ¡aquí! - grito la chica y miró al rededor - Mily lo vio y me aviso rápidamente -
tomo a Paula de la mano - de seguro te está buscando ¡ya decía que esto resultaría mal! - la
empezó a jalar hacia la salida - ¡vámonos antes de que nos encuentre!

- ¡Alto! me tengo que despedir de alguien - Paula se soltó - espérame un momento no tardo

- ¡Dios ya me veo como me va a matar Eliseo! - Paula le ignoró y caminó hacia su pareja de baile
que resultó no estar ya, había desaparecido

- ¿Quien eras? - se toco los labios recordando ese beso tan genial, para luego salir corriendo de
ese lugar con Mía y Mily que ya se arrepentían de haberle traído, tomaron un taxi y se fueron
antes de que Eliseo fuera a dar con ellas.

Al llegar a su casa en donde la estaba esperando Elías enfadado, hubo una discusión muy fuerte y
más cuando llegó Eliseo, ambos la habían estado vigilando hasta fastidiarla desde el entierro de
Shin, creían que no lo había superado y que por eso hacia todas esas cosas, tal vez tuvieran razón
en algo pero Paula estaba harta no solo de ver morir a sus seres queridos, sino también de la vida
de relegados a la que los tenían todos los hombres lobos de la Aemilia, su soledad aumentó
cuando Vane y Marcus se habían marchado, solo quería sentirse viva y sus hermanos a pesar de no
ser de su sangre no tenían el derecho de impedírselo.

- ¡Solo tienes 13 años! - Eliseo era el que más se oponía al cambio que en ella se estaba
produciendo -¡Te pueden hacer cualquier cosa!

- ¡Voy a cumplir catorce! ¡No soy una niña! - le gritó subiendo las escaleras - ¡además no soy tan
débil bien lo sabes!

-¡Paula solo queremos protegerte! - le suplico Elías

- ¡No quiero nada de ustedes! - subió hasta su habitación y terminó su discusión. Eliseo miró a su
hermano con desesperación, ellos amaban a Paula desde que la vieron por primera vez y estaban
de acuerdo que una chica que se está convirtiendo en mujer tuviera arranques de locura ¡pero
esto era el colmo!.

La sopa que pusieron frente a Vane olía delicioso y el vapor que despedía hacía de ella un manjar
de reyes, o eso era lo que cualquier ser humano pensaría después de pasar un día entero sin
comer y caminando por la nieve más de seis horas, así que tomo la primera cucharada y degusto la
sopa de fideos haciéndosele agua la boca.
- ¡Esta deliciosa! - exclamó y Marcus a su lado solo le gruño asintiendo pues él también estaba
comiendo y en ese momento un enorme trozo de carne se atoraba en su garganta

- Eso pensaría cualquiera que no tiene sentido del gusto delicado - Adolfo que solo tomaba una
taza de café caliente arrugó su cara cuando dio otro sorbo a la bebida negra y caliente en su taza
blanca - ¡arg! esto sabe a ...

- Adolfo ten más respeto por tus anfitriones - Vane volteó a ver a Abraham que para entonces ya
tenía su forma humana, sus suaves ojos verdes miraban a Adolfo con cierta seriedad pero sin
enojarse, Vane lo había conocido mejor estos últimos dos días, su apariencia daba a ser la de un
hombre de cuarenta y cinco años fuerte y muy amable, era la clase de persona en la que puedes
confiar con solo cruzar dos palabras y quedarte maravillada de su inteligencia y sabiduría.

- No creo que esto sea ofensivo depende del punto de vista - le respondía Adolfo que opto por
dejar el café a un lado y frotarse las manos

- Bien pero estas personas amablemente nos han dado posada - Vane sonrió a Abraham quien le
respondió de igual forma - son mis amigos así que respeta y serás respetado

- Como digas - Adolfo tomo su celular y se fue del comedor rustico

- Se ve que aun es muy impaciente ¿verdad? - la pregunta de Abraham iba dirigida a Marcus quien
solo encogió los hombros y siguió comiendo

-Cosechas lo que siembras - fue lo único que respondió

- Señor Abraham, ¿cuándo cree podamos salir de aquí? - La voz de Vane llamo a Abraham quien
miró al rededor y pareció olfatear el área.

- Supongo que mañana mismo señorita no desespere el clima se despejara mañana

- Parezco desesperada ¿verdad? - ella se sonrojo y Marcus le dio un golpecito en la pierna para
sacarla de su vergüenza

-No yo creo que parece una chica valiente y llena de vida - Abraham tomo su taza de café y dio un
sorbo, al contrario que Adolfo no hizo ningún gesto y fijo su atención en la comida caliente
cerrando los ojos y dando gracias

- ¿Usted es cristiano? - Vane le miró sorprendida al notar el acto de oración, él le miró dulcemente
y sonrió antes de contestarle

- Mi pequeña ¿es que acaso es necesario ser cristiano para dar gracias por poder comer? - ella
asintió y miró con el entrecejo fruncido a Marcus quien seguía tragando a su parecer, dio un
respiro y también dio gracias como su amigo, después se dispuso a terminar sus alimentos.
Cuando terminaron de comer Vane ayudo a la señora Hunmberger a lavar los platos, mientras los
demás veían el televisor en la pequeña sala que tenía un aparato muy poco estético a lo cual
seguían llamando televisor, el señor Hunmberger era un hombre mayor y había conocido a
Abraham desde pequeño por lo cual su familia se llevaba muy bien con este, ambos eran un
matrimonio viejo y feliz, aunque estaban solos en su casa de madera y nieve, le habían comentado
a Vane que para ellos era un placer dar alojo a los amigos de Abraham aunque significase ponerles
en riesgo, las deudas y promesas que sus familias habían hecho desde hace mucho tiempo había
unido a generaciones. Vane terminó de lavar los platos y se disponía a acostarse en el catre
improvisado cuando tocaron la puerta de su habitación.

- Adelante - ya tenía los pies metidos en las colchas y no pensaba cruzar el piso frío para abrir la
puerta. Marcus fue el que entró y cerro despacio al parecer aquella actitud poco preocupada sele
había quitado y ahora le veía serio mientras se sentaba a sus pies y se quitaba las botas tipo militar
- Se puede saber ¿qué te propones?

- No ves voy a dormir contigo - dicho esto metió sus pies en su "cama" y le abrazo a pesar de las
protestas de Vane - ¡Vamos te has estado muriendo de frío todo el día! ¿Crees que no lo note?

- Bueno pero eso no justifica que te quieras escabullir en mi cama - lo regaño - aparte esto es muy
pequeño para ambos - le señaló la estructura estrecha que parecía a punto de colapsar bajo el
peso de ellos dos

- No pasara nada - Marcus la acercó a su pecho y a pesar de que Vane sabía era incorrecto no
protesto mas y también le abrazo - ¿ves? es mejor no hacer berrinches

- Cállate Bingo - le contesto entre dientes

- ¿Como esperas encontrar una prueba para ellos? - la pregunta se lanzo al aire, Vane sabía que
tarde o temprano Marcus le cuestionaría eso pero a pesar que sabia tendría que decirle lo que
pensaba no quería discutir mas

-No lo sé - se sincero - pero la encontrare aunque tenga de buscar bajo piedras

- Jejejeje

- ¿Qué te parece divertido? - le golpeó con su puño y él le miró con esos ojos tan verdes y mágicos
- ¿no me tomas enserio?

- Se necesitan algo más que palabras para cumplir las metas - el metió su nariz entre su cuello y
respiro

- Me haces cosquillas - Vane estaba empezando a pensar que era mala idea tenerlo tan cerca,
cuando él sonrió contra su hombro

- Te quedan exactamente veintiocho días para cumplir tu palabra

-Mmmm si - ella podía oír los latidos de su corazón, eran tan tranquilizadores como una canción
de tambores que le arrullaban en todo momento - hoy es 16 de enero así que el 14 de febrero
tendré que volver a verles

- Sigo insistiendo que son pocos días - se quejo él


- Pero algo es algo - ella enrosco sus piernas con las de él - confió en las palabras de Abraham en
que todo saldrá bien - Marcus le tomo con fuerza por la cintura

- Ya le quieres ¿verdad? - pregunto un poco disgustado, Vane saco su mano de entre las sabanas y
le acaricio el cabello

-¿Te olvidas que solo somos socios? - ella le sonrió, pues sabía perfectamente que esto sacaba de
sus casillas a Marcus

-¿Preferirías haber hecho la promesa con él? - su tono desdeñoso le confirmo sus sospechas

-Creo que la promesa entre ambos es más fuerte que cualquier otra cosa

- Mi palabra nunca cambiará - Marcus quiso besarle en ese momento pero ella se escondió tras de
su cabello, el solo se conformo con posar sus labios en su cabeza - ¿no sé que me has hecho?

- Ni yo sé lo que tú haces en mi - Vane respiro profundo y empezó a quedarse dormida

- Si mañana partimos iremos a Alemania - bostezó fuertemente y ella se rio - creo que los
Heiligtum nos darán las pistas y armas que necesitaremos

-Acaso son brujos

-Mas que eso - Marcus se acurrucó como un pequeño hámster perezoso - son los estrategas más
temidos que te puedas imaginar unas maquinas de matar perfectas y médicos inigualables, no
usan su fuerza física sino su mente lobuna.

- Eso sí que da miedo

-Témeles por que esos hombres lobo son de respeto

-Conozco a una señorita que podría superarles fácilmente

-Mi Paula en este momento no está en condiciones para ir a aventurarse - ambos se quedaron
silenciosos para luego Marcus añadir - nos ha de estar maldiciendo por haberla dejado sola

-La extraño

-Yo igual

Y ambos se quedaron dormidos en sus pensamientos y dando entrada al sueño de Vanessa que se
formaba lentamente para presentarle otra vez a un desconocido que acompañaba a Marcus.

El cementerio, la mansión oscura, el árbol torcido y la luna llena; los lamentos estaban en su lugar,
ella caminando a través de ese lugar espectral y su temor a ver a aquel ser que no conocía y había
estado últimamente en sus sueños, acompañado de Marcus hecho un demonio de ojos rojos.
-Marcus ¿donde estas? - Vane se abrazó y sus pies descalzos tiritaban por el frío

-Amor mío - la voz llego desde el otro extremo del cementerio, rápidamente Vane se giró y vio a
aquel chico, su cabello dorado y sus ojos azules le miraban con añoranza, levanto sus brazos y de
nuevo se dirigió a ella con esas palabras amorosas- Amor ven a mi - suplicó

-¡Vete! - Vane se estaba alejando cuando la sombra de un hombre lobo consumido por el odio se
reflejo tras de ella - ¡Marcus! - lo había reconocido al instante, a pesar que el ya no mostraba ser lo
que antes había soñado, ahora era demasiado distinto, la crueldad en su mirada, el deje de
compasión y la poca humanidad que le quedaban ya no existía, solo era un monstruo sediento de
su sangre que respiraba echando humo por sus fosas nasales - No te hare daño - le dijo a pesar de
que sabía no serviría de nada - estamos unidos por un lazo

-Ya no les une nada - la voz de aquel chico interrumpió como trozos de hielo en el aire - ahora eres
mi amor

-No - Vane le miró asustada - eso no es verdad - se volteó hacia su hombre lobo que aulló en señal
de pronta cacería

-Ya no eres parte de su vida - sin saber como el chico se acercó tras de sí y le abrazó íntimamente -
ahora eres mi presente ¡déjalo!

-¡No! yo le prometí... el me prometió - su voz se empezaba a cansar cuando los labios del chico se
abrieron y mostraron dos colmillos filosos como agujas y unos ojos plateados en lugar de azules -
¡no por favor no me hagas daño! - rogo

-No te hare daño a ti - le miró dolido - tu eres como yo

-N-no - Vane toco con su legua dos afilados colmillos en su boca que se asomaban por sus labios -
¿cómo? - estaba desconcertada - no debe ser así

-Tu me lo pediste

-No, yo quiero estar con él - el lobo empezó a caminar hacia ellos

-Tu me elegiste

-No

-¿Entonces lo elegirás a él? - los ojos del chico se pusieron mas plateados y amenazadores y algo
parecido al odio hizo que su abrazo ahora pareciera una tortura - entonces muere junto con él
como todos los de su especie y ardas en llamas azules eternamente - dicho esto la arrojo contra el
enorme lobo quien la empezó a destajar, sus gritos ya no salían de su garganta y ahora aquel chico
hermoso se llenaba de pura maldad

-¿por qué Daniel? - fuero las últimas palabras de Vane

La manos de Marcus le sacudieron con rudeza y Vane despertó agitada, su corazón bombeaba
rápidamente y no podía enfocar bien, se sujeto a Marcus y lo palpo para asegurarse que era él
todavía. Su Marcus. Y se abrazo a él más fuerte que nunca.

-¿Quien es Daniel? - Marcus no recibió respuesta pero no dejo de abrazarle - No importa, si llego a
saber quién es le matare - el veneno de sus palabras era justamente lo que ella temía y a pesar de
querer decirle que no le hiciera nada algo en ella tenía demasiado miedo para poder responderle
en esa situación. El sueño llego en su auxilio y de nuevo se sumergió en sueños, mañana tendría
muchas cosas, nombres, y lugares que explicar a Marcus hoy solo quería dormir.
CAP. 4 LA JUSTICIA

Danzas de pétalos negros


pasos de hielo y música
manos amantes que se cruzan
ofrecen el baile del amor

- Hemos llegado

Marcus bajo con ella del coche y le señaló el enorme edificio al cual iban a entrar; Vane se
acomodó la bufanda y contemplo las escaleras, su acompañante le tomo la mano y juntos
subieron hasta llegar a la recepción; ahí una mujer pálida y alta los recibió con la nariz demasiado
levantada, mostrando superioridad; como era de esperarse Marcus con su encanto y sus ojos
hechizantes le lograron sacar una sonrisa, esta tomo sus datos y se retiró.

- Bien - le miró con una sonrisa - ¿Qué te parece estos? - con su dedo señaló todo el interior; las
personas vestidas con batas blancas y otras con trajes muy elegantes iban subiendo y bajando
escaleras, otras tomaban elevadores pero ninguna parecía reparar en su presencia

- ¿Es un hospital? - respondió con otra pregunta

- No - giró sus ojos al techo - es una farmacéutica reconocida

-Ahhh - se acomodó la bufanda y recordó lo que habían discutido en la mañana - ellos tampoco
quieren a Adolfo y los otros ¿no es así?

-No es lo que piensas - Marcus la tomo del brazo y se sentaron en un sillón verde que se
encontraba en la recepción - los Heiligtum son pensadores, científicos si te parece - afirmo - pero a
pesar que ayudan a que los Lokis puedan controlarse en sus familias las tradiciones son arraigadas,
aunque ellos aceptaran a Adolfo, nunca dejarían que entrase a sus vidas

-Sigue siendo egoísta y muy poco ético

-Lo sé pero cuando conozcas al jefe estoy seguro...

-¿jefe? - Vane mostro rencor en su voz - me pregunto qué clase de hombre pudiera permitir algo
así

- Realmente es una mujer muy eficaz - Marcus se sonrojo y Vane abrió muchos los ojos

-No me digas que... - lo miró acusadora

-¡No! ¡¿Cómo crees?! - pero en su rostro se dibujaba otra cosa – a ella solo tienes que conocerla
-Muchas gracias joven Marcus - Ambos que estaban tan entretenidos en su discusión no se dieron
cuenta que la mujer de la que hablaban había llegado y dos hombres con ella que le flanqueaban
las espaldas

Era alta y vestía un traje negro de pantalón, su cabello reluciente color castaño oscuro llegaba
hasta sus hombros; era una mujer en toda la palabra, sus rasgos limpios y brillantes dejaban muy
por debajo a los dos hombres que le acompañaban a pesar que estos también eran guapos. Solo el
color verde en sus ojos era el mismo.

- Me presento soy lady Nixie Heiligtum - le saludó ella, tomando su mano y estrechándola mientras
le dedicaba una sonrisa cálida a Vane

-Yo soy Vanessa Marcel - repitió casi automáticamente

-Estos de aquí son Kay - señaló al joven de cabello negro corto - y él es Frederick - le presentó al
otro tipo que parecía ser un hombre más duro - los tres somos hermanos y herederos de todo esto
jejeje - su risa pareció apunto de contagiar al menor pero cuando se dio cuenta que su hermano
mayor lo veía con reprobación se quedo callado - Frederick no seas tan duro - le reprendió con
cariño y le giño un ojo a Vane - A pesar que somos gemelos parece el jefe ¿verdad?

-Mmmm - Vane se guardó el comentario

-Hace mucho que no nos vemos - Marcus llamó la atención de Nixie y esta le abrazó como una
madre a su hijo - ¡Vaya que recibimiento!

- Bueno como no te molestas en visitarnos creo que es lo menos que haríamos por ti ya tengo
treinta y dos años no soy una muchacha - le golpeó la cabeza suavemente con cariño - ya me voy
a casar así que no estoy para andar jugueteando

-Como digas

-Recibí tu mensaje - Nixie miró a sus hermanos - y hemos estudiado cada uno de los datos que se
han encontrado también hemos preparado unos regalitos - sonrió y mientras tomaba a Marcus del
brazo y a Vane del otro caminaron rumbo al ascensor - creo que un lugar más privado nos caería
bien

Subieron por el ascensor de cristal hasta el último piso, para cuando las puertas se abrieron Nixie
ya los tenia muertos de risa con sus anécdotas y bromas, sus hermanos también parecían más
relajados y el ambiente un poco menos frío. Entraron en lo que al parecer era una sala de juntas,
la laptop en la mesa la estaba manejando una chica de cabello ondulado y negro, de la misma
edad que Adolfo o un año menor al parecer, su ropa moderna y a la moda por un momento le
recordaron a Paula, su piel parecía tan tersa como la de un durazno y cuando hablo su voz mostro
un tono musical.

-¡Hola Bienvenidos! - les saludó y siguió concentrándose mientras Kay se sentaba junto a ella y
checaba lo que escribía

-Ella es Emily - Nixie les indico que se sentaran mientras les presentaba a la chica que les sonrió -
ha trabajado en la información que necesitas y conseguido maravillosos resultados

-¡Eso es fabuloso! - Vane estaba muy agradecida por que fuera lo que dijeran sabia que les
indicarían el camino a la prueba que tanto necesitaban

-Nixie ¿que descubrieron? - Marcus miró a su amiga y esta se sentó frente a ellos junto con su
hermano gemelo

-Nicolás. ¿Ese es el nombre del Vampiro que me dijiste investigara? - Marcus asintió - pues bien te
has metido con el mismísimo Haudini querido

-Ya lo creo - Respondieron al mismo tiempo Marcus y Vane

- Queda aclarado que esta información te la daremos por un favor recibido hace años - la voz de
Frederick era como una roca estrellándose, dura y sin emociones

-¡Seguro! - Marcus fijo su mirada en él y ambos asintieron al quedar de acuerdo

- ¡Listo! - Emily salto en su asiento y se acercó con su equipo a Nixie para mostrarle los resultados,
Kay tomo lugar a la derecha de su hermana mayor y Emily junto a él - es mi mejor investigación
desde el caso "Twinki"

-Mmmm que interesante - Nixie leyó el informe de datos y su cara se torno seria, sus otros
hermanos también parecían no estar muy contentos

- ¿Y bien? - Marcus alzó su cuello y Vane le pellizco para que se comportara - ¡auch! ¿Qué?

-Eres imposible - le regaño

-Señorita Vanessa - la voz de Nixie les llamo atención y ambos se concentraron en mirarle y oírle -
El Nosferatu Nicolás nació por los años de 1917 a 1930 al parecer en la época de la revolución Rusa
pero no está bien definido, su creador es de identidad desconocida él alude a que perdió la
memoria - Marcus bufó

-Si yo pienso igual - Emily apoyo a el visitante

-Pero eso no es todo - Nixie miró a Vane - al parecer superficialmente no ha cometido ningún
delito contra nadie humano o ser sobrenatural - Vane sostuvo firmemente sus manos al oír las
palabras de la mujer - está limpio

-¡Eso no es posible! - la mano de Marcus choco contra la mesa haciéndola temblar

-Cálmate hermano - Kay calmo con un movimiento de sus manos a Marcus - deja que termine mi
hermana

- Bien - Nixie le sonrió comprensiva

-Estoy segura que se sienten defraudados pero como dije esto es superficialmente - sus ojos se
fijaron en el monitor para luego girar la pantalla hacia ellos, la cual mostro una foto de una familia
donde se encontraba una mujer bajita y un hombre alto moreno con un bebe hermoso entre
brazos; Vane no entendía esa fotografía pero cuando vio la reacción tensa de Marcus se pregunto
qué estaba pasando - Marcus ¿sabes quién es él?

-Gaspar - Vane abrió los ojos cuando oyó el nombre del asesino del padre de Marcus -¿qué tiene
que ver Nicolás con mi tutor?

-El asesinato de Gaspar fue hace tres años - Nixie señaló al hombre y la mujer de la fotografía - no
solo murió él sino su mujer dejando a su hija huérfana

-Isabel

-Si y es ahí donde entra nuestro sujeto

-¿Qué? - Vane estaba desconcertada

-El lado oscuro de Nicolás esta vinculado con accidentes y muertes de personas importantes sin
embargo siempre ha salido libre - Nixie parecía despreciar esos actos en su totalidad - ha matado
de eso no me cabe duda y cometido pecados muy grandes inclusive para los de su especie, y
ambos sabemos que Gaspar se encontró sin algo en su cuerpo que describe perfectamente el
ataque de un nosferatu

-Si pero los Heralsd no admitieron nada ni siquiera nosotros mismos sabíamos quien pudo hacer
algo así

-¿Que ocurrió? - la pregunta de Vane

-El corazón de Gaspar no se encontraba

- ¡Dios eso es horrible! - las manos de Vane fueron inmediatamente a su boca al imaginar la escena

-Si pero lo mas horroroso como dices es que solo hay una razón para quitarle a un Laicaión el
corazón - el rostro de Marcus se mostro enfermo por el hecho de pronunciar las palabras

-¿Razón? - su voz casi inaudible llego a Marcus quien apretó su mandíbula por la furia

-El corazón de un hombre lobo tiene poder - explico - aquel que lo ingiera obtendrá el poder de los
espíritus además de los recuerdos y características especiales de ese sujeto

-¡Dices ingerir! - Vane estaba aterrada - ¿q-quieres decir comer? - la mirada de Marcus le confirmo
que había dado en el punto

-Señorita Vanessa sé que es horrible esta revelación - Nixie estaba también rígida y con un tono
lúgubre - pero debe de saber que cuando un Nosferatu toma esencia vital de la victima también
adquiere esa vida para sí, se convierte en uno con ella, sentimientos, poderes, características
físicas si así lo desea, pero no en tantas proporciones a si ingiere el corazón de dicha victima; esto
le da un poder oculto y prohibido por lo cual los heraldos para evitar esto penaron esa conducta

- Quiere decir que ellos pueden intentar atacarles y adquirir su poder natural - Vane comenzaba a
comprender vagamente - eso les dejaría en desventaja

-No lo creas así - aseguró Marcus - nosotros también podemos hacer lo mismo con el corazón de
esos seres - la palabras fueron frías y llenas de rencor - su corazón es lo único que permanece
intacto de su propia maldad

-Nosotros tenemos capacidades naturales como la fuerza, rapidez, sentidos agudos, etc. - Nixie
puso una taza blanca como ejemplo - pero ellos tienen aparte de esas capacidades físicas, también
poseen las místicas como la proyección astral, telepatía, premonición, es decir una ayuda extra -
luego coloco una taza negra a lado de la blanca - somos tan diferentes pero sin embargo con los
años esa rama mística también muy rara vez se da con nosotros, prueba de ello en Tonatiuh quien
es uno de los nuestros y sin embargo tiene la clarividencia de su parte aunque muy limitada, eso
nos une mas - junto las dos tazas - lo que me hace preguntarme como científica si algún día esa
línea que nos separa y nos une a la vez se vaya a borrar

-Pobre Gaspar - Vane ahora entendía el por qué un ser como Nicolás podía significar peligro -
¿pero por que no le hicieron nada a Nicolás?

-No hubo pruebas suficientes - Marcus agarro una mano de Vanessa y la apretó con suavidad - ni
siquiera se puede sospechar sino hay evidencias

-Por eso esto se guardo a Marcus y sus hermanos - Nixie volteo la pantalla de la laptop - sin
embargo hubo testigos que raramente desaparecieron antes de aclarar

- ¿Quieres decir que esto que hago no tiene caso? - Marcus sostuvo su mano y ella tembló de rabia

- Ese malvado ser ha hecho mucho daño - Nixie miro a sus hermanos - nosotros mismos hemos
sido testigos de su maldad, ha dañado a mi gente y su castigo solo se vislumbra a lo lejos

-Mis hermanos heiligtum claman venganza - Frederick parecía concentrado en la idea de acabar
con Nicolás - no sabes en que te metes - le señalo con un dedo - si él te quiere te tendrá

-Sobre mi cadáver - rugió Marcus sorprendiendo a todos

-¿Crees que se lo impedirás? ¡Puf!- se burlo Frederick

-Ya lo hice una vez - declaro Marcus nada contento con la expresión de Frederick

-Pero no estarás ahí todo el tiempo ¿no? - Frederick revelo uno de los principales miedos a los que
se enfrentaba Vane y la hizo temblar

- ¡Basta ya! - la voz autoritaria de Nixie no se hizo esperar y su hermano guardo silencio mientras
Marcus sonreía triunfante – Querida - Se dirigió a Vane - Sé que mi hermano puede ser un
cabezota - miró a Frederick disgustada - Pero tengo un hermano que es más prudente y que te
dará la información necesaria que por lo visto ya estudio - inmediatamente Kay el menor le dijo
con un susurro a Emily que le pasara un sobre negro que entregaron a Vane

-Hola Vanessa como ya nos presentamos pasare a reportar los resultados que puedes ver en el
contenido de ese sobre - Kay a pesar de su edad parecía mas comprometido en el caso que su otro
hermano, Vane abrió el sobre y se encontró con dos pases para una exposición de Arte en el
museo de LOUVRE en Paris, Francia

-¿Que significa esto? - estaba muy desconcertada al igual que Marcus quien estudio aparte la
entrada que comprobó llevaba su nombre

-Es el lugar donde tendrá reunión la junta de los clanes de nosferatus mas importantes, ahí sin
lugar a dudas estará tu objetivo - Kay le invito a buscar más dentro - encontrará también un árbol
genealógico que le indicara los grupos de clanes importantes y los nombres de sus líderes - Vane
vio un pergamino pequeño que se desenrollo entre sus dedos para mostrar un árbol extraño que
guardaba entre sus ramas los nombres de cada clan

-Supongo que ellos se reunirán en un punto y hora - Marcus se dirigió a Kay quien asintió dándole
la razón

-Así es - Vane saco una tarjeta blanca - ahí esta la hora y punto exacto de reunión

-¿Por qué me dan esto? - pregunto Vane al ver fotos inclusive de Nicolás y su clan más cercano -
¿qué lograre?

-Escucha atentamente - Kay se inclino para que le prestaran atención - te digo la verdad si sabes
desde ahora que no todos los nosferatus y clanes se apoyan entre sí - señalo la foto actual de
Nicolás que le mostraba sonriendo sin preocupación - sobre todo él se ha ganado a pulso el odio y
resentimiento de muchos así que si vas a esa reunión obtendrás información que nosotros
lamentablemente no podemos darte

-Es obvio el grado de peligro

-Si ese sería el único inconveniente - Kay no parecía preocupado - pero sé que lo lograran - luego
contemplo a Marcus con su entrecejo fruncido - creo que mejor cambiamos el nombre en tu
boleto

-¿Y eso? - la sorpresa de Marcus no se hizo esperar

-No es obvio - el chico se rio inocentemente - tu olor llamaría su atención así que sería un fracaso

-¡Pero no hay nadie más que la acompañe!

-Y que me dices de esa chica de la cual estas a cargo en tu familia

-Te refieres a Paula - Marcus no parecía muy convencido - ¡Oh no! ella es uno de nosotros por si
no te has dado cuenta - le miró irónico

- Si eso creo pero no se ha trasformado aun así que su olor no es tan fuerte como el tuyo -
chasqueo los dedos en señal de aprobación - ahí tienes es fuerza e inocencia en uno, no la tienen
de perder

Marcus y Vane se miraron dudosos pero después de terminar de aclarar los últimos detalles y
poner el nombre de la nueva acompañante, agradecieron toda la ayuda. Minutos antes de irse
Marcus se acercó a Nixie y le hablo de algo mientras Vane se despedía de los otros.

-Vane ¿podrías venir un momento? -la llamo Nixie amablemente

-¿Qué sucede? - se puso un poco precavida pero al ver la sonrisa de Marcus se relajo

- Este joven me ha dicho que tienes una cicatriz de una antigua pelea con los Hombres Jaguar -
Vane se puso roja y miro enojada a Marcus

-Así es pero no creo que deba de hablarse de eso - dijo reservada

- Mira no le regañes él me lo comento porque tal vez pueda ayudarte - la tomo del brazo y se
despidió de Marcus - ven conmigo a mi consultorio revisare la cicatriz y tu - miró a Marcus -
¿Quieres acompañarnos? - le pregunto picara

-¿Por qué no? - encogió este sus hombros con sus ojos chispeantes

-¡No! - fue la respuesta de Vane quien jalo a Nixie lejos del chico odioso, el cual se despidió con un
saludo y fue a platicar con los otros quienes le sonreían divertidos. ¡Raros chistes de Hombres
Lobo!
CAP.5 NUESTRO HIJO

Pasos vacilantes realizamos


ritmos intensos y oscuros corren a mi
música de fondo surgir de tu interior
¡Bailemos más!

La ciudad despedía luces maravillosas, que muy bien podían iluminar toda la noche opacando a las
estrellas; destruyendo a la oscuridad que se alza gloriosa reverenciando a la luna plateada y
brillante. Pero a veces la luz de esas ciudades no pueden ocultar la oscuridad dentro de un ser,
pues el tipo de oscuridad que se encuentra dentro de los cuerpos solo puede ser iluminada por
otro ser.

Susana oprimía con sus manos el vidrio helado de la suite donde se encontraban hospedados, su
mirada azul cielo observaba aquellas luces que los humanos habían realizado por el temor a
quedar en la oscuridad. Estaba inquieta y dentro de sí el poder que se guardaba pedía a gritos salir
de ella, aun así estaba quieta esperando, por una respuesta que estaba tardando demasiado para
su gusto.

- Mi señora - la voz masculina cruzo la habitación, ella se abrazo a si misma a modo de protección
innecesaria

-Si Alaska - se volteo delicadamente y contemplo a su siervo, el joven y al mismo tiempo viejo
Alaska no aparentaba mas de diecinueve años, su cabello cobrizo se dejaba caer hasta sus orejas
mientras sus ojos verde y azul la miraron desconcertados

- Se ha servido la cena ¿gusta que se la traiga? o ¿prefiere cenar con el niño amo? - Susana que
caminó hacia él con su traje negro de pantalón asintió resignada - Iré con Teo - le indico. Alaska
que vestía de blanco por completo a diferencia de todos ellos la miro detenidamente - ¿qué
sucede Alaska? - el joven nosferatu se volteo e inclino su cuerpo a modo de reverencia ante ella,
su señora

-¿Me permite el atrevimiento a preguntar?

- Nunca te he prohibido hablar Alaska

-Lo sé mi señora - el rostro del joven adquirió un tono rosa muy tenue, se mojo los labios y
continuo con su pregunta - ¿está preocupada por el señor Nicolás?

-Si - Susana no gustaba mentir al único siervo que le era fiel entre el clan de su hermano - pero no
por lo que piensas

-Mi señora no tiene que preocuparse - el joven no alzo en ningún momento su mirada, pues no
quería encontrarse con los ojos de ella e interrumpir su conversación - la reunión de clanes será
dentro de dos días y es necesario la presencia de mi señor

-¡Lo sé! - Susana exploto en un instante arrojando a Alaska contra la pared, el chico no mostro
señal de susto a pesar de ver los ojos plateados de su señora - ¡¿Por qué entonces lo llamaron los
Heralds a su presencia?! - Susana camino de un lado a otro mientras su siervo se paraba de nuevo
- ¡¿Por qué?!

-Seguramente quieren averiguar sobre el niño amo - concluyo lógicamente Alaska antes de recibir
otra sacudida por parte de ella

-¡No! - Susana parecía un animal salvaje, inmensamente bello pero tan peligroso a como lo era -
¡Ellos no saben nada! - Susana se sobo las manos y trataba de calmarse - ¡Esa chica!

-Sea razonable mi señora - Alaska se acercó a ella con sumo cuidado y no atreviéndose a tocarle
deslizo palabras consoladoras - una humana no podría jamás acercárseles antes le matarían

-Ya no sé lo que es o lo que no - ella se dejo caer en la cama de su cuarto y miró a su siervo que
parecía no entenderle - Alaska ¿y si ellos me lo quitan?

-No mi señora no piense de esa manera - el nosferatu le miro compasivo - si como dice no saben
del niño amo - se encogió de hombros delicadamente - entonces no hay que temer - pero eso no
era suficiente para ella que ya tenía fraguando un plan en su mente

-Mi querido Alaska - le llamo al tiempo que lo atraía hacia sí - he de encomendarte una misión - le
acaricio su rostro y él cerró los ojos aspirando su aroma

-Estoy aquí por usted mi señora

-Alaska tengo que marchar ya de Paris - los ojos de su siervo se abrieron sorprendidos - ¡por favor
escucha! - trajo su rostro hasta dejarlo junto al suyo - es necesario, algo no me trae buen presagio
- Alaska se tenso al oírla - por eso me llevare a mi Teo y tú te quedaras a decirle a mi hermano en
donde nos encontramos

-¡Mi señora! - él ya se había separado bruscamente, pues ella bien sabia que a lo único que temía
Alaska era a su hermano - ¡Se enojara el amo! - se puso de rodillas y miro al suelo suplicando - ¡le
pido que no me encomiende eso!

-Alaska - el se encogió al oír su nombre entre sus labios

-¡Me matara antes que le diga su paradero! - Susana sabía que tenia razón pero para ella era
sumamente importante realizar ese plan

- ¡Oh mi querido Alaska! - Susana sabía bien cómo manejar a su propio siervo y efusivamente lo
cubrió con un abrazo - por favor haz lo que te pido - los ojos plateados de Susana brillaron
mortalmente

-¡Mi señora! - el joven le miro a los ojos y quedo hechizado por ellos
-Alaska obedece lo que digo - ella le ofreció gentilmente su cuello - me deseas

-¡No! - Alaska quiso apartarse pero sus piernas no le respondieron - no me haga esto

- Toma mi sangre Alaska - le indico - solo lo suficiente - y como si impusiera una orden el cuerpo de
él obedeció al instante, abrió su boca y dejo al descubierto dos afilados y delgados colmillos que se
hundieron en la carne de Susana que le abrazo mientras él se alimentaba - Suficiente - él se retiro
uniendo todas sus fuerzas

-Mi señora - la voz triste de Alaska no ablandaron el corazón de ella quien sonreía

-Te he dado protección Alaska - se paró elegantemente - y también información de donde me


encontrare - los orificios en su cuello desaparecieron con un brillo plateado - se la darás a mi
hermano en cuanto queden a solas me oyes - el asintió obediente - nadie debe saber solo él

-Así será mi señora - Alaska alzo sus ojos brillantes y la contemplo, se dijo a si mismo que el amar
tanto a otro ser podía a veces llevarte a la locura

- Vamos es hora de cenar - Susana caminó hacia la puerta, él la abrió y le dejo salir antes para
luego seguirle como había hecho desde el momento de conocerle

Teo estaba viendo las caricaturas y cenando un enorme tazón de cereal, su pijama azul de botones
blancos le daban un aspecto sano y feliz, sus hermosas carcajadas contagiaban inclusive a su
guardiana o niñera, la enigmática Laura, la cual le acariciaba su cabello y le observaba con deseo.
Susana entro justo en el momento que Laura le susurraba algo al pequeño, quien se volteo y se
bajo corriendo de su asiento para ir a abrazar a su madre

-¡Mamá! - Teo había crecido un poco desde que estaba con ellos, sus hoyuelos en el rostro
reflejaban su gran parecido con su padre biológico

-¡Mi niño! - Susana le beso la frente y cargo hasta ponerlo de nuevo en su asiento de oso - termina
de cenar y ve a la cama

-Mamá te quiero - Susana le acarició su rostro y su corazón se oprimió de felicidad

-Yo igual cariño - Teo tomo una cucharada de cereal y se la ofreció a Laura la cual arrugo la nariz

-Esta muy rico - Teo hizo un pucherito - pensé que esta vez te gustaría el que escogí

-No le agrada el cereal niño amo - Alaska tomo la cuchara de cereal y se la comió

- Jajajaja Alaska es un glotón -se rio el pequeño, luego miró a Laura la cual ya tomaba su asiento en
la mesa del ante comedor de la pequeña cocina - Loi ¿podemos jugar a las escondidas luego? - ella
asintió con una sonrisa aparentemente dulce - ¡Bien!

-Teo ¿no crees que ya es tarde para las escondidas? - Susana se sentó junto a él mientras Alaska le
colocaba un plato de frutas con aroma fuerte
-¡Mama! solo un ratito - Teo puso ojos de corderito y ella sonrió

-De acuerdo - consintió

-¿Papá cuando regresa? - Teo no sabía lo grave de su pregunta, ella trato de que no notara cambio
en su humor y le sonrió con más fuerza

-Papá vendrá después - le acaricio de nuevo colocándole su flequillo de un lado - pero nosotros
iremos de viaje a otro lugar

-¿Y papá? - Teo adoraba a Nicolás, era su todo juntos parecían dos pequeños. Nicolás había unido
a Teo a su destino y ambos ahora compartían sentimientos y características en ademanes y
comportamiento.

-Él vendrá después - Susana observo como Laura fijaba sus ojos en ella. Los siervos de Nicolas eran
todos femeninos, mujeres bellas; paro a las únicas a quieres les había brindado el don oscuro eran
Laura y Marina, sus más fieles guardianas; era de esperar que su hermano sospechara de
traiciones dentro de su clan así que esas dos eran las que se encargaban de vigilar con ojo de
águila. Ciertamente así como el don de Susana era modificar la memoria, el de su hermano era la
manipulación o control mental, esto lo hacía terriblemente poderoso

- Niño amo quiere más cereal - Alaska era el único con quien Nicolás no se metía, por respeto a su
hermana. De este modo Alaska actuaba como el guardaespaldas de ella y sus siervas como las de
Teo.

-No gracias - Teo sobo sus ojitos y bostezo - tengo sueño mamá - Susana le abrazo y le cargo en su
regazo - ¿puedes cantarme una canción de cuna?

-Si amor - Susana le hizo señas a Alaska de retirar la mesa y se llevo a su hijo al cuarto que le
prepararon exclusivamente para él

Acostó a Teo en la cama y le arropo mientras este escuchaba su voz, tomo su manita y le observo a
la luz de la lamparita de osito que tenia para protegerle de la oscuridad superficial. Susana al verlo
caer rendido sonrió, era una ternura verle respirar y correr su sangre caliente a través de sus
venas, si alguna vez se había sentido identificada con los humanos este era el momento más
indicado. Se paro e inclinándose para besar a su Teo, se despidió, cerró la puerta del cuarto con
sumo cuidado y al darse vuelta se encontró con los ojos acusadores y brillantes de Laura.

-¿Qué?

-A mi amo no le agradara que le aleje del niño amo - Laura estaba totalmente de parte de Nicolás,
era razonable que no le quisiera dejar marchar con Teo

-Mira Laura mi hermano lo comprenderá - Susana la ignoro pero la chica camino tras de ella

-Antes me lo llevo - las palabras de Laura hicieron que Susana se parara en seco

-No te atrevas - Susana se volteo y la miro con sus ojos plateados - si no estás lista para morir
-No temo a la muerte

-Hay peores cosas que la muerte - Susana sonrió con ironía - tu misma debes saberlo bien - se
burlo - a caso no eres más que una marioneta hueca

-Pero tengo un propósito - Laura no le temía, ninguna sierva de Nicolás temía a Susana

- Entonces mantente alejada o tu propósito no se cumplirá - dicho esto Susana dejo a la marioneta
Laura en la completa oscuridad. Si el destino le había otorgado un hijo nadie se lo quitaría, mucho
menos una hermana olvidada o un hermano manipulador.

Vane estaba boca abajo en la cama de medicina de Nixie, esta le revisaba la herida anterior que le
había provocado Shin el Loki en la espalda hace unos meses, esta era tan grande que cruzaba
desde un extremo a otro; llevaban ya más de quince minutos y Nixie no parecía conseguir ningún
resultado favorable.

-Siento esto - Nixie se desplomo en su asiento fastidiada- ya puedes cambiarte

-Esta bien - Vanessa se paro torpemente y se acomodo la blusa - no te preocupes ya estoy


resignada a que la cicatriz quede jejeje

-Tu pero yo no - dijo un poco malhumorada la mujer - no entiendo como no puedo curar una
herida de Loki, se supone que somos expertos en eso - razono con l ceño fruncido

-Tonatiuh dijo que esta herida no desaparecería - Vane saco el frasco de ungüento que el anciano
le había dado antes de marcharse - pero me dio esto - se la enseño a Nixie, esta parecía fascinada
por el descubrimiento

-¡Vaya! - se paro y camino hasta Vane - ¿puedo?

-Claro - Nixie abrió el frasco, olfateo e incluso saboreo el contenido; su expresión era de completa
concentración

- ¿Me puedes decir los resultados de esto?

-Bien, la cicatriz se redujo solo un poco - le hizo el ademan de cuanto - también el dolor
desapareció y cicatrizo mas rápido de lo que esperaba - encogió un hombro - la verdad la señal
que quedo no me importa no soy una chica que se fije en eso

-Sin embargo es impresionante lo que esta cremita te hizo - Nixie sonrió con simpatía mientras le
entregaba el frasco - creo que debo de hacer una visita a nuestros amigos en México y averiguar
que tiene para decir ese viejo lobo

-Apuesto a que le encantara recibirla - Vane tomo el frasquito y se lo metió al pantalón


-Aun les falta mucho por aprender a los de mi especie - Nixie empezó a escribir algo en una
papeleta - sabes aun no entiendo ¿por qué no pude encontrar forma de desaparecer esa cicatriz? -
le entrego a Vane la papeleta - en fin tal vez se trate de que eres un humano o que mi medicina
esta deteriorándose

-¡Oh no piense eso! - Vane se alarmo

-Jajaja es mentira - le enseño la dirección de correo que había escrito - aquí podrás contactarme
por cualquier urgencia médica - Nixie abrió la puerta - Creo que es hora de que partas con tu
caballero

-¡Ja! caballero - puso los ojos en blanco y Nixie le sonrió

- A veces resulta todo un encanto - se burlo

-¿Me gustaría saber cuándo? - Vane se guardo la dirección en su otro bolsillo

- Debiste verlo a los ocho años desnudo y corriendo tras de Baltazar con una pistola de agua
jajajaja - Nixie pareció orgullosa de dejar con la boca abierta a Vane

- Increíble

- Tome fotos - le dijo Nixie mientras tomaban el ascensor - te las enviare para que me creas

- No es necesario - Vane estaba roja de risa - con saberlo es más que suficiente

Marcus se encontraba en la recepción hablando con Kay, esperaba que Nixie pudiera hacer algo
por Vane, no le gustaba la idea que su socia estuviera marcada por culpa de su mala organización y
cuidado. También pensaba en preguntarle sobre los sueños que últimamente tenia y no compartía
con él ¿acaso no quedaron en contarse estos sueños?, y para el peor de los casos el saber que ella
tendría que asistir sola a la Reunión de los nosferatus le inquietaba, porque a pesar de confiar
plenamente en Paula no estaba seguro de que no se fueran a meter en problemas.

- Últimamente hemos tenido problemas con los Mausoleum - las quejas de Kay le indicaron a
Marcus que algo extraño estaba pasando en este lado del mundo

-¿Te refieres a los nosferatus que se reúnen en estas partes?

-Si - el chico fijo su mirada vacía al suelo - fueron creados por el Heraldo Mikael

-Si ya tuve la oportunidad de conocerle - alzo una ceja - es un encanto de tipo - la voz de Marcus
era ácida - ¿cuáles son los problemas?

- Ellos trabajan inteligentemente en este mundo - Kay chasqueo los dedos - tienen una intuición de
los mil demonios - se quejo - nos han robado varios clientes de farmacéuticas importantes son tan
irritantes - se sobo la cabeza

- Jajajaja asi que ese es el problema - Marcus miró con simpatía a Kay el chico era realmente muy
maduro para su edad

-No es cualquier cosa tienen eso que se llama empatía - hizo paréntesis con sus dedos - mi
hermana es muy paciente con esto pero es grave

-¿Y eso? -realmente Marcus no veía el problema si no se trataba de muertes en serie

-El que tengan a las más poderosas compañías farmacéuticas de su parte dejan a nuestros
hospitales en un grave aprieto - la irritación del chico destilaba por cada poro - hemos llegado al
punto de tener que crear nuestras propias medicinas para los pacientes y no tener que pedirles
recursos a ellos

-Esto afecta más de lo que creí

-Nixie es una gran líder no hay duda pero esos Croix Noir se han empeñado en decirle al Consejo
de la Aemilia que no está capacitada

- No les hagan caso esos tipos no tienen mejor pasatiempo que ese

-Eso mismo quisiera - Kay se desplomo en el sillón donde estaban platicando

-¡Chicos! - la voz alegre de Nixie interrumpió la conversación, Marcus miró a Vane y esta asintió
lentamente

- Bueno ¿qué paso? - pregunto precavido

-Sin cambios genio - la voz sarcástica de Vane le aviso los resultados nada favorables

- Se intento - se encogió de hombros y volteo hacia Nixie y Kay para despedirse - Muchas gracias
por sus grandes esfuerzos hermanos

-No lo pidas ni dos veces querido - Nixie estrecho su mano y dio un beso de despedida en la mejilla
-Buena suerte que los espíritus estén con ustedes - Kay se despidió cortésmente de Vane y de un
choque de manos con Marcus - esperamos verlos de nuevo

-Jajajaja te tomare la sugerencia - Marcus tomo del brazo a Vane y esta les dijo adiós con la mano
antes que ambos cruzaran la salida. Los dos hermanos Heiligtum se quedaron observándolos con
esperanza, porque para ellos el ver a dos seres marcados por la mala suerte ya era cuestión de
valentía y desafío.

Ya en el hotel prepararon sus cosas para viajar de nuevo a Londres. Adolfo ya tenía los boletos
listos y se había contactado con Elías para que mandara por ellos al aeropuerto. Todo el trayecto a
la mansión fue casi silencioso. Marcus no hallaba como sacar el tema de los sueños y Vane como
poder evitarlo. Pronto irían a Paris y ese lugar les tendría que revelar la prueba que necesitaban si
no querían que Vane se convirtiera en alimento de Vampiro.
CAP. 6 ¿TE CONOZCO?

El vestido de flamenco rojo


las castañuelas en tus manos suenan
pasos fuertes y pasionales
bailan para la noche eterna

El recibimiento en la mansión de Londres fue acogedor para los tres viajeros cansados. Paula no
dejaba de platicarle a Vane todo lo que había hecho y a donde había ido en su ausencia, por su
parte Vanessa le decía como había sido el encuentro con los Heraldos y que había conocido a los
Heiligtum en Alemania. Marcus estaba descansando en un sillón bostezando de cansancio y Adolfo
tomaba un café parado cerca de las puertas de cristal que daban hacia el jardín.

-¡oh! ¡Estoy tan feliz de que hayan vuelto! - Paula abrazaba a Marcus en el sillón y este se reía
mientras acariciaba su cabello amarillo limón

-Pero si solo fueron unos meses ¡serás mimada! - Marcus la tomo entre sus brazos y le dio un beso
en la frente - te prometo no dejarte sola mucho tiempo

- Tu palabra - la chica le enseño el meñique y Marcus se le quedo viendo - ¡promételo!

-Bien...bien tienes mi palabra - Marcus cruzo su meñique y la promesa quedo hecha

-Paula ¿donde está Eliseo? - Vanessa tenia a Merlín en su regazo y cuando este bostezo el
ambiente en la sala de estar cambio radicalmente

-No quiero hablar con ese cabezota - la chica se remolino entre los brazos de su compañero y Elías
quien estaba sentado a lado de Vane suspiro exasperado

-¿Qué sucede? - la voz de Marcus parecía mas una orden que una pregunta, pero los ojos de Elías
perecían asustados por responderle

-Lo que sucede - miró a Paula quien lo fulminó con la mirada, luego dirigió sus ojos al chico de la
pregunta - Eliseo se fue de viaje

-Eso no es nuevo - Adolfo era un tipo frío y Vane sabía perfectamente que la situación no
ameritaba más tensión

-Si bueno... él...

-Eliseo se enojo conmigo - la respuesta tajante de Paula hizo que todos se la quedaran viendo con
los ojos abiertos de la sorpresa, pues bien sabían que mas allá de todo la relación que había entre
ella y Eliseo era fuerte. Él nunca le gritaba o regañaba y ella jamás le hubiera desairado de esa
forma. Luego que todos se recuperaron de la primera impresión la chica siguió como si nada - Él se
enojo por qué le dije que no le quería fisgoneando en mis asuntos femeninos

- ¿Tus asuntos femeninos? - la burla en los ojos de Adolfo hicieron encender el rostro de Paula,
pues él era el único que no la consideraba una mujer a sus ojos

-¡Cierra el hocico Puppy! - le grito esta - no tienes que decirme nada tu tampoco - se paró y se fue
azotando la puerta blanca de la sala. El silencio que siguió después fue realmente incomodo.

- Y se hizo la luz - Marcus se paro del sillón y se sentó en medio de Vane y Elías - Los males de la
adolescencia empiezan a llegar rápidamente

-Paula es una chica supongo que ella se siente intimidada por estar entre ustedes - el
razonamiento de Vane no estaba lejos de la verdad pero los tipos que la oían en este momento
solo pensaron que estaba loca al decir semejante disparate acerca de su única hermana.

-Mejor sube y dile que iremos a Paris juntos - le recomendó Marcus, ella se paró ofendida y
también salió de la sala dando un portazo - ¡Ja! estamos con dos locas con asuntos femeninos

- No sé si podre resistir un desaire mas de mi querida niña - Elías realmente parecía derrotado y
muy angustiado - si hubieras visto los ojos de Paula en el momento que corrió a Eliseo de su cuarto
tu igual te hubieras asustado

-Es solo una niña - contesto Adolfo - Ya no lo es - Marcus miró como Merlín se acomodaba en el
otro sillón perezosamente - Creo que ese es nuestro error, ella ha cambiado y crecido

-Y nosotros queremos que siga siendo una pequeña de siete años - Elías se paró elegantemente
con sus pantalones cuadrados y se dirigió a la puerta - ¿cuándo se van a Paris?

-Mañana - Adolfo se paró igualmente - Marcus no creo que debamos llevar a Paula - por un
momento en su voz se noto cierta preocupación

-Confió en ella y sé que ambas lo harán bien

-Pues yo no confió en una de ellas - el cabello despeinado de Adolfo se agito cuando abrieron la
puerta y dejaron pasar el aire de la recepción - iré también

-¿No tienes una cita con ese bomboncito de Juliette? - una sonrisa picara se asomo por los labios
de Elías, pero la mirada asesina de Adolfo lo cruzo como una flecha

-No es de tu incumbencia Firulais

-¡Ya está bien de apodos! Tu mirada es tan malévola como la de mi Paula- se quejo el hombre -
¡eh! ¿Por qué a mí me toco el más feo?

-Llegaste tarde a la repartición - sonrió Marcus y se terminó acostando en el sillón largo - dormiré
una siesta me vendrá bien - Para cuando cerró sus ojos, los dos hombres habían desaparecido tras
la puerta

En la recamara de Paula las dos chicas estaban platicando sentadas encima de una cama circular
con edredón blanco. El cuarto de la más pequeña de la familia de Marcus estaba exquisitamente
decorado con toques rosas, las cortinas y manteles en las mesas y tapizado en las sillas el color
beige predominaba; una gama de colores femeninos para una chica tan exigente como Paula era
lo que Vane se esperaba. Tampoco se hacían faltar las rosas blancas que decoraban en un jarrón
de cristal y el baúl plateado colocado en una esquina de la enorme recamara. El guardarropa era
otro tema de importancia, si Vane pensaba que el suyo se había hecho grande después que su
amiga lo llenara de abrigos, vestidos, trajes Chanel y zapatos Gucci; era de esperarse que el de
Paula fuera aun mas espectacular. Y vaya que lo era. Cuando Paula se lo enseño, pensó que se
hallaba en una mini boutique con la ultima tecnología, pues quien tendría manejo de sus cajones
con un control remoto que su amiga. Sin duda era la recamara más bella que había visto, pero aun
así Vane prefería la comodidad de la que hace mucho tiempo considero su recamara.

-¡Vane no se qué hacer! - Paula tenía la cabeza metida entre las almohadas - en verdad que no
quise alejar a mi Eliseo ¡lo extraño!

- Seguramente él también te ha de extrañar - Vane la reconforto con una palmaditas en la espalda


- te quiere demasiado

- ¿Soy tan cabezota como ellos? - parecía horrorizada al decirlo y Vane le sonrió divertida

-Nadie es tan cabezota como esos cuatro de abajo

-Jejejej no te lo niego - Paula se volteó abrazando una almohada - Te extrañe tanto amiga

-Yo igual chica

-Vane tengo que contarte algo - la chica se acomodó en la cama y empezó a susurrar - pero que
quede en secreto ¿ok?

-Claro - susurro también Vane - pero que es tan delicado para que no se lo puedas decir a los otros
- esta giro los ojos - ¡Chicos! - exclamo Vane y Paula le lanzo la almohada a la cara, esta se la quito
y miró a Paula roja de vergüenza hasta las orejas - ¿acerté?

-Mmmmm - esta se balanceo de un lado a otro - si

-¡Wao! ¿Y donde le conociste? - entonces Paula le conto acerca del chico que vio la otra vez en
una disco, sobre lo misterioso de su mirada y la intensidad de su beso, Vane escucho atentamente
la narración y espero a que terminara para dar su opinión.

-Y te aseguro que no dejo de pensar en él - Paula se veía muy confundida y Vane sonrió al ver los
signos del primer amor
-¿Cómo se llamaba tu chico malo? - le pregunto pícaramente, la mirada de Paula se entristeció al
escucharla

- No se

-¡No le preguntaste su nombre!

-¡No tuve tiempo! - Paula puso cara de pocos amigos - Eliseo nos había seguido y tuvimos que salir
rápidamente de ahí las chicas y yo

-¡Que lastima!

-Si... y besaba tan bien - diciendo esto se puso roja de nuevo, su mirada se ilumino y le confesó a
Vane con otro susurro - me latía el corazón tanto que pensé que se me iba a reventar

-Entonces sí que fue un beso jajajajaja

-Tooodo un beso jajajajaja

-Oye ¿estás contenta de ir a Paris con nosotros?

-¡Estas loca! soy la chica más feliz en veinte kilómetros a la redonda jajajaja - se paró de un salto y
se fue hacia su guardarropa - ¡De compras en Paris! ¡L´aimer! ¿Dime qué mujer no es feliz
comprando?

-¿Que se puede poner uno para la asamblea oficial de los vampiros? - la pregunta de Vane hizo
pensar a Paula

-Los nosferatus no son tan diferentes de nosotros - concluyo encogiendo un hombro - pero sea en
nombre del espíritu de la moda y la belleza te dejaré como una reina - concluyo guiñándole un ojo

-Ya te empiezo a temer - Vane miró las puertas del guardarropa abrirse y su mundo se pinto de
glamur al rededor. Llegaron a Paris por la noche después de un cansado viaje, con el tiempo
contado para asistir a la Asamblea de los nosferatus. Llegaron al hotel y se prepararon para lo que
sería el evento del año según las noticias de Paris, no solo asistirían vampiros, también lo harían
personajes importantes de todo el mundo para la exposición de arte realizada por el joven pintor
Pirelli; Paula le explico que la asamblea se realizaba todos los años pero oculta tras eventos
importantes, así que los vampiros que se encontrarían ahí no levantarían sospechas, pues una
cantidad considerable de ellos asistía a la tan esperada reunión. Se terminó de arreglar con ayuda
de Paula y ambas bajaron por el ascensor, pues Marcus y Adolfo las estaban esperando, ellos se
encargarían de vigilar el museo a las afueras para prevenir un posible accidente.

-Paula creo que exageramos en arreglarnos - Vane se miró en el espejo del ascensor sorprendida
contemplo el peinado con rizos suaves sueltos y su vestido rojo escotado, tenia piedras
incrustadas en la parte frontal del pecho y la tela bajaba abonbachada hasta arriba de la rodilla si
algunas vez se había vestido tan elegante no lo recordaba, para ocultar su cicatriz Paula le había
obsequiado una pashmina roja, la cual también la protegería del frío que se sentía - Seguro estarán
enojados faltan quince minutos para que empiece el evento ¿Y si no nos dejan pasar? - Paula le
miro divertida soltó una carcajada risueña

-Jajajaj que cosas dices - Paula vestía un traje negro con blanco estilo los sesentas arriba de la
rodilla también, con su cabello sujetado con una diadema parecía una princesa oscura, era raro
verla de negro pues por lo que sabía su color favorito era el rosa - Es que acaso no sabes que los
últimos siempre serán los primeros - le indico los boletos plateados - son pases especiales, aparte
parecemos estrellas de cine así que no será nada difícil entrar

-¡Vaya manejas esto muy bien! - le contesto y cuando se abrieron las puertas salieron al lobby del
hotel, donde les esperaban impacientes sus respectivas compañías de viaje

- ¿Por qué rayos las mujeres tardan tanto? - se quejo Marcus, irritado al parecer por la larga
espera, miro que Paula reía y gruño - ¡acaso es divertido!

-Cálmate querido - Paula le dio un golpecito en el hombro con su cartera negra - ¿Acaso no ha
valido la pena? - y señalo a Vane, la cual no sabía dónde esconder la cara; la mirada de Marcus
parecía revisarla hasta el mas mínimo detalle, se pregunto si los hombres lobo tenían vista de
rayos x, cuando se dibujo en los labios de él una sonrisa divertida

- ¡Vámonos ya! o si que llegaremos al cierre del museo - Adolfo tomo por el brazo a una quejosa
Paula y caminaron a través del lobby - ¿Por qué te pusiste ese vestido tan corto? - La chica le lanzo
una mirada amenazante, pero a él pareció no importarle

-Que yo sepa tú no eres quien para decirme que ponerme - Vane oyó la respuesta provocadora de
Paula, cuando Marcus tomo su brazo con delicadeza y se dirigieron al coche que les esperaba
fuera

Solo hasta que entraron en el coche, Vane fue consciente que Marcus no iba vestido de gala como
Adolfo y su estupendo traje negro, en cambio sus jeans rotos y su playera sport lo hacían
desentonar con todos los demás, pero algo en el despedía elegancia, sus miradas se cruzaron y sus
ojos verdes hechizantes se posaron cálidamente sobre ella; su cuerpo reacciono y se ruborizo al
instante, volteando la mirada a la ventanilla, cortando de tajo toda comunicación.

-Llegamos

La voz de Adolfo sonó en el auto y todos miraron a través de la ventanilla el enorme Museo de
Louvre, muchas personas estaban entrando y lucían tan elegantes que Vane casi se retracta de
entrar, también noto algo extraño, todos vestían de negro y blanco ¡en que estaba pensando al
venir de rojo!

-¡Paula! - se alarmo, la chica tomo su mano y la tranquilizo - esto es obra tuya - entrecerró sus ojos
y aquella le guiño

-¡No te enojes luces fantástica! no todos los días vienes a una fiesta exclusiva en el Louvre - Vane
empezó a respirar aceleradamente y se todo el pecho
- Si quieres no entras - le susurro Marcus para calmarle - Paula puede pasar desapercibida entre
todos - Vanessa lo miró y reunió todas sus fuerzas para asentir y contestarle

-Lo hare - afirmo segura

-Tienes que evitarlo - él se refería a Nicolás, lo cual hizo que Vane sintiera ganas de vomitar

-Yo estaré con ella - Paula se acomodo el peinado y le indico al cochero que abriera

Cuando descendieron ellas dos el plan comenzó a marchar, cruzaron la pirámide de cristal y al
llegar donde estaba un hombre alto con bigote, que vestía elegantemente, entregaron sus
invitaciones, este pareció inspeccionarlas rápidamente y les indico que pasaran. Vane camino con
Paula y contemplo lo enorme y maravilloso que era el Museo, estaba adornado para la ocasión;
lucían las pinturas por todo el lugar, fotografías del pintor y entrevistas; reconoció a gente
importante tanto de la farándula como de política, era increíble como todos sonreían y convivían
sin sospechar que tal vez con quien estuvieran hablando fuera un vampiro. Era lo que se podía
describir como cazar con clase. -Vaya los Da´ Vincis si que saben dar una fiesta en grande ¿eh?

-¿te refieres a los vampiros anfitriones de Francia?

-Sip - Paula camino ligeramente entre la gente, Vanessa seguía sus pasos para evitar perderse

-¿Paula tienes idea por dónde empezar? - le pregunto mientras sacaba el pequeño pergamino en
sus manos - según este árbol de Clanes los que asistirán a la reunión son los líderes

- He de suponer que lo harán en un salón de estos - Vane miró al rededor pero no parecía haber
indicio de alguien que mostrara sus colmillos - Tranquila ya verás que lo encontraremos - le animo

-Si tu lo dices - Ambas observaron a las personas por si veían alguna pista - ¡Dios todos tienen un
color normal, no veo palidez en su piel!

-¿Quien rayos te dijo que son pálidos? - Paula la miró como bicho raro - los nosferatus al contrario
parecen seres muy saludables, sonrosados y llenos de "vida"

-¡Perfecto! - Sujeto su Pashmina y siguió caminando entre los espectadores, tras de ella Paula le
seguía como a una sombra - ¿Quien lo diría yo cazando vampiros? - se mofo

-Jejejejej lo de todos los días ¡Cuidado! - Paula tomo del brazo rápidamente a Vane y la jalo hacia
dentro de unas cortinas, esta se quejo

-¡¿Qué pasa?! - se quiso salir pero su amiga la siguió sujetando contra la pared

-Es ese hombre, ha llegado - Anuncio la chica. Vane se congelo, no esperaba verlo de nuevo tan
pronto, su respiración se detuvo y luego soltó el aire cuando Paula la saco de nuevo de su
escondite

-Ya se ha ido - Paula le miró preocupada - tendremos que tener más cuidado de Nicolás si nos ves
sospechara

-Si - Vane camino hacia el centro de la habitación, Paula iba a seguirle pero un grupo de fotógrafos
entraban rápidamente tras del pintor quien había arribado a escena; el movimiento de toda la
gente hizo que Vane perdiera de vista a Paula y fuera a dar al otro extremo de la habitación,
alguien quien también iba distraído choco con ella tan fuerte haciéndola caer y romperse la
zapatilla -¡Dios! - se quejo en el suelo, justo cuando iba a levantarse una mano delicada y larga se
ofreció a ayudarle

-Excusez-moi manquez - el acento francés del chico sonó en sus oídos y cuando lo vio, no supo
como describir su belleza impactante.

Era alto y blanco tenía pinta a esos jóvenes modelos de revistas femeninas, sus ojos azules eran
como ver el mar a medio día tan profundos y claros, su cabello dorado y un poco largo brillaba
como si fuera un sol veraniego, pero su mirada era triste, tal vez fue eso lo que la hizo tomar su
mano y dejar que le ayudase, pues Vanessa se había sentido muy extraña al verle como si ya se
conocieran.

-Yo...creo que un bruto me empujo - le dijo al instante tratando de no parecer una estúpida, él la
miró serio y luego lo que al parecer era un sonrojo cubrió sus mejillas, se llevo un puño a la boca y
tosió, fue un sonido tan musical que Vane hubiera pasado una vida entera oyéndolo toser.

-Yo fui el bruto - le dijo con una sonrisa dulce y triste, notando que también hablaba su idioma, fue
en ese instante que Vane tuvo en cuenta donde le había visto y casi se vuelve a caer, él noto su
turbación y ceñudo le pregunto lo que mas temía - ¿Te conozco?

-¡No! - su respuesta fue de alarma Vane no sabía cómo huir de ahí, miró al rededor pero no vio a
Paula ¿donde se había metido?; cuando volteo él seguía mirándola pero ahora divertido. Sería
posible que la reconociera como ella a él y si lo hacía que le iba a hacer.

-¿Ha perdido algo? - fue su inocente respuesta, Vane negó con la cabeza nerviosa y se tenso
cuando sintió que él se acercaba más de lo necesario, notando su altura vio como recogía su
pashmina del suelo y se la entregaba con caballerosidad - ¿Esto es suyo verdad señorita? - ella
extendió las manos temblorosas y sujeto la pieza, él volvió a sonreír dulcemente lo que la hizo
desvanecerse. Era Daniel el vampiro y según sus sueños el asesino de Marcus.

El pintor estrella ya estaba dando su entrevista a un grupo enorme de gente, Paula se había
separado de Vane y ahora la estaba buscando, por un pequeño momento le pareció ver su vestido
rojo, pero ahora no había ni rastro de su amiga; su preocupación empezó a reflejarse, sino la
encontraba en los próximos cinco minutos tendría que hablarle a Marcus.

-Te encontré - la voz de tras de ella la hizo voltear rápidamente - Hola - ¡Era el chico de aquella
noche! y estaba parado frente a ella, pero su atuendo era diferente, vestía un traje negro con
camisa y saco desabotonado, se veía tan guapo como la ultima ocasión - ¿No me vas a saludar?
- ¿quien dice que tengo que saludarte? - ella le sonrió y se puso a su altura, ambos parecían tener
la misma edad, sus ojos verdes se fijaron en los negros azulados de él quien se acercó a ella con
una mirada divertida

-Discúlpame Paula - y beso su mano, ella se quedo sin habla al ver que sabia su nombre; pero no
paso mucho tiempo pues se acordó que aquella vez su amiga la había llamado por su nombre

-Que malo - le miro con un pucherito - tu sabes mi nombre y yo estoy en la completa ignorancia

-Jajajaja tienes razón - la risa de él hizo que algunos presentes voltearan la mirada, el chico los
ignoro y se acercó al oído de Paula para susurrarle su nombre - Pablo, a tu servicio amor - ella
tembló con aquel roce de aire y su perfume masculino joven corrió por su nariz

-B-bien - ella lo miró de nuevo y poso sus ojos en sus labios, aun tenia aquel recuerdo de ese beso
y algo la impulsaba a volverlo a repetir

-Yo también quiero besarte - le dijo Pablo mostrándole una sonrisa

-Yo no quiero besarte - se rio, él acaricio su cabello y la electricidad corrió de la punta de su cabello
a sus pies - ¿qué haces?

-Tu cabello me gusta - le dijo - te ves hermosa, es como miles de rayos de luz blanca cayendo en
un estanque dorado - su relación de palabras hizo que ella riera de nuevo, no supo cómo pero la
había llevado hasta un salón vacio a unos pasos de la fiesta, esa privacidad la hizo sentirse atrevida
y olvidarse de todo por un momento

-Así que Pablo - se toco la barbilla al descubrir el juego de palabras de sus nombres - que irónico

-Sí lo es - la agarro delicadamente por la cintura y la puso contra la pared - tu nombre significa la
pequeña - sus labios fueron acercándose a los suyos

-Y el tuyo significa el pequeño - apenas acabo y él ya había posado sus labios suaves sobre los
suyos y la besaba tan adoradoramente que su corazón empezó a latir a miles luz, solo cuando
termino la respiración de ambos aun se tornaba acelerada como si hubieran corrido muchos
kilómetros

- ¡Eso fue genial! - ella se sonrojo para su sorpresa ante sus palabras sinceras

-Apuesto a que ya has besado antes no es del otro mundo - le dijo en son de broma, él fijo sus ojos
en ella y la beso de nuevo; esta vez el beso fue intenso, rápido y lleno fuego

-Eres la primera chica a la que beso en años - Paula abrió los ojos a tal revelación, era obvio que no
le creía - te digo la verdad - Pablo se puso serio y ella supo que decía la verdad

-¿Y qué te parece? - le pregunto


-Que si es contigo jamás dejaría de besar - su corazón volvió a brincar de alegría y sus brazos se
cerraron en torno a su cuerpo, apoyando su cabeza en el hombro de Pablo, pues si acaso seria
unos cinco centímetros mas alto que ella

- ¿Donde habías estado?

-Buscándote - Pablo tomo una de sus manos y se las llevo a sus labios - después de esa noche volví
a ese lugar varias veces pero ya no apareciste - encogió sus hombros para restarle importancia -
como mi familia tenía que irse tuve que seguirlos no puedo apartarme de ellos

-Ya veo - Paula le sonrió y jugó con su cabello - ¿Y qué haces aquí? - él le miró sorprendido

-A lo mismo que medio Francia - le respondió - a ver esas maravillosas obras de arte

-jajajaja si como no - de repente el rostro de Vane vino a ella - ¡Dios mío! - se separo de Pablo y
corrió hacia la multitud culpándose por ser tan egoísta, él la alcanzo y la tomo por el brazo

-¿Qué sucede? - Pablo parecía preocupado por su repentino cambio

-Una amiga - ella le miró angustiada - tengo que encontrar a mi amiga

-Te ayudare - le contesto seguro y tomando su mano empezaron a buscar por todas partes
CAP. 7 CONOCIENDO ENEMIGOS

Puedo oír los sonidos del violín


sus cuerdas cantan a la amante perdida
sonidos desolados que irrumpen en el alma
e interpretan tus pasos

Cuando Vanessa volvió en si vio que los ojos azules mar le seguían viendo con lo que al parecer era
preocupación, pestañeo para asegurarse de que no estaba muerta o soñando; fue así como se dio
cuenta que se encontraba en un sofá elegante dentro de un cuarto que parecía una oficina, al
querer levantarse él tomo su mano y la apoyo para que se sentara, todos estos movimientos los
hizo como guiada por una fuerza que no sentía.

-Ya estoy mejor - se acomodo el cabello y le miró de reojo

-Me parece que aun se encuentra mal - Daniel no se daba cuenta que ella estaba mal por su
presencia, sin imaginarse su reacción la quiso tomar de nuevo de la mano pero ella se aparto de su
toque aterrada - No le haría daño nunca a una dama - le miró ofendido, Vane se pregunto si
recordaría eso cuando se volvieran a ver, si es que no le mataba en lo que restaba de la situación

-Disculpa yo aun estoy confundida - se paró tan torpemente que tropezó con la pata del sillón,
Daniel rápidamente la sostuvo y sus caras se encontraron lo suficientemente cerca como para
besarse, esto ya no le gustaba nada - Por favor ¿podrías? - y él entendió la indirecta

-Si disculpa - él la paro y se apartó hacia un lado - lamento todo esto a veces sin querer
puedo...golpear digo tropezar mas...de lo necesario - su mirada parecía arrepentida, y si Vane no
supiera su identidad vampírica, hasta confiaría en él

-Bueno...esto es incomodo - se disculpo y Daniel la miró sorprendido - regresare a la presentación,


con su permiso - y cuando pensaba en dejarlo a tras sintió como su mano se aferraba a su muñeca
como una esposa de policía, se volteo despacio y cuando le vio él tenía la misma expresión
desconcertada que ella

-L-lo siento - la soltó rápidamente y ella abrió la puerta para retirarse - no sé porque quería que te
quedaras - alcanzo a oírlo cuando cerro tras de sí

-Créeme si supieras quien soy - se dijo - ahora estarías enterrando tus colmillos en mi cuello

Caminó entre la multitud cuando salió al salón principal, paso a lado de dos chicas muy bellas que
eran admiradas por un grupo de jóvenes, tenían el cabello negro y corto, ojos azules y labios finos,
eran gemelas y como tales vestían iguales, eran tan hermosas que palidecían las paredes del
museo. Alguien le hizo señas desde un punto del salón y reconoció a Paula, se alivio al comprobar
que se encontraba bien, pero se sorprendió al ver a un jovencito tomado de la mano de esta, era
apuesto aunque tenía un extraño peinado, se rio de sus pensamientos y cuando llego hasta ellos el
chico le vio extraño como si le tuviera miedo.

- ¡Ay perdóname! - Paula se soltó de la mano desconocida y le abrazo - ¡Vane lo siento mucho! - se
disculpo

-No te preocupes todo está bien jejeje - Paula le miró pensativa - ¡enserio!

-Bueno... - se soltó y volteo la mirada hacia el chico quien estaba rígido observando la escena,
Paula sonrió con entusiasmo y fue hacia él quien le sonrió pero con un gesto de precaución - Vane
¿te acuerdas del chico quien te conté?

-Si - Vane abrió la boca y luego sonrió - ¡no me digas que...!

- El es Pablo - los presento - Pablo ella es Vanessa mi mejor amiga

-Encantado - el chico tomo su mano y le beso suavemente, era como si no quisiera tocarla

-Igualmente - Vane miró a Paula - creo que tenemos que retirarnos - Paula comprendió que Pablo
no podía descubrir su verdadero objetivo se soltó rápidamente de su brazo y fue hacia Vane
poniéndose a su lado

-Pablo fue un placer verte de nuevo pero mi amiga y yo nos tenemos que ir - Pablo no imaginaba
tal vez que ella también tendría que irse porque al escuchar las palabras de Paula puso cara de
protesta

-Pero si nos acabamos de ...- Vio a Vane de reojo - ...de encontrar… dame tu mail - le dijo sacando
su iphone - nos volveremos a ver ¿verdad?

-Yo… - Paula parecía nerviosa. Vane asintió y a esta se le ilumino el rostro - ¡Claro! - tomo el
iphone y le escribió su correo - cuando se lo entrego él tomo sus manos con adoración y se las
beso, era un gesto tan intimo que Vane no podía permitirse escucharlos a la despedida, así que se
dio vuelta para que tuvieran un minuto de privacidad - Vamos - Paula le dio una palmadita en el
hombro y ambas caminaron aparentemente hacia la salida

-Siento hacerte esto

-No te preocupes estoy segura que le volveré a ver - su seguridad era impresionante

- Bien espero que te mande ese mail o se las verá conmigo - ambas se rieron y al ver que nadie las
observaba se desviaron por otro corredor, la noche apenas comenzaba para ellas.

La noche avanzo rápidamente, la presentación y subasta de cada cuadro se dio a la hora indicada y
mientras se celebraba el éxito de las ventas, Vane y Paula se escabullían entre la gente del pasillo
donde se habían metido. Paula le indico cuando vieron un grupo de personas reunidas quienes
eran vampiros, le explico que el olor de los vampiros era parecido al de los hombres lobo, pero un
poco más suave; Vane se sorprendió al descubrirlo no parecían muy diferentes a los humanos,
eran altos, otros bajos, inclusive de razas distintas, se podría decir que solo otro como ellos
podrían identificarse.

-Paula ya casi dan las doce - Vane miró al grupo de personas que se escabullía por otro pasillo

-Entonces tenemos que actuar - Paula olfateo al parecer y le tomo la mano caminaron por otros
tres pasillos y llegaron a una puerta de madera tallada era negra y rustica - aquí es donde se están
reuniendo

-¿Cómo vamos a entrar? - la chica sonrió

-Traes el pergamino de la familia

-¿Y eso qué?

-Esa es nuestra invitación - Vane se puso blanca, y pensó que sino fura por que conocía a Paula casi
estaba segura d haber oído que entrarían - ¿disculpa?

-Esta reunión no solo es de nosferatus - Paula saco brillo labial y se retoco los labios - los
"Amadeus" también tienen derecho a entrar

-¿Amadeus?

-Amantes o comida como quieras verlo - se encogió de hombros y le acomodo el cabello - claro
que muy pocos tienen si se puede llamar suerte de asistir a esta Reunión tan importante -¡¿Nos
vamos hacer pasar por amantes de vampiros?! - sus nervios se dispararon y Paula la tuvo que
callar

-Primero debemos hacer que uno de ellos nos invite a pasar mmmmm eso será un poco difícil

-¡Estás loca!

-Si pero está loca te está ayudando - ambas se quedaron calladas y esperaron a ver un nuevo
invitado nocturno, al poco tiempo apareció un joven alto con las dos gemelas que Vane había visto
anteriormente, el chico iba platicando con ellas despreocupadamente su cabello negro y ojos
azules los hacían parecer casi hermanos - Son tres de ellos - ambas se tensaron cuando los
nosferatus se pararon observándolas detenidamente y como si pudieran leer sus mentes el chico
sonrió despreocupado

-¿Amadeus? - pregunto con su voz aguda y risueña, Paula chasqueo la lengua y Vane le enseño el
pergamino, él lo tomo educadamente y al comprobar lo que parecía su autenticidad se lo entrego
de nuevo a ella - Entrad - las gemelas miraron extrañadas a Vanessa como buscando respuestas,
pero la puerta negra se abrió a tiempo para dejarlo pasar

Al entrar casi le da un ataque de pánico, eran alrededor de treinta vampiros que estaban en
pequeños grupos hablando en distintas lenguas, a lado y repartiendo copas rojas había humanos
normales atendiéndoles como meseros, por un rato su corazón se bloqueo y en ese instante los
ojos azules mar se posaron en ella. Daniel que estaba sentado al lado de una mujer impresionante
rodeada de chicos, se paró y ella quiso correr a esconderse, Paula tomo su mano y eso la
tranquilizo un poco más, miró de nuevo y Daniel se acercaba despacio, cuando sus miradas se
encontraron en los ojos de él ya no había amabilidad sino desconfianza, antes que llegara hasta
donde se encontraban, las gemelas que venían con el vampiro que las había dejado pasar, se
lanzaron a Daniel besándole la mejilla izquierda y riendo, el chico vampiro esbozo una sonrisa
irónica y le beso igualmente, por lo que al parecer era un saludo, ese momento de distracción se
aprovecho para que ellas buscaran un lugar donde huir un poco de su mirada. Pero la mano dura y
suave al mismo tiempo se poso en su hombro, ella se volteo y ambos se miraron extrañamente, el
aire faltaba entre ellos y el ambiente se agudizo.

-Tú ¿qué haces aquí? - fue la pregunta de Daniel quien consiguió traerla más cerca y alejarla de
Paula

-No le incumbe - Vane se sentía tan mal que casi vomita, pero no era tiempo para ser tan cobarde

-¿Perteneces a otro? - ella abrió mucho los ojos al oírle decir eso

- Yo... - empezaba a balbucear cuando Paula salió en su ayuda

-¡Sí! - no supo bien cómo pero su amiga la jalo del agarre de Daniel y la coloco tras de ella segura
de un ataque - vete antes que nuestro amado nos vea

-¿Por qué una Amodeus me da órdenes? - la mirada de Daniel se intensifico al punto de brillar y
Vane dio un paso atrás asustada, este movimiento fue captado rápidamente por él quien bajo la
vista - ¿Quien es su amado?

- No le interesa señor - era increíble como Paula podía manejar la situación y ella ni siquiera podía
hablar para defenderse

- Bien - Daniel alzo la vista brillante y Vane sintió algo extraño como si alguien estuviera
tamboreando su cabeza, el dolor fue tan fuerte que chillo eso hizo que los presentes advirtieran
en ellas, como moscas se empezaron a reunir al rededor de ellos, moscas sedientas de vida.

-¡¿Qué diablos pasa?! - el chico vampiro se acerco y Daniel lo paró en seco, Paula trataba de
ayudar a Vane que se había apoyado en la pared llorando a causa del dolor, la mirada de Daniel
ahora era desesperada como si quisiera decirle algo pero Paula lo interpreto como un ataque
mental

-¡Monstro! - Paula se lanzo hacia Daniel quien sorprendido se quedo quieto a esperar el golpe
Vane supuso que una chica humana como Paula no le resultaba una amenaza, pero lo que no
sabía es que no era cualquier chica. El puñetazo de Paula sonó como un mazo pegando a un vidrio
duro, dejándolo en el suelo alfombrado, el grito de unos presentes se hizo sonar ya Vane sentía su
cabeza estallar

-¡Diablos! deja a Daniel - el chico vampiro trato de detener el otro golpe de Paula quien se estaba
dirigiendo a un desconcertado Daniel quien yacía en el suelo, el golpe no alcanzo a llegar por qué
logro sostenerla - ¡Laicaión! - grito y los ojos de todos los presentes se volvieron de un blanco
inmaculado. Se podían oler los problemas.
Esto se estaba poniendo muy mal, Paula forcejeaba con el vampiro que la tenia bien sujeta, Vane
no podía ni moverse el dolor de cabeza parecía taladrar más profundamente y más de treinta
vampiros se hallaban mas que ansiosos por darle un buen mordisco y si le agregamos que su
vestido rojo desentonaba completamente con los presentes, esto podría decirse era una completa
patada de mula.

-Apártense - una voz familiar hizo que ella abriera los ojos con dificultad para enfocar al dueño -
¿así que me estabas buscando? - Nicolás le miraba divertido y con una sonrisa sádica que le hizo
erizar la piel, estaba perfectamente vestido con su camisa negra y corbata blanca, sus zapatos
impecables y el cabello peinado hacia tras lo hacían parecer el dios de la muerte, sus ojos azules
destellaban al contrario de todos los demás que tenían sus ojos color blanco, aun así su presencia
era más peligrosa que la de ellos - Al perecer tienes un pequeño dolor de cabeza ¿verdad? - los
vampiros miraban atentos a cada movimiento de parte de ambos, la hostilidad en el ambiente
desbordaba a borbotones - Alaska es suficiente déjala

Y como si fuera un milagro y el dolor nunca hubiera estado todo desapareció, en ese instante Vane
se puso a la defensiva buscando con la mirada a quien le había hecho eso, y a la derecha de
Nicolás encontró a un chico alto blanco y con una mirada asustada que le observaba rígido, sus
ojos blancos cambiaron a un azul intenso purpureo, sus facciones eran finas y delicadas, labios
rectos y mandíbula cuadrada alargada, un adonis de cabellos miel castaño.

- ¿Le conoces? - Daniel estuvo tan rápidamente a lado de Nicolás que ella tuvo que contener un
grito ambos parecían tan peligrosos y oscuros a sus ojos

-¡Claro! - este le sonrió con malicia y la miró de arriba abajo, era seguro que le divertía verla así -
Ella me quiere matar hermano - al pronunciar estas palabras todos los vampiros a excepción de
Daniel voltearon a verla y le gruñeron amenazantes

-Es una humana - Daniel puso cara de pocos amigos hacia Nicolás este se encogió de hombros con
cara inocente

-Pero tiene ayuda extra - Nicolás señalo a Paula quien los desafío con la mirada, ambos vampiros
quedaron impresionados - ¿Aun piensas que es una simple humana? jejeje - Daniel hizo una seña
al vampiro para que soltara a Paula, este asintió y la chica les miro cautelosa mientras se ponía a
lado de Vane

-¡Isaac las dejo entrar! - la voz de una de las vampiras de Nicolás se oyó acusando al vampiro que
hasta hacia unos momentos sostuvo a Paula - es responsable de ponernos en peligro - hubo
murmullos de desaprobación

-Isaac no lo sabía - defendió una de las gemelas vampiro - ellas tenían en su poder una invitación -
la otra gemela asintió y se colocaron de parte de Isaac quien no parecía angustiado

-Mi subordinado no tiene culpa - la voz de Daniel se oyó amenazante y Nicolás tarareo unas
palabras que sonaron como "tan sentimental el mal" -De acuerdo - Nicolás se dispuso a
encontrarse con Vane cuando Daniel le obstruyo el paso - sino te quitas no podre saludar a mi
encantadora vengadora - se quejo infantilmente, pero al ver que el otro no daba un paso a tras lo
miro ceñudo - ¡Bien te puedes quedar a la otra chica de postre! - le hizo una seña en dirección a
Paula - no me interesa, solo ella - quiso avanzar hacia Vane la cual estaba temblando, pero Daniel
le agarro el brazo

-No - fue la palabra que utilizo el vampiro para detener a Nicolás, este puso un brillo amenazante
en sus ojos y los presentes se empezaron a alterar

-No intervengas Daniel - le advirtió - ya hubo una ocasión en la que salvaste a alguien quien me
pertenecía - agarro la mano de este y la quito de su brazo - a ella yo me la quedo - aseguró
mostrando sus colmillos afilados

-¡Creo que ya he visto demasiado! - Gabrielle el Heraldo había aparecido de la nada, con
ademanes elegantes se quito la túnica blanca y su rostro brillo de belleza - No quiero un derrame
de sangre entre los nuestros - su voz era musical y amable - la asamblea la llevan a cabo mis
subordinados los D´Vincis - anuncio y uno de entre los demás vampiros apareció con la cara al
suelo - Alan eres el encargado de este grupo junto con Aline - una chica de cabellos oscuros como
los de Alan se acomodo a lado de este inclinándose delicadamente - ¿por qué no detuviste esto?

-Lo lamento desde el fondo de mi ser - Alan se irguió e hizo una señal, en ese instante todos los
vampiros dejaron de ser amenazantes sus ojos blancos cambiaron por colores normales - Ningún
D´ Vinci haría algo sin tu consentimiento - Gabrielle no parecía enojado pero Vane detecto que los
vampiros si lo creían, así que cuando este paso entre ellos todos hicieron una reverencia inclusive
Daniel y Nicolás los que habían empezado las hostilidades

- ¿Se puede saber Nicolás que planeabas llevándotela? - la pregunta de Gabrielle hizo que el
vampiro le mirara resentido - no la llevaras a ningún lugar - declaro Gabrielle - en cuanto a ti -
Daniel se tenso - no debes meterte en los asuntos de otro de tus hermanos

-Si - Daniel asintió y Gabriel sonrió tocando las cabezas de ambos

-Bien entonces esto parte esta arreglada - miró a Vane y Paula - quiero decirles señoritas que se
han puesto en gran peligro

-No te tememos - Paula era muy valiente, el heraldo notaba eso y Vane estuvo casi segura que le
agrado su contestación

- No querría que me temieran

- Si no nos dejan ir mis hermanos vendrán por nosotras - declaro esta, una risa divertida surgió de
parte de la vampiresa llamada Aline

-Jajajaj ¿hablas de esos dos laicaions que están rondando por aquí? - Paula abrió la boca
sorprendida - si son ellos te diré que en este momento mi guardia les está dando una lección por
ser tan estúpidos de acercarse a nuestra Asamblea

-Ellos se la darán a tu guardia querida - le contesto la chica y la vampiresa no la vio con buenos
ojos
-No nos subestimes pequeña arpía - Aline tomo del brazo a Alan quien permanecía serio - aquí nos
encontramos los D´Vincis y los principales líderes de cada Clan de Nosferatus no tienen salida

-Déjanos marchar - Vane hablo y todos le miraron extrañados, Gabrielle le sonrió y su corazón
empezó a relajarse - sino a las dos entonces a ella - Paula iba a protestar pero ella le cayó - yo
asumo la responsabilidad - estaba terriblemente asustada pero su deseo por proteger a su amiga
era mucho más fuerte - Te lo pido Gabrielle

-¡Que insolencia! - los gritos de protesta rodearon la sala, el heraldo les observo a ambas mientras
los demás vampiros parecían a punto de matarlas

-Váyanse - cuando Gabrielle dijo esto la sorpresa se antepuso a las protestas, Vane tomo de la
mano a Paula y la jalo hacia la salida en silencio, con la mirada de todos tras de su espalda

-Nos veremos en otra ocasión amor - se oyó la voz de Nicolás antes que ella cerrara la puerta y se
derrumbara en la alfombra temblando, Paula le abrazo y la hizo pararse

-Tranquila eres muy valiente - le tranquilizo y ella sentía que sus piernas ya no podían avanzar -
estábamos en un gran peligro y nos has salvado - Vane empezó a llorar de nervios

Cuando salieron hacia el salón principal, ambas procuraron caminar hacia la salida lo más rápido
posible, sentían que no estaban seguras hasta quedar fuera del museo, y en cuanto llegaron la
limosina en la que habían llegado apareció frente a ellas, sin pensarlo se metieron para salir de ahí,
cual sería su sorpresa que en vez de Marcus y Adolfo, una mujer impresionante estaba sentada
frente a ellas y el conductor estaba siendo drenado por un joven rapado con mucho entusiasmo.

-¡No! - Paula quiso derribar la puerta pero otro vampiro de cabello castaño la detuvo
inmovilizándola contra el asiento

-¡No le hagan daño por favor! - Vane miró aterrada a la mujer de labios rojos, al recordarla la
identifico como la vampiresa a lado de Daniel, su cabello era negro y corto peinado al estilo
Marilyn Monroe, su piel como la leche la hacía parecer una dama victoriana, y sus ojos grises eran
enmarcados por pestañas largas y onduladas, era bellísima y las estaba atacando

- Mi querido Cristóbal no le dañara - los labios rojos se despegaron para que una voz rasposa
saliera - pero mi alegre Aquiles no pudo resistirse a su chofer - Vane le asintió, algo le decía que
debía actuar con cautela, y al mirar fugazmente vio como el vampiro llamado Cristóbal tapada la
boca de Paula para evitar que esta siguiera insultándolo

-¿Q-que desea? - la mujer sonrió peligrosamente y ella se sintió tan pequeñita y débil

-He venido a ayudarte - los ojos de Vane se abrieron de la sorpresa y la mujer siguió con su
discurso - Mi nombre es Angelique Anges y se donde puedes conseguir información de Nicolás

-¿cómo sabe...?

-Te leí la mente querida - la vampiresa se cruzo de piernas y su vestido negro de seda dejo ver una
abertura provocadora - la razón por la que te ayudo es mi problema - Vane asintió y ella continuo -
Fueron muy ingenuas al tratar de conseguir algo así en esa Asamblea pero creo que su osadía dio
frutos

-Usted me dirá lo que necesito

-Nicolás es un ser peligroso pero no hay lugar en este mundo que yo no pueda encontrar con la
ayuda de mi Cristóbal - el chico castaño sonrió - lo que buscas esta en Bélgica, toma este mapa -
Vane tomo el pequeño papel beige que le entrego Angelique como si fuera un tesoro - ahí
encontraras lo que buscas y te pediré algo a cambio - ella miro a Vane como si fuera un mosquito
insignificante - aléjate de Daniel

-Es lo que más deseo - le contesto

-Bien eso me agradas pues veras...- no supo como la mano de Anquelique le estaba estrangulando
como tenazas de hierro el cuello, pero sus ojos destellaban veneno puro - Daniel me interesa
mucho y no quiero estorbos así que vete de Paris rápidamente - la soltó y ella tosió angustiada
cuando alzo la vista los tres vampiros se habían desaparecido y una molesta Paula se soltaba las
muñecas maltratadas

-¡Que tipa más irritante!

-Es una mujer muy peligrosa - Vane miró al hombre muerto y se entristeció - no quería que esto
pasara - Paula toco al hombre y le cerró los ojos

-¡Bastardos!

Alguien abrió la puerta de la limosina de una manera tan repentina que ambas se arrinconaron a la
otra puerta para salir huyendo, pero los ojos verdes de Marcus les indicaron que todo estaba bien
por el momento, este las miró de una a la otra mientras un Adolfo se metía tras de él cerrando la
puerta, ambos tenían las ropas desgarradas y unas pequeñas heridas en la cara, era de suponer
que salieron bien librados del enfrentamiento de los guardias D´Vincis.

-Perdonen no pudimos llegar a tiempo cuando vimos como la limosina partía a todo carrera
corrimos tras de ella - Marcus se sentó a lado de Vane y esta se estremeció - ¿te hicieron daño? -
ella negó con la cabeza, pues no consideraba un daño tan grande lo que había pasado como las
heridas que en él se reflejaban - tienes lagrimas secas cuentista - le regaño y con su enorme mano
le limpio la cara

-¡Marcus fue tan impresionante! casi divertido - Paula que estaba sentada junto a Adolfo tenía una
sonrisa de oreja a oreja

-¿Pero por qué diablos apestas a Nosferstu? - Adolfo se tapo la nariz arrugando su frente y Paula le
enseño la lengua

-Sera porque estuve rodeada de un grupo de ellos - le dijo sarcástica, Adolfo se salió de la parte
trasera y entro por el lado del chofer, lo hizo a un lado con mucho cuidado y empezó a conducir

- Tendremos que entregar el cuerpo - anuncio, los demás permanecieron callados - creo que este
numerito de espías ha llegado a su fin - su voz se oía muy disgustada y Vane pensó que si fuera por
él la dejarían en la siguiente parada de autobuses - Mañana partiremos a Londres ¡no se hable más
del asunto! - Y las protestas quedaron agazapadas a un "Si" departe de los tres.

No podía respirar, el aire no pasaba por sus pulmones, necesitaba ayuda; su cuerpo desnudo
estaba tumbado en la tierra mojada embarrándose de lodo cada una de sus extremidades. El dolor
se propagaba por todo su cuerpo, al abrir sus ojos no encontró mas que sangre a su alrededor,
fresca y roja; se levanto tambaleando su gran cuerpo dándose cuenta que no se hallaba mas en su
hogar; esta era la primera vez que soñaba después de un largo periodo y ahora el cementerio
siniestro le daba la más cordial de las bienvenidas a la muerte.

-¿Donde? - las palabras se formaron al sentir que le faltaba algo, algo húmedo en su pecho lo
sobresalto y cuando quiso tocarlo al bajar la mirada solo encontró un hueco donde se supone
estaría el corazón de vida.

Y tal fue la impresión que lo hizo caer de rodillas y jadear desesperado, tenía mucha sed de sangre
y también el dolor le recorría carcomiéndole la conciencia misma; ya no era un peligro para los
suyos, él los había exterminado, era el responsable de acabar con sus hermanos, con todo.

-¿Buscabas esto? - los ojos verdes de Marcus enfocaron a un ser muy diferente de él, su cabello
rubio y ojos azules le daban nauseas, era tan perfecto que eso le enfermaba; y solo entonces
descubrió que aquel tenía la cara manchada en sangre, su traje blanco y negro estaba salpicado
por sangre corrompida, y en su mano izquierda sostenía un corazón aun latiendo a gran velocidad.
Su corazón - Ya no te pertenece - Y diciendo esto aquel a quien identificaba como un nosferatu,
abrió la boca de forma tan irregular tragándose el órgano ajeno. Solo entonces la puñalada final
llego a él y la completa oscuridad le rodeo.

A lo lejos solo alcanzo a oír cuna canción de cuna. La escucho a ella.

Marcus abrió los ojos de repente saltando de su asiento en el avión, estaba sudoroso y su pecho
bajaba de arriba abajo, la sensación de angustia no le era de agrado. Miró al otro lado y descubrió
que Paula y Adolfo estaban durmiendo en sus asientos muy lejos uno del otro, y como si su mente
le diera una orden miró hacia donde se encontraba la cuentista; casi se cae del asiento al verla
despierta y mirándolo extrañada, ¿acaso ella había notado su comportamiento?, las miradas de
ambos se encontraron y sostuvieron por unos momentos, luego ella agacho la cabeza para
evitarlo.

-¿Por qué haces eso? - le pregunto, ella no parecía querer contestarle - Si te he asustado no es mi
problema

-No - ella le miró y de nuevo sus ojos se encontraron, fue entonces que noto el sonrojo de sus
mejillas y casi por un momento deseo tocarle el rostro suave que se reflejaba a la luz de la luna -
¿soñaste? - la pregunta y respuesta eran obvias pero se limito a seguir observándola - ¿Con que
soñaste? - le susurro por lo bajo cuando notaron que Adolfo se arremolinaba en su asiento

-Mi muerte - la cuentista se puso pálida en un instante y él estaba casi seguro que sabia más de lo
que escribía - ven - ordeno y ella puso su ceño de desaprobación, él giro los ojos y le tendió la
mano - hablemos por favor

-Bien - ella agarro su mano y la trajo a su pecho - estas mojado de sudor - le dijo

-¿Te molesta? - esta negó y el sonrojo volvió a su cara - Vane ¿puedo besarte? - la pregunta que
hizo causo al parecer una conmoción en ella quien se quiso apartar asustada

-No digas boberías - le regaño para colocarse a su lado - me contaras lo que soñaste

-¿por qué debería?

-Bueno yo te cuento los míos - le dijo al parecer enojada - es lo justo

-No me has dicho o escrito nada estos días - ella se quedo en silencio como reflexionando cada
una de sus palabras, al final lo miró y sin estar preparado ella le beso alzándose sobre él.

Al principio estaba sorprendido por la reacción de la cuentista, pero luego sus labios se pegaron a
los de ella como si siempre se hubieran encontrado juntos; la tomo por la cintura y acomodo en
sus piernas, al mismo tiempo que ella fundía mas el beso lleno de fuego, era como si se pasaran
llamas ardiendo junto con cada movimiento; al final se separaron agitados y la volvió a sentar a su
lado. Le miró por un largo tiempo mientras ella se agarraba un mechon de pelo y se lo ponía tras la
oreja, ese movimiento era demasiado tentador e inocente.

- Soñé con un nosferatu - le empezó a explicar y vio la tensión en su cuerpo - él tomaba mi corazón
y se lo tragaba en un mar de sangre

-¿Y? - la cuentista estaba poniéndose muy nerviosa al pronunciar cada detalle de aquel ser y eso
no le gustaba para nada a Marcus

- Tu sabes de quien hablo - le acuso, ella abrió mucho los ojos y quedo seguro de que ella lo sabia

-¡Estas equivocado! - se exalto

-¿así? - él alzo una ceja y ella se mordió sus labios aun rojos por el beso - ¿entonces por qué estas
tan nerviosa?

-No lo estoy - Vane no daba un paso a tras - Mentiroso - Marcus la vio sospechosamente y ella se
encogió en el asiento como si fuera posible

-Este sueño tiene que ver con el tuyo ¿cierto? - cuando dio en el clavo ella decidió que era mejor
volver a su asiento, a enfrentarse con él - ´Ni lo pienses

-Déjame - ella forcejeo con el su muñeca sujeta pero como era más fuerte no le tomo nada de
tiempo sentarla de nuevo a su lado

-Tiene que ver con ese a quien llamas por su nombre - le volvió a asegurar, en los ojos de ella la
alarma se disparo y con una sonrisa le transmitió que esta vez él había ganado - Daniel

El solo nombre hizo que el cuerpo de ambos temblara por un futuro aun no aplicado, sin embargo
Vane decidió que era momento que Marcus conociera mas sobre lo que ocurriría, si bien era cierto
que entre ambos compartían la maldición de la muerte, también lo era que tenían el mismo
objetivo. Salvar a sus seres amados. Siendo tan diferente algo en ellos los hacía quererse como dos
polos que no puedan estar juntos eternamente. Marcus tomo la mano de Vane y le pasó una
pluma con tinta, ella abrió el compartimiento del asiento de enfrente y saco unas hojas de la
papelería, tomo lo que él ofrecía y antes de comenzar a escribir Marcus se acercó a su oído solo
para oírse mutuamente.

-Cuéntame mi muerte - Y Vane empezó a escribir.


CAP. 8 NO HUYAS
La electricidad corre por mi ser
mi corazón palpita a un ritmo enloquecido
y yo solo espero quedarme
junto a ti bailando una vez mas

Hace unos minutos el avión menciono su pronto arribo a la tierra londinense y ella mordió el labio
nerviosa, esperando la reacción de parte de él al terminar de leer escrito; había sido cuidadosa al
escribir cada detalle de sus últimos sueños, no quería seguir ocultándole nada, sabía que era duro
con solo mirarle el rostro, pero era lo mejor para él. Su rostro moreno mostraba total
concentración al pasar de hoja en hoja, luego que termino de leer alzo esa vista hechizante y por
un segundo el silencio total se interpuso entre ambos.

- ¿Y bien? - la voz de su nerviosismo sonó baja para no despertar a Paula y Adolfo

- Lo que sueñas...- la voz de Marcus era rasposa y varonil, su presencia misma era imponente -
antes de conocerte soñé con pequeñas imágenes de dolor, sangre y muerte de mi familia - se paso
una mano por el cabello negro y la miró irritado - con esto me compruebas lo que ocurrirá, y que
es inevitable

-No tiene que ser así - él no parecía convencido con sus palabras cuando estiro sus piernas y se
cruzo de brazos - yo veo el futuro. Tu futuro...pero en retroceso

-Es lo que percibí

-Marcus aun no sé si llegare a amarte o odiarte como he visto en mis sueños - le aclaro

- Al parecer eliges al bando ganador - la ironía de su voz no le agrado

-No quiero ver sufrir a nadie más - el desafío en la mirada de ambos era intensa

-Yo seré un monstro y tu una traidora jajajaja - su risa la hizo sentir enferma, odiaba cuando se
comportaba como un niño - Tu no me amaras porque elegiste el otro bando y yo te matare por
traidora, aun así sigues permaneciendo junto a mí y al parecer tu deseo de venganza es más fuerte
que tu miedo hacia mi

-No te temo, no eres peligroso para mí en este momento - Marcus la agarro por la garganta tan
rápido que hizo que soltara un pequeño grito casi inaudible

-¿Ahora?

-N-n-no - le dijo golpeándole su mano aferrada, la alarma en su voz hizo ensombrecer los ojos
verdes de él quien la soltó como si fuera una basurita en el centro comercial

-Eres tan ingenua cuentista - se mofo - o una estúpida por confiar en algo que no puedes controlar
- ella se sobo el cuello y él bajo su cara hasta quedar a su altura - Nuestro destino es amarnos u
odiarnos ¿que será que escogeremos? - la pregunta la congelo sin saber que responder, él no la
espero y termino - yo te diré que pasara, por algún motivo que todavía no sueñas yo me volveré
un loco sediento de muerte y tú morirás escogiendo cualquier bando

-No confías en mi - Le afirmo

-No - Vane pensó que no tenía derecho a sentirse triste por sus palabras, pero algo en su interior la
empujaba a castigarlo por aquellas palabras tan crueles

- No te preocupes cuando llegue el momento yo mismo te entregare a esa sanguijuela - la ira que
surgió dentro de su ser hizo que lo abofeteara, pero su mandíbula era tan dura como un tronco

-¡Ay! soy una .... - la miró al parecer divertido por todo esto, ella alzo la vista orgullosa - No te
preocupes Marcus yo misma correré a sus brazos ¿no lo acabas de leer? - el trago saliva

-Creo que su discusión infantil debe acabarse aquí - la voz de Adolfo los sobresalto, aunque no
estaban gritando era obvio que sus movimientos habían sido muy ruidosos.

El hombre de cabellos dorados oro, les miró con total desacuerdo; por la forma de su ceño
fruncido, Vane estaba segura quería matarlos. Y es que ver a Adolfo tan bien arreglado y apuesto,
aun después de un viaje cansado era increíble apreciar su perfecto control y adaptación. Pero sus
ojos irritados por la falta de sueño no pasaban desapercibidos para los que le observaban.

-¡Vaya ahora sí que se quedaron mudos! - les clavo esa mirada verde de nuevo y se limito a
ponerse unos audífonos para oír música. En ese momento la manta que abrigaba a Paula se cayó
al suelo, Adolfo se agacho, cogió la manta y acobijo a la chica quien pareció no notar su gesto
amable, Vane se pregunto si la mirada que él poso en el cabello de Paula le recordó a la bella
durmiente, pero no pudo seguir preguntándoselo por que la azafata apareció indicándoles que se
pusieran los cinturones de seguridad, cuando esta se fue Marcus parecía haberse calmado y ella se
recostó en el asiento.

-Ni una palabra a ella de lo que hice - Adolfo les advirtió tan serio que ambos asintieron
obedientemente

Cuando llegaron a la casa por la ventanilla de la limusina todos se sorprendieron especialmente


Vane y Paula al ver a Juliette, la Croix Noir, en la entrada a lado de Elías quien sonreía hacia ellas
de forma resignada, la tensión en su amiga sentada al lado de ella hizo que Vane mirara a la mujer
que sonreía fríamente y un escalofrió corrió por su espalda.

-¡¿Que hace esa aquí?! - la voz en el tono de Paula era de pocos amigos al mirar a Adolfo que
estaba inmutable sentado frente a ellas mientras el auto paraba frente a las escaleras

-No tengo por qué responderte - la respuesta altanera de Adolfo pareció sacar de sus casillas a
Paula quien abrió de golpe la puerta

-Espera Pau - Marcus la tomo del brazo y delicadamente la hizo descender, Vane vio como se
acercó a su oído y le susurro palabras tranquilizadoras - Vamos - se volteo hacia ella y con rapidez
obedeció a su petición, seguida de un Adolfo calculador
-¡Hola amor! te estuve esperando me tenias muy abandonada - Juliette se pego como una lapa al
brazo de Adolfo quien le dedico una sonrisa seductora, ante esta escena Paula hizo cara de asco
mientras Elías también la recibía con brazos abiertos

- Mi niña adorada - Elías abrazo a Paula y le dio un beso en su mejilla, se volteo hacia Vane e hizo
lo mismo - no se imaginan lo aburrido que me tenían aquí solo

-Igual a mi amor - Juliette sonreía maliciosamente y beso en el cuello a Adolfo quien no parecía
nada molesto por las atenciones - espero pronto salgamos a divertirnos

-Perdona he estado ocupado últimamente - se excuso este

-Si ya me imagino por ¿quién? - Vane no supo si la cara de odio que Juliette envió fue para Paula o
para ella, pero le disgusto tanto que tomo la mano de Marcus

-Creo que debemos pasar - le sugirió, Marcus con el entrecejo fruncido al parecer tampoco le
gustaba la presencia de Juliette asintió a su petición

-Nos vemos dentro Adolfo - dijo y este pareció ofenderse -Vamos Juliette te invito una taza de té y
platicamos en el estudio - miro a Paula y esta le volteo le cara indignada- así no habrá
intromisiones - ambos pasaron antes que todos y Elías puso los ojos en blanco, para cuando
oyeron como se cerraba la puerta del estudio Marcus volteo a ver a Elías

-No me mires así - le dijo este - Juliette se presento aquí muy segura de que Adolfo le había dicho
que la quería ver

-Y tu como perro obediente le obedeciste - Paula se alejo de él y Elías se puso rojo - la detesto solo
quiere molestar

-Pero preciosa ella no te llega ni a los talones - Elías beso sus manos y esta lo miro un poco más
contenta

-Bien debemos aceptar que Juliette por el momento está saliendo con Adolfo - Marcus razonaba
sus palabras mientras se quitaba el abrigo - y nos queda más que tratar de sobrellevarla

-¡Pero es una pesada! - Paula pateo el suelo como una niñita de siete años

-Y puede que hasta espía - le dijo Marcus - pero no debemos darle motivos a los Croix Noir que no
somos merecedores de confianza para con los demás

- Paula tiene razón Marcus ella no parece sincera - Vane no quería entrometerse pero también le
picaba que Juliette se saliera con la suya tan fácilmente

-Cuentista tu no conoces nuestras reglas así que no hables

-Como quieras no volveré a opinar de nada - se cruzo de brazos enojada igual que la otra chica
-Vaya que tienes tacto con las mujeres hermano - se burlo Elías y Marcus le gruño irritado, un
sonido de música electrónica salió del bolso Gucci de Paula y esta saco su iphone, todos se miraron
interrogantes y cuando termino de leer lo que al parecer era un mensaje volvió a guardar el
iphone y camino rápidamente rumbo a su cuarto

-¡Tienes razón querido! - le dijo esta a un Marcus extrañado - no tenemos por qué juzgar a la
compañera de Adolfo - subió las escaleras rápidamente y antes de perderse en el pasillo les dedico
una amplia sonrisa - sobre todo porque no sabemos quién nos tocara a nosotros

-¿Que rayos le paso? - volteo hacia Vane quien estaba tan asombrada como él

-No lose juraría que... - pero al recordar el encuentro del otro día decidió que era mejor ocultarles
por un momento sobre Pablo y su querida pequeña niña, que al parecer no sabían ya no era nada
pequeña - tal vez le llego el correo del nuevo guardarropa que llego a la tienda de DKNY - y ambos
hombres se desinteresaron al instante.

La tienda de música era adornada por luces fosforescentes, el color morado en las paredes
contrastaban con los estantes negros y plateados que contenían discos y DVD´s; algunos
estudiantes y hombres adultos se paseaban por las instalaciones buscando su música favorita o
escuchando ajusto en las minirokolas. El asistente encargado llevaba el cabello negro suelto y
largo con una barba muy chistosa en forma de candado, estaba lleno de perforaciones y sus labios
estaban pintados de rojo, fue entonces que miró a la chica rubia que entraba elegantemente por
la puerta principal vistiendo un atuendo de diseñador, todos los presentes la miraron embobados
mientras esta caminaba entre los discos y vagaba su mirada por todas partes escudriñando el
lugar.

-¿Puedo ofrecerle algo? - el encargado llamo a Paula quien paso por su escritorio en ese
momento, ella lo miro desinteresadamente y él se sonrojo

-No pero gracias espero a alguien - Paula sonrió al verlo tan confundido y él se quedo embobado
observando sus labios seductores e inocentes

-Ella tiene compañía amigo - la voz que salió por el lado de su oído derecho hizo que volteara al
instante y viera un chico de la misma edad que ella, con camiseta negra rota y pantalones
parchados, el contraste total con la chica quien fe directo a sus brazos

-¡Pablo! - la chica se veía muy feliz y este la tomo delicadamente, la abrazo y volteo su mirada
hacia el encargado que quedo de piedra cuando el chico sonrió de forma extraña, haciéndole
sentir un temblor incomodo, eso fue suficiente para que dejara de verlos y siguiera acomodando
discos.

-¿Me esperaste mucho tiempo? - Pablo le hablo al oído y Paula sintió derretirse por dentro, le
encantaba su voz y la forma en que le miraba

-No mucho - le confesó - pero ¿no crees que es un lugar extraño para una cita?
- ¿Quien dijo que era una cita? - le dijo sonriendo ella le golpeo le golpeo el brazo en modo de
broma

-Eres malo - se quejo y el tomo su mano y la beso

-Si y me gusta serlo - Pablo le jalo hacia él y le dio un beso que hizo que el corazón de ambos
saltara como grillos - ¡Wao! eso estuvo muy bien

-Si ya lo creo - Paula le acaricio su nariz con la suya y ambos sonrieron - ¿y a donde vamos?

-A donde nos lleve el destino

-No seas exagerado ¡quiero un helado!

-A la heladería entonces - salieron de la tienda tomados de la mano, buscando una heladería


cerca, cruzaron un semáforo y en eso Paula volteo su vista a él

- ¿Te gusto? - Paula parecía muy sincera al decirle esto a Pablo quien se paró de momento y la
observo sorprendido

-Te amo - fue su respuesta

-¿Como me puedes amar en tan poco tiempo? - ella parecía no creerle nada y esto no le gustaba a
Pablo quien hablaba con toda la sinceridad que le era otorgada

-No lo sé, pero te amo - Paula lo detuvo y lo beso de nuevo, se quedaron abrazados por un buen
tiempo sin importarles nada, ni las personas que pasaban a su lado, ni la lluvia que caía en sus
hombros y menos los ojos verdes que los miraban con furia al mismo tiempo que se ponían
dorados.

-Pablo no sé porque me siento tan rara junto a ti - Paula le confesó su sentimiento y él sonrió -
creo que te amo de la misma forma - los ojos de ella se abrieron tanto por la sorpresa que él no le
quedo otra que sonreírle aun mas dulcemente

-Paula ¿te gusta el helado de fresa o de chocolate? - ella le sonrió picara

-¿Tu cual crees?

-Espero que el de fresa por que el de chocolate me provoca alergia - le agarro su brazo y siguieron
caminando mientras ella se carcajeaba - y además quiero compartirlo contigo

-Serás tacaño - Paula le amo aun mas en ese momento

El par de ojos verdes los siguieron con sigilo, vio como ambos entraron en la heladería y se
quedaban ahí por un momento, no conseguía ver muy bien donde estaba por que había muchas
personas en la caja, pero estaba seguro que esa pequeña desobediente estaría pidiendo helado de
fresa.
-Adolfo- la voz de Juliette llego a sus oídos y él le miro despreocupado, su hermoso cuerpo
entallado por un vestido blanco con rojo resaltaba sus atributos y su sonrisa seductora - ¿por qué
estamos espiando a esa chiquilla? - le pregunto fastidiada sentada en el auto que traían consigo

-Porque se ha estado saltando las reglas - le respondió - y ese con quien esta no me trae buena
espina

-No es tu problema ella es lo suficientemente grande para cuidarse

-Si lo sé solo que es momento de los castigos - sonrió maliciosamente - y ella me debe muchos

-No entiendo - Juliette le pareció extraño el semblante de Adolfo pero se quedo callada cuando él
le indico que alguien salía de la heladería

Paula salió lamiendo su cono de fresa y Pablo también, tenían la cara llena de helado y parecían
extasiados, en ese momento un auto BMW negro se paró a lado de Paula abrió la puerta del
conductor y para sorpresa de ambos chicos Adolfo estiró sus brazos tan rápidamente sujetando a
Paula tan rápido que Pablo tardo en comprender lo que estaba ocurriendo; solo pudo ver como se
cerraba la puerta y el auto aceleraba a todo lo que da llevándose a su Paula y dejando en el
pavimento el helado que él le había obsequiado.

-¡Suéltame bruto! ¡Suéltame! - Paula pateo, mordió y chillo todo el trayecto a la mansión de
Marcus, estaba terriblemente furiosa con Adolfo que no hacía más que sonreír, mientras ella
luchaba por sacarse a Juliette de encima

-Ahora sabemos porque te estás escapando - la voz de Adolfo era dura y cruel - y no creo que los
demás estén contentos cuando les diga el por qué de tu actitud

-¡Vete al diablo! - Paula dejo salir dos lagrimas de frustración y Adolfo se irrito

-Escucha bien Paula eres diferente de las chicas normales - le dijo - ese chico no te entenderá ni a
nuestra raza

-Tú no sabes nada - ella dejo de forcejear y se quedo muy quieta mirándolo con odio

-¿Que no entiendo? - le preguntó sarcástico - ¿qué te vea como una chiquilla con la cual pasar el
rato? o si te parece mejor ¿con quién jugar y desecharte? ¡Ja! saldría asustado si supiera que eres

-No soy un monstruo como tu - afirmo la chica

- Cuida tus palabras niña - Juliette la miro con desdén y Paula sintió hervir su sangre de pura furia

-¡Cállate! y tu escucha - Paula miro a Adolfo quien ahora entraba a la Mansión por el camino de los
autos y se estacionaba en frente de la enorme construcción - Yo lo amo - las palabras de Paula
fueron suficiente para que Adolfo se sacara de lugar, nunca le importo que hubiera otros hombres
en la vida de esa chiquilla pero odiaba sobre manera él como ella decía la palabra te amo dirigida a
un completo desconocido, y más aun cuando esta niña al salir pateaba la puerta de su BMW negro
nuevo.

Por la noche la tensión entre Paula y Adolfo era más que evidente, sus ojos en ella mostraban
completo desprecio y el los de él un profundo odio que asustaba a los presentes. Marcus había
tratado en vano de hablar con Paula y que esta razonara pero todo era inútil, esta después de
entrar en la casa cuando la dejo Adolfo había ido a la recamara de este y destruido absolutamente
todo, para cuando Adolfo volvió de su cita con Juliette lo que encontró fue un enorme desastre en
su recamara, se había enfurecido tanto que trato de golpear a Paula, cosa que Elías no permitió; y
entonces aun frustrado Adolfo se encerró en el despacho y Paula con lagrimas secas se metió en la
sala junto con Merlín, dejando que todos solo fueran simples espectadores.

-Paula comprendo que haya cometido un error - Vane acarició la cabeza de su amiga que estaba
apoyada contra un sillón, Merlín por su parte bostezo y se bajo del regazo de su ama para
dormitar mejor en el suelo - Estoy segura que Adolfo no quiso arruinarte tu cita

-Vane tu no entiendes - la amargura en la voz de Paula le dolía a Vane quien pensó que ninguna
jovencita debería sentirse así jamás - Adolfo siempre me ha despreciado, desde que llegue a vivir a
esta casa - Paula miraba el jardín de rosas que se veía a fuera de la sala - ¿quien se imaginaria que
el dueño de esas rosas blancas tuviera un alma tan negra?

-Adolfo no es malo... - a pesar de pronunciar estas palabras, ella misma no estaba tan segura de si
eran ciertas, pues Adolfo había demostrado que carecía de sentimientos amables

-¡Ayúdame a ver de nuevo a Pablo! - gimió llorando Paula al abrazarla

-Yo... - Vane sabía que a pesar que Marcus y Elías habían estado de parte de Paula con la forma de
comportarse de Adolfo, también lo apoyaban a él con respecto a que ella no volviera a tratar con
ese chico que no conocían - Paula si tanto te ama entonces él hallará la forma de verte

-¡¿Pero cómo?! - Paula se mostro horrorizada - ¡ellos jamás aceptaran que lo amo! ¡Si Vane lo
amo! - y se desplomo llorando de nuevo - me rompe el corazón estar separada de él

-Paula ¿cómo puedes amarlo tanto si apenas lo conoces?

-No lose - se encogió de hombros pero en sus ojos reflejaba el sentimiento que afirmaba tener -
Pero sé que estamos unidos por el destino, es como si siempre lo hubiera estado esperando para
amarlo

-Tranquila dejemos que el tiempo pase

Marcus entro en el despacho y encontró a un Adolfo muy serio, trabajando como era costumbre y
revisando errores en cuentas. Desde que eran jóvenes se habían conocido y su hermano siempre
mostro afinidad por llevar las cuentas, era de esperarse que se convirtiera en un respetable
abogado y manejara su fortuna, sin embargo la soledad que siempre rodeaba a Adolfo le hacía
compadecerlo y más ahora que la relación entre su querida Paula y Adolfo se estaba rompiendo
como un espejo.

Cuando se sentó frente a Adolfo este no se inmuto siguió trabajando en su computadora y


revisando papeles, Marcus jamás entendió como era que a pesar de los años conviviendo nunca se
había dado cuenta que Adolfo sentía envidia por Paula, debió de ser obvio desde el primer
encuentro, cuando ella tenía apenas seis años y se conocieron, la apatía entre ellos se había hecho
latente cuando Adolfo dejo cae del columpio a la niña y esta con odio corrió a brazos de Eliseo.

El recuerdo de la voz pequeña de Paula perforaba aun los oídos de Marcus, esta con su carita
surcada por lagrimas se aferraba a Eliseo mientras miraba con odio al chico que aseguraba la había
dejado caer.

-¡Fue el! - señaló con su pequeño dedito a un Adolfo que la miraba con reprobación

-Cálmate querida no llores - Elías trataba de consolar a Paula acariciando sus cabellos amarillo
limón, pero esta no dejaba de acusar a Adolfo

-¡Créeme Eli! - lloraba - ¡él es malo me dejo caer!

-¡Yo no te deje caer chiquilla! - Adolfo quien se destacaba por controlarse ante cualquier situación
sorprendió a todos al alzar la voz y enojarse - ¡Fue un accidente tú te caíste!

-¡No! - grito la pequeña

-Bien tranquilos todos - Elías fue hacia Adolfo tranquilo y este parecía querer asesinar a medio
mundo con la mirada - Bien tal vez se te resbalo el columpio sin querer...

-¡No me dejo caer! - insistió Paula quien al ver que Marcus llegaba después de oír todo el alboroto
corrió hacia él - ¡¿Marcus tu me crees?!

- Adolfo ¿estás seguro que fue un accidente? - Marcus no quiso ofender a su hermano pero este lo
tomo como un insulto cuando vio que Marcus le estaba creyendo a Paula

-No fui yo - afirmo - ella se cayó fue un accidente es mala y malcriada - Paula lo miro con rabia
infantil y este le devolvió la mirada - Estas ¡loca!

-¡Te odio! - Todos se congelaron cuando Paula pronuncio estas palabras, pero al llegar Melchor y
Gaspar todo se calmo y la discusión termino.

Marcus aun tenía grabado ese recuerdo y cuando vio a Adolfo pensó que tal vez ambos decían la
verdad a su manera.

- Creo que esta vez te has pasado de la raya - le dijo pero Adolfo no le hizo caso - Adolfo yo se que
Paula aun no madura y comprende lo peligroso que puede ser estar con un humano, pero la forma
en que actuaste no fue la correcta, le humillaste a propósito y la hiciste llorar como siempre - el
silencio en el estudio solo se interrumpía por los dedos tecleando de Adolfo quien miraba la
pantalla de la laptop sin pestañear - No estoy de parte de ninguno siempre he querido ser justo
cuando ustedes pelean pero ambos son tan cabezotas que siempre quieren ganar y no renunciar a
lo que dicen

-No necesito tus sermones - dijo ácidamente Adolfo

-No te sermoneo como siempre lo haces tú conmigo pero te diré algo - Marcus le miro y solo
cuando estuvo seguro que Adolfo le veía a los ojos le hablo - Si sigues de esta forma ella terminara
odiándote de verdad y cometerá un error del cual nadie de nosotros podrá sacarla - los ojos de
este se mostraban fríos al mirar ceñudo a Marcus - Adolfo no te pido que la ames como nosotros
pero sí que trates de llevarle, ella es una chica y necesitamos comprenderle no hagas que se aleje
de la única familia que tiene, por que a diferencia de ti, Elías y Eliseo, Paula y yo estamos
completamente solos sin algún miembro de sangre familiar

Dicho esto se paro y dejo solo a Adolfo. Este miró su trabajo y se paro para contemplar la ventana
rodeada por campanillas, muy en su interior el sufrimiento se enfrentaba a la realidad, cerca de su
corazón su alma se sentía cansada y necesitada de amor de verdad. Toco el vidrio de la ventana y
comprobó su frialdad, era igual a él, frágil y a la vez frio; no quería demostrar que era un ser falto
de amor, procuro velar por cada uno de sus hermanos, aun por Paula, pero cuando la veía sentía
como si una llama lo quemara, lo enloquecía su manera de hablar, moverse, tocar, hablar, todo en
ella le irritaba desde que vio sus ojos verdes y ese cabello limón.

El desayuno no fue precisamente delicioso contando que solo en la mesa se encontraban Elías y
Vane comiendo, habían decidido tomar sol por lo cual estaban comiendo en el jardín rodeados de
rosas blancas y arboles; hace poco cuando se habían levantado se encontraron con que Adolfo
había salido sin decir a donde iba y Marcus fue a visitar a Baltasar y Melchor, por otro lado Paula
no quiso bajar a desayunar y ahora que se encontraban ambos en la mesa no sabían por que todo
se estaba poniendo muy tenso.

- ¿Cuando viene Eliseo? - Vane mordió la tostada con miel que tenia y mastico lentamente, lo
único que sabían de Eliseo es que se había ido a viajar.

-Mmmmm supongo que no tardara en volver - Elías vestía una camisa blanca a rayas y un pantalón
pesquero, que lo hacían lucir muy relajado al mismo tiempo que tomaba café y miraba una revista
de sociales - se que fue a Egipto así que ha de estar con unos amigos que tenemos por ahí, no creo
que debamos preocuparnos - miro a Vane y está bajo la vista para no ver esos ojos verdes que le
recordaban a alguien - Ellos siempre vuelven - le sonrió

- Mañana partiré a Bélgica - la voz de Vane era nerviosa, Elías parecía comprender todos sus
sentimientos, no dijo nada por un momento como si reflexionara lo que ella decía

- Espera otro día mas - tomo otro sorbo a su café - no quiero que se lleven a Paula está muy dolida
y si como mi intuición me dice espero que Eliseo llegue pronto

-Marcus me dijo algo por el estilo - Vane se acomodo el cabello en una coleta y se quedo mirando
el jardín - Elías no quiero que ustedes sufran por mi culpa
-¿Nadie sufre por los que no ama? - la pregunta la desconcertó - mira querida nosotros te
consideramos familia desde el momento en que Marcus te trajo así que somos responsables de las
decisiones que tomemos

- Entonces esperare otro día - Eliseo dejo la revista a un lado y acaricio su cabeza antes de
levantarse e irse silbando

Paula estaba recostada en su cama, miraba la textura de la colcha y dibujaba mentalmente cada
uno de sus hilos que formaban la estructura, se había parado temprano pero no quiso ver la cara
de Adolfo así que anuncio que no bajaría, por la noche no había podido dormir y se sentía muy
cansada, Merlín le acarició con su cola la mano y ronroneo antes de pasar su cabeza por la de ella,
él era el único que se atrevía a pasar su fortaleza de cristal.

-Merlín eres el único que sabe lo que siento - el gato de ojos azules le miro ladeando su cabecita y
como una sombra negra salto al suelo y se fue de su cuarto en ese momento su iphone empezó a
sonar - ¿Quien? - lo tomo a regañadientes y acomodándose su falda se sentó a revisar el mail que
acababa de llegarle

Su rostro se ilumino por una sonrisa al ver el número y luego el mensaje de aquella persona con la
cual no podía dejar de pensar, respondió en mensaje y este a su vez fue respondido, se rio y brinco
por toda la recamara, danzando por cada contestación, al final se paró en seco arrugo la frente y
luego contesto lentamente solo para escribir dos palabras.

"Te amo"

Dejo el iphone en la cama y se arreglo el cabello en el tocador, tomo un bolso y vio la ventana
como la llave a su salida, tomo aire cuando la abrió de par en par y con mucho cuidado que nadie
la viera salto, al mirar y comprobar que nadie le seguía casi grita al ver a Merlín esperándola, le
sonrió y lo metió en su bolso, feliz miro la mansión y se alejo corriendo a toda prisa. Pero si tan
solo hubiera decidido bajar a tomar el desayuno en su puerta hubiera encontrado una rosa blanca
esperándola con una nota delicada con letras negras en tinta antigua diciendo todo en dos
palabras.

"Lo siento"

Lastima que esa rosa se marchitaría para nunca ser vista.


CAP. 9 MUCHOS SENTIMIENTOS

Ven a mi vida, te espero


ven a mi cielo, te espero
bailemos bajo tus ojos
bailemos bajo tus labios
¿Eres tú mi chica mala?

La motocicleta paro haciendo rechinar las llantas, un olor a neumáticos quemados se despidió por
el lugar y Eliseo se quito las gafas de aviador que llevaba puestas, a primera vista cualquier chica
que lo viera se mordería los labios al contemplarle, era un joven adonis de cabellos rubios, su
silueta masculina se ceñía a través de la camiseta café pegada y jeans ajustados color azul, su
chaqueta caqui lo hacía peligroso y sexy a la vez. Sin embargo sus ojos mostraban bondad, no
había nada de peligroso con contemplar sus ojos verdes era como perderse en un bosque
frondoso y verde, a decir verdad nadie se vería intimidado por esos ojos al conocerle, tal vez fue
por eso que Eliseo sentía que por culpa de su mirada la persona a quien quería proteger no le
tomaba enserio, él la necesitaba pero ella no, él quería protegerla pero ella no quería ser
protegida, con una media sonrisa al verse frente a la mansión blanca descendió de la motocicleta
ágilmente, agarro su mochila de viaje y la colgó al hombro ascendiendo por las escaleras. Cuando
entro en la enorme casa unos ojos cafés amables le sonrieron, el saludo de igual forma.

-Eliseo ¿no pensamos que llegarías tan pronto? - Vane camino hasta el y le saludo con un enorme
abrazo, estaba sola en la recepción así que dedujo que nadie se encontraba en estos momentos

-Vaya es mi culpa por no avisar - Vane oyó su voz apaga y comprendió que aquel chico se hubiera
mostrado más alegre si unos par de ojos verdes llenos de brillo hubieran estado esperando por él

-Ellos no tardaran en venir - Eliseo dejo caer la mochila en la sala cuando llegaron hasta ella, luego
se recostó en el sillón mas grande.

-Y...¿donde está ella? - le pregunto dudoso y ella sabía a quién se refería

-Está muy contenta creo que presentía tu llegada - la verdad era que Paula casi no había hablado
con ella desde la discusión con Adolfo pero como no quería preocupar a Eliseo mejor cambio un
poco el tema - ¡Cuéntame! ¿Cómo te fue?

-Pues viaje mucho - le dijo sonriendo, tal vez recordando - estuve en América y de ahí me fui a
Egipto unos días, la verdad fue una experiencia fabulosa el sentirse libre - extendió sus brazos y los
puso tras de su cabeza - la libertad es lo mejor

-Eso parece

-¿Y qué ha pasado con tu problema? - Vane se remolino en su asiento y por un momento se sintió
tentada a pararse y huir
-Progresando - contesto finalmente

-Ya veo - Eliseo parecía confundido pero su rostro se ilumino cuando una figura femenina delicada
y danzarina apareció -¡Paula! - Vane juraría que casi se cayó al salir disparado a levantar en brazos
la joven figura de la chica de cabellos limón

-¡Te extrañe tanto bobo! - Paula abrazo fuertemente la cabeza de Eliseo mientras depositaba
pequeños besitos por todo su rostro, el chico le lanzo eufórico al aire y esta grito - ¡Eliseo no! -
pero su regaño fue olvidado cuando este la colocó dispensándose por el atrevimiento

-No sabes cómo pensé en ti todo este tiempo - Eliseo acaricio la cara de su amiga y esta a su vez la
de él

- ¿Me has traído algo? - él le miro dudoso aparentando haberse olvidado de algo

-No lo se... déjame ver - tomo su mochila y Paula aplaudió cuando este saco un collar de jade
tallado a mano para mostrárselo con una sonrisa triunfal

-¡Es hermoso! - Paula no dejo de agradecerle cuando él se lo coloco en su cuello, el collar hacia un
perfecto contraste con su vestido azul CHANEL

-Dicen que es digno de una reina - le dijo Eliseo a Vane mientras veían como Paula se contemplaba
en el espejo de la pared

-¡Si ya lo creo! - los ojos de Vane estaba abiertos de la sorpresa - no quiero ni imaginar cuanto
costo

-Ella lo merece - se encogió de hombros y Paula corrió para darle otro abrazo - ¿Te gustó?

-¡Me encanto!

- Es bueno oír eso - Eliseo tomo su mochila de nuevo y saco un paquete más pequeño - bien no
sabía que podría gustarte pero espero aprecies esto - le entrego a Vane quien estaba aun mas
sorprendida un pequeño paquete tallado en piedra ónix, cuando lo abrió dentro se encontró un
dije de una luna

-Muchas gracias no te hubieras molestado

-No hay problema es un placer - el chico se quedo platicando con ambas de cómo les había
conseguido esos regalos

Ambas estaban tan absortas en la conversación que no notaron cuando Adolfo entro en la sala con
Juliette besándole, este se molesto al verles sentados en la sala y ciño las cejas
reprobatoriamente, Paula sintió su mirada y junto con Vane se pararon inmediatamente de los
sillones donde se encontraban escuchando, Eliseo saludo con un movimiento de cabeza a Adolfo y
este le correspondió.
-Es bueno verte de nuevo por aquí - le dijo y Eliseo sonrió - aunque no me explico porque te tomas
la molestia - la sonrisa se desvaneció al instante y los ojos verdes de ambos se confrontaron

-No te preocupes Adolfo vemos que tienes visitas - la acidez en la voz de Eliseo impresiono a Vane
quien apenas sintió cuando este tomo su mano y la de Paula y salían hacia el jardín - ¡Ahí tienes la
sala ahora es toda suya! - grito un burlón Eliseo y la mirada feliz de Paula le contemplo con total
complicidad.

Marcus miró el reloj de la recepción, hace una hora había llegado al Club Moon esperando
encontrar a alguno de sus dos tutores, quería que estos de dieran indicaciones sobre los peligros y
alianzas que podría tener al otro lado de Europa, pero al parecer por lo que le había dicho Martha
ambos habían salido a cumplir encargos importantes así que no le quedo otro remedio que
sentarse y aburrirse con el papel tapiz rojo que adornaba las paredes.

-Marcus ¿Quede té? – la voz de Isabel llamo su atención al ver una pequeña taza de porcelana
pegada a su cara

-Muchas gracias preciosa – Isabel se rio y se sentó en su sillita a lado de él. Marcus resignado tomo
la pequeña taza del juego de té de la pequeña y dio un sorbo a un imaginario té de limón.

-¿Galletas? – le ofreció la pequeña lo que al parecer si era comida comestible

-Si ¿por qué no?- Tomo una galleta y la mastico de un solo bocado - Están bue…

No termino de formar la última frase porque en ese momento entró un Melchor gravemente
herido dando traspiés y cayendo pesadamente sobre la alfombra sacando un gritito de parte de la
pequeña Isabel quien al ver tanta sangre se acurruco junto con Marcus rápidamente llorando, él
la abrazo sorprendido por lo que estaba pasando. No tardaron mucho las demás chicas en venir a
respuesta del grito de la niña, al ver lo que estaba sucediendo empezaron a gritar pero Marcus las
calló con un movimiento brusco.

-Toma a Isabel – le entrego la pequeña a Mía una de las trabajadoras quien se despabilo para
ayudarle - ¿Melchor?

Se acerco poco a poco al hombre tirado y con mucho cuidado le dio la vuelta, el panorama que
mostraba su tutor no estaba en buenas condiciones, tenia golpes y rasguños por todo el cuerpo,
también lo que al parecer eran mordidas profundas en los brazos y un ojo morado en la cara,
señales de una lucha muy dura. Marcus saco de su bolsillo un líquido que le habían dado para
sanar las heridas los Heiligtum y agarrando por el cuello a Melchor se lo dio de un solo tiro para
beber; como era de suponer el lacaión empezó a toser sangre y luego dio unos temblores fuertes,
para luego quedar totalmente inmóvil.

- Esta mue-
-¡No te atrevas a decir eso! – Marcus regaño a Martha la cual se tapo la boca y rezo para que
Melchor volviera en si

-¿Qué diablos sucede a aquí? - pregunto una voz

Todos los presentes voltearon para ver como Baltazar dejaba caer las compras y de un salto se
quedaba a lado de su amigo y compañero de batallas, miró a Marcus el cual lo calmo con un
asentimiento y juntos cargaron a Melchor rumbo a la segunda planta donde se encontraban los
dormitorios. Este aun no parecía volver en si, por lo cual lo dejaron al cuidado de Martha y otras
chicas quienes le empezaron a cambiar y curar sus heridas las cuales ya estaban sanando
rápidamente por el liquido que Marcus le había proporcionado anteriormente. Ambos salieron al
pasillo con un semblante sombrío, la pequeña Isabel se lanzo desde los brazos de Mía a los de
Baltazar, este la consoló con palabras tiernas mientras acariciaba su pequeña cabecita.

-Todo estará bien ya no llores amor – Baltazar miró a Marcus y este pareció entender que debía
dejarlo solo con la niña un momento

- Estaré en la cocina – Baltazar asintió y Marcus se alejo rápidamente algo muy malo estaba
metiéndose con su familia y eso no le gustaba para nada.

Después de unos minutos Baltazar apareció en la cocina sin Isabel, al parecer la había acostado, así
que Marcus quien estaba parado dando vueltas se sentó en una silla del comedor, su tutor le
siguió y se sentó frente a él, cruzaron una mirada asesina con los ojos dorados y luego se
incorporaron sobre su espalda.

-¿Ya volvió? - pregunto refiriéndose a Melchor

-Si – Baltazar hizo unos puños sus manos y los apretó fuertemente – Me ha dicho que no sabe
quien ha sido el que le ataco por la espalda

-¡Maldita sea! – Marcus dio un golpe en la mesa y esta tembló, Baltazar estaba tan irritado como
él así que no le reprendió

-No puedo creer tampoco que alguien sea más fuerte que Melchor

-Fue un Nosferatu

-Si eso es lógico dice que detecto su olor demasiado tarde

-¿Cómo pudo segarlo por el lapso de la paliza que le dio?

-Gaspar esta igual de incrédulo solo alcanza a recordar que alguien le golpeo la espalda para luego
echarle algo en sus ojos

-Es demasiado extraño que suceda justo el día en que vine a pedirles consejo

-¿Consejo?
-Bien – Marcos inclino su silla y se empezó a mecer –la cuentista y yo pensamos viajar a Bélgica
tiene una pista del paradero de Nicolás

-Ya veo

-Quería pedirle información principalmente a Gaspar sobre los peligros que puede haber

-Pero ocurrió esto

-No creo que sea coincidencia – Baltazar asintió apoyándolo – por otra parte… si tu pudieras me
seria de ayuda que me dijeras todo lo referente a la zona a la que iremos

-Marcus sabes perfectamente que Melchor y yo nos hemos separado de nuestra raza para
mantener cierta paz

-Pero Melchor fue herido – la irritación de Marcus iba en aumento al ver el semblante de su tutor
al parecer nada preocupado

-Se que la señorita Marcel en este momento se ha de sentir atrapada – Baltazar reflexiono un
momento – Bien iré con ustedes no me queda de otra

-¿Hablas enserio?

-Por supuesto – Baltazar se paró y Marcus le siguió a la recepción – si mañana partimos será
correcto así tendremos tiempo de abordar en otra parte

-Quieres que paremos en España ¿no? – Marcus abrió la puerta y Baltazar se rasco la cabeza –
Supongo que la cuentista no tendrá problemas aparte la información que consigamos en el club
Salomon´s será de gran importancia

-Nadie más debe venir con nosotros

-Entiendo

-Pero llevare a alguien que estoy seguro estará contento con ayudar – Marcus pareció muy
extrañado por la reacción de Baltazar pero decidió que hacerle un interrogatorio en ese momento
no era adecuado

-Como quieras – se despidió con un asentimiento rápido – mañana nos veremos a las siete de la
mañana partiremos inmediatamente

Cerró la puerta tras de él y Baltazar se apoyo en la pared con los brazos cruzados, miro el suelo
alfombrado por un momento y luego subió al segundo piso donde se encontraba Melchor; este ya
se había recuperado exteriormente y recuperado la conciencia del todo, le platico los planes y
Melchor le apoyo no sin antes advertirle el problema en que ambos se estaban metiendo.
-Si ya me imaginaba que dirías eso – Baltazar cruzó las piernas en la silla y su amigo postrado en la
cama le miro sin un atisbo de duda

-Nicolás es peligroso – le dijo serio - Ambos sabemos hasta dónde puede llegar ese maniático si se
propone hacerles algo

-Es por eso que iré con ellos – Melchor miro sobre su hombre y en el buró de su recamara
contemplo la imagen de él junto con Balatazar y Gaspar cuando eran aun muy jóvenes para saber
los peligros en que se meterían, suspiró resignado y se dijo que aun era muy pronto para revelar
más secretos

-Baltazar se que Gaspar hubiera querido ayudar a esos dos chicos

-Si yo también lo sé

Ambos se quedaron en silencio, pues en el fondo sentían que su tiempo se estaba acabando
rápidamente, no era necesario mirar por la ventana y adivinar en que sus pensamientos giraban
alrededor del destino que ambos tendrían que enfrentar por haber asesinado a un ser importante
muchos años atrás, tal vez fuera una ironía del destino pero tendrían que aceptarlo a su debido
tiempo. Lo más triste es que ambos aun no estaban listos para partir, aun tenían que cuidar de
Isabel.
CAP 10. LA CONVERSACIÓN

¡Oh vida la mía!, aún no se llevar tu ritmo


Despierta en mí tu pasión
Abre mis pasos tocando el corazón
Llena con tu aliento este sentimiento

El cristal empañado por el vidrio mostraba el frío que afuera en la noche corría amenazante tras
los cuerpos mortales. Pequeñas fibras de hielo se formaron alrededor de las yemas de un par de
dedos colocados en la ventana. Los ojos azules más puros se reflejaban tras el vidrio, esperando
una respuesta a sus dudas, ojos viejos que habían visto demasiado dolor ante los años juveniles
que aparentaban su edad y que sin embargo no eran nada más que una simple mascara de
juventud que recubría como cascara un alma vieja y cansada, o tal vez aun demasiado joven como
para darse cuenta que en este mundo no existe más que dos clases de sentimientos poderosos. El
odio y el amor. Sentimientos que desatan las peores y mejores cosas en los seres, no importando
su género, posición o educación.

Daniel no mostro sentirse arrepentido en muchos años de haber sido un vampiro, como todo ser
en un principio no deseo la vida que le había tocado vivir sobre la tierra mortal; quería o mejor
dicho ansiaba morir y dejar el mundo que había mostrado ser demasiado cruel con él, realmente
esperaba ser llevado personalmente por la muerte a una paz tranquila y acogedora. Pero sucedió
todo lo contrario, el deseo de muerte cambio al ser convertido en un nosferatu; su creadora le
había dicho que ese deseo de muerte era lo que lo hizo vivir, y por lo cual lo escogió. Lo demás
simplemente se fue dando poco a poco, hasta que llego a aceptar su nueva vida. Desde el
momento en que la acepto su mundo se cubrió con una manta gris, y sin embargo aquella chica
había roto esa manta y revelado los hermosos colores que la verdadera vida tenía por ofrecer. La
chica le había mirado con su verdadera naturaleza, y había temido de él. Pero a pesar de todo no
podía olvidarla, su mente estaba ocupada al cien por ciento por ella, por su mirada y por su
espíritu. No había pasado inadvertida la marca de la muerte que giraba en torno a ella, como
tampoco pasaba la marca de la fortuna que lo rodeaba a él según decía la reina de los nosferatus,
Eva.

-Aún pensando en la chica – Isaac hablo muy despacio y bajo, apenas se podían distinguir sus
palabras pero para sus oídos esto no era inconveniente

-¿Por qué crees que sigo pensando en ella? – Daniel se volteo de la ventana y miro a Isaac jugando
billar tranquilamente como si fuera un profesional

-Esa expresión jamás te la había visto – dedujo el nosferatu – es la primera vez que veo tu interés
por un humano en ese grado

En ese momento Daniel se dio cuenta que lo que decía su compañero era cierto, su cuerpo juvenil
en apariencia se turbo ante la revelación pero no se molesto en expresarlo. Tomo su lugar en la
mesa de billar y empezó a jugar contra su rival de casa. Isaac había sido convertido cuando apenas
tenía dieciocho años, un año más que él; sin embargo las circunstancias a pesar de tener un factor
común que es desear la muerte se dio en épocas y momentos muy distintos, el creador de Isaac lo
encontró en un puente a punto de tirarse, lo detuvo y le convirtió en ese momento a pesar de las
protestas del chico quien parecía estar totalmente desilusionado de su mundo; fue así que su
creador le enseño todo sobre el mundo nuevo en el cual se adentraría y le entreno para resistir
bien, después de muchos años juntos se separaron cada quien por su parte manteniendo buenos
recuerdos y viéndose ocasionalmente pero jamás volviendo a unirse, fue así que Daniel lo
encontró un día en una sala de cine viendo películas viejas de los años 20´s, al principio ambos se
sorprendieron al verse, se ignoraron y siguieron sin hablarse durante toda la hora que duraron las
películas, pero al final no pudieron resistir la tentación de conocerse, y se hicieron amigos, fue asi
como Daniel empezó a realizar una búsqueda de nosferatus que como él no quisieran vivir solos,
sino en un grupo para compartir normalmente, ya que en su especie los grupos no son muy
frecuentes. Y ahora no estaban solos eran en total siete personas viviendo bajo un mismo techo,
distintos entre sí, a excepción de su condición inmortal y sin embargo eran tan unidos como
cualquier grupo de amigos.

-¡Te gane hermano! Jajajaja – Isaac disfrutó la derrota de su compañero con un salto alegre y
girando sobre si mismo, mientras Daniel le contemplaba con una sonrisa.

Extrañamente Isaac y los demás eran seres de ojos azules como el mar tan intensos y profundos
que daban la impresión de ver a través del alma, su cabello era negro como un pozo sin fondo o un
hoyo negro del espacio, al contrario que Daniel quien poseía el cabello rubio y plateado, además
de que poseía ojos azules en distinto tono mar a ellos. Isaac llevaba puesta una camisa azul oscuro
con mangas rojas que lo hacía parecer muy juvenil y lleno de energía, su estatura era
impresionante para ser un chico que fue convertido en el siglo XIX, él mismo le repetía a Daniel
que muchas de las jovencitas con quien había sido comprometido habían roto lazos con él
alegando que era demasiado intimidante y que hasta su pequeño pero agradable amigo pintor
Henri había bromeado poniéndole el nombre de un monte japonés, “Fuji” y que sus compañeros
se mofaban de eso, pero a pesar de todo su vida era inmensamente feliz, hasta que conoció el
dolor del amor, fuera de eso Isaac no recordaba haber sufrido hambre o privaciones en su vida y
sin embargo antes de saltar pensaba que la muerte era la mejor compañera.

-¡Eh Daniel! Despierta – Isaac le llamo la atención y se sentó en la mesa de juego con un salto ágil

-Bien pagare la apuesta – Daniel quien vestía un traje sencillo de pantalón y chaqueta negros
también salto y se acostó sobre la mesa con los brazos tras la cabeza

-No me diste una respuesta buena

-¿A qué te refieres? – su compañero bufó algo y se bajo de la mesa, fue al minibar y se sirvió un
refresco de cola con cinco hielos, ambos sabían que la comida en ellos no afectaba pero su gusto
por ella jamás había menguado aun después de convertirse, lo que era lo mejor era que los
sabores aumentaban en su paladar unas diez veces más, claro que si contaban con lo extra picante
sí que era algo incomodo.

-Daniel te gusta la chica esa a la que llaman “la cuentista”


-¡Estas que alucinas!

-¡Já! Te gusta – le señalo divertido Isaac mientras bebía su refresco

-¡Por favor es una humana! ¡Jamás me he interesado por una!

-Pero esta es distinta ¿verdad? – el modo en que Isaac alzo la ceja de modo irónico irrito a Daniel

-¡No!

-¡Sí! - Estaban a punto de empezar una discusión para saber quien tenía la razón cuando entraron
al cuarto de juegos Elena y Ester, las gemelas.

-¡Ora! ¿Por qué tanto jaleo chicos? – pregunto Elena mientras iba a sentarse a lado de Daniel en la
mesa de juegos, este le sonrió amablemente cuando ella le dio un beso en la mejilla

-Es este que no quiere aceptar algo – dijo Isaac mientras Ester le quitaba su vaso de refresco y se
lo terminaba - ¡Hey! ¡Eso era mío!

-No seas malo Isaac – le regaño la chica quien también fue hacia Daniel y se sentó a su otro lado y
de la misma forma que su hermana saludo con un beso

-¿Chicas que sucedes que hacen aquí? – les pregunto Daniel viéndolas vestidas listas para ir a
bailar - ¿Por qué no se han ido? – Ellas sonrieron pícaramente y miraron a Isaac

-Es que veníamos a invitarlos – dijo Ester

-Se ven tan aburridos – añadió su hermana – Paris es más divertido cuando salimos los seis

-Pero ahora dos del grupo se han ido a Inglaterra – se quejo Ester

-Y Crow no hace otra cosa que esquivarnos – alegó con una pataleta Elena – es como si cada uno
hubiera decidido ponerse en su papel de “déjenme con mi ego”

-Chicas son muy exageradas – ellas se hicieron ofendidas a Isaac el cual se oculto tras el minibar
para que las bolas de billar no fueran a dar en su cara

-¡Menso! – dijeron al mismo tiempo

-Bien, bien, bien – Daniel les quito las siguientes bolas de billar y les miro tranquilo – iré con
ustedes pero prometan no buscar problemas

-¡Querido! – Dijo Elena tapándose sus labios de corazón – los problemas no los buscamos

-Ellos nos buscan a nosotros jejeje – se rió Ester


Las gemelas eran la alegría en el grupo que formaban. Elena y Ester habían sido convertidas en los
años 20´s por una nosferatu muy antigua y elegante, fueron elegidas por ella al verlas maltratadas
por su padre quien las obligaba a actuar en un cabaret como cantantes y bailarinas, aunque tenían
solo diecisiete años cuando fueron golpeadas hasta casi matarlas por el enorme patán, el deseo de
morir en ellas era lo único que les quedaba, al ser ingresadas en un hospital la nosferatu les había
cambiado y se las había llevado para convertirlas en unas bellezas mortales. Ambas tenían las
características de una mujer de esa época, cabello negro y corto hasta la sien, labios de corazones
pequeños y delicados, y ojos misteriosos los que les daban un toque de mujer fatal que se
manejaba por entonces en aquellos años. El encuentro con Daniel e Isaac fue repentino, ellas
actuaron en la mansión de un importante inversionista y cuando sintieron la presencia de
aquellos les siguieron como lapas o abejas a la miel, Daniel pidió permiso a su creadora de
cuidarlas y ella quien para entonces ya tenía una pareja establecida le otorgo su cuidado, las
gemelas desde entonces eran fieles seguidoras de Daniel, al cual lo veían como a un padre, a pesar
que no parecía mayor que ellas.

-Si las sigues consintiendo no me dejaran en paz – se quejo Isaac quien era el constante blanco de
las locuras de esas chicas

-Isaac ven ¡vamos! – Ester se agarro a su brazo y este suspiro – ¿Es que no estamos bonitas para
que quieras salir con nosotros? – Isaac las miro apreciándolas, llevaban un conjunto igual para su
juego de la noche, un vestido corto en negro y azul, con piedras preciosas como joyas que
adornaban su cuello y manos, además de una diadema con diamantes, eran bellísimas sin dudar.

-Ok – se rindió

-¡Perfecto! – Gritaron emocionadas – los vemos en la entrada chicos apúrense – y salieron dando
pasitos agiles y delicados. Luego que cerraron la puerta Daniel se sacudió la tiza de las manos y
miro que Isaac no iba a dejar de insistir.

-Isaac…

-No hace falta Daniel – se encogió de hombros – si no quieres decir nada no te obligare – abrió la
puerta y se fue

-Daniel no crees que es hora de que aceptes tus sentimientos – Daniel se quedo helado al
reconocer la voz de hombre quien era el padre de su creadora

-¡Asmodeus! – El hombre que estaba sentado en la silla de estar le sonrió mostrando sus afilados
colmillos - ¿Qué haces aquí?

- ¡Vaya! ¿Acaso tu abuelo no tiene derecho a visitarte? – Daniel se hinco a modo de saludo
respetuoso y luego se paró para enfrentarlo a los ojos. Asmodeus realmente era un ser aterrador,
no era precisamente su físico, al contrario era un ser tremendamente bello, su cabello corto color
caoba brillaba sanamente, sus ojos miel tirando a amarillo le daban un aspeco felino seductor, no
tenia barba ni parecía un hombre anciano, sino uno de treinta y tantos; pero aun asi era un ser
antiguo y poderoso, Daniel no sabía que tan viejo pero su presencia anunciaba poder y autoridad.
Digno de temer.
-¿Qué quieres de mí? – le interrogo antes que Asmodeus pudiera formularle algo.

-Tu madre o mejor dicho tu creadora me dio permiso para hablar contigo – al decir esto Daniel
hizo una mueca, Asmodeus gustaba de jugar de esa manera con su creadora y él, mientras que se
metía en sus vidas.

-Que yo sepa – Daniel se sentó al otro lado – Elizabeth no me necesita para nada

-¡Oh no querido! – le dijo haciendo señas que se calmara – ella se encuentra muy bien de hecho
te manda sus saludos

-¿Entonces?

-Yo tengo que hablar contigo – el rostro de Asmodeus no le daba buena espina pero Daniel tenía
que escucharle, por ser un mayor era el poder que tenia sobre él – Quiero hablar sobre esa chica
en la cual no puedes dejar de pensar, me refiero a la señorita Vanessa Marcel

-¡¿Qué?! – Daniel casi se cae de la silla pero se recompuso, no entendía como Asmodus pudo
averiguar algo sobre la chica

-Como oyes – Asmodeus vio sus uñas largas por un momento, sonriendo de oreja a oreja y luego
se acomodo la capa roja que llevaba consigo – Apuesto a que quisieras saber donde se encuentra
en este momento

-No me interesa – Daniel se puso lo más frío en su tono pero Asmodeus era demasiado astuto para
dejarse engañar

-Entonces no te importara que ese hombre lobo le mate – sonrió al ver la reacción de alarma en
los ojos de Daniel - ¿No me digas que no sabias? – Daniel lo escudriño pero este le sonrió
ingenuamente – La chica está en grave peligro en manos de esos hombres lobos

-¿Cómo lo sabes? – Asmodeus le indico que se calmara y asintió viendo que sus palabras tenían un
perfecto efecto en Daniel

-Ella tiene un don especial – este parecía muy relajado cuando empezó a tejer su telaraña – un don
que les está sirviendo a los Laicaions y que le matara en un futuro cercano

-No comprendo

-La señorita Vanessa te necesita Daniel

-Si la señorita esta con ese grupo de laicaions yo no puedo hacer nada

-Pero que equivocado estas – Asmodeus le lanzo una mirada reprobatoria – yo pensé que te
interesaba

-No me interesa – mintió Daniel pero Asmodeus era demasiado viejo y listo para él
- Daniel, Daniel, Daniel – e dijo y con un movimiento rápido se puso tras de él para susurrarle en su
oído - ¿y si es ella a la cual has estado esperando?

-¡No! – Daniel se paro alarmado y fue hacia el minibar apoyándose en la mesa de servicio – Ella –
le señalo - tu amada me dijo que la indicada para mi seria una nosferatu, así que estas
equivocado

-No lo estoy – Asmodeus se rio cómicamente – dime si no se convertirá en uno de nosotros


después que le conozcas – dedujo – así se convertiría en uno de nosotros y lo que ella, mi amada
dijo se cumpliría

- Tu amada no creo que haya querido decirme eso

-Mi amada es mas lista de lo que un pobre e ingenuo nosferatu puede pensar – le regaño
Asmodeus

-Como digas – Asmodeus detecto que sus palabras estaban empezando a significar algo para
Daniel

- Daniel tu sabes que te aprecio – se acercó a él y le tomo por el hombro como señal de
fraternidad – eres como un hijo para mi

-Entonces déjame en paz

-Escucha – le volteo hacia sí – te daré un consejo que espero que sigas por qué será lo único que
pueda algún día salvarte – Daniel estaba tan irritado que no quería seguir oyéndolo así que se zafó
de su agarre pero Asmodeus se acerco a su oído para depositar las palabras de la tentación -
¡Llévatela contigo!

-No estás hablando enserio – Daniel le miró sin creerse lo que Asmodeus le estaba aconsejando

-Hablo muy enserio querido

-Es una humana no entra en nuestro mundo

-Pero si ella es para ti y su don nos pueda servir entonces tienes que traerla contigo

-¿Conmigo?

-Si – Daniel empezó a caer poco a poco en la trampa y palabrería de Asmodeus - solo tráela y yo
me encargare del resto Daniel

-¿Lo harías por mi? – pregunto Daniel incrédulo a lo que escuchaba

-Claro que si

-Yo…no se – dijo dudoso


-Solo dime si lo harás – Amodeus se alejo un poco – y si te decides solo háblame

-No te emociones – Daniel lo escudriño y formulo otra duda que tenía en la punta se su lengua -
¿Dónde está ese maldito de Nicolás? – Asmodeus le sonrió como el que no sabe y Daniel supo que
este protegería a Nicolás porque al fin y al cabo era su creador

-Nicolás se encuentra en el lugar que ya sabes – le confirmo Asmodeus – donde viajamos cada
cierto tiempo

-El ha cometido muchas estupideces

-Aun así le protegeremos – le miro peligrosamente Asmodeus con lo cual Daniel supo que si
intentaba algo contra Nicolás no viviría para contarlo – Y tu como su primo de sangre nosferatu
tiene que ser fiel a él

-Él hace difícil una convivencia

-Nicolás es como un niño – sonrió Asmodeus – si le tratas con odio jamás te vera como su familia y
ambos seguirán atormentando mi casa

-Cambiando de tema – Daniel se sirvió un jugo mientras Asmodeus se sacudia la capa para
retirarse - ¿Cómo está tu amada?

-Sigue durmiendo – suspiro Asmodeus refiriéndose a su eterna compañera – aun no es tiempo de


que despierte – un escalofrió recorrió la espalda de Daniel, aquella mujer solo lo había visto una
vez pero había sido tan aterradora que jamás quiso volver a encontrarse con ella, ajeno a los
pensamientos de Daniel, Asmodeus concluyo como un enamorado total – Si pudieras verla –
suspiro – es tan bella como las princesas de los cuentos – luego una mirada maligna cruzo los ojos
de Asmodeus – una princesa oscura mi querida amada

Como si fuera aire Asmodeus desapareció dejando a un confundido Daniel. Ya había sembrado la
semilla solo debía esperar a que germinara y diera frutos por sí misma. Daniel sabía perfectamente
el por qué del interés de Asmodeus pero su mente muy en el interior al igual que su corazón
estaba agradecido de que haya sido capaz de ver a través del alma de Daniel. Lentamente tomo el
jugo que paso por su garganta raspando su interior y para cuando Isaac entro de nuevo al cuarto
de juego Daniel se había ido dejando una nota que decía:

“Fui a ver la Luna. Llama a Verónica”

La sonrisa de Susana demostraba total dominio sobre la situación, se hallaba jugando con Teo el
cual se entretenía coloreando con sus crayolas su libro de dibujos. Ambos habían viajado a salvo
hasta Bélgica y se hospedaban en un hotel lujoso en la gran ciudad, salían durante las noches para
entretenerse y durante el día para comprar; Teo crecía como una plantita con sol y descanso,
Alaska se encargaba que nada les faltara y verificaba por si había espías de otros clanes nosferatus
o familias de laicaons por esos lugares, hasta ese momento habían pasado desapercibidos.
No fue difícil para Susana sentir la presencia de Nicolás aparecer tras de ella, por muchos años
ambos se habían acompañado al punto de conocer los movimientos exactos del otro, no había
sentimientos o secretos ocultos que el otro no se diera por enterado. Se volteo lentamente y lo
contemplo parado en la puerta con un aire amenazante, era más que obvio que no le agradaba ser
engañado o dejado de lado en los planes de ella.

-Bienvenido seas querido – Nicolás le miró ofendido y Teo alzo su mirada, su sonrisa se acrecentó
al ver al que creía su padre, de un salto se levanto y corrió gritando hasta ser acogido en los brazos
de Nicolás

-¡Papá! ¡Papá! ¡Te extrañe mucho! – decía el pequeño mientras le abrazaba y recibía caricias de
parte de Nicolás el cual sonreía con extraña amabilidad

-No era mi plan separarnos Teo – el niño le vio sorprendido pero Nicolás no le explicaría lo que
cruzaba por su cabeza – A partir de ahora te prometo que siempre estaremos en contacto

-¿Siempre? – le contesto Teo y Nicolás beso su cabecita, luego tomo algo parecido a un collar con
un tubo plateado colgando de el

-Este artilugio de protección cuidara de ti – le explico al niño – y me dirá exactamente donde te


encuentras – al decir esto lazo una mirada extraña hacia su hermana – Nunca te lo quites

-¡No! Jejeje – Teo se volteo y se lo enseñó a Susana la cual asintió

-Ahora quiero hablar con tu madre un momento – Nicolás tomo la manita pequeña de Teo y lo
condujo hasta la puerta de salida – ve a jugar con Laura un momento – Teo miró de nuevo a su
mamá y parecía dudoso – Laura está ansiosa por verte anda se bueno

-Si… - el niño le dio adiós a su mamá con su manita y se fue cuando Nicolás cerró la puerta tras él

-Bien – Nicolás apoyo su cabeza en la puerta y empezó a chocarla varias veces - Quiero que me
expliques porque tomas decisiones por ti sola – objetó irritado, Susana tomo asiento en el sillón de
la sala sin inmutarse

-No se supone que deberías estar donde te dijo Asmodeus – le recordó ella

-¡Susana! – Nicolás le miro con sus ojos azules chispeantes de enojo pero ella le enfrento de igual
forma - ¡No intentes estupideces! – dijo mientras la tomaba por el cuello amenazante

-Yo no estoy traicionándote – le aclaró ella pero Nicolás estaba demasiado enojado – Como ves
Teo no esta desaparecido así que cálmate

-Quiero aclararte algo – la sacudió por el cuello – ese niño es la clave para que Vane venga a mi –
Susana se tenso al oír sus palabras – Y si tengo que pasar por encima de ti lo hare hermanita

-¿Enserio?
-No me tientes Susana – Nicolás aflojo su mano y acaricio su cabello castaño – Dime si yo decidiera
decirle a Teo la horrible verdad ¿Qué pensaría te ti?

-¡No te atreverías! – Susana le quito su mano y le desafió pero Nicolás la inmovilizo de nuevo
contra el sillón

-Él es mío recuérdalo bien – anuncio a su oído – no me importa que tanto le quieras proteger, él
solo está aquí por una razón

-Si tú lo dices – Nicolás le sonrió satisfecho y se quito para sentarse en el otro sillón, estiró su
cuerpo elegante y joven y empezó a tararear una canción - Nicolás no deberías estar con nuestro
creador

-Asmodeus no sabe que estoy aquí – le dijo sonriendo – pero no creo que se enoje – Susana se
froto el cuello y le miró resentida – No te preocupes hermanita los hematomas desaparecerán
pronto

-No te preocupes – se levanto y camino a la puerta – Voy a ver a Teo

-¡No! – la orden de Nicolás fue dicha con tal autoridad que Susana tuvo que pararse en seco – ven
hermanita – extendió sus brazos hacia ella – quiero un abrazo

-No te lo mereces – le dijo malhumorada – después de tu teatrito de hoy

-¡Ven he dicho! – Grito Nicolás y Susana tuvo que obedecer. Caminó hasta él y se sentó a su lado

-Buena chica – Nicolás se sentó y le abrazo al igual que ella, luego desplego sus colmillos y los
encajó en el cuello de Susana, esta se sobresalto por el ataque personal pero luego se relajo;
espero hasta que Nicolás se sació y le dejo descansando en el sillón – hermanita – la tomo de la
mano antes que se fuera

-¿Si? – Susana le miro y a pesar de toda las discusiones que ambos ocasionaban siempre estaba el
hecho de ser hermanos, un lazo tan fuerte que no se había roto en el tiempo

-Esa noche – le recordó – cuando mataron a papá, mamá y a nuestras hermanas

-No recuerdes eso – Susana acarició su cabeza tiernamente – es el pasado déjalo ir hermano

-Esa noche prometí venganza a sus cuerpos

-Lo sé – ella igual había prometido eso

-Ellos deben morir, todos – Nicolás cerró los ojos antes de quedarse dormido– Y yo me encargare
de que si no mueren sufran por el resto de su existencia

-Es por eso que la quieres a… ella – refiriéndose a Vanessa


-Si la quiero – Nicolás se durmió y Susana besó su frente. Luego caminó hasta entrada y abriendo
la puerta lo observó con detenimiento, pues cualquiera que viera a su hermano en ese momento
pensaría que es un joven Endimión.

-No te preocupes hermano – dijo en voz baja – la tendrás


CAP.11 CARA A CARA

Despierta mis bajos instintos


Seduce mi cuerpo con tus labios
Estremece mi corazón hasta hacerlo llorar
Y vuelve a mi bailarina de cristal

El aeropuerto de la ciudad de Madrid era muy ruidoso, Vanessa se emocionó de encontrarse en la


madre patria y cuando Baltazar le señalo la ciudad por la ventana del avión no daba crédito a la
belleza de tal lugar, era tan mágica e histórica, una joya del viejo mundo, develada por secretos y
leyendas. Marcus tomo su mano sin ningún temor y junto con sus acompañantes caminaron
rumbo a la entrada donde tomarían un coche que los estaba esperando. Contemplo la espalda
ancha y fuerte de él y cuando pego su nariz a la chaqueta que llevaba puesta suspiro su aroma a
colonia y madera, le gustaba ese olor tan tranquilizador y lleno de fuerza, describía perfectamente
a Marcus.

-No se siente cansada señorita Marcel - Vane volteó rápidamente respondiendo a la voz que le
llamó y sonrió a Beth quien parecía muy emocionada

-No se preocupe me encuentro perfectamente

-Beth ¿tu como estas? – la voz de David hizo que ambas voltearan, él las miró pero fijo la atención
en su esposa, esta le indico que estaba bien y siguieron avanzando

-Gracias por acompañarnos en este viaje señor David – Vane quería agradecer en especial a ese
hombre pues resulto ser que David tenía contactos profundos en Bélgica y su ayuda resultaría
beneficiosa

-No le agradezcas cuentista – Marcus hablo desconfiado y nada contento – Nos está ayudando
para servir de chivo expiatorio con los de la Aemilia

-¡Marcus! – lo regaño Vane pues no le gustaba el tono que estaba empleando con sus
compañeros

-Bueno ya basta – Baltazar quien veía un folleto de viaje les dijo que se detuvieran – Creo que iré a
comprar los boletos de viaje a Bélgica, seguro haremos escala en alguna parte así que entre más
pronto averigüe que hacer más rápido partiremos
-De acuerdo – apoyo Marcus – nosotros iremos al club Salomon´s nos veremos ahí

-Si no hay problema – se despidió – Cuídate mucho querida – beso en la mejilla a Vane y Beth,
mientras que con un apretón de manos de Marcus y David

-¿Llevaras a la chica al club? – le pregunto David a Marcus cuando empezaron a caminar

-Si

-No es un lugar para humanos – miró a su mujer y esta se encogió de hombros

-Si lo deseas puedes dejar a Beth en el hotel – lo miro por encima del hombro – pero la cuentista
viene conmigo

-¡Yo tampoco dejare a Beth! – y cuando dijo esto tomo la mano de su esposa apretándola contra
su pecho

-Ya decía yo jejeje

Al llegar a la entrada un joven conductor les saludo, les mostro el auto donde se transportarían y
abrió la cajuela del auto para meter el poco equipaje que traían consigo. Subieron al auto y se
trasladaron al hotel en uno de los lugares más conocidos de la ciudad. Al llegar a la recepción el
gerente que estaba atendiendo a una pareja en ese momento noto su presencia y con una sonrisa
les dio la bienvenida.

-Mucho gusto señores – saludó – ¿Desean registrarse?

-Si o ¿Por qué otra razón estaríamos parados en su lobby? - le respondió Marcus haciendo que el
señor se pusiera colorado, Vane piso con su maleta el pie de Marcus y este la miro ceñudo

-Disculpe usted señor es un inexperto en esto jejeje – el gerente le sonrió a ella y prefirió hacer el
acuerdo con cualquiera menos Marcus

-Desean dos habitaciones ¿me supongo? – dijo y Vane miro a sus acompañantes, luego se volteo y
asintió – bien los registro aquí como parejas y…

-Espere un momento – Vane empezaba a ver un problema, el gerente paro de teclear se volteo
hacia ella

-¿Si señorita?
-¿Parejas? – Le dijo ella nada contenta, él asintió – lo siento pero nosotros no somos pareja – le
señalo a Marcus y ella – si acaso nos hablamos pero…

-Bien ya basta – la calló Marcus

-¡No! ¡Yo no voy a compartir mi cuarto contigo! – se quejo Vane y el señor vio venir una discusión

-No seas virginal a estas alturas ¡por favor! – contesto Marcus lo cual la hizo ponerse roja de coraje

-Para tu información saco de pulgas ¡soy virgen! – grito y en ese momento deseo desaparecer de
la tierra, al ver la expresión de sorpresa de todos los presentes en el lobby quienes la miraron
divertidos y otros inclusive parecieron estudiarla extrañamente

-Chicos tranquilícense – Beth rompió el silencio incomodo y sonrió al gerente que mostraba cara
perturbada – Señor los cuartos no cambiaran déjelo así – Vane iba a protestar de nuevo pero Beth
le calmo – Yo dormiré contigo y mi esposo junto con los otros dos cabezotas podrán descansar en
el otro cuarto

-Si gracias Beth – dijo una Vane muy apenada

-Que niña – le susurro Marcus al oído

-Que menso – le respondió igualmente

Luego de pasar a descansar un poco se dirigieron al Club Salomon´s. Marcus le contó a Vane que
ese lugar era espacial, pues no había sitio más seguro que ese; todos los seres habían acordado
mantener la paz pisando ese sitio, nadie expondría el lugar cometiendo asesinatos a sus
alrededores o creando discusiones, quien lo hiciera se vería juzgado inmediatamente por el dueño
y encargado en ese momento del Club. Solo ahí se podía obtener comida de cualquier clase,
descanso y ayuda médica para quien lo solicitara y tuviera los medios con que pagar, aceptaban
toda clase de pagos, inclusive el trueque era bien visto. David menciono que los que trabajaban en
esos lugares eran seres humanos espaciales, los cuales podían convivir con toda clase de seres y
adaptarse para el total y cómodo servicio de cada cliente.

-¡Vaya! Jamás me imaginaria que existieran humanos así – Vane caminaba a través de un pasillo
húmedo y oscuro, Marcus la iba guiando en la oscuridad, mientras que David y Beth seguían sus
pasos de cerca.

-Hemos llegado – declaro Marcus. Vane se asomo por un lado de su costado y vio una puerta
normal, tal vez un poco sucia pero el color negro contrastaba tan perfectamente con los números
plateados que formaban trece otorgándole un aire seductor y misterioso. Marcus dio unos
golpecitos en la puerta y una voz dura y rancia contesto a su llamado.
-¿Quién fue el rey más sabio? – pregunto

-Salomón – contestó Marcus. Y así sin más la puerta se abrió rápidamente dejando ver un pasillo
mediamente iluminado y a un hombre que vestía una chaqueta negra con un reloj colgante.

-Sean ustedes bienvenidos al Club Salomon´s – E hizo una reverencia respetuosa – Síganme por
favor

Los cuatro siguieron al individuo quien los llevo por unas escaleras retorcidas hasta un salón
iluminado con velas de todos los tamaños; Vane se sorprendió al ver que en lugar de mesas y sillas
normales había cojines que la hacían a la vez de camas, con un velo que cubría en dados casos el
interior. Las que al parecer eran meseras del lugar caminaban rápidamente y con suma gracia
entre cada uno de estos conjuntos, atendiendo a los clientes que eran una variedad de seres
enigmáticos y a la vez tan peligrosos que era de admirarse que en vez de salir corriendo y gritando,
les hablaran con amabilidad y suma cortesía. Una de las chicas vestida de verde se acerco a la
señal del hombre y presento una sonrisa efusiva, por la mirada que le dedicaba a Marcus, Vane se
imagino que él seguro era uno de los clientes favoritos.

-Síganme si son tan amables – al llegar a sus asientos correspondientes les entrego una servilleta
de seda con inscripciones en diferentes idiomas - ¿Qué desean ordenar? – y saco una anotadora
electrónica – Hay un descuento en los vampiritos y los wiski dobles

-Dos Wiskis por favor – ordenó Marcus

-Yo no quiero eso – le dijo Vane pero él ni siquiera pareció oírla

-Podrías decirle a Salome que la estoy buscando – la chica miro a Marcus sonrió aun más y le guiño
un ojo antes de retirarse

-Yo no quería un wiski

-No vas a tomar nada solo es para aparentar – Marcus estudio el lugar y luego agrego a David – si
Nicolás tiene informantes es seguro que esperen que lleguen cinco personas a este lugar

-Entiendo – David se paró junto con su mujer – nosotros nos sentaremos en otro lugar con su
permiso señorita

-Cuidado chicos – Beth siguió a su marido y ambos se sentaron en otro lugar más retirado y oscuro

-Bueno ahora…- Marcus se paro del cojín y corrió el velo que cayó como una cortina roja y semi
gruesa alrededor de los dos – listo ahora es más seguro
-Sabes no creo que por qué corras unas cortinas no nos vayan a atacar – dedujo ella. Marcus la
miro con los ojos muy abiertos al parecer acababa de decir algo ilógico

-¿No oíste lo que te conté? – Le pregunto fastidiado – Nadie debe atacar dentro del Club aquel
que lo haga estará expulsado

-¡Ahhhh! – Vane se puso colorada, era más que obvio que le faltaba mucho por aprender -
¿Entonces por qué? – Antes de que terminara de decir algo más Marcus le besó.

Ella se quedo quieta por la impresión en un primer momento, jamás se imaginaría que Marcus
fuera a hacer algo tan loco como aquello pero se aclaro luego cuando la tomo por la cintura y la
acercó más a él. Vane trato de soltarse y evitar que le besara, pues odiaba que la tocara sin su
consentimiento pero los labios de él eran demasiado tentadores, exigentes y llenos de pasión
escondida, algo a lo que ella no podía decir no, sin embargo unió todas sus fuerzas para retirarse
un poco y verlo reprobatoriamente.

-¡Que rayos te sucede! – le dijo enojada pero sin alzar mucho la voz – Nos está viendo todo mundo

-¡Ah-ah! Las cortinas están cerradas – le sonrió traviesamente Marcus para luego volverla a besar
- ¡vamos! Yo se que te gusta al igual que a mi ¿me equivoco? – le dijo mientras besaba su cuello

-Bu-bueno…no es desagradable – Vane estaba muy nerviosa y completamente roja – pero no es


correcto – lo quiso alejar otra vez pero él le siguió besando

-¿Entonces? – pregunto dirigiéndose a sus labios de nuevo

-Tú lo prometiste - le recordó. Y eso fue como un balde de agua fría que cayó sobre él, la soltó tan
rápidamente como si fuera algo indeseable que Vane tuvo que morderse la lengua para no criticar
su falta de delicadeza, pues al fin y al cabo ella tampoco había pensado en su opinión.

-Como gustes cuentista – el tono que uso para referirse a ella le entristeció era lógico que
estuviera enojado. Las cortinas se descorrieron en ese momento y frente a ellos apareció una
mujer vestida con un hermoso traje azul y coleta.

-Muy buenas noches Marcus el León – saludo. Luego posó sus ojos en Vane y le miro al principio
sorprendida pero después asintió respetuosamente – Sea bienvenida. Mi nombre es Salomé

-Gracias – Vane se acomodo en el cojín y cuando volvió a mirar a la mujer está ya estaba sentada
al lado de Marcus y otro individuo entraba a prisa. Baltazar.

-Es un honor recibir la visita de tan galantes caballeros – les dijo la mujer – supongo que están aquí
por información
-Si – contesto Marcus – ¿podrás dárnosla en tres horas? – pregunto y la mujer miro hacia un lado
como estudiando el tapiz de cada cojín – también queremos armas - Marcus sonrió antes de
pronunciar las últimas palabras que convencerían a Salomé – Pagaremos generosamente

-¡Por qué no lo dijiste antes! – La mujer aplaudió y se froto los anillos – Tendrás tu información y
las armas en menos de una hora

-Gracias – Baltazar reverencio respetuosamente y ella le correspondió de igual forma

-¿De quién o de que es la información a conseguir? – pregunto levantándose y abriendo el velo


antes de salir

-Nicolás el Vampiro – pronuncio Marcus. Vane captó inmediatamente cuando Salome se ponía
rígida y miraba alarmada a Marcus

-¿Sabes con quién te metes cariño? – preguntó

-Ya tenemos el placer de conocerle

-Bien supongo que así son las cosas – encogió sus hombros y se fue.

-Salomé es demasiado lista – le dijo Baltazar a Marcus – tendremos que pagarle muy bien para que
no abra la boca con otros espías

-Si ya tengo eso cubierto – Marcus saco un anillo de oro blanco con un zafiro enorme en forma de
estrella – Esta es una reliquia familiar así que lo verá como un pago justo

-¡No! – Vane le quito el anillo de sus manos y lo trajo junto a ella – Marcus esto es de tu familia ¡no
voy a permitir que regales algo tan valioso por causa mía!

-Escucha cuentista – Marcus la tomo de los hombros y la obligo a verle a los ojos – yo decido que
hacer con lo mío – le dijo serio – Mi familia jamás me perdonaría anteponer una joya que puedo
recuperar algún día a la vida de un inocente – Vane le vio con lagrimas en los ojos, ella sabía bien
por quien lo hacía – Hagámoslo por tu hermano – Ella asintió. Marcus le quitó el anillo y para
cuando Salomé volvió con su información le fue dado el pago.

Paula al otro lado del mar suspiraba felizmente contra el pecho de Pablo, mientras escuchaba con
los audífonos de este una canción que él le había dedicado. Estaban tumbados en el pasto de uno
de los jardines más famosos de Inglaterra a lado de una estatua muy conocida; su encuentro había
sido acordado discretamente, ya que Paula tuvo que salir a hurtadillas para no ser seguida y evitar
posibles escenas de parte de sus hermanos. Ahora entre los brazos de Pablo quien tarareaba la
canción y acariciaba su cabello se sentía la chica más afortunada del mundo. Y también la más
enamorada.

-Ya término la canción – le dijo quitándose los audífonos y entregándoselos a Pablo el cual se los
puso al cuello

-¿Y qué dices? – le pregunto dudoso y apenado - ¿te gustó?

-¡Me encantó! – ella lo beso en los labios tiernamente y él sonrió ante su caricia – Especialmente
porque lleva mi nombre “Paula”

-Si lo suponía jajaja – la risa de Pablo era como miles de burbujas reventándose; no pudo resistirse
y le dio otro beso al cual el correspondió con más entusiasmo que el anterior

-¿Cómo dices que se llama el grupo? – se acomodó su cabello y se sacudió el pasto cuando él la
levanto del suelo

-Zoé – le dijo al oído

-La letra me gusta mucho es tan desgarradora y…- junto sus manos en forma de corazón y vio a
Pablo – a la vez le dice a ella cuanto la ama y que desea no haberla lastimado

-Si…Paula – Pablo se acercó a ella y le abrazó – es exactamente lo que yo siento por ti cada vez que
te vas – bajo su rostro y sus labios se fundieron - ¿Dónde vas?

-Jejeje tengo que regresar pronto – ella toco su nariz con la suya – se pondrán histéricos sino me
ven en la cama

-Te llevo – señaló su moto. Paula le miro nerviosa y se agarro su cabello en señal de desesperación

-No creo que sea buena idea

-Aun no me quieres contar tus secretos ¿verdad? – Pablo la abrazo por detrás y beso su oreja – Te
amo Paula

-Todavía no – ella se separo delicadamente y caminó rumbo a la avenida – Nos vemos mañana

-Vale – Pablo la miró tomar su mochila y ponérsela, para luego caminar lejos de él – te amo
demasiado Paula – fue en ese momento que la cabeza de el gato negro de ella se asomo y lo miró
con sus enormes ojos azules - ¿Qué eres tú? – preguntó Pablo pero el gato solo saco la lengua
perezoso y se volvió a esconder

Pablo se volteo y recogió su mochila, agarró su casco y lo llevo en el brazo hasta llegar a su moto la
cual estaba apoyada en una banca no muy lejos. Pero al llegar sintió la presencia de algo tras de él,
se volteó rápidamente y contemplo a una hermosa mujer de cabello negro y ojos azules que lo
miraba enojada y reprobatoriamente. Pablo suspiro cuando esta le ordenó con un dedo de su
mano que se acercara a ella, dejando sus cosas de lado obedeció resignado hasta llegar a donde
ella se encontraba con las manos en jarra esperándole impaciente.

-¿Ya te cansaste de jugar? – le dijo con sus delicados y abundantes labios rojos

-¿A qué te refieres? – se hizo el disimulado

-Te he visto con esa….

-Se llama Paula – la vio amenazante, incitándola a llevarle la contraria

-Estas en graves problemas niño

-Yo no veo ninguno, lo siento – Pablo se empezó a alejar pero la mujer lo detuvo increíblemente
rápido colocando una mano sobre su hombro

-Es imposible lo que sientes – le dijo con desprecio – si ella se entera te odiará

-Ella me ama

-¡Já! Te ama – se burlo - ¿Te ama? ¿Estás seguro? Ya veremos cuanto tiempo dura su encanto

-Si – Pablo se soltó de su agarre y se monto en su motocicleta - ¿Vienes? – Le dijo entregándole el


otro casco - ¿o te dejo a contemplar la luna?

-¡Mocoso estúpido! – le regaño pero aun así se puso el casco y ambos se alejaron en la noche.

Llegaron a Bélgica en horario nocturno casi llegando el amanecer. Vane estaba tan cansada que
casi no podía estar en pie, las horas sentada en el avión le habían destrozado sus piernas y la
espalda; para que se le pasara un poco el dolor Beth le dio una pastilla para relajarla al igual que la
tomo ella. David y Baltazar fueron por el equipaje a la parte trasera del Jet privado que
consiguieron gracias a la influencia de Salomé. Marcus agarraba del brazo a Vane y la observaba
superficialmente, notaba su cansancio y se dijo que lo más recomendable era buscar enseguida un
lugar donde descansar, aun arriesgando el poco tiempo que les quedaba para buscar a Nicolás y
cuidar que sus espías no sospecharan nada.

-Tengo unos amigos en este país que seguro nos darán alojo – Vane le miró asintiendo despacio y
muy pálida – No te ves nada bien

-Estoy acabada – le dijo

-Pronto estaremos mejor – Baltazar le dio un vaso de café con leche y ella le sonrió al tiempo que
sorbía con cuidado el contenido – Vane ya verás cómo te recompones - le animo

-Pero debemos comenzar la búsqueda Marcus – Vane agarro el brazo fuertemente de Marcus y
este entendió pero tenía que verla dormir antes que nada – Solo quedan tres días – su voz se
apago cuando él le miró severo sin atisbo de cambiar sus planes

-El que te medio mates buscando por todas las calles de este país – le dijo severo – no significa que
encontraras pronto la prueba que necesitas

-Marcus tiene razón querida – Baltazar apoyó a su pupilo y este sonrió triunfante. Realmente Vane
no estaba como para comenzar el segundo round así que les dio por su lado

Tomaron un taxi a la salida y Marcus le ordeno con un idioma diferente y acento extraño la
dirección de donde quería que les llevara. El trayecto fue relativamente corto a comparación de la
larga jornada de horas que les había tomado el llegar volando hasta ahí. Cuando el taxi paró frente
a una casa ubicada entre dos edificios destartalados y medio coloniales, Vane pudo ubicar que
clase de personas se encontrarían en el interior, sin embargo se sorprendió al ver a un joven de
cabello negro cenizo de rodillas sobre un pequeño jardín que contenía diferentes clases de frutas y
flores, vestido con unos jeans embarrados de lodo y una camisa a cuadros desabotonada hasta el
pecho, su espalda ancha y fuerte dejaba ver un cuerpo joven y fuerte. Y cuando volteo a verlos
reveló unos ojos verdes impresionantes, eran como el jade.

-Hola Varick – Saludó Marcus al chico que se levanto rápidamente y con una mirada extraña
escudriñaba a Vane la cual se sintió muy apenada

-Saludos Hermanos – contestó el chico haciendo una reverencia hacia David y su esposa – A que
debemos el honor de su visita

-Necesitamos hablar con Derek – explico Baltazar saludándolo fraternalmente - ¿se encuentra en
casa?
-No – Varick seguía mirando fijamente a Vanessa, como si fuera alguna clase de freak de circo –
Pero Warren y yo podemos atenderles – se ofreció – Por favor pasen a la casa

Todos lo siguieron de cerca, Varick se quitó los guantes de trabajo y abrió la puerta de la casa;
cuando entraron se encontraron con una pequeña sala rustica y un comedor de cristal cortado,
también se podía percibir en el aire un suave aroma a menta. Vane caminó del brazo de Marcus y
grababa todo el lugar en su cabeza, esperando recordar cada parte que lo componía, los cuadros
de ArtPop se acomodaban en diferentes posiciones alrededor de la casa, no había televisión o
radio, pero una laptop prendida revelaba que estos hombres lobo no estaban del todo
incomunicados.

-Tomen asiento – Varick les señalo los sillones y se dio la vuelta acomodando unas carpetas
desordenadas de la mesa de centro – Perdonen el desorden no esperábamos visita

-No te preocupes – Baltazar le sonrió amablemente – Me hubiera gustado hablar con tu tutor

-Creo que a él igual – el chico caminó con las carpetas y las puso junto a la laptop – iré por mi
primo enseguida vuelvo – dicho esto subió las escaleras de la segunda planta

-Bueno por fin hemos llegado – Marcus se estiró en el sillón junto a Vane

-Parece que no le agrade mucho jejeje – comento Vane y todos la miraron incómodos, excepto
Marcus quien respondió enseguida sus dudas pues odiaba verla apenada.

-Es por la marca de la muerte que llevamos – le dijo sin pelos en la lengua – Varick es muy
supersticioso – se encogió de hombros – digamos que a pesar de pertenecer a la familia de los
Heiligtum no comparten la misma perspectivas de la vida.

-Ya veo

-Comprende Vane a veces el ver esa marca en una persona hace que nuestras especies se sientan
raros – dedujo Baltazar – Pero estos chicos son muy buenos y confiables de eso no te preocupes

-Mmmm – Vane no estaba muy convencida por las palabras de ambos pero como este no era su
mundo no tenía más remedio que aceptar lo que le decían.

-¡Buenos días compañeros!

Un chico joven y guapo les saludo con entusiasmo desde la entrada de las escaleras, paso a uno
por uno y les cogió la mano para ofrecerles un apretón fraternal, inclusive a Vane quien pensó que
su mano se rompería ante tanta efusividad. Al verlo reconoció los ojos verdes de los lobos y el
cabello negro, que a diferencia de su primo era de un tono azabache y largo hasta la nuca; su cara
era cuadrada contrarias a las facciones suaves de Varick y su sonrisa relajaba a todo aquel que le
viera por un instante.

-Bienvenida – se volvió de nuevo hacia Vane – mi nombre es Warren soy el segundo al mando –
explico

-Mucho gusto – el cogió su mano y se la beso

-Bien ya es suficiente de presentaciones – dijo Marcus quitándole la mano de Vane. Warren le


sonrió a este y ambos se abrazaron fraternalmente – Pensé que ya no te vería en mucho más
tiempo

-Jajajaja si que días aquellos – le contesto Warren. Vane estaba casi segura que ambos tendrían un
pasado delictivo muy alarmante, al ver sus sonrisas de complicidad

Todos se reunieron en la sala y Warren mantuvo una conversación amena y llena de anécdotas
que hicieron reír a los presentes, por su parte Varick preparó un té de hierbas y lo ofreció a cada
uno para que se relajaran del viaje. Por este medio Vane supo mucho mas de los Laicaion que
vivían en esa parte de Europa, así como también que a pesar de que Warren y Varick estuvieran en
la veintena eran considerados grandes científicos y espías natos, pues sus familias eran una
dinastía muy poderosa dentro de su especie. Luego de un rato Marcus le dijo a Warren cual era el
motivo de su visita y el por qué necesitaban de su ayuda en específico, le entrego los mapas del
lugar donde se encontraba la residencia de Nicolas y también información adicional que explicaba
que también podía estar ubicado en otros dos lugares; Warren estudio con seriedad cada uno de
los mapas y llamando a Varick ambos empezaron a hablar en otro idioma para luego hacer lo que
parecía una broma, pues se empezaron a reír.

-Aquí tienes tus mapas hermano – Warren le entrego los documentos perfectamente doblados a
Marcus

-¿Y bien?

-Nosotros sabemos de dos lugares en los cuales es casi seguro que se encuentre ese bicho

-¿Y el tercer lugar? – preguntó Marcus analizando el mapa

-Es solo un montaje de distracción – respondió Varick quien ya se hayaba en la mesa del comedor
analizando más cosas – Los lugares que muestras ahí los hemos recorrido varias veces – les dijo a
los presentes – sabemos exactamente cómo podemos entrar pero el salir es otro asunto

-¿Y qué recomiendan?


-Si lo que buscan es una prueba – Warren se coloco un puño debajo de su barbilla – No les queda
de otra que hacer un ataque sorpresa

-Ya esperaba eso – David bufó y Beth le dio un codazo

-Sí pero eso no es lo complicado – Warren torció una sonrisa en su boca – Sino que por ser dos
lugares hay un problema jejeje

-¿Cuál? – Vane se retorcía las manos de nervios, esto no paso inadvertido por Warren

-Solo tienes una oportunidad de atacar un lugar – todos dejaron de respirar cuando Warren dio las
razones – Ya que pondrás sobre alerta que lo estas buscando

-¡Maldita sea! – gruñó Marcus

-¡Vamos cálmate hermano! – Warren sonrió sin pesar – Pero ya que tu solo buscas una prueba –
miró a Vane – entonces podemos hacer esto…

Warren les explico que en cada lugar estaba custodiado por un fuerte número de neófitos
femeninos muy poderosos, también que era posible Nicolás no se encontrara en uno de los
lugares; así que hizo una estrategia la cual consistía en dividirlos en dos grupos. Unos irían a la
residencia a las afueras de la ciudad y otros a la suite que se mantenía ocupada, su plan era exacto
que si en uno de los lugares estaba Nicolás sacar la prueba inmediatamente sea quienes fueran los
que lo encontraran.

-Los equipos serán los siguientes – el chico trazo un croquis mental – Vane, Marcus y yo iremos a
la residencia donde el porcentaje de que se encuentre es apenas un poco más alto – todos
asintieron – Varick, Baltazar, David y su esposa se dirigirán a la suite. ¿Estamos? – Aquellos
también respondieron afirmativamente – Entonces señores tenemos un plan – sonrió satisfecho

-¿Cuándo…? – fue la pregunta de Vane llena de nerviosismo

-Hoy en la noche – fue la respuesta fría de Varick al verla

-¿No es muy pronto? – pregunto Beth

-Señora si no lo hacemos esta noche corremos el riesgo de ser descubiertos – contesto Warren y
Beth supo que tenía razón

-Yo quiero que mi esposa se quede aquí – dijo David severo mirando a Beth la cual no parecía nada
contenta
-¡No! – Beth se paró enojada y lo enfrentó – Si tu vas yo estaré a tu lado

-¡Pero tu estas…! – David parecía a punto de ponerse histérico. Los demás solo los miraron con la
boca abierta viéndolos discutir

-¡Estoy embarazada David! – le respondió Beth - ¡No inválida! O enferma

-¿Por qué no lo habías dicho? – Baltazar la interrogo pero Beth no le prestaba atención a nadie
más que a su esposo

-Iré – amenazo a su esposo – Y si me dejas te seguiré

-¡Que mujer tan terca la mía! – fue la respuesta resignada de David. Cuando todo se calmo Beth se
volvió a sentar a su lado sonriendo y Vane para romper el incomodo silencio formulo una palabra.

-Felicidades

Ese día se la pasaron descansando por un buen tiempo, luego al caer la tarde los hombres le
enseñaron a las mujeres las armas que habían conseguido para ellas. Una daga bañada con el
fuerte veneno dorado de la fuente de la Aemilia que le entregaron a Vane y una pistola con balas
venenosas a Beth la cual ya tenía un poco más de experiencia con armas de fuego, las dos armas
eran discretas y pequeñas para su manejo fácil y rápido. Trazaron los últimos detalles y se
mantuvieron de acuerdo en el modo de contactarse si llegaba un equipo a abortar la misión. Al
terminar Marcus tomó del brazo a Vane y la llevo a la cocina para hablar a solas.

-¿Recuerdas como se debe apuñalar con eso? – preguntó a Vane

-Si Baltazar es un buen maestro – le contesto. Vane estaba nerviosa y se preguntaba ¿qué haría si
ellos encontraban a Nicolás?, y fue cuando notó los brazos de Marcus a su alrededor atrayéndola
hacia su pecho – Gracias – le dijo reconfortada, pues se sentía segura con él a su lado.

-Supongo que esto hacen los humanos antes de una prueba ¿no?

-Si en algunos casos – Vane recordó cuando su amigo Esteban de la escuela también le abrazaba
para calmarle en un examen

-Vane – pronuncio su nombre suavemente contra su mejilla, ella alzo su rostro y dejo que le diera
un profundo beso en ellos, sintió la necesidad de explorarlo cuando fue consciente de su
proximidad, así que acaricio su cabello costo y suave con sus dedos, trazando círculos pequeños
instándolo a continuar – Creo que eso es muy motivante – la apartó con pesar de él – Si sigo
besándote yo no me controlaré – le miró con sus misteriosos ojos verdes esmeralda – No quiero
controlarme a tu lado
-A veces no quisiera que te controlaras – fue sincera con él y ella – Y a veces yo soy la que quisiera
descontrolarme

-Te prometo que hallaremos la prueba

-Confió e ti – Ambos se miraron a la cara, querían recordarse; captar ese momento en su mente
para un futuro. En eso la puerta se abrió.

-¿Listos? – Warren sonreía alegremente y al parecer muy excitado por la aventura que
emprenderían

-Listos – contestaron ambos

Ambos grupos salieron a la misma hora de la casa, acordaron mantenerse en contacto por
mensajes en clave. Marcus y Vane siguieron a Warren a una distancia discreta, luego tomaron
varios transportes, para evitar que les siguieran. Por fin cuando un camión de carga los dejo a las
afueras de la ciudad, Marcus y Warren se transformaron tras unos arbustos. Los enormes lobos se
acercaron a una nerviosa Vane que les quito del hocico sus ropas y las guardó en su mochila de
viaje. Marcus se agacho en cuatro patas y Vane subió en él, luego este junto con Warren echaron a
correr por el paramo, esquivaron caminos transitados y pequeños fraccionamientos
habitacionales; querían pasar lo mínimo con contacto de humanos en donde los nosferatus los
pudieran distinguir. Así fue como llegaron a un lugar apartado y solitario entre rocas y arboles de
bosque, Warren hociqueo el aire mientras Marcus bajaba de su lomo a Vane, los tres con sumo
cuidado rodearon el área donde se encontraba una hermosa casa señorial de campo color beige. A
lo lejos distinguieron a los custodios de la casa, eran mujeres vestidas de negro y ojos pintados
como parches alrededor del mismo color oscuro, permanecían como estatuas vivientes, paradas
sin pestañear, el viento acariciaba sus facciones y jugaba con sus cabellos, peor ellas no cerraban
los ojos ni un instante.

-¿Qué haremos? – preguntó Vane a Warren, este bajo el hocico y rasco el suelo – Me dices que
tendremos que bajar – el lobo asintió - ¡Dios espero que tengas razón! – pero cuando Vane se paró
una sombra oscura cubrió la de ella y alarmada apenas pudo comprobar que era Nicolás quien le
sonreía desde un árbol y con un salto la tomaba de la mochila y salía corriendo en dirección a la
casa - ¡No! ¡Suéltame! – Vane miró como inmediatamente todas las guardianas se abalanzaban
sobre los dos enormes lobos, en un intento desesperado por soltarse, saco la navaja y se la encajó
en un brazo a Nicolás quien rugió de dolor, en el instante que la soltaba enviándola contra la pared
de la casa.

-¡¿Qué me hiciste?! – le grito al tiempo que ponía sus ojos color plateado

-¡¿Dónde está Teo?! – le preguntó, Nicolás sonrió a pesar de su herida


-Está dentro de la casa – le dijo Nicolás – en una habitación

Ni dos veces pronunció eso cuando Vane se adentró corriendo desesperada a la casa, rompió el
cristal de la entrada y abrió la puerta, con la mirada busco las escaleras y cuando las vio se
abalanzó hacia ellas corriendo con el corazón en un hilo, sus piernas parecían hechas de cemento
pues le resultaban demasiado pesadas al avanzar. Al llegar a la planta superior empezó a revisar
cada una de las puertas pero ninguna revelaba a su hermanito, corrió por el pasillo gritando su
nombre pero tampoco nadie respondía. Y cuando por fin abrió la última puerta se quedo
congelada por el miedo y la sorpresa.

-¿Qué es esto? – Se horrorizó - ¡Ahhhhhhhhh!

El grito de la cuentista no paso por alto al oído de Marcus quien no lograba quitarse de encima a
las neófitas que parecían venir de todas partes, Warren ya había derribado a tres y él a cuatro
pero aun quedaban muchas las cuales parecían poseídas por algo más que su fuerza física. En un
intento por avanzar hacia la casa una de ellas le metió una zancadilla haciéndolo que cayera y
maldijera por debajo.

Mientras tanto Vane entró en el cuarto el cual Nicolás estaba segura había preparado para su
llegada, y no es que hubiera sangre o cadáveres alrededor, lo que la había llenado de miedo era
ver que aquel cuarto era una réplica exacta de su anterior residencia, cuando todavía vivía con su
familia. Era increíble, la cama y muebles eran exactamente los mismos, la pintura en las paredes,
los peluches, su mochila de escuela ¡por todos los cielos hasta su ropa!

-No es posible – sus lagrimas empezaron a galoparse en sus ojos - ¿Cómo? – al acercarse a la que
parecía su cama vio la ultima foto que se había tomado con su familia y observó la leyenda que
había escrito él día en que fue tomada. Y que decía:

Feliz Cumpleaños
18 Años
23 de Marzo

Miró la foto y observo a su madre y padre con sus ropas de dormir, también ambiró el rostro de su
hermanito quien estaba sonriendo medio dormido y ella con su cara a punto de morirse de
vergüenza. Si sólo hubiera tenido el tiempo de saber que sucedería, ellos aun estarían vivos. Se
guardo la foto dentro de su abrigo y empuño su arma.

-¿Te gusta? – La voz de Nicolás atravesó su corazón como un dardo de plomo – lo hice
especialmente para ti – le dijo con voz alegre
-Eres un monstruo – Vane le miró deseando abalanzarse sobre él y encajarle la daga en el corazón,
vio que todavía sangraba de su brazo y se sintió muy dichosa de su acción

-No digas eso Cheri – Nicolás camino hasta sentarse frente a ella encima de su cama – Todo esto es
tuyo lo conserve aun después de que te habías ido con ese espantoso perro

-Marcus no es espantoso – le replico. Nicolás quien ya tenía los ojos color azul pareció divertido al
verla tan enojada

-¿Te han dicho que eres bellísima llena de odio?

-¿Por qué lo hiciste? – La verdad Vane no supo porque pregunto aquello pero un presentimiento le
decía que estaba haciendo lo correcto. Nicolás ensanchó la sonrisa y al ver como ella se dejaba
caer exhausta sobre el suelo él se le acercó para responderle

-Mate a cada uno de los miembros de tu familia – le oyó decir – pero valió la pena porque ahora
serás mía con todo tu poder - Vane no pudo reaccionar a tiempo, pues cuando lo vio venir Nicolás
ya la había inmovilizado contra el suelo y se disponía a morderle el cuello, o eso se imagino por
que este aparto su cabello de esa parte en específico, al tratar de pegarle con su pierna esta se le
fracturo.

-¡No! – Vane pataleo pero él era demasiado fuerte - ¡Marcus! ¡Ayúdame! – suplico por una
respuesta

-¡No vuelvas a llamarlo en mi presencia! – El tono de voz enojado de Nicolás le confirmo lo mucho
que despreciaba a los laicaions - ¡Ahora quédate quieta! – Le regaño para luego agregar con
humor negro – Te prometo que dolerá mucho Amor

Justo en el momento en que Nicolás estaba hundiendo sus dientes, algo lo tomo por el cuello y lo
aventó contra la pared del cuarto haciendo que este dejara grietas y Nicolás cayera de rodillas.
Vane se toco la pierna herida y miró a su salvador que resultó ser la persona menos esperada por
ella. Mikael, el Heraldo.
CAP.12 CUENTA REGRESIVA

Baila a mi lado en la eternidad,


demostremos el amor que inundan
cada uno de nuestros pasos
Ya sea en el tiempo ó el corazón

Los deseos pedidos pueden llegar a ser muy peligrosos, sino son pensados con cuidado pueden
acabar en una desafortunada desgracia que es vez de traer felicidad solo será presagio de tristeza.
Las propias decisiones de cada persona hacen que su balanza se incline hacia un lado en
específico, nadie es totalmente bueno o relativamente malo; pues para medir lo que llega a
convertir a los seres humanos en monstruos se destaca su hambre de él, al creerse invencible.
Susana tenía muy claro que para sobrevivir tenía que obtener el poder necesario para vencer
cualquier obstáculo y ella era una excelente estratega en esa situación.

-Mi señora – Alaska se presentó en su cuarto con una bandeja llevando la cena que consistía en
una copa de sangre fresca

-Déjalo en la mesilla – le indico cuando se secaba el cabello después del baño que había tomado

-¿Puedo peinarle ya?

-Si por favor – Susana se sentó en el banquito frente al espejo de su tocador y dejo que Alaska
tomara el cepillo y desenredara su cabello - ¿Y Teo?

-Le he acostado – Alaska tomo una crema especial y la esparció alrededor de su cabello. Susana no
estaba arrepentida de haberlo hecho su siervo

-Espero que no haya cenado mucho – le dijo preocupada – últimamente se para a mitad de la
noche y viene a mi cuarto llorando

-Los niños pequeños tienden hacer esas cosas

-Se parece tanto a mi hermano cuando era niño

-Seguro que el señor Nicolás era un chico prodigio – Alaska terminó de desenredarle el cabello y
empezó a trenzarlo hábilmente
-Si lo era… - la amargura que sonó en la voz de Susana era completamente audible. Y precisamente
en ese momento sintieron la presencia de intrusos y los gritos y ruidos de cosas rompiéndose en la
suite los alarmaron - ¡Alaska ve que está pasando! – Ordenó - ¡Yo iré por Teo!

-Pero no puedo dejarla sola

-¡Ve! – la amenaza de Susana hizo que el chico saliera despedido hacia el lugar del conflicto;
Susana tomó su bata y se la ciño a la cintura, con el corazón desbocado llego hasta donde se
encontraba Teo

-¿Mami? – Teo le miro lloroso con su osito abrazándolo fuertemente, ella suspiro y lo tomo en
brazos - ¿Mami que pasa?

-¡Unas personas muy malas nos quieren hacer daño Teo! – el niño al oírla se apretó aun mas
contra ella

-¡Mami tengo miedo! – y empezó a llorar. Susana lo cubrió con una manta y salió fuera de su
cuarto para poder huir por la salida de emergencia

Pero cuando logro llegar hasta ella alguien la tomo por un brazo y la arrojo contra una mesa que
estaba en el pasillo, haciendo que dejara caer a Teo quien estaba aterrado al ver un enorme lobo
acercándosele paso a paso.

-¡Noooo! – Susana se lanzó sobre el animal antes de que este pudiera reaccionar y ambos
empezaron a luchar rasguñándose y haciéndose mordidas por todas partes

-¡Mami! – al oír la voz de Teo fue consciente de que estaba pasando. Miro en su dirección y
comprobó que una mujer alta desconocida se estaba acercando a él y este se hacia atrás en un
intento por apartarse de ella.

-Teo no huyas de mi – le dijo la mujer pero el niño estaba tan asustado que no le creía y movía
negativamente la cabeza – Me llamo Beth soy tu amiga

-¡Mami! – grito el niño de nuevo, Susana golpeo con su rodilla el estomago del lobo y este
trastabillo hacia atrás gimiendo, se logró parar pero volvió a ser derrumbada por el lobo que
parecía no querer ceder

-Teo escucha – Beth logro llegar hasta él pero como vio que este no iba a permitir que lo tocara le
empezó z hablar más – Yo conozco a tu hermana

-¿Mi hermana? – Teo por fin puso atención a sus palabras y Beth le sonrió dulcemente - ¿Yo tengo
hermana?
-¡Sí! Una muy bonita – le dijo emocionada Beth viendo que el pequeño empezaba atenerle
confianza - ¡Vamos si vienes conmigo la veras! – y cuando Beth lo tomo por el brazo una mano
delicada pero fuerte la tomo por la garganta levantándola del suelo.

-Suelta al niño amo – oyó decir a la jovencita que la azotaba contra la pared una y otra vez

-¡Laura! –la voz del niño la llamó por su nombre y Beth pudo notar que la chica le sonreía con
indulgencia

-¡Teo! – Susana que estaba desarreglada por la lucha contra el hombre lobo, abrazó a Teo y le dio
besos por toda su cara - ¡qué bueno que estas bien! – Luego miró al lobo que estaba siendo
sometido por Marina y otra guardiana – Me las vas a pagar lobo estúpido – el veneno que
despidieron sus ojos se posaron sobre Beth quien palideció al verle – Tu me servirás ¡Tráela Laura!

El lobo gruño furioso e intentó moverse pero el peso de las que lo sujetaban era impresionante.
David en su transformación vio con desesperación como Susana se llevaba al niño humano y que
una de sus sirvientes se llevaba agarrada por el cuello a su esposa. Luego todo fue oscuridad.

En otro sitio las cosas se estaban poniendo muy interesantes. Vane estaba estupefacta al ver la
figura de Mikael cerca de ella con una mirada severa dedicada a Nicolás quien saco los colmillos
amenazantes hacia el Heraldo, quien no reparó en sentirse amenazado. Ella se intentó parar pero
la pierna le dolía demasiado, luego se vio su hombro el cual Nicolás había alcanzado a morder y
distinguió la sangre a borbotones que surgía por la herida, en un intento inútil se cubrió con la
mano la herida para evitar que siguiera sangrando. Fue entonces cuando la mano de Mikael se
colocó sobre su hombro, le miró asustada esperando que le atacara pero en vez de eso él rompió
una tira de la sabana de la cama y le vendó el brazo, con otros movimientos agarró su pierna y se
oyó el crujido de huesos acomodándose, a la vez que ella profería un grito de dolor.

-Con eso aguantaras hasta que te lleven a un hospital – le dijo el Heraldo

-Ga-gracias – Vane le miró a los ojos y por la forma en que le veía con tristeza intuyo que Mikael
no era tan frío y despreciable después de todo

-¡¿Quién te dio permiso de entrar en mi casa?! – el grito de furia de Nicolás hizo que Mikael se
volteara a verlo con indiferencia -¡¿Contesta?!

-Mi gente me dijo que esta señorita se dirigía hacia aquí– la respuesta de Mikael iba acompañada
de un tono superior – así que me pareció interesante comprobar cómo manejarías la situación
-¡Ella es mía! – Nicolás lo vio con ojos plateados y Mikael le devolvió la misma mirada brillante y
amenazante

-Si eso me quedo muy claro – Mikael le sonrió a Vane y ella no entendía a lo que se refería – Así
que nos hablaste con la verdad

-Yo… - Vane aun no comprendía pero al recordar el trato que había aceptado supo que Mikael
había escuchado de los propios labios de Nicolás el símbolo de su culpa por asesinar a los padres
de Vane

-¿Qué trato? – siseó el vampiro que sangraba de un costado de la cabeza

-A partir de este momento – Mikael se hizo un corte en la muñeca y trazo un circulo – que quede
claro ¡Los Heralds dan su permiso a Vanessa Marcel de que acabe con el nosferatu Nicolás!

Como si un balde de agua fría hubiera caído sobre Nicolás este abrió los ojos de la sorpresa, miró a
Vanessa y luego a Mikael, inclino su cabeza a modo de despedida y salió corriendo o mejor dicho
deslizándose tan rápido que su presencia se esfumó de la habitación en un abrir y cerrar de ojos.
Vane supo que este ahora se sentiría amenazado y limitado, pues ni siquiera los de su especie lo
defenderían de la venganza que le estaba preparando ella. Un ruido en la ventana rompiéndose
los hizo voltear a ella y Mikael, fue entonces que vio a Marcus convertido en lobo correr hacia ella
y empezar a gruñirle al heraldo.

-No te preocupes Marcus el León – le calmó el hombre – Yo no le he hecho daño a tu dama, sin
embargo te sugiero que la lleves pronto a un hospital por que se está a punto de desmayar

Marcus miró a su espalda y vio que la cuentista estaba tirada sobre el suelo inconsciente, cuando
volvió la vista a Mikael, el heraldo había desaparecido. Warren entro a la habitación también
jadeando y miro como Marcus agarraba con suavidad a la Vane y la ponía sobre su lomo.

-¿Esta muy herida? – le pregunto mentalmente

-Si – fue el susurro de Marcus quien echo a correr con ella a cuestas

-En cuanto entraste a la casa todas las guardianas dejaron de atacar por un motivo y se
dispersaron

-Eso es porque uno de ellos estuvo aquí

-¿Uno de quienes?

-De los Heralds - Warren después de esa revelación no dijo nada más en todo el trayecto
Vane despertó unas horas después en una habitación blanca y limpia, por la forma dedujo que se
encontraba en un hospital, pero dudaba que Marcus se hubiera atrevido a llevarla en ese estado
en que se encontraba a un lugar donde seguro le harían muchas preguntas. Un presentimiento de
angustia la hizo querer pararse, pero el dolor del hombro donde había sido mordida por Nicolás
ardía como acido y su pierna estaba dentro de una férula, también noto que estaba cambiada con
una bata de dormir de las que había traído para el viaje, se recostó de nuevo y con mucho cuidado
empezó a descender de la cama, en ese instante la puerta de la habitación se abrió y entro Marcus
trayendo una bandeja de lo que al parecer era el desayuno. La miró ceñudo y era obvio que no le
agradaba ver que estaba descendiendo de la cama.

-¡Eres terca como una mula! – Le grito al tiempo que dejaba la bandeja en un pequeño mueble a
su lado y caminaba hasta ella para agarrarla bruscamente y ponerla sobre la cama, como era de
esperarse ella grito de dolor - ¡Ja! Bien lo tienes merecido por andar tratando de caminar en ese
estado que te traes

-¡Eres un agresivo! – Chillo Vane – ¿es que no puedes tratar mejor a un herido?

-Por supuesto que sí – le replico Marcus con las manos en las caderas – siempre y cuando el
enfermo no sea un cabeza hueca

-Yo no soy una…

-Marcus deja en paz a la señorita Marcel – Baltazar apareció en la entrada de la habitación, Vane
noto unos pequeños rasguños que de seguro habían causado un enfrentamiento, luego recordó
por que se hallaba en una cama

-¡¿Y los demás?! – su exaltación sorprendió a Marcus el cual miro dudoso a su tutor, este se sentó
en la cama junto con Vane y le tomo de las manos

-Casi todos se encuentran bien – le dijo Baltazar pero Vane vio un deje de culpa

-¿Quién no se encuentra bien? – la pregunta le salió de sus labios con un sabor amargo y rasposo
casi presintiendo la respuesta. Baltazar pareció adivinar lo que pensaba por que soltó sus manos y
bajo la cabeza

-Beth – el nombre de la mujer que la había acogido tan cálidamente hacia casi un año hizo que le
doliera el corazón, saber que otra persona había sido lastimada por su culpa era demasiado para
ella, pues no quería más sufrimiento.

-¿Qué paso? – empezó a llorar en silencio y se cubrió el rostro con las manos, Marcus le abrazo y
aunque era extraño sentir sus brazos fuerte reconfortándola le agradeció desde el fondo de su ser
-Cuando llegue David estaba siendo atacado por dos siervas de Nicolás – mascullo entre dientes
Baltazar –Varick y yo logramos quitárselas de encima y fue cuando nos dijo que Beth estaba con la
hermana de Nicolás

-¿Susana? – pregunto Vane entre sollozos, Baltazar asintió - ¿Qué hacía ella…?

-Susana es la guardiana de tu hermano – Vanessa se congeló, miró alarmada a Marcus y este


asintió

-¡¿Mi hermano estaba con ella?!

-Así es – Baltazar suspiro cansado – Beth trató de convencer a tu hermano que la siguiera pero el
niño al parecer no… - se paró en seco, Vane noto que le constaba terminar la frase – Tu hermano
no recuerda nada, le han borrado la memoria – Vane empezó a temblar de rabia y miedo pues no
concebía tanta maldad pero no se imaginaba hasta donde habían llegado – También cree que ellos
son sus padres

-¡Nooo! – Vane grito desgarradoramente y Marcus tuvo que sujetarla por los hombros para que no
se cayera de la cama

-Cálmate querida – le dijo Baltazar comprendiendo su dolor – Susana logro escapar - le dijo

-¿Y Beth? – Vane sabía la respuesta, lo presentía

-Susana ordenó que la dejaran caer desde el primer piso del hotel – Vane contuvo la respiración
no podía creer que un monstruo así estuviera junto con Teo

-Ella ha…

-No – Marcus respondió en vez de su tutor y por su tono Vane imagino que Beth no se encontraba
bien – Sufrió un trauma en la cabeza y está siendo operada en este momento – paro un momento
y luego agregó sombríamente – perdió al bebé

-Es mi culpa – Vane empezó a llorar de nuevo pero Marcus la volteo hacia el haciendo que sus
miradas se encontraran

-Escucha bien lo que voy a decir – ella dejo de llorar y lo miró con total tristeza – David está
sufriendo, pero me dijo que Beth no te culpa por nada. Esas fueron sus palabras antes de ser
internada

-Ella no – Vane no entendía el por qué no le mataban de una buena vez – pero yo si me culpare
por el resto de mi vida
-El que no te perdonará soy yo si te derrumbas en este momento – Marcus era severo pero sabía
bien tenía razón en lo que decía – Teo está vivo y te necesita, cada día convive mas con esos
desalmados y pronto dejara de interesarles ¿Qué crees que harán con él?

-Marcus no seas tan severo – Baltazar le reprendió pero su protegido no le hizo caso

-Matará a Teo – Marcus lo dijo claramente, aquellas palabras retumbaron en los oídos de Vanesa –
Así que no digas estupideces y mejórate pronto

-Si – Vane asintió con la cabeza

-Vane lamentablemente la medicina que te aplicaron los Heiligtum no fue efectiva en borrar la
cicatriz de la mordida – le aclaró Baltazar

-¿Los Heiligtum están aquí?

-No – le sonrió Baltazar – Los Heiligtum es una casa de familia muy grande, ahora nos
encontramos en uno de sus hospitales – señalo el cuarto – Warren y Varick son miembros de esa
familia

-Así que tendré otra cicatriz – se toco suavemente el hombro donde se hallaba la marca de Nicolás
y se estremeció al pensar que estaba unida a él

-Solo el nosferatu que te hizo la herida puede borrarla – Baltazar le explico – Cada uno posee un
veneno en su boca capaz de curar o matar, fue bueno que aun no entrara del todo en tu sangre
sino estarías muerta

-Ya veo – Vane se recostó contra las almohadas de la cama y cerró los ojos. Definitivamente jamás
dejaría que Nicolás la volviera a tocar – Estoy muy cansada

-Bien te dejaremos para que duermas un poco – Marcus y su tutor se disponían a irse cuando, el
primero sintió que algo lo sostenía por la camisa, cuando se giró vio a Vane sujetándolo
fuertemente con la mano

-Quédate – le pidió

-Bien – Marcus miró a su tutor y este asintió aprobándolo, luego se quedaron solos en el cuarto –
No tienes tan mala pinta – le dijo Marcus con una sonrisa – si te comparamos con Merlín saliendo
de bañarse te ves mucho mejor – le guiño, Vane le aventó una almohada y trato e no reírse
porque le dolía todo

-Cállate – y se durmió sintiendo su olor fresco y natural protegiéndola de todo.


Susana abrazaba contra si al cuerpo del pequeño Teo mientras ambos miraban como Nicolás
destrozaba todo a su alrededor con su enorme fuerza, y diciendo improperios a diestra y siniestra.
Teo temblaba de miedo al ver como el que creía su padre cambiaba por completo su forma de ser
y esto a Susana no le parecía, podía afectar a la memoria modificada del pequeño.

-¡Maldita sea! – Nicolás alzo el sillón individual son sus dos brazos y lo aventó contra la pared, este
al instante se hizo añicos - ¡Maldita sea!

-Nicolás tienes que controlarte – Susana sostuvo más de cerca a Teo mientras trataba de razonar
con su hermano – Debemos acudir con Asmodeus – le dijo, al mismo tiempo que su hermano
destruía un florero de porcelana – él sabrá qué hacer

-¡¿Crees que no lo he pensado?! – Le grito ironizado para lanzar una silla contra otra de las
paredes – Jajajajaja ¡no ves que se ha arruinado mi plan por completo!

-El que ahora los Heralds hayan dado su consentimiento no significa que has perdido

-No es solo eso – Nicolás miró que Teo se sobresaltaba cuando se dirigió hacia ellos – Ahora
estamos en la mira – sonrió malignamente casi parecía un loco, Susana intento que soltara a Teo
pero Nicolás se lo arrebato – Pero nosotros te tenemos ¿verdad Teo?

-Papá tengo miedo de los lobos – gimió el niño – ¡no me gustan son horribles!

-Si lo son hijo mío – Nicolás abrazo a Teo y suspiró su aroma como si degustara un vino antes de
saborearlo – Pero yo te protegeré y tú a mi – el niño le miro a la cara y sonrió a pesar que sentía
un terrible miedo que no podía explicar

-¿De verdad? – le pregunto nervioso

-Si – Nicolás besó su frente y lo arrullo contra si – No soy un padre perfecto Teo pero juntos somos
invencibles

-¡Si lo eres!

-Jajajaja – Susana se estremeció ante la risa de su hermano – Teo ve con tu madre – le entrego el
niño a su hermana y ella cerro sus brazos alrededor del pequeño cuerpo de Teo protegiéndolo –
Hermana mañana iremos al Castillo Negro - Susana le miró sorprendida, pues solo se dirigían a
ese lugar si se encontraban en peligro

-Pero en ese castillo esta… - Nicolás puso un dedo sobre sus labios y Susana entendió que no
habría discusiones – Como digas – inclino la cabeza
-Si ellos quieren guerra – les dijo a los dos presentes – Ellos tendrán una verdadera guerra

-Vamos Teo – Susana tomo de la mano al niño y se dirigió a la puerta – Mañana por fin conocerás
el lugar donde nacieron tus padres

- Rusia - mascullo entre dientes Nicolás cuando la puerta se cerró


CAP.13 LA VENGADORA

Recorre mis pensamientos


muéstrame la virtud a la que llamas amor
sedúceme con tu ritmo oscuro
toca mi alma hasta llegar al corazón

-¡Dices que están heridos! – Paula tomo el mail que Marcus había enviado de las manos de Elías

-Si ahora se encuentran en Bruselas – Elías tomo su café y le dio un sorbo ante la mirada incógnita
de los demás – Al parecer Beth está en muy mal estado y Vane esta en recuperación

-Es por eso que Elías y yo hemos decidido viajar hasta Bélgica – anuncio Adolfo en la entrada de la
cocina en donde todos estaban reunidos

-Se puede saber que te da derecho a excluirnos a Paula y a mí – exigió Eliseo quien abrazó a Paula
y besó su cabello. Adolfo los ignoró y se sirvió café.

-Si vamos todos no quedara nadie quien proteja esta casa – Adolfo parecía decidido a no dar
marcha atrás en su decisión

-Espera – Elías se acordó de repente de algo – las chicas del club me han informado que Melchor
se encuentra fuera de peligro

-¿Y eso qué? – Adolfo se estaba irritando al ver que Elías se estaba poniendo de parte de los otros
dos

-Que si le decimos a Melchor que se mude por un tiempo aquí con Isabel seguro aceptara –
concluyo divertido

-¡Que listo eres Elías! – aplaudió Paula

-Bien a preparar las maletas – Eliseo tomo de la mano a Paula y ambos partieron

-Esto no es correcto – Adolfo estaba muy enojado con la decisión de Elías y lo miraba fulminándolo

-¡Uy! Tranquilízate – se burlo este – si tu mirada fuera fuego azul me estarías abrazando jajajaja

Marcus miró en el pasillo de espera a David apoyado sobre su espalda, los últimos días habían
intervenido dos veces a Beth; así que se encontraba exhausto pero se rehusaba a abandonarla. No
comprendía el grado de amor que podía desarrollarse entre dos personas, su padre y madre se
amaban demasiado, a tal punto que después de la muerte de ella, su padre se había transformado
en un monstruo, por lo cual Marcus no tenía una buena referencia acerca del amor. Se sorprendió
al ver que le aterraba encontrarse con aquella persona que le haría amarla hasta el último latido
de su corazón; tampoco era nada agradable ver el rostro de Vane en sus pensamientos cada que
se preguntaba quién sería la indicada. Rechinó los dientes y este gesto llamo la atención de David
quien lo invito a sentarse junto a él. Marcus camino hasta su amigo y se desparramó en la silla.

-¿Qué haces por aquí? No deberías estar con la chica - le preguntó David

-Me mando por pluma y papel – y le mostro la bolsa que llevaba las cosas, David lo miró extrañado
pero no pregunto para que necesitaba eso ya que era obvio

-Al parecer hoy pasaran a Beth a un cuarto de descanso ya se encuentra en mejores condiciones

-Eso es bueno – sonrió Marcus – Estoy seguro que se recuperará rápidamente

-Por algo me enamoré de ella – Los ojos de David mostraban gran aflicción y sin embargo se le veía
tan feliz que Marcus no sabía cómo llamar a ese sentimiento

-¿David serias capaz de matar por ella? – la pregunta que tanto atormentaba a Marcus pareció no
sorprender a David quien medito bien su respuesta antes de mirar al chico fijamente y recordar
que alguna vez él había tenido la edad de Marcus

-Si dudarlo lo haría si significara salvar su vida – declaro y Marcus se tenso al oírlo porque ¿sería
capaz de matar a su propia gente?, pero antes de que Marcus siguiera adentrándose en sus
pensamientos David termino agregando – Pero si significara lastimar a mi propia gente entonces
yo me mataría y la mataría a ella para que todo terminara con nosotros

-David ¿Por qué te enamoraste de una humana?

-Yo no esperaba enamorarme de ella – David sonrió por primera vez y Marcus supo que estaba
recordando a su esposa – Aquella tarde lluviosa en Londres iba en mi motocicleta y pase junto a
una parada mojando a una figura vestida de gris – le contó – pensé que la persona se haría a un
lado y no diría nada porque a fin de cuentas fue un accidente pero…

-Pero… - Marcus lo miró con más interés

-La figura se volteo y me grito “¡Oye tu vuelve!” - los ojos de David brillaron – regrese para
enfrentarme con el descarado pero en su lugar vi un hermoso ángel con el ceño fruncido que no
tardo en golpearme con su paraguas

-¡¿Qué?! No puedo creerlo jajajaja

-Si éramos jóvenes pero ella tenía un carácter demasiado fuerte así que pienso que fue eso lo que
me enamoró

-Vaya y cuando supo lo de nuestro pequeño secreto ¿Cómo reacciono?


-Bien eso fue extraño Beth solo me sonrió y beso – suspiro antes de terminar – Creo que ahí me di
cuenta que me había enamorado

-Es doloroso – la amargura en la voz de Marcus hizo que David asintiera dándole la razón

-Pero cree cuando te digo que no cambiaría nada de mi vida con ella, por estar solo y sin jamás
haberla conocido

-Esto se está poniendo sentimental – Marcus se paró sonriendo y le dio una palmada en el hombro
a David para despedirse – Tengo que llevarle esto a la cuentista

-No dejes esperando a tu dama

-Si como digas

El sueño comenzaba a entrelazarse en su cabeza. Primero la oscuridad reinante que rodeaba todo,
luego la luna llena que se deslizaba en el cielo como cómplice mortal y al final el panorama
desolador de un castillo absolutamente negro al fondo que era enmarcado por un cementerio.
Vane caminó con sus pies desnudos entre cada lapida, luego noto cierta viscosidad que se adhería
a sus pies, miró hacia abajo y observo el líquido de la sangre roja rodear todo el suelo rocoso,
manchando las lápidas y arboles, el olor a sangre descompuesta le revolvía el estómago y fue
cuando notó la presencia de otra persona.

Miró tras de sí y vio a un chico “- ¿Dónde te he visto? –“pensó, pero él joven de ojos azules y
oscuros mostraba resistencia a acercársele, entre las manos de este se hallaba un listón rosa
brilloso y delicado, y fue entonces cuando al mirar su rostro comprobó que el chico estaba llorando
lagrimas de sangre, su dolor era tan grande, su pena llegaba a Vane y la rodeaba por completo, los
sentimientos del jovencito le decían que había perdido a alguien muy importante. Vane se
sorprendió aun mas cuando toco su mejilla y comprobó que ella también lloraba “-¿Quién murió? -
” se oyó preguntarle pero el chico que ahora estaba de rodillas llorando parecía no querer oírla,
luego una sombra con una guadaña de plata salió de entre el suelo. La muerte. Esta alzo su arma
en lo alto del cielo y la dejo caer para cortarle la cabeza al chico. Vanessa corrió para ayudarle pero
una mano fuerte la retuvo, quiso quitarse del agarre pero fue demasiado tarde, el cuerpo inerte del
chico estaba tirado a su lado y la cabeza era sostenida por la muerte quien volvía a las
profundidades, llevándose la cabeza y el listón rosado. Ella volteo su rostro y entonces vio a
Marcus, su Marcus.

-¿Cuentista? – La voz de Marcus la saco de su pesadilla, estaba sudando y agarraba fuertemente la


colcha de su cama - ¿Qué sucede?

-Yo…soñé – Vane estaba tan nerviosa y a la vez llena de dolor. Esa pesadilla revelaba un futuro
cercano, pero no entendía quien era aquel chico –Alguien va a morir – Marcus oyó su relato
atentamente y para cuando hubo terminado él seguía abrazándola

-¿Estás segura que no era nadie de nosotros?


-Si… yo no creo haberlo visto entre nosotros – la verdad era que ni siquiera estaba segura de
acordarse bien de sus facciones – Pero ese chico morirá

-Tratare de averiguar algo – la calmo - ¿quieres escribirlo? – ella asintió y le pasó lo que había
pedido con anterioridad

-Marcus… - Vane temblaba con la pluma entre sus manos – Prométeme que si llego a ser una
amenaza para tu gente… - Él no dudo de lo que le diría a continuación – Marcus mátame antes de
que haga más daño

-¿Por qué dices estupideces?

-¡No ves lo que siento! – Ella exploto y arrojo las cosas al suelo - ¡Duele demasiado! – Se revolvió
el cabello y empezó a llorar amargamente - ¡No quiero escoger mal! ¡No quiero hacer mas daño!

-No lo harás – La tomo por la cintura y la besó. Vane dejo que Marcus explorara su boca, que se
adueñase de su esencia, acarició su rostro y luego tomo su cabeza entre sus mano para acercarlo
más, quería sentirlo, ansiaba tenerlo a su lado. Necesitaba de él y eso la hacía sentirse tan
desgraciada –Cuentista – él la llamo separándose solo unos centímetros – Yo…no hagamos esto

-Marcus bésame te lo pido – se agarro a él desesperadamente y Marcus volvió a sentir sus labios,
pero esta vez era ella la que se adueñaba de los suyos y exigía mas – Bésame y no me dejes –
Marcus sintió algo en su pecho que se aceleraba rápidamente

-Nunca – tomo su cintura y la acostó sobre la cama, empezó a besarla por todo el cuerpo;
acariciaba sus muslos y se acercaba peligrosamente a su cuerpo. La cama rechinó por el peso que
ambos producían pero tanto ella como Marcus seguían besándose apasionadamente.

Ambos antes habían experimentado la chispa de deseo que se desataba entre ellos, pero esta vez
era mucho más fuerte. Era diferente. Un voz en su cabeza les advertía del peligro que estaban
corriendo, pero ellos no querían parar, ambos estaban tan enfrascados sintiendo y deseando el
cuerpo del otro que no prestaban atención. Vane dejo que él acariciara cada centímetro de su
cuerpo y a su vez ella correspondía con caricias mucho más suaves que parecían acelerar la
respiración de Marcus. En ese instante en que sentían venir el fuego interior; la puerta se abrió de
un empujón y Warren entro sonriendo pero al ver a los dos chicos en una posición casi
comprometedora se le cayó la sonrisa mostrando su sorpresa.

-¡Maldita sea Warren! ¡No te quedes ahí mirando como pato! – Marcus se paró de un salto de la
cama de Vane y ella se volteo de espaldas roja de vergüenza

-P-perdonen – Warren aun estaba atontado sin poder hablar – Creo que vuelvo luego jajaja –
nervioso abrió la puerta y antes de irse movió su dedo negativamente señalando a Marcus, este
solo le dedico una mirada furiosa

-¡Estoy tan avergonzada! – gimió Vane y se tapo con la colcha. Marcus frunció las cejas viendo su
reacción

-No veo por qué – le dijo disgustado. Ella no viendo su cara dijo algo que lo enojó más
-Quisiera no haber hecho eso

-Iré a ver que quería – dicho esto él salió del cuarto dando un portazo

Paula preparaba sus maletas cuando oyó su iphone sonando, lo tomo y sonrió al comprobar que
era Pablo quien quería verla, le mandó un mensaje citándolo en un parque cerca de su casa y
terminó de empacar. Merlín que estaba acostado en su cama bostezó perezoso y vio como su ama
echaba un vistazo al pasillo para asegurarse que no había moros en la costa. Tomo su bolso rosa
pálido y se lo colgó antes de saltar. Se quito sus zapatillas y se puso un par de tenis blancos más
cómodos. Cuando llego al parque encontró sentado a Pablo sobre su moto, sonrió al verlo tan
guapo como siempre, llevaba unos jeans desbaratados y una camiseta negra ajustada, al parecer
no tenía frío pero su expresión mostraba que estaba preocupado por algo.

-¡Pablo! – le llamo y se lanzo a él, el cual la sostuvo y beso en los labios. Permanecieron abrazados
por un momento antes que él la llevara hasta unos asientos cerca - ¿Qué sucede?

-Paula… - Pablo estaba muy nervioso y cada cierto tiempo volteaba hacia la calle donde
transcurrían los autos como buscando a alguien – Mi familia regresa a Paris

-¡¿Qué?! – Paula se soltó de sus manos y le miró desconcertada - ¿Te vas?

-Lo siento – quiso abrazarla pero ella lo aparto bruscamente

-¡No me toques! – lo miró llena de rencor y él se sintió miserable

-Paula yo esperaba que me entendieras – susurro por lo bajo

-Yo esperaba que me amaras de verdad – le reclamo Paula y se paro para alejarse

-¡Espera! No entiendes – Pablo la agarro por el brazo y la volteo hacia sí - ¡Mi familia me necesita!

-¡Yo te necesito! – Paula se quiso soltar pero él la besó lo que causo su ira y a lo lejos se oyó una
bofetada - ¡No sin mi permiso! – furiosa logro que le soltase y siguió caminando

-¡Volveré te lo juro! – Pablo caminaba a su lado desesperado pero ella no daría su brazo a torcer

-Todos dicen eso y nadie cumple – entonces Pablo la tomo por sus dos brazos y aunque haciéndole
un poco de daño la miro furioso

-¡¿Quiénes son todos?! – Ella trato de zafarse pero Pablo seguía empeñado en tenerla cerca de si -
¡Dime!

-¡Mi familia tonto! – Paula dejo que él le abrazara - ¡¿Por qué me dejas?!
-Volveremos a vernos – la consoló mientras acariciaba su cabello rubio – volveremos a estar juntos
solo es un tiempo

-¿Cuánto?

-No lo se

-Pablo te amo

-Yo a ti igual – se besaron y él le acaricio su cara delicadamente – Paula quisiera que todo fuera
más fácil

Días más tarde Adolfo y los demás arribaban en el aeropuerto de Bruselas, todos habían acordado
ir primero al hospital y luego pasar a casa de Warren para alojarse ahí. Tomaron un taxi que los
llevo hasta el hospital que se hallaba a las afueras de la ciudad. Elías, Eliseo y Paula quisieron ir a
visitar primero a Vane. Adolfo por su parte se dirigió a ver a Baltazar y David.

-¡Vane! – Paula se echo a sus brazos y Vane se alegro que su amiga estuviera con ella

-Paula suéltala que no ves que la vas a lastimar – la chica le enseño la lengua a Marcus y este se
rasco la cabeza – Cada día es más berrinchuda

-Jajaja al fin te das cuenta – Eliseo hizo que Paula soltara a Vane – Vamos traigamos un poco de
café para todos

-Si bueno – Paula se resigno y caminó tras él – en un momento regresamos

-OK – Vane estaba feliz de verlos, ya le habían quitado los puntos de la pierna y la herida del brazo
ya estaba cicatrizada

-Te ves muy bien preciosa – Elías como siempre sonriendo le mostro un pequeño regalo – te traigo
un presente para que lo lleves cuando te den de alta

-¡Oh muchas gracias! - lo desenvolvió y el collar de plata que sostuvo entre sus manos de pareció
muy hermoso - ¡Es bellísimo!

-Era de nuestra madre – le confesó Elías – Nuestra familia nos odia por haber nacido así – se
señalo su cabello rubio – así que nos separaron de nuestra madre

-Eso ha de ver sido muy triste

-Ella nos ama pero no dejan que la veamos así que como recuerdo nos entrego ese collar – Vane
miró que este tenía una inscripción en latín – la leyenda dice “Te cuidare donde estés”

-No quisiera que me lo regalaran


-Por favor acéptalo – Elías le sonrió dulcemente – es preferible que lo lleve una mujer valiente en
su cuello a que permanezca entre el polvo y se maltrate

-Gracias

-¿Elías ya vieron a Baltazar? – este se volteo hacia Marcus y negó

-Iré enseguida así que me disculpo - se inclino respetuosamente hacia vane luego guiño un ojo

-Estoy muy contenta de que ellos hayan venido

-Si al parecer ellos están muy animados al verte

-Solo Adolfo no ha venido jejeje

-Mmmm él es un cascarrabias de seguro anda por ahí así que no tomes mucha importancia

-Si se bien que no le agrado – Marcus carraspeo y luego se acerco a ella

-Adolfo fue tratado muy mal por su familia – le confesó Marcus – al contrario que Elías y Eliseo a
ellos tan siquiera su madre los ama

-La familia de Adolfo ¿de dónde es?

-Italia son muy estrictos pertenecen a los Croix Noir de esa región

-Ya veo aun así no veo que él luche por hacer amigos

-Adolfo es muy cerrado nunca acepta sus debilidades desde que lo conocí supe que era muy
testarudo

-Creo que teme que yo les haga daño

-Puede ser pero no podrá evitarlo a veces necesitas crecer

Vane estaba segura que Marcus tenía razón, pero algo en su interior la inquietaba. Se dijo así
misma que era la emoción de ver a los recién llegados pero esa angustia que se formaba en la
boca de su estomago persistía y no le agradaba nada. Los presentimientos femeninos nunca fallan,
lo único peligroso es que no sabes cuándo seguirlos. Una mujer trae secretos que a nadie puede
revelar, todas sin excepción.
CAP.14 GRAN DESILUCIÓN

Bailemos el último tango


Disfrutemos juntando nuestros cuerpos
Unamos nuestras almas en una
Y demostremos lo que es el odio y el amor

La noche se adueño de la ciudad por completo, los autos y algunos transeúntes iban y venían;
algunos celebraban otros disfrutaban el ambiente nocturno que ofrecían los clubs o restaurantes.
Realmente la vida en Bruselas se llevaba tranquila y excitante, una ciudad que guarda secretos
como todas y aun conserva su misterio tras el velo de la oscuridad. Las estrellas aun alcanzan a
brillar en su superficie, a las afueras de la ciudad se podían apreciar más y el ruido ausente de esta
las dejaba ser contempladas con aparente admiración.

El hospital de los Ángeles propiedad de los Heiligtum estaba en paz, los médicos de turno
nocturno y enfermeras iban y venían por los pasillos; algunos pacientes ya se encontraban
descansando y otros se entretenían viendo el televisor a altas horas de la noche. El olor a medicina
se mezclaba con el de café recién hecho, el aire soplaba con un viento frío que rasgaba las
ventanas con sutil delicadeza.

Marcus dormía en un cuarto que le habían preparado junto con Eliseo y Elías. Adolfo estaba
haciendo guardia junto con Baltazar en el cuarto de Vane y Paula dormía en el sillón de la
recamara de su amiga. Vane les había dicho que podían irse a descansar pero ellos insistían en
cuidarla por si Nicolás planeaba otro ataque, así que resignada se acostó y quedó dormida en un
instante.

Corría en sueños, quería llegar a alguna parte pero… ¿Dónde? Esquivaba las lápidas volteaba
angustiada a ambos lados. No encontraba a esa persona, su respiración se entrecortaba le dolían
los pulmones pero no quería parar ahora que estaba tan cerca. Oyó un aullido y cuando volteo
observó a un hombre, al igual que el chico no recordaba haberle visto; sin embargo este le
provocaba miedo, se empezó a alejar pero cuando este se dio cuenta le sonrió mostrando sus
colmillos de vampiro, a continuación este le hizo una reverencia quedándose de rodillas en el suelo.
Vane se sentía extraña y cuando captó la voz de este hombre le pareció tenebrosa en extremo al
llamarla por otro nombre.

-“Lilith por fin ha despertado” – le dijo para luego mirarla con adoración

Se empezó a sentir extraña, no era su cuerpo. Sabía perfectamente que esto era un sueño pero al
contrario que en otras ocasiones esta vez estaba observando una vida distinta. Alzo sus manos que
eran muy blancas como la leche, estas estaban manchadas con sangre, sintió su cabello que ahora
era de un color rojo intenso y cuando el hombre sacaba un espejo para mostrarle su rostro…el
sueño terminaba.
Cuando abrió los ojos se encontró con un rostro angelical observándola de cerca, casi hasta pegar
con su cara. Las facciones del chico era perfectas, su cabello dorado brillaba intensamente y sus
ojos azules envolvían sufrimiento, su piel era tan fina que le daba una textura suave inclusive sin
tocarse. Tal vez fuera eso lo que saco del trance a que la sometía el chico cuando Vane pudo
reconocer de quien se trataba. Daniel el vampiro. Se aterro al ver que flotaba por encima de ella y
que al ver su reacción intento tomarla. Ella dio un grito y salto fuera de la cama provocándose un
profundo dolor en la pierna, miro como volvía al suelo para luego observar como Paula trataba de
golpearlo.

-¡Paula no! – Vane no sabía de donde había provenido la voz pero su amiga se paró al instante en
que la oyó

Los demás aparecieron en la habitación rápidamente. Marcus al ver a Daniel gruño y abrazo contra
si a Vane la cual no opuso resistencia. El ambiente era tenso, no se explicaban como Daniel había
podido eludir la seguridad que rodeaba el hospital o si estaría completamente loco por venir solo.
Lo último pasó a segundo término al ver que de entre las sombras salían cinco figuras vestidas de
negro. Vane alcanzo a oír como Paula profería un gritito de sorpresa y siguiendo su mirada
comprendió el motivo de su reacción. Entre los cinco personajes que se hallaban en guardia
protegiendo a Daniel estaba el chico de sus sueños, y también el primer amor de Paula. El joven
vampiro Pablo.

-No he venido a provocar un enfrentamiento – declaro Daniel pero todos los presentes no le
creían así que le respondieron gruñendo. Paula por su parte aparto la mirada que Pablo quería
cruzar con ella, se sentía traicionada.

-¡Lárgate de aquí nosferatu! sino quieres que te descuarticemos – le advirtió Marcus

-No puedo irme sin ella – Daniel señalo a Vane y esta se abrazó mas fuerte a Marcus – Por favor te
pido de la manera más atenta que vengas conmigo

-¿Quién te manda? – Le preguntó Baltazar que para entonces había llegado corriendo – Acaso fue
Nicolás quien te envió – Daniel puso cara de pocos amigos al oírle mencionar a Nicolás

-Jamás ayudaría a un ser tan ruin como él – los vampiros que le protegían parecían tener la misma
opinión – Solo quiero que ella venga conmigo – poso su mirada en Vane y está oculto su rostro –
No te hare daño lo prometo

-¡Ja! Estaría loco si dejara que le pusieras una mano encima – Marcus estaba a punto de soltarse
del agarre de Vane y salir a pelear con Daniel quien no parecía interesado en una pelea

-No te estoy pidiendo tu permiso – el nosferatu rubio le miró fastidiado – pero si quieres que sea
por las malas no hay problema – Marcus rugió tan fuerte que Vane tuvo miedo de lo que pudiera
pasar

-Si la quieres ven por ella – la voz de Paula sonaba con desprecio extremo y en ese momento se
desato la pelea
Marcus al ver venir sobre él a los nosferatus supo que iban muy enserio; cargo a Vane y salió
corriendo por el pasillo del hospital, tuvo miedo de despertar a las demás personas y que estas
salieran heridas así que con sus compañeros detrás de él les indico que saltarían por la ventana.
Todos con excepción de Paula y Vane tomaron forma lobuna y saltaron desde el octavo piso, Paula
iba arriba de Eliseo y Vane sobre Marcus, los lobos sabían que este enfrentamiento iba a ser muy
duro pero si lograban llegar hasta la ciudad era posible que los nosferatus desistieran, para no
revelar su existencia, así que esa era la única forma de salir airosos de sus perseguidores que
corrían tras de ellos como gacelas. Pero esto no podía saberlo Vane ya que no podía entenderles,
al contario que Paula quien ya tenía un vinculo mental por pertenecer a su raza.

-¡Paula! ¡¿A dónde vamos?! – Su amiga le volteo a ver y Vane vio que esta estaba llorando –
Paula…

-Trataremos de llegar a la ciudad para evitar un gran conflicto – le dijo limpiándose las lagrimas –
Todo estará bien no te preocupes no dejare que pase de aquí - y en eso salto del lomo de Eliseo y
se quedo parada en el suelo

Los demás lobos vieron lo que había hecho y Eliseo volvió por ella, pero Paula besando si cabeza
peluda le dijo que la dejara luchar que ya no era una niña. Los demás lobos miraron a Marcus y
este viendo la ansia de lucha en los ojos de su hermana asintió dando su permiso, los demás
aunque preocupados siguieron a Marcus, solo Eliseo dudoso no dejo de mirar hacia atrás hasta
que la perdieron de vista.

-Si le pasa algo te juro que jamás te lo perdonare – le advirtió Eliseo a Marcus con un gruñido
mentalmente

-Ella es una de nosotros nunca dudes de su capacidad – le regaño Marcus – la ofendes con solo
pensar que será vencida – un avergonzado Eliseo asintió y siguió corriendo. Vane aun no
comprendía por qué habían dejado sola a Paula y temía mucho por su amiga.

Mientras tanto los nosferatus al mando de Daniel corrían velozmente tras de los laicaion. Todos
habían prometido seguir a Daniel hasta el final y como leales a su palabra cuando este les anuncio
que se llevarían a la cuentista, al principio aunque dudaron dejaron que Daniel hiciera lo que
creyera conveniente. Daniel noto que una de los laicaion se había quedado para luchar con ellos,
de inmediato supo que no se podría a enfrentar a todos así que ordenó a Martha que le
enfrentara mientras ellos seguían tras de los demás, pero se turbo cuando escucho la voz de Pablo
suplicarle.

-¡No! ¡ yo me enfrentare con ella! – Pablo era el más joven de todos, sin embargo era obvio que su
fuerza era muy superior a la de la chica - ¡Daniel yo tengo que enfrentarme a ella! – le rogo

-Como quieras solo mantenla alejada de nosotros

-Así será – Todos los nosferatus cruzaron a Paula y esta observo como seguían su camino hacia sus
hermanos, cuando se percato de quien iba a enfrentarla no dudo en ponerse en guardia sacando
una daga venenosa de entre sus ropas.
-Sospechaba que nos volveríamos a ver – le replico ella y Pablo se entristeció de ver que ella lo
miraba con odio puro - ¡Vamos ataca!

-Paula…

-¡No pronuncies mi nombre! – Esta le lanzo la daga y Pablo tubo que esquivarla para que no se le
incrustara en el corazón - ¡No voy a dudar en matarte me entiendes!

-Yo no quiero hacerte daño – el vampiro se puso a la defensiva – Solo queremos a tu amiga nada
mas

-Ella no irá a ninguna parte – Paula saco otra daga y se dispuso a enfrentarse con él

-Paula no entiendes

-Traidor – Pablo se sintió herido al oírla llamarlo así pero sabía que estaba tan enojada que no lo
escucharía así que decidió enfrentarse a ella, tan siquiera si no tenía su amor, su odio se lo ganaría
a pulso.

Marcus y los otros notaron que los nosferatus estaban más cerca y ordenó a Elías y Eliseo
quedarse a luchar, estos les desearon buena suerte y pararon en seco. Cuando Daniel llego con los
suyos, los dos hermanos escogieron a quienes se enfrentarían. Tomaron por sus pies a las dos
gemelas que venían a lado de Daniel y las azotaron contra el suelo lleno de lodo, esto las enfureció
y les miraron con alma asesina.

-Vaya parece que no les gusto ¿cierto? – se mofo Eliseo. Elena quien había caído cerca de él le
respondió furiosa

-¡Este vestido me lo regalo Daniel! ¡Te arrancare la cabeza! – empezaron a luchar cuerpo a cuerpo,
por otra parte Ester quien ya estaba parada y sacudiéndose el lodo, miro a Elías y este le sonrió

-¡Divirtámonos quieres! – Le dijo el laicaion, esta sonrió coquetamente y Elías aúllo a la luna –
Estas bellísima así nena

-¡Deja de ser un Don Juan y véncela! – Regañó Eliseo a su hermano. Y ambos se adentraron en la
lucha con las bellísimas gemelas

Isaac y Martha vieron que solo faltaban dos laicaion para que Daniel pudiera alcanzar a Marcus así
que se lanzaron sobre ellos estrepitosamente. Isaac no pudo derrumbar a Adolfo que siguió
corriendo junto a Marcus, pero Martha trajo consigo al otro lobo que era Baltazar, el cual con un
gruñido la arrojo contra los arboles y rojas que habían en el suelo. Isaac le dijo a Daniel que se
quedaría a ayudar a Martha y este le dijo que tuvieran cuidado especialmente con ese, pues era
un guerrero muy fuerte.

-¡Vaya parece que me tocan dos a mí! – declaro Baltazar. Sus contrincantes se rieron y asintieron

-No te preocupes perrito te acabaremos pronto – le contesto Martha


-Que soberbia – le replico Baltazar – Me lo dice a la que acabo de vencer con solo un golpe

-Ruega a tu suerte que no te queme vivo

-Vamos Martha tranquilízate – le guiño un ojo Isaac – Si trabajamos junto podemos vencerle

-Yo trabajo sola estúpido –Isaac poniendo los ojos en blanco vio como Baltazar la tomaba del pie y
la lanzaba contra él.

Vane se agarró fuertemente de Marcus cuando saltaron unos troncos viejos que estaban en el
camino, su corazón se paro al creer que se iban a estrellar contra el suelo duro. Abrió los ojos y
noto que seguían avanzando a gran carrera por el camino lleno de arbustos que les cortaban el
rostro y arañaban los brazos. Marcus iba concentrado planeando que sucedería a continuación,
volteo sobre su hombro peludo y vio que Daniel les seguía muy de cerca; estaba fastidiado de
correr pero no podía desproteger a la cuentista en un momento así, se detuvo en seco y Adolfo
quien iba a su lado también paró, provocando que el polvo se alzara y picara en la nariz de
Vanessa.

-¿Qué sucede? – Miró a Marcus que se agazapo y con un gemido le indico que descendiera, ella
obedeció al instante sin comprender hasta que Daniel les dio alcance - ¡No Marcus! – le abrazo su
cara y él lamio su rostro indicándole que todo estaría bien

-Adolfo – este volteo al instante en que su hermano le llamo – Yo luchare con este

-¿Sabes lo que estás haciendo?

-Si – la seguridad de Marcus era impresionante pero Adolfo sabía que no era demasiada como
para arriesgar a la humana

-Espero que ella valga la pena Marcus

-Dame tu palabra de que si me pasa algo… - el enorme lobo negro miro la luna – simplemente
cuídala y no dejes que le lastimen

-Te doy mi palabra – Adolfo giro hacia Vane y con sus dientes le quito del agarre de Marcus

-¿Qué pasa Adolfo? – El lobo dorado gruño y de un movimiento se la subió al lomo – Marcus… -
Vane beso en la cabeza a el lobo negro antes de que Adolfo empezara a correr - ¡Cuídate! ¡No
dejes que te pase nada o si no yo misma te golpeare!

Vio como se alejaba el cabello castaño de Vane con Adolfo de guardia, los perdió de vista cuando
la oscuridad se los trago a ambos. Marcus se volteo y espero a que Daniel llegara hasta donde
estaba él, se sentó en su lugar y miro hacia donde vendría el nosferatu, deseo que se apresurara,
sentía que algo pronto sucedería y estaba listo para ello. Y por fin cuando lo vio frente a frente
noto todos aquellos rasgos que Vane le había descrito con anterioridad, escudriño su complexión
que era un poco más delgada que la suya y elegante; su tez no estaba quemada por el sol y sus
ojos al contrario revelaban misterio no la ansiada verdad que en los suyos siempre lo delataba.
Marcus se pregunto si a este ser debía temer por saber que un día lo mataría a sangre fría, sin
dudarlo Marcus se puso de pie en sus cuatro patas y empezó a acercársele, para cazar a su presa.

Por su parte Daniel lo miraba intensamente, sus ojos brillaban y ambos empezaron a caminar en
circulo esperando a que uno diera el primer paso. Fue entonces que Marcus lanzo el golpe y Daniel
eludiéndolo por escasos centímetros le pego de lleno en el cuello, el enorme lobo rodo y gruño de
frustración, se volvió a parar rápidamente y ataco con un golpe más certero encajándole los
colmillos en el brazo de Daniel, este rugió como una pantera y se lo quito de encima de una patada
en el estomago, el gran lobo negro aturdido pero no vencido le dio un golpe en la espalda y se
oyeron como los huesos de sus vertebras se rasgaban. Marcus dio tres pasos hacia tras para mirar
como Daniel caía sobre el suelo pero para su sorpresa en solo un instante volvía a estar de pie
para asestarle otro golpe pero ahora en el hocico con su puño al mismo tiempo que Marcus lo
rasgaba de sus ropas con una pata. La pelea estaba concentrada plenamente en ellos dos mientras
Vane y Adolfo huían hacia la ciudad.

Paula estaba cansada pero se negaba a darle la victoria a Pablo, este también estaba agotado, su
contrincante había demostrado ser digna de admiración. Ambos tenían pequeñas heridas pero no
tan graves como para considerar dejar la lucha. Ella empuñaba fuertemente la última daga y
observaba cada movimiento y respiración departe de Pablo, a su vez él le miraba suspicaz, la
conocía y sabía de antemano que no lo dejaría en paz hasta hacerlo pagar por su engaño. Así fue
como Paula se abalanzo sobre él con un grito, cuando chocaron ambos cuerpos él sostuvo sus
manos evitando que encajara la daga y ella ponía toda su fuerza por derrotarlo.

-Te odio – le dijo y él sintió que su existencia ya no valía la pena sin ella

-Te amo – diciendo esto alzo su cara y rozo sus labios con los suyos

-¡No! – Paula volteo su cara pero no dejo de poner fuerza. Pablo la abrazo sobre su pecho y ella
quedo atrapada por sus brazos -¡Suéltame! ¡Déjame ya! – le exigió

-No – fue su respuesta antes de adueñarse de su boca y besarla. Paula derramó sus lágrimas y a
pesar de sentirse traicionada no pudo evitar corresponder a lo que él exigía con pasión. Luego de
estar un momento así, él soltó su agarre y delicadamente tomo la mano de Paula donde se hallaba
la daga y puso la punta de esta sobre su corazón – Paula jamás te engañe respecto a mi amor por
ti – ella le miro incrédula pero continuo – Cuando te vi en ese club supe que eras la persona que
me estaba predestinada

-Mentiroso – Paula sostenía la daga firmemente, pero no se atrevía a encajarla

-No miento – él acaricio su rostro – Al verte de cerca y ver lo que eras en realidad me sorprendí –
confeso – pero no quise apartarme de ti – Paula empezó a llorar – si al matarme te puedo probar
eso entonces hazlo Paula – ella no paraba de llorar – Porque yo te amo y te amare aunque el reloj
del tiempo nunca pare

-Mentiroso – Paula alzo la daga y Pablo cerró los ojos esperando el golpe final, pero solo sintió los
suaves labios de ella sobre él y eso era el peor de los castigos al saborear sus lagrimas saladas –
Gracias… - le dijo – Aunque sea mentira… gracias – y soltó la daga. Él la abrazo contra sí y luego se
volteo para ponerla bajo él y besarla, ella no dejo de llorar
Un golpe fuerte en la espalda de Pablo hizo que este cayera al otro lado lejos de Paula. Cuando ella
se incorporó vio a Eliseo rugiendo furioso y a punto de arrancarle un brazo a Pablo, corrió para
detenerlo pero en eso dos figuras femeninas golpearon a su amigo y este dejo ir a Pablo el cual fue
ayudado por otro de los cómplices de Daniel. Baltazar y Elías llegaron en ese momento para
apoyar pero cuando Paula supo que no los podrían detener al ver como desaparecían entre las
sombras y como su Pablo le miraba tristemente. La voz de él sonó en su mente antes de dejarla de
ver.

-Te amo

Adolfo era diferente a Marcus, era más largo en constitución y también más definido en sus rasgos
lobunos; corría velozmente con sus piernas largas y su pelaje tenía un tono dorado caoba que
nunca habría visto en un perro o lobo común. Sin dudar era bello, además de poderoso. Vane se
agarraba fuerte a su pelaje para evitar caerse, porque al contrario que Marcus, su hermano no era
nada considerado con respetar su seguridad; inclusive Vane llego a pasarle por la cabeza que
deseaba que ella se cayera de encima y se golpeara la cabeza. Luego de un rato empezó a suspirar
aliviada al ver las luces de la ciudad a la cual se acercaban a gran rapidez. Tal vez estaban como a
diez o quince metros cuando de la nada Adolfo se paró en seco, dejándola asustada y nerviosa por
su reacción. El lobo gruño de una manera diferente y extraña, empezó a moverse de tal forma que
Vane capto que deseaba que ella se bajara de encima suyo, así lo hizo y asombrada contemplo
como el lobo dorado tomaba la forma humana de Adolfo. Ella volteo su cara al cielo al ver que
estaba completamente desnudo debido a su transformación, luego un silencio incomodo y
escalofriante se apropio de la situación.

-¿Adolfo? – Lo llamo con voz baja y nerviosa - ¿Qué pasa? – Le pregunto pero él no parecía querer
responderle - ¿Adolfo?

-Corre – fue lo que este hombre le dijo y ella no captando su mensaje lo miró directo a sus ojos
verdes

-¿Qué quieres decir? – Fue su pregunta, la cual se respondió en el instante en que Vane vio como
una figura Negra parecida a un espantapájaros emergía de las sombras del árbol y se acercaba a
ellos - ¡Adolfo corre! – Grito con miedo pero este estaba rígido en su lugar y solo miraba al
horizonte con sus ojos fríos -¡Adolfo! – lo llamo de nuevo. Cuando quiso tomarle la mano este se la
arrebato con furia

-¡Largo de aquí! – Adolfo la miraba con odio puro y Vane no entendía por qué se estaba
comportando así

-¡Adolfo te matara! – este le sonrió. Vane supo al instante que la sonrisa en Adolfo no significaba
nada bueno, se aparto de él con terror al comprobar que ella era el objetivo y que Adolfo no haría
nada por protegerla - ¡Lo prometiste! – le recrimino
-Yo no tengo ningún deber contigo – la voz acida de Adolfo perforo sus oídos – Si tu nunca
hubieras aparecido todo sería como antes - Adolfo la señalo como si fuera un juez de la corte –
Por mi puedes irte al infierno
-No… - Vane estaba tan perturbada que noto muy tarde que la sombra en forma de
espantapájaros estaba a unos metros – No… - gimió y echo a correr con toda la fuerza que su
pierna herida se lo permitía

Vio la ciudad a unos metros; solo tenía que llegar y todo estaría bien, se dijo a sí misma y aun
dolida por la traición de Adolfo, pero aun así tenía fe en que Marcus le ayudaría donde sea que
estuviera. De repente la sombra emergió frente a ella, y debajo de ese sombrero negro de forma
extraña vio el rostro de un joven con rasgos asiáticos y cabello negro tan oscuro como el petróleo,
este abrió los brazos a ambos lados y Vane solo pudo gritar antes de entrar en la completa
oscuridad.

-¡MARCUSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!

El grito de Vane lo alarmó, sintió como su corazón se oprimía y tamboreaba a un ritmo


enloquecedor era como si alguien le hubiera arrancado una parte de si, miro hacia donde se
hallaba Daniel y supo que había sido engañado; este con su labio partido y sangrando lo miró serio
para luego desaparecer entre las sombras y dejarlo herido y lleno de frustración.

-¡Maldición!

Corrió en dirección donde había perdido a Vane y Adolfo, cuando llego encontró a su hermano
tirado y fuera de fase cerca de un árbol con una herida grande en el brazo derecho, luego al mirar
hacia donde Adolfo fijaba sus ojos, casi se vuelve loco al ver a Vane en brazos de un nosferatu
parecido a un espantapájaros que los observaba inmutables, luego poco a poco empezó a
desaparecer entre las sombras; Marcus corrió hasta ellos con toda su alma deseando no haber
sido tan estúpido por haberla abandonado, lo lamentaba en el fondo de su ser. Pero fue
demasiado tarde ella ya no estaba y solo la oscuridad lo rodeo con la luz de la luna brillando sobre
su cuerpo, salió de fase y empezó a golpear el suelo inútilmente, escarbo la tierra con
desesperación y dolido tuvo que aceptar que la había perdido.

-¡Maldita sea! ¡Vanessaaaaaaa!


GOODBYE, ADIOS

El mundo grita tu nombre,


y pinto de colores tu corazón
muéstrame tu alma nacida de la luz;
colorea mi mundo gris

La nieve de Moscú cubría los techos de las casas que se hallaban cerradas y resguardadas del aire
helado para proteger a sus habitantes, solo un castillo negro que se alzaba entre un bosque lejos
de todo contacto humano parecía disfrutar más del frío que del sol. Teo caminaba con sus botitas
de lana y cuero entre la nieve, le fascinaba sentir esos pequeños cubitos de hielo en su cara e
incluso sin ser visto por su madre se había atrevido a probar la blancura helada, haciéndole
rechinar los dientes. Se recostó en la nieve y empezó a hacer angelitos.

-¿Niño amo no tiene frío? – Laura quien era su niñera por hoy llevaba entre sus manos otro abrigo
que ponerle, pero Teo no estaba dispuesto

-No Lau – así le llamaba cariñosamente, ella asintió seria y se fue a sentar a la banca vigilándolo
atentamente a cada uno de sus movimientos - ¿No quieres hacer angelitos? – le preguntó

-No recuerdo como – fue la respuesta fría de ella. Teo que no sabía distinguir esto se paró con
mucho cuidado y camino hasta llegar a ella y sentarse a su lado

-Dame tu mano – ella lo miró interrogante y el niño suavemente tomo con su manita la de ella –
Así está mejor

-¿Por qué?

-Así ambos nos aburriremos juntos – se rio inocente

-La ama Susana no quiere que se aburra

-Entonces juguemos – Laura se rindió y sugirió las escondidas, Teo corrió hacia los arboles
divertido – Uno…dos… tres…

Teo corrió por odas partes, no encontraba donde esconderse. Cuando vio unas escaleras hacia lo
que parecía era una entrada a algo no dudo y bajo por ellas; no se sorprendió tal vez porque era
muy pequeño y jamás había pisado un lugar así, pues quien le diría que estaba escondiéndose tras
una lápida de un cementerio enorme, se sentó calladito y espero a que Laura lo empezara a
buscar, se rio bajito y disfruto de ver el paisaje tranquilo. Lo que más llamo su atención en ese
momento fue ver una pequeña margarita a punto de morir sobre la nieve estaba marchita y casi
seca, se sintió tan triste así que la cubrió con sus manitas para darle calor.

-Te encontré - Laura le beso la mejilla y él la miro triste - ¿Qué sucede?


-Quiero ir con mi mamá – empezó a llorar y Laura le cargo. Ambos se alejaron lentamente del
cementerio, mientras ella cantaba canciones de cuna.

Si Laura hubiera sido más observadora o si hubiera preguntado a Teo por su comportamiento este
le habría señalado el lugar donde se encontraba la margarita, que en vez de estar marchita y
muerta, florecía como si estuviera en verano, mientras sus colores brillaban a los pequeños rayos
de sol que le intentaban calentar. Un milagro dentro de un mundo frío, un deseo vuelto realidad y
un secreto aun por descubrirse.
LA AUTORA

Briseira o Brizz como es conocida por sus amigos y compañeros. Es una estudiante de
Diseño Gráfico en México, su pasión por la lectura e ilustración la impulsaron a crear este
gran proyecto con el apoyo de su familia y conocidos.

Le encanta escribir desde que su madre le regalo su primer diario a los siete años y de ahí
no paró de imaginar y contarle a su hermana pequeña los cuentos que entre ambas
realizaban, su imaginación también la explotó con la pintura y el dibujo que son sus otras
dos pasiones y no ha dejado de practicarlos.

Los libros fueron una gran influencia para ella, en especial los de terror y suspenso; es así
que su género favorito de películas también se centra en este tema agregando efectos
especiales y animación de todo tipo; con el tiempo se ha dado cuenta de la forma de
expresión en la ilustración, música y cine que le puede brindar a sus obras.

Su música favorita es el género Rock pero adora también la Clásica contraponiendo


muchos gustos de los jóvenes de su edad, adora los grupos como Coldplay, Linkin Park,
Maroon 5, Korn, Sin Bandera, Zoé y Nirvana. Sus cantantes favoritos son Andrea Bocelli y
Dido.

HOLA!!! Y saludos a todos aquellos lectores que han dedicado su tiempo a ver mi
proyecto de ante mano muchas gracias y espero sigan mi trabajo. Xoxo y muchos besos.

Brizz

Para más información sobre este libro y otros proyectos de la Autora puedes visitar su Blog
Oficial

http://brizzk.blogspot.com/

S-ar putea să vă placă și